UBA- Breve Historia de La Universidad de Buenos Aires

Breve historia de la Universidad de Buenos Aires 1

Breve historia de la Universidad de Buenos Aires

La Universidad de Buenos Aires (UBA) fue inaugurada el 12 de agosto de 1821 por

iniciativa del entonces ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires, doctor

Bernardino Rivadavia. Desde ese año, la Institución ha transitado los derroteros de la

historia del país y de la ciudad como universidad provincial y - desde 1881- nacional, así

como los caminos más específicos que hacen a la construcción de un centro académico,

cultural y científico, espacio de formación de profesionales, de circulación y producción de

conocimientos. Con la voluntad de organizar las dos universidades nacionales existentes

hasta ese momento –Córdoba y Buenos Aires- en 1885 se sanciona la ley Avellaneda que

otorga una estructura jurídica que contempla la autonomía universitaria y define la

modalidad de nombramiento de los profesores y de la designación de las autoridades. La

ley 1597 –ley Avellaneda- hace a la universidad responsable de expedir los diplomas

habilitantes para el ejercicio de la profesión, culminando así la definición de un perfil

institucional estrechamente ligado a una universidad profesionalista que, años después,

será señalado por algunos dirigentes reformistas como una limitación al desarrollo de una

universidad científica.

Consolidada la unificación nacional, la Argentina entra de lleno en el proceso de integración

al mercado mundial y los requerimientos que implica esta nueva situación en cuanto a

recepción de población inmigrante, crecimiento de las ciudades, desarrollo de una

infraestructura urbana, responsabilidad del estado en lo referente a políticas de educación,

salud pública, creación de una estructura político-administrativa estatal, más las

necesidades de la producción en expansión, colocan a la Universidad en un lugar central en

cuanto el Estado comienza a demandarle profesionales y conocimientos y, siguiendo la

tradición iluminista y liberal que había abonado su creación, ser centro de irradiación

cultural.

No queremos señalar con esto que la consolidación de la estructura de la institución

universitaria, hacia finales del siglo XIX, sea privativa de Argentina. Sólo quisimos subrayar


algunas especificidades que hacen, en parte, a la formación de una tradición que aún, casi

doscientos años después, hace sentir su peso frente a los cambios que suponen una

diferente relación con el estado, con el mercado, con los sectores de la producción, con las

demandas sociales, con valores que hacen a la misión universitaria.

En los años que van desde la fundación de la Universidad de Buenos Aires hasta después

de la batalla de Caseros, la UBA cumple con una función docente que comprende desde la

escuela primaria hasta la universitaria, siendo ésta última responsable de la formación de

profesionales que ejercerán de manera privada o formaran los cuadros técnicos del estado

y/o de la élite política. Hacia finales de la década del 80, el 84% de las bancas en la cámara

de diputados estaban ocupadas por abogados y entre el 10 y 12% correspondían a los

médicos; ambas carreras eran las seleccionadas preferentemente por los estudiantes

argentinos. Por otra parte, los profesionales extranjeros se destacaban por estar titulados en

carreras técnicas y científicas.

El interés por el desarrollo del conocimiento se mantuvo estrechamente ligado a las

expectativas económicas y de reconocimiento del territorio hasta finales del siglo XIX,

cuando la preocupación por la situación universitaria -falta de modernización de los

conocimientos, falta de afianzamiento de la investigación científica, formación utilitaria y

autoritarismo- llegaba hasta el Congreso de la Nación con la presentación de varios

proyectos de reforma.

Los cambios habidos en la concepción del conocimiento científico en Europa, hacia

mediados del siglo XIX tendrán una repercusión más tardía en Argentina y, como en el

resto del mundo, significaron una transformación en la concepción sobre la investigación

científica que, finalmente, encontrará su lugar en la institución universitaria. Esta innovación

del conocimiento entraría lentamente en la universidad argentina, afianzándose en la

medida de que se dispusiera de recursos humanos –muchas veces formados en el

extranjero o extranjeros-, de laboratorios, instrumentos científicos y de la voluntad política

que apoyara los cambios necesarios. Surge en esta coyuntura una tensión entre


universidad profesionalista y universidad científica que se hace sentir, sobre todo, en las

facultades de Medicina y Derecho y habrá de atravesar la historia de la Institución.

Lentamente, desde finales del siglo XIX comienzan a crearse institutos y museos como

centros de investigación: Instituto de Patología (1887) creado por Telémaco Susini; Museo

de Farmacobotánica (1900) que actualmente lleva el nombre de su fundador, Juan A.

Domínguez; Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras (1904), cuyo primer

director Juan B. Ambrosetti trabajó en la organización del mismo como así también en la de

las expediciones arqueológicas con carácter científico; Instituto de Clínica Médica (1913)

fundado por Luis Agote; Instituto de Fisiología cuyo primer director fue el doctor Houssay

(1919) quien no sólo se destacó por sus investigaciones en el campo de la fisiología si no

también por su voluntad de crear dentro de la Institución las condiciones adecuadas para la

creación de conocimiento original, de aquí su lucha por la implementación de los cargos

exclusivos.

En la Universidad de Buenos Aires, tempranamente, se inicia el primer movimiento de

reforma (1905-1906) bregando por la democratización de la misma y muy estrechamente

ligado a la problemática de la modernización del conocimiento. En 1906, en los inicios del

rectorado del doctor Eufemio Uballes, se sanciona un nuevo estatuto que viene a

reemplazar el de 1896, según la nueva normativa se conformaban consejos de carácter

electivo donde los profesores tenían derecho a voto, reemplazando de este modo a las

academias cuyos miembros revestían carácter de vitalicios. La inclusión de los profesores

en el gobierno es el resultado alcanzado, y este proceso no es ajeno al inicio de la

modernización científica y a la apertura de ciertos espacios de investigación. Pocos años

después, el movimiento de Córdoba levantando la misma reivindicación que la UBA,

avanzará por un camino de radicalización que desemboca en lo que hoy conocemos como

la Reforma. La conquista más sorprendente de este movimiento es el gobierno tripartito, es

decir, la representación por claustros de profesores, graduados y estudiantes. Es también

en ese momento donde quedan fijados los valores que hoy conforman la tradición

universitaria argentina en cuanto al gobierno y a las funciones: autonomía y democracia;

docencia, investigación científica y extensión universitaria.


El nuevo Estatuto de 1918, adoptaba el sistema de representación tripartita según la

reivindicación del Movimiento Estudiantil, sin ser apoyado por el Consejo Superior contó con

el apoyo del Rector Uballes y así lo aprobó el Poder Ejecutivo.

No podemos afirmar que el surgimiento de la Reforma sea la coyuntura histórica en que se

instala la investigación científica, si podemos decir que es el momento en que emerge la

voluntad política de sostener y defender que una universidad sin investigación científica no

es tal. Por supuesto, el cambio dependerá del desarrollo de la disciplina y de la cautela con

que las autoridades deban implementar la orientación científica para no chocar con las

resistencias que levanta la idea de un cuerpo de investigadores que aparece como extraño

frente a una tradición fuertemente profesionalista, donde el ejercicio de la profesión, el

desempeño en cargos públicos y la asunción de responsabilidades políticas –muchos

profesores distinguidos revisten como diputados o senadores- otorgan un alto grado de

legitimidad para desempeñarse como profesor.

La Reforma trae aires de renovación para los planes de estudio, para las formas de

transmisión del conocimiento y la creación de espacios para la investigación, lo que no es

ajeno al interés de un sector del movimiento estudiantil aliado con los profesores que pujan

por una universidad científica, sin dejar de considerar que, por otra parte, la participación

estudiantil crea fuertes resquemores entre los que ven en este protagonismo más una

amenaza que una posibilidad de fortalecimiento de las posiciones renovadoras y

modernizadoras, la ruptura del orden jerárquico establecido no es bienvenido con facilidad

Pero nada es claro y distinto, dentro del movimiento estudiantil reformista conviven estas

tendencias con aquellas que acuerdan con la democratización, con la responsabilidad social

de la Universidad, con la renovación pedagógica pero no están dispuestos a abandonar la

defensa del profesionalismo. Algo semejante ocurre entre los profesores, entre aquellos que

han montado laboratorios e iniciado el camino de la experimentación algunos se resisten a

defender la concepción de universidad científica.


