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gestión de empresa pág 70 pd Una mirada a los dos últimos balances nos desvela una entidad quebrada, que ha podido mantener sus exorbitados gastos gracias a la fortuna del magnate ruso. Pero ahora que Roman Abramovich es una de las víctimas de la crisis económica, ¿qué suerte y qué futuro le espera al histórico club londinense? José Mª Gay Saludas Profesor Titular - Facultad de Economía y Empresa Universidad de Barcelona ¿Sobrevivirá el Chelsea de Abramovich? Encrucijada económico-financiera en Fulham Road M illonario entre millonarios. Mag- nate entre los grandes magnates de la city londinense. Cercano al poder del Kremlin. Su fortuna, ci- mentada sobre el aluminio en De- ripaska y hoy titular del 36% de Evraz Group –la mayor compañía rusa del acero–, se cifra- ba en 23.500 millones de dólares después de descontar las deudas, según la revista Forbes de meses atrás. Lo que en las extintas pesetas equivaldría a bastante más de 3 billones. En euros, se hablaba de 16.700 millones. Millón arriba, millón abajo. Pero hoy, Roman Abramovich, dueño y señor del londinense Chelsea Football Club Limited, se convierte en otro multimillona- rio víctima de la crisis de 2008. El año de la caída de los pedestales económicos. Abra- movich ha sufrido un revés: las acciones de Evraz Group valen 13 veces menos. Así que su patrimonio neto debe rondar entre, según unos, los 1.300 millones de dólares y, según otros, los 2.300 millones de euros. Si bien no está nada mal, es obvio que representa una parte muy menguada de aquellos volumino- sos 23.500 millones de pocos meses antes. Todo eso suponiendo que el affaire Madoff, cual demonio exterminador de potentados y multimillonarios, no le haya jugado una mala pasada. La cuestión acá enfila por otros derrote- ros. ¿Qué suerte y qué futuro le espera al histórico club londinense de Fulham Road, al propietario de Stamford Bridge, a los “blues” de la ciudad del Támesis? Porque el gran Chelsea, finalista de la última edición de la Champions League que perdió ante el Man- chester United, no es que esté muy boyante en asuntos económicos, por no decir que se dirige en caída libre hacia lo más profundo de los infiernos. El Chelsea es una trituradora pecuniaria o, mejor dicho, la delicada perdición de Abra-

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Una mirada a los dos últimos balances nos desvela una entidad quebrada, que ha podido mantener sus exorbitados gastos gracias a la fortuna del

magnate ruso. Pero ahora que Roman Abramovich es una de las víctimas de la crisis económica, ¿qué suerte y qué futuro le espera al histórico club

londinense?

José Mª Gay SaludasProfesor Titular - Facultad de Economía y Empresa

Universidad de Barcelona

¿Sobrevivirá el Chelsea de Abramovich?

Encrucijada económico-financiera en Fulham Road

Millonario entre millonarios. Mag-nate entre los grandes magnates de la city londinense. Cercano al poder del Kremlin. Su fortuna, ci-mentada sobre el aluminio en De-

ripaska y hoy titular del 36% de Evraz Group –la mayor compañía rusa del acero–, se cifra-ba en 23.500 millones de dólares después de descontar las deudas, según la revista Forbes de meses atrás. Lo que en las extintas pesetas equivaldría a bastante más de 3 billones. En euros, se hablaba de 16.700 millones. Millón arriba, millón abajo.

Pero hoy, Roman Abramovich, dueño y señor del londinense Chelsea Football Club Limited, se convierte en otro multimillona-rio víctima de la crisis de 2008. El año de la caída de los pedestales económicos. Abra-movich ha sufrido un revés: las acciones de Evraz Group valen 13 veces menos. Así que su patrimonio neto debe rondar entre, según unos, los 1.300 millones de dólares y, según

otros, los 2.300 millones de euros. Si bien no está nada mal, es obvio que representa una parte muy menguada de aquellos volumino-sos 23.500 millones de pocos meses antes. Todo eso suponiendo que el affaire Madoff, cual demonio exterminador de potentados y multimillonarios, no le haya jugado una mala pasada.

La cuestión acá enfila por otros derrote-ros. ¿Qué suerte y qué futuro le espera al histórico club londinense de Fulham Road, al propietario de Stamford Bridge, a los “blues” de la ciudad del Támesis? Porque el gran Chelsea, finalista de la última edición de la Champions League que perdió ante el Man-chester United, no es que esté muy boyante en asuntos económicos, por no decir que se dirige en caída libre hacia lo más profundo de los infiernos.

El Chelsea es una trituradora pecuniaria o, mejor dicho, la delicada perdición de Abra-

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movich, su padrino y financiador. Porque el Chelsea como tal, es decir como club de fút-bol, vive una auténtica economía de guerra. Subsistiendo gracias al suministro de fondos financieros que recibe del grupo empresarial al que pertenece, Chelsea Football Club Li-mited, cuya cabeza visible en Reino Unido es Chelsea Limited, cuyos estados financieros se depositan en la ciudad de Cardiff.

Una mirada a los balances de las dos pos-treras temporadas del Chelsea Football Club Limited permite hacernos una composición de lugar acerca de su situación patrimonial y financiera.

LAs inveRsiones deL CheLseA

Los activos del Chelsea, en las tempora-das 2005/06 y 2006/07, están monopolizados por las inversiones en inmovilizado. Donde los fichajes de jugadores, en términos brutos, representan el 107,9% y 126,3%, respectiva-

mente, del conjunto de la inversión. Situándo-se en valores netos, y en ambas temporadas, porcentualmente en más de la mitad.

Así, las inversiones netas en jugadores, descontadas las amortizaciones, suponían en 2005/06 más de 181 millones de libras, equi-valentes al 57,7% del activo, y en 2006/07

FiChA ResUMen

Autor: José Mª Gay Saludas Título: ¿Sobrevivirá el Chelsea de Abramovich? Encrucijada económico-financiera en Fulham Road Fuente: Partida Doble, núm. 208, páginas 70 a 83, marzo 2009Localización: PD 09.03.06Resumen:Con un lenguaje claro a ameno, el autor nos sumerge en la situación patrimonial y financiera del Chelsea Football Club Limited. Una mirada a los dos últimos balances del club londinense nos permite conocer la un presente difícil y un futuro casi imposible, para una entidad que lleva cuanto menos dos años quebrada. Una empresa que ha podido mantener sus desorbitados gastos gracias a la fortuna del ruso Roman Abramovich. Empresario golpeado por la actual crisis económica y que, previsiblemente, dejará de ser el músculo financiero del club.descriptores iCALi: Empresas deportivas. Dirección de la empresa. Gestión empresarial.

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cerca de 131 millones, el 50,4%. Hablamos sin duda de sumas de gran relevancia que, convertidas a euros, tocarían las alturas ce-lestiales, el summum de los fichajes de juga-dores, en un listón similar al del Real Madrid y por encima del Barça.

