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7/26/2019 SilvaM - Cuervos
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sa r S ilva rquez
LOS CUERVOS
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FONDO EDITORIAL TIERRA ADENTRO 324
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Este libro mereci el Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Pala-
bras/Border of Words 2005 convocado conjuntamente por el Consejo Na-
cional para la Cultura y
las Artes a travs del Programa Cultural Tierra
Adentro
y
el Centro Cultural Tijuana.
~
~
Primera edicin 2006
Fondo Editorial Tierra Adentro
Diseo de portada: Carlos Alvarado
Csar Silva Mrquez
Sergio Garval por ilustracin de portada
D.R.
2006 Consejo Nacional para la Cultura
y
las Artes/
Direccin General de Publicaciones.
Av. Paseo de la Reforma 175 Col. Cuauhtmoc CP.06500 Mxico D.F.
Coedicin: Consejo Nacional para la Cultura
y
las Artes/
Centro Cultural Tijuana.
Las caractersticas grficas
y
tipogrficas de esta edicin son propiedad
de la Direccin General de Publicaciones del coNACULTA.
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccin parcial
o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento comprendidos
la reprografa
y
el tratamiento informtico
la fotocopia o la grabacin sin la previa autorizacin por escrito del
Consejo Nacional para la Cultura
y
las Artes/
Direccin General de Publicaciones
y
el Centro Cultural Tijuana.
Impreso y hecho en Mxico
ISBN 970 35 1126 0
CONACULTA
Sea cual sea la verdad sobre lo ocurrido,
pronto qued claro que Ken ya no era el
joven alegrey despreocupado de antes [...}
durante elperiodo sobre el cual estoyescri-
biendo la nube siguepresente y lo cierto es
que incluso se ha vuelto ms negra que al
principio.
Julian Hawthorne, El misterio de Ken
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Beatriz volvi a tener una pesadilla. La semana pasa
da so que su abuela se despeda de ella, senta el
abrazo, la calidez de su aroma. Habl a casa y todo
estaba bien. Ahora, dormida, comienza a llorar y yo
palmeo delicadamente su hombro tratando de calmar
la, qu ms puedo hacer? Es muy temprano, los
cuervos graznaron en la ventana. Los sueos de Bea
triz me inquietan tanto como esos pjaros polvosos.
El graznido siempre lo asocio con pelculas de terror
o viajes a lugares donde algo importante puede pasar,
no en este desierto. Decido levantarme y preparar caf
para que ella se relaje. Ahora Beatriz est inmvil,
parece que el sueo la llev a otro sitio; escucho las
aves y las enumero: son nueve, qu amenaza existe
en el nmero nueve? Sonro porque no s nada de
cabalstica. La calefaccin se enciende, primero el
fuego, luego elmotor y despus el aire tibio y confor
tante. Tallo mis ojos y agito el cabello quitando cual
quier otra idea. La respiracin de Beatriz es profunda
y cada vez que exhala veo cmo su cuerpo se hunde
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entre las sbanas y las almohadas. Quiz deba escuchar
con detenimiento su sueo y desmembrarlo.
-No recuerdo nada -se queda con las piernas reco
gidas en la silla, el cabello le cubre la mitad del ros
tro. Rayones de sol cubren su ropa.
-No te acuerdas qu soaste? -me siento un
poco frustrado.
-Qu crees que haya pasado? -siento cmo
ella trata de adivinar lo sucedido, se queda mirando
fijamente la mesa pero verdaderamente est viendo
ms all, ms cerca de la noche que acaba de termi
narse; ah, con su blusa holgada, con la taza humean
te cerca de su boca pretende zurcir manchones de
memorias.
La maana se fue tranquila. La rutina del quehacer
se llev igual que otros das, limpiar el patio y lavar
los pisos; al final la casa ola a lavanda. Es un aroma
que se mete en los rincones pero no molesta, lo pre
fiero al de naranja que deja ese lquido caro que com
prarnos el mes pasado. Lemos un poco. Ella cosi
una de sus camisas, la perra que tenernos, Volga, no
la reconoci y trat de morderla rasgndole la blusa
preferida. Ella lo dej corno un accidente.
Fuimos a comer; no hay nada mejor que un restau
rante argentino, el mismo que visit con mis padres
cuando era ms joven, el mismo donde le propuse a
Beatriz que fuera mi novia. En la mesa a mi derecha
un hombre obseso explica algo sobre la carne que
yace en el platn: seala con su cuchillo el centro
del corte pero no alcanzo a escuchar qu dice; su
mujer, morena y delgada, no come, observa y habla
de algo que no tiene importancia porque el hombre
vuelve a sealar lo caliente en el plato y pide que lo
pruebe. Ella niega al principio con la cabeza.
Trato de escuchar; imagino que habla de lo suave
de la carne, de lo jugoso y rosa del centro, pero la
mujer opta por sonrer y no comer; creo que est
desesperada por irse, se le ve ansiosa.
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Hctor me observa insistente; escudria cmo me
lavo los dientes, es comn en este trabajo que despus
de comer todos se renan en los baos para dicha
tarea. Hace cuatro aos, cuando comenc a trabajar
aqu, fue para m una sorpresa. Al regresar de la co
mida salieron inmediatamente con sus pastas y cepi
llos; incmodo, los esper sintindome insalubre.
Hoy, como todas las maanas despus del almuerzo,
llegu y comenc con la rutina, me enjuagu la boca
una y otra vez. Ah estaba Hctor con su atuendo
negro y su cabello corto, tan demasiado corto que
poda percibirse el brillo de su cuero cabelludo y la
pequea herida en el labio segua paredendo fresca.
Con las manos en los bolsillos me mir y para qui
trmelo de encima, le explico que por el gusto en la
boca siento que no quedaron limpios.
Hctor trabaja a tres cubculos de m; tiene el es
pacio ms amplio. Aunque su voz es discreta, lo
escucho rer cuando habla con los clientes. El lunes
pasado arrib con una pequea marca oscura en el
14
labio inferior y su mano izquierda mostraba un ras
guo fresco; me observ tal como lo hizo en el bao,
algo trat de explicarme pero no se atrevi.
