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EPOS, XVII (2001), págs. 57-70 SUBJETIVIDAD Y MODALIDAD LINGÜÍSTICA MARÍA ENCARNACIÓN PÉREZ SEDEÑO Catedrática de Lengua y Literatura españolas LE.S. Fuerte de Cortadura, Cádiz RESUMEN La finalidad de este trabajo es mostrar que el fenómeno conocido por moda- lidad no debe ser identificado con ninguna clase de palabras gramaticales. El tratamiento que las gramáticas del español han dado al fenómeno, pre- sentado como una categoría a la que se aplican las condiciones necesarias y sufi- cientes del sentido de la palabra, esto es, la determinación de la verdad o falsedad del predicado por parte del sujeto, no se corresponde con el modelo de comunica- ción comúnmente aceptado hoy. Ese tratamiento no contempla el carácter inte- ractivo de la comunicación lingüística y considera sólo el contenido proposicional de los enunciados. El concepto de modahdad ha de inferirse, en cambio, de los mecanismos lin- güísticos que el hablante elige en las diferentes situaciones comunicativas. Estos mecanismos, que en determinados discursos pueden no ser relevantes de una de- terminada modalidad, pueden serlo en otros. El carácter intersubjetivo de la co- municación debe ser, en la perspectiva enunciativa, el punto de partida del análi- sis de los elementos que en cada discurso se activan como huellas de la subjetividad del hablante por el hecho de ser elegidos Ubremente por él. La complejidad y va- riedad de estos elementos lingüísticos difiere de unos discursos a otros de acuerdo también con la formación discursiva del enunciador.

Subjetividad y Modalidad Linguistica

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Subjetividad del hablante reflejada en el modus vs dictum

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  • EPOS, XVII (2001), pgs. 57-70

    SUBJETIVIDAD Y MODALIDAD LINGSTICA

    MARA ENCARNACIN PREZ SEDEO Catedrtica de Lengua y Literatura espaolas

    LE.S. Fuerte de Cortadura, Cdiz

    RESUMEN

    La finalidad de este trabajo es mostrar que el fenmeno conocido por moda-lidad no debe ser identificado con ninguna clase de palabras gramaticales.

    El tratamiento que las gramticas del espaol han dado al fenmeno, pre-sentado como una categora a la que se aplican las condiciones necesarias y sufi-cientes del sentido de la palabra, esto es, la determinacin de la verdad o falsedad del predicado por parte del sujeto, no se corresponde con el modelo de comunica-cin comnmente aceptado hoy. Ese tratamiento no contempla el carcter inte-ractivo de la comunicacin lingstica y considera slo el contenido proposicional de los enunciados.

    El concepto de modahdad ha de inferirse, en cambio, de los mecanismos lin-gsticos que el hablante elige en las diferentes situaciones comunicativas. Estos mecanismos, que en determinados discursos pueden no ser relevantes de una de-terminada modalidad, pueden serlo en otros. El carcter intersubjetivo de la co-municacin debe ser, en la perspectiva enunciativa, el punto de partida del anli-sis de los elementos que en cada discurso se activan como huellas de la subjetividad del hablante por el hecho de ser elegidos Ubremente por l. La complejidad y va-riedad de estos elementos lingsticos difiere de unos discursos a otros de acuerdo tambin con la formacin discursiva del enunciador.

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    1. INTRODUCCIN

    A partir de la dcada de los cincuenta, en el seno de la Filosofa del Len-guaje (Austin, 1955) y en Lingstica (Benveniste,1950), surgen estudios agru-pados, grosso modo, en dos grandes corrientes: la corriente Pragmtica y la co-rriente Enunciativa, que tienen en cuenta el acto mismo de produccin de lenguaje, los sujetos que intervienen en la comunicacin y la situacin en que se produce {contexto en sentido amplio).

    Pero la relacin que se establece entre el sistema lingstico y el uso que los hablantes hacemos de l en la vida social, es bastante compleja. Por eso, desde el momento en que la Lingstica empieza a plantearse desde una pers-pectiva funcional la consideracin del discurso, el uso lingstico contextua-lizado, es decir, cmo las formas lingsticas se ponen en funcionamiento pa-ra construir formas de comunicacin y de representacin del mundo, real o imaginario, el papel del hablante y su relacin con el interlocutor cobra un gran inters.

