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TM MARTES 25.ABR.2017 HERALDO DE ARAGÓN 04 ¿QUÉ LE PASA A MI SEÑAL? Tras una jornada de tra- bajo, Gregorio ha en- contrado un momento de tranqui- lidad para sentarse en el sillón de casa y coger la tablet. Quiere ver algunas noticias, subir alguna fo- to a su cuenta de Facebook y man- dar mensajes a algunos amigos. Cuando enciende el aparato, empiezan a suceder muchas co- sas sin que él se dé cuenta: en pri- mer lugar, la tablet escanea para buscar su punto de acceso (o rou- ter) wifi, que está en la habitación de al lado. Se asocia a él, y se co- necta a internet. Gregorio mira los titulares de dos o tres periódicos. En la esquina ve que tiene un nuevo mensaje. Lo abre. Es del foro futbole- ro, y tiene un vídeo de un gol del Betis supuestamente in- creíble. Lo abre, pero ahí empiezan los problemas: la descarga va lenta. Se queda esperan- do a que la barra horizontal avan- ce, pero no hay manera. Decide dejar el vídeo para otro rato. Ve que su amigo Félix está en Estados Unidos. Parece que está conectado a Skype, así que pue- de intentar hablar con él. La lla- mada comienza bien, pero a los 10 segundos se empieza a oír mal, y no hay manera de entenderse. Habrá que dejar la conversación para otro rato. ¡Qué raro! Ayer es- to iba bien. Lo que Gregorio no sabe es que su vecino del tercero C acaba de comprarse un nuevo punto de ac- ceso wifi, que se encuentra detrás de la pared, a solo 3 metros de su tablet. Y desgraciadamente ese punto de acceso se ha situado en el mismo canal inalámbrico que está usando Gregorio. La interfe- rencia entre los dos hace que se pierdan muchos paquetes de in- formación, y la conexión resulta realmente lenta. CONVIVENCIA ENTRE VECINOS Única- mente algunos usuarios avanza- dos se aventuran a configurar los parámetros de su router wifi y lo sitúan en el canal menos satura- do. Pero el resto simplemente ‘confía’ en que su wifi funcione bien, y algunos lo consideran co- mo algo misterioso o mágico. La raíz del problema está en que los 11 canales wifi están realmen- te saturados. El problema se acen- túa en zonas urba- nas y en bloques de pisos, donde la interferencia viene también de los ve- cinos de los pisos de arriba y de aba- jo. Por eso, si mi router envía infor- mación a mi tablet, y el de mi vecino hace lo propio en ese mismo instante, ninguna de las dos comunicaciones llegará, y de- berán volver a transmitirse. El re- sultado final es que se reduce el ancho de banda para ambos. HIPERCONECTADOS Cada vez le pe- dimos más a la tecnología, que ha cambiado la manera en que vivi- mos y nos comunicamos. Cada minuto se suben a You Tube 300 horas de vídeo. Cada segundo se envían 6.000 tuits y 2,4 millones de e-mails. Cada día se envían 42.000 millones de mensajes de Whatsapp. Ya no nos contenta- mos con hablar por teléfono de vez en cuando: queremos saber lo que pasa, contar nuestra vida y compartirla con nuestros amigos casi en directo. EL ECOSISTEMA WIFI >ACCESO AQUÍ, AHORA Y SIEMPRE Tanto nos hemos acostumbrado a vivir conectados que hemos convertido nuestro wifi en producto de primera necesidad. Pero el riesgo de saturación es alto y si no encontramos fórmulas de cooperación más inteligente entre los puntos de acceso a internet que comparten zona, esta ubicua y popular tecnología podría morir de éxito. El proyecto Wi-5 trabaja para que pillar wifi no sea el Salvaje Oeste. TEXTO JOSÉ MARÍA SALDAÑA EN LAS CIUDADES, LOS CANALES WIFI ESTÁN SATURADOS. SE BUSCAN FORMAS DE COOPERACIÓN MÁS INTELIGENTE ENTRE PUNTOS DE ACCESO EN PORTADA Aunque wifi tiene 11 canales diferentes, suele haber muchos puntos de acceso que utilizan los mismos. El problema se acentúa en zonas urbanas y en bloques de pisos, como el que vemos en esta gráfica. WIFI ANALYZER

