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1 “Una mirada sociológica al “outsourcing”: las tendencias de la flexibilidad externa e interna y la empresa red en el capitalismo contemporáneo” (*) Fernando Urrea Giraldo 1 Introducción: Este texto tiene como objetivo hacer una presentación conceptual y metodológica del llamado outsourcing desde la sociología del trabajo, apoyándose en algunos de los desarrollos teóricos más recientes en este campo. Para ello busca enmarcar este tipo de práctica gerencial en el nuevo orden social del capitalismo contemporáneo en el mundo del trabajo, con los efectos sociales de este último a nivel de las empresas y la vida social y los problemas que esto conlleva en la gestión de los recursos humanos. La perspectiva desde la sociología sobre el mundo del trabajo es diferente a la que tienen la administración de empresas, la ingeniería industrial, la economía laboral convencional y la misma psicología industrial, y en general, todas las disciplinas relacionadas con los procesos de gerencia o administración de recursos humanos. El mundo del trabajo para la sociología es un campo de relaciones sociales, en el que operan agentes con determinados intereses, estrategias y proyectos de vida, a través de las trayectorias individuales o colectivas alrededor de la vida laboral y los mecanismos institucionales que se crean en las empresas y su entorno. En este sentido, detrás de todo proceso administrativo o de ingeniería aplicado al mundo del trabajo, para la sociología hay agentes sociales con intereses, estrategias, proyectos y trayectorias. La empresa y todo su entorno es vista como un campo de fuerzas en tensión dinámica y, por lo mismo, cambiante según las lógicas de las prácticas de los agentes envueltos en una relación laboral. Toda empresa es una relación social orientada hacia la producción de bienes y/o servicios en la que intervienen diversos agentes (trabajadores, empresarios, Estado) con intereses específicos, proyectos con algún (*) Texto presentado en el Seminario Regional de Actualización en Gestión Humana: “Procesos y prácticas de gestión humana; decisiones que agregan valor”. ACRIP- Caldas, Manizales, 25 y 26 de abril del 2003. 1 / Sociólogo, Profesor Titular Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle, Cali. Agradezco la lectura y comentarios al texto de los estudiantes de sociología de la Universidad del Valle, Jorge Mario Cardona y Hernán Darío Herrera.

Una mirada sociológica al outsourcing

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“Una mirada sociológica al “outsourcing”: las tendencias de la flexibilidad externa e

interna y la empresa red en el capitalismo contemporáneo”(*)

Fernando Urrea Giraldo1

Introducción:

Este texto tiene como objetivo hacer una presentación conceptual y metodológica del

llamado outsourcing desde la sociología del trabajo, apoyándose en algunos de los

desarrollos teóricos más recientes en este campo. Para ello busca enmarcar este tipo de

práctica gerencial en el nuevo orden social del capitalismo contemporáneo en el mundo del

trabajo, con los efectos sociales de este último a nivel de las empresas y la vida social y los

problemas que esto conlleva en la gestión de los recursos humanos.

La perspectiva desde la sociología sobre el mundo del trabajo es diferente a la que tienen la

administración de empresas, la ingeniería industrial, la economía laboral convencional y la

misma psicología industrial, y en general, todas las disciplinas relacionadas con los

procesos de gerencia o administración de recursos humanos. El mundo del trabajo para la

sociología es un campo de relaciones sociales, en el que operan agentes con determinados

intereses, estrategias y proyectos de vida, a través de las trayectorias individuales o

colectivas alrededor de la vida laboral y los mecanismos institucionales que se crean en las

empresas y su entorno. En este sentido, detrás de todo proceso administrativo o de

ingeniería aplicado al mundo del trabajo, para la sociología hay agentes sociales con

intereses, estrategias, proyectos y trayectorias. La empresa y todo su entorno es vista como

un campo de fuerzas en tensión dinámica y, por lo mismo, cambiante según las lógicas de

las prácticas de los agentes envueltos en una relación laboral. Toda empresa es una relación

social orientada hacia la producción de bienes y/o servicios en la que intervienen diversos

agentes (trabajadores, empresarios, Estado) con intereses específicos, proyectos con algún

(*) Texto presentado en el Seminario Regional de Actualización en Gestión Humana: “Procesos y prácticas de gestión humana; decisiones que agregan valor”. ACRIP- Caldas, Manizales, 25 y 26 de abril del 2003. 1/ Sociólogo, Profesor Titular Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle, Cali. Agradezco la lectura y comentarios al texto de los estudiantes de sociología de la Universidad del Valle, Jorge Mario Cardona y Hernán Darío Herrera.

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sentido ético y estrategias determinadas; siendo el capitalismo el cuadro de referencia en el

que se desarrollan las diferentes organizaciones empresariales, como orden socioeconómico

e institucional.

En cualquier relación laboral hay una dimensión “subjetiva” y otra “objetiva”. La primera

tiene que ver con el contenido del trabajo en cuanto actividad creativa individual-colectiva

en un ambiente de autonomía, versus rutinaria o monótono-repetitivo (y por lo mismo no

creativa) en un marco heterónomo de subordinación. La segunda dimensión se expresa a

través de las modalidades de remuneración que recibe el trabajador, las que están

relacionadas con las formas de contratación de éste, y las formas de apropiación del

producto y los instrumentos de producción (ya sea de bienes o servicios), que se cristalizan

en una organización empresarial determinada. Estas dos dimensiones en interacción

recíproca - tomadas en cuenta en la mirada sociológica - producen una actividad placentera

versus displacentera o generadora de felicidad versus sufrimiento para quien la ejecuta, o

sea, el trabajador (de acuerdo con Baudelot y Gollac, 2003).

