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22 UNA ARQUITECTURA PARA UN NUEVO MUNDO Europa bajo conmocion La historia de la arquitectura moderna ha venido a significar dos cosas bastante diferenrer. Si pensamos qu. el terrnino umodernor cubre período de tiempo que se extiende harti la actualiáad, la historia de la arquitectura móderna es un recuento de los principales a:ontecimientos, ideas y pe.rotr"s que han configurado el ambiente "rq.ii,..to'nico duranre este período. Peio',.mod..uoio d.b. .*p...tJt también algo más esjecífico: una actitud hacia el ambiente arquitectónico, un estilo contemporáneo de diseño col*iderado algo unico y apropiado pára nuesrra epoca. Como ral. desarrollo su propia y excluriva hiioria. Hát tr-ót del movimienro modetno refiriéndonos a una {itr., for-"lisra, funcional y moral de la arquitectura de los últimos cien años, y nos remont¿mo\ harta el ,iglo i.v.rlt prt, ,rttttt.ir de ejemplos,y nombres qu: 11 prefigu- ran. Para csra vcrsión de la historia de la arqultectura moderna. mucho de lo que na ocurrido desde 1800 es irrelevante, reaccionario, o perverso. Puesto que en este libro nos hemos resistido a árgumentos en favor de cualquier filosofía arq'uitectónica y hemos intentado contar unJ historia de miras más amplias, coincidimoi con la prirnera de estas inrerpretaciones. Pero. bien optemos por convertir- nos en cronlsras panorámicos o bien en apolo-gistas de un idioma <modernor, existe un acuerdo g.n.r"l^ell el sentido de que algo fundamental ocurrió en el transcurso del ,iglo xvrñ que empujo a la arquirectura olcidenral a peider sus amarras y qu.e la lanzó a ia deriua liacia un iururo incierro. Se produjo una violentr reacción contra las formas dei Barroco y del Rococó, así como utr" r.iirt.trcia a la autoridad de Vitrubio y los cánones claricos. ranto arrtiguos como recientes. Bajo iodo ello subyacía una seria búsqueda de las verdades fuidamentales, de una univérsalidad más abarcante que la de G.eiia y Roma. La Edad de Oro, que supuestamente había dispersado la oscuridad de épocas anteriores en los tiempos de la Atenas de Pericles, floreció bajo la égira de Ro-" v saltó por encima de ruda Edad Media para encontrar una nueva vida en las capiralés de la'Europa del Renacimiento, parecía eitar llegando al final. Nuestra heren- .i.i .., rnás profunár, -"no, delimitada ^que todo .to. É1 intervalo medieval pudo no haber sido .itr ye.tno, y antes de Grecia había ya sabiduría y belleza que merecen ser saboreadas. La verdad debe ser extraída y destilada de frutas más silvestres. lJna nueva época, una nueva visión, estaba luchando por imponerse.

Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

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Capitulo 22. Una Arquitectura para un nuevo mundo

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Page 1: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

Y

22

UNA ARQUITECTURA PARA UN NUEVO MUNDO

Europa bajo conmocion

La historia de la arquitectura moderna ha venido a significar dos cosas bastante

diferenrer. Si pensamos qu. el terrnino umodernor cubre uñ período de tiempo que se

extiende harti la actualiáad, la historia de la arquitectura móderna es un recuento de

los principales a:ontecimientos, ideas y pe.rotr"s que han configurado el ambiente

"rq.ii,..to'nico duranre este período. Peio',.mod..uoio d.b. .*p...tJt también algo más

esjecífico: una actitud hacia el ambiente arquitectónico, un estilo contemporáneo de

diseño col*iderado algo unico y apropiado pára nuesrra epoca. Como ral. desarrollo su

propia y excluriva hiioria. Hát tr-ót del movimienro modetno refiriéndonos a una

{itr., for-"lisra, funcional y moral de la arquitectura de los últimos cien años, y nos

remont¿mo\ harta el ,iglo i.v.rlt prt, ,rttttt.ir de ejemplos,y nombres qu: 11 prefigu-ran. Para csra vcrsión de la historia de la arqultectura moderna. mucho de lo que na

ocurrido desde 1800 es irrelevante, reaccionario, o perverso.Puesto que en este libro nos hemos resistido a árgumentos en favor de cualquier

filosofía arq'uitectónica y hemos intentado contar unJ historia de miras más amplias,

coincidimoi con la prirnera de estas inrerpretaciones. Pero. bien optemos por convertir-nos en cronlsras panorámicos o bien en apolo-gistas de un idioma <modernor, existe unacuerdo g.n.r"l^ell el sentido de que algo fundamental ocurrió en el transcurso del

,iglo xvrñ que empujo a la arquirectura olcidenral a peider sus amarras y qu.e la lanzó

a ia deriua liacia un iururo incierro. Se produjo una violentr reacción contra las formas

dei Barroco y del Rococó, así como utr" r.iirt.trcia a la autoridad de Vitrubio y los

cánones claricos. ranto arrtiguos como recientes. Bajo iodo ello subyacía una seria

búsqueda de las verdades fuidamentales, de una univérsalidad más abarcante que la de

G.eiia y Roma. La Edad de Oro, que supuestamente había dispersado la oscuridad de

épocas anteriores en los tiempos de la Atenas de Pericles, floreció bajo la égira de

Ro-" v saltó por encima de 1á ruda Edad Media para encontrar una nueva vida en las

capiralés de la'Europa del Renacimiento, parecía eitar llegando al final. Nuestra heren-

.i.i .., rnás profunár, -"no, delimitada ^que todo .to. É1 intervalo medieval pudo no

haber sido .itr ye.tno, y antes de Grecia había ya sabiduría y belleza que merecen ser

saboreadas. La verdad debe ser extraída y destilada de frutas más silvestres. lJna nueva

época, una nueva visión, estaba luchando por imponerse.

Page 2: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

r ..-___r

952 Tercera parte: En busca de su idenildad

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Visión prelinin;.

¿Cuáles son 1..

zamos a buscarl¿?qué causas nás ::

El historiai..:' f^**^ -,;.,,.1 ^,.-:rurrrrd vr)udr l-'u!*

y barroco, \- es¡c ,.

mediados del siE-¡l^ ,,-^ "-^,.;.- --.-uL urad dIYurL!L ru-

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.r." -rrlri.li.r-,I"-...*.-.r.,'*..Proyectos. \- er -nnsfnlrción,l::'',r""-":*'^"^- *- -'-

Al misrno :i=:fuerzas econór'aimas, señalan en:¿;del orden socia^

"'Nos referimo. .:-,l^-;-".1 v"' -' 'fábrica. Esre '¡.:.--difusión de ¡ir:,-¡*^L^i^ *^- .-;- -(fdu4Jw rllLLi,-!¿i -

dancia de nr.:c:r..que sustitu\ ¡ :- :nrrfrir nnr r' :1.

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creciente uso i--posible. La pr..j.:irrr'lrreq Pn nu:-- - -i"- r*---'-'emergtó colno j:lde hierro tun;:::cubiertas en ios ::l.^r r..o,lr,-i..=^"'^ .. r-"*-utilizarse c¿i¿ -.-:=-

varios pisos. cu: ,:eran aún nlu\. -:-

l.¡a^1114!AC ñar_r : _-:-

dustrial.Pero lc qfi -j

ción. el sistenr. ,::mas est¿bleci¡c. :de una alinrel:.,':.biernente 1., ¡c:-.núIneio p..'r-.,-: -- :--

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Chaux (Francia), Salinas dc Arc v Scnans. 1775-1779, Claucle-Nrcolas Le.lor-rx; cr'.i Jcl ilirector

Page 3: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

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22 LJna arauitecturd Dara un nueuo mundo 953

Visión preliminar

¿Cuáles son los primeros signos de esta nueva apreciación esencial? ¿Dónde gmpe-

""-lor a buscarla? ¿Qué hay enla escena arquitectóñica que apunte a esta revolución, y

qué causas más profundas pudieron precipitarla?' El historiadór de la aróuitecrura que'descubre cambios mediante el análisis de laforma visual puede señalar'.i.rt"r disldcaciones de los preceptos del diseño renacentistay barroco, y .tto ocurre en Inglarerra antes que en ningún-orro lugar. Despues, hacia

mediados del siglo xvut. en Iralia y Francia se establecio una.posición reórica en favorde una arquiteciura risurosa y funcional, mienrras que en todis partes se redescubría el

pasado de'una forma ñ-r¿r .uíd"d, y tolerante. R midida que ,uina el siglo, aParecen

v se muldplican eiemplos concretos de estas acritudes. tanto construcciones comoproy..ror. y etr .lior hay la suficiente claridad de propósitos como para apoyar la

bosiulación-de un nuevo estilo: el Neoclasicismo.-'--Ái-;i;;; tieñ;,-losTii-toiiádóiél qü. h"ñ estudiado las maneras en que las

fuerzas economicas'y recnoiógica, afectan^a la producción arquitec¡ónica y a sus for-mas, señalan enláticamente a li Revolución Industrial, una importante reestructuracién

del árden social y cultural de Europa que tiene su íacimiento,'de nuevo, en Inglaterra.Nos referimo, ,l p"ro. en el sigló xülll. de una economía ag.raría y. artesana a otra

dominada por la máquina. dei riabajo casero al que se desarrolla en el molino y.en la

f,ibrica. Es'te oaso nó es tanto un aconteclmlento nuevo cuanto una aceieración ydifustón de tendencias anteriores. Los factores tecnológicos que_ hay tras ello son el

trabajo mecaitizado ,la fueva inanimada_y más concretamente el vapor, y una abun-

d"nri" de materias primas a bajo coste. E1'ejemplo clásico de esto último es el carbon,que sustituvó de foima masivJ a 1as mermidas existencias de madera y que consiguió

iutrir oor ií -irtlto a una sustanciosa industria de hierro.UJ resultado directo de este movimiento que afectó a nuestro tema de estudio es el

creciente uso del metal en la arquitectura, y-la innovación estructural que eilo hizo

posible. La producción industrializada de hieiro tendrá aplicaciones temPranas esp:cj1-

iulrr.r.,r p,r.nr., y en vias de ferrocarril. Pero el hierro fundido.Ij:fl,td. tambien

emersió.oltro un material de cubierta resistente al fuego, y ya en 1780, las columnas

J. hñ.ro fundido estaban reemplazando a los'postes- de madera como soPortes de

cubiertas en los molinos de algodón de Inglaterra. Los ladrillos y la m-adera combnza-

ron a producirse industriaimeire. Ei crisra-i. en lugar del papel engrasado, comenzó,a

ucilizarse cada vez con más frecuencia para las ventanas. Los moltnos grandes y.de

vários pisos, que aparecieron en el siglo pitecedente en Inglaterr" y,.+ el norte de Italia.

.."n "in -,r| er.áror en número, pero ellos, junto con.la.remodelación de antiguos

edificios para'albergar máquinas, esáblecieron é1 desafío de la naciente arquitectura in-dustrial.

Pero lo que es quizá más importante, las fábricas, e1 abrupto aumento de la produc-

ción. el sisreLa indiusrrial en gene.al. jugarorr rapida c imprecisamente con los *que-mas establecidos de relaciones"humana-s. Útr" tati de rnordlidad más baja

-resultantede una alimentación, una higiene y u11 cuidado médico mejores_-.aumentó constCera-

blemente la población de Europa. Los campesinos que abandonaban el agro en gran

nu1¡.ro pob'irron la, grandes'ciudaCc' (Fig.22.1). Este proletariado Je'rrraigado

-pobre,'-altratado y íiviendo bajo un consiante ternor al desempieo- introdujo un

Page 4: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

7

914 Tercera parte: en busca de su ídentidacl

--jr-''c rroposlto totil :" el pensamiento arquitectónico. Es la época de innovaciones

:, .., -- ;' T.J'i;,1." ft';ff: r:*1"* """'-'di'i'" ;;; ;-;'a v de ;"ñ;d;il,

--.:.,r:.¿. t ol.r.;-; qanancias sin ser.rr.rt:::t:t^..t? lug". en el caÁpo, d.;6;;;"

, - .. = - 1ji j:f ,il::l;:,Sii:d; ;:ü:i'l:"1."i,fi ,il'",'i:HJJli,?'Jñ:' ::m:

r-1*:'-- :':rr'r.n .r"]l:::-imprevisros que renían lugar simultáneamenre en ios cana_:.'-.::"::..:=::+ p,t.o"a,go. Se traába 4; Itd;;."i"ij"ii.".iur, y un vigoroso:_p¿iop_;i,.;;.;:..:,p":i::l#:. j;'|l.ri:¡:tul*n*]*:n-*¡;.;j,'-sittas' aquel porenre \ emprend.,ro, ir,rt.u-ento de i. óorrir"rreforma, se vieron.''rl#:i iil;'J,':t"'"^:::",:T" porítico t;'1;;t1"-";iiJd::'g. portugar,.Francia,..ó,'"..., ro,/o

"1 p"f,t""::,ji:ro'r'.?ori'li,g#:lJ#¿T:'..+fff;:i1*"_t"',-"

\e \.ieror- .:-.:, :

propiedad.. :: _tterras rdrtt,- *:...nUe\-O5 lt):tr._. .

tugar ¿ l. -.terreliO :Onr.- ¡- lde e.te -oJn ...._pero ¡am:..:_moralidad, p-. _-. ,

en atgo rela¡i.,,:, \zado a i..tll: __,esquiva mierr r, : -za y dernudez E.

