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Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

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Manual básico sobre temas de identidad. Etnia, Raza, Clase, Estado, Nacion

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INDIC

I PABTE - ESTO DE LA IDENTIDAD..,, ...".-....,.'" 12

1'¿aUÉsEENTtENDEPoBtDENTtDAD?', ' . ' . ' . . . . . ' ' ' . . . .- . . .- . . . .- . : . :2:1:z,Ét sen HUMANO TIENE TJNA IDENTIDAD GBIIPAL HETEROGENEA .'.'.'.''.. 16g, IDENTIDAD DE GENERO.., ...''" 18

4. \DENT\DAD ETARTA '."....'....'-... 19

i. ne¡tnoeo D-E cLAsE ---'...""'. 21

6. TDENTIDAD Érurcn '.....'...".""' 22

6. a. TERRTTORIALTDAD ............. """""""""""""' 24

6.a.¡. LOS GBIJPOS DEL OBIENTE Y LA <MARCHA POR ELTERRffONrc

Y LA DIGN\DAD,, '.'.....'...'.-..--... """"""""""""""' 26

6.a.ii. ¿QUE PASA CON LOS GRIIPOS DEL OCCIDENTE BOL|ANO?

Loé cñ¡payas, unidad a toda prueba.'.. """""""" 28

Los Urús,'geÁte det agua """"""' 29

6.a.iii. A ÉÉoposnobE LA MtGBActoN.........---......' ..--......."'...' 32

6.b. BAZA .."..."""' 35

6.c. C|LTURA """' 38

6.c.i. ETNOCENTRISMO vs. BELATTVTSMO CaJLTIIRAL """"""" 43

6.c.ii. Lo PR1PIO Y LO AJEÑO .'...............-..'...'... 48

ALGUNOS TEBMTNOS AQUI EMPLEADOS .....-.....'...'..-'. .....'.'."" 51

II PARTE - ELEMENTOS IDENTITARIOS O CATEGORIAS DE ADSCRIPCION

1. SEÑALES O S'GNOS MANIFIESTOS

1.a. Nuestro Lenguaie ........ """""' 53

1.b. Una identidid con nombre y apellido..-'.'........-.'... """""""" 59

1.c. Qué y cómo vestimos..'.' """' 61

t.i. ia nlztigi1n ..................... """" 62

1.e. Qué y óómo comemos.... ""." 63

f .i. oa,náe y c¿mo vivimos .... "':'''" 66

1.g. Músicá y Danza ....."".'..... """""""""""""""' 67

l.h-Nuestrás Fiestas "'-"'-""""" 69

f .i. Menos manifiesta, perc no menos importante: ta ideotogía """"""""""""' 70

2, ACEBCA DE LOS VALOBES BASICOS

2.a. ¿Qué son valores?Z.O.Los valores son relativos '. """"""""""""""' 71

2.c. Esto de los hábitos """""""" 74

i. tÁ meaeweLIDAD coMo MovtL tDENTtTAnirc --...'......- """' 75

ALGUNOS TERMTNOS AQU| EMPLEADOS ..........-'....."'- .'...".."" 76

III PARTE - OTRAS CARACTERISTICAS DE LAIDENTIDAD

1. LO OBJETIVO Y LO SUBJETIVOLO IMPLICITO Y LO EXPLICITO2. LA IDENTIDAD ESTATAMBIÉN EN FUNCION DE LAALTERIDAD."......".."..".'

3. ALGO SOBRE LA <FAMOSAD INTERCULTU4AUDAD.."-........

4. A CUESTION DEL PnEsrtclo .................

5. FIDELIDAD ÉTUrcI Y ALIENACION

5.1. La TV: et cabalto de batatla en el procego de invasión cultural

6. "EN EL PAIS DE LAS AGACHADIZAS>7. CRISIS DE IDENTIDAD8, LA IDENTIDAD SIJELE SEB UN CONSTBUCTO '""...."....'"'9. PATRIMONIO, ARAUEOLOGIA E IDENTIDAD,

10. ¿EXISTE UNA IDENTIDAD CULTURAL BOLIVIANA?...

11. IDENTIDAD ¿PARA QUE?.IV PARTE. BIBLIOGNAFA1. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA2. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA .............

ALGO MAS ANTES DE QUE CTERRES EL LIBRO: ......

78798184

8687899091949696

100101

Page 4: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

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PROLOGO A LA SEGUNDA EDICÉN

Producciones CIMA se complace en presentar, con orgullo, la segun-

da edición de'TEMAS DE IDENTIDAD" del Lic. Jédu Sagárnaga.

En diciembre de 1998 salió a'la luz la primera edición de nuestros

talleres, y antes de la llegada del nuevo año, la tercera parte ya se

había vendido.

Recién en marzo de este año, en solemne acto académ¡co, se llevó a

cabo la presentación del libro estando ya las dos terceras partes vendi-

das.

La última tercera parte se agotó en junio, y entonces decidimos llevar

a efecto esta segunda edición ligeramente revisada por la premura.

Una tercera edición se viene planificando, con cambios y añadidos

mucho máS sustanciales. Empero, es el deseo del autor y de esta edito-

rial, que la extensión del texto no se incremente fundamentalmente,pues'una de las cualidades ensalzadas por..quienes ya han tenido la

bportunidad de leerlo, es que se trata de un libro corto y por tanto fácil

db leer. Este es creo - junto al material invalorable que br¡nda el texto -

la clave del éxito del libro, ya que se ha superado el lenguaje complica-

do con definiciones que Su óoloenunciado arrebuja al lector en su as¡ento

y le crea rechazo.

Algo digno de destacar es que el libro ha roto con su inicial paradigma

de sér uril¡bro leído por maesiros. Albó señala al respecto: "no sirve solo

'para dialogarse en el aula', sino en el micro, en un café, etc.".'Temas

áe ldentida-d" ya ha llegado a manos muy diversas, Se trata de un públi-

co grande y heterogéñeo: Maestros (obviamente), estudiantes de es-

cueTas y coiegios, eétud iantes u niversitarios, antropólogos, secretarias,

ingenieios (ináustriales, civiles, agrónomos, etc.). arquitectos, geólogos,

abogados, bomunicadores sociales, comerciantes, amas de casa, diri-

genies campesinos, etc. Se espera, sin embargo, poder.llegar a mucha

ñrás gente de esta tierra: Estudiantes normalistas, Varitas, recoveras,

albañies, empleadas domésticas, funcionarios gubernamentales, etc.

toda vez que éltexto está escr¡to en lenguaie sencillo y ameno.

En los últimos seis meses el autor ha sido invitado a dictar conferen-

c¡as y charlas en diversos establecimientos de educación media y su-

perior. En todas ellas ha tenido gran acogida y.valiosa retroalimenta-

bión, que ha influido en la generación de nuevas ideas y elementos que

han dó ser incorporados en la tercera edición. Precisamente, el libro -

en gran parte - diempre fue entendido por el autor.como el productode

la elxperiencia en el aula universitaria donde él dictara materias tales

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I

como Antropología cultural e Interculturalidad. Durante la ceremoniade_ presentación de la primera edición, sagárnaga terminaba su alocu-clón con estas palabras:'A ellos [los maestros que estudian para obte-nersu licenciatural milgracias porque gran parte delmismo [del libro] tohan escrito ellos y yo solo he sido la pluma¡'.

Mucha gente ha coadyuvado desinteresadamente en la distribucióndellibro (la Lic. Marynés Salazar, el Prof, EnriqueAgudo, y otros). Otrosprofesionales_ (antropólogos museólogos, abogadós, etó.) han hechollegar sus valiosas opiniones de forma escrita ó verbal. tá l¡sta es lar-ga, pero un breve recuento será inclufdo en la edición venidera. Atodosellos mil gracias. un especial reconocimiento al Dr. Xavier Albó quien,de manera poco habitual, aceptó la tarea de presentar el texto'en laceremonia llevada a cabo en las instalac¡ones de la universidad de

l9u.i¡r9, prodigando elogios a la contribución de sagárnaga. lgualmen-

!e g! tvtlqnÍflco Re-ctor de dicha Universidad, Dr. Enrique lfina Metgar; ala Lic. Elizabeth Kiyonari, Vice Rectora, y a la gente que se dio ci-ta en6sa memorable oportunidad.

una vez más hacemos votos por que el escrito se difunda y contribu-ya efectivamente al establecimiento de un estado plurinacioñal digno yorgulloso.

Carmelo Corzón MedinaGerente de Producciones CIMA

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Agradecimientos

Quiero hacer patente mi aprecio y reconocimiento al Lic. EduardoSagárnaga, a la Lic. Gabriela Delgadil lo y a la Lic. Marynés Salazar porhaber tenido la "valentía,, de leer mis borradores, alentándome consus cumplidos; pero también generando dura crít ica además de valio'sos comentarios y sugerencias que en gran medida sirvieron para per-

feccionar el todavía imperfecto (engendro" que t ienes entre manos.

Al Colegio Ateneo, donde por primera vez vi la faz agradable de laReforma Educativa.

A la Universidad de Aquino, por haberme abierto sus puertas y permi-

t ir que construya en su interior mis casti l los de cristal.

A los estudiantes del lll Curso Nacional de Capacitación de AsesoresPedagógicos, en especial a los paralelos Ay B, y a mis demás alumnosde los cursos regulares de la mencionada casa de estudios de quienes

recog í val iosas experiencias.

A mi famil ia, que tuvo que aguantar el recorte del t iempo que debícompartir con el la, y que dedique a esta nueva aventura intelectual.

Por últ imo a rhi editor y hermano, Carmelo Corzón, quién no cesa desorprenderme. Cuando leyó los borradores del presente texto, no sólose entusiasmó sino que consideró pert inente i lustrarlo. De tal manera,el l ibro que iba a aparecer con un sólo gráfico, hoy se entrega al público

con una gran cantidad de ilustraciones seleccionadas y proporcionadaspor Carmelo. A él le r indo, una vez más, toda mi grati tud.

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ii:i!

Esto de la ident idad grupal o colect iva es un tema por demás intere-sante. Siendo estudiante universi tar io real icé algunas lecturas al res-pecto sobretodo en mater ias de Antropología Cultural , pero no fue sinohasta 1995 en que, gracias a una fel iz c ircunstancia, empecé realmen-te a interesarme en el tópico.

Resulta que la Fundación Cultural QUIPUS planif icaba la creación delMuseo deArtes y Culturas Bolivianas (que con suerte podrá estar abiertoal públ ico en 1999) tendiente a la preservación del patr imonio y la reva-lor ización de la ident idad cultural . El pr imer aspecto no impl icaba mayorproblema, pero en relación al segundo, debía estar clara la idea de loque en adelante entenderíamos por , , i f ls¡ l i f l¿f l , , . Se me encomendó,entonces, la ,,honrosa,, labor de profundizar al respecto. Fue cuandome sumergí en la lectura de un cúmulo de información que poco a pocofue aclarando mis ideas, y el resultado de mis indagaciones y medita-ciones se plasmaron en un sucinto documento que entregué a la coor-dinadora de la Fundación, Dra. Wendy McFarren a quien, aprovechan-do la circunstancia actual, agradezco por la val iosa oportunidad br inda-da y por los comentar ios y sugerencias al mencionado texto que, porsupuesto, no podía ni puede considerarse un producto terminado sino,más bien, una visión general e introductor ia sobre el tema en cuest ión.

Al año siguiente, cuando seguía una Maestría en Estudios Bol iv ianos,nuevamente me topé con el tema de la identidad, esta vez formandoparte del contenido del curso. Una nueva .batería' de textos incorpo-raron en mi nuevas perspect ivas, ampl iando una vez más mis horizon-tes. Hoy debo confesar, que cuanto más me adentro, me doy cuenta delo poco que sé, dada la ampl i tud del tópico.

Adicionalmente, s iendo docente en la Universidad de Aquino, se mebrindó la oportunidad de crear un tal ler bajo el rótulo de " ldent idad Cul-tural" para los maestros normal istas que optaban a la l icenciatura enPedagogía; y a f ines del mismo año (1996), s iendo Coordinador delArea de Intercultural idad en el l l l Curso Nacional de Capacitación deAsesores Pedagógicos, pude introducir un módulo con simi lar rótulo.

Al atravesar ambas enriquecedoras experiencias se me ocurrió la ideade escr ibir un texto ameno y ági l dest inado pr incipalmente a los maes-tros entendiendo que ellos son activos agentes transmisores hacia losniños; pues si bien es cierto que la teoría al respecto es de por sí . .pesa-da' , lo que interesa es transmit i r , no precisamente las def inic iones, sinolos conceptos; y creo poder lograr lo val iéndome de un lenguaje simpley usando ejemplos a granel que sirvan para que .se agarre la idea".

Más que una lectura fr ía, quisiera que tú, amable lector, imagines te-ner una charla amigable conmigo. Con este f in he procurado repet ir las

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frases que utilizo normalmente en mis clases imprimiéndole, incluso,algo de humor, que siempre es saludable. Los ejemplos son extractadosde la vida cotidiana, de la literatura especializada, de artfculos de revis-tas y de artículos de la prensa local, con lo que pretendo restituir valor aestas dos últimas fuentes de conocimiento muchas veces desdeñadapor los investigadores más ortodoxos.

Puede que eltexto sea calificado como simplista. Eso no me ofende-rfa. Por el contrario, si he logrado simplificar un tema tan áspero, y ha-cerlo asequible a todos, habré logrado mi principal cometido.

De cualquier manera, elaporte de este texto, según he procurado, noes la novedad temática ya que se trata de un tema harto debatido. Eshaber sistematizado la información de manera clara, demostrando quelas fuentes identitarias de colectividades e individuos son múltiples ymuy variadas. Eso seguramente habrá hecho decir a los estructuralistasque entre grupos y personas hay más puntos de divergencia que deconvergencia.

Se hace importante otra aclaración. Hetratado de interiorizarme en elsigrnificado de la interculturalidad de.acuerdo con los lineamientos de laReforma Educativa Boliviana que se inauguró en la gestión guberna-mental anterior. Creo haber comprendido a cabalidad los postuladospropuestos, pero podría ser que mi interpretación sea totalmente subje-tiva. Incluso la interpretación de la Biblia varfa según su exégeta, ¿noes así?. :.

Es mi deseo, por tanto, que el presente trabajo llegue al mayor núme-ro de maestros posible, sin que eso signifique que otras personas nopuedan encontrar utilidad en leerlo. Es más, ojalá todos pudieran per-catarse de la importancia que tiene, en la vida del ser humano, la "con-ciencia étnicao y la revalorización de la identidad.

Antes de concluir esta introducción, me gustaría "desahogarme" re-latando una anécdota no muy agradable: Cuando ya había avanzadobastante en el primer borrador de este texto, mi computadora personalme jugó una mala pasada y arruinó e! disco duro con toda la informa-ción (lncluyendo otros textos que tenía en preparación). Nunca máspude recuperarla y tuve que empezar la redacción partiendo nueva-mente de ..cero'. Eso me enseñÓ dos cosas: Primero, siempre haceruna copia de respaldo; y segundo, a no confiar más en las máquinas delo que confío en las personas.

Y para cerrar esta introducción, una última recomendación: lmpríme-le pasión a esta lectura, ya que sin pasión no vale la pena hacer nada...té lo d¡ce apasionadamente:

EL AUTOR

Page 9: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

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I PARTE

ESTO DE LA IDENTIDAD

J ini'üiárál (sabei'{uien "ov

vo'en reiác¡ón conmigo mis-

-'F^G mo y a difeiencia delotro) y la identidad grupal, que es

JM la qué nos interesa en este caso, y procuraremos explicar.

Toma entre tus manos cualquier diccionario de la lengua castellana y

busca la definición de la palabia "identidad,,. Encontrarás que dice algo

ásí como "calidad de iiléntico". Busca luego la palabra <¡dént¡co" y

encontrarás que significa algo parecido a (aquello que es lo mismo que

óirá-cosa". nbr oeíac¡1. No veó porque haya que complicarse con defi-

niciones demasiado elaboradas y escabrosas.

! Ahora bien hay, por lo menos, dos tipos de identidad:.la

Pero he aquí que se hace necesaria una impo{ante acla-

ración. Rparte bel carácter y la personalidad, los demás

elementos culturales que posee el ser humano están de-

terminados, en mayor o menor medida, por el trato con los

demás. Es decir,-hay una interacción permanente entre

grupo e individuo. iror lo tanto, cuando hablamos de la- icientidad grupalo colectiva hablamos, en gran medi-

da, de lá identidad individual;y visceversa.

La diferencia básica que yo percibo, es que la

identidad colectiva se analiza a través de la tenden-

cia que tiene el grupo hacia ciertos comportamien-

tos qúe son más o menos uniformes entre sus nJ¡ef-

bros. Éor eso, si decimos que los chinos son trabajado-

res, ello no significa que no haya chinos (vagonetas)',

sino que la téndencia más marcada de Ios chinos es

haciá el trabajo. lgualmente, cuando en la radio se

escucha qué "tá presidente fue elegido por los

bolvianos', no significa que todos hubieramos vo-

tado por é1, sino la maYorfa

Por tanto, recalco, puedo hablar del grupo a tra-

vés de la identidad individual, o del individuo a tra-

vés de la identidad colectiva.

ldentidad lndividual

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t : t

Ef ser humano, desde que nace, se asimila a otros individuot+' ¿,(l¡lé

sig;ñióa ésto?, óe asemó¡a-, .se YYelYe.como ellos' No' por strl)lr'tnlo'

á;;d; et punto Oe'vistá't fsico-biológico sino, y sobretodo, ¿r l l lvel

"ótpó'tátántal' Es más, de forma incbnsciente, y a !o Ftg.o d" l.tl¡t ln

vida, el ser humano busca "identificarse)> con otros individuos y crent

uiñ"fioJ"n ellos. subrayo la palabra "inconsciente", dado que, si hl.'rr

alouna vez en nuestra vicia poiiemos ponernos a meditar profundilntctt

t"";;;; i"ráióo*o to bstamos haciendo ahora), generalmerrt¡ l¡r

tendencia de la que hablo es no consciente, casi <instintiva"' Por ltr

iá"to V é"to es fündamentat, la adscripción es inconsciente.

Según Erich Fromffl, *el individuo se apoya 9",19I?U'^.a,Y el clan' V

Oe-sp-rZ" áiE"tuOo, la ñación o la lglesia, asumen la misma funciÓn que

áráOt" individuai Jesémpenó oñginariamente para. el niño' El indivi-

dr;;;;p.yá en ettos-, se siente eniaitado en ellos, siente su identidad

;;ñ¡áh"'oe ellos,l ñó "oro

individuo separado de ellos"1. ¿A qué

se refiere, Fromm, óúanOo dice que el individuo se apqya en otros?'

Lógicamente no se retiét" at apoyb material. Sin necesidad de ser psi-

óéÉgo" podemos u"ágrtut qué n-aOie vive totalmente aislado sin mani-

t""iJiün átlo atgúñ-oéiarregto emocional. El sentirse miembro de al-'' - *

sñ; áéir-páC¡on, oto rsaár i nd ivid u o :"19!'li93d. 311?31 3l3r ;1T- .;xTs3ifj"":il:"#"[33'':i#iÍ.=;;"¿?:,""",:?t'3'E:',"t

I

-*r.r'.+.r

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L,-, -, ̂ ,^^,;..^ i

'i ' lgl l ' . +l

ldentidad colectiva

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patos le despreciaron, simplemente no se fue a vivir solo como un ermi-taño? ¿Por qué se sintió satisfecho cuando encontró a los cisnes, susverdaderos progenitores y hermanos?. Seguro que ya tienes la res-puesta: ¡Necesitaba del grupo, y lo encontró!

Ahora bien, es interesante analizar cómo es que se agrupan los indi-viduos. Ponte a observar cómo juegan y se agrupan los niños de am-bos sexos. Es casiseguro que, si se trata de un conjunto más o menosnumeroso, la tendencia inicial será hacia la división por sexos, es decir,los niños por un lado y las niñas por otro. Es más, no faltará una niñaque señale: "No se junten con esos chicos', estableciendo una de lasprimeras segregaciones que a lo largo de la vida, hombres y mujeres,deberán soportar por ser morenos o rubios, por ser pobres o ricos, porser gordos o flacos, por ser feos o bellos, por ser menores o mayores.El ser humano es un segregacionista por excelencia y, cuando aparen-temente por fin se han superado los prejuicios y trabas mentales conrefación ala raza,la edad, el credo, etcétera, siempre surge un motivomás para separar: "Es que tu no eres tal cosa", (es que tu no sabes talotra cosa', <es que tu profesas esa religión',, ..és que tu nunca estuvis-te en aquel lugar", etc. La segregación, aunque no nos guste, formaparte del acontecer diario, lo que debería procurarse -por todos losmedios- es que el la no se convierta en cruel discriminación. ¿Cuáles ladiferencia?. "Segregación" es -según el Diccionario Larousse- sepa-ración de las personas de origen, raza o religión diferentes verificadaen un país; mientras que

"Discriminación' es cualquier dist inción, ex-cf usión, restricción o preferencia basada en raza, color, herencia u ori-gen nacional o étnico2. Es decir, la primera es, simplemente, (separa-

ción,,, la segunda implica "exclusión".Volvamos al ejemplo de los niños. Otra segregación que podrás ob-

servar en ellos está en función a las preferencias. Verás como unosniños se dedican alfútbol, mientras que otros prefieren jugar a los autitos

2 Stolcke 1992:77 Miembros de una

misma unidad

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y otros, solo, ver un video. De pronto esas afinidades los están <identi-

ficando" mutuamente.

Ahora medita sobre lo que pasa en la vida ya cuando eres adulto' Tu

vlda es una constante búsqueda de afines.

Un día se sube a un taxi un tipo para llegar al estadio Hernando Siles.Una cuadra más allá otro toma el mismo taxi.

- ,,¿Va también a ver el partido?", le pregunta el primero.

- ,.Claro, no me pierdo ningún partido del Papá Bolívar", le

responde.

- ( ¡Que casualidad, yo también soy fanático bolivarista, ¿sabe?"

- ..No me diga, y ¿cuál es su jugador favorito?"

- "Era el "chocolatín" Castillo'

- "También era el mío, lástima que estiró los "manacos' ¿no?,'

Esa serie de coincidencias, de pronto, ha creado un vínculo entre

ambos. ¡Se hap identificado como miembros de una misma unidadgrupal!

:

ü

#Se han identificado comomiembros de una misma

unidad grupal l fr

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l ( ;

La identidad colectiva es pues, ante todo, un sent¡m¡ento de arraigoy pertenencia a un grupo humano.

r"¡rrr i .Tf"gxurv|ANe rtENE UNA |DENTTDAD GRUPAL

¿Has visto la tela de araña "ordinaria ' , , es decir , esa que no se teje demanera uniforme, si no todo un "chenko"?. Pues así veo yo la ident i-dad de grupos e individuos. Todo un (chenko>, porque las fuentesidentitarias son muy variadas y diversas. Se entrecruzan, formando ma-rañas a veces dificiles de desenredar y hasta de entender.

Ya que hemos mencionado al famoso "chocolatín', V con el mayorrespeto por su memoria, él podría servirnos para ilustrar -un poco- elpresente acápite. Yo no le conocí personalmente, aunque la historia desu vida fue publ icada no hace mucho en un periódico local. El erayungueño y de raza negra, posiblemente sus pautas comportamentaleseran las propias de los grupos afro-bolivianos, que de por sí muestranmarcado mestizaje cultural. Por otra parte era hombre, y como tal habíaasumido una identidad de género, es decir, hacía las cosas que, en susociedad, suelen estar reservadas para los hombres, y se había casa-do con una mujer. Murió joven, por tanto su mayor relacionamiento era,sobretodo, con gente joven, vale decir que también tenía una identidadetaria. Pese a haber sido de origen humilde, su destreza futbolística leconf ir ió un status económico más o menos al to que alavez le permit iórelacionarse con gente de cierta posición social, o sea que tambiénhabía adquirido una identidad de clase.

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t8

r io, esa relación podría fortalecer su propia ident idad, aunque el temade la , , f idel idad étnica> no es tan simple tal como veremos cuando lodesarrol lemos más adelante.

s.:!bENl {e'.De Geneno

El término , .género,, como categoría de anál is is - tal cual lo ha hechonotar Stolcke- fue introducido en los estudios feministas en la décadade los 'BO. Lo que se l lamaban roles sexuales var iaban en gran medidade cultura a cul tura. Por tanto, no podían reducirse únicamente al he-cho natural e inevi table de las di ferencias de sexo.

, .En los estudios de género está implíc i ta una polí t ica de género nue-va y subversiva que no sólo desaf ía el poder del varón sino también lasraíces cul turales de la desigualdad de género.. . El objet ivo ya no esconvert i rse en tan semejante como sea posible a los hombres, s ino entransformar radicalmente las relaciones de género como tales.. . Desa-f ía los esencial ismos biológicos anter iores, para centrar el anál is is en elgénero como un sistema simból ico de signi f icados y relaciones.

"Un asunto en disputa se ref iere a si -y en ese caso cómo- los hechosbiológicos de las di ferencias de sexo están interconectados a nivelintercultural con las categorías de género. Cuáles son las díferenciasfactuales sobre la base de las cuales se construye el :género.

