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 ! “Crisis y dictaduras en América Latina. El triunfo del autoritarismo en Brasil tras la dictadura militar” Georgette Ramírez Kuri 1  CELA-FFyL-UNAM  [email protected]  Resumen: En América Latina, las crisis políticas de los Estados nacionales se han resuelto de formas  peculiares. En muc hos casos, esta s crisis han derivado en g olpes de Estado y reg ímenes autoritarios, debido al gran temor que la desestabilización significa para las clases en el poder, puesto que sus intereses se ven amenazados ante las crisis políticas consecuentes de la constante inestabilidad económica que genera el capitalismo. En este ensayo se busca evidenciar que las crisis políticas guardan relación dialéctica con las crisis económicas, siendo que mientras en mayor riesgo se encuentren los intereses de las clases en el  poder, más autoritaria será la forma de resolver tales crisis. Me remitiré a las dictaduras de Seguridad Nacional enfatizando el caso brasileño y su golpe de Estado en 1964, como ejemplo del triunfo de los r egímenes autoritarios en las sociedades latinoamericanas.  Palabras claves: Estado- crisis - clase - poder - intereses Características de los gobiernos autoritarios Empecemos describiendo qué es un régimen autoritario. Según el conocido politólogo argentino Guillermo O’Donnell, el  Estado Burocrático-Autoritario tiene como base social a la alta burguesía, estrechamente vinculada con el capital transnacional y agrupada en alianzas oligopólicas. Su  principal papel es re staurar el orden socia l a través de la des activación política de s ectores populares y normalizando la economía; por lo tanto, es un sistema de exclusión política, antagónica al modelo antecesor nacional desarrollismo de países como México, Brasil, Argentina, tal vez Chile, cuya !  Mexicana, pasante de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó cursos de Ciencias Sociales y Geografía en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo.  

SuresyNortes1 Brasil autoritarismo

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Crisis y dictaduras en Amrica Latina. El triunfo del autoritarismo en Brasil tras la dictadura militarGeorgette Ramrez Kuri1 CELA-FFyL-UNAM [email protected] Resumen: En Amrica Latina, las crisis polticas de los Estados nacionales se han resuelto de formas peculiares. En muchos casos, estas crisis han derivado en golpes de Estado y regmenes autoritarios, debido al gran temor que la desestabilizacin significa para las clases en el poder, puesto que sus intereses se ven amenazados ante las crisis polticas consecuentes de la constante inestabilidad econmica que genera el capitalismo. En este ensayo se busca evidenciar que las crisis polticas guardan relacin dialctica con las crisis econmicas, siendo que mientras en mayor riesgo se encuentren los intereses de las clases en el poder, ms autoritaria ser la forma de resolver tales crisis. Me remitir a las dictaduras de Seguridad Nacional enfatizando el caso brasileo y su golpe de Estado en 1964, como ejemplo del triunfo de los regmenes autoritarios en las sociedades latinoamericanas. Palabras claves: Estado- crisis - clase - poder - intereses Caractersticas de los gobiernos autoritarios Empecemos describiendo qu es un rgimen autoritario. Segn el conocido politlogo argentino Guillermo ODonnell, el Estado Burocrtico-Autoritario tiene como base social a la alta burguesa, estrechamente vinculada con el capital transnacional y agrupada en alianzas oligoplicas. Su principal papel es restaurar el orden social a travs de la desactivacin poltica de sectores populares y normalizando la economa; por lo tanto, es un sistema de exclusin poltica, antagnica al modelo antecesor nacional desarrollismo de pases como Mxico, Brasil, Argentina, tal vez Chile, cuya

Mexicana, pasante de la licenciatura en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Realiz cursos de Ciencias Sociales y Geografa en la Facultad de Filosofa, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de So Paulo. 1

