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Ltfnés !2 d<rMáfzbtie 1883 AÑO IX~NÚM. 2,391 Lu»es 12 de Marzo de i%é3 DIARIO CATÓLICO PRECIOS DE SUSCRICION. EDICIÓN ORANBE: en Madrid, 18 rs. un mes.—En provincias, un trimestre 40 rs., remitidos á esta administración en libranzas del Giro mutuo, ó 4 0 rs. en sellos de comunicaciones. Este último medio está expuesto á extra- víos sin certifico. En la Isla de Puerto-Rico, un trimestre 70 rs., satisfaciéndolo en esta administración; j 80 rs. en oro 6 plata en casa de nuestros corresponsales en la Habana y Puerto-Rico. En Filipinas, un trimestre 80 rs. En el extranjero, un trimestre 18 francos, y 2 0 por comisionado. Números sueltos en la administración, 1 real. Anuncios 4 precios convenclonalea. PUNTOS DE SUSCRICION: Administración en Madrid, calle del Turco, número iSduplicado.bajoderecSa/yV" laspric- cipales librerías de la capital. En provincias, en las principales librerías que son nuestros corresponsales.' En Púerto-Riop, D. Celestino Diaz. En Manila, D. Gervasio Memije, regente de la imprenta de Santo Tomás. En Cuba, D. Aristarco de Sancha, Paula, 52, Habana. Para los anuncios de la Península y extranjeros, la Sociedad General de Anuncios de España, Príncipe, 27, Madrid. STJsoi^ioioisr PAHA BBI0IH UN MONUMENTO A DON TOMÁS ZUMA.LACÁRREGÜI, Lista de la Jnnta. Zaragofa. Reales. ñ '"^ ^ i I •s l! m a I I i D. Francisco Cavero Señor conde de Robres D. Joaquin Palles D. Manuel Ibarz D. Joaquin Sacanell D. José Sebastian Cilleruelo, Ca- nónigo D. José María Viiucua, Canónigo. D. Ramón Aranda, Canónigo. .. . D. Manuel Salinas Navarrete, Presbítero D. Victoriano Boved D. Manuel Cabanillas D. Carlos Cabanillas Doña Margarita Cabanillas. . . Doña Emilia Ibarz Doña Filomena Ibarz D. José Bagttes, Cura párroco.. . D. Valeriano de Ledesma, Bene- ficiado D. José Bercbé, Presbítero.. . . D. Mariano Guiñar. . ' . . , . D. Valero Castillo D. Mariano Anisa D. Mariano Grós D. Manuel Vallejo, Presbítero, ex- zuavo pontificio D. Aniceto Victoria, Presbítero. . D. Cayetano Rubio, Presbítero. . Doña Rafaela Aparicio, sirvienta.. D. Mariano Salvo, Presbítero.. . D. Nicolás Toloss , D. Antonio Bayo. Doña María Herpes D. Joaquin Izquierdo. D. Dionisio Velasco, Pbro. . , . D. Jacinto Fortun D. Pedro Resa D. Nicolás Cambra Ambrosio Martínez Santiago Martínez Felipe Remacha, Pbro. . . , Marcelino Herrera, Pbro. . . J. G., 400 40 30 4 10 80 20 20 20 20 4 4 4 4 6 6 4 4 2 40 6 6 4 2 10 10 8 6 10 10 8 8 I I I 8 8 D. Alejandro Herrera. . . D. Leandro Herrera. . . . D. Pantaleon Castellozuelo.. Belchiíe. D. Victoriano Labucna. . D. Juan Gil D. Timoteo Labordeta. . B. José Gil Doña Cristobslina Gerda. D Ramón Bello. . . . D. Joaquin Gil Doña María Destre. . . B. Joaquin Salavera. . . D. P.R D. Felipa Ayala. . . . D. Cándido Morales. . . D. José Benedicto. . . . D. Carlos Artigas. . . . D. Manuel Ortiz. . . . Doña Tomasa Cairo. . . Xj* I • w * D. V. G D. Jesús Benedicto.. . . Un carlista Un faccioso Un faccioso 8 4 2 2 4 2 2 2 10 10 - 2 4 2 I I 10 10 I 3 10 4 Suma. 965 Cantidades recibidas en la administración dt EL SIBLO FirrüHo. Reales. Suma anterior a(i54o D. Tomás Cordoo, Arcipreste de Arnedo 20 D.Domingo Ramírez, Coadjutor de Ídem 20 D. José Fernandez y González.. . i D. Tomás Saura 10 D. Primo Herrero, Cura Ecóno- mo de Cervera 12 D. Ildefonso Argsin y Mayora. . 20 D. Tirso Olazabal 400 D. Ensebio Camarero 2 D. Gregorio Martin 2 Doña Catalina Rojo. . . * . . i D. Bernabé Cañas t D. Agapito Cereceda. . . . . . 10 D. Felipe Cereceda ( Doña Basilia Cura 4 D. Blas Llerena 16 Doña Ana Mería Llerena. . . . 4 D. Julián Cañas.. 16 Doña María Tobia 4 D. Manuel Martínez de Se linas. . 16 D. Camilo Blanco 10 D. Hilario García, Párroco. . . . 4 D. Basilio Diaz Canseco, Párroco. 4 El mismo por orden de D, Nicolás . Fernandez, quefaU'ció el 27 de Febrero último á la edad de 75 años, voluntario en las dos guer- ras y que sirvió á las órdenes de Zumalacárregui 4 D. Nicolás Dato R o d r í g u e z .... 8 D. Fernando Ortiz y Vierna. . . 40 D. Luís, D. Salvador y D. Juan Eiio. 300 D. Esteban Agesta 5 T»tal.. 27,49+ susoRioioisr para regalar una escribanía A D. FÉLIX SARDA Y SALVANY. Realei. Suma anterior. . . • 5i947'40 D. Pedro Gómez Orcña, Párroco de Santa Lucia de Santander. . 20 EL SIGLO FUTURO MABRIB, 12 D£ MARZO DE l883 ADHESIÓN VENERABLE OBISPO DE ORIHUELA Y PROTESTA CONTRA LOS ESCÁNDALOS IMPUNES DE ALICANTE. Nuestro muy querido amigo Juan de la Es- teva envia su adhesión ai venerable Obispo de Orihuela, y anuncia la llegada de otras de Oviedo, patria del limo. Sr. Guisasola, en la siguiente curiosísima carta, sobre la cual esta misma semana, Dios mediante, nos propone- mos decir algo que es grave. Recomendamos, por tanto, á los lectores que no olviden la carta, que hoy publicamos como antecedente necesario de lo que otro dia aña- diremos, para explicar con claridad el asunto que motiva las interesantes indicaciones de /. de la E., que no nos cogen desprevenidos. «Señor director de EL SIQLO FUTURO. «Muy señor mió y de toda mi ccnsideracion: ^Cuando ayer he leido en su periódico la pro- Btesta que contra las indignidades de Alicante >dirigen al ilustrísimo Obispo de Orihuela don «Cándido Nocedal y otros respetables señores, »he formado el propósito, que hoy realizo, de •unirme al espíritu y letra de tan hermoso do- »cumento. »Muchos mát harán lo mismo aquí en Ovie- »do, ciudad piadosa, y patria, por añadidura, »del ilustrísimo Sr. Guisasola, de cuya virtud, «carácter y saber tantos recuerdos conserva. «Anticipóme, sin embargo, á los demás, no «porque les aventaje en celo, sino para decir al »propio tiempo algo de lo ocurrido en Asturias, «que se parece á lo de Alicante. »Aludo á la guerra implacable que ciertos «periódicos de Gljon hicieron á los misioneros «Jesuítas, tan apreciados de la gran mayoría de «aquel pueblo, invadido hace tiempo por las «sectas y sociedades secretas. »Las hojas alicantinas han sido reproduei- «das por la prensa desbordada de Gijon; pero «en honor á la verdad rro-i-v.- tuuiesai, que «en achaque de efoscras injurias y torpes ca- «iumnias contra los Padres de la Compañía, «sobrepujó á los federales un periódico alfon- >sino y conservadorescoy titulado El Comercio, «el cual, dándose aires de culto, se introduce, «al amparo de su corbata y guantes blancos, «en las familias cristianas, y hasta es leido por ;t>aigun pobre Cura, que me trae á las mientes x>aquella frase latina: Quos Deus pult perderé tdementat. «Pero si las hojas masónicas de Alicante ha- «llaron favorable acogida en la prensa sectaria, «en cambio, rubor decirlo causa, la notabilísl- »ma comunicación del Obispo ultrajado al «presidente del Consejo de ministros, halló «cerradas las puertas de la publicidad en la »tierra natal de su ilustrísima. »Un católico gijonés quiso insertarla en un «diario de esta ciudad, cuya redacción se negó «á hacerlo, por temor de inconvenientes que «al parecer debían evitarse á todo trance. ¿Qué «quiere Vd. que yo le diga de semejante ocur- «rencia? Nada me atrevo á añadir, sin embargo «de que aquí paso por atrevid». o: »Pero como natural desahogo, ocúrrenseme »en este momento unas palabras que se leen en »el Evangelio de San Lucas: 'Las raposas tie- nen cuevas y las aves del cielo nidos; mas el 'Hijo del hombre no ticBe donde recline la 'cabeza.'Las rajjoííií, quiero decir, todo lo «malo, consigue benévola acogida en ciertos «periódicos, aunque tan sólo sea para llenar «huecos; pero el Hijo del hombre, quiero de- »cir, un sucesor de los Apóstoles, enviados por «el mismo Jesucristo, no es admitido en uno «de esos periódicos, que hay en el pueblo que «le vio nacer. «Verdad es que se le rechaza tan sólo por evi- »tar inconvenientes; pero así y todo, aní tene- «mos á San Marcos, en el pasaje de los puercos «invadídosporlosdemonios,de que el Señor ha- «bia librado á un infeliz á quien atormentaban. «Figúreme que tal pasaje no puede venir »más á cuento. Porque así como los genezare- »sos, en vez de agradecer al Hombre Dios pro- «diglo tan estupendo, le pidieron que se fuese «de allí, sin duda por temor de mayores incon- wenientes, por ejemplo, la pérdida de otra ma- «nada de puercos, así dicen en su tierra al se- «ñor Obispo de Orihuela; que se vaya á otra »parte, por no sé qué temores ó no sé qué in- »convenientes. «Si este venerable Prelado viniera á su país »por motivos ajenos de su misien, seguro estoy »de que el periódico aludido, que no quiero «nombrar, no seria parco en alabanzas y fell- »citaciones á su ilustrísima; pero si viene á cu- Mar endemoniados, es muy distinto; que se «vaya á otra parte. »Y sin embargo, al tal periódico están suscri- «tos católicos y Curas, para evitar—ellos i* 41- »cen—la propagación de otros periódicos que »andan por esos mundos con más vida y ro- «bustez que nunca. «Sin otra cosa por hoy, queda de Vd. atento «afectísimo seguro servidor Q. B. S. M., «J. DE LA E. »Oviedo, 5 de Marzo de i883.» Suma. 5,967'40 [Continúan las firmas.) LuisdeTrellesNoguerol.—Tomái Vicente Bar- rasa.—Manuel de Burgos y Mazo.—Esteban Barra- se.—Pedro Hernanz. —Juana GonzaUz. — Sabina Hernanz González. — José Hernanz González.— Francisco Hernanz.—Juana Gibello.—Martin Ber- mejo y López, Pbro.—Juan José Fernandez, ídem. —Manuel Fernandez, id.—Antonio Tulmo, ídem.— Vidal Cruz, id.—Carlos Cruz y Rodríguez.—Ana Muñoz.—Ana Chamorro.—Manuel Martínez.-An- tonio Puerto.—José Gómez. — Lorenza Pérez.— Carmen Garia. —José Rodríguez.—Rafael Rodrí- guez.—Manuel Caro,—Esteban Agesta.—Carmen Blazquez y López.—Josefa López Albornoz.—Vale- riana López Albornoz.—Benita Albornoz. UUBIBL. Antonio Manso y Sastre, Párroco.—Juan López. —José Manso. CIUDAD-REAL. Félix Cadavieco, Lectoral.—Higinio Maserico, Magistral.—Ángel García Rubio, Penitenciario.— Andrés Muñoz y Cañizares, alumno del Seminario Conciliar de Ciudad-Real.—Tomás Fernandez y Poblete, id.—Manuel Martínez y Rodado, ídem.— Bartolomé Freiré y Turrillo, id.—José María Gar- cía y Muñoz, id.—Eloy Fernandez Alcázar, ídem.— Miguel García y García Caballero, id.—Pedro J. Chaparro y Parra, id.—Manuel Corpas Villatoro, ídem.—Antonio Díaz Mayordomo, id.—Perfecto Díaz Cañavera, id.—Benito López de las Hazas, ídem.—Andrés Serrano y García, id.^Franeísco Lorente y Villegas, id.—Acacio del Burgo, ídem.— Fermín Ruiz Labranderas, id.—Nicomedes Galán y Fernandez, id—FcJipeSánchez Mayor, id.—Este- ban Mohíno y Muñoz, id.—Antonio Bustos y Ar- che, id,—Ramón Prado y Cabezas, id.—Manuel Soto Albarran, id.—Manuel Utrilla y Rodríguez, iiem.—Reyes Calamardo y Ballesteros, id.-Vicen- te Calamardo y Cantos, id.—Mariano Marín y Bar- ba, id.—Atanasío Araque y Morales, id.—Benja- mín Diaz Valmaseda, id.—Román Romero y Del- gado, id.—Patrocinio Gómez y Gijen, id.—Fernán, do Merchan y Mexia, id.—Valentín Cañadas y Tor- res, id.—Francisco Cadavieco y Secades.—Felipa Cadavieco. VILLAVERDB OS MEDINA. Pedro Ordoñez González, médico.—Florentina Sandonis.—Antonia Ordoñez Sandonis.—Juana Or- doñez Rodríguez.—Pablo Ordoñez.—Castora Ro« driguez.—Margarita Ordoñez.—Mariano Ordoñez. —Luciano Ordoñez.—Francisco Ordoñez.—Domin- go Descalzo.—María Sánchez.—Mariana Descalzo. —Vicente Descalzo.—María Descalzo.—Margarita Descalzo.—Dolores Descalzo.—Cosme Rodríguez Matos.—Inocencio Ordoñez.—Arsenia Matos Badi- "" !!*'';"''"& Ordoñez.—Gonzalo Rodrieijez Ma- tos.—Rufina Orionei.— i ornas ae la FUénle.—Ce- lestina López.—Augusta de la Fuente.—Felipa de la Fuente.—María de la Fuente.—Mariano de la Fuente.—Higinio Descalzo.—Magdalena Monroy. —Raimundo Descalzo.—Basilia Descalzo.—Juüan Descalzo.—Kustaquia Castandsl.—José López Gu- tiérrez.—Modesta Gavilán Descalzo.—Marcial Ló- pez Gutiérrez.—María Angela Olivares Gavilán.— Francisco Uiloa Hernández.—María Sánchez.—An- selmo Ulloa Sánchez.—Blas González.—Anastasia Pérez.—Juana González.—Mercedes González.—Pe- dro González.—Tomás González.—Isidoro Hernán- dez.— Margarita Matos.— Francisca Estévez.— Inocencio Matos.—Juana Garáa.—Severiano Matos. —Esteban Matos.—Zoilo Matos.—Mariano Matos. —Petra García.—Francisco Paniagua.—María Pe- drosa.—Ventura Pedresa. — Mariano Gutiérrez.— Sabina Pérez.—Anacleto Pérez.—Bonifacia Macías. —Gonzalo Arconada.—Ruperto ®rdoñez.—Águeda de la Mora,—Nicasio Alaguero.—María Mitos.— Lorenzo Alaguero.—Aquilina Sánchez.—Mauricio Alaguero.—Lino Alaguero.—Pedro Ordoñez Ala- guero.—^Julián Matos.—Jesusa Descalzo.—Ramón Hernández.—Juana Alaguero.-Águeda López.— Pablo López.—Ignacio González.—Felipe Monroy. —Eduardo Monroy.— Olegario Monroy. — Eusta- quia Alaguero.—Angela Matos.—Lucía Rodríguez. —Leandro Matos.—Aquilina Matos.—Juan Cabe- zas.—Rita Diez.—Nicasio Cabezas.—Lázaro Cabc- zas.—Tomás González.—Juana López. — Modesto Herrera.—Tiburcia Martin.—Jerónima Diez.—Be nito Sánchez.—Teodora Sánchez.—Marta Brea.— Florencio Pariente.—Victoriano Rodríguez.—Nica- nora Martín,—Eladio de Ja Luz y toda su familia. —Sabino Duque.—Pío Cabezas.—Marta Ulloa.— Felipa Ordoñez.—Petra Ordoñez.—Norberto Gon- zález.—Eusebia Seco.—Deegracias Ordoñez,—Ce- ledonio Jiménez.—Felipe Martín Ordoñez.—Juan Sánchez.—Gervasia Morada.—Nicomedes Sánchez. —Eugenio Paniagua. REMEDIOS. III. Dejando á un lado los órganos periodísticos de la mesticería, con los cuales es notorio que llevamos, por decirlo así, cuenta aparte, sólo uno, entre los abiertos defensores del liberalis- mo, ha osado, como saben ya nuestros lecto- res, acordarse de Santa Bárbara al ver los pri- meros relámpagos y oir los primeros truenos de la tempestad que por hoy se llama La mano negra; sólo uno, devoto allá á su manera, y por el estilo con que los liberales suelen ser- lo, ha tenido valor para contar entre los reme- dios de la epidemia reinante «vigorizar por to- ados los medios el sentimiento religioso.* Lo que haya querido expresar con esta frase el autor de ella, él se lo sabrá, si lo sabe; su In- tención, buena parece, y aun por tal la tene- mos; pero vehementemente sospechamos que no se le alcanza bien la extensión de su propia fórmula, y de explicarle tratamos su conteni- do, por lo que á él, y más aún, por lo que á otros convenga. Entre las consecuencias pró- ximas, y ciertamente no de las menos deplora- bles que pudiera traer á nuestra patria el ma- noteo de La mano negra, cuéntase tal vez una irrupción de pietismo, al cual abre por desgra- cia facilísimo acceso la reinante anemia inte- lectual y moral, tan dispuesta de suyo á con- temarse con cualesquiera apariencias de bien; si tal, pues, acontece, el remedio seria mucho peor que la enfermedad, y por esto no nos pa- rece oficioso denunciarle desde ahora mismo. «Vigorizar el sentimiento religioso.» Bien está: evidentemente algo se quiere aquí decir que nace de buen deseo; pero nosotros tene- mos un miedo terrible á todas las fórmulas in- completas ó ambiguas, y respecto de esa nos ocurre por de pronto advertir dos cosas, á sa- ber: primera, que la Religión es mucho más que un «sentimiento;» y segunda, que cuando se habla de Religión, sobre todo para propo- nerla como remedio de una dolencia social, conviene especificar de qué religión se habla, pues bien que una sola sea, y una sola pueda ser verdadera, ocurre que cabalmente una de las principales causas productivas de dolencias sociales por el estilo de la de hoy, consiste en pensar que estas dolencias puedan prevenirse y curarse por la virtud de cualquier cosa que se llame religión. Para evitar estos dos Inconvenientes de aque- lla fórmula, nos atrevemos á proponer otra que posee el doble mérito de ser muy clara y muy conocida. Hela aquí. Precisamente coa objeto de «vigorizar el sentimiento religioso» en cierta ocasión que no dejaba de parecerse algo á la producida hoy por La mano negra, extendióse por toda la cristiandad la práctica piadosa que sigue hoy llamándose «devoto «ejercicio del santo Rosarlo.» ¿Cuál fué desde el principio, y cuál sigue siendo el fin de esa práctica? Pues en cualquier devocionario puede verse, á saber: la exaltación y propagación de la santa católica, extirpación de las herejías, victoria contra infieles y herejes, y paz y con- cordia entre los Príncipes y pueblos cristianos. Aquí tenemos lo que entre católicos se en- vende por «vigorizar el sentimiento religioso.» Con frase menos popular, bien que ya hoy vulgarizada por la prensa político-religiosa, expresamos el conjunto de aquellos fines Ha- de cualquier modo que se exprese uno de estas varias fórmulas, hallaráse la ma- teria de todo un programa que abraza (permí- tasenos decirlo en jerigonza oficinesca), todos los negociados de todos los ministerios de cual- quier Gabinete, y por consecuencia, todas las tareas de todas las Cámaras legislativas. Por aquí se irá viendo todo lo que se necesita para «vigorizar el sentimiento religioso.» Pues comenzando por el principio, que es la buena manera de empezar las cosas, hay ante todo que arrojar al fuego todas las Constitucio- nes calcadas en el molde radicalmente ateístico de cualquier sistema que erija en absolutamen- te soberanas la razón y la voluntad del hom- bre. Y esto, aunque en esas Constituciones se declare ser religión del Estado la católica, apos- tólica, romana, pues aun esta declaración mis- ma suena y huele á blasfemia allí donde el te- nor todo entero de la pública gobernación se funda, explícita ó Implícitamente, en «el detes- «table y tantas veces reprobado delirio,« diría PÍO IX, «que proclama como fuente de todo «derecho la potestad civil, y presume de some- «ter aun á la Iglesia misma á la omnipotencia «del Estado.» Por aquí decimos que debe empezarse para «vigorizar el sentimiento religioso,» porque de lo contrario, forma sustancial del cuerpo de cada nación no será sino el Cesarismo, impe- rial, ó regio, ó parlamentario, ó democrático; y esto supuesto, la naturaleza de las cosas pide que en la conciencia pública vaya cada dia más arraigándose el culto, no de Jesucristo-Dios, Rey de reyes y Señor de señores, sino el del Dios-Estado. Con lo cual, dicho se está, lejos de vigorizarse el sentimiento de la verdadera religión, no se vigorizará sino la más abyecta y deprimente todas las idolatrías. Satisfecha esta primera necesidad de procla- mar en las leyes fundamentales la soberanía social de Jesucristo, es lógicamente forzoso que en el orden civil esté siempre representada por poderes legítimos; porque si en la cima de este orden se asienta la ilegitimidad, nace de aquí una especie de contradicción entre el derecho divino y el estatuto humano; contradicción que en el acto mismo en que relaja los vínculos de amor y de veneración debidos por los subditos á la potestad secular, engendra en los ánimos cierta predisposición á rebeldía que fácilmente pueden trascender al orden religioso. La indi- visible naturaleza de esta expresión de la justi- cia que llamamos el derecho, pide que sociedad regida en el orden religioso por la soberanía de Jesucristo, lo esté en el orden civil por sobera- no que sin mentira pueda llamarse tal por la gracia de Dios. Así restaurada la plenitud del derecho divi- no en la constitución fundamental de la socie- dad y en la suprema representación del poder público, menester seria restaurarla en todos los organismos subordinados, y señaladamente en la Familia. Sigúese de aquí lógicamente la tarea de conformar los Códigos penal y civil y todas las leyes orgánicas á las normas, no de aque- lla falsa, y por consiguiente vana moral que los pedantes y los bribones proclaman inde- pendíente, sino de la que teniendo origen y sanción en la sabiduría infinita y en la justicia perfecta del único verdadero Dios, sólo en su Iglesia única tiene para las humanas socieda- des, lo propio que para cada hombre, maestro supremo y juez inapelable. Con estos principios dej'amos enunciada la tarea que al poder legislativo incumbe en la obra de «vigorizar el sentimiento religioso.» Aquí empiezan los oficios tocantes al podlr ejecutivo, el cual, si hade contribuir eficaz- mente á «sa obra, no puede por cierto dejar en huelga, como hemos dicho, á ninguno de los departamentos ministeriales. Verbigracia, el que en España llamamos d$ Estado, no puede consentir que sin protesta suya dirigida reite- radamente á todos los Gobiernos con quieaéi esté en relaciones, continúe insuludo y opri- mido el Jefe de la Religión cuyo sentimiento st ha de vigorizar, y mucho menos puede, sin herir con un proceder escéptico todo senti- miento vigoroso de religión, besar las manos del insultador y opresor con U misma y áua mayor finura que besa los pies del insultado 7 del oprimido. El ministro de Gracia y Justicia, si quiere también de veras «vigorizar el sentimiento re- «ligioso,» deberla renunciar al Patronato cuya gestión le incumbe, ó no ejercerlo de modo que diese lugar á exposiciones por el estilo de la que há poco publicamos del señor Obispo de Tenerife, ó las que todos los dias con otros motivos se ven precisados á dirigir al Patrono los Prelados del Reino. Pues ahí es nada lo que tendría que hacer el ministro de la Gobernación, si tomaba como es preciso á pechos para «vigorizar el sentl- «miento religioso,» impedir y castigar la blasfe- mia en la calle, en los^ periódicos y en varios otros sitios adonde alcanzan, ó debieran alcan- zar el brazo de la policía y los carros de la lim- '• pieza pública. Pero en esto de combatir la blas- (ígtí? ¿fi'ídtoráteifflíi'ieífftí^f Eñ^ot6, *umñí?f»íJ dría tanto que hacer como el ministro de Fo- mento derribando la fábrica y sembrando de \ sal el suelo de tanto blasfemadero oficial como hay montado en toda regla, bajo el nombre de Establecimientos de Enseñanza Pública. En cuanto al ministro de Hacienda, su ocu- pación tendrá que ser tanto más laboriosa cuán- to es el encargado de redactar los Presupues- tos, y precisamente los Presupuestos son aquí, y en otras muchas naciones, quien lleva la ma- yor culpa de que el vigor del sentimiento rcli- rioso haya descendido del corazón que es don- de tiene su propio asiento, al vientre, que es la sede propia de toda impiedad. Entre muchas otras que, por no ser difusos, nos dejamos en el tintero, estas frioleras serian menester para «vigorizar el sentimiento religio- «so.« Y es así que la más insignificante de'ellas no puede cuajar sin que antes el demonio se lleve todo el conjunto sistemático de absurdos y de iniquidades que se llaman Estado Moder- no; y es así que si el sentimiento religioso no se vigoriza, no habrá viña ni olivar, ni gabeta ni Banco, ni hacienda ni vida libres de La ma- no negra. Con que... Vds. verán; que nosotros, ya desde ha mucho tiempo, lo tenemos todo visto. ? Nuestro queiido compañero el Diario de Se- villa, dice lo siguiente: «Con profundo disgusto hemos leído en nuestro 2 uerido compañero EL SIOLO FÜTÜEO que el fiscal e la causa que se sigue á nuestro estimadísimo amigo D. Ramón Nocedal por una carta publicada en dicho periódico, ha pedido ocho años y un dia de prisión correccional y multa de 1,000 pesetas. lEspcramos que el tribunal desestime la preten- sión del ministerio fiscal, y que absuelva, como pro- \ cede sin duda en derecho, 1 nuestro querido amigo. •Todo el mundo sabia que la carta denunciada no era del Sr. Nocedal; sin embargf», el director de EL SIGLO FUTURO, con extremada hidalguía, asumió toda la responsbbilídad en ei asunto. »Sí, contra lo que esperamos, el Sr. Nocedal fuere condenado, nosotros, que nada valemos, nos ofrece- ; mos gustciísimos á padecer por él la pena, ti se nos concede hacerlo, para tjue de esta manera nuestra santa causa no pierda ni Dor un solo momento á tan bravo é inteligente caudillo. >No son estas palabras va'ias, dichas para que se las lleve el viento. Es la expresión leal de almas tra- dicionalistas que r>i temen nada ni esperan más que contradicciones y sacrificio».» Si quisiéramos poner al pié de estos párrafos lo que su lectura nos inspira, llenaríamos pli«- gos enteros, y nunca acertaríamos á expresar toda la gratitud de nuestro corazón. Mas para que el Diario de Sevilla entienda cuánto agradecemos su generosidad y su cari- ño, bastará decirle que sabemos á ciencia cier- ta que, en realidad, haría lo que dice, por el cariño que nos tiene. No mayor, también lo sabe, que el que QOi- otros le profesamos. POLÍTICA MENUDA. tUn ilustre autor dramático aplaudido poco tiempo, ,.i-'_ ; A r recibió un dia la visita,1—según nos ^t^t^^'Jmf'. parcial, Ars'^^,.x.xo c-.r «de un autor en agraz que ItñUtibíi n prr un'drama en prosa. Después I ^^. '"^ « t t que le hubo examinado \ -,>

