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LA PESCA FLUVIAL
DEL LUCIO
LA PESCA FLUVIAL
DEL LUCIO
El año pasado hicimos un breve repaso a la pesca fluvialdel lucio, desde orilla, y como consecuencia recibimosalgunas cartas con preguntas importantes que contestamosvía Internet y que guardamos para tratarlas ahora...
El año pasado hicimos un breve repaso a la pesca fluvialdel lucio, desde orilla, y como consecuencia recibimosalgunas cartas con preguntas importantes que contestamosvía Internet y que guardamos para tratarlas ahora...
CAMINANDO POR LA ORILLAUna alternativa válida, entretenida y productiva
CAMINANDO POR LA ORILLAUna alternativa válida, entretenida y productiva
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H ace mucho tiempo queno hablamos de la pes-ca fluvial del lucio desde
orilla: Jorge Gómez por excesode trabajo y porque se “picó”con el siluro; Mari Paz y JuanCarlos porque se pasaron a lapesca desde embarcación; Javiy yo porque con los desembalsesde Barasona nos destruyeron elcauce del río Cinca y no pudi-mos seguir con los itinerariosrecomendados, estudiándolos, orenovando las fotos de archivo...
Cierto es que lo hemos pes-cado en Santa Ana, La Baells,Orellana, etc, y que se hanpublicado varios reportajessobre estas y otras zonas, perohan sido realizados desdeembarcación, y desgraciada-mente poseerla no es un privile-gio de todos... Aunque no cre-an, desde un barco se pescamás cómodo y mucho más tran-quilo, pero ¿se pesca más?
No abriremos un debatesobre esa cuestión, pero no hayninguna duda en que la pescadel lucio desde orilla es unamodalidad muy común, practi-cada, introducida y arraigada,aunque muestra tendencia a ladesaparición, propiciada por laescasez de hábitats y degrada-ción paulatina de los mismos;sobrepresión de pesca y la no-práctica del captura y suelta;desembalses incontrolados conel temido achocolatamiento delas aguas durante meses paradejar gruesas capas de lodo enlos fondos... o por las prohibi-
ciones de pescar con cebo vivoen algunas comunidades.
El Tajo y Gállego resisten, lomismo que el Guadiana, el Cin-ca, algunos tramos del Guadal-quivir, Júcar, Esla, Tera, Segre,Muga, Algás, Noguera Riba-gorzana, etc, pero en nada separecen a aquellos ríos de hace10, 15 o 20 años...
De cualquier forma, la pescadel lucio desde una embarca-ción en las tranquilas aguas decualquier embalse no tiene nadaque ver con la pesca del luciodesde orilla, en un río, aunquela corriente sea moderada o sebusquen pozas y remansos pro-fundos de aguas más quietas¡Absolutamente nada!.
Pueden creerme: Echabamucho de menos una largacaminata por cualquier orilla,cargado con una buena cajarepleta de grandes señuelos,otra de cucharillas ondulantes ygiratorias, los alicates, cables deacero, etc, y una sola caña ycarrete provisto de un buenhilo... y la Nikon F-50, mi fielcompañera en estos últimos 10años y el mejor “cesto” o stringerque se ha inventado. Todo por laaventura, aún a sabiendas quequizás en Santa Ana, desde miCabril Bass, podría conseguirmedia docena de piezas sintener que cargar mis lomos conmás peso que el de la ropa...
Pero he mencionado lapalabra aventura, y de eso setrata. El lucio necesita ciertomorbo en su pesca y si no lo hay
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■ Storm ha conseguido mucho éxito con estos pikies, con plomo ensu interior y con jig especial (ambos incluidos).
■ Los colores de fantasía son válidos en aguas semilimpias y algotomadas, y también en circunstancias normales.
■ Los huskys jerk de Rapala son fantásticos para esta pesca.
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■ Estos cablecillos son idóneos para montar bajos de línea “anti dien-tes” del lucio.