    La eleccin de estas formas por parte de los hablantes, sujeta o no a un control consciente, se realiza de acuerdo con unos parmetros contextales que incluyen la situacin, la intencin comunicativa y las caractersticas de los des-tinatarios, entre otros. Estos parmetros, de tipo cognitivo (Sperber y Wilson, Lakoff) y sociocultural (Ducrot, Grice), son dinmicos y estn sujetos a revi-sin y cambios.

    La referencia en el discurso a un lugar de enunciacin que permite iden-tificar lo que a partir de L'archologie du savoir de M. Foucault (1969) se lla-ma formacin discursiva, rescata al sujeto del mbito puramente estilstico en el que se le haba instalado. Esta formacin discursiva determina el status del enunciador, la posicin que adopta institucionalmente, entendiendo por ins-titucin el dispositivo que delimita el ejercicio de la funcin enunciativa. Las marcas o huellas de subjetividad que aparecen en los discursos, no remiten pues a un individuo concreto, sino a un tipo de enunciador inscrito en una tra-dicin cultural determinada.

    As, las huellas de la subjetividad del hablante quedan en los enunciados como testimonio de ese contexto en sentido amplio del que hemos hablado, sin que ello implique merma en la libertad de eleccin de las formas lingsticas en el tipo de discurso que realiza.

    La subjetividad tomada en este sentido adquiere en el lenguaje un status cientfico insuficientemente desarrollado hasta ahora en las teoras lingsticas, y se manifiesta como un hecho discursivo, explicativo de una manera de con-ceptualizar.

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    2. SUBJETIVIDAD Y MODALIDAD

    La subjetividad lingstica tiene su fundamento en la intersubjetividad que es lo especfico del lenguaje (Benveniste,1968), y se comprende a la luz de dos hechos fundamentales: la enunciacin y el carcter inferencial de nuestra co-municacin (Moescheler-Rboul, 1994).

    A partir de la enunciacin y de las inferencias que los hablantes-oyen-tes somos capaces de realizar, y que son para la lingstica enunciativa ge-nerales y compartidas por los interlocutores, se pueden estudiar desde otra perspectiva fenmenos como el de los llamados enunciados realizativos, la interpretacin de determinados conectares, adverbios extraoracionales y de-terminados usos de la negacin, as como la modalidad. Todos ellos son n-dices de la manera en que el hablante se apropia de la lengua y la convierte en discurso.

    Por otro lado, propiedades de la comunicacin como la reflexividad, la si-metra y la transitividad (Kerbrat Orecchioni, 1989) permiten captar cmo se manifiesta esa intersubjetividad en la que se muestra la peculiaridad del suje-to. Por reflexividad se entiende el hecho de que el emisor del mensaje es al mis-mo tiempo su primer receptor; por simetra se entiende cmo todo receptor ac-ta al mismo tiempo como un emisor en potencia; por ltimo, la transitividad es la propiedad que permite transmitir a un receptor una informacin que a su vez puede ser transmitida a otro receptor sin que el primero haya experimenta-do su validez, es decir, la informacin puede transmitirse a distintos sujetos ca-da uno de los cuales puede ir modificndola.

    A travs de estos hechos se puede comprender el fenmeno conocido co-mo modalidad. En el proceso que es el discurso, es en el que el enunciador va a manifestarse de una manera determinada, va a dejar su impronta, sin perder de vista que este enunciador est siempre inscrito en una tradicin cultural de-terminada como hemos mencionado antes. El enunciador interacta con el re-ceptor, quien a la vez puede ser sujeto de otra enunciacin respecto de otro re-ceptor. La intersubjetividad sealada por Benveniste, no dualidad, pone de relieve siempre el papel activo del sujeto de la enunciacin. Esa actividad se manifiesta con unas marcas lingsticas variadas que es lo que constituye el he-cho lingstico modal.

    Pero para que modalidad no se confunda con expresividad, como puntua-liza Cervoni (1987), y tenga pertinencia en lingstica, hay que delimitar como modalidad lo que se manifiesta como eleccin, consciente o no, del enunciador.

