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SPRING 2018 RESEÑAS DE PUBLICACIONES
Estreno invita la colaboración de sus lectores en la crítica de libros; los que quieran contribuir con alguna reseña deben dirigirse a la profesora Jerelyn Johnson de Fairfield University ([email protected]). Las casas editoriales y los autores están cordialmente invitados a enviar ejemplares de sus libros de teatro. De preferencia incluiremos libros de crítica y ediciones con estudios introductorios. Los libros se pueden enviar a: Dr. Jerelyn Johnson Department of Modern Languages and Literatures Fairfield University 1073 N. Benson Road Fairfield, CT 06824
De mutuo acuerdo y otras obras menudas. Diana de Paco Serrano. Introd. Wilfried Floeck. Madrid: Ediciones Irreverentes, 2015. 121 pp.
Con De mutuo acuerdo y otras obras menudas, de la Colección Teatro,
Ediciones Irreverentes (Premio a la Mejor Labor Editorial 2014 de la
Asociación de Autores de Teatro), y obra ganadora asimismo del I Premio
Irreverentes de Comedia, la dramaturga murciana Diana de Paco Serrano nos
regala nuevamente una comedia aguda y divertida que nos invita a mirarnos con humor y
compasión. El volumen integra los títulos De mutuo acuerdo o el concierto del hombre con un
abrigo pegado a la piel, Menudencias, compuesta por una selección de situaciones hiperbólicas, y
Lapidarius, pieza en un acto inspirada en las figuras de Don Quijote y Sancho.
De mutuo acuerdo o el concierto del hombre con un abrigo pegado a la piel, surgida, como la
misma autora nos explica, de un texto breve previo escrito para su representación, “al que se le han
añadido escenas producto de la improvisación de actores y de indicaciones, sugerencias e ideas por
los directores y la autora durante los ensayos”, fue estrenada el 11 de junio del 2015 en el teatro
Romea de Murcia, con dirección de María Ángeles Rodríguez y Jorge Fullana, y música original y
letras de Eliseo Garrido, Susana y Kurror. La obra, en tres actos y un epílogo, combina música y
texto para presentarnos la historia de un hombre que, guitarra española en mano, sale a la escena
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para compartir con el público las intricadas situaciones de sus divorcios y hacernos testigos, con
grandes dotes de humor, de nuestra capacidad de supervivencia en situaciones extremas, y del valor
de compartir una buena charla con un amigo, en este caso su único amigo, su compañero de la
celda a la que ha llegado en un último intento de recuperar el cariño de sus hijos. Azarosa vida esta,
que compartirá con el público entonando sus melodías de bar en bar este cantautor incondicional
enamorado de la vida y el amor.
Menudencias es un conjunto de seis obras breves, cuya lectura dramatizada se realizó el día 13
de febrero del 2015 en el Museo de Bellas Artes de Murcia, y que, como la pieza anterior,
comienza con un romance. Esta nos ofrece seis miradas al comportamiento humano para acercarnos
con una sonrisa a momentos de nuestros avatares actuales con piezas como “El asegurado”, en la
que acompañamos a Lola cuando nos cuenta cómo su esposo recorrió consulta tras consulta todas
las especialidades, tras haberse comprado un seguro médico para hacer uso letra por letra de todos
los servicios; o “El Monominimalista”, en la que Salvador quiere ganar un concurso de monólogos
para dejar el banco y ser siempre para todos “SSSSSsilvador” el monominimalista.
Lapidarius nos presenta a dos hombres subidos en sendas bicicletas estáticas en algún lugar de
encierro, en el que crean su propia realidad rodeados por espejos cóncavos y convexos que
deforman las figuras en la habitación vacía en que los encontramos. Desde ahí Sancho y Joaquín
galopan acompañándose, en esta pieza cargada de resonancias literarias, y encuentran a Dulcinea, o
ella a ellos, a quien le regalan su flor- Moñigus Lapidarius-, desde entonces una flor de los tres que
les unirá aún más en esos lazos de compañerismo estático.
Así, la fuerza de la imaginación cierra un volumen con el que la autora nos vuelve a hacer
partícipes de la magia de la palabra y del humor, y del poder de teatro que nos invita a mirar el
mundo y a nosotros mismos desde otra perspectiva, dejándonos, como estas piezas de teatro breve,
con una sonrisa con la que seguir acompañándonos.
Nuria Ibáñez Quintana University of North Florida
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Espacios urbanos en el teatro español de los siglos XX y XXI. Edición de Cerstin Bauer-Funke Hildesheim, George Olms Verlag, 2016. 459 pp.
Fruto del coloquio internacional del mismo título –celebrado del 26 al 30
de junio de 2014 y organizado por la editora de este volumen, la reconocida
hispanista Cerstin Bauer-Funke–, Espacios urbanos en el teatro español de
los siglos XX y XXI comprende una amplia y variopinta compilación de
estudios en base al eje temático de lo urbano. En una introducción muy acertada a este libro, Bauer-
Funke asegura que lo urbano comprende tanto los lugares de la metrópoli como las diversas formas
de comunicación empleadas en ellos. Nos brinda, además, una visión panorámica de las 26
comunicaciones heterogéneas que conforman el texto, entre las cuales la editora distingue cuatro
líneas metodológico-temáticas: estudios históricos que se inician con Valle-Inclán; planteamientos
teóricos; análisis de obras determinadas; y acercamientos a los montajes teatrales. Es más, parece
que Bauer-Funke organiza el volumen conforme a estas clasificaciones, aunque no lo confirma en
su introducción ni divide su libro de acuerdo a ellas, quizá para evitar la problemática clasificación
de ciertas ponencias en las que coexisten varias metodologías. Finalmente, compendios de cada
comunicación y algunas conclusiones sumarias rematan esta introducción provechosa.
En lo que atañe a los 26 estudios, queda patente una visión polifacética, pero también pesimista
y desolador de la realidad urbana, encarnada habitualmente en los “no lugares”, o lugares de paso a
menudo marginados. Pues bien, la comunicación del primer dramaturgo, Jesús Campos García,
encabeza los 26 estudios. Señalando el nexo entre la memoria, la vida urbana, y la estética, Campos
García certifica que tales relaciones inciden en su entorno dramático. Como segunda ponencia, José
María Paz Gago examina la recreación de los espacios madrileños en Luces de bohemia de Valle
Inclán, mientras que Víctor García Ruiz argüe que el dramaturgo Víctor Ruiz Iriarte fue pionero en
su concepción de un teatro íntegramente urbano. La propia Bauer-Funke, por lo contrario, analiza
cómo los espacios urbanos de la Generación Realista impulsan una relación macrocosmo-
microcosmo que estriba en la oposición espacio cerrado-espacio abierto, comunicados por espacios
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exteriores.
Sirviéndose, por un lado, del marco teórico de la utopía de Ernst Bloch, y la del espíritu
geométrico de Ortega y Gasset, Carmen Rivero examina la función de la ilusión en Un soñador
para un pueblo de Buero Vallejo. Por otro lado, al analizar la pieza Plaza de tres culturas.
Tlatelolco, Manuel Aznar Soler asevera que el dramaturgo exiliado, Juan Miguel de Mora, enlaza
la violencia estatal perpetrada contra el movimiento estudiantil con el espacio dramático de la plaza
del Zócalo. Antonia Ama Sánchez, por su parte, pone de manifiesto los infra-lugares urbanos, o “no
lugares” devastados, en la dramaturgia de los 90 de José Luis Alonso de Santos. Por otra parte, la
superación de los géneros del sainete y del costumbrismo, al emplear lenguaje crudo y poético, y
voces interiores, en Noches de amor efímero de Paloma Pedrero, es el tema de la comunicación de
Mariano de Paco.
Ahora bien, al considerar obras de Pedrero, Luis Miguel González Cruz y Carlos Buero, Polly
Hodge se fija en sendas plasmaciones del espacio ambiguo, oscuro, cerrado y laberíntico del metro
en el escenario (y el teatro en el metro). Asimismo, John Gabriele se centra en el espacio del metro,
si bien reincide en su cualidad fragmentada y posmoderna, que llega a ser global, por la que pasan
los dos protagonistas baudelairianos en Ciudad lineal de Itziar Pascual. Carole Egger también
recoge la teoría posmoderna y el espacio del metro al analizar Metropolitano de Borja Ortiz de
Gondra. Reincide en el uso del asíndeton y la parataxis para anular el paso del tiempo a través de la
simultaneidad espacial. A continuación, Virtudes Serrano dedica su ponencia a la dramaturgia de
Jerónimo López Mozo, Pedrero y Diana de Paco, cuyas obras retratan la calle como un espacio de
incomunicación, de superación, y de obsesiones interiores, respectivamente. Acto seguido, la
comunicación de Mónica Molanes Rial explora los motivos de la plasmación cartográfica de la
urbe en la obra de Juan Mayorga, a la vez que Lourdes Bueno estudia la reinterpretación
connotativa en la dramaturgia contemporánea del topos cuerpo-casa, reflejo de la personalidad de
los personajes.
Se le suma la comunicación de la primera dramaturga en intervenir, Carmen Resino, la misma
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que deja entrever la sensación claustrofóbica en su obra. En cuanto al ensayo de Isabelle Reck,
descubre la distopía en las zonas hiper-urbanas a partir de automóviles simbólicamente inmóviles
en la dramaturgia de Javier Maqua y Fulgencio Lax. Siguiendo con el tema de los marginados,
Wilfried Floeck rastrea los espacios de tránsito, acuñados “no lugares” por el teórico Marc Augé,
en la mayoría de piezas sobre la inmigración. Por lo que concierne al teatro del siglo XXI sobre
Madrid, Berta Muñoz Cáliz señala su plasmación multifacética. Gracias al ensayo de Martin
Baxmeyer sobre Móvil del dramaturgo catalán Sergi Belbel, se recupera el tema de los “no lugares”
y la falta de comunicación directa inducida por ellos. Este leitmotiv de la incomunicación es
retomada por la segunda dramaturga en hablar: Diana de Paco Serrano, quien afirma valerse de
espacios opresivos, alternativos, virtuales, y de memoria en su obra. En el siguiente ensayo, por
mucho que la dramaturgia actual busca la utopía en la ciudad, ésta insiste, según Francisco
Gutiérrez Carbajo, en erigirse, más bien, en una antiutopía.
No cabe duda que la distopía de la metrópoli constituye otro letimotiv de este volumen, como
también despunta Eduardo Pérez Rasilla en su análisis de Flechas del ángel del olvido de José
Sanchis Sinisterra y La selva es joven y está llena de vida de Rodrigo García. El último dramaturgo
en exponer, José Manuel Corredoira Viñuela, acuña su espacio dramático “Corredoirópolis”, un
mundo de pesadilla que puede ser tildado de “cacofónico”, malsonante, grotesco, burlesco, y en fin,
tragicómico, en el que se mezcla el lenguaje culto y popular, y reina la degradación moral. Los
siguientes estudios, de Cristina Oñoro Otero y Monique Martínez Thomas, abarcan los espacios y
las formas innovadoras del teatro de la calle en Madrid y Barcelona respectivamente, en tanto que
el último estudio, de José Antonio Pérez Bowie, repasa las funciones de la proyección de imágenes
cinematográficas en el teatro.
Como colofón, los cuatro dramaturgos que participaron en este coloquio –Campos, Resino,
Corredoira, y De Paco– escribieron piezas breves sobre el espacio urbano con motivo de este
volumen. De estética y temática diversas, El no-lugar de Campos viene a ser una especie de meta-
crítica de la teoría discutida en el coloquio; ¡Ya! No estamos solos de Resino obliga al espectador a
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soportar el silencio incómodo provocado por nuestra adicción a los móviles; Pan de Corredoira
consiste en un poema representable compuesto por la repetición de dos palabras sin respuesta
alguna, una cacotopía del hambre; y, por último, Morir de amor de De Paco, constituye un
monólogo por parte de una rediviva, víctima de violencia doméstica que da una vuelta de tuerca al
final.
Habría que destacar, en suma, lo innovador de este volumen por la cantidad y heterogeneidad
de sus estudios dedicados al espacio urbano en la creación dramática. Sin duda es de consulta
obligatoria para los estudiosos del tema o de cualquier autor que consta en él, y cómo no, para los
aficionados del teatro español contemporáneo.
Alison Guzmán Bentley University
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Concha Fernández Soto y Francisco Checa y Olmos (Eds.) Los mares de Caronte. Diecisiete calas dramáticas sobre migraciones. Madrid: Editorial Fundamentos / Espiral / Teatro, 2016.
La antología teatral que editan Concha Fernández Soto y Francisco Checa y
Olmos con el título de Los mares de Caronte. Diecisiete calas dramáticas sobre
migraciones ofrece un compendio de diecinueve fábulas sobre el tema de los
inmigrantes, escritas por diecisiete autores. El título, inspiración de Vanesa
Sotelo, recupera a una de las figuras míticas europeas de la literatura universal. Caronte es el
barquero que, previo pago, ayuda a las almas a cruzar el Aqueronte. Este personaje nos ubica sin
equivocación en la fatal realidad del Mediterráneo actual en donde cientos de miles han perecido
por no tener los recursos suficientes para huir de sus países con seguridad. Como lo señalan los
editores, los desplazamientos de personas que intentan escapar de la muerte, la discriminación, el
hambre y/o la falta de oportunidades son hoy día una realidad trágica imposible de ignorar y los
dramaturgos españoles no han sido ajenos a ella. Las fábulas contenidas en estas obras van a
contarnos historias de los muertos y de los sobrevivientes, pero también de los europeos que
aceptan o rechazan el destino de los refugiados e inmigrantes. Como todo trabajo de este tipo, el
lector se enfrenta a una variedad de estilos y reflexiones que suponen un fin común: salir del
entumecimiento social y reaccionar a la insensibilidad que parece definirnos culturalmente.
Algunas de las obras de la antología juegan con la intertextualidad como estrategia narrativa para
transitar puentes por medio de otras obras literarias, como es el caso de El juglar del Cid de Pedro
Víllora, o a través de sucesos de la vida real, como en Camión al paraíso de Antonia Bueno, Babel
de Juana Escabias, A la deriva de Fernando Olaya, El viaje de Adou de Diana de Paco Serrano y
Los mares de Caronte de Vanesa Sotelo. El diálogo que estas autoras y autores establecen con la
realidad destila una crítica aguda y sin tregua al terrible papel que las sociedades y los gobiernos
europeos han jugado y juegan en cuanto a la suerte trágica de los refugiados e inmigrantes.
La antología también da espacio a otras historias como La frontera de Laila Ripoll, quien nos
ofrece una reflexión del no tan lejano éxodo español y de la constante migración de mexicanos que
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intentan cruzar la frontera mexicano-norteamericana o Manolita en la frontera en donde Antonia
Bueno revisita la historia de Manuela Ballester, pintora exiliada valenciana. Por su parte Carmen
Resino en Unos pájaros verdes crea un comentario irónico sobre las inmigrantes
hispanoamericanas que han llegado a España a hacerse cargo de los viejos a lo que nadie quiere y
Raúl Hernández con El muro, casi en la misma línea que Resinos nos narra la historia de otro viejo
español, abandonado emocionalmente, que aprende a sentir empatía por un inmigrante ilegal
marroquí al que todos desprecian y nadie quiere ayudar. Pero la familia se encarga de que la nueva
amistad entre el viejo y el moro termine. Paloma Pedrero por su parte nos regala en La taladradora
la historia de otro sudamericano que ha venido a España en busca de futuro y que se encuentra con
un sistema que lo explota hasta prácticamente matarlo.
La xenofobia, el racismo y en general el miedo o el desprecio por el Otro son temas que
necesariamente aparecen en esta antología. El estereotipo del africano como un ser inferior al
europeo y por ende, susceptible de recibir todo tipo de maltratos lo vemos reflejado en las
propuestas paródicas de Castigat ridendo mores de Ozkar Galán y también de Del arte de la pesca
con caña de Alfonso Zurro; César López Llera por su parte nos lleva a reflexionar sobre la imagen
homogéneamente negativa y falseada que se ha construido sobre las personas “moras” y los
musulmanes, con un final irónico que habla por sí mismo en ¡Por familia y trabajo! Las Ritas de
Antonio Zancada también persiguen el objetivo de combatir la ignorancia, los tabúes y los
estereotipos que la hegemonía se ha encargado de construir alrededor de lo que no es ‘blanco y
occidental’ desde las voces de seis mujeres. Antonia Bueno experimenta con la ironía combativa
para hablar del mismo tópico en Aulidi (hijo mío). Por su lado, Gracia Morales reflexiona sobre la
construcción de la identidad en Estar/Llegar/Quedarse y Paco Bezerra con El señor Ye ama a los
dragones hace lo propio para acercarnos a los exotizados chinos. El único autor refugiado sirio
incluido en este trabajo, Némer Salamún nos regala en El sueño tuerto una historia de protesta y
crítica a lo que ha estado ocurriendo en su país. Cada una de las obras merece no sólo una lectura
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detenida y consciente, sino además una puesta en escena que funcione como el espejo en el que
todos necesitamos vernos reflejados.
Rossana Fialdini-Zambrano University of South Carolina
Mar Gámez García La fauna del poder Prologue by Andrés Pérez-Simón Madrid: Ediciones Lacre, 2016. 115pp
Mar Gámez García’s debut play, La fauna del poder, is a dynamic
tragicomic farce about the political machinations behind the ongoing economic
crisis. The title is a delightful play on words in Spanish as fauna means a
collection of animals (wildlife) as well as a bunch of weirdos: both definitions are particularly apt
descriptions of the politicians who appear in the play. Although overtly Eurocentric and set in a
southern European country (one that is not named but that is unmistakably Spain), La fauna del
poder clearly extends its criticisms to cover corrupt and callous administrations all around the
globe. The choice not to specify the play’s location was, therefore, an astute one.
Gámez García’s background as a business reporter serves her well in this comical take on the
current fiscal crisis. Without delving into policy details, she manages to define the main economic
issues, large cuts in all areas of the social safety net and their painful effects on the most vulnerable,
through humor. The current President, from the political right, has been forced to implement harsh
and wildly unwelcome austerity measures. Fed up with the popular and political backlash from
these policies, he impulsively decides to form an alliance with Señorita Santana, the attractive
leader of the Socialists with whom he is clearly besotted. The political chaos produced by this
unlikely union of political extremes, paralyzes the Government and causes a surge in the popularity
of a minority populist party. None of these political parties, especially the President’s own, is happy
with the current state of affairs and neither is the European Union, who was counting on the
President to push on with the austerity measures. There seems to be nothing any of the interested
parties can do to solve the political crisis because the next scheduled elections are still two years
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away. The only other way to provoke new elections would be the death of the President. Under this
scenario, elections would be held within a month of his demise: a convenient solution for the
President’s opponents, who then begin to plan his assassination. The rest of the play, as Andrés
Pérez-Simón notes in his most insightful prologue, resembles a comedy of errors. The ensuing
assassination attempts take many humorous twists and turns until the play reaches its enjoyably
unexpected conclusion.
Gámez García’s dramatic language is agile, fluid and easy on the ear both in Spanish and in
English. The bilingual scene in which the President’s interpreter, desperate to keep her job in these
troubled times, takes great liberties with her translations, is beautifully orchestrated. She manages
to derail completely the President’s meeting with European Union representatives, who have come
to persuade him to see reason. This humorously awkward linguistic dance provides an implicit
criticism of the many dangers of being a monolingual and monocultural politician. The President
himself has a history of womanizing and his cringeworthy flirtations with Señorita Santana allow
Gámez Gómez to highlight the additional barriers faced by women in positions of power, another
topic that is current today with the #MeToo movement. The farcical nature of the political intrigue
in La fauna del poder elicits cathartic laughs as we watch these “weirdos in power” completely
self-destruct. None of the political parties comes out a winner, as each is run by corrupt, self-
serving politicians motivated by an egocentric hunger for power. This is a play that can be read as a
universal takedown of corrupt politicians and policies everywhere, but its allusions to the PP,
PSOE, Podemos, and Ciudadanos bring things much closer to home for the reader well-versed in
Spanish politics.
