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SUYI AL CURRI ESTAS VIVA Por Suyai del Corral. En víspera de las circunstancias, quiero empezar esta columna recordando algo muy cierto: “amor de madre, abismo sin medida”. Lo leí hace años en un platito de madera… Me vino a la mente esta frase un poco en respuesta a la carta que recibí de Jorgelina Altamirano Castro, del barrio Provincias Unidas, de Cipolletti. La lectora, quien me sigue también por radio, y ahora a través de este medio, me pregunta si sus pocas ganas de hacer Pilates tiene que ver con que aún no le saca el pecho a su hijo de cuatro años. ¿Cansancio o culpabilidad, Jorgelina? No es algo que yo te pueda responder desde aquí. Además, si lo hiciera, este blog de "eH!" tendría que rehacerme el contrato. Lo que sí voy a decirte es que el Pilates nació para sanar y rehabilitar cuerpos mutilados. Es obvio querida, que en Pilates, en la abdominal 398, sientas lo mismo que dándole el pecho al nene: ya no hay más de dónde sacar! Mirá la posibilidad de sustituirle con otra cosa la lactancia, y más aún si te gusta el Gancia. Ay, qué ganas de unas aceitunitas con morrón! El otro día me invitaron a la inauguración de una bodega de los alrededores. Pensé en no ir. Corría viento como ayer, no era un día muy favorable para las taurinas, sin embargo, me dije, “¡Suyai, estás viva, tenés trabajo, tus hijos grandes, la gente te quiere, estás tonificada!” Ahí nomás busqué el pantalón negro de viscosa y me planché una camisa blanca. Estaba estupenda. Siempre hay que tener lista una muda clásica. Llegué a linda hora, y me sentí así, muy sábado a la noche. Por querer entrar como mezclada, estacioné a media cuadra del acceso a la chacra. Enterré los zapatos en el barro y después de putear como una descosida, pensé, ojalá que este verano pueda irme unos días a Copahue, carajo! Bajo una parra me manguereé los pies y por suerte vi a través de la ventana que el ambiente estaba animado. Abrí la cartera, pelé un caramelito ácido de esos que recomendamos en Gordos Anónimos, y entré (el que desee que amplíe sobre esto, me escribe, vale?). Enseguida se me acercó gente que no veía hacía tiempo, y ya vinito va

Suyi Al Curri

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historia de una mujer llamada suyi

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SUYI AL CURRI   ESTAS VIVA

Por Suyai del Corral.

En víspera de las circunstancias, quiero empezar esta columna recordando algo muy cierto: “amor de madre, abismo sin medida”. Lo leí hace años en un platito de madera…Me vino a la mente esta frase un poco en respuesta a la carta que recibí de Jorgelina Altamirano Castro, del barrio Provincias Unidas, de Cipolletti. La lectora, quien me sigue también por radio, y ahora a través de este medio, me pregunta si sus pocas ganas de hacer Pilates tiene que ver con que aún no le saca el pecho a su hijo de cuatro años.¿Cansancio o culpabilidad, Jorgelina? No es algo que yo te pueda responder desde aquí. Además, si lo hiciera, este blog de "eH!" tendría que rehacerme el contrato.Lo que sí voy a decirte es que el Pilates nació para sanar y rehabilitar cuerpos mutilados. Es obvio querida, que en Pilates, en la abdominal 398, sientas lo mismo que dándole el pecho al nene: ya no hay más de dónde sacar! Mirá la posibilidad de sustituirle con otra cosa la lactancia, y más aún si te gusta el Gancia.Ay, qué ganas de unas aceitunitas con morrón! El otro día me invitaron a la inauguración de una bodega de los alrededores. Pensé en no ir. Corría viento como ayer, no era un día muy favorable para las taurinas, sin embargo, me dije, “¡Suyai, estás viva, tenés trabajo, tus hijos grandes, la gente te quiere, estás tonificada!” Ahí nomás busqué el pantalón negro de viscosa y me planché una camisa blanca. Estaba estupenda. Siempre hay que tener lista una muda clásica.Llegué a linda hora, y me sentí así, muy sábado a la noche. Por querer entrar como mezclada, estacioné a media cuadra del acceso a la chacra. Enterré los zapatos en el barro y después de putear como una descosida, pensé, ojalá que este verano pueda irme unos días a Copahue, carajo! Bajo una parra me manguereé los pies y por suerte vi a través de la ventana que el ambiente estaba animado. Abrí la cartera, pelé un caramelito ácido de esos que recomendamos en Gordos Anónimos, y entré (el que desee que amplíe sobre esto, me escribe, vale?). Enseguida se me acercó gente que no veía hacía tiempo, y ya vinito va vinito viene, volví a casa con la idea de que algo había hecho el week end.Justamente, si les cuento esto es porque, entiendo lo que me plantean cuando me dicen “Suyai, qué hago entre tanta casa y tanto trabajo afuera!” Las entiendo porque a veces me dan ganas de amanecer en otro planeta. Tenemos que sacar fuerzas de donde no hay para no quedarnos mutiladas ante el peso (el nuestro!) de lo cotidiano. Un ejemplo lo pone Mímicha Zambrano, desde China Muerta. Mimí, me llegó tu mensaje. Gracias por la verdura madre, pero no podré asistir a la inauguración de la ermita del Gauchito. De todas maneras habrá un fotógrafo, y, bueno, sabes que espiritualmente estaré con vosotras brindando en la banquina.Nada más por hoy, no olviden que “serví y ví, que el servicio era alegría…”

Suyi.

SUYI AL CURRI (2): Tardes que invitan   Por Suyai del Corral

Ya hay tardes que invitan a salir a caminar, a desconectar, a estar un poco “umplugged” de todos. Y aunque no tengamos las zapatillas adecuadas para salir a correr, debo

intentar mínimamente, irme un par de cuadras, lejos del agobio, sea el que sea. Marianela me cuenta que el otro día corrían un piche con su marido, y que al perder la alpargata se dio cuenta que se movía mas cómoda. Me preguntás si al desplazarte descalza tonificas más abduptores… Mirá Marianela, no quiero entrar en discusiones estériles pero tu marido también me escribió y con un problema que, yo que vos no haría la vista gorda: cuando van a Paso Córdova, ahí en Roca, Río Negro, no te quedés, linda, tanto en la camioneta aferrada a la pastafrola! Madre, pensá que vos misma hiciste eso para compartir con él, la tarde del domingo. No destruyas ese momento. No te boicotees. Ya que no corriste el piche, dejá de pellizcar el dulce de membrillo!No quiero despedirme sin antes comentarles que más de dos litros de agua por día, descalcifica y que no dejen de hacer su propio botiquín, y alistarlo en la heladera, con zanahorias crudas y hervidas, zapallito de Bruselas gratinados con puré de manzana, té cachamai frío con limón, y frutas de la zona.Estamos pasando octubre, y ya no queda nada para las fiestas de fin de año. Este es el momento de medirme con respecto a los demás astros.Semana no muy conveniente para las leoninas si de encarar nuevos proyectos se trata. En las dietas habrá mesetas y poca concentración en los casos policiales que escuchen. Si eres funcionario y ya estás juntando las cosas de tu oficina, sin saber a dónde irás la próxima gestión, no te precipites. Actúa aquí y ahora según tus aptitudes. No pierdas de vista que ante todo eres de planta permanente y que sin abono no te vas a quedar.Mirta de Toma Norte, de Neuquén capital, sólo te diré que…saldrás, hay algo ahí que está trabado con el banco, pero saldrás! como así lo hará, Sergio Papua, de Villa Ballester. Sergio, preguntáte si Correa es realmente tu cuñado… Qué poco espacio que tengo! Prontito estaré en el MNBA -qué glam tienen los encuentros ahí, ¿no?- dialogando en el bar, con todos los que quieran dialogar sobre el tema: “¿somos las maestras, obreras sublimes, benditas señoras?”. Se otorgará certificado de asistencia. Nada más, gente

Suyi.

SUYI AL CURRI (3): así, tan pancha!!!!!!   Por Suyai del Corral

El otro día salí de pagar una multa por conducir sin casco, cuando se me acercó este locutor de voz gruesa, con bigote a lo Cyrano. Me invitó a tomar un café, y como lo conozco desde hace años, acepté. “No hay nada de malo en sentarme a compartir un momento”, pensé, y como ya era media mañana reemplacé la manzana por el cortadito.Si cuento este hecho personal, es por vos, Olga Benito vda. de Di Lauro. La lectora de este blog de eH!, quien me hace llegar su carta por camioneta desde Buta Ranquil, manifiesta sentirse observada por los vecinos cuando “personal especializado” viene a revisarle el matafuego de la fiambrería. Mirá Olga, “al hecho, pecho”. Colegas de la agencia BR me cuentan que tu marido murió hace 15 años, y que solita sacaste adelante el campo y la chanchería. Que hiciste de ella una empresa líder en el norte neuquino, tomando el lechón como concepto.La gente siempre hablará, “no pas·sis pena”, como dicen en Menorca. Enrolláte como persiana pero, abierta al mundo y a las relaciones humanas. Vive tu vida sin culpas y dejá pasar a los inspectores, proveedores, conductores, bicivoladores… Quien no te acepta como eres no merece que le fíes ni una mirada, ¿estamos?Te decía…Esa mañana, la avenida Argentina estaba estupenda. Con Cyrano, anduvimos

bajo los pinos un buen rato, dejando de lado pensamientos oscuros como que las ramas secas al caer, podrían desnucarnos. ¡Porqué nos cuesta tanto asumir un momento de regocijo!Caminé erguida, dejándome llevar por este gentleman del crossing matutino. Los bares estaban a tope por lo que decidimos tomar un helado y sentarnos a columpiarnos frente al municipio neuquino. Había sol, y dijimos boberías, pero sabiendo que todo tenía un trasfondo socio-político-cultural.De pronto el silencio, y la mañana se paralizó. Sus dedos se encadenaron a los míos, y éstos a la hamaca. A pocos metros un lavacoches me miraba fijamente mientras hacía de su rejilla, un látigo. “¿Le lavo?”, me preguntó. Pude haberme reprimido la sonrisa, pero no lo hice.“Quiero un pancho!”, grité, y saltamos de ese instante lúdico para irnos corriendo los dos hasta el panchero de Flipper. No me importaba nada. De pronto, esa Suyai intelectual y comprometida con sus lectores, me abandonó. Juro que cuando sacó el dinero y se hizo cargo de la cuenta, toda su masculinidad me atropelló como perra en la multitrocha. Di vueltas y vueltas, y la pollera tableada se me levantaba por la corriente marina proveniente del río Limay.Era el mediodía y San Martín desde lo alto me señalaba, como diciendo, “Suyi estás viva!”. Sí, Padre de la Patria, sí! –grité- Viva los cuerpos que danzan sobre las cenizas de la culpa. Y agité los brazos y moví mis piernas. y agradecí tener formación clásica y contemporánea, para esta primavera de sensaciones. El panchero subió el volumen de la radio, y ya que estábamos dije una poesía, y la gente que esperaba el micro me reconoció y vino a saludarme.“En el monolito del barrio se la ve más flaca”, me dijo una señora, a lo que su hija agregó: “esa es Florencia Ochagavia, mamá”.Quedé lacia ante el error de la mujer, pero me sentía muy feliz como para enfadarme, por lo que grité entre risas y aplausos: “En honor a Olga Benito, otro paquete, que yo invito!” .  

SUYI AL CURRI (4): Nada me deja caer en picada   Por Suyai del Corral

Una noche estábamos con Chick Corea tomando un aperitivo en Chacharramendi, y de pronto, el oído derecho dejó de funcionarme. Fue un momento horrible ya que al no tener audición de un lado comencé a hacer gestos de Lindsay Warner, en la mujer biónica. Al cabo de un rato me ví haciendo unas genuflexiones para acercar el oído izquierdo a lo que se hablaba. “Suyi, are you ok?, me preguntó, Chick. Me paré con unas palmadas en las piernas, y dije, “I’m fine. Methani que nos vamos! ”, y salimos rumbo a la pista de nuestro jet privado. Arriba todo se me destapó, y entre carcajadas volamos ebrios de jazz y más jazz. Abajo, cuando aterrizamos, una orquesta de cincuenta y dos bombos de parche criollo nos dieron la bienvenida…(Gracias Emma Celoria por los canapés de bondiola).Hay días en que esos recuerdos se me arremolinan; la nostalgia emerge poderosa y el miedo a todo, amenazan con temporal. Agarro la “escobaterapia” y en el centro del comedor hago una reunión de hilachas que voy perdiendo por ser tan testarudamente sensible.Será por eso que te entiendo, María Marta Pappo, de Allen, lectora “asidua de la duda”, y que anoche saqué al aire en mi programa de radio.

Te entiendo, madre, que a veces creas que todo tiempo pasado fue mejor; que, inconscientemente, haber sido Miss Empresa KOKO, marcó un antes y un después en tu vida. Pero eso fue en el ’84 y ahora tenés que encontrarle una vuelta al presente.María Marta, tuvimos un invierno crudo, pero ya pasó. El sol, nuevamente llegó con la primavera, aunque corra este viento insoportable, por estos días. Abramos las ventanas, para que el aire entre limpio y fresco. Dejá de hervir ramas de eucaliptos que después salís a la calle con la ropa impregnada. No te voy a decir que siempre sucede, pero yo también tengo mis días difíciles. Miro hacia arriba buscando respuestas, y el cielo parece desplomarse; las nubes se movilizan cuan locomotoras de vapor.En la soledad de la mañana, cada sonido apura mi sensación de estar conversando con vosotros, mis lectores. Me cebo otro mate y pienso que es el tercero que me doy sin convidar. No hay vuelta que darle: juego sola en esta ronda. Así y todo, no cabeceo a la tristeza. Reconozco este tiempo como uno, al que se le suman otros pasados y otros por llegar, y ya nada me deja caer en picada. El aire debe entrar de nuevo, Maria Marta, renovando las ideas, moviendo páginas de revistas y algunas botamangas. Una vez más habrá que seguir. Al fin de cuentas, “pasado mañana, mañana será ayer…”

Suyi.  

SUYI AL CURRI (5): ¿Niebla en Viedma?   Por Suyai del Corral

El costo de vida sigue en aumento. Entre tantas limitaciones a la que se exponen las generaciones de jóvenes está la de acceder a una vivienda propia. El sueño de un lugar donde caerse muerto es una pesadilla. Ni siquiera te dejan hacerlo!Hoy en día no hay quien pueda vivir en ningún lado, no sólo por los exorbitantes precios de los inmuebles sino por los problemas que comienzan a suscitarse al ir alquilando de aquí para allá. “Pareciera que todo lo que hago le jode”, me cuenta desde Viedma, Emiliano Sotosca. Siempre refiriéndose a su mujer (podóloga y alta), el lector de eH! agrega: “se la agarra conmigo porque hace años que estamos anotados en una casa y no nos sale”.Como esta carta, me llegan diariamente cientos de emails, faxes y sms, con el flagelo de la poca tolerancia que tenemos con el otro, en el espacio de coexistencia rentil. Para responderle al lector, he tomado el siguiente fragmento que, en los tiempos que corren, es bíblico total.

¿Qué podía hacer él con una niña tan pequeña? Pero ella, le facilitó las cosas:-“Me gustaría mucho ver lo que hay dentro de la casa”, dijoEl viejo accedió. La cabaña sólo tenía una habitación con una chimenea, una gran mesa, un taburete y una sola cama.-¿Dónde voy a dormir yo? –preguntó Heidi.-Donde tú prefieras”, contestó el abuelito…

Sotosca, no es para molestarte, pero, allegados a la pareja, esta mañana, al aire, me dijeron que vos estás muy nervioso porque se metieron en la pantalla plana. A esto se le suma que ya tenían sacado a crédito el somier, que serruchaste porque no cabía en la habitación.Te diría que no pierdan la calma. Que hagan del “tupper”, como le llamás a tu hogar -tu

hogar, Emiliano-, un lugar de encuentro con Erika, un lugar donde se permitan redescubrirse cada día. Hagan de este monoambiente un ambiente mono.Ileana Panelo, cuentacuentos de Neuquén, siempre que llega a un lugar con sus historias, saca de su bolso la pañoleta de su abuela y un pequeño trapo de piso sin color, o más bien, color trapo de piso. “Es un homenaje a mi abuelita –dice- , que me enseñó a escuchar y a emigrar de las realidades no gustosas, a través de los cuentos”.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (6): "¿Dónde mi vida neuquina, dónde?"   Nota de la autora: el siguiente poema fue con el que gané el Primer Premio de Poesía Turbada, en la ciudad de Turbes, cerca de la rotonda para Fort Laderdaule. Este junto a nueve más, forman parte de una trilogía de escritos en la que desnudo lo más hondo y oscuro de mí: Neuquén. A todos, Suyai del Corral

FATIGA EN EL GIMNASIO (1) Actitud, la palabra de moda   “Vamos a empezar flojito hoy, que es el primer día: 20 minutos de bicicleta, 10 de cinta y 10 de step, ¿sí?”, se escucha como una invitación entre prusiana y melosa. Como que "todo está bien" pero que no "te queda otra". Poco a poco y a la fuerza Yosi se va familiarizando con el nuevo mundo y los nuevos lenguajes, donde abundan estas expresiones tan misteriosas como step, fitness, quemadores de grasas, spinning, hotcycling, energético, isotónico, shape, estrés, power, guaraná, colina, Pilates… agua, agua, por favor. Pero hay otra palabra que se impone en estos tiempos. Es "actitud". Es la palabra que retumba en todo el gym y que a Yosi no le suena a nada de nada. "Actitud" así, a solas, pelado... qué significa. Ella sabía de actitud negativa, actitud positiva, actitud de mierda... pero "actitud" a secas, nada che. Decí que estaba Loli, la amiga de toda la vida. -¿Estás muy cansada para que te cuente algo?-Dale, que elongo un poco. Necesito enyoguisarme un poquito más...-Mil años que no me cruzaba a Betina, ¿sabés? Y hoy la ví...pensé que se había ido... bueno era lo que yo le deseaba, que desaparezca de mi vida. Fue justo antes de llegar acá. Se bajaba de un súper auto -no me preguntes la marca porque para mi son todos iguales-, como recién bañada, cara estiradísima, pelo espectacular tipo leona, con un trajecito de cuero negro... vos vieras... ya sé... te leo tu cara, pero dejame hablar: parecía que desparramaba orgasmos a diestra y siniestra...-Ella estará bien, nena. No te enganches; el pasado pisado está. -Una cosa es estar bien pero otra, y muy distinta, es mostrarlo, ostentarlo sin pudor, fregártelo, ¿entendés?-Yosi, eso es tener "actitud". ¿Entendés?

Mancuerna  

FATIGA EN EL GIMNASIO (2): Muerta de hambre   Había quedado impresionada, esa mañana, cuando leyó en el diario que uno de los grandes dramas de América Latina es que cada noche 100 millones de personas se van a la cama con hambre.

La información citaba la intervención de Luis Moreno, del Banco Interamericano de Desarrollo, en el Foro Económico sobre América Latina en Chile, quien dijo:"seguimos vendiendo por toneladas y comprando por gramos'' y que la impaciencia por mejoras de parte de sus gobernantes es todo "un dato", pero insistió en que "tenemos poco tiempo'' porque la gente tiene hambre hoy. -¿Alcanzaste a mirar el diario hoy?, le preguntó a su compañera de streeching, en el gimnasio, cerca de las 8, antes de empezar la clase.-Años que no leo el diario: ¿para qué , nena? Me amargo más de la cuenta y no arreglo nada. Yo me preservo, ché. Encima anoche no dormí casi nada: estaba muerta de hambre por la décimo quinta maldita dieta que empiezo. ¿Podés creer?

Mancuerna  

FATIGA EN EL GIMNASIO (3) Ni con la ayuda de una lipo...   "Muy Muy" está decidida que el 2008 será muy distinta a este año que la agarró en bajada, muy en bajada. En bajada tanto en lo anímico como en carnes (en este sentido hay que aplaudirla a "Muy Muy" en su batalla personal contra la Ley de Gravedad, donde obviamente va perdiendo por goleada).Por eso ahora, mientras hace Pilates se debate entre seguir torturándose en hacer estos ejercicios de mierda que tanto la disgustan o recurrir a una lipo. "La lipo es bárbara", le entusiasmó noches atrás Rosa (a quien le gusta que la llamen Rouse; pronúnciese Rouuusss) con su característica frivolidad que se acentúa cuando se pasa con los daikiris. La verdad, verdad, la lipo le tienta y muchísimo. Es como que de un plumazo obtendría lo que quizás, alguna vez, dentro de 20 años, cuando esté en los 60, alcance con muchísima gimnasia y 360 dietas. De hecho ya pasó por una primera consulta con un cirujano de primera línea, en Baires, quien la paró frente al espejo, semidesnuda, y le dijo:- Nena, estas tetas te van a quedar fabulosas así (levantándoselas con un ímpetu poco visto y recibido antes en su vida). Y esto que te sobra (agarrándole toda la masa adiposa del vientre -que no es poca, aclarémoslo- por la espalda), ves, te quedaría así después de la lipo. Panza estirada, bien chata, ¿entendés?"Muy Muy" alucinó. Más que entender, veía otra panza (una ausencia de panza). Quienes la conocemos hasta llegamos a entender la emoción que pudo llegar a haber experimentado en ese fabuloso momento de promesa. -¿Y los costos, y los turnos?, titubeó ante el cirujano.-Andá a lo de la secretaria, y arreglá. Acordate que el post-operatorio es rapidísimo. Indudablemente, este es un momento de decisión para ella. Y no hay como Pilates para activar las neuronas y pensar serenamente, reconoce pese al esfuerzo odiado por ella. -Te veo en otra, nena, la desconcentró Betiana, quien siempre despierta como cierta envidia al grupo que va justo en ese horario al gimnasio, a las 8 de la mañana, porque evidencia siempre -bueno, casi siempre- con cierto aire naif que "algo bueno le puede pasar en cualquier momento". Esta sensación le brinda a sus ojos ciertos destellos de felicidad que "Muy Muy", inconscientemente, cree nunca va a alcanzar. Aún con la ayudita de esa bendita lipo que todavía no sabe si se la hará. Pero bueno, siempre se hace lo que se puede, ¿no?

Mancuerna

SUYI AL CURRI (7)¿DONDE MI VIDA NEUQUINA, DONDE?

Salgo extraviada.Busco impaciente el alivio y el trago que me hace recordarteesta noche en que ni el sueño me tiende sus manos.

Corro por el Cañadón de las Cabrasy me tropiezo con el cachete de Toti.Ya nada espero de esta ciudad en la que Pechi y Chito me hicieron sandwichito.

Dónde estás, luz de mi bombita antropológica? Dónde, mi bonvín calfkiano?Dónde estás ochava de los cheques?Qué fue de las tachas que iluminaron tu bombacha?

Soy una exMargarita que no tiene mutual ni café.Donato y Freud me pretenden desde sus cuarenta para arriba,entonces, naufrago con la Barca de mis temores yme largo tímida sobre Yayo, pensando que, ni por el pelo del Ciervoentregaré el Marron´s.

A dónde ir, si ni en Baroli me recuerdan?Sacaré fotocopias láser de mi caray adornaré con ellas el club del truequetirando desde mi moto, chasquibums y cuetes.

Mis años se ataron con Fé. Mi esperanza es el nombre de una calle en San Lorenzo Norte. Es que acaso no merezco ni un boletín oficial?Señores consultores: Dónde están los gordos anónimos del Partido?Dónde quedó aquella caminata con viáticos, hasta el general Güemes y su caballo?

Suyi.

SUYI AL CURRI (8) Mateando el tiempo   Ámsterdam (por Suyai del Corral, enviada especial).- Qué energizada que me vine de Chimpay. Estoy que me salgo de mí. Lo que puede pasar en una semana, desde mi última entrega. Dejé el valle con los pies hinchados, pero ahí estuve, sí señores, presente en esa marea humana. No me lo quería perder.Pero bueno, ahora ando entre canales y bicicletas, en esta inspiradora Ámsterdam. Hay veces que el reloj del tiempo tiene una de cal y una de arena. Los días que podría disfrutar sin pena alguna se vieron un poco oscurecidos, antes de ayer, cuando, como una estúpida, quise hacerme la holandesa, y salí a andar en bicicleta. Pensé que, como el día estaba soleado, mal no me vendría un paseo hasta la casita de Ana Frank. Salí bien, pero a las tres cuadras se me enganchó la pollera en los rayos, y la bicicleta se

frenó de golpe. No me dì la cabeza contra el cordón de la vereda porque logré hacer una inclinación oblicua de las cervicales, dejando mi peso libre sobre el trocante derecho, y salir con medialuna olímpica.Ahora estoy mejor de las piernas. Por suerte me sacó de apuros un cancán de lana con girasoles que me había comprado en el Museo Van Gogh, y que me tapa un hematoma en el muslo, y los rayones de las pantorrillas. Ok, me duele, pero ¿saben qué les digo? que no vine a sufrir, a si que, ya esta mañana me levanté con todas las pilas, y me dije “estás sana, estás en Holanda, tenés todo pago –menos Internet y el postre- y por sobre todo, tenés tiempo, por lo que, arriba vieja” . Y aquí me tienen, sentada al lado de la ventana en un bar que da al canal del Rijksmuseum. Miro a través del vidrio empañado, y con el dedo índice escribo, arrastrada por la energía y la felicidad que me produce el lugar, “Suyi, estás viva!” Todo es tan Europa, que me dejo llevar en este humo intenso de placer. La gente se besa delante de uno sin pudor; toman chocolate con churros, y yo trabajo feliz de la vida. No sé porqué pero me estoy riendo como loca. Ya pedí tres cafés con leche, y sin culpa, me comí dos porciones de tarta de manzana con crema chantilly. Qué ricas que las hacen estos holandeses! Recién me doy cuenta que estoy en un coffee shop, donde se fuma y se vende marihuana libremente…¿Habrá yerba mate? En fin, no es fácil el ocio, y más si no has hecho un carajo de tu vida. Si no ves la diferencia entre la paz interna y la deuda externa que aún arrastrás contigo mismo, pues urgente a reactivar motores que los relojes de Dalí siguen derritiéndose.Ya que estoy entre agua, bien vale decirles que existe un río manso, y tendrán que encontrarlo, sólo así harán la plancha viendo las nubes pasar. Tarea para la casa: dejen que un ser querido les ponga una mano en el cóxis, y caminen con los ojos cerrados unos segundos. Desplácense con la confianza que recibo del centro de mi cuerpo; la alineación y el balanceo de este tramado de venas, huesos, nervios, músculos y arterias. Debo poder visualizar esta estructura que se mueve liviana y segura. Tomo aire y lo largo suavemente, controlando mis vientos internos, mis tornados estomacales, mis sismos mentales.El vínculo con el tiempo no debe ser, compitiendo, sino que debemos caminar con él sin resistencia, pero sí con presencia. Si no hacen una actividad física, por ejemplo, sea donde sea, el tiempo vendrá a ustedes, y la naturaleza se instalará ahí, donde ahora se pellizcarán disimuladamente. No vayan ni más adelante ni más atrás, sólo vayan atentos a que lo realmente importante nunca deja de estar pasando.Finalizo mi columna de hoy, de este tiempo compartido, citando un texto de mi querido Juan Verdaguer, que habla justamente de eso, del tiempo.

Entra James Bond a un bar y se sienta al lado de una morena de esas que sólo aparecen en sus películas. Le lanza una mirada fulminante y mira su reloj. Ella le pregunta:-Disculpe, ¿la mujer que está esperando está atrasada?-No, responde Bond, en el Cuartel General me dieron este reloj hightech y sólo lo estoy probando...-¿Ah, si?, pregunta la morena, ¿y qué tiene de especial su reloj?-Usa ondas alfa y gama para comunicarse conmigo, explica Bond. -¿Y qué le esta diciendo el reloj ahora? –pregunta la morena intrigada-.-Me dice que usted está sin bombachaLa mujer suelta una carcajada y responde:

-“Pues su reloj no funciona, porque ¡yo estoy con bombacha!”James Bond mueve el reloj, le da unos golpecitos y dice: -¡Caramba!! está adelantado una hora.Suyi.  

SUYI AL CURRI (9) Rionegrinamente abordable   Por Suyai del Corral

No quiero empezar esta columna sin agradecer las distintas manifestaciones de cariño que me van llegando desde diversas latitudes. Me emociona que las arterias bombeen impulsos de esta naturaleza, trascendiendo fronteras y barreras idiomáticas. Desde Estocolmo me saluda Ernest Mattis, lector y seguidor de mi trabajo a través del GPS de su taxi. Me manda de regalo una entrada para el museo de Abba, grupo que me acompañó en momentos duros de la vida, de esos que es mejor no recordar.Carta impresionante me envía desde La Paz, Bolivia, Gladis García de Atto, lectora que vive allí, según ella, “atada” a una 4 x 4; aburrida de telenovelas y de la piscina del condominio de lujo en el que vive con su marido.Atto, lo sé madre, nunca imaginaste que la vida de la mujer de un petrolero fuera tan nómada. Me decís que desde hace dos años, “sostenés una vela” que ya, por lo que veo, está a punto de perecer.La lectora me cuenta que no da más en ese sitio, rodeada de “gente que no entiende su idioma ni su cultura”.Gladis, no me corresponde opinar si hiciste lo debido al casarte con Beto, c’est pas mon problème, desolé.Lo que sí creo es que debés arremeter en la sociedad evoísta, con la impronta de tu lugar de origen; moverte con esa forma que te hace ser rionegrinamente palpable. Propone tú cosas que inciten a la gente boliviana a interesarse por vosotros, a querer conocer sobre vuestras raíces y semillas. Hablen del Alto Valle: de sus frutas, de sus gobiernos y de sus vinos, de sus ciudades cosmopolitas, de los paisajes tan inspiradores. Verás que serán una pareja fácil de abordar, y esto los oxigenará. Comenzá por algo lindo, Gladis, algo ameno, que invite a saber más de ti, pero desde un lugar agradable, y no empieces, como cuentan tus alumnos que sueles hacer, a lanzar risotadas grotescas por todo. No cuentes más la anécdota de cuando eran chicos, con Beto, y en la Fiesta de la Manzana les agarró tal viento, que se te pegó toda la nieve de azúcar en los aparatos de ortodoncia. Ya fue!Quejarte de tu entorno, disparar dardos malévolos contra los hermanos latinoamericanos, es estropear el presente que te toca en suerte. Con esta actitud cerrada y huraña, sólo estarás negando tu propia decisión de seguir madurando, periplo que comenzó en Chichinales, cuando Beto te propuso emigrar.Desde Berga me escribe Antonio Mungo para saber si Chayanne, luego de los conciertos en Argentina, visitará su ciudad el próximo mes. Mungo: hasta donde yo sé, el portorriqueño no tiene entre manos tocar en la localidad catalana.Bueno, nada más por hoy. A la gente de El Bolsón, no olviden que este viernes próximo estaré en la Plaza de los Artesanos, en el III Festival de Narración Oral, organizado por la agrupación “Podés levantar lo que quieras”.Tengan una linda semana, y por sobre todo, Gladis y Beto, recuerden que “cuanto más complejas son las situaciones, mayor es la necesidad de mostrarnos interiormente determinados y exteriormente flexibles”.

SUYI AL CURRI (10) Con mi leudada presencia   Nota de la autora: Tal como expliqué en mi columna número VI, aquél poema, como el que aparece hoy, forman parte de un libro que me publicó la editorial “Piú Piú Canario”.El desnudarme así ante mi realidad neuquina y universal, me hizo alzar con el Primer Premio de Poesía y Mesoterapia, de Teniente Maza, Río Negro.A todos…Suyai del Corral

CON MI LEUDADA PRESENCIA

Me invento postales con aroma a catre. Imagino mi cuerpo bañado en mate,bailando hip hop con letras de Aute y Ate.Doy mis venas en las veredas desiertas,arrullo palabras en un abrir y cerrar de piernas.

Bienaventurados los que marchan mi marcha.Enarbolados los que fruncen y sufren.No quiero ser una estopa de la bandera gremial,Ni quiero mezclar los huevos con la masa leudal.

Quiero a mi provincia alegre, Con niños jugando en los peloteros y no en baldíos-chiqueros.Si es tan fácil olvidar al pasado gavilán,Convoco a endoscopia general en la ex clínica Peláez.

Porque intento que mi voz sea eco del bajo,canjeo mis ilusiones por una microcard,y dibujo mis deseos con el autocad.Llevo a los barrios mi poesía gutural, e invierto en calles de risas, en banquinas soñadas, mi rima cultural.

Mara patagónica, yo te canto.Poetiza soy y esto es lo que doy: un poema, una flor.Si alguna vez me vierais partir con el colchónrecuerden que siempre estaré, como el Chocón.