    El propsito de este trabajo es mostrar que la utilizacin que se hace en las gramticas del espaol de los trminos modalidad y modo, responden a una concepcin tradicional de lo que es un concepto y de la manera por la que

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    se establecen las categoras gramaticales, y a veces olvidan este carcter inte-ractivo de la comunicacin cuyo fundamento son los sujetos activos de la mis-ma, que eligen formas lingsticas determinadas para comunicarse. Es decir, la modalidad se presenta en estas gramticas como una caracterstica oracio-nal y no enunciativa, y parten de una definicin intensional y extensional del trmino, sin reparar en la funcin efectiva que el concepto desempea en la comunicacin.

    Nuestra propuesta es la comprensin c\ fenmeno modal desde una pers-pectiva enunciativa en la que los criterios lgicos no limiten el papel del suje-to al contenido preposicional del enunciado, sino que se comprenda como fe-nmeno discursivo en el que el hablante refleja su posicin y formacin discursiva a travs de todos los elementos lingsticos que tiene a su disposi-cin, no categorizables en trminos de condiciones necesarias y suficientes. Restituir al trmino el valor de categora no definida y analizar la polisemia del mismo, no implica ni vaguedad ni imprecisin.

    El sentido del trmino modalidad que en los estudios tradicionales desde la filosofa se ha ido filtrando en lingstica, ha oscurecido el papel que de-sempea el sujeto en la explicacin misma del fenmeno modal. La revisin del trmino as como la del concepto al que remite, es nuestro propsito.

    Tomaremos en consideracin los criterios que se han usado para definir-lo en una muestra representativa de cuatro gramticas del espaol. Finalmente indicaremos cules son los criterios que, desde esa perspectiva discursiva, pue-den ser utilizados para analizar la modalidad, establecindose as el trmino co-mo una categora sin lmites determinados ni cerrados.

    3. EL TRMINO MODALIDAD

    Frecuentemente al usar el trmino modalidad se utiliza como equivalente de modo para hacer referencia a la relacin que se establece entre el locutor o hablante y el oyente o interlocutor, pero teniendo siempre presente el conteni-do proposicional de su enunciado con relacin a la verdad o falsedad del mis-mo. En ese sentido el trmino tradicionalmente se emplea para una clasifica-cin de la oracin en tres grupos: aseverativas o declarativas, interrogativas e imperativas.

    Por otro lado el trmino modo parece tener relacin con modus, la actitud que manifiesta el hablante frente al contenido de lo que dice o dictum (conte-nido representado).

    Junto a los trminos tradicionales de modalidad y modo, ha surgido en la lingstica enunciativa el trmino modalizacin, tambin con matices signifi-

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    cativos distintos (Jean Dubois, 1973). Como sinnimo de modo, la modalidad define el estatuto de la oracin ' pues el modo ha estado como categora gra-matical asociada generalmente al verbo. El trmino modalizacin se refiere en cambio a la adhesin que el hablante manifiesta respecto a su enunciado de ma-nera general a lo largo del discurso como conjunto (conceptos como distancia, transparencia y tensin explican esa modalizacin).

    4. EL CONCEPTO DE MODALIDAD

    Para Benveniste (1974) la modalidad ne fait pas partie des catgories n-cessaires et constitutivos du paradigme verbal. Su afirmacin est vigente an como mostraremos a lo largo de esta exposicin.

    Si aceptamos que categorizar es una operacin mental que consiste en agrupar cosas diferentes, operacin por la que superar entidades individuales (sean concretas o abstractas) y llegar a una estructuracin conceptual (Kleiber, 1995), tendremos que preguntamos sobre qu bases agrupamos la manifesta-cin del sujeto recogida bajo la denominacin de modo o modalidad.

    Si como hacen las teoras tradicionales sobre el concepto, admitimos que este contiene las propiedades posedas por los individuos que pertenecen a una clase que es la extensin del concepto, y que estas propiedades determinan el conjunto de condiciones necesarias y suficientes para la aplicacin del con-cepto, tendremos que establecer los criterios que presiden el agrupamiento de las mismas. Esta concepcin responde a la concepcin clsica del sentido de una palabra, sentido denotativo o referencial. La semntica estructural tambin acepta el modelo de las condiciones necesarias y suficientes pero desde un pun-to de vista operativo y funcional, liberndose del sentido referencial de la pa-labra. As, la categora modo se establece con relacin a las de tiempo y aspecto de la accin verbal.