,nqgvo concclt, ...bello. Lo sul..i::--irracionaier. e,:. - _

bía el ,arqu:r.c. (.extendrdo ¡ l:]¡_._-. Aq_ur de n*-

nas. Alex¿n,i¡: p _

por primer.. ,., -.confra lo. J:.::_ . . -e-¡es resuelror..:.oo5. La curi...: :, _ripo de conr.-:r:_._ lmas famo.o ,. ._bello, de EJn:_:_: :Fuf ty.g5 Jc. .. :_.tun¿ de .lar ¡g*..-.... _

se interpu.o ..,,,- ,.llrbres e irre gu..:_.. .

molrno peculi-: ::_Finalmerr¡c. :: _. ._

menfe. L, ,,,.,,. -.medida que J" ,,,, _.-y e1 relaro bil.,jic,_ :_j,iQue r ie,¡o c. : ::: _:Los cOnte rci¿ll t- . ..

tigio xi t. ullr cu.:_:-nros.. Su .nrieu, :..proplo mundo cl*,:,_e.xhum¿do.. Lr. . _. _..llterart¿s. L¿s r ir-..los moltum,.,,ra..'lguedod \- rri:c::r:

:

La culrura lr;..-, ;..- '

P:ul Gus¡ave Doré, Soáre Londres, ert trcn,

Page 5: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

::_-, lvacl0nes.r,rnidades

, rde podía-::ulaciones

:t10 lntere-

;:: los cana-:,: vigoroso

Iglesia. El- raies. Los

l' :. se vleron

-.-. Francia,

':;da de los

- .os monjes

22 (Jna arquitectura pard un nueuo mundo 955

,. lri.rori afectados. Los privilegios monásticos fueron restringidos; las tierras y otraspropiedades monásticas fu..on álienadas. Este fue el origen dá un acrivo -..c"do de

iierias ranro urbanas como rusticas. De hecho. la agiración social. el capitalismo, y los

nuevos métodos de construcción que debilitaron la noción de 1o permanente v dieronlugar a la obsolescencia de los eáificiot más comunes, contribüyeron a préparar elteñeno sobre el cual un edificio podía establecer un valor económico indepéndiente. yde este modo convirtieron a la tierra en un producto 1íquido y iregociablé.

Pero también debemos hacer un recuento de otros cambios menos materiales. Lamoralidad, paralelamente al desafio de 1a religión organizada, se estaba convirtiendoen algo relaiivo. Ya a finales del siglo xvli, fiiósofos como John Locke habían emp-e-

zado-a definir las acciones humanas en términos de la búsqueda del placer y delesquivamiento del dolor. Se estaba redescubriendo la naturaleza en su estado de crude-za-y desnudez. El temor que ahora inspiraba era uno de los motivos principales de un,roérro concepto estético, io sublime, que aho.a se consideraba como ún susiituto de lobello. Lo sublime proporcionaba una justifiáción para las emociones más fuertes, más

irracionales, .rp..ñl-.trte el terror /la melancolii. oDel temor nace el placer>, escri-bía el arquitecto Giovanni Battista Piranesi, haciéndose eco de un sentimiento muyextendidó a mediados del sielo.

Aquí de nuevo, es innegable el iiderazgo de Ingiaterra. Fueron zus figuras.litera-rias, Alexander Pope (1688-1744) y Joseph Addison. (1672-1.719).,1as que hablaronpor primera vez de una apariencia llatural en la arquitectura de jardines. protestandoiotrrru los diseños reglamentados de Lc Nó¡re. El jaiditt anglaís rornpió la tiranía d-e lotejes resueltos, de los"senderos geométricos, de loí setos reórtados y los árb_oles afeita-dos. La curiosi.lad acrctca de nuestras pasiones, de la psicologia humana, alimentó unripo de comentarios que disgusraron a'las educadas ..iterrr dél buen gusto. El ejemplorrias f"-oro es la Diicr¡s ión" filosófica sobre el origen de nuestras ideas"de lo sublíme y lo

bello, de Edmund Burke, púbL.ido en Londres-en 1757. Burke elogiaba el mistérioque surge del peligro, la oicuridad y la soledad. la ruidosa vasredad de las cararatas, la

furi¿ de"las to.^-eñtar violentas. Enire el temor sublime y la belleza elegante del siglose interpuso una tercera dimensión estética, lo pintoresco, para expresar las formaslibres e lrregulares, las texturas ásperas, los ritmos indefinidos, la ruina evocadora o elmolino pec,tlitt (Fig. 22.2).

Finalmente, nllestro concepto de historia y nuestro lugar en ella cambió profunda-mente. La visión episódica de la Edad de Oro se convirtió en algo insostenible a

medida que la invesiigación científica revelaba una antigüedad más distante y extensa,y el reiato biblico de los acontecimientos humanos no se tuvo ya más por sacrosanto.<¡Qué viejo es el mundo!>, exclamó Didero¡ para sorpresa del pintor Hubert Robert.Los comérciantes y los misioneros iesuitas habían descubierto China a finaies delsiglo xvt, ull" .rrltr,r." venerabie que óontinuaba prosperando después de muchos mile-nós. Su antigua filosofía .r" .oit.-plada ahora coino .rtra fuente de inspiración. E1

oropio mundo c1ásico fue sometido a un escrutinio más riquroso. Los etruscos fueron'e"h',t-"dor. Los hallazgos arqueológicos fueron p.ocla-aáos superiores a 1as fuentesliterarias. Las visitas

" 1ó, erc.tr"rios élásicos, la médiciótr y presentación sistemática de

los monumentos, y la excavación ampliaron el espectro visual de esta respetada anti-güedad y refrenaron el dominio de Vitrubio y sus intérpretes, honrados desde antiguo.i"..,1tú." griega fue individualtzada y -eáida contri la romana, v en cada uná de

Page 6: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

956 Tercera parte: En busca de su identidad

iiíé'

cuanfo con-lu:t:-. :te. La comt¡;ri.:para siernpr:.

El lidera:,1,. ,;, 1. .-

En el nii-¡- :-,-:barroco fuer¿l .-.:era allí ¡an al¡l:-:.Itaiia o Francr., \dio medier-al .:.--:=mucho tien-Lp.- =::llamado qenJ:r;.:,-pueblo <góric.-',góricos que :i - : -

lelesfieCha!:::.nación que h..i.r= ,rdo de una his:¡::.de las cosas ci¿.:;..introdujo el 1¡::::..

Fig.22.3 G:::

T:

%ffi"*.?1.?,,

Rousham llouse (Oxlbrdshire , lrrrlaterra), 1738, Willi¿n Kcnri vista dc Ia época, mostrando los jarclincsCOn el V¿lle de Venus.

ellas se encontró una gran variedad de idiomas, cambios a traves del ciempo, girospronunciados y lapsos. También la excelencia, como la moralidad, era relativa. "

. Estos so,n algunos.de ios leqras, pues, que hacen del siglo xvIII un punto de infle-

xion crucial para la historia de ia arquiteciura, ilsl como pára rantas ot'ras cosas. Es elfinal de la Europa tradicionai, aquella grandiosa ncoleccién de sociedades compuestaspor prrncipes. aristocratas. campesirtos y ciudades mtncomunadasu. Era un riempo deinterrogantes, fértil pero tambÉn confuso v lleno de irnpulsos conrradictorios.'Ñadase libró de este desafio; ninguna institución o dogma se ionsideró inmune a la disec-ción. La estampa, las academias eruditas y la fraternidad de francmasones dieron unacircuiación intérnacional a toda investisación. El oio corteia tanto al orden como aldesorden. La mente intenta. comprendei y aceptar, p.ro t"hbién fustiga con rabiosaintolerancia a la fe v a1 privilegio iradicional. Eiprogieso es una creenciJfundamental,pero está ligada r .r,r"

"^ñor"nz-a retrospectiva de Lr i"rado ingenuo y arcaico. El g"ti;

abraza.tanto la sirnplicidad como la viriedad, los nobles peníamienios y el deleiíe. Eiindividuo es enr¿lzado. \'po'tenormenfe es neu¡ralizado er.t sistemas comunitarios osumergido en el orguilo'cólectivo. La virtud y el bien común son alabados como elmás. noble,de los propósitos humanos; ,eI paíronazqo privado es deprecado por suegoísmo. I 1o" así, una buena parte de la experimentacién arquitectónica tiené lugarmediante la financiación de influyet t.s patroios individuales. Llas formas revolucioía-rias son construidas para vie-jos regímenes reaccionarios. La arquitectura del siglo, en

¡

Page 7: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

cuanto conJunto,te. La comodidadpara siempre.

22 (Jna arquitectLtra para utt nttet,o mttndo 957

no tiene una coherencia estilística ni una fisonomía r-isual consisten-de una sintaxis formal de tres siglos de antigüedad se había perdido

El liderazgo de Inglaterra

En el nivel formal, más básico, no es sorprendente que los sistemas renacentista ybarroco fueran esquivados con mayor facilidad en Ingláterra. La tradición clásica no

era allí tan antigu;, ni se había desarrollado tan metédicamente como en el caso de

Italia o Francia.\o había ruinas romanas destacables por aquellos lugares, y el episo-

dio medieval había sido muy largo y peculiar. Este úitimo era el estilo nacional desde

mucho tiempo atrás, tanto' como pudiera recordar cualquiera. en aquel momento,llamado genóricamente <gótico>. En e1 siglo xvII, se decía que el pueblo inglés era unpueblo ogóticoo y que sus leyes y gobierno eran de origen <rgótico>. Los invasores

Ló,i.o, qü. r. hrbtrn arentadó et-ti"ltlt. se creía..t"n utt.-pu.bló libre, gobernado poriever heóh"s por el pueblo: y aquéllos parecían unos antepasados adecuados para una

njción q,r. hábi" htÉhado dura-ente .ótrt." los excesos dei poder absoluto. Eite senti-

do de uña historia ftuera de la corrienre principal romana reirasó la aceptación general

de las cosas clásicas. Hasra principios defsiglo'xvtt. como hemos descubierto ya. no.se

introdujo el lenguaje clásicó, 1o que tuvo lugar a través de IñigoJones, que lo entendió

Fig.22.3 Greenwich (Londres, Inglaterra), La Casa de la Reina, 1616-1635' Iñigo Jonesl vl\tf, L1eI llenta

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958 Tercera parte: En busta de su id¿t¡r:i.:i

inteligentemente como un sistema inregraJo de drseño. Incluso entonces siquió consti-tuye ndo un raro^gusto cortesano. No tenemo' rrl¿s que lnirar ai cubo blancó de la Casade la Reina en Greenwich (1616-1635) i-recordar que es casi conremporánea del sancarlo de Borromini,

B?{" :o-p:e,üe. io c¿sro \- rimido que es .r .l"ri.ir-o d; iñi;"Jones (Figs. 2?.3, 27.5b).

.Para^Inglate.rra. esr¿ era una ap^ariencra sorprenclenremen"tenuev¿

-las{ormas prismáticas .oá brlr,rr,.adas completimente extrahas en medio de

aquellos edificios de media-madera o de l¿clrillo etqúinado, de los te-jado, "p.rnt"dor,ventanas con travesaños y parteluces. tablas ¡alladás y rnénsulas dé la arquitectura

isabelina v iacobea.a:" -ch'stopher 'w'ren, el lenguaje clásico se hizo público y llegó a ser más

compltcado. -Ahora tenía un carácter más ecléctico y coñtempo.átr.of qoe romabalibremente elementos prestados de Ir¿lia y Francia, p.ro .o"ñt;;;;¿ i; ;;;;reqlas a medida que se lue desarroliando. H.-pton cdurt, .l H;qp;;i J; é;;.";i.h,l',ryi::p"-"sto ia caredral de San pablo, todas ellas obras de wren, dieron" r"ji"r..r"'.1

gusto por la escala majestuosa del barroco continental, y constituyeron un ,iclamo1.'ii9 para ia atención iniernac.ional (Figs. 2r.37,22.4).'ia

^agni(ír" ;o;i;¡; s;;P-rlo culmina el drama.visual y estiuctural que habrJ..;.;;-.;;..r1!1"*u ¿.Brunelleschi en Fiorencia y qge habían dese'ntra¡ado lo, gr"rJ., ;;;;;;il; ;;\figuei Angel y los arquitectos^barrocos en Roma y París. l-"i .olu-""iir J.i-rr.*lü;e Green$-tch son el paralelo.a las columnatas de bernini para laplazade San pá.o,i, :rvergadura del pillcro de.Hampton Courr .o-p".r'. dg; ;.1;;.;;;iLil'j.-ii tle Luis XIV y de Versalles. pero todo ello e, b'"rt"rrt. i.rrorr"l, d".-"riJo,

",'-:¡ firrle v de concepción clara, salpicado de sorpresas anticlás]cas, es más la arquitec-:ii; ie L1n clentitlco que la de un artisra encerrado en teorías de beileza codifiiada.Ltrs herederos del estilo nacionai de la Inglaterra de la post-restauración fueron

\rchol¿s Harvksmoor (r,66r - 17 36) y,John Vail.,rugh (1 664:fi 26j. a. Ji.";;;il*:.r:e!eirr¿n.1a cumbre de un cierio'6"rro.o ingléí pe.o lo que más atrae nuestra¡¡¡ircic-rn es la severidad, la cruda fuerza,la unión"aditiva de lo, irrr.o, y lo, ,r"rror, t"r,iit¡renres de los ritnros concatenados y flotantes y del dinamirmo espacial d. l" tt"ii"rri,roCr (Figs 22.5,21.5b). Nos sorpíende el tríarniento individual de las parres. eli:llf,sls en 1as tortnas geométricas elementales interrelacionadas pesadamente, inclurotrrSCf,nente. E1 rechazo de una plasticidad.graduada en los exreriires, y t"i"ai"ia""il-z¿cion Je los elementos, particuiarmente dá las sólidas columnas .e.londas, o".4. .rtl.":r

er.'rfo :enrido nris cercana a Francia (Fig.21.24a), pero no asi la dislnr".i, J.l-'.,:.. rcnrione.. )a cornposición de bloques áe gr.ndes Ápinas ,jorrrl.r,l, 1.rrrr*.iJ".i¡ :'.,).luc- plarro. que r ueces re prolong, a hs lropias .o'lu-nrr. y el medievalismoli 'u'lllr'1i\ Jlll)cll¿i¿s de Vrnbrugh se revela no fanto eu los detalles revividos, sino

= .l^f-i:"¿sir-o .les¿rrollo que ."-pr.¡" io clásico hasra el borde de l" ro-lrrtl.á

,Fi*' 22.6) To.lo elltt era Inuy raro en su momento, pero resrrltó extrañame.rt. profé-:ictr re.P¡c¡.'t ¿ itrs Jetrontinados arquitecros revoiucionarios de Francia, especialine¡teLi.ro.r\. -1rr.'iri.icr..r \u Jparición al final del siglo (Fig.22.25).