El capitalismo entre los siglos XIX y XX se ha apoyado en diferentes regímenes históricos

de gestión de la fuerza de trabajo de acuerdo a los patrones de acumulación (Coutrot, 1998:

145-215)2: paternalista, liberal, profesional, fordista de diversos tipos, toyotista y el más

reciente, neoliberal, el cual habría comenzado a desarrollarse a partir de la década del

ochenta en el siglo XX en las diferentes sociedades capitalistas del planeta, paulatinamente

imponiéndose a las modalidades anteriores. A lo largo del siglo XX fueron dominantes los

regímenes fordistas (clásico, neofordista y postfordista), sobre todo entre la segunda

postguerra y finales de los años setenta, con algunos remanentes del paternalismo y el

2 / Coutrot utiliza el concepto de régimen de movilización de la fuerza de trabajo, entendido como “un sistema técnico, organizacional y social, inserto en un mercado, y encuadrado por reglas e instituciones políticas, que organiza las condiciones de la transformación de la fuerza de trabajo en trabajo efectivo” (p.170). El régimen de movilización permite la articulación de tres espacios sociales: el espacio de la circulación o del mercado con unas formas de concurrencia y estrategias de competitividad; el espacio de la organización de la producción de bienes y servicios a través de la división y coordinación del trabajo y los modos de control del trabajo; y el espacio simbólico en donde están en construcción identidades individuales y colectivas, fuera y dentro del trabajo. En la conjunción de los espacios del mercado y el organizacional productivo juega la tecnología y en la conjunción de los espacios organizacional y simbólico operan las calificaciones, las identidades en la esfera del trabajo y las formas de conflicto y cooperación. Las formas de articulación de los tres espacios determinan el sistema de oficios y empleos y la dinámica del mercado de trabajo, en interacción con un tipo de intervención estatal (Coutrot, op. cit.).

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surgimiento de la variante toyotista en los años de postguerra. La hegemonía del fordismo

se dio a través de procesos de acumulación capitalista que privilegiaban las estructuras

industriales verticales con una producción en gran escala y formas de empleo estables

(carrera a lo largo de la vida laboral en una empresa). Si bien, el llamado postfordismo y la

variante del régimen toyotista constituyeron cambios importantes respecto a los anteriores

(por ejemplo, la escala de producción en el postfordismo es flexibilizada y adecuada a las

exigencias de la demanda, al igual que en el modelo toyotista), se mantenía todavía la

estabilidad laboral dentro de un proyecto de carrera con construcción de identidades

individuales y colectivas en el mundo del trabajo.

Es en un nuevo contexto transnacional de acumulación y regulación capitalista, bajo la

hegemonía del capital financiero-accionario, que aparece el nuevo régimen de movilización

de la fuerza laboral, que Coutrot denomina neoliberal, el cual se impone en la organización

del trabajo y con ella, en la configuración misma de la empresa capitalista contemporánea.

La característica predominante será la concurrencia exacerbada y con ella la incertidumbre

en medio de mercados desregulados, respecto a las formas anteriores de mercados

protegidos que eran más afines a los regímenes fordistas.

La nueva empresa capitalista y el outsourcing:

En el capitalismo contemporáneo la tendencia dominante es la descentralización o

desconcentración de los procesos productivos de bienes y servicios, en la dirección de una

actividad empresarial organizada en modelo celular de red, como unidades externas /

internas de diferentes tamaños que operan bajo la forma de negocios independientes (con

contabilidades separadas o medición de los costos de producción delimitados y ajustados

por el mercado). Dichas unidades confluyen en empresas o secciones de una misma

empresa, las cuales son vistas como oferentes o demandantes de un determinado bien o

servicio: una empresa ofrece un determinado bien o servicio que constituye su negocio

central y demanda bienes o servicios de otros negocios que operan “autónomamente”

(autonomías controladas por el negocio dominante y reguladas en función del mercado),

pero que le permiten a su vez generar el negocio principal a esa empresa demandante. En

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términos ideales (y por lo mismo utópicos) el negocio principal puede descomponerse ad

infinitum en diversas unidades “autonomizadas” que compiten por reducir costos y

aumentar calidades hasta llegar a una firma al máximo descentralizada o desconcentrada y

por lo mismo “ligera”, “ágil” o “flexible” (lean firm). Esta desconcentración /

descentralización se da vía una dinámica intensamente competitiva entre ganadores y

perdedores, sin ninguna “compasión”, y por lo mismo cada vez más desregulada (Veltz,

2000: 173-190).

Por supuesto, las transformaciones tecnológicas, desde los años ochenta, de la informática y

los desarrollos revolucionarios en las comunicaciones y la tecnología digital a escalas cada

vez más reducidas, han jugado un papel central como herramienta en la modelización en

red de la empresa capitalista contemporánea, ya que difícilmente sin estas tecnologías

hubiesen sido casi imposibles los procesos de descentralización empresarial. El aporte de

estas tecnologías de comunicación ha sido fundamental en el cambio de las economías de

escala: del anterior modelo clásico de integración vertical al de articulación en red,

permitiendo lo que antes habría sido imposible, la coordinación estrecha de actividades sin

que todas estén localizadas en un mismo lugar ni tengan una propiedad común, ni un

tamaño óptimo (en número de trabajadores, rangos de volúmenes de producción o de

activos productivos). Con excepción de algunos sectores productivos en los cuales existen

todavía restricciones de integración tecnológica (por ejemplo, acerías, cemento, papel,

petroquímica), en la mayor parte de los casos la necesidad técnica de concentración es cada

vez menos acentuada. Por esta razón, hoy en día la escogencia entre concentración de la

producción (con la consiguiente complejidad de la logística) o desconcentración de ella

(simplificación de la logística) es frecuentemente muy abierta.

La especialización por metas y por productos diferenciados según mercados (clientes)

tiende así a sustituir la especialización por los procedimientos, los medios o los saberes

técnicos, al igual que es la forma contractual la que se impone entre las unidades que

operan como negocios, bajo la figura del cliente. Se impone así una lógica de resultados en

la actividad empresarial, independientemente de los medios técnicos y las formas de

organización del trabajo que son puestas en operación.