No resulta extraño que en medio de tantos claroscuros el primer rector elegido según los

principios del ’18 haya sido el doctor José Arce (1922-1926), profesional destacado, político

y profesor universitario. Perfil muy alejado del de un reformista innovador que apuesta a la

construcción de una universidad científica. Es justo señalar que lo sucede en el rectorado el

doctor Ricardo Rojas.

La Facultad de Medicina es por esos años una de las más preparadas para el cambio,

porque en su pasado inmediato había realizado esfuerzos en el sentido de la

implementación de estudios experimentales, montado laboratorios y formado recursos

humanos. Pero no es este un camino directo al horizonte deseado de la creación de

conocimientos, más bien lleno de avances y retrocesos, de puja de intereses marcados por

la vida de la Institución e incluso por la intervención del poder político.

Es en ocasión del concurso de la Cátedra de Fisiología, cuyos postulantes serán los

doctores Soler y Houssay, que las tensiones señaladas entran en juego y para su

resolución intervendrán desde el Dr. Lanari -decano de la Facultad de Medicina- hasta el

doctor Yrigoyen a quien como presidente de la Nación le correspondía el nombramiento de

uno de los concursantes, según una terna elevada por la Facultad y que, en este caso,

encabezaba Bernardo Houssay.

El concurso, quizás por la coyuntura en que se sustanció, dejó expuestas muchas de las

dificultades por las que atravesaba la Universidad y que serían una constante en los años

por venir, más aún planteaba nuevas como la relación entre docencia e investigación y la

necesidad de que la Institución creara las condiciones para la profesionalización académica.

El otro foco de conflicto y, sobre todo, de resistencia al cambio en los años de la Reforma,

sería la Facultad de Derecho, quizás la más sensible por la relación de muchos de sus

profesores con el ideario político dominante en los años anteriores a la democratización

iniciada en 1916. Los conflictos de los sectores conservadores con las autoridades

universitarias y con la dirigencia estudiantil ponen de manifiesto que sus preocupaciones


tienen mucho que ver con la política nacional de democratización y con el temor que la

Revolución Rusa ha levantado en las llamadas clases propietarias.

Durante el rectorado del doctor Ricardo Rojas se suceden los conflictos que van desde una

renuncia colectiva de profesores -que apunta a frenar los avances de los principios

reformistas- a la suspensión de los estudiantes de la Agrupación de Centro Izquierda,

seguida de la renuncia de los consejeros Biagosch, Sánchez Viamonte, Sanguinetti y De

Vedia en solidaridad con los sancionados. Finalmente el Rector interviene la Facultad para

convocar a nuevas elecciones que culminaron con la elección del doctor Alfredo Palacios

como decano.

El período que va de 1918 a 1922 fue de expansión del movimiento reformista y es con el

cambio de gobierno -la presidencia del Doctor Alvear, quien no tiene manifiestamente

ninguna simpatía por dicho movimiento- que se inicia un tiempo de retroceso en lo que hace

sobre todo a la democratización y a la participación estudiantil en el gobierno universitario.

Con el golpe de estado liderado por el general Uriburu -1930- y la intervención a todas las

universidades nacionales el retroceso ya daría lugar a críticas severas de investigadores de

la talla de Bernardo Houssay y Enrique Gaviola.

No se puede dejar de mencionar en el proceso de modernización de la UBA a principios del

siglo XX el aporte de intelectuales y científicos extranjeros, visitantes asiduos como Ortega

y Gasset u ocasionales como Augusto Pi Suñer, Einstein y Le Corbousier; y aquellos que

invitados por la Institución Cultural Española como Julio Rey Pastor y Luis Jiménez de

Asúa se radicaron, finalmente, en Argentina. Estos entre otros, y los que vendrán años más

tarde expulsados por la derrota de la República Española y la persecución franquista, por el

avance del fascismo y del nazismo en Europa.

Un suave renacer de la Reforma trajo la segunda presidencia del Dr. Yrigoyen, y éste duró

tan poco como el gobierno. El gobierno nacional surgido del golpe buscaba restablecer

autoritariamente un orden jerárquico y el interventor elegido para llevar adelante este


programa en la UBA, el doctor Benito Nazar Anchorena, avanzó con espíritu de cruzado

sobre el movimiento estudiantil e, inmediatamente, sobre los profesores sospechados por

sus simpatías reformistas o por sus pertenencias partidarias.

Nuevamente las facultades de Derecho y Medicina muestran con claridad los efectos de la

intervención. Derecho reincorpora a los docentes renunciantes por el avance de la Reforma

para convertirse en un foco de la reacción adicta a la dictadura. Medicina es durante los

años 30 un foco de corrupción universitaria, sustentada en la reforma de los Estatutos que

había abolido la participación de los estudiantes en el gobierno para darles cabida en el

trámite de nombramiento de los profesores

Los conflictos no resueltos de la Universidad empezaron a tener respuestas desde

organizaciones de intelectuales y científicos que buscaban crear espacios de encuentro y

realización científica –fuera de la Universidad- alejados de las complejidades ideológicas

abiertas desde el Centenario y que comenzaron a consolidarse durante la década del ’20.

Por una parte, en una amplia tendencia anti-moderna en sus variadas y posibles alianzas:

militarismo, nacionalismo, catolicismo ultramontano y, por la otra, las vertientes

democráticas, reformistas y, posteriormente, revolucionarias.

El episodio de la Facultad de Derecho a propósito de la conferencia del mayor Enrique

Rottjer, donde en su papel de rector acudió el doctor Ricardo Rojas (a pesar de los

conflictos con las autoridades conservadoras de la Facultad que se resistían a aplicar las

normas que el Estatuto reformista exigía) mientras los estudiantes protestaban por la

presencia de lo que consideraban una avanzada militarista impulsada por el Decano. Era la

escena perfecta en cuánto representación de la puja existente y de las presiones que la

Universidad debía afrontar como efecto de los cambios habidos en la Argentina y a nivel

mundial.

A la dúctil convivencia de años anteriores comenzaba a perfilarse una intransigencia que,

se haría explícita, a partir del golpe del ’30.


A comienzos de la década del 30 se crea el Colegio Libre de Estudios Superiores y la

Asociación para el Progreso de la Ciencia Argentina, ambas con sus publicaciones “Cursos

y Conferencias” y “Ciencia e Investigación”. Desde allí además de la tarea de divulgación

científica se mantiene una constante preocupación por el devenir de la Universidad y por las

posibles soluciones para una Institución que día a día acusa más su orientación

profesionalista descuidando los espacios de la ciencia y la cultura.

La propuesta de nueva ley universitaria enviada al Congreso por el Poder Ejecutivo (1932)

da lugar a numerosas publicaciones y respuestas de científicos y universitarios, entre otros

Bernardo Houssay, Enrique Gaviola, Enrique Zappi y Félix Cernuschi. Si hay un motivo

común que se repite en estos pronunciamientos en relación al proyecto de ley es la

denuncia de “la farsa sobre la investigación científica”, refiriéndose a la falta de voluntad

política para crear las condiciones necesarias para que ésta fuera posible; la primera

condición que se invoca es la dedicación exclusiva.

A pesar de la crisis política y económica por la que atraviesa el país y a la cual se ve

arrastrada la institución universitaria, ésta aún tiene la capacidad de mantener cierta

vitalidad que permite la sobrevivencia de los espacios de innovación construidos, la

realización de proyectos que se arrastran desde comienzos de siglo como es el caso del

nuevo edificio de la Facultad de Medicina y el inicio de la sede neoclásica para la Facultad

de Derecho que años después inaugurará el general Juan D. Perón, durante su primera

presidencia.

El fracaso de la salida democrática para Argentina y el nuevo golpe de estado de 1943 lleva

a la Universidad a sucesivas aventuras según el interventor de turno, que oscilan entre

proyectos filonazis y de integralismo católico.