STJsoi^ioioisr EL SIGLO FUTURO - ricardomellacea.info · Ltfnés !2 d

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Ltfnés !2 d<rMáfzbtie 1883 AÑO I X ~ N Ú M . 2,391 Lu»es 12 de Marzo de i%é3

DIARIO CATÓLICO

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PUNTOS DE SUSCRICION: Administración en Madrid, calle del Turco, número iSduplicado.bajoderecSa/yV" laspric-cipales librerías de la capital. En provincias, en las principales librerías que son nuestros corresponsales.' En Púerto-Riop, D. Celestino Diaz. En Manila, D. Gervasio Memije, regente de la imprenta de Santo Tomás. En Cuba, D. Aristarco de Sancha, Paula, 52, Habana.

Para los anuncios de la Península y extranjeros, la Sociedad General de Anuncios de España, Príncipe, 27, Madrid.

STJsoi^ioioisr PAHA BBI0IH UN MONUMENTO

A DON TOMÁS ZUMA.LACÁRREGÜI,

Lista de la Jnnta. Zaragofa.

Reales.

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D. Francisco Cavero Señor conde de Robres D. Joaquin Palles D. Manuel Ibarz D. Joaquin Sacanell D. José Sebastian Cilleruelo, Ca­

nónigo D. José María Viiucua, Canónigo. D. Ramón Aranda, Canónigo. .. . D. Manuel Salinas Navarrete,

Presbítero D. Victoriano Boved D. Manuel Cabanillas D. Carlos Cabanillas Doña Margarita Cabanillas. . . Doña Emilia Ibarz Doña Filomena Ibarz D. José Bagttes, Cura párroco.. . D. Valeriano de Ledesma, Bene­

ficiado D. José Bercbé, Presbítero.. . . D. Mariano Guiñar. . ' . . , . D. Valero Castillo D. Mariano Anisa D. Mariano Grós D. Manuel Vallejo, Presbítero, ex-

zuavo pontificio D. Aniceto Victoria, Presbítero. . D. Cayetano Rubio, Presbítero. . Doña Rafaela Aparicio, sirvienta.. D. Mariano Salvo, Presbítero.. . D. Nicolás Toloss , D. Antonio Bayo. Doña María Herpes D. Joaquin Izquierdo. D. Dionisio Velasco, Pbro. . , . D. Jacinto Fortun D. Pedro Resa D. Nicolás Cambra

Ambrosio Martínez Santiago Martínez Felipe Remacha, Pbro. . . , Marcelino Herrera, Pbro. . . J. G.,

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D. Alejandro Herrera. . . D. Leandro Herrera. . . . D. Pantaleon Castellozuelo..

Belchiíe.

D. Victoriano Labucna. . D. Juan Gil D. Timoteo Labordeta. . B. José Gil Doña Cristobslina Gerda. D Ramón Bello. . . . D. Joaquin Gil Doña María Destre. . . B. Joaquin Salavera. . . D. P .R D. Felipa Ayala. . . . D. Cándido Morales. . . D. José Benedicto. . . . D. Carlos Artigas. . . . D. Manuel Ortiz. . . . Doña Tomasa Cairo. . . Xj* I • w * • • • • • •

D. V. G D. Jesús Benedicto.. . . Un carlista Un faccioso Un faccioso

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Suma. 965

Cantidades recibidas en la administración dt E L SIBLO FirrüHo.

Reales.

Suma anterior a(i54o D. Tomás Cordoo, Arcipreste de

Arnedo 20 D.Domingo Ramírez, Coadjutor

de Ídem 20 D. José Fernandez y González.. . i D. Tomás Saura 10 D. Primo Herrero, Cura Ecóno­

mo de Cervera 12 D. Ildefonso Argsin y Mayora. . 20 D. Tirso Olazabal 400 D. Ensebio Camarero 2 D. Gregorio Martin 2 Doña Catalina Rojo. . . * . . i D. Bernabé Cañas t D. Agapito Cereceda. . . . . . 10 D. Felipe Cereceda ( Doña Basilia Cura 4 D. Blas Llerena 16 Doña Ana Mería Llerena. . . . 4 D. Julián Cañas.. 16 Doña María Tobia 4 D. Manuel Martínez de Se linas. . 16 D. Camilo Blanco 10 D. Hilario García, Párroco. . . . 4 D. Basilio Diaz Canseco, Párroco. 4 El mismo por orden de D, Nicolás . Fernandez, quefaU'ció el 27 de

Febrero último á la edad de 75 años, voluntario en las dos guer­ras y que sirvió á las órdenes de Zumalacárregui 4

D. Nicolás Dato R o d r í g u e z . . . . 8 D. Fernando Ortiz y Vierna. . . 40 D. Luís, D. Salvador y D. Juan

Eiio. 300 D. Esteban Agesta 5

T»tal.. 27,49+

susoRioioisr para regalar una escribanía

A D. FÉLIX SARDA Y SALVANY. Realei.

Suma anterior. . . • 5i947'40 D. Pedro Gómez Orcña, Párroco

de Santa Lucia de Santander. . 20

EL SIGLO FUTURO MABRIB, 12 D£ MARZO DE l883

ADHESIÓN

VENERABLE OBISPO DE ORIHUELA Y PROTESTA CONTRA LOS ESCÁNDALOS IMPUNES

DE ALICANTE.

Nuestro muy querido amigo Juan de la Es­teva envia su adhesión ai venerable Obispo de Orihuela, y anuncia la llegada de otras de Oviedo, patria del l imo . Sr. Guisasola, en la siguiente curiosísima carta, sobre la cual esta misma semana, Dios mediante, nos propone­mos decir algo que es grave.

Recomendamos, por tanto, á los lectores que no olviden la carta, que hoy publicamos como antecedente necesario de lo que otro dia aña­diremos, para explicar con claridad el asunto que motiva las interesantes indicaciones de / . de la E., que no nos cogen desprevenidos.

