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E l primer número de la revista Es- piral, editada por el Departamen- to de Estudios de Estado y Sociedad del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, apareció en el mes de septiembre de 1994, hace exactamente diez años. Los primeros artículos están firmados por Claus Offe, Carlos Bar- ba, María Lorena Cook, Jorge Regala- do, Miguel Hernández, Guadalupe Rodríguez y Gabriel Torres,Verónica Munier y Sergio Sánchez. La preocu- pación general de este primer número es el análisis de la modernización y el paso al neoliberalismo que efectúa el Estado nacional mexicano. Precisa- mente, acerca de la pretendida moder- nización agropecuaria escriben los antropólogos Guadalupe Rodríguez y Gabriel Torres, que inauguran el análi- sis antropológico en las páginas de la revista. El texto toca los bordes de la frontera del análisis político y el análi- sis económico. Su afirmación princi- pal es que la modernización de la pro- ducción agrícola en México no es tanto el resultado de una cerebral pla- neación estatal, sino de los conflictos entre diferentes sectores de la socie- dad: políticos, banqueros, tecnócratas y los propios productores agrícolas. Los autores muestran su afinidad con el tipo de análisis antropológico pro- puesto por Max Gluckman, primero; y Victor Turner, después. El número de la revista Espiral está copado por los antropólogos o por autores que tocan temas que tra- dicionalmente los antropólogos con- sideran propios: la globalización y la integración cultural (Carlos M. Vilas), la integración y las convergencias en la política (Jorge Alonso), la cultura y la identidad en el contexto de la modernización (Gilberto Giménez), por supuesto, el levantamiento arma- do del primero de enero de en Chiapas (Xóchitl Leyva Solano), las dimensiones de la ciudadanía (Juan Manuel Ramírez), los vecindarios (Patricia Safa), la cuestión alimentaria, en este caso, en los países del Pacífico (Roberto Hernández) y la ideología del progreso, ilustrada con el análisis de un caso brasileño (Eugenio Una lectura antropológica de la revista Espiral Andrés Fábregas Puig : Universidad de Guadalajara. [email protected] Desacatos, núm. , enero-abril , pp. -. Revista Espiral Universidad de Guadalajara, México.

Una lectura antropológica de la revista Espiral

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Page 1: Una lectura antropológica de la revista Espiral

El primer número de la revista Es-piral, editada por el Departamen-

to de Estudios de Estado y Sociedaddel Centro de Ciencias Sociales yHumanidades de la Universidad deGuadalajara, apareció en el mes deseptiembre de 1994, hace exactamentediez años. Los primeros artículos estánfirmados por Claus Offe, Carlos Bar-ba, María Lorena Cook, Jorge Regala-do, Miguel Hernández, GuadalupeRodríguez y Gabriel Torres, VerónicaMunier y Sergio Sánchez. La preocu-pación general de este primer númeroes el análisis de la modernización y elpaso al neoliberalismo que efectúa elEstado nacional mexicano. Precisa-mente, acerca de la pretendida moder-

nización agropecuaria escriben losantropólogos Guadalupe Rodríguez yGabriel Torres, que inauguran el análi-sis antropológico en las páginas de la revista. El texto toca los bordes de lafrontera del análisis político y el análi-sis económico. Su afirmación princi-pal es que la modernización de la pro-ducción agrícola en México no estanto el resultado de una cerebral pla-neación estatal, sino de los conflictosentre diferentes sectores de la socie-dad: políticos, banqueros, tecnócratasy los propios productores agrícolas.Los autores muestran su afinidad conel tipo de análisis antropológico pro-puesto por Max Gluckman, primero; yVictor Turner, después.

El número de la revista Espiralestá copado por los antropólogos opor autores que tocan temas que tra-dicionalmente los antropólogos con-sideran propios: la globalización y laintegración cultural (Carlos M. Vilas),la integración y las convergencias en la política (Jorge Alonso), la cultura y la identidad en el contexto de lamodernización (Gilberto Giménez),por supuesto, el levantamiento arma-do del primero de enero de enChiapas (Xóchitl Leyva Solano), lasdimensiones de la ciudadanía (JuanManuel Ramírez), los vecindarios(Patricia Safa), la cuestión alimentaria,en este caso, en los países del Pacífico(Roberto Hernández) y la ideologíadel progreso, ilustrada con el análisis de un caso brasileño (Eugenio

Una lectura antropológica de la revista Espiral

Andrés Fábregas Puig

: Universidad de [email protected]

Desacatos, núm. , enero-abril , pp. -.

