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Teoría del consumidor La teoría del consumidor es una rama de la microeconomía , que estudia el comportamiento de un agente económicoen su carácter de consumidor de bienes y de servicios encaminada a la obtención de la curva de demanda del consumidor para los distintos bienes. Esta teoría relaciona las preferencias, las curvas de indiferencia y las restricciones presupuestarias a las curvas de demanda del consumidor. Teoría neoclásica del consumidor Es la teoría más comúnmente recogida en los manuales de microeconomía. Y entre los supuestos más fuertes están: 1. Las preferencias del consumidor pueden modelizarse como una función de utilidad U convexa y al menos dos veces diferenciable. 2. Las funciones de utilidad no varían en el proceso de consumo, esto tiene el efecto de que el consumidor se comporta igual que si antes de consumir nada decidiera como distribuir la renta disponible (en lugar de ajustar adaptativamente el consumo a medida que gasta la renta disponible. De acuerdo con estas asunciones, fijado un nivel de precios un consumidor perfectamente racional consumirá cantidades de cada bien de tal manera que la utilidad total sea la máxima posible compatible con la renta disponible. Es decir, un consumidor racional consumiría cantidades de bienes de tal manera se cumpla: Donde el conjunto se refiere al conjunto de valores a los que afecta la restricción presupuestaria: Donde: es el vector de precios (positivos) de los n bienes de la economía.

Teoría del consumidor

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Page 1: Teoría del consumidor

Teoría del consumidor

La teoría del consumidor es una rama de la microeconomía, que estudia el

comportamiento de un agente económicoen su carácter de consumidor de bienes y

de servicios encaminada a la obtención de la curva de demanda del consumidor para los

distintos bienes. Esta teoría relaciona las preferencias, las curvas de indiferencia y

las restricciones presupuestarias a las curvas de demanda del consumidor.

Teoría neoclásica del consumidor

Es la teoría más comúnmente recogida en los manuales de microeconomía. Y entre los

supuestos más fuertes están:

1. Las preferencias del consumidor pueden modelizarse como una función de

utilidad U convexa y al menos dos veces diferenciable.

2. Las funciones de utilidad no varían en el proceso de consumo, esto tiene el efecto de

que el consumidor se comporta igual que si antes de consumir nada decidiera como

distribuir la renta disponible (en lugar de ajustar adaptativamente el consumo a medida

que gasta la renta disponible.

De acuerdo con estas asunciones, fijado un nivel de precios un consumidor perfectamente

racional consumirá cantidades de cada bien de tal manera que la utilidad total sea la

máxima posible compatible con la renta disponible. Es decir, un consumidor racional

consumiría cantidades de bienes   de tal manera se cumpla:

Donde el conjunto se refiere al conjunto de valores a los que afecta la restricción

presupuestaria:

Donde:

 es el vector de precios (positivos) de los n bienes de la

economía.

es la renta disponible del individuo para el consumo.

Consecuencias

Los supuestos anteriores implican que existe una curva de demanda continua para

cada consumidor.

Page 2: Teoría del consumidor

Los supuestos anteriores implican que no existen bienes insubstituibles, es decir,

que una disminución en el consumo de un bien, puede ser compensada con un

mayor consumo de otros bienes. Esta consecuencia ha sido criticada,

argumentando que ciertos bienes, como algunos alimentos, son necesarios y no son

intercambiables por una mayor cantidad de ocio por ejemplo.

Teoría postkeynesiana del consumidor

La teoría del consumidor postkeynesiana difiere abruptamente de la anterior al

admitir que las preferencias tienen una estructura lexicográfica incompatible con la

existencia de una función de utilidad escalar. Así el consumidor dividiría los bienes

entre categorías y preasignaría una parte de la renta a cada categoría distribuyendo

entre los bienes de cada categoría posteriormente el presupuesto. Existe una cierta

evidencia empírica de que los consumidores gastan su dinero de esta manera. Las

ideas básicas proceden de Nicholas Georgescu-Roegen y Herbert Simon de la

escuela behaviorista. Los principios básicos son:

1. Racionalidad procedimiental  El consumidor se regiría por reglas o hábitos no

compensadores.

2. Saciedad . Más allá de un umbral finito la necesidad queda satisfecha y consumir

más unidades no aumenta la satisfacción o "utilidad".