Helen Freear-Papio College of the Holy Cross
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PRIMAVERA 2017 RESEÑAS DE PUBLICACIONES
Estreno invita la colaboración de sus lectores en la crítica de libros; los que quieran contribuir con alguna reseña deben dirigirse a la profesora Jerelyn Johnson de Fairfield University ([email protected]). Las casas editoriales y los autores están cordialmente invitados a enviar ejemplares de sus libros de teatro. De preferencia incluiremos libros de crítica y ediciones con estudios introductorios. Los libros se pueden enviar a: Dr. Jerelyn Johnson Department of Modern Languages and Literatures Fairfield University 1073 N. Benson Road Fairfield, CT 06824
José Ramón Fernández Yo soy Don Quijote de la Mancha y otros juegos con Cervantes Prólogo de José Manuel Lucía Megías Valencia: Episkenion, 2014. 216 pp. Este libro consiste en cuatro piezas del dramaturgo madrileño José
Ramón Fernández, una introducción útil del autor con datos de los estrenos y
el proceso de escribir y montar las obras y un prólogo que ofrece más
contexto sobre el origen de las obras con un detallado examen de Amadís de Gaula. Lucía Megías
propone “plantear la distancia que hay entre la lectura de estas obras en su época y la lectura que
podemos hacer hoy” (8). Partiendo de Amadís y del Quijote, Fernández interpreta a su manera
elementos de cada obra clásica. Enlazando todo es la insistencia en que Don Quijote sigue siendo
vigente y vital.
Empezando con Yo soy Don Quijote de la Mancha, Fernández escenifica varias escenas
entre Don Quijote y Sancho, resumiendo y aludiendo a otras. Comienza de manera metateatral,
destacando el papel tan importante en la novela de la confusión entre realidad y ficción:
Actor/Quijote conversa con Actor/Sancho y aunque la metateatralidad no se repite, la dualidad se
asoma en varios momentos de la obra. Sanchica interviene con preguntas, representando a los
jóvenes que todavía no han leído la obra clásica y al final, es ella que se viste armadura y se declara
Don Quijote. Fernández logra de esta manera suscitar nuevo interés en la novela, el mito del
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Quijote y la justicia pura del protagonista.
Las primeras escenas de El Caballero, sobre Amadís de Gaula, hacen paralelismo con las
técnicas de Yo soy Don Quijote, en que el dramaturgo utiliza, en parte, el lenguaje exacto del
original, resumiendo grandes secciones y representando sólo algunas selecciones. En la Escena
Final Fernández ha logrado unir los dos héroes de manera creativa y convincente: Amadís y Don
Quijote se encuentran en la famosa batalla de los rebaños.
Una pieza muy diferente es El libro infinito, comisión para celebrar los 300 años de la
Biblioteca Nacional. Fernández imparte datos históricos sobre la colección --libros, partituras,
mapas, fotografías y más-- de una manera lírica, cautivante, a veces cómica. La Biblioteca misma
entra en escena para hablar de cómo los edificios sueñan y para enlazar las escenas. Los monólogos
corresponden a Felipe V, fundador de la institución, y los personajes que tienen una sala con su
nombre. Desde la perspectiva de Goya, Barbieri y Cervantes, el público descubre las maravillas de
la colección.
La última obra es, en realidad, dos obras independientes con un final opcional: La memoria
del agua, seguida por El barco encantado que fácilmente puede ser el final de Memoria, y “Final
para Susana Lastreto”. Memoria plantea, de manera bella, la dificultad de pasar tradiciones antiguas
de una generación a otra en una familia inmigrante. Un padre vietnamita lleva a su hijo adulto al río
Ebro para evocar las memorias del río Mekong, memorias que el hijo ha rechazado. Se revela que
el hijo sí ha continuado la tradición, a su manera, creando historias del Quijote para sus compañeros
con las marionetas de Vietnam. El final alternativo corresponde a la directora que montó La
memoria en París en 2008; cambia el hijo en mujer, resultando en un final quizás más poético.
La antología nos presenta varias piezas hermosas con toques ligeros de humor, reverencia y
esperanza para el futuro, siempre que se recuerda el pasado. El libro será una adición bienvenida
para directores, actores, profesores de literatura, historiadores e investigadores críticos.
Eileen J. Doll Loyola University New Orleans
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Pilar Pérez Serrano. La rebelión de los esclavos: Tragedia y posibilidad en el teatro de Raúl Hernández Garrido. Madrid: Fundamentos, 2014. 298 pp.
Hernández Garrido (b. 1964) stands out as one of the most original and
prolific authors of alternative theater in Spain during the last quarter century, yet
despite the frequent staging of his plays throughout Europe, Latin America, and
North America, the author’s drama had not been treated in a full-length study prior to the
appearance of this meticulously researched monograph. The Pérez Serrano work focuses on Los
engranajes, the second of four plays that comprise Hernández Garrido’s ciclo dubbed Los esclavos
and were together previously published in 2009 by the imprint of the author’s own Teatro del
Astillero; Pérez Serrano aptly appends her study with the full text of Los engranajes. Composed in
its initial version during the mid-1990s, awarded the Premio Lope de Vega in 1997, and adapted as
a 2008 film directed by Hernández himself as Antes de morirse piensa en mí, Los engranajes
presents in a non-linear structure, mixing past, present, and future, the events surrounding the arrest
and conviction of a couple, Nina and Miguel, for the murder of Sergio, respectively the lover of the
former and a co-worker of the latter.
Referring to the four plays of Los esclavos, Pérez Serrano argues that “la innovación formal
de estas obras junto con el uso de la tragedia como marco argumental, no solo presentan una crítica
sobre la fragmentación, la falta de sentido y la insatisfacción de la sociedad actual… sino que sus
piezas también apuestan por el planteamiento de un cambio de ética social esperanzador, basado en
la libertad creativa en la cooperación entre el texto y todos aquellos involucrados en el proceso
creativo” (15). Beginning with an introductory chapter considering the question of human suffering
and the tragic as treated by Freud, Nietzche, Girard, Levinas, and others, Pérez Serrano, through
three chapters entirely devoted to Los engranajes, painstakingly analyzes the intricacies of
Hernández Garrido’s structurally complex account of the tragedy of Nina (and to a lesser extent,
her impotent husband). Pérez Serrano details a strategy that forces the audience away from
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receiving a horrific tale of abandonment, sexual abuse, homicide, and cannibalism as mere
anecdote of the kind readily supplied by superficial and scandal-hungry contemporary media, but
rather toward self-inquiry and the search for solutions to the social problems that engender
suffering. The fourth chapter briefly assays the ties between Los engranajes and the other plays of
the ciclo and underscores Hernández’s ties with classical tragedies and his pursuit of reframing
them to imbue the audience with a sense of social obligation in the face of suffering.
Impeccable in the theoretical framing of Los engranajes and in illustrating the work’s
connection with the three other plays of the cycle, La rebelión de los esclavos stands out also as a
model for how to achieve successfully a close reading of a complex dramatic composition. In its
carefully-realized consideration of the orientation of tragedy for contemporary audiences, La
rebelión de los esclavos figures to be an extremely significant contribution for students of
contemporary drama and for theater professionals alike. The volume includes in an extended
footnote a few details about the staging of several others of the author’s plays but might benefit
from the provision of detail about the various theatrical productions of Los engranajes, including in
a version translated by David Gregory as The Gears and performed at Towson State University in
the U.S. in 2009. The reviewer also recommends greater editorial attention to ensure accurate
reproduction of English citations and thus avoid occasional distracting errata. These minor
criticisms registered, La rebelión de los esclavos proves to be a very welcome and, as suggested
above, much overdue introduction to the innovative work of Hernández Garrido. One can only
hope that Pérez Serrano’s work will inspire similarly excellent and comprehensive scholarly
studies.
David Hitchcock University of Southern Indiana
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Manuel Aznar Soler. El teatro de Jorge Semprún. Zurich: Lit Verlag, 2015. 311 pp.
Manuel Aznar Soler’s monograph is an intriguing and
comprehensive exploration of Jorge Semprún’s little known theatrical
works. The breadth of Aznar Soler’s study is evident in the decision to
include within its scope Semprún’s unpublished theatrical juvenilia –a
dramatic eulogy of the 1947 workers’ strike in Bilbao entitled Soledad– as well as the propagandist
¡Libertad para los 34 de Barcelona!, which celebrated the 1951 Barcelona tram boycott, general
strike, and demonstration of the same year and was published clandestinely in Spain in 1953. Aznar
Soler’s book incorporates an analysis of Semprún’s better known theatrical works on the subject of
the concentration and extermination camps: the two French plays –Le Retour de Carola Neher
(1997) and the posthumously published Moi, Éléanore, fille de Karl Marx, juive! (2014)– in
addition to the unpublished Gurs: Una tragedia europea, which was first performed in 2004. The
study is preceded by a biographical sketch and completed by a brief account of Semprún’s
adaptations of works by Rolf Hochhuth in 1963, Seneca in 2000, and a frustrated adaptation of
Valle-Inclán’s Tirano Banderas in 2000.
Aznar Soler’s monograph on Semprún’s plays is the first volume published in a new book
series edited by Pablo Valdivia and published by Lit Verlag dedicated to the study of Hispanic texts
in a transnational context. It might be objected that there is little that is transnational about Aznar
Soler’s analysis, other than the author –both exile and polyglot– on whose work the study is based.
Beyond the allusions to the fact that Semprún lived in a number of countries and wrote literary
works in multiple languages, there is little attempt to tie his work to theories of the transnational or
to make a case for the transnationality of Semprún’s work as an integral part of its value or
significance. Moreover, Aznar Soler gives all of the quotations from Semprún’s works only in
Spanish translation, a perfectly understandable expedient given the volume of quoted material that
comprises the monograph but equally one that frustrates the self-declared transnational aspirations
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of the series and that prevents the transnational aspects of Semprún’s work, with its characteristic
linguistic hybridism, from emerging in a potentially productive tension. Aznar Soler’s study tends
to privilege description over analysis, an aspect of his work the critic claims is justified by the lack
of awareness of Semprún’s theatrical works (13), and likewise is heavily reliant on quoted material.
In an admittedly crude calculation of the number of lines given over to quotation in the first
chapter, I estimate that anywhere between three-fifths and two-thirds of the text consists of
quotations primarily of Semprún’s work. Such a high proportion of quoted primary material might
be excused in the subsequent chapters that analyze unpublished works not in the public domain, but
the first chapter offers a kind of Semprún “in his own words” biography that occupies over fifty
pages and is based on widely read and studied texts such as Le Grand Voyage, Autobiografía de
Federico Sánchez, Quel beau dimanche!, Montand: La vie continue, L’Écriture ou la vie, Adieu,
vive clarté..., and Le Mort qu’il faut. Instead of having gone over largely familiar terrain, it might
have been helpful for Aznar Soler to have dedicated more space to the analysis of Semprún’s
theatre and to an evaluation of Semprún’s significance as a playwright. Does Aznar Soler’s account
urge a deeper consideration of the centrality of dramatic art to Semprún’s output? Perhaps given the
importance of theatre in Semprún’s development as a writer, which emerges with clarity in Aznar
Soler’s account, there is a need to evaluate the theatrical aspects of his novelistic prose. Is there any
artistic merit in the ideologically driven early plays and if not why study them? Are there any
stylistic resemblances shared by the novels for which Semprún is famous and the more obscure
plays? How does Aznar Soler’s approach to the plays differ from that of other scholars, such as
Jaime Céspedes Gallego? These are some of the questions raised to my mind by Aznar Soler’s
insightful study, and the decision not to consider them felt like a missed opportunity. However,
these are petty quibbles that do not detract from a highly informative and well-researched study that
illuminates a little known part of Semprún’s otherwise well-trodden oeuvre.
Samuel O’Donoghue Spanish National Research Council (CSIC)
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A Rude Trilogy (Begging Your Pardon). Trilogía grosera (con perdón) Translated by Eileen J. Doll; Edited by Polly J. Hodge Prólogos de Polly J. Hodge y Eileen J. Doll Irvine, California: GESTOS, 2016. 196 pp.
Nuevamente la colección Textos Teatrales de GESTOS: Revista de
Teoría y práctica del teatro hispano nos ofrece la edición bilingüe de tres
excelentes piezas breves de teatro contemporáneo, El atraco, El aparcamiento
y La playa del dramaturgo granadino José Moreno Arenas. Las obras en un acto traducidas por J.
Doll y publicadas en el 2016, con una presentación a la edición por parte de Polly J. Hodge y una
introducción al autor y a las piezas de la pluma de su traductora, salen, como nos explica su editora,
“a la sombra de Dramatic Snippets/ Pulgas dramáticas (2010) que fue galardonado con el
prestigioso premio Andalucía de la Crítica teatral en 2011”, y que como han notado muchos
críticos, han picado el interés de muchos estudiosos y aficionados al teatro.
Las tres piezas, originariamente publicadas en Trilogías indigestas (2014), han sido objeto
de numerosos estudios y cuentan con traducciones al portugués y al catalán. En ellas, al igual que
en sus pulgas dramáticas, el autor se acerca a los temas más candentes de la sociedad española
actual para, desde el humor y la ironía más mordaz, conseguir el efecto que tan acertadamente nos
describe la traductora de las obras en el que “los espectadores/ lectores se ríen y luego se sienten
culpables de haber reído porque la risa les causa un tipo de indigestión o malestar semejante al de la
picadura de una pulga: una molestia pequeña, pero una molestia al fin y al cabo” (90).
El atraco nos traslada a una joyería para mostrarnos las muy interesantes relaciones que se
establecen entre el propietario, una cliente y un hombre que entra dispuesto a robar el
establecimiento. Con un diálogo que nos remite a la estética del absurdo, el autor nos interna en el
trasfondo de la crisis y la incertidumbre laboral del presente. En El aparcamiento Moreno Arenas
se sirve de la técnica metateatral para meternos de lleno en su teatro más indigesto con una
representación en la que actores y espectadores intercambian sus papeles, y de este modo el público
nos ofrece una actuación espontánea que nos hace reflexionar sobre lo, en ocasiones, poco humano
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del comportamiento humano. Por último, en La playa resuenan los ecos de las olas en un diálogo
que, transformado en un insultante monólogo en torno a la inmigración, nos recuerda lo fácil que a
veces resulta el olvido y la necesidad de ponernos del otro lado. Esta pieza se sitúa en la costa de
España, pero “aquí en Estados Unidos es igual de pertinente”, tal y como nos explica la traductora,
quien asimismo comparte con los lectores unas muy interesantes reflexiones en cuanto a los retos
que conlleva el proceso de traducción y contextualización de las piezas en diferentes culturas (94).
Gracias al excelente trabajo de Polly J. Hodge y Eileen J. Doll, A Rude Trilogy (Begging
Your Pardon), Trilogía grosera (con perdón) nos acerca nuevamente a la conciencia en acción de
la palabra de este autor “maestro irrebatible de la síntesis estructural y contextual” como apuntó
John P. Gabrielli (“Del lector-espectador…” 197). Y así desde la ironía y el absurdo, el volumen
nos deja, ahora en formato bilingüe, con esa picazón, esa molestia de la escena más inquietante de
la actualidad, espejos cóncavos y convexos desde los que contemplar este mundo nuestro.
Nuria Ibáñez Quintana University of North Florida
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FALL 2016
RESEÑAS DE PUBLICACIONES Estreno invita la colaboración de sus lectores en la crítica de libros; los que quieran contribuir con alguna reseña deben dirigirse a la profesora Jerelyn Johnson de Fairfield University ([email protected]). Las casas editoriales y los autores están cordialmente invitados a enviar ejemplares de sus libros de teatro. De preferencia incluiremos libros de crítica y ediciones con estudios introductorios. Los libros se pueden enviar a: Dr. Jerelyn Johnson Department of Modern Languages and Literatures Fairfield University 1073 N. Benson Road Fairfield, CT 06824
Justo en medio del Paralelo 38
Pablo Iglesias Simón. Ediciones Antígona, 2014. 106 pp.
El Paralelo 38 divide la península de Corea en dos desde mitad del siglo
pasado. En un paraíso terrenal de cuatro kilómetros de ancho y más de
doscientos de largo se extiende una tierra de nadie, una de las zonas más
militarizadas del mundo. Esta franja silvestre y supuestamente neutral, es
observada de manera metódica y minuciosa por jóvenes militares, hermanos divididos por una
violencia heredada. En su obra Justo en medio del Paralelo 38, el dramaturgo Pablo Iglesias Simón
utiliza esta paradoja histórica, la del hermano dividido por una violencia ajena y aleatoria, como
metáfora de lo trágico. El autor nos introduce al angustioso espacio de la identidad perdida que en
esta obra se hace eco en un sinfín de alusiones metafísicas e intertextuales, círculos concéntricos de
infinitas interrogaciones que se socavan mutuamente, sin alivio alguno de respuesta. El efecto es
una atmósfera asfixiante, un thriller que finaliza en su comienzo, una historia irreversible con
espontáneos oasis narrativos que alientan de manera fútil a un desesperado lector/espectador,
atrapado en una maraña moébica de tiempos y espacios repetidos.
Nos enfrentamos a tres versiones de un mismo personaje, el cual se metamorfosea a medida que
la obra avanza. “El hombre de las gafas de sol rotas” y “El hombre que ha entrado sin llamar,”
“Javier,” “Jacobo” o “¿El Otro?” son, en realidad, el mismo personaje. El lector se hace partícipe
del enigma del protagonista y de su historia, mientras recoge migajas de información, vestigios de
autenticidad que se van revelando en el texto paulatinamente. Nos adentramos con lentitud y sin
piedad en un mundo prohibido, de relaciones familiares deficientes, bebés robados, cautiverio,
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celos, mentiras y violencia.
La obra evoca diversas manifestaciones literarias y artísticas, desde la multiplicidad de los
espejos o el mito del soñador soñado de Borges, al sofocante espacio sin salida de El ángel
exterminador de Buñuel o a la absurda espera de la nada reflejada en Esperando a Godot de
Beckett. La construcción interna y formal del tiempo y el espacio dramáticos alude, en esta obra, a
los principios de la física cuántica y a sus “multiversos” o a la posibilidad de que un evento se
repita de manera infinita, en otros lugares imaginados, con variaciones sutilmente diferentes. Es así
que, lo que podríamos denominar como multi-personaje de Justo en medio aparece en un espacio,
el desván de una casa, y sus circunstancias se repiten con tenues modificaciones, en un bucle
infinito de tiempos y espacios posibles. De igual modo, y tal como ya expresó su autor en el 2013
durante una ponencia para el Seminario Internacional “Creadores jóvenes en el ámbito teatral” de la
UNED en Madrid, la obra sugiere todo lo contrario, la “auto-consistencia” o la inevitabilidad del
futuro: “Un solo universo donde está prefijado tanto el pasado como el futuro [y donde] el héroe no
deja de ser un personaje que intenta crear un universo paralelo. [Dicho héroe] se encuentra
constantemente con un universo auto-coherente, donde le han dicho lo que va a pasar [y donde]
lucha por cambiar lo que no se puede cambiar.”
El resultado es el encuentro cara a cara con la inevitabilidad de lo trágico. Un encuentro feroz y
sublime con la experiencia de vivir en un mundo absurdo. El texto alude constantemente a la
obviedad de la desdicha humana: “Me prometieron que encontraría respuestas a mis preguntas”
declara enfáticamente el protagonista (61). Poco antes, el mismo personaje ha atestiguado sobre sí
mismo: “¿Alguien te echará de menos? Porque a mí nadie lo hará, ¿me oyes? Nadie me echa de
menos allí fuera. Soy como un fantasma, ¿entiendes? Un cero a la izquierda. Alguien que no es
nadie” (60).
Justo en medio del paralelo 38 es una obra de una complejidad intelectual y artística
formidables, al igual que una necesaria y oportuna indagación ética en un mundo siempre plagado
por la violencia. Pablo Iglesias Simón ha logrado ubicar nuestra problemática actual dentro de un
difícil contexto existencial, con el respeto y misterio debidos, sin sensacionalismos, y con una
maestría solo inherente en los mejores y más grandes dramaturgos.
Pilar Pérez Serrano Gordon College
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Diana de Paco. See You in Heaven…Or, Maybe Not. Trans. Patricia W. O’Connor. In Shades of Violence. Millstone Township, New Jersey: ESTRENO Contemporary Plays 38, 2015. 48pp
See You in Heaven…Or, Maybe Not is a translation of Diana de Paco’s
haunting interplay of monologues, Espérame en el cielo… o, mejor no, that
premiered in Murcia in 2013 (directed by Mariángeles Rodríguez) and was
recently published in Spanish within a collection of five pieces by de Paco
entitled Casandras (Ediciones Esperpento). See You in Heaven…Or, Maybe
Not is the second of two plays translated by the founder of Estreno, Patricia W. O’Connor,
contained in this thirty-eighth edition of the Estreno Contemporary Spanish Plays Series. The
Hooker of a Thousand Nights by Juana Escabias is the other work highlighted in this volume and
together the two plays are bonded by the umbrella title: Shades of Violence.