Suyi

SUYI AL CURRRI (11) El canalito de cristal   Por Suyai del Corral

El otro día iba cruzando el canalito de Roca, y de pronto, el cielo como un gran tul azul, como esas pelotas Nivea. Me paré a contemplar el verde del parque, y aproveché para acomodar el bolso que me pesaba justo sobre la hernia discal que llevo desde hace un tiempo. Pero ése es otro tango.Andaba así, paseando, sin apuros. Media hora antes, en Pilates, lo había dado todo. Salí exhausta, por lo que decidí tomar el aire de la mañana. Desayuné unos mates con dos

tostaditas, un poco de queso, rayado, porque del otro no me quedaba, y ya había ido de cuerpo, libre de mí.Pensé, “Suyi, estás Viva!” sí, dije para mi adentro; sí, compañeros de trabajo; sí, amigos; sí, cajera de mi mercadito; sí, barrendero de mis dudas; sí, familia, estoy viva! Me sequé la frente y, volví a mirar el canalito con paz, con agradecimiento por todos sus paseos, por los besos que guarda de noche, las risas de los niños, las vueltas de los perros…Gracias Canalito, dije, y una cosmovisión extraña me llevó a sacudir en lo alto las manos, como si fuera una reunión de chimangos. Con fuerza pedí que lo declaren Patrimonio de la Humanidad.Les decía que era de esas mañanas donde caminás pero también flotás. De pronto todo el boulevard se transformó en la Plaza San Marcos, y los gorriones llamaban a más palomas y palomas. Estaba abstraída, escuchando llorar a los sauces, colgándome en la metódica participación matinal de los sapitos de riego, miraba como maullaban unos gatos vagabundos, cuando de pronto, veo que una camioneta se me viene encima a los bocinazos, y desde la cúpula un hombre robusto, que iba parado, me grita, “subí a la vereda loca, que no estás en los Puentes de Madison!”. Me quedé muda, porque me tomó por sorpresa tanta violencia y tan de cerca, ya que el vehículo pasó rozándome el blazer. En un momento creí que me pisaban, pero después, ya sobre el cordón, me di cuenta que sólo querían asustarme porque escuché como se reía golpeando el techo de la cabina.No contento con eso, el mismo tipo, se dio vuelta y más fuerte aún, gritó “¿querés más...?” Y se marcharon haciendo zigzag. Yo le pregunto a ese hombre, que, ojalá me esté leyendo:-¿Es necesario agredir gratuitamente en la vía pública? ¿Es necesario el insulto al alma, el escupitajo al duende interno; es necesario el renacuajo tocándote la yema de los dedos? ¿la araña hilando fino tu cara de tiempo perdido? ¿Hasta cuándo? Paremos un poco muchachos con la descortesía, con el desamparo de las rosas, con el respeto en top mantas; frenemos con el atornillado ombligo dominguero, y una desde temprano saltando como tero.Lo siento, pero da la casualidad que hoy, y habiendo recibido muchas cartas de lectoras que me cuentan historias espeluznantes, no me sale otra cosa que expresarme contra el maltrato y la violencia de género. Al bestia de la camioneta, dedico esta rabia de puño y letra.

ESTE GENERO QUE CORTAS…

Pestilente tu cara; fiasco de pelos tu barba, manos en contra tu saludo,mirada inerte la de tus ojos.Misionero de la duda, del silencio muerto.Trotatriste que se trabaen la angustia que lo traza.Dejador de conclusiones,

Evocador farsante de ilusiones.Insultante carcelero,es menester tu monasterio.Poco segundero de la dicha,Mucho minutero del dinero.Es de padecer tu palidez.Saldré ahora mismo a gritar que todo esto, en tí, acecha.  

FATIGAS EN EL GIMNASIO: Yosi, vas a quedar dolorida   Yosi está espantada.Todo el mundo que la rodea se está separando o divorciando.Como que el 2007 terminara de reventar mal. O que el 2008 reventara antes de que empiece. Cree ella. Y ahora está ahí, haciendo abdominales en la clase de Pilates, a las 8 de la mañana. No terminando de concentrarse en lo que hace, como es su costumbre."¿Por qué mierda siempre tengo milquinientascosasenelmatesiempreatodahora?", se pregunta, duda, para no llegar nunca a la respuesta.Mirá que hasta "Muy Muy" le dijo mil veces que fuese al psicólogo pero Yosi no agarra. Excusas, miles. Que es cara la sesión, que justo ahora no tiene un mango, que ya lo va a resolver, que esta tormenta es pasajera, que mejor se toma un respiro....que esto y que lo otro... el tema es que Yosi sigue enredada, histérica y neurótica como siempre.Pobre, ¿no? Esa es la sensación que despierta. Porque si hay una turra en el grupo esa es Yosi.... pero siempre todas le perdonan las guachadas. Toda una virtud, para Yosi, of course. Porque es maldita pero logra dar lástima. Más aún ahora que casi todas, por algún motivo que nadie revela, saben casi a ciencia cierta que su marido -ese que a todas ellas las mira lascivamente en todas las reuniones que se hacen en su casa- está más que pronto de marcharse de casa. O de huir. Lo que si todas saben que estas Fiestas, para Yosi, van a ser tremendas. -Vamos, Yosi....una vez más...una, dos...una, dos... Dale Yosi, abrí más las piernas, apretá bien el abdomen, dale... relajá los hombros, pegá más la columna en la colchoneta... Dale Yosi, que vos podés. Sino vas a quedar muy dolorida, dale.

Mancuerna

SUYI AL CURRI (12) "Bilcrem Faif Jangris"   Por Suyai del Corral

Qué semana que traigo, por favor! De Las Lajas pasé directamente a Ramos Mexía, ya que tenía que dar un curso en el querido pueblo de la Línea Sur. Están todos alborotados con la llegada del asfalto. Qué alegría!Ya es hora señores, de dejar de tragar tierra cada vez que una quiere visitar esos lugares que habitan en el corazón. Y pensar la cantidad de ancianos que se despidieron añorando el asfalto a Bariloche. Si me parece estar escuchándolos brindar en la fiesta de fin de año, siempre con la misma frase: “Ojalá que el próximo brindis ya no lo hagamos sobre la tierra…” Y así sucedió. Ya no brindaron sobre la tierra, pero “la polvareda” siguió estando por más de un siglo.Me escribe desde Cutral Có la señora Alcira Gómez de Urtado, quien me comenta que desde hace cinco meses, en su barrio 500 Viviendas, un grupo de 25 jubilados, todos

vecinos, se juntan a las tardes, después de la siesta, a hacer batallas campales con pelotas de media. La lectora dice estar atemorizada porque los elementos bélicos están rellenos de maíz para pollos. Denuncia, además, que ya no puede colgar ni ropa interior afuera porque es víctima del saqueo de esta banda temeraria de octogenarios, conocida como la “Bilcrem Faif Jangris”, al parecer integrada por ex trabajadores del petróleo y antiguos cazadores de lagartijas.Gómez de Urtado, agrega en su carta, que el otro día iba entrando al portal de su edificio, y vivió momentos de gran tensión cuando empezó a oír “una música como de macumba” interpretada por el grupo, raspando ballenitas sobre peines.Alcira, yo te diría que te relajes. Seguramente no todo lo que brilla es gomina. En esa “agrupación” de hombres y mujeres, debe haber más de uno que te caería bien, y si me dejás, hasta te verías seducida por este estado de rebeldía que viven los “Bilcrem Faif Jangris”. Relajáte madre. Mañana, cuando vuelvas de tu compra matinal, afrontá el grupo con la elegancia que te caracteriza. Puedo ver cómo eres gracias a esa foto tan linda que me enviaste, tomada al lado del coronel de cera, en Fortín Mercedes.No hagas papada, arriba esa cabeza, y entregáte a tus compañeros de barrio. A lo mejor están pidiendo tu atención; y bueno, ya sabemos cómo gira el mundo hoy en día. Antes salías al balcón para escuchar una guitarra, ahora, te tiran un pelotazo, y seguramente, sin otra intención más que la de invitarte a unirte a ellos. Si vos misma me decís lo aburrida que estás de tanto encierro. Ponte guapa e intenta acercarte. Empezá por mínimas cosas, por ejemplo, hazte un cruce distinto en el batón. Comparte algo; llevá a las reuniones trusas viejas para hacer antorchas; fajas para ondas; quillangos para cuando viajen a congresos; anilina que todavía guardas de cuando tenían con Urtado la mercería, ahí en la avenida Del Trabajador. Sorpréndelos con tus 78 años sin prejuicios. Invéntate tu atuendo para participar. Ponte un mameluco mujer, si te apetece; hazte muñequeras con agarraderas; trae a tu perro así, sin dientes; luce un delantal con papel de aluminio. Lleva tus libros de cuando dabas Química, e inventen tragos para despedir el sol. Tienes tanto por hacer!También entiendo esto que decís, que “es un grupo ya formado y que no habrá lugar para vos”. Yo digo, ¿has preguntado sino necesitan una nueva sublevada?” ¿Has sonreído al pasar? ¿Has pensado ser as, de tu propio mazo sin cortar?Vamos Alcira, que no llegaste hasta aquí para seguir temerosa de tus pasos, sino para poner la pava y servir un rico té y abrir las puertas para que entren tus contemporáneos con sus cánticos. Sal contenta con tu mejor sonrisa. Ve a recibirlos, y deja que en el camino te adoren, porque, como diría Picasso, lleva mucho tiempo llegar a ser joven.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (13) Mi efervescencia sin resistencia   Por Suyai del Corral

El otro día iba sentada en un colectivo que me llevaba desde el centro hasta Cordón Colón. Como tenía que bajarme en el acceso norte de Alta Barda, y aún me faltaba un buen viaje, me puse a hablar con el chofer, quien me reconoció enseguida cuando subí.Me dijo: “Pase Suyai, que yo invito”. Me encantó su desfachatez diurna, y me senté en el primer asiento, el más elevado, y que mira hacia el interior del transporte. “Yo la sigo siempre”, gritó desde el volante. Me sonrió y no sé porqué pensé que me

hubiera gustado que me llevara por la ruta de los Siete Lagos. Qué hombre bello, por favor! Tenía puesta una camisa celeste que se la habían planchado muy bien, con amor. En un momento, cuando alguien tocó el timbre para bajar, él aprovechó y se paró para limpiar un poco el vidrio. No quise mirar, pero miré. Tenía un pantalón azul que también se notaba énfasis en el planchado de sus pinzas. Más amor…De un salto bajó a la calle y limpió por afuera el parabrisas, mientras todos adentro mirábamos para cualquier punto. Yo no aguanté y me di vuelta, haciendo como que buscaba algo en la cartera. De vez en cuando nos cruzábamos con la mirada, con otras pasajeras, quienes seguíamos muy atentas lo que sucedía afuera. El trapo iba y venía con forma de arco iris, y detrás de esas líneas pulcras, su sonrisa de chaqueño. Porque es de Resistencia, Chaco. Se llama Julián, y maneja muy bien. Subió al colectivo y seguimos viaje. “¿Se queda para las Fiestas o se va a algún lado?”, me preguntó. Y le dije que, tal vez, las pasaría en la ciudad. “¿Y usted?”, pregunté descaradamente. “Me quedo”, dijo, “me quedo porque viene mi suegra con el marido. Además, todos los años nos juntamos varios vecinos y cenamos en la calle. Luego se arma el baile”.“Qué lindo” dije, y me apoyé contra la ventanilla, para corroborar que así sentada se veía todo al revés. De atrás para adelante miles de imágenes transcurrían y terminaban para volver a empezar. Cuánta variedad de nucas! cuántas espaldas! Me sentí evaporada por un cosquilleo de ruido a motor 1114, con un allez-retour de postales de amores de antaño; un sin fin de números cantados y yo sin atender. La Navidad se acerca y no quiero pedir tregua a esta marea de sentimientos que me eleva y me traslada hacia cachetes amigos, ojos vecinos y manos que me extienden cariño.Perdón lector que exiges, pero es que las luces se van prendiendo y apagando sobre este pino mío de huesos. No quiero estrella porque esa late intermitente, aquí, donde anido secretos y deseos. Eso es lo que soy por estos días: una rompeportón con algunas mechas doradas, un cuete no al cuete, una voladora cañita que se pierde entre el burbujeo urbano, y que me encanta. Disculpen si estoy intensa, es que estas fechas me traen recuerdos en patineta, y que por momentos me vuelven hermética y me descubren mis termas internas. No quiero sulfurarme, pero no sé porqué, los ausentes aparecen, y las fechas se subrayan solas, por el ir y venir de tanta garrapiñada sensibilizada.No reniego por ello, sino que me dejo adoptar por el pesebre diario que integramos todos. Algunos con un volante en la mano, otros con una tiza, con una teta de chancha, con un estetoscopio, una birome, una computadora, una aplanadora, o bien haciéndote la piola. Todos pesebreamos este momento en que a la compañía y a la soledad, no las consuela ni el negro Baltasar. Sin embargo, me pongo un villancico remixado, y cambio el rumbo de las horas. Me dan ganas de vivir a pan dulce, de regalar frutas, de sacarme fotos en los bueyes de la rotonda de Zapala, de comprarle cositas a la gente que vende en la calle, de agradecerle al malabarista por existir en el interminable semáforo. Son días en que me olvido que existe el olvido, y que después, sólo habrá más después. Pero también, llegarán nuevas cartas para responder; llamados de corazones atentos, y memoria de merengue, lista para degustar. Ya me conozco, y un poco, también ya los conozco. Tendremos ganas de pasar por lo de algún amigo con una sidrita, para simplemente estar, así, como hace tiempo que no estamos.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (14) Alco para recordar   Por Suyai del Corral

Es de dominio público que yo bajé de peso gracias a la dieta de los Anónimos Luchadores contra la Obesidad (Alco). Harta de pegarme en la heladera todos los meses un régimen distinto, un día dije basta, y me puse en manos de Susana Baxi, una amiga, obesa también, pero recuperada, quien me invitó a la primera charla. Era un jueves y, perdida por perdida, intenté un camino desconocido pero bien cocido: acompañarme por otros excedidos. Mi experiencia fue maravillosa. Me recibió un grupo de gente adorable, que supo hacerme un lugar y así compartir mis avances y mis “mesetas” a la hora de enfrentarme a la balanza.Hace años que a la culpa, por suerte, le he dado retiro voluntario, por lo que, ya en ese momento, no dudé en largar toda la verdad sobre mi pasado, cuando fue el turno de mi testimonio.“Ok, dije. Soy Suyai del Corral, comunicadora global. Algunos ya me conocen, y estoy aquí porque quiero una vida distinta…” -Yo, que siempre fuí la de la palabra fácil, la que cantaba más fuerte en el coro del internado; yo, quien escribía las redacciones para todos, la que siempre llevó papel higiénico en la cartera para alguna amiga necesitada, de pronto, mi voz se quebró, y fue como si me hubiera quedado sola, en medio de todos, moqueando. Una señora que estaba a mi lado me dio dos palmaditas en el cuadriceps derecho, y eso me ayudó a continuar. Reacomodé los hombros, solté el aire por nariz, lentamente, y bajé la cabeza para subirla inmediatamente, propulsada por unas cervicales serviciales. Una fuerza interna, de esas que te provoca el Genulaxante, me hizo elevar más aún el mentón, y agregué: “soy comunicadora y no me avergüenzo de lo incomunicada que estuve con mi ansiedad”.-La ronda entera me hizo un gesto cariñoso, y avancé, convencida que en esa suma de adiposidades estaba lo buscado: otros oídos con quien compartir mi culto al pan, mi devoción a la grasita del asado, al almíbar de los postres libaneses. “Nací en el norte neuquino, dije, pero luego anduve muchos años por Río Negro, ya que mis padres son oriundos de la vecina provincia”. Un señor que para nada mostraba rasgos de obesidad, se cruzó de piernas y me preguntó: “¿Y cuándo realmente te alarmaste por tu forma de comer?”La pregunta me sacudió, me hizo viajar en el tiempo. Las imágenes alrededor de la mesa, cuando era chica, pasaron por mi mente con la velocidad de peaje gratis. No encontré respuesta exacta, sólo dije que “había épocas en que mis tíos me llevaban con ellos, a las veranadas, y que vivíamos a chivo, capón, potro y guisos de fideos. No nos fijábamos cómo comíamos, sino lo que comíamos. Eran todas delicias de nuestro campo: la carne asada, la verdura fresca, el queso, las tortas fritas, el pan casero con manteca, la leche recién ordeñada, las milanesas de guanaco, el flan con huevo de avestruz”. “Dejá lugar para los fideos”, me decía mi tío, mientras me pasaba unas costillitas calientes, y que acompañaba con chimichurri, sobre una mesa que improvisábamos con cajones, bajo una sábana de estrellas. Y de postre, pastelitos con dulce de batata y de membrillo.” -Mis compañeros de ese jueves se acomodaron mejor, y sacaron de tuppers, trocitos de zanahoria y de apio, para masticar mientras escuchaban atentos mi testimonio.“Recuerdo una infancia con limitaciones, pero en la que era tan feliz. Las noches en el

campo abierto, el fuego que nos hipnotizaba, y mi tío, con el farol al lado, ponía a recalentar el chivo del mediodía, mientras mi tía sacaba de una olla, papas hervidas que cortaba en dados grandes y que acompañaba con huevo duro y mahonesa…”-Era tanta la dicha de ese encuentro con mis gordos anónimos, que saqué un par de fotos y dije, medio sonriendo y medio lagrimeando, “aquí tienen a mi familia, todos comiendo, todos felices. A mamá la podrán ver con una cabeza de lechón en el plato, y papá tiene la paleta con cuero. El que tiene la galleta recién horneada, a modo de trofeo, es mi hermano, Chini”.-Se pasaron las fotos de mano en mano, y yo seguí hablando, contenta, en esa linda tarde de verano. “Eran años de vacas gordas, decía mi padre, y tal vez por eso fui una especie de niña anabolizada, de cachetes redondos y con ganas de correr, pintar y bailar el ritmo que fuera. Como era panzoncita y de cola gorda y parada, algunos compañeritos me decían que no se sabía si iba o venía”. “Suyai, todos en algún momento vivimos esa escena”, agregó una mujer bien arreglada, que se paró para participar. “En mi caso, que fui gorda, ahora vengo no sólo para mantenerme, sino para ayudar. Soy cabeza de grupo en las caminatas que hacemos todos juntos por las bardas. ¿Vendrás, no?”. Dije que sí. -Luego de mí, llegaron otros comentarios. Escuché y también acompañé con una sonrisa. La reunión terminó con una ronda, todos tomados de la mano, y deseándonos suerte, hasta el próximo jueves. Cuando estuve fuerte y habiendo perdido varios kilos, me dieron ganas de seguir solita, cuidándome, tomando consciencia de mi estructura, de mis limitaciones y de mis logros. Fue ahí cuando dejé de ir los jueves. Los años pasaron y me mantengo; hago mi caminata diaria, tengo verduritas hervidas en la heladera, y una vez por semana me desbando anárquicamente con algún postre. Luego, cuando todos los vasos de agua vuelven a vaciarse, llega la calma y la convicción de que me gusto al verme. De aquellos recordados días con la gente de Alco, me quedó la solidaridad y el respeto por el otro, el egoísmo desnatado, el mate edulcorado, la rebanada de salvado. Y por sobre todo, me quedó el O% de interés calórico, de volver a ser aquella que ya no quiero. Necesitaba demasiado espacio para tanto vacío.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (15) Machacános, Machado!!   Por Suyai del Corral

Me escribe desde Pomona, Liliana Debo de Garraña, con una carta que, sinceramente, me dejó impresionada. No entraré en detalles, sólo comparto con mis lectores el estado en el que quedé. Al mismo tiempo de la carta de esta señora, recibí separadamente otra remitida por su marido, Esteban Zárate. Liliana me cuenta que vive días de aguacero en la casa, ya que no sabe si son las fiestas o qué, la cuestión es que su concubino está molesto por todo; todo lo irrita, todo lo pone de mal humor. Dice que el domingo pasado decidieron agarrar la camioneta y venirse al centro de Roca “a ver un poco de gente”. “Preparé unos sándwiches de jamón y queso para el viaje –cuenta Liliana-, y salimos."Yo suelo retrasarme un poco, antes de salir de casa. No sé por qué, lo reconozco, hay veces que me tienen que esperar adentro del vehiculo un rato largo. Nunca encuentro las llaves, y eso es porque él las deja en cualquier sitio”.“Bueno, la cuestión es que, ya desde que puse un pie en la camioneta, comenzó con que

él hubiera preferido ir a ver el partido a lo del Turco, y que no sé para qué íbamos a Roca, si siempre quedamos esperando mesa, afuera del único bar que nos gusta; que le dolían las piernas del entrenamiento, etc. Yo no quise discutir, y me puse el MP3 a full con “Fijación Oral”, de Shakira, y no hablé en todo el viaje, sólo cuando le pregunté si quería mate. Me dijo: “no sabés que todavía estoy repitiendo tu arrollado primavera ?”.-No hace falta agregar que el domingo fue un “calvario” para Liliana Debo, ya que no se hablaron ni aún cuando esperaron media hora para tomar un helado. Al parecer, la situación estaba tan tensa que cuando fueron a pagar la chica de la caja, les preguntó si les cobraba juntos o separado.“Me sentí mal Suyi, porque, entiendo que él esté nervioso por el campeonato, y porque si sigue jodiendo con el tobillo izquierdo, va a tener que dejar de jugar los viernes. Tampoco le perdono que cada vez que quiero salir pareciera pedirle el cielo. ¿Qué hago?".-Liliana…escuchemos a Esteban:“Suyai: no sé bien por qué le escribo, sólo sé que estoy en un momento en que todas las fichas me salen para la mierda. Si pongo par, sale impar; si digo negro, cantan colorado. Encima ando con un pie que, creo, me dejará afuera del campeonato que tenemos con los muchachos de la galería. Llego a casa y mi mujer me espera sólo con reproches y enojos, gritos, y cara de culo. El domingo que quiero descansar, hay que salir para Roca “a ver un poco de gente”, porque la señora lo necesita para “oxigenarse”, dice. Como si durante la semana yo no me trago toda la gente del mundo! Ni un mate me dio en el viaje, sólo iba murmurando con los auriculares, mirando para afuera, y subía la voz cuando cantaba “Tengo el presentimiento de que empieza la acción, adentro, y las mujeres somos las de la intuición…”-La carta de esta pareja, la verdad es que me dejó con hambre, hambre de todo. Es como si quisiera salir a la banquina y parar cada camioneta con parejas, y decirles que la nueva patente es un beso, que las multas se pagarán con arrumacos y abrazos, con un fondo coral de silbatos, interpretados por sopranos, zorras de tránsito.Liliana y Esteban: tienen que conversar. Por empezar, apaguen un poco el MP3 y no le carguen tanto peso a los tobillos. Descansen un rato. El domingo, veansé ustedes un poco, sin tanta gente alrededor todo el tiempo. Dejen de pelear por todo, que es demasiada larga la lista de cosas que se echan en cara uno del otro.Vamos chicos, que Antonio Machado no en vano escribió que…

Hoy es siempre todavía toda la vida es ahora, y ahora ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimosporque ayer no lo hicimosporque mañana es tardeAhora!

Suyi.  

SUYI AL CURRI (16): Dos pollos y un pionono   Por Suyai del Corral

Cuanta pelota navideña dando vuelta, por favor ! Madrid ardía en luces y más luces. Estuve en la península ibérica invitada a debatir en el foro mundial sobre “La mujer y el

blog”.Me vino bien para despejar. Hay veces que las cartas y los mensajes electrónicos de mis lectores vienen tan cargados que por momentos me agotan, física y psíquicamente. Desenmarañar cada línea de vosotros, hay días que me deja de cama. No estoy renegando, Rodolfo Mediarusa, lector de Senillosa, quien en tu carta me preguntás si no interrumpís mi trabajo con tus dudas. Todo lo contrario, hombre! Me gusta mi trabajo y si en algo te puedo ayudar, en buena hora. No olvides que al leerme, vos también me batís, molinexmente hablando, cosas muy profundas de mi ser. No te reprimas y escribíme nuevamente, especificando que es tu segundo envío.Les decía que necesitaba desconectar de todo, por lo que junté dos trapos y me fui a España. Como me cubrieron el viaje en avión desde Buenos Aires, tuve que salir en micro, dejando mi valle querido, bañado en estrellas.La noche estaba divina. Había una luna clara, no corría viento, y por suerte, el señor que tenía al lado, me sonrió amablemente al sentarse. Me tomé un vinito cuando dejamos Casa de Piedra, y me quedé mirando sin mirar, una película de Artes Marciales, de esas que sólo ve a todo volumen el co-conductor, sentado en el primer asiento. A medianoche me desperté sobresaltada. Soñaba que una banda había interceptado el vehículo y que éramos víctimas de un acto delictivo en medio del desierto; todos encerrados, sin aire acondicionado, con el baño clausurado, y teniendo sólo para comer restos de milanesa que habían sobrado de la cena. Grité: “Dejen que salgan los niños y las abuelas!”, y empecé a pegar desquiciadamente manotazos al aire con palabras de defensa, hasta que el señor de al lado, Horacio, me sujetó los brazos y me dijo, “tranquila Suyai, estás soñando!”Una abuela, que sí existía en el bus, y que iba sentada cerca de la escalera, se levantó y me trajo un vaso con Seven up. “Has tenido una pesadilla horrible, hija”, agregó la señora. “No queríamos despertarte porque esperábamos llegar a una estación de servicio para que bajes directamente a tomar un café con leche con medialunas”.Otros pasajeros estaban alrededor de mi asiento con sus almohadas en la mano, sonriéndome con comprensión. Un muchacho, de rulos grandes y rubios, que viajaba en un asiento individual, manifestó que mi pesadilla había sido de gran aprendizaje para todos, ya que entre las cosas que dije, solté que Chuck Norris me quería violar sobre un escritorio de la Unión Tranviaria Argentina, y que yo en vez de resistirme recité de memoria todas las señales de tránsito. Lo que es la desesperación…Poco a poco fui reincorporándome en mi asiento, y mis pulsaciones se normalizaron, según palabras del co-conductor, quien me miraba con una franela llena de hielos en la mano, y que cada tanto me apoyaba en la frente. Mi compañero de asiento, con la delicadeza de estar dándole Nestum a un patito, me suministraba pequeñas hebras de un alfajor de maizena, mientras me comentaba que había puesto un desarmadero de coches, en Allen, y que estaba contento porque le iba bárbaro. Al parecer, se había venido de Santa Fe hacía dos años, “con ganas de cambiar de vida”, ya que “se había separado hacía un par de meses”. No quise preguntar nada más, y sólo escuché, asintiendo con la cabeza.Al cabo de media hora, ya todos iban sentados en sus lugares, y yo seguí hablando en voz baja con Horacio Lacio, este “caballero de la ruta”, que cada tanto me preguntaba si me sentía mejor.“Creo que lo que me sentó fatal fue la película, después de comer”, le dije cuando ya me estaba durmiendo nuevamente. “Por las dudas no mires Anaconda”, me respondió, justo cuando comenzaba a aparecer en pantalla, un enorme reptil que bailaba por un sueño: el mío.

Me dormí cerca de su hombro, pero no apoyé la cabeza, ya que los asientos tan grandes nos separaban lo suficientemente como para mirarnos de reojo por ahí. Nos miramos dos veces y dos veces nos miramos.Así y todo me relajé y ya no desperté hasta Retiro, cuando abrí los ojos y me encontré sobre la falda con un almanaque del 2008 de, “Desarmadero La Fe.”, firmado por él. La lámina es bonita. Tiene dos caballos con las crines largas, que parecen estar diciéndose algo al oído. Atrás hay una montaña nevada y un cielo azul azul azul. Ahora cuelga en la cocina de casa, con todos esos días por inaugurar. Cada vez que ando sobrevolando las hornallas, miro enero, y tengo ganas de empezar el año sin estrés, con borrón y cuenta nueva en muchas cosas. Si bien el 8 me gusta, no dejo de pensar que aún remolinea diciembre, de un 7 que se va y que me trajo muchas satisfacciones, pero que también me dejó tambaleando en más de una ocasión. De todo aprendí. El trabajo en uno mismo debe seguir, trascendiendo los almanaques y las pesadillas. Despedí con un “hasta pronto” a una amiga querida, que se fue a vivir a San Antonio de los Cobres, y le di la bienvenida a esta columna que tantas satisfacciones me trae. Despido este año del que sólo quedan garrapiñadas, pensando en la solidaridad de todos los pasajeros de esa noche, que llegaron desde sus asientos del fondo, a consolar mi mal trago. Pienso en la abuela que me abrazó al bajar y que me deseó buen viaje a España; en el muchacho de rulos dorados; en los conductores que se disculparon por su gusto cinéfilo, regalándome un llavero de la empresa.Aún no tengo claro dónde iré la noche de año nuevo. Tengo varias invitaciones de amigos, y de familiares, pero todavía no decidí. Este año que llega, quiero que sea así, sin esperar nada, pero atenta.Haré dos pollos y un pionono, y saldré a comprarme algo bonito, total, ya terminé de embaldosar ese rincón del patio, y la motito aún tira otra temporada más. Donde quiera que estés, Horacio, para vos y tu gente del desarmadero, Feliz Año Nuevo!

Suyi.  

SUYI AL CURRY (17): Madre es mi provincia   Nota de la autora: Con el siguiente poema, romancero criollo, escrito en varios períodos y tiempos, quedé finalista en el certamen de “Las voces de Oslo”, Noruega. Me arrebató el premio una colega representante de Villa Cura Brochero, a quien no le guardo rencor, porque la crítica especializada mundial –después me enteré de esto- dijo que: “Suyai del Corral, siliseki awiudouelctr kyslohtmonuca qioemt má groqwzvfre btrfmser pñlfzmbryt ü pö, iapú frunteriwzelhgy ghjirlatica ühsisal…” “Suyai del Corral se abre entera con una narrativa desnarraticida, dejando que a través de sus paisajes internos, se liberen los pasos fronterizos de la métrica, volviendo su poesía galáctica y por ende, universal…”(Gwellwizou Acuña, “Oslo’s Herald”)

Madre es mi provincia

Por Suyai del Corral

Se me vuelve agria la bajaday en vela sollozo aferrada al pehuénMis manos surcadas revenquean la nostalgiay pido a Laura Vicuña, por el gas natural,por conservarme empleada en mi provincia natal

Palidece mi rostro en esta Fiesta del VientoMi cultrúm se embriaga sin pausa,y detrás del jarillar…michai curú leuvúsurrú leufú Picún!

Piñonero sonáte los moquehuesy no frenes tu caballoEsperáme en los cardospara mirar juntos, Cobunco abajo

Mañana, cuando me veas llegar cancinajunto a los bueyes que adornaron mi rotondaDejá libre tu galgo divinoY sobáme entera la bota de vino

Oh, provincia!si aguas que van quieren volver,entonces no me quites el apodo.Soy Suyai, tu hija, tu chaucha de algarrobo.

Suyi  

FATIGA EN EL GIMNASIO Ya pasará la tormenta   "Muy muy" está mal, ya se sabe.Procesa por dentro su inminente separación. Quienes la conocen desde hace tiempo en el gimnasio -primero dicharachera y jovial, ahora apesumbrada y algo desganada, como perdida en la vida- saben que la está pasando mal. Bueno, es para reconocer, cualquiera en su lugar estaría igual. A no ser que un matrimonio venga excesivamente mal, una separación no deja de ser nunca dolorosa -por más acordada que esté entre las partes-."Muy muy" apuesta a que una próxima lipo le levante el espíritu porque a sus tetas se las levantará otra cirugía, cuyo turno será ahí nomás de la primera operación. Cuerpo renovado (bah, parte del cuerpo, digamos bien) año renovado piensa mientras hace otro ejercicio de Pilates, al que le puso tanto las fichas en un principio y que ahora también desconfía.Qué es una amargada, que es una pobre tipa, que es una superficial, que está mal... se debaten sus compañeras de gym, testigos sin querer de este tiempo malogrado para "Muy muy".Ella sabe al menos una posibilidad cierta que podrá vivir: que las tormentas siempre pasan. Qué queda cuando el tiempo despeja ya lo verá.

SUYI AL CURRI (18) LA FELIZ   Por Suyai del Corral

Sabía que después de tantos festejos, terminaríamos peor que el camello del Negro Baltasar. Las cartas de lectores pidiendo que hable de alguna dieta para el verano, no terminan más. No traigo soluciones ni tampoco trucos de magia. Sólo puedo recomendarles mucha agua y aflojarle un poco a los hidratos de carbono. Caminar una hora diaria y, para aquellos que les gusta el mate dulce, no entusiasmarse con ponerle a cada cebada una nueva cucharadita de azúcar.Me escribe desde Mar del Plata, Adriana Solazi de Lapuerta, maestra de Dina Huapi y que se encuentra veraneando con su familia en “la feliz”. La lectora, quien alquiló un monoambiente sobre la Avenida Cólon, a pocos pasos del Casino, me cuenta que está angustiada, “hiper deprimida” ya que pagó un precio súper elevado por un departamento que no es lo que a ella le ofrecieron por Internet. Al parecer, una vez confirmado el período de vacaciones, y habiéndose instalado con sus tres hijos, el marido y sus suegros, se dio cuenta que los dos ambientes a los que se refería el contrato (firmado a distancia), en realidad, son un cuarto que da a un patio interno, y una salita que también funciona como cocina.“Parecemos ocupas, querida Suyai”, me cuenta tristemente Adriana de Lapuerta. “Como si fuera hecho a propósito, no puedo ni abrir la puerta porque directamente no entramos. Para colmo, con el aguinaldo se me había ocurrido comprarle a Lucas Matías, el más chico, una plancha para barrenar sobre las olas. Ayer, sin querer la dejé en el pasillo, y hoy a la mañana la encontramos destrozada, toda mordida por el labrador del vecino.Desgracia con suerte, dijo mi suegra, y ahora que pienso, es cierto, fue mejor así, porque ya la estábamos pisando tarde y noche. Esto es un caos. Mi marido, en vez de tirarme buena onda, está todo el día con cara fea, y no quiere ni siquiera disfrutar las horas que estamos en el mar. Que con tal de no estar en el piso, nos quedamos desde la mañana hasta el atardecer. Me preocupa que estamos rojos rojos”. Liliana querida, partamos poniéndonos de acuerdo en que cometiste un error: Nunca recibiste fotos del piso y lo que, en un principio, encontraste barato, les terminó saliendo caro.Entiendo lo que me decís, eso de que estás cansada de tener que ocuparte de todo. Pero también admitamos que no podés cubrir todos los frentes. Esto no es una marcha donde vas encabezándola con la pancarta. Tampoco es un aula, donde todos están siguiendo tus pautas. Que vos estés a dieta, no quiere decir que pongas a dieta a toda tu familia, por ejemplo. No está bien que de postre, les des a cada uno de los tuyos, chicles Topline de frutilla, “sólo para sentir un ratito lo dulce”, como me contás en tu extensa carta. Otra: si querés ahorrar para ir en Semana Santa, unos días a Córdoba, no empieces a hacerlo en plenas vacaciones de verano, cuando sabés que les costó mucho llegar desde el sur, en la trafic de tu suegro. Disfrutá estos días que te tocan en suerte, que merecidos los tienen. No te pongas a freír milanesas en ese piso de 2 x 2, porque es obvio que transpirarán todos y luego, la ducha no va a poder cubrir tantos requerimientos.En cuanto a Norberto, dejálo que ya se le pasará. Está con rabia porque sabe que si él se hubiera ocupado, tal vez estarían mejor. Pero eso quién lo sabe. Hasta que no se ocupe un poco de todo lo que vos hacés, nunca sabremos si serán mejor o peor sus elecciones.Menos mal que te llevás bien con tu suegra. Salgan las dos, sin tanto secador de pelo enchufado dos horas, que eso da calor también. Agarrá a Delia del brazo y súbanse al trencito que las lleve a recorrer la ciudad. Tomen aire, y disfruten del paseo. Si es verdad que tu suegra es como la madre que no tuviste, entonces contále a ella la idea

que tenés de traer pullovers para vender.