L¿ Reir, -\r¿ .ruriu,'ri 1711.y l. guerra deiuceiioí acabó cuando un príncipe de:¿ Ca:a de Henrroicr art'cndio rl róno"como Gcorge L Ello.o"Ju¡á rl ;;ri,d;1itb.;(whig) al poder: e5tos t'r¿'hombres de Ia Ilustraci8n que..n.onrrrrr. co' los conser-r ¿,tores (Tories).

.def cndían lr .uprenrlcl¡ del Parlarn.nro y del Bill 0f Ríg¿¡s. Esre:[lc\o r.Llanre de ]iberrad rr¿cionai v Je xenofobi¿ funcionó.n.onrr, ¿É i" I."a¡r"

Fig. 22.+ r,::-::.,¡u¡lrn¡n¡¡,: R::.Lllllil!)nil-- \l -

¡nc¡or: r'isr¿ :i':-: :rl\^':i

-- J'.

plazamienri.::-:..-:h¿bía siio Jr::'a-:::\\'¡1.'t r c¡::r::rz:: :

rzquic'rCa. --. :--. :::me r protr:i-.:. i_ :.¡el sielr r', --

Page 9: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

22 (Jna artlttirtttttt(i ?dra ttn nuevo tnundo 959

-,. consti-:. la Casa

r ,, clel Sanje Iñigo

,--:emente:redio de: rntados,::itectura

= ser mas

-: tomaba

-. propias,'::enwich,

--^l^+^--^_ ^-r514lLrra

t:-- reclamo, --¿ de San. ,úpula de-.::rentos de:.i hospital:.,n Pedro;

. ,rdeza del:,¿siado: es

. -^, ,1 ¡^^: dIYur(LL-

-:rficada.. -,¡n fueron

: que ellos.::-ie nuestra: \-l11OS, t?11

ie la Italia,j partes, el:-,ie, incluso.:rdividuali-ruede estar

.. -'.,nancia cle

- :usticación.Jievalismo:r-idos, sinoromántico

-- -n rP ñr^fÁ-'' "'- r^'^':¡cialmente

- príncipe de,:tido liberalr los conser-R.iqlrts. Este

-.r erandiosa

Fig. 22.4 Crcetnvrch, el Real f losprtai Naval, (ac-

rualmente la Real Escuela Naval), 1696-1716, Str¡

Christopher 'Wren, tcrmina.lo por Nrcholas .Hil-kt-

,rool oiirt" aérea en ciirección sur. La Casa dc l¡ Reina

Gis.. 22.3\, está al final del eje iongitudinal Este em-

oi.i"-i.ttto era el de un palacio real abantlonaclo cpc

irabia sido diseñado para el re,v Carlos II por Johrr'Webb y comenzado en 1664; en primer térnlino, a la

izquierda, el bloque este clel patlo pertenece f, L'ste prl-

,,ri. prngr"tt". El bloque oestc fue añadido a principios

del siglo Xvtll.

Fig. 22.5 Blenherm Palacc (Oxfordshire), 1705-

t 71 6, Sir John Vanbrugh v Ni,:holas Han'ksmoori to-

rre del patio de la cocina. El palacro fue construido para

el Duquc cle Marlborough.

Page 10: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

I

ba con un rii¡:::,sente denroc:-n¡ -,

razonables r r.,¡:.:1a arquitectr,ir.. :.-

Y aqui. e- =:Jugar. Estos nr¿::*las construcc:..::..\¡enlan¿s. eia.. .t -.

conocidos de .-.:- .A trar-és de -..¡,humilder. cLrnrlr -construccioir J- -".

después de1 G:-.:-enteras lur'r..:: -:--eran prodr:cl::) a:

::' , _r, ,,'.:¡.-,,¡¡...,., ..: l: r'rt .j,l.,i.,,fr,...;.¡,,l lti:,.¡.i:\ii:¡1.l.i¡. ¡Gñ .,:_

Fig'22'6 Scaton l)elavai (Norrh'mberraird, I'graterra), 1720-172g,SirJohn Va'bruqh.

-1.vlt.

:,:-F-

._ !.:r

-

- ',.'lrti€!1--;-''-

,.-€-

L: :a¿ 7:',.:,:;rE.-:

=:

|lil ::l

T1i::i de 'Wren y sus discípulos, centrada en la corre. Este fue ei rrasfondo de urr

;:ü:'T."f.Hi'.0":':*:iHt:,i.,:trimHii,l",n:.":"ffi:"i3i,i:m;:i:ton:guj.j'gl que Ia arquite*ura regresara a ros íiempo, d.l;C i;r;r"; i;i'rili"l"', ,Etr ]715 aparecra,en. Londres la"prunera enrrega i. u,-,, .rr"b"1;;.ji.lj, i"ü.r,de |os Cttarr¡ Lil:ro, dc.Arquircrrur¿ de palradio. Er"mism. rn"ilr,-*;;i#,i';jr'vírlut'itts

Brírdnttícus de Ctlen c"-pf,,.fl "olvía

a a"i a e.no..i al público, mediantesoberbros grabados, lls editigios de inigo Jones...En er prefacio, i"-plr.ír ..;;;;rotundamente ei barroco italiano. oespüeste p"iúi. .ri ir"Ui" p.raiaf r"sr""J,*"manera i' el gusro. erquisiro de la construcción>,

" ."..p.iár, á; iü"^j;;r. ;"retoma ' culmina lo que el maesrro r-le vicenza lrabra loáe"-¿". H;ñ#h t;;;del Neo-Palladiamsmé. .t *o"i-i;d;,q". d."""1;; i;-i;;ú;.r.a. georgiana y quedara form¿ a \u ¿rtluifectura. ianto prio'ada- corno pública, ,lo.ínt. casl cuarenta anos.

,^. l1I,1o',Prollrtrtor:' t:J) este movimie¡to.de sorprendenfe exiro. La habiiidad

1.

ii;.n"i::,1,'n,!,1.Tii;,iTl:::l: .*'i.?T::üfiT?i*.I.J);"ü'ii,iljil:.ilIj:LnlswlcK. se con\'lrtlcr(rrl i:t \ irrirla. Je exposición del nuevo éstilo. Allr. Bu'riingronse rodqó de artisras ' h....nl.res .1e lerras, incluvendo

" ór*pu.tt u "l d;;;;;;diseñador de paisajes wiliiam Kenr (ca. úsi-tlis1. n"rn-"fi[";;"';'rib.r;i:il;ri Fig.22.7

77 45.

Page 11: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

.T

22 (Jna arrluittctltrti ]t11rL1 11tt 11tt¿1't) ttlttild() 961'

lff : :.#1','#: :' i'Jil:l "'

:?T :x'iH, *: i: lff i:: 1 :; :,1 I:' j J ; i i'::i:l i:l n:razonables y fáciies ¿. "p?."ü,

p!!;1 atf"ndir esta respuesta propiamente inglesa a

l;

.'"'+;"]

I .!'F, FIT' :'J "" I ff I l" lt T'.i,'illli'i'x;ol'i, il, i:ff \ i'.T i ;:. : ::

l:g::*ffi :trJ.:"i?*;áT";JJ:f l#::;;;;ü¿',-';+.;ri*.o-o-pue*as,

;lg::,!,j;,,x:i'fl,'i!tL'ü¡;'|{:1;.::*r:::"t"'tnJHtú3íl'J:i:|.á;i-5il;^;;;;;;"d. .llo,..l Ñeo-Palladianisdro ff"i5:l;.:ftf:¿::, norrnatización de,ta'fr"Áit¿.t, cono decían las páginas de su

**i+iilq'Jffii*frftkrfiluii,: iid.;''fferan producidas e' masa por empresarlos especulatiíos de ]a industria de la construc-

-,--:nado* :--. que

ii-. .:10.. -rqlesa

:--- iiahte, - rdena

-, ,:rdiosa--.i. que,s bases

t--,: 1r Qüe.- rnos.- --idad y-. prlmer

'1":: -stre Óe

: -:-tngton:: - -:¿dor y" --'*"-- /

, =-. Soña-

! : : ;,o t,:,:',;, !,:, f ,.!," i,,i ¡ :: i : :: / :,i a

Batn Langlev, (Puertas f'oscatras l{usticaclasr; páeina tlc su nlauual arquitecronic" i

lI"11

x

Fig.22.7L /+t.

Page 12: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

962 Tercera parte: En busca de su identidad

Fíg.22.8a Lorrclrcs,culninado en liontón.

1775; vista cicl lacio cste con su trano centr:rl

ción, especialmente albañiles y carpinteros. El material empleado era el ladrillo; elsolar eri nornlalmente estrechb. La casa se asentaba en la párte frontal de su oaréelaalargr.la. con u_r) patio o jardin en la parte posterior: para la^clien¡ela más adineiada seañadía L1n¿l cocheia y urestablo. Cada plairta tenía dos habitaciones, una detrás de laotra, con un pasillo í' urta escalera a un iado. La disposición vertical de la viviend, .ratan típica dc Lonclres como 1o era la extensión horiiontal de ios hótels de París con sus6pparrcÍt1(ttts. Desdc 1a calie, unos escalones conducían a la puerta principal que teniaun ln¿rco pal)adiano err nr¿Jere. gcrreralmente pintado de blánco. Li planra baja esrabarratada conro unJ c.pecie Je pod"io. haciendosi más hirrcapie en los'pisos suieriores.Estos.podran ert¿r ¿i¡iculadoipor pilastras y,columnas adosadas o bien d.rpl.g"r.r,,clasicismo en los ilrarcos de las vel1ánas y en la cornisa superior, y por supueito.-etr lasproporciones. Las cornisas con aleros de inadera fueron piohibidás'po. un estaturo de1,707 , por lo que se generaliz¿rron los tejados en parapéto. Por loi mismos años, las

L.'I -1'-

l)laza dc Bcdib¡cl cn J3loonrsbury, rrazada hacia

Page 13: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

22 (Jna arquitectLtrí1 Para ttn nrtet'o mundo 963

Fig. 22.8 Farnham (Surrey, Inglaterra); detalle de

una casa georglana.

,; :::-lo; el- :rrcela- -,.J^ ^^::rda se

:.. de la: -,-ia era

_- tn sus

" -, renía, , :staba

,, -: . :iores.I :l r:¿f SU

-1lir' - ln lasit-riio de

-l-,-, -rs, Ias

ventanas de bisagra dejaron paso a las de guillotina con marco retranqueado, de inven-

ción holandesa.El procedimiento establecido para estos desarrollos era, para un terrateniente noble'

di"i;i.';;;;;ói;J,i;;b;;;;;;";celas y arrendarlas, un. '.'.'r, irl,1:o:'-1.:'-*:de alrededoi ¿. qq años. a perroñas que desearan construlr casas en ellos a su proPl¿

;;,;;.1;; ".tividacl

.;;;;ii;;J" po" d::"::::::'^:::ff:"]i:ffi,H:,T::1t;,?il:,"r"rrr*ii"rio. A1 final del arrendamiento, las casas revertían al pl. . , 1

n.t.."ot destacar que 1a mayoría de las .fincas de Londres estaban vrnculadas a un¿

á,,'illrlá .."" "¿-i"rsrradas por una soctedad,.y no podían se¡ vendidas legalmente'

El sistema d. "r..,r¿"-i.;;;;:;;i;r,r á.r"t.átío luciativo y daba a la ciudJd pulcros

;;;d";i;' ,r,'ifo.-"r'Jo,'"ri;;;i;;";a1'.ip"t, una serie ie calles, instalaciónes de

tiendas y mercados, y en ocaslones una lglesra'

Las iincas ..rid.r.illr ;;;;;;;; .rrib"tt fuera de los confines de Ia apretadl 91,:

of Lo,ndo, medieval. en el áspacioso West End. Esta zona pasó a estar reservada a la'

:i;*'';;.il;;;; produ.riu.,. mientras qu: q civ qeimlneció en manos de Io'

hombres d. r-,.go.,ol'É1;;.;ro-",.r.riuó de los báriios elegantes 1:::flit:.1 :'.*oJo de la cit! de los comerciantes con aspiraciones. mienrrat q.". 1.1-:ilr^Tt-1. ":.de las clares tra'bajadoras. cada vez más seg-regadas' y. de los t-tg.tttl:: llt']tt". -'rrabajo. se .dererio?aban permanentemente. La separacton soclal entre los ponri' - - ' '

bien situados, entre .i'n.t.l.o urbano en decad'encia y los suburbios opuie:::'-"-.",rilriiá ." ún h..ho r."ir"r.r de que hubiera ningún recurso frente ¿ L'-' :-'::---'-- -

nes legales como delimitadoras de zonas'

Page 14: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

964 Tercera parte: En busca de su identidad

Los edificios públicos y las mansiones campestres del n-uevo estilo eran, por supues-to'gÉq€44+s, pero siempre se comporta6an con esa fría reserya y rcnaz orrodoxia

--=*9ue caracterizaba a todo el movimiento del Neo-Palladianismo.l É.ro ,ro debemospensar que lo que esraba llevándose a cabo era una simple Lranscripción de Palladio. Lapropia confianza de.Iñigo Jone-s en los modelos italianoit=_á-I[Ió*xvr habia sidobastante ecléctica, y ello Je manifestaba en la obra de los arquit..to, "qo.

ahora revivíana Jones¡unto con Palladio. La nueva Villa de Burlington eri Chiswicl, por ejemplo, setija sólo superficialmente en el modeio de la Villa Rotonda de Pallaáio. L" pl"rr,r,d$fuesta en torno a un octógono central, muest¡a distribuciones de habitacionés muyditerentes en sus dos frentes. y las fachadas son asimismo distinras (Fíg.22.9,Ig.33i.Incluso las ventanas palladianás J.ff..tr,. delj"ráin,.;; r;r arcos exteriores abarcan-tes, domestican las cáracterísticas del motiv,o 'ieneciano¡ El tambor octogonal con susventanas termales yuxtapone un elemento fuertemente éxrovertido .o.r'i" masa cúbi-ca df debajo. Internameñte, la inspiración parula decoración de las habitaciones proce-de de Tonés. no de Palladio.