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De otra parte, el modelo celular en red es de carácter plurifuncional (en el sentido de las

grandes funciones clásicas de la firma), lo que significa que en las diferentes unidades se

articulan saberes y objetivos técnicos y comerciales múltiples, aunque operen unidades de

concepción, de ventas, etc. Es decir, una lógica de mini-empresas articuladas (de ahí el

término de negocios) en un esquema flexible de subcontratación de demandantes a

oferentes, pero como dice Coutrot (op.cit.), de cooperación forzada impuesta por el

mercado. De ahí, que la autonomía que tienen las unidades o negocios articulados como

células de red esté controlada por el juego de las regulaciones que impone la concurrencia y

las exigencias de la clientela en el corazón mismo de la producción de bienes y servicios.

Veltz (op. cit.:174-175), presenta la siguiente clasificación empírica de la nueva

configuración empresarial en esquema de red:

1) la gran firma integrada clásica que evoluciona hacia un conjunto de estructuras-

núcleos rodeadas de una nebulosa de unidades abastecedoras en cascada;

2) las redes de pequeñas y medianas empresas organizadas en cadenas de valor

agregado mediante “paquetes de negocios”, ya sea alrededor de una firma como jefe

de orquesta o en red horizontal prácticamente a-centrada, como es el caso de los

distritos territoriales a la italiana;

3) la firma “vacía” o “virtual” (hollow corporation), que es una especie de término

intermedio entre los dos esquemas precedentes, en donde un centro estratégico

coordina las actividades de producción y de venta exclusivamente exteriores (es el

famoso esquema Nike o Benetton, empresas que no emplean directamente sino

alrededor del 5% de la fuerza de trabajo total de la cadena de valor controlado por la

marca);

4) las redes más laxas y más específicas de alianzas tecnológicas o comerciales entre

grandes firmas generalmente concurrentes;

5) agrupamientos (casi siempre bajo la modalidad de holding) entre grandes, pequeñas

y medianas empresas, buscando poner en común recursos abundantes de diferentes

tipo, entre otros financieros (conformando mini-grupos empresariales);

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6) espacios profesionales más o menos estructurados, en donde los profesionales y

técnicos independientes circulan de estatuto en estatuto ofreciendo consultorías a las

firmas y a las redes de actividades empresariales;

Estas modalidades, como anota Veltz (op. cit.), se interpenetran de manera compleja.

Aunque ellas no son reductibles las unas y las otras, de todos modos unas son el resultado

de un proceso de descomposición de las antiguas grandes estructuras monolíticas integradas

verticalmente, y otras, de un proceso de interconexión creciente entre pequeños productores

de bienes y servicios especializados.

Según Veltz (1996: 130, 148, 152, 174), la nueva empresa en cadena o en red es la

aplicación de la productividad sistémica de relaciones entre múltiples unidades

“autónomas”, o sea, la división del trabajo entre las unidades de red.

Lo anterior explica el porqué este tipo de concurrencia exacerbada lleva a privilegiar las

lógicas de las externalidades y la polivalencia de tareas en el puesto de trabajo a partir del

modelo de competencias, para ajustar al máximo todo tipo de costos y aumentar la calidad

de los bienes y servicios ofrecidos, en la medida en que prima satisfacer las demandas del

cliente. En realidad, el fenómeno del capitalismo contemporáneo en todos los procesos

productivos de bienes y servicios es la tercerización de las actividades que componen la

organización de la misma actividad productiva (Veltz, 1996: 175-177), en cuanto cada vez

más se trata de un modelo “prestador de servicios”. Por eso el cliente es la figura

emblemática en los discursos gerenciales, ya que proviene del campo del consumo (proceso

de distribución, por excelencia, hoy en día una de las actividades de una economía

tercerizada con un poder creciente a través de las grandes cadenas de distribución): se

designa así en el lenguaje “cliente interno” y “cliente externo”. Pero además la

tercerización tiene que ver con la enorme importancia que tienen los servicios

especializados, desde la consultoría especializada hasta el mantenimiento productivo,

pasando por los sistemas y mecanismos de seguridad (Veltz, op. cit.), todo a la par con los

avances tecnológicos en informática y comunicación de las últimas dos décadas.

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De esta forma, la nueva configuración de la empresa capitalista se apoya en el paradigma

de la flexibilidad productiva externa e interna3 (Boyer, 1986 y 1994; Coutrot, op. cit.). El

llamado outsourcing corresponde a una forma de aplicar la combinatoria de

flexibilidades productivas externa e interna para una empresa y operar idealmente

bajo el esquema de red. Es posible que hasta ahora se observe sólo desde la flexibilidad

externa (la subcontratación de procesos productivos “no esenciales” o que no forman lo

“específico” del negocio) pero su aplicación más rigurosa conlleva a generalizar a través de

recursos de gerencia colaterales o complementarios (benchmarking) el tratamiento de todas

las actividades productivas a la manera de negocios diversificados y articulados, cada uno

con sus costos desagregados y márgenes de rentabilidad trazados por el mercado4. La firma

o empresa clásica se diluye entonces en unidades “autonomizadas” – aunque como se vio

antes esto es en términos relativos - en competencia recíproca, pero necesariamente

jerarquizadas y subordinadas a grupos empresariales corporativos en los cuales los

accionistas y los intermediarios financieros y los cuadros de consultoría de la dirección

controlan las áreas centrales del negocio o de un paquete de negocios.