3. Separación . El consumidor divide los bienes y necesidades en diversas

categorías, débilmente relacionadas (medidas a partir de las elasticidades-precio

cruzadas).

4. Subordinación  Las necesidades están jerarquizadas y subordinadas unas a

otras.

5. Crecimiento . El tiempo y el aumento de ingresos permiten pasar de una

necesidad a otra de forma escalonada.

6. Dependencia . Las necesidades están influidas por la publicidad, las modas, la

cultura y los amigos.

7. HerenciaLas elecciones de hoy están condicionadas por las elecciones de ayer.

De acuerdo con esto a medida que mejora o empeora la renta de un consumidor

las variaciones de las cantidades consumidas serán dependientes de las del

pasado más que decisiones optimizadoras.

Racionalidad procedimental

Page 3: Teoría del consumidor

Se ha comprobado empíricamente que la gran mayoría de decisiones de los

consumidores son espontáneas y se basan en rutinas o procedimientos que no

atiende a más de uno o dos criterios. Los consumidores no examinan

sistemáticamente todas las opciones posibles, salvo para ciertos bienes. Los

procedimientos dependen mucho más de la costumbre previa que del análisis

racional de todas las posibilidades. Ese medio para decidir, llamado racionalidad

procedimental, proporciona un medio rápido y sencillo de tomar decisiones, un

procedimiento de optimización riguroso entre todas las posibilidades podría ser

inadecuado. Por tanto, podemos decir, que un consumidor con información

limitada y conocimientos limitados esta siendo racional al escoger métodos

procedimentales de elección, pero este tipo de racionalidad no es la racionalidad

optimizadora que presupone la teoría neoclásica.

Saciedad o saturación

Más allá de cierto umbral finito consumido, una necesidad queda satisfecha y

consumir más unidades asociadas a esa necesidad no aporta ninguna

satisfacción adicional. Eso implica matemáticamente que a partir de cierto valor

finito de la cantidad consumida la derivada de la utilidad marginal se anula

idénticamente. Las consecuencias de este principio han sido analizadas por

Georgescu-Roegen.

Separación

De acuerdo con este principio introducido por Lancaster, el consumidor subdivide

sus elecciones y necesidades en diversas categorías, débilmente relacionadas

unas con otras. Eso implica que los cambios en los índices de precios de un tipo

de productos asociados a una determinadas necesidades, no afecta

prácticamente a las cantidades consumidas de otras categorías, ya que las

categorías son básicamente independientes. Así difícilmente una cantidad

insuficiente de alimento puede ser compensada por una mayor cantidad de oferta

cultural, dado que probablemente el alimento y el deseo de ocio pertenecen a

categorías diferentes de deseos y necesidades.

Este principio postkeynesiano contrasta con las hipótesis típicas de la teoría

neoclásica donde cualquier disminuición en la cantidad proveída para una

necesidad puede ser compensada por una cantidad superior de otro producto.

Subordinación.

Page 4: Teoría del consumidor

Las necesidades son a menudo jerarquizadas, subordinadas unas a otras. Este

principio se asocia a menudo a la pirámide de necesidades de Abraham Maslow.

Según el principio de subordinación la distribución del presupuesto no consiste en

maximizar una utilidad entre bienes disponibles, sino que los bienes situados en

un nivel jerárquico no son consumidos a menos que estén mínimamente

satisfechas las necesidades de bienes de los niveles jerárquicos inferiores. Esto

puede implicar en algunos casos que orden de preferencias de combinaciones de

bienes siga un orden lexicográfico. Si eso sucede entonces la función de utilidad

asociada a la utilidad marginal tiene que estar representada por un vector cada

una de cuyas componentes estaría asociada a un determinado nivel jerárquico de

necesidades.1

Crecimiento

Este principio tratado por Georgescu-Roegen y Pasinetti establece, que el tiempo

y el crecimiento de la renta disponible para un consumidor hacen que sus

preferencias evolucionen escalonadamente y el acceder a niveles de renta

superiores hace que se consideren necesidades que previamente no habían sido

consideradas.

Dependencia

El principio de dependencia es el reconocimiento de que los gustos dependen de

la publicidad, las modas, el grupo social al que pertenece el agente económico, y

no simplemente de unos gustos autónomos objetivos. Este principio fue señalado

inicialmente por John Kenneth Galbraith.