Pero más incomprensible-es_el hecho d. q.telghiswick, y todas las demás villasneo-paliadianas, fueran concebidas para estar .n p"iqu.r de diseño informql¡ A prime-

FACULTAD D

Depto. oe itra vista, esto parecepulcra, de una forrr

Jenemgs. que reco

Gemocratlco, ProteslDarroco era Propag¿Dan a los arlstocTaacorolario, 1a sen-idr

Esros p;t-y ra natura

por los qur

como decía un poenataraleza en liberucon (vestir a su señ

pais4¡t, pues, son dcbertad.

Los orígenes delrepublicani y en Ctapoyaba en la poesiCicerón, Plinio r-ol

Fig.22.9 Ciriswick House (Middlesex, Inglaterra), comenzada et 1725, Lord tsurlingron (Richard Boyle); vista dela fachada principal. Burlington se inspiró en la Villa Roronda de palladio (fig. f9.33).

Fig.22.10 ,[ar,iinr. .:; C:ierecho.

Page 15: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

Arlilf tTreTurry_é

y ¡srSi!OTECN2 (Jna arquitectura para ttn nttevo muttdo 965

ra vista. esto parece paradójico (.Fig.22.10). ¿Cóm.o.puede.ser que una arquitectura ran

pulcra, de una fbrmalidad tan doctrinaria, se concilie con jardines libres v pintorescos?t.tr.mo, que recordar aquí que el neo-palladianismo óstablece un eüós nacional,democráticó, protestante, contrá la tiranía düal del catolicismo y e1 poder absoluto. Si el

barroco .." piop"g"ndístico del primero, los jardines formales de Iós franceses recorda-ban a los aristócratas liberales ingleses la rimbombancia principesca, la autocracia y su

corolario, la servidumbre.

, Estos parques y jardines, donde, sus más,bellos parajes reordenados,tr l^ ñ^frrr^laf Ld tLdLsL4Lvza por presuntuoso arte oprimida,por los que se lamenta ei genio de los bosques...

como decía un poeta del círculo de Burlington. Inglaterra, un país libre, deja a lanattraleza en libertad -o casi-. El arte rJ.ont.trá con realzailo que ya háy alli,con <vestir a su señora y revelar sus encantos>. La arquitectura clásica y el jardín de

paisaje, pues, son dos vehículos complementarios mediante los cuales se expresa la li-bertacl.

Los orígenes del jardín inglés, según el comentario de la época, estaban en Ia Romarepublicana y en China. Por supuesto, la primera opción era un capricho literario. Se

apoyaba en ia poesía pastoral laiina y en jas descrifciones de las villas campestres deii.étótr, Plinió y offós. La deuda con China parece más extraña. Era producto tanto

FACIJLTAD IIT

Depro. de üLlü.

Fíg.22.10

_;.r,!' t__'f1 t.i,:

Jardines dc Chiswick House, 1736, Williarn Kent; planta. Chiswick House está situacla cr¡ ii r'\¡r¡nLl

derecho.

-,it

Page 16: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

oe la lnterpretación como de la re¿li:=:.

¡gif*1¡{;;#;¡;T11:."güii[*i.lii$u*".;¿]..rHi.#:,Hl;:füi.T,lT',3i;?T".,1",,J1:,:1_,": d;ii;;d;;';""-i¿mente

producida'.de los jardine' .r'i"o,,

r*i;'};,iLT:[ft i$*ü:::ffi jT'[if;f H']:fü1.*:';l*j'*Hdad de Jos jardines .hi.*.;;'ii,l,j;i.".]]P'l:::r'::,i-or por la esrudiada irregulari-Lam.áañ;|"]ii"*:: jilx*i*'J*l?;,.f'#*ii:[,T![Á;I:::T::"

:t!li::*'ffi ff ,!q:,:"üT:'#,,..il:xil*j*e*itri,J,:,,* fT..,:TJ*irj:,1'#fli:ginradas'¿.

.,r"*, í,".;;.;" .Elo,r",, J. ;i;";;;;,es de pagodas, aieros

*:rgiü;ffi 11inx:.-::,k*,"ür:1.,!üfi ;i#ha:nriili",",.:1,",#Ínacrcndo furor en los palacios europeos tr;i.V'i ill.'i* t##Iv preciosam.",.-i.1.;"dos encajab'a;;;; 3i?í;illj"r-.::l',';.s.xtn: *iir;::f::; ii;,n::':j:*' v madéra, ."r,d",, p"'.r., ü;;,; ;;,'"?ü:;,i::;i;::r,ri*xf,t".É3#?HTi*ilt:?ii;trf; r1*.{:"ffi'*'3r.,iodo,.t't*"ir..r."r¿.-"r.¡"r.r;;;:fH'.*?;:::il*:ffi'r?J[fr:ffi,:it j:,¿!#ori:,:,:!:it

j," t

" * pintada 1r ig. ii'.i z¡. H".t" _.ij" j.li.,, g,o el poeta James

Nuestras granjas y esrablecimientos comienzanrecerse a las eieganres villls de pekír.t^q-I...r:. a las eleganres vilhs de pekín;-

¡obre cada coiina se I

con sernienr". .^l-..1e^I"^":1-i? ",-Plo coronado en espiral

uvurL Ldud. Lorrna se levanta un templo coronado en espiralCon serpientes colgadas " ; ;t;il""r, ]r".or, .rrr" orla de campanas.

Fig.22.17 p:.

Patricola: sai;.:

Fig. 22.12 Jar::::, :-1763, Sir Willi¿:: f ::-

Un mundo del que escoger

Todo ello era ul

!i:"H"'1i,*J:#,.};,"'Ht-.'ü;:fr ::kT*1""'.#?.'.?#T[:#iff'T::"1.i.::r'TT{!1,ru**::,xx;ri*xi#¿1ñJ:'*ffi

n:JiÍÍffi H,X.,?:l:::: ."-o imágenes escalonadas.'t" .ri"tr".ia incluía famos

;:#fi i:iTf.Tli:',T;i:f ff ?;H##::,""*il;;i".:+"'fi U,l?ff :':Stowevs,'"'r'.?i",""¿.r""ti*il?#:,'r.,r$i::Tii"'r""Ttlr:3i'JiÍrm:*monumento a la amisad, .oltr_rr",

"rrtie,''9,';,{:i**í,"#;;1;'"td";iiJ.#l?,'!lii{:ru:?,*(ffi i;Tiü;;arquitectura;;;."''+Ll,:X"'":'H:L#tHf ffi :lüt'#:'ffii*:1,*;::*::

Page 17: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

,r

22 Urta arquifu:rtura para un nu(1)i nnntdo 967

Fig.22.ll Palcrno (Sicilia), pabcllón de Ia Viila l)ella Favorita llamaclo Pi¡zzim Cinese, 1799-1802. Giuscpp.Patricola; sala de juegos de estilo chino.

Fig. 22.12 Jardines Ken' (Surrey), Pagoda China,1763. Sir William Ch¿mben

K=1

Page 18: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

968 Tercera parre: En busra de su idenridad

Fig.22.l3 Stourhcad House (Wiltshire, lnglaterra), jarc|nes, rnediados clcl siglo xtrlll, Laucelot (<Capabilin'>)

tsron'n. Los jarCincs csfán organizaclos en torno a un lago artificial \, cstán dotrdos de una serie de pabelloncs; cntrc

ellos, un panteón y un .olrd{c que apf,recen a lo lejos.

que la arquitectura es un lenguaje expresivo, capaz de evocar contextos llenos de

significadós a través de la asofia.iOtr-,'S.g.rtrdo, q^ue las tradiciones constructivas de

toáas las épocas y lugares nerecen atención y respetE Ambas actitudes.prestax unabase lósici a los revivals arquitectónicos -al historicismo, como se le denomina en

ocasionés- de la segunda mitad del siglo XVIII y la mayor parte del siglo xrx. Ade-más, estas actitudes dieron lugar a una liberación parcial respecto a la necesidad clásica

de unos cánones uuiversales de belleza..f,El poder ¿sociarivo de 1a arquitectura descansa, en esta fase inicial de su formula-

ciOñ,?ir la habilidad de las ruina^s para conjurar recuerdos edificantes o melancólicos yen la fascinación por 1as culturas áif.t.nt."r de la nuestra, es decir, en nuestra fascina-

ciorr por las tranri-erencias de tiempo y iuga4 Ya en 1709. cncontramos a Vanbruglttrrtr,tdo de convencer a la ditouésa i. Ñirtlbotough de conservar su ruinosa cara

solariega anrigua de Blenheim pórqu. despertaria recuerdor de cosas pasadat y propor-cionaría, con su apariencia arcaica, Lur corlstraste con el espléndido palacio que acababa

Page 19: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

III

f

t 22 (Jna arcluitectura para uLt nuct'i mundo 969

de diseñar para la familia. Las ruinas sacaban a),a\uz <reflexiones más r-ivas 1'placente-ras (que lai que poclía sacar 1a historia sin su ayuda) sobre las persona, que las habíanhabitado, sobre las cosas destacables que se habían neqociado en ellas. o sobre lasextraordinarias ocasiones dc su creccion,.

El nuevo interés por el paso del tiempo, por la decadencia que connrueve alespíritu, se correspondi con eite sentido de histoiia objetiva que es cáracterístico de laIlústración. Las óivilizaciones eran mortales, incluso- las m-ás grandes, y sus restosmateriales eran útiles para recordarnos este hecho.l[La contempláción de ruinas teníaun aspecto moral y ofro es¡etico: tnoral, en el sentido de que'nos velnos forzados a

p.nr"r que todas,ias.cosas, incluyendo nuestras propias hizai.as, son pasajera:.y,¿ceptar la vani.lad del esfuerzo humano; estético, poryue las ruinas eran transmlsoresidealcs de la hclleza pintoresce.trJesga.tados. ásperos. con texturrs incluierantes y cxtre-mos meliados: 1o más opueiid al áca[-'a.]o cuitivado de los diseños contemDoráneos.Esfas respucstas trian¿ban de la apreciacitrtr de las ruirras por ellas rnismas. en contrastecon el interés de los arquitectos del Renacimiento en las reliquias monumentales de laantigua Roma para derivar de ellas principios universales de práctica arquitectónica. Aesta clase pertenecen también 1as cstructuras vernáculas -la alquería y el granero, lasconstrucciones de c1iario más allá de las preocupaciones de los arquifectos serios- quecomunican espontánea e intemporalmente de una forma parecida.

La atracción por las cr-rlturas extrañas era inevitable desde que el mundo se habíarbierto a los viajes y colorrizaciones dc los ,iglo' xvtt y xvllt. lcro esta cxposición a

culturas cuya ló[ica'operativa era Jiferente de"la de Europa hacía surgir caJa vez máscludas sobre los viejos argumentos de universalidad. Si en el mundo había muchasarquitecturas válidas, sofisticadas y agradables, entolrccs nucstra manera de hacer lascosas no era necesarlamente intachable o mejor. El ambiente arquitectónico tambiénpodía ayucJarnos a entender la humanidad, si nos abriérarnos a las convenciones ex-iranierai v las domináramos mediante la emr-rlación.

Aho." se claba un esfuerzo progresiüo por averiguar 1os hábitos de diseño de iasculturas no etlropeas, junto con las tradiciones pasadas fuera de Grecia y Roma. Y 1o

que es más importante, se cornprendió que esta información, para ser absolutamenteasimilable por arquitectos y decoradorcs, debía ser representada gráficamente. Ahoracomenzaba a aparecer material visual en los relatos de viajes por el Oriente Medio yotros lugares, mientras que eruditos como J. B. Villalpanda y Abraham Kircher se

esforzaban en hacer caprichosas reconstrucciones de monumentos lesendarios anti-guos como el Templo de Jertrsalcn y la Torre .ie Babel (Fig.22.lq. -

En 1721 se publicó en Viena un libro extraortlinario que exponía una visión de laarquitectura mundial hasta el presente mecli¿nfe grabados. EI autor era el arquitectoaustríaco J. B. Fischer Von Erlach (1656-1723) y su libro fue reimpreso rápidamente,rarias ,rec"es, dos de ellas con r-lna triduccion inelesa. Además de las Siete Malravillas dela Antigüedad, Fischer proporcionaba imágeries dei Partenón, de edificios romanosmenos conocidos como el paiacio de Diocleciano en Spalato, y una sección tituladanDe algunos edificios Arabes y Turcos asi como .cer.j de la Arquifecrura ModeniaPersa, Siauresa, China y Japonesa>. Fste notable panorama era complementado por lasinvenciones del propio Fischcr, incluycndo su iglesia de San Carlos de Viena con Llnaf¿chada que llevaba alusiones a Santa Sofía, el Templo de Jerusalén y las columnastriunfales de Roma, como las de Trajano y Marco Aurelio (Fig.22.15).