A las 5:00
PM
Hctor sube a su auto y se aleja de la
oficina rumbo al centro de la ciudad; da algunas
vueltas por el viejo gimnasio, hay gente que avanza
con el rostro cubierto: hace fro; los nios descon
centrados por los jalones de la madre tratan de estu
diar el vapor que sale de sus bocas, un pequeo
grupo de estudiantes camina aprisa; comienza a os
curecer, el sol es un prpado a medio cerrarse. Hc-
tor detiene su auto frente a las mujeres que le piden
subir pero, antes de que se acerquen a la ventanilla,
pone en marcha el auto. Lorepite en varias ocasiones
hasta que una de ellas en algn momento hace una
sea que se traduce como enojo, Hctor desva el
auto y se hunde en la noche.
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El sol comienza a caer y las sombras pequeas son
reemplazadas por otras largas y deformes: un poste
de luz se transforma en una daga sobre el suelo. Los
campos de algodn permanecen desolados y las po
cas yerbas que los pueblan amarillean el paisaje.
Avanzamos al lado del tren y la velocidad de la lo
comotora se percibe.
-Va muy rpido --comenta Beatriz.
-Existe la historia de un tren que pasa por estas
vas a las 9:00 de la noche cada viernes; los nios, al
escuchar el silbido de la mquina, tienen que refu
giarse en sus casas porque desaparecen -Beatriz
lleva la mano derecha a la boca y comienza a mor
derse las uas, la historia la invent hace tiempo pero
no tena con quin inaugurarla-, yo conozco una
seora que perdi a su hijo.
-Y qu sucedi, lo encontraron?
-Nunca, hace ya tres aos de eso. Mientras Es-
peranza, la madre, pona la mesa, alcanz a percibir
ese silbido en la distancia. Desde que lleg a la co-
6
lonia supo la historia del tren por las vecinas pero,
como siempre, pens que eran chismes, una de esas
historias locales de fantasmas. Aquel sonido distante
se transform en un ronco grito, la mujer nunca lo
percibi tan cercano, naca del centro de su cabeza,
el corazn se le aceler y por un momento pens en
mirar por la ventana para ver al tren acercarse; cuan
do termin de acomodar la mesa, llam a su hijo que
jugaba en el patio. A veces imagino a la mam bus
cndolo mientras el tren se aleja.
Esa noche me despert el silbido de una locomotora,
tard en recuperar el sueo. En la oscuridad, slo
distingua el cabello de Beatriz.
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IV
Hctor no se present y por ese motivo tengo que ir
con Adriana a visitar a uno de nuestros clientes ms
agresivos.
-Tienes que venir conmigo -se acomoda el cue
llo de la blusa. Adriana es blanca y alta; con sus pul
gares jala hacia arriba la tela de la camisa y el cuello
se alarga ms, luego levanta su cabello rizado.
-Pero no es mi cuenta -me recargo en el mar
co de la puerta de su oficina, reniego aunque en ver
dad quiero salir de ah. Me dan ganas de preguntar
por Hctor pero prefiero que ella cuente algo.
-Nos vamos en mi auto y luego pasamos por
unas hamburguesas, yo invito -toma su maletn.
Lamsica que Adriana escucha es nauseabunda;
no me agradan esaspiruetas vocales donde se presume
de ser excelente cantante. Eltipo que visitamos,Felipe,
nunca acepta estar equivocado y comnmente nunca
lo est; es presuntuoso como estos msicos que no se
callan. Cadavez que tratasde contestar una de sus pre
guntas ya est haciendo otra y te sientes confundido.
8
Un guardia toma nuestros datos y nos encamina
mos hasta Felipe. Suoficina es un diminuto cubculo
en medio de tantos otros iguales, aislado con mam
paras rojas y descoloridas que llegan hasta una altu
ra media. No hay espacio para nosotros. En la com
putadora aparece un anuncio que Adriana alcanza a
leer y yo slo veo SEX... Felipe cierra de inmediato
esa ventana.
-Cmo estn?-lleva un traje gris y una corba
ta tiesa. Aunque es un joven de 35 aos, su rostro
lastimado por el acn lo hace ver viejo.
-Bien ...
-Por qu tenemos todava este problema? -co-
mienza la rutina de la interrupcin. Felipe toca con
sumano izquierda el nudo de la corbata y con la otra
me facilita una bolsa de plstico, en el interior hay
unas virutas de metal.
-Me pudieras decir...
-Esa informacin la tienes desde hace una sema-
na, o no, Adriana?-interrumpe de nuevo y se vuel
ve a tocar la corbata.
No me agrada estar ah parado. El asunto es de
Hctor. Felipe vuelve a atacar y Adriana se lleva una
mano a la frente.
-No se preocupen, muchachos, dnme una ac
cin correctiva de este problema para el lunes y es
suficiente.
-Pero hoy es viernes y la...
-Pero, Ral,todava faltan dos das para el lunes,
verdad, Adriana? -busca complicidad en ella.
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-El lunes tendrs tu respuesta --ella asiente.
Veoen la esquina del escritorio una cafetera sucia;
contiene un lquido amarillento y la jarra tiene aros
de salitre. Felipe se voltea y sirve una taza, no hay
vapor. Ellquido parece estar ah desde hace mucho;
bebe y juega de nuevo con la corbata. Su atuendo es
pulcro y en lnea, todo lo contrario a la cafetera. El
tiempo roe las cosas, pens.
Salimos veinte minutos despus de aquella re
unin; entend por qu Adriana invitaba las hambur
guesas,
gajes del oficio
dice. Ella opina que nuestro
fin de semana ser muy corto. Mi estocada llegar
ms tarde porque no pienso trabajar en sbado y
nada lo puede evitar... al menos ella no.
20
V
-Conozco un vampiro --dijo Hctor-, le consigo
mujeres que nadie extraa.
-Perdn? -no entiendo. El mesero llega y pe
dimos cerveza; es difcil estar con Hctor en un bar
porque no somos amigos. Me pidi, me insisti que
nos viramos hoy despus del trabajo. El lugar es
amplio, hay una barra y detrs, observndonos, un
espejo que ha estado ah desde 1920,multiplica una
larga hilera de botellas: whiskis, vodkas, tequilas,
licores amargos, aperitivos y cremas; unas casi vacas,
otras casi nuevas. Lascopas son murcilagos dormi
dos, esperan la oscuridad y los reflejos de las luces
ah afuera.