Lo escribía Juan Bautista Martínez en las páginas de La Vanguardia: los desembolsos en los 46 fichajes de la era Abramovich en el Chelsea, desde la temporada 2003/04 hasta la actual 2008/09, han supuesto 569,4 millo-nes de euros. Si bien aquel furor mostrado en 2003/04 con 162,5 millones de euros ha ido perdiendo fuelle hasta bajar a los 30 millones, también de euros, de la actual temporada.

Las instalaciones de Stamford Bridge son el gran componente y símbolo indiscutible del Chelsea, junto con la ciudad deportiva Co-bham. Ambas forman parte del inmovilizado material neto que, con alrededor de 125 millo-nes de libras y moviéndose entre casi el 40% de 2005/06 y el 48% de 2006/07, marca el resto de los activos fijos o no corrientes. Parti-da que totalizaba en 2005/06 más de 306 mi-llones de libras, con un peso del 97,6% sobre el conjunto de los activos. Mientras que en 2006/07, superando los 255 millones, equi-valen al 98,4% del total de inversiones del Chelsea.

En consecuencia, el Chelsea ofrece un excesivo componente de inversión enca-denada a sus activos no corrientes, lo que no le da maniobrabilidad en la perspectiva del corto plazo. Los 306 millones de libras de activos inmovilizados existentes a 30 de junio de 2006 serían en euros unos 459 millo-nes, mientras que los 255 millones de libras rondarían los 383 millones de euros. Excesi-vas inversiones que, cómo no, han de tener su financiación. Y es ahí donde surgen, como se verá enseguida, los contratiempos para el club londinense.

Los activos circulantes del Chelsea, en ambos ejercicios, son insignificantes, con unos pequeños saldos deudores y sin que apenas exista tesorería, detalle éste muy sig-nificativo. Con 7,7 millones de libras de deu-dores en 2005/06 y apenas 8.000 libras en la caja, la encrucijada de los activos corrientes del propietario de Stamford Bridge era pelia-guda, con un peso sobre el total de los acti-vos del 2,4%. En 2006/07, con 3,9 millones de libras de deudores y 9.000 escasas libras

BALAnCes deL CheLseA FooTBALL CLUB LiMiTed

TA B L A 1

ACTivo CheLseA 2005/2006

CheLseA 2006/2007

000 £ % 000 £ %

Inmovilizado inmaterial deportivo bruto 339.037 107,9 327.484 126,3

Amortización acumulada Inmov. Inmaterial –157.878 –50,2 –196.800 –75,9

inmovilizado inmaterial deportivo neto 181.159 57,7 130.684 50,4

Inmovilizado Material bruto 134.367 42,8 136.183 52,5

Amortización acumulada Inmov. Material –9.083 –2,9 –11.613 –4,5

inmovilizado material neto 125.284 39,9 124.570 48,0

ACTivo FiJo o no CoRRienTe (A) 306.443 97,6 255.2545 98,4

Existencias – 0,0 – 0,0

Deudores 7.673 2,4 3.990 1,6

Ttesorería 8 0,0 9 0,0

ACTivo CiRCULAnTe o CoRRienTe (B) 7.681 2,4 3.999 1,6

ToTAL ACTivo(A) + (B) 314.124 100,0 259.253 100,0

PAsivo CheLseA 2005/2006

CheLseA 2006/2007

000 £ % 000 £ %

Capital social y prima emisión 100.000 31,8 100.000 38,6

Reservas 25.165 8,0 23.949 9,2

Resultados y ejerciciosanteriores –223.511 –71,1 –300.592 –115,9

Pérdidas y Ganancias –78.297 –24,9 –66,779 –25,8

PATRiMonio neTo (1) –176.653 –56,2 –243.422 –93,9

Acreedores comerciales 4.749 1,5 3.913 1,5

Deudas con empresasdel grupo 345.560 110,0 399.283 154,0

Otras deudas 23 0,0 31 0,0

Ingresos diferidos 5.000 1,6 6.525 2,5

Acciones preferentes 15.000 4,8 15.000 5,8

deUdAs A LARGo PLAZo/PAsivo no CoRRienTe (2) 370.332 117,9 424.752 163,8

Acreedores comerciales 56.167 17,9 13.254 5,1

Entidades Públicas 2.681 0,8 458 0,2

Ingresos anticipados 61.587 19,6 64.211 24,8

deUdAs A CoRTo PLAZo/PAsivo CoRRienTe (3) 120.435 38,3 77.923 30,1

ToTAL PATRiMonio neTo Y PAsivo (1) + (2) + (3) 314.124 100,0 259.253 100,0

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¿Sobrevivirá el Chelseade Abramovich?

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en tesorería, el activo circulante equivalía al 1,6% del conjunto de la inversión, cifra muy baja para atender las deudas a corto plazo.

En total, pues, los activos del Chelsea as-cendían en 2005/06 a 314,1 millones de libras y en 2006/07 a 259,3 millones. No está mal ese volumen de inversión, aunque el asunto clave siempre es el mismo: ¿qué rendimiento proporciona tanto activo? ¿cuántas veces la facturación logra rotar esos activos?

soRPRendenTes PAsivos

Sin duda, es en el pasivo, al examinar la financiación del club de Fulham Road, donde saltan las sorpresas. Para empezar, el patri-monio neto, o fondos propios, de la entidad regida por Roman Abramovich ofrece una di-mensión extremadamente deficitaria. Eleván-dose en números negativos a la escalofriante suma de 176,6 millones de libras al acabar la temporada 2005/06 y a 243,4 millones al cie-rre de 2006/07, que en euros sobrepasarían los 365 millones. Las pérdidas acumuladas de los años precedentes –del orden de los 224 millones de libras esterlinas hasta 30 de junio de 2005– dañan la financiación propia, obligando al uso endemoniado de deuda, que se combina con un capital social más bien modesto.

El Chelsea de Abramovich lleva, cuan-to menos, dos años quebrado. Al punto que, aquellos 176,6 millones de libras negativos de su patrimonio neto a 30 de junio de 2006 deterioraban sus recursos financieros en un 56,2%, en tanto que los más de 243 millones de libras de fondos propios negativos lastran la financiación del Chelsea, al cerrarse la tem-porada 2006/07, en un 93,9%. Números sen-cillamente aterradores y que colocan al club presidido por Abramovich ante una disyuntiva explosiva.

Por consiguiente, la financiación del club queda encomendada al pasivo exigible, a los recursos ajenos. Así, la deuda total al bajar-se el telón del ejercicio 2006/07 se elevaba a 502,7 millones de libras, del orden de unos 750 millones de euros. Es decir, en las extin-tas pesetas hablaríamos de unas deudas por encima de los ¡125.000 millones! Un buen bo-cado para el patrimonio del ruso Abramovich.