Page 20: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

lT

970 Tercera parte: En busca de su identidad

i4¡r,,ffittntphal {hinaLo. CIt en t:ti*un. t,p,,a t'r' liti tc) ttw Íet g roii r"tl rítt et.

Fig.22.14 Johann Bernhard Fischer von Erlach, <LJn Arco Triunfal Chino>, de su libro titulado Entu,ttr1' einer'historíschen Arthttektur,(Esbozo para una historia, de la arquitectura), publicado en Viena en 172I. La cartela dice qrepodían verse muchos de estos arcos en las qrandes ciudaáes.

Mientras tanto, la arquitectura medieval, excluída del Iibro de Fischer, estabasiendo rehabilitada. Su posición era ciertamente irregular. En términos de teoría clási-ca, el (gótico> debeía ier tratado como,una desvia"ción de mil años de antisúedad.resPecto del. buen gusto. Pero .las grandes iglesias de la Edad Media en Ing"laterra,Francia y Alemania consriruían un legado vño. querido por ei pueblo; no p;día sersuprimido de. un brochazo. La admiráción por la altura d. .rror edificios, su graciaairosa y su destreza técnica, se hicieron rdayores a partir del sislo xvlr. Wr:gn sepermitió hacer adiciones a iglesias medievales en una foroximacióñ del mtÁo estilo,Porque <desviarse de ia Forma vieja sería caer en una*desagradable Mezclar. Y porsupuesto, sus famosos campanarioi, y las mansiones de Vanbrugh, se comport"ü"rtcomo estructuras góticas veitidas de uniforme clásico (Figs. 21.3i 22.6).

Durante algún tiempo después, en un estudio relacónado, se tomáron medidaspara (corregir> la arquitectLrra gó!ig" según las reglas clásicas. En 1742,Batty Langleyy su. hermano sacaron a la luz un libro de grabados para casas campestres y edificioi dejardines llamado, en la segunda edición-de 1,747, Arquitectura'gótíca,'m4orada porreglas y proporciones, en la que se empleaban en la manera góticá los cinco órde'nes

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Page 21: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

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22 tJna arquitectura para urL nueuo mundo 97 1

Fig.22.15 Viena (Austria), iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche), 7716-1737, J. ts. Fischer von Erlach;

dibujo del arquitecto publicado en st Entwurf einer hístoristhen Architektur.

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para diseñar piezas como puertas, venfanas, chimeneas y habitaciones enteras

ip¡n.22.16). Mienrras ranro, en Francia, las iglesias góticas fueron enmendadas ade-

iuá"ndolas , l" ,ru.u, estérica mediante la suprésión dé aquellos elementos -rejerías,

altares, cristales coloreados- que previameñte habian oféndido a los protestantes Porrazones religiosas.

Pero a lá itrrrersa, se alzaron algunas voces en favor de las lecciones positivas que

podía aprender la arquitectura moderna de las iglesias góticas. El arquitecro Jacquest].r*rin Soufflor (|i13-1780), creía que mediante un esrudio serio de Ia arquitec.tura

gótica <estaríamos capacitados p"r" ..t.t tttt-ar el punto medio correcto entre su e.stilo yEl ,r,r.rtroo; y esto es'lo que m^ostró en su famosa iglesia parisina de Ste.-Geneviéve, a

ia que ,rol,re.e-o, a refeiirnos. En Inglater.a, por ot.a parte, ei gusto público vino,afavórecer un genuino revival qótico. Este comenzó inocentemente con estructuras de

iardrn primer|, p.ro luego ganló una aceptación mas seria con la ngotización)) Por parfe

áe Hoiacio Waipole de"stra*berry Hili. su casa de campo en Twickenham cerca de

Londres, comeriada alrededor de 1750 (Fig.22.17).El desafío fundamental de toda esta experimentación con los modos exóti.cos e

históricos era cuestionar la validez universal áel diseño clásico. La aceptación universal

Page 22: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

972 Tercera parte: En busca de su identidad

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reglas

<El quinto orden de la arquitectura gótica>; ilustración de su lll:ro Arquitec

ones, 1747.

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Page 23: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

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22 (Jna arquitectura para tut nttü,0 mundo 973

Fig,22.17 Tuickenh:ur (cerca clc Londrcs). cas¿ di'Hor:rcio Walpolc llamada Strawberrv Hill, rorlrlc:rnrpliaclo

usJtiza,lo,. cornenz:rcio hacia 1750 con los cliseños cle Wiiliam Robinson, Richarcl Bcntlev v otros. Vi.sta dcl lado sur

de ciertas reglas generales había asegurado una Llnidacl vercladeralnente.sorprendente

del oe¡s¿¡rie--pto irquitectónico clurante tres siglos. Hacia mediados del siglo rvttt este

conhado .lonriuio icl clr.icirmo dejo de 'er algo incucstiorrado. P¿recia quc ia rradi-

ció¡ clásica clebía consiclcrarsc, en ei mejor de lós casos, como la ntejor de una seriede

fuentes permisiblcs para la arqLlitectura contemporánea. Debía ser chocante ver decla-

r¿cioues'pulrlicr.. cÁ-o l, de'Pierre de Vign¡, de 1752. dicicndo que (lr prod.ucciórl

de ¡oda, i.r,'rcin,'c., r de rodo, lot siglo' dél.'en rer adoptadas. llev¿d¿t a ll perfccción

v liberadas de la tiraáía de la moda ántiguao. Pero la iutoridad de la culrura greco-

iont"n, no itra a ser sacuclid¿l tan facilnlente'

-t rr 1 'I]1 l\c0( 14_(/cl-t¡ll0

Incluso antes de qut: sc ejercieran presiones col.ltra e1los desde el exterior, los

clasicistas habían tenid'o disputas familiaies acerca de sus objetivos. En el siglo_xvu se

desató uu acaloraclo delrate en Ellropa entre los Antiguos y los Modernos. Galilec,

Francis llacon ,v L)escartes, tres fundadores de la ciencia ntoderna, habían estal¡leciclo

el conocimientá analírico y experi.rnlental como sustitLlto para la fe ciega en los clási-

cos. En arquitecura, la batilla s'e clio entre aquó1los que deFendían inquebrant¿llrlenen-

Page 24: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

974 Tercera parte; En busca de su idtttridat!

::Trt:TX1m¿€stras del precede'te antl.jg:1o, v aquellos orros que crefencrían el derecho

J; ii;#;;.*"ü;::'"-o"ráneos a variar v eninendar lo qué Vitrubio I i* .Jiñ.i.,l El mái claro portavoz-de los Moderno.s era charres perrauit, ei hermano delarquite-o que diienó el frente o.i."f"t ¿.f i;;."sl; á.r,ri"rr" de ra fe clásica,Perrault hizó una distinción Ú;;";;. ;i;"in."tí". ri"trl'arJ,ip"s de beileza, escribía,la positiva v ia arbitrar* L; ¡;T;r; ;."d.;;;;b1 4.1^.-oüX"d. _",..i"res ricos, de rasmasas etecivas. de la simetrá, de la srandi";id"J;;;f;iltodos.,.y en cierto r.",i¿,-i"iñ;,bñ. La beileza'r.bir."ri"tTlt:"ll"

Era obvia paracuesrión de gusro, d. -oá", ;;bi;;;;'. b,"t.Jr#ii'li'i;,l,ll,l:i i?':Ha":i;varaba segírn las

ijrT!:::-locales y tambi'én ;";;i'p""* o., tlempo. Esta era raparcela específica del arquirecro.Allora, para- Pcrraulr, la base dcl buen qu\fn sco,,í. .;^-.t^ ^r r -porque ¿sie'disrrurab; ¡.r ;;;,.,'y;:;"fT!xJ'"-#""Jti'. :i i,:it"¿:":',T'::ma'ifiesto la atracción d...";;;;iá"lr'"iru"i.r;;;;;i";i'"r."igo

ra iclea áei arqr_rr_tecto como experto,del esrilo. El arquirecto se convirrio en el j;ili::,1:'l:i:t::.::]rnientos ornamentares de, varios tipos a h ;r;;;;;l;;.,*;fi:t'jf,:fili[:r'.:r"""j:;belleza positiva. r"r r"glrr-d;i,;i*": es decir, de la superficie,

'o dependían devalores absolutos' sino q.-ue.rt"bl..*r meramente los valoies rejativos dilo que era::??EFü?ff mr"*:T:lr:r j#r51*HJixixl'ir;;;;;il;;J;.:,...f.;;:,;J'"',i.l'Jr*" parte del sigl0xvrrr

]" ér: mas i'comoclaba a 10s clasicisrasü;;ü;;.;;;#-"ii::;ri',i.-.'...:'=,i?:ffi:i:.T..'.*.??*i:;,:;l:.::;i;tragilidad y su ornamenm frivolo y ,trao ,uirr..á^" "L -.i"¿"¿ sibarita, i'dulsenrey egocé'rrica. En Inglaterra, ia contraofe"ri";

.-.;;"iiao "ito era er ñec,_Palladianismo, r""q:.,i::^.lp"ll ffiteantes-y ras ."rr",rág"r.ias de sus jardinesprobablemente deban ranro al g.rrto dÉr rococó ú;ér-;;;;; a ra rejana cliina. EnFrancia' la reacció' tomó un íarjz diferente- Hacia ,rredi"Jo, del sigro se dio unaT:.f,:tl *,"": :,1_..T1. y "";".;;;;;iá";:iii;;'s"i y,.il""e. Ahora se sosrenía

:ff #",'1":T,*'oi??,f. jX(.J::"f,{ltro,b,;*..',iTi j**;,'¡*':L1..,*Médici' Er rocc,có.," r''" j;';i";;;í;fi-áia..r.l;;;.rr,i..Jilino

de la arquitecturanjado por Le vau,

-ry::,^"lZF;;;;#: Áh.*¡iú;ü;"';;;,o..oer y recuperar radignidad v la susrancia de esra hazañacurminanre icil* áJ, i-ig.rr.s de Fig. 2r.21).

En la práctica. 'i ra nlonumenralidad ni ra decoración, pesada y rica, d,e ra Ápe decrandeurTuc recobr¿.r, r.."-gr;';;;"'cre lo.que se consrruyó en ra década o r",üi+til:;::'i,i:,,.?,*::*;:tTJlTfi *iujü.,?f i,H-¿a:ili..,#lte Petit Trianon en versarles t" ái." ,ri", iu prirtirr" masa cúüica con bordes iimpñs vpronunciados, sr¡s banda:j.^r,l'^::l.i. ;i;".p"." _olJ.,r"it-si"n cripulas ni frontonesque la enfaticen, salvo una elegante pioy...iór, a. r", .."¡r"r'..rrt."r., en ei planononocromárico de la.f¿chad¿

.'.Fig. zi.ra,¡. No ., _,rio;ürJ;",una rápida .comparación con ra óasa ¿. i, n.irr"

^;;'dr;;;i:r"' ::To tt verá con

mismo sentido die serena rorttrriia"alñg.'zz.z¡. rn, pero comparte el

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Page 25: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

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Fig. 22.18 Vcrsallcs (Francia), ei Petit Trianon, co-menzado en 1.162, Ange-Jacques Gabriel; detalle clel

exterior.

Crecia contra Roma

Pero ni siquiera tanta reserva satisfacía a una ruidosa vanguardia de puriranismoarquitectónico. Había un movilnienro dispuesto a denegar el uso ornamental de losórdenes, el juego enérgico de las p-iiastras y las columnai añadidas, peciestales y pedi-mentos ornamenralet -lg que el abad Cordemoy llamaba pevorativámente (arquirec-rura en relieve,r-. Las columnas eran miembros'funcionaies.n un principio. y eso es

lo que deberían volver a ser. Era la arquitectura romana la que ha6ía converlido losórdénes en decoración no estructural. pó. 1o que se debía retróceder en el tiempo pararecobrar su verdadera finalidad. E1lo quería decir volver a Grecia. cuvas inveircióneshabía absorbido y perfeccionado RomJ. Y aún más atrás, en el origeni..ttor monu-mentos, habia que reconocer a las estructuras de madera de las qñe los templos erantranscripciones petrificadas; y por último, había que sacar a IaIuila cabaña primitivacon Ia que decía Vitrubio que había tenido su inicio la arquitectura. Volvei a trazareste desarrollo ayudaría al mundo moderno a despojarse dé toda eiaboración que nofuese esencial, y a lograr de nuevo una arquitectuia-honesta.