La mejor época de pescadel lucio en el río coincidecon el más duro invierno,aunque la realidad es quemientras otros peces perma-necen aletargados y su pes-ca se vuelve imposible, ellucio sigue dando la cara(aunque se la partan).
Como precaución ycomo norma a tener muy encuenta, recomendamos quese abrigue en consecuenciay que trate por todos losmedios de conservar susmanos y pies calientes: si sele enfrían las extremidadessuperiores e inferiores sólocometerá torpezas y pondráen peligro el éxito en la pes-ca, al margen de que es
peligroso para la propiasalud aguantar hasta límitesextremos.
Recuerde que los ríosen invierno suelen mante-ner una densa capa de nie-bla que penetra hasta loshuesos, y que si hace fríola niebla puede helarse ycrear escarcha: Dobles cal-cetines, pijama, tejanos opantalones con aislantestérmicos (Gore-tex), bufan-da o pasamontañas y guan-tes, son esenciales, y apu-rando, un buen termo concaldo de carne, hirviendo,con al imento capaz deresuci tar un cadáver;hemos venido a disfrutar,no a pasar penas.
EL LUCIO, EL INVIERNO Y EL FRÍO
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■ Unos alicates similares son perfectos para manipular en la boca del lucio.
nada es igual... Por increíble que puedaparecer y conociendo personalmente las dosposibilidades, un bolo desde la orilla apenasduele en comparación con el bolo desdeembarcación, y una captura realizada en elrío, a pelo, tiene el doble valor que las con-seguidas desde un barco.
Tampoco quiero originar un debatesobre esto, aunque yo lo tengo muy claro;mejor o peor, he tenido barco desde losaños 80, y desde esas fechas hasta hoy hesalido a pescar el lucio más veces desdeembarcación que desde orilla, sin embargolos números no engañan: pescando a pie hedoblado el número de las capturas e inclusola calidad...
La pesca con pez vivo
El año pasado recibimos una carta des-de Madrid en la que nos pedían consejospara pescar el lucio en Aragón. Nos aclara-ban que la normativa vigente en reglamen-tación de pesca fluvial prohibe el uso del pez
vivo como cebo en cualquier río aragonés,con las únicas excepciones del empleado enla pesca del siluro y a condición de que seacapturado en la misma zona de pesca.
Según nos confesaba esta persona, esun gran pescador de lucios a pez vivo y sólose lleva a casa una pieza cuando le apetece,que puede ser una vez a la semana o al mes,aunque lo persigue cada festivo y consiguenumerosas capturas, y además es un asiduoa visitar varios ríos, entre ellos el Tajo y elGuadiana, donde tiene instalado su “cuartelgeneral”. Su pesca preferida es llegar, elegirun puesto adecuado y pescar con flotadorde un modo estático, como tradicionalmentese ha pescado. Por lo demás, respeta la ley yquiere venir a Aragón, y quiere saber cómopuede pescar el lucio, con qué equipo y quéseñuelos: Quizás encuentre la respuesta eneste mismo artículo, que servirá para cubrirotras consultas similares e incluso paraalguien que muestre interés por este pez y sehaya decidido a perseguirlo.
En primer lugar, desde el punto de vistade un simple pescador deportivo y bajo unaopinión personal que no pretendo inculcar anadie, si en un río que goza de fama en
cuanto a su población de lucio no se puedepescar con pez vivo, mejor que mejor, aun-que siempre habrá quien lo haga y quienrespete o no respete medidas o número decapturas. Yo, en mi caso, no prohibiríanada, ahora bien, impondría la obligaciónde practicar el captura y suelta.