En principio se externalizan vía outsourcing las actividades “que no son el objetivo del

negocio”, las cuales mediante la concurrencia de oferentes se bajan los costos, reservándose

las actividades que aportan ventajas estratégicas “por fuera de los costos”. Sin embargo, es

una equivocación considerar que esta lógica siempre es así. Por ejemplo, en la industria del

ensamblaje automotriz, en la que la externalización representa hoy en día más del 70% del

valor agregado de la cadena, los cálculos del tipo “hacerlo” o “comprarlo”, consistente en

comparar los costos internos y los precios cuando se compra a un abastecedor, han perdido

3 / La externa hace referencia al uso de las externalidades al máximo, para la reducción de costos de gestión de la masa salarial, tanto de trabajadores no calificados como calificados, y el uso de capacidades tecnológicas especializadas que tienen otras empresas, que a su vez reduce significativamente los costos de inversión y entrenamiento especializado. Esto tiene un efecto en el corto y mediano plazo frente a la incertidumbre que impone la concurrencia. La interna se enfoca más hacia el largo plazo mediante la polivalencia entre funciones calificadas, la movilidad interna entre servicios y unidades de la empresa, la formación continua del personal privilegiando la conformación de competencias individuales y colectivas, y la remuneración por resultados, dentro de un ambiente cada vez más exigente de compromiso individual del trabajador con la empresa. 4 / El benchmarking es una estrategia gerencial para designar la comparación sistémica de todos los componentes de un sistema productivo con los que poseen las empresas concurrentes en el mercado, o también la comparación interna permanente de los resultados de unidades, equipos o incluso de trabajadores individuales (Veltz, 1996: 163).

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considerablemente su importancia, ya que el costo directo es apenas un parámetro entre

otros. Hay otras lógicas que entran a jugar: a) se controla mejor un abastecedor que un

taller o una unidad interna, ya que se dispone de medios más eficaces sobre los tiempos, los

precios y la calidad (a veces los costos de organización interna son superiores a los de

transacción en el mercado); b) si cae la demanda es más fácil retirar a un abastecedor que

despedir trabajadores; c) es a menudo más simple exigir una prestación externa a un

abastecedor que organizar un proceso de producción. De este modo, control del tipo de

producto o servicio deseado, difusión del riesgo y simplificación del proceso son tres

elementos centrales del outsourcing; de ahí, que incluso actividades que forman parte

del “corazón del oficio” de la empresa o negocio, o de las llamadas “competencias

estratégicas” pueden ser externalizadas.

Como anotan Boltanski y Chiapello (2002: 482-483), a todos los niveles de la cadena de

valor (desde oferentes a demandantes en los distintos negocios) el diferencial de movilidad

es hoy en día una mercancía muy apreciada. Su precio sube a gran velocidad y lo pagan

exclusivamente los “lentos” (que serían a su vez los trabajadores menos flexibles). De todas

maneras los más “rápidos” requieren de las actividades fijas (máquinas y herramientas y

fuerza de trabajo) en localidades concretas, pero sin soportar el fardo de esas actividades

que terminan siendo para ellos un lastre en el ejercicio de acumulación, limitándose a

comprar a subcontratistas, a poner su marca y vender por Internet, recuperando por el

camino la mayor parte del valor agregado de la cadena.

Efectos sociales del nuevo modelo empresarial:

La nueva configuración empresarial en red ha conllevado importantes transformaciones en

las relaciones laborales a nivel individual y colectivo en la sociedad contemporánea, las que

colocan un complejo y difícil reto a la gestión de la fuerza de trabajo, no obstante, que el

discurso dominante de management o gerencial concibe que en el nuevo marco del orden

empresarial, en el que se impone la concurrencia exacerbada, los trabajadores al incorporar

una mentalidad competitiva se adecuarían a las demandas de flexibilidad sin ofrecer

resistencias, comportándose “como empresarios de sí mismos”. Esta última premisa de

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corte economicista5 olvida precisamente que el universo del trabajo es un campo social

sujeto a tensiones y conflictos, en el que entran en juego las dimensiones subjetivas y

objetivas del proceso productivo y con ellas una mayor o menor felicidad o sufrimiento de

los diferentes grupos de trabajadores, según los niveles de calificación e inserción

sociolaboral de ellos; resultados que además se expresan en términos de mayor equidad o

inequidad social y de mayor inclusión o exclusión social.

La puesta en marcha de procesos de flexibilidad externa / interna implica la progresiva

disociación de la empresa entre unidad técnica-económica de hecho y unidad jurídica, lo

cual es profundamente desestabilizador para los trabajadores y por supuesto, para las

organizaciones sindicales. Se tiene así en una cadena de valor en red varias unidades

empresariales como agentes jurídicos independientes bajo una malla o constelación de

prestación de servicios, de suerte que la tendencia es a definir el trabajo subordinado,

cualquiera que él sea, como una prestación a cumplir entre clientes, como un resultado a

obtener en un determinado tiempo que es pagado. De esta forma, en términos jurídicos, el

derecho comercial tiende a sustituir así al derecho del trabajo incluso en materia de

regulación del empleo, ya que el nuevo orden social empresarial genera una mutualización /

difusión de los riesgos del empleo a través del juego de las externalidades y en un contexto

más amplio, de la flexibilización externa e interna de las relaciones laborales, afectándose

en particular los agentes más débiles en la red; por ello, la precarización creciente del

trabajo asalariado es un resultado de esta modalidad de distribución de los riesgos, ya que

como observan algunos autores (Castels, 1995), cada vez hay menos lugar para un trabajo

estable que permita una carrera laboral. Podría decirse que éste es un asunto del pasado en

el nuevo orden empresarial.

Llama la atención que el nuevo orden social empresarial ofrece un discurso idealizador del

trabajador comprometido con la empresa (negocio), aunque con una mayor carga laboral y

sobre todo una mayor responsabilidad (aumento en las exigencias de control de calidad),

pero sin las garantías de estabilidad ya que él va a asumir los riesgos del desempleo y

5 / Bajo el supuesto de que el mercado es el mejor asignador de los recursos de una sociedad a partir de los comportamientos individualizados.

