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Rosa Mara Torres
EEdduuccaacciinn lliibbeerraaddoorraa yy eedduuccaacciinn ppooppuullaarr
Freire y la educacin popular
Tal y como lo vienen sealando varios autores, y como lo constatan
quienes trabajan directamente en actividades de capacitacin, colaboracin
o asesora a grupos y organizaciones de base que impulsan acciones
educativas entre los sectores populares, la educacin popular
latinoamericana viene enfrentndose a una problemtica crtica y
generalizada: la d la incomprensin, falta de claridad y de manejo de sus
postulados tericos y metodolgicos entre sus actores de base. Aun y si
dichos grupos levantan entusiastas la bandera de la comunicacin popular y
formalmente utilizan en su discurso la terminologa corriente asociada a
ella unidad teora-prctica, accin-reflexin-accin, dilogo, codificacin, decodificacin, teora dialctica del conocimiento, partir de la realidad, analizar la realidad, transformar la realidad, etc., frecuentemente dicha recuperacin metodolgica no se asienta en un efectiva comprensin conceptual de dichos trminos, de su trasfondo
terico y metodolgico y metodolgico y de sus implicaciones, a los
diversos niveles, en el terreno de la prctica pedaggica. Como resultado,
dichos trminos han tendido a vaciarse de contenido y, en es medida, a
convertirse en frmulas huecas y a aplicarse como tales, de manera
mecnica, repetitiva, alienada.1
1 Un reciente seminario organizado por la CRIES en Managua sobre Alfabetizacin alternativa y
cambio social en Centroamrica y el Caribe puso una vez mas de relieve dicha problemtica. Participantes de 7 pases de la regin en representacin de 10 programas de alfabetizacin discutieron
colectivamente durante cinco das y concluyeron en la urgente necesidad de la investigacin, la
profundizacin terico-metodolgica y la sistematizacin de sus respectivas experiencias. Vase Memoria
del seminario Alfabetizacin alternativa y cambio social en Centroamrica y el Caribe, Managua, CRIES, 20-24 de agosto de 1985.
En Nicaragua, por lo dems, donde la educacin popular viene siendo impulsada de manera masiva, por
lo general sobre la base de maestros populares voluntarios improvisados y con mnimos niveles de
escolaridad, dicha problemtica ha tendido a hacerse ver de manera as ntida pese a los esfuerzos de
capacitacin de Maestros Populares que vienen realizndose una vez culminada la Cruzada Nacional de
Alfabetizacin (marzo-agosto de 1980). Una encuesta relazada por nosotros en febrero-abril de 1985
entre 110 alumnos, coordinadores y promotores de los Colectivos de Educacin Popular (CEP) en 23
centros de trabajo de la ciudad de Managua, mostr empricamente la dbil o nula comprensin que tiene
gran parte de estos Maestros Populares en torno a la metodologa propuesta dentro del Programa de
Educacin de Adultos, no obstante los mayores ndices de escolaridad y mejores condiciones para la
capacitacin de que gozan dichos maestros a nivel urbano (en relacin a las reas rurales), y no obstante
el acento puesto sobre la cuestin metodolgica en los talleres de capacitacin a los que asisten. Vase al
Ms all del desarrollo de la sofisticada y heterognea terminologa que
ha venido acompaando la prctica de la educacin popular a lo largo de
estos aos, el problema, sin embargo, no puede reducirse a una cuestin de
lenguaje. Intentar traducir en lenguaje sencillo la complejidad conceptual que est detrs de sus postulados tericos y metodolgicos ha llevado
efectivamente, a menudo, a su oscurecimiento y distorsin. Pero, por otro
lado, los intentos de traducir el marco terico en metodologas de accin han terminado por conformar verdaderas corrientes para las cuales la
educacin popular se reduce a una serie de tcnicas y dinmicas que se aprenden en talleres, de manera grupal y amena, a travs de sociodramas,
lluvia de ideas, tarjetas y juegos, y en donde se aprende colectivamente, sin
que nadie ensee a nadie, partiendo de la prctica, teorizando sobre ella y volviendo a ella para transformarla. Descolgadas de su marco terico y metodolgico, las tcnicas tienden a aplicarse como frmulas y a
absolutizarse, cuando no a convertirse en s mismas en garanta de lo popular en materia educativa.
En la educacin popular todos podemos aportar, porque todos tenemos experiencias. Nadie ensea, mejor dicho, no hay un maestro
tradicional que ensea, sino que entre todos aprendemos. Uno aprende
jugando y se hacen un montn de dinmicas. Entonces, uno se divierte.
Pero tambin es seriedad, porque la educacin popular es poltica
Las tcnicas de la educacin popular se basan en que hay que partir de la realidad, reflexionar esa realidad y volver a la realidad practicando,
corrigiendo las fallas que se han descubierto en la reflexin. Y esto es
una espiral que va siempre de esa manera: partir de la realidad,
reflexionar esa realidad y volver a realidad. Y as la gente se va
educando, y resulta que se da el proceso de enseanza-aprendizaje en
que nadie es el maestro y en que nadie es el alumno, pues todos estamos
en un mismo nivel. Entonces, con esas tcnicas de la educacin popular
es bien fcil descubrir, es bien fcil tocar los puntos que uno quiere tocar
y que uno quiere profundizar.
Para mi ese taller ha sido bien importante. Como maestra que he sido toda la vida, aqu aprend cosas nuevas, empezando pues porque la
misma palabra maestra, es algo que ya no se usa, que ya no va acorde con la educacin popular. Y he aprendido estas nuevas dinmicas que le
llaman, que son bien como le dira animadas. No es una clase tradicional, porque, por ejemplo, aqu se usan cosas que nosotros nunca
hemos usado. Marcadores, tarjetas y todo eso. Y uno se rene en grupo
para reflexionar sobre la realidad para despus transformar esa realidad.
Incluso por la noche, pues, uno sigue en las dinmicas, que cantando, respecto: Rosa Mara Torres, Los CEP: educacin popular y democracia participativa en Nicaragua,
Cuadernos de Pensamiento Propio, Serie Ensayos n 12, Managua, CRIES, enero de 1986.
que contando chistes, haciendo bromas a los compaeros En realidad, estuvo bien alegre el taller.
Se llama educacin popular porque es para el pueblo, de acuerdo a sus intereses. Se usa un mtodo que se llama mtodo dialctico, que consiste en observar la realidad, despus analizar esa realidad y despus
se pasa a hacer la transformacin de esa realidad
Porqu se llama mtodo dialctico?
Bueno, as se llama Segn me decan, esto viene desde Paulo Freire, que es el que ha hecho el mtodo. Me imagino que l invent esa
palabra y desde ah se qued. Sinceramente, no estoy muy claro sobre el
nombre, pero s le puedo decir que es un mtodo adecuado a nuestra
realidad.
Y cmo se hace la transformacin de la realidad?
Bueno, ah vienen una serie de ejercicios dentro de ese paso. Lo que pasa es que como en mi barrio la mayora son empleadas domsticas,
siempre tienen el problema del tiempo, y entonces ellas prefieren hacer
los ejercicios en casa. Quedan como tarea, mejor dicho.2
El problema pasa pues, fundamentalmente, por la propia formacin terica
de los educadores populares de base. No se puede comprender lo que
significa la unidad dialctica teora-prctica sin comprender lo que es la dialctica, la teora y la prctica.
3 No es posible adscribirse a la crtica a la
educacin bancaria y a la construccin de una educacin alternativa, sin conocer y haber internalizado (e, incluso, haber sufrido en carne propia) las caractersticas de dicha educacin bancaria. O, como dice Freire, parta entender la decodificacin, hay que hacer decodificacin y hay que tener claridad sobre al teora dialctica del conocimiento. Si no, no
entiendes. Si no s lo que significa conocer desde el punto de vista
dialctico, si no s lo que significa la unidad dialctica prctica-teora, no
2 Extractos de conversaciones, entrevistas o intervenciones en talleres y seminarios por parte de
educadores de base que han participado en talleres de capacitacin en educacin popular. 3 As, por ejemplo, en un taller en que se estaba capacitando a promotores campesinos como frutos
coordinadores de talleres de capacitacin en sus respectivas zonas, al tercer da se implement una
dinmica de evaluacin intermedia para comprobar la asimilacin con respecto a los contenidos que se
haban visto en los dos das anteriores, y uno de cuyos ejes haba sido, precisamente, la unidad teora-
prctica en la concepcin de la educacin popular. Uno de ellos, revisando los folletos en cuyo manejo se
estaban entrenando, muy seguro coment: La prctica est en las fotos; la teora, en cambio, viene en las letras. Todo junto es la unidad teora-prctica El equipo coordinador del taller, por su parte, decidi dar como buena la respuesta. Clarificarla habra
sido entrar en una discusin de fondo que habra impedido completar el programa previsto y restar tiempo
a lo que se consideraba ms importante: la ejercitacin en el manejo de los folletos y en la tcnica de
conduccin del taller.
puedo entender una codificacin, porque no comprendo un contexto terico
y un contexto concreto y, por lo tanto, no distingo.4
As, la formacin terica de estos sectores de base es una necesidad y un
desafo impostergable, si lo que est en juego es precisamente la
construccin de una educacin alternativa que rompa con la alienacin y la
subordinacin al especialista. Y esta tarea requiere, en muchos sentidos, una discusin y una clarificacin colectiva, seria y profunda y a todos los
niveles en torno al pensamiento de Freire dado el peso que ste tiene dentro
del paradigma de la educacin popular. No para confirmarlo como
doctrina, sino, justamente, para revisarlo y construirlo crticamente a a luz
de otros avances cientficos y de la prctica acumulada, e impulsar as,
sobre bases ms firmes, el reordenamiento terico del campo de la
educacin al servicio de la liberacin de las masas subordinadas.
El acceso directo a Freire por parte de los grupos populares es, por lo
dems, una va para dinamizar y aterrizar la discusin terica y crtica,
convirtiendo a los sectores populares en interlocutores y protagonistas
directos de esta discusin que, sin duda alguna, les atae.