Sin que mediara un explícito reconocimiento de los errores cometidos el presidente Farrell

decidió normalizar la Universidad y las elecciones dieron por resultado la designación de

Horacio Rivarola como rector de la UBA, el otro candidato era el doctor Houssay. Poco iba a


durar la voluntad del gobierno de facto en mantener la Universidad bajo el gobierno de los

universitarios, frente a las declaraciones y los hechos de defensa de los principios

democráticos y la convocatoria a la participación ciudadana, vuelve a ser intervenida un

mes antes de la asunción del nuevo presidente electo.

El general Perón, al asumir la presidencia, mantuvo los interventores de las Universidades

Nacionales -el doctor Oscar Ivanissevich en la UBA- y hacia finales del año '46 se

sucedieron retiros, cesantías y renuncias en todas las universidades del país.

La derogación de la ley Avellaneda, con la que las universidades tan cómodamente se

habían gobernado, y la aprobación de la ley universitaria 13031 (1947) pusieron fin al

modelo liberal en la institución. La Universidad perdió la autonomía para quedar al servicio

de los proyectos y los requerimientos gubernamentales y las conquistas estudiantiles

logradas por la Reforma desaparecieron. No hubo una política universitaria novedosa, más

bien se tendió a consolidar el profesionalismo, y con las expulsiones, renuncias y

jubilaciones obligadas de destacados científicos y académicos –figura emblemática fue en

esta coyuntura la del doctor Houssay- que migraron hacia espacios privados o hacia

universidades y/o instituciones científicas del Interior, la UBA retrocedió en cuanto a

consolidación de espacios para la investigación científica, pero estos no desaparecieron y

algunas figuras de prestigio continuaron su labor como Claudio Sánchez Albornoz, Julio

Rey Pastor , Luis Santaló y Eduardo Braun Menéndez, entre otros.

En la UBA, la modificación institucional perdurable fue la de su estructura organizativa con

la creación de las facultades de Odontología (1946), Arquitectura (1947) e Ingeniería (1952).

A partir de 1952, la profundización de una política gubernamental de consolidación de la

doctrina justicialista y la preocupación por el adoctrinamiento de los jóvenes y la

identificación de peronismo con argentinidad, impulsó al gobierno a una intervención más

directa en el ámbito de la cultura y la educación Este nuevo avance oficial sobre el campo

de la educación exacerbó el antagonismo del movimiento estudiantil reformista que se


fortaleció y adquirió protagonismo en la lucha contra el gobierno peronista; el estudiantado

católico, después de la ruptura de la Iglesia con el oficialismo, se sumaría a la oposición.

El golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 propuso, como primera medida de

política universitaria, la normalización de las universidades nacionales y el retorno a la ley

Avellaneda. El bloque de fuerzas políticas que debía llevar adelante las decisiones

pertinentes para lograr tal fin mostró muy tempranamente sus contradicciones. Un rector

normalizador, José Luis Romero, de extracción socialista y un ministro de Educación,

Dell’Oro Maini, de extracción católica debieron hacer frente al primer conflicto que

comprometía a la universidad pública al permitirse por medio de un artículo –el 28- de un

decreto del gobierno de facto, la creación de universidades privadas. El conflicto terminó

con la renuncia del rector y el ministro. Este tipo de conflictos políticos, más los que

emergieron de las especificidades académicas y universitarias que ponían en juego

diversas concepciones sobre el gobierno y las funciones de la universidad, atravesaron el

período. Sin embargo, un acuerdo básico, la necesidad de modernización permitió el trabajo

conjunto.

La UBA fue puesta bajo un acelerado ritmo de actualización científica, que abarcó desde la

puesta al día de las bibliotecas hasta la creación de carreras (sociología, psicología,

ciencias de la educación, economía, etc.), la institucionalización de equipos de investigación

en institutos y el reforzamiento de áreas de conocimiento poco desarrolladas en Argentina.

Se adoptó el régimen cuatrimestral, se organizó el trabajo en seminarios, laboratorios,

talleres y grupos de estudio, que abrieron, a la vez, la posibilidad de suprimir el examen.

La renovación pedagógica, la modernización científica, y el nuevo impulso dado a la

extensión universitaria desde donde la divulgación científica ocupa un lugar de relevancia

con la creación de la Editorial Universitaria (EUDEBA), más las creaciones institucionales no

universitarias (Instituto Nacional de Tecnología Agrícola /INTA/, Instituto Nacional de

Tecnología Industrial /INTI/ y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

/CONICET/) reforzaron el clima de modernización abonado por una ideología desarrollista


que impregnaba las ideas de la época más allá de pertenencias académicas, confesionales

y políticas.

En el proceso de modernización que se abre a partir del golpe de estado de 1955, la

Facultad de Ciencias Exactas de la UBA será emblemática. La retórica que desde principios

del siglo XX promete convertir a la universidad en un lugar para la investigación científica

parece hacerse finalmente realidad bajo la intervención del decano interventor José Babini y

posteriormente del decano electo doctor Rolando García. Es decir, que se crean las

condiciones materiales para que la investigación quede instituida en la UBA.

La creación de cargos de tiempo completo, complementado con la creación de la carrera de

investigador científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas,

ofreció la posibilidad de la profesionalización científica, lo que a su vez resultó en la

conformación de una fuerte identificación institucional. Ligado a este nuevo perfil del

investigador-docente y al compromiso de las autoridades con el proyecto de modernización,

se abre un sistema de becas para promover la formación a nivel nacional e internacional de

los jóvenes egresados, lo que garantiza la reproducción y ampliación del programa. La

departamentalización apuntaba a innovar en cuanto a la estructura institucional rompiendo

con la cátedra como espacio cerrado, bajo el supuesto de que el departamento como forma

de organización del trabajo académico permitíría con mayor flexibilidad la formación de

equipos, facilitaría los contactos e intercambios entre las especialidades disciplinarias e

incluso transdiciplinarias y lograría de manera más adecuada la articulación entre docencia

e investigación. Es interesante señalar que la estrategia de fortalecimiento de las ciencias

exactas abarcó a todas las disciplinas: química, física, matemática, biología, geología. Otro

aspecto que ocupó un lugar destacado fue la preocupación por crear los espacios

materiales que posibilitaran el desarrollo de la investigación: la instalación de laboratorios e

incorporación del instrumental científico necesario.

La llegada de “Clementina”, la primera computadora, al Instituto del Cálculo –cuyo director

era el doctor Manuel Sadosky- fue un hito en la actualización del instrumental científico.


Esta propuesta chocó con la precariedad edilicia donde desarrollaba sus actividades la

Facultad de Ciencias Exactas y la solución propuesta, que comprometía a toda la

Universidad y contó con el pleno apoyo del rector Risieri Frondizi, fue la construcción de la

Ciudad Universitaria, emblema del proyecto modernizador de los años ’60.

Si la transformación universitaria propuesta se inició y prosperó con los conflictos de

intereses y oposiciones académicas y políticas ya señalados, la radicalización del

movimiento estudiantil y su confrontación con el proyecto lo debilitó, más aún cuando éste

había sido uno de los pilares fundamentales en los inicios. Pero estas contradicciones no

alcanzaron a buscar e implementar los mecanismos institucionales de posibles soluciones

pues el golpe militar de 1966 y la intervención violenta a la Universidad conocida como “la

noche de los bastones largos”, un mes después, quebró de manera brutal la experiencia.

Una vez más la intervención a las universidades se continuaba con una política de

vaciamiento institucional y, contrariamente a lo predicado y actuado por el gobierno militar -

en cuanto a la necesidad de crear un ámbito aséptico para el desarrollo de la docencia y la

investigación que lleva a eliminar el gobierno tripartito y la autonomía universitaria, además

de prohibir la actividad política de los centros de estudiantes- se inicia un proceso de

peronización que comprometió a agrupaciones estudiantiles y profesores que, hoy día,

puede ser pensado como la primera emergencia de la partidización de la política

universitaria.

Indisolublemente unida al devenir político del país la UBA fue, en los años siguientes al

nuevo intento democrático que se inicia en 1973 con la presidencia del doctor Cámpora,

uno de los escenarios privilegiados de la contienda de las tendencias de derecha y de

izquierda del movimiento peronista.