Suyi.

SUYI AL CURRI (19)Amigo que perdura no es cualquier verdura   Por Suyai del Corral

Ayer me sentía como el día: tenía nubarrones que amenazaban con tormenta. Andaba deambulando por la casa, sola, tocando los bordes de la mesa, mientras pasaba de la cocina a la sala, y de la sala al estudio, donde tengo la compu. Había contestado un par de cartas; ya tenía en la heladera las cosas necesarias para la semana y dejé listo el yogur casero. De pronto me ví sin nada más por hacer. Como me conozco, cuando ando así empiezo a pensar tonterías, por lo que hecha mi trampa, enseguida retruco con mi propia ley: salir a tomar aire. Pensé, “Suyi, estás viva!”. Fui al garage, miré la motito y le dije en voz alta: “Nos vamos a Roca”.Unos días antes me había llamado mi amiga, Erika, invitándome a conocer su chacrita con piscina, a si que ni lo dudé. Me puse algo liviano, lustré un poco el casco, y salí por la 22, dejando Neuquén en llamas. Fue la única desubicadez que me machaco: haber viajado a las tres de la tarde por esa ruta tan transitada. Pero bueno, ya iba firme a mi manubrio, con la pollera marinera tableada ondeando entre lo verde. En un abrir y cerrar de ojos me fui a la banquina, cuando alguien tiró un papelito del peaje, y se me pegó en el casco. Me abataté del susto al quedar sin visión, y salí zigzagueando sobre el pedregullo.Logré sobreponerme y retomar la ruta con la serenidad que me caracteriza. Ya con velocidad crucero, iba relajada y pude disfrutar de las chacras de nuestro Alto Valle, de los paisajes únicos que supieron conseguir tantos inmigrantes. Fue un momento de regocijo en el que me sentí reina de los trabajadores golondrinas; ferviente luchadora contra el baygón verde; regada entera por la aspersión subyugante de un mercado reactivado. Me sentí tan a gusto que, pasando Allen, me saqué el casco, y sacudí los pelos para sentir el aire en la nuca. Iba tan feliz, tan plena, tan pera; tan manzana; tan… “vamos carajo con la exportación”, que empecé a saludar a cada camionero que lograba pasar; a los ciclistas; a la gente del INTA que salía del trabajo; a los que veía cosechar; a los zorros camineros. Algunas chicas paradas bajo la sombra de los sauces, salieron a gritarme, con sus carteras en alto: “Suyi, divina, no te olvides de nosotras!”. A todas les toque bocina, como si se tratara de viejas amigas a las que veo muy de vez en cuando, y sin reproches.Llegué a Roca. Entré por San Juan espléndida, con peinando souvage, leonino, iracundo. Un coro de adolescentes con los torsos desnudos, me gritó, “bienvenida Suyai”, y se tiraron de cabeza al canalito, para luego salir del agua propulsados por la fuerza de sus piernas, agitando los brazos. Me emociona cuando la gente se acerca a decirme alguna palabra de cariño en los semáforos, o simplemente, desde otro coche. Cuatro de la tarde y Roca hervía como una bienísima olvidada sobre la hornalla. Gracias al Google hearth, rápidamente ubiqué la parcela de Erika y Gonzalo, y me aventuré a atravesar la ciudad por la 25 de Mayo. Treinta cuadras más allá, donde se nota que ya no quedó presupuesto para más rotondas amarillas, el nombre de la calle, era casi la localidad de La Pampa. Qué larga que está

Roca! El viaje al costado de las vías me dio la sensación de ir sobre un cierre gigante, sobre una interminable bragueta que se abre y se cierra cuando el Ferro Sur transita y excita. Un señor que regaba, mejor dicho, que tiraba agua al medio de la calle, me dijo dónde era el nuevo hogar de mi querida amiga. Entré al predio tocando bocina, hecha una milanesa, cubierta por una tenue película de tierra y adobada por el sudor taciturno roquense. El encuentro con los amigos fue maravilloso. Me abrazaron como lo hacían los Duque de Hazard con su prima, Daisy. Me recibieron con la piscina llena, los perros bañados, el césped cortado, y hasta con un cheese cake delicioso, obra de la hechicera de la cocina, Erika.Fue una tarde “de cine” en la que “reactualizamos” la página de la amistad, tomando mates, bebiendo amargo serrano con limón, mostrándonos fotos, y encontrándonos con la mirada en esos silencios de chacra.Antes de emprender el viaje de regreso, llenaron mi mochila con verduras frescas, dulces, pimientos en conserva, menta para mi té y el kibbeh, y hasta una mozzarella, elaboración propia de la familia de Gonzalo. Así me vine, tal como leen.Llegué exhausta a casa pero viva! Me di un baño, y ya estoy como nueva. Tengo una pizza en el horno, bañada en mozzarella, claro, y saqué el chop que tengo en el freezer. La parra pide agua, entonces la rocío con la manguera para ver sus gotas caer como lluvia. Armo la mesa donde puedo ver el cielo negro. Donde la espuma de mi cervecita juega a ser la luna, y yo le creo.Salud amigos!!!

Suyi.  

SUYI AL CURRI (20) Can Can Corrido   Por Suyai del Corral

Y llegamos a las veinte columnas! Vingt, twenty, zwanzig, venti, twintig, epu mari, y qué se yo en cuantos otros idiomas podemos decir que ya son veinte las columnas que nos tiene de cuerpo presentes. Pensando que el verano te pone, así, “atenta”, me levanté con esa canción de Federico Moura, que dice, “a la vida hay que hacerle el amor”. Nunca mejor dicho, nunca una mejor canción para hablar de eso, de amar, de dejarse perder un rato, sin tanto signo de pregunta a todo.Antes de que me expulsen del recinto del vocabulario bien usado, debo decirles que las expresiones que leerán a continuación, fueron tomadas de la carta que me envía desde Añelo, Manolo Kitrema. Este lector, de unos cincuenta y pico, denuncia, literalmente hablando, la presencia de una banda de quince perros que merodean la tienda que posee en el centro de la misma Añelo, con el fin de “coquetear a la perrita salchicha del comercio vecino”.Enfurecido, dice: “Perdón Niebla, pero, qué calor de perros. Mejor dicho, qué calor de mierda, de perros! Perdón Lazzie, pero qué calor de perros de mierda!” (sic)

Kitrema, dice que no tiene nada en contra de los animales pero que alguien debería dar fin de una vez por todas a las acciones que “muy” conscientemente viven los caninos a la hora de ponerse en celo. “Es como si nos ignoraran, -dice con respecto a los canes- como si pasaran delante nuestro refregándonos un ‘nosotros sí, ustedes no”.“Se buscan, se tocan, se huelen, se ladran y hasta aúllan en la noche. Los escucho pasar con un trote silencioso, detrás de la perra, que encima no para de moverse, para luego

sentarse, y mirar de un lado al otro, como haciéndose la tonta”, agrega Kitrema.“Doña Suyai del Corral, nunca mejor puesto su apellido para poder encerrar esta noche la sed que tengo al pensar que más de una salchicha estará temerosa si me apareciera. Estoy preso. Soy Perro, y de Metal, del que no se dobla…”

Manolo, agradezco tu sinceridad, pero dejáme que te diga, de lo mucho que me cuesta ser tu tijera. Esto no es un lugar donde podemos desenfundar el sable apasionado, porque no olvidemos que también los niños visitan mi blog, y cada cosa en su momento, y con su debido password.No temas, no te dejaré varado. Me escribes y te respondo. Seleccioné un par de renglones (los de arriba) de tu extensa y ferviente carta, para poner paños fríos sobre tanto deseo reprimido que derramas culposo, sobre tí. Permitíme que te hable así, Manu, como se le habla a un cuñado de esos queridos, de esos a los que miras y te pierdes en sus ojos; de esos cuñados a los que le pones cara de: te puedo borrar, pero, cuando quieras, te puedo volver a escribir… Permitíme 2: me parece que esta desesperación que estás viviendo a causa del simposio de viriles perros cachondos te está llevando a una locura equivocada, ya que el que está aullando por una aventura sin prejuicios eres tú.No son los trotes nocturnos de los canes los que te molestan, sino los galopes de tu corazón. Estás poniendo a prueba tu colchón Simmons, descanso inteligente. Vos mismo decís que tuviste que tarjetear un sommier nuevo porque no soportabas el ruido que hacía la cama, cuando se te arremolinaban los “malos pensamientos”.Por no oír lo que la naturaleza te gritaba, optaste por el audífono de la sublimación: atiborraste la despensa con un stock más variado en pan de molde y embutidos. Aunque tuviste que ceder en muchas cosas (en lo del Casino no voy a opinar), no te quedó más salida que hacer oídos sordos a tu propia carne, y llenaste con lechones y corderos, la heladera del fondo. Has hecho traslados y traslados de cosas y situaciones. Te has parado tardes enteras en la vereda, refunfuñando contra los perros. Los has maldecido; les has tirado cuetes bajo sus patas. Has amanecido regando el asfalto, esperando con odio ver pasar detrás de su presa, a “la turba alzada e infecta”. No puedo ahondar demasiado, Manuel, pero creo que nada te hará dormir mejor que tu propia búsqueda de descarga fuera de la cama, y que ya ni siquiera ventilás. Sos un tipo querido en el barrio, y sabés que cuando te arreglás, hasta atendés en el negocio con otra cara. Tenés que aflojarle a tanta insatisfacción, y empezá a abrir el juego, ya que no tenés 30 años. Decís que lo tenés todo y que, si bien no necesitás a nadie en la casa (ya pasaron 18 años desde que te separaste), no parás de llenarla de objetos y muebles. Te has endeudado con la tarjeta, por tener un “Beautyrest Intelligent Bed, que, si bien aumenta la absorción del movimiento gracias a su línea interna de resortes de acción individual, igualmente no te quitará “el diablo del cuerpo”.Para dejarte tranquilo, leí el catálogo del colchón que me adjuntás, y sí, es cierto que vas a disfrutar de un gran alivio corporal “gracias a sus materiales hipoalergénicos, que suma un nuevo sistema de aireación interna, permitiendo que tus elementos intrínsecos no acumulen humedad, otorgándote una superficie de descanso (no aclara que sea hormonal) mucho más saludable y libre de agentes externos…”Manolo: sí, es verdad que a la vida hay que hacerle el amor, porque cuando se va, sólo nos deja el colchón.

Suyi.

Blibliografía consultada por Suyai del Corral:“Laika, en la luna de Valencia”. “El no y el sí, de Mons.”“La perra salchicha vista desde el cielo”. “El hortelano en el año del Perro” ( cuadernillo editado por el Circulo de Estudios Psicoanalíticos del Círculo de Veterinarios).“Resorte externo, amortiguación interna”, por L. Simmons “La perra salchicha llama dos veces”, Ediciones Pasa y Calpe  

SUYI AL CURRI (21) Espolvorear lo fino   Por Suyai del Corral

Pasó San Valentín y la verdad es que anduve consumiendo corazones por todas partes. Pero lo que es yo, todo mi cuerpo, mi yo ultraviolento, no acusó recibo de ninguna directa e indirecta, valentiniana. Sí, me quedé quieta frente a algunas vidrieras; en las panaderías que tenían bizcochuelos del pecado, con forma de corazones; en las fruterías que ofrecían canastas tropicales; en las tiendas con sus maniquíes amando a troche y moche, todos con bolsas llenas de ropa.Por estos años el amor me llega de tantas maneras! Pero ese amor “bien pagao”, ese amor relleno de manifiesto, espolvoreado con finas palabras al oído y divinas muecas de ron Havanna 7, ése aún me anda rastreando… Ayer salí temprano de casa. Estacioné la motito sobre Roca, y me pasée por todos los próceres: San Martín, Olascoaga, Belgrano, Yrigoyen, Alberdi. El aire me daba en la cara, compré el diario y me senté a tomar un café, así, tan 14 de febrero de 2008. “Yo, Suyai del Corral, declaro en esta monoasamblea, que estoy viva!” Acto seguido, pensé que me merecía un tostado primavera, con jugo de naranjas recién exprimidas, grande, y café con leche. Abrí el diario para leer a mis colegas, y dije en voz alta: “vamos, chicos, que estamos comunicando, carajo!”. Me sumerjo al trabajo.Las acciones giran alrededor de mi mesa, mientras yo leo y releo una carta que me produce temblores, me resquebraja la voz, me electriza las rodillas…Me escribe desde el barrio Confluencia de Neuquén, Patricia Zolomillo, quien me comenta que todo el dinero que estaba ahorrando se le fue en “ponerse bonita” el día de San Valentín, y todo para que su marido, Víctor Asensio Dilouca, ni siquiera se fijara en ella. La lectora, al parecer, arrancó el día de los enamorados con un planning muy organizado del periplo de locales para el embellecimiento personal. Se tiñó el cabello con dos tonos más claros; se arregló las manos, se hizo flequillo a lo Manuela Bravo; se subió un poco más las cejas, y para rematar, se presentó al trabajo, con calzas y una remera que decía: “CHIMPAY 2007”. “Lo único que conseguí, Suyai, es que todos sus compañeros me miraran con cara de perro que tiró la olla, y él, ni siquiera salió a recibirme afuera. Ni siquiera se movió de su escritorio. Ni siquiera atinó a invitarme a pasar. Ni siquiera, ya creo que me quiere siquiera”.

-Veamos…Si me permitís, Zolomillo, no creo que Víctor esté tirando para adelante una relación que no lo convenza. Por lo que me comentás, como buen taurino que es, no da puntada sin hilo. El sabe que te necesita en muchos aspectos. Pero por sobre todo, y más si tenemos en cuenta que está arreglando la casa del Lago Pellegrini, quiere reconstruir

la relación. No olvides que para él, también fue traumático hacerse el entretejido, y que gracias a vos pudo asistir a la Fiesta del Viento, en Picún, donde ganó el novillo que presentó. Esas cosas no se olvidan fácilmente. Yo creo que llevan más de treinta años casados, y que ya se conocen lo suficiente como para no seguir haciendo escenas de histeria delante de la gente. Los tiempos pasados, pasados están. Podés repetir errores, tropezarte con la misma piedra, pero no digas después que tu único refugio en el día es el canal Volver.Si una noche no llega del trabajo a la hora que esperabas, no hagas una escena justo antes de poner la pizza en la mesa. Para qué enfriaste cervezas si después las vas a calentar a los gritos. Me decías que cometiste un error al jubilarte; que lo de dar clases particulares te iba a ayudar a seguir en contacto con el laboratorio; pero también es cierto que no se puede vivir con la idea de que todos los alumnos te roban algo del modular.Si vos misma estás cansada de tus arrebatos, imagináte los que conviven contigo, en este caso, Víctor. Ya nada le sorprende de ti, porque nunca se sabe “con qué aventura nueva saldrás, y qué nuevo disparate habrá que celebrarte”, como te dijo en la cena de los Mentiguía.Patricia: Creo que tenés que volver al Rotary, donde, tal como me contás, eras feliz haciendo feliz al prójimo. Entiendo que “cuando quisiste acordar los chicos habían crecido y no te habías dado cuenta, y que ahora los tenés lejos, estudiando en La Plata y Buenos Aires”. Pero creo que debés encontrar un sentido a tus horas que se derriten frente a Rolando Rivas Taxista. Eso ya fue, Zolomillo. No tener qué compartir con Dilouca, tampoco creo que sea un buen aliciente para esta pareja que grita un SOS ultramediático. Vete a buscar actividades externas; haz Pilates, integra alguna comisión; asiste a conciertos en el Aula Magna; visita la muestra de Quinquela Martín; camina por sus parques y pregúntate cosas fsrente a sus hidroesculturas. Vuelve a casa renovada y con cosas para contar. Prepara ensaladas con lentejas frías, para luego digerirlas caminando por la Avenida Argentina, como solían hacerlo antes, del brazo, los dos, y hasta con los chicos pegándose coscorrones, pasos más adelante. No se pierdan en el hastío del verano. No se sumerjan en discusiones estériles. Me parece que hay mucho aún por rescatar del otro. No estén (va por vos también Víctor Asensio) a la defensiva por todo. Si te quiere regalar agarraderas de lana, dejálo, Pato, o si se aparece, como ya lo hizo, con una licorera china que funciona a pilas, agarrála mujer! Sinceramente me parece que transitan una etapa difícil y distinta a todas las vividas como matrimonio: la casa les quedó gigante para los dos; están solos, el panorama sentimental, sino hacen algo urgente, lo que años atrás fue un óleo se transformará en una acuarela, suave y lavada. El gato merece cariño, pero tampoco hay que cargosearlo tanto! Sólo ustedes sabrán si este tiempo que les toca en suerte es para arremeter y continuar juntos, o si a la casa del lago habrá que fumigarla y llevarle cortinas nuevas…Patricia, Víctor: vuelvan a mirarse y a sorprenderse, tal vez con otras camisetas, o sin ellas ! Ya pasó San Valentín, pero aún falta Semana Santa. No se pierdan de vista.

-Y así queridos lectores, me despido hasta los dos patitos. El amor una vez más, en todas sus formas, sigue manifestándose, sigue logrando pequeñeces tan inmensas como la de salirse un poco de tanto teflón y soñando por un premio. Decir qué es el amor es como regalarte a vos mismo un almanaque con todos los días

descriptos, paso a paso, minuto a minuto, sin sorpresas, sin lomo de burro ni curva y contracurva. Dice Jung que “dentro de un rayo de sol que entra por la ventana, a veces vemos la vida en el aire. Y lo llamamos polvo”.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (22) Todo sobre...boliadora negra   Desde Barcelona (Por Suyai del Corral, enviada especial).-

Invitados especialmente por la gente de,“Poemas en tu cara mara”, este año dedicado a América del Sud, viajamos a Cataluña, un grupo patagónico de periodistas, poetas y deportólogos, abocados al quehacer cultural de la región. Tuve que adelantarme al contingente ya que debía detenerme en Madrid para dar la conferencia, “Amamantar en la urbanidad”, organizada por el Colegio de Arquitectos, y por, ALCENO, Anónimos Luchadores Contra la Xenofobia.Me fue bien en la capital. Quiero a Madrid; es el sitio obligado en el Viejo Continente. Ya que estaba, me dejé ver un ratito en Arco, pero partí pronto, para volver en un horario menos top, y poder disfrutar de lo que se mueve hoy en las galerías de arte, del mundo.Crucé un par de palabras con Lucía Bosilfa y Mimicha Sinfondi de Gordillo. Hice unas fotos para un amigo francés (qué alegrón verte, Olivier!), paradita en la puerta de esta mega exposición, y luego me fuí a comer con Abelardo y Juan Antonio, matrimonio madrileño que quiero mucho, y que conozco desde sus épocas de salesianos, en Junín de los Andes.Quisieron sorprenderme con una tira de asado en “La vaca argentina”, en la calle Torrecilla del Puerto, pero venía saturada de carne, por lo que terminamos optando por un restaurante pequeño, en Chueca, que tenía un menú vegetariano de lo más tentador. No nos equivocamos. El puré de calabaza y las manzanas con crema y canela, lo más.Qué bien que me siento cuando despejo un poco, cuando comienzo a moverme en estas ciudades, y destilo ese aroma de jarillar en llamas. Ya en Barcelona me aventuro a su Paseo de Gracia, estupendo, donde camino y camino, en un estado de sitio personal, sin ganas de moverme de mí, de esta sensación de cortar el aire por tanta dicha. Elegí el Starbucks que está cerca de La Pedrera, y mientras les escribo a ustedes, mis lectores, pienso que no tengo ganas de moverme de este sofá. El olor a café, los croissants y los mufflins, me tienen atrincherada entre almohadones, papeles y mi notebook.¡Señores, hoy estoy en el lugar que quiero estar!Me disculparé con mis colegas patagónicos, pero no asistiré a las 18, al seminario que impartirá, Osvaldo Arévalo, de Piedra del Aguila.Creo que volver a debatir sobre “Boliadora negra, tobillo chorreado”, me va a traer recuerdos de un pasado que no tengo ganas de desempolvar. Ok, reconozco que el destino quiso que me encontrara con Osvaldo, justo aquí, pero eso no quiere decir que ahora tengamos que subir juntos a la Sagrada Familia, ni caminar viendo las palomas volar por la Rambla. Conozco suficientemente bien a Arévalo, y sé que desde que se enteró que yo estaba en el contingente patagónico, está tratando de coincidir conmigo. Ya viví esta situación. Me niego a abrir el baúl de los recuerdos, y menos en Cataluña.Lo mismo pasó esa vez en el Cerro Otto, cuando, desde el funicular que venía frente al

mío, no paró de hacerme gestos hasta que acepté tomar algo en el bar del cerro. No sé si la descompostura que me agarré fue por haber bebido un chocolate con churros en la confitería que daba vueltas, o por la situación en sí, de estar con alguien que formaba parte de una historia rancia, ya pasada. La cuestión es que no guardo un buen recuerdo de nuestro último encuentro. Además, ahora estoy sola, no tengo que dar explicaciones a nadie, y por sobre todo, quiero estar así. Es más, luego de aquí, tal vez me vaya unos días a Cadaqués, que tanto me inspira. Por lo pronto, esta noche tengo que estar estupenda ya que, una amiga alemana casada con un ecuatoriano, pero radicados aquí desde hace ocho años, inaugura su muestra de esculturas, y me pidió que llevara la guitarra y cante algo “nuestro”. Lo haré.Voy a confesar que estoy un poco nerviosa porque al vernissage irá gente de la televisión y de los medios gráficos. Tengo buen rollo con la prensa española pero no es lo mismo llegar a vosotros con algo escrito que verme luego así, “desenmascará”.No sé cómo pero Osvaldo se enteró que voy a actuar y, esta mañana, al encontrarnos en el desayuno del hotel, me dijo que, si quiero, él puede ir con sus boliadoras, y le damos un poco mas de fuerza y carácter a nuestra visita en la ciudad…Lo estoy pensando, porque, más allá de que “aquello” no haya funcionado, el proyecto “Boliadora negra, tobillo chorreado”, en su momento fue icono del quehacer cultural de la región, marcando un antes y un después, entre los grupos locales y sus correspondientes producciones. En más de una oportunidad representamos a la provincia en las fiestas nacionales. Tres veces llenamos la sala Fortín Mercedes, con la gente aplaudiéndonos de pié. Eso era digno de ver.Pero, como los grandes amores un día pereció. Cuando ya no sentí ese volcán interno sobre el escenario, cuando ya no escuchaba mis palabras y sólo se concentraba en sus acordes, cuando dejó de ponerme sobre el atril el medallón de menta, Suchard, que tanto me gustaba, entonces fue cuando comprobé que nuestro vínculo había concluido.Osvaldo Arévalo fue importante en mi vida profesional, pero también, cumplió un ciclo, una etapa, en la fase personal. Fue un tiempo concluido, un velo corrido. Insisto: “Boliadora negra, tobillo chorreado” estará siempre en nosotros, uniéndonos aún en la distancia y en el tiempo. Estemos donde estemos, siempre alguien nos dirá, creá que te vemos.

Suyi

SUYI AL CURRI (23) Nostalgium sin referéndum   El poema que plasmo a continuación es uno de los más controvertidos de mi producción literaria, y con el que quedé finalista en el certamen, “Y llora y llora, la gran poeta, y llora…”, en la localidad de Llorens, Francia A través de una métrica “melancolique”, y de situaciones nuevas, Neuquén, va sucediéndose en imágenes como si se tratara de un álbum en cepia, abierto al medio por una cuestión económica. La reconocida crítica flaminga, Mac Kint Le Courvoulaint, escribió: “Suyai del Corral, estime que ‘Nostalgium sin referéndum’, doit prendre des risques, créer des situations nouvelles et mettre en scène des histoires avec une grande économie de moyens, dans des espaces conventionnels ou alternatifs, toujours à Nuquien”.

Nostalgium sin referéndum

Por Suyai del Corral

Ventana cerrada al pasado, ábrete!Fuerte mangrullo, levántate!Olvidado Marucho, enderézate!

Apareo recuerdosy como si bajara en roller desde el Balcón del Valle,las caras de antaño tiemblan en mis calles.

Respiro dolida y me digo: "Suyi, estás viva"A lo moderno no doy tinta en mi cuaderno.Ya no me fío de los lindos carteles.Mi ciudad ha cambiado y pocos lo notaron.

Por qué se secó la begoña de Balsimelli?A dónde fue a parar la bota de Carioca?Denme la damajuana con que jugué en la vereda de Tijuana.

Frená reloj del tiempo!no ves que no te alabo? quiero volver al tostado que me servían en el Alamo.Quiero un identikit del maniquí de Ion Boutique.

Colegas poetas: cortenlá con el "Suyi, reíte, te estamos cargando".No se dan cuenta que aún sigo esperando,que no puedo olvidar el café de Catango?

Por eso: Señor de Tienda León, resista a la luz de neón!queridas mamis, no se olviden de Stamaris.No ahorren en masas congeladas,vuelvan al repulgue tucumano, en Casa de las Empanadas.Aviso urgente: entró alguien a La Bella Gente.

Neuquén, ciudad, perdón si esta noche soy una nostálgica finoli, pero veo que en la caza y en la pesca, el que no afloja es Ferracciolli.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (24) CARMINA: JAQUE, JADUL Y MATE   Por Suyai del Corral

San Antonio Oeste, febrero del 2008.Querida Suyai: Le escribo porque en estos momentos me siento un tanto perdida en cuanto a situaciones que se han ido suscitando con algunas integrantes de mi grupo de amigas. Tengo 57 años, soy sola, pero tengo dos hijas, ya casadas, y que nos vemos

prácticamente todas las semanas, porque, a Dios gracias, las tengo viviendo aquí conmigo, en San Antonio Oeste. Le decía que muchas veces confundimos “libertad con libertinaje” y eso nos pone a los seres humanos, en sitios distintos. Le explico: Resulta que somos siete señoras que solemos juntarnos a cenar alguna que otra noche, y por las mañanas vamos a hacer gimnasia, en el gym del barrio, que está muy bien porque tiene piscina, es céntrico y va gente como una. Por respeto no diré su nombre, pero hay una “amiga” que siempre nos hace quedar como la mona, vayamos donde vayamos. A nosotras como la mona porque en realidad la verdadera mona es ella. Es de esas mujeres boca de jarro, vio, como que quieren llamar la atención a toda hora, jugando con las llaves en una mano, y con la otra, tocándose el pelo estupendo, siempre.A mí, qué quiere que le diga, me repugna que camine como una tenista de 12 años, que estacione ya saludando desde el volante, con los dientes perfectos, y el pelo como si se lo hubiera teñido recién. Me enferma que baja del coche con esos chalecos de matelasé, azul marino, que ya desde mucho antes que se los compre, yo le había dicho a Nilda, la ferretera, acordáte que va a venir con el chaleco que a mí me gustaba. Dicho y hecho: apareció con el chaleco. Y encima me dijo que cuando quiera me lo prestaba. El otro día estábamos bajando las escaleras desde nuestro vestuario hasta la salida, cuando esta mujer se adelantó a nosotras y dio dos enérgicos golpes al vestuario de los hombres, para luego dar a la fuga riéndose, escalones abajo. Cuando salieron dos hombres desnudos, bueno, en toalla, a ver quién era, no supimos qué cara ponerles. Encima, para colmo, justo abrió la puerta Alvaro Jadul, con quien enviudamos el mismo año y que por esas cosas de la vida, de jóvenes solíamos encontrarnos en los bailes del club. Su hermano era muy amigo de mi casa. Nos traía cada mes el pedido de la cooperativa. (…)A mí si me dicen ahora, mirá, “fulana” no te quiere o si siento indicios de que alguien no me quiere, yo calladita la boca, comienzo a realizar actividades alternativas. No sé, a lo mejor estoy equivocada, pero, esta mujer, la del libertinaje, está llevando a todo un grupo de personas a que estemos tensas, la miremos mal, y ni siquiera le festejemos sus salidas.Gracias Suyi, sólo quería decirle esto y pedirle que me aporte lo que pueda. Por la ubicuidad del prójimo! Carmina Falpesi vda de Dupiletti.

-Carmina, de pronto, ese mal humor que te caracteriza (de cuatro hojas que tiene tu inquietud, no hay un renglón de satisfacción) se vio avasallado por un rebaño de ojos desnudos que se asomaron entre armarios metálicos para verlas boquiabiertas. Te sentiste absurdamente desprotegida ante el péndulo humano, que se movía a fuerza de vuestros latidos, batidos de nervios.La rabia que tenés no es porque “la mujer culpable” te hizo frenar la naríz en el pecho peludo del turco Jadul -que tiene 58-. No, señora! La rabia es porque tu omnipotencia esta vez te jugó una en contra, y quedaste develada, desnuda, frente a la anatomía beduina local. Lo cierto es que no tuviste la fuerza para huir. Sino que –lo sabés- te brindaste perdedora para propiciar finalmente un encuentro en cuero, que ya lleva quince años esperando. Además, compañeras tuyas, me decían que, si bien es cierto que no hay buena onda con Maribel Andaméla, vos no te quedás atrás a la hora de proponer actividades que llevan a tu grupo a entrenar cerca de los hombres. Agregan que no hace mucho le pisaste “sin querer” el juanete a Maribel, y ella no te armó ningún escándalo por ello. (…)

Yo lo que creo, sinceramente, Carminita, es que ves en la piel de Andaméla lo que te gustaría ser y no logras concretar. Te quedás extenuada por tanta energía mal gastada, por lo nerviosa que andás por todo y por nada. La comida te cae mal porque estás demasiado pendiente de lo que hace o no hace el resto. En realidad todo es más simple de lo que pensás, y está bien enrollarse un poco, pero no volverse un clon de persiana. Si vos misma te desconocés cuando das vía libre a tus chistes, cuando te sumás a los abrazos y caminan todas las amigas por la vereda, riéndose como en una publicidad de toallitas íntimas. No olvides que cuando estás contenta, con esa energía kilovática, te transformás en miel reinante para los osos: los envidiosos, los celosos, los amorosos, los piadosos, los mentirosos, los temerosos, los ojerosos, los comeosos, los verdosos, los vanidosos. ¿Ya olvidaste cuando en una clase de speenin dijiste que si no tenían agua caliente los vestidores de los hombres, podían ducharse todos juntos? Carmina, no le pegues tanto a tu compañera. Liberála y liberáte. No estés tan pendiente de lo que hace y de lo que es, porque sino, no tendrás espacio vos para que hacer y ser.“Let it be”, ¿estamos? Verás cómo se te va a ir el picor de las manos cada vez que veas llegar a Maribel, contenta con su vida. Si al fin y al cabo no te hizo nada, y hasta te parece guapa con su cara sin maquillaje. Dale, empezá a mover nuevas fichas que el tablero llama. El mate ya lo tenés, ahora vé por el Jaque: Alvaro Jadul sabe que vivís sola y que hace años no bajás a Las Grutas en invierno.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (25) Náufraga de versos   Por Suyai del Corral

“…Recuerdo que esa tarde, cuando la balsa terminó de cruzar los últimos coches, un silencio se hizo en todos los presentes para evocar con la memoria a las miles de personas que fueron transportadas de orilla a orilla, durante años. Aplaudimos el trabajo de los balseros, hombres de bien, que supieron batallar las inclemencias del tiempo, y nunca dejaron a nadie de este lado de la provincia. La balsa un día dejó de trabajar sobre las aguas del río Limay, sin embargo su fuerte armadura descansa aún a la vera de nuestro río, como testimonio del trabajo sacrificado.Neuquina soy, y más de una vez pedí un deseo sobre su lomo, y lo arrojé en silencio, esperando a que el biguá gritara “mensaje enviado”. Y el bicho no me dejó a pie. Ese deseo se convirtió en realidad: Un puente para que la poesía dejara de remar…”

(Aplausos…)

-Con estas palabras di por clausurada el domingo pasado la Primera Bienal Intercontinental de Poesía en Balsa, que tuvo lugar en Balsa Las Perlas, en el límite de Río Negro y Neuquén. Una muchedumbre integrada por “comisiones barrales” (“asfalto urgente para los músicos independientes”, decía una pancarta) y gente de la fundación “Cultura de ayer, hoy y siempre”, más el público en general, se dieron cita a las 11.30 para salir en teleconferencia con colegas poetas de París, quienes, sumándonos a la propuesta de los compañeros de Valle Azul, tiramos poesías a los ríos con el fin de integrarlas a los elementos naturales.