1. Freire visto por los educadores populares de base
Explcita o implcitamente, acrtica o crticamente, gran parte de los
innumerables grupos intermedios y de base que vienen desarrollando
programas de alfabetizacin y educacin popular en Amrica Latina,
continan teniendo en Freire una referencia, Ya para, ya sea para
adoptarlo, ya sea para adaptarlo, ya para superarlo:
Accin Cultural Popular Hondurea (ACPH) nace en 1960 como un sistema de alfabetizacin por radio (Escuelas Radiofnicas
Supaya), orientado hacia el rea rural, bsicamente APRA suplir las deficiencias del sistema educativo formal () a partir de 1968 se fortalece ideolgicamente la institucin mediante su inscripcin en
las corrientes de educacin liberadora puestas en boga por su inspirador Paulo Freire. Esta nueva orientacin evidenci una
profundizacin en el trabajo de la promocin y organizacin
popular. (Accin Cultural Popular Hondurea, Escuelas Radiofnicas Supaya, Programa de Educacin Acelerada Para
4 P. Freire, La dimensin poltica de la educacin, op. cit., pgs. 17-18. El texto de la entrevista dice
originalmente desde el punto de vista metafsico dialctico. Hemos eliminado la palabra metafsico por indicacin expresa de Freire pues, segn nos ha aclarado por escrito, se trata de un error que viene arrastrndose desde la primera publicacin de dicha entrevista en la revista Cuadernos de
Educacin, Santiago de Chile, 1973.
Adultos, 1985-1988, Tegucigalpa, septiembre de 1984, mimeo, pg.
1).
El proyecto ATREVETE se organiz hace cinco aos en la comunidad de Llorens Torres (Puerto Rico) para ofrecer servicios a
jvenes interesados en continuar su educacin () El programa se va desarrollando partiendo de la experiencia y las necesidades
expresadas por los participante. Se utilizan las ideas expresadas por
Paulo Freire sobre la educacin popular. (Coordinadora Nacional para la Educacin Popular CONEP, Boletn, Ao 1, N 2, Puerto Rico, abril de 1983, pg. 8).
A lo largo de casi 3 aos que dur el programa, mucho abra de cambiar. Nuestra comprensin, as como la pedagoga del programa.
En el proceso de dilogo que se establece entre los prisioneros y
nosotros, la percepcin de los prisioneros sobre s mismos y sobre su
condicin, as como nuestras propias preconcepciones sobre la
prisin, la sociedad e incluso nosotros mismos, sufrieron profundos
cambios. En este contexto, las ideas de Paulo Freire y sus mtodos
de enseanza habran de probarse como una invaluable gua de
accin () El aspecto ms valioso del proyecto de alfabetizacin en la prisin, fue la experiencia de dilogo y el intento, a travs del
ensayo y el error, de utilizar el mtodo de Freire en nuestras
condiciones. Descubrimos que el mtodo de Freire se nutre de la
dificultad, porque las dificultades formaron una parte integral del
proceso mismo. Antes que inconvenientes insuperables, las
dificultades eran problemas a resolver en una situacin de dilogo y
a convertirse, as, en materia del proceso de aprendizaje. En el Tercer
Mundo, en el Caribe, donde nuestros problemas son grandes y
muchos, slo una educacin problematizadora (en su sentido ms
profundo y revolucionario) podra equipararnos para enfrentar la
condicin histrica del subdesarrollo y luchar contra la amenaza del
imperialismo. (Didacus Jules, Education as conscientization: a case estudy of a prisin literacy in St. Luca, Folk Research Center, Sta. Luca, abril de 1978, mimeo, pgs. 9 y 68).
La alfabetizacin se organiza en colectivos de aprendizaje a travs de un proceso de accin-reflexin-accin, lo que significa la accin
de grupos de aprendizaje en los cuales la tarea fundamental es
reflexionar sobre su cotidianeidad, analizarla colectiva y crticamente
para proponer acciones que les peritan transformarla. En este
contexto, la metodologa del dilogo prctico es un aspecto fundamental, puesto que le permite al colectivo de aprendizaje
dialogar, poner en comn, discutir, confrontar su experiencia, su
sentir, su pensar con respecto as la realidad en que vive para que
participe en acciones transformadoras compartidas y organizadas que
respondan a sus intereses inmediatos en el marco del movimiento
popular. Esta forma de trabajo, adems, tiene otras ventajas, como
son el aprender a leer y escribir en un corto tiempo y elevar el nivel
poltico e ideolgico de las masas. Como consecuencia, el mtodo
Freire es rebasado, porque la concientizacin es slo la base de la
organizacin para transformar la realidad. (Asociacin Nacional de Educadores Salvadoreos ANDES -21 de junio-, La educacin en El Salvador: alternativa para la liberacin de un pueblo, Managua, agosto de 1985, mimeo, pg. 8).
Sin embargo, el Freire que es objeto de adopcin, adaptacin o
superacin es generalmente el Freire que se difundi en Amrica Latina y
el mundo a fines de los aos 60, un Freire a menudo suspendido y fosilizado en La educacin como prctica de la libertad (1965) o, en el
mejor de los casos, en la Pedagoga del oprimido (1969), los dos libros
suyos que continan siendo citados hoy en da como mxima expresin del
pensamiento freireano, y que continan siendo, bien interpretados como
recetarios, bien criticados por su ingenuidad, su apoliticidad, su humanismo, su reformismo etc. No obstante, y en la medida en que el pensamiento sobre Freire ha sido una discusin de elite, la adopcin o el
rechazo a nivel de base, frecuentemente no derivan de una lectura directa
de sus obras ni tienen en cuenta su posterior autocrtica y evolucin. Son,
ms bien, producto de una tradicin oral o panfletaria que se trasmite de
boca en boca, de seminario en seminario, de taller en taller, y que va
desdibujndose a medida que se multiplica, en una cadena interminable.
Cul es la visin de Freire que vienen heredando gran parte de estos
grupos intermedios y de base?
Un Freire complejo, incomprensible, inaccesible:
Nos dicen que tenemos que aplicar el mtodo reflexivo crtico que viene de Paulo Freire, pero es como que nos ensearan en ingls.
Vienen un montn de palabras que no se entienden Y es duro traducir al quechua. (Alfabetizadota indgena de Cimbonazo, Ecuador, Encuentro Nacional de Alfabetizacin Alternativa,
Fundacin Fernando Velasco, Conocoto, 26-28 de agosto de 1982.
Transcripcin de la grabacin.)
Un Freire humanista y culturalista, anticuado y hasta obsoleto, que puso hace muchos aos los cimientos de una educacin liberadora y despus desapareci, se jubil o muri:
La piedra basal del fenmeno de educacin popular fue colocada por el brasileo Paulo Freire, con su mtodo psicolgico de
alfabetizacin y concientizacin, que apuntaba a la liberacin de los
oprimidos desde un enfoque culturalista y humanista. Desde las
primeras experiencias de Paulo Freire a principios del sesenta, hasta
el presente, las acciones de educacin popular se han multiplicado en
toda Amrica Latina al comps del ascenso del movimiento
popular. (UNAG, Capacitacin Campesina, Un programa de educacin popular para dirigentes de base de la UNAG, Managua,
julio de 1985, pg.39.)
Un Freire apoltico, cuando no incluso ajeno o contrario a la transformacin social, a la organizacin popular y a la revolucin, de
quien, por ello mismo, se adopta slo el mtodo, agregndole, a la medida de cada circunstancia, la necesaria dimensin de lo poltico-ideolgico.5
El mtodo que escogimos est dado por las necesidades prcticas. Uno, un mtodo que a corto tiempo fuera efectivo, para que
aprendieran a leer y a escribir las masas. Dos, un mtodo que os
permitiera educar a las masas poltica e ideolgicamente. Entonces,
con esos dos criterios, encontramos que lo que conocamos hasta el
momento era el mtodo Freire, con las diferencias de las
caractersticas ideolgicas del mtodo Freire. El mtodo de llegar a
la discusin a partir de un grfico, de la discusin colectiva llegar a
la palabra escrita y sacar de ah la familia silbica; la creatividad a
partir de que el adulto, con la familia, crea nuevas palabras, etc. () Al mtodo no le llambamos de concientizacin, porque nosotros a
la concientizacin le llamamos educacin poltica, pero tiene
elementos del mtodo de Freire. (Entrevista a la coordinadora de alfabetizacin en las zonas de control poltico-militar del FMLN-
5 Tal visin es particularmente compartida entre los grupos y sectores ms radicales, para quienes
usualmente educacin popular viene siendo sinnimo de educacin poltica. Dentro de esta concepcin, la educacin popular es vista como una superacin y una redefinicin radical del pensamiento de Freire, y la opcin poltica en materia educativa un descubrimiento y un desarrollo posterior. Vase, por ejemplo: O. Jara, Educacin popular: la dimensin educativa de la accin poltica,
op. cit., pgs 5-9.
Paradjicamente, mientras algunos siguen viendo en Freire al pedagogo despolitizado, son varios los autores que, por el contrario, destacan que una de las contribuciones decisivas de Freire habra sido
precisamente la relacin entre pedagoga y poltica. Vase, por ejemplo, la introduccin de H. Varela
Barraza y M. Escobar Guerrero a: P. Freire, La importancia de leer y el proceso de liberacin, Mxico,
siglo XXI, 1984, pg. 9.o Carlos A. Torres, Conciencia e ideologa: Introduccin al pensamiento de Pulo Freire, en el libro del mismo autor, Paulo Freire en Amrica Latina, Mxico, Ediciones Gernika, 1979, pgs. 9-39.
FDR en El Salvador, realizada por ANDES-21 de junio en junio de 1983, mimeo, pg.12.)
Un Freire cuyo mtodo aparece desgajado de su marco terico y, en esa medida, reducido a u conjunto ms o menos reconocible y esttico de
tcnicas y nociones aplicables y nociones aplicables, por lo general,
especficamente al terreno de la alfabetizacin. Entre ellas destacan de
manera generalizada, las de concientizacin, palabra generadora, tema generador, universo vocabular, universo temtico, investigacin temtica, codificacin, decodificacin, dilogo, educador-educando y educando-educador, a menudo sustituidas por trminos muy diversos.
Palabras generadoras: palabras clave/ palabras herramienta/ palabras
instrumentales/ palabras temticas/ palabras normales/ palabras
problematizadoras/ palabras vivenciales.
Tema generador: tema vivencia/ tema existencia/ tema clave/ tema
motivacional/ tema problematizador/ tema-problema/ tema prctico.
Universo vocabular: universo lxico/ matriz lxica.
Universo temtico: universo existencial/ universo motivacional/ universo
prctico/ universo existencial/ universo-problema/ universo significativo/
universo semntico/ universo temtico-emocional/ universo
problematizador.
Codificacin: lmina/ grfico/ cartel/ accin dibujada/ cdigo vivencial/
representacin experiencial/ representacin vivencial.
Dilogo: charla/ prctica/ dilogo prctico/ conversacin/ reflexin/ pltica
inicial/ intercambio motivacional/ discusin/ conversao/ rodeo.
Educador: monitor/ coordinador/ facilitador/ animador/ gua/ educador
popular/ maestro popular/ motivador/ conductor de grupo/ coordinador de
debates.