Los_que abogaban por esta visión radical fueron llamados Rigoristas. Los nombresmás influyentes fueron el veneciano Carlo Lodoli (I690-176i) y el Abad Laugier(1731-1769), un ex-jesuita, cuyo Ensayo sobre Arquitectura, publicado en París en1.753,_tuvo una amplia repercusión tanto en Francia como en oiros países. La posiciónde Lodoli era la mái extrema. Sy convenc.rón principal era que la arquitecrura áebía ser

!;,.: r"

Page 26: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

976 Tercerd parte: En bttsra de su id¿n¡tdad

considerada una ciencia. y no como una provincia de la imaginación.artística goberna-da por reglas de belleza. Lodoli rechazába las proporciones fijas de los órdenes. Eldiseno no era dependiente de modelos ideales, sino de: 7) función, entendiendo por talla forma en que áebía comoortarse la estructura de utr edificio de acuerdo con el uso de

ese edificio, y 2) ,rprrtrntition, nla expresion indivrdual y total que resulta de la formaen que se dispone el material de acuerdo con las reglas geométricas-aritméticas-ópticaspara conseguir la finalidad a 1a que se destinaba>. El ornamento podría añadirse una,re" qr.te se"hubieran logrado los ñquerimientos funcionales, pero para Lodoli e1 orna-mento no era un revestlmiento c"pii.hoso ligado a 1o anterioi. Habia de basarse en las

leyes científicas que gobernaban los materiales de la construcción. madera y piedra, ypor tanro. debia ionverrir5e cn una parfe integral del edificio.

Laugier no descartaba los órdenes, pero insistía en que se comportaran comomiembros funcionales, no como decoración añadida. La construcción y la decoraciónde los edificios debían coincidir; las columnas, los entablamentos y los pedimentosdeberían hacer el trabajo real de sostener ei edificio, más que aparentar hacerlo mera-mente. Sin saber mucho de los auténticos edificios griegos, Laugier defendra unavuelra a la arquitecrura gricga cn la quc una simple lógica esrructural lial'ía dic¡ado la

forma. La contribución romana había sido no tanto una mejora, sino una decepcionan-te elaboración de ios principios de estática. Laugier condenaba ei uso de pilastras, de

vanos arclueados y piláres, y consideraba abusos rntolerables a los pedime_ntos rotos, las

coiumnas^ espiralés^y h proyeccion y recesión de entablamentoi, y toda la gama .deformas de la arquitectura barroca. Las colurnnas exentas y que soportan peso, y losentablamentos rectos sobre ellas eran la esencia de la buena arqultectura.

El disdnguir la práctica griega, para su alabanza, destruía 1a_ sagrada unidad delidioma cl¿sió q.r" ré suponíi enóerribatr los órdenes. Se desarrollaron facciones pro-Grecia y pro-Roma que luchaban entre sí con imágenes y palabras. Las expediciones se

dispusierón a estudiir y clasificar los restos griegos por primera vez. Se atribuye laprrrnacía en este terreno al equipo de James Stuart y Nichola-s Revett. Durante casi tres

.ñor, .,ltr. enero de l751-f ieptic-lrre de L753, se enfrentaron a las plagas, las

inquietudes políticas y otros azares que resultaron de la invasión turca y. visitaronescenarios andguos como Corinto, Delfos v Delos. Pero pasaron grax parte. del tiempomidiendo v di6ujando los restos de la Atenas clásica, esperando redescubrir mediantetan riguroso trabájo de campo el ideai perdido de las proporciones_ griegas (f ig. 1. 13b).

El prrmer volurnen de sus billos grabados, titulacio Áutiqucdadts dc Atenas, apareció e.n

1l 62.Wientras tanto, otros estatran dando a conocer la árquitectura colonial griega de

Paestum en la Italia central (Fíg.22.19). Estos templos, robustos y erosionados, alenta-ron la rendencia dei prirnitivilmo, el deseo de vblver al .pasado rudimentario.paracomenzar Llna nueva éooca histórica no corrompida. Volvió a verse favorecido el

orden dórico.Por su parre. la escuela contraria estaba rcuniendo evidencias para demostrar la

vitalidad, 1a inr.'enrir-a r, 1a audaz variedad de ia tradición rotnana. Los mouumentos de

las provincias disranres fueron profusamente introclucidos cn libros como Las ruinas dtPalmira, de John

'Woocl. dc fZS¡, o Las ruinds del paldcio del embajador Diocleciano

de Spaldto ei Dalmdtid, de Robert Adam, de 1.764. Micntras tanto, el descubrimientode Éerculano en 1738 r-e1 cle Pompeya en1748 abrían un emocionante capítulo de

1as excavaciones modernas.

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22 (Jno arrluitrrtüra p(tra ttn nuet'o mundo 977

'.'

Fíg. 22.19 Paestum (Italia), templo de uN-eptunoo

(Hera II)t grabado de G. P M Dunront, 1769'

La fieura más vistosa y eficaz del bando romano fue el arquitecto y grab.ador

Piranesi (lZO-tllS). Ardi'entemente orgulloso del pasado de su pals y maestro de las

reconstrucciones irnáginativas, este apasionado venéciano se asentó en Roma hacn

tz+0 r.se errfrenró a io, rigorirras. a lás pro-griegos y a todo\ los demas que se habían

utrido'¿1 coro de los contiarios al virruosismo. al rigor inventivo' a Ia nq^uez.a de ia

arquirecrure rom¿lta. ranro recienre como an_tigua. P.irancsi acePró y defendio una

¡eoría de la epoca Por la cual los romallo\ e\taban en deuda con las tormas natlvas oe

los etruscos Á,i, qü. corl 1os griegos. En rerminos arquitectónicos, él consideraba.a los

erruscos cotno lnrennediario:"enlre la arqtritectura dé -ampostería d.e Egipto y la de

Roma. v una de las más populares fantasías de Piranesi eran una serre de chlmeneas a la

-á".i.'.gipcia. En el oiro extremo estaba su serie de ,Cárceles (<Carceri>), unas visio-

nes amenazantes y srniestras de interiores flotantes en los que no había órdenes colum-

""ri"r ¿. "i"g.iti tipo para articular el espacio,. ni clídax arquitectónicos fljos, ni

li-rt.t descritSs o impliéitot. Estas oscuras invenciones que se,fijaban en el teatro, y 9:1

las ruinas subterráneas que Piranesi conocía tan bietr, esában ilenas de puentes levadi-

,or, f".1.,r.r. pasadizor'sobre arcos y todo tipo de me.canismos y. maquinarias.,para

crear un mundo desestabilizado que es 1o más oPuesto al orden clástco,-correspondlen-

áor. .on la definición de Burke áe aquellas teriibles sensaciones de peligro que carac-

terizaban a lo sublime (Fiq.22.20a).""--l.[ .i g.o.ro d. lJi ñ"r d. .,.í aguafuertes de Piranesi está dedicado a la visuali-

zaciónde la"ciudad de Roma, sus monumentos y sus estructuras.utilitarias, su,grandeza

y su decadencia (Fig.21.6a). En contrastes ricos y oscuros de sombra \' luz, nace

Page 28: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

978 Tercera parte: En busca de su identidad

Fig' 22'20a Giovan'i liattista Piranesi, interior de una prisión ir'agi'aria, cle su scric cle aguafucrtes llanlacla c¿r¡¿r1(Cárrtlcs). ct. 1744 (reeditaclo ca. 1761).

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aparecer escenas de inquietante gigantismo y desolación. Se recrea en las proezas deinge'ierta que sgl] los icueductos, carreteraí y estructuras clensamente amontonadas.tmPlea vlstas obllcuas y una atmósfera brumosa barrida por el viento para sugerirlnmenrsos

prrror¿lnes err.los que todas las consfruccion.r. rniigum y modelnas.,;.?;-ben a los tlestrozo: del tiempo. Capta Ia escala, el senrimiellto y la'iluminación de urraarqulrectur¿ ronlJlla abovedada cuya complejidad multicameral es mucho más dramá-tica en un estado ruinoso_ de Io que podiía"serlo en la realidad. Lo r.eltri"b" ;áá,fragnentos c1e edificios, objeros, i'nscripciones, cisternas, bóvedas d.-;;3;:';""i-."_-il:15r.' )' I *,ili. .le esre vasro cono¿imiento ensambró composicion., d. i" pr"ñlnvenclon. eclccrrca, ) rnuy eruditas.

, R_?-. no,h.¿br, per.lido nada_de su poder de atracción. Ar contrario, en er si-glo xvlll se habia colrverrido en obligatorio puerto de llamada para escrirores. diletta¡-tes. anricuario, r'arri:tas c.on a.:piracionesl'era una cámara d'e destilació,, d. nuaum

i:t1t y.t?,, Í. expo\rcron del ¡¿lenro europeo. La educación de un caballero ingles nose consrderaba- colnplera sin el Crand Toir que culminaba err Roma. A la Acídemiafrancesa de.t uorso venían, para una estancia de tres años, los ganadores del premio de

Fig.22.2ttbcr.1-: .

Rom¿. L-, ::r-.i . :püt -. 1 J il i:.: : -. : - : )'.'"

estal,.a ¿] rra: ,, -,

el princi',.:- -r:: :

lJliJi-.. .i--:

qr.redarl:: -:j, --:,,.

Conserr'¡i.-.::- --..lec¿.]¿ ic -

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Arte c.'rllt.. :t: -

priva.las j: .. . -

conse-jo i¡ \\--:--,.iban r' \-i-:1.,:r : - :g.rabad..::. c ::---

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Page 29: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

22 [Jna arquitectura para ¡¡ n7¡21'¡t lnundl 979

io

Fig.22.20b C,ror..rnni llatti:r¿ l)ir.rn.'si. <El Acuctlucto clc Nerónr, tic su scrie V¿dutc di

c¡.1750.

Iloma, cl nrás alto galarclón de la Academia cle_ Ar_quitectura de París-. Estos JóvenesDL'nsi\\tutdir(.i cralr rrraidos por el fervienie circulo dé Piranesi. cuyo flller Jc grabado

'.'sr.rba al otrtr lado Jc la crlie. o l,ien Por el círculo deJohannJoachim Wirrckelmann'ci orincio¿l dc[elrsor .le lr strprerlracir griega'

'D.rJ. l¡ rsccnsior del Pipa Clcrtle"ntc"XIV (1769-1774).la aficiórr p.or las,anti-

etledades era Lrna política oficial. La estatuaria clásica se exhibía en el Palacio de los

Üo¡,r"r,r"dqr., d.1'C"pitolio y en habitaciones nuevas del Vaticano construidas en la

J¿..d" d, \llO cletrái del Cbrtile del llelvedere. Se estaba definiendo el Museo de

Arte corno tipo constructivo y como institución dc educación pública. Las colecciones

prirrades Je I'e villa ,,1e1 Cardénal Albani habían sido instaladai de ntanera similar por

io,rr.jo cle W'inckelnann. Distinguidos extranjeros visitaban .estos tem_plos de arte e

iban y venían por el1tre las ruinasf acompañadol por.vivaces cicerones. Los pintores ygrabadores componían atentamente lo rnás memorable de las rurnas en vlstas lmaglna-

ñ", q.r. se lle,r"iían consigo 1os visitantes a sus casas de Londres, Munich y Burdeos.

La cosecha arr1uitectónira

¿Qué debemos rnostrar, en términos arquitectóni.o:l l:-::t:,nuevo pltualismo del

Densamlenro europeo? ¡Córno deseml¡ocaron los monumentos dispersos del clasicismo

Rorra (/i.rra-, dl

Page 30: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

Fig'22.21a Osterlev Park House (Middlesex), comenzada en 7761, Robert Adarl; pórtico este. Isra cra unaremodelación de una casa isabelina del siglo x\¡t. El pórtico se inspira en el Erecreion d. Átenas (Frg.2.27).

980 Tercera parte: En busca de su identidad

en nuevas formacionesl ¿Qu¿ tenían_ en común Piranesi y Laugier, los revivals y laoriginalidad, el hisroricismo y el modernismo?

Una cosa es cierta. El neoclasicismo no es un estilo concreto, bien definido como!l_ Sótico,o el .rococó. Podemos reconocer el producto, pero los tipos son legión.Mirando los edificios y los.proyectos de constru^cciones má: distintivo's de la segündamitad del-siglo, podemos détectar varios requisitos, aisiados o en combinaciónlParaemPezar. hay una insistencia en un mayor rigor en Ia evocación de modelos anriquos,y por tanto una amplia variedad de cljsicisrnos especificos. La obra de Roberr Ádr-podria .abarcar por si sola el orden jónico griego. ral como aparece en el góticooriental de Csterley Park. rechos a ]a manera-de ñ palmir, ,o-rnr. habitacioná oue

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Fig.22.21b ar,

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22 Una arquitectilra pt1rt1 tr tlt¿t'.\ itt.ntJt 981

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Fig.22.2lb C)stc'rler'l)ark Housc; nicho clc la chinenea or el h¡Il dc enrrad¡

recobran el diseño de los Baños de Caracalla en Roma, así como detalles speltos de laVilla de Adriano, dl Palacio de Diocleciano o la Casa Dorada de Nerón v la Acróoolisde Atenas (Fig.22.21)

En la mente de 1os teóricos y artistas neoclásicos, no se trataba de copiar directa-mente. El oltjerivo de un arquitecto serio era la imi¡acion. El pinror Joshüa Reynoldslo describe cbmo <un p.rp.ir'ro ejercicio de lá mente, una óntinuá invencióno. Elarquitecto había de saber bastante sobre los modelos, estudiarlos cuidadosamente, paraque pudieran convertirse ell parte de su pensamienro y para rener buenas razones paraúl...iotr". de entre ellos lo que necesitai" p"." r.tr ptáp'io, diseños. Las razones t.ñí"rtque ver con el (carácterD. la cu¿]idad particular de cada edificio que expresa su propo-sito. Porque la arquitectura era un arte parlante, capaz de transmitir la moral deiusprogramai y estim;lar sentimientos. Las prisiones detían tener una apariencia ausrera.por"ejemplo. y el ievero orden dorico p'odt, ser el mejor medio pa'ra exrerioriz¿r elcaÍacter cle este programa especlllco.