Presionado por las movilizaciones, las ocupaciones de facultades, los enfrentamientos

violentos entre distintas tendencias, Rodolfo Puiggrós renunciaba como interventor de la

Universidad, mientras con acuerdo de radicales y peronistas se sancionaba la Ley


Universitaria número 20564/1974. Para llevar adelante la normalización de la UBA de

acuerdo a la ley, se designó como interventor al ex-vicepresidente Vicente Solano Lima,

pero los acontecimientos políticos se precipitaron de tal modo con la muerte del Presidente

Juan D. Perón y la asunción de la presidencia por María Estela Martínez de Perón, que la

posibilidad de la pacificación y normalización quedó trunca con una nueva intervención.

Alberto Ottalagano designado para desempeñar el cargo consagró la presencia de la

ultraderecha en la Universidad.

El 24 de marzo de 1976 un nuevo golpe de estado, denominado "Proceso de

Reorganización Nacional" derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón.

Bajo la inspiración de la doctrina de la seguridad nacional, la represión se impuso en los

claustros universitarios con desaparecidos, presos y exiliados; se prohibieron y destruyeron

textos y se censuraron teorías.

Entre 1976 y 1977, en relación al año 1974, la matrícula de ingreso a la UBA desciende

104.8%. De acuerdo a la ley 22207 las Universidades Nacionales retrocedieron a un

pasado prerreformista, quedó abolida la autonomía y el gobierno tripartito; la función

universitaria quedó reducida a la cátedra, las clases y los exámenes.

Una vez más, el vaciamiento de la Universidad fue política de la dictadura pero esta vez

alcanzó gran eficacia al iniciar un cambio en el Consejo Nacional de Investigaciones

Científicas y Técnicas referido a la creación de institutos dependientes del Consejo, primer

paso dado hacia la ruptura de la hasta entonces privilegiada relación con la Universidad. A

esta política le siguió la creación de los Centros Regionales, en los cuales se aspiraba a

concentrar los institutos de investigación y los investigadores, lo cual daba lugar a una

forma distinta de organización del trabajo académico donde uno de los resultados más

inmediatos era la separación de docencia e investigación.


Iniciado, una vez más, en 1983, el camino de la recuperación democrática, el rector

normalizador –doctor Francisco Delich- debió atender tanto a la reorganización del gobierno

universitario como a la reconstrucción académica. A la vez, nuevos desafíos se planteaban

ligados a la globalización, a la revolución tecnológica, a la reforma del estado; demasiados,

podríamos decir para una Universidad que venía de años de enclaustramiento, que no

había acompañado las transformaciones de la educación superior que ya se habían iniciado

en varios lugares del mundo –EEUU, Alemania, Suecia, México- y que tenía su identidad

fragmentada.

A la paciente reconstrucción institucional de los primeros años de democracia y

nuevamente en colaboración con el CONICET, siguieron años vertiginosos cuando,

durante el gobierno del doctor Menem, se decidió acelerar la transformación universitaria

implementando políticas desde la Secretaría de Políticas Universitarias que asumió un rol

protagónico.

Iniciado el proceso de transición democrática en Argentina con la presidencia del doctor

Raúl Alfonsín (1983-1989), se devolvió a las universidades nacionales la autonomía y el

cogobierno y se puso nuevamente en vigencia el Estatuto vigente hasta 1966. De manera

tal que, terminado el período acordado para la normalización, los claustros –docentes,

egresados y estudiantes- pudieran elegir sus respectivos representantes a los consejos

directivos de las facultades para posteriormente elegir en asamblea de consejeros -por

claustro- a los que integrarían el consejo superior junto a los decanos y presidido por el

rector. El rector se designa en la Asamblea Universitaria formada por los miembros del

Consejo Superior y de los Consejos Directivos de las Facultades.

A la paciente reconstrucción institucional de los primeros años de democracia y

nuevamente en colaboración con el CONICET, siguieron años vertiginosos durante el

gobierno del doctor Carlos Saúl Menem, cuando desde el Estado se decidió acelerar la

transformación implementando políticas modernizadoras desde la Secretaría de Políticas

Universitarias que asumió un rol protagónico.


En marzo de 1986 fue designado rector de la Universidad de Buenos Aires el doctor

Oscar Julio Shuberoff, quien fue reelecto con posterioridad por tres veces sucesivas. En

2002 la Asamblea Universitaria designó como rector al doctor Guillermo Jaim Etcheverry.

En los 20 años de democracia y de normalidad universitaria se reconstruyeron las funciones

básicas de la universidad: docencia, investigación y extensión universitaria.

Se renovaron planes de estudio, se crearon nuevas carreras -Ciencia Política y Ciencias de

la Comunicación- que posteriormente integrarían la Facultad de Ciencias Sociales junto a

Sociología, Relaciones de Trabajo y Trabajo Social. La carrera de Psicología fue elevada a

rango de Facultad. Se diversificó la oferta educativa con carreras como técnico en edición,

diseño de indumentaria y técnico en bioterios. Una de las primeras innovaciones realizadas

fue la creación del Ciclo Básico Común como curso de pregrado que daba una respuesta a

la demanda de matrícula después de años de limitaciones al ingreso pero también saldaba

la difícil relación entre estudios universitarios y escuela media. Se abren y multiplican los

estudios de posgrado, saldando una vieja deuda de la Universidad.

La preocupación porque la UBA volviera a ser un centro de investigación de excelencia se

resolvió con la creación de la Secretaría de Ciencia y Técnica, la implementación de becas

para graduados y de financiamientos de investigación.

Retomando la larga tradición de la extensión universitaria en la UBA se crea la Secretaría

de Extensión, y en relación con ella se inicia una interesante experiencia a partir de la

creación del Centro Cultural “Ricardo Rojas”, además de los servicios prestados a los

estudiantes: becas, salud, recreación.


1821-1880

1821

El 12 de agosto se crea la Universidad de Buenos Aires, haciéndose cargo la

institución de toda la educación impartida en la provincia de Buenos Aires: primaria,

media y superior. La nueva Universidad presentaba el atractivo de ofrecer cursos

más ilustrados y laicos que los de la tradicional universidad de Córdoba de origen

colonial.

El primer rector de la UBA fue el doctor Antonio Saénz.

1822

Según el decreto del citado año la Universidad se organizaría en seis

departamentos: Primeras Letras, Estudios Preparatorios, Ciencias Exactas,

Medicina, Ciencias Sagradas y Jurisprudencia.

1838

Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (1829-1852) la Universidad quedó

sujeta al poder político, exigiéndose de sus integrantes demostraciones de adhesión

al régimen. La situación política y la reducción presupuestaria que prácticamente

dejó sin presupuesto a la UBA, dañaron a la casa de estudios. Los profesores, cuyos

salarios quedaron sujetos al pago de los alumnos, migraron. Los estudios de ciencias

naturales desaparecieron.

Fueron rectores de la UBA durante el período rosista los doctores Santiago

Figueredo y Paulino Gari.

1852

La Facultad de Medicina adquiere autonomía en relación a la Universidad.


1865

Tras la batalla de Caseros (1852) y Pavón (1862), la Argentina logró, en un frágil

equilibrio político, la unificación nacional. La pacificación nacional significó para la

Universidad iniciar un camino de rehabilitación académica e institucional. En 1865, el

rector doctor Juan María Gutiérrez (1861-1873) redactó el reglamento Universitario

que acordaba la organización de la UBA como federación de facultades e instituía el

concurso docente como forma de provisión de las cátedras.

Se crea el Departamento de Ciencias Exactas para la enseñanza de las matemáticas

puras y aplicadas e historia natural.

1873

Al reunirse la Convención Constituyente para dictar la Constitución de la provincia de

Buenos Aires, se acordó la organización de la Universidad en Facultades.

1874

El Departamento de Jurisprudencia se transforma en Facultad de Derecho y se

modifica el plan de estudios.

El Departamento de Ciencias Exactas se transforma en Facultad de Matemática y

Facultad de Ciencias Físico-naturales.

La Facultad de Medicina se reincorpora a la Universidad.

Rectores del período

• Dr. Antonio Sáenz: 13-06-1821 a 25-07-1825.

• Dr. José Valentín Gómez: 10-04-1826 a 23-08-1830.