    Ahora bien, si admitimos que categorizar ya no es descubrir una regla de clasificacin, sino sealar covariaciones y similitudes globales y la forma-cin de prototipos de referencia, tal como hace la llamada corriente expe-riencialista, describiremos la organizacin interna y extema de la categora en relacin con su funcionalidad. Si bien los conceptos abstractos como mo-do, comparativamente con los conceptos concretos de nivel bsico (clases na-turales) estn menos estudiados, se presentan como categoras con una ex-tensin no definida. AI concepto y categora modo le correspondern una

    J. DUBOIS y otros, pgs. 425 y 428 de Diccionario de Lingstica. Madrid: Alianza Editorial.

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    variedad de definiciones o representaciones semnticas. Lo que constituye el indicador de la categora ya no es el concepto o su equivalente en el plano se-mntico, la acepcin o el sentido, sino que es la unidad lxica, de la que ana-lizaremos su polisemia.

    5. El concepto de modo en las gramticas del espaol. El modo como categora.

    En la Gramtica de Nebrija el modo siempre hace referencia a un acciden-te del verbo el cual es aquello por lo que se distinguen ciertas maneras de sig-nificar; indicativo es el modo o manera de indicar o mostrar; subjuntivo es aquel por el que juntamos un verbo con otro porque subjungere es aiuntar etc. ^

    Andrs Bello en su Gramtica de la Lengua, aunque trata el fenmeno desde el aspecto puramente gramatical de la reccin verbal, en el apndice del editor al captulo XXI dice en 222 Se llama Modo \a forma que toma el ver-bo para indicar operaciones del entendimiento o emociones del nimo. Cuan-do se dice dudo, deseo, no es la forma del verbo sino la raz lo que significa la duda, el deseo. Pero cuando se dice dudo que venga, ojal que venga, ven, la forma, la inflexin que damos al verbo venir conviene a la incertidumbre, a la duda, al deseo, y da a la proposicin ese valor particular que se llama modo.

    El modo ya no es solo una caracterstica de la flexin verbal, es un valor de \a proposicin, y aunque no especifique en qu consiste exactamente ese va-lor, s podemos captar en la alusin a la actitud del hablante el sentido que im-prime este a la proposicin.

    El Esbozo de una Nueva Gramtica de la Lengua Espaola, (1978) de la Real Academia trata la modalidad oracional distinguiendo en ella el dictum o contenido representativo, esto es, lo que se dice en cada oracin, del modus, la manera de decir o actitud subjetiva del hablante respecto a ese contenido. Hay que sealar que identifica e/ contenido representativo de la oracin con el con-tenido representativo del verbo.

    La modalidad aparece en esta obra como una categora semntica que tie-ne que ver con el contenido preposicional. De manera que la oposicin reali-dad-irrealidad es la que los modos indicativo y subjuntivo marcan.

    La Gramtica Espaola de Alcina y Blecua, (1975), solamente trata la modalidad en el apartado de la sintaxis compuesta, al describir las proposicio-

    ^ NEBRIJA, EUO ANTONIO DE, pg 114 en Gramtica de la legua castellana. Salamanca. Edi-cin facsmil V Centenario. Instituto de Cultura hispnica 1992.

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    nes completivas de sujeto y de complemento directo. All recoge la definicin tradicional de modus. el modo como el sujeto encara lo que la proposicin co-munica (dictum) [...] la actitud del sujeto la refleja el verbo dominante, mien-tras la proposicin recoge el contenido de la oracin que es valorada, deseada, pensada, etc. (8.1.11).

    Al igual que la Gramtica de la Academia, interpreta el subjuntivo como forma de la irrealidad frente al indicativo, que sirve para enunciar lo cierto, ver-dadero o falso, real o supuesto. Los criterios lgicos siguen estando en la base de estas afirmaciones.

