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Tú eres especial (o la fábula del billete de 20 dólares) Un conocido orador comenzó su seminario con un billete de 20 dólares en la mano. En la sala había unas 200 personas. Esgrimiendo el billete dijo: ¿Quién quiere quedarse con este billete? Un montón de manos se levantaron. Entonces dijo: “Voy a dar este billete de 20 dólares a alguien, aunque antes, permítanme hacer esto”, arrugando completamente el billete. ¿Quién lo quiere? repitió. Un montón de manos volvieron a levantarse. Bien, ¿y si ahora hago esto? dijo mientras tiraba al suelo al billete y saltaba sobre él y lo pisoteaba. Entonces lo recogió, el billete estaba arrugado y sucio. ¿Quién lo quiere todavía? repitió de nuevo, moviendo el billete en la mano. Todavía muchas manos se elevaron reclamando el billete. Amigos, hoy habéis aprendido una valiosa lección. No importa lo que yo le haya hecho al billete, lo seguís queriendo porque su valor no ha decrecido. Aún sigue valiendo 20 dólares. Algunas veces en nuestra vida, nos sentimos tirados, arrugados y pisoteados por las decisiones que tomamos y las circunstancias que nos surgen. Entonces sentimos que no valemos nada. Pero no importa lo que nos haya pasado o lo que nos pase, nunca perderemos nuestro valor. ¡Tú eres especial, no lo olvides!

Tú Eres Especial

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Page 1: Tú Eres Especial

Tú eres especial (o la fábula del billete de 20 dólares)

Un conocido orador comenzó su seminario con un billete de 20 dólares en la mano. En la sala había unas 200 personas. Esgrimiendo el billete dijo: ¿Quién quiere quedarse con este billete?

Un montón de manos se levantaron. Entonces dijo: “Voy a dar este billete de 20 dólares a alguien, aunque antes, permítanme hacer esto”, arrugando completamente el billete.

¿Quién lo quiere? repitió.

Un montón de manos volvieron a levantarse.

Bien, ¿y si ahora hago esto? dijo mientras tiraba al suelo al billete y saltaba sobre él y lo pisoteaba. Entonces lo recogió, el billete estaba arrugado y sucio.

¿Quién lo quiere todavía? repitió de nuevo, moviendo el billete en la mano. Todavía muchas manos se elevaron reclamando el billete.

Amigos, hoy habéis aprendido una valiosa lección. No importa lo que yo le haya hecho al billete, lo seguís queriendo porque su valor no ha decrecido. Aún sigue valiendo 20 dólares.

Algunas veces en nuestra vida, nos sentimos tirados, arrugados y pisoteados por las decisiones que tomamos y las circunstancias que nos surgen. Entonces sentimos que no valemos nada. Pero no importa lo que nos haya pasado o lo que nos pase, nunca perderemos nuestro valor. ¡Tú eres especial, no lo olvides!