Revista EspiralUniversidad de Guadalajara, México.

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Rezende de Carvalho). La etnografíamisma y los puntos teóricos divergen-tes muestran la complejidad adquiridapor el análisis antropológico en Méxi-co, pero también ciertos titubeos de-rivados de la crisis por las que laantropología transitó en la década de, con el rechazo a los varios mar-xismos y sus excesos y el retorno delos estructuralismos.

En el número de Espiral, los an-tropólogos están representados condos ensayos. Uno, de Guillermo de laPeña, dedicado a discutir el individua-lismo en oposición a la cultura comu-nitaria, y el otro, de Susan Street, queversa sobre el tema del movimientomagisterial federal en Chiapas. De laPeña analiza con ojo crítico la nociónde una historia unilineal para exami-nar enseguida a la cultura individua-lista y los efectos de la globalizaciónsobre las culturas locales que, al decirdel autor, han resistido, además de serla fuente de gestación de una nuevacultura comunitaria justo al fin delmilenio. El trabajo de Susan Street esun análisis con las visiones de la an-tropología política, que examina losmovimientos del magisterio federal en un Estado como el de Chiapas, endonde han sido recurrentes. El lapsoque le interesa a la autora es el de

a . Susan Street concluye que es-tos movimientos forman parte del pro-ceso de democratización en México.

En el número de Espiral sólo en-contré un trabajo con orientación an-tropológica, el de Ulrik Vangstrupacerca de la pequeña industria en Mo-roleón, donde argumenta que la in-dustria es viable en el contexto local,como lo demuestra el caso analizado.

No hay una conclusión mayor másallá de la expresada.

El número de Espiral no contienetrabajos antropológicos. El texto quedestaca en esa entrega es el de Zyg-mund Baumann, “Teoría sociológicade la posmodernidad” que desde suprimera lectura me impresionó por su claridad y penetración. El texto deBaumann revela problemas nuevos enla teoría, no sólo sociológica como élapunta, sino también en la antropolo-gía, por los cambios culturales que im-plica la llegada de la posmodernidad.El pluralismo cultural y la propia in-terculturalidad deberán, ahora, teori-zarse desde una perspectiva que nosólo sea la del análisis del colonialismo,aunque éste persista. La búsqueda dela integración en sociedades fragmen-tadas representa un reto teórico parala antropología de nuestro tiempo.

El número siguiente, el , que apa-reció en mayo de , contiene trestextos escritos por antropólogos. JuanCastaigns Tellery, antropólogo y eco-nomista, sostiene que la economía me-

xicana conlleva procesos simbólicosque la sustentan y éstos están en crisis.El neoliberalismo, dice Castaings, esculturalmente extraño a los mexicanosy, por lo tanto, su adopción como mo-delo económico ha perturbado losfundamentos simbólicos de la econo-mía. El estructuralismo es el apoyoconceptual de este ensayo. Por su par-te, Patricia Arias y Jorge Durand, quehan incursionado en una extensa va-riedad de temas antropológicos, anali-zan en esta ocasión las modalidadesdel desarrollo industrial no agrope-cuario en el campo mexicano. Un mo-delo de gran industria, ejemplificadoen la fábrica textil de El Salto (aban-donada, por cierto), en Jalisco, y unapequeña industria, la manufactura desombreros en San Francisco del Rin-cón, Guanajuato, forman el respaldoetnográfico del análisis. Estos mode-los, afirman los autores, apoyan elsurgimiento de “micro culturas” conconsecuencias varias. Aquí, a diferen-cia de la opinión de Castaigns, se usala ecología cultural como enfoque ge-neral. Finalmente, Santiago Bastostoca el problema de la relación entrepueblos indios y nación, a un año dela insurrección zapatista. Se trata de un análisis que busca situar estruc-turalmente a la etnicidad dentro delcontexto de los Estados nacionales en Latinoamérica.

Al llegar al número , Espiral siguemanteniendo la presencia de los an-tropólogos en forma destacada. En es-te número, Jorge Alonso escribe sobreel Tratado de Libre Comercio (TLC) enla coyuntura electoral estadounidensede , proponiendo una visión críti-ca del mismo. En otro texto, Gloria

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Caudillo escribe sobre la Primera Cum-bre de Pueblos Indios, tratando demostrarnos, a través del análisis del dis-curso, las peculiaridades de una visióndel mundo diferente a la de Occidente.Esta tesis es recurrente en los trabajosposteriores de Caudillo publicados enEspiral, como lo veremos más adelante.