• Dr. Santiago Figueredo: 23-08-1830 a 22-02-1832.

• Dr. Paulino Gari: 13-12-1832 al 11-1849.

• Dr. Miguel García: 11-1849 a 26-06-1852.


• Dr. José Barros Pazos: 12-07-1852 a 5-05-1857.

• Dr. Antonio Cruz Obligado: 9-05-1857 al 03-1861.

• Dr. Juan María Gutiérrez: 1-04-1861 a 3-10-1873.

• Dr. Vicente Fidel López: 15-02-1874 a 12-06-1877.

• Dr. Manuel Quintana: 12-06-1877 a 26-01-1881.

1880 - 1916

1880

La presidencia del general Julio A. Roca (1880-1886) sintetizó la voluntad de las

Provincias y Buenos Aires de llevar adelante el compromiso de conformación del

Estado Nacional. Se federalizó la ciudad de Buenos Aires, se nacionalizó la Aduana

y la Universidad.

1881

Por decreto se entrega la UBA al gobierno nacional y se designa una comisión –

constituida por Avellaneda, Alberdi, Quesada, Porcel de Peralta y Wilde- para

redactar los nuevos estatutos y planes de estudio.

El mismo decreto suprime los Estudios Preparatorios y refunda la Facultad de

Matemáticas con la de Ciencias Físico-Naturales (1874).

1883

El Hospital de Clínicas es entregado a la Facultad de Medicina.

1885

Se promulga la Ley Avellaneda que definió institucionalmente, y de manera flexible,

el perfil de las universidades nacionales (de Córdoba y de Buenos Aires)

estableciendo la autonomía universitaria, la designación de profesores por parte del

Poder Ejecutivo y la creación de un fondo universitario.


1886

Según la nueva ley universitaria se aprueba el Estatuto de la Universidad de Buenos

Aires.

1891

Con la reforma de los Estatutos se convierte a la Facultad de Ciencias Físico-

Matemáticas en Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales donde se enseña

matemática, física, química, historia natural, ingeniería y arquitectura.

1896

Se crea la Facultad de Filosofía y Letras por decreto del Poder Ejecutivo, siendo

presidente José E. Uriburu quien designó a los miembros del Consejo Académico de

la flamante institución: Bartolomé Mitre, Bernardo de Irigoyen, Ricardo Gutiérrez,

Rafael Obligado, Joaquín V. González, Paul Groussac, Carlos Pellegrini y Lorenzo

Anadón.

1900

Se crea el Centro de Estudiantes de la Facultad de Medicina.

1901

La carrera de Arquitectura se convierte en escuela.

1903

La Facultad de Derecho se agita con huelgas estudiantiles, clausuras y renuncias de

docentes y autoridades.

Se crea el Centro de Estudiantes de Ingeniería.

1905


La revuelta estudiantil estalla en la Facultad de Medicina. Por otra parte el clima de

malestar político y social ha llevado al Poder Ejecutivo a implantar el estado de sitio y

se aplica con tal severidad que la policía de la Capital prohíbe a los diarios publicar

noticias relacionadas con la huelga estudiantil.

Profesores y estudiantes se unen para reclamar la formación de Consejos

Directivos constituidos por profesores, cuyos cargos como consejeros sean

renovables periódicamente.

Se crea el Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho.

1906

El triunfo del movimiento del año anterior significó la puesta en vigencia de un nuevo

estatuto para la UBA que, al dar mayor representación a los profesores,

democratizaba el gobierno de la Institución.

1908

Se crea el Centro de Estudiantes en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y

Naturales.

Se crea la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

1909

En mayo por decreto del Poder Ejecutivo se decide la anexión a la universidad del

Instituto Superior de Agricultura y Veterinaria. En julio del mismo año, el Consejo

Superior reconoce la incorporación.

1911


Se crea la Facultad de Ciencias Económicas. La Escuela de Comercio que hoy lleva

el nombre de su fundador Carlos Pellegrini, es anexada a la Facultad.

1913

El Colegio Nacional de Buenos Aires pasa a depender de la Universidad.

1916 - 1930

1918

Las elecciones de 1916 llevaron al gobierno a Hipólito Yrigoyen y a su partido la

Unión Cívica Radical, iniciándose un proceso de democratización del país y de

ampliación de las bases sociales del estado. La Universidad mantuvo una relación

empática con el nuevo gobierno.

Las propuestas del movimiento estudiantil de Córdoba (1918) que dieron origen a la

Reforma como movimiento radicalizado, se impusieron con celeridad incluso en la

UBA, donde ya se habían iniciado a partir de 1906 con los cambios acordados al

Estatuto. Las demandas estudiantiles comprendían a toda la compleja estructura

universitaria: libertad y periodicidad de cátedra, impulso a la investigación,

modernización de los métodos de enseñanza y sus postulados más audaces de

participación estudiantil en el gobierno universitario y una renovada relación entre

universidad y sociedad sintetizada en la consigna cordobesa de unidad obrero-

estudiantil.

Durante el gobierno de Marcelo T. de Alvear (1922-1928), se intervinieron las

universidades del Litoral y de Córdoba y un marcado avance de los sectores

antirreformistas caracterizó la situación de la UBA.

Se crea, en el mes de marzo, la Federación Universitaria Argentina (FUA).


Se reúne en el mes de julio el Primer Congreso de la Federación Universitaria

Argentina (FUA).

1923

Se dicta un nuevo estatuto para la UBA.

1925

Albert Einstein visita la Argentina y da una conferencia en el Colegio Nacional

Buenos Aires. Los doctores Coroliano Alberini y Enrique Butty son sus interlocutores

en nuestro país.

1928

Las huelgas universitarias inician un período de recuperación de las políticas

reformistas, situación que se vio favorecida por el triunfo de Yrigoyen en las

elecciones de 1928. En las facultades de Medicina y Derecho, los estudiantes

lograron las renuncias de sus respectivos decanos y el nombramiento de autoridades

simpatizantes de la Reforma. La virulencia de los enfrentamientos en la facultad de

Derecho llevó a la intervención personal del rector doctor Ricardo Rojas quien,

previas elecciones, entregó el decanato al doctor Alfredo Palacios.

1930

El golpe de estado de 1930 dividió al movimiento estudiantil entre aquellos que lo

apoyaron decididamente y quienes lo repudiaron, proponiendo el alejamiento del

Presidente y el recambio constitucional.


• Dr. Eufemio Uballes: 1-03-1906 a 1-03-1922.

• Dr. José Arce: 1-03-1922 a 1-03-1926.

• Dr. Ricardo Rojas: 2-03-1926 a 1-03-1930.

• Dr. Enrique Butty: 1-03-1930 a 11-12-1930.


• Dr. Benito Nazar Anchorena (interventor): 16-12-1930 a 1-06-1931.

1930 - 1943

1930

El golpe de estado del general José Félix Uriburu no significa en lo inmediato la

intervención de la Universidad, ésta llegaría pocos meses después cuando ante la

renuncia del rector ingeniero Enrique Butty es designado interventor el doctor Benito

Nazar Anchorena, encargado de restablecer el orden jerárquico y la disciplina que

el movimiento de la Reforma había trastocado.

Será una década de retrocesos para la Universidad, caracterizada por un fuerte

profesionalismo y la supervivencia de islas de investigación científica.

1932

Se dicta un nuevo Estatuto que recorta la representación estudiantil y le hace perder

el voto en las instancias de gobierno, otorgándosele para la aprobación de las

designaciones docentes.

Se presenta en el Congreso un proyecto de Ley Universitaria que provoca críticas

agudas de los doctores Bernardo Houssay y Enrique Gaviola.

1937

El doctor Carlos Saavedra Lamas recibe el Premio Nóbel de la Paz.

1941

La Facultad de Medicina es intervenida por actos de corrupción ligados a las

designaciones docentes con la participación del voto estudiantil.



• Dr. Benito Nazar Anchorena (interventor): 16-12-1930 a 1-06-1931.

• Dr. Mariano Castex: 1-06-1931 a 9-03-1932.

• Dr. Angel Gallardo: 11-05-1932 a 9-04-1934.

• Dr. Vicente Gallo: 11-05-1934 a 11-05-1941.