El peso porcentual de esa deuda total se eleva al 193,9%, lo que quiere decir que, co-

mo se veía, el 93,9% de los recursos finan-cieros puestos a disposición del club de Sta-mford Bridge queda absorbido por el déficit patrimonial del Chelsea, por su posición ne-gativa en cuanto a fondos propios. Expresado de otra manera: por cada 100 libras que el Chelsea tenía a 30 de junio de 2007, debía casi el doble, 193,9 libras. Magnitudes sim-plemente estremecedoras.

Al acabar la temporada 2005/06, el en-deudamiento total se cifraba en 491 millo-nes de libras, unos 736 millones de euros o, en nuestras entrañables pesetas de antaño, ¡unos 123.000 millones! Entre el 30 de junio de 2006 y la misma fecha de 2007, los com-promisos de pago del Chelsea han aumen-tado muy poco, para las cifras que se están barajando: unos 12 millones de libras, que en euros será bastante más.

¿Cuál era el desglose de esta voluminosa deuda? Las deudas a largo plazo, con más de 370 millones de libras en junio de 2006 y cerca de 425 millones al 30 de junio de 2007, son la columna vertebral de la financiación del club londinense. Con mención estelar a las deudas con empresas del grupo, bajo la égida de Chelsea Limited comandada por Abramovich, que había sufragado al despe-

TA B L A 2

ACTivo CheLseA 2005/2006

CheLseA 2006/2007

000 £ % 000 £ %

ACTIVO FIJO O NO CORRIENTE (A) 306.443 97,6 255.254 98,4

ACTIVO CIRCULANTE O CORRIENTE (B) 7.681 2,4 3.999 1,6

ToTAL ACTivo (A) + (B) 314.124 100,0 259.253 100,0

PAsivo CheLseA 2005/2006

CheLseA 2006/2007

000 £ % 000 £ %

PATRIMONIO NETO (1) –176.643 –56,2 –243.422 –93,9

DEUDAS A LARGO PLAZO/PASIVO NO CORRIENTE (2) 370.332 117,9 424.752 163,8

DEUDAS A CORTO PLAZO/PASIIVOS CORRIENTES (3) 120.435 38,3 77.923 30,1

ToTAL PATRiMonio neTo Y PAsivo (1) + (2) + (3) 314.124 100,0 259.253 100,0

exiGiBLe ToTAL: deUdA LP + deUdA CP 490.767 156,2 502.675 193,9

ACTivos Y PAsivos

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dir la temporada 2005/06 nada más y nada menos que 345,6 millones de libras y un año después, en 2006/07, más de 399 millones. Lo que en porcentajes nos llevaría a hablar del 110% y 154%, respectivamente, de todo el pasivo del Chelsea. Ergo, el endeudamien-to a largo plazo aumentaba durante 2006/07 en 55 millones de libras.

Las deudas a corto plazo representan, con 120,4 millones de libras en 2005/06 y cerca de 78 millones en 2006/07, el 38,3% y 30,1% del pasivo del club, respectivamente. El as-pecto positivo, al atisbar la evolución de las deudas con vencimiento a menos de un año, reside en su recorte en casi 43 millones de li-bras. En cualquier caso, mucho pasivo exigi-ble que liquidar a un año vista como máximo,

frente a unos activos circulantes y realizables a menos de un año también que se mueven en unos niveles francamente bajos, y además retrocediendo de los 7,6 millones de libras a menos de 4 millones.

inTeRRoGAnTes ACeRCA de LA soLvenCiA “BLUe”

La abultada deuda del Chelsea, que en buena parte está contraída con el grupo pro-piedad del magnate ruso Roman Abramovich, se concentra en el largo plazo. Es decir, su vencimiento va más allá del año y, en cierto modo, el hecho de deber a empresas vincu-ladas y asociadas proporciona oxigenación financiera al no ser tan apremiantes los com-promisos de pago. Ya se sabe: la familia y los parientes pueden esperar. Y aquí no hay vuel-ta de hoja.

De hecho, el componente casi absolu-to del exigible a largo plazo lo constituye la deuda con empresas del grupo. En este punto es dónde irrumpen las sombras. Son las propias empresas de Roman Abramo-vich, canalizándose primordialmente a través de Chelsea Limited, las suministradoras de fondos financieros para el Chelsea Football Club Limited. En la medida que la coyuntu-ra económica iba tirando, en función del co-pioso patrimonio de Abramovich y del dinero ganado en los negocios por su grupo empre-sarial, no había problemas para mantener el capricho futbolístico del magnate ruso. El dinero fluía a espuertas hacia las arcas del Chelsea. Hoy, la contracción económica es una realidad. Aquellos ritmos futbolísticos, marcados a golpe de talonario, parece que pasan a mejor vida. La época de los ajustes que empezamos a vivir afecta a todo hijo de vecino. El Chelsea de Roman Abamovich no será la excepción.

La solvencia del Chelsea en esas dos postreras temporadas está contra las cuer-das. Debía mucho más de lo que tenía. Fren-te a unos activos que sumaban 314,1 millo-nes de libras a 30 de junio de 2006, sus pa-sivos exigibles ascendían a prácticamente 491 millones de libras. Al bajarse el telón de la temporada 06/07, por unos activos valo-rados en 259,2 millones de libras, los pasivos ajenos pendientes de liquidar, entre el largo y corto plazo, se elevaban a unos 503 millones de libras.

G R Á F i C o 1

PATRiMonio

G R Á F i C o 2

deUdA

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Como se observa en el gráfico 4, los acti-vos por importe de 314,1 millones de 2005/06 sólo eran capaces de cubrir un 64% de la deuda que ascendía a 490,7 millones de li-bras. Mientras que en 2006/07, los 259,2 mi-llones de activos apenas respondían en un poco más del 50% de la monumental deuda de 502,6 millones de libras. La bancarrota del Chelsea, bajo ese panorama, era, y sigue siendo, flagrante.

PReCARiedAd FinAnCieRA en FULhAM RoAd

Si técnicamente el Chelsea, y dicho sea sin tapujos, se encontraba quebrado tanto en junio de 2006 como en el mismo mes de 2007, la situación de suspensión de pagos, de insolvencia provisional, era patente -como se pone de manifiesto en el gráfico 5-.

Los activos corrientes del Chelsea, ni en 2005/06 ni en 2006/07, daban una talla míni-mamente aceptable como para plantar cara a la elevada deuda a corto plazo. Con 7,6 mi-llones de libras era impensable cubrir com-promisos de pago a corto plazo que sumaban más de 120 millones a 30 de junio de 2006, y tampoco a 30 de junio de 2007 había posibi-lidad de que los escasos 4 millones de libras hicieran frente a los cerca de 78 millones que se tenían que liquidar a menos de un año. La insolvencia del Chelsea, tanto con carácter provisional como definitivo, constituye una evidencia indudable.