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además financiar crecientemente su seguridad social futura o presente y la de su familia,

con ingresos salariales discontinuos y en muchos casos cada vez más fragmentados. Esto es

más evidente entre los trabajadores no calificados, semicalificados y una serie de grupos

calificados (tanto operarios como técnicos y profesionales, muchos de ellos mandos medios

y cuadros de dirección intermedia), que conforman la mano de obra de una cadena de valor

organizada en red a través de unidades como negocios independientes6. Por supuesto, ya

desde hace varios años también es observable en las unidades de una misma empresa

localizada en un mismo sitio y con continuidad en su infraestructura productiva, mediante

el aprovechamiento de la pluralidad de formas de contratación laboral. Sociológicamente el

fenómeno que se registra es el desplazamiento de la carga de incertidumbre o riesgo

económico desde las unidades empresariales hacia los individuos, las familias, las

comunidades locales, con el consiguiente efecto de enorme ansiedad y sufrimiento, con

menor posibilidad de atenuación en las sociedades capitalistas cuya infraestructura social

ha tenido un bajo desarrollo debido a la reducida oferta de servicios públicos en sus

diferentes adquisiciones históricas (no sólo domiciliarios como agua potable, energía,

eliminación de basuras, etc.; sino también, vivienda, salud básica, educación,

entretenimiento, consumos culturales mínimos, seguridad ciudadana, etc.).

La otra dimensión sociológica son los profundos cambios alrededor de las nuevas formas

de personalidad o de nuevos caracteres psicosociales y que marcan la estrecha relación

entre el mundo del trabajo y la vida social, en particular la cotidiana. Según Veltz (op. cit.:

193), la organización productiva en red que socava las identidades colectivas en el mundo

del trabajo (principalmente las de oficios, de categorías, de taller, de fábrica, así como

antiguas solidaridades sindicales) acoge favorablemente las nuevas expresiones de

individualismo y las modela a la vez. Son cambios morales imbricados en la eficacia

económica de la competitividad sin “compasión”, sin importar los perdedores, quienes son

estigmatizados frecuentemente como “incapaces” o simplemente “poco productivos”. Por

6 / Para los altos cuadros de dirección y sectores tecnocráticos la alta movilidad les es por el contrario enormemente favorable. En el caso de los que rotan entre el sector público y privado en entidades de investigación y consultoría empresarial y social, o entre el sector privado y el público nacionales y los organismos internacionales, las posibilidades de reconversión y / o reciclaje es considerablemente mayor debido a que han acumulado un considerable capital social, debido a las redes de contactos que poseen, amen del capital patrimonial que han acumulado en un período de su ciclo de vida.

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otro lado, la lealtad y fidelidad del trabajador con la empresa se diluyen, como

consecuencia del nuevo régimen de movilización laboral. Ya no es más viable en un mundo

del trabajo fundado sobre la deslegitimidad de los compromisos recíprocos, existentes en

las anteriores relaciones laborales ya en crisis y en franca desaparición, “puesto que ahora

la empresa misma aparece crecientemente como un ensamblaje mercenario” (Veltz, op. cit.:

193). Esto tiene importantes consecuencias en el seno de la organización empresarial al

inducir fácilmente conductas oportunistas (por ejemplo, aprovechar de la organización sin

contrapartida; o jugar contra ella si eso beneficia el interés personal) con sus terribles

impactos sobre la propia organización y los miembros que la componen, desencadenando

un juego peligroso que puede afectar el mundo de los negocios (para no ir muy lejos los

recientes escándalos corporativos en los Estados Unidos, como ha sido el sonado caso de

Enron y otras grandes corporaciones7).

Boltanski y Chiapello (2002: 459-466) lo designan como “las conductas egoístas en un

mundo conexionista”. Así dicen estos autores: “entendemos que los nuevos dispositivos en

red favorecen la aparición y el desarrollo de una forma original de oportunismo, distinta del

oportunismo comercial y más ampliamente extendida......en la medida en que el

oportunismo se presenta ante todo como una disposición de los individuos, partiremos de

las cualidades personales necesarias para quienes pretendan vivir cómodamente en un

mundo conexionista y actuar en busca del éxito personal partiendo, sobre todo, de una hábil

gestión de su capital de relaciones...(con la que)....hace(n) un uso puramente egoísta de las

mismas...”. Los autores denominan estas conductas de hacedores de redes (como

equivalentes al networker anglosajón), en beneficio del éxito personal o individual8. El

7 / La multiplicación reciente de negocios de corrupción alrededor de las fusiones de grandes firmas-redes es un fenómeno muy significativo. Un caso interesante de combinación de “empresa vacía”, completamente externalizada, y desastre ecológico ha sido el reciente naufragio del barco petrolero Prestige en la plataforma submarina al frente de las costas españolas: cuando los países de la Unión Europea (España, Francia y Portugal) más afectados por el desastre ecológico quisieron encausar jurídicamente a los propietarios de la carga petrolera y los dueños del barco para que respondiesen por los daños y perjuicios colectivos, fue imposible hacerlo por no existir una entidad unificada jurídicamente ya que todo se fragmentaba en múltiples subcontratos (de la carga, el barco, la tripulación del barco), una buena parte de ellos ubicados en los llamados “paraísos fiscales”. Lo peor del caso es que una considerable carga de petróleo a nivel internacional es hoy en día movilizada por este tipo de empresas “vacías”, por no decir “fantasmas”. 8 / En el capitalismo regulado de los regímenes fordistas y toyotistas de movilización de la fuerza laboral, hegemónicos hasta finales de los años setenta en el siglo XX, la búsqueda del éxito estaba también regulada por acuerdos tácitos de compromiso y fidelidad con la empresa, con los grupos de trabajo, y en general con

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asunto de la organización empresarial en red nos conduce al problema del capital social y

su acumulación por parte de los agentes en la organización (trabajadores de diferentes tipos

y empresarios) pero en el contexto de relaciones profundamente asimétricas entre unos y

otros, aunque la ética en el modelo hegemónico es la del beneficio privado, que tiende

necesariamente a ser compartida por todos los agentes9. Por esta razón, los

comportamientos oportunistas en un mundo conexionista perjudican al conjunto de un

colectivo de trabajo, cuya capacidad de empleabilidad disminuye, al igual que es

seriamente afectada la empresa que le proveyó de los recursos disponibles.