-Se llama Pedro -al pronunciar el nombre su
piel se eriza; me acuerdo de la historia del tren y me
siento incmodo--, viene del sur y lo conoc en este
bar, quiz llegue ms tarde pero hoy es mircoles.
Hace dos semanas, cuando me seguiste al centro, no
identifiqu tu auto hasta que lo vi en el estaciona
miento de la oficina -acercndose recarga los codos
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en la mesa y se rasca la herida en la mano-- y como
supe que alguien me segua me puse nervioso; pero
ya lo hice y estoy ms liberado.
En ningn momento lo segu, sent que las pare
des se inclinaban sobre m.
-Pero no te preocupes, si me pregunta por mi
retraso, no mencionar tu nombre, me caes bien y
no dejar que te pase algo malo.
Entonces la situacin cambi: me culpaba de
haberlo seguido a no s qu lugar y adems poda
caer en problemas con un tipo raro llamado Pedro.
-Me tengo que ir -me levanto y dejo unas
cuantas monedas en lamesa, qu ms puedo hacer?
Hctor me sigue con la mirada hasta la puerta mien
tras escucha cmo el gas de la cerveza escapa en
minsculas burbujas.
22
VI
Al terminar la cena, comentamos mi encuentro con
Hctor; Beatriz busca su lpiz labial y su buen humor
me relaja un poco.
Vamos a ver libros a la nueva plaza comercial. El
aire huele a limpio, a lluvia lejana; en el cielo hay
una gran luna llena que me recuerda la conversacin
con Hctor: conozco un vampiro .
-Quiero un caf -se aparta el cabello de los
ojos al tiempo que abro la puerta del comercio.
La cafetera se ubica a la izquierda y los libros a
la derecha; para llegara cualquiera de los dos tenemos
que atravesar una seccin de perfumes, otra de cre
mas para adelgazar, una farmacia y juguetes. Msall
de los libros estn la panadera, las televisiones, los
discos y las pelculas. Todos los olores viven mezcla
dos, huele a plstico y a medicina, huele a papel y a
galletas recin horneadas; todo en un sitio estrecho.
Cando veo los libros en sus estantes imagino que soy
escritor y que los mos estn revueltos con estos ms,
quizs en la mesa donde colocaron a GarcaMrquez
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y a
Og
Mandino, pulcramente envueltos con plstico.
Me paseo por los volmenes de novelas negras y
formulo ttulos con aquellos que leo:El ltimo detec-
tivedelMxico antiguo, Elcasode Anglica Dbumas,
El vampiro de Erstrato...
entonces recuerdo cmo
Hctor se rascaba la mano, la herida segua igual de
fresca que hace tres semanas.
Avanzamos a la cafetera.
24
VII
-Fue un da difcil -me recargo en el respaldo
de la silla. Para la cena hay pasta fresca, desde aqu
veo la espalda de Beatriz y sigo platicando-- cuando
entr, Hctor aun no llegaba y mi jefa me pidi que
asistiera a una junta en la zona industrial. Ya en la
calle marqu a la oficina y l haba hablado infor
mando que llegara algoms tarde. Enun receso, vol
v a marcar y su extensin estaba ocupada. Mi junta
acab a las tres y volv a llamar, pero ya haba salido
de la oficina.
-Sigues pensando en eso? -escucho cmo el
ajo comienza a dorarse-. Deberas dejarlo por la
paz, maana lo ves.
-El colmo fue que al llegar del centro, Adriana
me coment que Hctor haba salido a Mississippide
emergencia por un cliente y que iba a estar fuera dos
semanas completas, as que le dej un mensaje en su
contestadora.
Beatriz me pidi que abriera la botella de vino.
Dos minutos despus apareci con dos platos rebo-
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santes de pasta. Bebimos y despus decidimos leer
un poco. Afuera, el aire lame los rboles, golpea cris
tales y puerta, arrastra sus cuchillos por las fachadas
de las casas. Las luces de navidad se encienden y
apagan firmes.
2 6
Beatriz me pidi que la acompaara al doctor para
revisar su asma.
El doctor est retrasado y apenas
acaba de entrar su primer paciente escuch decir a
la recepcionista. Frente a nosotros un hombre desali
ado y de vientre abultado hasta el punto de que los
apenas sostenidos botones de la camisa muestran una
piel oscura; espera su turno junto a la que creo es su
pareja: una mujer vestida de saco con zapatos de
tacones recin boleados. Beatriz est contenta porque
parece que hoy el doctor la dar de alta.
Mi mujer me cuenta que en la maana trat de
asustar a los cuervos arrojndoles agua cuando lim
piaba el patio, pero fall y solamente logr alboro
tarlos y, cuando empezaron a graznar, otros ms lejos
los siguieron. Elpaciente anterior a nosotros, un nio
de dos aos plido y ojeroso, llora fuertemente por
alguna razn tras la puerta del consultorio. Vientre
Abultado parece no or y comienza a cantar Strangers
in the night junto con Frank Sinatra; en ese momen
to la puerta del consultorio se abre y sale el nio en
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brazos de la madre. Beatriz me pregunta algo acer
ca de los cuervos.
-Que si a los cuervos no les da miedo el
agua?
-No s, no los haba visto tan de cerca -le tomo
lamano. VientreAbultado canta a media voz otra can
cin que no conozco; opino que de todos los que es
tamos aqu, l est fuera de lugar. Me pregunto qu
se requiere para dejarse ir de tal manera, la aparien
cia del hombre me molesta y medito si yo provoco
incomodidad igual que l a m. Ya es nuestro turno.
Al salir le doy las buenas noches a Vientre Abultado
pero no me devuelve el saludo. Beatriz tiene un mes
ms de tratamiento, espera que sea el ltimo.
Mi esposa lee un libro de Carmen Boullosa pero no
pasa de la pgina 173, son cuentos que no he ledo.
Creo que hay uno que trata de una mujer que lee
una novela mientras su amante la mira y l se ima
gina que es un libro aburrido. Cuando Beatriz dobla
la pgina 173, el personaje se queda dormido en la
historia con el texto en el pecho.