«Señor director de E L SIQLO FUTURO. «Muy señor mió y de toda mi ccnsideracion:

^Cuando ayer he leido en su periódico la pro-Btesta que contra las indignidades de Alicante >dirigen al ilustrísimo Obispo de Orihuela don «Cándido Nocedal y otros respetables señores, »he formado el propósito, que hoy realizo, de •unirme al espíritu y letra de tan hermoso do-»cumento.

»Muchos mát harán lo mismo aquí en Ovie-»do, ciudad piadosa, y patria, por añadidura, »del ilustrísimo Sr. Guisasola, de cuya virtud, «carácter y saber tantos recuerdos conserva.

«Anticipóme, sin embargo, á los demás, no «porque les aventaje en celo, sino para decir al »propio tiempo algo de lo ocurrido en Asturias, «que se parece á lo de Alicante.

»Aludo á la guerra implacable que ciertos «periódicos de Gljon hicieron á los misioneros «Jesuítas, tan apreciados de la gran mayoría de «aquel pueblo, invadido hace tiempo por las «sectas y sociedades secretas.

»Las hojas alicantinas han sido reproduei-«das por la prensa desbordada de Gijon; pero «en honor á la verdad e« rro-i-v.- tuuiesai, que «en achaque de efoscras injurias y torpes ca-«iumnias contra los Padres de la Compañía, «sobrepujó á los federales un periódico alfon->sino y conservadorescoy titulado El Comercio, «el cual, dándose aires de culto, se introduce, «al amparo de su corbata y guantes blancos, «en las familias cristianas, y hasta es leido por ;t>aigun pobre Cura, que me trae á las mientes x>aquella frase latina: Quos Deus pult perderé tdementat.

«Pero si las hojas masónicas de Alicante ha-«llaron favorable acogida en la prensa sectaria, «en cambio, rubor decirlo causa, la notabilísl-»ma comunicación del Obispo ultrajado al «presidente del Consejo de ministros, halló «cerradas las puertas de la publicidad en la »tierra natal de su ilustrísima.

»Un católico gijonés quiso insertarla en un «diario de esta ciudad, cuya redacción se negó «á hacerlo, por temor de inconvenientes que «al parecer debían evitarse á todo trance. ¿Qué «quiere Vd. que yo le diga de semejante ocur-«rencia? Nada me atrevo á añadir, sin embargo «de que aquí paso por atrevid». o: »Pero como natural desahogo, ocúrrenseme »en este momento unas palabras que se leen en »el Evangelio de San Lucas: 'Las raposas tie-• nen cuevas y las aves del cielo nidos; mas el 'Hijo del hombre no ticBe donde recline la ' cabeza . 'Las rajjoííií, quiero decir, todo lo «malo, consigue benévola acogida en ciertos «periódicos, aunque tan sólo sea para llenar «huecos; pero el Hijo del hombre, quiero de-»cir, un sucesor de los Apóstoles, enviados por «el mismo Jesucristo, no es admitido en uno «de esos periódicos, que hay en el pueblo que «le vio nacer.

«Verdad es que se le rechaza tan sólo por evi-»tar inconvenientes; pero así y todo, aní tene-«mos á San Marcos, en el pasaje de los puercos «invadídosporlosdemonios,de que el Señor ha-«bia librado á un infeliz á quien atormentaban.

«Figúreme que tal pasaje no puede venir »más á cuento. Porque así como los genezare-»sos, en vez de agradecer al Hombre Dios pro-«diglo tan estupendo, le pidieron que se fuese «de allí, sin duda por temor de mayores incon-wenientes, por ejemplo, la pérdida de otra ma-«nada de puercos, así dicen en su tierra al se-«ñor Obispo de Orihuela; que se vaya á otra »parte, por no sé qué temores ó no sé qué in-»convenientes.

«Si este venerable Prelado viniera á su país »por motivos ajenos de su misien, seguro estoy »de que el periódico aludido, que no quiero «nombrar, no seria parco en alabanzas y fell-»citaciones á su ilustrísima; pero si viene á cu-Mar endemoniados, es muy distinto; que se «vaya á otra parte.

»Y sin embargo, al tal periódico están suscri-«tos católicos y Curas, para evitar—ellos i * 41-»cen—la propagación de otros periódicos que »andan por esos mundos con más vida y ro-«bustez que nunca.

«Sin otra cosa por hoy, queda de Vd. atento «afectísimo seguro servidor Q. B. S. M.,

«J. DE LA E . »Oviedo, 5 de Marzo de i883.»

Suma. 5,967'40

[Continúan las firmas.) LuisdeTrellesNoguerol.—Tomái Vicente Bar-

rasa.—Manuel de Burgos y Mazo.—Esteban Barra­se.—Pedro Hernanz. —Juana GonzaUz. — Sabina Hernanz González. — José Hernanz González.— Francisco Hernanz.—Juana Gibello.—Martin Ber­mejo y López, Pbro.—Juan José Fernandez, ídem. —Manuel Fernandez, id.—Antonio Tulmo, ídem.— Vidal Cruz, id.—Carlos Cruz y Rodríguez.—Ana Muñoz.—Ana Chamorro.—Manuel Martínez.-An­tonio Puerto.—José Gómez. — Lorenza Pérez.— Carmen Garia. —José Rodríguez.—Rafael Rodrí­

guez.—Manuel Caro,—Esteban Agesta.—Carmen Blazquez y López.—Josefa López Albornoz.—Vale­riana López Albornoz.—Benita Albornoz.

UUBIBL.

Antonio Manso y Sastre, Párroco.—Juan López. —José Manso.

CIUDAD-REAL.

Félix Cadavieco, Lectoral.—Higinio Maserico, Magistral.—Ángel García Rubio, Penitenciario.— Andrés Muñoz y Cañizares, alumno del Seminario Conciliar de Ciudad-Real.—Tomás Fernandez y Poblete, id.—Manuel Martínez y Rodado, ídem.— Bartolomé Freiré y Turrillo, id.—José María Gar­cía y Muñoz, id.—Eloy Fernandez Alcázar, ídem.— Miguel García y García Caballero, id.—Pedro J. Chaparro y Parra, id.—Manuel Corpas Villatoro, ídem.—Antonio Díaz Mayordomo, id.—Perfecto Díaz Cañavera, id.—Benito López de las Hazas, ídem.—Andrés Serrano y García, id.^Franeísco Lorente y Villegas, id.—Acacio del Burgo, ídem.— Fermín Ruiz Labranderas, id.—Nicomedes Galán y Fernandez, id—FcJipeSánchez Mayor, id.—Este­ban Mohíno y Muñoz, id.—Antonio Bustos y Ar-che, id,—Ramón Prado y Cabezas, id.—Manuel Soto Albarran, id.—Manuel Utrilla y Rodríguez, iiem.—Reyes Calamardo y Ballesteros, id.-Vicen­te Calamardo y Cantos, id.—Mariano Marín y Bar­ba, id.—Atanasío Araque y Morales, id.—Benja­mín Diaz Valmaseda, id.—Román Romero y Del­gado, id.—Patrocinio Gómez y Gijen, id.—Fernán, do Merchan y Mexia, id.—Valentín Cañadas y Tor­res, id.—Francisco Cadavieco y Secades.—Felipa Cadavieco.

VILLAVERDB OS MEDINA.

Pedro Ordoñez González, médico.—Florentina Sandonis.—Antonia Ordoñez Sandonis.—Juana Or­doñez Rodríguez.—Pablo Ordoñez.—Castora Ro« driguez.—Margarita Ordoñez.—Mariano Ordoñez. —Luciano Ordoñez.—Francisco Ordoñez.—Domin­go Descalzo.—María Sánchez.—Mariana Descalzo. —Vicente Descalzo.—María Descalzo.—Margarita Descalzo.—Dolores Descalzo.—Cosme Rodríguez Matos.—Inocencio Ordoñez.—Arsenia Matos Badi-" " !!*'';"''"& Ordoñez.—Gonzalo Rodrieijez Ma­tos.—Rufina Orionei.— i ornas ae la FUénle.—Ce­lestina López.—Augusta de la Fuente.—Felipa de la Fuente.—María de la Fuente.—Mariano de la Fuente.—Higinio Descalzo.—Magdalena Monroy. —Raimundo Descalzo.—Basilia Descalzo.—Juüan Descalzo.—Kustaquia Castandsl.—José López Gu­tiérrez.—Modesta Gavilán Descalzo.—Marcial Ló­pez Gutiérrez.—María Angela Olivares Gavilán.— Francisco Uiloa Hernández.—María Sánchez.—An­selmo Ulloa Sánchez.—Blas González.—Anastasia Pérez.—Juana González.—Mercedes González.—Pe­dro González.—Tomás González.—Isidoro Hernán­dez.— Margarita Matos.— Francisca Estévez.— Inocencio Matos.—Juana Garáa.—Severiano Matos. —Esteban Matos.—Zoilo Matos.—Mariano Matos. —Petra García.—Francisco Paniagua.—María Pe-drosa.—Ventura Pedresa. — Mariano Gutiérrez.— Sabina Pérez.—Anacleto Pérez.—Bonifacia Macías. —Gonzalo Arconada.—Ruperto ®rdoñez.—Águeda de la Mora,—Nicasio Alaguero.—María Mitos.— Lorenzo Alaguero.—Aquilina Sánchez.—Mauricio Alaguero.—Lino Alaguero.—Pedro Ordoñez Ala­guero.—^Julián Matos.—Jesusa Descalzo.—Ramón Hernández.—Juana Alaguero.-Águeda López.— Pablo López.—Ignacio González.—Felipe Monroy. —Eduardo Monroy.— Olegario Monroy. — Eusta-quia Alaguero.—Angela Matos.—Lucía Rodríguez. —Leandro Matos.—Aquilina Matos.—Juan Cabe­zas.—Rita Diez.—Nicasio Cabezas.—Lázaro Cabc-zas.—Tomás González.—Juana López. — Modesto Herrera.—Tiburcia Martin.—Jerónima Diez.—Be nito Sánchez.—Teodora Sánchez.—Marta Brea.— Florencio Pariente.—Victoriano Rodríguez.—Nica-nora Martín,—Eladio de Ja Luz y toda su familia. —Sabino Duque.—Pío Cabezas.—Marta Ulloa.— Felipa Ordoñez.—Petra Ordoñez.—Norberto Gon­zález.—Eusebia Seco.—Deegracias Ordoñez,—Ce­ledonio Jiménez.—Felipe Martín Ordoñez.—Juan Sánchez.—Gervasia Morada.—Nicomedes Sánchez. —Eugenio Paniagua.

REMEDIOS.

III. Dejando á un lado los órganos periodísticos

de la mesticería, con los cuales es notorio que llevamos, por decirlo así, cuenta aparte, sólo uno, entre los abiertos defensores del liberalis­mo , ha osado, como saben ya nuestros lecto­res, acordarse de Santa Bárbara al ver los pri­meros relámpagos y oir los primeros truenos de la tempestad que por hoy se llama La mano negra; sólo uno, devoto allá á su manera, y por el estilo con que los liberales suelen ser­lo, ha tenido valor para contar entre los reme­dios de la epidemia reinante «vigorizar por to­ados los medios el sentimiento religioso.*

Lo que haya querido expresar con esta frase el autor de ella, él se lo sabrá, si lo sabe; su In­tención, buena parece, y aun por tal la tene­mos; pero vehementemente sospechamos que no se le alcanza bien la extensión de su propia fórmula, y de explicarle tratamos su conteni­do, por lo que á él, y más aún, por lo que á otros convenga. Entre las consecuencias pró­ximas, y ciertamente no de las menos deplora­bles que pudiera traer á nuestra patria el ma­noteo de La mano negra, cuéntase tal vez una irrupción de pietismo, al cual abre por desgra­cia facilísimo acceso la reinante anemia inte­lectual y moral, tan dispuesta de suyo á con­temarse con cualesquiera apariencias de bien;

si tal, pues, acontece, el remedio seria mucho peor que la enfermedad, y por esto no nos pa­rece oficioso denunciarle desde ahora mismo.

«Vigorizar el sentimiento religioso.» Bien está: evidentemente algo se quiere aquí decir que nace de buen deseo; pero nosotros tene­mos un miedo terrible á todas las fórmulas in­completas ó ambiguas, y respecto de esa nos ocurre por de pronto advertir dos cosas, á sa­ber: primera, que la Religión es mucho más que un «sentimiento;» y segunda, que cuando se habla de Religión, sobre todo para propo­nerla como remedio de una dolencia social, conviene especificar de qué religión se habla, pues bien que una sola sea, y una sola pueda ser verdadera, ocurre que cabalmente una de las principales causas productivas de dolencias sociales por el estilo de la de hoy, consiste en pensar que estas dolencias puedan prevenirse y curarse por la virtud de cualquier cosa que se llame religión.

Para evitar estos dos Inconvenientes de aque­lla fórmula, nos atrevemos á proponer otra que posee el doble mérito de ser muy clara y muy conocida. Hela aquí. Precisamente coa objeto de «vigorizar el sentimiento religioso» en cierta ocasión que no dejaba de parecerse algo á la producida hoy por La mano negra, extendióse por toda la cristiandad la práctica piadosa que sigue hoy llamándose «devoto «ejercicio del santo Rosarlo.» ¿Cuál fué desde el principio, y cuál sigue siendo el fin de esa práctica? Pues en cualquier devocionario puede verse, á saber: la exaltación y propagación de la santa fé católica, extirpación de las herejías, victoria contra infieles y herejes, y paz y con­cordia entre los Príncipes y pueblos cristianos.

Aquí tenemos lo que entre católicos se en­vende por «vigorizar el sentimiento religioso.» Con frase menos popular, bien que ya hoy vulgarizada por la prensa político-religiosa, expresamos el conjunto de aquellos fines Ha­de cualquier modo que se exprese uno de estas varias fórmulas, hallaráse la ma­teria de todo un programa que abraza (permí­tasenos decirlo en jerigonza oficinesca), todos los negociados de todos los ministerios de cual­quier Gabinete, y por consecuencia, todas las tareas de todas las Cámaras legislativas. Por aquí se irá viendo todo lo que se necesita para «vigorizar el sentimiento religioso.»

Pues comenzando por el principio, que es la buena manera de empezar las cosas, hay ante todo que arrojar al fuego todas las Constitucio­nes calcadas en el molde radicalmente ateístico de cualquier sistema que erija en absolutamen­te soberanas la razón y la voluntad del hom­bre. Y esto, aunque en esas Constituciones se declare ser religión del Estado la católica, apos­tólica, romana, pues aun esta declaración mis­ma suena y huele á blasfemia allí donde el te­nor todo entero de la pública gobernación se funda, explícita ó Implícitamente, en «el detes-«table y tantas veces reprobado delirio,« diría PÍO IX, «que proclama como fuente de todo «derecho la potestad civil, y presume de some-«ter aun á la Iglesia misma á la omnipotencia «del Estado.»

Por aquí decimos que debe empezarse para «vigorizar el sentimiento religioso,» porque de lo contrario, forma sustancial del cuerpo de cada nación no será sino el Cesarismo, impe­rial, ó regio, ó parlamentario, ó democrático; y esto supuesto, la naturaleza de las cosas pide que en la conciencia pública vaya cada dia más arraigándose el culto, no de Jesucristo-Dios, Rey de reyes y Señor de señores, sino el del Dios-Estado. Con lo cual, dicho se está, lejos de vigorizarse el sentimiento de la verdadera religión, no se vigorizará sino la más abyecta y deprimente dé todas las idolatrías.

Satisfecha esta primera necesidad de procla­mar en las leyes fundamentales la soberanía social de Jesucristo, es lógicamente forzoso que en el orden civil esté siempre representada por poderes legítimos; porque si en la cima de este orden se asienta la ilegitimidad, nace de aquí una especie de contradicción entre el derecho divino y el estatuto humano; contradicción que en el acto mismo en que relaja los vínculos de amor y de veneración debidos por los subditos á la potestad secular, engendra en los ánimos cierta predisposición á rebeldía que fácilmente pueden trascender al orden religioso. La indi­visible naturaleza de esta expresión de la justi­cia que llamamos el derecho, pide que sociedad regida en el orden religioso por la soberanía de Jesucristo, lo esté en el orden civil por sobera­no que sin mentira pueda llamarse tal por la gracia de Dios.

Así restaurada la plenitud del derecho divi­no en la constitución fundamental de la socie­dad y en la suprema representación del poder público, menester seria restaurarla en todos los organismos subordinados, y señaladamente en la Familia. Sigúese de aquí lógicamente la tarea de conformar los Códigos penal y civil y todas las leyes orgánicas á las normas, no de aque­lla falsa, y por consiguiente vana moral que los pedantes y los bribones proclaman inde­

pendíente, sino de la que teniendo origen y sanción en la sabiduría infinita y en la justicia perfecta del único verdadero Dios, sólo en su Iglesia única tiene para las humanas socieda­des, lo propio que para cada hombre, maestro supremo y juez inapelable.