Herencia

El principio de herencia establece que las preferencias actuales de un consumidor

dependen de su historia pasada de consumo. Es decir, las elecciones de hoy

están condicionadas por las elecciones de ayer. Esto hace que la dinámica de

consumo a lo largo del tiempo, no depende de maximizar una función de utilidad

objetiva e inmutable, sino que nuestra historia de elecciones pasadas puede ser lo

más determinante en la configuración de nuestros gustos actuales. Esto hace que

las preferencias de los agentes económicos sean altamente dependientes de su

historia vital.

El equilibrio del consumidor

Page 5: Teoría del consumidor

El primer intento teórico encaminado a proporcionar una explicación válida de la

formación de la demanda del consumidor es la teoría de la utilidad. Su

fundamento básico se encuentra en el concepto de utilidad, entendiendo por ésta

la capacidad de un bien para satisfacer una necesidad humana.

La utilidad tiene, pues, un carácter objetivo en cuanto es una cualidad que reside

en los bienes, y un carácter subjetivo porque al poseer cada individuo gustos y

apetencias diferentes, la utilidad que reporta un bien a diversas personas también

es diferente.2

La forma de medir las preferencias de una persona sería a través de las funciones

de utilidad. Si consideramos un individuo que se ve en la necesidad de elegir

entre una serie de bienes disponibles (a, b, c, d,.... z), podemos definir una función

de utilidad del tipo:

U0 = f(a, b, c,.... z)

El resultado es el índice de utilidad que produce una determinada combinación o

cesta de los bienes a los que el consumidor se enfrenta.

Enfoque cardinalista

Desde un enfoque cardinalista podemos entender que las combinaciones de

bienes elegidos reportan al individuo una utilidad que puede ser medida y que

atribuye significado a la cuantía de la diferencia entre los valores numéricos que

adopte el índice de utilidad.

Esta teoría es la más antigua, de las que estudian el comportamiento de la

economía doméstica, es importante por el significado de la distinción que hace

entre utilidad marginal y utilidad total.

La utilidad de un bien varia a medida que lo hace la cantidad consumida del

mismo. Se denomina utilidad total a la proporcionada por el conjunto de las

unidades consumidas del bien considerado, es decir, a la suma de las utilidades

que reportan las diversas unidades consumidas. La utilidad total se comporta de

manera que va creciendo a medida que aumenta el consumo de un producto,

hasta un punto máximo a partir del cual empieza a disminuir. A partir de la utilidad

total se define el concepto de utilidad marginal como la variación (incremento o

disminución) de la utilidad total que resulta de la variación de una unidad en el

consumo del bien en cuestión.

Page 6: Teoría del consumidor

La utilidad marginal tiene carácter decreciente para todos los niveles de consumo.

En efecto el valor que confiere cualquier consumidor individual a las sucesivas

unidades de un determinado bien, disminuirá de modo sostenido a medida que

aumente su consumo total de ese bien, manteniéndose constante el consumo de

todos los demás bienes.

Así con una determinada renta y dados los precios, el equilibrio del consumidor se

produce cuando se da:3

El significado económico de esta igualdad supone que la utilidad adicional

proporcionada por la última unidad monetaria invertida en la compra y consumo

de un determinado bien debe ser igual para todos los bienes. En efecto si esto no

se produjese la elección habría sido otra.

La deducción de la curva de demanda a partir de la citada igualdad, supone que si

el consumidor ante una subida de precio permanece en la misma combinación de

bienes que antes de la subida quedará fuera del equilibrio. El consumidor para

alcanzar su nuevo equilibrio tendrá que incrementar la utilidad marginal obtenida

de ese producto, lo que dado el carácter decreciente de la misma supone

disminuir el consumo del bien. Por tanto, de esta manera se han obtenido dos

puntos de la curva de demanda de esta persona para el bien A, el resto de los

puntos se obtendrían con la misma mecánica aplicada.