8
IX
Los siguientes textos son extractos de los diarios en
contrados en el departamento de Hctor Molina Ca
ballero el cinco de diciembre, a tres semanas de su
desaparicin. El sujeto, de origen mexicano y de 32
aos de edad, se encontraba en el extranjero. Sulti
mo registro se localiz en el aeropuerto de Jackson,
Mississippi, EUA,en el vuelo 217con destino final a
Nueva York haciendo escala en la ciudad de Dallas,
Texas. No existe evidencia de haber tomado dicha
conexin.
Lunes 2 de enero
Mi nombre es Hctor Molina Caballero. Tengo 34
aos y nac en esta ciudad el 18 de julio de 1971.Mi
madre, Georgina Caballero Salazar, dej a mi padre
cuando yo tena diez aos. Simplemente un da llegu
a casa despus de la escuela y mi mam ya tena las
maletas preparadas. Ella trat de ocultar lo mejor
posible la causa, pero con el tiempo supe que mi
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padre la golpeaba. Cmopuede ser que no me haya
enterado desde entonces? Lo dudo, aun as es difcil
recordar a mi padre menos carioso de lo que fue
conmigo.
Por unos meses vivimos con unos tos en el cen
tro de la ciudad hasta que mi madre tuvo suficiente
dinero para rentar un pequeo departamento y vivir
por nuestra cuenta. No recuerdo muy bien a mipadre,
MarioMalina Camn, slo el calor de sus manos y lo
alto que pareca cuando los domingos bamos a pa
sear a los juegos mecnicos; me compraba palomitas
de maz y cargaba en hombros, era como una torre.
Mimadre se esforz en esconder o tirar toda fotogra
fa donde l apareciera. Lo quise mucho y cuando
preguntaba por l, ella permaneca callada y me daba
alguna golosina para que olvidara el tema, eso fun
cion por un tiempo hasta que entend que nunca
me respondera. Lo del abuso lo supe por accidente,
todo en esta vida pasa por accidente, las cosas buenas
y las cosas malas tienen que ver con el azar.
Cuando cumpl quince aos mi to Rogelio, her
mano de mi mam, se rompi una pierna en el tra
bajo, y en una visita alcanc a escuchar la verdad;
hubo detalles y no los quiero describir pero s ase
guro que las palabras abuso y golpes aparecieron
ms de una vez. Imposible imaginar a mi padre ha
ciendo tal cosa, desde entonces evito mencionar su
nombre enfrente de mi mam. Ignoro su paradero,
entiendo que mi madre se ocult para no ser encon
trada. Quizs l ya muri, hace algunos aos descu-
3
br a mimam rompiendo unos papeles que acababan
de llegar por correo, despus hubo un silencio agri
dulce en su rostro, una liberacin amarga se le not
en los ojos, pero nada ms eso.
Fui un muchacho serio en la escuela y desde la
secundaria he trabajado. Quiz por eso me destaqu,
s que nadie trabaja por gusto. En mi caso lo hago
para cansarme lo suficiente.
Estos das son definitivos como lo fueron los das
de julio de 1985, cuando la figura de mi padre se
tambale.
Jueves 15 de marzo
Cuando tena once aos conoc a Gabriela. Una nia
pecosa que estudiaba en la misma secundaria que
yo. En aquella poca me dedicaba a trabajar en una
tienda de abarrotes llevando mandados a distintos
clientes. Suba en mi bicicleta y los paquetes eran
repartidos en tiempo rcord, transitaba las calles con
velocidad y precisin tratando de nunca pasar por
las casas de mis amigos y compaeros de escuela.
Ganaba lo suficiente para hacer pagos semanales en
aquel pequeo sper donde mi mam compraba
comida. Era una situacin difcil, mientras que mis
amigos jugaban en los parques, yo tena que arre
glrmelas para esconderme de ellos y poder hacer
mi trabajo.
El cabello de Gabriela era largo y despeda un
aroma de jabn semejante a gardenias. En algn
3
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momento le coment a mi mam que esta nia me
gustaba mucho, y ella me aconsej que deba acer
carme para ser su amigo; pero resultaba casi imposi
ble, a esa edad el rechazo es lo peor. En la escuela
pasaba frente a Gaby pero ella casi nunca se perca
taba de mi presencia. Erauna nia rodeada de muchas
amigas y yo, el ms solitario, de vez en cuando logra
ba que dos o tres muchachos se unieran a mis an
danzas pero eran contadas las ocasiones.
Los das pasaron, el final de curso estaba por lle
gar, el trabajo en la tienda de abarrotes se dispar y
los pedidos eran demasiados. Una tarde, como siem
pre, tom la calle Huerta y comenc con los vecinos
ms lejanos, las propinas fueron las mejores de la
semana. Estaba tan contento que no me percat del
camino errneo que me llevaba a mi ltimo pedido:
traspas la zona prohibida y me top con Gabriela,
no poda dar marcha atrs, as que me arm de valor,
le pregunt cmo estaba, ella me contest que bien
y volte discretamente a la canastilla de la bicicleta,
se me hizo fcil mentir, es que mi mam me mand
al sper por estas verduras, ella me vio con ternura,
creo que ese mandado no es para tu mam, todos
sabemos que trabajas con Enrique en la tienda, me
dijo Gaby. Sent mi rostro calentarse de vergenza y
volverme lquido ante aquellos ojos que denunciaban
a todos sus cmplices; no tena nada qu decir y ella
lo entendi, no esperaba mi reaccin. Se retir su
biendo la cuesta con su falda roja y el cabello sedoso
movindose de lado a lado. Cuando las vacaciones
32
llegaron, Gabriela se fue y nunca la vi de nuevo. Se
gu ayudando al dueo de aquel sper por seis meses
ms. Creo que eso se qued en mi sangre.
jueves 8 de mayo
Mimadre descubre dinero en las aceras. En las orillas
de los parques, cuando sale a comprar pan o leche
al sper; en sus caminatas de veinte minutos de toda
la vida siempre se encuentra dinero, nunca han sido
ms de treinta pesos excepto en raras ocasiones que
la suma ha llegado a los cien. El da que mi mam
no halla dinero tropieza con herramientas, unas tan
oxidadas que no se pueden utilizar, otras demasiado
brillosas, como recin olvidadas por personajes des
cuidados. Lasherramientas que llevo en mi auto, los
desarmadores, las pinzas y la cruceta para cambiar
las ruedas, son sus hallazgos.