Guillermo de la Peña aborda el aná-lisis de la llamada “economía infor-mal” en Guadalajara, tal como ésta sepresentaba en . Este tipo de eco-nomía, afirma De la Peña, tiene comocontexto la desigualdad social, el auto-ritarismo de un sistema político cor-porativo y las crisis económicas recurrentes en el caso mexicano. Enotro ensayo, de tema diferente, Enri-que Marroquín sostiene que la rebe-lión del EZLN tiene un importantecomponente religioso, necesario deentender si se busca una comprensióncabal de ese movimiento armado. Eneste contexto se entrecruzan los con-flictos de la propia Iglesia católica, losque existen entre religiosidades dife-rentes y los que tienen origen propia-mente político.

En el número , Espiral alberga dostrabajos con perspectiva antropológi-ca: en uno de ellos, Luis Fernando Bo-tero describe a las ciudades como ám-bitos socioculturales y comunidadesimaginadas, acusando la obvia in-fluencia de Benedict Anderson. Llevasu análisis hasta el examen de las for-mas de micro poder opuestas al ordeninstituido. Pero también se preocupade analizar los mecanismos de integra-ción de la población de las ciudades,a través de múltiples manifestaciones.En el otro texto de reflexión antropo-lógica, Manuela Camus, también bajo

la influencia del mismo Anderson —hecho indicativo, al menos— se preocupa por mostrar cómo, dentrode contextos colonialistas o simple-mente estatales, actúa la inteligenciaindígena para moverse en ámbitos cul-turales diferentes: el propio y el de lasociedad mayor. Son, pues, estos inte-lectuales indios los clásicos interme-diarios culturales, que usan estacondición para romper los roles que el Estado les asigna.

Hacia mayo-agosto de , Espiral,en su número , publica un texto deLuis Rodolfo Morán que contiene unaproblemática antropológica muy ac-tual: la discusión sobre la migración yla formación de comunidades transte-rritoriales, en un contexto de oposi-ción entre cultura global y culturalocal. Luis Rodolfo Morán advierteque transterritorialidad no significatransnacionalidad, sino más bien laformación de un carácter cosmopolitaen algunos núcleos de migrantes.

El número de la revista es otraentrega dominada por los textos deorientación antropológica. De ochoartículos, siete están escritos por an-tropólogos o contienen una perspecti-va antropológica. El número abre conun trabajo de Fernando Giobellinasobre el saber antropológico, un temaque también le preocupa a EnriqueLuque, que ha escrito un libro a pro-pósito. El texto de Giobellina, a dife-rencia del libro de Luque, es más bienfilosófico, es decir, empata con una“antropología filosófica” más que con una percepción etnográfica.

En otro texto, reflexivo, Mario Erd-heim y Maya Nadig hablan de la des-trucción de la experiencia científica

por el propio ámbito académico. Ellosmismos llaman “etnopsicoanálisis” a la perspectiva teórica que proponen.Propugnan por una etnología que noexcluya a la propia cultura del investi-gador del análisis antropológico. Ma-ría Alicia Peredo, también en otro tex-to de reflexión, analiza el alfabetismodesde una triple perspectiva: cultura-lista, fenomenológica y social. Cuestio-na la función del alfabetismo en unasociedad industrializada y altamentedesarrollada. Siguen los textos de re-flexión con el de Luis Ibarra, que tratade responder, desde una perspectivahistórico-genética, a la pregunta decómo reconstruyeron su pasado lassociedades prehispánicas. Le preocu-pa descubrir las estructuras cognitivasdesde las que este pasado fue estable-cido. Se concreta al mundo mexica y ala revisión de fuentes de ese origen.

David Robichaux, el estudioso másdestacado del parentesco en México,reflexiona sobre la nupcialidad entrelos nahuas de Tlaxcala (tema de granactualidad política en estos días), unaregión que ha trabajado desde hacevarios años. Le preocupa indagar lasligas entre estructuras, prácticas socia-les e ideologías. Por su parte, PatriciaArias prosigue con uno de los temasque la identifican en la antropologíamexicana: el análisis de las culturas enámbitos regionales. Arias trata demostrar cómo existen identidades quese van imponiendo a los paisajes urba-nos y regionales. Su análisis privilegiael punto de vista funcional en un con-texto original de reflexión antropoló-gica. Finalmente, Elizabeth Rohr analiza los roles femenino y masculinoen el proceso de investigación antro-

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pológica. Concluye que las antropólo-gas le ponen más emoción a su trabajo mientras que los antropólo-gos tienden a ser insensibles o, por lo menos, indiferentes. Quién sabe.

