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Prof. JAIME ZULUAGA Abogado Universidad Nacional de Colombia VIOLENCIA Y SOCIEDAD LA AGRESIVIDAD, FUNDAMENTO DEL VINCULO SOCIETARIO. 1ser humano no es manso, dócil, dispuesto simplemen- ~ te a defenderse de los ataques externos; está dotado de ~. una buena dosis de agresividad, de has tilidad primaria que determina que la sociedad misma esté permanen- temente amenazada de disolución. Freud demostró que el vínculo societario se funda en la agresividad recíproca entre los hombres. La cultura, a través de formaciones síquicas reactivas como las identi- ficaciones y los vínculos amorosos, o en imposiciones culturales, como el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo, busca controlar las manifestaciones agresivas pulsionales'. La agresión es un elemento originario en el ser humanos ante- rior a la propiedad, y según Freud, constituye el fundamento de todos los vinculas de amor y de ternura, ya que siempre es posible ligar en el amor a una multitud mayor de seres humanos, con tal que otros queden fuera para manifestarles laagresión. "En una ocasión me ocupé delfenómeno de que justamente comunidades vecinas, y aún muy próximas en todos los aspectos, se hostilizan y escarnecen: así, españoles y portugueses, alemanes del Norte y del Sur, ingleses y escoceses, etc. Le di el nombre de 'narcisismo de las pequeñas diferencias', que no aclara mucho las cosas. Pues bien; ahí se discierne una satisfacción relativamente cómoda e inofensiva de la inclinacion agresiva, por cuyo intermedio sefacilita la cohesión delos miembros de la comunidad. [...] Después que elapóstol Pablo hizo del amor universal por los hombres elfundamento de su comunidad cristiana, una consecuencia inevitable [ué la intolerancia más extrema del cristianismo hacia quienes permanecían fuera"? l. Cfr. Sigmund Freud, El Malestar en la Cultura, México, Ed. Siglo XXI, 1981. 2. Idem, págs. 79-80. Esto explica por qué la solidaridad entre los cristianos, su ánimo caritativo y bondadoso, contrasta con la agresividad y la crueldad con que se trata al hereje. Así lo intuyó Cioran al afirmar que, con la misma loca pasión con que se eleva un crucifijo se levanta un cuchillo para matar herejes. La cohesión de la comunidad se logra en un proceso de elección-exclusión que permite que el impulso agresivo se proyecte sobre un objeto exterior a ella, que apar-ece como objeto sustituto. "Ahora sabemos por una amarga experiencia que este abismo de la acción, con sus guerras santas y sus orgías de fraternidad no es una característica exclusiva de ciertas épocas del pasado o de civilizaciones atrasadas en el desarrolllo científico y técnico; que puede funcionar muy bien y desplegar tod os sus efec- tos sin abolir una gran capacidad de inventi- va y una eficacia macabra", E. Zuleta e.-l conflicto es la base del víncu- lo societario. Las pulsiones agresivas, propias del ser humano según Freud, tienden a la disolución del vínculo social. No hay sociedad que logre escapar a la violencia. La función de la cultura es la de provocar mutaciones en su expresión, deforma tal que hagan posible la convivencia social, lo cual no significa la elimina- ción del conflicto. REVISTA COlOMBIANA DE PSICOLOGIA 97

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  • Prof. JAIME ZULUAGAAbogadoUniversidad Nacional de Colombia

    VIOLENCIA Y SOCIEDAD

    LA AGRESIVIDAD, FUNDAMENTO DELVINCULO SOCIETARIO.

    1ser humano no es manso, dócil, dispuesto simplemen-~ te a defenderse de los ataques externos; está dotado de~. una buena dosis de agresividad, de has tilidad primaria

    que determina que la sociedad misma esté permanen-temente amenazada de disolución. Freud demostró que el vínculosocietario se funda en la agresividad recíproca entre los hombres. Lacultura, a través de formaciones síquicas reactivas como las identi-ficaciones y los vínculos amorosos, o en imposiciones culturales,como el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo, buscacontrolar las manifestaciones agresivas pulsionales'.