• Dr. Coroliano Alberini (vicerrector a cargo): 12-05-1941 a 16-10-1941.

• Dr. Carlos Saavedra Lamas: 17-10-1941 a 30-07-1943.

1943-1955

1943

El golpe de estado del mes de junio abre un enfrentamiento entre el Gobierno y la

Universidad que se profundiza a lo largo de todo el período.

En octubre, por disposición del gobierno militar son dejados cesantes los profesores

de la UBA firmantes de un manifiesto antioficialista, como por ejemplo el doctor

Bernardo Houssay, entre otros.

En noviembre, es nombrado interventor de la UBA el doctor Tomás D. Casares,

destacado representante de los sectores nacionalistas y católicos.

1946

El triunfo electoral de Juan Domingo Perón significa una derrota para los

universitarios comprometidos con la Unión Democrática en la oposición al “gobierno

de junio” y a Perón.

Se crea la facultad de Odontología.

En diciembre, la Universidad es nuevamente intervenida, cesanteados muchos de

sus docentes y jubilados otros como el doctor Bernardo Houssay.


1947

El gobierno promulga la ley 13031. La nueva ley universitaria sujeta las instituciones

de educación superior al ámbito del Poder Ejecutivo y limita la participación

estudiantil.

Con la nueva política universitaria establecida se asigna a las universidades

nacionales, como una de sus funciones centrales, la colaboración con los proyectos

del Gobierno: Primer Plan Quinquenal.

En septiembre, el Senado aprueba la creación de la facultad de Arquitectura y

Urbanismo.

El doctor Bernardo Houssay recibe el Premio Nóbel de Medicina.

1950

Se crea la Confederación General Universitaria (CGU), una organización estudiantil

pro-gubernamental .

1953

Se suprime el examen de ingreso.

1954

Se clausuran los locales de los centros estudiantiles de la Federación Universitaria

de Buenos Aires (FUBA).

1955

La FUBA mantiene ocupada la Universidad bajo la consigna “La Universidad somos

nosotros”, después del triunfo del golpe de estado de septiembre.



• Dr. Alfredo Labougle: 31-07-1942 a 1-11-1943 (vicerrector a cargo).

• Dr. Emilio Ravignani: 2-11-1943 a 4-11-1943 (interventor).

• Dr. Tomás Casares: 4-11-1943 a 9-03-1944 (interventor).

• Dr. David Arias: 10-03-1944 a 18-05-1944 (interventor).

• Dr. Carlos Obligado: 19-05-1944 a 31-08-1944 (interventor).

• Dr. Nicolás Matienzo: 1-09-1944 a 30-10-1944 (secretario general a

cargo).

• Dr. Carlos Waldorp: 30-10-1944 a 16-02-1945 (interventor).

• Dr. Antonio Benítez: 17-02-1945 a 14-03-1945 (comisionado nacional).

• Dr. Salvador Oría: 15-03-1945 a 26-04-1945 (vicerrector a cargo).

• Dr. Horacio Rivarola: 27-04-1945 a 2-05-1946 (rector).

• Dr. Nicolás Matienzo: 2-05-1946 a 2-05-1946 (secretario general a cargo).

• Dr. Oscar Ivanissevich: 4-05-1946 a 5-06-1949 (interventor).

• Dr. Fernando Bustos: 6-08-1946 a 2-09-1946 (vicerrector interventor).

• Dr. Agustín Nores Martínez: 3-09-1946 a 20-09-1946 (por delegación del

interventor).

• Dr. Fernando Bustos: 21-09-1946 s 24-01-1947 (vicerrector interventor).

• Ing. Agr. Carlos Emery: 3-02-1947 a 19-08-1947 (vicerrector interventor).

• Arq. Julio Otaola: 20-08-1947 a 5-06-1949 (vicerrector interventor).

• Arq. Julio Otaola: 6-06-1949 a 12-06-1952.

• Dr. Carlos Bancalari: 13-06-1952 a 16-10-1953.

• Dr. José Fernández Moreno: 17-10-1953 a 3-11-1953 (vicerrector a cargo).

• Dr. Jorge Taiana: 4-11-1953 a 3-06-1955.

• Dr. Ernesto Crámer: 4-06-1955 a 31-07-1955.

• Dr. Ernesto Cholvis: 1-08-1955 a 26-09-1955.

• Junta de Gobierno Provisoria (FUBA): 27-09-1955 a 30-09-1955.

1955 - 1966


1955

Producido el golpe de estado conocido como Revolución Libertadora, la FUBA ocupa

inmediatamente la Universidad y eleva una terna de nombres como posibles

candidatos al rectorado de la UBA, entre los que se encuentran Vicente Fatone, José

Babini y José Luis Romero. Este último es elegido y juntamente con su sucesor

dejan sentadas las bases institucionales de la UBA según los principios reformistas:

autonomía universitaria y cogobierno; docencia, investigación y extensión

universitaria.

1958

De acuerdo con la puesta en vigencia de la Ley Avellaneda, se restituye el Estatuto

de la UBA.

Organizados los tres claustros -docentes, estudiantes y graduados- se efectúan las

elecciones universitarias que llevan al rectorado al doctor Risieri Frondizi (1958-

1962) y a la mayoría reformista al Consejo Superior.

El artículo 28 de la ley 6403 que otorgaba a las universidades privadas la capacidad

de expedir títulos académicos de valor oficial, levantó en oposición a la mayoría

reformista de la UBA. El Rector encabeza las manifestaciones de oposición al

artículo 28 y defensa de la educación pública.

En este período se crean las carreras de Sociología, Psicología y Ciencias de la

Educación.

Se forma la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA)

Se crea el departamento de Extensión Universitaria.

Se decide la construcción de ciudad universitaria.

1962


En las elecciones universitarias de este año, triunfa el Humanismo, corriente

universitaria de tendencia católica. Los dos rectores del Humanismo, doctores Julio

Olivera e Hilario Fernández Long, continúan el proyecto de consolidación institucional

y científica de la UBA.

Se pone en marcha la carrera de investigador del Consejo Nacional de Ciencia y

Técnica, a la cual son incorporados profesores investigadores de la UBA.

El Instituto del Cálculo recibe la primera computadora apodada por los investigadores

“Clementina”.

1963

El Consejo Superior dispone la realización de un censo de estudiantes cada cuatro

años.

Rectores del período:

• Dr. José Luis Romero: 1-10-1955 (interventor).

• Ing. José Babini: 1-01-1956 a 19-02-1956 (interventor interino).

• Dr. Alejandro Ceballos: 5-05-1956 a 27-12-1957 (interventor).

• Dr. Risieri Frondizi: 27-12-1957 a 28-12-1962.

• Dr. Julio Olivera: 28-12-1962 a 18-03-1965.

• Ing. Hilario Fernández Long: 26-03-1965 a 29-07-1966.

1966 - 1973

1966

El golpe de estado del general Juan Carlos Onganía se inscribe en el contexto de

una nueva función para las Fuerzas Armadas: ser custodias del orden interno y

atender al desarrollo económico. La Universidad aparece como una preocupación

central en tanto debía acompañar y ser parte del proyecto desarrollista-autoritario.


El 29 de julio se da a conocer la ley 16.912, que suprime la autonomía universitaria

convirtiendo a rectores y decanos en administradores. Se prohíbe la actividad

política. El rector y los decanos de la UBA renuncian.

Cinco facultades son ocupadas por profesores y estudiantes en señal de repudio a la

ley universitaria. El desalojo violento por parte de las fuerzas policiales se conoce

como "la noche de los bastones largos" y tuvo como efecto provocar la renuncia

de un importante número de docentes e investigadores y el desmantelamiento de

institutos de investigación. El clima de represión y censura quedó instalado en las

universidades dando por resultado una magra producción intelectual y científica.

1967

Se promulga la ley 17.245 para el ordenamiento jurídico de las universidades

nacionales. El gobierno de las mismas queda constituido por el rector y los decanos,

dando fin al gobierno tripartito.

1970

La Academia Sueca otorga el Premio Nobel de Química al doctor Federico Leloir.