Con estos principios dej'amos enunciada la tarea que al poder legislativo incumbe en la obra de «vigorizar el sentimiento religioso.» Aquí empiezan los oficios tocantes al podlr ejecutivo, el cual, si h a d e contribuir eficaz­mente á «sa obra, no puede por cierto dejar en huelga, como hemos dicho, á ninguno de los departamentos ministeriales. Verbigracia, el que en España llamamos d$ Estado, no puede consentir que sin protesta suya dirigida reite­radamente á todos los Gobiernos con quieaéi esté en relaciones, continúe insuludo y opri­mido el Jefe de la Religión cuyo sentimiento s t ha de vigorizar, y mucho menos puede, sin herir con un proceder escéptico todo senti­miento vigoroso de religión, besar las manos del insultador y opresor con U misma y áua mayor finura que besa los pies del insultado 7 del oprimido.

El ministro de Gracia y Justicia, si quiere también de veras «vigorizar el sentimiento re-«ligioso,» deberla renunciar al Patronato cuya gestión le incumbe, ó no ejercerlo de modo que diese lugar á exposiciones por el estilo de la que há poco publicamos del señor Obispo de Tenerife, ó las que todos los dias con otros motivos se ven precisados á dirigir al Patrono los Prelados del Reino.

Pues ahí es nada lo que tendría que hacer el ministro de la Gobernación, si tomaba como es preciso á pechos para «vigorizar el sentl-«miento religioso,» impedir y castigar la blasfe­mia en la calle, en los^ periódicos y en varios otros sitios adonde alcanzan, ó debieran alcan­zar el brazo de la policía y l o s carros de la l im- '• pieza pública. Pero en esto de combatir la blas-(ígtí? ¿fi'ídtoráteifflíi'ieífftí^f Eñ^ot6, *umñí?f»íJ dría tanto que hacer como el ministro de Fo­mento derribando la fábrica y sembrando de \ sal el suelo de tanto blasfemadero oficial como hay montado en toda regla, bajo el nombre de Establecimientos de Enseñanza Pública.

En cuanto al ministro de Hacienda, su ocu­pación tendrá que ser tanto más laboriosa cuán­to es el encargado de redactar los Presupues­tos, y precisamente los Presupuestos son aquí, y en otras muchas naciones, quien lleva la ma­yor culpa de que el vigor del sentimiento rcli-rioso haya descendido del corazón que es don­de tiene su propio asiento, al vientre, que es la sede propia de toda impiedad.

Entre muchas otras que, por no ser difusos, nos dejamos en el tintero, estas frioleras serian menester para «vigorizar el sentimiento religio-«so.« Y es así que la más insignificante de'ellas no puede cuajar sin que antes el demonio se lleve todo el conjunto sistemático de absurdos y de iniquidades que se llaman Estado Moder­no; y es así que si el sentimiento religioso no se vigoriza, no habrá viña ni olivar, ni gabeta ni Banco, ni hacienda ni vida libres de La ma­no negra. Con que. . . Vds. verán; que nosotros, ya desde ha mucho tiempo, lo tenemos todo visto.

? Nuestro queiido compañero el Diario de Se­villa, dice lo siguiente:

«Con profundo disgusto hemos leído en nuestro

2uerido compañero EL SIOLO FÜTÜEO que el fiscal e la causa que se sigue á nuestro estimadísimo

amigo D. Ramón Nocedal por una carta publicada en dicho periódico, ha pedido ocho años y un dia de prisión correccional y multa de 1,000 pesetas.

lEspcramos que el tribunal desestime la preten­sión del ministerio fiscal, y que absuelva, como pro- \ cede sin duda en derecho, 1 nuestro querido amigo.

•Todo el mundo sabia que la carta denunciada no era del Sr. Nocedal; sin embargf», el director de E L SIGLO FUTURO, con extremada hidalguía, asumió toda la responsbbilídad en ei asunto.

»Sí, contra lo que esperamos, el Sr. Nocedal fuere condenado, nosotros, que nada valemos, nos ofrece- ; mos gustciísimos á padecer por él la pena, ti se nos concede hacerlo, para tjue de esta manera nuestra santa causa no pierda ni Dor un solo momento á tan bravo é inteligente caudillo.

>No son estas palabras va'ias, dichas para que se las lleve el viento. Es la expresión leal de almas tra-dicionalistas que r>i temen nada ni esperan más que contradicciones y sacrificio».»

Si quisiéramos poner al pié de estos párrafos lo que su lectura nos inspira, llenaríamos pli«-gos enteros, y nunca acertaríamos á expresar toda la gratitud de nuestro corazón.

Mas para que el Diario de Sevilla entienda cuánto agradecemos su generosidad y su cari­ño, bastará decirle que sabemos á ciencia cier­ta que, en realidad, haría lo que dice, por el cariño que nos tiene.

No mayor, también lo sabe, que el que QOi-otros le profesamos.

POLÍTICA MENUDA.

tUn ilustre autor dramático aplaudido há poco tiempo, ,.i-'_ ; A r

recibió un dia la visita,1—según nos ^t^t^^'Jmf'. parcial, Ars'^^,.x.xo c-.r

«de un autor en agraz que ItñUtibíi n p r r un'drama en prosa. Después I ^^. '"^ « t t que le hubo examinado \ -,>

Page 2: STJsoi^ioioisr EL SIGLO FUTURO - ricardomellacea.info · Ltfnés !2 d

iMñei 13 áe Marzo áe 1883 BL SIGLO FGTÜRO

ei cmiaeme poeta, dijo

por quitarse de encima aquella mosca: —Este asunto tiene mucho

vuelo, debia ponerle usted

en verso. Pas<$ un año, y cleru noche el ilustre dramaturgo

rccib¡6 la vitita del mismo novel escritor,

que le llevaba un drama en verso.

Ya no se acordaba el maestro dt aquel discípulo que, le babia salido, j así, tratándole como si por vez primera le viera

(óUen: por vez primera

le viera) •almces,

le dijo:—Este drama tiene un asunto realista. Debia ponerle usted

en prosa.» El Imparcial aplica el cuento ai miaistro de Esta­

do, con quien los conservadores hacen, en la cues­tión de Saida, lo que el dramaturgo con el aovel poeta.

Está bien; pero asimismo puede aplicársele El Jmparcial, con quien está el liberalismo crudo no menos cruel que los conservadores con el señor mi> niitro de Estado.

Ni en prosa, ni en verso, ni en prosa y verso con variedad de metros acierta El Impareial í dar gusto á loe scóores, como dijo un bedel de Alcalá á unos estudiantes desventurados, por no decirles que \K habian dedo un par de calabazas por barbs.

Por ganarle la palmeta á El Liberal, se puso no há mucho su padrastro á repicar el esquilón de la populachería-, defendió el Jurado, defendió el ma­trimonio civil, y tan progresista fué que hasta llegó á pedir que se llevasen á Alemania, como cosa inátil, los libros de la biblioteca de Osuna.

Como quien dice:—¿seré yo liberal? lYnadal Para que nadie Is pudiese aventajar, se desabro­

ché on dia y dijo clarito y sin rodees lo quo todos •líos sienten, aunque otros por pudor lo digan de otro modo:—Caballeros, á nosotros los que nos es­torban en todas partes son los carlistas.

jY nada! Ni el himno de Riego ni el himno de Garibaldi

fueron parte para que El liberal no prosperase, y creciese, y se llevase detrás á los amigos de El Im­pareial.

Hasta los estudiantes que vinieron un día á dar V4KCS delante de nuestra redacción, porque no nos entusiasmábamos con los dramones de Echegaray, te fueron gritando:—iVamos á B Liberal! jViva El JAberall

Y para El Impareial, nada. Qué decirle: —Eso tiene demasiado vuelo; deje Vd. la prosa. Échase El Impareial por la caüe de en medio, y

quiere competir con La Época en formal, en guber­namental y otros terminados en a).

Y vea Yd. cómo le dijeron ayer que se déjase ¿e Tcnet.

para protes­tar, según se dijo, contra toda la prensa, aunque luego resultó que la principal protesta era contra un periódico.

«Eco de la burguesía,—le llamó uno,-que hace «preciacionei contra la ortografía de los trabajado-nts, que ocupados en su trabajo, no pueden apren-d«r S escribir como los académicos.»

(O como 4.a Época, que escribe koje y ofa; ó como jía Integridad, que cscrií)e unus pastor unus oves; 6 como La Ijquierda, que escribe parce h&hes meos; 6 como El Impareial, q^c escribe repúblicas sub-américas, etc., etc., etc.)

tMaltraedor de los obreros,—le llamó otro,—y adulador de celebridades tristes á que ningún hom­bre honrado quiere parecerse.»

fDefensor del jesuitismo,» le llamó otro; y esto es para los liberales lo más terrible y cruel que se pue­de decir.

Otro dijo: «los que atacaá á £a mano negra son los mismos manos negras. Los obreros las tienen negras, añade, pero es de trabajar y de comer un pan más negro que la conciencia de un fraile».

(De un fraile de los áefeadídos, se entiende, por ese flamante defensor del jesuitistno: qae, en efícto, ¡deben ser unos frailes!)

Naturalmente, como diría La Correspondencia, leyenda estas cosas se entra en ganas de saber quién es el periódico aludido.

La Correspondencia se lo calla; pero anoche La Época, y esta mañana ti mismo interesado, decla­ran que el aludido es El Impareial.

El cual, no echa á vuelo ei esquilón de la popu­lachería.

Piro explica sus palabras con harto mayor come­dimiento del que empleó para discutir con nosotros sobre la venta de la biblioteca da Osuna.

Esto nos satisface. Las cosas se toman como de quien vienen. Y k El Impareial les que le estorban en todas

paites, los que le cargan mis que nadie, y los que estima en más oro que pesan, son los carlistas.

Por lo demás, no salieron mejor librados que El Impareial los demás periódicos liberales.

Fuera de Mencheta, para quien hubo una cita es • pecial de elegió, que le habrá compensado de los ataques parlamentarios del Sr. Bianco Rsjoy, vean ustedes la idea que de los pcrió^i^cs liberales tiene la Federación, según el rflato tíc La Época'.

«Termina manifestando que si hay periodiitas li­berales que están con los ccnservadorís y caí Hitas, e« ebligadcs porgue no tienen que comer,

»Un orador dice que si DO tienen que cenvtr se mueran, pero no hagan traición S sus principios, y el Sr. D¡8« Moreno conte&ta que él, por dar pan á sus hijos, hsce cualquier cosa.

»A pesar de su catilinaria centra El Impareial, ua obrero k pregunta socarronamente que si repre­senta á este diario

»E1 ciudadano Salas declara que la prensa y los periodistas deben morirse de hcmbre» (¡buena erra-tal) «intes que escribir coíitra sus ideas y sas prin-c pios.

«Voces: No, nc. Los pericdistas son también obreros de la inteligencia.»

Loi periodistas ¡ibersles, se entiendf. @breros de la inteligencia que aatís que morirse

de hombre, pueden escribir centra sus ¡deas y sus principios.

Por aclamación de la junta ds ayer, y sin protes-^ . ta ninguna de los periódicos hoy.

Acercóse S D. Juan Nicasio Gallego un quidara, y después de decirle media docena de majaderías

. | r í l luWai, añadió, con tono muy petulante: —Pues Vd. y yo, Sr. D. Juan, somos tocayos.

7 —íOSnao ce llama Vd.?—pregun'é el literato ¡n« tigce.

—Me llamo Gallego. — Hombre, entonces, á lo sume, seremos tocayos. Cosa semejante nos pasa á nosotros con El Siglo

del general. Cada vez que se pone delante de EL SIGLO FUTO-

BO, parece corno que el muy petulante le está di­ciendo, con las letras gordas de su título:

—¡Tocayo! Y á nosotros nos da gana de decirle: —¡Vayase Vd. á toeayear con El Tiempo^ Siglo

insignificante y minúsculo! El cual, dice muy serio: «La demagogia es osada y perturbadora única­

mente dentro de las situaciones liberales, porque cuando las conservadoras imperan, suelen apenas dar señales de vida.»

Lo que £/ Siglo dice, á la letra, es que las situa­ciones conservadoras cuando imperan, apenas dan señales de vida; porque suelen, on plural, solatacate puede concordar, dada la estructura del p£rrafo, ccn las situaciones conservadoras.

Pero lo que indudablemente quiere decir es que la culpa de las osadías de La mano negra ha de bus­carse en la situación liberal ,^e que es parte inte-grante el general de El Siglo.

No seremos nosotros quien lo niegue en absoluto. Sin embargo, la justicia exige recordar que de la

revolución de Setiembre surgieron fracasos como los de Jerez, Málaga, Alcoy y Cartagena; pero que La mano negra, tan organizada como hoy se mues­tra, no se ha dado á conocer hasta después de seis años de gobierno conservador, y bajo el imperio de la misma situación, aunque con otro ministerio.

De manera que, mirados por este lado (lo mismo que si se les mira por cualquiera otro), tan feos re­sultan los fusionistas y conservadores de esta situa­ción, como los conservadores, fusionista? y repu­blicanos de la otra.

Por la igualdad de los frutos se echa de ver que los árboles son de la misma familia.

Nuestro querido compañero el Diario de Sevilla contesta a í á ciertas impertinencias insípidas del corresponsal ó embajador de La Correspondencia ce.ca de La mano negra:

«El delicioso Peris Mencheta, corresponsal espe­cial de La Correspondencia, dice á esta ilustrada lectura de los infinitos, lo siguiente:

' Uno de los detenidos me dijo que tenia el núme-' ro 300 entre los afiliados á Za mano negra, y otro ' me iñanifestó que el número i i i . Este último es ' pariente del famoso tradicionalista sevillano Padre ' Gago.«

«Indudablemente, cuando el Sr. Peris Mencheta afirma por cuenta propia que el tal número i i i es pariente del Padre Gago, habrá visto la partida de bautismo de aquél y el árbol genealógico con las pruebas suficientes.

iNada de esto seria de extrañar, sabiendo que el Sr. Peris revuelve documentos á La mano negra en la taquilla donde los conserva el juez instructor de la causa. Quizás allí tropezó con los datos suficien­tes para sentar su afirmación.

»Pero sucede que el Padje Gago no reconoce u l parentesco, el cual, por otra parte, ningún menos­cabo acarrearía á su reputación y buen nombre,

>De quien sí fué pariente es de algún afiliado á la mano blanca, el cual, en compañía de muchos otros compradores de bienes nacionales, se dedicaba á leer malos libros y peores diarios á los pobres é inocentes trabajadores, con el propósito de liberali­zarlos y ponerlos en condiciones de entender y abrigar los planes de La mano negra.

,1 »Sin embargo, si el Sr. Mencheta presenta las i pruebas de aquel parentesco, y al Gago número 121

fe dan garrote, puede enviar el luto para el Padre Gago, quien le agradecerá le finezs. Y por supuesto, que nos avise el consabido corresponsal, si entre VQS.fty-QS_riúaneros_descubre algun. Pms á-Ua Msn-nuestro pésame por el*p'aréntesco.>

¿Parentesco Mencheta? Meneheta no tiene par. ¡Pues si que así se encuentran á pares estas lum­

breras correspondencilesl

¡Chito! ¡Silencio! ¡Que viene Garulla! ¡Chito! ¡Silencio! ¡Que vuelve á pasar!

Y de pasada, refiriéndose á la sesión cxtraor¿ína-ria celebrada por la Union Católica en el palacio arzobispal, dice todo lo que verá el curioso lector:

«Es inútil decir que, no obstante los discursos con que honramos las páginas de nuestra Revista, salimos de la mansión arzobispal profundamente disgustados. Faltaríamos á nuestro deber ocultán­dolo por consideración á las personas aludidas de la Junta superior. Aunque las respetamos, está sobre todas ellas el amor que tenemos á la causa sublime del Pontificado, el afecto que profesamos á la Union Católica, cuya existencia se comprotaeta á las cla­ras, y la veneración qae sentimos hacia nuestro Pre­lado insigne, entusiasta como ninguno del Symo Pontífice, que ha hecho grandes sacrificios por la Santa Sede, que se gloría justamente de haber es­tado siempre c^n el Papa, y que daria gustoso su existencia por Él, si faera menester, como valiente­mente repitió en la memorable sesión del dia 8 de Diciembre último.

»Sin ir más lejos, el sábado último dio ejemplos nobilísimos, que merecían seguramente mejor cor­respondencia. A pesar de que había concurrido to­das las tardes precedentes 4 la iglesia de San Isidro, á la cual dos ilustres Padres de la Compañía de Je­sús han atraído un concurso iamcnso, por el Papa y por la Union Católica privóse del gusto de ir el dia 3. Abrió, por añadidura, ios salones de su pala­cio, y, como si esto no fuese bastante, pronunció el admirable discurso trascrito, sin creerse dispensado por sus muchos años, ni per su delicada salud, ni por sus abrumadoras ocupacicnis. ¿Podía creer que los señores de la junta, encargados de preparar la sesión, se Hmitariau á pedir al señor marqués del Vadillo un discurso, siendo tantos los hombres idó­neos que, prévia:r.ente invitados, hubieran dado es­plendor á la fíesta?«

(Es de advertir que el Sr. Garulla ni leyó ni pro­nunció cosa ninguua.)