    La agresión es un elemento originario en el ser humanos ante-rior a la propiedad, y según Freud, constituye el fundamento detodos los vinculas de amor y de ternura, ya que siempre es posibleligar en el amor a una multitud mayor de seres humanos, con tal queotros queden fuera para manifestarles la agresión. "En una ocasión meocupé del fenómeno de que justamente comunidades vecinas, y aún muypróximas en todos los aspectos, se hostilizan y escarnecen: así, españoles yportugueses, alemanes del Norte y del Sur, ingleses y escoceses, etc. Le diel nombre de 'narcisismo de las pequeñas diferencias', que no aclara mucholas cosas. Pues bien; ahí se discierne una satisfacción relativamente cómodae inofensiva de la inclinacion agresiva, por cuyo intermedio se facilita lacohesión de los miembros de la comunidad. [...] Después que elapóstol Pablohizo del amor universal por los hombres el fundamento de su comunidadcristiana, una consecuencia inevitable [ué la intolerancia más extrema delcristianismo hacia quienes permanecían fuera"?

    l. Cfr. Sigmund Freud, El Malestar en la Cultura, México, Ed. Siglo XXI, 1981.2. Idem, págs. 79-80. Esto explica por qué la solidaridad entre los cristianos, su ánimo caritativo ybondadoso, contrasta con la agresividad y la crueldad con que se trata al hereje. Así lo intuyó Cioranal afirmar que, con la misma loca pasión con que se eleva un crucifijo se levanta un cuchillo para matarherejes. La cohesión de la comunidad se logra en un proceso de elección-exclusión que permite queel impulso agresivo se proyecte sobre un objeto exterior a ella, que apar-ece como objeto sustituto.

    "Ahora sabemos por una amarga experienciaque este abismo de la acción, con sus guerrassantas y sus orgías de fraternidad no es unacaracterística exclusiva de ciertas épocas delpasado o de civilizaciones atrasadas en eldesarrolllo científico y técnico; que puedefuncionar muy bien y desplegar tod os sus efec-tos sin abolir una gran capacidad de inventi-va y una eficacia macabra",

    E. Zuleta

    e.-l conflicto es la base del víncu-lo societario. Las pulsiones

    agresivas, propias del ser humanosegún Freud, tienden a la disolucióndel vínculo social. No hay sociedadque logre escapar a la violencia. Lafunción de la cultura es la de provocarmutaciones en su expresión, de formatal que hagan posible la convivenciasocial, lo cual no significa la elimina-ción del conflicto.

    REVISTACOlOMBIANADE PSICOLOGIA 97

  • DOSSIER

    Como quiera que el hombre no se siente cómodo enla renuncia a la agresión, genera mecanismos que le per-miten, a la vez que expresar sus tendencias agresivas,proteger de ellas a su propia comunidad. La posibilidadde construír una comunidad humana -familia, etnia,nación- está ligada al proceso de exclusión de otrossobre los cuales se puedan proyectar los impulsos agre-sivos. Dicho en otros términos, la convivencia "pacífica"en la comunidad, o mejor, el que la relación interindivi-dual se resuelva en una comunidad está condicionado ala posibilidad de proyectar la agresión sobre "el otro"elegido para tal objeto.'

    "La inclinación agresiva es una disposición pulsional,autónoma, originaria del ser humano f. ..] [yl la culturaencuentra en ellasu obstáculo máspoderoso. En algún momentode esta indagación se nos impuso la idea de quela cultura es unproceso particular que abarca a la humanidad toda en sutranscurrir, y seguimos cautivados por esa idea. Ahora agre-gamos que sería un proceso al servicio del Eros, que quierereunir a los individuos aislados, luego a lasfamilias, despuésa etnias, pueblos, naciones en una gran unidad: la humanidad.Por qué deba acontecer así, no lo sabemos; sería precisamentela obra del Eros f. ..1Ahora bien, a este programa de la cul turase opone la pulsión agresiva natural de los seres humanos, lahostilidad de uno contra todos y de todos contra uno. Estapulsión de agresión es el retoño y el principal subrogado de lapulsión de muerte que hemos descubierto junto al Eros, y quecomparte con éste el gobierno del unioersot :

    La inclinación agresiva en el hombre amenaza condisolver a la sociedad, de allí que la cultura busquesofrenar las pulsiones agresivas y prevenir los excesosde los individuos. Pero ello no excluye la competencia yla lucha entre los hombres, que coexisten como oposito-res. Si en un principio los conflictos de intereses sezanjan por medio de la violencia, posteriormente es pormedio del derecho. Hoy violencia y derecho parecencomo opuestos, pero es necesario entender que éstetiene su origen en la violencia y es la forma por medio dela cual, la unión de los débiles permite compensar lafortaleza de uno. La violencia es entonces quebrantadapor la unión, y el poder de los unidos constituye elderecho por "oposición a la violencia del único"." Elderecho es la violencia de la comunidad que se proyectacontra los individuos o grupos que le hacen frente.