Estamos pues en presencia de un orden social empresarial en el que el espacio simbólico

colectivo en el trabajo es obsoleto o no tiene importancia en beneficio de las prácticas

individuales, las que son privilegiadas por parte de los diferentes tipos de trabajadores y los

otros agentes productivos (cuadros de dirección y propietarios accionarios o del sector

financiero). Las reciprocidades colectivas no caben en este cuadro de eficiencia y mejora de

la calidad en un ambiente de concurrencia exacerbada. La gerencia de los recursos humanos

en este nuevo contexto presenta retos diferentes a los existentes en los regímenes de

movilización de la fuerza laboral precedentes, ahora en franca crisis, debido a los serios

límites que impone la lógica hegemónica de eficiencia competitiva en un mundo real y

las diversas instituciones públicas y privadas. Podría decirse que se trataba de un individualismo regulado a través del pacto colectivo en el cual el Estado social (en el modelo del llamado Estado de bienestar) jugaba un papel central. 9 / “Supongamos que un hacedor participa en una empresa colectiva, tiene acceso a sus recursos y sólo se encuentra relativamente supeditado a formas burocráticas de control. Ha abandonado la idea de carrera profesional, sabe que el dispositivo en el que participa es temporal y tampoco ignora que, por consiguiente, está abocado a cambiar más tarde o más temprano de actividad. Su estrategia óptima consiste no en compartir sus informaciones y contactos con su equipo en beneficio de su centro trabajo – como lo recomienda la gestión empresarial -, sino por el contrario, en sacar provecho de los recursos que le rodean y del escaso control del que disfruta, para adquirir un capital social que le dará ventajas sobre los demás miembros de su equipo. En este proceso, lo que se gana esencialmente es tiempo. Gracias a su movilidad, el hacedor se adelanta a sus eventuales competidores – es decir, en numerosos casos, a sus colaboradores y amigos – a la hora de dar visibilidad a una forma original (producto, idea, texto, etc.), que quedará desde entonces vinculada a su nombre y persona.....La actividad de los hacedores puede generar grandes dificultades a las personas con las que entran en relación. También suscita problemas de control para las empresas y las organizaciones desde las que operan. Alentados por los beneficios que consiguen, suscitan así mismo inquietud, ya que su propensión a reconducir tales ganancias hacia la empresa tan sólo depende de su lealtad y ésta es incierta.....La naturaleza pasajera, fluida, de las actividades del hacedor le incita a sacar el máximo provecho personal de cada operación, sin preocuparse demasiado por las posibles consecuencias futuras para la institución cuyos recursos utiliza. En un mundo asumido como extremadamente incierto y fluctuante, el yo se erige como el único elemento que merece la pena identificar y fomentar, porque es el único que aparenta ser un poquito duradero... (el hacedor)...es un “empresario de sí mismo”.” (Boltanski y Chiapello, op.cit.: 464-465).

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cruel de pocos ganadores y muchos perdedores (aunque el discurso oficial idealiza las

prácticas de “éxito”, como si todo el mundo pudiese ser un “empresario de sí mismo”10).

Por otra parte, las conductas anómicas contemporáneas en expansión parecieran formar

parte del oportunismo conexionista en las sociedades contemporáneas (Boltanski y

Chiapello, op. cit.: 529-533). Esta es una de las características de la interacción entre el

mundo del trabajo cada vez más en red y la vida privada y cotidiana en un proceso de

impersonalización creciente, en donde se generaliza el desvanecimiento de los lazos

sociales entre ganadores y perdedores y con ello el aumento de las desigualdades entre unos

y otros, hasta alcanzar niveles preocupantes de exclusión social para importantes segmentos

de la población.

¿Qué tipo de dispositivos sociales permiten recuperar elementos de solidaridad e

identidades colectivas mínimas no tradicionales en las actividades productivas que sean

compatibles con las exigencias de los nuevos procesos organizacionales? ¿Es posible

atenuar desde las mismas organizaciones empresariales los comportamientos oportunistas y

el desinterés por los fenómenos de precarización del trabajo? Son preguntas sin respuestas

definitivas por el momento, aunque hay intentos interesantes. Sin embargo, en una primera

etapa, el papel de la sociología y otras ciencias sociales es ayudar a una reflexión crítica, a

través del estudio empírico de las diversas situaciones particulares de cambios en las

organizaciones empresariales (por ramas de actividad, sectores, regiones, tipos de

organizaciones), de modo que esa investigación empírica permita conocer mejor las

tendencias observadas y proponer una serie de medidas de intervención colectiva pactada

entre los agentes productivos, que recojan acuerdos entre empresarios, trabajadores y el

Estado, en materia de programas que garanticen algunos niveles de reciprocidad colectiva y

neutralicen los efectos perversos de una lógica exclusivamente conexionista de tipo egoísta.

En segundo lugar, como lo muestran Boltanski y Chiapello, vale la pena hacer un

seguimiento a los nuevos desarrollos de compromiso ético empresarial en diferentes países

en la línea de llegar a dispositivos de justicia conexionistas, que para el caso van más allá

del objetivo de este texto.

10 / O la utopía del mundo perfecto en el que todos son ganadores.

Page 14: Una mirada sociológica al outsourcing

14

Bibliografía citada:

BAUDELOT, Christian; GOLLAC, Michel et al. (2003) Travailler pour éter heureux? Le

bonheur et le travail en France. Fayard, Paris.

BOLTANSKI, Luc y CHIAPELLO, Ève (2002) El nuevo espíritu del capitalismo.

Ediciones Akal, Serie Cuestiones de Antagonismo, Madrid.

BOYER, Robert (1986) editor La flexibilité du travail en Europe. La Découverte, Paris.

BOYER, Robert (1994) “Les capitalismes vers le XXI siècle. Des transformations majeures

en quête de théories”, mimeo CEPREMAP, Paris.

CASTEL, Robert (1995) Les métamorphoses de la question sociale. Une chronique du

salariat. Fayard, Paris. Hay traducción española.