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tendencia, por el contrario, es incluir en los mbitos econmico y poltico a sectores sociales marginados. El Estado Burocrtico Autoritario (Estado BA en adelante) suprime cualquier posibilidad de participacin de los sectores populares en la vida social, sea sometindolos a controles estrictos que impidan su funcin activa en espacios polticos, como sindicatos u organizaciones estudiantiles, sea prohibiendo alusiones de la nacin como pueblo, incluso suprimiendo instituciones que fueran depsitos de peticiones de la sociedad, incompatibles con la restauracin del orden y la estabilizacin econmica -como es el caso de los partidos polticos-, todo lo cual se traduce en la despolitizacin de la sociedad enmarcada en la racionalidad superior de las instituciones, supuestamente neutrales y objetivas, que se imponen a la nacin misma so pretexto de salvarla de sus crisis. Aparentemente las instituciones BA se adaptan a las situaciones particulares para lograr esta tarea, sin embargo se encuentran supeditadas a constantes tensiones generadas por los intereses de clase, que resultan del intento de consolidar un sistema de dominacin coercitivo en una sociedad frente a la que no pueden ocultar su carcter autoritario. Los estados BA mantienen importantes vnculos con las Fuerzas Armadas; de hecho, en ellas se sostienen. Son apoyados por sectores minoritarios de la sociedad -entre ellos ciertos sectores militares y conservadores- y no por el grueso de la poblacin (aunque es difcil hacer generalizaciones). Aqu reside la mayor contradiccin del Estado BA, pues sostiene que sus acciones polticas estn al servicio de la nacin cuando en realidad slo lo estn respecto a una pequea parte de la poblacin. Este hecho significa una apertura para la lucha de clases, pues el Estado adopta ciertos intereses de clase a ser defendidos a costa de los intereses de otras clases. En este sentido, se repite en la historia de Amrica Latina un factor clave de la crisis poltica que acab con el nacional desarrollismo: la lucha de clases se desequilibr cada vez ms hasta polarizarse y generar tensiones insolubles. Dice ODonnell que El BA surge de una abrumadora derrota poltica del sector popular y sus aliados, que fue impuesta al precio extremo de imposibilitar que el BA se legitime.2 Y es que en varios pases de Amrica Latina principalmente en Brasil- la formacin de la nacin se acu en el populismo, sealando a las masas recin incluidas ms como portadoras de demandas populares -debido al contexto histrico-social- que como ciudadanos con derechos civiles. Concordando con el destacado socilogo Jaime Osorio, el Estado capitalista, al basar su existencia en la reproduccin del capital y sus medios de acumulacin, opera en dos esferas, la econmica y la poltica; en la primera establece relaciones de explotacin y en la segunda 2

ODONNELL, G., El nuevo autoritarismo en Amrica Latina, FCE, Mxico, 1985.

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relaciones de dominacin. Cabe precisar una cuestin fundamental que Guillermo ODonnell deja de lado; l explica el Estado capitalista desde el mbito poltico, dejando fuera de su anlisis el aspecto econmico, sin el cual no se logran entender las relaciones sociales en su complejidad, puesto que -bajo esta teora poltica- se ignora la relacin dialctica que guardan entre s ambas esferas, desde el Estado. No es el caso discutir sobre el Estado, sin embargo me es pertinente colocar una teora social ms compleja -la referida de Osorio- que la de ODonnell, pues finalmente una de los ejes para desarrollar este ensayo es explicitar la relacin directa entre la crisis econmica y la crisis poltica que determinaron las dictaduras en Amrica Latina durante la segunda parte del siglo XX. Crisis y dictaduras En la dcada de los sesenta, tras el triunfo de la Revolucin Cubana, se hace manifiesta la radicalizacin poltica en todo el mundo, pues se cuestiona el funcionamiento del sistema econmico dominante, detonando la crisis poltica que continu -por lo menos- en las dos dcadas que siguieron. En Amrica Latina la contrainsurgencia impregn las Fuerzas Armadas, producto de la influencia ideolgica del ejrcito estadounidense, para contener el avance de los sectores de izquierda al poder, en cualquier forma que fuera. Para 1970, las Fuerzas Armadas, como institucin, se habran impuesto en el escenario poltico por medio de golpes de Estado y subsiguientes regmenes autoritarios. En los aos ochenta, acabaron promoviendo polticas econmicas neoliberales que protegieran sus intereses de clase. Ambas acciones bajo pretexto de estabilizar la crisis econmica que se manifest tempranamente en los sesenta. Regresemos a los tiempos pre-dictatoriales en la regin para comprender el contexto en que entra el Estado BA. La crisis del populismo residi en su ambigedad poltica, pues intent armonizar intereses de clase que, generalmente, no definen con claridad lo que representan para los intereses de otras clases; aparentemente, el populismo predomina sobre las masas populares, pero esencialmente se trata de un rgimen controlado por sectores de la clase media apoyados fuertemente por la burguesa nacional. Pese a ello, para la experiencia de las masas el populismo signific el aumento de participacin poltica y econmica en el proyecto de gobierno, puesto que el Estado pas de ser slo regulador de la produccin a participar activamente en las diferentes fases del proceso productivo, volvindose centro mximo de decisiones sobre la poltica econmica. De esta manera, la crisis del populismo en el Cono Sur orill a los sectores medios militares as como a los altos rangos, a posicionarse consistentemente en los escenarios polticos nacionales, permeados -recordmoslo- por el contexto de Guerra Fra en toda Amrica Latina, definindose as3