Mientras que las empresas de Abramovich y más concretamente Chelsea Limited, de Cardiff, puedan abastecer de recursos finan-cieros al Chelsea, éste estará en condiciones de proseguir con su andadura. Sin embargo, mucho nos tememos que los días de vino y rosas de Abramovich en el Chelsea, que las temporadas de la prepotencia económica y de los fichajes carísimos, incluso a veces fue-ra de mercado, a golpe de talonario ruso, han tocado a su fin. La libra cae, la recesión cam-pa por todos estos lares y el fútbol, como in-dustria, se deshincha.

Chelsea Limited y otras compañías “made in Abramovich” habían desembolsado hasta el 30 de junio de 2007 la impresionante suma de 400 millones de libras, o sea, unos 600 millo-nes de euros. La pregunta que cabe formular-se es en qué medida y qué perspectivas tiene Abramovich de recuperar todos esos fondos

G R Á F i C o 3

ACTivos vs. deUdAs

G R Á F i C o 4

soLvenCiA GLoBAL: ACTivo ToTAL vs. deUdA ToTAL

G R Á F i C o 5

soLvenCiA CoRRienTe: ACTivo CiRCULAnTe vs. deUdA A CoRTo PLAZo

7.681

7.681 3.999

3.990

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sin pensar ya en la obtención de rentabilida-des por la colocación de sumas tan ingentes de numerario. Y la redundancia en esos in-terrogantes radica en vaticinar si el Chelsea, hoy por hoy y a un plazo relativamente corto de tiempo, se halla en condiciones de devol-ver tamañas cantidades de libras esterlinas. La respuesta es absolutamente negativa. El Chelsea actualmente no puede reembolsar todo ese dinero que ha recibido.

Su cash flow era negativo en 2005/06 en una cuantía de casi 4 millones de libras, mientras que en 2006/07 es positivo en 1,8 millones. Con ese cash flow de 1,8 millones de libras, en comparación con una deuda to-tal evaluada en 503 millones, sólo se cubre el 0,36%. Esto es, por cada 100 libras de deuda únicamente se generan excedentes financieros equivalentes a 0,36 céntimos. Una absoluta birria que demuestra la incapa-cidad de devolución de deudas que atenaza al club de Fulham Road.

Mientras que Abramovich aguante y ten-ga capacidad para hacerlo, el Chelsea puede aguantar. Si no, cabe la posibilidad de vender el club, pero el quid de la cuestión es quién o quiénes se atreverán a comprar un club con tanta deuda comprometida, salvo que Abra-movich condone parte de la misma. ¿Quién sería el infeliz e ingenuo que estaría dispues-to a apechugar con una cuenta de resultados exageradamente deficitaria, con una compa-ñía cuyo cash flow supone un pírrico 0,36% sobre la deuda total?

Si con el cash flow actual se tiene que devolver la deuda a largo plazo, eso sig-nifica que el excedente financiero de 1,8 millones de libras liquidaría la deuda no corriente de 425 millones en ¡más de 236 años! Y la deuda total, cuyo montante es de 503 millones, contando con ese cash flow, se acabaría pagando en ¡más de 279 años! Por más que al lector eso le parezca desca-bellado, simplemente, ¡las cifras cantan por sí solas!

La lectura que a la sazón cabe hacer en-fila hacia el patrimonio de Abramovich. En esos 2.300 o 1.300 millones, sean de euros, de dólares o de libras esterlinas, que se le atribuyen al potentado ruso, ¿se incluyen los 400 millones de libras que el Chelsea Football Club Limited adeuda a su mecenas Roman Abramovich, por la vía de Chelsea Limited? De ser así, la fortuna de Abramo-vich está pisando arenas movedizas, coti-zando bien a las claras en tono bajista. Los ramalazos faraónicos y el derroche futbolís-tico, cuando no lujuria, están en trance de desaparición.

PosiCionAMienTo deL CheLseA

De ahí que las dudas broten. Hoy por hoy y hasta ahora, el Chelsea ha funcionado gra-cias a los recursos financieros aportados por las empresas de Roman Abramovich. Es evi-dente que su posicionamiento entre los gran-des clubes del firmamento futbolístico llegó de la mano, y del bolsillo, de su apadrina-dor. Las fuentes de ingresos manejadas por el club de Fulham Road son insuficientes, como a continuación se comprobará, para atender la cascada de gastos que debe cos-tear y pagar. Estos ingresos provienen de las cuotas de socios y abonados, así como del taquillaje, en un primer ítem; de los derechos de retransmisiones televisivas, en un segun-do apartado; y de la vertiente comercial, en tercer lugar.

La aportación que cada una de esas fuen-tes de ingresos representa sobre el total de la facturación del club de Stamford Bridge es, en cuanto a taquillaje y abonos, del 39% so-bre el total, del 31% por conceptos televisivos y del 30% merced a la impronta comercial. Por consiguiente, los seguidores del Chelsea constituyen su gran fuerza económica, por encima de la televisión y el merchandising, marketing y comercialización. Mas la afición

Peso PoRCenTUAL de CAdA FUenTe de inGResos en LA TeMPoRAdA 2006/2007

Fuente: Deloitte. Football Money League 2008 Deloitte. Football Money League 2008

Comercial30%

Taquillajey abonos

39%

Derechos TV31%

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¿Sobrevivirá el Chelsea de Abramovich?

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necesita ser alimentada por gestas deporti-vas, recompensada con títulos y satisfecha con logros de vitola internacional.

Por ello, algo está meridianamente claro: para mantener esa proyección mediática, a la que tan expuesta se halla la potencia de los ingresos, se depende sobremanera del pa-pel que el Chelsea, como equipo, desempeñe en las competiciones en las que participa y la pasión que levante entre sus seguidores y afi-cionados. Que suene el nombre del Chelsea, que sus jugadores tengan un ascendiente entre los aficionados al fútbol, que la plantilla venda Chelsea.

Una temporada marcada por los éxitos deportivos se antoja como arma definitiva. Éxitos tanto en competiciones europeas, donde llegar lejos en la Champions League es sinónimo de acrecentar los ingresos, co-mo en campeonatos nacionales, con la Pre-mier League a la cabeza, que equivalen a aumentar la facturación. Pero disponer de una escuadra competitiva exige un esfuerzo tamaño en materia de inversiones en plantilla deportiva. Máxime en un club como el Chel-sea, en el cual los jugadores de la cantera no cuajan como sería deseable en su pri-mer equipo. Es necesario fichar a jugadores contrastados y con una dirección técnica de pedigrí, lo que obliga a desembolsar fuertes sumas monetarias y a asumir compromisos de pago de una cierta enjundia. Así como, en la faceta de los gastos, implica atender con unas retribuciones de primer orden a los futbolistas que defienden los colores del club de Stamford Bridge. Si no se juega la baza de la competitividad futbolística, el Chelsea bajaría enteros en su cotización y el importe de su cifra de negocios se desmoronaría.