COUTROT, Thomas (1998) L’entreprise néo-liberale, nouvelle utopie capitaliste?. Éditions

La Découverte, textes à l’appui, série économie, Paris.

VELTZ, Pierre (1996) Mondialisation, villes et territoires. L’économie d’archipel. Press

Univesitaires de France, série Économie en liberté, Paris.

VELTZ, Pierre (2000) Le nouveau monde industriel. Éditions Gallimard, série le débat,

Paris.

Otros textos de referencia sobre el tema (no citados):

CASTELLS, Manuel (1998) La era de la información. Economía, sociedad y cultura.

Volumen 1, La sociedad red. Alianza Editorial, Madrid.

CASTELLS, Manuel (2001) La galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y

sociedad. Plaza Janés, Madrid.

URREA, Fernando (2000) Innovación y cultura de las organizaciones en tres regiones de

Colombia, Coautores: Luz Gabriela Arango, Carlos Dávila L. De Guevara, Carlos A.

Mejía, Jairo Parada y Campo Elías Bernal. Ediciones Colciencias, Corporación Calidad.

Tercer Mundo, Bogotá.

URREA, Fernando (2002) “Globalización y prácticas de flexibilización laboral en grandes

empresas: el caso colombiano”. En Sociología del Trabajo, nueva época, número 44,

invierno de 2001-2002, Madrid: 41-74.

Page 15: Una mirada sociológica al outsourcing

“Una mirada sociológica al “outsourcing”:L t d i d l fl ibilid d tLas tendencias de la flexibilidad externa e interna y la empresa red en el capitalismo y p p

contemporáneo”

F d U Gi ldFernando Urrea GiraldoUniversidad del Valle

Page 16: Una mirada sociológica al outsourcing

Mundo del trabajo

Campo de relaciones sociales, en el que operan p q pagentes con determinados intereses, estrategias y proyectos de vida a través de las trayectoriasy proyectos de vida, a través de las trayectorias individuales o colectivas alrededor de la vida laboral y los mecanismos institucionales que selaboral y los mecanismos institucionales que se crean en las empresas y su entorno.

Page 17: Una mirada sociológica al outsourcing

Dimensiones del mundo del trabajoDimensiones del mundo del trabajo

Trabajo como actividad creativa individual-colectiva

Subjetiva

Trabajo como actividad creativa individual-colectiva en un ambiente de autonomía, versus rutinaria o monótono-repetitivo (y por lo mismo no creativa) en p (y p )un marco heterónomo de subordinación

Se expresa a través de las modalidades de remuneración que recibe el trabajador, las que están

Objetiva

q j qrelacionadas con las formas de contratación de éste, y las formas de apropiación del producto y los i d d ió ( d biinstrumentos de producción ( ya sea de bienes o servicios), que se cristalizan en una organización empresarial determinadaempresarial determinada.

Page 18: Una mirada sociológica al outsourcing

Estrategias de Flexibilidad Externa / Interna

Soluciones externas Soluciones internasSupernumerarios Horas extrasTemporales Desempleo parcial

NecesidadesCuantitativas

Contratos a termino fijo Trabajo a tiempo parcialTrabajo a destajo Flexibilidad de la jornada

laborallaboralOtros dispositivos de organización de la jornada laboral

NecesidadesSubcontratación por especialidad Polivalencia

NecesidadesCualitativas

especialidadAsociaciones y redes productivas Organizaciones flexibles

Tomado de CHARPENTIER, Pascal. Les transformations de la société salariale, en: Cahiers francaise, septembre – octobre 2001.

Page 19: Una mirada sociológica al outsourcing

Esquema General de Regímenes de Movilización (Coutrot, 1998)

Espacio decirc lación

Espacioproductivo

Espacio simbólicocirculación productivo simbólico

Formas de concurrencia División /

di ió

Calificación Identidades fuera del

b j Esfera

Estrategias de Tecnología

coordinación del trabajo

trabajoIdentidades y colectivos de trabajo

Esfera doméstica

competitividad Formas de control

del trabajo

Formas de conflicto/ cooperación

j

j / cooperación

Sistema de M d d t b jEstadorelaciones

profesionales

Mercado de trabajo(ejército de reserva)

Estadosocial

Page 20: Una mirada sociológica al outsourcing

Regímenes Fordistas de Movilización (Coutrot, 1998)(Racionalidad instrumental) (Racionalidad comunitaria)

Mercado ComunidadOrganización productivaproductiva

Tecnología mediana o

Id id d

Calificación reconocida fuertemente

Baja concurrenciaCompetitividad

por precio o t l í

pesada

InterdependenciaRutinización

Identidad de clase:Fuerte (A)Débil (B)

fuertemente por la empresa

Fuertes identidades en el trabajo:

tecnología RutinizaciónTrabajo en equipo

Control técnico y burocrático

Fuertes identidades en el trabajo:Sindicato (A), Corporación (B)

Mercado interno negociación de empresaMercado interno negociación de empresa

A: Cultura de cuerpos o de taller, fuerte p ,conflictividadB: Cultura de empresa, baja conflictividad

Page 21: Una mirada sociológica al outsourcing

Régimen Toyotista de Movilización (Coutrot, 1998)(Racionalidad instrumental) (Racionalidad comunitaria)

Mercado ComunidadOrganización productivaproductiva

Tecnología intermedia

Débil

Calificación reconocida fuertemente

Fuerte concurrenciaCompetitividad

por calidad o i ió

FuerteinterdependenciaPoca rutinizaciónT b j i

Débil Identidad fuera del trabajo

fuertemente por la empresa

Fuertes identidades en el trabajo:

innovación Trabajo en equipo

Control por pares

Fuertes identidades en el trabajo:Cultura de empresa

Mercado interno negociación de empresaMercado interno negociación de empresa

Cultura de empresa, conflictividad p ,ritualizada, auto motivación

Page 22: Una mirada sociológica al outsourcing

Régimen Neo - Liberal de Movilización (Coutrot, 1998)(Racionalidad instrumental) (Racionalidad comunitaria)