como poder poltico autnomo al poder que el Estado representaba, y reivindicando -siempre retricamente- su funcin fundamental de preservar el orden nacional, sobre todo en tiempos de crisis. A partir de este papel poltico que adquieren las Fuerzas Armadas -su institucionalizacin-, se colocan como actor poltico permanente en la vida social de Amrica Latina. En palabras de Augusto Vargas, la profundizacin de este papel poltico posibilita una nueva tendencia en el desarrollo de las instituciones militares, donde posteriormente, el Estado adquirir nuevas formas producto de la redemocratizacin del continente (y) se ver altamente condicionada por este nuevo factor.3 En el caso brasileo, por ejemplo, la incapacidad de sostener el populismo, tanto en el mbito econmico como en el poltico, agudiz las contradicciones en el proceso de acumulacin de capital. Ante esta inviabilidad, las Fuerzas Armadas intervienen con un golpe de Estado bajo argumento de restaurar la jerarqua y la disciplina, aunque lo que se buscaba en realidad era cambiar la direccin del desarrollo econmico en el plano internacional y de las relaciones de Brasil con los sistemas capitalista y socialista mundiales. En la lucha de clases, triunfaron la burguesa y la clase media alta, resolviendo la crisis por medio del autoritarismo a manos de las Fuerzas Armadas, sector integrante de la difusa clase media. Esta situacin, lejos de solucionar el problema, profundiz la dependencia estructural. En los pases del Cono Sur, las dictaduras militares de los aos setenta se legitimaron con la Doctrina de la Seguridad Nacional, que consisti en una serie de principios programticos bajo iniciativa de Estados Unidos para la contencin del comunismo y las izquierdas que proclamaban la transformacin social, inspiradas en la cercana Revolucin Cubana. En palabras de Pinochet, el fundamento de esta doctrina era la constante amenaza en que se encuentran las naciones por la agresin permanente al servicio de la potencia imperialista URSS, que haba apoyado a Cuba en los ltimos aos.4 Tal doctrina marc un cambio en las Fuerzas Armadas latinoamericanas, su funcin pas de ser la seguridad de las fronteras nacionales a la bsqueda e identificacin del enemigo dentro del propio pas: la insurgencia subversiva. Para ello se entren a las Fuerzas Armadas bajo influencia de la Escuela norteamericana -y de la francesa en el caso de Brasil y, posteriormente en Argentina-; se introdujo el uso de la tortura y de otros medios para generar terror, pues haba que aislar a los revolucionarios de su base de sustento que resida en el apoyo que tenan de la poblacin civil. As pues, y obedeciendo a su nombre, las dictaduras de Seguridad Nacional justificaron sus imposiciones y acciones represivas bajo discurso de estar realizando una labor patritica salvando a 3 4

VARGAS, A., La autonoma militar en Amrica Latina, Ed. Nueva Sociedad, Caracas, 1988. LOZANO, F., Historia Latinoamericana 1700-2005, Editorial Maipue, Buenos Aires, 2006.