, .Si fuera escrupulosa en el uso de los términos -sigue diciendo Stolcke-, usaría el término sexo sólo para hablar de di ferencias biológicas entrevarones y hembras, y usaría género para referirme a las estructurassociales, cul turales y psicológicas que son impuestas sobre estas di fe-rencias biológicas.. . Género designa un conjunto de categorías a lascuales podemos poner la misma et iqueta a nivel inter l ingüíst ico o a ni-vel intercul tural , ya que t ienen cierta conexión con las di ferencias desexo'4. Por lo tanto tal cual me sugiere enfat izar la Lic. Salazar elgénero, así como los roles y funciones, se aprenden, no se nace conel los.

Sirva lo anter ior para hacer notar cómo, un individuo, l lega a asumiruna identidad de género que va más allá de lo meramente biológico yque t iene mayor relación con los roles que asume dentro de la socie-dad.

Por ejemplo, un homosexual, puede no cambiar de sexo pero asumiruna ident idad de género comportamentalmente di ferente a la que la

a Stolcke 1992

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naturaleza y la sociedad le han asignado. No es mi propóslto emltlr un

lulclo de valor en torno a esta situación. Solo echo mano de ella para

llustrar al lector.

A propósito, site interesaría profundizar sobre elproblema de gónero

en los Andes, te recomiendo el texto de la Silverblatt que aparece, alflnal, en la Bibliografía Recomendada.

Asf como asumimos casi automáticamente una identidad de género,

casiautomáticamente asumimos una identidad etaria, es decir, en rela-clón a nuestra edad.

En una reunión familiar y de amigos es muy común ver a los niñosbuscarse mutuamente para ir a jugar, a los ióvenes reunirse para bailaro conversar de sus cosas, y a los viejos agruparse para hablar de "lostlempos idos".

Puede decirse que existen diferencias culturales definidas por la edad,

o dicho en térniinos más apropiados, los grupos etarios generan

subculturas, al interior de la cultura mayor.

Este apartado para los maestros, desde mi humilde punto de vista, es

sumamente importante, pues existe la manfa de tratar de imponer, a los

alumnos, normas comportamentales que a nosotros nos parecen salu-dables y correctas, mas no hacemos el ejercicio de ponernos en el lu-gar de ellos, lo cual sería importante y altamente significativo ya que allnterior de su círculo se han generado pautas comportamentales rela-

cionadas con su edad.

Agruparse para hablar de

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siendo docente en el colegio Ateneo, me abrumaba el hecho de queen toda conversación siempre surgiera eltema de los "simpsons".

pár-ticularmente no gusto precisamente de ese programa televisivo por ser,los protagonistas, la antítesis de lo que peisonalmente coñsidero.valolable,,. Perg para mis alumnos eran un símbolo muy importante.No.sólo compartían esa especie de "revolución mental', sinó que lososimp-sons> se convertían en algo asf como un código etario, descifra-ble sólo por ellos.

El mismo valor tienen las palabras ((por fach" para decir (por favor>,por ejemplo), los ademanes, los saludos, y otros elementos.

flecuerdo Ti épqgq de colegial cuando estaban de moda grupos como.:De-ep P_urple", ,.Uriah Heep", "Led Zeppelin" y otros. úli iadre medecía: .Eso no es música, eso es ruido. En mi épbca sí se hácía músi-ca'. Ahora tengo la misma sensación y el mismo impulso a verbalizarlacuando mi sobrina de trece años escucha, por ejemplb, a "cafe Tacuvao,pero me detengo en seco ya que se hace menester tratar de entender,tolerar y respetar, tres conceptos que son importantes de practicar sillegamos a percatarnos que los códigos culturales que mánejan sondiferentes a los nuestros y serán diferentes a los de sus hiios. iror esocuando veamos a un grupo de quinceañeros con sus pañtalones tananchos como gangochos, y sus gorros como 6s "pitufoé,, QUé a noso-tros nos parczcan sencillamente ridículos, meditemos sobre lo ridículosque debieron parecerles a nuestros padres, nuestros pantalones <(cam-pana> y nuestras abultadas melenas.

¿Qué están haciendo esos jóvenes al vestirse todos de la misma ma-nera, al saludarse de una determinada forma y al hablar usando ciertosextraños neologismos?, ¡se están, también, identificando!.

Por eso, si el maestro quisiera lograr un real acercamiento hacia losalumnos deberfa, ante todo, tratar de conocer sus pautas culturales. untexto que_me parece genial al respecto, y que de veras te recomiendo,es el de Peter Woods (citado en la Bibliografía Recomendadas) ya que

5 Woods 1995

Vestirse todos de la misma manera

Page 18: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

: t l

propone al maestro hacer con sus alumnos lo mismo que un antropÓlrt11tlharfa con un grupo humano que quisiera estudiar, es decir, adentrarse€n sus hábitos comportamentales en general, para poder acercarF¡rtmejor a ellos y lograr mejores resultados en el proceso de enseñanz¡t

aprendizaje.

Ya que hemos hablado de la identidad de género y la identidad etaria, al

menos brevemente debemos referirnos a la identidad de clase, aunque es un

tema de por sí difíci l de exPlicar.

*Clase' es una categoría definida tanto por el status social como por el sta-

tus económico de una persona, es decir, por la cuna y por el dinero que ésta

posee. En algunas sociedades, y en ciertas épocas, ambas cosas mantenían

estrecha correspondencia, por eso hablar de clase era referirse a un hecho

COnformado por dos elementos inseparables. Pero con los vuelcos que da la

historia, hoy en día cuna y posición económica son dos cosas que pueden estar

en extremos totalmente opuestos, ya que un individuo por su dinero puede

formar parte de círculos que socialmente no le corresponderían, así como por

su "l inajeo o óuna una persona puede frecuentar grupos que le serían

inaccesibles sólo por su dinero.

Así por ejemplo, los nuevos millonarios árabes, antes desdeñados por

su pobreza y extrema "ignorancia,', hoy se enrolan fácilmente con lo más

granado de la sociedad europea; y de la misma manera, miembros de la

realeza que por azares del destino han quedado sumidos en la pobre-

za, t ienen el privilegio de departir con los grandes magnates de la

esfera capitalista.

No sé si alguna vez has tenido la oportunidad de ver la serie

televisiva norteamericana de los "Clampet'. En ella se muestra a

una familia venida de la montaña, extremadamente tosca y ordinaria

¿qué importa?, total tienen dinero, mucho dinero. Basta ello para

dotarles de una casa en un barrio residencial muy lujoso (Beverly

Hills) y para que los miembros más jóvenes se conviertan en ca-

saderos potenciales altamente cotizados. ¿No sucede eso confrecuencia en nuestro medio? Algunas personas se casan conotras sólo por el interés en el dinero del futuro cónyuge, así comopor "ascender' -segÚn ellos- en la escala social.

Adicionalmente debemos señalar que "las clases sociales se dis-

tinguen por diferentes subculturas'6, es decir que las diferencias de

cultura entre clases sociales de una misma sociedad, suelen estarbien marcadas. Beals & Hoijer ejemplifican muy bien este aspecto

6 Barth 1976: 33

Page 19: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

22

¡rludiendo a la cultura Inka, dentro de la cual los miembros de la él i teinka usaban los vestidos más finos; se adornaba con oro, plata, plumasy piedras preciosas; ocupaban sólidas viviendas de piedra o adobe,educaban a sus hijos en un colegio de la capital (cusco); desempeña-ban los cargos más elevados en el gobierno, el ejército y el saceróocio;e incluso -según se dice- empleaban una lengua especialT. Es decir,pertenecían a la misma cultura de sus súbditos, pero obviamente man-tenían una marcada distancia con ellos.

6. IDENTIDAD ÉTNICA

Entramos, entonces, a ver lo que se entiende por identidad étnica.Para empezar señalemos que <etnia> viene del griego ethnos y signi-f ica, simple y sencil lamente, "pueblo".

El término "étnico" sirve para designar una categoría de gente liga-da por un número de rasgos comunes. El mismo allanzó unJgran di-fu-sión en el período de la postguerra. una repulsa ética y humana contralas doctrinas raciales de los nazis condujo a los académicos, a partir deentonces, a evitar cuidadosamente el término <<raza>>. El objetivo eraenfatizar en que los grupos humanos eran estructuras histórióas y cul-turales.más que categorías biológicamente determinadas de personasque exhiben rasgos morales e intelectuales, comunes y hereditarioss.

7 Beals & Hoijer 1974: 28. 8 Stolcke 1992:73.74

Page 20: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

23

En 1935 Huxleyy Haddon en (We Europeans', r lent¡r lci¿r¡ldo el uso

que fos nazis hicieron del término <<raza>> colTlo categorfa artlropológica

adecuada, propusieron eltérmino (grupo étnico"e. Hoy en dfa, otro tér-

m¡no ha coórailo vigencia: El de "etnicidad". El diccionario inglés Oxford

registra el primer uso del término "etnicidad,, en 1953. Glazer y Moynihan

apbyaron ia definición de "etnicidad,, como "la condición de pedenencia

a un grupo étnico Particularlo.

Desde hace ya algún tiempo, sobretodo los antropólogos_, vienen utili-

zando toda esia terminología de manera indiscriminada. Sin embargo,

uno de los problemas máS grandes con los que han tenido que enfrentar-

se los teóricos eS justamente la definición de los alcances del concepto

de etnia.

Quizás podemos imaginarnos a un grupo de hotentotes deldesierto de

Kalahari que comparten fenotipos (es decir rasgos hereditarios e inmuta-

bles comó el coloi de la piel), territorio y cultura de manera homogénea.ypensamos: (son una etnia,,. Pero ahora traslademos la misma idea a la

b¡uOaO de La Paz, por ejemplo. Es un mismo territorio, pero en ella con-

vive gente con una variedad extraordinaria de fenotipos, y sus pautas

Cultuiales Son diversas. Estos, obviamente, no conforman una etnia, por

lo que no se puede hablar de la "etnia paceña". lero, he aquí una

disquisición: cáda uno de los habitantes de LaPaz, o de otras ciudades,

pueblos o aldeas, tiene (o debería tengr) una identidad étnica, comparti-

ba quizás por pocos o por muchos individuos, y qye^ de ninguna manera

alcanzarían a la totalidad de ellos. ¿Se comprende?

0 Slofcke 1992:74 ¡ to Stolcke 1992:74,75'

Page 21: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

24

Veamos, por último, lo que se entiende por.identidad étnica". Tambiahla define como una autoconciencia e identidad vocalizada quesustancializa y naturaliza uno o más atributos -siendo los usuales colorde la piel, lengua, religión, ocupación territorial- y los adosa a colectivi-dades como su posición innata y su legado mito-históricoll. Con lo queno estoy de acuerdo es que la identidad no necesariamente se vocaliza(entiendo, por tal término, *verbaliza>)

Ahora bien, ¿cual es tu identidad étnica?. Ella no necesita un rótulo,pero está definida o por tus caracterfsticas fenotípicas (es decir flsicasexternas), y/o tu territorio y/o tu cultura, elementos que en seguida pa-samos a analizar.

6. a. TERRITORIALIDAD

Alguna vez Glorita, mi madre, nos contó, a mi y a mis hermanos, acer-ca de su mejor amiga de infancia, Sonia Sibulkin, de nacionalidad ruso-judía. Ambas estudiaban en el mismo colegio y de esa manera habfanentablado profunda amistad. Un buen dfa, cuando tenfan 11 o 12 años,Sonia se despidió de mi madre pues debla retornar a la patria de suspadres... nunca más volvieron a verse. Entonces, toda vez que yo eramuy niño, para mi era difícilcomprender por qué Sonia decidió dejar laescuela, a sus amigos y las demás relaciones que ya habfa estableci-do. Sólo más tarde entendl algunas cosas. Ella, como muchos judfosen el mundo entero, acudieron al llamado de esa increíble mujer quefue Golda Meir, quien encabezó el movimiento sionista para que en1948,3 años después de terminada la ll Guerra Mundial, se constituye-ra el Estado de lsrael en territorio palestino.

Para que entiendas mejor. Recientemente un conocido investigadorlatinoamericano, MiguelAngel Cornejo, viajó al Medio Oriente para co-nocer un poco más de cerca ese extraordinario fenómeno llamado jus-tamente .lsrael,,. Estando en un kibutz cerca del Mar Muerto, lugarmuy desértico por cierto, conoció a un hombre de 58 años y creyó opor-tuno procurar obtener alguna información sobre su forma de vida. Elhombre le contó que había inmigrado hacía 20 años desde elCanadá yque ahora vivía en la estancia de sus padres. Ganaba mil dólares almes, en notorio contraste con un hermano suyo que se habfa quedadoen ef Canadá y que ganaba de 1O a 12 mil dólares. El entrevistadocomentó, además, que de cinco hijos que habla tenido, le quedabannada más tres, y que dos hablan muerto en acciones militares. Allí losjóvenes, desde los 18 años, tienen que estar 3 años en el servicio mili-tar y no es sólo acuartelamiento, es frente de guerra (recordemos que

rr cit. por Stolcke 1992:77

Page 22: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

25

los palestinos siempre han reclamado la devoluclórt clel lerrllorlo quehoy ocupan los judíos). Inclusive los adultos t ienon qrte ir í10 clf nn al af loalfrente de guerra hasta los 6O años de edad, sirr srrl¡rlr ¡¡l vt¡lt a rolor-nar o no. Lejos de comprender fáci lmente esa ro¿rl ir l¡rr l , Colttelo t les-concertado, increpó a su interlocutor diciéndole: . ,Discul¡ro, ¡xrro tto l lo-go a comprender cómo -ganando 12 mil dólares, con unn f¡ lmil ln com-pleta, con una vida digamos normal- usted pueda venir acá u gartar l2veces menos, a perder a dos de sus hijos en la guerra y a vlvlr enconstante zozobrar,. El hombre por toda respuesta se agaché y totnoun puñado de arena. Luego le pidió a MiguelAngel que abriera la m¿¡r'toy la soltó sobre esta preguntándole:

- ¿Qué es?.

- Pues, arena, respondió.

- iNo, MiguelAngel!. Esta es la nación que me da un sentido histórico,que me dio unos padres, que me da un sentido de vida, que me proveetodos los días, que me da un arraigo. Es lo que hace que una nación mepertenezca, esto... es mit ierra, terminó.

Muchos de nosotros -tu y yo- hemos sentido la carencia de un espa-cio físico, de un""terrenitoo donde edificar nuestra vivienda o de unaparcela donde sembrar, y cuando finalmente lo conseguimos, por de-fenderlo somos capaces de ofrendar hasta la vida. Piensen, ahora, loque significa que un grupo étnico entero no tenga un territorio propio.Los bolivianos hemos nacido a la vida republicana con más de 2 millo-nes de kilómetros cuadrados. Teníamos tanto espacio que no nos im-portaba perderlo. Así, de kilómetro en kilómetro, nos hemos visto redu-cidos a 1.098.581 Km2. Un territorio que sigue siendo extenso, por loque no hay cuidado sicada año nos despojan de un "kilometrito" total,

Nos hemos visto reducidos a

1.098.581 Km2

Page 23: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

26

seguimos teniendo espacio de sobra. En otras palabras, ni los gober-nantes ni el pueblo hemos tomados conciencia, nunca, del significadoreal de "territorio".

Ahora, ponte a pensar en la situación de las colectividades que habi-tan este mismo suelo patrio. En el espacio geográfico boliviano, hayuna gran cantidad de grupos étnicos, muchos de ellos han sido despo-jados de sus antiguos territorios y algunos hasta han tenido que inven-tarse uno. "¿lnventarse territorio?, este tipo está loco', debes estarpensando. En los siguientes párrafos quiero comentarte un poco acer-ca del problema de territorio étnico en el seno de nuestro país.

6.a.i . LOS GRUPOS DEL ORIENTE Y LA <MARCHA POR EL TERRITORIOY LA DIGNIDAD,'

Por si no lo sabes, estimado "profe', los bosques amazónicos deBolivia están habitados por una gran cantidad de pueblos que se reco-nocen a sí mismos como "originarios", término que más adelante dis-cutiremos. Sus antepasados vivieron allí mismo mucho antes de que el

"hombre blanco' arribe al continente y penetre en la selva dejando asu paso una estela de mestizaje biológico y cultural que hoy en día sepatentiza en mayor o menor grado en las poblaciones actuales.

Por si no lo sabes, tampoco, hoy en día diversas empresas, sobreto-do madereras y mineras, nuevamente mellan ese espacio geográficopara enriquecerse, sin que les importe un "rábano" el deterioro de lascondiciones de vida de seres humanos y animales.

No quiero remontarme a mucho tiempo atrás para no hacer larga lahistoria. Hablaremos de un año que considero particularmente impor-tante: 1989. Aquel año se celebraba el tricentenario de la fundación deSan lgnacio de Moxos por los jesuitas. Con tal motivo en julio se llevó acabo el seminario "Bosques Tropicales en Bolivia: Dilemas y perspecti-

rxl.b J;

Page 24: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

27

vas)). Aaquelevento miembros de algunos grupori int l iunl tnr¡ ( t t t t t leRon,

ignacianos, tr in i tar ios, javieranos, yuracarós, c l t i l l t ¡ t l t t* i , i t l r )v l l l l l l ts y

sir ionós) hicieron l legar un mensaje que más terrclo tr te I ¡r t t l r l i r :ar l t t por

lLDlS, y que en su parte más sal iente decía:

"Nosotros hemos nacido, v iv imos y siempre viv irontc¡s elr l tucel l t ¡r¡

bosques, como lo hicieron los abuelos y los abuelos do rrr¡o¡¡ l i r ¡F¡ nl¡ t tc-

los. Por esto es que nuestro pensamiento es completamonlo t l i fe let t tc

de los que sólo piensan en la r iquezay en la ganancia, s in i t t t ¡ l t t t lnt lee

el dest ino de los pueblos indígenas y no indígenas, sin interog¡t l ler: la

suerte duradera del bosque y lo que l laman ecologÍa y medio ¿lnl l r i t t i t le,que nosotros si lo sabemos, por nuestra propia experiencia.. .

"Nosotros entendemos por territorio propio: Un patrimonio inallenH:

ble, indivisible, de los pueblos indígenas donde por siempre han estadoy estarán establecidas las presentes y futuras generaciones y, al mismo

iiempo, gocemos con toda libertad nuestros derechos sociales y cultu-

rales de vida tradicional. Támbién, el derecho de beneficiarnos en for-

ma integral de todos los recursos existentes en dicho territorio, siempre

con ef cuidado y cariño a la naturaleza, tal como lo hemos venido ha-

ciendo desde t iempos inmemoriales,, l2.

Desoídas sus"voces por el gobierno, a mediados de agosto de aquel

mismo año un nutr ido grupo de indígenas inic ia desde la calurosa l lanu-

ra una marcha hacia LaPaz, enclavada a más de 60O kilómetros en la

gélida altiplanicie. El 18 de septiembre un periódico paceño ponderaba

iá cuf minación de Ialhazañade esta manera: "Con lágrimas en los ojosy emoción desbordante, 700 indígenas llegaron ayer a la sede de 9o-bierno después de 32 días de sacr i f icada marcha desde Trinidad.. .

Madres cargadas de sus hijos, mujeres embarazadas,jóvenes y ancia-

nos.. . conmovieron a la población que sal ió a recibir losl3 ' . Los

marchistas, miembros de di ferentes grupos tales como guaraníes,

sirionós, mojeños, yuracarés, chimanes y otros, tuvieron que trepar hasta

los 4.600 m.s.n.m. (en La Cumbre) y soportar nevadas y lloviznas.

l 'z ILDIS 1990: 23, 27 . ts p*=a=NCIA 1990

Page 25: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

28

Pero, ¿qué era lo que esos "tozudos, indígenas reclamaban?. Sólodos cosas: Dignidad y Territorio, es decir, que se garantizara el respetoa ellos como personas, a sus valores culturales y su historia, y tambiénse les garantizara la posesión de la tierra.

"Pocas cosas tan conmovedoras han sucedido en Bolivia, en los últi-mos tiempos, como la marcha de los indígenas...", anotaba aquél mis-mo día la periodista Teresa Flores14. Pese a todo hay corazonesinconmovibles y realmente poco se consiguió entonces y se ha conse-guido en estos I años. Pero la lucha de estos pueblos es ir¡'enunciable.

6.a.ii. ¿QUE PASA CON LOS GRUPOS DEL OCCIDENTE BOLIVIANO?

También desde el arribo del "hombre blanco" a estas latitudes, lahistoria es una historia de despojo. Aún con el advenimiento de la Re-pública las cosas no cambiaron y aymaras y queshwas (los dos grupos

mayoritarios del altiplano y valles), han ido cediendo terreno paulatina-

mente a los cada vez más dueños del país. Pero, como en todas par-

tes, el pez grande se come al mediano y, éste, al chico. Voy a contartedos historias de por sí ilustrativas aunque también, espero, conmove-doras.

Los chioayas. unidad a toda prueba

La primera historia se refiere a los chipayas, gru-po étnico cuyo hábitat actuales eldesierto que seextiende al norte del lago y Salarde Coipasa, sien-do Santa Ana de Chipaya la reducción más im-

14 Flores 1990

Page 26: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

29

portante fundada en el s. XVI si tuada ¡rróxirrr i r ¡ l l r i r ¡ Lnut:R t t t . r t t t t ly l t :1t ls

del Salar de Coipasa (Provincia Atahual l ¡ t i r t lo () t t t tu) . I t t t i r l t ; t l l l lv¡¡ t l

quinua, kañawa y papa amarga además del rce;r t l t t ln lnunlt l ln(; lcát l lct l t l¿l( lo

cult ivo de cebadal5. Los aymaras, que los l t ; l r t t t t t ¡ r t t l i l t lu l tert ; la t iÉJl l¿tt i

Casi inhóspi taS, les l laman "chul lpa puChu, ' , es t lot ; l r , l¿ l ' ¡o l l l ¡ l i le los

chul lpa (seres humanos que, según el mito, habitatrctn t t t t t t l t ict t t l to tJe l¿.1

OSCUridad, O "ChamajpaCha,,) . . .NO tenemoS t ierras, tot lo t ts t t lct l l . l , y¡ : l

no hay agua ni leña. Temporalmente trabajamos en Clt i lo l )¡11Ét ( ;( l l l l -

prarnos lo que necesitamos.. . apenas somos un ojo ett t t t t l t l io r l t l lor¡

aymaras>>, declaraban recientemente en Un prggrama de tc¡ l r lv i : ; l r i l l lB.

Lbs chipayas han tenido que desarrol lar métodos para aproveclt ; t r t : t t r l t t

centímetro de t ierra y obtener agua en condiciones desért icas, ¡ l t l ¡ l í l r

las dunas de arena como protección frente al v¡ento y heladas para ltt

producción sal ina, e incluso el manejo de suelos sal inos, predominart-

tes en el área que actualmente o6upan. Pero a Veces la naturalez¿t

parece ensañarse con los más desposeídos. En febrero del año pasa

do las aguas de los ríos Lauca y Barras destruyeron las viviendas del

pueblo chipaya. La Prefectura del Departamento de Oruro, en la ges-

t ión Oe Quevedo, dispuso otorgar una ayuda inic ial de 20 mil dólares,

insuficientes por cierto. .Los chipayas, decía el corregidor Lázaro, es-

tamoS acostumbrados a soportar estoS desaStres naturales y volvere-

mos a nuestro terr i tor io, por que el lo signi f ica recuperar lo que es nues-

tro". Aseguraba, además, que ningún chipaya buscaría nuevas t ierras

ni sería migrante y que, al contrario, esperaba la dotac¡ón de nuevas

t ierras a su pueblol7.

Los Urus. gente del agua

La segunda historia tiene que ver con los urus, pueblo de pescadores

lacustres que se auto-denominan . .cot suni>, hombres de la laguna o

gente dpl agua. Hacia 1.653 eran 2.4OO indios t r ibutar ios (segÚn

Óalancha). Hoy casi se han ext inguido. Viven de la caza y la pesca,

aunque también cult lvaban papa amarga y quinua18.

Como los chipayas, los urus fueron sometidos por los aymara quie-

nes prácticamente les arrinconaron y despojaron de sus tierras.

Actualmente un grupo se encuentra sobre el r ío Desaguadero, en l ru

Wit 'u (Urui tu, según Montaño1e), cantón Jesús de Machaca (Provincia

Ingavi, depto. de La Paz). Otro grupo en el lago Uru Uru (depto. de

is Sagárnaga slf . 'o zapala lggi t'PRESENoIA 1997 a ' 1s Sagárnaga s/f

re Montaño A. 1992: 64

Page 27: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

30

Oruro) y otro en la bahía de Puno en el Titikaka (lado peruano). Otromás denominado Uru-Muratos vive diseminado en ranchos aledañosal lago Poopó tales como PuñacaTinta, María Willañeque y Llapallapanien condiciones dramáticas por la falta de medios de subsistencia y ladesatención de las autoridades; tanto así que, no hace mucho, solicita-ron a las autoridades gubernamentales que elterritorio que comprendeel lago sea su municipio para poner en práctica un control efectivo delecosistema y la protección ambiental.

A sus parientes del lado peruano, probablemente más famosos porhaber sido inmortalizados en el documental "Los Urus', en algún mo-mento no les quedaba más que un pequeño pedazo de tierra firme.Todo parecía indicar que los urus del lago desaparecerían en breve. Lapelícula misma que acabo de mencionar, producida por Jorge Ruiz en1950, era totalmente apocalíptica. Sin embargo, he aquí que recurrie-ron a lo increíble, casi inaudito: Viendo que casi ya no les quedabalugar en tierra firme, hicieron con la totora unas islas, hoy mundialmen-te conocidas como "las islas flotantes de los urus>, que también exis-ten en el territorio boliviano (una de ellas acabo de conocer en el lagomenor entre las islas Laka Uta y Mayu). Fíjate, entonces, que casi alborde de la desaparición por falta de espacio físico, los urus agudizaronsu ingenio y se proveyeron a si mismos del anhelado territorio, es decir,

¡se inventaron territorio!.