See You in Heaven… comprises a compendium of fragmented, interwoven monologues by four
female characters that create a poignant dialogue with one another. Set in the autopsy room of a
morgue, each character carefully dissects her own personal story peeling off layers of chilling
details to unfold the cruel circumstances that brought them to mingle in this isolated space. Like
lost souls, they wander in and out of the morgue, picking up their narrative where it was left off in
the previous segment, unaware of each other’s presence.
The dramatic structure is organized into three parts and twenty “Transitions,” a term that serves
as an excellent substitution for the traditional division into “scenes” or “acts” given the
metamorphosis that each character is undergoing in a place that signals the ultimate transformation
in life. The monologues are sparked into action as Maria, a forensic doctor, opens her paperwork
and begins to perform autopsies. The voices of her subjects come to life as she delves into the
reports on: a Butchered Woman, old and homeless; Rosa, hopelessly tolerant of her boyfriend’s
“deficiency”; and Aisha, a young Pakistani girl who dares to question the vital traditions of her
culture. The crescendo of outlandish incidents dramatized in each monologue culminates with the
official pronouncement of the cause of death and the closing of a body bag, in some instances. The
end of each monologue is also signaled by the song “See You in Heaven” as specified in the stage
directions. This melody frames the entire play and serves as a connecting thread from beginning to
end. Lost a bit in the translation, the musical reference of the play’s original title in Spanish is a bit
allusive since there are several songs in English that are connected to the idea of meeting again in
the afterlife, such as a few Christian praise songs and Eric Clapton’s well-known “Tears in
Heaven,” which might function well in a staging in English. But, none of them can compare to the
hypnotic melody of the bolero “Espérame en el cielo” from which the play in Spanish finds
inspiration; the lyrics of the bolero paint the idealized portrait of an eternal love so strong that the
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lovers anticipate a desired reconnection in heaven. This image stands in contrast with the troubled
representations of love unveiled by the four female characters who expose such themes as domestic
violence, murder, and social injustice. Thus, the irony implicit in the second part of the title, …o,
mejor no …Or Maybe Not, rings loud and clear both in English and Spanish.
See You in Heaven…Or, Maybe Not is accompanied by: introductory notes by Helen Freear-
Papio and Mariángeles Rodríguez; five photos from the production in Murcia; a short biography on
the playwright; and the credentials of the translator. This theater piece is as engaging in English as
it is in Spanish, like a novel you can’t put down: it’s fluid, witty, comical at times, and extremely
suspenseful. The surprise twisted ending, carefully carved out by de Paco, will leave the reader
gasping for breath.
Polly J. Hodge Chapman University
La escena de los nadies: Obras dramáticas de Yoska Lázaro. Estudio preliminar de Araceli Mariel Arreche. Buenos Aires: Nueva Generación, 2015. 149 pp.
La escena de los nadies (2015), la trilogía de textos escritos por Yoska
Lázaro, dramaturgo español residente en Buenos Aires desde 2003, toma
su título de un poema de Eduardo Galeano, anunciando el hilo conductor
de las obras recogidas: dar visibilidad a conflictos y personajes situados en
los márgenes de la sociedad. Es decir, es teatro social y político que se
centra en tres motivos recurrentes en la dramaturgia y el arte argentinos: el regreso a la represión de
la dictadura (Los errores de Noé), la crisis económica del 2001 (Una pieza menor o se seca las
lágrimas y continúa) y la marginalidad social (Vago).
El trabajo del dramaturgo en Vago es encomiable por su capacidad de reproducir el habla
coloquial del conurbano de Buenos Aires, y haber sido capaz de crear tipos reconocibles de los
barrios marginales. Además de su capacidad de observación y análisis, bebe aquí de una larga
tradición argentina, el grotesco criollo, que tiene mucho de costumbrismo y de violencia.
Recorriendo la finísima línea que separa su obra de ser una pornografía de la miseria, retablo de
personajes marginales, pretende erigirse como una denuncia. La obra comienza rompiendo la cuarta
pared y enfrentando a los personajes/actores con su público. Aquellos enumeran una serie de tipos
sociales reconocibles y las situaciones que presumiblemente están viviendo en ese momento.
Acciones obscenas, en el sentido que le da a la palabra Diana Taylor en Disappearing Acts, que nos
hablan de marginación, soledad, mentira, sexo, pero sobre todo de violencia, que entendemos
estructural, y que permea toda la sociedad, hasta la del espectador a quien se le ha interpelado como
hipócrita. Este manido bofetón ya se ha convertido en parte del código teatral desde Ubu Roi, pero
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suponer la hipocresía en el espectador por el simple hecho de ir a ver un espectáculo, sin
cuestionarse antes a uno mismo, es jugar peligrosamente con la demagogia. No hay pudor en
presentar la miseria y si bien esa primera mirada inicial va dando lugar a cierta empatía, no llega a
desarrollarse por la brevedad del texto.
El último de los tipos presentados en el prólogo, “alguien, uno de los punteros del barrio de tu
empleada o tu madre, está vendiéndole paco a la pendejada” (100), anticipa a uno de los personajes
principales y plantea la premisa que se desarrollará en el texto, siempre marcado por el intercambio
violento entre los personajes: el puntero Camacho ostenta, tanto en el barrio como en su hogar, un
poder que se va erosionando irremediablemente. Si bien es interesante, los personajes no se
presentan a través de sus acciones, sino que el autor recurre a monólogos autobiográficos en un
alarde de elaboración del lenguaje marginal que permiten el lucimiento del actor, pero que estanca
la acción. Como en una tragedia, la hibris de Camacho provocará su caída: al final es asesinado por
uno de sus esbirros, presumiblemente motivado por su relación con la amante de Camacho, La
Negra. La obra se sirve de un deus ex machina para resolver el conflicto: súbitamente Camacho
narra desde la muerte la traición de El Nene y El Tute. Si bien es efectista, interrumpe
definitivamente la acción con brusquedad.
A pesar de su estilo brechtiano, con Vago está más cerca de un determinismo naturalista. En un
momento de reflexión el Tute comparte con el Nene la que considera la situación de todos ellos:
“Yo creo que somos personas de darle mucha rosca a las cosas, mucha rosca, y para mí somos
parecidos a este pucho. Nos vamos consumiendo, nos vamos consumiendo y cuando llegamos al
filtro… (simula pisar un cigarro en el piso)” (117). Vago corre el riesgo de consumir a sus
personajes de igual manera.
Dr. Diego del Pozo Towson University
Reikiavik. Juan Mayorga. Ensayo de Fernando Broncano. Madrid: Ediciones La uÑa Rota, 2015. 108 pp.
Reikiavik, written by award-wining Spanish playwright Juan Mayorga,
opens with a young boy in a park walking past “un tablero de ajedrez sobre el
que hay una partida abandonada.” Seated at that table is Waterloo, who
entreats the boy to join the game. Soon, Waterloo’s opponent Bailén appears
and the show begins.
While the physical presence of Waterloo, Bailen and the remain within the park, the imagined
world these three characters narrate spans the globe from New York, to Moscow, to Reykjavik,
Iceland, and from their present day to the Cold War period: all to dramatize the meeting of the
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Russian Boris Spassky and the American Bobby Fischer in the World Chess Championship of 1972
in Reykjavik, Iceland. At that championship, Spassky resigned after twenty-one games, making
Bobby Fisher the champion, ending years of Soviet dominance in chess. As Mayorga tends to do,
he weaves this historical event into an intricate game with Waterloo and Bailén interpreting the
roles of Bobby and Boris, and the young boy acting as their apparently necessary interlocutor,
eventually taking on other roles, and ending as the heir to Waterloo’s position. As they recite exact
chess moves from the Reykjavik match, the characters represented in this play are not limited to the
two chess opponents. A symphony of voices surrounding this Icelandic Cold War spectacle are
heard through Waterloo and Bailén: Bobby’s mother in Brooklyn, Kissinger, an Irish bodyguard,
psychoanalysts, Boris’ wife, among others. It is an attempt to understand the men behind the match
of the century, their idiosyncrasies, and the political pressure they faced. Like chess, this play is
about memory and imagination. It is about the quintessential duel of the Cold War, a meeting of
two pawns in a larger game of confrontation and strategy. Just as the United States and the Soviet
Union lived the Cold War through these two men, Waterloo and Bailén live their present through
the lives of Bobby, Boris, and countless others. With only the dialogue to signal changes, Mayorga
complicates the representation of time and space, of character and performance through the
embodiment of multiple historical figures, settings, and moments in time.
This 2015 edition of Reikiavik is the most recent version of the play, the first having appeared
in the 2014 anthology of Mayorga’s work Teatro 1989-2014 (also published by La uÑa Rota). It is
accompanied by a critical essay by Fernando Broncano. As Mayorga himself is quick to admit, he
has a tendency to constantly revise his plays years after they are written, and this is no exception. In
the case of Reikiavik, the revisions are a result of Mayorga’s own directing of the staged version of
the play, which is currently on tour around Spain with Entrecajas Producciones Teatrales: try to see
it if you can.
Jerelyn Johnson Fairfield University
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SPRING 2016
RESEÑAS DE PUBLICACIONES
Candyce Crew Leonard Wake Forest University
Estreno invita la colaboración de sus lectores en la crítica de libros; los que quieran contribuir con alguna reseña deben dirigirse, desde ahora, a la profesora Jerelyn Johnson de Fairfield University ([email protected]), la nueva directora de reseñas a partir del número de otoño de 2016. Las casas editoriales y los autores están cordialmente invitados a enviar ejemplares de sus libros de teatro. De preferencia incluiremos libros de crítica y ediciones con estudios introductorios. Los libros se pueden enviar a Jerelyn Johnson, Department of Modern Languages and Literatures, Fairfield University, 1073 N. Benson Road, Fairfield, CT 06824.
Alberto Conejero La piedra oscura. 2a edición Prólogo de Ian Gibson Notas de Alejandro Tantantian Madrid: Ediciones Antígona, 2015. 110 pp.
Localidades agotadas en cuestión de horas, atención de los medios
de comunicación, premios y elogios por doquier, un doquier que
incluye lugares tan diversos como Montevideo, Madrid, Londres o
Moscú. No es habitual que un texto dramático español logre en tan
poco tiempo la repercusión y el éxito que La piedra oscura de Alberto
Conejero (Jaén, España, 1978) ha cosechado. La primera edición de
esta obra corrió a cargo del I Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales del INAEM en
2012. La segunda, ésta que aquí reseñamos, viene de la mano de Antígona y coincide con el
aplauso prácticamente unánime por parte de crítica y público del montaje de la obra por parte del
Centro Dramático Nacional y La Zona.
En síntesis, La piedra oscura nos muestra las últimas horas de un condenado a muerte
custodiado por un soldado cuya misión consiste en garantizar la integridad física del reo hasta su
fusilamiento al alba. Esta situación de partida ofrecería ya suficientes elementos para el juego
dramático, pero ésta no es sólo una obra muy bien escrita, hay mucho más, y todo ese resto es lo
que confiere al texto una densidad y una multiplicidad de lecturas que explican su extraordinaria
recepción. El preso no es otro que el último amor de Federico García Lorca, Rafael Rodríguez
Rapún, quien fuera secretario de La Barraca y muriera desangrado en un hospital militar como
teniente de la República durante la Guerra Civil, justo un año más tarde que el poeta granadino.
Sobre “las tres erres” y la relación entre ambos, Ian Gibson proporciona en el prólogo algunas notas
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que resultarán de interés para cualquier lector. En la ficción dramática, sus últimos momentos los
vive, más bien acompañado que vigilado, por Sebastián, un muchacho como cualquier otro que a
duras penas acierta a comprender la naturaleza del horror que ya ha llegado y aún menos el que está
por llegar… pero que de alguna manera comienza a intuirlo, del mismo modo que acepta su
responsabilidad para con la víctima en lo único que puede salvar de ella: su memoria, el
reconocimiento de que existió. No puede salvar su vida, sí el rastro, el testimonio de su existencia y
con ésta, una parte fundamental de la de otros, de la de todos. Así, los materiales perdidos de Lorca,
ésos que Rapún pide a Sebastián que ayude a salvar.
La piedra oscura es el título, prácticamente lo único que nos queda, de la obra que Lorca estaba
apenas empezando cuando fue asesinado en agosto de 1936. Además de que en ella pensaba tratar
el tema del amor homosexual, poco se sabe de ese texto condenado a perderse en todos sus
sentidos. Desde este punto de vista, la obra de este Alberto Conejero, que empezó a ser reconocido
a partir de Cliff (Acantilado) en 2010, plantea desde su título una recuperación de aquello
malogrado por un pasado arbitrario y criminal. Este trabajo sobre la memoria es deudor de una
reflexión que excede el recuerdo de los terribles acontecimientos de la guerra de 1936 y el asesinato
del poeta como símbolo de la barbarie. Por supuesto, todo ello está ahí, expuesto además con unas
calidades poéticas y dramáticas dignas de elogio. Sin embargo, no haríamos justicia al texto si no
reparásemos en lo que tiene de ejercicio reflexivo sobre las relaciones entre el teatro y la historia,
asunto por el que ya Aristóteles se interesó de modo preciso y sobre el que nombres como el de
Walter Benjamin tienen una decisiva influencia, si cabe más reconocible cuando el tema de las
víctimas se hace central en la trama. Comprender la visión de Conejero al respecto es fundamental,
pues ésta informa el modo en que la obra está dispuesta y ofrece pistas también para hacerse cargo
de un éthos de la escritura reflejado en la construcción de los personajes.
Apasionado admirador de Lorca e intrigado por un personaje al que las biografías del poeta
prácticamente no concedían importancia pese a ser una persona crucial en su vida (y quizá
indirectamente también en su muerte, se plantea trágicamente en la obra), Conejero realizó una
exhaustiva investigación sobre Rafael Rodríguez Rapún. Tuvo acceso al archivo familiar, a
documentación inédita de La Barraca y, entre otras fuentes, al testimonio directo de su hermano, a
quien pudo entrevistar poco antes de morir y a quien dedica la obra. Ahora bien, la concepción de
la verdad histórica que Conejero maneja aquí le aleja de la tentación de algo así como un teatro
documental histórico. Lo que hay de verdad en esta historia no debe buscarse en la descripción de
una muerte que no se produjo en la tapia de una prisión sino en la sala de un hospital militar, no en
la conversación entre un reo republicano y un soldado del ejército sublevado que nunca llegaron a
verse. Todo esto, bien puede decirse, no es verdad en el terreno de lo fáctico, aunque sea verosímil.
Lo que interesa aquí (y la deuda con la idea del dramaturgo como historiador de Juan Mayorga es
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abiertamente reconocida por nuestro autor) es traer unos acontecimientos que identificamos con y
en el pasado a nuestro momento presente. De ahí que no quepa clausurar el pasado, al modo que el
historiador tradicional pretendería, con el sellado del hecho histórico en sí mismo: “fue así”.
Centrándonos ahora solamente en el teatro, la potencia poética y política de estos planteamientos es
extraordinaria: altera el juego de luces de lo previsible, amplía el campo de lo posible, nuestras
expectativas previas acerca de la lógica amigo-enemigo, en suma, nos deja sin otra certidumbre que
una profunda compasión por el otro. Ese otro que podría ser cualquiera, uno mismo.
En definitiva, La piedra oscura es una pieza de una construcción que demuestra un
conocimiento riguroso de la escritura dramatúrgica, a cuya enseñanza, no en vano, se dedica el
autor profesionalmente desde hace años en la ESAD de Valladolid. Pero además de eso, y de un
gusto y cuidado por la palabra que los lectores y espectadores agradecemos, se aprecia una
coherencia entre los diversos elementos de la obra de modo que ésta también constituye un discurso
comprometido con nuestro presente, en la comprensión de que nuestro presente no puede
construirse sin memoria, vale decir, sin la re-presentación de nuestro pasado.
Javier López-Alós University of Leeds (UK)
Phyllis Zatlin
Writers to Remember: Memoirs of Friendships in Spain and France Eds. Martha T. Halsey and Mary Makris Louisville, KY: ESTRENO Studies 3, 2015. 219 pgs.
Entrusted to the wrong hands, memoirs can be distorting and
self-indulgent, a mirror on the past which shines in exaggeratedly
bright fashion on the memoirist herself. Thankfully, Phyllis Zatlin’s
hands adroitly offer a self-effacing, always candid retrospective of a
singularly enriching professional odyssey. Heeding the advice of her
friend Francisco Nieva that she compose her memoirs “because you
probably know more about Spanish writers than we do” (4), Zatlin has produced a thoroughly
engaging tome unique to the body of scholarly work on European theater. Writers to Remember
ushers the reader directly into the research process but amplifies less the content of the artifacts
studied (thematic and stylistic aspects of the plays are addressed throughout in a summary way)
than, as suggested pointedly in the book’s subtitle, the personal interaction a researcher of
contemporary dramatic literature has enjoyed over the years with the artifacts’ creators, her
numerous colleagues, and even family members who have accompanied her on her treks abroad or
hosted so many of her European friends. Zatlin’s broad research agenda has included Spanish,
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French, and transcultural theater, as well as literary translation. She has been among a small group
of Peninsularists responsible for introducing to and championing for a broader audience the works
of many playwrights whose significant contributions to the evolution of the Spanish stage had been
silenced at home and abroad as a result of Francoism. Yet she also has been a staunch defender of
more recent authors who, unfettered by the legacy of censorship, are, nonetheless, compelled by
circumstance to engage in the uphill battle that is part and parcel of being a recognized artist in a
field frequently ignored by audiences accustomed to the easy consumption of commercially proven
fare. Manifest in these memoirs is a focus on the inspiration she has taken in engaging with the
living, both playwrights and scholars alike: Zatlin might well be dubbed the “Queen of Spanish
Theater Networking,” her title borne out by a simple perusal of a table of contents with units
including “The Twayne Shall Meet” (a sly reference to a publisher of several of her studies),
“Contacts Through and for Friends,” and “Organizing the Conference Is Better Yet.”
Writers to Remember benefits from an easy anecdotal style as Zatlin recounts the development
of many rich professional-turned-personal relationships, their number multiplying many times over
the 20 mentioned explicitly in the contents. The author captures in alternately touching and witty
fashion the multifaceted nature of friends who constitute collectively an encyclopedia of the
contemporary Spanish stage. Among the more poignant glimpses is of the diminutive Víctor Ruiz
Iririarte’s innate kindness, evidenced both in his sympathetic textual representations of underdogs
and in his real-life kindness toward children, including the author’s then nine-year-old daughter.
Likewise moving —and transcendent of the limitations often expected of an academic
publication— are Zatlin’s ruminations on the stark realities of loneliness, illness, and aging, notably
in pieces about Carmen Martín Gaite and José María Rodríguez Méndez. One of Zatlin’s most
amusing passages recounts her notoriety as one of Madrid’s first jogging fanatics in the early
seventies, a fact that struck many of her friends as unusual and hardly a harbinger of what would
become commonplace in Spain’s capital.
The book is beautifully illustrated with mostly color photo reproductions, the majority of them
captured by Zatlin herself. As a whole, the book’s visual and narrative images constitute a rich
mosaic that emphasizes the humanity of the author’s subjects, highlights Zatlin’s own good humor
through occasional adversity, underscores her dogged, career-long determination to interview and
get to know well these writers and their texts, and, most notably, displays Zatlin’s warmth and
generous spirit —neither of which compromises her professionalism as a measured analyst of
contemporary drama.
Several times in her narrative, Zatlin refers to her early, conscious decision to ignore, with all
due respect, her fellow Hispanist John Kronik’s admonition that scholars should avoid personal
interaction with the authors of works about which they planned to write; she argues that “Many
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times I have found conversations to be more productive than hours in national libraries” (2-3).
Through recounting so many of these conversations, Zatlin has crafted a reflection to be
remembered and savored, certainly one that will be appreciated by scholars and students alike for
conveying a scholar’s essential passion for literature and its dedicated creators. At the same time
these remembrances transmit the author’s honesty about her subjects and herself as flawed but
frequently remarkable, amusing, brilliant, and generous beings. It is unqualifiably a model for how
to accomplish scholarship without surrendering the personal investment those of us feel in making
a concerted effort to analyze and appraise works by living, breathing subjects.