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la nacin de sus terribles enemigos que no estaban ms en el exterior, sino infiltrados al interior de los pases. No obstante, la doctrina no se aplic de igual manera en cada pas, teniendo que adaptarse a los diferentes contextos histrico-sociales. Casos particulares Como hemos venido sealando, y compartiendo argumento con Aldo Marchesi, las dictaduras se presentaban como regmenes duros necesarios para enfrentar el avance subversivo, necesitando del mito de la conspiracin subversiva para su legitimacin pblica. Sin embargo, los golpes militares en el Cono Sur, que implementaron las dictaduras de Seguridad Nacional, no fueron una respuesta momentnea sino la conclusin de un proceso de larga gestacin que result en el deterioro de las condiciones nacionales en los mbitos poltico, econmico y social. El golpe de Estado en Chile tambin obedeci a la amenaza que representaba la consolidacin del populismo, va la Unidad Popular, para los intereses hegemnicos de capitales norteamericanos; Richard Nixon, el entonces presidente de Estados Unidos, haba decidido que no aceptara un gobierno como el de Allende que maguara la estrategia geopoltica en la regin latinoamericana y que se alineara con Cuba y la potencia sovitica. Augusto Pinochet comenz su gobierno dictatorial en septiembre de 1973, tras el asesinato del depuesto Salvador Allende, para no retirarse hasta pasados 16 aos. Este rgimen fue violento de ms, sobre todo en su primera etapa de instauracin del terror; persigui, encarcel y asesin a muchos chilenos, desde militantes de grupos de oposicin -como el MIR o el PCCh- hasta artistas populares, adems de la violencia social a travs de la inestabilidad que sus agresivas transformaciones provocaron. Tal rigor buscaba cambiar las condiciones del pas para evitar a toda costa otro intento popular; se buscaba implementar polticas econmicas que impidieran la intervencin del Estado en el libre mercado, dictndose una nueva Constitucin que obedeciera al cumplimiento de tal objetivo para que los intereses econmicos hegemnicos no volvieran a verse amenazados. Si bien desde la dcada de 1960 Argentina haba experimentado regmenes autoritarios, el golpe militar de marzo del 76 coloc a una Junta Militar en el poder Ejecutivo, presidida por Jorge Rafael Videla, la cual evidenci la crisis poltica que se viva, al declarar caducos los gobiernos en todos los niveles (nacional, provincial y municipal), la Corte Suprema de Justicia, sus tribunales y legislaturas. Estableci un fuerte orden ideolgico y represivo en escuelas y establecimientos pblicos interviniendo universidades, cerrando carreras, reconocidas editoriales y compaas teatrales, prohibiendo pelculas, etc. Para los militares, el subversivo era un individuo aptrida en5

tanto que negaba la existencia de un patrimonio cultural nacional y haca del mundo su campo de batalla.5 Todas estas violentas acciones en la Argentina, se ejecutaron desde todos los niveles de mando que le otorgaron a la represin un carcter institucional bajo argumento de cumplimiento del deber y defensa de la Patria respecto a la subversin marxista, con un toque de moralismo religioso que fungi como disfraz de las atrocidades cometidas, sobre todo en cuanto a violaciones de los derechos humanos. Para la dictadura argentina no bastaba con matar a todos los subversivos para acabar con las fuerzas revolucionarias, haba que acabar con la voluntad del enemigo de luchar adentrndose en sus mentes, penetrando sus convicciones ideolgicas, sus creencias polticas, sus emociones y su subconsciente.6 En Brasil, previo al golpe de Estado del 64, ya los militares se adjudicaban el derecho al monopolio del uso legtimo de las armas y estaban convencidos de que el mantenimiento del orden interno era una de sus funciones bsicas; comenzaron a participar activamente, asumiendo una postura relevante en el sistema poltico. Debido al gran temor de las Fuerzas Armadas de perder su unidad institucional, cuando decidieron arrebatar el poder del sistema poltico crearon todas las condiciones objetivas para hacer improbable el retorno de algn civil a la jefatura de Estado. Se apresuraron, pues, a enmarcar dentro de la legalidad sus prcticas represivas, tomaron el control sobre la huelga como reivindicacin poltica y econmica, hicieron modificaciones legislativas respecto a los sindicatos, previsin social, entre otras formas de organizacin autnomas al Estado. Anularon los derechos polticos de sectores tcnicos, intelectuales, obreros, estudiantiles, polticos y algunos militares, y depuraron la estructura partidista. Frente a las crisis polticas y econmicas de estos pases, la burguesa nacional recurre al financiamiento extranjero para garantizar la realizacin del ciclo del capital y, de esta manera, salvaguardar sus intereses. Se buscan capitales externos para evitar la crisis de fondos; los capitales extranjeros aparecen como financiamientos e inversiones cada vez ms frecuentes. De este modo se internacionalizan las economas de toda Amrica Latina, hacindose necesaria la adquisicin de nuevos compromisos de la sociedad industrial respecto a los sectores externos, como la estabilidad poltica, cambiaria y monetaria, para crear las condiciones esenciales de una poltica de estmulo al capital extranjero. Especialmente en los casos de Brasil y Chile, los nuevos actores polticos entendieron que la estabilidad poltica sera obtenida ms rpidamente si se generaban las condiciones para llevar el ROBBEN, A., Pegar donde ms duele. Violencia poltica y trauma social en Argentina, Anthropos Editorial, Barcelona, 2008. 6 Idem.5