«Nos quejamos también porque aun nuestra hon­ra está grandemente comprometida. Gracias á Dios, entramos completamente de buena té en La Union Católica, y sufrimos por cl!o innumerables acome­tidas é injurias de los que dan á los intereses políti­cos excesiva preponderancic. Empero entramos en la condición iaplíoita de que se marcharía por la noble senda trajada por nuestro Prelado venerable; DE QUE SS ADOPTABIAN PROCEDIMIENTOS LEALMBNTB CATÓLICOS; de que se realizarían en favor del Papa cuando menos las cosas que se pueden hacer sin difi­cultades gravísimas; y, ex; fin, de que se irii demos­trando, no íá/o cou/'a/airíJí, sino coa hechos, que los ataques dirigidos sobre todo á los iciciadoris se­glares de La Union üatóHca, eran enteramente ia-justos. DESENOAÑOS SUFBIDOS compelieron al direc­tor de La Civilización á süir de la' junta directiva, y le obligarán, si no se muda da rumbo, á otras re­soluciones, que no quisiera tomar.»

(¿Qué se propondrá hacer ei Sr. Garulla? ¡Está terrible!)

«Nos cansamos de slzar la voz, lo quij nos trac las naturales dolorosas corsccuínciaí.>

(¿Alguna ronquera?) «Desgraciadamente lo que ocurrió el síbado se

repite con frecuencia, da una ó de otra manera. So-brc todo tratándose de honrar y enaltícer al Papa, es decir, de lo que más responde á los sentimientos é ideas, no solamente de los socios de la Ucion Ca­tólica, sino de la inmensa mayoría de ios habitantes de Madrid y de los erpañoles tados, la Uuion Cató­lica parece condeaíida, por culpa de cantaiíiimas personas, casi á una esterilidad, que nos aver­güenza.

»Hay que cambiar da sistema. Lo meaos que pue­de hacer la junta es conceder la dirección á los in­dividuos de su seno que reucen las cuiUdades ¡re-cisas para orgirázar ea loor dfl Pdadtice Rey .¡.a-niiestaeiorsís d'gaas de la causa sublime que repre­senta, y da sus merecimientos altísimos, superares á toda ponderación. De lo contr?rio, « hablará de

camarilla, diciendo que la junta invita casi cxclusi-v^mente á los que no pueden habUr ó escribir bien del Papa, porque la estimación que le profesan pa-récese á la de los católicos liberales, ni lo quieren hacer de ua modo eficaz, porque sus amores princi • pales no están en la mansión pontificia. De lo con­trario, resaltará que la Union Católica está muy por debajo de la Juventud, aunque dista mucho ésta de brillar con su prístino esplendor. De lo contrario se dirá que sus obras no corresponden S sus pala­bras, ni á sus prcmesis, ni á sus declaraciones con­tinuas.

»De lo contrario, será inculpada de gratitud hacia un Pontífice que ia betidijo más de una vez, que honró extraordinariamente á varios ÁZ SUS indivi­duos al comenzar el mes de Octubre último, y que nos regaló posteriormente la estupenda Encíclica Cum multa sint. De lo contrario, no conseguirá pro­bablemente de su dignísimo Nuncio en Msdrid las demostraciones do ffecto á que aspira, porque, para lograr, es preciso nserccer. De lo contrario, se re­cordará que antes de nacer La Union se hacia en honor del Papa h que no se hace ahora. De lo con­trario, la institución decaerá de dia eu dia, en vez de propagarse y difundirse ampliamente sCgun los de­seos de Su Excelsilud, más que por culpa de sus enemigos, por el mal espíritu, incuria é inhalilidad de algunos scfioreí, poco penetrados de que nobleza obliga, y de que, ocupando un puesto altísimo, se han de cumplir las sagradas obligaciones que impo­ne. De lo contrario, nuestro Eminentísimo Presi­dente, al aproximarse los aniversarios pontificios, organizará por sí las fiestas, sirviéndose de las per­sonas animadas de sus propios deseos tantos.

»De lo contrario, si algunos de los católicos qua nos mortifican ó zahieren, contra los cuales tanto sa habla y escribe, acuden á su Eminencia con el fia de hacer lo que nosotros no hacemos y legran la venia del Purpurado, nadie podrá quejarse ni aun con apariencias de justicia. De lo contrario, en fin, se dirá que personas de posición sociul eminente y de fortuna prodigiosa no consiguen lo que logran hacer en la Iglesia hasta los pordioseros, ó los fieles más humildes, que se han ganado la gracia inefable de Dios. ^

«Aunque podríamos añadir mucho más, lo dicho nos parece bastante, y á más de uno parecerá exce­sivo. La Civilización dice siempre la verdad, y no sigue las huellas de los que, tras cometer el pecado de preparar malamente un acto católico, convierten una cosa desdichada en una especie de aconteci­miento. Conducta puramente liberal, en virtud de la que los que la observan no serán á la postre creídos, aunque digan cosas ciertas.*

¡Caramba, y qué claro habla el Sr. de Garulla!

REVISTA EXTRAHJEEá

BL VATICANO

Ante el mundo. EatlDeuishe Tagblatt, periódico oficioso de Ber­

lín, se leen, bajo el título: «León XIII entre dos ca­minos,» las siguientes lineas:

«Quiera Dios que León Xlll justifique las gran-»des esperanzas que concebimos de Él en 1878.»

El Journal de Rome escribe con este motivo: (León XIII justifica en absoluto, á los ojos del

mundo católico, las graníes esperanzas que, al co­ronarse, se concibieron. Ha trabajado por el bien de la Iglesia universal con Inalterable prudencia, con firmeza invencible. Ha conservado fielmente el de­pósito de las tradiciones de la Iglesia, y ha hecho respetar de todos su autoridad elevada.

•Así, pues, justifica las esperanzas que hizo con­cebir á los gobiernos. Y si no, ¿á cuál de ellos no ha ofrecido los pacíficos socorros de la Iglesia? ¿Ante cuál de ellos, en medio de los peligros que le asal­tan, no acudió su caridad? ¿Qué regicidio, qué sedi-cioc, qué revolución no ha condenado? ¿Cuándo fal­tó su influencia augusta para el mantenimiento del orden, de la paz, de la concordia en !/• —•--••• ¿v uauTiau ua akaJiuu ci r a<iic oauco Ijs manitesta-clones de los Estados? ¿Cuándo no ha contestado cuándo no se anticipó á sus llamamientos?

»¡Ah! Si los gobiernos esperaban que León XIII hiciera traición á los intereses que le están confia­dos; si contaban con que pactaría con los enemigos de la Iglesia, que permitiria á ios Estados usurpar los sagrados derech-^s de Cristo, que entregarla los católicos á su arbitrariedad y los intereses puramen­te políticos le determinarían á abandonar algur.a parte del santo patrioMuio, cuyo depósito tiene, ¡ah! no. León XIII no ha justificado sus esp:rarizas, y Dios no querrá que jamás las justifique.

»E1 Deutsche Tagblatt presenta á León XIII como fluctuando entre dos cacoinos ¡N. , nc! León XIII, ni vacila ni tiene dos caminos. El Vica­rio de Cristo jamás se coloca en encrucijadas. Sigue las huellas del divino Maestro, y esa huella no es doble ni extravía á los que la siguen. Ella conduce al sucesor del Príncipe de los Apóstoles, ora á los hosannas de Jerusalea, ora á las agonías del Calva­rio, pero siempre por el camino de Dios. Los Papas no dudan nunca.

«Cuando á ejemplo de su maestro, alguna poten­cia quiere tentarlos, y los lleva á la mpntaña, y les ofrecen sus tesoros de la tierra, á condición de que renieguen de la misioa divina, no responden sino: Vade retro.%

Ante el Quirinal. Según noticias venidas de Roma, la reivindica­

ción explícita y formal del poder temporal del Papa, hecha por el Padre Santo en su discurso dirigido al Sacro Colegio el viernes anterior, ha producido en las altas esferas gubernamentales de Italia vivísima irritación que II Diritlo, órgauo titular del Sr. Maa-cini, denuncia desembozadamentc al público.

Este periódico, que aconsejó siempre la supresión del cuerpo diploinático acreditado cerca del Sumo Pontífice, y á quien perturbaba el cerebro la posibi­lidad del restablecimiento de relacioacs entre ¡a Santa Sede y Prusia, espera que las palabras pro­nunciadas por el Padre Santo inspirarán al príncipe canciller la resolución de suprimir nuevamente la legación prusiana.

«La alocución del soberano Pontífice, dice II Di­ritlo, debia producir necesariamente en Alemania un sentimiento ds disgusto; la prensa de Berlia está casi unánime en colocar las palabras del Papa ?I lado de las del jefe de los intransigentes católicos, M. Windthorst, En la corte de Prusia, el descon­tento contra el Vaticano aumenta, por crmsiderarse excesivas las prcteasioncí ds León XIII, y probable es que el eco de estas impresiones haya llegado hasta M. Schloezer.

«Si antes de ia situación ían característica creada por el Papa, habia suficientes elementos para rom­per las negociaciones con ia Iglesia católica, y bus­car en ti Parlamsí^ti de Bjrlia una bass m5s coa-forme con las aspiraciones de Alsmacia, el gran canciller puede ahora, sin c! raenor escrúpulo, con­siderarse librs ds todo comp.'oo5!so con respecta al Vaticíino.

»Jamás, coccluye II Diritlo, se vio mis justificada la aplicación de las leyes de Mayo que después ds la alocución pontificia que o/ende á todos los gobier­nos civilizados, y reivindica el poder temporal. Así es que no bastará suspender las negociaciones, será justo y oportuno romperlas por completo.*

espíritus de los hh.-. que, impacientes por demás, ven alejarse la hora tremenda de huridir en la sitas de sus furores el trono glorioso de San Pedro.

Y en efectv; ¡as auaisncias oficisks que t eren lu­gar todos los í>ñ--.s en el paiacio pontificii» por el aniversario de ia coronacioK del Soberano Pontífi­ce, y que se inaugusaion ti dia 2 cea !a ríct-pcio,! solemne del Sacro CoUglo, se han contipu>.df, lic-n'iUdo sus descripdosies las columnas de ¡05 diarios católicos. Un dia es recibido el gan raaestre de ia Orden soberana de Malts, y otros y eiros su:csi\'<i-meiite lo son también los miembros del cuerpo di­plomático. En los últimos números de ia prei¡sa pe­riódica lícmos que Su Santidad se ha ¿ignado reci­bir una diputación de la diócesis de Nancy, ai rec­tor del colegio Belga, y á un Canónigo de Cambr: i, el Sacerdote Boucharr, con la particularidad de que cada uno de estos dos últimos ha depositado en ma­nos del Soberano Por.tíficc una suma igual ¿s I25.0C0 francos para ti Dinero de San Pedro, sumas reccgidas en las arshidióccsis de Maiit!-;s y Csm-brai.

Lo cüal, como sa comprende bien, exacerba ea tales términos los reacores de las confraternidades simbólicas que no teaiea descubrir iooprudeate-meftte su jusgo, comprometer al gobierno italiano ante las nacinies deseosas de conservar la paz eu­ropea á todo trance, y exponer al ludibrio de las geticraciones futuras la monarquía que quisieren rcpublicanizar, y acaban per exponer con sus des-aíáertos al mayor de los desastres posibles.

APUNTES DE LA REVOLUCIÓN PBANCESA.

Cámara de los diputados.— 10 Marzo. El ministro dtl Interior, 5r, Waldech Rouseau,

contestando al diputado bonapartista Casagnac, dice que si mañana se celebra nuevo meeting, el gobier­no hará respetar ¡a ley como hizo ayer. Llama la atención sobre la satisfacción manifestada por los órganos monárquicos con motivo del meeting.

El Sr. Casagnac protesta y dice que toda la res­ponsabilidad de los incidentes ocurridos pertenece álos republicanos. Cree que los amistiados no ha­cen más que comenzar la agitación.

El Sr. Waldech hace constar que no son los ver­daderos obreros los que saquean las tahonas, aña­diendo que la jornsda de ayer pasó sin emplear la fuerz?, pero que si un dia los partidos hostiles se agitan, el gobierno cumplirá su misión.

La orden del dia sin comentarios aceptada por el ministerio, se aprueba por unanimidad por 406 votos.

£os socialistas. Anunciábase el sábado que los anarquistas se pro­

ponían celebrar un meeting en la plaza del Hotel de Viile, y efectivamente, se fijaron convocaciones en las esquinas, y el gobierno se preparó convenien­temente para impedir la realización de los propósi­tos anunciados con porm inores muy estrepitosos y alarmantes.

Mas lo ocurrido se limitó á lo siguiente: A la una se notaba bastante afluencia de curiosos

en la plaza del Hotel de Ville. Las avenidas estaban ocupadas por agentes de orden público.

A la una y media, diversos grupos de gente sos­pechosa invadió súbitamente la plaza. Los agentes la mandaron evacuar. No hubo resistencia.

A las dos, nueva invasión por otro grupo deursas 1,500 personas.

Los agcütes, auxiliados por 15 caballos d¿ la gu¿r-fiir^tTviinirin-,1 desDCJaroii ia plaza.

GiacG ajboroíídorcs fueron eresos. Lüs grupos rechazados de la plaza del Hotíl de

Ville S9 encaminaron á la plaza del Treno, la cual estaba también guardada por la policía, temiéndose manifestaciones en ella.

Nótase la presencia de muchos curiosos £.1 sus avenidas,

A las cuatro la circulación estaba completamente interrumpida en la plaza del Hotil di Ville. Las avenidas obstruidas por numerosos grupos de cu­riosos.

En la plaza del Trono completa calm?, sin que ocurriera nada notable.

Los piquetes de caballería, colocados por preven­ción á la cabeza de los puentes de la Coacordia y de los Inválidos, regresaron á sus cuarteles á las des y media de la tarde. En resumen, muchos curiosos y pocos manifestantes. Quince de éstos han sido presos.

Hay q\jiea suponga que las demostraciones veri­ficadas han sido globos de ensayo para la grande manifestación del próximo domingo.

La Agencia Fabra telegrafía que los periódicos monárquicos protestan enérgicamente contra las acusaciones de los republicanos, de que los promC' vedores del meeting de anteayer fueron personas de los partidos legitimistas y bonapartistas.

LA H E A C O I O N .

Por la vez segunda, en el espacio de quince dias, la bandera blanca ha flutado en la Gran-Combe, en la cima de la montaña de la Poamarédc.

El sitio DO puede estar mejor elegido. Es un punto domisante, y los habitantes del Valle

contemplan á su gusto el domingo ios pliegues de la bandera gloriosa que, durante siglos, condujo les ejércitos franceses á la victoria y al honor.

En Lila se euarboló una nueva bandera blanca en el ángulo de la calle Colbert, luciendo allí hasta las ocho de la mañana. Según la costumbre, la policía no dejaría de llevarla al ayuntamiento, donde se reúne ya una cantidad considerabls de modelos del emblema realista.

En Bezieres, por último, una grande bandera blanca, adornada con cuatro flores de lis, se izó por la noche en la verja de la subprefectura.

La policía se encargó de retirarla por la mañana, cuando la población estabasatiifechi del espectáculo.

Como se nota, el gobieriso italiano contesta por sí propio á las protestas frecuintemcate hechas de su buena voluntad, de su correcto preceder respecto al Vaticano. Quisiera romper la valla que lo comieae, y no pudi:ndo llegar al límite de sus ambiciones y i odios, procura alentar, en cuanto puede, las locas I iras del ilustre eafcroio de Varzin, y aquietar los |

LA üONFaaBNCli-DK LÓNDHBS.

Sin que ri;sp-n«damos de su exactitud, vi>tas hs contradicciones con que sn los ú timos dias vitUá la noticia circulando, potíciaos decir, con referencia á L6ndres, qae la ccnferencia rei.nida en la metró­poli británica para reglamentar definitivamente la navegacicn del Danubio, celebró su sesión última el sábado ic.

Añádese que todos los deícgadus de las potencias estaban presentes.

Sa asegura qae han sido fira.a los los protocoles sin excepiion, y, por último, que los gobiernos re­presentados en la conferencia, muéstranse satisfe­chos de k s resultados de ésta.

¿Y la oposición ruda de Rumania? Nada se dice ds ella.

aOBTSCHAKOFF.

El príncipe Gortschakoff, cuyo hijo mayor, el príncipe Migue!, es representante de Rusia en Es­paña, falleció ayer en Badén, scgua despacho de aquella ciudad.

El canciller ruso contaba c cheuta y cinco años de edad, y era descendiente del fundador de la monar qala moscovita.

Desde muy jóyea figuró ca el cuerpo diplomStico,

I tmes i r de Marzo de 1883 • 11.1 • • ! - I Mil. III l i , l IJIIÍI..U.I ...... . J . . - . - . J

representando á su país en Italia en i83o, pero ad­quirió su importancia al phntearsí en 1854 la cuer-tion de Oriente.

Desde 1860 su preponderancia en la políti* a rusa es notorin, dirigién-iola como canciller y primer ministro del imperio.