Hoy, a casi medio siglo de filmada la película "Los Urus',, a estos selos encuentra "vivitos y coleando'. Allí donde viven

casitodo es de totora: Sus casas,son de totora: sus esteras. son de

-'. .{

totora; sus balsas, son de totora;

,1 -.7 sus wawas... no, esas no son de

.4 t totora. Y permanecen al l í . . . orgullosos

¿' , Í de seguir siendo <<urus>>. Es cierto que

:U hablan aymara y visten como sus veci-nos aymaras pero en sus tejidos (fajas,

tapices, etc.) ellos indican con claridadsu or igen uru (por poco no ponen(made in uru-lando).

Los urus pueblo depescadores lacustres

:. --^¡,''

Page 28: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

3l

Quiero acabar esta parte mencionando algo que conridero de ¡umalmportancia. En la cosmovisión de los pueblos amerlcalttte, el terrltclrlotlene un especial significado. Una vez más s€ rll€ vlelle e le ntcnteaquél significativo episodio en el que el Presidente Plcrcc de Yanqullendla(EE.UU.), propuso comprar la tierra de la tribu Duwamleh erl 1866. ElJefe Seattle le contestó: "...¿Cómo

puedes tú comprar cl flrmamento,la tibieza de la tierra?. Esta idea nos es extraña. No somoa dueñoe dela frescura del aire, del brillo del agua. ¿cómo puedes comprárnoaloE?' '.Para mi pueblo cada parcela de esta tierra es sagrada... cada pradera

e insecto zumbante es sagrado en la memoria y experiencla dé ml pu€'

blo. Sabemos que el blanco no entiende nuestras maneras; un pcdazo

de tierra es, para é1, igual a cualquier otro, porque es como un extrañoque llega de noche y que arranca de la tierra lo que le satisface.. ' DeJala tumba de sus antepasados sin vergüenza

Lo mismo para los pueblos andinos y los amazónicos, el territorio esef lugar donde vive el ser humano, donde caza, donde pesca y dondese piovee de otros alimentos, donde en armonía convive con la natu-

raléza, donde moran sus dioses, donde están sepultados sus mayoresy donde él mismo será sepultado algún dfa. Por t3n!g, ffjate bien, la

ilerra no te perlenece, sino que él pertenece a la tierra. Algo muy

diferente a la coÍicepción occidental, donde elterritorio es un pedazo de

tierra que puede ser comprado y vendido, y que, por tanto no tiene

mayor óignificado. Por ello, migrar no es un problema para ellos. Les es

indiferente vivir en Nueva York que en Chicago, en Londres que en

Canberra.

Sin embargo, y en honor a la verdad, hay que decir que la noción devender la tieira-es relativamente nueva. Data -tal vez- de la época enque Europa decidió ampliar sus fronteras hacia los otros continentes, y

del surgimiento de la noción de mercancfa. De hecho se menciona gue

"la ideá de vender la tierra, de alienar su campo por una suma de dine-

ro, es una idea moderna que ha sido impuesta a nuestra sociedad por

la historia"21.

Si he despertado tu interés sobre los urus y los chipayas, y deseas

más információn, puedo decirte que estos grupos han sido objeto de

investigación desde hace muchos años. Sin embargo, en la actualidad

NathañWachtel es quien ha profundizado más en su estudio. También

recuerQo un buen trabajo de Ramiro Molina Rivero sobre los uru-muratos,publicádo en revista Unitas22. Más recientes son las contribuciones del

bentro de Ecología y Pueblos Andinos que publica la revista "EcoAndino"23.

e Sagárnaga 1999. zr Centre d'Etude de Promotion de la Lecture'1978: 88'z Molina 199323 CEPA 1996 a, 1996 b, 1997

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32

6.a.i i i . A PROPOSITO DE LA MIGRACION

"En las dos últimas décadas reza un artículo cerca de 2 millones debolivianos se fueron del país y la cifra se incrementó en los últimoscinco años,,2a. Tal cifra está refrendada por Jo¡ge Alejandro Ovandoquien señala: "Dos mil lones de bolivianos viven fuera de Bolivia a cau-sa de la falta de oportunidades de trabajo en su propia tierra'2s. Si con-sideramos que en el territorio somos escasamente 7 millones de boli-vianos signif ica, entonces, que de nueve bolivianos, 2 (o sea el22/")viven fuera, se han marchado.

Pero la migración tiene muchas formas y niveles. Por ejemplo no esigual la migración del campo a la ciudad dentro del mismo territorioboliviano;o delcampo alcampo; o delcampo a ciudades fuera del país;o de nuestras ciudades a ciudades en elextranjero. Tampoco es lo mis-mo emigrar a países latinoamericanos, que a países norteamericanos,europeos o asiáticos. Y no es lo mismo emigrar teniendo dinero y/oprofesión, que siendo un (don nadie". Cada una de estas formas, im-plica un "drama' diferente. Veamos algunos casos.

Desde la sequía producida en 1983, las cosas no volvieron a ser igua-les. En el Norte de Potosí, por ejemplo, hay familias que deben conten-tarse con sembrar un surco. sí.. . uno sólo. Las condiciones de vida son

duras. Pese a todo, las comunidades campesinas, comoya lo hemos explicado, tienen un apego enorme a lat ierra. Ya hemos mencionado el caso de losChipayas que se van a Chile para trabajar y aho-rrar unos pesos para, con ellos, comprar aftículosde primera necesidad y volver a su comunidad.Algo similar ocurre con los nor-potosinos. Arsenio

Arratia, ejecutivo de la FederaciónUnica de Trabajadores del Nor-te de Potosí, explicaba que seven obl igados a abandonar elcampo hacia los centros urba-nos. (Por el lado de Chayantay Macha se van a la Argentina.Los de la Provincia Bustillos aLlallagua a hacer negocios o tra-bajar en la mina. Los de Char-cas y de la provincia Alonso de

,4 PRESENCIA 199425 Ovando 1993: 296

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33

f báñez a Santa Cruzy Cochabamba'28. Sin embargtt, alern¡rre rctornanpara la siembra y la cosecha. De allf que, en las cit¡darlee, lt¡a lttxttltresbusquen siempre trabajos eventuales y las mujerea ñÉ rlctllt¡ttclt a Inmendicidad, ya que deben siempre retornar a cuÉ ctttltttllltlarle.r, elllpertenecen, y un trabajo fijo no se los permitirfa.

Sin embargo, no todos tienen el valor de retornar a suts ltlgarec tleorlgen, de allí que la migración a las ciudades se hubiera lrtcrenrcltlatloenormemente. Nada más si comparamos las cifras de loe e¡lrtct¡g tle1976 y 1992, nos encontraremos con algo llamativo. El 76, el 52'%' cic lapobfación estaba concentrado en el árearural, mientras que el4E7" ereurbana. Para el 92 las cifras se volcaron, de tal manera que un 48% ciela pobfación es rural, y un 52/o, urbana. Esto es alarmante, pu€tt c¡rlbreve el campo se habrá despoblado, y nuestras ciudades estarán col-madas de miserables malcomidos y maldurmiendo en la calle. La elu=dad de ElAlto muestra el índice de crecimiento más alto del pafs, y noporque sus habitantes sean muy "cariñosos y prolíficos" y sea esa lacausa para que se hubiera incrementado el índice de natalidad, sinopor que esta ciudad es un hervidero de inmigrantes.

Pero dadas las condiciones de pobreza de nuestro país -que algunagente parece. igñbrar y otra quiere olvidar- muchos compatriotas se ven

forzados no solo a deambular de un lugar a otro dentro del territorionacional, sino a cruzar la frontera. Las migraciones de Potosf,

,6 PRESENCIA 1994

.Xl¡-*

Page 31: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

u

Ghuquisaca y cochabamba hacia la Ar_gent ina, .son masivas

mencionándos-e la cifra de 80O mil bolivianos2T, aunque Valdez nos ha-

bla hasta de un millón y medio de paisanos radicados en laArgentil{t.

iámbién se sabe de gándes cantidades de bolivianos en Brasily Chile'

aunque se desconocen Ias cifras2e.

En Bermejo, por mencionar un caso, no hay zatreros pa.la las planta-

ciones boliviairás de caña. Todos se van alazafra argentina. Pero los

¡ófiuiáno" no sólo hacen de zafreros, también de otras cosas y, princi-

páiménte, de albañiles (junto con los paraguayos son los "albacos"más numerosos en la Arlentina). Fuera ya del país, en uno más desa-

rróil"áo, parecería que tódo es de "colór rosa>; ¡naranjas fantas!. La

vía crucis se inicia ón la frontera misma donde las mujeres son obliga-

Oás á áejar la pollera y ponerse vestido. El idioma también debe dejarse

üé-fá0",'Vá que el qubsnwa -que es.el -Ou9_

ha.bfa la mayoría de los

emigrantés- es motiv'o de discriminación3o. "Yo pido a nuestros compa-

tr¡otás que no sigan aventurándose en Veniro, declaraba en una entre-

vistaAlóira Cárdénas quien radica en laArgentina desde hace 46 años'

..Vienen a sufrir familiás íntegras. Ojalá que esto llegue a. oídos de la

g"niá t sá queden ahí. Yo práfiero qúe mis compatriotas.sigan sufrien-

áó álla qre á to me¡or tieneh más vo2 para hablar, para gritar y reclamar

t;;;iüi áca numiuados ante nuestros propios paisanos," decía más

ádelante3l. .Piensan que acá se está bien, que se gana mucho dinero,

qué óuéO"n venir a vivir bien. Eso era hace años,, señalaba Emilia

éánón¡otra boliviana residente desde hace años en elpaís delsur' "Se

"rir" O¡""riminación policial, [a los bolivianos] se los arresta con o sin

rotiuo... Los niños nb puedeñ entrar a las escuelas porque no les pe-r-

ritéñ, Vá qre no tienen'documento argentino", indicaba en otra parte32.

Ricardó Mbntaño, también compatriota residente en la Argentina, co-

il;i;q"á ..éimiómo boliviano és a veces quien explota al.pa.isano'' Y

decía más adelante: *Sería lindo que el compatriota reflexione y se

quede,tss'

Pero hay algo aún más profundo: .,Aquí somos marginales", señalaba

otro boliviáno residente en la Argentinas; frase que rescato ya que.con-

é¡O"to de suma importancia *limarginalidad como móvil ident¡tario" y

óre, Oajo el mismo título, discutiremos en otro apartado'

Pero, ¿qué pasa con el boliviano en otras latitudes?. Le va igual o peor.

Por supuesto que suele no comentarlo. Todo lo contrario. Por lo-general

cuenta ,,maravillas,,. Es cuestión de "prestigio" (algo quq también desa-

irollaremos más adelante). Pero en realidad, el boliviano en el ex-

27 PRESENCIA 1994 o zs Valdez 1997'4 PRESENCIA 1994'e Montaño R' 1992

í Valdez 1997.sa Vafdez 1997's Valdez 1997's Montaño R' 1992

Page 32: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

35

tranjero, raras veces pasa de ser un ciud¿rt l¿utt t t ler. . le lr :elH.. . ¿,(Jt t f thacen los compatr iotas en los Estados Unidos, [ )or nlenrpkl ' l I ta l tct l t t t t ,

en su mayoría, de obreros en las fábr icas, de lav¡r vrr l l l l t t t r etr l ¡ rs¡ teeleu

rantes, de sirv ientas en casas part iculares, etc. , i t r i l n(t eealt l t l t ¡ t t i l t lea

campesinos y asítengan algún t í tulo por ahí; y esto l toi r¡ i at :¿1 i iu ctr

menospreciar ciertas nobles tareas. Y lo mismo suceeJo ctt I t t t t t ¡ la Al lÉ

la competencia es dura a todo nivel , y la discr iminación, f t ¡ t l r l r : .

Debería reflexionarse, pues, sobre el significado que tieno s¡ct tlxltHtljero en algún lugar y el poder sent irse dueño del espacio ort ( l l te Hc

habita. Es decir, sentir que el territorio te pertenece y tú... pertonot:ee el

terr i tor io. .

6.b. RAZA

Existen evidencias aisladas sobre el uso del término <<raza>> en las

lenguas romances delsiglo Xl l l . In ic ialmente se refería a la pertenencia

y descendencia de una familia, o una casa en el sentido de "linaje no-

ble". Ese uso difiere aparentemente de la noción "científica,, moderna

de un grupo de personas que comparten rasgos comunes y

biológicamente en raizados35.

En algún momento surgió una teoría trasnochada bajo el rótulo de(racismo científico'. Se trataba de una demostración seudo-científica(o sea supuesta o falsa) de la causa física de las diferencias culturalesque, además, estaban ordenadas de superior a inferior, y donde los

ffamados "caucasianes" (los miembros delaraza blanca) ocupaban el

primer lugar36. Quisiera poder decir que hoy, ya en los umbrales del

siglo XXl, el racismo es una postura superada y que no existe más en

35 Stolcke 1992: 81 . 36 Stolcke 1992: 82

Page 33: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

36

nuestro planeta, pero los movimientos neo-nazis en Eu-

ropa principalmehte y otros similares en el resto del.pla-

néta nos devuelven á la cruda realidad: todavía existe.

Señala Stolcke que (con raras excepciones, hoy los

académicos reconocen que en términos estrictamente

biológicos las (razas,' no existen entre los humanos.

Las variaciones fenotípicas pueden interpretarse como

diferencias raciales y sirven para legitimar el prejui-

cio racial y la discri-nrinación. Sin embargo el racis-

mo puedb prevalecer incluso en ausencia de dife-

renb¡as naturales visibles y coherentes'>37. A ellopodemos añadir que el concepto de raza fue su-primido delvocabulario de las Naciones Unidas en

195138.

,,raza> sólo como adscripción categorial.

Por tanto, si nos olvidamos de las característi-

cas externas (como la forma del cabello o el color

de la piel), nada (o muy poco) hay que distinga a

un ser'humano de otro. Por ello es que los cientistas

sociales en la actualidad evitan, por todos los me-

dios, fa palabra <<raza>>, ya que ella ha servido, y

sirve, lad más de las veces, para denigrar a indivi-

duos y grupos humanos. Pero más allá de la visión

del inúdstigador, los elementos fenotípicos no han

deiado de lener importancia para el actor mismo y

paia el desenvolvimiento de las sociedades-

Dicho de otra manera, aunque en el lenguaje cien-

tífico se pueda suprimir el término y el concepto de

raza -po,r ser realmente inexistente y por haber ser-

vido bomo instrumento de discriminación- el indivi-

duo común, elgrupo humano atiendea las diferen-

cias somáticas-inévitablemente y también constru-

ve. en base a ellas, su identidad. Es, en ese enten-

dido, que en el presente texto usamos el término

Para que la idea quede clara te comento un par de cosas..En la TV es

comrin üer a un poli'cía persiguiendo a un ladrón, por ejemplo en Nueva

York. Ambos de'raza n'egra.-Cuando finalmente el policía atrapa al la-

drón, éste inquiere: "No vas a meter a la "jaula,, a-..un.hermaho),, ó9éii',. gi la primera vez, probablemente, que uno sabe del.otro, pero el

óoni Oé lá'piet les signiiica un nexo 9e manera automática. De-igual

manera en huestro méO¡o hemos podido observar muchas manifesta-

37 Stolcke 1992." PRESENCIA 1996 A

Page 34: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

,11

clones. Cuando las "fuerzas del ordenD salon rt te¡rr l t t t l t laE, loE lnaft l

festantes les pregunt¿¡; *¿Vañ a disparar cor l t rr t : ; t l r ¡ l te l l l la l l t le ' / ' ,

l lustra aún mejor el mito malayo de la creaeit ln, t ;egtt t t el t : t ¡al , . .c l

Creador hizo al pr imer hombre de barro y lo coció t l t t Hl l r ( t t t tu, .¡ . teir t l t r

Bacó demasiado rápido. Tenía una piel de un blanco ¡rllnloco y LllltlÉ

cabellos lacios muy poco atractivos. Este hombre se cortvlrllfr ett el ¡ttttgenitor de los blancos. El Creador probó una vez más, pttro eelÉ vct

dejó al hombre demasiado t iempo en el horno. La piel so l t t t ¡ t tet t tó

hasta quedar negra y el cabello salió rizado por el calor. Esto stl t:oltvll

tló en el padre de los negros. Sacando partido de sus errores nttlclltl

res, el Creador obtuvo un tercer ejemplar de un hermoso color nltltettt¡

dorado. No hace falta decir que éste llegó a ser el padre de los malttyoa,

cuyo aspecto es exactamente el que deben tener todos los hombres,' lH.

Otro "mito,, relacionado también con la raza, pero debido no a la lrlt=

dición sino más bien a la falta de conocimiento científico, es el qua

af ude a la existencia de <<razas puras>. Así diversos autores, y desclo

t iempo atrás, han escr i to sobre pueblos que nunca se mezclaron

blológicamente con otros y que se ubicarían en remotas regiones de los

cinco continentes. Acá mismo, en nuestro país, oí decir alguna vez que

fos tarabuqueños eran una raza pura. Para queun pueblo jamás se mezcle biológica y

culturalmente, debería vivir cornpletamenteLa cultura

es un, fenómeno\ cotidiano

aislado y eso sólo sucede en el Shangrilá delos cuentos. En realidad, pueblos de tipos fí-

sicos diferentes se han mezclado entre sí des-

de el principio de la historia y, sin duda algu-na, antes de entonces. Ello hace que Brownindique que

"No hay en la actualidad, y pro-

babfemente nunca ha habido, razas puras'ao,premisa fundamental.

Conviene señalar un aspecto más importan-te aún, y es que "no existe ninguna pruebade que el color de la piel, del cabello u otrosrasgos de este tipo están correlacionados deninguna manera con un tipo particular de in-teligencia o con cualidades especiales de lamente y el carácter... No existen pruebas deque la gente de ninguna raza sea innatamentesuperior o inferior en capacidad mental gene-raf a fa de otras razas,,a1 . Una segunda im-

3s Brown 'l 968: 17 . a0 Brown 1 968: 14, 1 641 Brown 1968: 15

Page 35: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

38

portante premisa sería, por tanto, la de que "no hay razas superiores

nl infer iores".

6.c. CULTURA

Con propiedad y simpleza alguien ha escr i to que la "cul tura> no em-

pieza en las bibliotecas con los libros, ni en las salas de conciertos

sinfónicosa2. La cultura es un fenómeno cotidiano. De hecho se sienta

en nuestra mesa, nos acompaña en el trabajo, se (cuela> en nuestras

reuniones sociales, y hasta se acuesta con nosotros. Empezamos a

enculturarnos (a ingerir cultura) casi en el instante mismo de nacer.

Esto puede parecerte muy diferente a lo que comÚnmente has oído

decir. La confusión de algunas personas se debe a que, hasta hace

muy poco t iempo, la noción que poseíamos sobre elsigni f icado de . ,cul-

tura' era la que nos había sido inculcada desde que nos colonizaron.

Señala Spranger que <(para la conciencia europea de los siglos XVl l l y

XlX, basada sobre todo en los tres fundamentos principales del antiguo

humanismo, el cr ist ianismo y la const i tución de unidades nacionales,

era cosa manifiesta que el europeo debía llevar su cultura, que era la

única cultura, al resto de la humanidad'a3, posición eurocentrista que,

aunque no del todo, ya se hal la superada.

Concomitante con lo anterior, es todavía común llamar "culta" a la

persona que puede hablar otros idiomas que el suyo propio, que está

familiarizado con la historia, la literatura, la filosofía o las bellas artes44.

Ponce acota que, <al calificar a una persona culta se tenía en mente

que disponía de conocimientos por encima del nivel corr iente"4s. Es

decir que, para muchos, . ,cul to, es aquel individuo que puede hablar

con superlat ivo conocimiento de Picasso, el F.M.l . , la polí t ica interna y

externa, la Casa Blanca y otras sandeces. Para evitar el entuerto se

establece, entonces, una diferencia entre ..cultura' Y "educación" es-

tando, esta úl t ima, refer ida más bien al grado de instrucción de un indi-

viduo o un pueblo.

¿Que cosa es, entonces, . ,cul tura'?. En sus orígenes el término alu-

dfa al cul t ivo de lo anímico (cul tura animi). Ya Cicerón aseguraba que

cultura animi philosophia esf a6("s¡ cultivo de lo anímico es filosofía").

La moderna antropología, cuyo objeto de estudio es precisamente la((cul tura,, de los pueblos, ha asignado a ese término un signi f icado dis-

tinto, aunque aún no hay pleno acuerdo entre los autores- De hecho

i! Montaño R. 1992. 43 cit . por Ponce Sanginés 1975: 26-27' 44 Kluckhohn s/f4i Ponc€ Sanginés 1975:27 . a6 Braudel, ci t . por Ponce Sanginés 1975:27

Page 36: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

39

Kroeber y Kluckhohn, en Su obra "Culture: A Crltlcal Hevlcw ttf eonccpla

and Definitions' ("Cultura: Una RevisiÓn Crltlca ele loa Cttttr:e¡lloa y

Definiciones') examinaron más de 100 definlelonas rtattaa ¡tt t t ' loa

antropólogos y ninguna les pareció plenamente aceplallle{/

Acá no vamos a repetir la hazaña de Kroeber y Kluekholrlt tle allall¿ar

los mil y un conceptós y definiciones que desde la aparlelón tlc et¡ r:bre

(que dáta ya de várias óécadas atrás) han debido acuñarse. En c¡arnl¡lt¡

me gustaría ceñirme a la definición que aparece en.el.librgQU€ procleá-

men-te titula "Cultura>, y que fue producido por la UNICEF comé rngl€'

rial de apoyo a la formación docente en educación interculturalblllngüe,

V que eópéro que tu lo hubieras leído. En élse dice que con el térmlno

óuitura se indiba "todo el conjunto de conocimientos y técnlcag que

cada grupo posee y que le es necesario para vivir en su.ambiente"'4. o

sea, tódd lo que uná óolectividad sabe incluidas las técnicas, de ahf quc

cuando hablámos de la cultura de un pueblo, nos referimos también a

sus .,modos de producción" (para no dejar de lado las categorfas de

análisis histórico-materialistas).

Pero, ojo, que cuando hablamos de conocimientos en términos cultu-

¡ , noó esiamos refiriendo a aquellos que se ap,reldel. Una wawita

sabe-llorar, hace"r caca y pipí, mas no por ello puede decirse que tenga

cultura. La.primdra premióá, entonces, eS que la cultura es aprendida.

El ser humáno, (en un grado considerable, debe aprender a comer, a

hablar, a andar y a ejecutar casi todas las accio-

nes requeridas para la vida. Parte de este apren-dizaje io lleva a cabo por la experiencia perso-

nal b idiosincrásica, pero muchas cosas las

aprende por imitación de otras.personas de su

ainbienteo mediante procesos de enseñanzain'consciente o intencional y deliberada, efectua-

da por niños mayores o por adultos"4s.

Carl Gustav Jung ha definido con bastante cla-

ridad lo que es el "inconsciente colectivo", con-

cepto qúe será discutido cuando abordemos(esto de los hábitos".

Hay otro elemento que debemos dejar bien

esta6lecido: Los hombres, como los animales,viven en conglomerados más o menos organi-zados, a los-que llamamos sociedades' Los

miembros de las sociedades humanas compar-

ten siempre numerosos modos o estilos distinti-

47 cit por Beals & Hoijer 1974: 25 o +o g¡ '"-F 1993 a:104e Beals & Hoijer 1974:24

Toda sociedad humana

Posee cultura

Page 37: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

40

vos de comportamiento que, tomados en conjunto, constituyen la cultu-ra. Cada sociedad humana -por más humilde o desarrol lada que sea-posee su propia cultura, distinta en su integridad de la de cualquier otrasociedadso. Por tanto, la segunda premisa es que toda sociedad hu-mana posee cultura.

A la vez,la cultura es un conjunto de símbolos compartidos por todoslos individuos de un determinado grupo, vale decir que, al interior de ungrupo existen una serie de códigos, que sólo pueden ser descifradospor los miembros del mismo grupo. Por ejemplo, para nosotros es dif ícilcomprender por qué a los chinos no les gusta la leche ni los productosderivados de ella, o por que se visten con túnica y turbante los árabes,y si nos pondríamos a escuchar una conversación en swahili, no enten-deríamos ni un "rábano'. Es que todas esas cosas no son sino símbo-los, entendiendo por símbolo (un elemento que expresa conceptos eideas [y que] la relación idea símbolo para funcionar debe ser compar-t ida por un grupo"s1, vale decir que, emit ido un código, éste sólo puedeser comprendido por quien posee el decodif icador. No sé si de niño tujugaste a "la escritura secret¿", si no lo has hecho vale la pena quealientes a tus alumnos a hacerlo, y que tú juegues con el los. Cuando(changoD, con mis amigos inventábamos una serie de signos, y a cadauno le asignábamos un valor fonético equivalente a nuestro abeceda-rio. Así la ,.A", podía ser una estrella, y una luna en cuarto creciente la

"L,,. Para escribir "ala,, dibujábamos primero una estrel la, luego unaluna y por último otra estrella. Los demás changos, que no conocíannuestros códigos, no podían entender nuestros mensajes.