Pero la pesca del lucio con flotador y conpez vivo tiene varias limitaciones: espaciosfijos y reducidos, largas esperas, y capturasmuy esporádicas. Recurro a mi experienciay recuerdos para confesaros que, en mi épo-ca de “carnicero” (cuando no perdonabauna sola pieza y me lo llevaba todo), salíacon varios amigos, adeptos todos ellos a lapesca con pez vivo. Era en los años 80 yaunque les ayudaba a coger el cebo con lared y colaboraba en la tarea de preparaciónde cañas, lanzado, etc, cuando amanecíalos dejaba pescando (en San Lorenzo deMontgay, Boadella o Santa Ana, p. e.) y merecorría todas las orillas, a pie... Pasadasunas horas volvía para comer (si no me lle-vaba el bocadillo en el cesto) o para regre-sar a casa, y lo hacía con varias piezas col-gadas de aquellas famosas anillas... A vecesellos me enseñaban una captura y como
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■ Alberto es un especialista en la pesca del lucio, y un serio practicante del captura y suelta.
mucho un par de ellas, pero casi siempreninguna y alguna anécdota que aludía apicadas brutales, roturas de líneas, etc. Y esque moverse permite buscar el pez, encon-trarlo más tranquilo y confiado, y multiplicapor diez las posibilidades de tener unencuentro.
De todos modos, sabiendo utilizar el pezvivo y elegir el punto adecuado, se tiene unarma muy poderosa, pero votamos por reci-clar a ese alto número de aficionados y losinvitamos a dejar el flotador en casa, cam-biándolo por un crank-bait.
La movilidadLa gran diferencia entre la pesca estática
y la pesca sedentaria es precisamente lamovilidad, esa facilidad para desplazarsepor la orilla y llegar a lugares recónditosdonde puede haber una roca, un pequeñorecodo o una rama caída al agua capaz decontener la corriente, crear un remanso yproteger un lucio.
Además, caminando podemos permi-tirnos el lujo de llegar hasta donde está el
pez e incluso situarnos encima de él en unplano vertical... Recuerdo aquellos tramosde Albalate de Cinca y cuando el lucio, ensus viajes de caza, remontaba las orillas yse dejaba ver con descaro haciendo fácilsu captura con un garfio, método que utili-zaban los ribereños, acostados sobre laorilla para no ser detectados... Un barcoen cambio hace ruido y mueve el agua,originando un pequeño oleaje que alteralas circunstancias normales del hábitat,siendo detectado enseguida por la pode-rosa línea lateral del esócido.
Pero lo mejor de la pesca del lucio desdeorilla, a spinning, viene cuando llega la horade atar un señuelo y buscar río arriba o aba-jo el mejor sitio para nuestros lances...
Caminar tranquilo y en silencio por laorilla de un río semisalvaje, alejado de lacivilización, permite ser testigo de innume-rables hechos insólitos y vivir decenas deanécdotas, casi todas ellas con el mundoanimal como fondo: Desde los banquetesque se pegan los omnipresentes y detesta-bles cormoranes (y las garzas reales) a lasalud de nuestros cachos y truchas, hastala pelea de una rata con una culebra en la
misma orilla pasando por un lucio agoni-zando porque no puede engullir una presamás grande que su buche. Asustaremosmartines y águilas pescadoras, abejaru-cos, milanos, conejos, zorros e inclusoveremos el rastro de los jabalíes grabadoen el barro de la orilla.
Al mismo tiempo que se camina entrepuesto y puesto se ponen las ideas en orden,pues el canto de los pájaros te vuelve melan-cólico y te invita a recordar el pasadohaciendo inventario de lo vivido en la pesca,por ejemplo, y se cargan las pilas para lle-gar el lunes al trabajo como nuevo, con máslucidez, rapidez de decisión y con ideasprácticas.
Lo peor quizás sea la soledad, pero lapesca del lucio a spinning desde orilla lorequiere y hasta es obligado, al menos paraacercarse un poco más al éxito. La otraopción consiste en acudir acompañado porel buen amigo que todos tenemos y compar-tir con él lances alternativos, ya que en losbuenos apostaderos no suele quedar sitiopara más... porque hay que tener siempreen cuenta que no se puede hacer ni muchoruido ni muchos intentos.
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■ El cable de acero es fundamental en el uso de pikies, sobre todoporque son manejados a tirones y sobre el fondo.
■ El lucio suele entregarse con sumisión: con habilidad, puede coger-se con las manos.
