Yo, Coplero

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    LA VOZ

    DE LA COPLA

    Y LAS VOCES

    EN LA COPLA

    MARIEL SILVINA QUINTANA

    UNIVERSIDAD NACIONAL DE JUJUY

    ARGENTINA

    -1999-

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    LA VOZ DE LA COPLA Y LAS VOCES EN LA COPLA

    Mariel Silvina Quintana,

    Universidad Nacional de Jujuy.

    Introduccin

    El lenguaje es un modo de accin y su actividad es subjetiva.

    La nocin de sujeto es necesaria para dar cuenta de la puesta en escena de la lengua.

    La enunciacin es "el acto individual de apropiacin de la lengua que introduce al que

    habla en su habla" (Benveniste, 1970)1. El sujeto es productor y producto del discurso

    y a su vez construye "al otro" (relacin yo- tu, condicin dialgica inherente al

    lenguaje).

    "La experiencia de la comunicacin oral es la base de toda comunicacin y

    fundamento de la memoria profunda" (Dorra, 1997: pg. 41) la poesa de tradicin oral

    se elabora sobre esa experiencia.

    La lrica de la tradicin popular del Noroeste argentino y en particular del hombre del

    altiplano, tiene su realizacin en la copla: pequea cancin de estructura binaria, en

    la que predomina el verso octoslabo, y se interpreta con el acompaamiento de la

    caja (instrumento de percusin). Sin temor a equivocarnos, podemos aplicar a estas

    cancioncillas las palabras de Don Dmaso Alonso referidas a la poesa tradicional

    espaola, en las coplas se encuentra la esencia lrica intensificada.

    En el presente trabajo, basndonos en un corpus de 402 coplas,(recopiladas por

    alumnos de la Ctedra Literatura Espaola I de la F. H. y Cs. Sc. de la UNJu), nos

    proponemos rastrear las voces que se configuran en el espacio discursivo de estos

    poemitas, para luego analizar el modelo genrico que los nuclea en una voz

    aglutinante: la voz del cantor o coplero.

    1Citado por Lozano, Pea Marn, Abril, Ob. Cit., p:89

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    Sobre las representaciones de la subjetividad en la copla

    Atendiendo a las representaciones de los sujetos de la enunciacin en la copla,

    intentaremos ejemplificar las situaciones enunciativas recurrentes:

    1- El sujeto de la enunciacin se muestra sin rodeos, tiende a organizar el espacio

    enuncivo en torno al punto cero de las coordenadas enunciativas: yo-aqu-ahora.

    1.a. El sujeto de la enunciacin se corresponde con una voz masculina:

    - la del enamorado:

    "Al cajn en que me entierren

    que no lo claven con clavos

    que lo clave mi vidita

    con un beso de sus labios."

    - picaresca:

    "Mi tatita me deca

    que busque mujer casada

    que el marido la mantenga

    y a mi no me cueste nada."

    - que afirma su masculinidad:

    "Yo soy el toro negro

    compaero del overo

    donde muje este toro

    no bala ningn ternero."

    "Yo soy como tigre overo

    la pinta ms menuda

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    quiera ande quiera

    tengo la prenda ms segura."

    "Cuando era pollito

    la gallina me picaba;

    ahora que soy gallito

    de una en una me las pagan."

    1.b. El sujeto de la enunciacin se corresponde con una voz femenina:

    "A m me dicen peruana,

    cubana, boliviana;

    yo soy mujer de esta tierra

    soy hija de Pachamama."

    "Mi abuela pari a mi mama,

    mi mama me pari a m,

    en mi casa todo el mundo pare

    yo tambin quiero parir."

    2- Impersonalizacin de la voz del enunciador. El sujeto de la enunciacin es una voz

    asexuada que intenta ser colectiva y no deja huellas en el enunciado:

    "El amor es como la sarna

    cuando ms pica ms gusta;

    una vez que se principia

    uno de nada se asusta."

    Las tres voces descriptas anteriormente se resumen en una voz que asume el canto: la

    voz del coplero.

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    Yo, coplero

    El intrprete de la poesa tradicional oral, como miembro de una colectividad, es el

    depositario de la memoria de su pueblo y tiene un fuerte compromiso con la palabra

    que transmite. Ms all de las fronteras lingsticas "son personajes sociolgicamente

    idnticos" (Zumthor, 1991: pg. 227). Es el autorizado por el grupo social para cumplir

    una importante labor: ser portavoz de la palabra impersonalizada y por lo tanto

    colectiva, tiene el dominio de la palabra, legado de los ancentros. No se habla de autor

    sino de un poeta que recrea.

    En la literatura oral del Noroeste argentino ese ejecutante se autodenomina "coplero".

    Esta voz masculina, femenina o asexuada se enuncia en la copla como cantora, como

    coplera, autorizada desde lo social para trasmitir su cultura, y presenta otro modelo

    enunciativo cargado de subjetividad.