    3. Este "narcisismo de las pequeñas diferencias" ayuda a comprender el por qué.comunidades que han coexistido. establecido relaciones familiares y de amistad ycompartido territorios durante décadas. se enfrentan en una guerra fratricida tanpronto como desaparecen 105factores "externos" vinculantes. Tal parece ser el casodel enfrentamiento entre Servios y Croatas en la antigua Yugoeslavia.4. Sigmund Freud, El malestar ..••pág. 88.5. Para un desarrollo de estas tesis se puede consultar Sigmund Freud. Por qué laGuerra. Obras Completas. Editorial Amorrortu, Buenos Aires. 1982.6. Cfr. René Girard, La violencia y lo sagrado. Caracas. Universidad CentralVenezuela.

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    LA VIOLENCIA DEL DESEO: UNAPERSPECTIVA ANTROPOLOGICA.

    Desde otra perspectiva, René Girard sostiene queel vínculo societario se encuentra fundado en la violen-cia del deseo humano." El deseo humano es un deseo delser porque todo individuo padece una carencia del ser.Siendo el ser mismo el objeto del deseo no puede serbuscado más que a través de otro que se encuentra en lamisma situación de él. Ello significa que desear al otro esdesear el deseo del otro; ahora bien, como quiera que elotro se revela contra esta objetivación que mutila supropio deseo, aparece como obstáculo a la realizacióndel deseo del primer individuo, es decir, como rival. Laestructura mimética del deseo se revela entonces: cadauno recibe de otro -cualquiera que sea- una doble orden:imítame, pero no hagas lo que yo hago 7. La rivalidadmimética se encuentra en el origen de la sociedad humanapor cuanto que las instituciones humanas emergen de laviolencia del deseo y si pueden ejercer una función nor-malizadora de la violencia es precisamente por la exte-rioridad de ellas frente al choque de los deseos. Hijas dela violencia, su función consiste en normalizarla. La am-bivalencia que caracteriza a las instituciones las diferen-cia de las rivalidades intersubjetivas y define su sobera-nía H. Inscritos en el mecanismo descrito, los impulsosviolentos existentes en todas las sociedades encuentrandiferentes formas de expresión. Al analizar las socieda-des en las que se practica la violencia sacrificial, Girardentiende que es ésta la forma en la que la "sociedad buscadesviar hacia una víctima relativamente indiferente, una víc-tima 'sacrificable', una violencia que amenaza golpear a suspropios miembros, aquellos que a toda costa tiene decididoproteger" 9. La víctima sacrificable es un objeto sustituto,un elegido-excluido sobre el cual se proyecta la violenciaque de otra manera golpearía al grupo que la vive. Lahipótesis general que plantea Girard es la existencia deuna violencia originaria en la sociedad, que se mani-fiesta a través de la rivalidad mimética, violencia que no"se puede burlar sino en lamedida en que no se la priva de tododerivativo, en la medida en que se le procura un hueso queroer" 10. Las sociedades crean instituciones que a su vezhacen posible su existencia en tanto que permiten la con-vivencia de los hombres en ellas; las instituciones sonlos medios a través de los cuales se ejerce la violencia sinque ésta tenga por efecto la disolución del vínculo socie-tario.

    7. Michel Aglietta y André Orléan. La Vio/ence de la Monnaie. PUF. París. 1982, pg.34.

    8.lbid.

    9. René Girard, La Violencia ... pág. 10.

    10. Idem, pág. 11.

  • JAIME ZULUAGA VIOLENCIA Y SOCIEDAD

    LAS METAMORFOSIS DE LA VIOLENCIA.

    La violencia es un elemento característico de lasociedad humana; se encuentra en el origen mismo delvínculo societario, su naturaleza es transhistórica, notiene un desarrollo lineal, no se manifiesta de la mismamanera en todas las so-ciedades ni sigue unaevolución determina-da. Sobre una estructu-ra de violencia se su-perponen otra u otrasnuevas, dando origen areorganizaciones de lamisma.

    En la historia de lacivilización europea laconsolidación de lasrelaciones capitalistasde producción estuvoasociada a un procesode mutaciones de la

    VIOLENCE ANDSOCIETY. Con-flict is the basis of all socialties. Theagressivedrives,proper to humanity ac-cording to Freud, tend todissolve these bonds.Therefore, no society can

    violencia que encuentran su expresión final en la forma-ción de los estados nacionales democráticos.