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desarrollo econmico a cifras positivas y buscar estrategias que funcionaran como paliativos a las demandas sociales. Para la planificacin econmica y la movilizacin de recursos, se necesitaba agrupar especialistas que se encargaran de la cuestin econmica, como los tecncratas militares del rgimen brasileo y los ODEPLAN boys chilenos. Con las Fuerzas Armadas en el poder, se comienza a desarrollar en todo el Cono Sur una ideologa militar nueva bajo la cual la defensa nacional respecto al exterior, se cambia por la doctrina de Seguridad Nacional que garantizara la estabilidad social y seguridad interna. Triunfo del autoritarismo en la sociedad brasilea tras la dictadura militar La denominada dcada prdida 1980 lo fue en trminos econmicos, pero al mismo tiempo represent una ganancia poltica con el proceso de transicin a la democracia, sin embargo, la posibilidad de nuevas insurrecciones no estaba completamente extinta, sobre todo porque las tensiones sociales estaban -en el mejor de los casos- slo parcialmente resueltas; las dictaduras del Cono Sur derrotaron a las guerrillas, pero la subversin segua latente, todava en el marco de la Guerra fra, y la nica institucin capaz de detenerla eran las Fuerzas Armadas, a esas alturas muy bien amaestradas y profesionalizadas. De este modo quedaba demostrado que los remiendos econmicos y sociales volvan a vencerse siempre que no se recurriera a soluciones de fondo. En este orden, para los aos ochenta el discurso contrainsurgente adquiere otra dimensin; el marxismo ya no es el nico factor amenazador, y al diversificarse los riesgos, se diversifican las estrategias de combate. La Doctrina de Seguridad Nacional se difumina en el Cono Sur, las nuevas formas anticomunistas cobran otro sentido al estar enmarcados en contextos democrticos y bajo discursos adaptados a los casos nacionales. En las dictaduras de Seguridad Nacional, el poder militar aparece como factor del poder civil en tanto que producto de las relaciones de clase; se trataba de restaurar los poderes poltico y econmico disociados progresivamente en los gobiernos populistas: las Fuerzas Armadas entraron en escena asumiendo el papel de garantes de los poderes constitucionales, su funcionamiento y la aplicacin de la ley, que se vean amenazados frente al nacional desarrollismo, en el caso brasileo manifiesto en las polticas getulistas. No obstante el golpe de Estado, en Brasil la toma del poder por parte de los militares no signific estabilidad poltica. Sobre todo porque desde 1961, la apertura participativa del populismo haba desencadenado una serie de programas sociales autnomos al gobierno, como el Movimiento de Educacin de Base, sindicatos de trabajadores rurales y las Ligas Campesinas, muchos de los cuales eran apoyados sustancialmente por sectores de la Iglesia afines al cristianismo liberacionista. Adems, al interior de las Fuerzas Armadas no haba consenso ideolgico, ni siquiera entre los7