Ahora bien, vivimos inmersos en un mundo de símbolos. Si no mecrees te reto a hacer la prueba: sal a la calle y empieza a andar. Veráscarteles pegados en las paredes, señales de tránsito, banderas, oiráslos pitazos del varita, alguien te saludará estrechándote la mano, unaamiga te dará un beso en la mejilla, otra lo hará con un beso en la boca,expresando con ello algo muy diferente (que seguro no le contarás a tuesposa), etc. Todos esos son los símbolos de los cuales estamos ha-blando, y que sólo pueden ser interpretados por quienes comparten tucultura. Por ejemplo, si en l tal ia dos hombres se saludan con un beso,es normal y les decimos .,amigosD; pero si acá vemos lo mismo, nos(rayamos>>, y les decimos ,,maricones'.

De lo anteriormente analizado se desprende, además, que la culturaes patrimonio y producción de un grupo, nunca de un sólo individuo; portanto, la tercera premisa es que todo individuo, inserto en sociedad,posee cultura. Y acá reproduzco algunas de las interrogantes que sur-gieron en clases:

50 Beals & Hoiier 1974: 25 .51 UNICEF 1 993 a: 1 38

Page 38: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

. Ej. 1: Un mendigo que nunca fue a la escuela,apenas tiene para vivir, que duerme en la calle, y sopasa el día pidiendo l imosna, ¿tiene cultura?. Si la t ieno.Por pobre que sea, está interactuando y ha aprendidcrlas pautas de comportamiento que le permiten subsistir:dónde situarse para lograr más limosnas, cómoestirar la mano, dónde guardar sus mone-das, y cómo gastarlas son elementos queestán determinados por la cultura.

{

. Ej.2: Un ermitaño que se vaa vivir sólo, alejado de la socie-dad, a una montaña, ¿posee cul-tura?. Claro. Ahora vivirá sólo,pero tuvo que vivir en el seno deuna sociedad e incluso, debido a esainteracción con otros individuos, élpudoadoptar una filosofía: vivir en soledad.

. Ej. 3: Sialguien recibe un golpe en lacabeza y pierde totalmente la memo-ria, ¿aún poó'ée cultura?. Con pre-cisión se ha dicho que el ámbitoprincipal de la cultura es la "me-moria de las personas>>52. Si elgolpe fue tan fuerte cómo para ha-berse dañado el cerebro totalmente (nuestro "hardware", pues) y que-dar como un vegetal, es posible que aparejado a ese daño, haya perdi-do totalmente sus pautas compodamentales, es decir su cultura, aun-que me gustaría hacer notar que la cultura es una abstracción del com-portamiento y no debe confundirse con los actos de compoftamiento ocon los artefactos materiales, es decir, que la cultura "se manifiesta enlos actos y en los aftefactos pero no consiste en ellos"s3. Pero, volvien-do a nuestro ejemplo, las pérdidas de memoria pocas veces suelen sertotales, de forma tal que si a alguien, con el problema que tratamos, lepreguntas: qué se llama, dónde vive, cuantos hijos tiene, cuantas muje-res tiene (esto último mejor no), en fin, varias cosas, y a todas ellas teresponde: (no me acuerdo', ello significa que sí se acuerda de algoimportante: el lenguaje oral, y esa es una señal de que mantiene sucultura pues, no hay modo que por el golpe te responda: " l don'tremember,,. Adicionalmente tal vez gesticule al decirte que no se acuer-da, y el lenguaje gestual también obedece a las pautas de comporta-

52 UNICEF 1 993: 17 . s3 Beals & Hoiier 1974; 28

Page 39: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

42

miento que impone cada cultura. De ambas clases de lenguaje, y deotras, hablaremos más adelante.

. Ej. 4: Si un ser humano se cría entre animales, y.nung? en toda su

vida conoce a otro ser humano, pero aprende a sobrevivir, y la pasa

"chocho de la vida', ¿tendrá cultura?. En este caso no. Y es que, se-

qrln hemos señalado, la cultura se aprende; por tanto surge una cuarta

[remisa y es que la cultura se transmite. "La simbolización -segúniSeals & Hoijer- permite al hombre transmitir su saber más eficazmenteque los animalds, y la simbolización hac_e posible al hombre salvar la6recha existente eñtre sus experiencias ffsicas discretas y convertirlasasí en una experiencia continuáS4¡), el ser humano es el único, sobre latazde la tierrá, que acumula conocimiento, no sólo a lo largo de su vida,sino en el transóurso de generaciones, de no ser así, seguiríamos pro-

duciendo fuego frotando dos palitos. Señalan también estos autoresque, si bien loé animales aprenden, lo hacen (por la experiencia directay por la observación e imitación de las acciones de otros". "Los anima-

les jamás aprenden a simbolizar), por tanto,

"continúa siendo verdad que ninguna espe-cie animal ha producido nunca cultura's5. De

ahí se desprende la quinta premisa: sóloel ser humano es capaz de tener y pro-

ducir cultura. Volviendo a nues-tro ejemplo, ese individuo

criado entre animales, y sinconocer otro ser humano,no tendría de quiénaprender más que por laexperiencia, la observa-ción y la imitación.

"lniciar el aprendizajede la lengua propia,

asistir con los padres a las diferentes fiestas tradicionales para vivir las

costumbres, ebcuchar de los abuelos los relatos de los lugares encan-tados, sagrados, así como la historia y los mitos sobre nuestros oríge-nes, identlficar a los familiares y miembros de la comunidad, participar

en las labores propias de los niños pequeños, conocer en las montañas

los lugares donde existe agua, plantas comestibles y curativas entre

otras muchas cosas... es algo que parece tan natural y cotidiano que

no preocupa a la conciencia sobre su importancia par.a formar la identi-Oad. S¡n ehrbargo, es fundamental señalar que constituye la base para

ldentificarse como parte de una familia, una comunidad y del grupo ét-

nlco". Asf describe Nicéforo , el proceso de formación de la identidad

cultural66.

Ninguna especie animal ha producido nunca cultura

ñ4 B€alB & HolJer '1974: 42.55 Beals & Hoijer 1974: 4O' 42 ' s Agu¡lar

Page 40: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

43

6.c.i. ETNOCENTRISMO vS. RELATIVISMO CULTURAL

Se ha dicho con propiedad que "el comportamiento rlel lrornlrre ttr¡solamente es fruto del aprendizaje, sino que posee, conlo el ánlrrlal,una base innata e instintiva's7. En efecto, hay una tendencla ett el scrhumano probablemente innata e instintiva- que le hace suponer t¡tte lopropio es lo mejor que hay. Así pensamos que nuestro terruño ea elmás findo; nuestra choza,la mejor; nuestra comida, la más rlea; nuealroldioma, el más completo; nuestra chica, la más bonita; etc. Si no, dlm6trl ¿cómo al argentino FlorentinoAmeghino se le ocurrió decir quc cl aarhumano se había originado nada menos que en la pampa argentlnallamándolo, precisamente, Homo pampeanus?; o ¿cómo al sorateñoEmeterio Villamil de Rada se ie ocurrió ubicar al Paraíso Térrenal, que

menciona la Biblia, precisamente en Sorata y decir, además, que Adány Eva platicaban en aymara?

Sucede lo mismo con los pueblos. Pero,además, cuando un pueblo somete a otro,asume su propia superioridad como verda-dera, cree que,lo que posee es mejor e im-pone al sometido sus pautas de comporta-miento. Esta manera de poner al centro lapropia cultura, considerándola mejor que to-das, se denomina (etnocentrismo".

"Elpen-samiento etnocéntrico ha sido muy marcadoentre los colonizadores y se encuentra has-ta ahora entre aquellos que opinan que hayque "civilizar" a los indígenas... Lo contra-rio del etnocentrismo es el relativismo cultu-ral. Esta forma de pensamiento... reconoceque hay distintas culturas, cada una con suvisión del mundo, con sus costumbres y consus creencias,,ss. Según este criterio, y esaes la sexta premisa, no hay cultura supe-flor a otra, tan solo existen diferencias. Haymucha gente que establece grados de cultu-ra en atención al desarrollo tecnológico delas sociedades, mas la cultura no se limita ala tecnología, sino que va más allá, de formatal que podríamos preguntarnos si poseenuna cultura superior los yanquis por su alta

57 Centre d'Etude de Promotion de la Lecture 1978: 21058 UNICEF 1993 a: 15, 16

Page 41: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

44

tecnología, o los hindúes que, si bien son pobres materialmente ha-blando, poseen una gran espiritualidad. La respuesta correcta sería:(eso es relativo", y por eso hablamos de "relativismoD. Para que que-de bien clara la cuestión, recurriremos a otra ilustración: Se dice que elinglés es el idioma del presente y delfuturo, sobretodo si hablamos detecnología. Pregúntate de que le puede servir el inglés a un bosquímanocuyo radio de acción se limita a la aldea y algunos kilómetros a la re-donda. A él lo que le sirve es el "khoi', es dec¡r, su propio idioma. ¿Espor ello el khoi superior al inglés? ¡Nol, es simplemente más importantepara el bosquímano con relación a su medio ambiente social, es decirque eso también es un aspecto relativo. ¿Se entiende?

"Conviene aclarar, sin embargo, que el etnocentrismo no es sólo unaconducta propia de la cultura occidental; también hay grupos indígenasque son víct imas de otros grupos indfgenas dominantes. . . Eletnocentrismo forma parte de mecanismos para afirmar la diferencia-ción y, por tanto, para afirmar la propia identidad de un grupo. Mientrasel etnocentrismo no sirva de justificación para pasar a la agresión ylo a

Ninguna cultura viva esla dominación, habrfa que considerar también esteconcepto como una actitud de las culturas minorita-rias para garantizar su sobrevivencia en una situa-ción de fuerte aculturaciónose. Por ello cabe pregun-tarse si el "regionalismo' tan mentado en nuestro

medio- es bueno o malo. Es bueno, en tanto re-

estática

afirma la identidad grupal, pero malo siseutiliza como un instrumento de desprecioy humillación hacia las otras regiones y

sus miembros;v.9., siun individuo dice(soy camba y me siento orgulloso',eso es positivo; pero si añade ..tu, encambio, sos un colla opao, esa es unainnecesaria y torpe agresión.

"Hay mucha tela para cortar)) cuan-do se habla de cultura, pero estoy se-guro que, de interesarte realmente, túpuedes encontrar informagión adicio-nal en libros que están a tu alcance yotros que consignamos en la Biblio-gratía Recomendada. Sin émbargo,hay una cosa más que quisiera dejarbien establecida antes de pasar aanalizar otro aspecto.

se UNICEF 1993 a: 16

Page 42: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

4E

Provengo de una fami l ia muy paceña urbana. Mi ; r l r r re l r , y ¡rr r r l - rablcmente el tuyo, vestía smoking, bai laba tango, ib¿r lo: i rkrrnlrrqnc al Fa=seo de El Prado para bogar en bote junto a su enalnot irr la y r¡rrÉ ae yrrque otras cosas propias de su época. Mi padre, en c: i r f l t l r to, .r_¡t iEiá ñiÉEbien del bolero, del terno y esas cosas propias, tambiérr, rkr le é¡rueÉ enque le tocó viv ir . Yo, por mi parte, soy de la época del ¡r i r rr l r r lón ( ;HrlFrá-

na, la melena y el rock pesado y estoy seguro que mi l r i io lnrrr l lá nttecpautas comportamentales. Te pregunto: ¿Crees que rni erbunhr, rrr l pa=

dre, mi hi jo y yo somos culturalmente di ferentes?. No neoosintr trntrr l te,o no totalmente, ya que conservamos, probablemente desrlo nt l latcre.buelo, el id ioma, la preferencia por ciertas comidas, los valornr¡, ete,etc. Lo que en real idad sucede, y esta es la sépt ima premisa, la cul tur¡es dinámica. En palabras de Albó, *ninguna cultura viva es estát lcn, 'Fñ,*Las cul turas se conservan cambiando, asumiendo, apropiándclsc r lemodos y formas culturales nuevos.. . Discrepamos de la posicir 'xr r leaquel los intelectuales que se acercan a estudiar las cul turas tradicir¡ l r ¡1.les con el interés de que permanezcan estát icas, imponiendo la con:;e:rvación de sus tradiciones y de su pasado.. . toda cultura, en tanto re¡ l l l 'dad viv iente, se encuentra en un constante proceso de transformación,cambio y a.pertura.. . Además, cabe resaltar. . . la presencia de las fuer-zas de entropía. Estas fuerzas, según Balandier, son aquel los impulsosdestruct ivos que todo organismo l leva en sí mismo [y en sent ido f igura-do, toda cultural , f ruto del cont inuo desgaste de los mecanismos que l<rmant ienen vivo. . . , '6r .

Hay muchos turistas europeos o norteamericanos que visitan, por ejem-plo, Afr ica Ecuator ial y, durante el safar i que les prepara la agencia detur ismo, no les atacan negros semi desnudos armados con lanzas. Ensu lugar se presentan esos mismos negros pero con traje y corbata, yofrecen sus servicios como guías en seis idiomas di ferentes. Al volver asus hogares los "gr inguitos,, se sienten muy decepcionados y comen-tan con sus paisanos que en Afr ica ya no hay nat ivos. Ahí están, ahfsiguen, nada más que han cambiado su vest imenta y algunas o mu-chas de sus costumbres, además de haber accedido a una educaciónmás avanzada.

No te .rasgues las vest iduras,, , entonces, sives a un chipaya vest idode aymara o a un aymara con blue jeans. En esencia ambos puedenseguir s iendo lo que eran sus padres o sus abuelos. Es más. Es muycomún que las sociedades experimenten cambios en su cul tura, al f in,es su propia opción.

60 Albó 1987-BB: 26 . 61 Heise et a l . 1992: 13. 15

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En un curso sobre intercul tural idad para maestros que dicté en Oruroa pr incipios de 1996, acabábamos de ver con el los el ya célebre videode Jorge Ruiz, . ,Vuelve Sebast i?Frá>,, y habíamos entablado un debateacerca de los chipayas, asentados en el mismo depaftamento y, portanto, más conocidos que en La Paz. En efecto, un *profe,, había traba-jado con el los, los conocía de cerca y p¡dió la palabra. Comenzó expre-sando su poco aprecio por los chipayas. .En Santa Ana ya no vistencomo chipayas, sino como aymaras nomás., indicó. Señaló asimismoque todos tenían radio receptores y que se al ienaban con la música que

captaban desde las ciudades. Según nuestro interlocutor, siempre hayun chipaya subido en el campanario y, cuando observa que en el cami-no se levanta polvareda es señal de que un carro se aproxima. Inme-diatamente alerta al pueblo y todos corren a ponerse sus . i ras. que

son las túnicas tradicionales de los hombres, y ocultan sus radios y

otros artefactos, de forma tal que los posibles turistas los encuentren ensu "estado natural" , que es lo que les gusta, y de esa manera lOgransacarles algo de dinero. Notor iamente molesto, el , .profe,, f inal izó co-mentando que él estaba encargado de la supervisión de la apertura deun camino a Santa Ana, que los propios chipayas ejecutaban en unprograma de . ,al imento por trabajo,, . , ,Un buen día, todos los chipayasdesaparecieron, se habían ido a Chi le a trabajar, y me dejaron "colga-do,, . Algún t iempo después reaparecieron y me di jeron que ya habíanvuelto y que podían cont inuar las labores, ¿qué le parece?>>, me pre-guntó. . .¿Qué me parece que?, ¿el cambio de sus atuendos o la práct i -Ca de la . .v iveza 6¡ i6l l¿, 'J, , , retrUqUé. , .AmbaS COSaS>,, di jO. ReCUerdOque, entonces, comenté algo parecido a lo que a cont inuación te digo at i :

Nosotros, los que vivimos en las ciudades, y que en mayor o menorgrado poseernos, supuestamente, . .cul tura occidental , , , hemos ido mo-dif icando en el t ranscurso del t iempo todas nuestras pautas cul turales.Por ejemplo, no nos vest imos como los romanos, ni peleamos con lasarmas que usaba la soldadesca medieval, ni construimos nuestras ca-sas como en la época renacent ista. Hemos cambiado, y nos atr ibuimosese derecho en exclusividad, es decir , creemos ser los únicos que po-demos cambiar. Los indígenas, son . [¡s¡gs,, en tanto y cuanto no mo-dif iquen su comportamiento. Si de pronto quieren mejorar su cal idad devida, por ejemplo, comprando un artefacto eléctr ico, empiezan a tornar-se en , .malos", pues .quieren alzarse,. Entendemos esa act i tud comouna agresión y tratamos de sofocarla. Sin embargo, la transformaciónes inevitable sobretodo debido al contacto que pueda existlr entre di-versos grupos, y donde algunos o var ios elementos pasan a formarparte del bagaje cul tural de otra cul tura, ya por simbol izar mayor prest i -g¡o, ya por su más fáci l adquisic ión en términos monetar ios, justamente

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Por otra parte, en lo tocante al "trabajo por alimento", no pretendo

justificar el engaño, pero ¿de quién lo han aprendido los indígenas?,

¿por qué le dicen (viveza criolla"?. Analiza.

6.c. i i . LO PROPIO Y LO AJENO

Muy relacionado con lo que acabamos de ver, está esto de la origina-lidad. Los individuos y los grupos se disputan el privilegio de tener ohacer cosas como originalmente eran o se hacían, lo cual casi nuncatiene mucho de verdad.

En cierta ocasión discutían una cochabambina, una orureña y unapaceña. Las tres creían que, tal como preparaban el charkekan , eralaforma correcta y original de hacerlo. Obviamente no llegaron a un acuer-do pues las tres se equivocaban y, a la vez,las tres tenían razón. Poruna parte hemos indicado que nuestra forma de pensar debería obede-cer a los lineamientos del "relativismO cultural"; y por otra, hemos se-ñalado que (la cultura es dinámica'¡. En ese entendido, un elementoproducido por un grupo es (original" de esa cultura. Pero suelemodificarse con eltranscurso deltiempo debido -entre otras cosas- a laintroducción de elementos accesorios que lo transforman y lo convier-ten en algo diferente que, según el espacio y el tiempo, puede decirsetambién "original". En colegio hemos aprendido, por ejemplo, que elcastellano se originó en Castilla, es decir, que allf nació. Pero sabemosque el castellano deriva del latín, o sea que el latln le dio origen pero elcastellano y el latín són dos cosas diferentes, por lo tanto, igualmente

"originales".Otra categoría de análisis sumamente importante está referida a la

,,apropiación,,63. En la historia de la humanidad pueden observarse mi-les, si no millones, de casos de apropiación la cual, en tanto es incons-ciente y de carácter colectivo, no atenta contra los derechos de autor,tan en boga en el momento actual. Si un elemento de una cultura seintroduce, por cualquier vía, en otra, y en elfa se arraiga, se hace carne,puede decirse que se convierte en un elemento "original> de la cuúturaadoptiva.-En el cine, la televisión, y en las revistas es muy común, por

ejemplo, la imagen del jefe de una tribu de negros africanos con untongo inglés en la cabeza, como símbolo de poder. Allf ha habido unaapropiación.

ó$ Al flnal del apartado ll se discuten los términos integración y asimilación, que son dos

dl8tlntas formas de apropiación de elementos.

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Dentro de la cultura llamada "chola" (término acá entplendo corl res-peto y aprecio), observamos en la indumentaria femoninn unn aor|ei deelementos que podrían considerarse foráneos, es decir, no orl¡¡inelos:la pollera, la manta, el sombrero, etc. Hablemos del sontbroro. eorloz-co, al menos, dos teorías sobre la introducción del sombrero "borenllno"(de origen ital iano) en la indumentaria de la choli ta paceña. Una doellas dice que lo usaban los ingenieros ingleses de la Rail Wtty quotendían el ferrocarril a Arica, y que ellos mismos trataron de imponer lnmoda entre los hombres de las clases populares pero se encontraroncon un fuefte rechazo por parte de estos. Las mujeres, sin embargo, s€lo probaron y lo adoptaron. La otra hace mención a un gran cargameRtode sombreros que venía de Europa con destino a la Argentina. Fuodesembarcado en Chile y de allí pasó a La Paz donde, por motivosdesconocidos, no fue reembarcado. Viendo su propietario que transcut-rría el tiempo y los sombreros podían deteriorarse, los ofreció a lascholitas y encontró acogida en ellas. Durante mucho tiempo siguierontrayéndose "borsalinos' auténticos (aún hay una casa importadora),pero también los hábiles aftesanos nativos lograron imitarlos con mu-cha pedección. Sea como fuere, lo cierto es que ese objeto juega, hoypor hoy, un papel sumamente importante en la vida de la cholita paceña:por una parte es'su distintivo étnico y de género, le sirve para llevar sumás importante documentación (carnet, certificados, etc.), la posiciónde las borlas que lo adornan señala el estado civil de su propietaria,etc., etc. No se lo quitan en todo el día ni cuando llueve (que es cuandole ponen un forro de plástico), y lo mueven de un lado a otro de lacabeza sin nisiquiera tocarlo. Cuando un gendarme de la municipali-

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dad quiere que una cholita vendedora de frutas le acompañe a la comi-sarla, no le quita su fruta, ya que la cholita ni.se inmutaría,le quita susombrero, pues sabe que entonces saltará coino impulsada por un re-sorte. Una mujer suele tener al menos dos sombreros, un "borsalino"original (por tanto caro), y otro "imitación nomás" (que resulta más ba-rato). El segundo lo usa cotidianamente, mientras que el primero es unlujo y sólo lo usa en acontecimientos importantes. Al acostarse, siem-pre lo pone cerquita, si pudiera, se dormiría con el sombrero. Al otrolado del planeta, en Europa, nadie o casi nadie se acuerda siquiera delsombrerito éste. Ahora te pregunto: ¿es, el "borsalino", propio de lacultura chola? Yo no me atreverfa a decir que no, pues no me gustaríahacer enojar a mis caseras y amigas.

Elementos como éste cobran carta de ciudadanía y dejan de ser "aje-nosD para convertirse s¡ ,ipropios". Podemos ilustrar de muchas ma-neras con hechos tomados de nuestro medio:

. Se dice que el lluchu o ch'ulo €s una introducción de la colonia. Puesahora es totalmente propio de nuestras culturas altiplánicas y vallunas.

. Pese a los datos que ofrece miamigo Germán Choquehuanca ensu tesis sobre la wip'ala, todo apunta a que este estandarte ajedre-zado es un invento de la época colonial, revivido hace menos deuna década. Sin embargo, el 12 de octubre de 1992, miles dewip'alas se agitaban frente a la iglesia de San Francisco como unsímbolo de reafirmación cultural de los pueblos indígenas. Na-

ii die osó (ni osaría) decir que (no es orilinal".

Por todo ello no me explico como todavla hay personasde mente obtusa, en uno y otro lado, que gastan tiempo yenergía en negar o aceptar la "originalidad" de (actos y

artefactos,,. Por ejemplo, en la última versión de la Re-unión de Etnología organizada por el MUSEF y quese llevó a cabo entre el 19 y 22 de noviembre del año

Thola, a quienpasado (97), mi amigo y compañero Emmo ValerianoThola, a quien considero un prominente miembro deun prominente miembro dela intelectualidad (intelligentzia) indigenista, se dio eltrabajo -insulso por cierto- de demostrar que el pon-cho y la chalina que usan actualmente aymaras yqueshwas son prendas foráneas, procedentes deotro continente. Sin embargo, él mismo argumen-ta, con elementos que demuestran la tácita apro-piación, cuando dice, v.9., que

"el poncho se con-

virtió en un símbolo de rebelión de los indfgenas,'64.

64 PRESENCIA 1997 b

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ALGUNOS TERMINOS AOUI EMPLEADOS

Adscripción categorial . Usamos éste término parÉ¡ refer inroe a lor¡

elementos o categorías según las cuales un individuo se adter lbe (¡n

apunta o se enfila), a tal o cual grupo humano. Una adscripclón categorlalpuede estar en función a que a un indiv iduo le guste o no el

aeromodel ismo, p. e j .

Precisamente en el s iguiente apartado, nos dedicaremos a al lal izar

cuáles y cómo son esos elementos ident i tar ios o categorÍas de adscrl ;1.

c ión.

Enseñanza inconsciente. Beals y Hoi jer ut i l izan estos términos part t

referirse a los procesos de enseñanza-aprendizaje no pensados como

tales. Es decir , cuando tu te pones a arreglar los muebles de tu casa, tu

hijo te observa y de pronto le ves clavando y serruchando con ciert¿r

destreza. Tu no pensaste: le voy a enseñar ' ; ni el discurr ió: voy a apren-

der, ' . Fue una acción inconsciente, ¿estamos?.

Hotentote. Grupo humano de raza negra que habita en inmediacio-

nes del desierto de Kalahari en el sur de Afr ica.

Innato. Lo que un organismo posee al nacer es " innato,>, aunque se

trate de una estructura anatómica, de un carácter f is iológico o psíquico

o de un comportamiento65.

Leyenda. Es sinónimo de mito. Eldiccionario Larousse la def ine como

el relato en que está desf igurada la histor ia por la tradición

Malayo. Grupo humano que habita Malasia o Insul india, parte de Asia

meridional .

Mito. Alguien ha def inido al mito como las "Histor ias que cuentan los

orígenes de las sociedades y la invención de las técnicas cul turales.