Cuando ella sala a caminar era todo un aconte
cimiento; a su vuelta el tintineo en sus bolsos anun
ciaba lo esperado. Ahora como antes, se sienta frente
a su pequea mesa y con lentitud coloca los objetos
encontrados, si es dinero hace pilas de cinco pesos
y si son herramientas las pone en una jerga para no
ensuciar la superficie de madera. Por un tiempo pen
s que los descubrimientos milagrosos eran una es
pecie de teatro y que a mi madre le gustaba hacer
realidad tal prodigio.
Yo no tengo buena suerte y creo que nunca la
tendr. Aquella vez que Gabriela descubri mi men-
33
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tira, algo se torn oscuro en mi camino, mientras mi
madre se encuentra dinero y herramientas, yo me
encuentro clavos; lapeor racha dur seismeses com
pletos en que tuve que arreglar mi bicicleta almenos
una vez por mes. Despus fue el automvil; en mi
extraeza pregunt a mis compaeros con qu fre
cuencia se ponchaban sus autos, mmm ... no me
acuerdo, fue la mayora de las respuestas.
Mimam sigue encontrando monedas en la calle
y en los pasillos largos de los supermercados.
4
X
El lavabo sigue goteando, es la tercera vez que lo
arregla. Sacasu desarmador elctrico y un par de em
paques nuevos. No hay nada ms molesto que escu
char el goteo de un lavabo en medio de la noche.
Despus de pasar la mano por el grifo siente
hmedo y medita si en verdad no se tiene que derra
mar ni una gota. Lopiensa. Despus de arreglar esto
leer el peridico.
Especula sobre las mujeres a las que se refiere
Hctor. Lo ms cercano a perder a alguien fue a la
edad de quince aos; una tarde despus de la escue
la, al abrir la puerta, la casa ola a comida, su madre
deba haber estado ah. En la mesa haba un tomate
fresco en rodajas.
Encendi la radio pero pasada la media hora la
apag. Resolviquedarse en silenciohasta su retorno.
En cualquier momento llegar,murmur, slofue al
sper. Pero otra voz ms profunda hizo a un lado la
idea. Perosi nada msfue al supermercado, por qu
no dejalguna nota comosiemprepide lohagas?
Fue
35
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al refrigerador a tomar jugo. Llamara a su ta, pero
de nuevo esa voz se interpuso y le advirti que si
hablaba, la ta se iba a preocupar y entonces no de
jaran de sonar los telfonos. Opt por esperarla
cerca de la ventana y se qued dormido. Estela, su
madre, lleg a las 11:00de la noche. Fui al mandado
y luego con mi hermana, y como lapasamos tan bien,
no me di cuenta de la hora. Pero se vea cansada.
Ral ni siquiera le pregunt por el tomate olvidado
en la mesa.
Cambia los empaques y de nuevo pasa la mano
por el grifo. Siente un poco de agua, grue que es la
rezagada.
Sale a caminar con Beatriz y Volga, su perra dl
mata; a esa hora el sol reconforta ms que el calentn
elctrico.
Despus ir por comida japonesa y cuando duer
ma tendr un sueo inquietante. Se sentir cansado
toda la maana.
36
XI
La polica hall el cadver de una mujer de 18 aos
con seales de estrangulamiento. As comienza la
nota del peridico. El cuerpo fue encontrado sobre
la cama de una habitacin en desorden como si hu
biera habido una pelea, Ralcontina leyendo; fami
liares y vecinos de la mujer dijeron a los investigado
res que sospechan del esposo porque habitualmente
la maltrataba. Ral anota la direccin. Tarda un par
de horas en ubicar la colonia y observa de lejos la
casa donde vivi la finada, una casa contrada por el
conocido listn amarillo y la imponencia de una pa
trulla al frente. Ralbaja del auto; tiene una vaga idea
de por qu est ah. Enfrente viven los familiares,
piensa. Avanza despacio y trata de no llamar la aten
cin, por un momento el polica dentro de la patrulla
alza la vista y bosteza. Al final de la cuadra hay una
tienda de abarrotes; Ral hace el recorrido que tal
vez hizo la muerta mil veces y que de ahora en ade
lante seguir haciendo como fantasma. Ral pide un
refresco y lo bebe despacio y desde all mira la casi-
7
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ta Lamujer deja dos nias hurfanas, una de dos aos
y la otra de pocos meses. Ellas viven ahora con sus
abuelos, deduce, y bebe un poco ms. Es morboso
pensar que las nias vern siempre la casa donde su
madre pereci. Lamuerte no afecta el entorno, quiz
porque se muere y se nace todos los das a todas
horas. La gente entra a la tienda y compra papel hi
ginico, tortillas, aspirinas, velas de cumpleaos y
mientras es atendida mira de reojo aquella casa. Se
describe al asesino como un probable sicpata, no
hay duda de que haya sido su esposo. Raltampoco
lo duda, est aqu por otras razones. Aqu huele la
muerte? Qu se siente caminar con ella? Los televi
sores encendidos y los autos que ruedan lentamente
sobre el asfalto abollado le dan una clave. Ladepen
dienta lee una revista de moda y actores; Ral no lo
sabe, pero ella es una vecina que atestigu, entre
otros, sobre los maltratos que reciba la mujer, tam
poco sabe que es novia de uno de los hermanos de
la muerta; la muchacha le da vuelta a las hojas de la
revista con desgano. Cuando Raltermine su refresco
pasar por la acera de la casa donde ocurri el homi
cidio, sentir los fros barandales; entiende que den
tro no hay nada que le interese, aun asbuscar seas
con lamirada, indicios; se imagina ir al funeral, pasear
entre los tristes y resignados, dar el psame en un lu
toque no le corresponde ... el sonido de un jet rompe
su concentracin mientras abre la puerta del auto y
antes de subir vuelve la vista a la casa de los familia
res: la vida es beberse un refresco de naranja.
8
X
Adriana se levanta. Antes de salir bebe un licuado de
yerbas como parte de un tratamiento para adelgazar,
qu difcil ha sido mantenerse en lnea estos ltimos
aos. En la rutina diaria, verifica que puerta y venta
nas estn con seguro.