    En este proceso hay que destacar el papel quecumple el sistema judicial. Para Girard todos los proce-dimientos que permiten moderar la violencia se fundanen ella. El ritual del sacrificio tiene el sentido de prevenirla violencia, ayuda a mantener a raya la venganza quetiene un claro sentido de castigo al culpable. El hombrese libra del terrible deber de la venganza "en el momen-to en que la interoención de una autoridad judicial indepen-diente se hace COACTIVA [...] Si nuestro sistema nos parecemás racional es, en verdad, porque resulta mas estrictamenteconforme al principio de venganza. En vez de obrar en impedirla venganza, en moderarla, en eludirla, o en desviarla haciauna meta secundaria, como todos los procedimientos propia-mente religiosos, el sistema judicial racionaliza la venganza,logra dividirla y limitarla como se lo propone; la manipula sinpeligro; laconvierte en una TECNICA extremadamen te eficazde curación y, secundariamente, de prevención de la violencia[...] El sistema judicial y el sacrificio ejercen pues en fin decuentas la misma función, pero el sistema judicial es infinita-mente más eficaz. No puede existir sino asociado a un poderpolítico verdaderamente fuerte ".11

    11. Idem págs. 30-32.

    12. "En el viraje de los dos siglos, una nueva legislación define el poder de castigarcomo una función general de la sociedad que ejerce de la misma manera sobre todossus miembros, y en la que cada uno de ellos está igualmente representado; pero alhacer de la detención la pena por excelencia, esa nueva legislación introduceprocedimientos de dominación característicos de un tipo particular de poder. UnaJusticia que se dice 'igual", un aparato judicial que se pretende "autónomo", pero quepadece las asimetrías de las sujeciones disciplinarias, tal es la conjunción denacimiento de la prisión, 'pena de las sociedades civilizadas". Michel Foucault enVigilar y castigar, Siglo XXI, México, 1976. Pág. 233.

    El ejercio de la justicia es la práctica institucional dela violencia contra el individuo por parte de la sociedad,La sociedad aparece representada en un abstracto, elpoder judicial, que actúa en defensa de la comunidad yen nombre del interés colectivo. La venganza social sus-tituye la venganza individual y la prisión "excluye" del

    grupo al culpable 12. Elsentido final de la ac-ción judicial, su poderestabilizador para laexistencia de la comu-nidad y su fuerza pre-ventiva de la violenciaes la "seguridad de que elorden jurídico ya estable-cido no se quebrantarápara favorecer a unindividuo" 13.

    Un poder judicialde esta naturaleza sólopodía consolidarse enel proceso de forma-

    ción del estado nacional, espacio de identidad de losindividuos en su condición de sujetos en el sentidomoderno: ciudadanos. La categoría de ciudadano escorrelativa a la representación del Estado como factor deunidad nacional. La sociedad civil y el Estado son"imaginados" como dos elementos diferentes yarticula-dos entre sí, en cuya relación se resuelve la unidad de losocial. La primera, fundada en las relaciones intersubje-tivas en las cuales se afirma la diversidad, es el campo dedesarrollo de la violencia del intercambio y de la compe-tencia; el segundo, es el espacio supraconflictual abstraí-do de los intereses particulares, por lo cual, cada uno delos individuos se siente representado en él y le confiereun poder de comunidad que se enfrenta legítimamente,como derecho, al poder del individuo. Correspondeentonces al Estado el ejercicio de la violencia legítimaque determina como ilegítima la violencia del indivi-duo. El poder subordinante del Estado es la otra cara dela subordinación asumida por la sociedad civil quedelega en él la defensa y representación de sus dere-chos.'!

    Correlativo a este proceso se produjo en las socie-dades europeas el fortalecimiento de la moneda, institu-ción nacida de la violencia del intercambio que se con-vierte en el instrumento de su normalización. La mone-

    escape from violence. Thefunction of culture is topromote transformationsin its manifestations,making possible socialagreement, which doesnot mean elimination ofall conflicto

    13. Sigmund Freud, El Malestar ... pág. 58.

    14.1:11 el reconocimiento del derecho como poder, cuya fuerza reside en su admisióncomo expresión de la comunidad de intereses de los miembros de un grupo dehombres unidos, coinciden Sigmund Freud, René Girard y Hannah Arendt. De estaúltima puede consultarse su ya clásico ensayo 'Sobre la violencia" en Crisis de larepública, Madrid, Ed. Taurus, 1973.