    La memoria en el mbito de la oralidad es "el factor nico de coherencia" (Zumthor,

    1991: pg. 235), la poesa tradicional (parafraseando a Menndez Pidal) permanece en

    la memoria en un estado latente. En las coplas siguientes se hace referencia a este

    tema.

    En la primera copla se manifiesta el carcter eterno de las mismas "no se han de

    perder", y afirma que siempre habr un cantor colmado de coplas, hecho que da

    cuenta de la capacidad cuantitativa y cohesiva de la memoria del portavoz.

    "Coplas vienen, coplas van,

    coplas que no se han de perder

    coplas salen de mi pecho

    como agua de manantial."

    "Amalaya! cuando moza

    yo saba hacer historia

    y me gusta cantar

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    sacando de la memoria."

    Existen dos fuerzas externas que empujan al coplero a cantar, la caja, su compaera

    inseparable y la llegada del tiempo de carnaval. La capacidad de coplear es inherente

    a este cantor esttico que se presenta movido por un poder que aparentemente viene

    "de afuera", aunque en realidad est enquistado en su interior y en la tradicin, y que

    fundamenta su razn de ser en el carnaval, ese mbito festivo que presupone la voz

    del cantor y por lo tanto de la caja que lo "hace" cantar.

    "No s que tiene mi caja

    de ganas me hace cantar,

    ser porque est llegando

    la fiesta del carnaval."

    La copla es fuente de alegra, es la protagonista del carnaval, es la expresin de una

    cultura. En el siguiente ejemplo el pequeo poema pone de manifiesto su misin

    redentora que ilustra plenamente el lugar preponderante que ocupa en el sentir de la

    comunidad a la que pertenece.

    "Oigan seores, escuchen

    lo que dice un coplero:

    el que se muere cantando

    derechito sube al cielo."

    Este carcter festivo tambin se manifiesta en la siguiente copla. "Es cosa de viejo", la

    respuesta ante esta actitud que insina la prdida de la tradicin, reafirma la alegra

    que nace de la misma; ante el reproche el coplero responde con la copla, seal de vida

    de esta cultura alegre.

    "La copla es cosa de viejo

    y eso me lo andan diciendo

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    de verme cantar alegre

    envidia estarn sintiendo."

    En las coplas, el tema de la alegra es recurrente, pues forma parte de la misin del

    cantor llevarla consigo y transmitirla, como se observa en copla que citamos a

    continuacin.

    "Yo no canto por cantar

    ni por tener buena voz;

    canto pa' que no se junten

    la pena con el dolor."

    Sin embargo, la copla en ocasiones evade el clima festivo y puede funcionar como un

    arma ideolgica, tal como lo advierte la copla siguiente. Esta, da cuenta de un poder

    incendiario que puede actuar en diversos mbitos de la vida humana. La copla no es

    inocente, quema, denuncia, moviliza, cambia el estado de las cosas, sirve a varias

    intenciones enunciativas.

    "Voy a cantar esta copla

    despus me callo la boca

    no quiero encender el fuego

    por no estar sopla que sopla."

    La literatura de tradicin oral transmitida desde tiempos lejanos de generacin en

    generacin, llega hasta nosotros gracias a los intermediarios actuales,

    contemporneos, que forman parte de esa ancestral cadena de intrpretes recreadores

    y no en menor grado.

    Don Elas Avalos de 77 aos de edad, nacido en Doncellas un pueblito de la puna

    jujea, ante "el pedido de una coplita", solicit tiempo para recordar, luego transcribi

    unas coplas carnavaleras "yo las hice esta maana", manifest. Entonces le

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    preguntamos si l las haba compuesto, a lo que respondi: "Bueno, yo he armado de

    lo que me acuerdo que cantaban los abuelitos" (citamos textualmente). Don Elas no

    tiene el oficio de ejecutante sino otro, muy importante en la transmisin de la palabra:

    es el oyente, el que recepciona la poesa en un acto nico e individual, pero estos roles

    aparentemente situados en polos opuestos se intercambian en el momento de la

    recepcin, la accin recreadora del oyente sobre lo transmitido, en caso de

    exteriorizarse, lo convierte en intrprete: el poema se recrea en su voz y en su gesto.

    El oyente es receptor y coautor de esa literatura impersonal, latente, intensificada que

    es de todos y es de nadie, a la que asume en la escucha identificando as lo que siente

    con lo que se le dice.

    Este accionar recreador se observa en muchos casos del corpus de coplas con el que

    trabajamos. Atendiendo a las variantes2citaremos algunos ejemplos:

    2Subrayamos las variantes que se presentan en cada copla respecto de la primera.

    A)

    1) "Aqu estoy porque he venido

    porque he venido aqu estoy

    si no les gusta mi modo

    como he venido me voy."

    2) "Aqu estoy porque es mi da

    porque es mi da aqu estoy;

    si no les gusta mi modo

    como he venido me voy."