    No obstante cuando esta Gramtica caracteriza las oraciones llamadas tra-dicionalmente adverbiales de modo, en las que se involucran los conceptos de modo y comparacin, llama valorativas a las caracterizadas por un intensivo (adjetivo de un sustantivo o sustantivo que expresa cantidad, adverbio referido a otro adverbio, etc.), cuyo sentido desarrolla la construccin introducida por como (8.2.1.) Tambin en las llamadas frases verbales (perfrasis), al hablar de la bipredicacin de estas, seala el carcter obligativo que consiguen las per-frasis con verbos tener y haber, ms un que, viejo relativo neutralizado, y el in-finitivo; o bien con deber + infinitivo, construccin que a veces se tie de un matiz de aproximacin (en ese caso, deber -i- de H- infinitivo). Aade a este ti-po de frases modales las construidas con soler y poder + infinitivo.

    Parece pues que a esta Gramtica slo le interesa, en el anlisis descripti-vo de los enunciados del discurso, reparar en la actitud del hablante respecto al contenido del enunciado, no respecto al oyente. No obstante, a pesar de su de-fensa del criterio morfosintctico, el criterio semntico aparece ineludiblemen-te en la clasificacin de las perfrasis verbales, en la caracterizacin los modos verbales, y en la descripcin de las oraciones compuestas modales.

    Otras referencias modales son las de los adverbios de modo (4.9.1.1), y a las expresiones de modo (6.2.5). En el primer caso se menciona la modifi-cacin que impone el adverbio al verbo, al adjetivo o a otro adverbio; en el segundo caso la afectacin que determinadas preposiciones imponen a nom-bres o adjetivos con los que se asocian indicando expresin de modo (es el caso de de, a, por. con, en: a gatas, de firme, por ventura, con prudencia, en serio).

    La Gramtica descriptiva de la Lengua Espaola (1999), siguiendo la tra-dicin europea de anlisis lingstico, recoge la distincin entre modalidad de la enunciacin y modalidad del enunciado y considera que la distincin es til porque en el anlisis de determinadas categoras gramaticales los lmites de estas se acomodan exclusivamente a uno de los dos tipos de modalidad, y ci-ta como ejemplo de ello el que en espaol la interrogacin constituye una mo-dalidad de la enunciacin frente a la declaracin. No obstante con relativa fre-

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    cuencia encontramos que una determinada categora lingstica modal implica tanto a la enunciacin como al enunciado'

    Aprovecha esta gramtica la distincin hecha por los lgicos entre mo-dalidad epistmica, vinculada a las nociones de conocimiento y creencia, que expresa el grado de compromiso que el hablante asume respecto a la verdad de la proposicin contenida en el enunciado; y modalidad dentica, que su-pone una formulacin de estas condiciones como pertenecientes a un sistema normativo en el que acta el agente de la proposicin o directamente el ha-blante. Pero ya menciona que cada uno de los dos tipos de modalidad puede recibir su expresin mediante recursos lingsticos diversos: la dentica a tra-vs de la entonacin, la sintaxis, o la variacin en el modo verbal; la epist-mica a travs de adverbios, adjetivos, verbos modales, y tambin variacin en el modo del verbo.

    Esta misma gramtica, cuando habla de los marcadores discursivos (63. 1. 6), aquellos signos que no contribuyen directamente al significado conceptual de los enunciados sino que orientan y ordenan las inferencias que cabe obtener de ellos'', cita los marcadores de modalidad dentica.

    Asimismo en 60.1.1.2, cuando se habla de los tipos bsicos de los actos de habla en relacin con la teora de los prototipos, se relacionan estos con la modalidad. Se propone una clasificacin de los tipos de actos de habla co-rrespondientes a los tipos de oraciones: acto asertivo / tipo declarativo, acto de pregunta / tipo interrogativo, acto de orden / tipo imperativo, acto de ex-presin de emocin / tipo exclamativo. Pero segn esto, otros tipos oracio-nales como la probabilidad, la duda y el deseo, no aparecen porque son fe-nmenos que permiten evitar el compromiso epistmico del hablante. No siempre hay correspondencia entre tipo de oracin y tipo de acto de habla, por ejemplo, en los llamados actos de habla indirectos. Es decir, en esta con-cepcin se sigue considerando en la modalidad el contenido preposicional del enunciado.