1971

Desde la Secretaría de Ciencia y Técnica, presidida por el doctor Alberto Taquini, se

lanza el llamado "Plan Taquini" que contempla la descentralización y regionalización

universitaria. Entre 1971 y 1973, se crean 16 universidades nacionales en el interior

del país.


• Dr.Luis Botet: 11-08-1966 a 7-02-1968.

• Dr. Raúl Devoto: 7-02-1968 a 24-07-1969.

• Dr. Andrés Santas: 25-07-1969 a 21-07-1971.

• Dr. Bernabé Quartino: 22-07-1971 a 29-01-1973.


• Dr. Carlos Alberto Durrieu: 29-01-1973 a 30-05-1973.

1973 - 1976

1973

El 25 de mayo de 1973 asume la presidencia de la Nación el doctor Héctor Cámpora

como resultado del triunfo electoral del 11 de marzo. Al día siguiente de su asunción,

varios edificios públicos son ocupados por tendencias en puja del partido gobernante.

La UBA es ocupada por la Juventud Universitaria Peronista (JUP).

En junio, es designado rector interventor el profesor Rodolfo Puiggrós quien asume

con un programa de renovación pedagógica en un marco de redefinición de la

relación entre universidad y sociedad, proyecto impregnado por una concepción

político-ideológica, caracterizada como nacionalismo popular, antimperialista y

antiliberal.

Acorde con la renovación pedagógica y la política de una estrecha relación con lo

social se implementan proyectos como el “Centro de Producción de Medicamentos

de Base” en la Facultad de Farmacia y Bioquímica y el de “Erradicación de villas de

emergencia”, iniciado en la Facultad de Arquitectura.

Son reincorporados docentes renunciantes y expulsados del ’66 y los sucesivos años

de la dictadura.

Antes de finalizar el año, se produce la renuncia del doctor Cámpora, el regreso de

Juan Domingo Perón y su elección como presidente de la Nación.

Presionado por las movilizaciones, las ocupaciones de facultades, los

enfrentamientos violentos entre distintas tendencias, Rodolfo Puiggrós renuncia


como interventor de la Universidad, quedando a cargo del rectorado Ernesto

Villanueva.

1974

Con acuerdo de radicales y peronistas es sancionada la Ley Universitaria número

20.564. Para llevar adelante la normalización de la UBA, de acuerdo a la citada ley,

se designa como interventor al ex-vicepresidente Vicente Solano Lima y

posteriormente al doctor Raúl Laguzzi.

El 1 de julio muere el general Juan Domingo Perón. Asume la presidencia su esposa,

María Estela Martínez de Perón. La Universidad es nuevamente intervenida, siendo

designado rector Alberto Ottalagano quien consagró la presencia de la ultraderecha

en la UBA.


• Dr. Rodolfo Puiggrós: 29-05-1973 a 2-10-1973 (interventor).

• Ing. Enrique Martínez: 7-09-1973 a 2-10-1973 (interventor suplente).

• Dr. Alberto Banfi: 2-10-1973 a 4-10-1973 (no asumió).

• Lic. Ernesto Villanueva: 4-10-1973 a 28-03-1974 (comisión).

• Dr. Vicente Solano Lima: 28-03-1974 a 25-07-1974 (rector normalizador).

• Dr. Raúl Federico Laguzzi: 25-07-1974 a 17-09-1974 (rector normalizador).

• Dr. Alberto Ottalagano: 17-09-1974 a 26-12-1974 (interventor).

• Eduardo Mangiante: 27-08-1975 a 12-02-1976 (rector normalizador).

• Dr. José Alocén: 12-02-1976 a 24-03-1976 (rector normalizador).

1976 - 1983

1976

El 24 de marzo un nuevo golpe de estado denominado "Proceso de Reorganización

Nacional" derroca al gobierno de María Estela Martínez de Perón.


Bajo la inspiración de la doctrina de la seguridad nacional se prohibieron y

destruyeron textos y se censuraron teorías. La represión se impone bajo todas sus

formas en los claustros universitarios.

1977

Entre 1976 y 1977, en relación al año 1974, la matrícula de ingreso a la UBA

desciende un 104.8%.

1980

La Ley 22.207 retrotrajo el modelo de universidad a un pasado prerreformista,

haciendo de la cátedra, las clases y los exámenes el eje de la función universitaria.

De acuerdo a la ley queda abolida la autonomía universitaria.

Se abren concursos para cubrir los cargos docentes. Las múltiples prohibiciones y la

intervención de los servicios de inteligencia para la aceptación de los candidatos abre

nuevos conflictos y desvirtúa –aun más- el intento de normalización.

1982

Se implementa el arancelamiento universitario, fijándose una cuota mínima de cinco

dólares.

El movimiento estudiantil encontró más posibilidades de manifestarse después de la

coyuntura política abierta por la guerra de Malvinas.

1983

Una gran marcha estudiantil en contra del arancelamiento de la Universidad culmina

con la quema de las libretas para el pago del mismo.



• Cap. De Navío Edmundo E. Said: 29-03-1976 a 6-08-1976 (delegado

militar).

• Ing. Alberto Costantini: 6-08-1976 a 14-09-1976 (designado como rector el

12-07)

• Dr. Sol Rabasa: 14-09-1976 a 25-02-1977 (secretario de Ciencia y

Tecnología a cargo).

• Dr. Luis Carlos Cabral: 25-02-1977 a 31-08-1978 (designado rector).

• Dr. Alberto V. Donnes: 31-08-1978 a 23-11-1978 (decano de medicina a

cargo).

• Dr. Lucas Lennon: 24-11-1978 a 20-11-1981 (designado rector).

• Dr. Alberto V. Donnes: 20-11-1981 a 28-12-1981 (decano de medicina a

cargo).

• Dr. Alberto Rodríguez Varela: 28-12-1981 a 23-12-1982 (designado

rector).

• Dr. Carlos Segovia Fernández: 27-12-1982 a 23-12-1983.

1983 a la actualidad

La derrota de Malvinas es a la vez el comienzo del desgranamiento del gobierno

dictatorial iniciado en 1976. Se puede decir que se inicia la transición democrática

con la restitución de los derechos civiles y políticos, del sistema de partidos hasta la

recuperación plena de las instituciones republicanas con la asunción del doctor Raúl

Alfonsín como presidente de la Nación el 10 de diciembre de 1983, después del

triunfo electoral de la Unión Cívica Radical (UCR).

Por decreto del Poder Ejecutivo, se intervienen las universidades nacionales con el

fin de lograr su normalización y se ponen nuevamente en vigencia los respectivos

estatutos.


Normalizadas las universidades nacionales y ya durante los dos períodos

presidenciales del doctor Carlos Saúl Menem comienza un proceso de

modernización universitaria dirigido desde el Ministerio de Educación.

1984

Se crea la Secretaría de Extensión Universitaria y el Centro Cultural “Ricardo Rojas”.

La carrera de Sociología es separada de la Facultad de Derecho donde había sido

localizada en tiempos de la dictadura.

1985

El rector normalizador doctor Francisco Delich inaugura el Ciclo Básico Común

(CBC.), unidad académica dependiente de Rectorado, en la cual los ingresantes

cursan materias comunes e introductorias antes de su incorporación a la facultad

elegida.

El Centro Universitario Devoto (CUD) apunta a modificar las viejas estructuras de la

cárcel y la educación. Se decide su fundación, a partir de un convenio suscripto por

la UBA y el Servicio Penitenciario Federal. Después le seguirán las sedes de

Caseros y Ezeiza. En todas se imparte educación de grado.

La carrera de Psicología es erigida como facultad.

Se crean las carreras de Ciencia Política y Ciencias de la Comunicación.

Se realizan las elecciones para representantes por claustro a los Consejos Directivos

de las Facultades. Se eligen los miembros del Consejo Superior.

1986


Se reúne la Asamblea Universitaria para designar al rector. Es elegido el doctor

Oscar Shuberoff, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y decano

normalizador de la misma.

1987

Se inauguran los Centros Regionales Universitarios en Avellaneda y San Isidro

como parte de la política de descentralización y regionalización de la UBA.

1988

La Asamblea Universitaria aprueba la creación de la Facultad de Ciencias Sociales

con cinco carreras: Sociología, Ciencia Política, Trabajo Social, Cinecias de la

Comunicación y Relaciones de Trabajo.