■ La imagen, silueta y corpulencia del lucio constituyen un grantrofeo.
No lo dude: recorriendo centenares demetros o algunos kilómetros tendrá la opor-tunidad de descubrir tramos querenciosos, ytiempo para llegar a zonas donde habrá unlucio tranquilo en espera de atacar un intru-so o de algo que llevarse a la boca.
Posibles apostaderos
Si uno se pone en el papel del lucio esfácil deducir donde puede encontrarse, peroprimero hay que recordar que se trata de undepredador, el más temible de los que hayen el agua dulce*, pero su corpulencia yaspecto feroz, y su condición física, le obli-gan a acechar, esconderse y vivir como unoportunista para poder alimentarse, esoquiere decir que muestra preferencias porubicarse en determinadas zonas.
El lucio estará tranquilo en espera deuna víctima en cualquier tramo de corriente
suave, protegido por un recodo, tronco orama, una roca, un desnivel, etc. No lo bus-que en el remanso que deja la corriente alllenar una poza porque ese lugar es sitio deciprínidos y salmónidos, y el lucio si acaso loutiliza sólo de paso cuando intenta remon-tar. Y no se equivoquen, al lucio sí le gustanlas corrientes y en algunos momentos suelemoverse por aguas rápidas, pero cuandosienta que llega la hora o la necesidad decomer buscará un lugar que le haga pasardesapercibido para permanecer escondidoy saltar de improviso tras la víctima, que notendrá tiempo de reaccionar.
Si camina por la orilla de un río concuidado y tiene la suerte de encontrarse
con un cauce limpio y aguas cristalinas,posiblemente descubra las irregularidadesdel fondo o la ribera: Baches o grietas quesirven de “zanja de combate”, un troncosemiderruido, una roca, un desnivel irre-gular producido por el centro del cauce, underrumbe, un agujero bajo la orilla... unalavadora, un neumático de tractor, unataza o lavabo, un somier... En algunosmomentos del día estos sitios albergaránun lucio, y si no es posible verlos en reposoantes del ataque a un señuelo es debido asus importantes facultades miméticas, muypronunciadas en esta especie.
Pero también hay zonas carismáticas,sencillas de localizar y cómodas de pescar,que la fama y el tiempo han conseguido con-vertir en auténticos “santuarios”: Son losrecodos, los brazos y los tramos mansos yprofundos de muchos ríos.
En estas zonas y a pesar de que el luciovive bajo una presión constante, se cuentacon un gran privilegio propio del esócido:por genética, los lucios pequeños irán
*Los hay más nocivos y dañinos,como por ejemplo el siluro, pero laboca del lucio impresiona y un pezque entre dentro de ella, si sale, lohace con señales o daños que acabanoriginándole enfermedades o muerte.
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ES UNA MARCA REGISTRADA DESama Fishing Club, S.L.
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Avda. de Aragón, 35 nave 15828840 MEJORADA DEL CAMPO (Madrid)
Tfno. 34 - 91 668 21 51 • Fax. 34 - 91 668 21 54
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¡¡La sal de la pesca!!¡¡La sal de la pesca!!
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■ Las cucharillas giratorias nunca deben faltar en el chaleco del pescador de lucios.
remontando y situándose en lugares análo-gos hasta llegar a estos paraísos, en dondeno podrán instalarse sin el permiso de susmayores a riesgo de convertirse en víctima,pues la práctica del canibalismo es funda-mental en esta especie.
Recuerden que el lucio es único paraimponer una selección y establecer un cier-to número de ejemplares en la poblaciónnatural dentro de su hábitat, y que el cani-balismo le faculta para imponer un equili-brio perfecto; practicándolo consigue ali-mentarse, eliminar un competidor y porinercia, mantener más estable la poblaciónde peces pasto.
A fin de cuentas, si en una poza vivenvarios lucios es porque las circunstancias deesa poza lo permiten y puede mantenerlossin problemas, aportándole seguridad, cobi-jo y comida. Cuando algo falle, el lucio bus-cará otra zona similar, no lo duden.