Fue un momento inolvidable porque, arriba de unos bins, la comisión organizadora instaló una pantalla gigante en el que pudimos ver imágenes de los franceses a orillas del Sena y a nosotros en Balsa las Perlas, todos arrojando poesías ecológicas. Un grupo integrado por 25 pescadores tiraron la caña todos a la vez, pero frenando la tanza para que las cucharitas quedaran a medio camino, iluminadas por el sol, y encandilándonos las sonrisas. Los chicos del nocturno Nº 6 invitaron al churrero de la rural Falcon, quien ni bien llegar abrió el baúl, y represas de bolas de fraile y churros salieron en bandejas, para amenizar un mediodía cálido y en el que se escucharon por los altavoces del Citroen de un poeta amigo, temas de Edith Piaf, Carla Bruni y Litto Nebbia. La muestra de cariño de la gente me conmovió una vez más. “Bienvenida Suyai” se leía en carteles pintados con aerosol, y que colgaban de las ventanas de las casas. Los camioneros nucleados en el rubro Pedregullo, y que trabajan en las canteras aledañas, prestaron sus camiones dejando la caja levantada, para que los niños las usaran como toboganes, y cayeran sobre montículos de arena y barro. La foto que adjunto es del momento en que se descubrió la balsa, como símbolo de unión entre no importa qué orilla. Muy a pesar mío, le escribieron mi nombre, por haber sido una de las primeras poetas, maestra y gestora periodística cultural, en ser cruzada diariamente. Yo en esos años, daba clases de lengua en la escuela del barrio.Es obra del artista plástico Juan Pablo Toro, quien además, como puede leerse, aprovechó para contar su noviazgo con Agustina, como así también, paradójicamente, su pasión por Boca Juniors.Sólo tuvimos un trago amargo y fue cuando debieron llevar a un agente de la policía a la salita de primeros auxilios, ya que, sin querer le pegó con el codo al palo que sostenía la puerta del freezer, cayendole ésta sobre la falangeta. Lo que todos dijeron: desgracia con suerte, ya que en el momento del accidente, no tenía ninguna botella en la mano. Todas las cervezas habían sido evacuadas cinco minutos antes, por gente de la organización, quienes al anochecer, hicieron una fogata inmensa. Sin la presión de que nos estaban filmando para salir vía coaxil con París, nos relajamos alrededor del fuego, donde chisporroteaban en la mega parrilla, achuras y tiras de asado. La tertulia literaria se prolongó hasta la medianoche, pero yo, agarré la motito y me vine a Neuquén a eso de las 23,30. Cuando dejé la velada, el coro de jubilados de Plottier, iba por la canción 17 del Disco de Oro de Marité Berbel, mientras que los amigos de la Torre Talero conversaban entusiasmados con los enemigos de la Torre del Solar. Y así mi domingo, “a full river”, con la palabra como bandera. Ya en casa, no puedo irme a dormir sin responder algunas de las inquietudes acercadas.Diego Brizuela: quedáte tranquilo con el poema. Lo leeré sin tener en cuenta nada de lo que me contaste, pero creo que no me podré abstraer de los 16 años que estuviste preso.A los papás de la niña, Talía Gómez: me parece que antes de comprarle un modelo más sofisticado de rollers, deben hacerle caso al médico, e invertir en las plantillas ortopédicas que necesita la nena. No puede ser que le laven las ruedas en vez de los pies. Además deben tratar con cuidado su nueva idea de que ya está cansada de correr, y que ahora está pensando en volar.Nora Ponce: fijáte si no me dejé en tu bolso el libro “De Pedro Páramo a Pedro Canoero, un viaje a remo”.Cuca Espósito, gracias por el delantal tan lindo que me bordaste, y decile a tu marido que muchas pero muchas gracias por la picana de avestruz.

Suyi.

SUYI AL CURRI (26) Con la salsa en el vientre   Por Suyai del Corral

“…Hay veces que antes de apagar el velador, le digo: ‘no te olvides de traerme el tupper que llevaste con ensalada a lo del Gringo’. Y ni siquiera me responde. Apaga y se duerme, sin decirme hasta mañana. Hablo de Gerardo, mi marido.Al otro día lo de siempre, la rutina, la normalidad. Vuelvo muerta del consultorio –soy secretaria de una odontóloga-, y cuando no tengo mi hora de Salsa, o los jueves, por ejemplo, que salgo antes de mi clase de Danza del vientre, paso un ratito a saludar a mis padres. Suyai del Corral: Si dijera que me está esperando con la cena, ok, le creo su malhumor, pero ni siquiera eso. Llego y lo primero que hago es ponerme a hacer una ensalada rápida para sentarnos ya a la mesa. En ese momento, hasta la luz de la cocina me parece aburrida (…).“Esto de los silencios lo vengo notando desde la boda de su hermano más chico. El tiene adoración por ese hermano -Tato- y una vez me dijo que se sentía triste porque tenía la sensación de perderlo ya que a partir de este momento lo vería siempre casado. Yo, lo

que le dije fue que antes de pensar en perderlo, debía pensar en ir encontrándolo más seguido, y así cobrarle de una vez por todas las cubiertas de la Fiorino, que le tarjeteamos en cuotas, y hasta ahora no vimos un peso. “Gerardo se queda mudo y entonces me pone más de los pelos, y le grito que no es capaz de asumir que le cuesta cobrar; que le falta carácter para entablar un vínculo comercial; que no sabe ser hijo y, al paso que vamos, tampoco sabrá lo que es ser padre. ¿Qué hace el señor cuando comienzo a decirle las verdades? Agarra la campera y pega un portazo diciendo cosas del estilo de “para qué me casé”, “todas las noches el mismo taladro”, etc, etc, etc...“Y ahí lo tenés, seguro que en la barra de un bar del centro, haciéndose el viajante solitario, sonriéndole a más de una vinchuca, que se quedan estrujando el pañuelito de mano (…) Me acostumbré a que soy yo la única que habla, la que tiene temas para conversar. Gerardo pasa olímpicamente de mí. Por decir algo, el otro día le comento que me había puesto contenta saber que Lucía Galán estaba viéndose con Pablo Alarcón, quien para mí siempre será Antonio Caride, de Rosa de Lejos, y resulta que me sale con que el está nervioso porque no le aprobaron la licencia del taxi, y que sin eso, los viajes a Catriel se perderán.Yo esperé calladita que terminara. Dijo que si no salen viajes largos habrá que frenar la obra del quincho. No alcancé a escuchar las silabas “incho” cuando me paré y le dije: “Mirá Gerardo, cualquier cosa menos que frenes el quincho. Sabés bien que para mí es una complicación tremenda seguir aguantando gente en casa, cada domingo”.Y así Suyai. Puedo nombrarte un sinfín de desaires que me hace. Lo último ya fue de Martín Fierro: Resulta que el fin de semana pasado, decidimos irnos a Mari Menuco. Llegamos a un lugar donde me pareció extraño que nadie se bañara, pero sin hacer demasiado caso, me tiré al agua y luego salí renovada, lista para tomar un poco de sol y hacer unos mates. No habían pasado ni diez minutos cuando sentí un picor en el cuerpo, en la cabeza, y los glúteos se me pusieron colorados, como así también las pantorrillas y debajo de los brazos. Piojo de pato, me dijeron. Me fui corriendo a donde estaba Gerardo jugando un metegol con los sobrinos, y le tuve que pedir que nos fuéramos. Demás está decir que vinimos a 150 por hora, cruzaba los coches con agresividad, y tocaba bocina por todo. Llegamos a casa, y nuevamente la historia del velador. Antes de dormirnos, le recordé: “No te olvides de pedirle el tupper al Gringo. La manía que tiene Fabiana, su mujer, de quedarse con las cosas. Nunca me devolvió una Pirex lindísima que se me quedó una vez que habíamos llevado gelatina. ¿Te acordás? Gerardo, ¿ya te dormiste?”Estimada Suyai, creo que te dí un pantallazo de lo que sucede en casa con este hombre que es mi marido, pero que por momentos me parece un extraño. A veces lo miro y me dan ganas de decirle tantas cosas que antes sentía, pero lo único que me nace al verlo sacarse los mocos es, “otra vez el hornero escarbándose la nariz!”.

-Celina Pernil de Gómez: Antes que nada, gracias por contactarme. Noto tu estrés, tu gota que está a punto de resbalar desde lo alto del vaso. Caerá, y derramará llanto sobre el mantel que tanto cuidás y que sólo usaste cuando hiciste la reunión de Essen. Lamento decirte que estás a escasos metros de colapsar y ahí no habrá quién te levante, ya que ni siquiera amigas te quedaron. El silencio con Gerardo se viene sintiendo, por lo que me comentás, desde que a vos se te ocurrió dejar Vista Alegre y venirte a Centenario, porque decías que allí era imposible que lo de las ollas prosperara. No te equivocaste, y hoy es más que una ayuda a lo que ganas con la odontóloga. Lo que sí creo es que te tiene un poco enfermita de los nervios el hecho de que estás cobrando

como secretaria cuando en realidad, también estás haciendo trabajos de mecánica dental, sin beneficio reconocido. Eso por un lado. Por el otro, estás desbordada de actividades nocturnas. Vas a Salsa para “descargar tensiones”, y resulta que casi nadie quiere bailar contigo porque estás tan acelerada y agresiva que no oís la música. Constancia de ello dan el cubano al que le dislocaste el hombro, y los tres muchachos a los que mandaste al banco, por tus pisotones. Tenés que controlarte Celi. Escuchar un rato el silencio de la casa; mirar a Gerardo con ganas de algo bonito, de salir a pasear, o quedarse mirando una película. No quiero meterme en cuestiones de pareja; de sábanas; no quiero saber si hace mucho que el pato no va para la laguna (¡encima te llenás de piojos!), lo que sí deseo en lo profundo es que te salves de tanta rabia que sólo vos sabés de dónde viene. Enfocáte en ella, pero para desbaratarla por completo, destrabá esa furia en medio de la barda, gritá a los cuatro vientos todo el odio que tenés y volvé a la luz de mercurio con ganas de un presente mejor. Dejá de quejarte de los amigos, de los parientes, de los vecinos, del viento, de la radio que no pone un tema como la gente. Hace tiempo que estás disgustada con el mundo pero los demás no tienen la culpa de lo que te pasa.No deambules en vano en el pasado sino es para ver qué cosas ya no podés volver a repetir. El silencio de Gerardo es porque está harto de escuchar cada día el rap del tupper. Si sabés que te lo va a traer! Además se enteró que discutiste ayer en la calle con Blanquita Ponce, a quien “puteaste” porque te hizo el comentario que desde el cumpleaños del nene no pudieron volver a inflar más el castillito por los agujeros que tiene. Celina, nadie te acusó de haberlo pinchado, pero esa tarde, todos te vieron subir con tacos a bailar “El bombón asesino”.

Suyi

SUYI AL CURRI (27) Al fin de cuentas   Por Suyai del Corral

Estimada Suyai: “…Vinimos caminando bajo los sauces. La tarde estaba sin más sonidos que el de grillos, pájaros y alguna que otra bocina a lo lejos. De vez en cuando yo me detenía para darle a los mosquitos que me estaban comiendo las piernas. “Me vino a buscar hasta la rotonda, la de la entrada, donde el grupo termina de pedalear. Somos cinco compañeros que por las tardes salimos a andar en bicicleta. Hacemos un camino lindo entre las chacras y siempre terminamos muertos. Me vino a buscar ahí, cuando ya nos despedíamos hasta el otro día, el mismo, el de los sellos y más sellos; el de la gente descargando la furia contra uno. “Le decía que me vino a buscar, y lo único que pensé es que me vería sin las lentes de contacto, sin la corbata que tanto me viste. Pensé que ya era tarde para ponerme el pantalón, y así tapar mi chuequera. “Estaba allí, más linda que en el trabajo, más linda que nunca. Tenía puesto un pantalón de gimnasia azul marino y una camiseta a rayas. Me levantó la mano y llegó hasta nosotros. Su trayecto se me hizo largo porque, mientras tanto, debí tragarme las gastadas de mis compañeros, también sus compañeros. “Besó a todos, y respondió a los chistes con su simpatía de siempre: ‘Teresita, no sabíamos que también le hacías al deporte’, le dijo uno, y ella respondió riéndose que, ‘de a dos la cosa es más interesante’. Yo me puse de todos colores, pero levanté la cabeza y no sé cómo, la cuestión es que la agarré del brazo y nos fuimos. Atrás quedaron aquellos que entre carcajadas nos gritaban “no se olviden de tomar por boca y soltar por nariz”.

“Como le decía, Suyai, la tarde parecía un regalo. De pronto me olvidé que tenía 52 años. Me sentí como un adolescente en su primer paseo de amor, con el corazón a toda marcha. Me olvidé que debía volver a casa, a regar el jardín; a ver la televisión con un plato en la mesa ratona, y un vinito, nunca mejor dicho, para acompañar. “La tenía a mi lado, con su cabeza que toca casi mi hombro cuando la miro de reojo para ver dónde me llega. Hablamos de todo, menos de trabajo. Lo impuso ella ni bien dejamos de oír las cargadas. ‘Hablemos de otras cosas –dijo- de esas que nos ponen colorados…’ “Caminamos y caminamos. Yo por ahí le rozaba el brazo y ella se dejaba. Nos reímos mucho y prometimos, ya en la puerta de su casa, que volveríamos a salir el viernes. Los dos dijimos, ‘cómo es que perdimos tanto tiempo para ponernos de acuerdo y salir de una vez por todas a caminar’. Le di un beso en la cara, no en la boca, en la cara, y nos dijimos hasta mañana. Me acaba de mandar un mensajito: ‘La pasé bárbaro. Tan amigos como siempre…’“Ella está sola, y uno también. Yo creía que el amor no era para mí, y aquí me tiene, pensando en esta mujer con la que trabajo hace casi doce años, y no sé qué hacer. Si bien sólo nos cruzamos en la cocina cuando nos hacemos un café, porque ella trabaja en el piso de arriba, en contaduría, y yo estoy de cara al público, la cuestión es que tengo que pensarla bien antes de dar un paso, porque quiera o no, es mi compañera de años. Es como si a la vejez, viruela!Pedro Luis Guzmán Cipolletti.

Pedro Luis: Entiendo lo que decís en tu carta. Los dos ya pasaron los cincuenta, están solos, y hasta ahora no se vislumbraban más “complicaciones” que la de no saber con quién dejar el perro (ella, las cotorritas australianas) cada vez que volvían a sus pueblos natales para navidad. Y sí, hay veces que la vida te trae aires nuevos, sin que te des cuenta, aunque el trabajo vuestro sea siempre el de dibujar números y resultados. Nos toman por sorpresas situaciones, gente, relaciones nuevas y ahí está uno, parado en la intemperie, sin más cobijo que el del techito propio, con su rutina y sus costumbres. El huerto personal, el que regamos a diario, tiene sus surcos, sus brotes, pero también sus frutos. Y esto es lo que les sucedió. Me decís que no sabés cuál será el paso a seguir, cuando en realidad, lo tenés servido. Teresita está esperando que acciones, y lamento decirte que sino lo haces, lo hará ella. Sin ir más lejos, el otro día te lo dejó en claro cuando en medio del asado de la oficina, dijo que “se le está pasando el arroz”, y que debe tomar el toro por las astas. Eso iba dirigido a vos, Pedro. ¿Es que no te dás cuenta?Al fin lograste hacer una cita. Es genial que haya venido por vos cuando concluiste el circuito con tus amigos. Teresita está decidida, y va por ti, despabiláte ! Además todos saben que desde que hicieron juntos el viaje a la virgen de San Nicolás la cosa ya no se sostiene más. Estuviste bien en invitarla a caminar, pero no te frenes. Seguí en esa dirección que vas estupendo. Y aunque sepas que por detrás los demás se ríen de tu timidez, no les prestes atención. Te diría que no pierdas la fórmula deporte-conversación, que tanto funciona por estos tiempos. Invitála a remar, a andar a caballo en algún puesto aledaño; llevála a jugar al voley, y así ella también recuerda sus triunfos del colegio, cuando jugaba balóncesto.Ve su estado “saludable”, como algo que la pone mas guapa aún, y no le hagas comentarios sobre la gordura, diabetes y várices. Todo lo contrario. Dejá preparada una tarta de zapallitos, acelga y espinacas, y así, cuando le decís de pasar a cenar a tu casa, ya le comentás que tenés todo listo. Pedro Luis: abrí las ventanas del comedor que tenés siempre a oscuras; cortá un par de

margaritas que hay en el patio, y ponélas en un lindo lugar de la casa. Recibí a Tere con ese cosquilleo del que hablás, sin pensar en la viruela, porque ya la tuviste. Ahora sólo encargáte de hacer bonito cada encuentro con esta mujer, y disfrútense sin medidas ni cuentas, ni balances, y menos, balanzas.Iluminá tu hogar con un foco de cien, y entrá con la mujer que hace tanto querés en silencio. Las hojas del otoño caerán, sólo que esta vez, si vencés el miedo, verás que aún hay motivos para no pensar en la fuerza de la gravedad.

Suyi

SUYI AL CURRI (28) Enroscadas por los huevos   Por Suyai del Corral

Desde Zapala me llega una carta firmada por la lectora, Adela Ñancumán de Olave, quien “denuncia haber sido maltratada anteayer”, Domingo de Ramo, por un grupo de mujeres que se autoproclamaron “Defensoras de la rosca”, como único símbolo representativo de estas fechas.Al parecer, el acto vandálico femenino fue en horas de la mañana del domingo cuando, Adela, entró en el taller que comparte con sus compañeras de actividades coordilleranas con el fin de destapar los doscientos huevos de Pascua que habían realizado la noche anterior. Con cánticos y banderas, el grupo belicoso de señoras irrumpió en el comité vecino cerca de las 10, hora local, con una orden de desalojo hecha por ellas mismas, y al encontrarse con un NO rotundo por parte de Adela, comenzaron a descargar su furia con palos, sobre los huevos de chocolate alineados en la mesa. “Están calientes –las mujeres- porque desde hace tres fines de semana, nosotras venimos encabezando las ventas de tortas y empanadas, en todo lo que es el circuito Zapala-Cobunco. Ellas aún están gestionando su personería jurídica, mientras que con mi gente estamos años luz más adelante”, sentenció la zapalina.Dice que “este conflicto se viene arrastrando desde hace dos años más o menos, cuando ganamos el concurso, ’Negra tu loma’. En ese momento habíamos confeccionado en tamaño real, con bizcochuelo, turrón, y mazapán, todo lo que es la rotonda principal de la ciudad, con sus bueyes y sus campesinos. Hasta los perros, cocinamos al horno. “En esa oportunidad le dije a Lidita Gauna: Acordáte que Estella Maris Quinteros, va a armar lío por esto. Dicho y hecho. Al otro día, a uno de los vacunos le faltaba lo que sería la bola de lomo y parte del espinazo, hecho con chocolate en rama. Hicieron una masacre con el animal, rompiéndole también, el contorno de los ojos, confeccionados con higos rellenos de grageas multicolor. Todo su pelaje, la parte de la cola, las pestañas y el sector genital, habían sido realizado con fideos cabello de ángel. Fue muy triste llegar y ver cómo ese buey que tantas horas y días nos tuvo ocupadas, de pronto, yacía en tierra. Mi marido lo cargó en la camioneta, y lo llevamos al galpón de mis suegros, donde lo dejamos una semana hasta que nos dimos cuenta que el techo de zinc caliente, estaba acelerando su deterioro. Empezó a derretirse hasta convertirse en un charco de ingredientes caducados.“Así y todo triunfamos. No obstante, por la noche recibimos un anónimo que decía “El Chancho rengo, corre…”. Esto me dio la pauta que debíamos unirnos más con las chicas, ya que Estella Maris Quinteros no pararía hasta vernos enroscadas en su obsesión de determinar cómo hay que celebrar las fiestas populares.Suyai del Corral: Ya estamos hartas de estas mujeres que no hacen más que poner un palo a la rueda de la acción cordillerana. Decimos BASTA a tanto atropello".

Adela Ñancumán de Olave (le siguen 45 firmas más)C.I: 8.456.280Zapala

-Adela, querida, hiciste bien en escribirme. No sé hasta dónde mis palabras podrán sensibilizar un poco a Quinteros y su seguidoras, que, por lo visto, están dispuestas a atentar contra ustedes en cualquier fiesta. Esta mujer ya tiene antecedentes de este tipo. Agencia Chos Malal me cuenta que para la Fiesta del Chivito, en su edición del 2003, entró corriendo en plena carrera de galgos con un conejo de peluche atado a la pierna, logrando así despistar a los perros. Fue expulsada de la organización de los actos conmemorativos al día de la Raza, en Cutral Có, cuando propuso que los rubios desfilaran adelante, y los morochos atrás.Yo te diría, Adela, que no pares hasta llevar a los tribunales a Estella Maris, porque te la tiene jurada y no se detendrá hasta acabar con el grupo.Tenés razón al decir que se trata de una “fundamentalista”, que destruye toda creatividad en pos de una fiesta popular. En su blog, que estuve mirando, se la ve muy ida, con las facciones cansadas y el ánimo por el piso. Recuerda que el miedo paraliza, por lo que las empujo a que se valgan de mucha unión y por sobre todo, coherencia a la hora de defender lo que creen necesario y sano hacer en las fiestas venideras.Vigilen los puntos que, a esta altura, Quinteros, sabe que puede atacar. Por ejemplo: Se acerca el 25 de Mayo; sin que cunda el pánico empiecen de apoco a organizar su revolución. Piensen en cámaras para monitorear el locro popular; controlen la panceta y los garbanzos, presten atención al chorizo colorado, ya que es impermeable a la utilización de micrófonos. Ensayen el pericón mezclándolo con pasos de artes marciales; aprendan a usar los pañuelos como elementos también de defensa. Adela: No te duermas en los laureles que no son eternos. El 9 de Julio está llegando, y con él, vuestra independencia.  

SUYI AL CURRI (29) Con un grito en la voz, en la voz   Por Suyai del Corral

En la carta del 21 de marzo, el lector, Walter Garrido, me dice, muy angustiado, “que la gente tiende a hacer prejuicios de él, sin conocerlo. Que los desaires de personas muy allegadas, lo están matando; que el silencio abrumador de la sala –refiriéndose a los presentes- cuando entra, lo deja casi inmóvil, extenuado (...)".-Comencemos…Muchas veces, la manera de comportarnos, de presentarnos ante el resto, acuarelea bastante lo que es nuestro paisaje personal. Ni qué decir cuando abrimos la boca. Esa estampa cobra vida, y pasamos de la virtualidad –teñida por los accesorios- a la realidad, dada por las palabras y las acciones. Garrido, si tenés la costumbre, como me contás, de aparecer al Coro con media hora de retraso, y encima, sin saberte las partituras, no pretendas que te tomen por un buen profesional del canto y ejemplar compañero. Ya de entrada te presentás hablando por celular, y aunque bajes la voz en la última fila de la sala de ensayo, se te escuchan las discusiones con Pamela, tu novia.Por lo que veo en tus líneas, hay mucha incertidumbre en lo que harás de tu vida. Vas al Coro, por ir nomás, porque sabés que sin esta actividad se te acaban los sitios donde dar rienda suelta a tu histrionismo. Ya no hay lugar que te quede para desplegarte, cuan pavo real.

Has cantado todos los discos de Silvio Rodríguez y Caetano Veloso; ya actuaste en todos los grupos, como anfitrión y como invitado; te conoce medio mundo en las radios, y ni hablar en los estudios de televisión, que no son mucho, pero en su momento, jurabas entrar a los plató de la FOX. Los periodistas de espectáculos de los diarios tienen tu gacetilla de prensa tan refritada, que una vez, sin querer, editaron que actuabas un miércoles a las 15 hs, en Geodas Discoteque, a beneficio del club de Bomberos de María Auxiliadora.Garrido, yo creo que el universo que armaste en la ciudad está colapsando. Esa fuerza, a mi entender, mal encarada, te está llevando a un desquiciamiento hacia las actividades que tenés. Terminarás estropeándolas del todo, y lo que es peor, terminarás tú, yéndote hacia la profundidad, como el Titanic. Estás un poco enfermito de los nervios, y eso tiene solución. Por el momento, hasta que te decidas a pedir ayuda, yo te diría que busques sosiego en el canto, que vayas a él con ganas, que lo encares con estudio, con disciplina y por sobre todo, que vayas a él, con amor. No intentes subir el tono y menos el volumen de la voz. Hay compañeros tenores a tu lado que están implicados en ese sonido que debes cuidar como un tesoro: te lo han conferido, y en su momento, te lo ganaste. No boicotees tu paso por la actividad coral, y menos del Comahue. Canta sin ganas de tapar al resto; no estás solo, hay voces de gente como tú, o parecidita, pero gente como tú al fin. En la foto que me envías del Coro, veo que estás como desesperado por salir en ella. Aparecés sobre las sopranos como intentando sacarles dos cabezas. ¿Para qué quedar pegado como una polilla al radiador, para qué Walter Garrido? Bajále un cambio a tanta marquesina, pichón. Otra: Tampoco creo que sea bueno conducir con la música a full en tus oídos. Y sino, que lo diga la señora a la que atropellaste con la bicicleta, por ir cantando con el MP3, “… libera tu esperanza con un grito en la voz, en la voz”.En cuanto a tu ítem, Bellas Artes, no digo que esté mal que retomes a los 42 años, pero, me parece, que la carrera de Folclore no existe más, y hasta donde sé, estamos por empezar abril ¿quién querés que te inscriba ahora? Ni la escuela de Valeria Lynch, te tomará.Para ir cerrando, Waly, buscá apoyo en Pamela. No discutas por cómo va o no va vestida al nocturno. Dejá, que ella está concentrada en sus estudios; bastante le costó asumir que si no terminó el secundario, allá por los ’80, es porque prefirió irse tres años a Bahía a estudiar capoeira. Pamela está saliendo adelante solita. Lo demostró para estas fiestas, que vendió más de 50 productos, entre roscas y huevitos duros pintados a mano.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (30) Je t´aime... Le nouveau poème de Suyai   Je t’aime… Le nouveau poème de Suyai del Corral

Pasa el organito, la gente asoma por las ventanas. Cuatro palomas vuelan bajo, nada impide el cielo gris, la calle sola.Chimeneas desorientadas,balcones en apuro que inventan rejas, árboles absolutistas, veredas dislocadas,la mirada dura entre las persianas.De las macetas nadie se fía,

caen con los atardeceres sin decir nada.El clochard duerme cartón abajoy se tapa con la esquina que no lo deja.Ni a Sol ni a Sombra los quieren discutiendo.Han tirado panfletos en su nombre, y los semáforos están verdes todavía.Pronto llegará el aire maduro que los tilde.Silencio que no hay hospital en la cuadra,ni feria donde regatear.La suicida miope quiere un transplante de cornisa.El cartero ya tiene quien le escriba.El ama de llaves ya ves que ama.El portero golpea dos veces y más.Levedad en las hojas,huellas marchitas sobre el cordón.Pasa el organito por el boulevard.Es la tarde en Paris, y yo asomo, volando bajo.

Suyi  

SUYI AL CURRI (31) Período para Virginia   Por Suyai del Corral

Desde el barrio Supe, de Neuquén, me escribe Virginia Candia, lectora asidua de mi columna, e integrante del equipo de defensa al consumidor, labor que ejerce con vocación de servicio pero que, en este caso, “no tiene nada que ver por lo que me contacta”.Me cuenta que desde hace un tiempo nota que la vecina del 3ro (no especifica letra ni número de piso) está “empecinada” en acabar con la tranquilidad, ya no sólo en su vivienda –de Virginia- sino del edificio en general.“Suyai, no es que yo esté emperrada con esta mujer, pero me parece que hay normas, actitudes, y demás reglamentos a los que debemos atenernos cuando comenzamos a vivir en sociedad”, dice una Virginia totalmente enfurecida en su email. “Todos los días tenemos que lidiar con esta loca y su familia. Por ejemplo, ella sabe que los tendales de los pisos dan a la calle; bueno, resulta que la señora, como está haciendo un curso de batik, tiñe prendas y las deja colgadas todo el día, como hizo con la colcha Alcoyana, que se le dio por cambiar de azul a rojo. No te das una idea, Suyai, el reguero de anilina que nos chorreaba desde el tercero. Como soy yo la que está debajo de su piso, el salpicón fue para mis sábanas que estaban colgadas desde la mañana temprano. Parecíamos una ermita del Gauchito Gil, toda la ropa de un color sangre... Los pantalones... una blusa mía con escote palabra de honor que me habían regalado mis compañeras... los guardapolvos de los chicos... una camisa divina de Lucio, que le trajo Micaela cuando fue al viaje de egresados. Todo, absolutamente todo, quedó manchado. Esa tarde cuando bajé del colectivo, Cuca, la del 1ro C, me dice al verme llegar: ‘no te asustes pero andá a mirar tu ventana, parece un matadero’. Casi me muero ante semejante panorama”. “Esto no puede quedar así, pensé. Como hice no sé, pero subí las escaleras hasta su

puerta. Estaba a punto de perder esos cinco segundos que dicen que hay que tener antes de cometer un delito. Llegué y le toqué el timbre. Abrió como si nada. Estaba en camisón. En camisón a las 11,30 !!! cuando en realidad a esa hora las ollas ya están hirviendo. Sobre la mesa aún tenían la manteca y el pan, y lo que más asco me dio, es que el gato estaba rasqueteando de costado, un pan dulce duro que seguramente le dio para que se entretenga”. “Decíme, vecina…”, me dijo sin que se le moviera un pelo. “Decime vos a mí, le respondí. Qué tenés para explicarme del daño que estás haciendo. ¿Por qué sos tan liera, tan poca cosa? ¿No te conformás con vaciar el mate desde tu ventana? ¿No te alcanza que todos los días tus hijos dejen llorando a los nuestros? ¿No te avergonzás de que las cucarachas de tu casa, sólo tengan como horizonte el espacio de luz que deja tu puerta? ¿Hasta cuándo tu marido, va a probar el motor de ese cascajo que no lleva ni caño de escape? ¿Cuándo aprenderán que en un edificio vivimos varios y que tus perros no pueden mear la escalera cada dos por tres? ¿Hasta cuándo tus gatos seguirán rociando sus ácidos sobre mi Potus? Lo único que hoy deseo es que se vayan para siempre de este barrio al que castigan con su presencia”.Como si supieran que hablábamos de ellos, uno de los perros vino despacito hacia mi, y se puso a olfatearme las piernas. “Tinelli!”, gritó ella. El vicho salió corriendo y quiso esconderse bajo el televisor, pero no pudo porque estaba el triciclo. Las dos nos quedamos mirando cómo se fue para una de las habitaciones. Acto seguido, volvió su mirada y me preguntó si quería pasar, a lo que respondí que no venía a venderle Avon, que lo de la tintura sobre mis sábanas ya fue la gota que colmó el vaso. Dio media vuelta y se fue a la cocina de donde volvió con dos cervezas. “Dale, pasá un rato”, me dijo. Y entré. No me acuerdo más nada, sólo sé que cuando decidí bajar a casa, teníamos varias latas sobre la mesa y las dos la “cara medio desencajada”, según palabras de Lucio, al verme llegar.Hoy me la crucé en la entrada, y las dos nos sonreímos. Le dije un buen día así, medio avergonzada. Si mal no recuerdo, me contó que se está separando, y que los chicos aún no saben nada, pero que algo intuye el más grande, que es justamente el que más trabajo le está dando. Deben varios meses del piso, y no sé qué otras más le están pasando.Querida Suyai: por un lado, quiero que se vaya, porque su situación límite está traspasando los marcos de su puerta, pero por el otro lado, me da pena no poder hacer nada para ayudarla. Se nota que está muy mal la pobre”.

-Ay Virginia, en qué brete te estás metiendo. Pero dejáme decirte que es uno de los bretes más lindos: la solidaridad. Empezaste bien tu email, al no develarnos el nombre de tu vecina, porque la solidaridad cuanto más callada se ejerce mucho más transparente es para ti y para el otro. ¿Haz el bien sin mirar a quién? No estoy tan de acuerdo. Mirá a tu vecina, mirála bien, y si ves que en algo de su oscuro presente podés brindar un poquito de luz, hacélo mujer. Si vos también sabés cuánto cuesta llevar adelante una casa. O acaso no salvaron ese departamento gracias a que trabajaste como burra tres turnos, cuando a Lucio lo dejaron afuera de la ferretería. Preparaste alumnos particulares, vendiste pancitos para celíacos y hasta anduviste incursionando en Amway. Creo que tenés que tirarle un cable a esta señora; fijarte en qué podés serle útil. Muchas veces no es necesario que caigas con una mochila de turrones y sidra para fin de año, sino pasar, simplemente pasar a ver cómo está, si quiere charlar un rato; cebarle unos mates, o decirle simplemente que si necesita algo, estás ahí, cerquita. No te digo que ahora te pongas a teñir telas como una hindú nostálgica, pero, me parece que ya has

entendido que hoy podés estrechar una mano, como alguna vez lo hicieron contigo.Querida Virginia: que el panorama menstrual con el que te encontraste en tu ventana no corte este nuevo período que vives. Dar es dar.

Suyi  

SUYI AL CURRI (32) Los pasos de un pololo podólogo   Por Suyai del Corral

Desde Temuco, Chile, me llega una carta certificada con remitente de, Rodrigo Aravena Cárdena, podólogo, quien me comenta con dolor la incertidumbre que le genera su relación con, Eugenio Aguirre, chacarero activo de General Conesa, Río Negro, Argentina. El lector está en un momento difícil ya que, dice, “la distancia nos está matando, Suyai. Estamos enamorados, pero no avanzamos, llevamos años sin poder dar el paso de la convivencia. Nuestro amor es más virtual que real…” .