En contraste notable con el númeroanterior, el número de Espiral no dacabida a ningún trabajo de orientaciónantropológica. En cambio, en el sepublican textos que bien podemosclasificar dentro de la antropologíapolítica. En efecto, Jorge Alonso anali-za las elecciones en Jalisco en ,concluyendo que tenemos un electo-rado con indeterminación en sus pre-ferencias electorales. Por lo tanto,ningún partido tiene ganado el votode antemano, que dependerá, másbien, de cada coyuntura específica. Enotro texto, Alberto Aziz Nassif analizala sincronización de tres escenarios enel sindicalismo mexicano: el corpora-tivismo rebasado, pero con un bienes-tar que no llega; el sistema político encambio, incluyendo las relaciones entreel Estado y los sindicatos; el surgi-miento de una nueva central obrera,la Unión Nacional de Trabajadores(UNT), como posibilidad de instalarnuevos rumbos en un sindicalismomexicano del que ha desaparecido lafigura del líder charro por excelencia:Fidel Velásquez.

El número de Espiral sólo contie-ne un trabajo que los antropólogosreconocerían como propio: el análisisdel discurso que porta Rigoberta Men-chú hecho por Gloria Alicia Caudillo,que sostendrá la tesis que apuntamoscon anterioridad. Es decir, RigobertaMenchú piensa como los mayas y desde esa perspectiva intenta un pro-yecto de sociedad armónica.

Para el número continúa la esca-sa o nula presencia de los antropólo-gos. Sólo se publica un artículo deAdriana López Monjardín acerca de los Acuerdos de San Andrés y losgobiernos autónomos en Chiapas.Huelga decir que la autora no ocultasus simpatías por el Ejército Zapatistade Liberación Nacional (EZLN) enfati-zando el fracaso de los proyectos gu-bernamentales de remunicipalización.

En el número , Espiral sigue esca-sa de la presencia antropológica que essalvada por un ensayo de Mary LouisePratt, crítica literaria, dedicado a repen-sar la modernidad. Desde el artículo deBaumann en el número de Espiral, eltema no se tocaba en las páginas de larevista. Pratt plantea la existencia de“otros” en el análisis de la modernidad.El primer otro es la mujer y el segundoson los pueblos no europeos. ConcluyeMarie Pratt que la modernidad, desdela perspectiva del análisis de los “otros”mencionados, es estructural a la globa-lidad y que son las contradicciones delas modernidades las que explican laproblemática que enfrentan las identi-dades y las ciudadanías en Latinoamé-rica. El ensayo apunta la importancia,en ese contexto, de los proyectos es-téticos fuera del ámbito urbano.

El otro ensayo con cierto desliz an-tropológico que contiene este númeroes el de Enrique Amayo, que escribepara convencernos de la importanciade estudiar a la Amazonía como unamacro región que necesita preservarsey que ello no se logrará a menos quese construya una conciencia universa-lista democrática e igualitaria.

El número de Espiral no requiriódel concurso de los antropólogos. És-

tos aparecen de nueva cuenta en elnúmero con dos trabajos. El prime-ro, de Alberto Hernández, se precia dedemostrar que el desarrollo en Latino-américa está condicionado a la crea-ción de bases culturales propias. En elsegundo trabajo, Xóchitl Leyva y Wi-llibald Sonnleither explican qué es elneozapatismo diciéndonos que no esmás que la lucha por la democracia, lajusticia y la libertad.

Espiral sigue manteniendo la sequíaantropológica en el número , corres-pondiente a mayo-agosto de , endonde se publica solamente un ensayocon tema antropológico de AlfonsoIbáñez. El autor discute las contradic-ciones culturales de la globalización yla posibilidad de construir una verda-dera alternativa que respete la diver-sidad. Es decir, llegar a un ámbito de-mocrático radical y pluricultural. Máso menos ésta es la temática que con-tinúa Gilberto Jiménez en el número de Espiral, de septiembre-diciembrede , con un ensayo titulado“Identidades en globalización”. NiegaJiménez la formación de una “culturaglobal” y afirma que las identidadesestán operando en el marco de losEstados nacionales.