Aunque molesta y evita muchaspicadas por sus reflejos y falsas vibracio-nes, el cable o línea de acero es necesa-rio como bajo final en la pesca del lucio,al menos para salvar la vida de muchospeces que consiguen huir con una o máspoperas clavadas en su boca, cuando sinquerer han cortado el hilo...
Cuando se lanza al centro del cau-ce o a la orilla de enfrente, en línea rec-ta o inclinada, o en paralelo a la orillaen donde nos encontramos y el luciopersigue el señuelo desde atrás, nor-malmente se clava en la última poperao en la del centro y en ese caso no hacefalta la línea de acero, pero cuando ellucio se encuentra por delante delseñuelo y sale a su paso para intercep-
tarlo, lo ataca siempre por la cabeza, yes cuando suele romper sedales y tren-zados.
El lucio nunca va a esperar que unavíctima o señuelo se acerque a él pláci-damente, lo sobrepase y luego salir en supersecución... ¡no sería un lucio si lo per-mitiera!. Casi nunca sabemos dondeestará ubicado un lucio con respecto alpaso del señuelo, y mostramos tendenciaa creer que lo persigue siempre, cuandono es así. Si se le acerca algo de frente,irá a por él, y si fuese un pez de su entor-no, tendría que dar la vuelta y huir. Es laexplicación que justifica tantas roturas ypérdidas de señuelo y piezas aún reco-giendo rápido y con señuelos de grandesdimensiones.
EL CABLE DE ACERO
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■ Los lugares querenciosos son característicos y muy frecuentados.
■ El uso de cables de acero es recomendable, al menos para no per-der una pieza.
■ Grandes señuelos para grandes peces, aunque con el lucio no es así.
Viéndolo así podemos afirmar queesos “santuarios”, gracias al caráctergenético y gregario de lucio, son inagota-bles, pero basta conque alguien cometa unabuso para que se rompa esa monotonía ydesaparezcan, y ese alguien podría ser elmismo lucio, una riada o sequía prolonga-da, una pesca masiva y descontrolada o ladesaparición del pez pasto por contamina-ciones u otras causas.
En definitiva, las zonas descritas unospárrafos más arriba son fáciles de encon-trar, y en ellas se pueden ver los restos delos aficionados a la pesca estática: terrenofirme y libre de arbustos o mala hierba porel paso continuo de personas; un cerco depiedra para el fuego; algunos cables, cuer-das o clavos entre ramas o troncos cerca-nos, propios para colgar algo, y hasta unapequeña playita válida para coger agua,lavarse o sacar un pez grande.
Lógicamente, aquí es más complicadopescar, pues el pez también aprende y sabeque desde ahí le llega el peligro, aunquequeda compensado porque en caso de cap-tura, la media de tamaño es mucho mayorque la que vamos a encontrar pescando deun modo sedentario...
El equipoNo hay que hacer grandes inversiones
en el equipo, pero conviene hacerse conuna caña capaz de soportar la máximatensión que se puede dar en esta práctica:la brutal embestida de un lucio de unos 8kilos a alta velocidad y en la misma orilla,con el señuelo a punto de salir del agua...Ocurre con frecuencia y es causa comúnde sustos importantes, imprecisiones yroturas del hilo, del emerillón, la popera o
la misma puntera de la caña (todos lospescadores de lucio lo hemos vivido).
La longitud debe ser un poco más largade lo habitual, así nos permitirá un juegomás prolongado del señuelo y la posibilidadde alejarla de nuestro puesto por amboslados, al menos la distancia suficiente comopara amortiguar las últimas embestidas.También va bien para acompañar el señueloen línea recta pescando en barreras de jun-cos, y para lanzar con fuerza y a dosmanos, si se requiere. 2,2 o 2,5 metros sonperfectos, con una acción parabólica y para15-30 gramos. Las anillas deben ser de cali-dad y encontrarse en óptimas condiciones, yel portacarretes tiene que ser muy seguro.