TM MARTES HERALDO DE ARAGÓN EN PORTADAprensa.unizar.es/noticias/1704/170425_z0_3.pdf · con otro en el mismo canal que se encuentre en las proximidades. Inicialmente, wifi usaba

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TM MARTES 25.ABR.2017 HERALDO DE ARAGÓN 04

¿QUÉ LE PASA A MI SEÑAL? Tras una jornada de tra-bajo, Gregorio ha en-

contrado un momento de tranqui-lidad para sentarse en el sillón de casa y coger la tablet. Quiere ver algunas noticias, subir alguna fo-to a su cuenta de Facebook y man-dar mensajes a algunos amigos.

Cuando enciende el aparato, empiezan a suceder muchas co-sas sin que él se dé cuenta: en pri-mer lugar, la tablet escanea para buscar su punto de acceso (o rou-ter) wifi, que está en la habitación de al lado. Se asocia a él, y se co-necta a internet. Gregorio mira los titulares de dos o tres periódicos. En la esquina ve que tiene un nuevo mensaje. Lo abre. Es del foro futbole-ro, y tiene un vídeo de un gol del Betis supuestamente in-creíble. Lo abre, pero ahí empiezan los problemas: la descarga va lenta. Se queda esperan-do a que la barra horizontal avan-ce, pero no hay manera. Decide dejar el vídeo para otro rato.

Ve que su amigo Félix está en Estados Unidos. Parece que está conectado a Skype, así que pue-de intentar hablar con él. La lla-mada comienza bien, pero a los 10 segundos se empieza a oír mal, y no hay manera de entenderse. Habrá que dejar la conversación para otro rato. ¡Qué raro! Ayer es-to iba bien.

Lo que Gregorio no sabe es que su vecino del tercero C acaba de comprarse un nuevo punto de ac-ceso wifi, que se encuentra detrás de la pared, a solo 3 metros de su tablet. Y desgraciadamente ese punto de acceso se ha situado en el mismo canal inalámbrico que

está usando Gregorio. La interfe-rencia entre los dos hace que se pierdan muchos paquetes de in-formación, y la conexión resulta realmente lenta.

CONVIVENCIA ENTRE VECINOS Única-mente algunos usuarios avanza-dos se aventuran a configurar los parámetros de su router wifi y lo sitúan en el canal menos satura-do. Pero el resto simplemente ‘confía’ en que su wifi funcione bien, y algunos lo consideran co-mo algo misterioso o mágico.

La raíz del problema está en que los 11 canales wifi están realmen-

te saturados. El problema se acen-túa en zonas urba-nas y en bloques de pisos, donde la interferencia viene también de los ve-cinos de los pisos de arriba y de aba-jo. Por eso, si mi router envía infor-mación a mi tablet, y el de mi vecino hace lo propio en

ese mismo instante, ninguna de las dos comunicaciones llegará, y de-berán volver a transmitirse. El re-sultado final es que se reduce el ancho de banda para ambos.

HIPERCONECTADOS Cada vez le pe-dimos más a la tecnología, que ha cambiado la manera en que vivi-mos y nos comunicamos. Cada minuto se suben a You Tube 300 horas de vídeo. Cada segundo se envían 6.000 tuits y 2,4 millones de e-mails. Cada día se envían 42.000 millones de mensajes de Whatsapp. Ya no nos contenta-mos con hablar por teléfono de vez en cuando: queremos saber lo que pasa, contar nuestra vida y compartirla con nuestros amigos casi en directo.