-Ojalá todas las historias de amor fueran sólo para contar las buenas nuevas: el punto justo del dulce de leche; el pelo brillante en el primer día de clases; los trotes de los caballos en la pradera…Me atrevo a ir más allá de este papel vecino, y por momentos sueño que puedo cambiar esta realidad que sufren los chicos, y reinventarla “a mi puro ojo”, a decir de mi propia boca, a hacer ser sólo oídos para los susurros de bonanza. Pero no. Los días se me vienen así, cuan fichas de dominó, que mezclo y mezclo para seguir el juego, aunque la partida no sea otra más que yo. Quisiera leer que Rodrigo y Eugenio sólo viven momentos de dicha y chicha, a troche y moche, día y noche. Pero no. Sus líneas lloran la distancia que los separa, los cielos que se pierden, la comida que engullen sin gusto, las vidrieras sin gracia, las marcas que no enmarcan. Leo su tristeza y las ganas que tienen de abrazarse y hago conjuros para que la Cordillera adelgace, para que el caballo de San Martín, los rescate en el camino y los cruce sobre sus alas. Pido a los vientos para que no les soplen desilusiones, sino que los empuje al abrazo en pleno paso fronterizo, mientras un coro de centinelas de la patria, amenizan el encuentro con cantos gregorianos y chamamés del Paraná. Sin que falten las porciones de torta con grajeas, servidas en mapitas de la zona. Rodrigo y Eugenio, nada de lo que les diga logrará que las aguas se abran, si ustedes así no lo desean en lo más profundo. Adornarles la ruta es imposible, porque, ya con los casi cuarenta años que los dos están tocando, jamás me creerían. Tampoco puedo hacer malabarismos de credulidad y optimismo merengado. Menos magia, aunque el truco no está en pasarles gato por libre. Todo lo contrario: sería tonto de mi parte hacerlo, cuando en realidad, en lo personal, la vida no me tiró buenas cartas. Tuve que ingeniármelas para hacer de la copa oro, pero antes debí deshojar unos cuantos tréboles; me llevé varios bastos por la nuca y fui atravesada por espadas, en el medio de un truco y quiero retruco, que me dejó desvastada. Caí, y caí allá abajo, donde anida todo lo más down que se les puede ocurrir, pero sólo cuando toqué fondo, emergí luego poderosa, apoyándome en los amigos, los que quiero vale 4, mí número.Les digo esto porque los años no transcurren en vano, y eso, quieran o no, va marcando un rumbo, incierto, pero sí inmediato, y por ende real. Si vuestra relación “no camina” es porque la distancia va comiendo el deseo por el presente, por ese cotidiano que lamentablemente no los encuentra unidos como quisieran. Se aman, lo sé, pero habrá que ajustar clavillas en lo que realmente desean,

porque sino, se perderán en la marea de la angustia, de la rabia y la impotencia. Verse tres veces al año, cinco días cada una, es algo que no se sostiene chicos. No alcanza el tiempo para conocerse, para disfrutar eso que tanto desean: “ser dos”. Me pregunto: ¿Realmente desean ser dos? Esto se sostendrá lo que ustedes puedan sostenerse solitos, así mismos. Vivir de ilusiones y esperanzas, claro que es lindo, vivimos para ellas, pero el barrilete debe planear para el lado en que podamos o queramos sostenerlo porque sino sucumbirá sobre nosotros y ahí sí, hará en el alma estragos, y beberemos amargos tragos.

-Queridos chicos: deberán sentarse cada uno en su región, y pensar cuál debe ser la brisa sin visa que los traslade al encuentro con el otro. Están enamorados. Si es así, realmente, y el deseo es vivir ese amor, entonces que ese amor-motor, arranque de una vez por todas! Vamos mis guachos, vamos que se puede encontrar la respuesta, aunque sea buscando en las web de los consulados. Averigüen, pregunten, infórmense sobre los requisitos que deben cumplir para vivir en el país que sea, y aventúrense a lo desconocido. No soy hojarasca de otoño para decirles que no sufrirán, pero estoy segura que, intentándolo, el dolor será menor al que tienen en este momento. Rodrigo, intuyo que esta crisis pasará, y para entonces, espero, habrán decidido lo mejor. Por ahora, es lo que hay. Vendrás a Argentina a encontrarte con “ese” abrazo, en el que crees y defendés. Sólo haciéndolo te darás cuenta si vale la pena continuar. Alguna vez, allá lejos, sabiendo que no me querían, igual crucé enamorada por el paso de Mamuil Malal, y en una hojita de inmigración, lloré mi nombre, Suyai del Corral.

Suyi

Datos de Interés General:

*Consulado General de Chile en Buenos AiresDirección: San Martín 439, piso 9

*Consulado General de Chile en Bariloche Dirección: Juan M. Rosas 180

*Consulado de Argentina en Concepción Dirección: O’Higgins 420, piso 8 of.82 [email protected]

*Consulado de Argentina en Santiago Av. Vicuña Mackenna 41www.consuladoargentino.cl

*Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Temuco A.G. Vicuña Mackenna 396Fonos : 45- 210818 – 210556

www.cancillería.gov.ar (leer: Acta Final de la XX Reunión del Comité de Frontera Región de los Lagos “Comité de Integración”)

* General Conesa : CP (8503)

* centros de tatuaje en General Conesa. http://www.nosolosalud.com

* General Conesa: Leer sobre el Ingenio Azucarero, explotación y posterior industrialización de la remolacha azucarera, por la Compañía Industrial y Agrícola San Lorenzo Ltda

SUYI AL CURRI (33) x bulto cerrado   Por Suyai del Corral

Señora, Suyai del Corral: me llamo Maricruz Papponi de Alzamendi, y vengo a usted, después de haber dilucidado horas con mi grupo de compañeras. Somos seis mujeres que asistimos a un gym del centro de General Roca desde hace años. Hacemos spinning, body balance y algo de gimnasia localizada. Pasamos un buen rato juntas. Usted se preguntará por qué la contactamos. Es que ante la situación que vivimos el jueves pasado, hemos quedado sin habla, en estado de shock, y recién ahora podemos sacar la cabeza afuera, como quien dice. Resulta que estábamos tomando la clase con el profesor de localizada, Mr. Estep (vamos a ponerle este nombre ficticio, porque imagínese que no podemos delatarlo ante la comunidad) cuando de pronto, de la nada, el mundo se detuvo, los espejos se volvieron como de celofán y la música pareció no existir. Frenamos aturdidas, muy atormentadas por lo que nuestros ojos estaban mirando. La sensación fue como si un tren nos hubiera atropellado. Como si todo aquello que anhelábamos, de pronto, se nos fue como agua entre los dedos. Horrible.Mr. Estep estaba marcando un paso muy bailado, cuando de pronto, al saltar se le cayó de entre las piernas, una media. Nuestra respiración estaba agitada y el pecho parecía que nos iba a explotar. En silencio miramos cómo el bollito de soquetes quedaba a la intemperie en medio de la sala. Mr. Estep no se dio por enterado, siguió adelante saltando y marcando algo que ya no se marcaba más.No se dio cuenta hasta que fue dos pasos atrás y se encontró con el bulto que yacía en el piso. Explicar la cara que puso ese hombre cuando nos vio quietas sería epopéyico. Quedamos consternadas ante tanta mentira junta”. “Uy, la p…que…lo p…”, dijo, se agachó rojo como un morrón, levantó la media (no puedo especificar si era el par o una sola) y salió corriendo. Encima, ese día había empezado un señor mayor, de unos 70 años, que agata podía hacer las cosas. Al ver esto, se llevó las manos a la cabeza y dijo “pobre pibe, con lo simpático que parecía ¿Cómo se va a poner eso ahí? ¿A dónde vamos a ir a parar?”.Inesita Giménez, que es amiga de su madre de años, se fue corriendo atrás de él, y lo encontró llorando en el sauna. Dice que le abrió la puerta y que estuvieron hablando un buen rato, tanto que Inesita, suspendió la limpieza facial que tenía a las ocho. Salió hecha sopa, y él, un poco mejor. Se encerró en el vestidor, y desde entonces no lo vimos más. La clase del martes la dio una chica que no tiene ni busto siquiera, y lo cierto es que no nos convenció la manera de moverse”.Suyai del Corral: por su intermedio, y luego de una semana juntándonos para hablar del tema, queremos hacerle llegar nuestros saludos a Mr. Estep, y decirle que no se preocupe por nosotras, que ya estamos mejor. Que para todo el grupo de la tarde él es mucho más que esa situación vivida; que vuelva pronto a clase y que en recepción lo espera otro paquete, esta vez un regalo”.

-Maricruz y compañía: Chicas…habrá que agarrar esto con pinza, digo, a la situación, como bien dicen ustedes. No quiero ni pensar el tormento que debe haber pasado el

profesor, el calvario en el que aún reside en estos momentos. Hicieron bien en escribirme. Antes de empezar a contestarles, visité el blog de un monitor de Rosario, y que lleva un grupo de autoayuda a personas con trastornos de personalidad. Quise informarme antes de sentarme a la compu y me puse a hurgar en su web. En ella me encontré con la historia de Cristian Falassi, conocido profesor de Santa Fe, que en el 2005, en plena clase de body combat, se le cayó, también de entre las piernas, una nuez, y que al pisarla fingió sufrir un desgarro, cuando en realidad todos lo vieron agacharse sobre las cáscaras destrozadas en el suelo. El muchacho fue ingresado en observación una semana, y ahora ayuda a gente que “esconde algo detrás de lo que los demás quieren ver”. Su libro, “Nuez Moscada”, ha sido traducido a más de seis idiomas. Pero volvamos a nuestro profe roquense. Seguramente, este chico ha venido presionado en este último tiempo. Ustedes no son un grupo fácil, Maricruz, lo digo por los comentarios que me hicieron otros socios. Son mujeres muy exigentes a la hora de aceptar o no un maestro. Recuerden chicas que van al gym a aprender no a aprehender. No puede ser que todo el tiempo salgan a las risotadas haciendo comentarios de las piernas o el trasero que tiene fulano o mengano. De cómo tiene caído el pecho, sultana.“Son señoras grandes y que en las duchas siempre crean conflictos. Se comportan como colegialas”, me cuenta una socia anónima que al parecer no es simpatizante de vuestro grupo. “Además, suelen sortearse quién empuja la puerta de los vestidores masculinos, y salir corriendo”, agrega la mujer en su e.mail. Mari: Lo que creo es que si realmente están contentas con el monitor de la tarde, Mr.Estep, le hagan un espacio en sus vidas de alumnas, y se dejen llevar por su clase, sin ejercer presión de mujeronas en celo, haciendo chistes todo el tiempo sobre sexo, o si la tiene grande o pequeña. Una cosa es el gimnasio como lugar de ocio y de aprendizaje y otra es que se transforme en un kamasutra tonificado. El gimnasio, muchas veces, se transforma es un sitio de sublimación total y que en muchos casos, si se abusa de él, termina siendo perjudicial. Cuando el sexo es insatisfactorio, la persona, para compensar la carencia puede llegar a tener un mecanismo compulsivo de saciedad que se traduce en un exceso de actividad física, o, lo que es peor, en pasarse toda la tarde frotándose la calza contra las máquinas sin hacer ejercicio alguno.Comprendo que los “cincuenta y pico” que dicen tener, no les llegaron en vano y que de “aquella casa estricta donde crecieron sólo queda una foto”, pero también me parece que hay gente que no tiene porqué pagar nuestras restricciones. Papponi: Saben que soy la primera en votar por el disfrute personal, por escuchar nuestras zonas íntimas, pero también soy partidaria de que si propongo, es porque de verdad dispongo…Reciban al profesor con ojos de alumnas en equilibrio, y no como espartanas en ebullición. Verán cómo todo irá a pedir de boca. Por lo pronto les recomiendo que descuelguen los cartelitos de “Esquivále al bulto y volvé”.

Suyi.

Sabías que…

Un informe detalló que desvestir a la pareja equivale a quemar 120 calorías.Un orgasmo real acaba con 27 calorías, aunque 160 si es fingido. Con un beso desaparecen 60 calorías.Durante una relación sexual de veinte minutos se consumen 150 calorías, el equivalente

a caminar o subir y bajar escaleras.Tampoco está de más saber que las caricias consumen 20 calorías. Y que la postura del misionero elimina 240 (con otras posturas se puede desechar de 200 a 400 calorías).  

SUYI AL CURRI (34) De Mr Estep, por supuesto!   Por Suyai del Corral

Estimados lectores: No suelo armar debates con mi columna. Voy respondiendo a medida que las cartas me van llegando. Algunas veces coinciden dos lectores hablando de lo mismo, o respondiéndose unos a otros, pero eso ya escapa a mi intensión de comunicadora, que es la de dar a conocer, denunciar, aclarar y por sobre todo, fomentar la comunicación del quehacer cotidiano, para entender un poco más al ser urbano, por ende, humano. Mi columna anterior (x Bulto Cerrado) respondía a la inquietud de la lectora roquense Maricruz Alzamendi de Papponi, en relación a un vínculo determinado con el monitor roquense, Mr. Estep, quien, bajo este seudónimo, hoy responde…

“Suyai: No sé por dónde empezar, pero dicen que nada mejor que agarrar un ovillo por la punta. Tomaré la punta, entonces: yo nunca quise ponerme ese par de soquetes entre las piernas. Mejor dicho, sí, lo hice, pero también la presión sufrida en todo este tiempo, con respecto a la relación que mantengo con el grupo de estas seis alumnas, fue insoportable e insostenible. Esto se me fue de las manos. Lamento que haya tenido que terminar así, digo, con el desenmascaramiento de mi zona pubiana. Jamás pensé que un descuido mío podría jugarme tan mala pasada. Le digo la verdad: me confié de la toalla del slip, y descuidé como un boludo el elástico de la pierna, que al vencerse en los saltos de Localizada dejó libre el paso al bollito de medias, que rodó hasta caer al suelo.Es cierto que yo mantuve un vínculo visual con las alumnas en todo este tiempo. Yo fuí quien se presentaba a clases con un bulto que hasta hace una semana, despertó siempre buenos comentarios. Debo reconocer que no me fue mal a la hora de hacerme un lugar entre los hombres más admirados del gimnasio; que se me respetaba en los mingitorios y que en mis clases siempre quedaba gente afuera porque se morían por verme marcando adelante. Marcando los pasos.Pero todo eso ya es historia. Como no quiero seguir echando más leña al fuego, decidí buscarme otra ciudad donde poder ser yo de una vez por todas. Roca fue”.

-Mr. Estep: Antes que nada hay que reconocer el accidente: La mentira. Ni las disculpas, ni los remordimientos, ni la vergüenza, tendrían lugar en esta carta, si no hubieras mentido al colocarte esa prótesis textil. Flaco: no pasa nada si te comprás los calzones en el sector niños de La Anónima. A quién le importa si eres peso pluma o peso pesado. No pelees la guerra de los otros. Si querés irte, andáte. Será mejor así, irte detrás de lo que crees. Tendrás que seguir tu camino buscando tus propias respuestas. Pero vete sin facturas pendientes, salda las cuentitas personales porque luego, lamento decirte, no te dejarán dormir en paz. El cambio, ese del que hablas, no siempre puede medirse en kilómetros de distancia, sino que a lo mejor está cruzando la calle…

Tendrás que reconocer que hubo una sobre estimulación hacia el grupo de Maricruz Alzamendi de Papponi, pero creo que, y más si escucho otras campanas socias del club, también ellas contribuyeron a esto con presentes de sex shops; chistes alusivos al tema sexual y por sobre todo, una entrega desmesurada en los asados del gimnasio.Sé que te vas dolido, puedo leerte. Igual dejáme decirte que he recibido un montón de

e.mails de socios que te apoyan y que quieren que vuelvas a tus clases de Step latino. (Recordemos a los lectores que el Step lleva un antideslizante y que su medida, cuando está en su correcta posición, oscila entre diez, quince y veinte centímetros).Le diste mucho a Roca y no es justo que te vayas tan dolido. La gente dice que hay más socios desde que vos llegaste al “Muscúl Sport”, gimnasio que enseguida posicionaste en los primeros lugares de los torneos de “hip hop”; “gimnasia artística, Nivel 1 y 2; Aero Fitnness sobre colchoneta de arpillera y Body Teen and Out. No contento con eso, preparaste al equipo del diario para el torneo de “Manuela con Mancuerna”, a cambio de que te editaran el “Librillo orientativo sobre las distintas posiciones para una mejor evacuación del aparato intestinal”. Sigo con tu currículo en mis manos, es increíble lo bien que te has movido en este tiempo. Tu libro: “Del banco piramidal a la posición fetal, Cien años de agache”, fue un éxito de ventas en la última (y primera) feria del libro que se realizó en Aguada Florencio, hace años. Mr. Estep, la vida es tuya, y no soy partidaria de los tickets al paraíso periférico. Ojalá te vaya bien en otra localidad, pero, no olvides que ya te fuiste de cuatros ciudades en menos de diez años. Andás buscando “ese paraíso” que reza tu carta, pero en el mapa exterior, cuando, según mi experiencia, tal vez esos paraísos (la paz, la serenidad, la seguridad y la confianza en vos mismo) están ahí, bajo tanto trapo que nos viste. Buscá pichón tu paraíso interno y desvístete sin vergüenza alguna, porque sino, literalmente hablando, siempre andarás a medias.

Suyi

SUYI AL CURRI (35) El horóscopo de Suyai del Corral   ARIES: Paz, es lo que encontrarás en esta primera quincena. Has cruzado tantas veces el peaje de tus dudas, que a partir del 20, nuevas sensaciones te esperan a la salida del trabajo. Relájate y aún cuando no te arranque el auto, disimula, que es una de tus cartas fuertes. No es momento para pasarle facturas a tu pareja. Atención al vino.

TAURO: Arremetedores toros, se están acercando nubes volcánicas pero sin embargo, ustedes siguen aferrados a esa idea que amasan y amasan cada día. Bajen un cambio a tanta Venus, y deténganse a mirar un rato el color de las chacras. Número de la semana: el 4. Tu piedra: La esmeralda, pero no la vendas por favor.

GEMINIS: Intentaron todo para que la risotada burlona no los afectara, pero igual se filtró el pesimismo, y la confianza en uno mismo se fue por el vertedero de El Chocón. Remontarán la segunda quincena, con nuevos ánimos de emprender negocios y responderle a ese amigo que tanto quieren y tienen olvidado. Alguien que los conectará con la infancia puede que llegue en estos días. Atentos!

CANCER: Quedaste descompuesta cuando viste el ticket del supermercado. Para colmo andás en esos días en que hasta los lavacoches te parecen posibles empleados públicos. No todos los que te rodean saben de tus diálogos internos, por lo que un buen cono de papel de diario incendiado en la oreja no te vendría mal, para ver si así, con Marte y Júpiter de aliados, logramos que de una vez por todas escuches lo que te dicen.

LEO: Nacieron, y así les hicieron creer siempre, que se merecen lo mejor, pero lo mejor de lo mejor. Andan por las calles con ese toque distinguido que los caracteriza, aunque en el fondo, sólo ustedes saben que vienen de pagar el mínimo del mínimo de la tarjeta

de crédito que ya parece un vestido Charleston, de lo hecha tiras que está. Buena semana para cambiar el humor. Lo que no se pudo, no se pudo.

VIRGO: El otoño pasó con esa higiene que a ustedes les gusta. Lograron hacer la lista de la gente que quieren en sus vidas, y también hicieron repaso de los nombres propios que ya son historia. Trabajan siempre por todo, y eso tiene sus frutos, aunque a veces, los frutos sean secos. Pero como a todo le sacan provecho, también de esos frutos hicieron buena compota para pasar el invierno con un excelente fluir de jugos gástricos y una regulada evacuación cotidiana.

LIBRA: Estás balanceándote entre la licencia sin goce de haberes o directamente renunciar para ponerte de lleno en ese trabajo independiente que te han propuesto. Sabemos que las relaciones públicas es lo tuyo, pero no todo lo que te pintan es para que lo consumas ingenuamente. Escucha, como sueles hacer, y decide. No es tarde para dar un touch al freno, si estrellarte es el riesgo. Hay un ser querido que no se anima a pedirte algo. Por las dudas no entregues todo de golpe.

ESCORPIO: Ya no te quedan sitios donde ir a discutir o a quejarte de lo caro que está todo. Sabés que te miran cuando entrás a pagar en en el banco, es mas, recorrés de punta a punta las colas de gente, mirando pero sin mirar. Te gusta la verdad, pero la verdad de la milanesa. Estás ansioso y eso lo has notado en las comidas. Esta semana la luna puede que te cambie la marcha. De todas maneras, avanzá sin tanta altanería. El camino del cangrejo lo sabés: Adelante, o atrás, como quieras.

SAGITARIO: Corriste ese piche con la intención de que te vieran lo ágil que estás. Te festejaron que vuelvas con el guanaco muerto, arrastrándolo desde el jagüel hasta la camioneta, pero…seguir matando animales los domingos ¿realmente te aliviana la rabia de haberte separado? Probá este week end ir corriendo hasta Contralmirante Cordero, pero no lo mates.

CAPRICORNIO: Ay mis tranquilos capricornios! tan reservados y discretos. A veces tanta humildad es dudosa, pero si esa es la bandera que flamean, sigan en esa vereda. Ustedes saben que lo mejor llegará y que la paciencia será vuestra aliada para cuando la dicha los abrace. Momento oportuno para emprender dietas a base de batatas, mandiocas y demás tubérculos. No duden sobre posibles nuevos entierros. Valor.

ACUARIO: Estás pensando en encarar a tu suegra para que hipoteque su casa. Mayo está pintando lindo y tenés ganas de posicionarte mejor que el año pasado, en cuanto a tus objetivos materiales. Pero, Júpiter, no está pasando sobre vos con la mejor onda, es más, va en una Gillera con el motor fundido. Estás convencido de que darás el gran paso este año, aunque la 4 x 4, negra y brillante, sea para llevarte a ver a tu suegra al geriátrico.

PISCIS: Estamos entrando en la era piscina en lo que a la imaginación se refiere. Deberás sortear entre varias ideas para que el sueldo se te estire un poquito más ya que la bocha queda corta. Pero tu amabilidad de siempre sigue atrayendo a los otros signos, por lo que un plato de sopa por la noche nadie te hará faltar. Dale importancia a tus rodillas y pasa de largo esos comentarios creídos que tanto te disgustan. Tus ideales por ahora pasan por la olla. No te disperses. Una piedra: el caracú.

Suyi  

SUYI AL CURRI (36) DE POLAROID TOTAL   Por Suyai del Corral

Cuenta que celebró los cincuenta con muchos amigos, y que desde Añelo, su cuñada, le mandó una milhojas que tenía más de un kilo de dulce de leche La Serenísima Colonial; que los hijos le compraron un viaje con todo incluido a los Glaciares, y que en la puerta de la casa la esperaban sus compañeros de la oficina, las chicas de Polaridad, y sus hijos que sostenían en brazos a Billiken, el perro que se le había perdido hacía dos semanas.Agrega en su carta que ese día no se esperaba la fiesta porque como era puente, casi todos estaban fuera de la ciudad. Sin embargo, “no sé cómo pero aparecieron”, con botellas de vino tinto, cervezas, gaseosas, tortas, y bandejas de sándwiches de miga. Ni en el trabajo se percató que, al despedirse, más de uno sus compañeros ya no estaban y que la última en irse fue ella. Pensó que era viernes a la noche, y que se había quedado sin un plan de salida. Para qué llamar, si, “seguramente”, todos se habrían marchado a algún sitio, por lo que se fue hasta el estacionamiento moviendo las llaves mientras decidía si calentar las albóndigas del mediodía o si pedía una pizza. Viernes a la noche volvió a repetirse. Llamaría a Tamara, su hija pequeña, que ya convive con su novio, y después se quedaría dormida en el sillón mirando alguna película de esas que terminan a las doce, cuando ya la noche está negra negra. Su “regalona” no respondió. Supuso que estaría de “parranda”, por lo que emprendió el camino a casa. Quiso estacionar media cuadra antes de llegar para pasar a comprar un par de cositas así el sábado por la tarde no tendría que estar adentro del supermercado. Mientras esperaba a que la atendieran, miró la calle a través de la vidriera de la despensa y vio que Billiken apareció corriendo, entonces pegó un grito y salió a recibirlo con besos y esos palmetazos de amor que sólo ella le da. El perro saltaba, quería torear pero nomás dio “aullidos de alegría”, y salió a las carreras hasta la casa, con ella por detrás, agitando los brazos y gritando Billiken, Billiken! Cuando llegó estaban todos ahí, cantándole ¡¡Feliz cumpleaños Diana!!(…) “Querida Suyai, te cuento esto porque me vas a entender. Hasta donde sé, vos también estás sola, y sabés bien lo que significa cuando la casa se ilumina con la llegada de los amigos. Es como si desde la oscuridad me hubieran traído todo lo que quería: el perro al que ya daba por perdido; Tami, “con su chico”, como le gusta llamarlo; Pablito, que es el del medio, y que no logro siente cabeza, y el mayor, Joaquín, que está estudiando en Córdoba, mecánico dental.“No sé qué decir Suyi, pensé tantas cosas cuando me iba a sentar y ahora es como si me hubieran comido la lengua los ratones. No sé…Quedé sola con los tres chicos hace un par de años. Con mi marido viajábamos mucho, y en uno de esos viajes, por un error tonto del destino, se me quedó. Pero mejor no recordemos tragos amargos ahora. “Quería contarte que tengo poco y nada. Que trabajo como una descocida para llevar adelante la casa, de la que siempre los hijos reniegan, pero que ahí sigue, en pié conmigo adentro, esperándolos cada vez que llegan con hambre, o simplemente para fumar mirando la tele. Luego abren la heladera, picotean algo, me dan un beso, y se van.

“A cada uno le pude dar sus estudios, y por sobre todo, a cada uno le di ese techo que en más de una oportunidad estuve a punto de perder. Así y todo, seguí. Puedo decir que tengo unos hijos hermosos, y que si bien son medio loquitos , los adoro. Son míos, ¿no?

Nunca me funcionó ninguna relación, intenté, pero nada. Y con 50 estrenados, sin más compañía que la de Billiken, trato de llevar una vida en paz. No jodo a nadie y nadie me jode. Aunque, ahora que pienso, a alguien debo joder, porque en casa se reunieron como 30 personas! Estoy bromeando. Hasta Carina apareció, la ex de Joaquín, a la que no veía hacía como un año y medio. Está hermosa, y con novio. Cosas de la vida.Vino Elena con su novio, también. Un muchacho que se está divorciando, y que al parecer, tampoco le molesta que Elena sea divorciada y con dos criaturas. Estuvo Emilce, tan linda con vaqueros. La ví tan bien, que se lo dije. La gordi se me pone colorada, entonces siempre tengo que levantarle la cara y darle un beso, porque es adorable, y está con todas las pilas en perder por lo menos 8 kilos. “Bueno, no sigo porque ya tengo que irme. Tengo polaridad y de ahí nos vamos con las chicas a casa de Rubén, que dice que le han traído un corderito.Suyai: Por intermedio tuyo quería mandarle un beso a todos los que se juntaron en Solana 435 el viernes por la noche, y me dieron esa grata e inolvidable sorpresa. A los que estuvieron y a los que no pudieron llegar, pero que igual, sé que me pensaron lindo, decirles que siempre los llevo en mi corazón y que hay Diana para rato”.Diana AranedaPlottier

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SUYI AL CURRI (37) Puedo en Puelo   Por Suyai del Corral

Podría empezar por el final, dándote alegatos para tu batalla, sin embargo me vuelvo beso de Rodin, desnuda mas no petrificada, para apelar a tu buen corazón, Aimée Zierrutevich, de Lago Puelo, Chubut. Me contás angustiada en tu carta, que los días, aquellos de paz y amor, con Néstor, tu marido, ya no son los mismos. Que la bucólica idea de envejecer mirando los pinos crecer se vio derrumbada hace un año, exactamente, cuando, Néstor, trajo a su hermano pequeño, César, y a su mujer (tu cuñada) Victoria a vivir en la casilla del fondo, lugar que hasta entonces era destinado para los asados.Sostengo tu correspondencia en mis manos, firme, porque quieren volar como murciélagos que se alimentan de la rabia. Estás muy enfermita de los nervios Zierrutevich, y esto no te llevará a ningún lado más que a donde vos ya sabés.¿Por qué no arreglar eso por las buenas? Encima te digo “eso”, cuando me enumerás un sinfín de problemas que tenés con el clan familiar de Néstor.Pichona, hay un odio atragantado que no te libera; que puede enfrentar a cualquier Uvasal, derretir las endoscopías más laberínticas, y alimentar toda ave de rapiña que sobrevuele nuestro Alto Valle.Me decís que te molesta cómo visten tus cuñados, cómo se mueven, qué perfume usan; que “se laven el sobaco en el patio”, y que ella, Vicky, entorpece el paisaje con ese andar payuco, y “encima con la trenza larga, y esa pollera a cuadros, que parece salida de una lata de bizcochos Canale”. No creo que sea buena idea que le mezquines el caballo para salir a dar una vuelta. Es un matrimonio joven que recién está comenzando, Aimée. No podés ser así, o mejor dicho, podés, pero…no es una salida agobiarlos con trabajos duros que sólo vos y Néstor conocen en la granja. Si sabías que la chancha Elizabetta es mala, porqué dejaste que Vicky se acercara a los chanchitos. No había necesidad de mandar a la pobre chica

a la salita de primeros auxilios, por los mordiscos que le propició la madre porcino. Por si no te diste cuenta, le tuvieron que dar puntos, y hasta tuvo que hacerse los análisis de triquinosis. ¿Valió la pena, Aimée? Te lo pregunto porque César no se queda atrás con los problemas que se le han presentado desde que llegó. Si, Néstor, ya te había contado la anécdota que cuando eran chicos, un linyera le puso a César, por el cuello de la remera, un puñado de pajaritos recién nacidos, y casi se desmayó del susto, ¿para qué le llevaste la canasta con las codornices recién nacidas? Lo mismo con el quillango. Sino lo vas a usar, para qué jodiste tanto que te lo devolvieran, si ahí lo tenés, en la pieza tapando las bolsas de maíz, cuando en realidad podría haber estado tapando a esos chicos, ahora que ya están cayendo heladas.Aimée, dejá pasar mayo. El toro no es tu animal, o bien lo es, y te estás haciendo la que usa guantes. Mayo es una fecha para sublimar pero no para resolver en profundidad. No te lo digo desde lo zodiacal, Aimesita, sino para que le bajes a la dureza con la que andás. Seguí con yoga, hacéte un lindo color, que no se te mezcle tanto con el ciruelo, porque sino, Néstor, comienza a confundirte con un tronco y pasa de ti olímpicamente. Dejáte llevar por el escarapelismo generalizado. Sacá para afuera, y usá ese sentimiento nacional intrínseco de estos días. Seguramente escuchás folclore a full y te pusiste a recordar como de sopetón, los cabildos troquelados de la infancia; la dupla Viola-Ayala, y hasta te animaste a tararear despacito, “fue la lucha, tu vida y tu elemento”. Ya sé, nada que ver, pero igual lo hiciste. Tal vez este sea el comienzo de un nuevo ciclo en tu vida “alejada de todos”. Sólo que, permitíme que te diga, no sé si estar tan lejos no te deja demasiado alejada. Tenés el lago al lado, pero no sos una isla. Dale Aimée, dale que La Bohème sigue sonando y hay mucho que reciclar si queremos un mundo, de verdad, mejor. Andá, subí la música, y encendé un sahumerio de esos que decís, te gustan tanto. Echále unos palos a la estufa, y calentá la casa que pronto llegarán Néstor, César y Victoria “Canale”.Hace muchos años, cuando estudiaba muy lejos (pero muy cerca) tenía un señalador con una frase de Joan Baez que decía: “No podemos elegir de qué manera morir, ni cuándo. Pero sí podemos decidir de qué manera vivir. Ahora!