El comportamiento del consumidor bajo la perspectiva ordinalista

Page 7: Teoría del consumidor

El enfoque ordinal sólo da importancia a la ordenación de las preferencias. Desde

este punto de vista no es necesario que los individuos asignen un valor numérico

a sus preferencias. Lo importante es que una combinación de bienes proporciona

la misma o menos utilidad que otra. Por este motivo, el concepto de utilidad

aparece ligado a la visión cardinalista de las preferencias. Según este enfoque la

función de utilidad (U) no ha de representar necesariamente una magnitud ordinal

o medible. Es claro que a lo largo del proceso que se expone, el valor numérico

de U no se ha utilizado en absoluto. Esto es así porque lo único relevante es que

curvas de indiferencia que representan mayores niveles de satisfacción deben

corresponder a mayores valores de U. Pero toda la teoría expuesta sería

igualmente válida si los valores numéricos de U1, U2, y U3 hubiesen sido 2, 3 y 4

que si hubiesen sido 4, 6 y 8 o 4, 9, y 16 respectivamente. Esto es así porque lo

único importante de la función (1) es que es capaz de ordenar las combinaciones

de bienes adquiribles por el consumidor de forma que arroje valores más altos

para las combinaciones preferidas a otras.

Este enfoque parte de un consumidor enfrentado a una serie de bienes (X1,

X2...Xn) cuyos precios vienes dados por el mercado (p1,p2...pn) y que dispone de

una renta monetaria (R) para adquirirlos. El problema que se plantea consiste en

determinar cuáles serán las cantidades demandadas de cada uno de los bienes,

habida cuenta de los precios que rigen en el mercado, de su renta y de las

preferencias subjetivas que tiene por cada uno de los bienes.

El paradigma de este consumidor individual consistirá en suponer que actúa de

forma que, a través de las cantidades demandadas de los n bienes, maximiza el

bienestar o satisfacción de sus necesidades individuales. Para ello será, por tanto,

preciso formular de manera explícita y operativa la función de satisfacción o de

preferencias del consumidor para después aplicarle la restricción que supone su

renta y determinar su procedimiento de optimización de su conducta.

Curvas de indiferencia

Comenzando por el caso más simplificado de sólo dos bienes (X e Y) que permite

recurrir a representaciones gráficas, y después se generalizará el resultado para

el problema planteado para dos bienes.

Supongamos que los dos bienes son deseados por el consumidor de forma que a

mayor cantidad poseída de uno de ellos, manteniéndose constante el otro, mayor

será la satisfacción. Supongamos que el consumidor se encuentra con una unidad

Page 8: Teoría del consumidor

del bien Y y tres del X. De esta combinación de los dos bienes, el consumidor

obtiene una determinada satisfacción que él reconoce.

Si se reduce ahora en una unidad la cantidad poseída del bien X de forma que

tenga sólo dos unidades del mismo. Esto implicará una disminución de su grado

de satisfacción solo compensable mediante el aumento de la cantidad poseída del

obro bien (Y). Supongamos que el propio consumidor admite que si recibiera a

cambio de esa unidad perdida de X 0,5 unidades de Y se encontraría en la misma

situación que antes. Es decir, su satisfacción sería la misma en el punto B que en

el punto inicial (A). Reduzcamos en otra unidad la cantidad poseída del bien X –

hasta una sola unidad-, y si el consumidor piensa que necesita a cambio 1,5

unidades del bien Y para compensar esta pérdida, el punto C, representará otra

combinación de bienes que, para el consumidor, significa la misma satisfacción

que las representadas por los puntos A y B. Este proceso puede repetirse tantas

veces como quiera de forma que, uniendo todos los puntos que representan

cantidades de bienes cuya posesión implica la misma utilidad o satisfacción para

el consumidor individual, podríamos trazar lo que se llama curva de

indiferencia del mismo.

Una curva de indiferencia es, por tanto, el lugar geométrico de las combinaciones

de bienes poseídas que representan la misma utilidad o satisfacción de las

necesidades para el consumidor individual analizado.

Este proceso puede repetirse para combinaciones iniciales distintas de la A y de

esta forma podría obtenerse una familia de curvas de indiferencia cada una de las

cuales une los puntos que representan combinaciones de X e Y que reportan la

misma satisfacción o utilidad al individuo.

Formalizando un tanto lo expuesto, la familia de curvas de indiferencia puede

venir representada por una función de satisfacción o utilidad que puede

formularse como:

U = U(X, Y) (1)

Donde X e Y son las cantidades realmente poseídas de los bienes X e Y por el

individuo y U es un indicador del grado de satisfacción o utilidad alcanzado por el

mismo. Es evidente que, con arreglo a la expresión (1), los puntos de una curva

de indiferencia determinada cumplirán la propiedad de que U es constante y por

ello una curva de indiferencia genérica puede representarse como:

Page 9: Teoría del consumidor

K = U ( X , Y) (2)

Donde k es una constante que indica el nivel de satisfacción alcanzado en

cualquiera de los puntos de la curva de indiferencia.