A generation of students and colleagues, this reviewer included, remain indebted to Phyllis
Zatlin, not only for offering a primer for how to find fulfillment and vitality —even joy— in an
academic career by concentrating on the here-and-now of original, contemporary theater but also
by providing frequent personal introductions that have facilitated the creation of meaningful
scholarly contributions to the field of contemporary European drama. Not to mention many hours
of camaraderie with both new and long-time friends! In a section of the book devoted to Antonio
Buero Vallejo, Zatlin affirms, “For me headstones and cemeteries are not the most significant
keepers of the past” (104). Writers to Remember proves the power of the personal in memorializing
vividly the individuals whom she came to respect, know, and call friends, as well as reminding her
readers that these individuals live on through their literary works.
David Hitchcock University of Southern Indiana
Género y Exilio Teatral Republicano: Entre la Tradición y la Vanguardia Edición e introducción de Francisca Vilches-de Frutos, Pilar Nieva-de la Paz, José Ramón López García y Manuel Aznar Soler New York: Rodopi, 2014. 360 pp.
Esta colección de ensayos, que consta de veinte y tres ponencias
procedentes de las Terceras Jornadas sobre el Exilio Teatral
Republicano de 1939, celebradas en Madrid y Barcelona en 2012,
se ocupa de dos aspectos particulares de la utópica Segunda
República que dejarán huella en el teatro vanguardista de los
exiliados, e influirán de forma positiva en sus países de acogida: la
nueva presencia de la mujer en el mercado laboral y la innovadora política pública en el ámbito de
Educación, Cultura y Ciencia. El fin de esta colección es la recuperación y el reconocimiento de
unas figuras y obras literarias injustamente olvidadas bien por cuestiones de género, bien por
cuestiones de ideología, y también el replanteamiento de la historia del teatro y del arte español
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contemporáneo, sin que se descarte la posibilidad de relanzar a la escena “unas producciones que
dan testimonio de procesos identitarios claves en la configuración de nuestra identidad colectiva”
(27). Como uno de los contribuyentes ha afirmado en un estudio, “es necesario no olvidar aquí que
a partir del 1939, una parte de la historia del teatro español se desarrolló por motivos políticos en
escenarios fuera de nuestras fronteras” (166). El volumen consta de dos partes principales: “Una
revisión del canon: las artífices del espectáculo” y “Hacia otros paradigmas identitarios:
representaciones de género en las creaciones de los autores.” La primera examina el protagonismo
innovador de dramaturgas y otras protagonistas del arte escénico, tanto las consagradas como María
Teresa León, Margarita Xirgu, María Martínez Sierra, María Casares y Encarnación López (La
Argentinita) como las rescatadas: María Solà de Sellarés, Carlota O’Neill, Amparo Alvajar, María
Luisa Algarra e Isabel Fernández. La segunda parte se ocupa de la reivindicación de la figura de la
mujer en la obra de importantes figuras del exilio español, entre ellos Pedro Salinas, Max Aub, José
Bergamín, Álvaro Custodio y Tomás Segovia.
Entre los estudios que comprenden la primera parte destacan el de Francisca Vilches-de Frutos
sobre la obra de María Teresa León, en cuyos guiones para radio y obras teatrales rinde homenaje a
diversos modelos de maternidad y conyugalidad, por ejemplo la madre de Cervantes, o las diversas
mujeres que protagonizan los cuadros de Goya. Pilar Nieva-de la Paz estudia la fascinante figura de
María Luisa Algarra, primera jueza de Cataluña y del estado español, que en el exilio se adjunta al
grupo de jóvenes dramaturgos vanguardistas mexicanos apadrinados por Usigli, cultivando una
dramaturgia que destaca por la presencia de personajes femeninos fuertes que se encuentran en, o
fomentan, nuevas realidades sociales. En su estudio sobre el drama de Amparo Alvajar, Amada y
tú, obra compuesta por la dramaturga gallega durante su estancia en Buenos Aires, Yasmina Yousfi
López indaga en la cuestión de la identidad femenina, tratada simbólicamente aquí en la figura de
la protagonista titular, que es una fantasma. De resonancias becquerianas (la mujer ideal, la
inalcanzable, etc.), López señala cómo la mujer, siempre se encuentra amenazada por la imposición
de construcciones (mayormente masculinas) ajenas que atentan, bien conscientemente, bien
inconscientemente, contra su propia voz. Beatriz Muñoz Cáliz nos proporciona una interesante
perspectiva sobre la naturaleza de la censura franquista en lo que atañe a obras escritas por María
Lejárraga y su esposo Gregorio Martínez Sierra; en el caso de la primera, por cuestiones de autoría
(entiéndase género), no llegaron a estrenarse, vedados por autoridades superiores como la
Dirección General de Seguridad; de hecho muchos de sus textos estrenados años después fueron
atribuidos públicamente a su marido.
No faltarán en la colección investigaciones sobre directoras y actrices. Manuel Aznar estudia el
“hito histórico” que supuso el estreno de Yerma en Buenos Aires en 1963, dirigida por Margarita
Xirgu e interpretada por María Casares, aunque resultó ser un “desencuentro” entre dos figuras
31
míticas; en otro estudio sobre Xirgu, Carmen Menéndez-Onrubia analiza el legado dejado por la
actriz como pedagoga en los países de Suramérica donde pasó el exilio, cuyas innovaciones fueron
importante especialmente durante una época en la que el advenimiento del cine sonoro puso los
teatros en un lugar muy secundario. Por otra parte, extraña el uso de la denominación algo sexista
de “la Xirgu” para referirse a la actriz en alguno de los estudios.
De los estudios de la segunda parte de la colección cabe mencionar el de María Teresa
González de Garay sobre La isla de tesoro de Pedro Salinas, pieza dramática en la que trueca el yo
masculino de su lírica en un yo femenino, siendo en este caso la mujer en busca del amor ideal.
Teresa Santa María Fernández indaga en el casi exclusivo protagonismo de la mujer en la
dramaturgia de José Bergamín, en la que se rescatan tanto figuras históricas como literarias. Juan
Pablo Heras González analiza las obras de Álvaro Custodio, gran escenificador de obras del teatro
clásico en México, su país de acogida; tomando inspiración de las protagonistas del teatro áureo, en
su propia obra medita sobre el poder en cuanto a los roles de género poniendo en tela de juicio la
sexualidad femenina como prejuicio machista o reivindicación del poder de la mujer. Las huellas
del teatro del Siglo de Oro también se encuentran en la única obra dramática escrita por Tomás
Segovia, Zamora bajo los astros; Eugenia Houvenaghel y Dagmar Vandebosch analizan cómo los
clásicos temas de libre albedrío y determinismo se metamorfosean en una lucha existencialista para
el personaje femenino.
Hay en la edición una voluntad de forjar un diálogo entre los diversos ensayos. A pesar del
esfuerzo de los editores de dar al volumen una cierta uniformidad a través de una estructura
homogénea en los estudios —abstracto formal, nota biográfica, aproximación general a la figura en
el contexto del teatro peninsular y del exilio, aportación particular a la temática del volumen— es
obvio que no se trata de una obra para leer de un tirón, sino que debe ser un libro de consulta que
de paso cumple con creces la intención principal: dar a conocer la naturaleza del teatro de la España
peregrina que en muchos aspectos supera al que se hacía en la España franquista, enfocándose de
forma progresista en la presencia de la mujer, tanto en su papel de creadora, como en el de actriz,
bailarina, directora o personaje. Así, la colección salva del olvido a unas escritoras de primer orden,
a la vez que pone de manifiesto una visión progresista de la mujer previamente ignorada en obras
de escritores masculinos ya consagrados.
Wesley J. Weaver III State University of New York College at Cortland
32
José Cruz
Constelazión. Ensayo teatral en dos trozos Prólogo de María Velasco Madrid: Eirene Editorial, 2014. 75 pp.
Alan Mathison Turing (1912-1954) is an iconic figure in
our contemporary culture not only for his gifted scientific
initiatives and dazzling brilliance, but also as an individual
caught in the politics of the cultural and historical period in
which he lived. After viewing the 2011 documentary about
him, Codebreaker, then reading about his royal pardon in
2013 for a 1952 prosecution for “gross indecency”, and then
seeing the celebrated 2014 film The Imitation Game, I turned
to Constelazión. Ensayo teatral en dos trozos by José Cruz (Madrid 1977). In picking up the play,
staged in Madrid in 2014 and published that same year, this reviewer wondered how and what the
author would write about this singular mathematician. The conflict, inherent to drama is simply
stated by his character: “…pero la ecuación del amor. La ecuación del amor posiblemente,
irresoluble” (48).
By writing an historical drama, an author provokes audience members to see the event or figure
from a different perspective, or the author can use history to offer a commentary on contemporary
culture. José Cruz’s accomplished play achieves both. Because Alan Turing has garnered high
visibility in the twenty-first century, we have immediate knowledge of his life, his story, and his
tragic death, thus giving context to the play. By reconfiguring him as a fictional character whose
sensibilities are keenly attuned to the emotional complexities of and innate need for love, Cruz
creates a figure who touches the depths of human emotion and is no longer solely a scientist of
untold genius.
It is June 7, 1954, the date of the historical Turing’s suicide, and the duration of the action is the
brief period before death by a poisoned apple. Reflecting on his life and loves, Turing employs the
methodology most familiar to him:
ALAN: El enigma… el enigma detrás de las conversaciones telegráficas del tipo “¿tienes
novia, sitio, o cambio de una libra?”. Y aquel que era yo comenzó a tomar notas
absolutamente de todo. “Encuentro con X en el lugar Y el día tantos del tantos del tantos.
Estatura aproximada, color del pelo tamaño… y si se queda o no a dormir” (42)
The X and Y reference the mathematical X-Y axis, and enigma refers to Germany’s invention of a
cipher machine after World War I that Turing successfully decoded during World War II. Here,
however, Cruz insightfully re-contextualizes X and Y as one-night stands, and enigma as the
33
ultimate cipher: human love.
Sibila, one of the three characters in the play is “una actriz” and Turing’s interlocutor that
allows him to speak openly about internal conflicts that he cannot decipher. Sibila herself struggles
with what appears to be amnesia, yet such forgetfulness removes her from our linear and limited
temporal sphere. Sibila is a type of virtual character, perhaps drawn from Turing´s imagination to
engage in a conversation he can hold with no one else about topics too personal for public
exploration. She also inhabits several spaces, times and identities; that is, “con traje atemporal”
(23), Sibila is like a time traveler. She is present with Turing, yet she steps out of his time and
space, moves to the proscenium and speaks to audience members who reside in a difference space
and time:
SIBILA: Dentro de muy poco, las luces volverán a encenderse y ustedes se levantarán de
sus asientos y se marcharán. Yo tampoco me quedaré aquí, en un escenario vacío, pero
regresaré después de una noche más larga de lo normal para dirigirme a otros espectadores
iguales que ustedes y con estas mismas palabras. ¿Piensan que mi vida es de los más triste?
No se lleven a engaño. Lo que ocurre sobre las tablas es breve pero intenso. Nada tiene que
ver con su realidad. O sí. En cualquier caso, nunca soy la misma dos veces, y, entre
nosotros, ni siquiera soy la misma a lo largo de esta representación. (23)
The play opens with her dialogue thereby representing Sibila as narrator and commentator, alerting
us to interpret the play on its most figurative level. As an “actress”, she underscores the notion of
relativity. People, society and civil laws, change. Thus the shifting identities that Sibila assumes,
added to the multiple temporal and spatial spheres, create a slippery reality analogous to the
impossibility of categorizing or analyzing love.
The third character on the unadorned stage is Desconocido that Cruz delegates as a regidor. His
management serves beyond handling a few props. He also prompts, or manages, Turing’s self-study
of his relationships both as he (mis)understands them and as they play out within the rules of
society. Desconocido also assumes the identities of some of Turing’s lovers as well as of his
primary love, Arnold. Sibila and Desconocido are inherent to the play, yet I would argue that
Turing is figuratively alone, thinking aloud as he would while problem-solving a science
experiment. Alongside the mathematical methodology, his conversations with Sibilida and
Desconocido are philosophical and poetic. One hypothetical is that whether we are aware of it,
possibly every time we say “yes” or “no”, and each promise we have made and each profession that
we will make have always been in plain sight:
A la vista, el futuro y el pasado… Y me gustaría pensar que no solo nuestro futuro y nuestro
pasado. El futuro y el pasado de cualquier hombre o de cualquier mujer. La vida entera, la
ciencia entera, en el esqueleto matemático de una margarita. (61)
34
Crux has categorically positioned place, time, and action as simultaneous, like a nonlinear equation.
Turing, fraught with a mathematical mind that cannot fathom the meaning of love, has already
taken a bite of an apple when the drama begins with Sibila´s dialogue. In the final scene Turing
poses: “. . . ¿por qué tenemos cuerpo? ¿Por qué no vivimos como espíritus libres y nos
comunicamos como tales? No habría nada, ¿te imaginas?, que no pudiéramos hacer” (74). As he
considers his life, asking what he understood and what he got wrong, he then chooses to live as a
free spirit whose questions are answered and who is freed from cultural and political storms. By
exploiting the distancing technique inherent to historical dramas, Cruz confronts the spectator and
reader with the past in order to talk about the present.
María Velasco´s astute and eloquent Prologue is the icing on the cake: “Me parece que
Constelazión es también una vindicación del lugar de la subjectividad en la ciencia, contra cierto
fundamentalismo científico” (12). In turn, Cruz asks audience members and readers to reflect on
cultural inflexibilities that inhibit, persecute, and prosecute sectors of society, inflexibilities that are
not absolutes but that shift with time. Constelazión offers a superb point of departure for research
or classroom study of history and culture as they were and are, constantly changing with each
generation, each protest, and each enlightenment. Cruz’s homage to Turing is in itself social
activism.
Candyce Crew Leonard Wake Forest University
Ayer y hoy del Teatro Circo Murcia (1892-2011)
Ed. y coord. de César Oliva Murcia: Univ. de Murcia/EDITUM, 2014. 284 pp.
Dar a conocer la historia y la rehabilitación del Teatro
Circo Villar, conocido actualmente como Teatro Circo Murcia
(TCM) es el objetivo principal de este volumen. El periodista
Pedro Soler hace un minucioso estudio de hechos y vivencias
del Teatro Circo Villar, desde que Murcia se planteara este
proyecto y se comentara en los diarios en 1889, hasta el cierre
del mismo en febrero de 1984. Soler explicita de forma
cronológica, y con un mayor énfasis en los acontecimientos
hasta la guerra civil, los pormenores del famoso edificio. El periodista detalla todas las vicisitudes
relacionadas con el Teatro Circo Villar, desde su construcción y diferentes inauguraciones hasta la
narración de las más variopintas actividades realizadas en el teatro en su casi primer centenario de
vida. Éstas incluyen desde obras teatrales y espectáculos circenses hasta reuniones de diferentes
35
organizaciones, mítines políticos como el de la famosa Dolores Ibárruri (La Pasionaria), pasando
por competiciones de boxeo, bailes de salón y de disfraces, convites, homenajes, zarzuela, ópera,
enseñanza de esgrima y de gimnasia, e incluso hubo un espectáculo en una piscina protagonizado
por las hermanas Benett. A partir de la aparición de la cinematografía, el Teatro Circo dedicó cada
vez más horas al séptimo arte, siendo ésta la actividad predominante después de la guerra civil
española. La necesidad de crear beneficios económicos después de diversos contratiempos
financieros que suelen acontecer a los proveedores de la cultura, y la popularidad del cine tanto
mudo en sus principios como sonoro, fueron las principales razones por las que los directivos del
Teatro invirtieron en las mejores películas del momento, de ahí que al Teatro Circo Villar se le
conozca como el “Primer Cinematógrafo” de Murcia.
En su epílogo, Soler rinde homenaje a los dos murcianos que más contribuyeron a hacer posible
este emblemático edificio, el empresario que patrocinó las obras del Teatro Circo Villar, D. Enrique
Villar, y el arquitecto a las que se les encargó, D. Justo Millán. En estas últimas líneas, Soler resalta
la grandeza profesional y humana que compartían estos dos carismáticos personajes y la profunda
admiración que siente él y el pueblo de Murcia por estas personas que con su trabajo y dedicación
hicieron realidad el sueño de muchos.
A continuación del exhaustivo y bien documentado análisis de Soler que ocupa la mayor parte
del volumen, los arquitectos Vicente Pérez Albacete, Jaime Pérez Zulueta, y María Pérez Zulueta
explican las condiciones físicas en las que se encontraba el edifico y las labores de rehabilitación
que les fueron encomendadas. Ellos se centran en los tres pasos principales que siguieron: la
conservación de la estructura del edificio, la construcción de un escenario funcional con la
introducción de plataformas móviles usando para ello parte del patio de butacas y la creación de
una planta sótano para diversas dependencias como aseos, vestuarios, camerinos etc. Incluyen
nueve figuras y 47 fotografías del Teatro que ayudan al lector a visualizar la magnitud y
espectacularidad de la rehabilitación que se prolongó durante cinco años.
El doctor César Oliva, editor de este libro y reconocido pedagogo, dramaturgo y director de
teatro, comenta su labor en el proyecto de rehabilitación del TCM como consejero y director de
futuros programas del mismo. Además incide en las dos temporadas de trabajo desde su reapertura,
2011-2013, en la que destaca las diferentes actividades ofrecidas a los murcianos, desde
representaciones teatrales de espectáculos no convencionales, al circo, la danza contemporánea,
conciertos y recitales entre muchas otras. A su entender, Murcia ha “recuperado un espacio para la
cultura” (272).
En resumen, el lector se familiariza con una gran cantidad de información y anécdotas
interesantes, en ocasiones en base de humor, de la historia y rehabilitación del Teatro Circo de
Murcia. Cualquier persona con interés teatral o cultural en general, disfrutará de la locuacidad,
36
humor y sencilla expresión del muchas veces premiado periodista Pedro Soler. Este escritor titula
sus páginas “crónica de un viaje por el testimonio y la imaginación.” Es un recorrido no solo de la
historia del Teatro Circo Villar, sino también de la historia de Murcia y de España, con menciones
de artistas, músicos, películas, acontecimientos, políticos y demás personalidades de la época. Todo
ello basado en una rigurosa selección de artículos y notas de diarios locales. Los capítulos de los
arquitectos mencionados anteriormente y el de César Oliva ayudan a completar la historia de uno
de los edificios más emblemáticos de Murcia.
Begoña Caballero Wofford College
Víctor García Ruiz La comedia de posguerra en España Pamplona: EUNSA (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.) / Anejos de Rilce, No. 62, 2014. 134 pp.
In this concise study, Víctor García Ruiz explores the scope
and importance of comedic theatre in post-Civil War Spain. In
chapter one, “la comedia de posguerra,” he addresses the
challenge of defining the two foci of his study: posguerra and
comedia. He explains the difference between the beginning of the
historical, political, and social posguerra (1939), the lagging
development of a cultural posguerra (early 1950s for theatre),
and the reasons for the relative stasis in the theatre of the 1940s. He then turns his attention to the
many faces of comedia and the manner in which the ethos of comedic theatre did not fit well within
the overarching ethos of the 20th century, contributing, in part, to the relative, and unfortunate,
devaluation of comedy as an endeavor of literary and scholarly import.
In chapter two, “Las modalidades de la comedia de posguerra,” García Ruiz establishes a new
taxonomy for studying post-Civil War comedy based on a continuum. At one end he posits the
authors of “la comedia de humor” (Jardiel, Mihura, Neville, Tono, and Carlos Llopis), and at the
other, the authors of the “comedia de estirpe benaventina” (Pemán and Luca de Tena) (31). The
location of authors along the spectrum (López Rubio, Ruiz Iriarte, Armiñán, Claudio de la Torre,
Calvo Sotelo) depends on the degree to which they exhibit characteristics of either extreme. García
Ruiz conceives fantasy as the link between the two poles.
In chapter three, García Ruiz focuses exclusively on “La comedia de humor,” elucidating its
main characteristics and the commonalities among its authors. These playwrights began their
careers working for humorous magazines. In addition, they were involved to varying degrees in the
film industry, and were dedicated solely to the production of comedy. García Ruiz sees their
37
humor, grounded in the poetic, fantastic, and implausible, as representing a first step in the
renovation of the comedia in the post-War period, even though many of the elements of this type of
humor were in vogue well before the outbreak of the War thereby blurring the lines between pre-
and post-Civil War comedy.