En las últimas temporadas, el club mues-tra todo su poderío futbolístico y económi-co aupándose al grupo de cabeza del fútbol mundial. Si se toman los rankings elaborados por Deloitte en su Football Money League, barajando las cifras de ingresos que la con-sultora ofrece y que en el caso concreto del Chelsea no concuerdan exactamente con las que constan en sus cuentas anuales depo-sitadas en los registros oficiales y auditadas por KPMG, obtenemos las cifras indicadas en la tabla 3.

De la sexta posición que ocupaba en 2005/06, el Chelsea escala al cuarto lugar

en 2006/07, con un acusado incremento de los ingresos. Pendientes de conocer el cie-rre definitivo de las cuentas correspondien-tes a la temporada 2007/08, en la que el club jugó la finalísima de la Champions League, no sería de extrañar que su buena marcha deportiva se tradujera igualmente en una po-tenciación de su facturación. Mas ingresar mucho no es sinónimo de ganar. Los gastos, en ocasiones, devoran a los ingresos y los resultados se tornan de color rojo.

TA B L A 3

RAnKinG PoR inGResos 2006/07 Y 2005/06 en MiLLones E. ToP 10

2006/07

n.º Club MM e

1 Real Madrid 351,0

2 Manchester United 315,2

3 FC Barcelona 290,1

4 Chelsea 283,0

5 Arsenal 263,9

6 AC Milan 227,2

7 Bayern Munich 223,3

8 Liverpool 198,9

9 Internazionale 195,0

10 AS Roma 157,6

2005/06

n.º Club MM e

1 Real Madrid 292,2

2 FC Barcelona 259,1

3 Juventus 251,2

4 Manchester United 242,6

5 AC Milán 238,7

6 Chelsea 221,0

7 Internazionale 206,6

8 Bayern Munich 204,7

9 Arsenal 192,4

10 Liverpool 176,0

Fuente: Deloitte. Football Money League. Febrero 2008

G R Á F i C o 7

inGResos CLUBes eURoPeos. ToP 10 2006/07 MiLLones E

Ranking según Football Money. Elaborado por Deloitte. Febrero 2008

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350

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351

292,2

259,1 251,2 242,6 238,7221

206,6 204,7192,4

176

315,2290,1 283

263,9

227,2 223,3198,9 195

157,3

MADRID

MANCHESTER U

TD

BARÇA

CHELSEA

ARSENAL

AC MIL

AN

BAYERN MUNIC

H

LIVERPOOL

INTERNAZIO

NALE

AS ROM

A

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BARÇA

JUVENTUD

MANCHESTER U

TD

MIL

AN

CHELSEA

INTERNAZIO

NALE

BAYERN MUNIC

H

ARSENAL

LIVERPOOL

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100

150

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250

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deTeRioRo eConóMiCo

Explicar los balances del Chelsea no es tarea sencilla, como se ha podido comprobar, dadas las inversiones gigantescas del club, la limitación de sus recursos con un endeu-damiento exagerado que coexiste con unos fondos propios, no ya muy reducidos e inca-paces de afrontar los números rojos que pro-vocan sus cuentas de resultados, sino en in-contestable declive y cayendo a plomo, hun-didos en la ciénaga de las cifras preocupante-mente negativas, arrinconando al club en una auténtica bancarrota. En consecuencia, tal y como se veía, el motor financiero que posibi-lita sostener unos activos de tanto montante se debilita.

¿Podrá seguir el Chelsea con ese ritmo inversor que ha caracterizado las últimas tem-poradas? Fichando a golpe de talonario, en-careciendo el mercado futbolístico, hinchando sus precios y pagando salarios de relumbrón a sus 87 miembros del área deportiva y a los 96 empleados con que cuenta en sus ofici-nas, cuyos emolumentos en la temporada 2006/2007 fueron de casi 125 millones de li-bras, unos 187 millones de euros, lo que arro-ja una retribución per cápita del orden de las 681.290 libras. Esto es, más de 1,021 millo-nes de euros al año.

En el ejercicio precedente, 2005/06, los emolumentos del personal del club, integra-

do entonces por 160 empleados de los cuales 90 pertenecían al área deportiva y los restan-tes 70 al área de administración y comercial, fueron de 105,5 millones de libras. Es decir, la retribución “per cápita” se situaba en al-go más de 659.000 libras que, convertidas a euros, arrojaría una retribución per cápita de orden de 989.000 euros.

La revisión salarial, al alza, en el transcur-so de la última temporada ha sido sensible, al pasar de las 659.000 libras esterlinas per cá-pita de 2006, a 681.290 libras en 2007, repre-sentando un aumento porcentual del 3,38%. Si bien, en honor a la verdad, conviene su-brayar que a lo largo de la última temporada el promedio de plantilla laboral ha pasado de 160 empleados a 183. Mientras que, en ese ejercicio, el personal deportivo se recortaba de 90 a 87 personas, en cambio los efectivos de administración y comercial incorporaban 26 nuevos colaboradores, pasando de 70 a 96 empleados.

Las cuentas de resultados del Chelsea co-rrespondientes a los dos últimos años son lo suficientemente expresivas como para aseve-rar aquella sentencia tan expresiva de “cuan-do sobran las palabras…”.

Es cierto que los ingresos en 2006/07 se incrementan sustancialmente respecto de la temporada precedente, al pasar de 130,4 millones de libras a 165,3 millones, lo que representa cerca de un 27% de ma-yor facturación. Por ese frente, van bien las cosas.

Con todo, el fútbol, su industria, sus clu-bes, su maldito negocio, es devorador en materia de gastos. Si en 2005/06 el Chelsea gastaba 216 millones de libras, pese a ingre-sar 130,4 millones, en 2006/07 los dispendios se aceleran hasta los 241 millones de libras. Es decir, hablamos de un aumento del gasto próximo al 11%.

El optimista dirá que eso no está mal. Po-tenciar los ingresos en un 27% y sólo repun-tar los gastos en un 11%, es, en principio, magnífico. Pero, claro, el pesimista esgrimi-rá la pifia pertinente. No se supo aprovechar esa aceleración en materia de ingresos para acotar los gastos y la cuenta de pérdidas y ganancias desemboca con toda su crueldad en la crudeza de un déficit de explotación de cierta envergadura.

G R Á F i C o 8

inGResos CLUBes eURoPeos. ToP 10 2005/06 MiLLones E

Ranking según Football Money. Elaborado por Deloitte. Febrero 2008

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259,1 251,2 242,6 238,7221

206,6 204,7192,4

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315,2290,1 283

263,9

227,2 223,3198,9 195

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ARSENAL

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¿Sobrevivirá el Chelseade Abramovich?

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En la temporada 2005/06, los gastos de explotación, con 216 millones de libras, equi-valían al 165,7% de los ingresos, arrojando un déficit de 85,6 millones de libras, lo que en euros no se alejaría mucho de los 130 mi-llones y en las extintas pesetas hablaríamos de más de 21.000 millones. Guarismos sim-plemente estremecedores los del Chelsea al concluir esa campaña.