Educando: colega/ asociado/ compaero/ camarada/ alumno/ participante/
miembro.6
6 Estas son, en efecto, algunas de las denominaciones que hemos encontrado en documentos y materiales
de capacitacin de programas de alfabetizacin de diversos pases de Amrica Latina. Dicha proliferacin
de trminos como va principal de innovacin y diferenciacin puede estar sealando, en s misma, por lo
dems, el nivel de la crisis por al que atravisale paradigma de la educacin popular al no haber
desarrollado su teora.
De todas ellas, en el campo de la alfabetizacin, la mas clara y
generalizadamente asociada a Freire es la tcnica de la palabra generadora, convertida a menudo en el eje fundamental y definitorio de su mtodo.
7
En esa medida, quienes dicen usar o apoyarse en el mtodo Freire o en el mtodo psicosocial, frecuentemente se sienten llamados a introducir por su cuenta lo que cada cual considera son adaptaciones, variaciones o
aportes originales al mtodo:
7 La tcnica de la palabra generadora est, en efecto, ampliamente extendida tanto en los programas
gubernamentales como en los no-gubernamentales de alfabetizacin. Retomamos, a manera de ejemplo,
referencias de tres programas oficiales: Panam, Ecuador y Mxico.
El mtodo de palabras generadoras y los procedimientos para el dilogo que recomendamos van dirigidos a lograr el aprendizaje de la lecto-escritura, el desarrollo del pensamiento crtico,
reflexivo, creativo, y promueve al participacin del hombre en la solucin de sus problemas. (Ministerio de Educacin, Direccin General de Alfabetizacin y Educacin de Adultos,
Orientaciones metodolgicas para la alfabetizacin, 2. ed. , Panam, 1989. Vase la introduccin).
El dilogo generado por cada tema (Con un propsito deliberado de redescubrimiento de la realidad, de anlisis, reflexivo, cuestionamiento, crtica y decisin), insina, sugiere, o propone una
palabra clave o palabra herramienta que se pretende rena ests caractersticas: carga emotiva,
facilidad lingstica, huella psquica. (Ministerio de Educacin y Cultura, Programa Nacional d Alfabetizacin Jaime Rolds Aguilera, Tambin yo puedo, Gua de trabajo para el alfabetizador, Quito, 1977, pg. 5).
El mtodo de alfabetizacin que usted va a aplicar es el conocido con el nombre de la palabra generadora. Los fundamentos de este mtodo definen el aprendizaje de la lectura y al escritura con las experiencias y situaciones importantes de la vida de los alfabetizandos. El proceso de
aprendizaje considera dos aspectos principales: uno, la reflexin sobre situaciones vitales de los
adultos, tales como el trabajo, la alimentacin, la vivienda, la salud, la educacin, la recreacin;
otro, la lectura y la escritura a partir de palabras tomadas del vocabulario de los alfabetizandos, que
se refieren a esas situaciones vitales. La reflexin se desarrolla a travs de la discusin temtica en
el grupo, que se estimula inicialmente con lminas, en las cuales se representan las situaciones. La
lectura y la escritura se desarrollan mediante al participacin individual y grupal, que se estimula
con letreros y palabras escritas. El papel del alfabetizador es orientar y conducir el aprendizaje de
los adultos, promover la participacin y aprovechar los conocimientos de cada uno para beneficio
de todos. (Programa Nacional de Alfabetizacin, Manual del Alfabetizador, Mxico, 1981, pg. 16).
En lo que hace a los programas no-oficiales, la inmensa mayora utiliza esta tcnica. en ello conclua,
por ejemplo, el Informe Final del Encuentro Latinoamericano de Alfabetizacin realizado en Bogot en
noviembre de 1981, al cual asistieron representantes de 14 programas de alfabetizacin de: Colombia
Ecuador, Per, Chile, Costa Rica, y El Salvador. El informe conclua, a la vez, en que los que utilizan el Freire de la Pedagoga del Oprimido y La educacin como prctica de la libertad se caracterizan por una
representacin fenomnica de la realidad, y sugera como una necesidad de investigacin estudiar el alcance y los lmites de la metodologa Freire en alfabetizacin. Vase: Aprender a leer la realidad para escribir la historia, Informe final del encuentro latinoamericano de alfabetizacin, Bogot, 22-28 de noviembre de 1981, Lima, CELADEC-DIMED, Servicio Documental n 18, junio de 1982, pgs. 52-63.
Por otra parte, los 10 programas de alfabetizacin presentes en el seminario organizado por la CRIES en
agosto de 1985, mencionan a Freire entre al biografa consultada para el diseo de sus respectivos
programas y utilizan la tcnica de palabra generadora. Al seminario asistieron representantes del programa de alfabetizacin de Repblica Dominicana, Guatemala, honduras, Nicaragua, El Salvador,
Panam y Colombia. Vase Memoria del seminario Alfabetizacin alternativa y cambio social en Centroamrica y el Caribe, op. cit.
Se utiliza, con algunas modificaciones, el mtodo de Paulo Freire porque se considera que es eficaz, cuya comprobacin en la prctica
ha dado bueno resultado, tanto en al motivacin de la participacin
como en al rapidez para adquirir el manejo de la lecto-escritura,
tomando en cuenta nuestro contexto () El aporte original de nuestro mtodo de alfabetizacin es el de contextualizar toda la
informacin temtica y metodolgica en base a la realidad
geopoltica de nuestro pas. (Movimiento Cooperativo Guatemalteco MCG-; La alfabetizacin, una prctica cooperativista urgente, Mxico, agosto de 1985, mimeo, pgs. 21 y 29.)
Compartimos con Paulo Freire el inters y la necesidad de encontrar un mtodo de aprendizaje en general que sea a la vez instrumento del educando y no slo del educador, y que identifique el contenido del aprendizaje con el proceso mismo del aprendizaje () Nuestro mtodo y en esto s nos apartamos bastante de la mecnica por P. Freire, est montado en un 85% sobre la lgica del lenguaje en sus dimensiones visual y auditiva, y slo un 15% a partir de las
excepciones del lenguaje. (Materiales necesarios, operacin Espantan, Guatemala, s/f, mimeo, pg. 1).
Un Freire que contina siendo recuperado o rechazado a partir de su
nocin inicial de concientizacin, criticada, denunciada y abandonada por l mismo hace ya varios aos.
8
el CEPAS vio la necesidad de crear el programa de alfabetizacin, utilizando para ello el mtodo psicosocial de Pablo
Freire (CEPAS, Aspectos fundamentales del programa de alfabetizacin impulsado por el Centro de Estudios, Promocin y
Asistencia Social en al provincia de Veraguas, Panam -1967-1980-,
Veraguas, junio de 1985, mimeo, pg. 1).
8 Fuertemente cargado de connotaciones culturalista y subjetivistas, el trmino concientizacin ha
venido perdiendo terreno en la escena de la alfabetizacin y la educacin popular, aunque contina vivo
en la prctica y en el discurso- de muchos grupos de base, frente a la falta de un trmino alternativo. a menudo, sin embargo, observamos que, quienes lo mencionan, culposamente se sienten obligados a
aclarar que se estn refiriendo a una concientizacin no al estilo de Freire. Por otra parte, el peso y el nfasis que un da puso sobre la concientizacin ha venido siendo transferido hacia la participacin, concepto tan impreciso como difundido hoy en el campo de la educacin popular. La retrica participativa, observa Paiva, invadi los movimientos de educacin popular en los ltimos aos. Participacin sustituy a concientizacin como palabra mgica del perodo, terminando por constituirse en una forma retrica de contenido difuso y ambiguo capaza de legitimar y avalar las
prcticas y propuestas mas diversas. V.P. Paiva (comp.), perspectivas e dilemas da educaao popular, op. cit., pg. 42.
El mtodo de alfabetizacin que vamos a utilizar es un mtodo de reflexin-accin en el aprendizaje. No es un mtodo alfabetizacin solamente, pues la sola conciencia no conduce a nada. Es un mtodo
dinamizador de la accin y reflexin del pueblo. Es un mtodo que busca aprender a leer la realidad y escribir la historia, como bien dice
nuestro lema para la jornada de alfabetizacin. (Equipo de Educacin de la Coordinadora de Refugiados Salvadoreos en Costa
Rica, Cuaderno de Orientaciones para Alfabetizadores, San Jos,
1982, pg. 11).
Un Freire cuya crtica a la educacin bancaria ha tendido a centrarse en la relacin pedaggica ha tendido a centrarse en al relacin pedaggica y
a interpretarse, a este nivel, como una propuesta de igualdad plena entre educadores y educandos en la que se anulara el papel del maestro y toda
directividad en el proceso de enseanza-aprendizaje.9
El crculo de alfabetizacin lo constituyen el alfabetizador voluntario y sus compaeros de refugio analfabetos a quienes se los
denomina compaeros o asociados () El ambiente de dilogo prevalece en el desarrollo de las sesiones de enseanza-aprendizaje.
Tambin prevalece el compaerismo, en donde tanto el alfabetizador
como el compaero se consideran iguales. (Secretariado Social Arquidiocesano de San Salvador, Programa de alfabetizacin ubicado en la Pastoral Social, El Salvador, junio de 1985, mimeo, pgs. 7-8).
Tenemos que notar, sin embargo, que muchos coordinadores consideran que tienen que ir bien preparados al taller, en el sentido de manejar bien los contenidos y poder contestar cualquier pregunta.
Esto refleja la permanencia de una concepcin bancaria del
educador. El coordinador siente la autoridad en parte sobre el manejo del folleto y de sus contenidos. (Unin Nacional de Agricultores y Ganaderos; Capacitacin campesina. Un programa
de educacin popular para dirigentes de base de la UNAG,
Managua, julio de 1985, pg. 122.)