Los mitos son histor ias sagradas de cada pueblo, y sirven también para

transmit i r a las nuevas generaciones los contenidos espir i tuales másprofundos de la cultura'66. Básicamente estoy de acuerdo, aunque creoque los mitos son más cot idianos. El ser humano ha producido y produ-

ce mitos constantemente. La histor ia que se enseña en los colegios, y

que está apoyada por textos escritos, tiene un porcentaje variable de

mito, pues por lo general , .mito, , y "real idad,> son las dos caras de una

misma moneda, es decir que el mito no necesariamente se fundamenta

en hechos reales. Por extensión, se l lama mito a algo que debería ser

65 Centre d'Etude de Promotion de la Lecture 1978: 31366 UNICEF 1993 a: 47

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de cierta forma, y en rearidad es de otra; por ejempro, cuando decimosque nuestros gobernantes son el modelo'de récti tü0, 'ei les un m¡to.Mitorogía. con propiedad viene a ser er estudio de ros mitos. Empe-ro, vulgarmente se entiende ra parabra ,,mitorogía,,

"orno "r "on¡unto demitos que constituyen el patr imonio de un pueblo.

..shangri lá. Reino mítico paradisíaco situado supuestamente en me_dio de las montañas nevadas t ibetanas, y que tendría abundancia deagua y frutos. Ai l í ra gente, continuando con er mito, jamás envejece.swahil i ' ldioma que pertenece a ra famiria r ingüística bantú derAfricacentrat y meridionar. Lo habran más de 1o mii lon-es oe¡náü¡üros, segúnalgunos textos67, y más de 25 mil lones según otros68.

He tratado que este texto sea pretórico de ejempros, Así, creo habergenerado una buena cantidad de ei los, pero edtoy's"grro , iu" tu prop¡aexperiencia de vida puede traerte a ra memoria otios ó¡empios, escríbe_los.

.Asimismo, pide a tus arumnos que escriban ro que conocen alrespecto.

6/ UNICEF 1993 c: 3068 Centre d'Etude de promotion de la Lecture 1g7g: 23

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II PARTE

ELEMENTOS IDENTITARIOS OCATEGORIAS DE ADSCRIPCION

He de pedirte, de entrada, que no te asustes con el tftulo. No val ameterte a leer algo abstracto ni difícil. Con "elementos id€ntltarloÉ" m€refiero -de manera corta, elegante y

"academicista"- sanclllamente aLAS COSAS QUE HACEN QUE UN INDIVIDUO ASUMA SU PERTE.NENCIA A UN GRUPO O QUE UN GRUPO CONCIBA A UN INDIVI.DUO COMO PARTE INTEGRANTE DEL MISMO.

Señala Barth que algunos rasgos culturales son utilizados por loe ac-tores como señales y emblemas de diferencia. Según este autor, ade-más, los contenidos culturales de las diferencias étnicas parecen ser dedos órdenes: 1) señales o signos manifiestos: los rasgos diacrfticos quelos individuos esperan descubrir y exhiben para indicar su identidad yque son, por lo general, el vestido, el lenguaje, la forma de vivienda, oun general módo de vida, y 2) las orientaciones de valores básicos: lasnormas de moralidad y excelencia por las que se juzga la actuaciónoe. Afin de pasar de lo abstracto a lo concreto, y ver de que manera loscontenidos culturales se convierten en elementos identitarios, a conti-nuación haremos un desglose de los elementos.

Fuera de los mencionados por Barth, que pueden ser los más impor-tantes, existen sin duda otras señales manifiestas. Acá hacemos unlistado con su correspondiente, breve, análisis.

1.a. Nuestro Lenguaje

Se reconocen al menos tres tipos de lenguaje: el hablado, el gestualy elescrito.

Acerca de la lengua o lenguaje hablado (se desprende de algún texto,además, que lenguh e idioma son sinónimosTo), Jürgen Riester ha di-

6e Barth 1976. zo UNICEF 1993 a:122

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cho que (la lengua de un pueblo es parte de su ser; es su identidad. Lalengua es la identif icación de un pueblo, pues los que hablan una len-gua común conforman una unidad, en la cual se acumula la sabiduríade su pueblo. A través de la lengua materna el niño es socializado yaprende los códigos de su cultura... En la Declaración Universal de losDerechos Humanos se hace hincapié en que ninguna persona deberáser obligada a dejar su lengua materna ni deberá sufrir discriminaciónalguna por hablar una lengua que considere propia"7l.

Es pues, el idioma, el principal vehículo de enculturación. A través deé1, el individuo recibe y transmite la mayorfa de los códigos de su cultu-ra. La negación del idioma es, a la vez,la negación de la cultura misma.Así también, la imposición de una lengua ajena, se constituye en unacto de violencia simbólica. Por eso cuando hablamos de educaciónbilingüe, estamos aludiendo, en sí, a las culturas que están representa-das por esas lenguas; acentuando el respoto que se merecen.

Una de las cosas más lacerantes que han ocurrido en la historia delos pueblos, es el sometimiento de una cultura por otra y la consecuen-te imposición de un idioma, en reemplazo del propio. En nuestro con-texto geográfico, cuando los inkas invadieron el Kollasuyo, entroniza-ron el queshwa como idioma oficial del imperio. Muchas lenguas des-aparecieron, pero los aymara hablantes ejercieron fuerte resistenciaevidenciada, justamente, en el mantenimiento de su idioma. Más tardellegaron los españoles e implantaron su idioma. Hasta nuestros días, elhablar castellano es signo de prestigio, mientras que quienes hablanalguna lengua originaria son tildados de atrasados por los actores mis-mos.

Fíjate lo importante que es el idioma que hoy endía, cuando se alude a los grupos mayoritarios deloccidente del país, se dice "los queshwas,, y ( los

aymarasD lo cual es, a todas luces, un error ya queno se toman en cuenta otros elementos de su cul-tura.

En lo referente a la educación, en nuestro ¡país la castellanización era el mayor derrote- ,J

ro que, sin importar los medios, ha-bía que alcanzar. El niño no solotenía que aprender en una len-gua que no era la suya (es

7r Riester 1989: 7

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gua Aymara>' en 16-12,

señaró que su estudio se había basado en eraymara que habraban,ros rupaqá, péro d¿tt;*á;á *; había otros<aymaras" tan eregantes como'ei iupaqa, uno de etos'éipakajeTa. Lomismo sucede cuaido n.nruri"'ááiiuicnua. Er euichua es un sóroidioma, pero existe etquicnuá ñó;il., "ocnqnamnTü

ci-squeno, qui_teño, etc.; a ros que.rám"mó! ..áiái""ito"" géLqui;ña.tor ro tanto,nrnguna persona habra una rengua, ¡in;.un oiareéto;;; rengua. Nodebes sentirte mar s.i te oicen "qui ñ"ogJ ñ;áü;,=iñ ,"orir"no,habta también un diatectoét;siñ;ilrn n"oyorquino habta un diatec.to detingrés; un paurista naoia ulJi"Iá'"to derportugués, y un honkonéshabla también un chino o¡ár""ü1.

v's'ev

Por otro rado' y conc-omitante con er renguaje habrado está ra (ento-nacron>, que también forma parte oei'oagá1e óurtüáL vá"nun", estuveen elJapón, pero desde nino, óuána-o io^a ar cine y vgfa atguna perícuraJaponesa, me impresionaban ras escánas donde [¡n homb;e re habrabaa una mujer. ¡parecía que re regan-ábai siñ é,iÉ"iü, ;ü'¿" ra traduc_ción de ros subtíturos, ré.estab"GJáLnoo su ,erno amór. La entona_ción es, entonces. una de aJár"á"'ái estudro o" iá ónórtgía que serefiere a ta inftexiu:_oa. Ll yái"J&"i,. sentdo de lo que se díce7s.Paraleramente ra fo¡ma de habrar íáro¡en á* áÉt.tr"á tái grupo,

""rlos "chapacos> se oice qué ffi;;; ü.itaoito,,, y puede reconocérsero

de sólo, escucharle por mas qüáesté leyendo los versos de

Gustavo Adolfo eecféi. --

Aslmismo, las expre_siones.y neologismosregtonales, marcan tam_bién la ldentidad delgru_po. El c lásico"'yaaaaal, delpaceño,o tórminos como .helay

.PuQhu en el or iente-,tamblén forman parte

del patrimonlo culturat denuestros pueblos.

. Otra forma de lenguaje(en.este caso no veiOai),igualm€nte importante, es éigestual . Los Indiv iduos

I Y'iiETF #Stoil'r'ro' 0""'

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E7

Los científicos se dieron cuenta hace ya ti"r- 0{01po de la importancia del lenguaje gestual. Enlos Estados Unidos y Canadá se introdujo conbastante éxito el Ameslan (American SignLanguage),:como un tipo de lenguaje gestual

gesticulan al hablar como una manera efectivade retorzar la palabra. Pero tambiéngesticulamos sin decir "ni pío', emitiendo, sinembargo, mensajes concretos que, sin embar-go, sólo pueden ser entendidos por quienescomparten los mismos códigos, es decir, losmiembros de la misma cultura. Así por ejem-plo, para "afirmar" algo, los tuana del Africamueven la cabeza de un lado a otro exacta-mente como nosotros hacemos para (negar>;o, los tibetanos aplauden para reprobar unaactitud. Un apretón de manos, un abrazo, una'mueca, una señal hecha con los dedos desdeun automóvil, también forman parte del lenguajegestual.

para los sordomudosTo. El mismo ha evolucio-nado en la actualidad hacia otras formas quepermiten la comunicación fluida de los sordo-mudos con quien sea capaz de descifrar esoscódigos gestuales. Algo más. En años recien-tes los científicos han creado computadorasque son sensibles a las posiciones de ciertaspartes del cuerpo como el brazo o la mano.Ellas pueden generar códigos que son conver-t idos en sonido (audio) mediante unsintet izador, y de esa manera indiv iduossemiparalizados y sin capacidad de emitir so-nidos, pueden hablar gracias a una forma degesticulación. Bueno, esto es hilar más fino,pero puede resultarte interesante.

Por último he de referirme a otra forma delenguaje no verbal: la escritura. El descubri-miento de la escritura fue uno de los aconte-cimientos más grandes de la humanidadTT. has-ta hace poco, la investigación científica estaba

76 Coperías & Ariza 1988: 34 . 77 UNICEF 1993 b: 32

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de acuerdo en atr ibuir a los súmeros de Mesopotamia (hoy l rak) la crea-ción de los pr imeros sistemas completos de escr i tura, alrededor de f i -nes del lV mi lenio A.C. Se suponía que, entonces, la idea habría sidocopiada por los egipcios de la pr imera dinastfa, en el poder hacia el3100 A.C. Sin embargo, los recientes hal lazgos ver i f icados en Abydospor la expedición guiada por el alemán Guenter Dreyer, demuestranque los egipcios tenían un avanzado sistema de escr i tura hacia el 3250A.C., es decir 15O años antes que los súmeros/8, Luego los egipciosdesarrollaron su propia escritura, llamada jerogllfica (talla sagrada). Cadasonido correspondía tanto a un sonido corno a una cosa. Los fenicios,grandes comerciantes y navegantes, mejoraron el s istema egipcio y

crearon el pr imer .al fabeto,, verdadero, conjunto de slmbolos que re-presentaban sonidos. Los fenicios l levaron su al fabeto a Grecia, dondelo mejoraron aún más, y hacia el año 400 do la era cr ist iana exist ía unalfabeto básico de 24letras. Los etruscos que vivfan en lo que hoy esItal ia, modif icaron el al fabeto gr iego para aclaptar lo a su idioma. Losromanos lo cambiaron más todavía y el resultadcl fue un al fabeto roma-no simi lar al que estás leyendoTe.

Ahora bien, el hecho que una lengua sea ágrafa, es decir s in escr i tu-ra, no signi f ica que tenga menos valor como instrumento de comunica-ción, ni que sea una sub-lengua o una lengua de (($egunda catego'r ía".Muchas sociedades -como la mayoría de las amarlcanas precolombi-

nas- no desarrol laron un sistema de escr i tura por no tener necesidadde este medio adicional de comunicación. Su forma de vlda no requeríade la escr i tura.

Lastrmosamente, para muchos estudiosos, la escr l tura fue un pasa-porte a la histor ia, ya que esta estaba def inida por la Exlstencia de do-cumentos escr i tos. A los pueblos que no hablan alcanzado la escr i turase los t i ldaba, sin mayor miramiento, de , .prehistór ioo8,¡. De tal formaaparecían en la misma casi l la y con igual rótulo, loa trogloditas del pa-leol í t ico, que vivían en cuevas, vestían cueros y comlan carne cruda; ylos tiwanakotas que construyeron ciudades, desarrollaron las artes ylas técnicas en grado sumo. lgual paradoja resulta cuando confer imosaPizarro y Almagro el honor de habernos colocado -a los habltantes deeste terr i tor io- en el umbral de la Histor ia; justamente a dog personajesque no sabían leer ni escr ibir y que, cuando f i rmarc¡n contrato con Luqueen Panamá, lo hicieron simplemente colocando unri oruz.

La Histor ia, tal como la entendemos hoy en dfa, 6$ uR proceso univer-sal independiente de la existencia o inexistencia de cBorl tura. Todoslos pueblos, por tanto, poseen Histor ia.

78 La Razón, 1998.7o Bear 1975: 13

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5g

Podríamos quedarnos hablando de la lengua y su papel como elc-mento identitario por mucho más tiempo. En vez de ello té rccolnlcnrloeltexto ..Lengua', editado por la UNICEF como materlalrJe n¡royo parala formación docente en Educación lntercultural Bilingue.

1.b. Una identidad con nombre y apellido

Hemos empezado analizando la cuestión del lenguaje por concldc)-rarlo el elemento más importante de toda cultura. Sin embargo, de surnáimportancia en esto de la identidad grupal, es nuestro nombre y nuestroapellido.

El libro "Cultura", al que tantas veces nos hemos referido", de entra-da cuenta la historia de un hombre que había vagado por el desierto pormucho tiempo intentando encontrar la ciudad de sus sueños. Cuandoal fin la encontró tocó a sus puertas. Los guardias le miraron desdearriba y, lejos de intentar abrirle, le preguntaron cuál era su nombre. Elhombre viajaba desde hacía tanto tiempo que había olvidado su nom-bre y así lo explicó, pero los centinelas, inflexibles, le dijeron que sinnombre no podíá pasar, y el hombre estuvo condenado a seguir vagan-do por siempre en el desiertoso.

Un nombre, en consecuencia, te marca tanto una identidad individual(nada más tú eres (Perico de los Palotes", como decía un profesor míode colegio), como una identidad grupal, y me refiero tanto al nombre depila, como alapell ido.

El apellido automáticamente adscribe a un individuo a determinadolinaje, a un grupo de personas emparentadas consanguíneamente.Renegar del ápellido, en muchas culturas, significa renegar de los pa-dres y demás ascendientes. Por eso, antiguamente, cuando alguiendeshonraba ala familia, se le quitaba el privilegio de llevar el apellido.De manera inversa, cuando se quiere romper lazos con la familia deorigen, se desdeña el apellido. Ello sucede, muchas veces, cuando elindividuo siente vergüenza de su origen. Me comentaron unos (profes>

que, en cierta ocasión, el director de un establecimiento educativo hizollamar preocupado al padre de un muchacho que había decidido cam-biarse el apellido. El padre, de extracción campesina y muy humilde,imploró a su hijo: "¿cómo te has de cambiar el apellido?, ¿cómo mehas de negar?'. Lastimosamente, esta es uno de las cosas más coti-dianas en nuestro medio y propiciada por eldesprecio y discriminaciónque practica la cultura dominante, hacia las demás.

80 UNICEF 1993 a: 7

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OU

"En Bor¡v¡a se impuso er cambio de aperidos, no por moda sino por-que un apel l ido español es una especie oe' . ,satváconducto" daraganarse el respeto del entorno e ingresar al mundo laboral, acao¿mióo,a las academias mil i tares y a ros puestos de decisióÁ,,, i"n"t. un art i_culistasl. Añade que durante ia primera gestión guoernam¿ntarde HugoBanzer,.se aprobó una resoruJon cul permite a ros ciudadanos cam-biarse de nombres y/o apeilidos, Ei trámité, ."é,i"-.irálrtrcuro, durahasta cuatro meses y cuesta dos mir borivianosl cráá oi", y en cadajuzgado, dos a tres personas soricitan er cambio; soro án la pazhay 1ojuzgadoss2. De esta manera, apeil idos de prosapia n"i iu" y con un sig-nif icado que ya Au|s. ' ,ér1qos qqe tengan muchos apelt idos españotes,están_ desapareciendo. Marn¿lni o coñdori, por "J"ñpró,

ño "oro

hacenatusión a majestuosas aves como son.er ñárcoí / "T "énáor,

sino queademás t ienen un signif icarlo mayor. Mamani, " 'oé"i iáL

Manuer deLucca, significa ,.creador, ¡:rirnercl o11 todo,,83. v el c¿noár, ave repre_sentada en los más antir¡rr.s ol.nrentos de cultura materiar de ros An_des, encarna hasta hoy a rrx; pr.¡rios cJioses aÁainó". óo-nu¡"n" reer rosartícutos citados de,Aug¡trst. per\a y Miguer pinio, énloi que se t istanmuchos de ros apeilidos n¿¡trvrs coil su cr:rrespondiente sígnificado.

, Mq¡os_9bvio que er apeil icio, conro oronrentc¡ identitario, es er nombrede pi la. sin embargo, a través cro ór tarnbi¿,, pue,Jó i" l iñ.Lr." ra iden_tidad grupar. De hecho, una de ras rec'rnenciacioneJJé i ire"""" y pool

es el de poner "

lor.I :-: j1o1b1es originarios,,; el loJmismós nan adop_tado nombres originarios, como i lra[a y Nina cnasr.á;;. Aunque elrevival ismo propudsto.me parece una'postura anacrónica y obsoreta, elcitado docu m e nto co nti ene ere me ntos oi gnói a;;;;;ffi i 'acion.suele suceder, en otros casos, que cuando un individuo ha cambiadosu apeil ido nativo, por otro españor (por ras conoiciones ,o"¡"1"" arribaseñaradas), éste demuestre su anr'b¡o por retornar a sus raíces y deesa forma reivindicarse, esc_ogiendo para su progenie nombres que aru-dan a su cuttura de orisen. sul laoo füe et.";J;;; ; ; ; ; ; ;" nacido enLa Paz (wencesrao,,Vii lan.ueva) y su conyuge tupr guaranr de Tari ja(.Fernanda ortega Viila) quienes pbr s, con'o¡"]é"ñ"rür"l"n ra Argen_tina, se afianzaron en su identidad indígena y erigieion er nombre de

::l,Tgn\uya Wiñ.ay,,, para su bebita de cuatró mesés, Las autoridadesdel Registro civir argentino, obviamente, no ro permit ieron y er hechotrascendió a través de ra prensa. Los padres .ri¡rránü6án qr" opt"_ron por ese nombre por sus ancestros y por preservar la cultura de estaparte der continente.,. .Queremos queiea rearidad ra revitarización delas culturas,,, señalaban85.

81 Peña 1996 ' u ' p into r997. 83 ci t por pinto 1997.8a i l rescas & poor 1994: 0185 PRESENCTA 1996 c

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á1

1.c. Qué y cómo vest imos

Otro elemento ident i tar io muy importante es l ¡r i r r t funlrerr ler le, yÉ r l t telas sociedades se dist inguen entre sí , a simple vistei , ¡xrr r¡u úHEllrnetr tFlPara el caso andino tenemos un elocuente mito recogrt lo ¡ror el r ; rrr l t l ¡ tajesuita Bernabé Cobo, según el cual "el Criador (Viracoclrrr) forrrrr i debarro en Tiahuanaco las naciones todas que hay en esl€l l r (1n.1, ¡r l t t tan.do cada una el t raje y vest ido que había de tener. . . les nr¡ lul¡1 Fé sumiesen debajo de la tierra, cada nación por sí, para que do i¡ll i fncEelr esal i r a las partes y lugares que él mandase; y que unos s¡r l tnrur l ( lE

suelos, otros de cerros, otros de fuentes, de troncos de árboleir.¡. = = ¡r loacuales comenzaron a venerar, cada provincia el suyo como guacr u¡ lr lr rc ipales, por haber sal ido y empezado al l í su est i rpe y l inaje.. . porr inrrr f t r

sus imágenes y estatuas en dichos lugares y así cada nación vnr¡liacon el traje que a su guaca pintaba"86.

Si pudiésemos retroceder en eltiempo hasta el Horizonte Tardío, colnole llamamos los arqueólogos a Ia época de los inkas, y nos sentásemosa ver las multitudes que de remotos lugares llegaban al Cusco, la capi-tal imperial, seguro que con toda facilidad podríamos distinguir a lospropios cusqueños, de los kollas (del sur), o de los cañaris (del Ecua-dor), o de gente de otros de los múltiples grupos que allí se congrega-ban. lgualmente hoy la vestimenta permite diferenciar unidades meno-res dentro de las unidades mayores arbitrariamente establecidas por

los grupos dominantes. Así pues, los jalka visten de forma diferente alos tarabuqueños (ambos ubicados en Chuquisaca) con quienes colin-dan. Así también, los ponchos de los aymaras de Escoma, son diferen-

tes a los que usan sus más cercanos vecinos, ylos tejidos de Coroma no tienen parecido con

86 cit por Gisbert et al. 1987: 11

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eij2

ls 9" los grupos cercanos. Muy irustrativo ar respecto resurta er ribro deGisbert, Arze y Cajías que te aóonse¡ó leer.Y ya que hemos habrado de coroma, digamos que para este ayi lu ypara muchos otros ros e'epis s .,¿¡¿fl6i,, o'" t"¡iáüóí" pl, sigros hanconservado, encierran ra identidad misma oe la comunioro. por ei lo,cuanoo una serie de tejidos fueron robados de coromá fár.

"", vendi_oos en el exterior, ra comunidad sintió que er arma de

"r i ánteprsados,se había ido con eilos. y, asimismo, er armá ,nl;il-dJilroo Resurtaaltamente irustrativa-ar respecto er cortometraje .,Er camino de ras ar_mas" de Eduardo López.

1.d. La Rel ig ión

.un tema preferido por argunos antropórogos modernos, está referidoal "sistema de creencias,; de ros divbrsos puebros, ya sea simpre ocomplejo, y que de manera general l lamamos "rel igi 'oá,,. Resulta inte_resante observar c.?mo los individuos pueden ideniÍficarse por su reri_gión así no compartan ningún otro elemento de aOscr¡pó¡On.El caso más ilamativo que conozco es er de ros farashas. Los historia_dores aún no se han puesto de acuerdo sobre er origen de estos judíos

legros que llegaron a,fundar un reino propio e indep"enoünte oentro deEtiopía y que perduró hasta ers. XVil. En argún ,no,i..'"nto oe su historia,los falashas habrían,adoptado ra rerigión hébrea intruio-ós quizá por uncercano asentamiento judío que existía en Erefantina (Ario-Égiptb), e;_tre los siglos Vr a rV antes de cristo; aunque según oiras invest¡gacio-nes, su fe les habría llegado a través del VemenlLo cierto es que er Rabinato centrar de rsraer ros reconoció en 1973como descendientes de ra tr ibu de Dan, perdida desde el año 722 a.c.

gya¡do. tos asirios provocaron ra caída obr re¡no i;;;;f, áriqr" es unahipótesis muy cuestionada. Desde aqüertas remotas épocas en que rosfatashas eran unas 250 mir personás lnoy ""

;"l;.-irá;; 28 mir), raincógnita sobre su origen se mantiene.'con ra péiJüá oJ'su indepe¡_dencia, los judíos etíopes se convirtieron en_ una minorfa pobre y des-preciada por sus vecinos. su existencia recién se conoció en er mundooccidentat en er s. XVilr por intermedio der exproráoói J*". Bruce.Aunque ros farashas desbonocen eL ñénreo, sus creencias se basanfirmemente en ta Bibtia.-!:]:-"1:l,gr".io, una antigua tengua etfope, yson escrupurosos observantes de rás reyes de higiene, aiimentación ydel catendario judío. En ra década pasa-da, debidó á rá ñároruna que

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cast igó al terr i tor io etíope, mi les de falashas emi.r-¡nnl t a lereelH¡ l , (Juéte parece?. Unos negri tos unidos nada menos ( l l r ( t rr lnr i l r rr l inn (r¡ tre

dicho sea de paso son bastante racistas) a través do rrr rllrlr:o elellrento: la rel ig ión. No sería raro que si los palest inos logr iur r i r rr :oirrel i r t r , y

el terr i tor io que hoy ocupan los judíos vuelve a sus manor¡, krr¡ faleelraedeban compart i r el suyo en Afr ica con sus *hermanos" ( l (1 rcl luklr !

Para poner un caso más cercano, podríamos acudir a l i r r ; lClr i ¡ ;a r leRamos Gavi lán. Cuando por pr imera vezleí este fabuloso dor:r¡rrre¡nl¡r ,quedé admirado por la habi l idad con que -según se percibe- lo¡¡ i r rr l lnh'nobles (curacas y caciques) manipulaban esto de la religión a su (:orr

veniencia, alineándose aparentemente con el cristianismo para oblclrel

el máximo provecho personal. Por ejemplo, en una parte se lee la eloclaración de un curaca que señala: "Si en tiempo cuando estábamoetodos ocupados en servicio del demonio flos españoles les habían dl=cho que todo lo que no era cristiano erademoníaco], el inca nos relevaba de ser-vicios personales, y de acudir a la gue-rra, por qué ahora después que la ver-dad del Evangelio se nos ha predicado,estando como estamos en servicio dela madre del verdadero Dios fla virgende Copacabanal, no nos han de relevarsiquiera de las mitas de Potosí?'88. Ade-más del astuto manejo de argumentos,se puede ver que la conversión al cris-tianismo les podía significar cierto tratopreferencial frente al resto de la masaindígena.