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SUYI AL CURRI (38) Mr Estep, Potro de braga blanca   Por Suyai del Corral

Querida Suyai: Soy Mr. Estep. Nunca creí que te escribiría tan pronto, pero ya ves, la vida tiene hilo para rato, porque luego de dejar General Roca anduve un par de semanas como si fuera un potro boliado, hasta que recibí el mail de una amiga que me invitaba un par de días a su casa. Esas visitas que vas posponiendo, viste, y que por fin se concretan. Bueno, la cuestión es que ni lo pensé. Metí dos o tres calzoncillos limpios, unos pantalones (shorts, bermudas, pescadores, marineros, largos), algo de abrigo y me vine. Estoy en Bragado. Fijáte que no me va tan mal. Hace doce días que llegué y me siento tan contento en la ciudad que, me parece, anclaré por estos lares por un tiempo. Mi amiga, Marcela está chocha de que me quede con ella, ya que tiene una casa grande, herencia de los difuntos viejos. Y como vive sola hace años, con una relación de esas que cada uno vive “en su espacio”, no rechacé la invitación de instalarme a su lado un

par de meses. Le ofrecí pagarle algo, aunque sea para los impuestos, pero la enana no aceptó, y me salió con una de que yo la había ayudado mucho cuando estudiábamos en La Plata. Ya ni me acuerdo, pero algo bien habré hecho, no lo puedo creer.Tengo una habitación con ventana a la calle, un pequeño balconcito donde me siento como a las cinco a tomar unos mates y luego me voy adentro porque acá ya está fresco, y es más húmedo ¡Ando mojado todo el día! jajajajaja Ahora que tocamos este tema, no supe nada más del grupo de alumnas del Muscúl Gym. Recibí muchos mails de la gente que quería que volviese, pero, tal como te dije aquella vez, Roca fue. Por ahora no es un sitio para mí. Sufrí mucho ¿sabés? Y aunque reconozco mi error (“a medias…”) luego, todo lo que se armó, las burlas, los comentarios, y hasta ese paquete que me dejaron con una bananita Dolca, en el vestuario, ya fueron de muy mal gusto, y hasta crueles. Me dijiste en tu carta que debía llamar las cosas por su nombre, bueno, no quiero volver más allí. La pasé bien en Roca, pero me siento más estimulado en Bragado.Aquí, es como si soy yo, no sé explicártelo mejor. Es como si nadie me conoce y me divierte andar a mis anchas por el centro. Me pierdo por las calles, y aparezco en la misma plaza, mirándola de nuevo. Doy vueltas por ahí, y de vez en cuando le cabeceo a alguien que me mira como dándome la bienvenida. No sé, es una sensación extraña, pero linda. Al fin y al cabo, voy de aquí para allá, libre, sin molestar a nadie, y cuando aparece el daño, huyo. No me queda otra. Huir, porque me cuesta la vida, me cuesta mucho, Suyai. Y aquí me tenés de nuevo, empezando con un “fresh face” alucinante. Como vendí un par de máquinas que tenía, dos bicicletas fijas y el juego de mancuernas nuevo me pude venir con unos mangos, a si que ahora ando tranqui, sin apuros y tomándome este presente como un té verde. A propósito, no sabés los campos qué verdes que son aquí. Me gusta levantarme temprano y salir a correr por unos caminos que hay, que te llevan al corazón mismo de la alfalfa. Cuando llego ahí, donde te digo que parece un colchón vegetal, me quedo un rato oyendo los pájaros, y alguna que otra camioneta a lo lejos. Sólo hay vacas, y un olor a tierra fértil espectacular. Marcela me dejó esta mañana la llave del candadito de la bici, y una nota donde pone: “Si viene Juanjo, entregále el pantalón que está doblado sobre el taburete del pasillo. Cocéte las espinacas. Paseá un rato que vuelvo a las 2. Te quiero mucho. Mar”.Ché, Suyai, con respecto a…eso… “de andar a medias”, quedáte tranquila que desde que llegué no pienso en ningún aditamento agregado. Soy así, y al que le guste bien y al que no también. Con Marcela no necesito azúcar adherida, me conoce y sabe cuál es mi punto débil, el que debo trabajar como si fuera un músculo isquiotivial. En eso estoy. Vine perdido, pero vine a encontrarme. Creo estar en el lugar acertado. Me siento como el potro de la historia de esta ciudad. Por si no oíste hablar de él, te pegué la leyenda debajo de mi carta. Si bien mi amiga no me dejará caer, tengo pilas para esta vida de cardios. Hay un par de gimnasios donde anduve tirando el ojo. Algo me saldrá, por lo que no me preocupo, me ocupo. Una vez más me chantaré el short, pondré la música, pediré que hundan el ombligo y haré lo que sé hacer: step to step. Te mando un beso grande, desde el pubis de la pampa argentina.Mr. Estep

Cuentan los que cuentan que en la ambigua frontera entre la realidad y la ficción nació la "Leyenda del Potro Bragado" que dio nombre a la ciudad. Su origen se remonta al siglo XVIII. Por aquel entonces, junto a la gran laguna, iba a beber a sus aguas un potro salvaje, increíblemente bello y desafiante, con sus crines al viento y su vistoso pelaje.

Tenía una braga de color blanca en el vientre.Los soldados que se atrevían a explorar el "desierto" deseaban poseerlo y también el pueblo originario que tenía su asentamiento en el lugar. Se cuenta que fueron muchos los intentos, pero el caballo era bravo y defendía valientemente su libertad. Un día un grupo de soldados lo acorraló junto al margen de la laguna, en una barranca, y, cuando ya estaban seguros de hacerlo prisionero, el potro se arrojó desde lo alto prefiriendo morir antes que verse cautivo.Su actitud libertaria sorprendió tanto a todos que, desde entonces, la historia rodó por el tiempo bautizando a la ciudad.El caballo Bragado fue un potro con destino de abismo pero con sueños de libertad y está eternizado en el escudo que identifica al Municipio.

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SUYI AL CURRI (39) El horóscopo de Suyai   Por Suyai del Corral

ARIES: Comenzó junio y estás tan eléctrico que ya ni los astros te prestan atención, total, a vos te sobra la energía para darle y darle a la matraca, a la cinta en el gym, a los asados con los amigos. Pero tenés que frenarle un poco a tanto pecho autosuficiente. También es bueno dejar a un lado el cacique y escuchar a “éstos”, a los que ignorás por considerarte alto en el cielo, un águila guerrero. Buena semana para dedicarle tiempo a la ortodoncia. Revisá los puentes.

TAURO: Ya basta de pelear por todo queridos toros. De discutirlo todo, de calcularlo todo. Nadie duda de vuestra voluntad, tesón y pezón, pero, no por haber nacido bajo las axilas de Venus, pueden andar como terneras desbocadas en cualquier meeting o vernissage local. Si bien es cierto que –palabras de la Callas- “las bellezas se miden por los destrozos que causan”, igual dejen de romper por un rato por favor!

GEMINIS: Estuviste dándole al corazón todo este tiempo. Te enternece desde la cajera del supermercado con sus historias de madre soltera, hasta los comentarios del cartero, que le duelen las piernas de tanto pedalear. Te gusta escuchar a los amigos, y pasearte del brazo de tu amada cuando estás con la testosterona a full. Ahora, dejáte seducir un rato fiera, con velitas, sopa de zapallo, y ese touch de crema que te ciega.

CANCER: Tu guarida sigue cálida. Has luchado mucho por tenerla como te gusta. Hay días que querés estar solo y otras con un montón de amigos, fruto de tu nostalgia desmedida. Tanta ida y venida al pasado te termina saturando, y más cuando construís tu presente siguiendo el molde de vida del canal Volver. Lo que cuchichean los otros no siempre te involucra. Dejá a un lado tanta paranoia y la excesiva imaginación que te perturba. Buena semana para abdominales usando como fondo el tema de Horacio Guaraní, “Caballo que no galopa”.

LEO: Frente a tu casa pintaron un graffiti que te hace pensar cada mañana que salís al trabajo: “Basta de dominación”. Si bien sos confiado y abierto, tu amabilidad por momentos se te escapa como rata por tirante, y en dos segundos, pelas tu currículum

vitae para sobrevolar orgulloso y vencedor ante el grupo que supuestamente contra vos conspira. Ya es tiempo de nuevas búsquedas. Vos sabrás si querés trabajar contigo mismo, si estás dispuesto a más cambios, de los cinco que ya trae tu Cherokee.

VIRGO: Ok, finalmente te fuiste de la reunión de Essen sabiendo que todas harían lo que vos decís: quitarle huevos a la masa para que termine cerrando el precio de la torta de 18 porciones, en $ 2,75. Con el lustramuebles en la mano, dijiste para vos misma, una poesía que te hizo llorar mientras frotabas y frotabas. Pero tanto silencio con el trapo en la mano, es dudoso. No le des vuelta al asunto: está todo demasiado ordenado y pulcro, sólo que de vez en cuando viene bien arrugar las sábanas. Tu número urgente: el 8.

LIBRA: Te pasaste la tarde peinando el perro para salir a dar una vuelta. Pero no tuviste en cuenta que, a las tres horas que te llevó bañar y adornar el can, debías sumarle las dos horas tuyas, entre el make up y los accesorios. La cosa es que para cuando saliste a pasear por la avenida, se largó tal aguacero que debiste entrar a casa como trabajadora golondrina empapada en la 22. Procurá menos énfasis en la fachada y hurgá en el delineado interno, y profundo…

ESCORPIO: Una semana cargada de besos para los escorpianos. Estás con más ánimos que nunca para organizar reuniones, irte a pasear con los amigos, o simplemente quedarte en el sofá mirando alguna película que, aunque tonta, sabés disfrutarla a lo grande. Y si bien “todo está ok”, “todo brilla”, controlá tus celos antes que la sonrisa sea una acuarela bajo la lluvia. Buen sexo hacia la segunda quincena de junio. Cuidado en la retención de líquidos.

SAGITARIO: Cuánto amor diste el fin de semana pasado en la carrera de motos! Te paseaste de camioneta en camioneta, saludando a todos, sintiéndote feliz de haber salido. Sos espontánea y eso los demás lo huelen y lo agradecen. Dejás los rollers y agarrás la bici, dejás la bici y te vas a correr, terminás de correr y organizás una pizzada en casa. Sos única, fresca, dicharachera, pero atención al rivotril.

CAPRICORNIO: Hasta que no metiste a la familia de tu mujer en la sociedad no paraste. Ahora habrá que tirar para adelante, pero recordá que tu autoexigencia no es un buen termómetro ya que todos saben de tus megavatios excesivos. Frená un poco, tomáte un amargo serrano que venga especialmente con tila, y comenzá a disfrutar esta nueva etapa familiar. No busques placer en la velocidad. Color de la semana: cualquiera menos el negro.

ACUARIO: Hablaste con el corazón antes los compañeros despedidos. Hiciste lo que pudiste para defenderlos, sin embargo, nada te quita la angustia que venís soportando desde hace semanas. Llega la segunda quincena con más alegrías que penas en el plano emocional personal. Tendrás una escapada a la cordillera y, avisos de empresas buscando gente, te pondrán las pilas para seguir en una lucha de la que ya no tenés ganas. Todos guardan tu celular, y eso habla de tí. Arriba!

PISCIS: Subiste al colectivo cargada de bolsas del supermercado, pidiendo un asiento, “plis”, con esa simpatía que te enmarca. Sabés que cuando movés la melena, todos te

miran porque además, la sacudís bién con las manos para luego decir, “estoy muerta”, y largás esa sonrisa que es una en un millón. Semana en que harás tartas para acompañar con el mate. No te entusiasmes en dormirte con aloe vera en el contorno de los ojos, dejá hojitas para el verano.  

SUYI AL CURRI (40): AMIGO   En el día del amigo, quiero compartir con ustedes, mis lectores, una poesía que me acerca un joven con muchas inquietudes, Ceferino de los Ríos. No especifica el origen de su envío, pero intuyo que todo queda aquí, entre nosotros, entre estas aguas que van para no volver…Suyi.

AMIGO

Burbujas de la Confluenciaarrullos de la infanciapiecitos sueltos de muñecagalletitas de manteca, rancia…

Crecí en un rancho pequeñobarriendo el piso de adobeLa casa olía a buñuelosy en el tendal aleteaban mis pañuelos

Los montes escondieron mis íntimos deseos,y la vergüenza me tomó prisionero,Dormí entre rejas que construícon botellas del Misionero

Por los senderos que seguí, encontré buenas almas que me libraron del propio gatillo, de padecer los silbidos burlones, y de aceitarle el palo a tanto rastrillo cabrío

Pido gancho, pero, el que me toca…sepa que no nací para irme de boca.Cuántas pistolas de mandíbula de capón!Cuántos sueños se cumplieron aunque ni los perros me siguieron!

A veces, cuando me harto de tanta miga disfrazada de canapérecuerdo a mi amigo fuera de su casa, despidiéndome a los gritos“hasta la ciudad no parés guacho mío,No parés, Ceferino de los Ríos”.

SUYI AL CURRI (41): GAYETITA   Por Suyai del Corral

Qué placer encontrarte aquí, le dije. Sí, soy yo, la misma, tu Criollita, que en un viaje de corazón Express, y comportándome como una Colegiala, invoqué a Tita, me chanté con Amor, la tableada, y al son de una Rumba, te di mi inocencia Merengada.

Los años pasan y aquí me ves con un estilo más Traviata. Pero… Qué placer encontrarte aquí, volví a repetir. Ya no te veo en el msn. Tal vez andás en Oregon, o en Rodhesia, influenciada por Lincoln. Sabés, de a ratos, pienso en nosotras, en aquellos años paradas bajo las Palmeritas, como garzas alzadas en Planicie Banderita. Qué placer encontrarte aquí, justo cuando sigo pensando en nosotras. Cuando llegábamos a los teatros Rex y Opera, cuan bailarinas de Variedades, huyendo del chisme urbano, del apodo Pancuca y de la mirada inquisidora, de Tía Maruca.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (42) LO DE ELISA PARALIZA   Por Suyai del Corral

Hace tiempo recibí una carta de Neuquén, con remitente de Elisa Sánchez, quien, en ese momento (de esto hace varios meses atrás) manifestaba estar viviendo una situación muy deprimente en su pareja. Por esas cosas fuí posponiendo contestarle porque no tuve el valor de teclear una balada que no serviría ni para Adeleine, menos para Elisa.Empecé esta semana recibiendo otra carta de la lectora en cuestión, en la que reitera su malestar con Pelusa, su marido. Dice estar moviéndose ya con un grupo de psicólogos, y que le hacen un precio especial. Si mal no entendí, debido al grado de su problema la atienden tres profesionales pero le cobran 4. Es más efectivo, según ella.El tema que aqueja a Elisa: Desde hace ocho meses la pareja naufraga en aguas turbulentas, sin encontrar la paz, cosa que es imposible conseguir, según la lectora, debido a que siempre está metida en el medio su hermana. La hermana de Elisa, claro. Al parecer, ésta, la más chica de las tres hijas de Victorino Sánchez, le pidió hace casi un año si podía venirse a vivir con el matrimonio a Neuquén, porque seguiría Geografía en la UNC, pero no tenía donde alquilar. Querida Suyai: “Necesito desahogarme. Accedimos con Pelusa a que viniera a casa, hasta que consiguiera algo donde vivir. Yo sabía que me estaba metiendo solita la soga al cuello. Mi hermana es tremenda. Siempre fue suelta de breteles, desde la escuela. Tenía a sus compañeros con la baba como cortina cuando aparecía con los guardapolvos ultra mega cortos”.“No sé si es porque se crió en el supermercado de mis padres, lo cierto es que nunca le faltó don para manejarse en público, pasearse por las góndolas como si desfilara, o porque demandaba todo el tiempo el oro y el moro. De hecho en más de una oportunidad mi madre comentó estar preocupada porque el carnicero se transformaba cuando la borrega llegaba del colegio toda pintarrajeada. Así y todo, nadie comentó nada por esos años, pero recuerdo que el tipo picaba carne y la miraba por encima de la máquina. Eran momentos dolorosos para mí, porque yo también llegaba del secundario a la misma hora, y jamás sentí que atrajera a alguien de los presentes, aún cuando entraba gritando simpáticamente, Holaaaaaaaaaaaa”.“Una vez –prosigue Eli- la encontraron con el chofer de una línea de colectivos muy conocida, estacionados cerca del río Grande. Los vieron correr desnudos por el pasillo del coche cama tirándose uno a otro, las almohaditas. Alguien llamó a casa y se lo comentó a mis padres, quienes, esa misma noche nos juntaron a las tres y nos prohibieron, por su culpa, todo tipo de salidas. Lo que más me dolió es que, a Vani, la mayor, encima que tenía un ojo vago, la dejaron sin poder acudir al cierre del ciclo de video en la biblioteca. Esta guacha siempre nos cagó las salidas. Total, ella saltaba por

la ventana, diciéndonos un chau con la mano, sin mirarnos, mientras se perdía en la oscuridad. Vani y yo, aguantamos en la casa hasta que encontramos un amor, y nos fuimos. Vani vive en Salta, y no la veo casi nunca, porque no hay vuelos baratos, y en el coche cama, no sé porqué, pero las dos no logramos conciliar el sueño. Yo, particularmente, no viajo porque tengo la sensación de que al dormirme alguien me puede ahogar con pastel de papa. No sé, son temores, pero con este tratamiento del 3 x 4, espero poder superarlos”. Suyi: “Esta carta no tendría sentido sino te dijera que Pelusa está totalmente embobado con mi hermana. Lo noto, y vos sabés que las mujeres sabemos muy bien distinguir cuando otra zorra anda merodeando nuestro terreno. Es algo más fuerte, visceral, como si tu olor no pudiera convivir con el olor de la otra liera que no distingue entre sangre y leche. Somos hermanas, y no se corta un pelo a la hora de salir casi desnuda a mirar la televisión, a abrir las piernas para mostrar cuánto elonga. No tiene reparos en pedirle a Pelusa (delante de mí, lo terrible es que lo hace delante de mí) que le enseñe a tirar los dardos que tiene el otro zanguango en el patio para entretenerse, cuando no quiere fumar. ¿Entonces qué hace mi marido? En vez de ponerse el traje de Pelusa, se pone el de Musgo, verrrrrrrrde verrrrrrrde. Y cierra con su mano la de ella, apretando el dardo que, te juro Suyai, siento que me lo tiran al centro del pecho.”“Mirá si será guacha, que sabe que me estoy atendiendo con una curandera de Resistencia, Chaco, que desde su página web me trata on line el mal de ojo y el empacho. Bueno, la cuestión es que estábamos los tres cenando y ella larga, así tan suelta de jeta como es: ¿Eli, para la web de la ciberbruja, entrás con password o eructando? Con Pelusa se largaron a reír a carcajadas, entonces me levanté de la mesa tirando la servilleta, y me fui a la calle a fumarme un pucho mentolado. Sólo cuando estuve muerta de frío, tiritando, decidí entrar, para que el calor del comedor me diera abrigo.” “No sé por dónde tirar querida Suyai. Miro a mi hermana y estamos tan lejos de aquella foto donde las tres eramos pequeñas, donde los juegos eran comunes, y donde el amor aún no era dolor.”

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SUYI AL CURRI (43) La indigestión pública   Por Suyai del Corral

“Me dijeron que me uniera al grupo de la iglesia y acepté. Me invitaron para la reunión de padres y asistí. Me convocaron para la asamblea vecinal y no falté. Ella me dice que me ponga corbata que vienen los Duarte, y ahí estoy, impecable. “Son las once de la noche, y mi día de kilovatios acabó hace siete empanadas atrás, recalentadas en el microondas, y que devoré con la furia de una cobra hacia un ratón. Ella, que dice sentirse cada vez más parecida a Demi Moore, salió a tomar algo con una amiga. El enano duerme esta noche en lo de la abuela. La casa está vacía pero yo estoy lleno hasta el hartazgo. Leo mi discurso y lo repito. No puedo más. Navegar en Internet es remar contra la corriente porque veo un mundo que quiero, que deseo y sólo cuando llego hasta la clave de identificación me doy cuenta que quisiera aflojarme este cinturón de gordo diputado, saltar al vacío sin normas y retener todos estos portales que titilan para que pase. Pero no puedo. Lo que en realidad quisiera tocar, saborear, besar; en lo que quisiera trabajar, los países que me gustaría visitar, todo, todo, se me escapa como fideítos soperos entre los dedos.

Suyai: me dijeron que podía escribirte, que en tu columna encontraría aunque sea una flecha indicadora, un pasadizo hacia un ministerio de tranquilidad. Siento como si un interminable menú de fritangas subsidiadas me saliera desde el ombligo, con un sonido de máquina registradora, y números, y nombres, y citas, y decretos y cenas no deseadas, y caras aborrecidas, y abrazos falsos, y miradas putas, bien putas, de esas que te enganchan la retina para quererte así, como un tango dominguero, con su carita de muñeca moviendo bien las tetas. Disculpá mi tono, pero es que, ya no me quiero así: con mi cabecita hueca, con mi azúcar en exceso, con mi pimienta en grano y en pornoco, y con la poca sal que le encuentro a la vida”.

Mariano BarrigaLC: 8.456.467Cipolletti

Lector: No voy a responderle con eufemismos primaverales porque ni aún fumigando su oficina con un desodorante de ambiente de lavanda, ni colgando pinitos aromáticos en el espejo de su coche, podré sacarlo de este invierno eterno en el que vive. Leo su carta, a la carta, y mi apetito para que encuentre una salida, crece. Digo apetito porque descifro en sus líneas más espárragos subliminales que párrafos con abdominales.Está a punto de colapsar Barriga, de pegarse una buena torta, pero en una curva. Urgente un stop sin gluten a tanta ansiedad. Seguramente está respirando mal, roncando al dormir, levantándose una y otra vez al baño ¿A que sí? No suelo publicar las cartas de mis lectores en su totalidad, pero déjeme decirle que el pasillo de su casa no es un play station en el que sus paredes lo prensan como un matambre, tal como me comenta. Esa es su cabeza, Mariano, la que evidencia un estado ansiolítico. Nadie, por ahora, “lo está cocinando a fuego moderado”. Es usted el que debe proponerse descansar, parar ese diálogo interno que sólo encuentra la calma a las tres de la mañana, cuando, solitario y cancino, con su boxer cuadrillé, se prende al pollo frío.Está claro que tiene un presente para nada pleno, mas bien cargado de “obligaciones” que no sabe desde cuándo existen, pero que fue “sumando y sumando y sumando”. Así como le dijeron que ya había superado el límite de la tarjeta, debido a vuestras compras compulsivas (porque Demi Moore no se queda atrás a la hora de pelar el plástico), también su cuerpo le está avisando algo: Es tiempo de frenar la minipimer interna, secar un poco las vísceras de tanto líquido retenido, y empezar, dignamente, a drenar su conciencia que ya pide un verdadero cambio.Mariano Barriga: Estamos inaugurando setiembre y, con ello, un sinfín de recetas, decretos, leyes, consejos y demás ingredientes serán espolvoreados “en forma”. De cara al régimen (y también de culo), propóngase evacuar, nunca mejor dicho, todas sus inquietudes, todas sus sospechas, todos sus temores, sus acciones y reacciones. Trabaje consigo mismo, lejos de esa llama engañosa que eleva al globo con peso. Para que su gestión no sea una indigestión de sugestión, siga caminando a un ritmo honesto y constante. Sólo así dejará de ser un diputado leudante.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (44): METAIPONGA, PARA EL CAMBIO   Por Suyai del Corral

"Las opiniones vertidas por la lectora en la siguiente carta no necesariamente coinciden con la opinión de SDC"

Estimada Suyai: Desde las pasadas elecciones que dieron por ganador a mi gobernador estoy ocupando un lugar importante dentro de este momento histórico que vivimos en la provincia. Ocupo honestamente un sitio que me gané por mis años de perseverancia. Aclaro esto porque tengo contingencia urinaria por culpa de la gente que no logra ver en mí, el cambio. Por intermedio de tu columna, “Suyi al Curri”, quiero dejar constancia por escrito, que estoy harta de que me llamen “la negra”. Sí, así como leen tus “queridos” lectores. Yo no digo que no sea más aquella que saludaba a todos; con la que se montaban en una camioneta y salíamos a repartir colchones en las inundaciones. Sigo siendo la misma…sólo que ahora ya no soy “la negra”, y a mí también me duele ¿se creen que no sufro todo lo que estoy viviendo por dentro? Yo también desperté un día y tenía más responsabilidades, más poder, y bueno, me la jugué, y llegué aquí, a donde estoy, en un altar de dignificación y que por ende, debo velar. Más que nada lo digo porque hay gente que aún no parece darse cuenta de que transitamos épocas de grandes cambios psicocientíficos y demás cambios en la humanidad en general. Tal vez, sino me hubiera cruzado con vos, Analía Comela, a lo mejor esta carta no tendría sentido, ni yo estaría perdiendo mi valioso tiempo molestando a Suyai (siempre te leo) para que les aclare esto: Gente, a todos, yo noooo cambieeeeeeeé. Fueron las circunstancias las que me cambiaron, las que nos llevaron daun lado al otro, las que nos invitaron a reflexionar sobre nuestra propia identidad. Decidí crecer más conmigo misma. Sólo que esto también se paga, y caro, pero es lo que elegí. “Somos lo que elegimos”, dice Paulo Choelle.Por eso les pido que entiendan que ya no soy “la negra” porque ahora tienen que lograr verme ya instalada en el cambio, deben visualizarme en el entorno en que me visitan, me trabajan, en las salas que me esperan, en fin, que ahora soy por mi nombre y apellido ¿entendiste, Analía Comela? Te lo digo a vos por sobre todo, porque no me gustó escucharte decir en la fotocopiadora “se casa la negra”. Como también oí preguntar al rengo Ganzúa, si “al asado invitaban o no a la negra”.Y si bien es cierto que fuí “la negra” para todos, y que me encantaba que me llamasen así, la realidad es que estamos en oficinas distintas. Que mi ventana, mi ventana para mí sola, Analía Comela, me la gané solita. Pero qué te voy a contar a vos, si nos conocemos de las comisiones vecinales, y venimos ya de varias reparticiones juntas. En esta gestión, te pido un poco más de respeto. Ahora tenemos funciones diferentes, y vos tenés que tratarme como el resto, te guste o no. Te escribo a vos en esta columna, Analía, porque sé que lees Eh! en las horas top ten de la mañana, entonces, no se me ocurrió mejor manera que escribirte por aquí, para que salgas ahora mismo al pasillo con carpetitas de colores, a mover tu culazo para contarle a la Subsecretaría entera lo que estás leyendo ¿ A que te está picando la cola, Analía Comela? Dale, levantáte, porque en poco tiempo estarás trayéndome el diario marcado con fluor donde aparezcan mis acciones. “La negra” ya es pasado. Dejenmé decirle adiós a esa etapa de mi vida que me hizo feliz pero que es historia. Necesito despedirme de esa parte mía para seguir creciendo, y lo estoy logrando! Hoy veo más claro el camino, la metaiponga a alcanzar, los lugares que aún me quedan por conquistar. Para todos aquellos que no entiendan este pedido de ubicuidad, que no valoren el tiempo-espacio, no olviden que acción rima con reacción, y no alérgica precisamente.Hoy, ya no soy “la negra”, porque puedo ver con más claridad algunas diferencias y que antes me dispersaban: Yo también me subí al colectivo y me hicieron el subjuntivo. No sé cómo explicarles, pero es como si la bombacha bataraza ahora me interesara más

como concepto y no como una prenda, prendada por ideales de antaño.Cuando asumí alguien dejó sobre mi mesa un regalo divino, no tanto por lo que significaba en sí la lapicera Parker chapada en oro sino la tarjetita con la que venía. Decía: “No se juntan hasta que no se parecen, bienvenida Carmencita”Y es cierto. La gente que entendió mi cambio, la senda que me trajo desde la lucha barrial, del comité vecinal hasta aquí, es la que me quiere de verdad. Yo le agradezco tanto a esa gente que, aún ganando poco, porque ganan poco, están bien peinados, con los zapatos lustrados (¡cuánto hablan de nosotros los zapatos!) a la mañana esperándome con un “buen día señora, enseguida señora, factura o pan, señora..?” Yo para esa gente, todo mi afecto y mi apoyo. Voy terminando. No me gusta el rencor, menos la memoria con tela de araña, prefiero el presente, hoy y esta circunstancia que vivo intensamente. Imagínense si voy a tener tiempo para entrar en discusiones con gente de un pasado imperfecto. Por Dios! Cierro esto y me voy volando a tomar un vuelo. Siento que todo sea así, pero para todos los que se exceden en confianza, no más beneficios, ni pedidos especiales, ni gauchadas, ni nada que se le parezca. Desde hoy no más excepciones en el trato a los que me ponen a prueba, a las cursientas que me dejan abierta la puerta del ascensor, para luego reírse a carcajadas dos pisos más arriba. El tiempo me llevará a estrechar mi mano con la de la mal intencionada que escribió en la escalera, “eras del montón señora de charol”.

Carmen Murci de Scursi DNI: 16.389.287

Agenda de la Subsecretaría: Chocolate con churros para todos los presentes, hoy, a partir de las 15 hs, en el Patio Butardas Errantes, de la Subsecretaría. Se repartirán dos churros por persona, con motivo se celebrarse un nuevo aniversario de lo que pudo haber sido una masacre hace quince años atrás, cuando en el Corso, en pleno desfile de carrozas, el tractor que tiraba de la Torre Talero hecha en papel maché, frenó de golpe, y la escultura corsaria se precipitó sobre el palco de autoridades.Hablarán, Cristina Mursi de Scursi, ex delegada de Loma Negra y acérrima luchadora contra la araña negra, en los espacios públicos.

Suyi.  

SUYI AL CURRI (45) EN TU MUNDO DE VERDURA ENCENDIDA   Por Suyai del Corral

Feliz Primavera gente querida! Déjenme así, optimista, con ganas de luz y más luz en la casa; que entre el sol de una vez por todas, y que se quede, cómodo, sin prisa en el pasillo que guarda mis pasos solos.

Vengo de la pieza donde tengo la tabla de planchar. Ahí nomás bajé la caja de verano y empecé a sacar ropa de color, camisitas que, bien dobladas, cómo tiran otra temporada más! Vengo así, tiroteando el aire con palabras dulces, pensando en las cosas que quiero contarles. Estoy desbordada por estas brisas cantadas por pájaros desde los nidos que paren y paren. Feliz primavera gente! Y cuánto tractor ganado tenemos al pasar este invierno que arrojamos al pasado. Y no por más rayos tendremos menos crisis, porque ya sabemos que cuando un patín toma

velocidad, es difícil hacerlo parar, pero sí que podemos, conscientemente, dosificar esta sensación kármika de que pronto nos estrellaremos. ¡Vamos, que se puede vencer el desasosiego, la desesperanza y la falta de ilusión! La macroeconomía debe bajar a nuestras casas como microeconomía. Estar todo el tiempo preocupados por la Bolsa de Wall Street nos aleja de la bolsa nuestra, la de cada día, la del pan. Esa bolsa que intenta no claudicar desde su clavo en la puerta de la cocina. Esa bolsa que tambalea flaca de a ratos. Tiemblan sus cascotazos de pan duro que sin querer vamos dejando día tras día. Ya nadie tira nada. Pan rayado, pan para budín de pan, pan para mojarle con leche al gato (no se preocupen, alguien más que ustedes está pensando en dejar de comprarle las latitas con sabor a pescado), pan para tostar, pan ya tostadito y que nos hace creer que engordamos menos. En fin, que son tiempos para reinventarse y medirse ante nuevas circunstancias. “Todo todo está parado”, me cuenta en su carta, desde el barrio Gregorio Alvarez, de Neuquén, Lidia Gascua. “Encima el barril de petróleo empezó a bajar -agrega- la construcción frenada, lo que se gastaron los chinos en Pekín, mientras que aquí a la provincia le cuesta pagar. ¿A dónde vamos a ir a parar, Suyai?”, pregunta angustiada la lectora. Verdulera desde hace 22 años, Lidia comenzó su negocio justamente en la ruta 22, cuando allá por 1988 se puso con sus hijos a vender lo que producía la chacrita que tenía con su marido, cerca del acceso a China Muerta. “Querida Suyai del Corral: ya sé que todas son pálidas, pero qué querés que haga si estoy frente al público desde que me levanto hasta que me acuesto. Y bueno, oigo y repito, a veces como lora rencoronciada. Pero es un rato nomás, porque después ya se me pasa, y me doy cuenta que hay que levantar la cortina y seguir para adelante ¿Qué otra nos queda?“Este es un momento en el que, sólo los que tenemos una buena salud emocional podremos valernos de la creatividad comercial, sino…vamos mal.“Yo les digo a los chicos que no se asusten, que Dios aprieta pero no ahorca. Claro, ellos son jóvenes y están un poco preocupados en sus trabajos. En cambio una…no creo que voy a estar más mal que cuando tuve que arreglármela con los dos críos y sacar adelante un rubro que lleva tanto sacrificio. He visto siempre la misma moneda: la de trabajar. Y esta vez no es distinta a otras, sólo que al trabajar también encontré un espacio para disfrutar. Qué me van a hablar a mí de crisis! “Quedé sola hace unos diez años cuando decidimos con mi marido, con mi ex marido, hacer cada uno su vida. El ya se encontraba cansado del negocio, de la crisis que en ese momento había, y por sobre todo, estaba muy angustiado por los grandes supermercados que se nos venían encima. Un día, yo volvía del centro, de comprar unas cositas que necesitaba para la casa, cuando encontré a los chicos parados en la puerta, con la cortina metálica a medio cerrar. Al principio me asusté, bajé del colectivo corriendo, porque justo vi a Pocho, el más chico de dos que tengo, que estacionaba la camioneta, y me pareció raro, a esa hora Pocho, cuando en realidad debía estar repartiendo bidones de agua por Centenario. “Le pasó algo a papá”, grité. “Tranquila mami -dijo- todos estamos bien, sólo que papá se fue. Dejó esta nota sobre la mesa de la cocina diciendo que se va, y no están sus cosas en el ropero ni la cartuchera de afeitar. A mí me avisó Nene (…) “Suyai, pocas veces me temblaron las piernas como ese día. Efectivamente, se había ido. Leí sus disculpas, que nos quería mucho, pero que por un tiempo lo dejáramos solo porque si se quedaba deprimido en casa, nos iba a deprimir a todos. Bueno, para qué te voy a contar lo que fue mi vida a partir de allí. De pronto, todo eso que parecía una postal soñada desde chica fue a parar al diablo. La familia, el negocio, los amigos, todo

tuve que reacomodarlo. Y si bien ahora nos hablamos, con mi ex marido, digo, desde que se fue lo único que hice fue trabajar, encontrarle la pata a la sota y no dejarme torcer el brazo por ningún hombre más, salvo con algunos proveedores, con los que tengo una relación de años, y de mucho respeto” (…)

Cabe aclarar, que Lidia Gascua, desde hace unos meses está viviendo “una situación muy cordial” con el señor que le trae las tapas de empanadas, pascualindas y pastas frescas. Fue este señor, me cuenta la lectora, quien le dio la idea de sumarle a la verdulería, fiambrería, lacteos y derivados. Pero escuchemos lo que nos dice Li.“Una vez ingresada la heladera, larga, con una vidriera bien iluminada, pinté el local de nuevo. Pocho y el Nene, me trajeron todos unos estantes de madera buena de San Martín, y los barnizaron. Quedaron lindísimos. Tanto que la verdura parece estar en una caja de bombones. Como todo está muy parado, yo le dije a los chicos, que si no me remango no me van a traer el pan a la boca. Me gusta leer, estar informada, pero tampoco dejo que me cuenten de la crisis veinte veces al día. No tengo tiempo para escuchar sobre la crisis y la crisis. Por la mañana, cuando abro, me hago unos mates y ya salgo a barrer la vereda. Por suerte, desde el año pasado tenemos asfalto, y no se me llena tanto de tierra el negocio. Yo igual, por la noche, cuando cierro, mojo bien las bolsas de alpillera y las pongo sobre las verduras como paños de agua fría. “Duerman fresquitas”, les digo a las lechugas, “y ustedes no se pongan rojos tan rápido”, les advierto a los tomates. Me paso casi diez horas parada, despachando y cobrando al mismo tiempo. Los chicos vienen los dos a comer. Antes sólo venía Pocho, pero ahora, también lo tengo al Nene, que anda medio tristón porque, Rosana, su novia, está por problemas de familia en su ciudad. La chica es de Patagones. No hace mucho que están, pero a los poquitos días de conocerse, se fueron a vivir juntos. Yo por las dudas no pregunto nada. Sólo le dije al Nene, “si vos querés hijo, ya sabés que aquí siempre tenés un plato de comida”. Y así, de pronto, estamos los tres de nuevo. “Calláte, que el sábado pasado, cuando cerré, cayó el padre de los chicos, que nunca cae así de sorpresa, con unas empanadas y cerveza helada. Mientras ponían la mesa, y hablaban de la crisis, de lo mal que está todo, y de la que se viene todavía, yo me di un bañito con agua bien caliente y luego me metí en la pieza, renovada. El sábado es el día en que más gente tengo, porque casi todos compran para el fin de semana, por lo que paso muchas horas de pié. Y esa noche, no sé, tenía ganas de vestirme. Me froté bien las piernas con crema y salí cuando escuché que me llamaban a comer. Y otra vez los cuatro en la mesa, sólo que en esta ocasión algunas cosas cambiaron. La pasamos lindo. El padre de los chicos rehizo pareja con una señora muy educada, que tiene sino me equivoco una buena pensión. No la conozco pero cada fin de año me manda una chuchería ¿Sabés qué te digo? Que sean felices. “Te decía que el sábado, como no me esperaba esa improvisada reunión familiar, no tuve tiempo de decirles que a las doce me vendría a buscar, Carmelo, el señor de las tapas. Cuando tocó bocina, y les expliqué a los tres quién era, y que íbamos al casino, quedaron mudos. -“Mamá te desubicaste”, me dijo al otro día, Pocho. Me dí vuelta y le contesté que ya bastante me sacrifiqué por ellos, a si que ahora que me dejen hacer un poco mi vida, que ellos van y vienen y una, nunca les pregunta nada. -“Sí, pero nos podrías haber dicho algo antes”, gritó Pocho. -“Sí –grité más fuerte- la próxima vez les voy a dejar una nota, que diga, encárguense del negocio, de la comida, de la casa, de sus ropas, de escribir las pizarras con las ofertas. La próxima vez les pediré que se ocupen un rato de sus crisis, que yo volveré

cuando todo haya pasado”.-“Mamá, no te pongás así, sólo quiero saber si estás pensando en armar otra pareja, sólo es eso”, dijo mi hijo. Y ahí nomás, como si una fuerza me viniera del vientre, le respondí que, “puede ser. Me siento bien con Carmelo. Es un hombre trabajador y honesto, que carga y descarga sus productos con una mirada distinta de la realidad. Carmelo baja todo con tanto esmero, a una velocidad de fugitivo, de esos que pasan, te miran, te completan el stock y se van, hasta la próxima entrega”. Mi hijo me preguntó sino tenía miedo por lo que vaya a ocurrir en un futuro. “Todo está tan mal para todos”, insistió. Suyai: No tuve más respuesta que decirle a mi hijo que Carmelo es un hombre grande, solo, y que me hace bien cuando salimos a dar vueltas en el camión. Hasta le conté que los domingos, si ya no abro más al mediodía, es porque prefiero hacer algo rico para irnos después, a la tardecita, a tomar mates a la Plaza de las Banderas”.-¿Mamá, y te vas a ir a vivir con él, con lo difícil que está todo?”, preguntó Pocho. ¿Estás en crisis?”-“ni por las tapas, hijo”.