Se buscaba fa sólemnidad, al menos en edificios públicos. El blanco ai que se

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982 Tercera parte: En busca de su identidad

oponia esta rendencia, por supuesto, era el opulento sensualismo del barroco. en el que

la ilusiOn, asegurada pór curfqui.r medio. habra imporrado mucho mas que la estruc-

tura o que la iealidad construótiva. Lo que se esaba rechazando ahora era aquella rica

tradición de efectos añadidos: la plastióidad de los muros plegados con columnas ypilastras adosadas, animados .on ,irooros ritmos y con abundante decoración escultó-

iica v oictórica. El antídoto debían ser muros simples y rectiiíneos e hileras de colum-,r", ér!nt", con entablamentos rectos. Podemos ieñalar algunos ejemplos pasados de

tal rigor: los brazos de la columnata de Bernini p,ara.Ia.plaza de San Pedro, ios frentes

.,r pJdi-.nto de las villas de Palladio, la simplicidad protestante de San Pablo del

Coient Garden, y aún antes, la púreza colu^mnaria de Brunelleschi (Figs,. 20.2I,Ig.32,16.7). Peró la erudición deidiseRo neoclásico, la creencia de que estaba reco-

brando "lgutror

de los primeros principios elemenmles de 1a arquitectura, y su deseo de

abstraer eíencias de ios grand"t édifi.iot, ocupen el lugar que ocupen en el espectáculo

de la historia, eran actiiudes nuevas y de gran alcance.l]na fase temprana es la ejemplificada por ia iglesia de Soufflot de Ste.-Geneviéve,

parrona de París,'co-.nr"d"".n iZSZ iFigr. 22.2>,22.23). Podemos ver en.planta s.u

tarecido con San Marcos de Venecia; am6as tienen cúpulas sobre los cuatro brazos de

ir.r,r, griega (Figs. I 1.30. 19.22). Esras cúpulas son.óporradas por columnas exentas

con entíblain.,rto", ...tor, y hay hil.."r de cblumnas exéntas entre este núcleo interiorv el caDarazón exteriot. Érobábl.-ente nos resulte menos fácil apreciar, debido a

alteraciá¡es posteriores, la extrema Iigereza de su superestructura, 1o que venía im-

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i} * ,,.

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; ¡- -l+-'-..--o¿4 - Zt- Fig. 22.22 París (Francia), Iglesia de Ste.-Gene-

viéie (rebautizada como Panteón durante la Revolu-

ción Francesa), 1,7 57 -17 92, Jacques Germain Souffl ot;

pianta.

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Page 33: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

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22 (Jna arquitectura parú ttti tilt.f i'tilrttdó 983

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Fig. 22.23 P:rns. Stc.-Genevidve (Pentcrin); inte¡ior'

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Page 34: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

I

984 Tercera parte: En busca de su identidad

puesto p,or tan esbeito,sistema de soportes, derivado intencionalmente por Soufflot desus estudios acerca de la esrárica sótlca.' Pero este interior .r, , p.r"i de ello, romano en su sentimiento y rico en sudecoración. Podemos compaiarlo con algo de finales del siglo, lm oficir'a, á;i Brr;;de Inglaterra de Sir John' Soane, po. .j.-plo. para u., El áuténtico potencial delneoclasicismg (Fig. 22.24). Nos sorprenáen,^pri#ero. Ias forma, de g.o'm.ri" U¿ri..de la composición, y despues el carácrer plano de Ias superficies. El eifasis esrá en lasslluetas netas. que o bren pueden no tener ninguna moldura, o bien están enmarcadaspor,bandas planas de ornamentos diseñados por la imaginación del propio arquitecto.De hecho, el aparato clásico enrero

-pilastias, enrablimenror y ."t.tones- se ,edu-

ce a un delgado y díagramático modélo de estrías y calados.'En esras habitacionesespartanas y,sin.mezclas, los cavernosos espacios de Piranesi con sus oscuras sombras sesomerran a la drscrphna de los rigoristas (cf. Fig. 22.20a).

. Este es el segundo. componente de la arquitectura'neoclásica y quizá sea másimporrante que la cuidada imitación de los modelos antiguos q,r. h"btrmos sinqulari-zado como el primero: un lenguaje de abstracciór-t qu. rel"u .n Ir geomerria el".-err-

FAOULTAD T

Depto. de D(

tal, con vanos deincluso dureza-I¡sólidas como esterpartes prevaiece iePanteón está en su(Fig.22.25a). U*to desvirnrana sutangularidad. en el

En Ios años i¡rrde 1789 que derrctectónicas rnás e-iNicolas Ledour I n

ron apasionadarneconstrllvo poco: sul

así lo quena el. Suba poco que llesa¡;gran parte de su. pPero su genio par;para Ia Acadernie ¡de 1780 esruvo Nlen torno a Pan:. rrrancla. lS[os. \- ,r

especial como prrtt,

Fig.22.24 Londres, Banco i¡ Ingl¿rena-a epoca.

1788-1808, SirJohn Soane; Anrigua Oficina Colonial, en un qrabado de

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-

FAEULTAD DF ARQUITEETURA

EeptO. de DQC. y BlBL¡STECA22 (Jna arquitectura para utl nuet,o nlLnldo 985

tal, con vanos de borde neto y sin marco, I con una especie de aplomo o severidad,incluso dureza. En términos de masa, ésta a rnenudo se triduc. .n .'l empleo de formassólidas como esferas, pirámides, conos y cilindros; en términos de disciibucion de laspartes prevalece la yuitaposicion sobre ia fusión. Para el neoclasicista, el arracrivo de1Panteon está en su ésferiiidad y en el choque entre un frente de templo v un cilindro(Fig.22.25a). Una columna es'básicamenté un fuste cilíndrico, e inclüso él esrriamien-to desvirtuaría esta verdad fundamental. El valor del templo griego reside en su rec-tangularidad, en el juego de pantallas de columnas conrra muior Iiror.

En los años inmediatamente anteriores y posteriores a 1a gran Revolución Francesade 1789 que derrocó a la monarquía, Francia produjo algunas de las imágenes arqui-tectónicas más elocuentes del neoclasicismo. Son obra de dos hombres, Claude-Nicolas Ledoux (1736-1806) y Etienne-Louis Boullée (1728-1799), quienes creye-ron apasionadamente en la arquitecrura como un lenguaje expreiivo. Boulléeconstruyó poco; sus pasmosas visiones se elevaban más allá de los medios razonables, yasí lo quería éi. Sus diseños eran una forma de comunicación poética para él importa-ba poco que llegaran a ser realidad. Ledoux, por otra parte, tuvo una práctica activa ygran parte de sus primeros trabajos caen dentro de los límites del gusto convencional.Pero su genio para la metáfora arquitectónica levantó el vuelo cuando fue escogidopara la Academia de Arquitectura en 1773 y nombrado arquitecto real. En la décadade 1780 estuvo ocupado en una serie de casas de portazgos para un anillo de aduanasen torno a París, y en un vasto complejo de salinas reales en Chaux, en el este deFrancia. Estos, y los proyectos incluídos en su libro de 1804, le ganaron un lugarespecial como profeta del modernismo en el sentido más restringido de la palabra.

Fig. 22,25 París, portazgos de aduanas o barriércs, 17 84-77 89 , Cl¡ude-Nicolas Ledoux. Había rur¿s sesenta ile esras

construcciones colocadas en los cruces de carreteras. A pesar de que lucron odiadas por la mavoría de los parisinos en su

monrento por representar la opresión de los recaucladores de ios impuestos del estatlo, Ias barriirts sobrcvivicron r ia

Revolución Francesa de 1789, y p(rnr¿nc.icron err ¿ctivc¡ hasta medratlos del siglo xtx, cuando los ferrc¡carrileshicieron que estas aciuanas c¡uedaran obsolctas.(a) La Barriére de la Villene. Dominaba cl puerto del Canal de Ourq en el noreste de P¿rís \,¡ es uilf, .le ies cuatrobarriires de Ledoux que han continuado funcionando hasta nuestros días.(b) La Barritre des Bonshorrimes, al norte dei Sena.

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Fig.22.26 l}rcrurc-Lours iioullcc, provccto par:r ulr ccnotalio para Sir lsaac Ncwtorr, 1784; alzado. Dibujo reairza-

do por cl arquirecto (Biblioteca Nacion¿l tle París). En el intcrior debia haber un planetarium, con cl santuario de

Newton en iu bas.. Bouliéc escribió sobre estc proyecto: <Oh Newtqn, que por la grandeza de tu sabiduría y 1o

sublimc dc tu gcnio determinasre la lonna de la tierra! he conccbido la idca de envolverte en tu propio descubrimien-

toD.

986 Tercera parte: En busca de su identidad

Los portazgos de Ledoux abarcan toda la gama de combinaciones neoclásicas(Fig.22.25). Son construcciones básicamente cúbicas y emplean frentes templarios, laventana <palladiana> arqueada, peristilos, cúpulas y otros elementos familiares. Pero loque Ledoux hace con eilos es aigo totalmen'te fuera de lo convencional y, paru un ojoc-lásico, resulta al menos, chilló;, si no bizarro. A veces, un imponente tambor cilín-drico se asienta abrumadoramente sobre un oabellón cuadrado. o un cubo masivo ypedimentado se eleva sobre el suelo encima de pequeñas columnas rechonchas. Láiusticación y los detalles ornamentales, despropor¿ioñados en escala, acentúan obstru-sivamente las superficies. La columna preferiáa es la toscana sin basa, y en algunosejempios los fusies están partidos por blbques cuadrados para crear un orden áspero yrusticado (ver pág. 952).

Los proyeclos no eiecutados, tanto de Ledoux como de Boullée, llevan la abstrac-ción tan lejbs que

"."É"n siendo puros estudios de geometría sólida. Los autores los

presentan con un fervor sentenciosamente moralizafrte, con esa creencia compartidabo. Ia mavoria de los neoclasicistas acerca de que Ia arquitectura debe estar aiociadaion l, poú¡1-cg-y-!4s condiciones sociales. y debi guiar.en el caminlháiiá

'.ttt -uttdoffi-nño v meior. El monumento de Boullee a NFwton,-una tremenda esfera hueca, es

un ributo ñretafórico a la obra del gran científico (Fíg.22.26). Fl proyecto para una

biblioteca consisrepor una bóved¿ ::(Ftg.22.27). Err:.longitud v que sinto. Todo detalle centre 1os amplics ;sí mismo oel ar.1;i

Forma y reforr

La facet¿ urt-r:.Bou11ée eran ¡i¡'.',estado de acu¡:i--como un sím'1...---

válido; es deci:. "-través de st mis:::..en un ediiicio prpopular. Pare.i:.-:mas lnstltüClLr:l¿--

Fig.22.27

Page 37: Spiro Kostof- Historia de la Arquitectura. Vol 3

-i'fig. ZZ.ZI¡. Entre 1os muros y la bóveda corre una columnáta que recorre toda la

longitud y que sirve para rcalzar, por comparación, la vastedad de 1a esc-ala del conjun-to. Todo detalle queda sumergido en la cbncepción abrumadora y el fuerte_contraste

entre los am¡lios i"mpor,d1 lu7 y sombra. Unó entiende por qué Éoul1¿e se liamaba a

sl mtsmo (el aroulrecto oe las somDras)).

Forma y reforma

Lafaceta utilrtaria de esta arquitectura era claramente secundaria. Los proyectos deBoullée eran elevados pensamieritos expresados en forma monumental,:Bóull¿¿lhabriaestado de acuerdo coi el filósofo alemán Hegel, quien definía un edificio públicocomo un símbolo independiente y aurojustificado dé un pensamiento universalmenteválido: es decir. algo cóncebido con el inico propósito de manifesrar lo más elevado a

través de sí mismol Esto no encajaría con los óli.trt.r ordinarios que gastaban su dineroen un edificio porque tenía algún uso mundano para é1. La nueva visión no era

popular. Parecía encajar m.ejor con estructuras conmemorativas y tambien con progra-mas institucionales como hóspitales, teatros y prisiones, que tenían un mensaje social

22 (Jna arquitectura para ttn nuet,o mrLndo 987

biblioteca consiste en un espacio en forma de túnei definido por muros- de estanterías.yblblloteca COnSlSte en Un espacro en lorma oe tuner Gellnloo Por muros oc cstarrlclras y

por una bóveda de cañón cle casetones; su.cumbre está ra8aáa por un largo lucernario

Fíg. 22.27 Etierure -Louis Boullc.e, proyccto para una bibiioteca real (I3ibliot)rdquc du Roi), err la Calle cle l{rchclieu

1788; dibu.lo realizado por el arquitecto (Biblioteca Nacional de París).

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988 Tercera parte: En busca de su idenidad

gue emblasonar. Pero incluso éstos tenían que satislacer necesidades funcionales. Lasformas ideales y comprehensivas del arquitecio neoclásico estaban obligadas, por tanto,a tolerar la logica dél_ uso. Y .puesro que las instiruciones públicas e"sraban'bajo unarevisión mejoradora de acuerdb con li nueva concepción de utra sociedad jüsta, laforma era vista también como vehículo de reforma sócial.