Carlos Silva Moreno interviene eneste número con un texto de antropo-logía política que analiza la culturapolítica —tema clásico de EstebanKrotz— y los partidos en Jalisco. Noqueda claro cuál es la cultura políticade los partidos jaliscienses, aunqueexiste una interesante reflexión sobrelos nexos entre las formas de compe-tencia por los cargos de dirección enlos partidos y el carácter del lideratode los mismos. En el mismo sendero

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de la antropología política, Jorge Alon-so analiza lo que él llama la consolida-ción del panismo a través de las elec-ciones de . Quién sabe si a estasalturas Jorge Alonso sostenga la mis-ma opinión. Pero es muy interesantesu método de trabajo que le permitehacer una balance de las fuerzas elec-torales en Jalisco.

En otro canal, aparentemente dife-rente al del análisis político, PatriciaFortuny nos acerca a la Luz del Mun-do a través de su relación con los po-líticos católicos. Continuamos, segúnmi entender, en los marcos de la an-tropología política. Fortuiny discutecon eficacia los conflictos que se ge-neran por la visión de los panistascatólicos en contra de una Iglesia quecada día gana más adeptos, no sólo enMéxico sino en el mundo. Cierra lapresencia antropológica en este nú-mero un ensayo de José de Jesús To-rres sobre el sistema productivo de loshuicholes de Santa Catarina. Buenaetnografía que muestra la optimiza-ción en el uso de los recursos natura-les lograda por este pueblo cultivadordel maíz que es el wixárika.

El número de Espiral vuelve aenfatizar la presencia antropológica através de varios artículos. ComienzaJorge Aceves con una discusión sobrela importancia de las biografías en elestudio de las identidades emergentes.Se propone la combinación de unaperspectiva histórica con otra, estruc-tural, para abordar la configuración deidentidades vía las biografías. Ensegui-da leemos un ensayo en el que YuriGuirin se pregunta qué hay más allá delas nociones de Oriente y Occidente.Se trata de un análisis del vanguardis-

mo como un paradigma de cultura in-dividual en el primer tercio del siglo XX.Es un ensayo cargado hacia la historia,que descubre contextos regionales y suinserción en contextos mundiales. Deaquí, la orientación antropológica se presenta nuevamente en el texto deEmma Ruiz Martín del Campo quediscute la adolescencia femenina. Esun artículo original que trata de rela-cionar esta etapa del crecimiento hu-mano con las exigencias de la comu-nidad. Se ejemplifica a través de unanálisis de las fiestas de años.

En el número de Espiral no haypresencia antropológica. En el ,Gloria Caudillo analiza el discurso deNatalio Hernández, uno de los intelec-tuales nahuas más destacados. Usa lamisma técnica analítica que en su tex-to sobre Rigoberta Menchú, publicadonúmeros atrás. Según Caudillo, Nata-lio Hernández es un intermediariocultural que, aún así, escribe desde unaperspectiva cultural nahua. Se destacael valor de la oralidad y el uso de sím-bolos integradores en el discurso deeste intelectual mexicano.

En su entrega , de enero-abril de, Espiral abre con un texto antro-pológico de Fred Judson que explora ala sociedad canadiense, más que pos-moderna, globalizada y capitalista.Concluye lo que muchos reiteran: pre-sentar a la democracia como vía pararesolver los problemas del mundo ac-tual. Más acucioso resulta el texto deJorge Durand sobre la distribución geo-gráfica de los migrantes mexicanos enEstados Unidos. Durand analiza los pa-trones de concentración de la pobla-ción migrante y su posterior dispersiónen un texto que resulta de actualidad.

El número de Espiral pasa poralto a los antropólogos, pero éstos re-gresan en el . Estamos ya en sep-tiembre-diciembre de . VictoriaNovelo, en solitario texto antropoló-gico, reflexiona sobre la situación deser indio, artista y artesano en México.Recordemos que Victoria Novelo espionera en los análisis de cultura obre-ra en el país y en los dedicados a losartesanos. Uno de sus libros es un clá-sico de nuestro medio antropológico:Artesanías y capitalismo en México.Novelo demuestra en su artículo deEspiral la parcialidad y discriminaciónque existen en las concepciones pre-dominantes sobre los artesanos y lasartesanías en México. En contraste,afirma que las artesanías son resulta-dos multidimensionales con orígenesdiversos e implicaciones antropológi-cas, económicas y sociales, además deartísticas y económicas. En suma, lasartesanías son un complejo resultadosociocultural.