Bajo su mando hay tres hombres. Hctor, uno de
ellos, ha sido eficiente hasta hace unas semanas, pero
hoy falt y dej un lacnico mensaje pidiendo discul
pas porque estaba enfermo. Adriana recuerda las mar
cas en la boca y las heridas en la mano que le apa
recieron repentinamente, desde entonces lo ha visto
demacrado; este hecho no la inquieta en demasa.
Tiene que visitar a uno de sus clientes por un
problema grave que si persiste la obligar enviar a
alguien a verificarlo en persona.
Posteriormente escoge a Ral como acompaan
te; aunque no le tiene demasiada confianza lo lleva
r como un cordero al sacrificio.
Cuando salen de su junta se siente bien salvo por
un incidente que la avergonz: nunca pens que su
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cliente viera pornografa; despus le revolvi el es
tmago la cafetera manchada de la cual el susodicho
extrajo una especie de t o de caf fro y viejo.
Adriana tiene 36aos, su novio, Rogelio, 34. Han
pensado vivir juntos desde hace meses pero ella
siente que su pareja no est preparada para esa si
tuacin. Se han peleado por cosas mnimas as que
ella concluy que hay algo ms que un simple vaso
roto o una ventana abierta.
A las 8:00est en casa de Rogelio, saldrn a cenar
y despus dormir con l. Comen en un restaurante
rabe que no conocen, los platillos que escogieron
no son lo ms delicioso del men; hay algo amargo
que no logran descifrar. Deciden tomar una copa en
un bar nuevo, otra aventura, especula ella. Al llegar
tropieza y uno de sus tacones se rompe.
-Qu pas? -Rogelio se inclina.
-Casi me lastimo, nada ms se despeg el tacn
-lo muestra en su mano derecha. Lamsica del bar
es en vivo y acaba de comenzar un bolero que a l
le agrada.
-Qu bueno que nada ms fue eso, con un tra
go te vas a sentir mejor -Adriana no dice nada. Hay
suficiente gente.
Rogelio pide unas cervezas, est animado, come
cacahuates y con afn de hacer pltica algo pregun
ta, pero slo obtiene un rgidos. Sedistrae con lam
sica, podra hacer esto siempre; el lugar es acogedor
y a pesar del humo de cigarro los muebles despiden
un ligero aroma a nuevo: a madera y a piel recin
40
desempacadas; una alfombraverde, que con los aos
ser sustituida por azulejo, hoy resplandece elegan
te contra las tenues luces del lugar. Cuando viva
mos juntos ser mejor, hasta que lleguen los nios,
por supuesto; si nace un varn no se llamarRogelio
porque los nombres son estafetas que uno pasa a los
hijos, por ejemplo, si se llamara Alejandro, como su
cuado, sera un holgazn de primera, si se llamara
Gustavo,como un compaero de trabajo, seraun me
diocre. No, tiene que ser un nombre sin ningn terri
ble remitente.
-Tengo sueo -dice Adriana.
-Pero si acabamos de llegar... -pide la cuenta
porque sabe que en verdad est cansada.
Adriana comprende algo, su novio, que lo ha sido
desde hace cuatro aos, es un egosta y no se percata
de los detalles que la perjudican: caminar sin un tacn
es ridculo, ms si los parroquianos en el bar lo notan.
Reconoce que si l es egosta, ella ni se diga. Hoy no
dormir con Rogelio, de hecho no volver a dormir
con l, acaba de entender una parte de sus peleas.
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X
Beatriz caza las erratas en los libros que compra. En
el libro de Boullosa encerr la palabra solo en la
frase: a l legustara probar la angustia, aunque solo
seapara saber cmo es.
Beatriz sabe de vampiros porque ha ledo lo su
ficiente sobre ellos. Sabe las cosas bsicas y tambin
algunas verdaderamente espeluznantes.
-Si quieres reconocer a un vampiro tienes que
estudiar su sombra, hay que ver si tiene resquebra
jaduras, si las orillas estn carcomidas o si es ms
clara que la tuya.
En alguna ocasin me explic que para vivir los .
vampiros no requieren de una cantidad alta de sangre
humana, con un pequeo vaso les basta, incluso
puede ser sustituida por cualquier otro tipo de sangre
y se puede acompaar con cualquier alimento, inclu
so un cadver. Pero, eso s, si no toman la sangre
suficiente, la suya se transforma en polvo, su corazn
se achica y los huesos se vuelven frgiles.
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-Y son inmortales? -pregunt sin despegar la
vista del televisor.
-No, eso es fantasa -entonces nos remos.
Ahora que le platiqu sobre Pedro y la escabrosa
historia, Beatriz no se inmuta. En cambio yo sigo fi
gurndome al tal Pedro en las oscuras esquinas del
centro, encorvado, acechando a las mujeres sin poder
hacer algo porque Hctor est fuera de la ciudad. Se
tendr que conformar con ratas o gatos o yo qu s.
Beatriz suspira. Cierrael libro en lamisma pgina.
Una errata en media hora y apaga su lmpara.
-Buenas noches, no te quedes despierto -me
besa y se voltea. Creo que esta noche no habr pe
sadillas.
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XIV
-Disclpame -Hctor se sent. An cuando trae
buen humor se ve demacrado.
-Te duele la espalda? -Adriana ve cmo se
encorva en la silla.
-No ...bueno, un poco, me lastimde tanto toser,
pero no es nada -trata de enderezarse y muestra
una mueca de dolor-. Vila informacin del viernes,
en media hora Felipe tendr lo que pidi.
-En verdad te sientes bien?
-Por supuesto-sonre dbilmente y con esfuer-
zos se levanta, debera irse a descansar, es ms fati
goso tener alguien as en la oficina que no tenerlo.
--En cuanto mandes la informacin te puedes
retirar, acustate y reljate -hasta hace unos das se
vea bien y lo que tiene no parece una gripa.
-Adriana ... -espera a que sus ojos se crucen
con los de ella; tiene la misma sonrisa-, me dijiste
que queras conocer el nuevo bar del centro, ElFnix,
verdad?
-S. .. por qu?
44
-No vayas, lo conozco y no te va agradar -se
retira. En el pasillo alguien lo saluda y le hace la pre
gunta obligada a lo que contesta:
estoybien,gracias,
es gripa.
Estar enfermo requiere de explicaciones y
negar lo innegable,
no sepreocupen, no es nada.