3. Freire visto por Freire Freire no ha sido ajeno a todas estas crticas y visiones de s mismo. Por el contrario, en casi todos sus escritos, entrevistas y conferencias a lo
9 Freire, por su parte como veremos mas adelante, rechaza tal concepcin de al relacin pedaggica
como una relacin entre iguales y su propia asociacin a ella.
largo de estos aos ha venido refirindose a ellas, en permanente dilogo
con sus crticos, e insistiendo en cuatro puntos fundamentales: a) la
ubicacin histrica de sus obras, b) su evolucin, c) su propia autocrtica,
y d) las diversas lecturas de su pensamiento.
a) la ubicacin histrica de sus obras:
... creo que no se puede hacer una crtica de mi libro La educacin como prctica de la libertad, sin hacer, al mismo tiempo, una crtica del
contexto histrico donde yo tuve mi experiencia. Pues una cosa es
criticar el libro aisladamente, y otra criticarlo dentro del contexto
brasileo de los aos 1960 a 1964. Dentro de dicho contexto, este libro
era altamente crtico. Era ms crtico que ingenuo. Pero esto no absuelve
mi ingenuidad.10
Han transcurrido ms de 20 aos desde la aparicin de La educacin
como prctica de la libertad (1965) y ms de 15 desde la aparicin de la
Pedagoga del oprimido (1969). No obstante, es fundamentalmente a
partir de estos dos libros que Freire contina siendo calificado de
humanista, de ingenuo, de idealista y de reformista, y que Freire, por su
lado, contina insistiendo en al necesidad de ubicarlos en el contexto y
en el momento histrico del cual fueron producto.11
La educacin como prctica de la libertad, su primer libro, aunque
concluido en prisin y publicado ya en el exilio, recoge
fundamentalmente las ideas y la prctica desarrolladas por Freire en
Brasil en el terreno de la alfabetizacin de adultos a partir de 1961. El
mtodo Freire, surgido y ensayado inicialmente en el nordeste brasileo,
prendi y se difundi rpidamente en el pas, bajo los auspicios del
gobierno populista de Joao Goulart. Precisamente, para abril de 1964,
cuando se daba el golpe de Estado, estaba apunto de iniciarse de 10
P. Freire, La dimensin poltica de la educacin, op. cit., pgs. 14-15. vale la pena aclarar que, en lo
que hace al presente trabajo, no pretendemos una ubicacin histrica de toda su obra si no, ms
especficamente, de sus primeros trabajos, que son los que ms polmica y crtica han suscitado. Freire
mismo, por lo dems, cuando reclama tal ubicacin histrica, se refiere a ese perodo inicial. No
conocemos, por otra parte, anlisis rigurosos sobre su trayectoria ms reciente. 11
Para un anlisis en este sentido remitimos al lector a los trabajos de V. P. Paiva, en particular Paulo
Freire y el nacionalismo desarrollista, op. cit. y Anotaoes para um estudo sobre populismo catlico e educaao no Brasil, en: V. P. Paiva (comp.), Perspectivas e dilemas da educaao popular, op. cit. el primero es un anlisis de las races de las ideas pedaggicas de Freire hasta 1965 en una tentativa por
demostrar que la pedagoga de Pulo Freire se debe entender dentro del movimiento de ideas que caracteriz los aos 50 de este siglo, de manera particular la ideologa del nacionalismo desarrollista (pg.7). El segundo es un anlisis de los orgenes ideolgicos del populismo pedaggico del cual Freire sera exponente y difusor tal como ha venido manifestndose en Brasil desde fines de los aos 60, no slo en al mbito del movimiento de educacin popular sino de las universidades. Es estudio intenta mostrar: 1. por qu ha sido levantada la analoga entre las posiciones asumidas por los catlicos brasileos en las dos ltimas dcadas y el populismo ruso del siglo XIX; 2. cmo se manifestaron
inicialmente tales tendencias populistas en el pensamiento de Vieira Pinto y Paulo Freire a inicios de los
aos 60, 3. la radicalizacin de aquellas tendencias en el pensamiento del equipo de NOVA (Investigacin, Asesora y evaluacin en Educacin) (pgs. 232-233).
alfabetizacin a escala nacional, siendo Freire entonces el Coordinador
del Plan Nacional de Alfabetizacin del Ministerio de Educacin.12
Este libro tal y como advierte el propio Freire en su introduccin en 1965 est fuertemente ligado a la realidad y a la coyuntura brasilea de los aos 60: No existe educacin sin sociedad humana y no existe hombre fuera de ella. El esfuerzo educativo desarrollado por el autor y
que pretende exponer en este ensayo fue realizado para las condiciones
especiales de la sociedad brasilea, an cuando pueda tener validez
fuera de ella; sociedad que es internamente cambiante y
dramticamente contradictoria; sociedad en nacimiento que presentaba violentos encuentros con un tiempo que se desvaneca con
sus valores, con sus peculiares formas de ser y que pretenda
continuarse en otro que estaba por venir, buscando configurarse. Por lo
tanto, este esfuerzo no fue casual. Era una tentativa de respuesta a los
desafos que contena este transformarse de la sociedad.13
No obstante la advertencia y la calara ubicacin histrica-social de la
obra (llena de referencias al Brasil, de interpretaciones de la realidad y
de la historia brasilea, y de referentes empricos al mtodo y a su
aplicacin), las ideas all plasmadas fueron generalizadas no slo en
Amrica Latina sino en otras partes del mundo. En ello es importante recalcarlo el propio negocio editorial ha jugado su papel. Las traducciones y continuas reediciones que se han hecho de este libro
muchas veces han suprimido, sin ninguna nota aclaratoria, ejemplos,
prrafos, notas de pie de pgina y hasta captulos completos de la
versin original que hacen alusin al Brasil o al contexto concreto en
que se ubican sus reflexiones.14
La pedagoga del oprimido, su libro ms conocido, marca segn la percepcin del propio Freire as como de sus estudiosos y crticos un
salto cualitativo importante con respecto a La educacin como prctica
12
Para una mayor acercamiento a la concepcin terico-metodolgica y a la aplicacin prctica del
mtodo, as como a su gestacin y trayectoria en Brasil, vase C:R: Brandao, O que Mtodo Paulo
Freire, (8a. ed., San Pablo, Editora Basiliense, 1985. Vase tambin, del mismo autor Saber e ensinar.
Op. cit.
Existe, ciertamente, una amplsima literatura sobre el tema producida en Amrica Latina a lo largo de
estos aos. No obstante, son realmente escasos los anlisis serios, muchos de los que se abrogan aportes
significativos e innovacin. 13
P. Freire, Aclaracin, Santiago, 1965, en: La educacin como prctica de la libertad, 25. ed., Mxico, siglo XXI, 1979, pg. 25. (El subrayado es nuestro). 14
Por otro lado, muchos trabajos d Freire que aparecen publicados como nuevos, a menudo son trabajos viejos, omitindose (a nuestro juicio deliberadamente, dado lo recurrente del mecanismo), la
fecha en que fueron escritos y/o publicados inicialmente, o la fuente de la cual fueron extrados. El
cambio de ttulo, el entremezclamiento de artculos, charlas y entrevistas en compilaciones que no
siempre tienen el cuidado de registrar fechas y especificar el tipo de texto de que se trata, las extensas
bibliografas finales de Freire y sobre Freire que viene reproducindose con los mismos errores e imprecisiones y sin actualizarse- y de un autor a otro, etc., etc., son otros tantos mecanismos que han
contribuido, sin duda, a empaar mas a obra de Freire y a dificultar su ubicacin histrica de sus ideas y
su evolucin en el tiempo.
de la libertad. Cuando escrib este libro, dice estaba completamente convencido ya del problema de las clases sociales. Incluso escrib este libro sobre la base de mi larga experiencia con campesinos en Chile,
absolutamente convencido del proceso de ideologizacin y de lo que
esto significaba.15 No obstante, Freire adverta su carcter de ensayo introductorio y
aproximativo, anunciando trabajos posteriores para ratificar o ratificar
sus planteamientos y anticipando posibles lecturas sectarias, cerradas e
irracionales. Las afirmaciones sostenidas a lo largo de este ensayo, aclaraba en 1969, desposedas de todo carcter dogmtico, no son frutos de meros devaneos intelectuales ni el solo resultado de lecturas,
por mas interesantes que estas fueran. Nuestras afirmaciones se
sustentan siempre sobre afirmaciones concretas. Expresan las reacciones
de proletariados urbanos, campesinos y hombres de clase media a los
que hemos venido observando, directa o indirectamente, a lo largo de
nuestro trabajo educativo. Nuestra intencin es continuar con dichas
observaciones a fin de ratificar o rectificar, en estudios posteriores,
puntos analizados en este ensayo introductorio. Ensayo que seguramente
provocar en algunos de sus lectores reacciones sectarias () De ah que este sea, an con las deficiencias propias de un ensayo
aproximativo, un trabajo para hombres radicales. Estos, aunque
discordando con en parte o en su totalidad con nuestras posiciones,
podrn llegar al fin de este ensayo. Sin embargo, en la medida en que
asuman, sectariamente, posiciones cerradas, irracionales, rechazarn el dilogo que pretendemos establecer a travs de este libro.16 De alguna manera, efectivamente, el dilogo se cerr a partir de este
trabajo. Lejos de ser visto como un ensayo introductorio, perfectible y
superable, fue tomado como punto final y conclusivo del pensamiento
Freireano, y como tal calcado o rechazado. La trayectoria subsiguiente
de Freire y la efectiva rectificacin o ratificacin de aquellas ideas es, en
buena medida, desconocida dada la falta de cohesin y sistematicidad de
su trabajo posterior. Se halla dispersa en un sinnmero de entrevistas y
charlas dada por Freire en el mundo entero y, ms recientemente, en una
serie de libros hablados en los que el autor dialoga libremente sobre los temas ms dispares y variados, con interlocutores seleccionados.
17
15
P. Freire, La dimensin poltica de la educacin, op. cit., pgs. 14-15. 16
P. Freire, Primeras palabras, Santiago de Chile, 1969, en: P. Freire, Pedagoga del Oprimido, 25. ed., Mxico, Siglo XXI, 1980, pgs. 23-24. 17
Mencionamos, entre ellos, un dilogo entre Freire y Sergio Guimaraes, Paz e Terra, 1984, vol. 1 y 2, as
como un dilogo entre Freire y Antonio Fandez realizado en Ginebra en agosto de 1984 (Por una
pedagoga de pregunta, Ro de Janeiro, Paz e Terra). Un nuevo libro hablado, esta vez con Ira Shor, es anunciado actualmente por Freire.
De hecho, argumenta Freire, hablar un libro entre dos, entre tres, en lugar de escribirlo solo, rompe un poco, por loo menos, con cierta tradicin individualista en la creacin de la obra () La vivacidad del
Son lamentablemente escasos los trabajos que hemos visto salir de su
pluma en los ltimos aos. En cualquier caso y salvo quiz por Cartas a Guinea-Bissau (1977),
18 sus productos ms recientes no han
encontrado al receptividad, el impacto y la amplia difusin que tuvieran,
en su momento, La educacin como prctica de la libertad y La
pedagoga del oprimido.
No obstante, an y con lo criticable que puedan ser las posiciones
polticas y la debilidad terica de sus primeros trabajos, lo que hoy
puede ser fcilmente adjetivado como reformista fue, de hecho,
altamente subversivo e innovador en el Brasil de la dcada del sesenta.
