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Para reflexionar UNA CASA EN UNA ORQUÍDEA Por David Alvarez Una de las cosas que más me gustan es tirarme en un prado en primavera y ver lo que pasa a mí alrededor mientras miro el mundo a ras del suelo. No hay jardín más bonito que un prado lleno de flores de cientos de especies, y a su alrededor una multitud de pequeños animales que hacen su vida sin que la mayoría de nosotros nos fijemos en ellos y ni siquiera nos percatemos de su presencia. Y entre todas las flores que se pueden ver durante este mes, unas de las más llamativas son las orquídeas del genero Serapia, que cubren muchos prados con un intenso color fucsia que resalta entre las margaritas, los dientes de león, las violetas y el verde de la hierba. Y si nos agachamos aún más y miramos dentro, podremos ver que aparte de las abejas y abejorros que las visitan de vez en cuando para libar su néctar, unos pequeños inquilinos han escogido a estas flores para vivir. Una pequeña arañita, de menos de 2 mm de longitud, había elegido una de estas flores para esperar pacientemente a que un insecto descuidado se posara

Una casa en una orquidea (para reflexionar)

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UNA CASA EN UNA ORQUÍDEA (PARA REFLEXIONAR)

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Page 1: Una casa en una orquidea (para reflexionar)

Para reflexionar

UNA CASA EN UNA ORQUÍDEA

Por David Alvarez

Una de las cosas que más me gustan es tirarme en un prado en primavera y ver

lo que pasa a mí alrededor mientras miro el mundo a ras del suelo. No hay

jardín más bonito que un prado lleno de flores de cientos de especies, y a su

alrededor una multitud de pequeños animales que hacen su vida sin que la

mayoría de nosotros nos fijemos en ellos y ni siquiera nos percatemos de su

presencia.

Y entre todas las flores que se pueden ver durante este mes, unas de las más

llamativas son las orquídeas del genero Serapia, que cubren muchos prados

con un intenso color fucsia que resalta entre las margaritas, los dientes de león,

las violetas y el verde de la hierba.

Y si nos agachamos aún más y miramos dentro, podremos ver que aparte de las

abejas y abejorros que las visitan de vez en cuando para libar su néctar, unos

pequeños inquilinos han escogido a estas flores para vivir.

Una pequeña arañita, de menos de 2 mm de longitud, había elegido una de

estas flores para esperar pacientemente a que un insecto descuidado se posara

Page 2: Una casa en una orquidea (para reflexionar)

en ella y le sirviera de desayuno. Los Tomísidos son arañas que no tejen telas, y

que se camuflan entre las flores y las hojas para cazar al acecho.

Pero de vez en cuando hay que salir a estirar las piernas y es entonces cuando

podemos apreciar la verdadera morfología de estas arañas, que las diferencia

del resto. Sus dos pares de patas anteriores son más largos que los posteriores

y le sirven para atrapar a sus presas cuando se posan a su lado. Este aspecto

peculiar es que explica el nombre de arañas cangrejo, que es como también se

conoce a esta familia de arañas.

En otra orquídea cercana, otra pequeña araña de la misma familia (y quizás de

la misma especie) acechaba también a otras presas descuidadas, pero había

elegido el tallo para esconderse, aunque no con demasiado éxito.

Como os decía, merece la pena mirar la vida desde otro punto de vista y abrir

los ojos a lo más pequeño, nunca sabemos lo que nos podremos encontrar, pero

seguro que nos sorprenderá.