Si es posible conviene comprobar que elmango tenga la longitud exacta de nuestroantebrazo: sujetándola por el portacarretes,como si estuviésemos en acción real de pes-ca, el mango debe apoyarse en el antebra-
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zo, sin sobrepasar el codo... Deesto modo no nos cansaremoscon su peso durante toda la jor-nada. Si el mango sobresalemucho del codo impedirá lanzarcon normalidad y precisión,
pues obliga a retirar el brazo delcuerpo para que no roce con elcostado...
En cuanto al carrete, es fun-damental que cuente con todaslas innovaciones de la nueva
era: rodillo guía hilos dotado decojinete y ranura anti torsión delhilo; manivela compensada antivibración; potente microfreno;peso reducido; bobinas paraalmacenar 100 metros de hilode hasta 0,40 mm o trenzadosde 0,25 mm; sistema cruzadode bobinado para evitar que seincrusten unas espiras sobre lasotras cuando hay fuertes tensio-nes; buena velocidad pararecoger cucharillas giratoriasdel número 5 u ondulantes afavor de la corriente... Porsupuesto, prestándole muchaatención al hilo antes de salir apescar y cuidándolo con unbuen mantenimiento.
El hilo debería ser de lamejor calidad disponible: los0,30 de hoy soportan más de 10kilos, y son mejores y más dura-deros que muchos 0,40 queaguantan 12 o más kilos.
El resto del equipo lo com-pletará unos buen alicates depunta fina y alargada paraarrancar la popera de la bocadel lucio; unos guantes quepermitan hacer fuerza conmaña, sin miedos; cables deacero de varias medidas, congrapa y emerillón, y niquela-dos en tonalidades poco llama-tivas; un surtido de tiritas (cual-quier roce con los dientes dellucio le hará perder un poco de
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■ Aún siendo grandes, estos bichos merecen seguir en el río.
■ Las cucharillas ondulantes fueron y siguen siendo un gran señuelopara la pesca del lucio.
ALGUNOS CONSEJOS-No use vadeadores
para pescar el lucio a spin-ning desde orilla:
entrar en el cauce sóloservirá para remover elfondo, que en las pozassuele ser putrefacto, y aler-tar a los peces
-Nunca está de más lle-var un pequeño mini boti-quín, aunque deba quedar-se en el coche:
con el lucio s iemprehay rozamientos que aca-ban en cortes
-No deje atrás sus gafas,su gorra, unos guantes y losalicates: las gafas, ademásde ver bajo el agua le salva-rán de muchos roces con lasabundantes ramas; la gorra,del frío, de los reflejos delsol y de los pinchazos típi-cos de zarzas y rosales sil-vestres; los guantes darántranquilidad a la operaciónde desanzuelado, y los ali-cates ayudarán a alejarnuestros dedos de la temibleboca del lucio...
-Muévase y busque ellucio con paciencia, sin
hacer ruidos, y cuandoencuentre un punto propi-cio no abuse de los lancescontinuados:
Debe dar tiempo a quese tranquilicen, a que sereubiquen y a que decidanmoverse y activar de nuevosus instintos
-Devuelva sus capturassi no las va a consumirusted mismo, o como míni-mo, un familiar directo:
Deje a los vecinos,amigos del barrio y del baro compañeros de trabajoque acudan a la pescaderíacuando quieran comer pes-cado, y no se envilezca porel t rofeo que ofrece uncoloso de estos:
Una buena foto valemás que mil palabras y queun cadáver.
Además, si por abusoacaba con los lucios deuna poza, usted será el pri-mero en sufrir las conse-cuencias ya que tendrá quecambiar de zona de pesca.Quedan pocos lucios, res-pételos.
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■ El invierno es idóneo para encontrar al lucio más cerca de la orilla.
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sangre); abrebocas (ya no seusa porque hace daños impor-tantes, pero es aconsejadopara los noveles); garfio teles-cópico (mejor que salabre*);botas (mejor que vadeador);gafas polarizadas; una docenade crank-baits y otra de pikiesy cucharillas.