Mercado ComunidadOrganización productivaproductiva

Tecnología intermedia

Débil

Fuerte calificación

(Competencias l b l )

Fuerte concurrenciaCompetitividad

por calidad o i ió

FuerteinterdependenciaPoca rutinización

Equipos por proyecto

Débil Identidad fuera del trabajo

laborales)

Débiles identidades en el trabajo:

innovaciónq p p p y

autogenerados

Controlado por los mercados(de productos, de capitales y de trabajo)

Débiles identidades en el trabajo:“Pseudo - cultura de empresa”

Políticas “participativas”

“Cooperación forzada”Conflictividad prohibida

Page 23: Una mirada sociológica al outsourcing

Clasificación Empírica De La Nueva Configuración E i l E E D R d (S ú V lt 1996)Empresarial En Esquema De Red (Según Veltz 1996)

La gran firma integrada clásica que evoluciona hacia un conjunto de estructuras -núcleos rodeadas de una nebulosa de unidades abastecedoras en cascada

Redes de pequeñas y medianas empresas organizadas en cadenas de valor agregado mediante “paquetes de negocios”, ya sea alrededor de una firma como jefe de orquestamediante paquetes de negocios , ya sea alrededor de una firma como jefe de orquesta o en red horizontal prácticamente a-centrada, como es el caso de los distritos territoriales a la italiana

La firma “vacía” o “virtual” (hollow corporation), que es una especie de término intermedio entre los dos esquemas precedentes en donde un centro estratégico coordinaintermedio entre los dos esquemas precedentes, en donde un centro estratégico coordina las actividades de producción y de venta exclusivamente exteriores (es el famoso esquema Nike o Benetton, empresas que no emplean directamente sino alrededor del 5% de la fuerza de trabajo total de la cadena de valor controlado por la marca)de la fuerza de trabajo total de la cadena de valor controlado por la marca)

Page 24: Una mirada sociológica al outsourcing

Clasificación Empírica De La Nueva Configuración E i l E E D R d (S ú V lt 1996)Empresarial En Esquema De Red (Según Veltz 1996)

(continuación)

Redes más laxas y más específicas de alianzas tecnológicas o comerciales entre grandes firmas generalmente concurrentes

Agrupamientos (casi siempre bajo la modalidad de holding) entre grandes pequeñas

grandes firmas generalmente concurrentes

Agrupamientos (casi siempre bajo la modalidad de holding) entre grandes, pequeñas y medianas empresas, buscando poner en común recursos abundantes de diferentes tipo, entre otros financieros (conformando mini-grupos empresariales)

Espacios profesionales más o menos estructurados, en donde los profesionales y técnicos independientes circulan de estatuto en estatuto ofreciendo consultorías a plas firmas y a las redes de actividades empresariales

Page 25: Una mirada sociológica al outsourcing

Outsourcingg

El llamado outsourcing corresponde a una forma de aplicar lacombinatoria de flexibilidades productivas externa e interna para una

id l b j l d d li ió áempresa y operar idealmente bajo el esquema de red. su aplicación másrigurosa conlleva a generalizar a través de recursos de gerenciacolaterales o complementarios (benchmarking) el tratamiento de todasp ( g)las actividades productivas a la manera de negocios diversificados yarticulados, cada uno con sus costos desagregados y márgenes dee t bilid d t d el e d De e te d t l del ti derentabilidad trazados por el mercado. De este modo, control del tipo de

producto o servicio deseado, difusión del riesgo y simplificación delproceso son tres elementos centrales del outsourcing; de ahí, quep g qincluso actividades que forman parte del “corazón del oficio” de laempresa o negocio, o de las llamadas “competencias estratégicas”pueden ser externalizadaspueden ser externalizadas.

Page 26: Una mirada sociológica al outsourcing

Efectos Sociales del Nuevo Modelo Empresarial

Desplazamiento de la carga de incertidumbre o riesgo económico desde las unidades empresariales hacia los individuos las familias las comunidades localesempresariales hacia los individuos, las familias, las comunidades locales.

De la flexibilización externa e interna de las relaciones laborales, afectándose en particular los agentes más débiles en la red; por ello la precarización creciente del

Cambios alrededor de las nuevas formas de personalidad o de nuevos caracteres

particular los agentes más débiles en la red; por ello, la precarización creciente del trabajo asalariado es un resultado de esta modalidad de distribución de los riesgos

ppsicosociales y que marcan la estrecha relación entre el mundo del trabajo y la vida social, en particular la cotidiana.

La lealtad y fidelidad del trabajador con la empresa se diluyen, como consecuencia del nuevo régimen de movilización laboral. Ya no es más viable en un mundo del trabajo fundado sobre la deslegitimidad de los compromisos recíprocos, existentes en las anteriores relaciones laborales ya en crisis y en franca desaparición. Esto tiene importantes consecuencias en el seno de la organización empresarial al inducir fácilmente conductas oportunistas, con sus terribles impactos sobre la propia organización y los miembros que la componen.

Page 27: Una mirada sociológica al outsourcing

Papel de las Ciencias Sociales

El papel de la sociología y otras ciencias sociales es ayudar a una

Papel de las Ciencias Sociales

El papel de la sociología y otras ciencias sociales es ayudar a una reflexión crítica, a través del estudio empírico de las diversas situaciones particulares de cambios en las organizaciones p gempresariales (por ramas de actividad, sectores, regiones, tipos de organizaciones), de modo que esa investigación empírica permita

j l d i b d i dconocer mejor las tendencias observadas y proponer una serie de medidas de intervención colectiva pactada entre los agentes productivos que recojan acuerdos entre empresarios trabajadoresproductivos, que recojan acuerdos entre empresarios, trabajadores y el Estado, en materia de programas que garanticen algunos niveles de reciprocidad colectiva y neutralicen los efectos p yperversos de una lógica exclusivamente conexionista de tipo egoísta.