EL ECOSISTEMA WIFI >ACCESO AQUÍ, AHORA Y SIEMPRETanto nos hemos acostumbrado a vivir conectados que hemos convertido nuestro wifi en producto de primera necesidad. Pero el riesgo de saturación es alto y si no encontramos fórmulas de cooperación más inteligente entre los puntos de acceso a internet que comparten zona, esta ubicua y popular tecnología podría morir de éxito. El proyecto Wi-5 trabaja para que pillar wifi no sea el Salvaje Oeste. TEXTO JOSÉ MARÍA SALDAÑA

EN LAS CIUDADES, LOS CANALES WIFI

ESTÁN SATURADOS. SE BUSCAN FORMAS

DE COOPERACIÓN MÁS INTELIGENTE

ENTRE PUNTOS DE ACCESO

EN PORTADA

Aunque wifi tiene 11 canales diferentes, suele haber muchos puntos de acceso que utilizan los mismos. El problema se acentúa en zonas urbanas y en bloques de pisos, como el que vemos en esta gráfica. WIFI ANALYZER

Por eso todos buscamos cone-xión permanente, y wifi tiene muchas ventajas. La principal es que las operadoras no ponen lí-mite a la cantidad de informa-ción que podemos enviar y reci-bir. Y cuando estamos en el ex-tranjero lo buscamos desespera-damente. Nos pasamos el día a la búsqueda del cartel ‘free wifi’, para poder mandar nuestra foto delante de la torre Eiffel. Tam-bién queremos leer el último mensaje, aunque sabemos que casi siempre será muy poco im-portante o incluso estúpido.

Wifi se creó como una tecnolo-gía para dar cobertura a redes pri-vadas, en unas bandas de fre-cuencia sin licencia, que no se consideran buenas porque tienen muy poco alcance (100 metros como máximo). Al contrario de lo que ocurre con la radio, la te-levisión o la telefonía móvil, no se necesita ningún permiso para emitir en esas bandas. Por eso to-dos podemos comprar un punto de acceso y ponerlo en nuestra casa. Esto es positivo en princi-pio, pero puede llevar a la satura-ción de estas frecuencias. De he-

cho, su gran popularidad podría hacer morir de éxito a wifi.

PROYECTO WI-5 ¿Tienen solución estos problemas? Desde el I3A de la Universidad de Zaragoza se es-tá trabajando en el proyecto Wi-5 (What to do With the Wifi Wild West), en colaboración con otros cuatro socios: TNO (Holanda), Airties (Turquía), Primetel (Chi-pre) y Liverpool John Moores University (Reino Unido).

El objetivo es explorar formas de cooperación más inteligente entre los puntos de acceso wifi que están en la misma zona. Pa-ra ello se están estudiando nue-vas formas de coordinación en-tre diferentes operadores, y se están proponiendo diferentes mecanismos para hacerlo posi-ble. Un ejemplo es la coordina-ción entre los puntos de acceso, para buscar una asignación de canales que reduzca al máximo la interferencia con mis vecinos.

Uno de los retos es el ‘traspa-so’ entre puntos de acceso: si ten-go dos puntos de acceso en casa, y me muevo de la sala de estar al dormitorio, quiero que mi llama-

da de Skype no se interrumpa. Lo habitual es que el traspaso requie-ra una reasociación con el nuevo punto de acceso, lo que significa que durante 1 o 2 segundos el wi-fi está desconectado. Sin embar-go, la tecnología desarrollada den-tro del proyecto Wi-5 consigue un cambio entre dos puntos de acce-so ‘transparente’ para el usuario, pues tarda entre 30 y 100 milési-mas de segundo.

Pero wifi no solo sirve para co-nectar a las personas. Cada vez hay más objetos que se conectan a internet sin la intervención de nadie: es lo que se denomina el in-ternet de las cosas (‘internet of things’, IoT). Pensemos por ejem-plo en los electrodomésticos, en sensores de contaminación en las ciudades o en sensores del nivel de agua para agricultura. Aunque hay protocolos inalámbricos espe-cialmente diseñados para estas comunicaciones, wifi también puede servir en muchos casos, por su ubicuidad, su bajo coste y su gran penetración en el mercado.