    Todas las gramticas mencionadas tienen una cosa en comn: la aten-cin que prestan al verbo del dictum con relacin al significado del verbo del modus, en funcin de los criterios lgico-semnticos usados para su com-prensin.

    Como ya hemos dicho, desde las gramticas medievales, herederas de las griegas y latinas, se ha tendido a ver en los enunciados dos aspectos constitu-tivos: el contenido preposicional y la modalidad. Se aplic el trmino dictum

    Gramtica descriptiva de la lengua espaola, pg. 323 Madrid: Espasa 1999. Gramtica descriptiva de la lengua espaola, pg. 4058 Madrid: Espasa 1999.

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    para el primero, y el trmino modus para el segundo. De manera que la moda-lidad se entiende slo en relacin al contenido proposicional.

    El modus lo definen los lgicos como la determinacin de algo, efectua-da por un adjetivo nominal que modifica a un sustantivo; o por un adverbio que determina a un verbo.

    El criterio para establecer la determinacin de la proposicin modal la establecen los lgicos tomando en cuenta la verdad del contenido de la pro-posicin, el conocimiento o la creencia del hablante respecto a esa verdad de la proposicin, o las condiciones en que se establece la verdad del predi-cado como pertenecientes a un sistema normativo. Se distinguen as lo que se llaman modalidades alticas, epistmicas y denticas en base a las cuales quedan definidos los modos que expresa el verbo: indicativo, subjuntivo e imperativo.

    La semntica lxica de Greimas, despus de evolucionar hacia una pers-pectiva semiolgica, define la modalidad como la modification du predicat par le sujet (Langages. septiembre 1976). es decir, como un acte de langa-ge... qui n'est manifest que dans et par ses rsultats en tant qu'nonc y la nica manera de hablar del acto de habla en el que el sujeto modifica al predi-cado, consiste en darle una representacin semntica cannica. El modo es pues una categora semntica que se reconstruye a partir del enunciado como acto de habla.Y para l esa categora semntica se articula sobre el poder y el saber.

    Bemard Pottier (Langages, 1973) se apoya en expresiones como deber, poder, saber y querer, que son esenciales en la expresin de la subjetividad en el mensaje lingstico, para clasificar as las distintas modalidades en funcin del papel que desempee la primera persona. Aunque distingue tambin con criterios lgicos la modalidad epistmica, diferenciar no obstante la modali-dad factitiva, orientada hacia la accin, y la axiolgica que tiene que ver con el juicio que hacen los hablantes sobre lo que se formula.

    La semntica oracional, no considera el modo como una categora sintc-tico-semntica con significado propio, sino como un cambio morfolgico que experimenta un verbo de manera automtica en funcin de su posicin subor-dinada (Mara Luisa Rivero, 1977).

    Hemos visto hasta aqu cmo la unidad lxica modo indica una categona morfosintctica y semntica a la que se le aplican las condiciones necesarias y suficientes del sentido de la palabra, esto es la determinacin de la verdad o fal-sedad del predicado por parte del sujeto. A partir de una definicin analtica del significado, independientemente de la experiencia, aplicamos el concepto.

    Desde la teora del prototipo hemos visto, en cambio, que la palabra mo-do indica una categora no definida.

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    El USO que hace la pragmtica del trmino modo se basa en una dimensin funcional: el concepto deriva de un acto y est sujeto a unas condiciones de realizacin y a unas consecuencias. Las situaciones comunicativas concretas nos permiten inferirlo, por lo que el contexto desempea un papel explicativo del uso que hacemos de l; la inferencia no es a priori sino a posteriori, a par-tir de la experiencia.

    6. LA MODALIDAD EN LA PRAGMTICA

    Hermn Parret censura que las teoras gramaticales clsicas definan la mo-dalidad al nivel del lxico: la forc smantique des modalits et leurs distribu-tions syntaxiques s'identifient alors au sens et au comportement syntaxique des verbes modaux comme pouvoir, devoir, savoir, vouloir (Langages n. 43). El por su parte defiende otros elementos que el autor llama perifricos con rela-cin a esos elementos nucleares sobre los que ha recado tradicionalmente la modalidad. Estos radican en secuencias morfolgicas o incluso en la entonacin.