Cuestionar la educacin tradicional, proponer la concientizacin y la
liberacin de los oprimidos, propugnar por un nuevo tipo de educacin
dialgica, crtica, participativa, mostrar la eficacia de un mtodo que, se
propona lograr que u analfabeto aprendiera a decir y escribir su palabra, rompiendo con sus silencio y siendo dueo de su propia voz, le vali a Freire encarcelamiento y exilio a raz del golpe de Estado en
Brasil, en 1964. Se me consider relata Freire, un subversivo internacional, un traidor de Cristo y del pueblo brasileo. Niega usted preguntaba uno de los jueces que su mtodo es semejante al de Stalin, Hitler, Pern y Mussolinni? Niega usted que con su pretendido
mtodo lo que quiere es hacer bolchevique al pas?.19 Lgicamente, explicaba Julio Barreiro en la Introduccin a La educacin como prctica de la libertad, las clases dominantes no iban a tolerar esta transformacin que, no bien accediera a las fuentes de
conocimiento, no bien tomara conciencia, cambiara radicalmente al
estructura de Brasil. Esa misma lgica demuestra, contrario sens, que al
pedagoga de Paulo Freire corresponde con al emergencia de las clases
populares en la historia latinoamericana y con la crisis definitiva de las
viejas elites dominantes.20 Esta afirmacin profundamente idealizadora del significado y las implicaciones polticas de dicha
pedagoga en al coyuntura brasilea de aquella poca, deja evidentemente de lado otros factores que, como observa por su lado
Vanilda Paiva, habran contribuido al xito, la rpida expansin y hasta
mistificacin de las ideas de Freire. El propio tipo de formacin pedaggica idealista y abstracta, centrada en el proceso de aprendizaje escolar, sin tomar en cuenta que la escuela se halla inserta
discurso, la liviandad de la oralidad, la espontaneidad del dilogo, en s mismos, no sacrifican en nadad la
seriedad de la obra o su necesaria rigurosidad (P. Freire y A. Fandez, op. cit., pgs. 10-11). 18
P. Freire, Cartas a Guinea-Bissau, Apuntes de una experiencia pedaggica en proceso, 2. ed., Mxico,
Siglo XXI, 1979. 19
P. freire, Concientizacin, 2. ed., Bogot, Asociacin de Publicaciones Educativas, marzo 1973, pg.
18. 20
J. Barreiro, Educacin y concientizacin, en: P. Freire, La educacin como prctica de la libertad, op. cit., pg. 11.
en la sociedad de aquella poca en Brasil, sin duda dificult que los profesionales de la educacin captaran el significado social, poltico y
hasta pedaggico del trabajo de Freire ( Por otro lado, a medida que creca la represin y que con ella aumentaban las dificultades para
utilizar el mtodo, ocurra otro tanto con la creencia en sus poderes de subversin (por la imposibilidad de los problemas de confrontacin planteados por su uso y por la propia imagen de la pedagoga de Freire,
fomentada por el rgimen), consolidndose tal pedagoga como panacea
de los problemas pedaggicos que apareca en cualquier programa de
educacin popular () Por cierto que la represin no slo acrecent la fascinacin ejercida por esas ideas pedaggicas, sino que el propio
golpe pedaggico de 1964 las libr de las inevitables crticas que
acompaaran la evaluacin del Programa Nacional de Alfabetizacin
(PAN), crticas que fueron formuladas por donde el mtodo dejaba su
rastro ( Chile, Per, Mxico, Tanzania, Guinea-Bissau) y que
provocaron muchas de las revisiones que el propio Freire hiciera a sus
ideas.21 Lo cierto es que, an con sus limitaciones y su reconocida ingenuidad
e idealismo iniciales, su trabajo debe ser tenido como una de las sntesis pedaggicas ms acabadas del perodo () Como sujeto pedaggico colectivo sintetiza pedaggicamente el espritu de la poca y, en tal resumen, realiza la amalgama de las principales corrientes que
fueron abrindose paso en las dcadas anteriores.22
Su contribucin marc sin duda el inicio de una ruptura dentro del
campo de la educacin, cuestionando con fuerza el paradigma educativo
prevaleciente por entonces en Amrica Latina. Reconocerlo supone,
necesariamente, ubicar histricamente le pensamiento Freireano y su
crtica. Revisarlo y superarlo, por lo dems, viene siendo tarea en la que
el propio Freire ha estado activamente involucrado.
b) su evolucin:
quienes me califican as (como idealista, subjetivista, reformista), basndose en momentos ingenuos de algunos trabajos
mos criticado hoy por mi tambin deberan obligarse a seguir los pasos que he dado. En realidad, en mis primeros estudios, al
lado de ingenuidades hay tambin posiciones crticas. Por lo
dems, no abrigo la ilusin ingenua y poco humilde de alcanzar la
criticidad absoluta. Me parece que se impone, a quienes me
analizan, descubrir cuales de los dos aspectos el ingenuo o el
21
V. P. Paiva, Paulo Freire y el nacionalismo desarrollista, op, cit., pgs. 8-11. 22
Ibd., pg. 17.
crtico, est siendo destacado en el desarrollo de mi prctica y de mi reflexin.23
en este esfuerzo de clarificacin contino hoy. Y es esto lo que va haciendo cada vez mas difcil que yo seas recuperado () Por eso mismo es que las crticas que se fundamentan en el
conocimiento de uno u otro de mis trabajos no me parecen justas.
Al fin y al cabo, todava no me mor. 24
Nadie que haya seguido de cerca la trayectoria de Freire puede dejar
de reconocer su evolucin. La importante transformacin que han
experimentado, a lo largo de estas ltimas dos dcadas, muchos de sus
planteamientos tericos y polticos ha llevado incluso a algunos y a nosotros mismos de la entrevista a ver dos Freires (el de ayer y el de hoy) donde, como l mismo nos rectifica, lo que hay es un solo Freire en movimiento. El Paulo freire de hoy tiene cierta coherencia con el Paulo Freire de ayer. El Paulo0 Freire de ayer no ha muerto. Quiero
decir que yo he estado vivo durante todos estos aos Pero el Pulo Freire de hoy necesariamente lleva consigo las marcas de la experiencia.
Por ejemplo, el Paulo freire de hoy tuvo la oportunidad, tuvo la suerte
de conocer Nicaragua. A mis 60 aos yo no conoc Nicaragua, a no ser
la Nicaragua dominada. El Paulo Freire de hoy tuvo la suerte de vivir la
experiencia de Chile, el Chile de la transicin de Allende, el Chile de la
frustracin del golpe de Estado. El Paulo Freire de hoy tuvo la
oportunidad de conocer Tanzania, de participar de transformaciones
profundas a partir de la expulsin de los colonizadores de Angola,
Guinea Bissau, Cabo verde y Sao Tom. El Paulo Freire de hoy tuvo al
oportunidad de experimentar un poco en Nicaragua y tambin en
Granada. Entonces, sera un desastre, sera muy triste si yo no hubiera
aprendido con estos cinco o seis momentos histricos, si hoy en da yo
siguiera siendo el mismo que lleg al exilio veinte aos atrs, primero
en Bolivia y despus en Chile. Yo tengo an que aprender haciendo y
viendo las cosas que se estn haciendo.25 En verdad, escriba Freire en 1972, en una verdadera nota introductoria a una reedicin de Extensin o comunicacin? La
concientizacin en el medio rural (1968), a mi no me gusta cambiar mis libros en sus diferentes ediciones sino superarlos si lo puedo a travs de otros. Es esto lo que intento ahora al escribir este nuevo libro
23
Concientizacin y liberacin: una charla con Paulo Freire, Ginebra, 1973, en: P. Freire, La importancia de leer y el proceso de liberacin, op. cit., pg. 24. 24
Ligia Chiappini, Encotro com Paulo Freire, Ginebra, 197, en educaao e Sociedade, n 3, San Pablo, Cortez e Moraes, mayo de 1979, pg. 62. 25
Para una breve referencia a la actividad desarrollada por freire en estos procesos revolucionarios, as
como a una bibliografa bsica de consulta, vase las notas 3, 4, 5 y 6 de la entrevista.
en el cual, tomando distancia de mies experiencias anteriores de
educador, busco sorprender y criticar lo que me parece haber sido
ingenuo en mis primeros trabajo. 26 Dicha afirmacin, recurrente en la introduccin que Freire hace a varios de sus trabajos, parece constatarse
al recorrer cronolgicamente su obra y su trayectoria. Como seala
Carlos A. Torres y lo ratifican otros autores, no hay grandes rupturas en el pensamiento freireano pero s una evolucin. Se podra decir que
cada afirmacin prefigura a la siguiente. 27 Precisamente, dialogando con Freire en 1979, Ligia Chiappini le
comentaba al respecto. Me parece que en las cartas a Ginea Bissau, por ejemplo, est ms claro lo que usted entiende por oprimido que en la Pedagoga del oprimido. Yo tambin lo creo, deca a su vez Freire. De la mis a manera como la Pedagoga del oprimido ilumin ciertos puntos mas oscuros de los trabajos anteriores, esclareci mejor ciertos
conceptos () Tengo la impresin de que en las Cartas a Guinea Bissau hay puntos en las que las cosas quedan mucho mas claras, como
tambin en una entrevista que me gusta mucho disculpen la falta de modestia que di 5 o 6 aos atrs al IDAC () esta entrevista responde un poco a ciertas crticas que se me hacan. En ella hago un anlisis del
carcter poltico de la concientizacin, hablo del problema de la
conciencia de clase y de las relaciones de la masa con la vanguardia. Me
gusta este texto. Encuentro que clarifica ciertas cosas.28 La evolucin de Freire, no obstante, no empieza en el exilio ni a raz
de La educacin como prctica de la libertad, tomando usualmente
como punto de partida de su pensamiento y de su obra. N realidad, antes
de la redaccin de este libro, Freire haba escrito en Brasil una serie de
ensayos empezando con Educaao e atualidade brasileira (1959), considerando por algunos el antecedente directo de la tesis que,
reelaboradas, desarrollara en 1965 en La educacin como prctica de la
libertad.29
Adems de que en su libro de 1965 el nfasis se traslada de la necesidad de hacer que la educacin sea funcional para el desarrollo,
a la exhortacin slida por la educacin poltica (en relacin con la tesis
de 1959), 30 el iluminismo y el directivismo de 1959 retroceden considerablemente (pues Freire ya no habla de dar una ideologa a la masa; por el contrario, pone de relieve el aspecto donativo de tal
26
P. Freire, Extensin o Comunicacin?, la concientizacin en el medio rural, 7ma. Ed., Mxico, Siglo
XXI, 1978, pg. 15. 27
C. A. torres (comp.), Entrevista con Paulo Freire, Mxico, Ediciones Gernika, 1978, pg. 15. 28
L. Chiappini, op. cit., pgs. 62-63. freire se refiere aqu a concientizacin y liberacin: una charla con Paulo Freire, entrevista con IDAC, Ginebra, 1973, en: P. Freire, La importancia de leer y el proceso de liberacin, op. cit. 29
Esta afirmacin es particularmente sostenida y recalcada por V.P Paiva en su libro Paulo Freire y el
nacionalismo desarrollista, op. cit. 30
V. P. Paiva, op. cit., pg. 88.
donacin y la importancia de la conquista del derecho a la palabra, a la participacin).31 Una vez fuera de Brasil, su trayectoria posterior a lo largo de estos
ltimos veinte aos ha visto profundos cambios con respecto a sus
planteamientos iniciales, por lo que como dice Paiva, merece una trabajo especfico.32 En realidad, para quien se qued con el Freire de La educacin como prctica de la libertad, o incluso, con La pedagoga
del oprimido, el freire que se nos revela en artculos, charlas o
entrevistas recientes como la que incluimos en este volumen resultara
sin duda no slo difcil de reconocer, sino posiblemente mas avanzado
que su propia prctica.