Suyi  

SUYI AL CURRI (46) EL HOROSCOPO DE SUYAI DEL CORRAL   Ay! ya estamos andando en la añorada primavera, y como en todo, también nosotros florecemos, empujados por cataclismos internos, por huracanes cardíacos, por palpitaciones en celo, y por nuestras nalgas abiertas de América y de Indias. Octubre, y es tiempo de enrollarnos de placer para soltarnos con ganas, cuan corneta de cotillón, a cielos abiertos y a frutas de estación. Mes para comenzar a disfrutar de las pálidas pero de las tan queridas compañías, y que dan color a nuestra paleta de sentimientos. Tu signo aquí, gratis, y con respeto. Suyi.

ARIES (Marzo 21-Abril 19) No te quedás en casa ni un fin de semana. Aunque corra viento el sábado por la noche, ahí estás, marcando paquete en las confiterías del centro. Sólo saben los otros, cuánto se te extraña en los asados cuando calladito la boca debés acompañar a tu mujer a casa de sus padres. Tenés energía para vos y toda la Patagonia junta, incluyendo el lado chileno. Cuidás las relaciones con los amigos; sos excelente padre; tipo elegante; te mantenés informado, y eso te hace único, ariano que lee a Gadano y Galeano. Te encantan los retos, ir por más. Tocás la libertad cada tarde al salir a caminar hasta la cruz que se alza en la montaña. Un dato: Que las traiciones no te besen la frente y que los celos no te rocen el goce.

TAURO (Abril 20-Mayo 20) Estuviste cabisbajo en la reunión familiar. Tanto que todos extrañaron tus ocurrencias y salidas cómicas, con que los tenés acostumbrados. Andás pensando en volver a estudiar, pero también estás vendiendo vino por internet, y dando clases particulares de cornamusa. Es cierto lo que te repetís todo el tiempo: “uno es lo que hace”, pero bajá un cambio torito. Tanta batalla por librar te vuelve huraño y algo calculador. Yo que vos, llamo a los alumnos y les digo que el seminario de “Guión del Discurso Gremial, en

Mapuche”, pasa para el 2009. Lo poco, si mucho.

GEMINIS (Mayo 21-Junio 20) Geminianos, cómo me hacen quedar en vela, descifrando sus cerebrales pasos! Sé que ahí están, hombres y mujeres, escuchando atentamente a su compañero/a leer lo que les depara octubre. Confían en que todo esto les va justo, como un tostado primavera a las once de la mañana. Agradecen las palabras con una sonrisa cortés y generosa. Al fin de cuentas, hicieron todo, todo, hasta mintieron, para terminar saliéndose con la suya: leer esto en medio de arduas tareas. Son irresistibles y juegan como uno más en la vecindad del Chavo. En la cama, todo es un eterno empezar, una nueva improvisación, una situación que develar. Lástima que se mojan poco cuando hay que cruzar el charco de la pasión sin razón, al amor en camisón.

CANCER (Junio 21-Julio 22) Fuiste a la fiesta del estudiante sabiendo que sos profesora, así y todo lo conseguiste: los adolescentes aúllan cada vez que pasás con tus carpetas y con ese andar Pollyana. Y si bien sos cerrada y tímida, las que no se quedan cortas son tus polleras, tan esperadas en los cursos del nocturno. Sos espontánea, y te gusta educar contando historias, esas que imaginás en tu casita, que reluce para vos y los tuyos. Hacés bien en esta quincena de relajarte un poco. Los recuerdos de la infancia te visitan y vos, atenta, enseguida escribís un poema al que doblás pequeñito para leerlo mañana.

LEO (Julio 23-Ago 22) Uf, qué subidón este signo! Atención que el rey león le compró la camioneta más cara a los gitanos, y ahí va, paseándose orgulloso por la avenida Argentina. Último momento: vieron a una leonina correr sin que se le corra el maquillaje. No se pierdan al niño leonino agarrando el changuito a la salida de La Anónima, sin descuidar la mano de su hermanita. Tu convicción asusta, tanto que dejaste a tu madre aferrada al título de propiedad de la casa que te vio nacer. Está claro que sos el que manda en la jungla, pero que en la carrera por ganar, tus obstáculos no te conviertan en el bosta-culo de los demás.

VIRGO (Ago 23-Sept 22) Jodiste tanto para irte sola a Buenos Aires! Al final, anduviste pateando las mismas cuadras que recorrés desde hace veinte años. Lo que podría haber sido un viaje de placer se transformó en una pesadilla, sobresaltada hasta por los bocinazos, y todo, por no haber abierto aunque sea un poco el juego con los demás compañeros. Cómo te cuesta hacerte amiga! Sos tan reservada que ya parecés un vino tinto. Encontraste sucia la calle Corrientes; el subte; las plazas; las esquinas. Ya es hora de que le aflojes a la idea de pasarle el trapo a todos debido a esa eterna inseguridad que te caracteriza. ¿Odex o Relax? Decidíte mona!

LIBRA (Sept 23-Oct 22)Estás a punto de ser catalogada en tu trabajo como la chismosa del año. Es lindo interesarse por los demás, pero buscále el límite, la línea que te deje contenta y que le dé a los otros, ganas de confiar en vos. Sos cariñosa y eso te lo agradecen todos cuando a media mañana llegás peinada como para el noticiero de Canal 7, con la bolsita de

grisinis de salvado. Está bien ser atenta y que te guste compartir, pero dejá a un lado las ganas de saber con qué banco hipotecaron tus amigos, y andá aterrizando despacio, sin tanto cuchicheo que es feo. Tu marido tiene una hija de 15 años, y recién te enterás. Que esto te sirva para reubicarte en el mapa personal. Dale que podés!

ESCORPIO (Oct 23-Nov 21)Tu primavera intrínseca no te abandona. Besás como ninguno, con lengua y todo, arreglándote el pelo hacia atrás, cuan Sergio Denis en pleno concierto. Siempre conseguís lo que querés y eso se debe a una gran autoconfianza, a tu sonrisa por aspersión que nunca te abandona. Sentís poder y fuerza de voluntad, nomenclatura que te hace vivo! Pero sos muy crítico, y a veces, hasta algo resentido. Nunca te mordés la lengua, y esto genera en el otro, deseos de convidarte un trago de Derribante Estrella, a ver si así, con un petit susto, bajás un rato del podio de los divinos.

SAGITARIO (Nov 22 - Dic 21) Ahora que estás saliendo con una chica 15 años menor, es cierto que estás notando grandes cambios en tu persona. En el trabajo te encuentran atento y “juvenil”; dejaste de ver el canal Volver, y estás pensando en hacer algo para perder un poco de adiposidades. Tanto terremoto interno te tiene “happy” ante los demás; estás más generoso y hasta dejás propinas a los malabaristas, en los semáforos. Vas a misa y agradecés cada segundo de dicha ¡la peleaste tanto! Los astros te están iluminando con un gran seguidor. No te apures, ve con la cautela que te caracteriza. Pasaste del slip XL al boxer. Tu péndulo marca la hora para soltarte y disfrutarte ¡Sigue!

CAPRICORNIO (Dic 22-Ene 19) Mientras esperabas en la cola para pagar la luz, pensaste en lo poco que ayudabas a tu padre en la zapatería cuando eras joven. De pronto, el optimismo y las ganas de vivir con las que arrancaste en la mañana soleada, se te vinieron como boomerang y te dieron justo ahí, en ese recoveco donde duerme la culpa. Sos inteligente y agradable, y eso te acompaña en tus pasos encantadores y sexys. Pero cómo te gusta descender en picada en tu propia temperatura, y flagelarte con depresiones, al verte feo, aburrido y eternamente gordo. Vamos capricornianos! respiren hondo y controlen sus emociones. Válganse de ese humor que los abraza, y escapen de la nostalgia, que encandila con sus brazas.

ACUARIO (Ene 20-Febr 18) Te gusta arreglarte, colear cerca de lo frívolo aunque no lo seas. Sos de esas mujeres que los hombres llaman “mina”, por tu porte de exposición, pero sin malicia, así, natural. Te ilumina siempre tu costado honesto y tolerante hacia los demás. “Hacia” que rima con lacia, porque así las dejás a todas en el momento en que decís, muy tranquila, “ok, me equivoqué, pido perdón”. Entonces el entorno te queda pequeño cuando te elevás como Virgen María, a fuerza de tu fuerza, de tu convicción casi divina. Te negás a ser llevada en andas, pero por las dudas, pispeás inteligentemente, por si vuelven y te insisten. Vos en tu sitio, son ellos los que persisten.

PISCIS (Febr 19-Marzo 20)

Saliste del banco preocupada porque cambiaste entera la cocina tarjeteando, y ahora eso tiene tijereteando la ropa del verano pasado, para usarla una vez más. Así y todo, pasaste por la peluquería para hacerte un color, y tapar un poco esas canas que ya comienzan a florecer en octubre. Ponerte temas de Paulina Rubio, te hacen feliz, te vuelven atractiva y hasta cachonda. Y sí, estás con deudas pero aceptaste ir el fin de semana al lago, a encontrar una paz que ya estás nublando si seguís con la idea de que ahora es el turno de pintar el comedor. Calma tus compras compulsivas, tu angustia oral, porque luego te avalanzás a la heladera con un “todo vale”, maldiciendo a Cormillot y abrazada a Humberto Canale.

Suyai  

SUYI AL CURRI (47) ... A MEDIA ASTA   Por Suyai del Corral

Una carta que me dejó con una tila en la mano es la que me hacen llegar desde General Roca, las señoras Peti Brola y Lucila Castro, ambas compañeras de trabajo en una conocida escuela primaria del centro. Las dos mujeres ofician de porteras y comparten el horario matutino, sorteando todo tipo de faena competente al colegio y su gente, entiéndase, maestros y alumnos.Hace siete años que Brola y Castro trabajan juntas, y por lo visto, nunca tuvieron buena onda entre ellas. Así lo testifica una circular que me llega desde el Concejo, que, como estamento, dice estar consciente de los continuos conflictos de las dos mujeres. En la última pelea, encima en pleno acto escolar, llegaron a las manos, y hasta “propiciaron una guerrilla de ayuyas que, por suerte, no alcanzó a expandirse más allá de la cocina”, aseveran fuentes allegadas al centro educativo. Por parte de las implicadas, a decir verdad, sólo recibí un sobre pero en él venían sus dos escritos. Efectivamente, tienen entre ellas una situación tan conflictiva, tan lamentable, que no se pueden ni cruzar en los pasillos de la escuela. Una maestra, testigo del último episodio, dijo que el viernes pasado escuchó gritos y cuando se acercó a ver qué sucedía, fue increpada por las dos porteras, quienes, desbordadas, trabaron con un cucharón la puerta de la cocina y la mantuvieron “casi secuestrada” con el fin de usarla como mediadora del conflicto. La maestra en cuestión no dio su nombre por seguridad, pero dice en un e.mail que nunca había vivido una situación tan violenta en los años que lleva abocada a la educación. “Suyai del Corral, fue horrible la escena que me tocó presenciar, dice la docente. Yo estaba en el salón de usos múltiples, terminando de cortar unas guirnaldas cuando escuché una serie de insultos que provenían de la cocina. Tiré la tijera y salí al pasillo, y me encontré a Peti y Lucila con elementos de limpieza en la mano, mirándose enfurecidas cara a cara. No querían gritar pero todo lo que se decían las desbordaba. Avancé avergonzada hacia ellas, y les dije: “pero chicas que está pasando, por favor, que están las autoridades provinciales”. Las dos se dieron vuelta al unísono y empezaron a gritarme de todo, pero de todo. Quedé espantada, muda, no sabía dónde meterme. Me dijeron que en parte la culpa de que ellas estén así era porque los maestros tenían preferencias por una o por otra, y que siempre las estaban enfrentando, ya sea por los comentarios de quién limpiaba mejor o quien era la de mayor confianza para los asuntos institucionales. Es triste que esto suceda, porque no hay que olvidar que somos nosotras las que debemos dar el ejemplo al alumnado”.

-Leo atentamente el mail de la maestra y sostengo como papiros en llamas, carta y fotocopia de la misma, firmada por las dos porteras. Ambos argumentos carecen de fundamentos, la cuestión es que desde hace días la escuela vive una desidia total en cuanto a la limpieza se refiere. El caso llegó al concejo y hasta que no se tomen medidas al respecto, la escuela está sin mantenimiento. Pero pasemos al camping de los alegatos:Dice Peti Brola: “Estimada Suyi: Me siento mal porque desde hace años soy la portera titular de esta escuela, y la verdad es que no pensé que la cosa con Lucila se nos fuera de las manos. Es cierto que yo la humillé delante de la directora, pero al fin de cuentas no mentí: mis ojos vieron cuando ella estaba sentada sobre el balde con el calzón bajado. Y si bien antes de este episodio no teníamos una relación de amistad, tampoco nos habíamos tratado como lo hacemos desde entonces, con tanto odio” (…) “Si le fui con el cuento a la directora es porque debía cobrarme el chiste de mal gusto que me hizo ella para el día del inocente, cuando nos mandó a un cuñado suyo disfrazado de policía, y nos hizo bajar del coche en Paso Córdoba, sabiendo que con mi marido traíamos carne de El Cuy. Nos revisó el Chevy completo, y nos encontró un costillar de capón detrás del asiento grande. Mi marido se puso mal, comenzó a toser, le sudaban las manos, mientras yo trataba de convencer al chimango éste, que era carne para los perros. Cuando ya no daba más, y estaba lista para caerme redonda a la banquina, salió de atrás de unas jarillas, Lucila Castro riéndose con su familia, hasta ese momento, compañera de laburo, pero con muchos celos, y maldades.Lo único que quiero es que se vaya y que devuelva los dos repasadores que se llevó con torta para el día de la madre. Gracias”.Escuchemos a Lucila Castro: “Hola Suyai. La cosa está muy mal, no hay vuelta atrás. Solas, con Brola, nos cavamos la fosa. No sé… ¿viste cuando algo comienza siendo chiquito y luego se vuelve una pelota? Nunca tuvimos mucha confianza. A mí me molestó siempre que ella presumiera de ser “la elegida” por maestros y la directora, cuando en realidad desde mucho antes de que ella llegara, yo ya estaba en el cargo. Yo era la única que iba y venía por esos pasillos encerados; la que preparaba el mate cocido sin quemar, y me las ingeniaba para que la directora tuviera siempre miñones en vez de felipe, como todo el mundo. Es cierto: ella me vio así, como me vio, sentada en el balde. Lo sé, fue una desubicadéz pero que se la está usando para hacerme a un lado. Mirá, lo que sucedió fue que, una vez que terminé de repasar todo el piso de la galería con kerosene y aserrín, debía esperar que se secara un poco, y como había venido encerando de atrás para adelante (mal hecho, lo sé, pido perdón a otras porteras) el baño me quedó del otro lado, y de éste, mis ganas de inodoro. No aguantaba más, sentía que me hacía encima, pero era una pena volver a pisar el suelo recién lustrado, por lo que, aproveché que aún no llegaba nadie, miré el balde con aserrín y bueno, me senté y lo hice. Justo cuando estaba en plena evacuación, entró Brola, y me gritó fuerte “¡la que te faltaba, cochina!”. Salí con la bombacha a media pierna pisando todo lo encerado, hasta que encontré refugio en un aula. Esta tipa es tan mala, que me siguió gritando, “salí al pasillo, meona”. Lo demás, es tema conocido. Suyai: por tu intermedio, quiero poner fin a esto. Así no podemos seguir. Gracias.

-Los malos sentimientos, de uno o del otro, están a la orden del día, y allí vamos, esquivándolos como podemos, con indiferencia; haciéndole frente a veces, o lo que es peor, enganchándonos a ellos, en esa caída libre, y que sólo nos trae tormentos, angustia, gastritis y cistitis.

El pozo ciego personal no ve cuando se desborda. Y cuando lo hace saca para afuera la miseria más terrenal, la que más huele y duele. Apesta los ambientes con su bao de chiquero, con sus insultos pobres y desbocados. Impregna la ropa con el aliento de desaliento, se mete en las casas, en la oficinas, en la redacción, en las escuelas. Anida como rata, con su envidia corrosiva y sus celos en celo. Brola y Castro, chicas ¿qué pasó? ¿Cómo es que no se percataron que la desunión las llevaría hacia un despido que es inminente?¿Cómo pudieron mimetizarse tanto con el lampazo, haber hecho de vuestros labios, pomos de lavandina; de esas manos trabajadoras, guantes para rascar la sarna que se encarna?

Suyi  

UYI AL CURRI (48) DULCES AMAPOLAS   Debo decirles que no siempre las cosas me sorprenden. A veces reniego por ello. Me gustaría abrir los ojos como platos, por algo; pegar un grito de parto; levantar los brazos y sacudir los pelos, por alguna situación... Luego de mi última columna, “A media asta”, que protagonizaron dos porteras de un colegio de General Roca, recibí diversas cartas de lectores que se manifestaron a favor de Peti Brola y otros, en cambio, se recostaron por Lucila Castro. Pero hubo una poesía, “Dulces amapolas” -la que hoy publico- que me dejó, esta vez sí, con los ojos como irupé de un disco de Ramona Galarza.Me escribe una alumna que, sin especificar su grado, firma este poema que habla de las dos mujeres en cuestión, sin tomar partido por ninguna. Gracias Irene Romina Morena, por darnos de beber la savia sabia de tu preadolescencia.Suyai del Corral

DULCES AMAPOLASde Irene Romina Morena

Ahí vienen Castro y Brola lustrando sus rabias y a su motorola,relojeando el brillo de las banderolas.

Ahí pasan Castro y Brola,meta lampazo entre jetazo y jetazooficiando de verdugos y jueces de sus propios reveces.

Conversan: "Hola Brola", le dice Castro como en broma,“no te quedes cerrada como una enojada amapola, o ¿en tu casa hay crisis de testosterona?"

Y ahí se van, las luchadoras Castro y Brola, sintiendo que todo entre ellas les resbala por el surco de las lolas.

Mañana volverán Castro y Brola, encendiendo a sus pasosuna galería de farolas.Será otro amanecer trágico, mintiendo ser íntimas como dulce carola.Pobre miseria sola, solita y sola.  

SUYI AL CURRI (49) TUCO Y PONY   Por Suyai del Corral

Hola Suyai. Qué ganas de escribirte cosas del río; asados en el club; o bien sobre la fiesta que se organizó por el día del camionero. Pero no. Aquí me tenés, cansado y muy bajoneado, porque el reparto sin mi amigo Tuco Flores, desde hace una semana se me vuelve aburrido y hasta te diría, sin sentido. No tengo ganas de nada. La verdad es que lo extraño.Tengo al Tuco internado con una clavícula rota, parte del lomo moreteado y fuertes dolores en el vientre.Voy a visitarlo al hospital todos los días, en las horas que puedo porque quedé solo con el reparto. Desde hace tres días, ya me conoce, gracias a Dios, y conversa bajito, pero conversa. Mañana pondré una tele para ver el partido. Te escribo porque, no sé, estoy mal. Llevamos juntos 14 años haciendo viajes a todas partes, siempre saliendo desde Villa Regina, donde vivimos, y donde está la empresa. El flaco está solo en el Valle. Sus padres y sus hermanas viven en Tucumán. Tiene muchos conocidos pero su amigo de fierro, como dice él, soy yo. Resulta que estábamos descargando una biblioteca grosa cuando el pobre Tuco, que estaba abajo sosteniéndola, pisó para la mierda, trastabilló y a uno de los changas (que no son de la empresa pero que nos ayudan), por agarrar de los estantes se le resbaló uno de las manos y…cuando quisimos acordar, el Tuco se fue para atrás y al caer pegó con el hombro sobre el cordón de la vereda y quedó tirado con todo el armazón encima. Mejor no te cuento lo que fue ese momento. “Pony!”, me gritó mientras yo, no sé de dónde, saqué unas fuerzas tremendas y levanté la biblioteca de algarrobo macizo y logré sacarlo, y hacerle un lugar entre los cajones que quedaron desparramados en el asfalto. Estaba como desvanecido pero aguantó consciente hasta que llegamos al hospital. No sabés la desesperación que me agarró. Dice el médico que es mejor que siga en observación ya que hay un golpe fuerte en la panza que no le gusta nada. Anoche, antes de venirme a casa, le pregunté a la enfermera de turno si le darían el alta antes de Navidad, pero no supo qué responder. Hizo un gesto como que no lo veía muy posible. “Usted vaya a descansar. A estos golpes fuertes hay que darle su tiempo, y ver cómo evoluciona”, me dijo.Esta mañana agarré el camión y salí. No hay mucho laburo y eso me hace pensar más. Encima andaba buscando una guía en la gaveta y entre un talonario viejo de facturas había una foto que nos hicimos hace dos años cuando llegamos al Calafate. Me quedé mirándola y como un boludo lagrimé al vernos reír, porque el cartel era más alto que yo.

Sabés que una vez, habíamos terminado de comer con otros camioneros en el parador de Caleta Olivia, y cuando nos despedimos y salimos todos a montar en los camiones, un flaco (de esos confianzudos viste?), al verme pegar un salto hasta el primer escalón del camión, le gritó a Tuco, riéndose, “corta la bocha, ché!”. Este pavo en vez de

defenderme le gritó: “Es que yo viajo con el Pony” y se largaron a reír. Me subí recaliente, pero no dije nada. Preparó unos mates, y como a los quince minutos de silencio le largué: “¿y desde cuándo vos me decís Pony?”, “desde ahora”, me dijo el guacho. “Desde ahora sos Mi pequeño Pony”. Qué manera de reírnos. Y así me quedó el apodo.Suyi: Los años pasan y nosotros seguimos arriba de este camión. Tenemos tantos kilómetros hechos como historias que contar. Siempre juntos. Y mirá que también tenemos nuestras agarradas, pero lo hablamos todo. Es mi amigo, es mi único amigo. Si el 24 tiene que quedarse internado, me iré con él. En la habitación, que comparte con un abuelo (no sabés como ronca el viejo!), han armado un arbolito, y pondré las mochilas con cosas que nos dio la empresa. Tenemos garrapiñadas, pan dulce, sidra y durazno al natural. Este año no dieron budín. Las chicas de contabilidad vinieron a verlo con unas revistas de tuning, y me preguntaron si teníamos ropa para lavar. Cuando se duerme, yo me quedo leyendo algo. Pispeo por la ventana y nuestro camión sigue ahí, quieto, como esperándonos. Parece un barco oxidado, de esos que abandonan en las playas desiertas. Me acuerdo que una vez, en un viaje al sur, vimos uno desde la ruta. Era un barco grande, y que el mar ya no quería. Decidimos meternos por un camino de médanos para tenerlo cerca. Nos bajamos del camión y estuvimos en silencio un largo rato, mirándolo. No andaba nadie, sólo Tuco y yo.

Suyi.

VALLETEANDO (50)Por Suyai del Corral

Llegó febrero, y el Valle no cosecha Ferreros. Miro el Limay, que no depende del Duero,Y culpo injustamente a un tero,por lo caído que está el ciruelo.

No me retracto: El tractor parado retrata al infractor,factor socio del baigónque aprovecha el bajón para aumentar su porción

Sauces llorones de ConesaTierral reginenseAcequias mutantes lamarquinasCarteras multicolores en las banquinas.

Fuera bicho canasto, fuera!Que venga la lluvia sabia para mojar la rabia,que lave entero el crucigrama de tus ramas,y que las chacras luzcan su desfile de ranas.

Trabajadora golondrina:

pedaleás solidaria hasta tu vecinapara compartir la sidra que cosechan tus axilas

Caminante valletana soy:Una hoja del parralUn surco entre el peralUna humareda para descongelar

¡Oh, Valle! Garzas sin moños sobrevuelan las balanzas, atentas a las panzas de organza,a las alamedas que no claudican su verde esperanza.Sólo un fin: esta crisis ruín,no se llevará nunca los sueños en un bins.

SUYI AL CURRI (51): San Valentín y la colita de cuadril   Por Suyai del Corral

Pasó otro San Valentín y la verdad es que ni lo sentí, literalmente hablando. El sábado agarré la motito y me dije, “vamos Suyi, que este día no te afecte. No le temas por sus temas al sistema!”. La ciudad estaba sin viento, andaban pocas zorras en la calle, por lo que me saqué el casco, me sacudí los pelos y salí a veinte por la avenida Argentina. Enlacé varias veces al General San Martín y su caballo y ya medio mareada bajé por Olascoaga hasta río Grande. Repetí la rotonda costera para ver cómo mateaba el amor en su playa taciturna y decidí volverme al centro, más sola que la una.No sé porqué mi ciambretta iba quemando aceite, pero como tenía el tanque lleno decidí darme a la fuga de mi misma, de mis formas y costumbres, de mis poses viciadas, de mis lugares comunes. Me largué totalmente desbrujuleada, sin horarios, sin compromisos, a remontar esta avenida que me atraviesa como una cesárea.“Suyi, estás viva!”, me lo repetí una vez más frente a las risas de dos parejas muy divertidas que tomaban algo en un bar. “Me alegro por ellos”, pensé y aceleré hasta llegar a la Plaza de las Banderas. Estacioné allí arriba, en el Balcón del Valle, justo en una de esas puntas naturales de la barda. Me bajé sabiendo a lo que venía: quería el cielo incendiándose, en silencio. Cerré los ojos y abrí los brazos en forma de parapente para que el viento me tomara de frente e hiciera lo suyo, colándose entre mis partes. De pronto, mis pechos, esa loma de burro gastada, estaban turgentes. Juro que sentí el busto más grande, los hombros alineados, la cabeza en alto. Mi pollera marinera flameaba como en la proa de un barco. Me quedé observando el verde intenso de las chacras; los ríos cuan aortas celestes y a Cipolletti, expandiéndose al ritmo de los años.Tildada frente a ese horizonte único, de pronto el recuerdo de la vista del Central Park desde el penthouse de mi amigo James, en New York City, me estremeció. Me reubiqué gracias a un chimango que me sobrevoló la cabeza y necesité perderme un rato en la barda para pedirle una tregua a este atardecer tan tapa de cuaderno Arte. No muy lejos, unos chicos que hacían wilis, al verme caminar por el jarillar frenaron sus motocross y me dijeron que tuviera cuidado porque los senderos estaban muy feos para andarlos a pié. “Hay desmoronamientos, señora”, gritaron… No me molestó tanto el ruido de sus caños de escape libre sino porque dijeron esa palabra, broche de un hastío que fue haciéndose más intenso a lo largo de la jornada.

El sol caía y yo, Suyai del Corral, no pude gritarles que no soy señora, que soy señorita y que justo hoy, día que aprovecho ir al supermercado, todo, absolutamente todo, me refriega que ese amor “al alcance de todos”, a mí no me llegó.¿Hay necesidad de que hasta los carteles de la carnicería aludan a este día? “Especial San Valentín: oferta Bola de lomo y Colita de cuadril”. Sepan disculpar lectores, pero es que nunca me pega bien esta celebración del amor correspondido, mejor dicho, me pega fatal porque consumo a la fuerza la historia de un cura romano beatificado, al que ni siquiera le tengo la cara.

Desmoronada como camino de barda llegué a la conclusión que ese amor de rosas en prosa para mí cayó en una fosa. Bajé dando zigzags con la moto a una velocidad de loca mala. Temas como “Señora de las cuatro décadas”, de Arjona; Piñonero de Moquehue, de Joseph Larralde; “No”, de Gianni Bella, me latigueaban el cerebro. De pronto, otro hombre de piedra en mi camino fronterizo: Güemes y su padrillo. Generalmente no suelo detenerme, por lo que seguí a toda máquina cuesta abajo.El miedo a estarme pirando casi me lleva a estrellarme contra el monumento de Rodolfo Walsh, que ya de por sí lo hicieron con el anteojo quebrado. Llegué a la plazoleta de los Estados Arabes totalmente agitada, convulsionada. Tan fuera de mí que ni un baño turco me hubiera calmado. Me senté frente al monolito que alguna vez sirios y libaneses supieron inaugurar tras aplausos y traté de encontrarle una respuesta a eso que se erguía tan alto. Pensé que a lo mejor lo habían hecho teniendo en cuenta la estatura de don Felipe; que su césped simbolizaba el camino hacia la esperanza y su blancura hacia la paz. Hacia la paz…hacia la paz…“Es una puerta!!” exclamé. “Suyai estás en el exterior de una puerta que, tal vez, te guíe hacia una paz interior”!.Me levanté de un salto y caminé hacia la estructura arábica y la atravesé como una gaza sobre Gaza.Salí totalmente renovada, crédula de mi médula, atenta a los humanos lindantes. Prendí la luz corta, y la motito una vez más salió a hacer lo suyo, llevarme hacia donde iba la brisa. Sin plan para celebrar esta efeméride valentiniana decidí volverme a casa. Por la hora, lo único que estaría abierto en el barrio sería el mercado de Carlos, el boliviano. Debo confesar que no estaba de ánimo para el lenguaje cortés de este hombre quien por momentos me agobia con su léxico latinoamericano tan correcto. Pero como no me quedó otra, pasé a comprarme un vinito y algo de fruta. Aún estaba poniéndole el candado a la moto cuando ya me hacía señas desde adentro para que pase. Alcancé a mirarme en el espejito, y…parecía peinada con lanzallamas!Me recibió con una sonrisa de oreja a oreja, a la que devolví con otra más medida. “¿Suyai, qué lindo verla en este día. Cómo está pasando San Valentín?”, me preguntó. Y dale con San Valentín, pensé. “bien, muy bien, gracias”, le dije mirando la estantería. “Bueno, Carlos, disculpe, pero hoy no estoy muy animada y encima ando apurada. Véndame un vino, el que le quede”, agregué secamente. Mientras me envolvía la botella aproveché para elegir unas ciruelas, a ver si regularizaba algo. Se las puse sobre la balanza y no dije más nada. Peor. Salió de atrás del mostrador y me entregó la bolsa mirándome fijamente: “El vino es un regalo. Que pase una buena noche Suyai, no olvide que vengo de La Paz…”Llegué a casa como una adolescente nerviosa. Puse a hervir las ciruelas para una compota, saqué un salame, unas aceitunas, y me senté bajo la parra. Al cabo de un rato,

sin querer me encontré pensando en Carlos, el despensero. Destapé el vino y choqué la copa contra la botella. Desde el principio supe que sería un sábado burlón. Desperté maldiciendo al cura romano y ahora me duermo con un Misionero Carlón.