El foco problemático, en aras a reconducir la fatídica trayectoria económica del club regi-do por Roman Abramovich, se concentra en sus gastos de personal que en 2005/06 as-cendían a la desorbitada suma de 105,4 mi-llones de libras, impacto éste que suponía el 80,9% de su facturación.

Si a ello se agrega la amortización de ju-gadores, con 70,8 millones de libras y un im-pacto porcentual del 54,3% sobre los ingre-sos, se tiene un montante total del coste del factor trabajo -costes salariales más amorti-zación de jugadores- de 176,281 millones de libras, que excede en 45,871 millones al total de ingresos de explotación -130,410 millo-nes-, y porcentualmente supone el 135,20% sobre éstos.

En definitiva, que el Chelsea durante la campaña 2005/06 por cada 100 libras que ingresaba, gastaba sólo por el capítulo de jugadores 135,20 libras. Aunque no gastara nada más, ya se precipitaba hacia zona de pérdidas al comparar ambas magnitudes eco-nómicas.

Por añadidura, los gastos generales, al margen de los propiamente de personal, de un club de esa envergadura adquieren un protagonismo descollante en las cuentas de resultados. El Chelsea gastó en el ejercicio cerrado a 30 de junio de 2006, más de 36 millones de libras en otros gastos de explota-ción, esto es, un 27,7% de lo ingresado.

Pese a que las amortizaciones del inmo-vilizado material apenas asciendan a 3,6 mi-llones de libras, con un peso porcentual del 2,8% sobre la facturación, el montante de gastos del Chelsea, como se decía, acaba siendo superior a los 216 millones de libras.

La fuerte pérdida de explotación en 2005/06, cifrada en 85,6 millones de libras y equivalente al 65,7% de los ingresos, casi no se resiente a causa de costes financieros.

Ello pone de manifiesto que el Chelsea no tra-baja con deuda bancaria y que el grueso de su financiación procede del propio grupo em-presarial de Abramovich, que le deja el dinero en grandes cantidades pero, a lo que se ve, no le carga retribución alguna por esos crédi-tos. Virtud siempre fantástica ésta de no estar obligado a retribuir los capitales ajenos y que permite descargar las cuentas de resultados de una dentellada a veces mortal.

Tímidamente, unos resultados extraor-dinarios positivos por 7,3 millones de libras,

BALAnCes deL CheLseA FooTBALL CLUB LiMiTed

TA B L A 4

ConCePTo CheLseA 2005/2006

CheLseA 2006/2007

000 £ % 000 £ %

ToTAL inGResos de exPLoTACión 130.410 100,0 165.341 100,0

Consumo mat. deportivo/Aprovisionamientos – 0,0 – 0,0

Gastos de personal y jugadores 105.481 80,9 124.676 75,4

Otros gastos explotación 36.144 27,7 47.760 28,9

Amortización jugadores e inmaterial 70.800 54,3 64.968 39,3

Amortización inmovilizado material 3.625 2,8 3.631 2,2

ToTAL GAsTos de exPLoTACión 216.050 165,7 241.035 145,8

ResULTAdo de exPLoTACión –85.640 -65,7 -75.694 -45,8

Ingresos financieros/Dif. Positivas – – – –

Gastos financieros/Dif. Negativas 2 0,0 376 –0,2

ResULTAdos FinAnCieRos –2 0,0 –376 –0,2

ResULTAdos oRdinARios –85.642 –65,7 –76.070 –46,0

ResULTAdos exTRAoRdinARios +7.345 5,6 +9.291 5,6

ResULTAdos AnTes iMPUesTos/PAi –78.297 –60,1 –66.779 –40,4

Impuesto sobre Sociedades 0 0,0 0 0,0

ResULTAdo neTo/PÉRdidA (Pdi) –78.297 –60,1 –66.779 –40,4

+ AMoRTiZACiones 74.425 57,1 68.599 41,5

= CAsh FLoW eConóMiCo –3.872 –3,0 +1.820 +1,1

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originados por el traspaso de jugadores, re-cortan las pérdidas definitivas del Chelsea a 30 de junio de 2006 a prácticamente 78,3 mi-llones de libras, nada más y nada menos que el 60,1% de lo ingresado. Por ende, el Chel-sea en la susodicha temporada perdía 60,1 li-bras por cada 100 libras facturadas. Números simplemente terroríficos que cuestionan muy en serio remotas posibilidades de viabilidad en ese modelo de gestión futbolístico “made in Abramovich”. Mientras que la vaca leche-ra, llámese Chelsea Limited, de Cardiff, y el grupo empresarial propiedad de Abramovich vaya dando, el Chelsea podrá ir subsistiendo. En cuanto la coyuntura económica haga que el dinero más o menos fácil deje de fluir con la alegría que lo ha hecho durante estos últi-mos años, el Chelsea entrará en un camino sin retorno y las dudas acerca de su supervi-vencia irrumpirán con fundamentos de causa.

Nunca debe tomarse la cuenta de resul-tados de un solo ejercicio para juzgar una trayectoria económica. Lanzamos esas opi-niones justo cuando únicamente se acaba de analizar la cuenta de pérdidas y ganancias del club de Stamford Bridge correspondiente a la temporada 2005/06. Resta, pues, comen-tar los resultados de 2006/07. Con todo, una cuenta de pérdidas y ganancias puede ser el vivo reflejo de un estilo de gestión. La del Chelsea lo es perfectamente. Porque debe tomarse en consideración la circunstancia an-tes señalada de que a 30 de junio de 2005, el Chelsea acumulaba unas pérdidas proceden-tes de ejercicios anteriores por una suma de 223,5 millones de libras. Es decir, que el mar-chamo de la gestión económica de la época Abramovich no se ha sustentando nunca en procurar una gestión que “per se” arrojara sal-dos positivos, generara superávit.

Se ha invertido a espuertas, pagando so-breprecios impresionantes, rompiendo los moldes de mercado, hinchando valores fut-bolísticos, entrando las cifras dinerarias del fútbol europeo en una dimensión exagerada. Mas todas esas elevadísimas inversiones se tenían que pagar. El Chelsea no disponía de fondos. Otras compañías vinculadas al club habrán pagado sus deudas. El Chelsea sigue, no obstante, teniendo esas deudas que difícil-mente, como se ha visto, podrá liquidar. Los balances del club de Fulham Road evidencian un estado de quiebra absoluto. Las deudas carcomen los pasivos, los fondos propios han entrado en barrena. Hoy por hoy, la viabilidad financiera del Chelsea es casi imposible.

Se ha gastado el dinero a paletadas, y los ingresos sólo han tenido un destino: reducir las montañas de gastos. A donde no llegaban esos ingresos, desproporcionados por bajos ante la envergadura de tanto y tanto dispen-dio, el holding empresarial del magnate ru-so se ha encargado de llegar. En la medida que las empresas de Abramovich dejen de ir boyantes, llegará el estrangulamiento eco-nómico y financiero para el club de Stamford Bridge.