*Recomendamos que no cla-ve un lucio con el garfio, y si seve en la obligación de hacerlo,recuerde que es un pez que seentrega con bastante sumisióntras una corta batalla, y que unavez en la orilla tiene tiemposobrado para comprobar quepuede asegurarlo de muchasmaneras, ya que suele permane-
cer quieto. Aún así, le puedepasar el gancho por la aperturabranquial, pero sin clavarlo.
Los señuelos
Ni porque pesque en un ríode dimensiones reducidas, niporque salgan lucios de talla“mini” con bastante frecuencia,debe elegir señuelos pequeños.Dependiendo de la cantidad decomida disponible, un lucio de40 cm (medida mínima legalpermitida para sacrificarlo) pue-de pesar entre 400 gramos y un
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■ En el caso del lucio, sobre todo donde escasea, el captura y sueltadebería ser obligatorio.
■ Todas las capturas que ilustran este artículo fueron liberadas.■ El lucio es un pez difícil de encontrar y capturar; cuando es al con-trario, la diversión es total.
kilo, pero no se lo piensa cuando come nicuando se excita y lo mismo se lanza sobreun pececillo de 5 cm que sobre un crank-baitde más de 25... Mis mejores éxitos, y meconsta que los de muchísimos aficionados,han llegado con el empleo de señuelos rígi-dos o articulados de más de 15 centímetros.
Los grandes crank-baits tienen un úni-co problema derivado de su silueta ytamaño: son frenados por el aire y desvia-dos cuando hace viento fuerte porque suvolumen ejerce mucha presión en contra.En esta ocasión más tamaño significa máspeso, pero lances más cortos. No importa:Va a pescar el lucio desde orilla y en estasituación no se requieren lances largospues siempre lo encontrará orillado o traslos posibles apostaderos. Además podráacercarse a pie hasta donde lo desee.
Trate de conseguir imitaciones fieles a laespecie habitual de ese río; boga, cacho,madrilla, alburno, perca sol, carpa, tenca,barbo, bass e incluso lucio, sin olvidarse delcangrejo.
El lucio es un depredador y como talmuchas veces atacará todo lo que se mueva,sin fijarse en formato, color o tamaño, peroes menos confiado que otros y en ocasionesse va a mostrar muy selectivo.
Elija formatos normales, finos, estrechosy alargados, con tonalidades sencillas. Pres-te atención a su poder de profundización, ya su babero, intentando conseguir unamuestra capaz de desenvolverse a un metrosobre el lecho, contorneándose provocativa-mente aún recogiendo a bajas velocidades.Este es el secreto.
Es suficiente con media docena depececillos de superficie capaces de bajarun par de metros, y otra media docenaválidos para pescar a más profundidad,pero siempre recogidos lentamente. Llevetambién algunas cucharillas giratorias delnúmero 3, 4 y 5, y ondulantes de hasta 20gramos, junto con varios pikies en colornatural montados en jigs específicos. Lasgiratorias dobles en tandem van muy bien,y un par de spinner-baits nunca sobran,
sobre todo si están diseñadas exclusiva-mente para el lucio.
En cuanto a la acción de pesca, no olvidenunca que un lucio, aún en plenitud física,siempre mostrará preferencia por atacar aun pez desvalido que a otro muy vivaracho,es decir, nuestro fuerte y poderoso sprinter noestá por mantener duras persecuciones ni fin-tas, sino más bien por atacar y engullir cual-quier animal que nade torpemente o con difi-cultades... Una recogida lenta e irregular delseñuelo siempre será beneficiosa.
Creemos que ya no hacen falta mástecnicismos para que pueda afrontar unaescapadita a uno de esos mágicos ríos queafortunadamente nos quedan, así queármese de paciencia, de un buen equipo ysalga en busca de ese pez bien llamadotiburón de agua dulce. Suerte, y buenapesca, y con el lucio recuerda: pesca, dis-fruta, captura y suelta. SP
Texto y Fotos: Fco. Carrión, A. Millán,Javi y José Enrique Fernández
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