Propiedades de las curvas de indiferencia.

Cada curva de indiferencia es decreciente. Esto es así porque, como los dos

bienes considerados son deseados por el consumidor, si la cantidad poseída

de uno de ellos aumenta, la única forma de mantener constante el nivel de

satisfacción será disminuir la cantidad poseída del otro.

Dos curvas cualesquiera de indiferencia no pueden nunca cortarse, es decir

tener un punto común. Representado en ella dos curvas de indiferencia cada

una de ellas correspondiente a un nivel distinto de utilidad (U0 y U1).

Supongamos que ambas curvas se cortan en el punto D. Este punto, por

pertenecer a la curva de indiferencia U0 reportará la misma satisfacción que el

punto D´, pero también la misma que el punto D´´ por pertenecer, también, a

la curva de indiferencia de nivel U1. Pero esto es contradictorio porque la

combinación representada por el punto D´ necesariamente ha de reportar

mayor satisfacción al consumidor que la D´´ porque teniendo ambas la misma

cantidad del bien X (OA), la representada por D´ tiene mayor cantidad del bien

Y que la D´´. En consecuencia, la contradicción se debe al cruce de las dos

curvas, que no es posible.

Cada curva de indiferencia representa un mayor nivel de utilidad o satisfacción

cuanto más alejada se encuentre del origen.

Las curvas de indiferencia son convexas respecto al origen de coordenadas.

Esto indica simplemente que a medida que va disminuyendo la cantidad

poseída de un bien el consumidor lo valora más en términos del otro y por

tanto, exige mayores cantidades para resarcir disminuciones adicionales del

bien que se va haciendo más escaso.

Por último, es claro que por cada punto del cuadrante positivo X1 X2 pasa una

y solo una curva de indiferencia y en consecuencia, todo el cuadrante positivo

puede cubrirse con una familia de curvas de indiferencia. Como en el

cuadrante positivo representa todas las posibles combinaciones del los bienes

X1 y X2 que el consumidor puede poseer, es claro que la función (1)

representa la totalidad de las preferencias del individuo porque valora

cualquier posible combinación accesible de bienes.

Page 10: Teoría del consumidor

Estamos ya en posesión del primer término del problema de optimización de la

conducta del consumidor individual, a través de la función objetivo a maximizar:

U = U(X , Y) (1)

Que será creciente con X e Y.

Las distintas propiedades de las curvas de indiferencia pueden representarse

matemáticamente a partir de la expresión (3) de la siguiente forma: UX >0 y UY

>0

Esta expresión indica que la utilidad aumenta al aumentar la cantidad poseída de

uno cualquiera de los dos bienes cuando se mantiene constante la cantidad

poseída del otro.

dX/dY = - UY/UX < 0

Esta expresión indica que las curvas de indiferencia son decrecientes.

UX Y < 0 y UY Y < 0

Siendo UX = dU/dX y UX X = d2U/dx12

Estas expresiones indican que, a medida que se dispone de mayor cantidad de un

bien, los aumentos de utilidad derivados de la adquisición de una unidad más del

mismo son cada vez menores. Puesto que UX es el aumento de utilidad derivado

de la última unidad consumida de X se le denomina utilidad marginal del bien X de

forma que la expresión señalada en la letra A significa que las utilidades

marginales son positivas.

]Representación de las restricciones económicas.

¿Qué es lo que impide al consumidor individual obtener un nivel de satisfacción

de sus necesidades tan alto como desee, es decir, un valor de U tan elevado

como quiera? Indudablemente el hecho de que los bienes X e Y son escasos,

tienen un precio, y la renta monetaria de que dispone para adquirirlos está

limitada. Si la renta del consumidor es r, es claro que la cantidad máxima que el

consumidor puede adquirir de los bienes es aquella que implique un gasto total

igual a su renta. Es decir, el consumidor ha de someterse al cumplimiento de la

restricción:

Page 11: Teoría del consumidor

El primer miembro es la suma de los desembolsos que es preciso hacer para

adquirir las cantidades X e Y de los bienes X e Y (el producto del precio por la

cantidad adquirida) y el segundo miembro es su renta disponible para el gasto.