    El autor plantea la posibilidad de diferenciar entre actitudes proposi-cionales y actitudes o actos ilocucionarios, y establecer as otra considera-cin de la modalidad. El acto proposicional es un acto de referencia y de predicacin, donde las consideraciones epistemolgicas y ontolgicas tie-nen cabida, mientras que el acto ilocucionario, est constituido por una cier-ta realidad y motivado por la produccin y reconocimiento de intenciones no ocultas sino clasificahles y convencional izadas. En este sentido se dice que los realizativos son operadores modales porque afectan y modifican globalmente el contenido semntico de los enunciados. La tipologa de las modalidades se establece a partir de la especificidad de las reglas que go-biernan la actitud ilocucionaria en cuestin, de las convenciones lingsti-cas de los enunciados, y de las convenciones extralingsticas de las situa-ciones comunicativas.

    En opinin de Hermn Parret hay otro tipo de modalidad que se puede su-perponer a las anteriormente expuestas; l la califica como axiolgica.

    Desde la corriente enunciativa autores como Cervoni (1987) diferencian, en cambio, modalidad de performatividad. Dice este autor que son fenmenos autnomos pero separados (enunciados realizativos comoje m'excuse, no pre-sentan rasgos modales y otros con auxiliares modales como a d, en aprs le scandale Fierre a d s'exiler, no indican performatividad alguna). El trmino modalizacin alude en este autor al fenmeno general del que forma parte la modalidad y define como le reflet, dans le langage, du fait que tout ce que T-homme peut tre, sentir, penser, dir et faire.

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    Interesada como ya hemos dicho por la repercusin que la actividad del ha-blante tiene en el enunciado y en el oyente, analiza el fenmeno de la modalidad considerando fundamentalmente la huella que en los enunciados deja el sujeto.

    Ahora bien, la modalidad es un fenmeno relacionado con el sujeto ha-blante en la instance du discours. En este sentido, siguiendo a Jakobson, se ha distinguido entre modalidades de enunciacin y modalidades de enunciado (Meunier 1974, Otaola Olano, 1988).

    Hay autores como M. Victoria Escandell (1999) que opinan que la distin-cin no es pertinente aunque sea provechosa. Dice ella que si la distincin es til para analizar determinadas categoras gramaticales que se acomodan ms a un tipo u otro de modalidad, no es menos cierto que determinadas categoras lingsticas modales implican tanto la enunciacin como el enunciado. Es el caso de los enunciados interrogativos que desde el punto de vista semntico son enunciados abiertos o funciones preposicionales, y no pueden ser eva-luados en trminos de verdad o falsedad (el subrayado es nuestro), y desde el punto de vista de la enunciacin no pueden considerarse oraciones, en muchos casos porque no tienen estructura de tales.

    Por nuestra parte queremos sealar una vez ms que la categorizacin gramatical del fenmeno slo es posible aplicando criterios lgicos y semn-ticos. Desde el criterio funcional no es una categora definida.

    El enfoque enunciativo en el anlisis de la modalidad debe considerar el sujeto como elemento activo que presenta una actitud, no slo respecto a la ver-dad o falsedad del contenido de la proposicin del enunciado, sino respecto a la manera en que el hablante sita el enunciado con relacin a juicios de valor como lo til, lo bueno, etc.

    Desde esta perspectiva surgen ciertas matizaciones al enfoque lgico de la modalidad altica. Ch. Bally (1950), por ejemplo, seala que a pesar de la di-ferenciacin entre dictum y modus, este ltimo no es una caracterstica lgica del dictum. Bally incluye en el dictum todo elemento indicador de algn tipo de expresividad del hablante, con independencia del procedimiento que emplee en su formulacin.

    En la misma lnea hace J. Cervoni la observacin de que el valor de ver-dad de la proposicin se ve afectado a veces por los cuantificadores, adverbios de tiempo y de lugar. Da como ejemplo Fierre est toujours odieux, o Fierre est quelquesfois odieux, donde las marcas temporales modifican la verdad de Fie-rre est odieux. Propone que en un tratamiento extensivo de la modalidad se tomen en consideracin las modalidades que l llama cuantitativas, tempo-rales y espaciales.