The next eight chapters explore the authors on García Ruiz’s continuum beginning with the
creative production and significance of authors of the “comedia de humor” and moving
progressively toward the authors of moralistic and realistic comedies. The most in-depth chapters
are dedicated to Jardiel and Mihura, whom García Ruiz considers to be pioneers of a new kind of
comedic theatre. Scant attention is paid to the two authors representing the opposite end of the
spectrum (Luna de Tena and Pemán) because of the lack of renovation in their theatrical production
and the fact that they were not dedicated exclusively to writing comedies. The other chapters in this
section of the book vary in terms of the depth with which the authors’ connection to the continuum
is explained and the detail with which their backgrounds and their works are explored.
The final four chapters address Tono, Carlos Llopis, Armiñán, and De Foxá who, for various
reasons, do not fit neatly into García Ruiz’s taxonomy. While these chapters initially appear to
break with the book’s structural focus (an examination of the authors of the comedia de posguerra
based on their location on the spectrum), they perhaps serve to reinforce García Ruiz’s assertion in
the first chapter regarding the challenge of defining and categorizing the comedia de posguerra.
García Ruiz’s approach to exploring post-Civil War comedy using a continuum is original. His
book is intended for scholars in the field and represents an important contribution to an area of
study that has not received adequate attention. He provides suggestions for further investigation and
also identifies areas where he believes critical attention has already been exhausted. Detailed
footnotes and a comprehensive bibliography are particularly helpful in directing readers to
additional information about authors and their works.
Alison Ridley Hollins University
38
Patrice Pavis La puesta en escena contemporánea. Orígenes, tendencias y perspectivas Trans. Magaly Muguercia Murcia: Edit.um, 2015, 454 pp.
Los hispanistas ya han podido acceder a los trabajos
científicos de Patrice Pavis gracias a la labor de las revistas
ADE-Teatro1, Gestos (Berkeley)2 o Teatro (Alcalá de Henares)3
entre otras. El presente volumen presenta las reflexiones del gran
investigador francés en torno a la evolución de la puesta en
escena en el siglo XX, y más específicamente en sus últimas
décadas (hasta el año 2006). A pesar de un marcado esfuerzo
para indagar en los orígenes de la puesta en escena y su evolución en el siglo XX, el análisis revela
más bien una preocupación por la producción escénica actual, y no tanto una preocupación
historicista. Lo que refleja la obra no es solo la trayectoria de un investigador, sino sobre todo la de
un espectador inquieto, en perpetuo cuestionamiento sobre la práctica escénica y sobre su propia
práctica investigadora. Llama la atención la acumulación de preguntas al final de cada capítulo.
Parece que el autor no sólo cuestiona la pertinencia de los métodos de análisis tradicionales, sino
que también zarandea al lector que espera encontrar respuestas tajantes y perentorias a sus
interrogaciones.
El libro se divide en trece capítulos que abarcan desde los orígenes y bases teóricas de la puesta
en escena hasta las experimentaciones más recientes que van cuestionando el concepto mismo de
puesta en escena. Propone un esquema evolutivo del concepto, una periodización que toma en
cuenta la concepción cambiante del arte escénico. El estudioso justifica esta indagación histórica
por el hecho de que la práctica actual le debe mucho a los inicios de la puesta en escena: las
propuestas de Antoine, de Craig, de Artaud, de Brecht y de otros muchos artistas teatrales
continúan actuando sobre las experiencias contemporáneas y la práctica de la performance.
Pavis plantea la hipótesis según la cual la concepción semiológica ya no valdría para analizar
las puestas en escena contemporáneas. Para él, el reto que se presenta hoy radica en la dificultad
cada vez mayor de descifrar los espectáculos en su lógica interna. Lo esencial ya no sería el
resultado, sino el proceso: frente a la concepción tradicional de la puesta en escena como paso del
1 Natalia Canizares, “Patrice Pavis: Metodología del análisis de la puesta en escena”, en ADE teatro: Revista de la Asociación de Directores de Escena de España 47 (1995): 12-17. 2 Patrice Pavis, “Tesis para el análisis del texto dramático”, en Gestos: teoría y práctica del teatro hispánico 33 (2002): 9-34; Patrice Pavis, “La desconstrucción de la puesta en escena posmoderna”, en Gestos: teoría y práctica del teatro hispánico 48 (2009): 13-36. 3 Patrice Pavis, “La recepción del texto dramático y espectacular: los procesos de ficcionalización y de ideologización”, en Discurso: revista internacional de semiótica y teoría literaria 1 (1987): 27-56.
39
texto a la escena y sistema semiótico coherente transmitido por una representación iterativa, la
noción de performance tal y como la define insiste en la acción ejecutada in situ e irrepetible.
Sin embargo, el autor no rechaza del todo el concepto de puesta en escena ya que, para él, la
teatralidad y la performance no existen la una sin la otra: de ahí el neologismo “performise” o
“mise en perf” a través del cual asume plenamente su combinación metodológica. A nivel
epistemológico, el paso de la puesta en escena a la performance debe acompañarse de un giro
metodológico que consiste en aunar semiología descriptiva con fenomenología del sujeto receptor.
A la “mise en perf” (ámbito de la creación) responde la “semio-fenomenología” (ámbito de la
investigación).
Es de destacar la preocupación del autor por la traslación cultural de su teoría. Aunque basado
en análisis de espectáculos franceses en su gran mayoría, la visión se amplía a otras áreas
geográficas con un gran relativismo cultural. En lugar de tratar de exportar un “savoir-faire”
teórico, adopta un enfoque que consiste en “analizar cómo ‘ellos’ lo importan y lo adaptan a sus
necesidades” (179). Con este propósito, ofrece un análisis detenido de las performances de
Guillermo Gómez-Peña y de algunas producciones del teatro contemporáneo coreano (capítulos 6 y
7 respectivamente).
En sus diferentes capítulos, utiliza la noción de deconstrucción (J. Derrida) —deshacer, sin
destruir, un sistema de pensamiento dominante— para analizar el funcionamiento de varios
espectáculos. El aspecto central de esta deconstrucción posmoderna sería la transferencia del
control del sentido del director al actor y, en última instancia, al espectador a través de una
diseminación de los signos teatrales y del consecuente rechazo del encuentro unívoco con el
público. Muchos aspectos han contribuido al asentamiento de este proceso de deconstrucción en la
segunda mitad del siglo XX: la dramaturgia del actor en el teatro físico (Barba, Grotowski), el
desarrollo del método de la escritura in progress, la multiplicación de los creadores de sentido
(escenógrafos, iluminadores, figurinistas, músicos), la evolución en la concepción de los clásicos
(aprehendidos como materia renovable y ya no como autoridad intimidadora).
En todo caso, el investigador francés nos ofrece reflexiones que zarandean nuestra concepción
de la puesta en escena tal y como la solemos encontrar en trabajos que siguen centrándose
exclusivamente en el método semiológico. Lo que se pretende con este análisis no es proponer un
modelo apodíctico, sino abonar el terreno para el análisis comparativo de las modalidades de “mise
en perf” en el mundo, abrir brechas de investigación para futuros debates entre investigadores de
distintos países sin sacrificar, a pesar de todo, ni el rigor científico ni la relatividad histórico-
cultural. De ahí el gran interés que puede tener este aporte teórico para el análisis del teatro
contemporáneo español, en el que las fronteras entre “mise en scène” y “performance” se
40
difuminan cada vez más.
Los distintos ejemplos analizados a lo largo del estudio delatan cierta tendencia al formalismo en la
práctica contemporánea de la puesta en escena, ya que los esfuerzos de Pavis para recalcar el alcance
“poelítico” 4 de estas producciones francesas no acaban de convencer. Así, por ejemplo, algunos
aspectos del último capítulo “¿Adónde va la puesta en escena?” parecen algo desconectados del resto
del libro. En esta última parte, el autor trata de ampliar su análisis formal a observaciones sobre la
sociología del teatro desde una perspectiva crítica (cuestión del público, de la disolución de la
“asamblea teatral”, de la mala repartición de las subvenciones). Todos estos problemas de raíz
socioeconómica—e incluso política—pierden vigencia si los proyectamos sobre el teatro analizado por
Pavis en este estudio. De hecho, las producciones escogidas cierran las posibles reflexiones en torno a
la sociología del espectáculo ya que todas pertenecen a un determinado teatro subvencionado (Teatros
Nacionales, grandes teatros parisinos y festival de Aviñón) al que acude un determinado público
urbano cuyo capital sociocultural y/o económico no cuestiona el problema de la comunicación del
teatro con la sociedad en la que se inserta.
Simon Araud Université de Rennes (Francia)
Juan Pablo Heras Ciudadano del teatro. Álvaro Custodio, director de escena (república, exilio y transición) Madrid: Real Escuela Superior de Arte Dramático, 2015. 319 pp.
El libro de Juan Pablo Heras, Ciudadano del teatro. Álvaro
Custodio, director de escena (república, exilio y transición),
recupera la figura casi olvidada de “uno de los directores teatrales
más importantes del exilio republicano” (13) puesto que, como
afirma el autor, la labor de los teatristas españoles obligados a
dejar España debido a la dictadura franquista sigue siendo
desconocida y poco apreciada en España. Así, el dramaturgo y
director Álvaro Custodio (1912-1992), principal aporte del exilio republicano español en México,
deviene para Heras en el objeto de estudio de esta monografía.
En su estudio basado en su tesis doctoral, Heras se ocupa de la faceta de Custodio como creador
teatral (director) y solo toca tangencialmente su labor como dramaturgo. El volumen se divide en
ocho capítulos; los primeros cuatro dedicados a la cronología vital de Álvaro Custodio. Primero, su
4 Retomamos aquí el neologismo acuñado por Enzo Corman en su ensayo Ce que seul le théâtre peut dire. Considérations poélitiques (Lo que sólo el teatro puede decir. Consideraciones poelíticas), Besançon, Les Solitaires Intempestifs, 2012.
41
periodo de formación artística (1912-1921), al que le siguen sus cortas estadías en Francia,
República Dominicana y Cuba, países de su primer exilio (1939-1944), su inserción en México,
etapa más perecedera y próspera de su segundo exilio (1944-1973) y, finalmente, sus últimos veinte
años de vida, su retorno definitivo a España, su intento de reinserción en el mundo teatral español y
su muerte (1973-1992).
El crítico demuestra que Álvaro Custodio no tuvo una existencia fácil ni en su país ni en el
extranjero. Obligado a salir de España en 1939, deambuló por Francia, República Dominicana y
Cuba, desembarcando en México en 1944. Le costó hacerse un lugar en la industria teatral
mexicana debido a la relación amor-odio existente entre los dos países. Vivió en México por
veintinueve años en los cuales fundó la compañía Teatro Español de México (TEDM) con la que
presentó obras clásicas del teatro español con puestas en escena vanguardistas. Al cambiar de
nombre a Teatro Clásico de México (TCM) en 1959, el grupo amplió su repertorio a obras
nacionales. En 1973, sin estabilidad económica y sin conseguir el apoyo del estado para su
compañía, Custodio volvió a España después de 34 años de exilio. Regresó con la intención de
continuar su labor teatral; pero no logró encontrar un sitio en el teatro español. Terminó sus días en
San Lorenzo del Escorial donde, en 1980, fundó la Compañía Vocacional Real Coliseo. Con este
grupo amateur desarrolló un trabajo importante; pero, como bien afirma Heras, montar espectáculos
en España sin someterse a los criterios “establecidos” le condenó a la intrascendencia.
El estudio de Heras ofrece un análisis minucioso y detallado de la vida de Custodio y su labor
escénica que está basado en testimonios interpuestos. El crítico desarrolla una importante labor de
recopilación de documentos del discurso personal de Custodio y que completan su historiografía:
folletos, programas de mano conservados en los archivos del Centro de Información Teatral
Rodolfo Usigli (CITRU) en México D.F y en la Biblioteca de teatro y música de la Fundación Juan
March (FJM) en Madrid, publicaciones coordinadas por el propio Custodio, cartas personales,
crítica periodística, fuentes externas e internas que analizan su producción paratextual; testimonios
que el autor complementa con entrevistas en México a refugiados españoles y a otros profesionales
teatrales. El relato memorístico del propio Custodio, encontrado en extensas entrevistas que junto a
su mujer concedieron a Elena Aub entre 1980 y 1982, suman detalles, motivaciones, pensamientos
políticos y anécdotas. Todos estos textos adicionales refuerzan y confirman la lectura de Heras
sobre las circunstancias históricas que le tocó vivir a Custodio.
La organización textual de cada obra representada es a veces predecible y, hasta cierto punto,
monótona; sin embargo, contiene apreciaciones sutiles y bien sustentadas que arrojan luz sobre
determinadas decisiones estéticas de Custodio en México. Las citas están bien traídas y junto con
todos los otros documentos testimoniales, sirven para crear un tejido de relaciones donde se refleja
la consistencia del análisis de Heras con el pensamiento político y teatral de Custodio.
42
Los cuatro capítulos restantes, corresponden al epílogo, fichas técnicas de sus obras
representadas, imágenes fotográficas y bibliografía. El libro dedica también algunos epígrafes a
otras actividades del director teatral, labores alejadas del teatro pero trascendentales en su acaecer
biográfico: la diplomacia, el periodismo y el cine.
Custodio desarrolló la mayor parte de su carrera teatral en el extranjero y solo volvió a España
en 1973, por lo tanto, el valor de este libro es obvio. El rescatar del olvido la figura de Álvaro
Custodio es de por sí significativa; pero este libro posee, además, otros aspectos apreciables:
1. Es un trabajo historiográfico importante sobre la vida de Custodio en el extranjero,
especialmente en México, país es más conocido y apreciado que en su propio país.
2. Posee una labor minuciosa de reconstrucción de los textos espectaculares que Custodio
fue creando a lo largo de los años, así como en el contexto en que surgieron.
3. Tiene un apartado de fichas técnicas que presentan un notable resumen de las 66 obras
representadas por Custodio.
4. Presenta información en los epígrafes sobre temas y actividades claves para entender el
desarrollo artístico de Custodio.
5. Rescata, además, la importancia de Isabel Richart, esposa de Custodio, quien trabajó
detrás de escena en múltiples capacidades ayudando al éxito de su marido. Queda claro
que sin el apoyo físico y económico de Isabel y debido a la falta de recursos, Custodio
no habría sido capaz de poner en escena algunas de sus producciones más famosas.
6. Incluye una bibliografía detallada de recursos teatrales importantes para conocer y
entender a Custodio: sus publicaciones (obras de creación originales y sus versiones);
sus artículos, ensayos y ediciones y una extensa bibliografía general.
Con todo, este libro cumple ampliamente los objetivos de su autor: demuestra que Custodio fue
un teatrista innovador que llevó y dio a conocer el teatro clásico español allende los mares,
determina las condiciones sociopolíticas que afectaron la producción y recepción de su trabajo y
evalúan la capacidad de Custodio para gestionar su relación con aquellos que detentaban el control
del capital tanto en el sistema español como en el mexicano. En su obra, Heras demuestra el injusto
e irreparable abandono al que la España de la transición sometió a Álvaro Custodio, presenta su
vida y reivindica su valiosa labor teatral en España como en el extranjero.
María Teresa Sanhueza Wake Forest University
43
Juan Mayorga
Paradise Lost: Darwin’s Tortoise Guillermo Heras Tsunami Trans. Iride Lamartina-Lens Darwin’s Tortoise Introduction by Linda Materna Note by Jerelyn Johnson Tsunami Introduction and Note by David Hitchcock Estreno Contemporary Spanish Plays 37 General Editors: Iride Lamartina-Lens and Susan Berardini New Jersey: Estreno. 2014, 90 pp.
These two plays, by established and justifiably admired
playwrights Juan Mayorga and Guillermo Heras, translated with
aplomb by Iride Lamartina-Lens, complement each other
beautifully. They have significant elements in common: 1) enigmatic, adult women in important
life transitions at their respective centers; 2) an underlying distrust of, or ambivalence toward,
Western “progress”; 3) a preoccupation with the slipperiness of history and the unreliability of
memory; and 4) a willingness by both playwrights to disrupt our sense of certainty—about identity,
events, scientific integrity, and morality.
Juan Mayorga’s Darwin’s Tortoise deposits us into a world where Harriet, Charles Darwin’s
now-ancient tortoise, has evolved into an old woman —still retaining some of her Chelonian
biology. Zelig-like, she has experienced many big historical moments of twentieth-century Western
history, and wants only to return to the Galapagos to live out her remaining years. She will earn
this, or so she is told, by sharing her story and her body with the two men in the play: a professor
and a doctor. Her relationships with the professor and his wife, as well as the physician, test
everyone’s humanity, while allowing Harriet an outlet for her fascinating personal history. The
ending is unexpected, as are the rules of the world of the play, where doctors and academics are
able to readily believe in a creature like Harriet.
Humor is, as always, a difficult element to translate well. And though some of the overt jokes,
reliant on word-play as they are, fall flat, the humor of behavior and character come across very
well in this translation. Harriet is vivacious and unpredictable, and the narcissism of the humans —
including their unrelenting desire to profit at Harriet’s expense— provides plenty for skilled comic
actors to explore. However, the play’s strongest moments (and the best writing) come during
Harriet’s monologues. Mayorga (and Lamartina-Lens) capture both the fragmentation and
liveliness of memories well-told, with the further benefit of seeing key moments in history through
Harriet’s naive-yet-wise eyes. We are captivated by her, just as the Professor and Doctor are,
alternating between being amused at her exploits with Salvador Dali and being chilled when she
encounters the insidious force of Nazism in Berlin. I found the ending particularly satisfying, as
44
Harriet seizes her own power, and the play renounces, as Linda Materna eloquently puts it,
“humanity’s evolutionary involution and moral bankruptcy” (8).
Darwin’s Tortoise is a satisfying read for these reasons and many more, but its theatrical
possibilities are just as compelling. It is rare enough to find a powerfully original role for an older
woman at the center of a contemporary play, especially one who is not a figure of nostalgia or
grandmotherly comfort. But it also does what theatre does best, as it surprises us, celebrates
language, history, and honest human connection, even as it asks important questions about the
social structures and power relationships that bind us.
Tsunami, Guillermo Heras’s riveting play about another woman in transition, follows. Here,
Ingrid, a young woman vacationing in Sumatra, is caught up in the cataclysmic Indonesian tsunami
of 2004. Having survived the wave, while nearly all/everyone else around her has disappeared,
Ingrid resists the efforts of psychoanalysts and others to return her to her former life. She asks, “For
what reason would I now want to remember what happened before going to Sumatra? It doesn’t
make any sense to me. That past doesn’t exist any longer.” As she is pressured to reconstruct her
former life, and pieces of her time in Sumatra are revealed, Ingrid’s focus is on moving forward,
rejecting the materialistic values of the other Westerners around her, and using the experience for
some new, as yet unknown, maybe spiritual path. The climax, as she vividly remembers the coming
of the wave, is deeply moving, as is a scene in which Voltaire’s poem about the Lisboan tsunami in
1775 features prominently —reminding us of our tendency to ignore others’ tragedies: “Lisbon is
destroyed, and they dance in Paris” (82).
I very much admired Heras’s play, and I was almost always immersed in it, forgetting that I
was reading a translation. However, I occasionally wished for more careful attention to idiomatic
changes. For instance, in the quote above, “For what reason would I now want to remember,”
would flow better off an English speaker’s tongue as, “Why would I want to remember?” There are
a number of such changes that would have made this an even better piece for American actors to
wrap their mouths around. However, such details do not diminish the impact of the work.
Lamartina-Lens is adept at differentiating character voices, making active choices, and honoring
both the absurdity and gravity of the various characters and scenes. The play has power, strong
roles for women, vigorous forward movement, as well as personal and environmental themes that
audiences and readers will find important. For all these reasons, I hope Tsunami will find its way
into regional theatres, and university theatres and classrooms in the US.
I would be remiss if I did not mention the excellent notes in this volume by Johnson and
Hitchcock, which are informative and thoughtful, and provide superb starting points for discussion.
Materna’s introduction to Darwin’s Tortoise has a number of typographical and formatting errors,
but is otherwise terrific. Overall, a fine volume: a strong duo of plays, well-translated, and worth
45
considering for use in the classroom or in any number of theatrical contexts.