Un Freire alineado con la revolucin y con la democracia, para quien
no existe ninguna contraposicin entre democracia y revolucin socialista. Un Freire para quien al educacin popular es un esfuerzo en el sentido de la movilizacin y de la organizacin de las clases
populares con vistas a la creacin de un poder popular, que no se restringe exclusivamente al mundo de los adultos ni a la educacin no-
formal, sino que compete tambin al mundo infantil y ala escuela, pues lo que marca, lo que define a la educacin popular, no es la edad de los
educandos, sino la opcin poltica, la prctica poltica entendida y
asumida en la prctica educativa. Por ello, no es posible siquiera hablar de una dimensin poltica de la educacin, pues toda ella es
poltica.33 Un Freire preocupado con la problemtica de la educacin en la
transicin revolucionaria, conciente de las dificultades y el tiempo
histrico que supone recrear la educacin, pero que al mismo tiempo
31
Ibd., pg. 153. Dos son las diferencias fundamentales que, a decir de Paiva, se encuentran entre ambos
trabajos. En relacin a la conciencia ingenua se suprimi el pasaje donde se afirma que una de sus caractersticas es la transferencia de la responsabilidad y al autoridad, en vez de solo su delegacin, lo que indica que en 1965 Freire participaba con las formas d democracia directa. Con relacin a la
conciencia crtica se suprimi la frase que afirmaba que tal forma de conciencia aceptaba la masificacin como un hecho, esforzndose sin embargo por la humanizacin del hombre, lo que indica que la temtica de la masificacin creci en importancia para l en ese perodo, y que no debera ser
aceptada de manera alguna, lo que no deja de vincularse con las formas de la democracia directa a micro-
nivel. (Ibd., pg. 226).
Por otra parte, entre los factores que habran empujado a Freire a modificar sus posiciones entre 1959 y
1965, la autora seala la radicalizacin de la vida poltica (brasilea) de los aos 60, la disminucin de la influencia del nacionalismo desarrollista, la influencia de las nuevas ideas (Ibd.., pg. 226). 32
Ibid., pg. 28. 33
A propsito de esta imbricacin entre educacin y poltica que ha venido caracterizando crecientemente
el pensamiento de Freire y, sobre todo, ciertas corrientes dentro del terreno de educacin popular, vale la
pena remitir al lector a un breve pero muy sugerente trabajo de Dermeval Saviani Once teses sobre educaao e poltica (incluido en el libro del mismo autor, Escola e democracia, 9. ed., San Pablo, Cortez Editora, septiembre de 1985. Ante al recurrente informacin de que al educacin es siempre un acto poltico, el autor plantea el riesgo de identificar educacin con poltica, la prctica pedaggica con la prctica poltica, disolvindose, en consecuencia, la especificidad del fenmeno educativo, tratndose en verdad de prcticas distintas, con especificidad propia. (op. cit., pg. 85). (El subrayado es nuestro).
insite en la necesidad y en la posibilidad de una educacin popular en el
seno de la educacin burguesa pues no hay que rechazar el espacio de la escuela, esperando el triunfo revolucionario para convertirla en un
espacio a favor de las clases populares, sino integrar esta lucha al proceso mismo de organizacin y movilizacin popular para la toma del
poder.34
Un poder que requiere, para Freire, no solo ser tomado sino reinventado, reinventando la produccin, la cultura, el lenguaje, la apropiacin de la teora por parte de las masas populares partiendo del
saber popular y del sentido comn, no para reproducirlos sino para
superarlos.
Un Freire no reductible al mtodo pedaggico ni al campo de la
educacin popular, pues reconoce la necesaria globalidad del fenmeno
y la transformacin educativa, que no puede darse al margen de las
dems prcticas e instituciones sociales que conforman una sociedad.
Un Freire, en fin, que ha transitado por el mundo entero, que ha entrado
en contacto y colaborado en experiencias y realidades educativas muy
diversas, incluyendo la de los procesos revolucionarios de frica,
Amrica Latina y el Caribe Tanzania, Angola, Guinea-Bissau, Cabo Verde, Sao Tom y Prncipe, Chile, Nicaragua, Granada y que hoy, de vuelta en Brasil, est ah, para aprender todo de nuevo, como l mismo dice.35
c) su autocrtica:
en La educacin como prctica de la libertad tuve algunos momentos que anunciaban que haba sido picado por el subjetivismo.
Lo que pasa es que ya me hice esta crtica hace trece aos, pero hay
personas que siguen criticando este libro sin haber ledo la crtica de
m mismo.36 34
Vale la pena destacar que esta recuperacin t revalorizacin de la escuela como campo de lucha dentro
de la educacin popular marca una ruptura importante con respecto a diversas tendencias anti-escuela que
han venido cobrando fuerza dentro del campo, sobre la base de una concepcin monolticamente
reproductivista de la educacin como aparato ideolgico al servicio de las clases dominantes, y la concepcin del estado como un estado siempre autoritario, represivo y antipopular. Dentro de esa
perspectiva, la lucha por la transformacin de la escuela y de la universalizacin de la educacin se ve no
solo como intil, sino como contrara a los intereses populares, y la educacin privada y/o no-formal,
como nico espacio para el desarrollo de una autntica educacin popular. Para un anlisis sobre el tema, vase V. P. Paiva, Estado e educaao popular: recolocando o problema, 1980, en: R. Brandao (comp.), A cuestao poltica da educaao popular, op, cit., pgs. 79-87; Joao Bosco Pinto, Reflexoes sobre as estrategias educativas do Estado e a prtica de educaao popular, 1982, en: V.P Paiva (comp.), Perspectivas e dilemas da educaao popular, op. cit., pgs. 85-117; C. R.
Brandao, educaao alternativa na sociedade autoritaria, en: Ibd., pgs. 171-202; D. Savini, Escola e democracia, op. cit. 35
En C. R. Brandao, O que e mtodo Paulo Freire, op. cit., pg. 20. 36
Paulo Freire en buenos Aires, CAAL, Acto preparatorio de la III Asamblea Mundial de Educacin de
Adultos, Buenos Aires, 21 de junio de 1985, pg. 17. Freire se refiere aqu, sin duda, a su autocrtica de
1972 durante la entrevista que le hicieron en Chile, y que hemos citado antes bajo el ttulo de La
dimensin poltica de la educacin.
De manera reiterada y hasta repetitiva, Freire ha venido
autocriticndose por al ingenuidad, la subjetividad, la ambigedad, y la
falta, en fin, de claridad poltica-ideolgica de sus primeros trabajos, y
reconociendo su responsabilidad en la recuperacin de que ha sido objeto por parte de la derecha. No obstante, como l mismo seala, sus
crticos continan ignorando tales autocrticas o remitindolas a nota al
pie de pgina. As, sigue cuestionndosele su nocin de
concientizacin, su falta de mencin explcita a la lucha de clases y ala dimensin poltico-ideolgica de la educacin, etc., todo lo cual ha
sido ya abundantemente reconocido y rectificado por Freire.37
Yo mismo me hago una autocrtica, y muchas veces mas profunda que la que me hacen los crticos que me critican, deca en 1972. en mis primeros trabajos no hice casi ninguna referencia al menos no recuerdo ahora al carcter poltico de la educacin. Ms an, tampoco hice alguna referencia al problema de las clases sociales ni a la lucha de
stas. Por qu razn? Creo que la explicacin de esto est en que yo fui
capaz de clarificar el proceso de concientizacin tal como lo hice en al
prctica, producindose as un distanciamiento entre al bsqueda de
teorizacin y la prctica que yo hice 38() Yo estoy en deuda y
aprovecho estar aqu para pagarla. Esta deuda se refiere al hecho de no
haber dicho esas cosas, y tambin reconocer que no lo hice porque
estaba ideologizado, ingenuizado como pequeo burgus intelectual. Y
al no haber hecho esto, yo abr puertas para que ingenuos o vivos se apoderaran del concepto de concientizacin para usarlo y definirlo, en
Amrica Latina, en trminos reaccionarios indiscutiblemente () Al no haber aclarado la cuestin de las clases sociales, la dimensin poltica
37
As, por ejemplo dice A. Merani en 1983: La obra ideolgica de Freire est integrada en dos libros suyos (La educacin como prctica de la libertad y Pedagoga del oprimido), que han conocido
numerosas traducciones, ediciones y reediciones, y sus ideas arrancan de un mtodo de alfabetizacin que
ha terminado por desarrollar aquello que el propio autor la pedagoga del oprimido . (Alberto Madani, La educacin en Latinoamrica: mito y realidad, Mxico, Grijalbo, 1983, pg. 163). Sus crticas apuntan
fundamentalmente al subjetivismo y voluntarismo alfabetizador de Freire, impulsor de una pedagoga de la salvacin que, sin rozar las circunstancias concretas del hombre concreto, procura cambiar al
hombre por el camino de la subjetividad, con la conciencia de la opresin , op. cit., pg. 169. 38
Al respecto seala V. Paiva: En La educacin como prctica de la libertad lo que tenemos es una reelaboracin superficial de su tesis (de 1959, educaao e atualidade brasileira): introduce ah indicaciones de una evolucin que se dio en al prctica, pero sin haberlas trabajado tericamente.