En ia úitima guerra contra Turquía acompañó ai czar, tomando luego parte en la conferencia de San Stéfano y en el tratado de Berlín.

Al advenimiento dd nuevo emperador, se apartó de la política activa por causa también del estado de su salud.

El príücipe Gortschakoff habia sido condecorado en 1857 con el Toisón de Oro, y en 1875 con la grandeza de España.

COMÜNDOBBOS. No es para sorprender la noticia de que el primer

ministio de Grecia falleció ayer, según participan de Atenas.

Tiempo hace que se desesperaba de poder restau­rar su salud, absolutamente perdida.

La Cámara de los diputados acordó se hicieran por cuenta dd Estado solemnes funerales.

MOTIGiAS LA MANO NEGRA.

Para protestar contra ciertos periódicos, y para explicar su actitud con la Mano negra, celebraron ayer una junta los obreros de la Federación Regio­nal Española.

De la reseña del meeting federado-rcgional de ayer ea el teatro del Recreo, que publica un perió­dico, tomamos lo siguiente:

La reunión.—Da principio á las tres meaos cuarto en uno de los salones del teatro del Recreo, y desde luego hemos sufrido una decepción; porque, creyen­do encontrarnos con gran número de obreros, sólo unos ciento, poco más ó menos, hay en el salón, y los restantes, hasta i5o ó 200, pertenecen á lo que, dado el lenguaje hoy en moda, pudiéramos llamar burguesía.

Preside el obr¿ro Juan de Mata Cordovés. Es un joven moreno, de aspecto simpático. Viste

de americana y pantalón oscuro y corbata negra. Al lado del presidente se hallan dos secretarios,

uno joven con bigote y mosca, y el otro con barba negra, es también joven, aunque representa más edad. Ambos vistea decentemente y se llaman Fer­nandez y Arazo. , ,• .

La sesión.—El presidente, manifestando «.objeto de la reunión, dice que se limita á fijar la línea de conducta de la Federación Regional Española en frente de ciertos actos llevados á cabo en Andalucía, y protestar de algunas declaraciones de una parte de la prensa española, que ha revelado hechos que sólo á los tribunales de justicia importa conocer, y de loi cuales no se hacen solidarios los trabajadores afiliados á esta Sociedad, que sólo trabajan legal-meate por la emancipación económico-social da la clase obrera. . .

Se lee la siguiente proposición: «La comisión aquí reunida, nombrada por dife­

rentes obreros, algunos de ellos en representación de Sociedades de trabajadores, conformes todos con los priftiipios, orgariizacion y objeto de la Federa­ción Regional Española de trabajadores, protestan de la conducta de una parte de la prensa española, que coa una ligereza censurable ha confundido ac­tos que no deben calificarse, puesto que de ellos en­tienden los tribunales en esta momento, y de los cuales ea manera alguna se hacen solidarios lostra-bajanores aquí rüprescatados, que hasta el momento sólo han empleado los medios que la ley les concede para trabajar por su completa emancipación econó­mico-social.»

El compañero Luis Ruiz, pregunta á la Mesa si la comisión que ha convocado esta reunión es produc­to de la organización regional ó ha obrado por cuenta propia.

El presidente dice que es producto de la organiz*-cion y al mismo tiempo que ha convocado á esta reunión por su propia iniciativa, puesto que se tra­ta de un acto que á la Federación interesa.

Se suscita un animado debate e-niáre el presidente y el compañero Raíz, en el que éste, después de ne­gar la consecuencia, y habiendo oído el sonido de la campanilla del presidente que le llamaba al orden, dice: ¿Es qae aquí se va á ahogar ia palabra? ¿es que se va á repetir lo que en una noche célebre? Si esto se pretende, me retiro, y conmigo deben hacerlo to­dos los que estén conformes m>a el lema de nuestra bandera.

(El compañero Ruiz y todos los que como él pien­san, abaadonan el local.)

El compañero Daza se levanta á recomendar la armotiía entre los asociados, para lo cual aconseja que se respeten los actos de la junta, porque perte­neciendo á la Federación Regional, son todos com­pañeros, y por consiguieate deben acallarse las pa­siones en bien del propósito que todos persiguen.

Se presenta una proposición pidiendo que los tra • bajadores declaren que no conocen los secretos de las soci«dades criminales que se persiguen en An­dalucía y protesten de la conducta de gran parte de la prensa, que ha pretendido relacionar la sociedad colectivista de obreros con La mano negra y otras sociedades criaiiaale':, cuya persecución correspon­de á los tribunales de justicia.

El Sr. Melia, autjr de la proposicioo, la df.fiende en términos enérgicos, manifestando que los ideales que h Asociación de trabajadores persigue, y cuya bandera lleva escrita» las palaUcas moralidad, anar­quía y colectivismo, no puede confundirse en mane­ra alguna con las sociedades crimiaaUs que atenían á la propiedad y á la libertad de los ciudadanos honrados. (Aplausos.)

El compañero Fernandez pronuncia algunas pa­labras en apoyo de li proposición, protistando de las declaraciones de ua periódico de gran circula­ción, que ha faltado—üce—irrespetuosamente á la verdad. (Alude á El Impareial.)

El compañero Daza protesta de la prensa merce -naria de la burguesía, y dice que los principios que ellos persiguen son tan santos, que si las leyes no los toleraran, como los toleran, se abiiriaa paso sus ideales á través de obstáculos y aun ds resistenciar. (Aplausos.)

Prenuncia también algunas palabras, y califica duramente á un periódico, obligando al presidente államgrk al orden.

ES compañero Ladislao Martin dijo que sin acu­dir al puñal ai al fusil, y luchando al amparo de las leyfs, los ideales aaárquico colectivistas se desen-volverás katamente, como se desarroilaa todos los principios qae en su esencia llevan eí*gérmcn ds la justicia. (Aplausos.)

El compañero Fernandez invita á la prensa pre­sente á que manifieste su opinión en este asunto, como más ilustrada que los pobres obreros que han intervenido en la cuestión.

El Sr. Mella estudia la cuestión de Andalucía, y pide á la prensa que, en vista de la escasez de tra­bajo en que se encuentran los obreros la mayor par­te del año, proponga las reformas necesarias para llevar la tranquilidad y el sosiego á aquella región, que hoy se halla tan hondamente perturbada (otro periódica dice que citó en su apoyo como autoridad á Peris y Mf acheta).

Page 3: STJsoi^ioioisr EL SIGLO FUTURO - ricardomellacea.info · Ltfnés !2 d

HSS m i l i

Lunes 12 de Bfarze de i88| «L SIGLO FUTURO Luaes is de Marzo de 1883

El compañero Trelles, redactor de La Montaña, Tuelve por los fueros de la prensa independiente, y cita varios periódicos que lian puesto la cuestión en «u verdadero terreno, > la estudia con gran sentido práctico. (Aplaoses.)

(La coacurrencia ha aumentado bastaate, pudien-do calcularse en unas 3o© las personas que hay en este momento entre curiosos y afiliados.)

El Sr. Salas (andaluz) dice que no es colectivista ni pertenece á la Asociación; pero como nacido en aquel país, explica la cuestión y las C8u$as de las so­ciedades criminales, diciendo que el hambre y sólo el hambre es la que impara y origina aqueüas re­uniones criminales.

Se declara sociaüsta, y examinando el ssunto bajo el aspecto político, entiende que no es posible que haya moralidad en Andalucía, donde el jornal es á veces de doce cuartos.

Termina declarando qu^ los ciudadanos de Cádiz sotí tan dignos, ítan morales y tan honrados como los de otras provincias, y que si hay algo que los di ferencie es el hambre. (Aplausos.)

El ciudadano Diaz Moreno protesta contra un pe­riódico de gran circulación que d-fiende el jesui­tismo.

Dice que les trabajadores no pertenecen á La mano negra ni puede decirse que sus manos negras, aunque las tienen más que la conciencia áe un fraile, sean criminales. (Risas.)

Defiende con energía í los periodistas y pide la libertad de la prensa, único medio de qu$ ésta pue­da reflejar sus ideales, que ton los de la opinión pú­blica. (Aplausos.)

El ciudatto Salas declara que la prensa y los pe­riodistas deben morirse de hambre antes que escri­bir contra sus ideas y sus principios. (Voces: No, no. Los periodistas son tsmbien obreros de la inte­ligencia; protestas, rumores.)

El Sr. Martínez pronuncia algunas palabras en defensa de la prensa.

El presidente da por suficientemente discutido el punto y levanta la sesión; pero vuelve á abrirla para que un compa&ero apoye una proposición verbal é incidental.

£1 compañero Garrido se adelanta de entre el grupo apiñado á la puerta de entrada, acércase á la mesa y con entonación vigorosa, expresión enérgi­ca y frase culta, pide que se ncmbre una comisión que redacte una protesta contra todos aqaellos pe­riódicos que, confundiendo ignominiosamente á la honrada clase de los trabajadores con la asociación criminal titulada Z« mano negra, desconocen los principios de la Asociación regional, ofenden á los ccmp^erof jr faltan descaradamente á la verdad.

(Grandes aplausos arrancan las palabras del com­pañero Garrido, que representa unos cuarenta y cinco años, tiene simpático aspecto, viste decente­mente, revela un temperamento nervioso, y al ha­blar, con la capa terciada y el sombrero en la mano, draiuestra en su actitud y en el acento que da á sus palabras, )a justa indignación de que se halla poseído.)

La asamblea acuerda por unanimidad qus sea la Mesa la encargada de redactar la protesta, £ inme­diatamente el compañero presidente dio por termi­nado el acto.

Eran poco más de las cuatro.*

noticia ó un acontecimiento; habrá algo de fantásti­co y algo de novelesco, buscado acaso de propósito para dar interés á cualquier vulgar 6 insignificante SQceso, 6 producir sensación por medio de cual­quier leve noticia, ó á falta de ellas de gravedad; pero en el fondo, la situación es digna, muy digna, de llamar poderosamente la atención, y de acudir á ella con medidas y con recursos extraordinarios, enérgicos é inmediatos; las circunstancias son gra­ves, gravísimas; va« agravándose, sin duda alguna, á medida que los días pasaa, y los remedios no se presentan bajo ninguna forma. Crea el gobierno que no hay exageración; que una idea equivocada sobie ¡Li situacñrn social de esta provincia, ó una errónea apreciación de su estado, que dilate la re­presión de los vuílos que las sociedades lecretas anarquistas van tomando, puede acarrear desgra­cias sin cu;nto, y hssta un formidable cataclismo.

1 Mañana será tarde quizá»

mente por telégrafo con el juez de Arcos, y que ha decitiido que salga para aquella población el señor fiscal.

»E1 descubrimiento de este crimen ha causado aquí mucho efecto; porque hay no pocas muertes alevosas y con circunstancias terribles, de las que no se tiene más detalle que el que ofrece el cadáver ensangrentado, y nada se sabe de los criminales. El temor, nacido de la exagerada idea del poder de los malhechores y de la peca acción de los tribunales, ha hecho hasta ahora enmudecer muchas lenguas que se irán desatando, á medida que veas la entere­za y la energía de la justicia.»

De ctra carta también de Jerez, que publica tam­bién El Correo, fecha 9, tomamos lo siguiente:

«Anoche á la una llegó la fuerza á Arcos que ha­bía salido de esta ciudad á aquella, pedida, según después se ha sabido, por las autoridades, en vista del estado ds intranquilidad que allí reinaba, y principalmente por los temores que abrigaban de que se trataba de asaltar la cárcel en que se custo­dian tantos presos ae importancia, y escarcelarlos á viva fuerza, alterando ail gravemente el orden pú­blico.

• Las tropas, cuando llegaron, rodearon el edifi­cio, 6 mejor dicho, casa que sirve de cárcel, y to­maron las deniás posiciones que se estimaron con­venientes, á fin de evitar cualquier tumulto, cosa que se consiguió en el acto. A las cinco de la ma­drugada llegaren también á aquella ciudad las fuer­zas de la Guardia civil que hablan salido de esta á las once de la noche, á consecuencia de nuevos tele­gramas, y á las siete de la mañana de hoy volvieron á salir conduciendo 79 presos, de los que en aquella se hallaban, y entre ellos vienen algunos cuyos tra> jes revelan cierto bienestar, y la expresión de su rostro gran malicia y despejada inteligencia; y una mujer bastante joven y no fea, acusada de ser pro* pagandista de las ideas de la Internacional. Por el pronto han desaparecido algún tanto los temores de' próxima alteración del orden, pero la intranquili' dad moral de aquellos habitantes continúa siéndola misma de todos los dias, si no mayor, por ser mu­chos los que se hallan complicados en estos asuntos y descubrirse cada día más afiliados y más crimina­les proyectos.

ilgualmente se ha dicho de público que muchas familias de Arcos se habian visto precisadas á despe ~ dir las criadas que en sus casas tenían, por haber llegado á s« conocimiento que el Tribunal popular

/enia entre ellas alguna influencia, y en su virtud se disponían á envenenar á sus amos por las órdenes recibidas de aquel, noticia que también corría por muy válida en Jerez días atrás, y que afortunada­mente no se ha confirmado por nkgua hecho.

De Arcos escriben á El Globo: <As£gúras8 por aqui que una parte de los proce­

sados aseguron con una serenidad increíble en sos declaraciones y careos, que el objeto de k sociedad secreta era robar, asesinar, incendiar y otras linde­zas. Parece que está comprobado que veinte seccio­nes de la Intercacional se separaron del resto de la sociedad, formaron los nuevos reglamentos de La mano negra y del Tribunal popüli^r, organizaron la sociedad secreta j funcionaron por en cuenta^ Crée­se que la mayor parte de los asociados de aquí están presas. Un peligra que se corre en estos tan intrin­cados procedimientos: hay en Arcos, Jerez, Sanlú-car y otros puntos, obreros afiliados á la Internacio­nal que no han querido afiliarse á las sociedades se­cretas; hay también muchos que no han querido afiliarse ni á ¿a mano negra ni á la Internacional. Estos últimos tienen sobre sí el odio de ambas aso-eiaciones, mayor para ellos quo para los burgueses,*

ma, ha dado por resultado la captura de 33 perso­nas, sospechosas de pertenecer á la asociación secre­ta. Han ingresado en esta cárcel, habiéndoseles co­gido documentos importantes y estatutos hasta aho-ra desconocidos.

Ha regresado de Madrid el presidente de esta Au-díeiicia, Sr. Hernández Arbizu.— Vargas.»

De El Imparcial de ayer: f JxKss, 10 (5*40 t&rde, recibido á las 10 de la no­

che).—Han sido retratados los procesados principa­les en las causas de Blanco y Nuñez, unos separados y otros en grupos. También han tomado croquis algunos dibujantes de ios patios y la fachada princi­pal de la cárcel de Arcos, cuyos grabados se publi­carán en La Ilustración Española y Americana.

He tenido ocasión de ver y conversar con Isabel Luna, que es acusada de propagar las ideas socialis tas y procurar la orga|iizacícn de los trabajadores en la comarca de Setenil.

Es natural de Belaocaz, tiene 13 años, de mirada viva, lista como un lince y de fisonomía simpática. Se expresa con gran soltura y desenfado, pero cor-tésmente. Era, según dice, moza de labranza; pero esto no me parece cierto, porque además de un tra­to bastante distinguido, tiene las manos blanquísi­mas y cuidadas. Niega haber hecho la propaganda que se le atribuye, no está amedrentada por hallarse presa, y espera ser puesta muy pronto en libertad.

Se engaña en esta esperanza; mañana será trasla­dada á Is cárcel de Cádiz. Ignoro sí ejercerá la in­fluencia qvie ite la atribuye ^tre los asociados por sus atractivos personales, facilidad de palabra y energía de corazón.

Al despedirse, dijo ccn mucho gracejo: «Con vuestro permiso,....* frase corriente entre intema­cionalistas. En la causa contra Nuñez, á pesar de la actividad del juez de instruccien, se retardará bas­tante la vista en juicio oral, por una causa descono­cida.—El corresponsal.

—JíHsa, 10 (9*10 noche).—A consecuencia del re­ciente descubrimiento del terrible atentado de que hablé en mi telegrama de anoche, en este momento acaba de salir con dirección á Arcos el teniente fis­cal con objeto de proceder á la exhumación del ca­dáver de la víctima, y á practicar tetras iavestiga-ciones en vista de la declaracicu precitada por Anto­nio Durin y Gil, preso por el jefe de la Guardia ci­vil de Arcos.

Se asegura con insistencia, que aittes de ahora han desaparecido muchos trabajadores añliedos en la asociación, cuya existencia estaba comprometida por haberlos condenado 6. muerte el tribunal popu­lar por el delito de traición.

La causa de Blanco de Benaocaz está muy ade­lantada, y es probable que ti lunes pase al fiscal para la calificación.

Circulan algunas proclamas subversivas. — El corresponsal.* _ _ _ _ . , = _

De una carta de Jerez que publica El Correo, fe­cha 8, tomamos les siguientes párrafos:

tSe teme que el orden pueda a'terarse en esta úl­tima ciudad (refiérese á Arcos), ya con el protesto de la multitud de presos exiitentes en su mal segu­ra cárcel, ya con cualquier otro, porque la verdad es que en estos últimos dias se han ido aumentando en aquella todos los elementes perturbadores del sosiego público que no han podido haber los tribu­nales, según afirman las noticias que diariamente se reciben de Arcos, Vilkmartin, Ubtique y otros pueblos áe ksierra.