Se inaugura el edificio destinado a la Facultad de Filosofía y Letras.

Se crea el Programa de los Centros Regionales.

1990

El rector Shuberoff es reelegido por la Asamblea Univesitaria.

1991

Se crea la empresa UBATEC S.A. junto con la Unión Industrial Argentina, la

Municipalidad de Buenos Aires y la Confederación General de la Industria; con el

objetivo de promover transferencia y cambio tecnológico.

1992

El Consejo Superior acuerda la realización de un censo general de docentes cada

cuatro años.

1993


El Consejo Superior crea el Programa de Becas Externas “René Hugo Thalmann”

para docentes.

1995

La UBA suscribe el acuerdo de Colón (Entre Ríos) bases para la reforma de la

universidad.

2000

Se presenta “Encrucijadas”, revista mensual de la UBA.

2002

La Asamblea Universitaria elige rector al doctor Guillermo Jaim Etcheverry.

Se crean las Becas Sarmiento de Ayuda Económica, para los estudiantes de grado.

2003 El rector doctor Guillermo Jaim Etcheverry resolvió prohibir el uso de tabaco en Rectorado y Consejo Superior con delimitación de sectores para fumadores. Se aprueba el reglamento para la provisión y renovación de cargos de profesores regulares. El Consejo superior estableció las normas para designar directores de departamento y de carrera de grado en las facultades. El Centro Cultural Rojas inaugura las áreas de Ciencia y Tecnología y de Comunicación. 2004 Se crea el Centro Germano - Argentino. Se crea el Centro de Estudio Coreano-Argentino. Adolfo Pérez Esquivel –Premio Nobel de la Paz- recibió el diploma de Doctor Honoris Causa de la UBA.


Se convoca a los graduados a colaborar con el financiamiento de las becas “Sarmiento” con una contribución solidaria. Se realiza el Festival “Buenos Aires Piensa” organizado por la Universidad y el Gobierno de la Ciudad, espacio de encuentro entre científicos, docentes y ciudadanía. Se celebraron 100 años de la creación de las facultades de Agronomía y Ciencias Veterinarias. Cuatro carreras correspondientes a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo obtienen validez nacional. El Rector y el representante en la Argentina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia firmaron un convenio de cooperación. Se realiza el censo de docentes y estudiantes. El taller de periodismo que se dicta en la cárcel de Devoto inicia la publicación de “La Paloma”. Homenaje a Julio Cortázar, participaron del mismo Saúl Yurkievich, Héctor Schmucler, Mario Goloboff, Celina Manzini, Horacio González, Vicente Batista, Luisa Valenzuela, Omar Prego y el rector Guillermo Jaim Etcheverry. Coordinaron Florencia Abbate y Noé Jitrik. En la sala del Consejo Superior fue homenajeado Edward Said, hablaron de su obra los profesores Carlos Altamirano y Adriana Rodríguez Pérsico. El doctor Guillermo Jaim Etcheverry y Daniel Barenboim recordaron al destacado intelectual. Se inauguró en la avenida Montes de Oca un edificio para el Ciclo Básico Común. Se presentó el Sistema Integrado de Concursos Docentes. El Consejo Superior aprobó la rematriculación de los estudiantes. Fue otorgado el título de Doctor Honoris Causa al académico Claude Lefort. El catedrático Frank Avignoni recibió el título de Doctor Honoris Causa. El Consejo Superior aprobó la creación de nuevas carreras: Profesorado en Ciencias de la Comunicación Social, Maestría en Gestión Empresaria del Comercio Exterior, Licenciatura en Musicoterapia, Maestría en Ingeniería de la dirección Industrial y una especialización en Terapia Sistémica-Relacional.


El rector doctor Guillermo Jaim Etcheverry fue designado miembro honorario de la American Academy of Arts and Sciences en Estados Unidos. El Premio UBATEC “Estímulo a la transferencia tecnológica” fue entregado a cuatro proyectos de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales, Agronomía, Farmacia y Bioquímica e Ingeniería, respectivamente. El Consejo Superior aprobó un nuevo plan de estudios para la carrera de Ingeniería y reformas al plan de estudio de la carrera de Abogacía. El Consejo Superior adhirió, por unanimidad, a la declaración de los profesores de la Facultad de Derecho que pide al Presidente de la Nación el veto de la ley sancionada por el Congreso de incremento de las penas, modificando el artículo 55 del Código Penal. Se dio a conocer el documento “La Universidad de Buenos Aires a la Sociedad Argentina” en una conferencia de Prensa dada por el rector doctor Guillermo Jaim Etcheverry –en cumplimiento de lo resuelto por el Consejo Superior- donde se declara el Día del Estudiante como jornada de defensa de la autonomía y el presupuesto de la UBA. Fue aprobado por el Consejo Superior el régimen de subsidios para extensión universitaria. Al programa se le dio el nombre de UBANEX. 2005 El Consejo Superior aprobó una serie de reformas al Estatuto para personal no docente. El Consejo Superior dispuso adherir a la movilización en reclamo de un mayor presupuesto para la educación y en defensa de la universidad pública. Los hospitales Durand, Argerich, Fernández, Italiano, Álvarez y Eva Perón contaran con unidades académicas de la carrera de médico especialista en ortopedia y traumatología de la Facultad de Medicina, según aprobó el Consejo Superior. Se constituyó el consorcio, junto a las Universidades de Córdoba y del Litoral, para la elaboración del certificado de español: lengua y uso. El Consejo Superior aprueba la destitución del decano doctor ingeniero Bruno Cernuschi


Fernando Savater es designado Profesor Honorario de la UBA El Gobierno Nacional hace entrega de veintitrés millones de pesos y un tomógrafo para el Hospital de Clínicas. Arquitectos e ingenieros de la UBA realizaran el trabajo del Programa sobre Certificación de la Calidad Edilicia de las Escuelas Públicas Porteñas. Se acuerda en Consejo Superior la designación del personal docente que se desempeña con carácter honorario. “Los Grandes Conciertos de la UBA”, que produce la Subsecretaría de Medios y organiza la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Derecho, recibió la distinción como mejor espectáculo artístico que promueve FUND TV. El Profesor Thomas Luckman recibió el diploma de Doctor Honoris Causa de la UBA. El profesor Vladimir Hachinski recibió el diploma de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. Se inicia el ciclo televisivo “Investigaciones UBA”, programa semanal, temático, de divulgación científica con la participación de docentes e investigadores. Se adjudicaron los trabajos para el edificio de la futura sede de la Facultad de Ciencias Sociales a la empresa Ardas SRL, según licitación pública nacional. El rector doctor Guillermo Jaim Etcheverry y el presidente del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas doctor Eduardo Charreau firmaron un convenio marco para reforzar las relaciones de colaboración. Se inicia el Programa “Apoyo al Ultimo Año Nivel Medio/Polimodal para la articulación con el Nivel Superior” El objeto del Programa es mejorar la articulación del sistema educativo y la vinculación entre la escuela media y los estudios superiores. El año pasado se hizo una experiencia piloto del mismo. El doctor David Sabatini recibió el título de Doctor Honoris Causa, distinción máxima de la UBA. El Consejo de Rectores de Universidades del Grupo Montevideo se reunió en la UBA. El Consejo Superior aprobó la creación de las especializaciones en Administración de Artes del Espectáculo y el de Especialización en Derecho de Daños.


El Consejo Superior aprobó la apertura de la unidad académica de la Carrera de Médico Especialista en Toxicología en el Hospital Posadas. En reunión del Consejo Superior el rector doctor Guillermo Jaim Etcheverry informo sobre su preocupación por el bajo presupuesto de la UBA, señalando que el 97% del mismo se invierte en pagar salarios.

Rectores del período:

• Dr. Francisco Delich: 26-12-1983 a 19-03-1985 (rector normalizador).

• Dr. Oscar Julio Shuberoff: 19-03-1985 (rector durante 4 períodos).

• Dr. Guillermo Jaim Etcheverry: 2002 hasta la actualidad.

Documents

UBA- Breve Historia de La Universidad de Buenos Aires