    3) Aqu estoy porque he venido

    porque he venido aqu estoy;

    sino les gusta mi copla

    como he venido me voy.

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    4) "Con su permiso seores

    voy a cantar una copla,

    sino les gusta mi modo

    como he venido me voy."

    5) "Buenos das, buenas tardes

    seores como les va

    si no les gusta mi modo

    como he venido me voy."

    B)

    1) "Tengo mi pecho de coplas

    que parece un avispero;

    se empujan unas con otras

    por ver cual sale primero."

    2) "Tengo mi pecho de coplas

    bonitas como el lucero

    se empujan unas a otras

    para ver cual sale primero.

    C)

    1) "Esta cajita que toco

    tiene boca y sabe hablar

    slo le faltan los ojos

    para acompaarme a llorar."

    2) "Esta cajita que toco

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    tiene boca y sabe hablar

    slo le faltan los ojos

    pa' acompaarme a llorar."

    3) "Esta cajita que toco

    tiene boca y sabe hablar

    slo le faltan los ojos

    para ayudarme a llorar."

    4) "Esta cajita que toco

    tiene boca y sabe hablar

    slo le faltan los ojos

    para ensearme a llorar."

    5) "Esta cajita que toco

    tiene boca y sabe hablar

    slo le faltan los ojos

    para ponerse a llorar."

    6) "De esta cajita que saco

    tiene boca y sabe hablar

    slo le faltan los ojos

    pa' que me ayude a llorar"

    Es importante destacar que el proceso recreador no consiste en una simple variacin

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    de trminos, (que es lo podemos ejemplificar mediante la escritura) sino que afecta a

    lo que Zumthor llama "performance"3

    Paul Zumthor reconoce tres caractersticas de la memoria en la cultura oral:

    - la selectividad, cada cantor tiene su propio repertorio, que proviene de la memoria

    de la comunidad.

    - tensiones entre lo individual (el gusto personal) y lo colectivo (lo socialmente

    aceptado, lo que el otro pide o espera).

    - globalidad, las palabras a trasmitir constituyen un "todo" en la memoria del cantor.

    En efecto, el intrprete en muchas ocasiones adecua el enunciado a los receptores, a

    lo que l percibe que ellos esperan. Contaremos al respecto una situacin que

    ejemplifica lo dicho. Hace algunos aos en la poca de Pascua de Resurreccin, fueron

    invitadas a la Iglesia Catedral de Jujuy, "las hermanas Cari", copleras de profesin,

    para mostrar su arte en el saln de actos de la parroquia. Las cantoras presentaron

    un repertorio de tema religioso y ante el pedido del pblico de ms coplas, pudo

    notarse que la temtica sacra estaba agotada, las copleras preguntaron con timidez si

    podan interpretar coplas profanas, a lo que nadie se opuso, entonces cantaron la que

    transcribimos a continuacin:

    "Mi mama se llama Pascua,

    mi tatita Navidad,

    mi nombre es Todos los Santos,

    mi apellido Carnaval."

    Esta copla fue vivada y festejada en oposicin a las anteriores.

    Las intrpretes haban adecuado su repertorio de acuerdo al tipo de pblico al cual se

    iban a dirigir, a la imagen preconcebida que se haban formado del mismo; imagen

    3La accin potica por la que un mensaje potico es simultaneamente transmitido y percibido aqu y ahora.,

    Zumthor, Ob, Cit., p: 33.

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    que no coincidi con la realidad; "las hermanas Cari" fueron a cantar a una Iglesia

    coplas de contenido religioso, pero contrariamente a lo que esperaban fue en la

    interpretacin de las coplas profanas cuando obtuvieron de los espectadores una

    respuesta positiva y efusiva, dada, segn creemos, por la insercin en ese espacio del

    espritu del carnaval, propio del sentido festivo de la copla. Si bien este poemita tiene

    lugar en diversos espacios, su situacin enunciativa caracterstica es el carnaval, "la

    segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa" (Bajtin, 1988: pg. 14), que

    implica su presencia.

    Este trabajo ha intentado dar cuenta de las voces aglutinadas en la voz del coplero,

    voz autorizada desde lo social, que se ejerce preferentemente en mbitos que

    presuponen la voz del cantor.

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    Bibliografa

    * Bajtin, Mijail: La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento - Madrid - Ed.

    Alianza - 1988.

    * Colombres, Adolfo: Celebracin del lenguaje - Bs. As. - Ediciones del Sol - 1997.

    * Dorra, Ral: Entre la voz y la letra - Mxico - Plaza y Valdz editores - 1997.

    * Menndez Pidal, Ramn: Estudios literarios - Madrid - Espasa-Calpe - 1968.

    * Lozano, J; Pea Marn, C; Abril G.: Anlisis del discurso - Madrid - Ed. Ctedra

    1996.

    * Zumthor, Paul: Introduccin a la poesa oral - Madrid - Ed. Taurus Humanidades -

    1991.