1.e. Qué y cómo comemos

Los grupos humanos también se dife-rencian por lo que comen y cómo lo ha-cen. Aunque parezca secundario, éstees un elemento de primer orden. Dehecho, un individuo puede adoptar concierta facilidad un idioma extraño, vesti-mentas ajenas, una religión que no es

87 Colección CONOZCA MAS 1994 b: 6788 Ramos Gavilán 1976:91

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la suya, etc., etc., pero difícilmente cambiará sus preferencias atimenti-cias. Al respecto, me impresionó una entrevista que le hicieron a unperuano a raíz de la propagación del cólera. "probablemente enfermecon cólera y me muera, pero seguiré comiendo cebicher, decraraba.De igualforma¡fray un pescado oéric¡oso que se llama ,.fugu,. -llene unveneno mortal, por lo.que hay que saber piepararlo. A los jáponeses lesencanta, aunque cada año mueren unas sesenta persoñas por su in-gestión8e.

. una antropóloga de la talla de Alison spedding, a quien personalmen-te conozco y a quien considero una de las mejóres leóriias y quien hadesarrollado uno de los más frucilferos trabajo's de campo, púdb asimi-larse a las costumbres y tradiciones de los aymaras oe'loó'yungas, ieintegró a la comunidad, utilizó sus prendas dé vestir pero nunca,-repito,lyncg pudo superar sus hábitos allmenticios; y, ojo, que estamos ha-blando de una antropóloga. plasmó su total ari¡máaversión en un artí-culo que con el sugestivo tftuls de: "semiótica de la cocina pacénaandina: o porquerfqs^ quq se hacen pasar por comida>,, fue pubticadopor la revista uNlrAS en Junlo de t g93 y que te valió inmediaitas y ruribundas réplicas, como la de nuestro amrlo'Rolando costa Árdú =so', ad@-más de la suspensión de la cátedra uñlversitaria en las carreras deantropologfa y arqueologfa de la UMSA. comenzaba, la investigadorainglesa, señalando que durante su primer viaJe a los Andes (1ggá-g), ládaba la impresión de que ta cocina andina habfa sido creáda poi ál-guien cuyo concepto de lo que era (rico,' para comer era totaimenteopuesto al suyoel.

De hecho, la cocina no sólo tiene la cualidad de nutrir a los miembrosde un grupo humano. Existe todo un cúmulo de significados que séexpresan a través de ella. Laura Esquivel, la famosa autora meiicanade "como agua para el chocolats" (película muy ilustrativa, por cierto,

8e Casado 1 987: 76-81 . eo Costa 1 999 . n' Spedding 1 993

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cación. Este úrtimo es, en rearidad, una vianda hecha a base de carnede res que ha sido cortada en cubós rerativaméntlgr;i;" y adereza_do a gusto. otro país que tiene entre sus pratos u"ü.iés ,n fricasé, esAtemania, naturarmente distinto at trances-y;i;"rü;;; iues está he_cho en base a trozos de poilo deshuesacro que vienen cubiertos de unasatsa hecha con vino.y espárrago. er tr¡caJét;lili;;ñarentementeno debe su origen a ninguno deésos dos.pratos, siñó, pé'¡oremente, aotro llamado "cailos a ra madrirena". en iiñ, h"vi"á. Lñá"r""" oranza.Lo cierto es que, como dice un artícuro, *erfr icásé; un; de ros pratosmás bolivianos que uno se pueda imaginar,sa.

Entre las cosas que pueden enorguilecernos a ros herederos de rasculturas andinas y amazónicas, esta"át haber dado ar mundo una enor_me contribución en materia ar¡mentic¡a, no sóro poi rá ".ñiiiao

oe vege_tales y animares que se domesticaron en nuestro continente (como el1naíz o.la papa), sino por ras variadas formas de preparación que inven-taron.. una muy pequeria muestra ar respecto es erborto-metraje de 29minutos "De papas, chicha v ajr", dir ig¡áo pór vrr i iá ÉJdn¡" Muñoz.

1.f. Dónde y cómo vlvlmos

No hace farta mavores conocimientos para darnos cuenta que, dadala diversidad de condic¡on"" "l¡ráli"ulle"onOricas

y sociates, los gru_pos humanos han fabricado y fabrican áus moradas de diferente mane_

á?;Jr5jl"'tican et uso de su espacio exterior e interiói Já ,.n"r" rnuy

,4 LA RAZON 1995

¡,.,,,&.:,fuf::''

Por ejemplo, cuando le pedimos a unniño.que dibuje cómo vive un esquimái,

lo hace poniendo a su persona¡e ce¡_ca de su "iglú" o casa de hielo-. Tam_

bién sise trata de un *piel roja>,

,

rrl

;*¡ t , i { : ' '

.{,

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á-

seguro que el niño dibujará su "t ip i ,> o cas¿l c lo:¡ lnr¡ t t la lr lc hcr¡t ta r 'enpalos y pieles.

Los aymaras actuales aún er igen sus viv iend¿ls ( :onto l ¡r l ra¡ ' ¡at t Eutantepasados hace quinientos o más años, aunque ¿t l i t r f t r l ¡e t le l rÉnr,r , lEpaja, y la madera ahora añadan mater iales tales como l¡rr l r l lkr ts, r ;c lrrcrrto, estuco y calamina. Los grupos del or iente, especialrnr. l r l r ¡ UuÉrar r les,hasta hace muy poco t iempo construían enormes viviotrr l ¡ rr¡ l le irrcr le¡*hor en chiriguano, *oó, en tapiete, <oy> en guarayo, .oi' (]11 Jt¡1ilFiÉlll1c,

"ogá' en guaraní y " tudiúa reta" en sir ionóes, en las que vivfn In fat t t l l la

extendida, es decir , no sólo el padre, la madre, y los hi jos sino lon al¡ i iclos, tíos, sobrinos, nietos y el antropólogo (je-je).

Al ser parte del bagaje cultural, la casa también se convierto .ln unelemento de adscripción.

1.9. Músicay Danza

Los pueblos generan expresiones musicales propias, y que formanparte de suacerbo cultural.

Reivindicar la música y danza ancestrales, suele ser tomado como

sinónimo de reivindicación cultural. Con frecuencia se escucha en la

radio o en la televisión que los grupos folklóricos son los únicos que

foftalecen la identidad de nuestro pueblo. Esto es casi totalmente cier-

ss MontañoA. 1987 b: 114

t

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to, pues también fortalecen la identidad las vendedoras de api y llaucha,las tejedoras de awayus, los fabricantes de borsalinos, los humoristas yhasta los ancianos que tienen un rico repertorio de dichos e historia3locales. Pero los músicos son, en efecto, quienes tienen un contactomás.directo y extendido con las grandes masas a través de sus espec-táculos, discos y videos, por cuanto se convierten en la expresión hásalta de la cultura de los pueblos.

. Por otra parte, en nuestro medio he constatado, más de una vez, quehay una tendencia en los jóvenes a sobrevalorar la música extranjerá oaquella _que se considera universal. Sin embargo, al llegar a la edadadulta, ellos mismos retoman la música ancestral porqu-e les es mássig_nificativa. Es más, en los últimos años ha habido una búsqueda y unesfuerzo por enarbolar como propio de todos los bolivianos, no sola-mente la música llamadafolklórica, sino además la música consideradaautóctona. Emparejada a ello existe una revaloración por los bailes einstrumentos musicales tradicionales.

Así como ocurre con el lenguaje, la vestimenta y otros elementos cul-turales, la música puede constituir$e en un vehfculo de alienación. Se-gún el informe de los organizadores del Festival Internacionalde Músi-ca Barroca que se llevó a cabo en abrildelaño pasado (97), el misione-ro jesuita echó mano de todos los medios a su alcance para lograr etobjetivo de la evangelización, más la especial sensibilidad delhativochiquitano, hicieron que la música se conviefia en el principal vehículode transculturación de los pueblos chiquitanoseo.

Es increíble como, a través de la música, los pueblos pueden trans-formar gran parte de su cultura. La juventud se aliena, en gran medida,a través de la música. No sólo sucede eso con la juventud actual enrelación a la música anglófona. Sucedió con nuestros padres en rela-

96 PRESENCIA 1996 b

POR .[L :]IATURALISTA FRANCES ALCI DES DESSAL¡NES

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ñ9

Ción a la múSiCa mexigana, y con nuestros ahtlt t f trr¡ elt lclari lón E lé

música argentina.

1.h. Nuestras F¡estas

*La fiesta -a decir de Montes- es la cara.opuesta de l¡r t¡xk¡tclltlla

oialá; "l-r*"i"o

dá la inerte máscara de piedra con que ol irrtll¡ ae

oroteoe del opresor' En efecto, la careta festiva de estuco o do lnln t¡tle

ii.u.n"Lé-Oáilarines, cubre su máscara psicológica [creo quo cltll€lc

áá;i¡uigó así como rbal rostrol de sumisión, indiferencia y autocollt¡t¡H'

oermitiéndoles manifestar librémente su verdadero rostro escondielo tltl

i"-Jó"ini*-eñuirtro de este paradójico recurso de cubrir para doectr

ü¡i-ioOoJ t,¡s OeseóJ inconfbsados, las energías constreñidas y loe

resentimientos ocuttói se desbordan en un torrénte de color, movimien-

to y melodía"e7.

Talcomo lo ha señalado Criales, la fiesta es el espacio donde Se "m¡-

Oeñ" iós plest i g i os re I ativos, I os ava n ces "99 | 9 ml":-1:,:?: i i

| :^": I^9 T -

ti#';; i, ñ ;;ü;.; üé é ñ " ré n i ro e n t re p a r9i as gr t t to pl?11 I 1.',"^p 391i;

ffii A il"";5ü;'ffi "

éñáágá.i"ásnd' s i ri, embarso' 3l sq q-u9 t?, I 1ff"r.áó á la atenció¡, á; co"nstatar cómo ¡as fiestas locales cumplen

además un rof n.luy ¡rpórtante: Ellas son un medio para afianzar la

ioe"i¡oáo de los inóivioüos con relación a

su particular región. Muchos pueblos, que

noimalmente éólo están habitados por

niños y ancianos, t ienden a explotar

demográficamente durante las fechas

festivás, dado que muchos residentes'

tanto dentro como fuera del país, retor-

nan a su lugar de origen para afirmar, una

vez más, su condiciÓn de lugarenos'

Elcaso de la fiesta de Caquiaviri en honor

at-fatá San Antonio Abad (el 17 de enero)

analizado por Lucila Criales sirve como bue-

na ilustraciónee, pero existen otros casos

éJpeciatmente dignos de mención como la

teót iv idad del señor de Qui l lacas en

Mocomoco y muchos otros que tú conocesMocomoco y mucnos orros que tu urrr ru\

y que valdrá la pena que comentes con tus

e7 Montes 1986: 315s8 Criales 1994: 46, 48ee Criales 1994:44-52

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alumnos. En un programa de radio Fides, se comentaba como un pue-plo "x" (ya no recuerdo cuál) había progresado gracias áláporte de sushijos casi todos radicados en el exteñor o en'ias gr"ñoé" ciudades,Enr?l el orgullo de decir que, gracias a una interesánte red de sorida-ridad, la mayoría de ros jóveneé eran profesionales titulados y que to-dos. contribuían al progreso del pueblo,'traducido en una ouena carrete_ra de acceso, calles adoquinadas, buena iluminación,

"i". po"o" vivían

allí, pero para la Fiesta, llegaban incluso de los Estaáos unidos.

f .i. Menos manifiesta, pero no menos importante: ta ideotogía

si bien me estoy orvidando de muchas señares o signos, no quisierapasar por alto la ideología pues, generalmente, es unó de'los eiemen_tos que mayor significado puedenlener al interior de un grrpo para quesus miembros se sientan "identificados, entre sí.

En estos días se ha procedido al hallazgo de los restos esqueletalesde "Tania, la guerriiler¿', d€ padres alemánes, nacida en tanigentiñJyque vino a desplegar una importante actividad'relacion.o. con la luchaarmada.que principalmente. cubanos y bolivianos protagonizaron en laregión de Valle Grande. cubanos, argientinos, oolivianoÉ v otros indivi-duos con diferente grado de instruccién, diferente color Je'piel, diferen_te acento, etc. ¿eué les unía?. una misma forma oe conóáoir la socie-dad, es decir, comunes ideales.

. Reflexiona: ¿Qué te acerca más a un amigo?. ¿El haber compartidotu niñez o juventud con él?, ¿ras farrasz, olsim'ítárei ioeares?. creoque efectivamente hay cosas que nos acercan a otros individuos, perootras -como la ideología- nos unen por toda la eternidad.

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2.a. ¿Qué son valores?

*Las reglas, como las actitudes y los comportamientos., non deflnlé€!

por lór "á"té.

de la cultura. Estós son criterios que incllr:an le d€cée=

6¡9 t l , , qr" no lo es. Cada cultura posee un conjunto do valnrcE CluÉ

sirven como pautas áel comportami'ento'1oo' Brown lo expllca de lB el=

é;üi" ilñérá, ,,roOas las óociedades poseen u.n s.istema ds valer€E¡

üñ óon¡unto de ideal, conceptos y costumbres relacionados entr€ Éf' é

1." qré se les atribuye gran importancia. La palabra valor,.tal como E€

empiea en este coniexió, signiiica algo importante para. el indivldus e

éilFl"GresaOo. En conseóuencia, un valor es cualquier cosa ' ldee'

éreáncia, costumbre u objeto- que, por alguna razón, es importante para

ta gente. Por otra parte, |as cosas pueden ser importantes para no8o.

tros de manera positiva b negativa: podemos decir que los valores posl'

tivos son las cosas .a favoó de las cuales estamos, en tanto que log

u¿lot"" negativgs Son las COSaS (contra> las Cuales estamos"lol; én

otras palab-ras, se posee una escala de valores, dentro de la cual exis-

ten los (valofes> en sí, y lo que podríamos l lamar, con máS propiedad,

..antiValOfeS,,.

2.b. Los valores son relativos

Así como <una persona t iende a suponer que. a todo el mundo le

qusta lo que a el la le gusta y que todo el mundo piensa siempre lo que

Éllá'ói""Já, 'oi, ¿s¡ tos"grupós'humanos suponen que lo.que para el los

está bien, es Io correcto, pero no es así ' De hecho en el mundo existe

talvariabíl idad de culturas que la escala de valores para un grupo pue-

Je estar invertida en otro, es decir que, lo que para.un grupo representa

un antivalo r, pa(a otro puede, más bien, ser un valor muy alto'

Para ilustrar mejor esto veamos algunos casos. En las sociedades

maáfristasy monógamas, el hombre se jacta de que s.u mujer le perte-

nece en exólusividád y consideraría como el peof insulto que alguien se

átreviera a sugerir qró te gustaría siquiera tocarla (eso no signif ica que

ñá exista et aJulterib, peró éste está encubierto). En cambio, en nume-

rosas sociedades tri'Oáles no existen demasiados prejuicios' Resulta

muy habitual entre los masai y los bantúes delAfrica, por ejemplo, que

1oo UNICEF 1993 a: 13'101 Brown 1968: 125 ' 102 Hi l l & Stone 1982: 346

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los maridos ofrezcan sus mujeres a sus invitados para mantener. rela_ciones con ei las1ol. y ni que decir de ros esquimátes fámosos por eltrato cordial que brindan a sus visitantes. preci iamente una muestra de.su cortesía e^s.ofrecer su esposa al huésped para que comparta er re-cho con ellal0a(yo estoy tramitando una "bequita" a¡[r]';;). Es más. Esmuy común que ros esquimares realicen iniercambio de esposas (yame estoy desanimandg.g" la .,bequita'). Este canje de esposas sueleser el origen de una sólida amistad entre los ¡ornSr"sros-

-

v.9apo9 un segundo ejempro, referido ar ., trabajo,,. Dice er refrán que..el trabajo, cualquiera que éste fuese, enaltece,;. Muchas culturas t ie_nen entre sus más sublimes valores al trabajo. Es bien conocido, porejemplo, que en er imperio de ros inkas regfan cuatro

"énó¡rto" posiüta_

dos que sintetizaban.el derecho penal im-perante: r l loieás mentiroso,ladrón, asesino, afeminado ni perezosoloo, La pereza"áui"t, como uncomportamiento innoble. se dice que cuando úna comunidad había ter_minado todas sus faenas agropeiuarias y de otra índore, no se echa-ban .,de panza> a descansár pues er safia Inka (es oéc¡ier monarca)les imponía, entonces, mover un cerro de'un sit io a otro,giano de arenapor grano de arena, pied.ra por piedra ¿para qué?, pará que no esténociosos. ¡Qué gran lección para el momento a'ctuair. Et traba¡o era tanimp_ortante, que er dla en que deberfa empezar ra siembrá era decrara-{9.o.ia de Fiesta, y er propio sapa Inka -vi;r ie;¿;srr ráiár"" garas- sedir igÍa a las t ierras de labranza y hundía la chakitakl la en el suelo dandoinicio a las labores, y ar son d-e cárrt icos que todos entonaban comomuestra de fel icidad.

Así como ros inkas, muchas curturas de oriente y occidente varoranen grado sumo er trabajo. No por nada.de u¡ ,,¡!19,-qr" a" .,raja.trabajando se dice que ..trabaja como chino,.

Sucede, sin embargo, que no para todas ras curturas es iguar. por elcontrario, en Abisinia ng l.y mayor injuria que decirre á ,ñoI"r, paoretrabaja", porque er trabajo en g-enerar es consideraoo lói eilos comodegradanteloT.

¿Y que decir de los ideales de bel leza?. Hace poco, la revistaNEWSWEEK sacó un artícuro en base a una encuesta rearizada"en1996' y que más tarde fue reproducido por un periódico rocar. Ailí seanotan 11 claves del atractivo tanto masculino como teménino. sin em_bargo, al l í mismo se subraya-que *def inir una norma oe oet leza puedeparecer mucha pretensión,,108. Eñ real idad los cánones-oe ta bel leza

r03 Plana 1997:48. roa Colección CONOZCA MAS 1994 a: 46-47105 colección coNozcA MAS 1994 at 47 o tos eonce sanginés 197s: 1 7ro7 A. Liano, ci t . por Montaño A. 1987 a: 137 . '* LÁ RRZO¡¡ I ggZ

Page 70: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

que nosotros manejamos (por ejemplo una mujer "90-60-90"), no son necesariamente universales ni en el espaclo,ni en el t iempo. De hecho, a través de las muestraeescultóricas que nos llegan del paleolítico superior (comoson las llamadas Venus de Willendorf, de Vestonice, deLaussel, de Lespugue, etc.) observamos una especiede .culto a la gordura". Podemos presumir, a través deellas, que la preferencia de nuestros remotos antepasa-dos se inclinaba por la mujer obesa, asimismo, obser-ven ustedes a las rollizas damas de los cuadros deRubens, las mismas que -en su época- pudieron provo-car igual admiración que las huesudas modelos actua-les. Pero esos ideales de belleza no han quedado entera-

mente en el pasado. En algunas tribus delAfrica oc-cidental, por ejemplo, a las mujeres que van a des-posarse se les exige que cumplan con el idealfeme-nino: la gordura. Así, las muchachas prometidas son

encerradas literalmente en "chozas deengordamiento' donde se les conmina a in-gerir grandes cantidades de comida con elfin de lograr el mayor aumento de peso posi-ble. De igualforma, la obesidad es valorada comouna virtud en la cultura polinésical@.

Resulta interesante analizar las preferencias que,en ese sentido, se evidencian también entre algunos gru-

pos étnicos del territorio boliviano. Holmberg, en su ya cé-lebre obra sobre los sirionó, consigna datos realmente in-teresantes. En un párrafo comenta, por ejemplo: "Ade-

más de ser joven, un compañero sexual deseable, tam-bién debe ser gordo especialmente una mujer. Unamujer debe tener caderas anchas, senos de buen portepero firmes y un depósito de gordura en sus órganos

sexuales. Mujeres gordas son referidas afectuosamentecomo eréN ekída (Vulva Gorda) y se cree que sonsexualmente más satisfactorias que mujeres flacas, que sondéspreciadas como ikáNgi (Huesudas)"tto. Por otro lado, lefen alguna parte que los aymaras también prefieren a la mujerde cadera ancha y cuya redonda barriga sobresalga por enci-ma de la faja ventral. Para ellos, los senos sirven sólo para ama-mantar a las wawas y no constituyen ningún atractivo sexual.

ros Plana 1977:47. 11o Holmberg 1978: 148

Page 71: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

74

Un úl t imo ejemplo, y esta vez refer ido a la virginidad que tampoco es

un valor universal. Carter y Mamani comentan que , . los españoles oue-

daron pasmados por la indi ferencia que mostraban los nat ivos hacia la

virginidad en sí. Cobo escr ibió: *Nunca conocieron el resplandor y her-

mosura de la cast idad, para hacer est ima de el la, antes les era muy

ofensiva la virginidad en sus mujeres porque decían que las que esta-

ban doncel las no habían sido de nadie queridas.. ." Otero, al respecto,

asegura que los mismos conceptos son aceptados por los

cal lahuayas.. . , ,111. Holmberg por su parte, en la obra arr)ba señalada,

apunta que para los sir ionó tampoco la virginidad es una vir tud1l2.

Por tanto, aunque algunos af i rmen lo ccntrar io y aunque otrospropendan tal vez con buena intención a la unif icación de valores, no

existen valores universales. Como maestros, además, debemos cui-

dar nuestras apreciaciones, por ejemplo , al iuzgar a las nuevas genera-

ciones, ya que se ha hecho muy común escuchar que "viv imos un pe-

ríodo pletór ico de ant ivalores". Una vez más aclaro que lo que nosotros

consideramos como ant ivalores, para otros son legít imos valores. El

respeto hacia ellos, es la base de las armónicas relaciones interculturales.

2.c. Esto de los hábitos

Líneas arr iba mencionamos a Carl Gustav Jung y el concepto de " in-consciente colect ivo, ' por él desarrol lado. Pues bien, según expl ica estepsicólogo en var ias de sus obras, los individuos heredamos hábitos y

los hacemos nuestros. Somos, por tanto, víct imas de la habituidad.

Cuando pasamos por una iglesia, por ejemplo, lo pr imero que hacemos

es persignarnos. ¿Por qué lo hacemos? Alguien dirá: . ,es que somos

catól icos". Es cierto, pero se trata, ante todo, de un movimiento ref lejo

inconsciente, un hábito. Ya no nos ponemos a meditar por qué lo hace-

mos, tan solo, lo ejecutamos.

Conviene añadir que los hábitos forman parte de la cul tura de una

sociedad, y por lo mismo -como todos los demás elementos de la cul tu-

ra- no son inmutables. Hay hábitos que pueden y deben perpetuarsp y

otros que pueden y deben ser reemplazados en atención a la obtenciónde mayores benef ic ios para la comunidad.

'11 Carter & Mamani 1982: 191 . 112 Holmberq 1978; 151

Page 72: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

7€

cuando, en otro apartado, hablamos de terr i tor lal idat l y l t l t1gn t lel fe

nómeno l lamado *migraciónD, pusimos como ejemplo i t l l ¡ t l t tnn'n¡ t l t t ln

nes de bol iv ianos reáiáentes en' laArgent ina. Una frase al t¿tr t tnt t lc c lgt t l

f icat iva que aparece en el art ículo de Herbert MontaÍ io t t : , la t¡LIe

transcr ibimo, r "onl inuación:

. .Hay una razón contundentc f ) i r l i l Étr t l

rnrt"r la bol iv ianidad entre los hi joá de famil ias bol iv ianas qu(, \ l ( t i ¡ l ( l t r l l

en la Argent ina: aquí somos rr l?r!¡ inales"]13'

ó,,Marginales,,?, es decir , c iudadanos que están al margen, clLto r i ' r l l

Oe", i i t ¡*J"ategoría, y a los que se puede humil lar y desdeñar con c; i6r l ¡r

tac¡f iáao. gscñbía yó, nace algún t iempo, que (por. una. parte se l ' r¿r(:e t

p"üñt" "l

r'L"ho dé que el móvil para la búsqueda de la ide.ntidad' ptttt

bó r .r el s imple hecho de sent irse miembro de una determinada col6r:

t¡uiJá0, pero'está claro que también el hecho de estar sumido en l i r

áOuár"¡daO comfn, éé fuerte móvi l para encontrar la unidad"l 'a. ¿QuÓ

"¡énlt¡"" esto?. A través de la historia de la humanidad podemos obser-

uu" ' . "Oro

pueblos íntegros, recién en condiciones de sometimiento'

uuscán la unidad, pues"sumidos en la opresión se dan cuenta de los

étementos ident i tai ios comunes que poseen y acentúan. aquel los ele-

mentosquehacenreferenciaaunacondic ióndel ibertad.