Absorbido por el trabajo prctico desde la elaboracin de su mtodo, a Freire le quedaba poco tiempo
para el trabajo terico, y cuando la cada del gobierno de Goulart lo obliga a detenerse, necesita recuperar
su punto de partida de 1959. Estamos en efecto frente a un atraso relativo de la teora (como dice Weffort en al Introduccin a la nueva edicin portuguesa de la educacin como prctica de la libertad,
Ro de Janeiro, Paz e terra, 1965). Freire no poda digerir an las nuevas influencias e incorporar
tericamente las nuevas posiciones, por eso su conciencia terica ya no abarcaba toda su prctica y
careca en aquel momento de instrumentos tericos y metodolgicos que posibilitaran una
reinterpretacin de la realidad y una revisin profunda de su discurso pedaggico. Ms tarde realizar un
esfuerzo consecuente en esta direccin y su resultado ser Pedagoga del oprimido (V. P. Paiva, Paulo Freire y el nacionalismo desarrollista, op. cit., pg. 155).
de la educacin, el trasfondo ideolgico que condiciona los propios
mtodos de accin educativa, yo abr caminos para ser recuperado, an cuando esta no fuera mi prctica.
39
Me gustara sealar que, en general, tomo en serio las crticas que me hacen, frente alas cuales no asumo la actitud de quien se siente atacado
u ofendido, deca en una entrevista en 1973. Naturalmente, entre estas crticas, hay unas a las que no puede prestar atencin debido a su
fragilidad. No veo, por ejemplo, como preocuparme cuando se me
acusada de haber roto mi compromiso con Amrica Latina por haber
sido profesor visitante de la universidad de Harvard () Me interesan, por el contrario, las crticas de fondo, las que se dirigen al contenido
mismo de mi pensamiento pedaggico y poltico, y que me denuncian
como idealista, subjetivista, reformista. Esas son crticas que se me
vienen haciendo sobre todo en Amrica Latina.40 Me hago a mi mismo la crtica, deca en 1974, por el hecho de que, en La educacin como prctica de la libertad, al considerar el proceso
de concientizacin tom el momento del develamiento de la realidad
social como si fuese una especie de motivador psicolgico de su
transformacin. Mi error no consista, obviamente, en reconocer la
fundamental importancia del conocimiento de la realidad en el proceso
de transformacin. Mi error consisti en no haber tomado esos polos conocimiento de la realidad y transformacin de la realidad en su dialecticidad.41 Las posibilidades de se recuperado por la derecha y, a veces, por una derecha no conciente de ser derecha, deca en 1979, comenzaron a preocuparme intensamente despus de mi paso por Chile () Comenc a preocuparme por el uso de la palabra concientizacin. El desgaste que esa palabra sufri en Amrica Latina y despus aqu, en Europa, fue
tal, que hace cinco aos o mas que no la uso () Pas a hacer de eso una denuncia mundial, lo que yo llamaba la desmitificacin de la concientizacin.42 Entonces, comenc a reflexionar sobre eso y, en la medida en que me relea, fui percibiendo cierta responsabilidad en m
tambin, en la explicacin del proceso de recuperacin de que era
objeto. Y esta responsabilidad estaba en la oscuridad de ciertos pasos en
mis primeros trabajos. Estaba en al falta de una definicin poltica-
ideolgica, de una clarificacin mayor de mi opcin poltica.43
39
P. Freire, La educacin poltica de la educacin, op. cit., pgs. 10-12. 40
Concientizacin y liberacin: una charla con Paulo Freire, Ginebra, 1973, en: P. Freire, La importancia de leer y el proceso de liberacin, op. cit., pg. 23. 41
P. Freire, Algunas notas sobre concientizacin, Ginebra, 1974, en P. Freire, Ibd., pg. 86. 42
Vase al respecto: Desmitificacin de la concientizacin. Una charla con Paulo Freire en Cuernavacas, Morelos, Mxico, 1971, en: C. A Torres (comp.), La praxis educativa de Pulo Freire, 3. ed., Mxico, Ediciones Guernika, 1983, pgs. 121-137. 43
L. Chiappini, op. cit., pg. 61-62.
me autocritiqu, deca en 1985, cuando vi que pareca que yo pensaba que la percepcin crtica de la realidad ya significaba su
transformacin. Eso es idealismo. Super esas fases, esos momentos,
esas travesas por las calles de la historia en que fui picado por el
psicologismo o por el subjetivismo.44 El Paulo freire de ayer, nos dice finalmente en la entrevista de agosto de 1985, un ayer que yo ubicara en los aos 50 y comienzos de los 60, no vea con claridad algo que el Paulo Freire de hoy ve con claridad, y es lo que yo denomino la politicidad de la educacin. Esto es, la claridad que tiene la educacin d ser poltica. Porque la naturaleza
de la prctica poltica es educativa en s misma, y por eso no es siquiera
hablar de una dimensin poltica de la educacin, pues toda ella es
poltica. Por lo mismo, el Paulo Freire de hoy y este hoy lo ubico desde fines de los 60 y comienzos de los 70, ve claramente al cuestin de las clases sociales. Por ello es que para el Paulo freire de hoy, la
educacin popular, cualquiera sea la educacin que se d, refleja los
niveles de la lucha de clases de esa sociedad.
d) las lecturas de Freire:
comenc a verme distorsionado en los estados unidos. Comenc a leer ensayos sobre mi que no tenan nada que ver conmigo,
expresaban la lectura que haca el lector de mi. Lectura suya. Porque,
ideolgicamente, cuando se le un libro, no siempre se lee lo que el
autor escribi, sino lo que a esa persona le gustara que hubiese
escrito.45
Tengo al impresin de que, cada vez mas, se generaliza la comprensin de mi bsqueda de una bsqueda de una comprensin
crtica de la prctica pedaggica, en lugar de insistir en el llamado
mtodo Paulo freire. Eso me ha dado un trabajo enorme, porque he debido luchar mucho, inclusive contra una cosa que siempre me
pareci difcil y hasta dramtica que es mi mistificacin.46
Ms all de su propia autocrtica y evolucin, Freire viene reclamando
no sentirse reconocido en diversas lecturas generalizadas que han venido hacindose de algunos de sus planteamientos de fondo. La
separacin entre reflexin y accin; la igualdad entre educacin y
44
Paulo freire en Buenos Aires, op. cit., pg. 17. 45
L. Chiappini, op. cit., pg. 61. 46
Caminhos de Paulo Freire, entrevista realizada por J. Chasin, Rui Gomes Danta y Vicente Madeira, enero de 1985, en: Ensaio, n 14, San Pablo, Editora Ensaio, 1985, pg. 23.
educandos; la no directividad de la educacin; la asociacin al
movimiento de la nueva escuela: estos son algunos de los puntos que retoma en nuestra entrevista y rechaza como falsas lecturas de su pensamiento.
Es cierto, como seala Paiva y lo ha reconocido en ciertas ocasiones
Freire, que la propia imprecisin terica y la falta de explicitacin d sus
ideas en sus primeros trabajos han contribuido, en buena medida, a tales
lecturas libres.47 Pero freire, por su parte, insiste adems en que, como nos dice en al entrevista, los que hacen estos comentarios no son dialcticos, no entienden lo que yo digo o simplemente se rehsan a
leerme . Y, si bien reconoce como vlidos muchos de los cuestionamientos hechos a La educacin como prctica de la libertad,
recomienda al mismo tiempo una relectura de La pedagoga del oprimido para una reformulacin de varios de los puntos dbiles de aquel primer libro, as como para un esclarecimiento con respecto a las
interpretaciones sesgadas y a las asociaciones corrientes que han venido
hacindose en torno a su propuesta pedaggica.
En lo que hace a la crtica hecha a Freire en el sentido de haber
concebido al concientizacin como el motor del cambio social y como
un proceso puramente intelectual, basado en el dilogo y la reflexin,
ero sin ninguna vinculacin con la accin transformadora de la
realidad48, recalcaba en efecto ya en 1969: Es necesario que quede
claro que, dado que defendemos la praxis, la teora del quehacer, no 47
Dice Paiva al respecto: el xito de Freire parece cimentarse por todas partes en algunas caractersticas de su obra que, si por un lado se pueden sealar como puntos dbiles, son a la par sus
puntos fuertes. Si en sus escritos hasta 1965 se observa cierta imprecisin terica, acompaada de un
insuficiente desplegamiento de sus ideas (carencias que el propio freire trat de suplir en su trabajo
posterior a 1965), fueron exactamente esas caractersticas las que permitieron a cada lector hacer al
lectura mas conveniente de sus libros y utilizar su mtodo en una forma compatible con tal lectura. (V. P. Paiva, Paulo Freire y el nacionalismo desarrollista, op. cit., pg. 16). 48
Refirindose al desarrollo y evolucin de la educacin popular en Amrica Latina, y a propsito del
aporte y los lmites de la concientizacin, seala por ejemplo Jara: las experiencias mas avanzadas y sistemticas de educacin popular, nos demuestra que su propia prctica la llev a superar esta
concepcin inicial de la concientizacin, al encontrarla limitada para responder a las exigencias que les planteaban las acciones de lucha del movimiento popular () La progresiva radicalizacin del movimiento popular latinoamericano durante al dcada del 70, conjuntamente con la constatacin de que era imposible generar una conciencia crtica solo por medio del dilogo y al reflexin, llev al
cuestionamiento de la prctica pedaggica anterior. Se descubri entonces que la accin poltica era
indesligable de cualquier prctica de educacin popular. Y se comienza a hablar de la dimensin poltica de cualquier prctica de educacin popular, y se comienzan a articular algunas experiencias educativas con el proceso de organizacin y movilizacin de masas que eran generados por las
contradicciones econmicas, sociales y polticas. As, por las mismas exigencias del proceso histrico, se
producir un creciente acercamiento entre educacin popular y accin poltica. (Oscar Jara Educacin
popular: la dimensin educativa de la accin poltica, op. cit., pg. 6).