»Son actualmente les verdaderos focos ds la con­juración anarquista, y po es extraño: en esas pobla­ciones hay escasísimas fuerzas, menos policía y nin­guna vigilancia: los trastornadores, por consiguien­te, se hallan más seguros y pueden más á sus anchas reunirse, coiicertar y proponer sus proyectos más ó menos criminales.

>EstB noticia, que he comunicado por telégrafo demostrará á Vd. que la situación es grave; que na da se ha mejorado con las medidas ordinarias toma­das hasta «1 día; que después de todo se reducen al nombramiento de un juez especisl en esta ciudad y algún aumento de la Guardia civil, insuficiente; que no es exagerada la pintura que hacemos los corres­ponsales de periódicos de Madrid venidos aquí, ni exageradas las impresiones que otros que no son corresponsales comuniquen; podrá hiber alguna exageración f n la manera de referir .6 detallar una

Be otro telegrama del mismo periódico: «La guardia rural que manda el Sr. Pérez Mon-

forte ha descubierto hoy un nuevo centro de afilia­dos á La mftne negra en el cortijo de Lomopar^o, ocupándoles varias armas de fuego y blancas y do-cumentús y fíliacioaes de los juramentados. Se da mucha importancia á esta captura verificada por seis guardias rurales.

También han sido presos otros tres por indivi­duos del mismo cuerpo y con análogas circunstan­cias en la ermita de la AUina.

Sigue, pues, dando que hacer La mano negra.»

:

Dice ün periódico: «Se ha reconcentrado en Villanueva de]a Serena

la Guardia civil de Castnera y Don Benito, con mo­tivo de las prisiones de afiliados á La mano negra de aquella localidad, donde las tendencias del prole­tariado fueron siempre más bien hacia el absolu tismo.

>Un tal Pérez del Villar pidió permiso al alcalde de Villanueva para crear una sociedad de jornaleros con objeto de mejorar su situación. £1 gobernador de Badajoz, á quien pasó la solicitud, pidió los esta­tutos. En esto vinieron les sucesos de Andalucía y se pidieron datos del tal Pérez y de los socios. En casa del primero, que se halla ausente, se han en­contrado listas de asociados y una proclama socia­lista. Las prisiones heehas sen ja, y es posible que pasen de ipo las que faltan.»

Dice La Andalucía, de Sevilla, que era objeto de las conversaciones del público el hecho de haber re­cibido varias personas muy conocidas en esta ciu­dad diferentes anónimos, en los cuales se les dirige terribles amenazas i nombre de La mtno negra, y se les previene que depositen en los sitios que se les indican diversas sumas.

' A El Dia escriben de la misma ciudad con la pro­pia fecha:

«Cuando los ánimos se tranquilizaban esta ma­ñana con las noticias de Arcos, se extendía el rumor del descubrimiento de los autores de un crimen, que hasta ahora había permanecido sumido en el misterio. Hace unos cuantos meses, en el de Agosto, dicen los informes, se batl5 en las inmediaciones de Arcos el cadáver de un hombre asesinado; no se pudo saber quién había cometido el crimen, y sólo por detalles admirables de sagacidad y prudencia, el teniente de la Guardia civil pudo ir fundando las sospechas qne habia concebido respí-cto-á un suge-to. Cuando astas sospechas se convirtieron en reali­dad, el teniente de la Guardia civil mandó á buscar al que creía culpable.

>Para po alarmarle, ni darle lugar á la prepara­ción de la mentira, le llamó cpn el pretexto df que le creía cómplice ó autor de un robo de ovejas. Nada sospechó el interesado; su conciencia no le acusaba de un robo qus, en efecto, no existia, y compareció ante la presencia del teniente de la Guardia civil, con la indignación honrada del que se ve bajo el peso de una calumnia.

»E1 experto oficial le interrogó acerca del robo de las supuestas ovejas; el acusado, como es natural, negaba.

—Yo no sé de lo que me habla Vd,; aquí hay un error lamentable; yo no sé nada de esas ovejas de que Vd. habla.

—Es verdad, dijo en un brusco cambio el tenien­te, hábil conocedor del corazón humano. Tú no has robado esas ovejas, pero tú has matado á Fulano de Tal, tal dia, á tal hora, de tal modo, en tal parte.

Y rápidamente le englobaba los detalles del cri­men, mientras le abrumaba con la mirada.

—¡Jesúsl exclamó aterrado el criminal ante aque­llas inesperadas palabras, que resonaban en su al­ma, y caj6 redondo en el suelo.

«Cuando volvió en si estaba aterrado; le parecía, sin duda, que su víctima salía de la tumba para des­correr el misterio en que había envuelto el ciímen.

^Parece que declaró todo; pero que dijo que si mató fué por salvar su vida, que iba á quitarle en cumplimiento de una sentencia del tribunal de se­creta asociación, el muerto.

«Este suceso ha ocupa,4o al presidente de esta Au­diencia, Sr. Barroeta, que h^ conferenciado larga-

De una cirta de Jerez que publica también El Ghbo, tomamos los siguientes párrafos:

«Casi todos los trabajadores de la finca de don Eduardo Freyre, tratados con gran bondad por el dueño, estaban afiliados, y el principal de ellos, León, era hombre de confianza del Sr. Freyre, has­ta el extremo de ser el que, por encargo del mismo, acompañaba á la señora é hijos en los paseos que daban alejándose del caserío y %tL los que no podia acompañarles el Sr. Freyre por sus quehaceres. Es verdad que esto, en vez de ser raro como debiera, ha sido común en este hecho; Otro rico propietario, D. Vicente Romero, fundador y dueño de la impor­tante colonia establecida es el ville, tenia un criado de gran confianza, qui lo acompañaba á todos aque­llos sitios en que el asQO creía poder existir algún peligro, pues este sirviente antiguo,—creo de unos treinta años de servicio en la casa,—era un feroz afi­liado y el designado para dar muerte al dueño, que tanta confianza le otorgaba.—Don Tiburcio Barre­ra, otro propietario regularmente acomodado, tenia sentencia de su muerte, de la que habia de ser eje­cutor un guarda de sus tierras, á quien también dis • tinguia.—Otro propietario, D. Dionisio Montene» gro, supo con harta sorpresa que se hallaba entre los criminales presos un criado, á quien otorgaba gran confianza, y al cual encargaba la custodia áe su señora é hija en las temporadas que se hallaba en la hacienda.

>Por distinto estilo citarS otro caso. Entre lot sir­vientes que el citado anteriormente Sr. Freyre tiene en la finca de la Parrilla desáe la fecha en que la adquirió, se cuenta f I llamado Santos, antigua sar­gento de artillería, que sirvió i las órdenes de aquel y en quien justamente tenia depositada toda su con­fianza. Cuéntase respecto de este fiel criado, que co pudíendo conseguir los afiliados en aquellos con­tornos á La mano negra hacerle perder la confianza que merecía de su amo, hablan jurado su muerte; para lo cual estaban ya designados los encargados de ejecutarla, que según parece eran tres, debiendo su salvación á que sólo concurrieron dos al sitio donde debía haber sido víctima, y la falta del terce­ro les inspiró desconfianza, lo que aconteció, por fortuna, poco antes de ser descubiertos los crimi­nales, no dándoles tiempo para realizar su malvado designio.

«Como dato curioso, debe consignarse que los criminales que atentaban contra la vida dd citado fiel sirviente, tenían ya hecha la designación do la sala ó habitación del predio de la Parrilla, doade habian de celebrar sus sesiones luego qne desapare­ciera el criado Santos, que tanto les estorbaba, sien­do uno de los más decididos en cometer el asesinato otro antiguo sirviente llamado Mateo, que también habia servido fielmente, acompañando varias veces al dueño, y trayendo y llevando dinero de Jeréz.>

De La Correspondencia: (JKBBZ> 10 (8*5o n., recibido á las doce).—Se ase­

gura que entre los documentos encontrados recien­temente figura una alocución al ejército, recordan­do á los militares que son hijos del pueblo y, como tales, deben ayudarles en la empresa que ellos con­sideran tanta de la abolición de la esclavitud, la dis­minución de la miseria entre las clases obreras, y la propaganda de las ideas socialistas, en ios cuarte­les y en los palacios, en la humilde choza del traba -jador y en el palacio del magnate, aunque para rea­lizar este propósiro anarquista sea preciso apelar á medios violentos, que repugnan á la razón y á los principios de humanidad.

Parece que la alocución termina de la manera si­guiente: ¡Viva la laternacionall [Abajo los privile­gios! ¡No más esclavoil

Es una declaración de guerra al capital,>

Leemos en los periódicos de anoche: «Ayer aparecieron en Segovia sobre las fachadas

del palacio episcopal, gobierno civil y otras casas, grabadas manos negras blandiendo un puñal.»

Los federados regionales de la reunión del Recreo han enviado á varios periódicos liberales la siguien­te protesta:

«Por acuerdo de la asamblea pública de trabaja­dores identificados con las ideas y principios que sustenta la federación regional española, le dirigi­mos la siguiente manifestación tomada por unani­midad:

«La asamblea pública de trabajadores reunida en el teatro del Recreo el domingo 11 del corriente, conformes todos con los principios, organización y objeto de la Federación Regional Española de tra­bajadores, protestan de la conducta de una parte de la prensa española, que, con una ligereza censura­ble, ha confundido actos que no deben calificarse, puesto que de ellcs se entienden los tribunales en este momento y de los cuales en manera alguna se hacen solidarios los trabajadores aquí representa­dos que están conformes con la lioea de conducta adoptada por la organización anarquista de la fede­ración española, que hasta el presente sólohaem-> pleado los medios qne la ley concede para trabajar por -a completa emancipación económico-social.»

»Y que por acuerdo de la misma Asaniblea le • munícamos, para si tiene á bien insertadlo en Us cplumnas del periódico de su digna dirección.

»Salud y emancipación social. -«Madrid, 11 de Marzo de 1883.

«Por acuerdo de la Asamblea,—La comisión. Es copia.—Presidente, Cordovés.—Secretario, F.

Arazo.—Secretario, E. Fernandez.»

Del mismo: «Siguen haciéndose detenciones y capturas, y hoy,

por ejemplo, se prende i 26 juramentados en h$ in­mediaciones de Grazalema, ayer tres en tal ó cusí cortijo, y mañana sabe Dios cuántos y dónde si El mismo no lo remedís.»

Hé aquí los últimos telegramas de El bnparcial: . (JsBfez, a {7 n.)—El tfikiiente López Millan, jefe de la Guardia civil de I9 línea de Arcos, auxiliado por el jefe de policía de aquella localidad, ha captu­rado á tres leguas de aquella población á otro de los asesinos del jornalero Olivera.

Tanto este detenido como el anteriormente preso, están convictc» y confesos del crimen. El asesinado dej(i en la mayor miseria á su viuda y dos hijos.

Es objeto de muchos coraentarios en los círculos de esta ciudad el extraordinario celo é incansable ac­tividad de las autoridades judiciales y Guardia civil y ryral, que contrasta rotsb'emcnte con la parsi­monia de las autoridades Superiores civiles y admi­nistrativas, al parecer poco dispuestas á secundar la acción de aquella:.

Las censuras alcanzan también al gobierno por no facilitar el cumplimiento de ciertas órdsnes ex­pedidas aquí y relacionadas coa los jefes de La mano negra.

Se calcula que pasa de dos mil el número de fe­deradas presos en las cárceles de la provincia de CáfSiz desde que se sorprendió el movimiento socia­lista y se descubrieron los crímenes cometidos.

La generalidad de Ifts gentes, creyendo insuficien­te el castigo de los asesinos, entieade que es necesa­rio que el gobierno proceda por cuenta propia con objeto de extirpar de raíz el internacionalismo, utilizando para coaseguirlo la cooperación de los grandes propietarios.

Muchos atribuyen el crecimiento ds la asociación y la adhesión á ella de gran número de trabajadores & los malos tratamientos de los capataces, de quie­nes dicen los operarios que explotan el capital y el trabajo, llamándoles además verdugos de sus com­pañeros.

Insisto en afirmar que el estado de la situación es grave; pero, á pesar de esto, se supone que hasta el mes de Abril no ocurrirá nada rerdaderamente se­rio. Se confirma que la guarnición tendrá pronto considerable aumento.—¿/ corresponsal. - —JKRÉZ, II (10*30 noche).—El capitán Olivar ha dado otro golpe á los socí»listas. Acompañado de la Guardia civil, capturó anoche á 25 en la cercana er­mita de Cartaja. Acaban de llegar i3 detenidos pro­cedentes de Jardilla, término de Jerez.

Creo que el jefa de este grupo se llama Andiés Ji­ménez Barreo. E* hombre de aspecto arrogante y dominador carácter. Se le supone depositario de importantísimos secretos de La mano negra.

Todos los presos llegaron atados codo con codo, Al entrar en la ciudad, se formaron grupos de tra­bajadores, que permanecieron silenciosos mientras pasaban aquellos.

El espectáculo ^ra sombrío y más imponente que nunca

Los presos fueron conducidos al Cabildo antes de ser trasladados á It cárcel. Al detenerlos se les en­contraron documentos, armas en gran cantidad, se­llos, pieriódicos y folletos. Se dice que pertenecen á la (ociedad titu^da «Union de trab;ija¿orcs del campo.»

Parece que entre los presos hay ^res jefes de gru­pos decuríales, los cuales permanecerán incomuni­cados asta mañana, que serán interrogados por el juez especial. La cárcel vuelve á llenarse de compli­cados. Se sospecha que mañana ingresarán en ella otros que se persiguen sin descanso ^or mandato judicial.

Se sabe qne, procedentes de punto desconocido, llegaron á Arcos más afiliados á la asosiacion. Los de Ubrique dan muestras de irritaron y se mueven -en visia de las persecuciones de que son objeto ios de otras comarcas cercanas.—£/ C9rr?íf ?««/.»

R E L I G I O S A S .

La comunidad de religiosa» concepdonistas fra«« ciseas de San José de esta corte, reunidas en el mo-nasttrio de la Concepción J erónima, calle de Tole­do, número 41, piso segundo, continúa con el¡mayor ardor «n la empresa d« adquirir el proyectado con­vento que tanto necesita, contando con algunos ade­lantos en los fondos que á este fin se van depositan­do de los donativos particulares, y de las suscricio-ncs mensuales con que muchas almas piadosas con­tribuyen generosamente.

Con vivos deseos de conseguirlo cuanto antes, la actual Abadesa, Sor María Juana del Corazón de Je­sús, en nombre d« la comunidad y de nuestro excel • 80 Patrono San José, humilde y encarecidamente ruega y pide una limosna á los señores y señoras que se honran llevando el hermoso nombre de José, | y á cuantos tienen la dicha de ser devotos del gran Patriarca; asegurándoles le será un obsequio muy agradable lo que gusten dar para tan grande y be-néfiea obra, que podrán entregar en el torno de di­cha casa; y si quieren suscribirse, allí también lo pueden hacer, siendo recompensados con oración perpetua á que se obliga agradecida la comunidad, y con toda clase de prosperidades y bendiciones que enviará del Cíelo el poderosísimo Esposo de la Ma­dre de Dio» á todos los que en algún modo tomen parte en ayudar á la iglesia-convento y colegio dt San José, según se proponen sus necesitadas hijat.

Termina haciendo un naevo llamamiento á lagt* nerosidad de España y declarando qua se niega fc continuar la reclamación.

Un despacho recibido aquí dice que del vapor Navarre, que se perdió anteayer, no se han salvado más que el contramaestre, diez marineros y cinco pasajeros de las ochenta personas que iban á bordo.

Nueva-York, 11.—El New-York Herald anuncia que una horrorosa tempestad atraviesa el Atlántico á los 40 grados de latitud Norte, llegando á las cos­tas de la Gran Bretaña, Noruega y Norte de Fran­cia, del 12 al 14 del corriente. Grandes témpanos do hielo cruzarán del Sudeste al Noroeste. Las borras­cas en el Atlántico serán huracanadas. Es probable que los efectos de la tempastad se dejen sentir en las costas septentrionales d¿ España.

(RKOIBIBOB i. ÓLTIUi. HOBA..)

Londres, 18.—El Datíy.Jüem dice que Inglater. ra ha decidido proteger á los indígenas del África central contra los boers.

Se cree que esto dé lugar á nuevas compliea* cíones.

El Standard publica un despacho del Cairo anua-ciando que el general Hichs saldrá en breve coa dirección á K^ref, á orillas del Nilo Blanco, donde espera encontrar á las tropas del falso profeta del Sudan.

Abdel Kader continúa impidiendo que los rebel­des hagan nuevas incursiones mantetiiéadose á ori­llas del Nilo Azul.

Paj>is, 18.—La tranquilidad es completa. Para el domingo próximo se prepara una gran manifesta­ción.