Cynthia Gendrich Wake Forest University
Creadores jóvenes en el ámbito teatral (20+13=33)
Edición de José Romera Castillo Madrid, Verbum, 2014. 366 pp.
Desde el año 2001 el Centro de Investigación de Semiótica
Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías de la UNED (SELITEN@T)
desempeña una intensa labor de investigación sobre semiótica,
recepción literaria, literatura comparada, escritura autobiográfica en
España y teatro. Esta última línea es una de las más fructíferas. Su
director, el profesor José Romera Castillo, ha centrado gran parte de
las actividades del centro en la reconstrucción de la vida escénica, el teatro clásico, el teatro de los
siglos XVIII y XIX, los dramaturgos y dramaturgas de los siglos XX y XXI y las relaciones del
teatro con el cine, la televisión y las nuevas tecnologías, generando estudios y tesis doctorales de
diversa índole que pueden consultarse en su página web (http://www.uned.es/centro-investigacion-
SELITEN@T/index2.html). Su intensa actividad y su proyección nacional e internacional hacen del
SELITEN@T un referente ineludible para el estudio del teatro dentro del hispanismo internacional.
En 2013 el SELITEN@T celebró su XXIII seminario internacional y centró su atención en los
jóvenes dramaturgos no mayores de treinta y tres años. Al igual que en ediciones anteriores el
objetivo de este encuentro fue ofrecer un panorama del teatro más actual de la mano de creadores e
investigadores, en concreto tomar el pulso a la creación dramática última y conocer cuáles son las
principales tendencias en esta materia. El resultado de ese encuentro está recogido en Creadores
jóvenes en el ámbito teatral (20+13=33); si bien, también puede visualizarse en
<https://canal.uned.es/serial/index/id/664>.
Las primeras páginas de esta obra las ocupan los testimonios y reflexiones de algunos de los
dramaturgos más relevantes del panorama teatral actual. Paco Bezerra encabeza este conjunto con
“Riesgo, duda y teatro” (28-30) donde explica cuáles son los estímulos que le llevan a escribir,
siendo el texto dramático un medio que le permite buscar respuestas a las grandes incógnitas. La
dramaturga Itziar Pascual dedicó su intervención a Diana I. Luque y a sus principales obras, entre
ellas Ex-preso a Bélgica, Felicidad, marca registrada y Tras la puerta. La propia Diana I. Luque
recoge el testigo para ofrecer unas reflexiones sobre la dramaturgia emergente en España y
denunciar, así, los obstáculos más comunes que surgen en este proceso creativo: la falta de respaldo
económico, la necesidad de un mayor apoyo por parte de editoriales y distribuidoras, la escasa
46
promoción de estos jóvenes creadores desde las instituciones públicas o las carencias en materia de
producción y gestión teatral; deficiencias que, por otro lado, han favorecido la experimentación, la
presencia de salas alternativas y el nacimiento de plataformas o iniciativas como el “crowfunding”.
El dramaturgo Jerónimo López Mozo, un habitual de los seminarios del SELITEN@T, centra su
trabajo en los premios de teatro autonómicos, nacionales e internacionales y su papel como
elemento impulsor de los jóvenes dramaturgos. Al igual que Diana I. Luque, López Mozo ofrece
una relación de los autores teatrales emergentes más consolidados lo que ayuda al lector a ir
configurando un mapa del teatro último. María Jesús Orozco Vera, de la Universidad de Sevilla, es
una investigadora con la que ya ha contado el SELITEN@T en congresos anteriores. Continuando
la línea trazada por Jerónimo López Mozo, centra su comunicación en los certámenes de teatro
convocados por INJUVE Instituto de la Juventud de Madrid y TAETRO Asociación de Amigos del
Teatro de Chiclana de la Frontera donde quedan retratados muchos de los dramaturgos emergentes
y la importancia del teatro mínimo en este contexto.
Ahora bien, para poder hacer un balance completo y fiel de este fenómeno no podemos ignorar
la realidad española que ha llevado a muchos dramaturgos a abandonar su país para desarrollar su
carrera en el exterior, tema del que se ocupa Arianna Fernández Grossocordón en “Generación
Erasmus: de cómo los jóvenes deciden crear en el extranjero” (79-92) en cuyas páginas rastrea el
trabajo de diversos autores instalados en Londres, París, Berlín o Nueva York. La dramaturga Lola
Blasco Mena retoma el tema de la creación artística para centrarse en la dramaturgia del yo y el
interés de su generación por acercar la esfera de lo privado y lo íntimo a lo público. Por otro lado,
la propia Lola Blasco es objeto de estudio junto a la dramaturga María Velasco en el trabajo de
Giovanna Manola en el que se señalan algunos episodios de la Historia que han llevado a las dos
autoras a reflexionar sobre el pasado y la memoria. El teatro de María Velasco se ve nuevamente
abordado por la investigadora estadounidense Eileen J. Doll en una comunicación centrada en dos
obras publicadas en 2009, Beatle muerto y Günter, un destripador en Viena, con las que profundiza
en los elementos que vertebran su teatro. Otra aportación procedente de Estados Unidos la firma
Rossana Fialdini Zambrano quien da visibilidad al grupo Laula Teatro y a Mariángeles Rodríguez
Alonso, una de sus fundadoras, resaltando su interés por temas como el exilio, el compromiso
social o la obra dramática de Federico García Lorca.
La Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) siempre se ha mostrado muy atenta a las
distintas ediciones del SELITEN@T lo que ha permitido contar con la presencia de sus profesores
y dramaturgos en varias ocasiones. En este seminario han intervenido Itziar Pascual (ya
mencionada) y Pablo Iglesias Simón. Este último hizo una exposición sobre sus concepciones
dramatúrgicas y la naturaleza de su teatro para relatar el proceso de gestación de su obra Justo en
medio del paralelo 38. Creadores jóvenes en el ámbito teatral también ha congregado a varios
47
investigadores interesados en la trayectoria de un autor dramático en concreto. Es el caso de “El
teatro de Antonio Rojano” (163-178) de Manuela Fox, figura que acumula más de veinte obras a
sus espaldas y que se define por una constante preocupación formal por el texto y el tratamiento de
temas universales desde un distanciamiento brechtiano. En “El teatro de Abel Zamora” (179-192)
de Simone Trecca se da fe de la dilatada producción de este autor valenciano y se revelan algunos
de los rasgos de su escritura teatral como es la combinación de distintos estilos y géneros y su
interés por ahondar en las obsesiones y frustraciones de sus personajes. Remedios Sánchez García
continúa esta línea con “Compromiso social y construcción del personaje en la dramaturgia de
Antonio Rincón-Cano” (193-206), director escénico, actor y autor que se ha abierto paso en la
escena contemporánea con un teatro alejado de los circuitos comerciales, una característica que
parecen compartir muchos de los dramaturgos recogidos en este seminario; en esta comunicación
se dedica un breve estudio a las obras Over the Rainbow, Pornografía, Plácida Aurora y Un
pequeño abismo.
Un grupo aparte lo conforman los investigadores del SELITEN@T (http://www.uned.es/centro-
investigacion-SELITEN@T/relacion.html). Además de su labor de investigación en las actividades
que lleva a cabo el centro, participan en las distintas ediciones del seminario. En esta ocasión sus
intervenciones han dibujado un mapa bastante completo de la escena nacional más joven. Ana
Prieto Nadal y Olivia Nieto Yusta retrataron la escena catalana a partir del teatro de Jordi
Casanovas, Marta Buchaca y Albert Tola dando a conocer sus recursos, fuentes de inspiración e
imaginario artístico. En el caso de Ana Prieto, esta hizo un recorrido por las obras de Jordi
Casanovas y Marta Buchaca quienes comparten un gusto por la estética pop, los referentes
audiovisuales y la escritura enfocada a la escenificación. Por otro lado, Olivia Nieto se centró en la
primera obra de Albert Tola, Salento, para desgranar los motivos recurrentes en su teatro: la
muerte, el reencuentro, la figura del personaje-confidente o el paso de la infancia a la edad adulta y
su repercusión emocional. La escena asturiana también se vio representada por Rubén Chimeno
Fernández quien hizo un acopio de los principales recursos de los que disponen los autores de
teatro noveles dentro de la infraestructura cultural de Asturias (editoriales, revistas y premios)
ofreciendo, más adelante, una relación de los nombres que poco a poco se han ido consolidando
sobre las tablas. Ricardo de la Torre Rodríguez tomó el pulso a la escena gallega, en la que resulta
fundamental el Centro Dramático Galego, y aprovechó para reivindicar, desde estas páginas, una
mayor implicación con el público juvenil. Miguel Ángel Jiménez Aguilar hizo de embajador de la
escena malagueña con un estudio dedicado a las dramaturgias de Sergio Rubio, Juan Alberto
Salvatierra y Ery Nízar en cuyas páginas se delinean los parámetros en los que se mueve la vida
escénica de Málaga, no exenta de las habituales dificultades con las que tienen que convivir los
jóvenes dramaturgos. En otra línea se sitúa la ponencia de Marina Sanfilippo que ha querido dar a
48
conocer el trabajo de la dramaturga italiana Letizia Russo, figura desconocida en España pero de
gran repercusión en la escena internacional.
En un marco interdisciplinar, y fuera del grupo de investigadores del Seliten@t, se encuentra el
trabajo de Gemma Pimenta Soto sobre el Grupo SinTeticas, compañía gestada en el Laboratorio de
Acción Escénica Vladimir Tzekov cuyas puestas en escena se sirven de la experimentación y se
articulan por medio de la música y el ritmo en un claro rechazo a la convención naturalista. Junto a
esta investigadora destaca Sara Boo Tomás y su estudio sobre Antonella D’Ascenzi, una artista
multidisciplinar que se nutre de la performance, la danza y el teatro para narrar mundos violentos y
cuestionar roles socialmente asumidos. Margarita Alfaro Amieiro contribuye a la causa con “La
regeneración del teatro contemporáneo desde la perspectiva de Pauline Picot” (323-335), joven
dramaturga francesa que recurre a la marioneta como artefacto, como elemento potenciador de la
teatralidad en escena y como recurso claramente deshumanizador, conceptos vinculados a las
lecturas surgidas en el teatro contemporáneo en torno al cuerpo. Julia Nawrot pone el foco en el
teatro para niños, un tema poco desarrollado e investigado en España al que se nos aproxima a
través de la artista polaca Agnieszka Czekierda. Por último, Maria Gorete Oliveira de Sousa y
Mariana de Lima e Muniz ponen el broche final con un trabajo sobre Grace Passô y su papel dentro
de la dramaturgia brasileña más reciente.
A la vista de estos estudios no cabe duda de que la creación más joven se mueve en un terreno
resbaladizo que, por el contrario, no ha mermado su capacidad e intensidad creativa. Los jóvenes
dramaturgos son autores poliédricos abiertos a la hibridación de géneros, a la creación
interdisciplinar y a la influencia de distintos lenguajes artísticos. Con ellos está naciendo un nuevo
teatro que debe ser investigado en todas sus facetas, una labor que el Centro de Investigación del
SELITEN@T asume como propia. El profesor José Romera Castillo ha vuelto a poner de relieve su
capacidad para convocar a especialistas de las artes escénicas, investigadores y creadores
nacionales e internacionales que permiten diseccionar el panorama teatral más actual con rigor
científico y amplitud de enfoques, lo que hace de Creadores jóvenes en el ámbito teatral una obra
imprescindible para la comunidad científica y académica.
Olivia Nieto Yusta. Investigadora del SELITEN@T. Universidad Nacional de Educación a Distancia, España
49
Miguel Ángel Mañas Tu palabra hágase en mí Prólogos de Olga Bernard, Carmen Ruth Boillos, Marta Navarro García, Leticia Solanas, Norberto Gutiérrez, Christina Charro Ocaña: Lastura, 2015. 63pp
Tu palabra hágase en mí is a one-woman show in which the
actress must display with agility several stages of the life of her
character, as well as represent other characters, including her mother
and more than one interlocutor. There is a certain nineteenth-century
determinism that is pervasive in the text; a determinism that stifles the single character —a woman
condemned to a life of prostitution— and strips her of self-agency in deciding, creating, or
changing the circumstances of her pitiless fate. In scene V, “Venta/Carne”, when one interlocutor
cruelly reminds her of her fate, determinism is more than evident: “En tu país no puedes hacer nada
para comer un trozo de pan, pero aquí tendrás pan, pero duro y enmohecido… El hambre os
convierte en niñas inocentes, desesperadas, ilusas…seguro que te dijeron que en este lugar del
mundo las calles están asfaltadas con oro” (47). We can almost hear traces of Pardo Bazán in this
section, yet resorting to that literary aesthetic of a century ago does little, in this instance, of
awakening any true empathy for the protagonist.
Perhaps even more disturbing, though, is that the presentation of the protagonist suggests that
her only salvation may come by way of one of her clients, although in the heat of passion, a client
might promise her anything. In Act III, significantly titled “Estado del alma”, the actress speaks his
lines, reeking of eroticism suited to his pleasure:
Quiero hacer vibrar los tendones de tu cuerpo para saber cómo te late el corazón. Quiero
saber a qué sabe tu alma…. Necesito, dijo sonriendo, que me ayudes a espantar a todos los
insectos que te muerden el alma…. Juntos iremos a sitios en donde nunca se pone el sol y
podrás tumbarte sobre suelos limpios, sin huellas de ratas, sin huellas de hienas, sin huellas
de animales de ojos verdes (33, 34)
And then, in a dialogue challenging for the actress who must elect how to manipulate each voice,
she continues:
Me quieres salvar, le pregunté. Sí, me contestó. Te salvaré.
De que me quieres salvar, le pregunté. De los ojos verdes, me contestó.
No puedes. Les pertenezco. Nací y ya les pertenecía.
Se mira al espejo.
Nadie puede salvarme de mí misma” (34)
As social critique, Tu palabra hágase en mí falls flat. We hear a story that’s been told many times,
50
here retold through a male approach of eroticizing the victim, even as he is “speaking” for her. The
dialogue incarnates the male gaze, objectifying the protagonist, even as the author is ostensibly
decrying such objectification.
Turning to the aesthetics of the piece, we find something more inviting in the development of
melodramatic language, and performative possibilities for the actress. In her brief prologue, Isabel
Miguel underlines the most salient feature of the text: “si algo llama poderosamente la atención en
esta obra, es el lirismo que rebosa, una poesía dura y descarnada para [la] temática…” (11). There
is no question that Mañas ably navigates rhythm, lexicon and reference in this play. The title refers
to the Bible verse in Luke 1: 38, when Mary professes: “I am the Lord’s servant; may it be unto me
according to your word”. And certainly in this play, Mañas deftly twists a religious framework to
point his finger at systematic and institutionalized misogyny and abuse in dominant western power
structures. A second reference, perhaps ironic, appears near the end of the play in the final scene
titled “Ella/yo/Ella”. This is the only time in the play when the protagonist names herself other than
as the canvas on which the “hijos de puta” draw themselves, when she opens up, “Hola. Me
llamo…Casandra…” (55). It is not, however, an act of self-agency as seen in Ursula LeGuin’s short
story “She Unnames Them”. Rather, in accordance to the Greek myth, the protagonist has no
credibility as no one will believe what she has to say; in naming herself as a Cassandra, she
recognizes that she is cursed, never to be free. In the framework of modern psychology, the
Cassandra complex can be likened to the helplessness of women attributed to overfeminization.
Besides recognizing the skill with language that the author wields, it is intriguing to imagine the
latitude, and indeed the liberty with which the actress and the director could create different
characters, to decide who says what, and how, etc. There is an openness in which the actress could
explore her creativity, and develop completely different readings; including, perhaps an ironic
reading, which might be positively received by a twenty-first century audience, or a twenty-first
century academic, whether student or teacher.
In sum, it is laudable that a Spanish author makes the effort to dive into the sordid
circumstances that condemn a woman to work as a prostitute. It is also imperative to retell this
story which is repeated fatally in the lives of so many. But it is equally important to do this without
returning to the manipulative and outdated structures that don’t allow for any type of radical,
interesting or critical perspective. Unfortunately, Miguel Angel Mañas does indeed resort to such
tired old structures. This text offers interesting opportunities for performance; however there is
none of the subtlety or ambiguity that he masterfully exposes in his play Noche de las almas
abiertas (2014).
Greta Trautmann UNC Asheville
51
FALL 2015
RESEÑAS Candyce Crew Leonard Wake Forest University
Estreno invita la colaboración de sus lectores en la crítica de libros; los que quieran contribuir con alguna reseña deben dirigirse, desde ahora, a la profesora Jerelyn Johnson de Fairfield University, la nueva directora de reseñas a partir del número de otoño de 2016. Las casas editoriales y los autores están cordialmente invitados a enviar ejemplares de sus libros de teatro. De preferencia incluiremos libros de crítica y ediciones con estudios introductorios. Los libros se pueden enviar a Jerelyn Johnson, Department of Modern Languages and Literatures, Fairfield University, 1073 N. Benson Road, Fairfield, CT 06824.
Luisa García-Manso. Género, identidad y drama histórico escrito por mujeres en España (1975-2010). Oviedo: KRK Ediciones, 2013. 412 pgs.
Esta monografía propone un acercamiento, a través de los
estudios de género, al drama histórico de autoría femenina
publicado o estrenado en España entre 1975 y 2010. El propósito
principal es ofrecer una visión panorámica de las contribuciones de
más de cuarenta dramaturgas españolas a la construcción de “la
identidad colectiva en el drama histórico contemporáneo” (35).
García-Manso organiza la ingente cantidad de información que incluye en su libro en tres
apartados. El primero es el más breve y lo dedica a definir el subgénero del drama histórico. La
autora opta por una categorización amplia, abarcadora de piezas teatrales, a las que una buena
parte de la crítica no pondría la etiqueta de “teatro histórico”. Para García-Manso, sin embargo,
pertenece a este subgénero cualquier obra que reflexione sobre hechos sociales, culturales y
políticos del momento en que se publica o estrena; una definición, en mi opinión, demasiado
inclusiva. Una vez delimitadas las amplias fronteras del objeto de estudio, García-Manso dedica
unas páginas a explicar el concepto de identidad nacional y a subrayar el papel del teatro como
generador de patrones identitarios individuales y colectivos.
El segundo capítulo presenta las estrategias utilizadas por las dramaturgas para formarse en el
ámbito teatral, darse a conocer y respetar, y poder llegar así a unos escenarios que, durante el
franquismo, habían vedado su protagonismo como autoras y directoras. Ante el gran número de
dramaturgas que maneja en este estudio, García-Manso lleva a cabo una extraordinaria labor
sistematizadora y las divide en cuatro subapartados: 1) las que desarrollan su obra en el exilio; 2)
las formadas durante el franquismo; 3) las nacidas en los años 60; 4) las últimas generaciones.
El tercer capítulo es el más extenso y también probablemente el más atractivo, especialmente
52
para aquellos lectores que busquen un resumen argumental y una valoración inicial de más de cien
piezas teatrales escritas por mujeres, en la mayor parte de los casos poco conocidas y estudiadas.
El criterio de organización es en gran medida temático, con subapartados dedicados a asuntos de
gran relevancia en la actualidad, entre los que destacan los siguientes: mujeres y poder ante la
Historia, conflictos identitarios y violencia, la inmigración, el terrorismo, el impacto de las guerras
de los Balcanes, el conflicto árabe-israelí, y la violencia de género, entre otros. García-Manso
incluye, además, una extensa bibliografía y unos apéndices que pueden ser de gran utilidad para
personas que quieran profundizar en este amplio campo de estudio que la autora deja cartografiado.