Es interesante sealar, al respecto, que el propio Freire se expresaba en estos trminos ciando, en
ocasin de su paso por Nicaragua se comprueba de modo cada vez mas claro que no es la accin
educativa la que tiene al accin poltica, sino que es la accin poltica la que tiene la accin educativa. (ALER, Siempre estuvimos alerta. Testimonios de las escuelas radiofnicas de nicaragua, Series
Testimonios 2, Quito, diciembre de 1984, pg.54).
estamos proponiendo ninguna dicotoma de la cual pudiese resultar que
este quehacer se dividiese en una etapa de reflexin y otra distinta, de
accin. Accin y reflexin, reflexin y accin, se dan simultneamente
() y es precisamente cuando a las grandes mayoras se les prohbe el derecho de participar como sujetos de la historia que estas se encuentran
dominadas y alienadas. El intento de sobrepasar el estado de objetos
hacia el de sujetos que conforma el objetivo de la verdadera revolucin no puede prescindir ni de la accin de las masas que incide en la realidad, ni de su reflexin. Idealistas seramos si, dicotomizando
la accin de la reflexin, entendiramos o afirmramos que la mera
reflexin sobre la realidad opresora que llevase a los hombres al
descubrimiento de su estado de objetos, significara ya ser sujetos.49 En esa misma lnea, por otra aparte, planteaba en 1971: la concientizacin no consiste en estar frente a la realidad asumiendo una posicin falsamente intelectual. La concientizacin no puede
existir por fuera de la praxis, es decir, sin el acto accin- reflexin.50 Y, mas claramente en 1973 1974: Si no se da una transformacin radical de las estructuras de la sociedad que explican la situacin
objetiva en la que se encuentran los campesinos, ellos seguirn igual,
explotados de al misma forma por mas que muchos de ellos hayan
alcanzado la razn de ser de su propia realidad. Y es que un
develamiento de la realidad que no est orientado en el sentido de la
accin poltica sobre esa realidad, bien definida y clara, no tiene
sentido.51 La concientizacin no puede detenerse en la etapa de develamiento de la realidad. Su autenticidad se da cuando la prctica
del develamiento de la realidad constituye una unidad dinmica y
dialctica con la prctica de la transformacin de la realidad.52 En repetidas oportunidades, y categricamente en nuestra entrevista, Freire ha rechazado, as mismo, la asociacin generalizada que ha venido hacindose de su propuesta pedaggica como una
pedagoga no-directiva, que propugnara consecuentemente por la
anulacin del papel del maestro y por la igualdad entre educadores y
educandos.53
En cuanto a la no-directividad con que de vez en cuando
49
P. Freire, Pedagoga del oprimido, op. cit,. pgs. 162, 165 y 166. 50
P. Freire, Concientizacin, op. cit., pg. 30. 51
Concientizacin y liberacin: una charla con Paulo Freire, op. cit., p. 32-33. 52
Algunas notas sobre concientizacin, Ginebra, 1974, en: P. Freire, Ibd., pg. 86. 53
Dicha igualdad en al relacin pedaggica ha sido, usualmente, caracterizada como una de las contribuciones fundamentales de Freire, y como uno de sus puntos nodales de su crtica a la educacin bancaria, tal y como lo destacan varios autores. los planteamientos de Freire sobre al no neutralidad de la tarea educativa, el dilogo como mtodo de concientizacin, la igualdad entre educador y educando
como partcipes de un proceso que implica develar la realidad y asumir el compromiso histrico de la
liberacin de los hombres, y muchos mas, dieron una nueva orientacin a la concepcin tradicional y han
ejercido una gran influencia en los trabajos de alfabetizacin y educacin de adultos en Amrica Latina, y
su aporte marca toda una poca en el campo de la educacin popular. (M. Peresson, G. Mariio y L.
me identifican, deca en 1979, me parece interesante aclarar algo, y la mejor manera de hacerlo sea tal vez desarrollar algunas
consideraciones en torno a la relacin educador-educando, y a la
educacin como acto poltico y acto de conocimiento. Problemas cuya
forma d encarar, creo, me sitan en una perspectiva diferente () en cuanto acto de conocimiento, la prctica educativa implica
necesariamente, la existencia de sujetos que conocen (cognoscentes) y
de un objeto cognoscible (que puede ser conocido). Esos sujetos que
pueden y quieren conocer son exactamente el educador, de un lado, y
el educando, del otro. Ahora, eso elimina la posibilidad de la anulacin
completa por parte del educador. Y evita tambin que se caiga en la
exageracin, por ejemplo, de la autoeducacin exclusiva. Reducir toda
la educacin a una autoeducacin significa anular totalmente del
proceso educativo, del proceso de conocimiento, la figura del
educador. Para mi, no. Para mi el educador, como uno de los sujetos
que conoce, es indispensable a la prctica pedaggica, que solo se
completa, con todo, en la medida que tiene, por el otro lado, ese otro
sujeto de conocimiento que es el educando. Por eso mismo, entonces,
es que el educador es educador-educando, y que el educando es
educando-educador, como digo en la Pedagoga del oprimido.54
Nuevamente intentando aclarar las asociaciones que se han hecho
entre su crtica a la educacin bancaria (uno de cuyos rasgos inicialmente destacados por Freire fue su naturaleza expositiva,
narrativa, disertadora) y lo que sera una propuesta de educacin no-
directiva, freire deca en 1982: La impresin que tengo es que el mal o est en la clase expositiva, en la explicacin que hacen el profesor o
la profesora. No es eso lo que caracteriza a eso que critiqu como
prctica bancaria. Critiqu y contino criticando, aquel tipo de relacin educador-educando en que el educador se considera el
exclusivo educador del educando en que el educador rompe o no acepta la condicin fundamental del acto de conocer, que es la de su
relacin dialgica, en que el educador transfiere al educando el conocimiento en torno del objeto A, B o C, considerando al educando
como o portador de ese conocimiento.55 La educacin, cualquiera que esta sea tanto la educcin autoritaria como la educacin democrtica, implica cierta directividad. Para m, el problema que se plantea es que una educacin democrtica tiene una directividad que
se limita. La directividad del educador en una postura democrtica es
Sendales, Educacin popular y alfabetizacin en Amrica Latina, Dimensin educativa, Bogot, julio de
1983, pg. 33). (El subrayado es nuestro). 54
L. Chiappini, op., cit., pg. 59. 55
P. Freire y S. Guimaraes, vol. 1, op. cit., pg. 111.
limitada por la capacidad creadora del educando. Quiero decir, en el
momento en la directividad del educador interfiere en la capacidad
creadora, formuladora, indagadora del educando, entonces la
directividad minima necesaria se convierte en manipulacin.56 De ah que nos recalca en esta entrevista, cuando uno como educador dice que es igual a su educando, o es mentiroso o demaggico, o es
incompetente. Porque el educador es diferente al educando por el
hecho mismo de ser educador. Si ambos fueran iguales, uno y otro no
se reconoceran mutuamente () por tanto, no existe una educacin no-directiva, y esto ya est dicho en la Pedagoga del oprimido.57
56
Ibid., pg. 93. 57
La verdad es que sobre este punto, como sobre muchos otros, freire a dado pie a diversas y hasta a
contradictorias lecturas. En lo que hace especficamente a este tema d la directividad/no-directividad de la educacin y el papel del maestro, las citas suyas que se han extrado y que mas se han difundido de sus
primeros trabajos son, precisamente, aquellas que apuntaran a afirmar la no-directividad y la anulacin
del papel del maestro. As, por ejemplo, de ete texto que aparece de corrido en la Pedagoga del oprimido
(pg. 86), el que ha recorrido el mundo ha sido el segundo, usualmente sin ninguna referencia al contexto
que ubica el primero:
A travs de este (el dilogo) se opera la superacin de la que resulta un nuevo trmino. No ya educador del educando, no ya educando del educador, sino educador-educando con
educando-educador. De este modo el educador no es solo el que educa, sino aquel que, en
tanto educa, es educado a travs del dilogo con el educando, quien, al ser educado,
tambin educa. As, ambos se transforman en sujetos del proceso en que crecen juntos y
en el cual los argumentos de la autoridad ya no rigen. Proceso en que ser funcionalmente autoridad, requiere el estar siendo con las libertades y no contar ellas.
Ahora ya nadie educa a nadie, as como tampoco nadie se educa a s mismo. Los hombres se educan en comunin y el mundo es el mediador.
Precisamente, Julio Barreiro se encargara entre otros de recalcar y difundir ese nuevo principio educativo que ya empieza a ganar mas y mas crculos en nuestras sociedades subdesarrolladas como si
acaso fuese el anunciador de nuevas prcticas que necesitamos aplicar en todos los planos de la vida de
nuestros pueblos, para que algn da alcancemos las diversas y necesarias metas de nuestra liberacin:
nadie educa a nadie; nadie se educa solo; los hombres se educan entre si, mediatizados por el mundo. (J. Barreiro, Educacin popular y proceso de concientizacin, op. cit., pgs. 9-10).
Por otra parte, en la misma Pedagoga del oprimido, freire utiliza, dentro de un mismo prrafo (pg.
73), dos trminos con connotaciones e implicaciones muy diversas para referirse ala necesidad de un
nuevo tipo de relacin entre el educador y el educando: los trminos de la conciliacin y de superacin de la contradiccin. En verdad, como discutiremos mas adelante, la razn de ser de al educacin liberadora radica en su impulso inicial conciliador. La educacin debe comenzar por la
superacin de la contradiccin educador-educando. Debe fundarse en la conciliacin de sus polos de
tal manera que ambos se hagan, simultneamente, educadores y educandos. No obstante, ha sido la conciliacin (y no la superacin de la contradiccin) la que ha tendido de manera generalizada a
interpretarse como conclusin al respecto.
Otras citas generalizadas de Freire, extradas de diversos trabajos iniciales suyos, han dado pie a s
mismo para el planteamiento de la no-directividad, la horizontalidad, etc. Y qu es el dilogo? Es una relacin horizontal de A mas B. (La educacin como prctica de la libertad op. cit., pg 104). o nos convencemos de que nadie educa a nadie, o no superaremos la concepcin antidialgica de la
educacin. (Investigacin y metodologa de la investigacin del tema generador, 1968, en: C. A. Torres (comp.) La praxis educativa d Paulo Freire op. cit., pg. 150). (Todos los subrayados son
nuestros).
Es precisamente despegando sus posiciones en contar de la no-
directividad, de la igualdad entre educadores y educandos, del
espontanesmo y la improvisacin que Freire, que Freire rechaza la
interpretacin de su propuesta pedaggica como un populismo pedaggico que, al pronunciarse por el respeto a los educandos y al insistir en el proceso de conocimiento como un proceso colectivo y
participativo, abogara por dejar a los educandos librados a la inercia y
a la reproduccin d su propio saber, negando la importancia de la
teora y del conocimiento cientfico. muchas veces, nos aclara, me han criticado diciendo que yo defiendo que los educadors se queden al
nivel en que se encuentran los educandos. Y eso me parece extrao,
pues yo nunca use el verbo quedarse. Yo siempre use el verbo partir, desde la Pedagoga del oprimido () En el acto de conocimiento t siempre tienes que partir. Partir de los niveles de
percepcin en que se encuentran los educandos, los grupos populares,
y con ellos ir avanzan