A mayor abundamiento, el Chelsea, en esa temporada 2005/06, no generó cash flow positivo. Por el contrario, la cuantía de las amortizaciones, que en total fueron de 74,4 millones de libras, no contrarrestó la pérdida neta de 78,3 millones, con lo cual se degene-raron excedentes financieros por casi 4 millo-nes de libras.

RUMBo eConóMiCo ToRCido en 2007

La temporada 2006/07 de nuevo se cie-rra por parte del Chelsea con unas abultadas pérdidas en torno a los 67 millones de libras. La tónica del ejercicio precedente, y la de los anteriores, persiste en este último. Porque si bien los ingresos crecían, como se indicaba, hasta los 165,3 millones de libras, haciéndolo en el mencionado 27%, el repunte de los gas-tos en un 12%, aborta cualquier posibilidad de enderezar el rumbo económico. ¿Dónde se encuentra el estigma en clave económica del Chelsea Football Club Limited?

El temporal de los gastos de personal en 2006/07 no amaina, sino justo todo lo contra-rio. Si en 2005/06 el monto de las remunera-

Por cada 100 libras que ingresaba

el Chelsea en 2007, gastaba

114,7 libras sólo en factor trabajo,

es decir, precipitándose hacia

zona de pérdidas

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ciones se elevaba a 105,5 millones de libras, en esta temporada se disparan a 124,7 mi-llones de euros, es decir, que el incremento porcentual se concreta en más de un 18%. Piénsese que si tomamos un tipo de cambio de la libra esterlina equivalente a 1,5 euros, el coste laboral del Chelsea en el ejercicio fina-lizado en 30 de junio de 2007 alcanzaría los 187 millones de euros, que en aquellas pese-tas de antaño equivaldrían a más de 31.000 millones. ¡Tremendo coste laboral éste que se antoja insoportable bajo las dimensiones que ofrece la cuenta de resultados del club londinense! Piénsese que en valor relativo ta-les costes laborales suponían durante 2007 el 75,4% de lo facturado.

En ocasiones, tan sólo viendo esos deta-lles en el calor de una cuenta de pérdidas y ganancias, uno tiene más que suficiente para hacerse una composición de lugar acerca del porqué de tantas y tan copiosas pérdidas. La embestida de esos gastos de personal a los que tiene que añadirse la amortización de la plantilla, en cuantía cercana a los 65 millones de libras, suma 189,6 millones de libras, lo que en porcentaje sobre los ingresos habidos en 2007 significa un 114,70%. Esto quiere decir que por cada 100 libras ingresadas en dicha temporada únicamente por el denomi-nado coste del factor trabajo –gastos de per-sonal más amortizaciones de jugadores– el club de Roman Abramovich gastaba 114,7 libras. Ingresos, pues, por 165,3 millones de libras frente a costes laborales efectivos que ascendían a 189,6 millones; ergo, desequili-brio palmario.

De nuevo, la puntilla: los otros gastos de explotación que, con 47,7 millones de libras –once millones más que en la campaña an-terior–, absorben el 28,9% de la facturación. Por suerte, el sostenimiento de unas amor-tizaciones correspondientes al inmovilizado material por 3,6 millones de libras suavizan, aunque muy levemente, la bofetada de tanto gasto.

Así pues, los gastos de explotación del Chelsea en 2006/07 se cierran con más de 241 millones de libras, sobrepasando con creces a los 165,3 millones facturados. Con-fluyendo la cuenta de pérdidas y ganancias en unos resultados negativos de explotación de 75,7 millones, que “a posteriori” se ven perjudicados, aunque de manera tenue, por 376.000 libras de gastos financieros. Luego,

un pequeño balón de oxígeno se inyecta gra-cias a los beneficios extraordinarios obtenidos por la venta de los jugadores Huth al Middles-brough y Gallas al Arsenal, por casi 9,3 millo-nes de libras.

En resumidas cuentas, Chelsea Football Club Limited, compañía subsidiaria de Chel-sea Limited que es la holding que consolida los estados financieros del popular y futbolís-tico Chelsea, echó carpetazo a sus números de 2006/07 con una pérdida neta de 66,7 mi-llones de libras. Es decir, del orden de unos 100 millones de euros, lo que equivaldría a algo así como más de ¡16.000 millones de las extintas pesetas!

Si en dos años el Chelsea ha sido capaz de generar pérdidas superiores a los 145 mi-llones de libras, lo que en euros superaría los 215 millones y en pesetas la friolera de más de 36.000 millones, su capacidad destructora económicamente hablando es singular. Dado que a tamaños resultados negativos deben agregarse los 223,5 millones de libras acumu-lados hasta 30 de junio de 2005, lo que marca una cota de quebrantos de prácticamente 370 millones de libras, o sea, alrededor de 553 millones de euros bajo el mandato de Roman Abramovich.

Empero, un pequeño detalle no puede quedar en el soslayo: Chelsea Football Club Limited es una sociedad subsidiaria de Chel-sea Limited, que es quien, a la postre, acaba consolidando. Lo que quiere decir, en buena lid, que en esta última convergen beneficios y pérdidas procedentes del grupo empresa-rial. Caprichos que cuestan dinero pero que reducen la factura anual con el fisco, tampoco amargan ni duelen tanto. Las penas, cuando conllevan sustanciales ahorros fiscales, son menos penas. El fútbol, entre nosotros, pone el resto.

inveRsión exCesivA PARA LA CiFRA de FACTURACión

Si ahora profundizáramos en el análisis económico del Chelsea, iríamos desmenu-zando una serie de ratios e indicadores que ayudaran a comprender las entrañas del club de Fulham Road. No se trata, en estas pocas líneas que pretenden resumir la casuística económica y financiera del club, entrar en de-talles muy concretos pero sí que, por ejemplo, merece la pena presentar la rotación de los

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activos para darse cuenta de las paradojas del dimensionamiento del propietario de Sta-mford Bridge.

En la temporada 2005/06, el Chelsea fac-turó 130,4 millones de libras. Sus activos to-tales, en esa temporada, se elevaban a 314,1 millones. Si comparamos los ingresos con los activos, vemos que la rotación que mediante los primeros se ha hecho de los segundos es de un corto 0,41. Es decir, que por cada libra esterlina invertida en el Chelsea, sólo se ha ingresado 0,41 libras, cosa que pone de re-lieve una baja rotación. El desequilibrio aquí viene dado, o por la excesiva inversión aco-metida para ingresar lo que se ingresa, o bien porque no se ingresa lo que debiera ingresar-se en función de tanto montante de activos.

Ahora bien, los ingresos del club londinen-se son los que son y, aunque es indudable que pueden crecer, actualmente ya se halla en los puestos de cabeza del ránking económico del fútbol mundial. Por lo tanto, tal vez llegue a facturar más, alcanzando mejores resultados deportivos, abriendo nuevas vías de ingresos, pero el techo a su capacidad de facturación está relativamente cerca. En euros, quizás el Chelsea cruce el umbral de los 300 millones de euros. Mas esto no basta para lograr una rotación ingresos/activos que sea adecuada.