Suyai llegó a las 50 columnas: VALLETEANDO   Al Valle de Río Negro y Neuquén, dedico este poema, fruto (nunca mejor dicho) de mis años de militancia a dedo, entre mi casa y la Universidad del Comahue. Con todo mi amor y respeto vaya un saludo cordial a toda la gente que, con viento, sol y heladas, sigue haciendo del valle su medio para vivir.SDC.

SUYI AL CURRI (52): La luna y la noche, anoche   Por Suyai del Corral

Estaba cargando nafta en la estación de servicio de Allen, la que da a la ruta, cuando escuché un frenazo, de esos bien chacarero. Me sobresalté. Era una furgoneta tan destartalada que daba pena. Detrás del portazo apareció una mujer robusta, de piernas masetonas, con un vestido floreado, y un pañuelo que ataba unos rulos grandes, rubios.Quedé pagando mientras la miraba. Quedé pagando literalmente. Estaba debajo de unos álamos, y desde allí miraba. Juro que sentí esa energía direccionada hacia mi plexo, que sus mocasines estaban habidos de encuentro. Traté de disimular mi fijación en ella y me remití a pasar el índice por los pliegues de mi pollera.El chico que me surtía desde el surtidor de sus 38 años morenamente bien llevados me dijo: “Suyai, Suyai, el vuelto”, mientras me hacía señas que unos billetes habían rodado al suelo. “Ah, sí, gracias”, y me agaché a recogerlos. Cuando levanté la vista del piso ya estaba aquí, delante mío como la aparición misma de la Pasto Verde. -“Sí?, dije:-“Disculpe, es usted Suyai del Corral?”-“Sí, exacto”, respondí, medio altanera. “La misma, Suyai del Corral, comunicadora global”. Y nos dimos la mano.-“Bien –dijo- hoy sigue siendo un buen día. A usted la ando buscando. Me dijeron que siempre carga nafta aquí, en lo de Benjamín. Pasé varias veces para ver si la encontraba”.Se sacó el pañuelo y con las dos manos reubicó unos cuantos rulos que se notaba hacía horas que estaban aplastados. Por mi parte, me quedé paradita, como suelo hacer cuando no sé bien de qué va la cosa, con los pies en primera y los hombros alineados. Tenía un rostro de mujer buena, con unos ojos grandes, medio verdes. La piel de los brazos se le veía percudida, pero lo que es la cara, la tenía brillante de crema. Seguramente de esas cremas que se llevan en la gaveta y que manoteamos cuando bajamos al baño en alguna estación de servicio. Llevaba bien los años. Muchos años.

-“¿Y a qué se debe su interés de verme?”-“Mire, no me va a creer, pero...¿tiene un momento?”, preguntó. Asentí agarrando la moto, y nos fuimos a charlar cerca de unos camiones estacionados.

“Suyai, antes que nada quiero decirle que soy una asidua seguidora de su trabajo y, la verdad, es que una vez me dije: si logro cruzarme con esta mujer me encantaría traerla a mi lugar. Y no hay más tu tía. Tengo una chacrita aquí nomás, pasando la tercera tranquera, cerca del pueblo, y me gustaría mucho que la conociese. Qué me dice.”-“Pero… (dudé, sí, dudé ¿y?)-“No le va llevar mucho tiempo, es por allá”, dijo mientras señalaba lejos.-“Es que…iba apurada para casa y…no sé…” expliqué tratando de evadir la invitación.Emprendimos un camino de álamos gigantes. Ella iba adelante con su furgoneta que daba tumbos en esos pozos, lavatorios de osos, y que yo lograba hábilmente esquivar con mi Ciambretta.Sacó el brazo con un trapo para indicar que mermara la velocidad. Estábamos llegando. Pegó un volantazo y clavó el freno de mano justo frente a un arco hecho de troncos macizos, y del que colgaba un cartel que decía LA GRINGA.El calor sofocante de la tarde quedó atrás, y de pronto mi cuerpo sintió el cambio de temperatura. Nos esperaban una catedral de sauces y un coro de loros barranqueros; gatos multicolores, cuatros perros enormes, se esos machotes con la baba larga. Habían gallinas, patos en camino prolijo, como diciendo, “permiso, pero nos vamos”, y otro húesped, cruza con chihuahua, fieeero. Ah, y un gallo con atuendo carnaval de Gualeguaychú.Luego de pasear un buen rato entre frutales, y de descalzarnos, por pedido suyo, sobre una hectárea de verde alfalfa, llegamos a la casa y nos sentamos en una mesa hecha de carretel gigante, de madera. Al cabo de diez minutos de estar yo sola sentada, pensando en nada, ella salió de la casona con una picada exquisita. Trajo queso cortado en dados, unas aceitunas negras, pan casero y tomates en rodajas. Había aceite de oliva, y ajo. Un salame picado fino, y picles. También puso colgada de una rama una bolsa con agua, para espantar las moscas. El ruido de la acequia, y esa sombra húmeda, me trajeron bienestar, que hacía días no lograba encontrar. Me abaniqué con un diario amarillento, con los ojos cerrados para sentir la brisa suave que me ablandaba cada milímetro cutáneo.Y ahí puse mi Ctrl-Alt-Supr y dejé que la tarde me cayera encima, mansa y femenina total. Qué placer!-“Perdone –dije- me quedé medio dormida. Se está tan bien aquí”.Ella estaba sentada, hojeando la revista del domingo. Levantó los ojos y me sonrió.-“Siga siga, que esta es la hora para estar así”, y me sirvió otro chop helado.

La señora me contó que estaba jubilada. Que había trabajado durante años como docente en una escuela-albergue de la Línea Sur, y que, luego de conocer al que fue su marido, decidieron emigrar al Alto Valle, con la idea que si tenían hijos, podrían darle una educación mejor. Pero los años pasaron y los hijos nunca fueron encargados…“El tenía muchos problemas. Lo que hoy se dice bipolar –dijo con la mirada perdida-, y poco a poco me fui dando cuenta que sino me ponía firme, lo que teníamos, esta chacra y algo de animales, lo perderíamos. Fueron años muy difíciles para mí porque dejé la escuela. Me remangué para sacar adelante esto, y para echarlo a la calle a él. Logré ambas cosas. Me hice de una clientela a la que todavía proveo de pollos, frutas y algo de verdura”. Del hombre, sólo agregó que, una noche en que llegó medio “pedalín”, tuvieron una discusión y a él se le fue la locura a las manos. “Eso no habría sido problema, sino me hubiese dicho que era una inservible. Eso me dolió mucho. Por suerte murió.”Me contó que tiene Internet y que le gusta saber cosas del mundo, especialmente del Mediterráneo. Que le gusta mucho mi columna y el programa de radio, aunque me

criticó el yoyoísmo que suele invadirme.Hablamos de lo loco que está el mundo, de cómo hacer para mantener lo poco que se tiene. También compartimos algunos temores, como a los robos y a la suba desmedida de los precios. Le conté que tenía muy buenos amigos y que también había aceptado ser madrina de dos chicos, hoy ya jovencitos, a los que no veo mucho pero que cuando nos encontramos nos damos nuestro afecto sin talonario de debe y haber. Ninguna de las dos habló de enfermedades ni tampoco de lo sola que estamos a veces. Ni ella ni yo dijimos estar con algún amor en puerta. Más bien dejamos entrever cuán equilibrada llevábamos la ausencia de alguien. No carencia, sino ausencia. Cerveza va cerveza viene, ambas concluimos que ni el burro nos mantiene. Hablamos de ropa, de política y de algunas técnicas de relajación. Me mostró el plano de un galpón que quiere hacer para las ponedoras, y dijo que no creía en el horóscopo, sólo en el cielo. Halagó mi look marinero y yo el suyo, florido, alegre. “Tendría que hacerse una máscara”, le dije, mientras me pegaba en la cara pequeños golpeteos con la yema de los dedos. “Sí, ya sé, y arreglarme el bigote”, agregó y las dos nos echamos a reír como viejas amigas, como si esa tarde hubiera sido una más entre todas las tardes de nuestras vidas, juntas.Miré el reloj y me puse de pie. Era hora de seguir viaje. Aún me quedaba un buen trecho hasta Neuquén y ya era casi de noche.Se fue a la casa y volvió con un frasco de compota de durazno, de esos largos y una botellita de salsa de tomates.“Tome, para que se lleve de recuerdo. No sabe, Suyai, lo feliz que soy por haber compartido estas horas. Salgo con usted también, debo ir hasta el pueblo, a tango”. Me subí a la moto y la puse en marcha. Nos despedimos con dos besos. Tomamos caminos opuestos pero alcancé a ver de nuevo su brazo regordete saliendo de la ventana con el trapo para decir adiós. Una vez más la interminable hilera de álamos se abrió frente a mis ojos. Había luna. La noche era mujer y yo le correspondía.

Suyi

SUYI AL CURRI (53) Plantas en movimiento   Esta carta de una lectora que publico hoy estuve a punto de pasársela a mi colega, Theodorico, para que la publicara en su página. Finalmente decidí que lo mejor era sembrarla aquí, para que cada uno coseche su propia opinión.

PLANTAS EN MOVIMIENTO

Por Suyai del Corral

“Hola Suyi. Espero que vos y todos los contribuyentes entiendan que no puedo decirles mi nombre. Sólo diré que soy Planta Permanente. Trabajo en la Planta Baja del Municipio, no digo de cuál para no quemar al vivero reinante. Te escribo porque me anda faltando algo, no sé, es como si tuviera días verdes y otros con poca clorofila, y que me tienen caída. Me doy cuenta de mi estado cuando al cabo de diez minutos sigo enganchada a la luz del ascensor que se prende y se apaga a cada rato. ¡Se ve tan dinámico!No doy mucha charla porque no me fío de los potus preguntones ni de las siempre viva

que me enredan por las paredes del cuento floridamente municipal.“Hola, si puedo ayudar en algo me dicen, soy Planta Permanente. Y esto, digo, lo de ser permanente, me hace más los rulos frente a los que dicen ser mi margarita y en realidad son sólo pensamientos. Malos pensamientos.“De todas maneras soy Planta y nadie me desbanca. No sé bien qué hago en la baja planta si siempre quise estar en la planta alta. Lo que sí tengo claro es que sé lo que no sé, y eso me da cierta tranquilidad porque, nunca sé lo que hay que saber. Sé que debo estar atenta a algunas cuestiones que hacen a mi permanencia espacial. Mi YO Planta Permanente, mi YO atenta a las agujas del reloj, a los mensajes del celular, a quien pasa por la calle, y atenta a las charlas con el policía que le ceba mate al muchacho del escritorio contratado.“Pobre el muchacho del escritorio contratado. Le han puesto otro muchacho de escritorio contratado y les han pedido que hagan lugar entre el busto del General y el pizarrón de los impuestos. Parece que es para ubicar a dos muchachos de escritorio contratado que vendrán con traslado. Cuatro muchachos de escritorio contratado con los que tendré que conversar de algo, porque no sirvo para estar sin hacer nada. Soy Planta Permanente la que no miente. “Suelo andar por los pasillos de los pisos. Me gusta darle alegría del hogar al compañero municipal. A veces me paro al lado de la escalera y digo “guarda con el tercer escalón, que está picado”, y la gente me lo agradece con un amor, Suyai!Me gusta mi trabajo, porque ni bien me lo dieron, fueron muy claros: Vos sé vos.Y es como trabajar de mí, haciendo de mí. No dependo de nadie, no le tengo que dar explicaciones a nadie. Yo me paro y pienso, que soy Planta Permanente. No hay secreto, fui confirmada por decreto. “Me riegan con preguntas, a veces tontas, como por ejemplo, “señorita, retributivos ¿en qué ventanilla es?” Entonces es como si de pronto un rayo de sol me diera en la cara y me pongo derecha para levantar mi mano y decir lo necesario: “Allí”. Palabras cortas, contundentes, que ayuden al contribuyente. Un “allí” justo y acertado para no irme por las ramas, porque yo soy Planta Permanente, y si me preguntan es para aclarar lo que ven tan oscuro. “Allí” y señalo una hilera alta de 24 números pintados, listos para que algún día vengan 24 ventanillas de atención al público. Por ahora, sólo hay tres, para 150 números que se reparten. Pero bueno, yo hago lo mío, y eso ayuda. Es aportar mi granito de arena al gran montículo de pedregullo. “Me gusta sonreír cuando los compañeros me cuentan chistes. Algunos son amables y hasta me traen bastoncitos de orégano cuando se cruzan a la panadería. El intendente, una vez me saludó, y eso, varios, fueron testigos. Desde ahí, me llaman con respeto, actitud que respondo con mi andar despacio y estable. Soy Planta. Antes venía a trabajar como nerviosa, pero después de que me designaron, es como que me relajé. Y ya no me caliento por cosas que no solucionaré. Hay una crisis mundial, y yo no seré la que arregle esto. Lo sé, lo tengo asumido y digerido. Yo a lo mío. A mi metro cuadrado bien ganado.“Estoy parada sobre cerámicos rojos, que a la mañana, cuando entro, se ven tan limpios que me digo: “pisá lo menos posible”, y eso hago. Hay días en que me propongo jugar sola (¡es que me aburro!). Juego a que piso el mínimo de cuadraditos. Y cuando los contribuyentes comienzan a llegar, temprano, con sus carpetas de facturas y más facturas, estoy lista para batallar desde el lugar. Es una risa, porque ellos ni cuentan se dan, pero me quieren mover con alguna pregunta, y yo, dura, resisto. Avanzo cautelosa, como si cada paso que doy fuera una posible expulsión de mi propio tablero de fichas. Me muevo bordeando los cerámicos, como en una cuerda floja, sin que lo noten. Me repito en silencio: “si piso cerca de Mesa de Informes, puede que me agarren”. Y no

quiero eso. Ya hubo un rumor el año pasado de que me querían al lado de la puerta de entrada. Me negué rotundamente. No puedo con la corriente de aire discontinua. Además me mareo viendo la puerta de vidrio abrirse y cerrarse a cada rato. Yo nací para ser así, libre en mi pensamiento, en mi estado de Planta Permanente. No me importa nada que no competa a mi campo de acción. Lo mío es cumplir el ciclo matinal, así, designada. Soy Planta Permanente y me toca convivir con una realidad de malos sentimientos.Hay mucha envidia, mucha gente que no entiende mi trabajo, pero es que yo tampoco lo entiendo. La duda tiene cura. Me comentaron que el muchacho del mostrador contratado no escucha música por sus auriculares sino que mide, a través de aparatos y cosas, la intensidad del movimiento popular de Plantas Permanentes. Dicen que se viene una poda importante. Las malas lenguas comentan que estoy en la mira por trabajar tan cruda. Lo que no saben es que soy Planta Permanente, en estado pura y que si me mueven oleré a ruda.

Suyi

SUYI AL CURRI (54): ¿QUIEN ES SUYAI DEL CORRAL?   Por Mercedes Glió Fenó (*)

Mi nombre es Mercedes Glió Fenó y quiero decir que no respondo en público a inquietudes sobre mi persona ni relacionadas con mi actividad de escritora y que profeso en Bariloche, ciudad que me engulle con pasión de gaviota en las tardes de otoño.Debido a las innumerables preguntas de los lectores sobre quién es Suyai del Corral, el editor de este blog me convocó para que describiera a mi vieja amiga y colega. Debo confesar que al principio tuve resquemor de que mis palabras fueran a parar a uno de los tantos cajones olvidados, a los que me tienen recluida los acorbatados señores de la Cultura. Tengo autoridad, tengo mucho editado como para que se me reconozca como crítica, pero por sobre todo, como mujer de este tiempo.De mí hablan los años que llevo de permanencia en el medio. Gracias a esta experiencia hago lo que se me ocurre, por ejemplo retirarme del círculo de críticos de la región. Ya poco y nada frecuento las asambleas del gremio de intelectuales, ahora, abocados al riego por aspersión o por goteo. Ya no asisto a ninguna inauguración y me importa un rábano si me convocan como jurado en certámenes provinciales y/o/u nacionales. Me convocan pero no acepto. No me dejan fumar cuando llego y me ponen una botella de agua en las reuniones como si no supieran que vivo rodeada de lagos y ríos, y que no hay nada que me parezca más insípido que el agua, y encima para hablar de letras. No suelo ocuparme de la gente que no me interesa. Y si bien Suyai del Corral no es una colega por la que pierdo el sueño sigo su trabajo desde antaño, aunque prescindo de sus columnas como prescindo aún de los ascensores. Pero, bueno, me pagan y soy una convencida de quien trabaja debe cobrar y bien. Han sido años, por no decir desde la cuna misma, que hago lo que quiero, y sino quisiera hablar de “Suyi”, pues no lo hago y punto. Pero hablaré, tranquilos.Ante todo, como bien dice ella, es una comunicadora global. Es una mujer de unos cuarenta largos, sino más, y que posee la cualidad de ser muy buena interlocutora, lo reconozco. Apoya su desenvolvimiento en público con oficios como el de escritora,

periodista y hasta incursionó en ceremonial y protocolo, actividad de la que se aburrió y decidió dedicarse –además- al estudio sistemático de la actuación y el baile. Por esas cosas de su andar, cuan experta tramoyista, ha sabido construir de su persona un pequeño faro. Aclaro: no me molesta su creíble humildad, lo que sí me revienta es el aleteo constante de la gente y sus preguntas, sobrevolándola cuan moscas verdes como si fuera un tambor de achuras.Suyai del Corral está sola pero es mediática, y eso, quieras o no, compensa. No tiene hijos, aunque alguna vez escribió una columna como si los tuviera. Lo cierto es que no tiene hijos y tampoco pareja. ¿Y quién la tiene?Lo que más gracia me causa es su Ciambretta, verde agua, que le da un toque chic y que, según ella, le recuerda a la Dolce Vita. Nació en el norte de la provincia del Neuquén pero como es Suyai cambia mallines por la Vía Veneto como si nada.Con esta moto recorre el Valle, la Cordillera y Pre Cordillera. Lo que admiro es la cintura que tiene para montarse en colectivos destartalados y al cabo de un rato, estar hablando sin parar con el chofer y los lugareños. Posee encanto, hay que admitirlo.Vive en una casa modesta que ha ido pagado con los años, y tiene una parra y una perra, con ésta última a veces habla, y otras, lo hace con la parra.Sale en radio, escribe en el blog y pronto subirá al escenario con su unipersonal sin nombre aún, pero que incluirá música, imágenes y palabras (…).Viene de un pueblo del norte neuquino, como dije, y desde siempre estuvo ligada a la cultura general de Río Negro y Neuquén, llevando a cabo una fructífera carrera dentro del plano literario local. Fue becada por numerosas instituciones y es mundana total. Puede estar aquí como puede estar allí.Suyai del Corral lleva una pollera marinera tableada, un blazer gris con un prendedor de Liliana Montes Le Fort en el ojal; una camisa blanca y los pelos de un rojizo Koleston 2000 y que cuida muy bien de los vientos con su boina “française”. Calza mocasines. En una mano sostiene su bolsito de piel, y con la otra, su carpeta de poesías. Es tímida y cuando entra en confianza todo su recogimiento se va. Es espontánea, es pausada al hablar y tiene un gesto de ternura con el que me puede cada vez que nos encontramos. La gente que la quiere y que sigue su trabajo, suelen llamarla Suyi, apodo que le encanta.Sólo en los momentos en que actúa, Suyi, se pone seria para entregarlo todo. Terminada su performance vuelve a su posición de mujer oruga. Este espíritu tenaz, también lo pone en sus coreografías donde procura mostrar una paleta de imágenes con las que convive el ser patagónico.Ella es un extracto del medio que nos rodea. Toda Suyai es esperanza, como bien significa su nombre en la lengua de los dioses. Ella habita en un lugar donde luna y sol cuelgan al unísono, donde mares y ríos, son transfusiones vitales donde la realidad merienda en la esquina de Charles de Gaulle y Cacique Purrán.

(*) Mercedes Glió FenóEscritora y crítica contemporánea de BarilocheEntre sus trabajos más premiados figuran: “Otto…no lo digas!”; “En barra o en rama, dámelo igual” y “¿Quién le teme a la Abuela Goye?”Con su poesía “Mal arriada” se alzó el Primer Premio en la Veranada Literaria Trabún’98.

El ensayo, “Nahuelito, presente y futuro en la era K”, fue traducido al castellano por la Cámara de Industria y Comercio de Dina Huarka.SUYI AL CURRI (55): YA NO ABRAS EL REFRIGERADOR   Por Suyai del Corral

…Buenos días Suyai del Corral: Me llamo F. Javier Gonzál… perdonáme que no ponga todo mi nombre, pero es que pertenezco a una familia conocida, y bueno, dejáme ponerme así.Te escribo porque me dijeron que podía hacerlo, que tirás una soga cuando la gente anda moreteada por las circunstancias. Mirá, lo mío, para hacértela corta viene ya mal parido desde el comienzo. Tengo una relación con M. Nancy Góme...con la que ahora sigo, pero ahí, casi no. No sigo, pero sigo ¿entendés? Estamos viviendo juntos pero es como que no me encuentro con la flaca, viste? Yo qué sé. La veo, ella me ve, nos cruzamos en casa pero sin cruzarnos. Mucha violencia en las miradas hasta para no decirnos nada. El domingo le largo ¿querés que vayamos a lo de Carina y Dardo? Sabés lo que me dijo: “¿ya te agarró cariñitis?” Le digo: “pero andá a la mierda, boluda. Si te propongo algo es para que salgamos un poco. No ves que esto ya es un pozo ciego con frenos de aire podrido”.Se metió en la pieza y no salió más. Yo agarré el coche, mi carpeta de poesías, y demás escritos y me fui a lo de Dardo igual. Cuando volví a casa estaba mirando la tele y no le dije nada. Pasé derecho hasta Migraña, la hámster que nos regalaron cuando nos juntamos. Le cambié el aserrín que olía a meo y le trocé unas zanahorias arrugadas.“Podrías haberle cambiado el agua a Migraña. No ves que no corre porque está casi deshidratada”, le dije. -“No corre porque la rueda perdió la tuerca”, me respondió.-“la que perdió la tuerca sos vos”, grité.-“yo pierdo las tuercas pero vos, los laburos”, gritó ella más fuerte, y con esto me mató. Me dio justo en las pelotas porque sabe que no me llaman de ninguna editorial. Y mirá que busco pero no hay nada. Encima, desde hace un tiempo para acá, todo se nos rompe: la licuadora, el estéreo del coche, el termotanque, la cortadora de césped, el mouse, el cuchillo eléctrico que me saqué en un sorteo de la biblioteca, para fin de año. No sé, todo es una mismísima mierda. Estoy harto; tanto que tengo ganas de mandar todo al carajo y aceptar la propuesta de mis viejos de irme a vivir al quincho. Ellos lo ven venir a esto. Mi vieja el otro día me comentó que ya había sacado la bicicleta fija y la Singer de mi abuela para hacer más lugar. “Un tropezón no es caída, Javi. Aquí siempre tendrás tu cama”, me alentó por teléfono. Eso sí, me iría con la compu, las macetas y con Migraña, que cuando me escucha teclear se vuelve loca. No sabés el afecto que le tengo a este bicho. A veces me cuelgo mirándola durante hora, hora y algo. Su imagen girando y girando a toda velocidad, en medio del humo de mi faso, es alucinante. Le he contado 6.338 vueltas. Es increíble esta loquita peluda! La insisto a seguir con aplausos y gritos. Le doy a ella el empuje que no me dan a mí. No me canso de verla y aceptarla como es, así, meona y despreocupada de todo lo que a los humanos nos jode. Ella me da paz. En cuanto a Nancy -que la odia- la mina es chota ¿sabés por qué? Porque no se banca que yo tenga la sensibilidad para escribir. Y lo que es peor, no soporta no poder encontrar la diferencia entre un buen texto mío y una caca institucional. Pobre, qué sabe ella de lo vital que es para mí ver la luz de la mañana entrando en

silencio por la ventana de la cocina, colándose discreta por el pasillo hasta recular en mi tronco. Suyai: Yo necesito esa serenidad para inspirarme pero me la caga con historias personales no resueltas. Como a las once de la mañana me llama desde la escuela en la que trabaja (hace doble turno) para entorpecerme el instante en que mis pensamientos adquieren el vuelo poético, ese que urge tipear. Me interrumpe en el éxtasis mediático, en el segundo justo en que le doy la última calada a mi churro vegetal, y presiono Enter para que mis textos viajen a romperse como olas en las pantallas de los interesados en mi trabajoHay muchos amigos que siguen mi obra gracias a las redes sociales, cuando no me piden que les escriba algo a través de cadenas o por el msn. Son seguidores que han aceptado el “hazte fan de F. Javier Gonzál…” y que esperan, yo sé que esperan, mis escritos. Lo sé porque me lo han dicho. Mi obra pega. En estos momentos está metiéndose en los hogares y quizá topándose con los ojos de posibles editores. Todos están conmigo, menos ella. La tipa, no. La tipa jode. La tipa me hunde la uña en la carne, me despelleja palmo a palmo, me succiona los pelos hasta erectármelos de ira. Si está claro que vendrá a comer ¿por qué me lo recuerda cada día? Ya sé que tengo que poner a la una, “aunque sea”, una olla al fuego, o calentar lo que dejó cocinado anoche. Se enoja porque lo hago, se enoja porque no lo hago, se enoja porque a veces se me va la hora, y cuando llega aún ando en pijama, pero con dos producciones terminadas! Esto es lo que no entiende. Yo produzco. En fin, que así están las cosas, rotas. Lo único que me queda sin fisuras es mi arte, es lo que dejaré cuando haya partido, al quincho. Gracias Suyi.

M. Nancy…No vuelvas a abrir el refrigerador. Ya no me gusta la luz magnética que te viste el cuerpo descamisonado. El reloj marca un ángulo agudo que apunta al otro lado del espejo; la luna aúlla en celo por una rosa y por Migraña que llora en su rueda. La leche se venció en viaje directo del cartón a tus labios. Ahora, es como el fantasma líquido de un armiño, de un bebé de zorro blanco. Así es mi religión: el fuego en fuga, el azúcar rubio y los efectos especiales.

SUYI AL CURRI (56): EXCAVAR EN UNO MISMO   Buenas tardes Suyai:

Soy Carolina de Neuquén. Quería compartir con vos algo que estoy reflexionando sobre este presente y tal vez a otros les sirve mi experiencia. A veces me digo “Aún no es nada”... entonces sigo en la bicicleta fija mientras miro algún noticiero. ¡Cómo está el mundo! Salgo de la ducha, me pongo crema en todo el cuerpo y me dejo el pelo una hora con una mascarilla buenísima. A veces creo que estoy loca pero es que sí, siempre fui así, loquísima, divertida, positiva. Ahora mismo quiero pararme sobre la silla y lo hago, me miro la melena en las paletas del ventilador de techo y bajo cochina hasta que el espejo me devuelve mi cadera en tanga. Pronto llamará él desde su oficina.Me levanto cada mañana a su lado y no me culpo por estas sábanas divinas, ni por mi hora y media de gimnasio, ni por los toques cambiantes que ofrezco a nuestra casa. Mi nada es aún más nada cuando intrínsecamente diana de la selva me arrojo de árbol a árbol, segura de mis pasos. Duermo desnuda pero con una camiseta de Los Lakers que me trajo Neni, de Los Angeles. Me levanto dos o tres veces al baño y aprovecho para mirarme que duermo en paz, despeinada pero con L’Oréal cuidado intensivo.

Y porque yo lo valgo (¡me encanta decirlo!), tengo tantas fotos de Rhianna en mi mente que este verano sólo quiero minifaldas o vestidos super multicolores, con gafas grandes a lo Jacky, y la melena así, MTV awards.A él le gusta mi look, bah, nuestro look. Estamos en frecuencias parecidas, los dos sabemos lo que queremos. Y como esto lo develamos de entrada yo salgo a la guerra con mi gladiador, sabiendo los dos, que el mercado es variado y competitivo, pero que nosotros nos elegimos. Por Brenda, mi sobrina, que no le tengo miedo a las chinchimoye con pestañas Max Factor.A él le gusta que me ponga botas. A veces agarro a Calvin y me lo llevo a pasear, con botas. Calvin tira fuerte y yo me aferro a la cuerda. Es tan labrador! y yo le grito “Ay, Calvin ¿por qué me hacés esto?”. Suelo caminar por Islas Malvinas, como a las 8 de la tarde. Es la hora en que el sol se despide de Neuquén, pero mientras me escribe con birome roja palabras cruzadas en mis piernas desnudas; me regala los últimos rayos a través de ojos machos que me miran con ganas de almorzarme con Mirtha Legrand.Lo que me da rabia es que hay mujeres que me observan pero se quedan hablando entre dientes, mirándose al espejo retrovisor, buscando urgente con los dedos, rulos que ya no se levantan ni con fertilizante.Desde chica quise ser aviadora. Soñaba con escenas del tipo Top Gun, bajando de aviones, dándome la mano con hombres con las ideas claras y las pelotas oscuras ¡Me encanta Mauritania!Después, cuando el cielo pudo esperar, me largué a seguir la carrera de administración de empresas y tuve que dejar porque mi padre me necesitaba en la empresa. Ok, adiós a mi sueño de graduarme de empresaria. Ok, hola pesadilla de ser empresaria. Lo fui. Muerto mi padre, me casé con el que hoy es mi marido, actual presidente de la empresa. Yo necesitaba un marido gerente y el gordo fue el correcto. Es un cabezón calentón que lleva los números con el mismo placer con que me muerde las nalgas o con el que engulle las delicias que nos prepara la chica de casa.Hace unos diez años que estamos casados y nunca nada es parecido. Tiene el colesterol por las nubes y siempre cae a la noche con algo de rotisería. “Gordo, trajiste matambre de nuevoooooo”, le digo, y lo corro de la sala a la cocina, y ya sé que de pronto se va a frenar y me va a apretar mis tetas contra las de él. Me siento tan lesbiana cuando pasa esto, pero te juro que me encanta. Me vuelve loca su cuerpo de ex Marabunta, groso y graso, con cabeza porcina pero con esos ojos azules que me rasca el alma. Ahora hace como una semana que anda preocupado. Lo noto en su pito.Yo estoy leyendo otra vez Cien años de soledad y estoy super enganchada, pero no quise que pasara otra noche con él callado. Me contó que la empresa tiene que rescindir de 18 empleados, entre ellos, mi hermano Cachín y mi primo Axel. Yo siempre quise ser artista en realidad. Algunos días hago play backs en la sala, con canciones de Rhianna y de Laura Pausini, en español. Tengo un book de fotos que me hice hace años. Y si cuento esto es porque estuvimos hablando con el gordo, y no da para que la empresa se vaya a pique. Quiero decir que…el gordo me pidió que en ésta me necesita a su lado, que no puede solo. Lo escuché atentamente, estaba preocupado. Nunca suele dejar muslo en el plato y anoche lo dejó. Dijo que deberé estar unas tardes en la oficina mientras él se reúne con el síndico y con gente del gremio. Estoy un poco asustada, pero nada más. Miedo escénico. Estoy dispuesta a remangarme y ayudarlo a tirar esto para adelante. Se me ha ocurrido una idea y a él, le pareció fantástica. Esta mañana tuve una reunión con mi peluquero, quien será mi estilista. Y Neni me asesorará en el Make Up. Siempre les pagué, pero esta vez es algo distinto. Fui a cada

uno y les pregunté: “¿Cómo se ven poniendo una publicidad con mi imagen para la Petrolera?”. Ninguno quiso. Apelé, entonces, a la verdad: “Con el gordo nos vamos a la quiebra…”, dije con tono Teté Coustarot. Todos pusieron quinientos pesos. En total junté como ocho mil pesos de publicidad, entre cash y productos como canje. Hoy vino al negocio que tenemos sobre Ruta 22, uno de los capos de Hidrocarburos, algo así, y me presenté con estupendo tailleur de chaqueta y pantalón y un apretón de manos en la puerta del despacho. “Mi marido no está –dije- pero estoy yo, que soy igual, o casi mejor”, y los dos nos echamos a reír mientras los empleados sonreían con gesto de afirmación, como diciendo, “¡Vamos Calandra!” (yo sé que a escondidas me llaman Calandra, por la modelo).En estos momentos se están imprimiendo 40.000 folletos con mi imagen en grande. La casa de herramientas que tenemos desde hoy pone en las facturas, un almanaque conmigo sentada en una excavadora. Luego del Peaje, viniendo de Cipolletti, quiero poner, mi cara en grande y el nombre de la empresa, claro, junto a todos sus servicios. Tengo la foto escaneada, y salgo divina. Sin mucho photoshop, no te confundas. Esto es marketing puro, apoyado en una imagen fuerte, la mía. Soy así, Osho a fondo.Quiero hacer para Youtube algo. No sé, un spot sobre la empresa, algo bien de familia neuquina apostando al progreso; yo en las perforaciones; yo corriendo un domingo y el gordo sentado en el escritorio, o en un pozo... Yo le digo al gordo, es momento de crisis, ok, pero, Osho, gordo, Osho. ¿cuantos de nosotros estamos preparados para el cambio? Sólo los creativos encontraremos la manera de seguir. Para ello habrá que excavar en uno. Como nuestra empresa hay muchas, pero como vos y yo, gordo de mi vida, ninguno.