La
gente quiere escuchar cosas positivas, tiene demasia
dos asuntos como para inquietarse por los ajenos.
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XV
Antes de acordonar la calle, antes de que la patrulla
apareciera en el lugar, antes de que Juan Escobedo
encontrara el cuerpo desnudo y mutilado deMaraen
un pequeo baldo en el centro (entre casas que vie
ron crecer el trfico desde los aos 40), antes de que
el sol se arrastrara por los objetos de la maana: pa
redes de rotos colores, botes de basura, las yerbas y
el agua fra del canal que atraviesa los viejos barrios,
antes del ltimo grito, ella sinti un agudo dolor en
la pierna, como si un cuchillo con muy poco filo tra
tara de penetrar un pedazo de pan recin horneado,
no vea nada, quiso mover los brazos y sacudirse el
dolor pero fue imposible; antes del grito, lgrimas
rodaron por su frente, se detuvieron un poco y luego
cayeron al suelo; la sangre de todo el cuerpo se con
centraba en su cabeza. Antes del dolor hubo una
noche buena y fra y haba una prisa de llegar pronto
a la fiesta de Lula porque ya haba comenzado. Mara
recuerda beber unos tragos en el bar de la esquina,
qu tanto es tantito, si uno no es ninguno, se dice;
46
entra y bebe, que alcabo lafiestaqueda a dos cuadras
de aqu, piensa mientras se acerca el cantinero y jun
to a ella hay un hombre interesante, est demasiado
flaco?No, es la primera impresin que da la titilante
y parda luz del bar porque l tiene los codos sobre la
barra. Fue as de pronto: un trago y luego otro menos,
y luego ninguno y su delicado y delicioso mareo
desaparece, eso recuerda Mara,mientras en su men
te una pelcula se proyecta hacia atrs. Pero antes de
llegar al bar y alegrarse con las copas, antes de estar
incmoda y mucho antes disgustada con su madre
por algo qu fue?Ya poco importa. Marasiente ese
dolor agudo y despus algo lquido recorre su pierna
izquierda, primero caliente y luego tibio, atraviesa el
vientre hasta alcanzar el cuello y luego todo el rostro
como si fueran lgrimas. Poco antes de desvanecerse
por el dolor,MaraGutirrezLeal,recuerda a sumadre,
los aos que carga su cabello corto y negro igual que
el suyo, la nariz recta de su padre igual a la de ella,
la edad borrosa de la casa donde ha vivido, el vidrio
roto de la recmara por una pelota de beisbol lanza
da por los nios ms grandes de la cuadra, a sus
nueve, cuando se quem la mano izquierda y su pa
dre se asust tanto... cuando tena seis y la camione
ta de los helados pasaba frente a la casa y luego la
oscuridad y despus el presente.
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XVI
X
Jorge vino a verme y me cont que encontraron muer
to a uno de sus amigos. Supuestamente lo quisieron
robar y l trat de impedirlo. Le la noticia y no pen
s que fuera a conocer a alguien cerca de un hecho
violento; le dije que si necesitaba salir temprano lo
hiciera, es lo mnimo que puedo hacer, ese es mi po
der: concedo salidas extraoficiales de la oficina. Me
tengo que sentirinvolucrada?Por un momento lo hago.
lme cuenta la versin ligera de la noticia pero yo le
la completa: el amigo de Jorge muri grotescamente
y quiz hasta lo torturaron. No me gusta escuchar este
tipo de historias. SiVivianSnchez, del departamento
de contabilidad, perdi a sumadre de 70y tantos aos,
miro a otro lado y no me complico, estoy convencida
que de pronto Vivian,Jorge y quien sea se podran
mortificar ms por m que yo por ellos.
Veo cmo Hctor apaga su computadora y se
despide solamente de Ral y cuando me descubre
observndolo, hace un esfuerzo para caminar sin
encorvarse.
Adriana no duerme, lleva dos das completos sin pe
gar los ojos, el doctor Hernndez le pide que relate
con detalle qu es lo que hizo durante esas noches.
-Pero slo han pasado dos das.
-Es suficiente -el doctor escribe algo en su li-
breta y Adriana suspira profundo.
-La ltima noche que dorm, so con Hctor,
un compaero de trabajo. l se acercaba para dar
me un beso, me rehus porque su rostro era de un
hombre mucho mayor; se acercaba ms y de una de
sus manos escurra un lquido amarillo, entonces
despert.
-Qu ropa llevabas puesta?
-Un pantaln negro y ... -para recordar con
detalle cierra los ojos- una blusa roja. Desde enton
ces no duermo. Le iba a comentar a Hctor pero no
ha ido a trabajar. Posiblemente no duerma por la rup
tura con Rogelio, mi ex novio.
-Sientes que lo extraas?
-Ahora no, pero quizs en la noche ...
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-Si no lo extraas en el da, por qu tendras
que hacerlo del todo?
Adriana no dice ms. Desva la mirada a la iz
quierda donde la ventana muestra al sol descender.
El consultorio es reconfortante, las sillas son de piel
y hay un gran librero. Aun as no deja de ser consul
torio. Adriana se muerde el interior del labio y vuel
ve a suspirar, otra historia de insomnes, piensa.
Esmartes, tomo leche tibia, intento dormir en el sof
cama pero es imposible. Trato de autohipnotizarme
dibujando en mi mente el dedo gordo del pie izquier
do; la imagen la amplo para abarcar la rodilla y la
cadera hasta completar todo el cuerpo; a cada parte
le doy el tiempo preciso. Micamisn es rosa, no uso
ropa interior porque mi madre me dijo que no era
necesario ... mimadre, la que vive al sur de la ciudad,
mi madre la que conoci a Jim Morrison cuando ella
trabajaba en una cafetera a los 16 aos. Yo tengo 35
y toda mi vida he escuchado a los Doors. Laprimera
cancin fue
Light my Fre,
despus fue
Strange Days,
pero como no estoy segura abro los ojos, me levan
to y busco entre los discos que estn a la derecha de
la barra donde todos los das desayuno. Me doy
cuenta del desorden. Los enumero, son las 2:00 de
la madrugada, los acomodo por orden alfabtico,
primero los discos de jazz. Son las 3:00,termino con
los de rock y con los temas de pelculas, con los de
la poca de oro, escucho los perros que ladran. Es
5
demasiado tarde o demasiado temprano para salir a
tomar un trago, quiz maana. Las noches de los in
somnes estn vacas, una se enclaustra en vasos de
leche y discos que se olvidan. Tengo 534 discos ori
ginales y trece grabados por mis amigos. Tengo seis
que no me gustan y los ordeno en errores musicales ,
tengo cinco discos rayados y ya son las 5:00 y hace
fro. El desierto empuja el aire helado a esta parte de
la ciudad. Necesito baarme, si esta noche no puedo
dormir tomar pastillas.