Género, identidad y drama histórico escrito por mujeres en España (1975-2010) merece ser
elogiada por su claridad expositiva, su capacidad de síntesis y la exhaustiva labor de
documentación realizada. Por otra parte, considero oportuno advertir que aquellos que busquen un
análisis en profundidad de, al menos, algunas de las obras incluidas, quedarán probablemente
defraudados, puesto que el trabajo de García-Manso es más descriptivo que analítico, o incluso
crítico. Es cierto que sería imposible ahondar en el estudio de más de un centenar de obras, pero
la autora podría haber seleccionado las más significativas o aquellas que realmente se ajustaran a
la definición inicial de teatro histórico que propone como punto de partida: “un género dramático
que construye discursos sobre la Historia o hace referencia a realidades y procesos históricos como
materia dramática u objeto de reflexión” (40). Desde esta perspectiva, habrían quedado excluidas,
por ejemplo, reescrituras del mito griego tales como: Lagartijas, gaviotas, y mariposas, Las voces
de Penélope, Polifonía, Tras las tocas y Aquel aire infinito, entre otras. A pesar de estas
objeciones, es ineludible reconocer que nos encontramos ante una obra de referencia
indispensable, que actualiza y complementa monografías y antologías dedicadas al teatro español
de autoría femenina: Nuevos manantiales, eds. Candyce Leonard e Íride Lamartina-Lens (Tomos
1 y 2, 2001); Autoras en la historia del teatro español (1500-2000), ed. Juan Antonio Hormigón
(Tomos 1 y 2, 1996, y Tomo 3, 2000); y Dramaturgas españolas en la escena actual, ed. Raquel
García Pascual (2011), por citar tan solo las más recientes, seguidoras del estudio pionero de
Patricia O’Connor, Dramaturgas españolas de hoy (1988).
María Asunción Gómez
Florida International University
53
María Velasco. La ceremonia de la confusión Prólogo de Yolanda Pallín. Madrid: Centro Dramático Nacional, 2013. 110 pgs.
One of the young, fresh voices active in the dramatic
world of Madrid is María Velasco (Burgos, 1984). She already
has to her credit six published plays and at least three produced:
Beatle muerto (2009, in Teatro. Piezas breves. Alumnos
RESAD. Curso 2008/2009), Günter, un destripador en Viena
(2009, in Primer Acto 327.1), Perros en danza (2010, premiered,
published by Injuve, Textos teatrales Marqués de Bradomín
2010), Nómadas no amados (2010, in “Teatro de papel” 12 of Primer Acto), Manlet (2012, in
Acotaciones 28), and in collaboration with Javier Yagüe, Gen.esix (2010, premiered,
unpublished). Her latest production/publication, La ceremonia de la confusión, examines “la
Movida”, a type of movement during the 1980s period in Spain, as seen from the perspective—
literal and metaphorical—of a present-time wake. One of the old gang has died, and three of his
former companions gather at the mortuary for a final farewell with the
deceased, el Negro—who is also a character. In reality, one of them, Mai, is there by chance
because she is meeting the deceased man’s young partner, Pau, in the mortuary’s bar.
The old friends exchange memories and talk about their current lives, while the dead man
sings songs from their past (with his friends sometimes joining in). The “losers” form one of the
juxtaposition (among several) and represent the decay la Movida signifies: the failure of Olga and
Fabio to find their place in society, for example; the extravagances of la Movida as well as the
physical decadence of aging as a result of the excesses of their youth; and the loss of motivation
in the present. Even the young man, Pau feels old and wonders why he has nostalgia for an era he
did not experience.
As part of the cycle of works produced at the Centro Dramático Nacional, this publication
includes several production photos, an excellent addition that allows those unable to attend a
performance a glimpse of what it was like. In addition, there is a prologue by Yolanda Pallín and
a note by Velasco herself. Pallín discusses the play in somewhat esoteric terms, underscoring the
use of dramatic contrasts, while Velasco defends her choice of topic, stressing how the rules of the
game began with the turbulent Transition but evolved into the current mood of pessimism.
María Velasco has entered the game of contemporary theatre well prepared. Her use of
language is clear, concise, and often hard-hitting. There is no real plot, and Velasco avoids
sentimentality through careful dialogue, absurd exchanges, irony, and most of all, dark humor. All
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of these serve the topic and the setting well. With a true sense of character—placing the appropriate
dialogue in a context that works, and making us believe the people saying it—she develops the
stories within La ceremonia… but without an overarching plot. As Pallín notes in her Prologue,
the contrasts and the musical aspect of the play form its structure. With the paradoxical
formulations of the play, the audience revisits the era of la Movida and makes a renewed
assessment of both that time period and the present.
Eileen J. Doll
Loyola University-New Orleans
Luis Miguel González Cruz.
Los payasos
Madrid: Asociación de Autores de
Teatro, 2007, 133 pgs.
Los payasos
Prólogo de Raúl Hernández
Garrido. Madrid: LcLibros, 2013.
Ebook, 67 pgs.
La obra Los Payasos, del
dramaturgo Luis Miguel González Cruz, publicada en 2007 por la Asociación de Autores de
Teatro y más tarde, en 2013, como e-libro por LcLibros, mantiene su relevancia e interés hoy
día debido a las atrevidas cuestiones que plantea a varios niveles. En su fabuloso prólogo a la
edición de LcLibros, Raúl Hernández Garrido afirma que es precisamente “la falta de valentía
del espectáculo teatral actual” (s.n.) lo que impide que textos tan audaces y arriesgados como
Los Payasos vean la luz de un escenario y tengan la trascendencia y el alcance que deberían
tener. Es quizás el temor a descubrir lo insidioso y mezquino de nuestros medios de comunicación
y el poder que ejercen sobre su público lo que establezca legítimas trabas a la oportunidad de
representación de esta obra o cualquiera que se le parezca. Porque este texto compromete,
como sólo el buen teatro puede hacerlo, y su nueva edición en e-libro pasados seis años de su
difusión en papel, vuelve a reiterar la vigencia de su temática en nuestra sociedad actual y a
apuntar, en específico, a la precaria situación del ámbito televisivo en España.
La obra se abre con una exagerada escena de amor imposible en la que la protagonista
femenina, Fina, se suicida frente a su anonadado galán, Alberto. Una triste melodía de tuba sirve
de transición al programa de televisión que ofrece un crucero por el Mediterráneo a la primera
agraciada que quiera pasar una noche y “compartir [la] carga” del traicionado “Alberto
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Schwarkopf de los Remedios” (9). Así se inicia el vertiginoso y disparatado experimento de un
grupo de dudosos intérpretes hacia una “fiesta letal de la distracción” (129) y hacia un trágico y
absurdo final. Alberto y su afortunada Felicidad Gómez comienzan un cómico periplo que culmina
en un vertedero de basuras y en una guerra abierta entre todos los involucrados en el espectáculo
(y un monarca) danzando al son del Nessum Dorma, la famosa ópera de Puccini. En la edición
prologada, Hernández Garrido compara esta “cabalgata de personajes,” este “circo imaginario,”
con el mejor cine de Fellini, al que González Cruz parece ser devoto. El “juego de la ficción dentro
de la ficción” (s.n.) hace que la realidad se desvanezca a medida que avanza el texto,
convirtiéndose éste, paso a paso, en puro simulacro y perdiendo todo vestigio o trazo de
verisimilitud: “Lo real no se elabora. Es.”—afirma Felicidad— “Sólo lo falso necesita ser
construido” (106). Lo que el lector observa es la producción de un espectáculo cambiante, en
continuo flujo, donde los personajes cuestionan constantemente su papel y el papel de los demás.
Donde productores, realizadores, directores, actores y mozos de escena confiesan su irrelevancia
y desconfían, aturdidos, del mundillo traicionero e incongruente que habitan: “¿quién ha dicho que
la televisión no es cultura?”—pregunta el productor una y otra vez—“Pues toma cultura. ¡Toma
incesto! ¡Toma complejo! ¡Con dos cojones! ¡Eso es la televisión! ¡Cultura, pero con dos cojones!”
(16). En múltiples ocasiones vemos en el texto la profunda contradicción de unos medios de
comunicación libres y al mismo tiempo constrictivos, que ofrecen cultura y al mismo tiempo
imponen mediocridad, que cuestionan y son cuestionables. Y por cuestionarse, se cuestiona todo:
la existencia de un guion escrito y verdadero, la autenticidad y el valor de los diálogos, de la
escenografía, del “raccord” y hasta la relevancia de los personajes, meros accesorios de una trama
absurda:
PRESENTADOR: Y bien …, ¿sabemos dónde estamos?
(Todos se miran sin contestar.)
REGIDOR: A la deriva.
PRESENTADOR: Bueno, eso es ya saber algo. No estamos tan perdidos.” (90)
Los Payasos recuerda al mejor teatro del absurdo, o incluso a las viejas películas de los hermanos
Marx, donde la realidad se caricaturiza para demostrar su mordacidad y ridiculez, su verdadera
idiosincrasia. El texto, plagado de frases reveladoras en escenas discordantes hace, según
Hernández Garrido, múltiples “guiños a... momentos personales del mismo González Cruz” y a su
propia experiencia como realizador y director en televisión. A través de “un filtro deformante y
grotesco” (s.n.) González Cruz critica los procedimientos del mundo audiovisual al mismo tiempo
que crea una obra punzante, llena de humor y perspicacia, características todas del buen teatro.
Pilar Pérez Serrano
Gordon College
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José Romera Castillo (ed.). Teatro e Internet en la primera década del siglo XXI. Con la contribución de Francisco Gutiérrez Carbajo y Raquel García-Pascual. Madrid: Verbum, 2013. 556 pgs.
Los Seminarios Internacionales del Centro de
Investigación de Semiótica Literaria, Teatral y Nuevas
Tecnologías (SELITEN@T), bajo la dirección de José
Romera Castillo, de la Universidad Nacional de Educación
a Distancia (UNED), constituyen ya desde hace años un
evento importante en el mundo de la investigación teatral. El
presente volumen reúne las 36 comunicaciones del XXII Seminario, impartidas por
destacados especialistas de teatro y dramaturgos sobre un tema de gran actualidad y
creciente interés: el teatro y las nuevas tecnologías, particularmente las relaciones entre
teatro e Internet. SELITEN@T ya se ha ocupado en varias ocasiones de este asunto (v. la
introducción de Romera Castillo, pp. 11-32); esta vez presenta un amplio panorama de los
aspectos más centrales en el desarrollo reciente del tema, es decir: Internet como
herramienta de los investigadores para acercarse a los textos dramáticos y puestas en
escena de todas las épocas, Internet como tema central del teatro a inicios del siglo XXI y
producción de nuevos modelos escénicos sobre la base de las nuevas tecnologías.
El libro se divide en cinco partes. La primera se compone de ocho contribuciones
sobre la red como fuente para la investigación del teatro medieval (Miguel Ángel Pérez
Priego), del teatro del Siglo de Oro (Germán Vega García-Luengos) y de los siglos XVIII
y XIX (Julio Vélez Sainz/Juan Carlos Bayo Julve y Ana María Freire), de la dramaturgia
actual y la edición de textos en forma digital (Fernando Olaya Pérez y María Isabel
Lozano Palacios) y del teatro lírico (María Pilar Espín Templado/Gerardo Fernández
San Emeterio). Entre estas contribuciones destacan, sin quitarle importancia al resto
de los artículos, los estudios de la especialista teatral del Centro de Documentación Teatral de Madrid Berta Muñoz Cáliz, sobre los distintos tipos de documentación
digital del teatro español de los siglos XX y XXI “desde la creación, hasta la investigación y la
documentación, pasando por la producción y la recepción” (33) y de Fernando Olaya Pérez, del Grupo
de Investigación de SELITEN@T, sobre los textos teatrales en la red, que termina con una conclusión
más bien pesimista sobre un posible desarrollo estructurado y suficientemente elaborado “para que su
índice de penetración en el mercado pueda vislumbrar un salto adelante en los próximos años” (pp.
151s.).
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En la segunda parte los dramaturgos Luis Araújo, Diana M. de Paco Serrano y Jerónimo López
Mozo presentan un alegato fervoroso a favor de la utilización de las nuevas tecnologías como tema
central y soporte del discurso dramatúrgico y estético y lo ilustran con un breve análisis de algunas
obras teatrales propias y ajenas. La tercera parte contiene tres contribuciones sobre nuevas
modalidades teatrales, como el teatro de tecnotíteres, roboactores y autómatas en varios países del
mundo (Teresa López Pellisa) y nuevos géneros (¿teatrales?) como los flashmobs (Isabel Marcillas
Piquer) y sobre la posibilidad de financiar creaciones teatrales con ayuda del modelo digital del
crowdfunding (Rosana Murias Carracedo). La cuarta parte comprende cuatro estudios sobre Internet
como herramienta para facilitar la información sobre el teatro de algunas regiones y zonas de España
como Asturias (Rubén Chimeno Fernández), Málaga (Miguel Ángel Jiménez Aguilar), el País Vasco
(Nerea Aburto González) y Galicia (Ricardo de la Torre Rodríguez), así como un artículo que ofrece
una descripción detallada de los trabajos de varios escenógrafos, presentados en la red, que han
colaborado con la Compañía Nacional de Teatro Clásico de Madrid (Olivia Nieto Yusta).
La última sección del libro, titulada “Sobre autores, obras y espectáculos”, se compone de 17
artículos de distinta índole. Una parte ofrece preciosos análisis de algunas obras en las que Internet es
el tema central y marca la estructura del drama, como en las piezas Grooming, de Paco Becerra (Juan
Ignacio García Garzón, Alicia Casado Vegas y Mariángeles Rodríguez Alonso), Amor líquido, de
José Luis Alonso de Santos, Naufragar en Internet, de Jesús Campos, Hojas de algún calendario, de
Juan Escabias (Coral García Rodríguez y Lourdes Bueno), la performance Venecia, de Angélica
Liddell (Emmanuelle Garnier), PCP (Programa de Chat Personalizado), de Diana M de Paco
Serrano (Simona Trecca) o de “las pulgas dramáticas” de José Moreno Arenas (Susana Báez Ayala y
María Jesús Orozco Vera). El resultado común de todos estos análisis consiste en la visión pesimista
de una sociedad marcada por la inautenticidad, la violencia, la frustración, la soledad, la destrucción
de identidades, la disolución de los límites entre realidad y apariencia, la pérdida de valores, en una
palabra, de “un mundo líquido” en el sentido del sociólogo polaco-británico Zygmunt Bauman. A
veces, este mundo se revela como un divertido juego postmoderno, pero en la mayor parte de las
obras los autores parecen querer conducir a los espectadores a una toma de conciencia ética y política.
Gran parte de los dramaturgos “introducen Internet en sus obras para advertirnos de que no es la
solución a las grandes necesidades del hombre, lo utilizan como espejo de una sociedad que se
caracteriza por valores líquidos, propios de una economía de mercado que no solo se ha
globalizado, sino que se ha extendido a los ámbitos más íntimos del ser humano” (Coral García
Rodríguez 385).
Los restantes análisis se centran en experimentos dramatúrgicos con base en las nuevas
tecnologías, que crean nuevos modelos que sobrepasan con mucho lo que normalmente se
comprende bajo género teatral. De ahí nacen obras caracterizadas por la interacción entre escenario
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y público, la multidisciplinariedad, la hibridación y la fusión de nuevos lenguajes, por la
predominancia del cuerpo, la hipertextualidad y la improvisación. Son obras que no tienen mucho
que ver con el drama convencional, sino que pertenecen más bien a géneros como la performance
o la instalación. Estos aspectos se demuestran a través de los análisis de producciones como
Seebded: failed.version, de Javi Moreno (Sergio Cabrerizo Romero), el proyecto Membrana del
performer Marcel∙li Antúnez, antiguo colaborador de compañía La Fura dels Baus (Martín
Bienvenido Fons Sastre), para las creaciones mejicanas telecuentoyopina.com, de Carlos Vigil y
el proyecto Twitter, de Richard Viqueira (Enrique A. Mijares Verdín), del “espectáculo de
improvisación” Links, creado por el argentino Omar Galván (Mariana de Lima Muniz/Mauricio
Andrade Rocha), de la Storie Mandalique, del performer italiano Giacomo Verde (Marina
Sanfilippo) y de las performances interactivas del prestigioso teórico, coreógrafo e investigador
digital alemán Johannes Birringer (María José Sánchez Montes y María Ángeles Grandes Rosales).
Como es bien sabido, Internet ha revolucionado nuestra vida en las dos últimas décadas. Esto
vale también para todos los dominios del teatro, tanto para la investigación teatral como para la
estructura textual, el desarrollo de nuevos modelos escénicos y la relación entre escena y público. La
importancia de Internet para el teatro irá aumentando todavía más en el futuro. La investigación teatral
ya se ha ocupado del tema en los últimos años y, en España, el Centro de Investigación de Semiótica
Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías (SELITEN@T ha tenido un gran papel en esta tarea. El
presente volumen es de suma importancia en este campo tanto por la calidad como por la extensión
geográfica y temática de las contribuciones. Por razones de espacio no era posible presentar en
profundidad ejemplos específicos. Pero es seguro que el volumen prestará una ayuda inestimable a
todos los que se interesen por el estado actual y futuro del teatro y su relación con las nuevas
tecnologías.
Wilfried Floeck
Universidad Justus Liebig de Giessen, Germany
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Esteve Soler. Contra el progreso, Contra el amor, Contra la democracia Prólogo de Jordi Duran i Roldós. Bilbao: Artezblai, 2013. 201 pgs.
Jordi Duran i Roldós writes in his perceptive introduction
to the trilogy Esteve Soler (Barcelona, 1976) began in 2008:
“El progreso, el amor y la democracia son las cuestiones
principales alrededor de las cuales se ordenan las tres obras. El
miedo, el poder, la comunicación y, en esencia, los valores que
sustentan la sociedad occidental del siglo XXI representan afluentes
temáticos que desembocan en otros ríos más caudalosos que
organizan la trilogía: la política, la religión, la familia o la libertad” (2). Soler´s powerful and
discerning commentary on the human condition exposes and critiques the yawning uncertainty
and inequalities of existence in any era. While his trilogy focuses on twenty-first century
civilization, it captures the relentless pursuit for a balanced and egalitarian society. Essentially,
however, “against” in the title of each play is a means of expressing how governments, social
status, and private wealth abuse and dominate personal liberties, thereby distorting the quest
for progress, love, and democracy.
Each play is comprised of seven vignettes that are unrelated anecdotally but correlate
thematically as the characters grapple with the corruption and arrogance of official, objectionable
policy. Although sometimes caustic, the episodes are also humorous in the manner of Ionesco or
Beckett, addressing the difficulties of human relationships in whatever form they may take. The
terse dialogue establishes a rhythm of anxiety, urgency, and sometimes a sense of sport rather than
sobriety. In Scene 3 of Contra el progreso, AMIGO 1 casually tells his friend that he has just
formed a new religion:
AMIGO 2: ¿Y tú qué eres exactamente en esta religión? Eres Dios o eres…
AMIGO 1: Al principio intenté convencer a todo el mundo de que era Dios, pero me
seguían enviando las facturas del teléfono.
AMIGO 2: Ya no hay respecto ni para Dios.
AMIGO 2 da sorbo al café.
AMIGO 1: No creas, les amenacé con provocar una plaga de langostas en sus oficinas.
AMIGO 2: Por lo tanto, has pensando que lo mejor es convertirte en…
AMIGO 1: En el enviado de Dios
AMIGO 1 coge una galleta. (36-37)
His idea for a new religion is the result of a brainstorming session with his employees to improve
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working conditions. The conversation continues:
AMIGO 2: Interesante. Pero, ¿no te asusta que los trabajadores no crean en tu Dios?
AMIGO 1: Les prometo un mínimo de seis meses en el cielo y el seguro dental gratuito
para el alma de sus hijos. (37)
After hearing more of the corrupt religion his friend is creating, we reach the conclusion of the
episode with AMIGO 2´s rejection:
AMIGO 2: Pues yo me inventaré a un dios mejor y más poderoso que os castigue.
AMIGO 2 se va.
AMIGO 2: ¡A partir de ahora serás mi diablo! (44)
Essentially, the absurdity of the content and dialogue of the plays imitate the irrational and farcical
social codes and political imperatives under which we live. This brief selection of dialogue may
fail to capture the depth of Soler´s passion for his specific themes as well as the humor/absurdity
he employs, yet it offers the idea of his Contra el progreso that validates the inevitable lack of
constructive development within human society.
An example of the clipped dialogue that forms most of the plays is joined by literary allusions
that sting as in Scene 4 of the same play. Soler´s use of ellipses underscores the difficulty in
communicating due, perhaps, to languishing skills as well as the consistent human failure to
comprehend the unfathomable. The political point of the scene, however, is hunger and basic
necessities. The father arrives home carrying a bag of oranges only to find an obscenely enormous
apple in the family’s dining room:
MADRE: Quizá es una señal.
PADRE: ¿Una señal?
MADRE: Sí.
PADRE: ¿Una señal de qué?
MADRE: No lo sé. En todo caso, no sabemos si es una señal buena o mala.
PADRE: No será mala…
MADRE: No lo sé…
PADRE: ¿Qué quieres decir?