Es impresionante observar cómo miles de bol iv ianos que en Bol iv ia

¡amás habían visto a la virgen de copacabana, la descubrieron en Ar-

tñ; i i ; " y se hicieron devóos de e¡a. Es más, et . .presterío" andino

t iene una treintena:de grandes f iestas patronales en B.uenos Airesl ls '

Én él f"r , los bol iv ianos ! sus hi jos (no precisamente bol iv ianos), v isten

ñu."iroé trajes típicos y'danzaÁ nuestros bailes al son de nuestra músi-

ca, elementos que cúando vivían en Bol iv ia probablemente no les

importaba,.uncorcho" 'Yesque,depronto, lavirgenylasexpresionesfolklór¡cas, se convierten en referentes que los identifican con una co-

i"ótiuiOuo tuyor, la boliviana en su conjunto;. y gu9 les provee del re-

tuá,o psicolégico necesario, ante otra colectividad que los margina'

Lo mrsmo sucede en . ,yanqui landia", y otros lugares del planeta' don-

de los bolivianos se reúñen a festejar el 6 de agosto y fervorosamente

cantan e| himno nacional, lo que probab|emente nunca en su vida hicie.

ion én Bolivia. Allá crean frat'ernidades folklóricas, comités de defensa

denuestropatr imonioyunaser iedeotrascosasque|oS..Vincu|an' 'óon et, ahorá, le jano puís, y que les da un sent ido de pertenencia" ' una

ident idad.

r13 Montaño R. 1992 ' 114 Sagárnaga 1994 '

115 Montaño R' 1992

Page 73: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

76

En tan penosas si tuaciones, por tanto, suele darse lo que podríamos

l lamar una ( toma de conciencia étnica' , , la misma que di f íc i lmente sedaría en condiciones normales. Dicen los bol iv ianos que l levan treintaaños en la Argent ina que, <<como sigamos con miedo a mostrar y decirlo que somos, negándoles a nuestros hi jos el derecho de ident i f icarsecon nuestros autént icos valores cul turales, no sólo terminaremos sien-do un producto híbr ido, seremos abominables. Pasar de una cultura aotra, impl ica un renunciamiento que nos desarma y nos pone en el bor-de de la pérdida de ident idad"116.

En resumen, ante la marginal idad, la ident idad cultural surge comouna tabla de salvación de los grupos.

En la l l l Parte de este ensayo (y que viene a cont inuación), pretendo

discut ir algunas otras característ icas de la IDENTIDAD como tema deanál is is.

Al ienación. <.f i l is¡¿¡, ' s igni f ica , ,enajenar, , , o sea, pasar a otro el do-minio de una cosa.

Acul turación. Redf ie ld, L inton, y Herskovi ts han def in ido laaculturación como . .el conjunto de fenómenos que resultan de que unosgrupos de individuos de culturas di ferentes entran en contacto cont inuoy directo con los consiguientes cambios que surgen en los modelosculturales or iginales de uno o de los dos grupos, '112.

Transculturación. Este concepto, como nos lo hace saber MontañoAragón, fue propuesto por el Consejo de invest igaciones de la cienciasocial hace ya algunas décadas118. lmpl ica asimi lación de pautas e in-f luencia de grupos humanos de otra cul tura a través de diversas formasde comunicación.

Part icularmente, cuando me ref iero a los cambios comportamentq, lesde los individuos de una cultura por inf luencia de otra u otras, yo pref ie-ro ut i l izar el término . , t ransculturación,, en lugar del de . ,aculturación, 'por una simple cuest ión et imológica, ya que el pref i jo . ,¿, ' s ig¡ i f ica , ,s in, ,

y el pref i jo . t rans' , señala s implemente , ,cambio, ' . Ningún indiv iduomuda de cultura como mudar de ropa. Es decir -por lo anotado l íneas

r16 Montaño R. 1992.117 Centre d 'Etude de Promot ion de la Lecture ' l 978: 10118 Montaño A. 1975: 53

Page 74: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

77

arriba- nadie se quita su cultura y, una vez desprovislo de ella, ce pette

otra. Los procesos de cambio son, más bien, paulatinctn.

A estos conceptos, vale la pena añadir otros con los que llcy eÉtfeghg

relación.

Uno de el los es el de ,.asimilación", es decir, la adopciÓn clc elemen=

tos foráneos acompañado de la el iminación de los propios' En eOntre=

posición, la *integración,, signif ica la adopción de elementos foránceg

qu" no implique l-a pérdida óe las característ icas originales, slno mée

bien ta orgáni2ación esos nuevos elementos según los modelos y vclo:

res autócíonos11e. Otro término que podríamos incluir en el brev€ anÉll=

sis es el de contraculturación (<como expresión neta de una resistenclg

que Sabe a choque,12o. No Se trata, en Cgnsecuencia, de rechazar ttl'

dos los elementos que nos Vienen de afuera como atentatorios a nueB'

tra cultura, sino de tener la capacidad de análisis para que como en

una aduana sólo ingrese lo que nosotros consideremos apropiado (ejem'

plo: programas de [elevisión). Pero, de haber "contrabando" hayamog

tr"ubo iós ,,anticuerpos>> necesarios como para evitar la infección; esto

eS nuevamente, tener la capacidad de anális¡S y crít¡ca suficientes.

como en la I PARTE, te sugiero escribir nuevos ejemplos obtenidos

de tu propia experiencia de vida y escribir los. Pide a tus alumnos que

escr¡ban los ProPios.

Asimismo, sería interesante que hagas una l ista de tus elementos

identitarios /Otra lista muy'útil, sería la de los diferentes grupos a los cuáles perte-

neces y frecueñtas. Te sorprenderás cuando analices elvínculo, eS decir,

á razón por la que te sientes ligado a ellos (los ideales,.la vecindad, el

cacho, la literatura, el trago, dlgo ¿no?). Adicionalmente sería conve-

niente'que clasifiques eltipb de ágrupación (cultural, territorial, o ¿que?)'

t1e Heise et al. 1992: 18 ' tzo ¡y1on,"-o A. 1975: 48

Page 75: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

78

III PARTE

OTRAS CARACTERISTICAS DE LA IDENTIDAD

La identidad puede ser considerada de manera objetiva pero a lavez-y sobretodo- atendiendo al .mundo subjet ivo,, . Objet ivamente, un indi-viduo puede o no pertenecer a un grupo, pero el lo no necesariamentet iene que ver con la vis ión del sujeto de anál is is. Subjet ivamente elindividuo puede (o no) sent irse miembro de un grupo y por su parte elgrupo puede (o no) concebir al individuo como parte suya, sin que nin-guna de ambas posiciones tengan nada o mucho que ver con la real i -dad.

Por otra parte, cuando el individuo inconscientemerrte reproduce al-gunos elementos que lo adscr iben a deterrninado grupo, estamos fren-te a un caso de., ident idad implíc i ta, ,121 . Es decir , el no necesita ni s i-quiera verbal izar lo, decir lo; y hasta puede negar su verdadero ser, sureal identidad, pero demostrar otra cosa.

Una de las cosas que más me fascinó leer es una advertencia deRalph Linton, según la cual .cualquier cul tura sobrevivirá aunque seaen forma latente y muti lada, mientras exista un solo individuo que sehaya cr iado dentro de el la"122.

Ponte a pensar en dos grupos disími les entre los cuales se entablanrelaciones intercul turales como, por ejemplo, los galos y los romanos.Los comienzos de la República Romana datan del siglo Vl a.C. De pronto,en el s iglo V a.C., numerosas tr ibus de galos dejan sus hogares e inva-den Europa meridional. Estos hombres grandes, rubios, de largos bigo-tes, vestidos con túnica y pantalón, amantes de las telas de coloresvivos y las joyas resplandecientes y que ocupaban la Francia actual,l lamada Gal ia Transalpina, i r rumpen a través de los Alpes, los Cárpatos

121 ver Barragán 1 992: 40-42 . 122 cit . por Ponce Sangin és 1975: 27

Page 76: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

7C

y los Pir ineos, en busca de t ierras y l legan a la Gal i ¡r c) i : f i i ¡ r l t la, a Eepa=

'ña y Asia Menor, con sus famil ias á cuéstas' Roma lels t l ¡ l t t l le r tn elérel=

io, ó"tó ¿tte es aplastado con ímpetu salvaje' L9eg9' los galtta EnFEn

en Roma, pero no es tomada definitivamente y los inv¡tt;olc1F trE lllBr=

ón.n no sin dejar de pensar en el regreso. Roma cura f l ronlO hr¡a herl .

áá", V Ooi sigtós más'tarde extiende éu .,protectorado" hastit t,,u,.,:f::

úáliíug*n qúe desde niños internalizamos de los romanos, er¡* tllfc¡cn:

te a ta áe toé galos. Menos robustos y menos altos, de tez blaltr:tl, ¡rero

cáUel lo oscuró. Acostumbraban cortarse elcabel lo, la barba y l t t r i l t igo

tes, v vestian túnica. su idioma lo habían heredado de los latinos' I- retr,

poi í"nto, muy di ferentes a los galos.,Hagamos 99 cy"nt3' por ur l l l lo '

mento, que nada más existían ésas dos óolectividades. En la rolttt:it 'rl l

¡ntercuttúral entablada entre galos y romanos (violenta, por cierto), tttl

i l ¡ "é;ábía galo porque nó.era un romano, y un romano se sent ln

óomo tal, porque no era un galo.

cuando los takana, del actual oriente boliviano, entraron en contacto

"on to" inkas, debieron experimentar la misma sensación y af ianzar su

identidad en función del otro que era diferente a ellos; y siglos más

tárde, cuando hombres blancoé y barbados desembarcaron en suelo

árárí""no, Igs hombres de bronce y lampiños que habitaban este con-

iin"nt" se ídéntificaron a sí mismosfrente a los recién llegados que 9n

;;áá 59 tes parecrán. Unos y otros tenían diferentes costumbres, dife-

ián1á ref igiOn, diferente vestimenta, en fin, casitodo era diferente entre

ellos y fué entonces que los unos se reconocieron como una unidad

frente a los otros. Rún rroy, miembros de diversas culturas rurales en

áóiiuir util izan términos talós como q'ara, karaí o karayana para.referir-

se al blanco, o ,""iiro, y que tienen clara connotación peyoratival23.

La identidad se afirma cuando se feconoce la diferencia que existe

con el .otro,,. ge-a¡i que señalamos que la identidad está también en

i,-in"ün áá-r. ó.tró0"d,, o *alteridad" término, éste, que es más fre-

cuente en la literatura especializada'

Yaqueacabamosderecordara|gunasre|acionesentab|adasentreOlvárJos grupos a lo largo de la história, vale la pena aclarar el concep-

a j"-..inióriulturalida6J. la definición es sencilla, pues se refiere a la

123 ver, por ej . , Albó et a| 1990: 171

Page 77: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

80

relación entre dos o más culturas; y que puede ser -como lo anotaMontaño- violenta o de carácter pacíficorz4. De inmediato se nos vienea la mente situaciones tales como la acontecida en 1492, que acaba-mos de recordar en el acápite anterior, cuando los europeos arribaron aeste continente. Estos conocían las armas de fuego, y se las presenta-ron súbitamente a los amerindios. Casi de inmediato se entabló unarelación, pero desigual. Salta a la vista que estamos hablando de unhecho intercul tural .

Algunos personajes en función de gobierno (actual y anter ior) , se l le-nan la boca para hablar de * intercul tural idad", pero desconocen elver-dadero alcance del concepto.

Se ha dicho, y aparece así en nuestra Carta Magna, que Bol iv ia es unpaís multiétnico y pluricultural. No está dentro de los alcances del pre-sente texto ahondar en la conformación multiétnica de Bolivia y suscaracterísticas particulares, por cuanto nos limitaremos a sugerir la lec-tura de las importantes contr ibuciones de Saignes, .En busca delpoblamiento étnico de los Andes Bolivianos"; d€ Aguiló, " Etnias andinasde Bolivia,,; de Weber, .Población lndígena de las Tierras Bajas deBol iv ia ' ; o las más generales de Montaño, .Guía Etnográf ica l ingüíst i -ca de Bol iv ia, , ; de Diez Astete, "Antropología de Bol iv ia"; y de Albó etal . , . .Para comprender las cul turas rurales de Bol iv ia, , , que cOnSigna-mos en la Bibliografía Recomendada.

Pues bien, dos de los preceptos más importantes en un clima deinterculturalidad resultan ser el respeto y la tolerancia. Es decir, seespera que gente de cultura diversa que habita dentro del mismo terri-tor io entable relaciones armónicas, s in discr iminación y con considera-ción por el , .otro ' . Desde este punto de vista la intercul tural idad pasa aser no solamente un contexto, un hecho indiscut ible y rei teradamenteacaecido en todos los tiempos y lugares; sino una .filosofía de vida".Hay quienes l laman *mult icul tural idad" al pr imer caso, e. intercul tural idad,, al segundo. Creo que los rótulos no t ienen mayorimportancia.

Entonces, pensamos, aymaras y guarayos; queshwas y mosetenes;chipayas y sir ionós l legarían a convivi l en armonía. Nada más románti-co. En realidad, las armónicas relaciones interculturales son producto

de un largo y penoso proceso que debería iniciarse en el hogar, prose-guir en la escuela y que no debería detenerse a lo largo de toda la vida.Se trata de un cambio act i tudinal. de la incubación de un nuevo (<in-

consciente colectivo,,, de una apertura de criterio, de un replanteo entorno a las relaciones intergrupales hoy por hoy imperantes.

124 Montaño A. 1975: 48

Page 78: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

E1

Perolaintercul tural idadvamuchomásal láaún'Estr t l l lerr :c¡ l toFrcla=ciones intercutturat"; ü;; t,ri ái." sin darnos cuentÍr, y l]j l:" ello na ee

necesario i r al extranjero o a 'n "ong'" 'ó

de naciones or i{ l l r lHl lae L:oe

citadinos, por e¡emptá, se relaciona¡ cgn elvar i ta de la est¡ t t l l ta, la enr.

pleada doméstica, fá1""0"áóia del mercado, etc. , la mayttr in ( lc r l t l l *=

nes t ienen or lgen campesino V^por ende una cultura di forott l t l ' l ¡erLl

demos un paso mar_;dei.nte. bós personas nacidas en la rttit¡tlta e;ltl '

dad, que "on "on,"ñ[áiá"".r,-V-O-ü

hasta van al mismo colo.t¡.,' ¡ttte

den tener pautas o" Sotpottum'iento -al

menos ligeramente dilott rttlce

Cuando una pare¡á, con |as características anotadas, conforlll¿|fl i l l l

matr imonio-porejemp|o-suele.nobservarsut i |esdiferenciascultur l l | t lsque pueden tr"",.tpáleJados alg-unosconflictos' ¿o no es cierto qtto ul

marido suete reclalnar'u la esposa o¡ciánáore: .,-Lo que. es, mi rn¡ttlt¡l

iamás había pr.pui.áo;1"i;¡11-"n;qG la mujer'al hombre pueitltr

recriminarle afirmandó: 'En mi casa jarias se ha hablado un sólo dls

parate y ni mi paore ni mis hermanos oán"n un sólo trago' Yo me lttl

briado óe una manera diferente a la tuya''

Otro aspecto importante e interesalt-e' es el referido al 'prestigio'>'

En etapartaoo .ouÉéÉ'ÉÑrieÑoE POh IDENTIDAD'>, puse elejem-

plo del .<patito t"o" p-uárit""i not"t el sentido de pertenencia que pre-

valece en el individuo' Pero hay' en ese *humilde" relato' otro elemen-

to que me gustarí"'ñt"tttá noiát' El cuento podía referirse a un sapo

que crey$noo"" pu,ol]ñiiñruiit"ción ante el rechazo de su supuesta

familia, flero se pu"á "óñttnto

al encontrar a su verdadero grupo' es

decir los lapos' p"'o""n áuioá reat' tasiimósamente' no tiene la misma

importancia p"rt"n"t"' a un grupo que a otro' Supuestamente ser cls-

ne es más lmportante que ser pato' Y ]er p'a1o

": T3-t]:lortante que

ser sapo. Por eso ros qL9 nacéi t".q9-t' quisieran ""-1-p.1lot'

y los que

son patos quisieranélói"n"t' En oiras'pálabras' un grupo tiene mayor

.prestigio" que otros'

Pero el prestigio no sólo se refiere al grupo d",?:1:n:ncia' Una gran

parte de la actividad del ser humano "tú "n""'ninada'

n'o a ganar dine-

ro (por decir algo),:il; ñá";il1é"t'Eó Analicemos algunos hechos'

Hay gente, po, "¡.t-pio, il¿ gd:llm-ucho dinero en ropa' pero sr un

tipo usa un traje oe sóo dóiares' nadie- iá oáá cuenta de ello' porque el

traie podría tucir coáá til-o Uáq9 ooriv¡ánós nomás' a menos que él lo

diga: ,,¡Me costó sóci""iolát"' oouitm*ié' po"ot se atreven a decirlo

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82

para no ser t i ldados de . .sobradoresD. Para evi tar les tal problema. lasfábricas de ropa de

-al ta cal idad' , ya l levan su sel lo dist int ivo en luga-res vis ibles: las camisas . ,Pierre cardin, ' , los pantalones <(Alpach,, , laszapat i l las.,Fi la, , , etc. lgualmente, s i tu necesitas un carro para i r todoslos días a tu oficina, puedes comprarte un escarabajo del año, peroganas mayor . .prest igio, , , s i te compras un BMW o un Mercedes Benz.Pueden aducirse otras razones: mayor durabi l idad, velocidad, comodi-dad, etc. , pero en el fondo es sólo eso, prest igio.

Se puede decir , incluso, que la cuest ión del prest igio es algo innato enel ser humano. En la comunidad de Qiwaya, donde ahora estoy traba-jando, pocos niños han tenido la oportunidad de subir a un carro algunavez. En cierta ocasión se le ocurr ió a una niña, que vive cerca de nues-tra eventual residencia, pedirnos que la acercáramos hasta la escuelaubicada sólo a unos 400 metros. Así lo hicimos, y muchos de sus com-pañeros le vieron bajar del carro. Al día siguiente eran s niños los quenos aguardaban, y al otro 10. Por supuesto que el lo const i tula una es-pecie de diversión pero, ante todo, lo que les importaba era el prestigioque ganaban ante los ojos de los demás niños.

otra anécdota super-divert ida me la contó un amigo. Hace unos 40años, no todos podían acceder a un ,<picap" (pick up) que era como€ele l lamaba al tocadiscos o, más modernamente. . , tornamesa,). En elBeni era una cuest ión de prest igio. En ciertas ocasiones, cuando setrataba de celebraciones importantes, algún adinerado cedfa su apara-to a cambio de mayor prest igio. En las alocuciones inic iales, los ci ist in-tos oradores debían empezar saludando: "señorAlcalde, señor dueñodel *pic¿p, ' , . . . "

Ahora bien, el prest igio no sólo es individual, es también grupal. sergr ingo, supuestamente es mejor, o t iene mayor prest igio que ser ( lat i -¡e ' (para ut i l izar un término que corr ientemente escuóhamos en la ra-dio o la televisión); o un sucrense tiene más prestigio que un tarabuqueño.Por eso un gr ingo, por más harapiento y sucio que'esté, t iene entradaasegurada a cualquier t ienda elegante de nuestras cíudades; mientrasqye un tarabuqueño, así esté l impio y con sus mejores galas, no esadmitido en un restaurante en Sucre.

Esa discr iminación, hace que el individuo no se sienta sat¡sfecho conel grupo de pertenencia y t ienda a cambiar de status. Es lo que normal-mente podemos l lamar "desclasarse>, aunque hemos visto ya que la*clase' es una categoría socioeconómica. ial vez habría que aóuñarun nuevo vocablo tal como *desetnizarse,,.

Page 80: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

t,:1

Comúnmente la gente procura cgmlr-ar de un grupo eltt l l lc¡llul pltrcll

o io. a otro de ruvor]üiol--" to qu" l lamamos, fal tá dc o() l l ( : l i l t t r ld tr l t tL r l

Én real idad, no hay un grupo mejo¡ q" ótro' y si no fucr; t ! l : ' r

In ¡retf l t la

discriminación que ü"t1rno""rente existe, tóOos se scrtlitl¡rtt errllcle

órros oe pertenecer a su propio grupo'

Pero,ojo,queacáestamoshablandodeetnic idad'Enotrosl l r i ¡ ter : l r re(sobretodo

"t cogn'iiuóióf

""t hum-ano.puede cambiar y de lror:lto {:Frtl!

bia constantemente de status' y c9n justo derecho' Por ejemplo' t;ttalt

do tu egresu"t" "oÁJ-.t'ááritd,

dejasie de pertenecer al grupo tlt¡ ¡tlitttt

nos, e ingresaste ;ü; ü;ú;fd;" Hasia ahí la cosa va bierr' I 'f1ro'

¿se te oscureclo () ' ; " lJ; la-piel ' o.de pronto pudiste tocar pt i t t to ' t t

habtar en ruso, o "Lñüii"át6n

íus fráOitos religiosos?' Claro qufr rr{t'

una cosa no tiene q"";';;";ü óii1,9" hecho' mientras.el comporl¡t

miento y hábitos dJ;; individuo no dañen a otros, él -según se espÚ]'¡r

puede y debe ,;t;;;;i;;. erio ié aosóiio" a determinádo srupo v ltt

btorga una identidaál oé óuarquier manéra' es su elección hacerlo o ne¡'

Por lo regular, qu'ái"!"oóiJn-ói'i "l:Í'

soñ personas emocionalmetrlo

estables, con gran auto ebt¡ma' y orguliosas; mientras que'aquellas QUg

se avergüenzan oe ler lo que éon y quieren aparentar otra cosa' cast

nunca terminan po",. ái"uñ!ái fu."tániüáád emócional, son rechazados

por ambos grrpo" y ii"il!;rytanternénie en un limbo' aunque puedan

aparentar otra "o'á'

Puede sobrevenir' entonces' lo que se llama *crt-

sis de identidad', ümJó;; ánoroaremos en el apartado 7'

'l

Page 81: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

Para Barth, la identidad básica y más general de un individuo estádeterminada por su origen y formacióni2slAunque ese autor deja am-bos términos -(or¡gen" y _"formáción"- nimbadós de ambigüedád, po-demos suponer que se refieren a la (cuna> y la *cultura maternaD res-pectivamente. En tal sentido., un griego como fue Herodoto, que en suépoca viajó por todo el mundo en¡oncés conocido por los helehos, tuvola oportunidad de interactuar con gente de diversás culturas (egipcios,súmeros, caldeos, etc.). Al retornár a su país, segufa sienob-griego,aunque había incrementado enormemente sus conócimientos. Eé po-si-ble, incluso, que hubiera adquirido uno que otro hábito por ahí, in'exis-tente en su cultura, pero ello no le quitaba lo "griego,,.

.Recuerdo q-ue, en cierta ocasión, el antropólogo Ramiro Molina Ba-rrios comentó acerca de una entrevista sostenióa con un inmigranterural en la ciudad de ElAlto. El entrevistado vestía como criollo-ñresti-zo, hablaba castellano, sus costumbres eran todas urbanas, etc., etc.Lo más curioso fue que, cuando el investigador ínquirió sobre la per-cepción que tenía sobre su propia identidad, éste üspondió diciendoque se sentía aymara. *Pero, tu no te vistes como aymara, no hablasaymara, no mantienes las costumbres aymaras, ¿q;Jé te hace sentir?\lmara?.,,,le preguntó Molina. "No sé. Pero yo sby aymara,, fue tarespuesta. En realidad, no era que él no supieia el por{ué de su ads-cripción, sencillamente no godía reflexionar en torno a eílo. se tratabá,pues, de algo muy simple: Elsólo hecho de haber nacido en el seno déuna familia aymara lo adscribía al grupo de los aymaras.

Como en el caso de Herodoto, o de este inmi-grante aymara, la identidad básica puede man-tenerse incólume así el individuo acceda a

& altos.niveles de educación, llegue a ganarmucno dinero, a enrolarse con gente de lamás alta alcurnia, etc. Es lo qué podemosllamar "fidelidad étnica".

Sin embargo, puede que ello no sucedapor una serie de motivos, entre ellos, cuan-do la identidad étnica es un estigma social.Justamente, y con similar tí tulo, HaraldEidheim nos relata sus experiencias con los

lapones quienes se sienten discriminados

r2s Banh 1976: 15

Page 82: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

AE

por|acomunidadnoruegamayori tar iaenrelaclÓn¿r|¡ t r ; t ¡g|c| logeen!á['i,áiü¡üi", s"áuáiguenz"an de ser tapones y tralirrr rlc o¡:illlsrlo,

manteniendo su ¡OeñrOát * "é"t"1erzo.