militares pertenecientes a sectores de la clase media. Segn Alfred Stepan, haba tres grupos principales en los que se divida ideolgicamente la milicia; quienes conspiraban activamente contra el presidente, aquellos oficiales legalistas -casi mercenarios al servicio de quien comandare- y aquellos adictos al presidente Joo Goulart y sus polticas. Sin embargo, todos coincidan en la necesidad de mantener la coherencia institucional ejerciendo un control estricto de la disciplina.7Para muestra, un botn: Ni un solo oficial perdi la vida defendiendo al gobierno de Goulart.8 A partir de 1964, se formula una nueva estructura de poder que resulta de la fundicin del poder civil y el militar para depurar el sistema institucional existente y, de ese modo, sujetarse a las exigencias de los nuevos compromisos internacionales que Brasil contrajo entrada la dcada de 1960. La dictadura militar es una redefinicin poltica de los sectores ms esclarecidos de la clase dominante, aliados con grupos de militares para defender sus intereses. Se modifica la estructura de poder; se institucionaliza el complejo industrial-militar inscrito en la Doctrina de Seguridad Nacional, redefiniendo y ampliando la nocin de defensa nacional o seguridad al establecer nuevas relaciones entre las Fuerzas Armadas y la industria, o sea, entablando nuevas relaciones entre el poder militar y el econmico. Se desarrolla una nueva ideologa militar, que buscar adecuar una nueva estructura de dominacin y poder poltico. De este modo, las relaciones cvico-militares han cambiado en toda la regin, tambin debido a las reformas polticas y econmicas que se instauraron en las ltimas tres dcadas del siglo pasado, as como la concepcin de seguridad, que ya hemos mencionado en este trabajo. Tenemos entonces que la participacin militar en las democracias no desaparece, sino que cambia de formas: control militar de recursos econmicos, aparatos de inteligencia al servicio del Estado, control social a travs de organizaciones paramilitares y la, tan comn, militarizacin de la polica. Se ajustaron a la democracia de modo corporativo, defendiendo sus privilegios institucionales9 y de clase. Se ampla, pues, la participacin de los militares en la vida democrtica, su agenda incluye cada vez ms las cuestiones sociales como problema de seguridad del Estado. En vez de redefinir lo militar en funcin de un nuevo juego institucional, se militariza el espacio pblico, a travs de un proceso de utilizacin de la estructura, los modelos y las doctrinas militares para actividades policiales.10 7 8

STEPAN, A., Brasil: los militares y la poltica, Amorrortu editores, S.A., Buenos Aires, 1974 Idem. 9 DIAMINT, R., Construccin de gobernabilidad democrtica en Amrica Latina, FCE, Mxico, 2005 10 Idem.

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Desde los aos noventa, por ejemplo, se realiza la Operao Rio, operativo militar en Rio de Janeiro, ciudad muy importante y principal atraccin turstica del pas, para limpiar las principales zonas de la ciudad de las favelas, colocando los territorios pobres en zonas cada vez ms alejadas de los centros urbanos, bajo discurso de la violencia y el problema del narcotrfico caracterstico de ellas. Este operativo fue sugerido, inicialmente, por empresarios preocupados porque sus intereses de clase se vean afectados por estos peligrosos problemas, al ser repulsivos para el turismo, potencial medio de acumulacin de riqueza. Todo ello signific la militarizacin de la poltica en Brasil, puesto que el poder poltico que ganaron las FFAA al consolidarse como institucin durante el rgimen burocrtico-autoritario, se tradujo en su autonoma institucional respecto a los gobiernos democrticos pos-dictatoriales, incluso hasta lo que va del siglo XXI. Actualmente, el papel de los militares est ms all de la seguridad pblica; salvaguardan las mltiples fronteras nacionales del Brasil, controlan todos los asuntos migratorios, comandan los cuerpos policiacos en todos los niveles (federal, estatal, municipal y de prefectura), inciden en importantes decisiones econmicas y en asuntos geopolticos. Los operativos en Rio de Janeiro continan, aunque no con el mismo nombre, s con la misma estrategia militar, so pretexto de pacificar las favelas. Sobre todo hacen estos operativos a fin de ao, justo antes de su temporada alta de verano, para no ahuyentar el turismo carnavalesco. En fin, la estabilidad econmica de los gobiernos recientes, encabezada principalmente por el expresidente Luiz Incio Lula da Silva (presidi su mandato durante dos periodos, de 2002 a 2010), ha logrado que exista una estabilidad poltica en el pas, a pesar de la influencia que los militares, como sector importante de las clases media y alta, tienen en la vida poltica brasilea. La dictadura brasilea es un caso que ejemplifica con claridad el papel que juegan las FFAA en los regmenes democrticos. Es una prueba de que la militarizacin de la vida poltica result del triunfo del Estado autoritario sobre la sociedad civil y pone de manifiesto la trascendencia de las dictaduras en las sociedades latinoamericanas de las dcadas subsiguientes.

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