EL AUTOR PERTENECE AL INSTITUTO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIÓN EN INGENIERÍA DE ARAGÓN (I3A)

MODOS ALTERNATIVOS DE CONECTARSE A INTERNET

En los últimos años han surgido redes ‘alternativas’ que utilizan modelos co-merciales diferentes de los tradiciona-les. Muchas de ellas se basan casi ex-clusivamente en wifi. El proyecto Wi-5 ha elaborado una clasificación: � COMMUNITY NETWORKS En las Community Networks, como guifi.net, que ya tiene cerca de 30.000 nodos operativos en España, los dueños son los propios usuarios, que instalan en sus te-jados sus antenas directivas enfocadas a las antenas de otros usuarios en las pro-ximidades, creando una red mallada en-tre todos. Es una versión del fenómeno ‘do it yourself’ aplicado al mundo de las redes. Algo totalmente legal.

Esta red se está utilizando también en algunos pueblos del Pirineo: al no dispo-ner de una buena conexión por parte de los operadores de telefonía, recurren a esta solución, que combina wifi con co-nexiones de fibra óptica. � FON La red de wifi Fon tiene 20 millo-nes de usuarios en el mundo. Sus miem-

bros comparten una parte de su wifi par-ticular y, a cambio, tienen acceso gratui-to a millones de puntos wifi Fon en todo el mundo. � MODELO COOPERATIVO En otros países se sigue un modelo cooperati-vo: si, por ejemplo, una aldea del Ama-zonas dispone de una conexión a inter-net para un dispensario médico, puede alquilar parte de esa conectividad a un operador, que la utiliza para ‘llegar’ hasta ese pueblo y dar allí cobertura de telefonía móvil. Es un escenario en el que todos ganan: el operador se ahorra el coste de llevar la conectivi-dad a ese pueblo y, a cambio, los usua-rios consiguen acceso a la telefonía móvil.

Por otra parte, en los años treinta se crearon cooperativas rurales en Estados Unidos para llevar electricidad a las granjas de algunos estados con pobla-ción muy dispersa. En los últimos años, estas cooperativas también ofrecen co-nexión a internet.

Red colaborativa guifi.net en torno a Barcelona. En verde, los enlaces wifi operativos. GUIFI.NET

ASÍ FUNCIONA

Wifi es el nombre comercial utilizado por una serie de productos que cumplen el mismo estándar de comunicaciones en redes locales. Su nombre técnico es IEEE 802.11. Aunque la primera versión (1997) tiene casi 20 años, esta tecnología se em-pezó a popularizar más tarde y ahora se puede decir que está por todas partes: nuestros móviles y tablet, los portátiles, los router que conectan nuestros hogares a internet y muchos otros dispositivos, lo utilizan para enviar y recibir información. Wifi es un ‘protocolo’, es decir, es el procedimiento que siguen varios dispositivos para acceder de una manera ordenada a un medio común, que solo pueden utili-zar de uno en uno. De la misma manera que en una conversación entre personas es importante que hablemos de uno en uno, los dispositivos utilizan un protocolo preestablecido para respetar unos turnos sin interrumpirse. El protocolo funciona entre cada punto de acceso y sus dispositivos asociados. Pero si hay otro punto de acceso cerca, se producen interferencias y la velocidad final baja. Al igual que ocurre en la radio o la televisión, wifi tiene diferentes canales, es de-cir, diferentes bandas de frecuencia en las que funcionar. En principio, un punto de acceso en un canal no interfiere con un punto de acceso en otro canal, pero sí con otro en el mismo canal que se encuentre en las proximidades. Inicialmente, wifi usaba solo una banda de frecuencias en 2,4 Gigahercios (por ejemplo, la radio FM usa frecuencias de 100 Megahercios). Más recientemente se ha añadido una nueva banda de frecuencias, en 5 Gigahercios, para paliar la satu-ración. Algunos móviles pueden usar las dos bandas, pero los más antiguos solo se conectan a puntos de acceso en la banda antigua.

05TM MARTES 25.ABR.2017 HERALDO DE ARAGÓN

Supernodo comunitario en una azotea. DAVID RUBERT

Instalación de una antena de 5 GHz en un mástil de 12 metros, para conectar a internet a una escuela en Udot, Chuuk, en Micronesia. ERMANNO PIETROSEMOLI

Instalación de una antena de 5GHz en Lesotho. E. PIETROSEMOLI