Qi¿¡6 que es.ttrt nlettt¡t lo l trt=

portado, ¿pero ""

qu"áóáso no podemos mencionar ciettlnr¡ tl5 eJern=

;k ;ñ;Éi similarési ¿Oqé pfsa, por ejemplo,.con.los chÓlor¡'/ Fat'e=

u;;;úLlto" nañ sütr¡oo áún mayor discriminación quo lt te l t t t l lge=

Áá"-.boh acierto Montaño Aragón ha escrito qgg el "cholo es tlll.l cs[]E=

cie de sandwich, d;¿; qu" ié ntt l" entre ei hispano-criol lo y ctt l te.el

i"áiéá"¡;;. 'á*prrui.oo

por unos.y por otros se halla, además, orr nterlk¡

deuna..doblenegacion'comohananal izadoat inadamenteBt l t tyeeeCassagne y el oesaiá;9"id; investigador Thierry Saignes' Su t:otrtll-

ción de ,.híbrido "uiiüáiy

biológico"l aparentem:nl? l:.despojnrltt t1e

una identidaO propla io J,ár, ""iá

d"tostrado' no es- evidente' Por cl

contrario, dentro oe nués1io ierritorio' el grupo,ot ]9" thtl9: debe sor el

que mejor establecidos i i"n" rrr elemeñtoé identitarios y que ha rnittr

tenido mayor t¡oelioaázini"á. o" cualquier manera, en las ciudades lc¡r¡

cholos son casi n1uiEnálór y se sienten empequeñ.ecidos ante los miem-

bros det grupo mesizo-criótto Oe cultura occibental supuestamente clo

mavor prestigio. Alii; cuando se hace evidente ese "estigma social"

;5'q;J;;;'ñuor. r¡áñe-im. ..La chota -dice Etizabeth Peredo- sabe do

á-oü"i¡minación p"- Io que más-teme es que se manifieste' que se

trueque en humillacián eiólicita' El. orgullo 9" "91^Aola.frente a las

campesinas, ta osüniá"¡On de ser cholá en el mercado, se transforma

en vergüen za en "iártu"iit"unstancias

ante el mundo occidental"l?0'

Felipa, una de 1.. ául"át áL pottera entrevistadas por Peredo' cuenta

que una de sus rri¡ás éstá casada con un teniente, lo cual supone cierto

ascenso en ta escáia social; y también confiesa que l.e pide a su yerno

no reconocerla en iá ;áll;, ;1 que le presente a nadie, por temor a la

humi¡ación. En ta Vf "]á.iJ"

óO-t. O" Ántonio Díaz Villamil ("La niña de

sus ojos,), puede observarse una cosa similar' el esfuerzo de los pa-

dres por adscribir a la hija a un grupo de mayor prestigio en la escala

sociaj, aún a costa del propio sacrlllclo'

otro de los elementos que provocan la infidelidad culturales la aliena-

ción. Ello sucede óuanOci el grupo de m.ayor pl""tlg^19.,'Iyone sus nor-

mas y hábitos "o,""üt.r"nüró'i

aros de-menor prestigio., y estos pier-

den lo propio. rsaTmposición no necesariamente es por la fuerza, hay

vías más sutiles. gn nlástro caso, los medios de comunicación (escrita,

auditiva y auoiovisu;i; "*

Gpojándonos de lo propio e imponiéndo-

nos etementos toiáñejór, "¡ñ

op"ibn a réplica. Es cierto.que.no pode-

mos aislarnos Oet resió det munOo y que ioda relación intercultural pro-

voca cambios en-utOot sentidos iademás hemos hablado de la

ff i76.rzz¡u1on,u-oA.19B7a:140.128PeredoBe|trán,E| izabeth1993:123

Page 83: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

86

dinamicidad cultural) , pero de al l í a convert i rnos en un "pueblo espon-jaD que absorba todo lo de afuera sin at inar a elegir , o a decidir lo que leconviene o no adoptar (en función al atentado o no contra sus valoresbásicos), creo que hay una di ferencia. Si bien es cierto que somos unpaís económicamente y polí t icamente dependiente, al menos podemosy debemos mantener la dignidad, elemento sin el cual la vida misma sehace injust i f icable.

5.1. La TV: el cabal lo de batal la en el proceso de invasión cul tural

Leí hace unos meses, un art ículo de Gregorio l r iartel2e que me pare-ció senci l lamente luminoso. En su parte más sal iente señala, por ejem-plo, que "estamos viviendo un proceso de verdadera invasión cul turalysu cabal lo de batal la es la TV". Dice también que . .el problema másgrave del impacto de la TV en nuestro ambiente es justamente la pérdi-da de la ident idad cultural propia' , . Cri t ica a los ingenuos que creen quelos objetivos más importantes y primeros de la TV son la información yel entretenimiento de los usuarios. . .El problema surge -expl ica- cuan-do el televidente pierde la idea de la propia pertenencia a una cultura yla ident idad personal y social que de el la emana.. . La valoración de lapropia cultura repercute directamente en la autoestima, tanto social comopersonal".

Y tú, ¿que opinas?.

¿Conoces a las agachadizas?, son una aves zancudas que a cadapaso que dan incl inan su cabeza como haciendo una reverencia. Puesbien, en el cuento que se me ha ocurr ido, las agachadizas habitaban enun determinado país. Un día entró a su terr i tor io un mono y lasagachadizas se acercaron a conocerle. El mono pensó, entonces, queestas le reverenciaban y se quedó a vivir allí muy feliz. Al poco tiempollegó una comadreja, más tarde una víbora y luego otros animales. To-dos se sentían muy satisfechos, pues las agachadizas no dejaban dereverenciarles.

t2s lr iarte 1998

Page 84: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

87

¿Notaste alguna analogía corJ.nYes.,r-o país?' Hasta me da vargüenza

escribi r esto, pero n ü""tá óondición ¿e'iáéachad!1as¡' ^s¡*1

a n lf lcele a

cada instante. Basta que alguien tgnga ojós claros' o cabello rullio' o

acento extranjero pará que no dejemoJ'd" ttu"tenciarle mlenlraa le

abrimos las puertas ná"ü de nuesiros dormitorios' Al leer esto tiÉélttl=

rás con ta cabeza;;;tñáó áóuerdo' pero lo haces 1!9t? qu€ lé po"

nes a anatizar.rvlis óióóüs gmig:s y compañeto?:lo-,ligj€on trlet€'H'

tienen esa tendenjá-ián-Otr".-Aasia quó un extranjero pida trabal''

para dárselo; Oastá'iu" óiro O¡"t" un iursillo, para llenar el audltorlo;

son suficientes un pai' Oe ojos azules ' pa'^.O,ue.1as 9lcas'caigan

a loe

pies delfetiz poseeá"*r.E" iótio *winó' están los connacionales qule-

nes, sin importar "iJü

óupá"¡áad es grande, tienen siempre cerradaa

las puertas. No. es el deseb promover uná xenofobia' pero ya va slendo

hora de aprenoer a vátorar lb bueno que tenemos' incluyendo nuestrog

recursos humanos.

Habíamos dicho que una persona puede adoptar una identidad dife'

.."nübti',"*ot¡üó" oiJJt"á'i!-sentirsb satisfechá. Pero si ello no suce-

de, es decir, si quedalnlatísiecna con el cambio porque algo le moles-

ta; pero tampoco ""¡?pq;-if-l"ig11tt

su primigenia identidad' esa per-

sona está en una crisis de identloao'

Otrosfactorestambiénor ig inSncr is isdeident idad.El indiv iduoquedesconoce su origen ó no e-stá seguro de él' o cree ser algo que en

¿áid.d no es' tamoién sufre esta crisis'

En todo caso, la adopción dq q.n? identidad implica la pérdida al me-

nos parcial o" otru]iá! "-"ó""i"ri"tas

riámán peiOiOa de'identidad a la

deiación de ta identiüir;"ffi; r4i générat,'to cual acontece no sola-

ménte entre los hr;;;;;inó táro¡éti"ntre lós animales. Los cóndores

de california son d;';;E;iá "n

pfrigro de extinción. Los gientíficos se

han dedicaOo r¡ftimJm-eñte-á cotdctai "u"

nu"uos y llevarlos a incuba-

doras especiales páiáá"'ágrá a n"tát¡áao. Hastá determinada edad

tienen que alimenü;;;; ¡olluelos y para hacerlo utilizan títeres en

forma de cóndore;:; ñ ri"";Jio .q! y d.artes ati mento. di rectamente,

los pequeno" a"i,irññflñ '""á

iáent¡cíaO humana y cuando fueran

reimplantados en ;i';ü;, ";

¡mitarian á sus progeniiores y ni siquiera

aprenderían a volar'

Durante|aspr imerasincursionesdeFranciscoPizarroa|osAndes'los europeo"

"ogiáioñ;ió;ñ;.r"hachos

indígenas y se los llevaron

Page 85: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

88

a Panamá para enseñarles el español y de esta forma emplearlos, lue-go, como traductores. En las crónicas se los menciona iomo * indioslengua, ' . Por supuesto que en panamá no sólo aprendieron el id ioma,sino que adoptaron la cul tura foránea. uno de esios indios, el más fa-moso, fue Fel ipi l lo. cuando pizarro, años más tarde, se lanzó a la con-quista del Perú, Fel ipi l lo fue uno de los más encarnizados enemigos deAtawallpa y hasta se atrevió a acostarse con una de sus esposas.. ,Fel ipi l los,, han exist i lo a_lo largo de toda la histor ia de la humánidad,incluso en nuestros días. por ejémplo, se sabe de la efect iva colabora-ción_que japoneses asimi lados prestaron a los al iados contra el propioJapón durante la l l Guerra Mundial .

. otro ejemplo de características distintas. No hace mucho la prensainternacional dio ampl ia cobertura al caso de Martha Holgado quienasegura ser la hi ja de Juan Domingo perón, ex mandatar io dL la Argen_t ina. La señora siguió un proceso iegal logrando que la just ic ia argént i-na autor ice la exhumación de los restos dé perón, 'para que se hala unexamen de ADN y así probar, contrar iamente a lo que muchos af i iman,que el la es 9_! n¡ ja El la no anhela fama ni fortuna, lo único que busca essu ident idadr30.

otro caso, más ameno, lo encontramos en la película infant i l produci-da-hace un par de años por ra wart Disney proáuct ions: , .Toy dtory,, s,más o menos, .,Historia de juguetes,, (reóuerden que soy áisneyiito¡'.En el la existe un personaje,Bizz Lightyear, que cree f i rmehente ser un,(patrul lero espacial , , , pero sus compañeros saben que en real idad esun juguete, y así se lo expl ican, pero el no cae en cuenta de esa real i -dad hasta que, en una propaganda de ra *tere,, mira su propia imageny oye decir que se trata de un extraordina¡io

" jUguete,, . se sume, en-tonces en gran depresión, y entra en una cr is is. . ]de ioent¡dao.

.En nuestro medio,.cuanta pena da ver er r idícuro que hacen, por ejem-plo, algunos guías de tur ismo quienes por vest i r como gr ingoé y náotars.u idioma piensan, como Buzz, que ya pertenecen a esé grüpo, y hastadesdeñan y menosprecian a sus paisahos.

.Bueno_, pero hasta aquí hemos hablado de la cr is is de ident idad indi_vid.ua. l . s in embargo, ros.ejempros varen, pues simirares procesos de-deter ioro o pérdida de la ident idad pueden apoderarse de las colect iv i_dades. de hecho, Alvaro Diez Astete ha hecho notar que

"ei tema de laident idad colectíva.. . en Bol iv ia es en real idad un pro"""o histór ico decr is is de ident idad>>131. creo interpretar el peñsamiento de esteantropólogo, en el sent ido en que en el devenir i r istór ico, los di ferentes

130 Lobo .1

996 . tst Diez Astete 1g94:24g

Page 86: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses
Page 87: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

90

La ident idad de un grupo humano no necesariamente se edif ica enbase a elementos de incumbencia general . Tampoco el elemento o loselementos ident i tar ios son necesariamente tal como el grupo los imagi-na. Muchos grupos se unen en torno a un antepasado común, conside-rado un héroe que l ibertó a su pueblo, o lo condujo hacia el desarrol lo,etc. En real idad ese personaje pudo haber sido un ladrón, asesino y

todo lo peor, pero el mito ha transformado su f igura para enaltecerlo.

.Es preciso l igar elconcepto de patr imonio con elde ident idad.. . Pa-tr imonio es cuanto se recibe como herencia y este concepto es funda-mental , pues el patr imonio no es una cosa que apareció de pronto oque por su ant igüedad gana ya esa categoría, s ino que es un legado degentes que en su momento construyeron objetos con recursos y esfuer-zo económico de desarrol lo, sea arte, arqueología, arquitectura, etc. , yque aportan ahora a las necesidades de autoest ima y de pertenenciaque t iene todo ser humano, ' . Aunque algo confusa, la def inic ión de Jor-ge Velarde, actual Director de Patr imonio del Viceminister io de Cultura,muestra algunos elementos de gran importancia como ser la vincula-ción directa que existe entre el patr imonio, por un lado, y la autoest imay el sent ido de pertenencia, por el otro, que son característ icas de laident idad.

Sin embargo conviene hacer notar que el patr imonio no solamente esmater ial . De hecho, no hace mucho se ha introducido el concepto de*patr imonio intangible" que es aquel que no se expresa f ís icamentepero que reviste igual importancia. En tal sent ido la rel ig ión, la música,la danza, la f i losofía, las creencias, etc. son inmater iales aunque pue-

dan almacenarse en sooortes materiales.

La recuperación y conservación del patr imonio de un pueblo signi f ica,entonces, la recuperación de su identidad. En este sentido se hace plau-

sible e imprescindible la labor de los histor iadores, antropólogos, soció-logos, artistas, etc.

Pero, s in ánimo de ofender o menoscabar la importancia de todasestas especial idades, en esto de la ident idad se impone la tarea derecuperar el patr imonio de mayor ant igüedad por considerarse la ex-presión de las raíces mismas de los pueblos y la que, en el caso bol iv ia-no, hace referencia a épocas de verdadero esplendor. En ese entendi-do la Arqueología juega un papel preponderante, pues accede a los

Page 88: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

contextos culturales más vetustos y es capaz de demostrar'

óóto sucede con Tiwanaku, que otrora nuestros antepasa-

áói ieatizaron importantes logros en materia artística, tecno-

f,rli"á v política. ta decía Joh-n Murra que "la arqueología es

iá";Tráü.'üéá t;";otñica' "' pu es,. óomo M ussol i n i' pode-

l"ü ,tif[áitá pur" inóulcar en el pueblo un sentimiento de or-

grll,r, t¡n".do'en la gloria de nuestros antepasados'

Enreal idad,elarqueólogosel imitaaencontrar laseviden-c¡as V oiuürgád"". Ño necésita falsificar nada y de hecho no

lo hace. Pero una vez adoptados esos elementos como patri-

moniales, es el pueblo mismo que agranda o empequenece

su valor.

Enreal idad,esmuydi f íc i lhablardeunaident idadbol iv ianaoeoioó á la.diversidaá cutturaty geográfica que.existe en el

óáG, t á tas ínfimas y escuálidás acó.iones tendientes a la

b,isqúeoa y recuperáción de elementos 19911'l"l'9?:9li- I=ás áetto éó deba el pensamiento de mi buen amigo Al-

varo Diez Astete comentado en el punto 7'

Sin embargo, líneas arriba hemos hecho énfasis en que

la identidad ée construye en base a elementos qYe Ple

f";;';il;^t;i'islZáu1á,Vquetienen o no relación directa con los

actores.

Loselementosdebensersigni f icat ivosparaelgruesode|acomuni.dad, lo cual én un pái" comoél nuestro con las características anota-

áá", ""

,uy difícil.'ia ,r.lioe= de los símbolos patrios creados en los

;¡r;r; oélá nepriotica como etementos panbotivianos, yl ha sido cues-

tü¡¿¡á.-;Oue signiiicado puede tener lá kantuta para u.n cruceño que

probablementenuncal legueaconoceresaf lor?,y lomismosepuededecir del cóndor v ra ilámá-y ¿qué sentido puede tener el himno nacio-

i]t ;"y" i"trá é"ia en caste¡áno, para un'aymarófono?.. Ninguno. De

;ñi ál¿"¿rpación O" r,t" investigádores en buscar una flor tricolor que

; p;Jd"t"á'en el orfunte, o quá.et himno se traduzca a las lenguas

iá"iuáái originarias. fvlas ioOas ellas son acciones conscientes, e im-

plican imposición. -

132 Murra: com. per.

Page 89: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

92

Un elemento identitario de sumaimportancia, para sentirse bolivianoeS, sin duda, elterritorial. Todo aquelque haya nacido dentro del territorioautomáticamente es, de por sí, boli-viano. Pero aún en nuestros días, lasfronteras son invisibles para algunosgrupos que desde remotas épocaslas han traspasado por tener una ideadiferente de ámbito territorial. Parti-cularmente en la frontera con Perú,la gente muchas veces no sabe si esperuana o boliviana. Lo que le intere-sa es que su ayllu controla un deter-minado espacio que puede caer den-tro los límites de ambos países. Asínomás son las cosas.

Sin embargo, en los últimos años han surgido algunos elementos queaparentemente están cobrando significado para el grueso de los boli-vianos. Uno de ellos es la selección de fútbol, cuyo destacado papelenlos últimos certámenes ha concitado la atención general y creado unsentimiento de orgullo. Cuando juega Bolivia se olvidan ciertas diferen-cias regionales, de clase, o de otro tipo. Lo mismo se sientan frente a la

"tele" un camba y un kolla, que una empleada doméstica y el dueño decasa.

Otro elemento son las Fiestas, parti-cularmente aquellas que se llevan acabo en las capitales de departamentocomo Cochabamba, Santa Cruz y LaPaz, pero sobretodo la EntradaFolklórica de Oruro que une no sólo alos departamentos al t ip lánicos yvallunos sino a la mayoría de las pro-vincias, en una sola expresión cultural.Por su parte, la entrada carnavalera deSanta Cruz, ha incorporado en los últi-mos años expresiones folklóricas deloccidente boliviano, como son los ca-porales.

Así pues, de proponernos realmentepodríamos encontrar muchos elemen-tos identitarios que unan a los bolivia-nos y así poder decir que somos real-

il !?, r\Lti tBN\li l j . lA

Page 90: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

93

mente una nación, sin perder de vista que la unidad pucde y dqg€

fincarse en la diversidad. Es ya una postura obsoleta la homogenelzáolÓn

(l lamada también globaliáación, uniformización, central lzaelón tr

éstandarización) que postulaba el modernismo.

Pero si bien es difícil hablar de la "identidad boliviana", podernoa

asegurar que existen varias identidades. Cada grupo sociocultural pg-

see-su ¡Oeht¡OaO diferenciada lo cual, lejos de ser una desventaJa, ee

óóñ"iiiry" en una inapreciable fuente dó riqueza. En una declaraclórl

f irmada'por los escrítores del Grupo de Río, que Se reunieron €n

Cochabamba en noviembre de 1996, se afirmaba que "la diversidad ea

una de las fuentes de la riqueza de la cultura americana"tes; Y es qu€,

como dice José Luís lturrioz uEn lugar de gastar la energía y los recur'

sos en el empeño de sustituir la réalidad de la mayorfa, se deberfan

ámplear en crear las condiciones paraque esos pueblos se desarrollen

a partir de sus propios patrones culturales, de sus conocimientos

miienarios. En lugar'de nógarlos sería conveniente incorporarlos a un

proyecto nacionaT amplio y pluralista, con su propia manera de enten-

beila naturaleza, con' sus-piopias tecnologías, respetando Sus formas

de organización social, su'religión, su lengua y Sus representaciones

coleciívas,,1s- Un paíS como el nuestro, con tantos y tan variados gru-

pos socioculturalei, podría muy bien enriquecerse si al interior del terri-

iotio s" promoviera ün intercambio de conocimientos entre todos ellos y

en todoi los aspectos. Los del altiplano aprendiendo de los selvícolas,

los citadinos dé tos campesinos, ios chapacos de los cambas, en fin,

tóáos aprendiendo de tobos, ese sí sería un modelo endógeno funcio-

nal y efectivo.

Si por ahí hay algún incrédulo que piensa gue, por ejemplo, nada

podemos apren-der óe los grupos selvícolas del oriente, voy a comentar

üñ iuceso granOe por su éericillez. Los yaminahua son una etnia qu€

habita en ei depariamento de Pando. Algunos grupos viven en el río

Ácie, aptoximabamente a 1OO Km. al noroeste de la capital pandina.

Hasta hace algunos años era perseguido y fueobligado a.internarse en

la selva hasta que recientemehte se les iniormóque el Es^tado boliviano

les reconocía como pueblo y respetaba sus derechosls. Pues bien,

nuestro corto relato se refieré a un grupo de yaminahuas quienes-, con

ioJr*t." pintados de marcada tonál¡daO -j?,y

ento.nando melod¡osas

canciones, se presentaron en cobija en octubre de 1995 para exponer

óOjetos por ellós trabajados y hacei conocer sus leyend-as, su historia y

suó Oemandas. En un acto organizado por laAlcaldía Municipal.de.esa

óáp¡á, una mujer yaminahua contó la leyenda del pueblo yam¡nahua,

sub sufrimientos eñ la Selva, la vida de ios abuelos, la muerte de los

133 PRESENCIA 1 996 d . 1s lturrioz 1 995: 24 ' ts Sagárnaga s/f

Page 91: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

94

padres y las enfermedades de los niños, y todo ello cantando. Más

tarde reálizaron algunos planteamientos también cantando. Cantando,siempre cantando, los yaminahua realizan todas sus actividades, utili-

zando elcanto como un medio mnemotécnico que les sirve para recor-

dar por siempre. lnclusive "es costumbre del pueblo yaminahua recibir

a sus visitantes con cantos para que elcontenido de la conversación no

se olvide'1s. lmagínate si pudiéramos aprender de los yaminahuas, no

sólo fortaleceríamos nuestra memoria, sino que la vida misma, cantan-

do, parecería más agradable.

"A estas alturas del partido', estoy seguro que tú ya tendrás tus pro-

pias conclusiones. Empero, y a manera de epílogo, me permito enume-rar algunas de las reflexiones que he estado hilvanando.

1s La identidad hace que exista un sentido de pertenencia, nece-

sario en todo ser humano.

2e El hecho de pertenecer a un grupo e identificarse con sus miem-

bros, promueve el respeto hacia sus elementos identitarios.

3e El respeto hacia los elementos identitarios, desarrolla un senti-

miento de orgullo, es decir, una imagen propia positiva.

4e El orgullo fortalece la autoestima, sin la cual un individuo nopuede desenvolverse en una sociedad multicultural.

5e El respeto hacia los elementos identitarios propios, promueve el

respeto hacia los ajenos.

6a La identidad ayuda a aceptarse y a aceptar a otros.

7e la identidad permite que diversos grupos de individuos compar-

tan espacios como integrantes de una comunidad mayor.

En nuestro país, una gran mayoría se ve afectada, en el momento

actual, por Su condición cultural y racial. Aún se habla de superioridad.e

inferioridad, y aún se dan esas condiciones. Pero, una cosa he querido

dar a entender por sobre todas las demás: no hay grupos mejores opeores que otros, sir,nplemente son diferentes, ¡simplemente diferen-

ies!. ¿Por qué, entonces, alguien ha de sentirse menos que otro?. En lopersonal, estaría enormemente satisfecho si al cerrar este documento

136 PRESENCIA 1995

Page 92: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

gE

tu meditaras y afirmaras: (lYo Soy aymara!', o "¡Yo soy tttrrul¡;1-¡lri, f1

<iYo Soy weenhayek!" (como el título del libro del antropÓlqgtt etleoei

Alvarsson que, de paso, te lo recomiendo)-

Si el texto ha servido para que en algo hubieras af i rmado l t t l t lent l -

dad... entonces estás preparado para iniciar con los changos, tus alum=

nos, una simi lar tarea.

También en este caso, sería muy bueno si pudieras escribir nuevots

ejemplos en base a tu propia experiencia de vida. Pide a tus alumnos

que hagan lo mismo.

Adicionalmente, me gustaría que escribieras un final para ese mi bre-

ve cuento *En el paíJde las agachadizas' y me lo hagas llegar a la

dirección que aparece en la última página'

LaPaz. octubre 1998

Page 93: Temas de identidad Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

96

IV PARTE

BIBLIOGRAFIA

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Jédu Antonio Sagárnaga Meneses

Licenciado en Arqueología (UMSA)

Actuat Subdirector det Centro de lnvestigaciones Antropotógicas "Tiwanaku"

Ex investigador del lnstituto Nacional de Arqueología

Ex docente de la Universidad Franz Tamayo

Ex docente de Ia lJniversidad de Aquino

Ex docente de la LJniversidad del Valle (La Paz)

Docente de Ia tJniversidad Mayor de San Andrés

Docente de ta Llniversidad San Francisco de Asís

Consultor del Museo de Artes y Culturas Bolivianas de Ia Fundación Cultural Quipus

Consultor del Servicio Nac¡onal de Caminos

Consultor det Banco lnteramericano de Desarrolto (BtD)

Consultor de la UNESCO

Consuttor de ELECTRO PAZ

Consultor de ENTEL Movit S.A.

Consuttor de TRANSTTJ B t N

Consultor de DAMES & MOORE

Consultor de la Empresa Minera Manquiri S.A.

Consuttor de la Sociedad Accidental TYPSA-PCA-PyV-GMl

Consultor det Programa de Desarrollo Artesanal de la Fundación Cultural Quipus

Co-responsable del Proyecto Uyuni

Co-responsable det Proyecto Llyuni

Director del Proyecto "Amaya Uta'97"

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á ét P roye cto'" P t aza P amp a"

Co-Director det Proyecto "Chullpa Pacha'98"

Sub-Director de la Bevista'PUMAPUNKU: Nueva Epoca"

Autor de 3 libros, 3 opúsculos y un centenar de articulos en revistas y periódicos

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Chuguiago Marka, sept¡embre de 2000

presffitaa¡ón dat Lbro'tenas da ktentldad" (pilmara ed¡ción), en el Aud¡totio de ta Un¡versidad de Aquino Bol¡v¡a, el 12 de

matzo de tggg. Oe ¡zauieña a derecha: L¡c. Jadú Sagámaga (usando de la palaba), Dr. Xav¡er Albó, prssentadoc Lic. Elizabeth

Kyonaú, V¡ce Rectorá UOeAOt; Or. Enilque lp¡ña, Ractor UDABOL; y St. Carmelo Cozón, Gercnte de Prcduceiones CIMA.