    J. Cervoni relaciona tambin la modalidad dentica de la lgica con la que l llama evaluativa. Al ser el rasgo esencial de su definicin el de implicar

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    una referencia a las normas, no hay por qu limitarse a las nociones estableci-das por los lgicos, sino que se podrn integrar en esta clase de modalidad ex-presiones como adverbios de manera (Scrates corre rpidamente), as como un gran nmero de adjetivos (delicioso, importante), o de verbos (apreciar), etc., segn la norma sea social, tica, esttica, etc. La modalidad llamada axiolgica constituye una subclase de la modalidad dentica.

    El lingista debe considerar cmo se manifiesta la modalidad en la mor-fologa, la sintaxis y el lxico y no hacerla coincidir necesariamente con las modalidades lgicas (Cervoni, 1987).

    CONCLUSIONES

    Hemos visto que la modalidad como categora aparece en las gramticas espaolas adscrita fundamentalmente al verbo como ncleo de la proposicin que expresa el llamado modus. Los criterios lgico-semnticos son los que uti-lizan estas gramticas para el establecimiento de la categora.

    La Corriente Pragmtica reivindica el papel de los realizativos en el con-tenido semntico de los enunciados, a la vez que niega que el fenmeno modal sea un fenmeno exclusivamente lxico.

    La Corriente Enunciativa propone no hacer coincidir necesariamente con las modalidades lgicas las modalidades lingsticas, pero sigue situando estas modalidades lgicas en la base de la tipologa modal explcita, frente a las mo-dalidades apreciativas y expresivas (Cervoni).

    La necesidad de categorizar siguiendo el modelo tradicional ha originado las posturas diferentes que se han venido sealando como excluyentes (por ejemplo performatividad versas modalidad)

    Por el uso que se hace del trmino, hemos visto que remite a sentidos di-versos. Sin embargo, intuitivamente, percibimos que lo que la modalidad indi-ca es la eleccin que los hablantes hacemos para marcar nuesta posicin ante nuestra representacin del mundo y ante la relacin interpersonal que estable-cemos con nuestros interlocutores.

    Si, como proponemos, el anlisis de la modalidad de un discurso determi-nado se hace a travs de unos parmetros contextales que incluyan la refe-rencia a valores sociales, culturales y textuales, podremos analizar cmo se ma-nifiesta la eleccin que los hablantes hacemos. Este anlisis debe considerar la predicacin de los enunciados (modalidad proposicional. lgica), la performa-tividad, la tematizacin, la cuantificacin, e incluso la metaforizacin que pre-sente el discurso. Por supuesto el lingista tiene para ello a su disposicin los elementos lxicos y morfosintcticos as como fnicos que los enunciados le

  • Subjetividad y modalidad lingstica 69

    ofrecen. Los criterios aplicados al anlisis del fenmeno modal en el discurso pueden variar de un discurso a otro.

    As, en el anlisis discursivo es donde cobra sentido la manera que tiene el hablante de concebir el mundo, bien como representacin bien como campo de relacin y actuacin.

    Si admitimos que las categoras y conceptos son entidades mentales dbil-mente organizadas, con poco o nada que ver con las condiciones necesarias y sufi-cientes que la concefx;in tradicional les atribuye, admitiremos el papel explicativo que ajxjrta el contexto, en la variabilidad y flexibilidad de las propias categoras.

    Defendemos pues el fenmeno modal como fenmeno discursivo en el que han de tenerse en cuenta los valores socioculturales de la tradicin en que se inscribe el enunciador y, considerado este aspecto, defendemos un anlisis en el que quepan tanto los criterios lgico-semnticos como pragmticos, se-gn lo requiera el propio discurso.

    La modalidad no es una categora o concepto que se pueda definir inten-sional y extensionalmente, identificable con ninguna clase de palabras grama-ticales. Al contrario, es un hecho enunciativo que pertenece al discurso y que adopta expresiones diferentes en funcin de las intenciones comunicativas del enunciador. Es la subjetividad de este la que manifestar en su eleccin los va-lores que le identifiquen con su formacin discursiva, tanto en la enunciacin como en el propio enunciado.

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