En el número , Espiral da cabidaa varios artículos con orientación

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antropológica. En un texto de Renéede la Torre se analiza el devenir de ladefensa de los derechos humanos en laciudad de Guadalajara. En este análi-sis, la autora establece la relación entrela Iglesia católica —tan importante enJalisco—, el gobierno y la llamada so-ciedad civil. De los grupos que tradi-cionalmente se implicaban en la de-fensa de los derechos humanos, se hapasado a un espacio de conflictos alinterior de la propia Iglesia católicaademás de entre empresarios, las ONG

y el gobierno. Renée de la Torre tratade explicar estos cambios analizandolos contextos amplios en los que sedan y las consecuencias del involucra-miento de los círculos de poder en ladefensa de los derechos humanos.

Emma Ruíz Martín del Campo con-tinúa con su preocupación acerca delos cambios en la adolescencia femeni-na y la llegada del estatus de mujer.La cultura en la que la mujer es socia-lizada deja su huella en ella y en su vi-sión del mundo. En un ambienteglobalizado y de pluralidad cultural,los adolescentes necesitan de una re-ferencia, de una comunidad humanaque confiera sentido a sus vidas.

Muy cerca de , en el número que corresponde a mayo-agosto de, Espiral publica un texto de JeanFrançois Lessard que afirma la forma-ción de una identidad global, justo enel tenor contrario a lo afirmado porGilberto Jiménez en números anterio-res. Lessard plantea que sí existe unasociedad global con su correspondien-te cultura, apoyada en la fuerza de laindustria cultural. Quizá ni lo uno ni lo otro —digo—, sino un procesode afirmación y de negación mutuas

entre lo global y lo local es lo que vivi-mos en la actualidad. Por lo menos es una conclusión posible si se leencomparativamente los textos de Le-ssard y de Giménez. Por el sendero dela antropología política nuevamenteAlberto Aziz Nassif nos conduce areflexionar sobre el hecho de que losproblemas de la democracia son dife-rentes para la primera generación quelos vivenció en México que para estasegunda que los está enfrentando aho-ra. Si el primer problema era alcanzarla pluralidad y la alternancia, ahoranos enfrentamos a la dificultad de nocontar con buenos gobiernos. Y con-tinuando con la antropología política,Jorge Alonso analiza las elecciones enGuadalajara con una perspectiva his-tórica. Distingue el voto rutinario del voto emotivo y habla también deun voto de protesta y otro de esperan-za. Este voto señala otra alternativa enformación más allá del bipartidismoimperante. Alonso no omite escribirde quienes votan con el sentido deutilidad y del deterioro de la confianzaciudadana en los partidos políticos.Esta última conclusión adquiere vi-gencia en las circunstancias actuales.La gente vota por personas y no por proyectos.

Nada de antropología en el número de Espiral y sólo un artículo en el correspondiente a enero-abril de. Se trata de un texto del antropó-logo chiapaneco Carlos Uriel del Car-pio sobre los conflictos entre Chiapasy Oaxaca por la posesión de la selva de las Chimalapas. Es ésta un área queno está claramente delimitada ademásde que ha sido objeto de un largo pro-ceso de colonización que ha dado

lugar a una lucha agraria que aún nofinaliza. Se trata de un proceso de gran complejidad que lleva aparejadola formación de identidades en rela-ción con el territorio. La teoría de la frontera es claramente pertinente en este caso, junto con el uso del con-cepto de “apropiación social” que ma-neja el autor.

No hablo sobre el número por-que lo desconozco. Espiral cumplediez años ininterrumpidos de publi-carse. Eso por sí mismo merece cele-bración en un país en donde las revis-tas nacen, llegan a la adolescencia y semueren. Espiral alcanzó la madurez yestá convertida en una gran tribuna de expresión académica, no solo de los científicos sociales de Jalisco, sinodel país y aún del extranjero. A lo lar-go de los últimos diez años la revistaha logrado conservar un grado de alta calidad desde su aparición. Es unlogro nada fácil que habla bien de sudirección, de su consejo editorial y del cuidado que han mantenido losevaluadores de textos. También, larevista transmite el alto grado de com-plejidad que ha alcanzado el análisissocial en México en estos tiempos tur-bulentos. Es importante recalcar esoen el ambiente de hostilidad al pen-samiento crítico y, sobre todo, deexcepticismno ante la ciencia. La mer-cadotecnia lo invade todo, como va-rios textos de Espiral lo demuestran.Hemos de desearle larga vida a estarevista y hacer votos porque sus pági-nas continúen abiertas a la reflexióndel valor de las ciencias sociales paralograr un ámbito social más cercano a los propósitos de contar con un paísviable y equitativo.

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