En 2006/07, el importe de su cifra de ne-gocios fue de 165,3 millones de libras, con unos activos de 259,2 millones. La rotación de los activos, en función de lo ingresado, mejoró hasta el 0,63, o sea, que los activos dieron 0,63 vueltas al considerar la cifra de facturación. Nos reiteramos: demasiada inver-sión para tan poco ingreso o, en otras pala-bras, ¿es necesario invertir tantos millones de libras para facturar lo que se factura?

Claro que, hablando de rotaciones, toda-vía cabe introducir otro interesante matiz. La inversión hecha en jugadores, en términos brutos, es decir, antes de descontar amorti-zaciones, versus los ingresos devengados durante la temporada. En 2005/06, para unas inversiones en jugadores del orden de 339 millones de libras, el Chelsea ingresaba los mencionados 130,4 millones, lo que arrojaba una rotación de 0,38 vueltas. En 2006/07, con una plantilla cuyo coste total ascendía a 327,5 millones de libras, los ingresos de explotación del club de Stamford Bridge eran de 165,3 millones; ergo, la rotación se concretaba en 0,50 vueltas. Ambos valores de las rotaciones se antojan bajos. Insistiendo otra vez: excesi-va inversión para esos ingresos.

ConCLUYendo

No cabe duda que la entrada en esce-na en el panorama futbolístico del adinerado ruso Roman Abramovich supuso, en su día, otro acicate más para el siempre apasionante mundo del fútbol. Aterrizar en un club inglés de la solera del Chelsea, que andaba un tanto apagado, y darle un esplendor internacional indudable, constituye todo un mérito que ano-tar en el haber de Abramovich.

Sin embargo, el modelo económico del club de fútbol no ha sido autosuficiente ni via-ble. El dinero entraba a paletadas, los millones –a la sazón, de libras, aunque es de suponer que en origen serían rublos– se movían con alegría, los fichajes multimillonarios a golpe de talonario hacían tambalear los cimientos fut-bolísticos, los contratos con los jugadores han sido de primer orden… y de ahí a lo que sería el derroche económico y una especie de lujuria futbolística, mediaba un pequeño paso.

La crisis económica que afecta a todo el mundo occidental se ha desatado con gran prontitud y virulencia, de forma inesperada pero, sobre todo, ha corrido como reguero de

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pólvora a una velocidad seguramente des-conocida hasta ahora. Las crisis, pensamos, acostumbraban a ser como una epidemia que con una aceleración más o menos pausada, a veces a trompicones, se iba extendiendo. La crisis 2007/2008 viaja por el planeta Tierra a una velocidad auténticamente de vértigo. Y eso ha hecho que muchas empresas, muchos sectores económicos, muchos agentes socia-les, estuvieran totalmente desprevenidos ante ese tsunami económico desatado, con furia, apalizando a diestro y siniestro.

Es posible que Roman Abramovich sea una de las grandes víctimas de la crisis actual. Co-mo otros magnates. Como tantas empresas. De igual forma a la deriva de bancos de renombre y a la zozobra de compañías de postín. Abra-movich, por las razones que fuese, encontró en el Chelsea un apetecible caramelo que sabo-rear, un club por el que apostar. Y ahí donde el Chelsea no llegaba en sus cuentas, aparecía su mecenas, su padrino, a través de su conglome-rado empresarial, inyectándole tantos recursos financieros como fueran necesarios. “Rara avis” será la de topar con otro club de fútbol del vasto mapamundi que esté en condiciones de endeu-darse por un monto global de 503 millones de libras, lo que manejando aquel tipo de cambio libra/euro de 1,5, arroja un endeudamiento por encima de los 754 millones de euros, que -per-mítame otra vez insistir en ello, pero lo hago para tener una referencia monetaria adecuada– en nuestras pesetas de antes serían ¡más de 125.000 millones!

La coyuntura presente castiga a Abramo-vich como a todo quisque. Será muy proble-mático que el Chelsea pueda sostenerse y que Abramovich disponga, dentro del actual marco económico, del músculo financiero su-ficiente como para seguir suministrando al club de Stamford Bridge más dinero. El mo-delo económico del Chelsea no tiene futuro y su presente se agota. Hará bien el fútbol es-pañol en contemplar las vicisitudes del vecino radicado en la londinense Fulham Road. Será una lección edificante sobre cómo no ha de ser ni debe funcionar un club de fútbol al que la crisis de su propietario perjudica en extre-mo. Stamford Bridge tiembla.

Así las cosas, cabe preguntarse si es via-ble el Chelsea de Roman Abramovich. Con los guarismos que se han examinado, la res-puesta es del todo negativa. La insolvencia del Chelsea salta a la vista.

Por lo pronto, para hacer tabla rasa en cuanto a su patrimonio neto negativo, es pre-ciso inyectar unos 245 millones de libras. Al propio tiempo, es indispensable rebajar la deuda a unos niveles en los que el club lon-dinense pueda desenvolverse con ciertas ga-rantías y con un mínimo de comodidad, cosa que obliga a insuflar todavía más fondos pro-pios, a capitalizar el club.

Aun cuando los ingresos aumenten, cosa harto complicada atendiendo al entorno eco-nómico actual y viendo el momento por el que atraviesa el contexto futbolístico que no es ajeno a ese entorno, será esfuerzo ímprobo el de cuadrar los números de la cuenta de ex-plotación, buscando un ansiado déficit cero, o sea, aquel punto donde los ingresos sean capaces de encajar la embestida de los gas-tos y se consiga el equilibrio económico. Sólo quedaría una solución: podar con contunden-cia los gastos, rebajando sustancialmente los gastos de personal, porque el recorrido de los ingresos, más tarde o más temprano, toca-rá techo. ¡Ah, y desinvertir, sí desinvertir!, si bien hay que considerar que un proceso de desinversión sólo es factible si se encuentra a alguien que esté lo suficientemente animado y disponga de los suficientes recursos como para invertir en lo que el otro quiere desinver-tir. Y que además acepte sufragar el elevadí-simo coste salarial de las estrellas futbolísti-cas que uno vende y otro compra.

Claro que siempre queda alguna que otra alternativa: que las compañías del grupo em-presarial de Roman Abramovich, cuya socie-dad matriz es Chelsea Limited, condonen los casi 400 millones de libras esterlinas que han puesto en el Chelsea Football Club Limited. El inconveniente de tal remedio se plasmaría en el perjuicio económico que ello causaría al ya menoscabado patrimonio de Roman Abra-movich. Llovería sobre mojado. ✽

El Chelsea de Abramovich lleva,

cuanto menos, dos años quebrado y

su viabilidad financiera es casi

imposible

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