La ecuación (2) representa la restricción presupuestaria al problema de

maximización de la utilidad o satisfacción del consumidor y se conoce con el

nombre de recta o ecuación de balance o restricción presupuestaria. Su

representación geométrica en el cuadrante positivo X Y será una recta. Para una

renta monetaria dada tal como, por ejemplo, la r0, la ecuación (2) vendrá

representada por la recta AA´cuyas características geométricas serán:

Ordenadas en el origen: haciendo X nulo en la ecuación (2), que tiene como

interpretación económica el supuesto en que el sujeto dedique toda su renta al

producto X:

Y = r0/PY

Abscisas en el origen: anulando Y en la expresión (2), de manera análoga

significa aquella combinación del consumidor en que dedica toda su renta al

producto Y:

X = r0/PX

Esto indica que cuando mayor sea la renta, manteniéndose constantes los precios

de los bienes, la recta de balance estará más alejada del origen, y las variaciones

de la renta monetaria (r) se reflejarán en desplazamientos paralelos de dicha

recta. En efecto, al variar r los precios no se alteran y, por tanto, la inclinación de

la recta sigue siendo la misma. Un incremento de la renta de r0 a r1 producirá un

desplazamiento de la recta AA´ a la BB´. Manteniéndose constante la renta

monetaria un cambio en los precios que no sea proporcional, cambiará la

inclinación de la recta de balance.. Una disminución del precio de X de pX a p1B

producirá un desplazamiento de la recta de balance de AA´ a AB.

[editar]La resolución del problema del consumidor: el equilibrio.

Tenemos ahora planteado el problema del consumidor en los siguientes términos.

Se trata de maximizar la expresión (1) sometida a la restricción (2). Es un caso de

máximo condicionado.

Los precios de los bienes son un dato para el consumidor que acude al mercado y

la renta del mismo está fijada, de forma que se encuentra determinada la recta de

Page 12: Teoría del consumidor

balance que representamos por la recta AA´. El problema es obtener la

combinación de bienes que mayor satisfacción reporta al consumidor.

El consumidor puede adquirir las combinaciones de bienes representadas por

cualquiera de los puntos de la recta AA´. Si se sitúa en un punto F estará sobre

una curva de indiferencia de índice U1, pero esta combinación, aunque accesible

o factible, no será la que mayor utilidad le reporte. En efecto, si sigue

descendiendo sobre su ecuación de balance AA´´ irá accediendo a combinaciones

situadas en curvas de indiferencia más alejadas del origen y, por tanto,

alcanzando mayores niveles de satisfacción.

Esto ocurre así hasta el punto E, porque si el consumidor pasa del mismo en su

camino descendente por la recta de balance empezará de nuevo a encontrar

combinaciones situadas en curvas de indiferencia de índice inferior. Por tanto, el

punto de equilibrio, de máxima satisfacción, es el punto E.

Esta situación de equilibrio se caracteriza por que en ella la curva de indiferencia y

la ecuación de balance son tangentes entre sí, lo que indica que las inclinaciones

geométricas de ambas en el punto E son idénticas. La inclinación de la recta de

balance hemos indicado que era (-Px/Py), la inclinación de la curva de indiferencia

será:

o lo que es lo mismo:

que es la ecuación representativa de la condición de equilibrio o máxima

satisfacción del consumidor y que es conocida como ley de igualdad de las

utilidades marginales ponderadas.

La interpretación económica de la ecuación (3) es que cuantificado en UX el

aumento de la utilidad que le reporta al consumidor la adquisición de la última

unidad del bien X, es decir, su utilidad marginal. El precio de esta adquisición es

pX. Por tanto, el primer miembro de (3) indica la utilidad que le reporta al

consumidor el gasto de pX euros en comprar la última unidad del bien x1 dividido

Page 13: Teoría del consumidor

por ese precio, es decir: la utilidad que le reporta al consumidor el último euro

gastado en la adquisición del bien X.

Por tanto la ecuación (3) indica que las últimas unidades monetarias gastadas en

ambos bienes han de reportar la misma utilidad al consumidor por de lo contrario

no se estaría en equilibrio. En efecto, en caso de que el último euro gastado en la

adquisición del X1 reportara más utilidad que la dedicada a Y, debería dedicarse

una parte adicional de renta a la adquisición de X a costa de Y porque esto

incrementaría la utilidad o satisfacción total.