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  • DOSSIER

    da cumple una función homogeneizad ora de los espa-cios -para el intercambio y la circulación de las mercan-CÍas-y de separación de los hombres de los objetos quedesean. Al diferenciarse el individuo del objeto deseadose desplaza el deseo del sujeto al objeto, lo que permiteque la violencia se exprese por medio del intercambio.Tal como señala Aglietta, "una sociedad capaz de desviar eldeseo sobre el acaparamiento de los objetos, de consevar unadistancia entre el deseado valor de uso y la persona que lo po-see, puede soportar una violencia mucho mayor que unasociedad en la cual los objetos son los símbolos que representandirectamete a las personas vivas o muertas">.

    Ciudadano y moneda son dos categorías socialeshomogeneizantes que, con fundamento en el carácterconflictivo del vínculo societario y más allá de las dife-rencias sociales, expresan la institución simbólica de losocial que permite construír en estas formaciones socia-les la unidad de la sociedad.

    Es indispensable señalar que este proceso se dió,como señalaron en su tiempo Smith y Marx, en medio dela más fuerte violencia que hizo posible la acumulaciónde capital: violencia ejercida contra las clases subalter-nas y la nobleza dominante. El sentido de la misma erarevolucionario, orien-tado a crear un nuevoorden social. Con eltriunfo de la burguesíaeste violencia se con-virtió en fuente de de-recho y fundamento dela nueva legalidad. 16 Eltriunfo de la burguesíay la expansión y conso-lidación de las relacio-nes capitalistas de pro-ducción posibilitaron lahegemonía social y po-lítica de la burguesía.La concepción demo-crática, en la cual éstahabía fundado su lucha política, se impuso como la con-cepción de la sociedad; los intereses particulares de unaclase aparecieron como los intereses de la sociedad today, el poder burgués legitimado, apareció como el poderde la colectividad triunfante sobre el de los individuos.La violencia había generado derecho y encamaba en laacción del Estado como violencia legítima, ilegitimandode hecho cualquier forma de violencia que se ejercierapor fuera de él.

    LA VIOLENCE ETLA SOCIETE. Leconflit est a la base du líensocial. Les pulsions agres-sives, propres a l'éirehumain d' apres Freud,tendent a la dissolutiondu líen social. Aucunesociété ne réussit a échap-

    15. Michel Aglietta et al, cp. cit. pág. 35.16. Walter Benjamin, en una perspectiva Quecoincide notablemente con la tesis deFreud de Que en los orígenes del derecho se encuentra la violencia, analiza estarelación en el ensayo 'Para una crítica de la violencia" incluído en Angelus Novus,Barcelona, EDHASA, 1971.

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    La democracia es para estas sociedades el resulta-do de complejas y prolongadas luchas, en las que seconstituyen clases claramente determinadas; la violen-cia sufre en ese proceso mutaciones como las señaladas,que originan estructuras expresivas de nuevas moda-lidades de violencia. El orden democrático no implicaentonces la supresión de los conflictos ni la eliminaciónde la violencia. Pero, a través del Estado y, en par-ticular de la Justicia, posibilita que la comunidad, orga-nizada, regida por leyes, prevenga las subversiones y11 tenga a su cargo la ejecución de los actos de violencia acordesal derecho". 17

    A MANERA DE CONCLUSION.

    La agresión y el conflicto son consustanciales alvínculo societario e inherentes a todas las formas deorganización social. Asumir positivamente la naturale-za conflictiva del vínculo societario evita "satanizar" elconflicto y permite adentrarse en la exploración de lacomplejidad de sus formas de expresión. Pero, sobretodo, posibilita renunciar a la ilusa pretensión de cons-truír un orden social ajeno al conflicto.

    En una sociedadcomo la nuestra, mar-cada por décadas deconflicto armado ycruzada por múltiplesformas deviolencia,lossectores sociales y po-líticos tienden a polari-zarse y a concebir laposibilidad de la paz yde la consolidación delorden democráticocomo ausencia de con-flictos. Idea ciertamen-te peligrosa. La añoran-za del "paraíso" que en-cierra, ocul ta una bús-

    queda angustiada de sociedades homogéneas y poderestotalitarios.

    Si los conflictos no son eliminables, la búsqueda dela paz está ligada a la creación y consolidación de espa-cios que posibiliten la expresión de éstos sin el fácilrecurso de la supresión del opositor. Es éste uno de loselementos esenciales para la "conflictiva y nunca acabadaconstrucción del orden'