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Claudia Otálvaro Puerta id 000011327Jorge León Correa id. Id. 000048241Especialización en literaturaTaller: Seminario transversal de pedagogía.
4. Realice un texto sobre el canon literario ¿Por qué leemos lo que leemos y por qué no
leemos lo que no leemos?
Leemos para cambiar nuestra conciencia de mundo, como expresa Handke, autores como
Faulkner, Kafka, Dostoievsky, entre otros ofrecen “una posibilidad de Ia realidad todavía
no pensada y todavía no consciente una nueva posibilidad de ver, de hablar, de pensar,
de existir en otras palabras, producir “un estallido de todas las imágenes del mundo
aparentemente definitivas” (Handke 1992, p 24). Larosa por otra parte sostiene que la
literatura tiene el poder de cambiar, se dirige “directamente al lector, diciéndole como
tiene que ver el mundo y que debe hacer” (Larosa 1996, p 405). En este orden de ideas,
leemos lo que leemos, no para que se nos diga cómo está compuesta el mundo, ni que
seres habita en él, mucho menos para realizar un rastreo de los imaginarios que nos
constituyen. Leemos para entender que el mundo ofrece una posibilidad de ser una y mil
veces reinterpretado, para vivir el instante en el cual acompañamos al protagonista de
una obra como las de Yourcenar y saber que podemos actuar de múltiples manera cada
vez que los acompañamos en la vivencia de una acción por ejemplo.
Esta posibilidad de las múltiples interpretaciones, de la dislocación de la realidad a la que
venimos acostumbrado como sucede en los cuentos de Cortazar, de cuestionar los
convencionalismos más radicales y mirar la vida como condición rizomatica de múltiples
existencias, como en el jardín de senderos que se bifurcan de Borges, sólo es posible por
medio de una literatura cuyo imperativo de existencia no se convierta solamente en el
formalismo de violentar el lenguaje, sino también en la posibilidad de darle vuelta a los
prejuicios e interpretaciones estáticas de entender el mundo, como lo propone Larosa y
como aparece en la lentitud de Kundera. Es la literatura que invita a salir de si y que
difícilmente se ve reflejada en textos que unívocamente nos muestran como es el mundo
que habitamos y el modo como este debe entenderse que nos muestran las mal llamadas
literaturas de autoayuda con pretensiones literarias (Cohelo y otros) o los best seller que
Claudia Otálvaro Puerta id 000011327Jorge León Correa id. Id. 000048241Especialización en literaturaTaller: Seminario transversal de pedagogía.
devienen en fenómenos de consumo y producción masiva, (50 sombras… Los hombres
que no amaban a las mujeres) en los cuales el amor, el sexo, el asombro y la muerte se
transforman en eslogans de un mundo que nos prácticamente nos obliga a su apropiación.
Leemos lo que leemos porque a diferencia de otras especies poseemos un pensar
narrativo, somos como sostiene Ricoeur seres interpretativos y portadores de historias, en
ese devenir narrativo que se constituye en últimas nuestra existencia, es donde vamos
construyendo la identidad personal y allí cobra sentido esa búsqueda cotidiana que
hacemos sobre nuestros propios relatos, ligada a la pregunta ¿tiene sentido nuestra
existencia? “Sin esas historias que nos cuentan de pequeños, y que más adelante leemos
e imaginamos, la identidad personal y nuestra existencia como seres humanos sería
imposible, porque somos animales que necesitamos de la ficción y de la imaginación para
buscar (y encontrar) algún sentido a nuestras vidas” (Ricoeur 2000, pg 97) Este carácter
narrativo que liga la ficción a nuestra existencia es difícil de seguir entonces en el tipo de
lectura que nos regla el mundo o que nos muestra cómo nos comportamos y cómo
deberíamos actuar, de ahí entonces que no solo huyamos de la autoayuda con
pretensiones literarias, también lo hacemos de la lectura de superación en general pues
con una recetas prefabricadas enmascaran lo que de genuino nos habita nuestra
condición de “animal que cuenta historias” señalada por Macyntire y que es en últimas la
que nos permite la trasformación de nuestra identidad pues en esas vidas que son
friccionadas una y otra vez en lo que nos gusta, en lo que llamamos literatura buena,
grande, es posible imaginar alternativas de acción y de situarse en el mundo en aquello
que hemos denominado realidad.
5. Responda a la pregunta ¿Para qué y por qué formar en literatura?
Claudia Otálvaro Puerta id 000011327Jorge León Correa id. Id. 000048241Especialización en literaturaTaller: Seminario transversal de pedagogía.
Desde el punto de vista del autor Jorge Larrosa en su texto “La novela Pedagógica y la
Pedagogización de la Novela” se formar en literatura porque es a partir de ella que el
individuo es capaz de cambiar la concepción que tiene del mundo y de las cosas, pensar
diferente para abrir su mente a nuevas posibilidades. Por medio de la literatura se tiene más
conciencia e imaginación, de esta forma se logra modificar y transformar el entorno de la
persona haciendo que esta se vuelva más creativa, además, se logra que ocurra en la
persona una apertura de posibilidades, puntos de vista, visiones del entorno que le rodea,
que analice y observe desde la óptica de autores que vislumbraron el mundo desde
perspectivas que no son solo creativas sino que también dotan de significado el universo
que vemos y que en la mayoría de los casos apenas percibimos. En su texto Larrosa
menciona a Peter Handke quien a su vez presentó a otros autores de los cuales cada uno de
ellos lograron hacen un aporte significativo en cuanto a su gusto por la literatura y cómo
esta permitió que ellos tuvieran un enfoque diferente en cuanto a ese placer por formarse en
literatura. Indudablemente, para estos autores la literatura se convirtió en ese puente de
conexión entre la realidad y la imaginación en donde todo era valido y era posible
desbordar su creatividad y hacer que el mundo reflexionara y se cuestionara en por qué se
debía leer literatura.
En la literatura, hay que tener la mente abierta cuando se está aprendiendo y formando en
ella, además, en esta no hay verdades absolutas y el ser humano es libre de entenderla e
interpretarla como quiera. En literatura se forma para mejorar las habilidades comunicativas
de las personas y aprender ese patrimonio literario que nos han dejado escritores que han
sido transcendentales en la historia de la literatura. Por otro lado, allí se desarrolla el
pensamiento y la escritura; y también el texto literario le va a aportar al individuo un
conocimiento y una sensibilidad que puede ser desarrollada mediante cualquier tipo de
texto teniendo en cuenta su forma lingüística, su retórica y su literariedad.
Por otro lado, en la formación literaria aporta según Ricoeur, al principio de reflexividad
que no es otra cosa que “la capacidad para volvernos hacia el pasado y alterar el presente
en función de é1, o de alterar el sentido que teníamos del pasado en función del presente. Y
por otro lado la capacidad de imaginar alternativas, de idear otras formas de ser, de actuar,
Claudia Otálvaro Puerta id 000011327Jorge León Correa id. Id. 000048241Especialización en literaturaTaller: Seminario transversal de pedagogía.
de movernos en el mundo” (Ricoeur 2000, pg. 99) Si el compromiso de un maestro en
formar literariamente a sus alumnos, no debe perder este norte pues la literatura se
convierte en la oportunidad de formación ética atiendo lo señalado por el autor. La
capacidad de pensar e inventar otra alternativa frente a la acción cometida por el
protagonista de una obra le ofrece al lector la posibilidad de reconocerse a sí mismo y a los
demás en esa otredad que se llama ficción.
Claudia Otálvaro Puerta id 000011327Jorge León Correa id. Id. 000048241Especialización en literaturaTaller: Seminario transversal de pedagogía.