Luisa Michel es acusada de saqueo al frente de una turba armada, de violencia contra los f gentes de ¡a autoridad, de gritos sediciosos y de excitacio­nes centra el gobierno constituido.

Las penas que establece el Código para estos do-litos varían de cinco años de cárcel á veinte de tra­bajos forzados.

Hoy se presentará por el gobierno S la Cámara un proyecto de ley sobre ios carteles y contra el abuso de los emblemas sediciosos.

Paris, 12.—Continúa la tranquilidad. Se han he­cho cuatro prisiones más de revoltosos. Luisa Mi-chil se ha escapado al extranjero, segua ss assguraj

El gobierno se ha negado á los deseos del príncipe de Krapotkine, de variarle de prisión.

El meeting que se prepara para el domingo pró­ximo, será también prohibido por el gobierno.

La princesa de Hohenlohe, cuyo marido fué em­bajador de Alemania en esta capiul, se ha ausenta­do de Parí», indignada por los insultos de que fuf objeto por parte de las turbas que el viernes detu­vieron su carruaje.

La pretua reprueba casi unánimcmeBte las manl<* festaciones.

Los periódicos intransigentes dicen que quiea debe poner remedio á la miseria de París, es el í juntamiento y no el gobierno, de quien no se pue^ de esperar nada.

COT. OFICIAL DEL la DE MARZO

rcimot rüKtiWM*

4 p « r lOOlnteiisr. . . {dem id. pequeños. < . ídem id. fin corriente.. . ídem id. fin próximo.. . 4 por too exterior. . . . Deuda amortiz.—Inlt/ior. ídem id.—Exterior. . . Obllg. ferro-car. 500 ptts ídem id. de 5,000 pesetas. ídem de Alar á Santander. Carreter .-Abril 1850.-6010 ídem de 3i Agosto i$5¡t. . Obra» públicas.-JHlie i858 Deuda del personal. . . Resguardos CajaUepóiiios Deuda amortíz. 4 por íoi,. ídem id. pequeño».. . . Bono» del TcsOTO. . . Obligac. B.» y T."—mter. ídem id. exterior. . . . ídem «obre prod. Adnaws ídem renta de A. de Cuba BiUeies Hipotec. de Cuba. Oblig. munic;, 250 ptas.. Céd. hipotecar. 6 por 100. Idcmal 5 por 100. . . . Bill. B. Hipotec. 6 por loq Acciones pancode España ídem Banco de Castilla. . ídem Híspaao-Gdionial. . ídem Banco Agrícola.. .

Cambios, Londres á 90 djf. . . • París i 8 d p r . . . . . . Habana * • P u e r t o - R Í « o . . . . . . Manila.» • . . . . •

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DE CALAMIDADES. Se ha descubierto en una csfa deSan Martin de

Provensals útiles de falsificación de billetes del Ban­co de Francia, de los de 5o francos. Los billetes ocu­pados son J 38. También se han ocupado bastantes monedas de oro y plata falsas.

El miércoles intentaron secuestrar en el pueblo de la Alameda (Málaga), al alcalde D. Abundio Burgos, Lss crimiqíiles, que son: José Avila (a) Marica, Francisco Fernandez Marín (a) El Manco y José Avila Arrebola (a) Bernardilo, fueron presos por la Guardia (jivil, que además persigue á otros tres in­dividuos complicados en este secuestre.

De El liberal: «JBREZ, II ( i i ' i o n.).—La expedición de la Guar­

dia rural y civil que anuncié en mi anterior tele^r^-

&CIKKCIA TABRA

Londres, 10 (vía Vigo).—Se ha publicado la cor­respondencia cambiada entre España é Inglaterra, acerca de la cuestión Maceo.

El último despacho del conde í« Granvillc, minis­tro de Negocio» extraiijeros, está fechado el 29 de Enero último.

Dice que la expulsión de Maceo de Gibraltar, de­be atrihyirse únicamente i un error de la» autori­dades de aquella plata.

LA CIENCIA CRISTIANA Segtmda serie

R E V I S T A Y B I B L I O T E C A .

La Ciencia Cristiana se publicará los 4i»s i5 y úl­timo de cada mes, en forma de cuadernos de 64 pá­ginas. Las materias comenzarán y concluirán cada año, formándose dos gruesos tomos.

La Biblioteca de la Ciencia Cristiana comenzar! á repartir en el próximo me» de Marzo lo» cuader­nos correspondientes á los meses de Enero, Febrero y sucesivos de las obras que ha empezado á publi­car, vista la aceptación grande con que el público ha correspondido á este pensamiento, llamado á sos­tener y fomentar en España los buenos estudios.

Las dos primeras obras que ha preparado, son la más positiva recomendación de La Biblioteca de la Ciencia Cristiana: EdTvaild'i'í&f^logía Funda-mental o Apologética, del sabio aUmaft Francisco Hettingcr (autor de la Apología del O-istianismo), obra no sólo necesaria y útilísima para los Semina­rios, en los que es de esperar sea adoptada coino tex­to con grandísimo entusiasmo, sino para los sábioa en general, y para todas las personas que amen loe buenos estudios; v la Historia general de la Igle­sia, del Cardenal Hergenrttiher, obra acabadísima, monumento vastísimo, que resume la ciencia y erudición de todas las historias publicadas. La me­jor recomendación de esta obra, cuya importancia f utilidad la hacen interesante así para lo» eclesiás­

ticos como para los seglares, así p'ara fl sabio maes­tro corno para el discípulo, así para el jurisconsul­to corao el teólogo, la ha hecho de la manera más elocuente el Papa León XIIÍ, sacando al hurntlde ^ Presbítero HergenrBther, autor de la obra, déla hu-míld* condicioA ie profesor de S?mmario, k la a l» dignidad cardenalicia, revistiéndolo con la sagrada pñrpura.

Precios de suscrieion de la Revista y Biblioteca. En la Península, 20 PKSBTAB al año, si el pago et

anticipado y directo, y 24 pesetas si por medio de corresponsales.

En Cuba, Puerto-Rico y Filipinas, 30 pesetas si es directo el pago, y 35 pesetas sí es por medio de corresponsales.

La suscticion separada á la Invista y á la BtfrWe-teca, 10 pesetas y 12 en la Península, y lipesetas y 18 fuera de ella.

Ea vista de la escasez del Clero, se admitirán sus-cticiones y renovaeiénes por seis meses.

Los pagos, tanto de lo» soscritore» como de los corresponsales, han de ser precisamente adelanta-

= dos, por medio de letras ó libranzas 4 la orden de c I D. Antonio Qnile?, calle de Villanueva, n.to%<^ir QA

Page 4: STJsoi^ioioisr EL SIGLO FUTURO - ricardomellacea.info · Ltfnés !2 d

•^a.v

Lunfts 12 de Marzo de Í883 ÉL SIGLO #ÜTÜt6 Luges j2 de Uaxzg dfjB^s

N O T I C I A S D E L T E M P O R A L . Anteayer nevó «n Valladolíd, ATila, Ovieíio, Bur­

gos, Scgovis, Vitoria, Corpña, Santander, Zamora, Salaiaanca, Saa Sebastian, Pamplona, Logroño y Zarsgf.za:

Llovió tisj sóíoen Paims. —E« Oi'iítd'j, áesde el vifcrfles al arsochecsr con

peqntños intert^aios, ha nevado, alcaoíando una al­tara de 85 centím*tros.

El correo llegó con mucho retraso S la capital de Astadas, S pesar de dirigir la correspondeccia por cl puerto por medio de peatones y nn carrito.

Con Pajlaros sólo mantienen comunicación teie-gfráfíca por la línea áe Santander.

Los trenes que anteayer salieron de Ovieéo para clpncitode ¡os Fierros, no habrán llegado & su destino á consecuencia 4e la nieve. Lo propio acon­tece con los 4e Gijon.

—De Reinosa comunicaron el sábado, recibiéndo­se, antéáhocibe el telegrama, que durante 1a noche anterior no habla dejado de nevar, y qtíe entre Quintanilla y Santander seguía nevando á las doce áel día, continuando el viento Norte.

El termómetro estaba muy bajo, y la temperatu­ra msrcaba 5* bajo cero.

Las mSquinas exploradoras habían circulado du­rante toda la noche entre Mataporquera y Bar­cena.

En Pozazal alcanzó el sábado la nieve metro y medio de eltura.

En Santander, un metro. Se han adoptado toda clase de precauciones para

U circulación de los trenes. —La nieve caida anteayer en Bilbao media i5

cectimetros de altura sobre los rails de la línea fér­rea; 20 centímetros en Arrigorriaga y Miravalles; 34 en Areta, y 46 en Inoso.

GACETILLA Ayer & las siete de la mafiona se perpetró

un robo de bastante consideración en el BcZar de las

Infantas, sito en la calle de Fueocarral, búm. 18, consistente en diez docenas de boquillas de ámbar, por valor de 3.000 pesetas, ocho gemelos de teatro, de oro y marnl; inanidad de pulseras, doce cajas de corbatas, cuatro docenas de dovocionaríos de piel de Rusia, y varias piezfis de tela de seda, sin que á estü hora hayar, sido descubiertos los autores del hecho que, vaiéndose de una ganzúa, penetraron en el citado establecimiento por una puerta que pone en comunicación el mismo por el portal de la casa.

Hablemos algo de Mencheta. Según varios periódicos, éste ha recibido la si­

guiente intimación: «El Trivunal popular internasional de esta co­

marca á zentcnsiado en zu reunión que acaba de se-lebrar al Gefe de la Guardia Sivil Oliver por zuz infame proceder y verdugo para el ezterminio de nueztra onrrada y rejeneradora azosiícion por 5.' vez á la pena de muerte y azu dezcuarrisamfento' zi llega i cayer en poder de nuestro aliadoz fé ti in* fame Mínchela por embustero y ser ezpia de lo$ti-raooz burgueses y ezplotadorcz de carne umana á la mizma pena como juzto caztigo á tu perversidad y ma!os zentimientos.—Afucraz de Jerez á 7 de Mar­zo.—Bl presidente.»

Aunque esta intimación parece más bien obra de algún chusco que de La mano negra, el Sr. Men­cheta, para sacarnos de cuidado, hi enviado un tele­grama S La Correspondencia con el sólo objeto de comunicarla que vio en la cárcel al maestro Rulz, y éste le estrechó la mano, diciéndole: «Dios le dé salud.»

También ha remitido el siguiente, con el cual pa­rece nos quiere revelar que está lleno de sstisfac» clones:

(He conferenciado, dice, con la detenida Isabel Luna, joven agraciadísima que, según de público se dice, cosechaba partidarios para la revolución social en Arcos ds la Frontera. Esa gallarda muchacha niegi pertenecer á la asociación secreta; pero dice, á quien quiere oiría, que su novio es uno de los que se hallan detenidos y que en realidad es por voca­ción internacionalista, partidario de la anarquía, de la federación y del colectivismo.

(Mañana será trasladada á Cádiz.»

Sumario del último niLmero de la (Revista Po* putar:

(Texto: Cuaresmales: V. Higiene espfritual, por F. S. y S.—Sección piadosa: Indicador cristiano: De cómo el Salvador llevó la cruz á cuestas, por fray

Luis de} Granada .—Doctrina muy eportuna.—Pia-Union de San Miguel Arcángel.—Crónica general. — Bibüograffa, por F. S. y S.—Suscricion popular hispan» americana en favor del Romano Pontífice pobre.

Grabado: Remordia]ie^.t^ deludas.

SENADO.

SesioH del 10 de Marjo de i883. Abierta á las tres, bajo la presidencia del señor

marqués de la Habsna, se lee y aprueba el acta de la anterior.

Ei señor vizconde de Campo Grande: Haciéndose eco de la reclamación de algunos ayuntamientos, pregunta al ministro de la Gobernación por qué lis­tas se veriflcarin las próximas elecciones munici­pales.

El señor ministro de la Gobernación: Como para la época en que se veriñquen las elecciones no esta­rá discutida y aprobada la nueva ley municipal, las elecciones de concejales se harán con arreglo á la l*y vigente de 1877, utilizándose por lo tanto las mis­mas listas que sirvieron hace dos años.

Continúa la discusión del dictamen de colonias. Se aprueba hasta el artículo 5.1 después de algu­

nos debfttes, habiéndolo sido el ultimo por 34 votos eontrá lo-

Tomaron parte en los debates los Sres. Suarez Inclan, García, Torres-Cabrera, ministro de la Go­bernación, marqués de San Carlos, Barzanallana y JoYc y Hevia. • S e levanM la sesión á las cinco y media.

CONGRESO.

Sesión del 10 de Mar^o de iS33.

Se abre la sesión á las tres y cuarto, bajo la presi­dencia del Sr. Posada Herrera.

El Sr. BaUguer apoya su proposición de ley pi­diendo la creación de un ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes.

Lee el preámbulo de la proposición, en el que su autor estima de urgente necesidad la creación del referido ministerio, tanto más, cuanto que según sus cálculos, no se aumenta en un céntimo el presu­puesto de gastos.

El señor ministro de Fomento reconoce que real­mente las múltiples atenciones que pesan sobre el

ramo de_ Fomento, son superiores á sus fuerzas; pero entiende que si esto es verda i, no lo es menos que es innecesaria ocupar la stencion de otra inte­ligencia para consagrarla únicamente al fomento de la enseñanza, por no habar este ramo, desgraciada­mente, alcanzado el desarrollo que implicsria la aprobación de lo que pide el Sr. Balaguer.

Tampoco se conseguiría con la creación de ese ministerio lo que el Sr. Balaguer estima; porque en muchas ocasiones habría que recurrir ál ministerio de Estado.

Por otra parte, en Francia, en Inglaterra y en España mismo, los ministerios se han creado por real decreto, y por estas razones yo aconsejo al se­ñor Balaguer que retire su proposición, ó en todo caso, al Congreso que no la tome en consideración.

Rectifican ambos oradores, y se desecha la pro­posición por II» votos contra 30.

Continúa la discusión sobri las indemnizaciones de Sáida.

Una adición del Sr. Gutiérrez de la Vfga, des­pués de defenderla su autor, es desechada por io5 votos contra 22.

£1 señor conde de Monterron consume el primer turno en contra ds la totalidad, y le contesta el se­ñor Laserna, por la comisión.

El Sr. CeJleruelo consume el segundo turno en contra, y le contesta el Sr. Moret.

Se levanta la sesión á las qcho y media.

BOLETÍN RELIGIOSO Dia 13.—San Leandro, Arzobispo de Sevilla, y

San Rodrigo y San Salomón, mártires. San Leandro nació en Cartagena, siendo hermano

de San Isidoro, San Fulgencio y Santa Florentina. Joven aún se hizo monje, trabajando mucho en coa tra del arrianismo. Fué luego elegido Arzobispo de Sevilla, y procuró la extensión del Orden benedicti-1x0 en España. Logró la conversión de Hermenegil­do, y asistió á un Concilio de Toledo y dispuso otro en Sevilla, en que manifestó su virtud y su ciencia. Mayor de ochenta años, y habiendo regido su igle^ sia más ds cuarenta, murió, siendo sepultado en la basílica de Santas Justa y Ruñna y después en la ca­tedral de Sevilla.

CULTOS. — Cuarenta Horas en la Encarnación, donde sigue la novena de Dolores, predicando el se­

ñor Asís Méndez y D, José Morales. Se hará proce­sión de reserva. Continúan las demás novenas y sete­nas en el Carmen, Montserrat, San Marcos, Jeróai-mas, Comendadoras, Visitación, San Justo, Done-dos, Florida, Cristo de la Salud, Atocha, San Luis y Alarcon; y por la noche en Chamberí, San Ignacio, Maravillas, Cañiznres, oan Martin y San Ginés, y predicarán los señores anunciados.

En los demás templos lo harán: en San Sebastian, los Sres. Amat y Montalban; en San Marcos, el se­ñor Lamana y el Padre Mollina; en Jesús, los seño­res Bocos y Cano; en los Servitas, D. Felipe Berme­jo y el Sr. Pelaez; sólo por la tarde en la Capilla Real el Sr. Yüilla; en las Recogidas, el Rector; en San José, el Padre Pardo; en la Paloma, el Sr. Vi-laseca; en las Arrepentidas, D. José Vigier; en la Es­cuela Pia de San Fernando, el Padre Alarcon; en Portugueses, el Sr. Bocos; y por la noche, en San Pedro, D. Santiago Yubero; en San Andrés, don Pedro Martin; en San Lorenzo, D. Evaristo Sán­chez; en el Buen Suceso, D. Luis Vidal; en la Pasión, el Padre Lainez; en el Caballero de Gracia, D. Lo­renzo Delgado; tn Nuestra Señora de Gracia, D. Vi­cente Rodríguez; en Santa Isabel, el Sr. Bocos; en Santiago, el Padre Pompitio; ea Santa María, doa Luis Biezma; en el Espíritu Santo, D. Joaquín Ri­zo. En los Naturales habrá Miserere como los mar­tes anteriores, y será orador D. Federico Pete* Juana.

La Misa y Oficio son de San Leandro. Visita de ¡a Corte de María.—Nuestra Señora de

los Remedios en San Ginés, ó de la Salud en San José ó Santiago.

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