MADRE: Creo que…
PADRE: ¿Has hecho alguna cosa o…?
MADRE: No, nada, pero…
PADRE: ¿Qué?
MADRE: No lo sé, pero… estoy tan harta…
PADRE: ¿De qué?
MADRE: De tener de todo.
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PADRE: “De tener de todo”, ¿Qué quieres decir?
MADRE: Cuando he visto la manzana gigante he pensado: “Sí, hombre, sólo nos
faltaba ahora una manzana gigante”.
PADRE: Ya… (50-51)
After some discussion of how to deal with the sizeable Apple—they will invite all family members
to eat it bit by bit—they want their children to see it first. PADRE calls to them: “Caín, Abel…
¡Mirad qué tenemos para comer!” (52). Adam, Eve, the Garden of Eden, the apple, Cain and
Abel—all of the Biblical creation story reconfigured into a modern-day fable of need, confusion,
and the moral implications of free will within an economic hierarchy that favors some citizens and
crushes others.
In Contra el amor Soler devises seven different sketches to elaborate the ongoing frustration
of how to be a couple. Episode 4 recalls 1984 by H.G. Wells for the system of control that invades
society. In Soler’s anecdote, he uses one of the most intimate and private relationships between
couples as an example. CHICA and CHICO are initiating sex when CHICA interrupts:
CHICA: ¿Llevas?
CHICO: No lo sé.
Siguen.
CHICA: ¿Llevas o no?
CHICO: No lo sé.
Ella se detiene, aunque él sigue concentrado en desnudarla.
CHICO: Tú no llevas, ¿verdad?
CHICA: No. Comprueba si llevas.
CHICO: Tanto da.
CHICA: No, compruébalo. (99)
The spectator is confronted with what “it” might refer to and can only decipher the meaning via
the dialogue. A regulation is in place requiring couples to take pills to enhance the physical act of
sex without the emotional entanglements that might lead to complications. CHICO would like to
see what his emotions might be without the synthetic aphrodisiac controlling him, but CHICA is
relentless in her insistence: “Es alucinante… eufórico… narcótico…” to which he responds “Me
recuerdas a los de la empresa: ‘Tiene todas las ventajas del cristianismo y el alcohol y ninguno de
sus defectos’” (101). He argues further, and states the author’s thesis, “Estoy hablando de control”
(103). Ultimately, however he concedes with the condition that it will be the last time he uses pills.
We wonder.
In striking contrast to the couple in the bedroom, the couple in Scene 5 are astronauts stranded
on a faraway planet, clothed in space suits and shaded helmets that prevent physical or even face-
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to-face visual contact. At the anecdotal level, science fiction is the frame for what is actually a
state of alienation between the two, a distance that they are unable to close, and a sobering means
of the deteriorated state of their relationship. Then his helmet falls off to reveal “el cadáver de un
home casi esquelético” (114). It is an unexpected turn of events for the audience that provokes a
revision of our suppositions. As he dies, he affirms that he loves her and only moments later, when
she removes her helmet we see that she, too, is elderly. The couple we thought to be young
astronauts fruitlessly arguing are in reality elderly, and like the elderly in Western societies, they
are isolated as in outer space with their unattractive bodies safely hidden by “space suits” within a
society that claims to honor them but that in fact privileges only the young whose sense of
entitlement rages on.
My inclusion of Episode 6 of Contra el amor in this review reflects an emphasis on the radical
differences of the stories that Soler has conjured. Each line of the entire dialogue between a couple,
“vestidos con una elegancia extrema” (117), SRA. and SR., begins with “No me gusta…” followed
by a myriad of familiar complaints. That they are buried up to their necks in a sticky sand-like
substance ironizes the stage directions that describe their elegant appearance:
SRA.: No me gusta que no hagas, como mínimo, la mitad de la limpieza de casa, aunque
yo haya decidido aquel día hacer el doble.
SR.: No me gusta que creas erróneamente que la casa esté sucia o desordenada.
SRA.: No me gusta que entres en el baño sin llamar.
SR.: No me gusta que dejes todas tus cremas repartidas por el baño.
SRA.: No me gusta que dejes la cama sin hacer.
SR.: No me gusta que si has hecho tú la cama necesites que te lo agradezca. (118)
It is likely impossible to avoid laughing while reading the play or watching it on stage, particularly
given the lengthy inventory of complaints and rhythmic retorts. Even the physical confinement of
bodies, literally up to their necks, is comical, perhaps not unlike Winnie in Beckett’s Happy Days
or Nagg and Nell trapped in the ashbins in Endgame. And their plight is equally disturbing.
Literally, SR. AND SRA. are incapable of performing any of the tasks or offences that they name,
and the absent details of their burial adds to the absurdity. Toward the close, another elegantly
dressed gentleman appears, steps on SR. head until SR. completely disappears and SR. 2 takes his
place and begins sinking. The rhythm of the dialogue changes in the last few lines, when SRA.
renews her complaints,
SRA.: No me gusta que te ensucies de esta manera.
SR. 2: Lo que tú quieras.
La Sra se queda sorprendida por la respuesta. Inmediatamente, responde
disgustada
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SRA.: No me gusta esta respuesta.
Pausa.
SR. 2: (Dudando) ¿No…? ¿No…? ¿No te gusta? (125) In order for SR. 2 to relate to SRA., he must conform to her linguistic domination with the likelihood
that yet another elegantly-dressed man will come along and take his place. Bottom line, this
vignette displays the impoverished ability simply to converse as though the characters very
thoughts and perspectives were submerged in quicksand, yet they abide by the social codes of
elegance that their economic status requires.
Whereas all three plays, twenty-one episodes in all, are political darts aimed at imposed
personal and societal conventions that are at once rigid and capricious, the scenes of Contra la
democracia seem darker and more sobering as the pain of the unacceptable conditions in which
the characters live deepens and the ease with which politics place individuals in harm’s way
increases. The first scene is visually captivating: the stage is filled with spider webs with a couple
trapped in a sticky web and spun into individual cocoons, so confined that they are unable to move
or even look at each other. Yet their dialogue is absurdist for its illogical content vis-à-vis their
literal circumstance:
MUJER: ¿Cómo ha ido hoy el trabajo?
MARIDO: Bien, como siempre. Con los mismos problemas para encontrar
aparcamiento…
MUJER: ¿Y por qué no lo arreglan? (139)
Their conversation turns to anger toward city officials and what they might do when elections for
City Council occur. The husband decries: “¿Qué se piensan? ¿Que mi voto no sirve para nada?...
Sabes qué ocurre si no hacemos el gesto de poner el voto en la urna, ¿verdad? ¿Qué se creen? ¿Qué
no lo sabemos hacer? ¿Qué no sirve para nada este gesto?” (140). In these few lines, Soler
condemns corrupt elections, corrupt in so very many ways and so very many venues. The
remainder of the play details the wife’s late pregnancy and delivery; still bound in her cocoon, she
gives birth to a spider that unfolds to a monstrous size and begins devouring them, even as they
struggle to speak to it as if it were actually their precious newborn. The scene closes with action
rather than dialogue: “Mujer pierde el conocimiento. Pausa. La araña se acerca al público” (148),
so that Soler implicates the audience member with collusion of political abuse, or enlightens the
spectator regarding options of social and political activism.
Episode 3 of Contra la democracia concentrates on the global issue of education. The
anecdote is a man waking neighbors at 2AM to ask them what comes after the number 6, a number
he requires to find his home. The man suggests that a government conspiracy has caused them to
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forget such basic, rote knowledge, “¿Recuerdan cuando eliminaron las escuelas para hacernos más
libres?” (165), thus Soler´s thesis, in this one brief sentence, is the concern for educational
opportunities for all. He underscores the fact that eliminating education is a forceful means of
suppression, but does so in a context that does not sermonize or alienate his audience member or
reader. Episode 5 is chilling in spite of its humorous moments. Parents wake up their almost
eighteen-year-old son for a bedtime chat to tell him his conception was an “accident”, that his
mother had tried to abort him, then that she had tried to drown him after he was born only to see
his grandfather rescue him. The parents spare no details: he lived with his grandfather until age
four, all the while being sexually abused by granddad. They tell CHICO he was never wanted and
that his pending eighteenth birthday and high school graduation would be the proper moment to
end it all. The son´s responses are like lines out of a sit-com and assuredly lighten the gravity of
the terrifying scene. The author´s political dagger lies in the father´s words: “Sabemos que tendrás
problemas para encontrar trabajo” (181). Unemployment. A feature of countless societies
throughout the world. The darkness of this scene lies in the killing of the son, whose body mom
and dad then drag off stage with the thought of gaining revenue from any interested necrophiliacs.
Grim, dark humor, but at least humor that is undoubtedly missing in the reality of day-to-day
unemployment.
Throughout this review I have sometimes used the word “episodes” rather than “scenes”
because the structure of each play with seven individual tableau recalls Brecht’s Epic Theater,
specifically Leben des Galilei. The concept that the episodes are not connected allows the spectator
to see the author’s political activism expressed in different modes. His multiple anecdotes all point
to suppression, economic repression, corruption, greed, and other ill-fated human depravities.
Further, Soler’s seven “episodes” in each play have no chronological order; that is, sequence is not
a factor but theme is. The plays are filled with literary allusions, surprise endings that remind this
reviewer of O´Henry’s short stories, and a profound sense of our own constrainment (although
fortunately, not in the form of a cocoon, space suit on a distant planet, a colossal apple blocking
our dining rooms, or burial in sludge). It is no surprise that the plays have been translated into
almost a dozen languages and have been staged in as many countries by some forty directors since
2008. Audiences easily identify the conditions Esteve Soler exposes. The construction of the plays
allows for performing or reading them collectively or individually, and his style of imitating the
incongruity of reality and mixing it with dark humor make the harshness of the themes more
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accessible, yet they do so without diminishing the gravity and corruption of twenty-first century
society. This reviewer highly recommends this book born of Esteve Soler´s decidedly fertile
imagination and social engagement.
Candyce Crew Leonard
Wake Forest University Miguel Ángel Mañas. La noche de las almas abiertas Prólogo de Diego Palacio. Editorial Lastura, 2013, 61 pgs.
The opening dialogue of La noche de las almas
abiertas offers a poetic introduction to the whole piece,
both in terms of rhythm and metaphor; the exchange is
staccato and musical, and the tenor of the dialogue invites
both the intimacy and estrangement that develops during the
play:
JOVEN: ¿Estás enfermo?
HOMBRE: La cabeza…
JOVE
N: ¿y ahora?
HOMBRE: No, ya no me duele.
JOVEN: Esta mañana me ha parecido verte.
HOMBRE: No era yo. (19)
The rhythm, and reference to the ‘already’, present the framework for the existential meditations
on individual responsibility and freedom in an unidentified dystopian context. These meditations
come in the form of storytelling among three very different individuals, as they share common
space—a bar—and drink.
A young woman (JOVEN) whose past experiences include rape, violence and drug
dependence; a waitress (CAMARERA) who witnessed her husband’s horrific suicide; a middle-
aged man (HOMBRE) whose husband was incarcerated and ‘eliminated’ not only for being gay
but for his provocative writings, including the book whose eponymous title names this play: these
are the characters who discuss the threads of their lives in La noche de las almas abiertas. As they
share their stories, they open a conversation that invites the spectator to contemplate both
responsibility and choice about what to do in face of such marginalization as they experience as a
result of the “levantamiento” (32). As spectators, we are exposed to their horrific stories, yet
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without any of the emotional excess that one expects to accompany such tales.
The pacing is mutually swift and tedious, as each of these storytellers recounts his or her
‘moment’ of reaction to an evil world. The stories are interwoven in a seemingly arbitrary way, in
which we don’t find out until the end which choices the characters make in the face of this
dystopian prison: To fight? To escape? To accept? As these three characters begin to uncover not
only their stories but also their motivations, layer by layer, we share the philosophical debate as
structured by the waitress:
CAMARERA: Las circunstancias nos han ido uniendo… Por eso estamos los tres juntos
ahora, en este momento. Y esta noche es especial para mí porque hemos
empezado a conocernos de verdad… A fuerza de vernos y de contarnos
pequeñas cosas, por fin nos atrevemos a enseñar nuestras heridas…
HOMBRE: ¿Somos a la vez espejo y reflejo, no? (33)
A solid production of this masterful dialogue would indeed allow the spectator to recognize that
she is also part of the conversation. As Diego Palacio notes in the introduction, the play offers an
“espejo nítido en el que veremos nuestro mundo, nuestra supervivencia, vernos hasta donde
estaríamos dispuestos a llegar para sobrevivir…veremos que somos ellos” (10).
The framework of non-linear time—as the stories and reflections interpolate the actual
space—humanism, freedom of choice and responsibility are the corner posts of this existential
meditation. If we also understand existentialism at one level to be a counter-narrative against
organized religion, that too is evident in this piece, as the CAMARERA retells her vision of a
woman, who while she is kneeling by the river, appears semi-floating and warns of the upcoming
apocalypse. When the CAMARERA asks who she is, this reflection of Berceo’s virgin points to a
line of people coming closer, looking down, and responds to the question, “Obsérvalos, vienen a
pedirme que les salve de ellos mismos y no comprenden que yo no puedo hacer nada . El tiempo
de los milagros ha pasado” (59).
These characters, along with a fourth victim of these circumstances (HOMBRE 2), present a
combined cry of anguish and compassion over the insufferable state of being human, and we are
invited to contemplate with them our shared—and hopefully compassionate—existence in an
inhospitable world.
Finally, from an actor’s or director’s perspective, these roles offer enticing possibilities of
character development and on-stage relationship. The non-recognizable context of the dialogue—
this could be, or not be Spain, would allow for a satisfying cultural translation for stages and
audiences anywhere in the developed world.
Greta Trautmann
University of North Carolina at Asheville
67
Pedro Víllora. Poderosas Introducción de Ignacio del Moral. Madrid: Ediciones Irreverentes, 2013. 70 pgs.
Pedro Manuel Víllora (La Roda de Albacete, 1968) ha tejido un
tríptico sobre el poder ejercido por mujeres. Un todo coherente
integrado por tres historias resueltas en otras tantas escenas a las
que añade el colofón de una cuarta donde los personajes son
nombrados escuetamente como hombre o mujer, y que completa y
redondea la perspectiva de la propuesta con una inteligente
reflexión a la que se ha imprimido un sesgo metateatral insólito y
hasta desconcertante, dicho sea esto en sentido positivo por lo inesperado de la original solución
elegida para cerrar la obra. Este
ejercicio sobre cómo afecta el poder, o la falta de él, a mujeres con un cargo oficial, le valió
justamente a Víllora el VIII Premio El Espectáculo Teatral, que convoca Ediciones Irreverentes.
El autor, que cultiva también la poesía y la narrativa, es director de escena, adaptador, profesor
universitario y articulista.
La ágil estructura de esta pieza para dos actrices y un actor enhebra tres relámpagos cargados
de sentido e intención que iluminan los claroscuros íntimos de las mujeres poderosas del título y
el precio que han debido pagar por ese poder, que puede traducirse, entre otros sentimientos, en
desconfianza, egocentrismo y aislamiento. El primer cuadro lo protagonizan una ex directora
general (Carmen) que se siente ninguneada por quien fue su subalterno y discute con su pareja y
esposa (Amparo); el segundo, una senadora (Laura) cuyo éxito aviva los celos profesionales de su
esposo, lo que comenta a un diseñador amigo que es su confidente personal (Juan), al que esta
política, que se debate entre ocupar un escaño en el Parlamento Europeo o volcarse en su
matrimonio, manifiesta: “A ningún hombre os agrada que una mujer os venza” (40); y por último,
la consejera de un gobierno regional (Victoria) que se dispone a ser entrevistada por una periodista
(Lena) y a la que su marido (Alberto), que fue su maestro, ha dedicado su vida. Todos los
personajes aportan su voz a esta reflexión que, a la vez que sobre las contradicciones y las esferas
privadas de quienes acceden a algún tipo de poder, incide sobre los roles femeninos y masculinos.
Como destaca en su estupendo prólogo el escritor Ignacio del Moral (San Sebastián, 1957) –
guionista de cine y televisión y uno de los autores teatrales más respetados de su generación–,
Víllora, además de saber usar “las viejas armas del lenguaje teatral”, da “plena libertad al
espectador para que se forme su propia opinión sobre lo que está viendo” (8). En esta pieza triple
cuya semilla es un trabajo anterior titulado “Tres mujeres públicas”, se muestra cómo el poder, sea
más grande o más pequeño, siempre recauda un tributo en la esfera íntima y que han de pagar
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también aquellos que pertenecen a ella, sean maridos o amantes, amigos o familiares. El poder
araña inevitablemente el universo de lo afectivo, en el que, a la postre puede introducir
inestabilidad y desequilibrios emocionales o sentimentales. Hay además, como he señalado, una
cuota de desconfianza de doble dirección, la del poderoso que puede dudar de la sinceridad de
quienes le rodean (aduladores o interesados) y la de estos, inquietos ante las verdaderas intenciones
de quien dispone de una ración de poder (manipulación, aprovechamiento). Así, subraya Del
Moral: “Llegar al poder siempre supone un esfuerzo. Nadie llega a él sin dejarse un jirón de la piel
del alma en el intento. Para llegar al poder hay que querer el poder. Y en esa carrera, una de las
cosas que más erosionadas pueden resultar son, precisamente, los quereres. ¿Cómo querer a quien
tiene el poder? ¿Cómo querer cuando tenemos el poder?” (6).
En lo referente a la estructura, tras unas breves acotaciones escénicas para cada escena, el
autor despliega y articula una brillante tracería de diálogos rápidos, un vértigo de réplicas y
contrarréplicas en el que, además de dibujar con trazo preciso los caracteres de los personajes y
sus motivaciones, perfila un paisaje social, el neutro aunque acomodado en el que se mueve la
mayoría de quienes ejercen altos cargos políticos, acostumbrados a tener acceso a casi cualquier
cosa, aunque no siempre sucede así en el terreno sentimental. Porque, en el ser profundo de esta
pieza, Pedro Víllora visita el piélago tumultuoso de los sentimientos, como ha hecho el teatro desde
la más remota antigüedad. Los personajes sienten (y padecen) y son esos sentimientos los que
activan los motores de sus conflictos.
En ese paisaje de fondo sentimental y contemporáneo, el dramaturgo introduce con total
naturalidad la homosexualidad femenina o masculina como rasgo personal, simplemente apuntado
sin ningún énfasis, de alguno de sus personajes y lo hace evitando inocular carga conflictiva alguna
en sus comportamientos. Todos viven y sienten con libertad independientemente de su orientación
sexual. Disculpen esta acotación perogrullesca, pero hasta hace no demasiado tiempo no solía ser
infrecuente que un personaje homosexual llevara adosado un componente de conflictividad
tormentosa o represiva, o se abordase desde una perspectiva cómica e incluso ridiculizadora.
De esta manera, aunque las protagonistas sean mujeres, en el núcleo de esas tres piezas que
vibran, o son una en la misma onda e intensidad, palpita una confrontación entre lo masculino y lo
femenino, o los roles asociados a esos géneros, un análisis de la esencial desnudez de las
personalidades femeninas y masculinas contenida ya en otros trabajos del autor, sobre todo en esa
gran pieza que es “Bésame macho” (2000, Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca)—
¿para cuándo un montaje en España como los que se han podido ver en Italia, Chile y Paraguay?—
y que se da también de alguna forma en “Lana” (2010), la obra sobre Lana Turner que Pedro
Víllora escribió en colaboración con Octavio Aceves.
No hace tanto tiempo se sostenía que si las mujeres ocuparan altos cargos políticos el mundo
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iría mucho mejor porque las cosas se harían de otra manera, pues, por ejemplo, se decía que una
mujer nunca enviaría a sus hijos a una guerra. Una suerte de idealismo buenista dejado en suspenso
por muchas y muchos de quienes lo propugnaban al aplicarlo a casos como los de Margaret
Thatcher o Angela Merkel, fustigadas desde las filas femeninas y feministas. Yo me pregunto, y
le pregunto al autor, si la obra habría sido planteada de forma diferente con protagonistas
masculinos. O de otra manera, ¿cree que cambia la naturaleza y el sentido del poder según el sexo
de quien lo ejerza? Personalmente, me temo que el poder no tiene sexo.
Juan Ignacio García Garzón
Crítico teatral de ABC, Madrid, España