Un cuento para

compartir en Navidad

Llegamos al mes de diciembre ¡Dios mío! Cuán rápido corre el tiempo, parece ayer cuando mi catequista me conto una historia preciosa que en este mes siempre recuerdo de manera especial y quisiera contarla a mi pequeña, a quién le encanta los cuentos antes de dormir

- Mamá en qué estás pensando, pregunta mi niña, la observo con detenimiento y veo en ella la inocencia con la que tanto amaba Jesús a los niños. - Hija lo que pasa es que en este mes recuerdo una historia de amor, la más increíble que haya podido escuchar y hoy quiero contarte.

Es la historia de una virtuosa jovencita de nombre María, a quien el ángel del señor, el más hermoso de todos, Gabriel, visita en una ciudad de Galilea llamada Nazaret.

- Mamá y ¿qué quiere decir virtuosa? - Hija se les llama así a las personas que cumplen con la voluntad de

Dios y están llenas de virtudes como la humildad, la generosidad, la fe, la castidad entre otros. - ¿Es difícil serlo, cómo puedo ser yo también virtuosa?

- En cada día que pasa debes esforzarte por ser una buena niña, ser obediente, humilde y Dios te premiará.

Continuando con la historia, el ángel le dijo a María que iba a tener un hijo, ante este anuncio ella se asustó. Imagínate la impresión ¿madre yo? ¿Cómo será posible, si no he conocido varón? Ante estas preguntas el ángel supo despertar en ella la confianza para explicarle que el Espíritu de Dios actuaría sobre ella y el niño que nacería de ella será santo y será llamado hijo de Dios. María a pesar de la sorpresa que estas palabras produjeron en ella tenía una virtud que Dios había desarrollado, que es la obediencia y la fe; entonces acepto con estas palabras: “Yo soy la servidora del señor, hágase en mí tal como has dicho”. Luego en ángel la dejó.

- ¿Mamita y cómo María explicó a sus padres que estaba embarazada? - María estaba comprometida en matrimonio con un joven llamado José y a él se le apareció en sus sueños un ángel y le explicó lo sucedido; entonces José aceptó gustosamente continuar con los planes de Dios. - Mami, ahora que recuerdo mi profesora me contó que José era un buen hombre que Dios eligió para que sea el papito terrenal del niño Jesusito.

- ¿Y por qué Dios envió a su hijo a la tierra? ¿Por qué no lo dejo en el cielo? Estas preguntas mamita siempre me las hago. - Te explico Dios ama tanto a la humanidad que envió a su único hijo para que salve a todos, se salven del pecado y todo por amor. Jesús a pesar de ser el hijo de Dios nació en un pesebre, en un lugar muy pobre rodeado de animalitos por eso cuando llega navidad armamos nuestro nacimiento con muchos animalitos.

El nacimiento de Jesús es una historia muy particular, José y María tuvieron que ir a Belén a cumplir un mandato del emperador, pues tenían que registrarse en su lugar de origen, allí se registró José con María, su esposa, quien estaba embarazada.

Cuando llegaron al hospedaje no había lugar en la sala principal para los esposos, por el estado de embarazo avanzado José decide quedarse en el establo. Allí nace el hijo de Dios. Unos pastores de la zona son avisados por unos ángeles que se les aparecieron y fueron a adorar al niño celestial, reconociéndolo como hijo de Dios.

- Mamá me parece que fue adorado por unos reyes y no por pastorcitos, parece que estás cambiando la historia o ¿me estás haciendo trampa? - No Lucerito, lo que pasa es que los reyes llegan después, siguiendo la estrella de David lo encuentran, lo adoran y le llevan obsequios para quien sería el más grande ser de la historia.

- Una pregunta ¿y los niños que jugaban con Jesusito sabían quién era él? ¿Es verdad que hacía milagros de pequeño? ¿Cómo podemos saber estos detalles mamita?

- Mi pequeña, Jesús tuvo una infancia maravillosa, rodeada de gente que creía en el y en sus milagros, el vino a este mundo a traernos dicha y felicidad aunque no precisa muchos detalles

- Qué bonita historia mamita, gracias por contármela, me ha gustado escuchar lo que le pasó al niño Dios y en esta navidad quiero hacer algo para sentir que aprendí de él; ya no quiero regalos para mí, si no deseo encontrar un niño pobre y poder compartir un regalito con él. Jesús dijo yo estoy en los pobres y necesitados, ayúdenme.

- Me alegra, Lucerito, que esta historia te haya servido para aprender a compartir y de ahora en adelante ser una discípula de Jesús. Buenas noches hija.