Los reformadores lucían diferentes galas: eran econornistas, intelectuales, filántro-pos y arquitectos. Todos ellos cornpaitían ia convicción de que el ambiente fisicoadecuado tenía un efecto beneficioso sobre sus usuarios, y de que los malos edificioseran. caPaces de ocasionar un daño psicológico. El objetivo últi-o era un mundocambiado: Inás virtuoso e igualitario. -rt rtoLl. y mejoigobernado. Y los reformado-res estaban deseosos de dedicarse a algún fragmenro de"esra elusiva uropía. Algunospianeaban comunidades ideales para pequeñor-grLFos de hombres de mentalidad"pare-cida; otros dirigían su mirada a cementenos, prrslones, vrvrendas, etc., con vistas amejorarlas. A nivel formal habra propuestas para edificios multifuncionales. como elPanoptikon de Jeremy y Samuel Beniham. un radical esquema aplicable a hospirales,escuelas y prisiones. Desde la perspectiva reformista, el itractivó de tales solüciones

estaba en el h¡¡.- - -

Control; porrll:i- .,:. :La planra c-:'-,:.

de podía est¿l.--,.:algull super\.15.:, --

Chaux (Fie. ll -.círculo delirr-rr¡..*- :

dorsai en el c¡:::: -

salinas -ios c¡:-- :

nía; su moralij..-r .

los nombres .l¡ - '

Fi9.22.29 P1¿::=, -:..::irospitales: (A) c'r..::::rr- r:yecto para el Orpe -r:.-: '.1.:década de 1-11¡01: B . -:Hótel-Dieu rle P:::r. -:: '-:quema dc pabc--,.::.': .r-,.:Rocluette. un !::r::rr ::1787).

A

/t,, /,r'r:rftt r'/¿,,¡ , )¡ /, r '*,' 1//, , )r' ( /ttttt't

Fig.22,28 Claudc-Nicolás Leclour. ciudad nrodelo c1e Chaux, posterior a 1775. La iglcsra, dedicada a una cleidadindeterminada, está a la izquicrda, tuer¿ del limite oval.

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22 Una arqttitectilra ])dr(1 itü tijtt,i..j tltiutdtt 9g9

estaba en el hecho de que reflejaban un orden total, así como en su requlantlaci v en sucontrol; .porque la refo-rrna no"es nada si no es totalitaria.

füJ."1il;j;if:t'"".":ti'ülSii.?ifi:r;"tr*l^,iru':;;i".'ll':".?,:"::¿f, ;;-" lF;s ñ' zsT f'Tl :,T,'il:' ., *lq ts1ru:'n,l, ;l:",:"i: :uj:* :i;: sjffi:i".i"Tr:'Ji,?"f il1!:,1'iiJ,;.#:":*:*t**l;ll*l;llft *:j:i:salinas

-los carboneros, ros escopeteros y ros h.rr..*l.-á;lí;" vrvir aqur en armo_nía; su moralidad se había agudiiado meiiI o,',' o -b r.l J. r á,

". ¿'r,. i o, á -.r,'" r., . u "'il'8 Jl iJ'f:. il1 tit*:;:':#Í :Í,:

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Fig.22..29 Pl¿rrr¿. Ji¿gr¿rn¿ric¿, ,lt e\quenus Jeho.pir:le.: (A) e.querna de cje. perpendiculrre. lpro_)ecro p¿r¿ el O,peJale Maggiore de Mil¿rr. de Frlait.re,

9::r,]r_J: 14o0): (B) c\(lucnrJ rrdrol lpruyecro prr" ..1Hótel-Dieu de París, de Antoine perir, 1774)i ('C) es_quena cle pabellones (1iseño para un hospital en LaRoquette, un suburbio de pa¡ís, cle Bernard poyet,1.787).

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990 Tercera parte: En busca de su identidad

pacíficamente las,disputas; en e1 Oikema o Casa del Amor, en forma de falo, debíaproporclonarse eoucaclon sexual.^

La eficacia de la planta radial para pri>iones y asilos derivaba de Ia posibilidad de

supervisión central. En la planifi.r.iOn áe hospitales, el esquema radial ténía su princi-pr1 rrgo-etrro a favor en él hecho de que permitía un f¿cil acceso y el alojamiento deli"ryoi número de pacientes (Fig. 22:2\'. La capilla estaba ..t ál ..ttt-to, y en unfamoso proyecto, se acomodaba directamente bajo un enorme tubo cónico para iaventilacron. La disposición alternativa era el tipo-llamado ude pabellonesr, en-el quehabía un eje centál flanqueado por hileras de pabellones. Li ventaja de estas áias

independieltes era que loJpacientes con enfermedades contagiosas podían estar aisla-dos. Y Thomas Tefferson. ei más famoso neoclásico del lado ámericino del Atlántico,adaptó el tipo de pabellones a una institución educativa, el campus de la Universidadde Virginia, para distinguir las diferentes facultades (Fig.2a.21').

Urilogro de la refoima fue el trasladar los hospitalei al exterior de las ciudades, al

aire dei .r-po. más limpio y sano. y trasladar fuerá tambien los cementerios, prisionesy mataderos, p"." ,ttr -iyoi bienesiar físico y moral de la ciudad. Las tumbal masivasáe los campoiantos parróquiales eran una seria arr'eflaza para la salud públic? y unaindignidad'para la -.-oii" de los fallecidos. Cada vez

^-át, 1" opini^ón infoimada

tavorecia los cementerios extramuros en los que cada persona podía ser enterrada enuna tumba individual en un ambiente aiardinado. v en donde los monumentos comolos cenotafios de Boullée podían añadirlna dimensión cultural al solar. El decreto de

Napoleón de 1804 no hizb más que formahzar la retirada defacto de los enterramien-tos-de las áreas residenciales, qlue ya se daba en las úldmas décadas del siglo xvIIL Ladesvinculación de los..-.,l.t.riur'y los hospitales respecto a la iglesia pañoquial, a laque habían estado ligados durante -,t.ho tiémpo, tro podia sino éontriLuir a'alterar laiaturaleza del núcleó de la ciudad. Esta puede ier 1a respuesra urbana más significativade la nueva época, junto con el desequilibrio de la antigua relación entre la ciudad y elcampo en la víspera de 1a Revolución Industrial.

Por lo demái, es difícil categorizar una cosa llamada ciudad neoclásica. Sin embar-go, es preciso desracar varios puntos del urbanismo del siglo xvlll. Había una genuina

fireocupaciOn por la mejora áe las vías públicas y por lai viviendas privadas. -L" .ot-

iu-b.e de disponer las óasas como unidádes monumentales, como legado delasplacesde París, se difundió de tres maneras. Bath, una somnolienta ciudad provinciana quealcanzó una gran popularidad después de 1720 como balneario, las ilustra a todas ellas

(Fig.22.30).-En e1 Royal Crescent y en 1as terrazas curvas del Landsdown Crescent,sobre aquél, en las pendientes de más al norte, tenemos un majestuoso testimonio delbrío de ií planificación del siglo xvtrr y su atrevida configuración en formas inusuales.El gran bloque semielíptico ?el Royál Crescent será el-emblema de la composiciónurbána ingleia durante áéc"d"r. Lanásdown Crescent, incluso si tomamos su magnífi-co trazado serpenteante meramente como un rasgo superviviente del barroco, destacapor otra razói. Está situado contra e1 lado bosioso

^de la colina, interpretando un

éspacio urbano en términos de un diseño de jardín. Esta es otra nobble contribucióndel siglo xvill, y será manejada con una encantadora variedad. Encontramos este rasgo

en otios dos lugares famosos. La Place de la Concorde de París (1.775-1763) tieneparques a dos dé sus lados y un río en otro de ellos. La actual Pn?za del Popolo de^Ro-",

concebida en 1794, empleaba un jardín en terrazas en el lado este para unir el

Fig.22.30 IJ¿¡h Ll:::.IUe dr\cn¿do fot JuJt:- .,

John Palmer).

espacio oval de 1a :-.li6re de edificios ¡-:de San Pedro en -= -

el urbanismo neoc-:.,ños y forrnas conr-- -

de la Reina l. el :,'':.--tes vías púbiicas :,..places dé Nano'. -=

triunfal entre las ;:.Ia tercera (htg. __.-'

Es inútil espec*-.Europa, de no s.-: :^t '^ tAleJanctro o Kont.

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22 (Jna a.rquitectltra pitrtl lttt tt!tt1't) tt1tild0 991

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Fig.22.l0 -ts.rrh (ltrglarcrrr); vista rerca cle los Crcsccnts. -Ll l{or,¿l Cl¡csceD¡ cst:i cu e'l cciltro: drt.l cle 1767-1775 t

fie-diseñado por John Woo,1 cl Joven. Más arrib¡, en c1 ángulo superior derecho. cstá el Landsclourr Crescent (1794,

l()nn -rf,lmcr).

espacio oval de la plaza con la cima del Pincio, mientras que el lado oeste debía quedar

liÉre de edificios p"r" qr,r. pudiera dar sobre un área verde, con una vista de la cúpu1a

de San Pedro en i" l.¡rtrt..'.n la orilla opuesta del Tíber. En tercer ¡r ú.l-{mo lugar" en

el urbalismo neociásico encontramos una concatcnación de plazas de diferentes tama-

ños v formas como Llna progresion ntmica consciente. En Rith, la convencional Plaza

de la Reina y eI rond poi rir dél Royal Cresccnt están interconectados por dos.importan-res vías púbiicas que son parte clel misnio plan grandioso. De nlanera similar, las tres

nlaces áé Nancv.'la capitil de Lorena, se é"tieñden en una única línea, con un arco

iriunfal ent.e lás dos piimeras y una avenicla con hileras de árboles entre la sequtrcia r-

la terccr¿ (Fig. 22.3 I ).Es inuiil érpe..rl"r acerca de a cJónde irubiese conducido la Era de ia Ilustraclon a

Europa, de no'ser por el ascenso de Napoleón: ¿Dónde hubiese acabado Grecia sin

alejandro o Roma^ sin Augusto? Ocurrió 1o que ocurrió. La Revolución Fr¿ncesa

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992 Tercera parte: En buscd de su identidad

Fig.22.3l Nancv (Francia), sistema de plazas públicas, conerzaclo en 7752, Ernnanuel Héré de Corny. El patrónfirc St¿rrislas Leckcinski, ex-rev de Polonia, Ducpre de Lorena v verno dc Luis XV. El sistcma conecta la vieja ciudadnrcrlicr'¿L ¿ la clerecha, con la nucva ciudad del siglo rvrr, a la izquicrda. En la ciudad nucva, la Plaza Real (actualnente

Plaza Stanislas), fue nrodclacla cle acuerclo con las plazas reales de Paris v terría una estatu¿ rlel Rey Luis XV en el

centro. Cruzanclo el f-oso cle l¿s nrurall¿s viejas, a la derccha, v pasando por un arco triunfal, llegamos a la Place cie la

Clrrridrc, Lrn pasco con hilerrs cle árboles ilanqueaclo por bloques de vivienclas. Acaba etr cl Hemiciclo, un amplio

espacio abierto ante el P:ilacio tlei Gohierno Provilcial (ltnndante). Tras el palacio ha,v jardines renacentistas forn¿les(la escala viene dada en tolrcr, siendo un rolse igual a seis pies).

L,l:J

Lecturas adicionale.

A. Brahar¡r. T.:. -,'(Berkeler r L..:.:

W. Dol'le. T.:. l. : 'ljniversin P::,,.

M. Girouar.l.. l:', :

c:Itnpo 1l-lQri>.: --- : :

W. Hermann. -..: '

glo xvrrr) (L..::.::-,H. Honour.,\,. C :

a'E. KeurmJnn. -1

setts: H:ln ¿:-- -.- :-

E. Ryku,'ert. T :. :arqulteCtOS .l:, :l-.

J. Summerson. C. ' ,

1,97 B).

D. 'Wieber-rson. ,i . -

dres: A. Zs;::r:

I'it,É:/

:i-''-

erlge ndró url ilnpcrio, y el noble rdealisrno del siglo xvlll se esfumó sobre las alas de unrcspiandecielltc Ténix que se encumbró durante dos décadas, se consumió, y nunca

vofvio a ievantarse Jeliodo. Mientras duró 1a aventura, las austeras formas puras del

neoclasicismo quedaron cortas par¿ ponerse a 1a altura de 1as afectaciones de.la pompar)¿polconica. Ej unico rno,.{elo sariificrorio. visual.y polrticarnerrte. era el imperioroinano bajo Augusto y Trajarro. El ornarlento, la opulencia y las alusiones a, Ia

vlcrorla exp¿rnslva ,v a ia orjullosa omnipotellcia desplazaron ahora a la severidad

moralizanré dc Laugier y Lecl*oux. El orguilo de Piraneii por la ma.gnificencia romana

esrab¿ ahora en poti.iOri aventajada, peró su visión fue pririficrda de todo io clue tenía

.ie mórbi.lo o rmenazador. Sóló 1a coifianza, l.i rn,r¡estail y ei triunfo eran plasmaclos vceiei¡racios (Fiq. 23. 1).

Y c,-ran.lo 1" .po." clc Napolecin iiegó a su lin, ia comunidad europea,. arquitectó-nicamenre conro J11 1os clernái aspectos, irltentó resumir el diálogo con la historia que

había emprenc-Licio valierlrenlerlte citlrante el siglo xvlll. l)urante a1gún tiempo aún, sus

Jr{ulrccf¡: vrg¿¡¿lr p¡r ei ,p.li:¡je ,lcl pr:a.io. Je.irn.l.t rl¡iertat \us oPCiones v jusrifi-cJnJ() .us eie,citrrre.. EJ riérrrp,i n,-, llrbt, llegrj,' a .rlcjar ios. logros 5egu,ros de llrr¿Jicion pJrJ r'rrlrlerrZ.Lr rodrr de ntrevo.,,Porrlue aullque es r-lrfrctl Para el hombre

aprender>i.como erplic.rl,,r .-l artluit.cto trancésViollet-le-Duc, omucño más dificil es

Dara el olvloar)).