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X
Beatriz se levanta de nuevo y yo veo cmo sortea a
la gente que sale o se acerca a los baos; su cabello
oscila en una cola de caballo, lleva la mano izquier
da al pecho para no tocar nada y no ser tocada. Ella
dej de fumar hace tres meses porque le diagnosti
caron asma; desde entonces la tos ha disminuido.
Tambin su cutis mejor y pienso todo esto mientras
atraviesa el bar amplio cuyo tocador queda al fondo,
a unos 300metros de donde nos sentamos. Sorbo un
poco de cerveza y ella desaparece tras una puerta
oscura; me pregunto si sabr que yo s lo que hace
en estos momentos, cuando limpio el vaho de mi
botella. Percibirque imagino cmo pide un cigarro
a la mujer de falda rosa o a la de camisa negra de
pelo largo igual a ella?Lo enciende al mismo tiempo
que el mesero cambia mi portavasos; da dos o tres
bocanadas y se siente bien porque el ansia se disuel
ve y se siente mal porque me va a mentir diciendo
que la goma de mascar es porque s.
Lamsica se distorsiona por lo fuerte que suena.
5
Una mujer de senos demasiado grandes pasa junto a
un joven y le acaricia las nalgas; el muchacho voltea
pero no sabe quin fue; ahora la mujer de senos
grandes va ms adelante en busca de su mesa.
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XIX
Adriana cree escuchar: le tend una trampa. Esla hora
del desayuno y lee su correo electrnico, la frase fue
deliberadamente para ella, eso piensa. Apenas escucha
las borrosas y montonas conversaciones en ingls
en las oficinas al fondo y a Ral que se encuentra a
unos 50 metros de espaldas hablando por telfono.
No puede poner atencin porque tiene sueo, se
muerde el interior del labio. El asunto con su cliente
es grave, el problema por el cual Adriana trabaj un
sbado entero no se ha solucionado y es necesario
que Hctor vaya a Mississippi, al menos eso parece,
ya se lo dijo? S... no, no le ha dicho, no se puede
concentrar. Bosteza y le salen lgrimas.Tiene que pen
sar, es un problema que Hctor debe resolver pero
no es bueno involucrarlo si todava est enfermo. Es
el segundo da que falta, l es el contacto principal, el
que se quedaba hasta tarde en la oficina, el que coma
en su escritorio para avanzarle al trabajo.
No dormir es muy grave, la piel se arruga y no le
gustan las ojeras, el cuello se tensa y la cintura co-
54
mienza a doler, recuerda las palabras de su mam y
recuerda su importancia mientras sigue revisando sus
correos.
El sonido del telfono llega hasta sus odos y se
sobresalta: estaba soando? Se levanta para platicar
con Ral pero ya no est, hay una nota: Regresoen
unos minutos.
Tiene demasiado sueo, se va a casa.
A pesar de la fatiga que senta en el trabajo, no logra
conciliar el sueo. Respira profundo, escucha los
autos, tambin la calefaccin; una mujer saluda a otra,
abre los ojos y se percata de que han pasado 30 se
gundos. Leer a veces ayuda, parece que se va a repe
tir todo lo de ayer. Enciende la televisin. Habla con
su mam, que le recomienda un t de una hierba
desconocida, ella asiente pero sabe que nunca la ob
tendr. Prepara la comida y limpia la casa, todo a un
ritmo lento.
En la noche ir a tomar un trago. No extraa a
Rogelio, se siente sola pero no lo extraa, alguien tan
egosta no se merece demasiados pensamientos ni
tiempo. Est preocupada por el viaje a Mississippi,
tendr que ir ella?Ral no est capacitado del todo,
un ejemplo es que an no la llama, y su otra alter
nativa, Jorge? Ellos tomaran decisiones agresivas y
no estn acostumbrados a los clientes demandantes.
Nunca se haba sentido desprotegida. Todos tenemos
jefes, pero el suyo va a ser reubicado.
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A las 9:00 de la noche Adriana sale de su depar
tamento. En un principio piensa no hacerlo, pero es
ms cansado quedarse y hablar por telfono con
Rosa para excusarse. El bar que visitarn est en el
centro.
los vasos se llenan de palabras, de risas,de licor.Desde
una barra largusima un hombre las observa; Adriana
se percibe atractiva,pero Rosa no lo manifiesta an y
cuando es evidente: nadie le va a quitar a su compae
ra; de todos modos no venimos a ser ligadas.
Han bebido lo suficiente, Adriana quiere seguir
la fiesta no porque sienta ganas: la agobia llegar a su
departamento y no volver a cerrar los ojos. Elhombre
que las vea insistentemente ya no est. Alprincipio
pens que era Hctor, por su postura encorvada y su
delgadez, pero la impresin dur un instante. Este
hombre era apuesto y al parecer lo torcido era un
efecto ocasionado por la luz. Sihubiera sido Hctor,
piensa, ya estara firmando su renuncia.
Rosa acept esa noche la invitacin porque en
unos das ms le pedir a su amiga un poco de dinero
para unos estudios mdicos. Suodo bueno no es tan
bueno como parece y por las maanas se siente ma
reada como cuando la operaron; se lo atribuye al
mismo problema auditivo. Lamam de Rosa se culpa
de la situacin de su hija porque ella le recomend
el doctor. Es una lstima que a una mujer tan linda,
una chica de cuello delgado, blanca y cabello castao
claro, le pase este tipo de cosas, dice su familia. Des
de entonces se siente frgil, mejor dicho, la hacen
sentir frgil, varias veces la gente le repite las cosas o
ligeramente suben el tono de voz, lo suficiente para
hacerlo notorio y a Rosa no le agrada esa sensacin.
Es tarde y ya no tienen qu comentar, la pltica
se est volviendo arbitraria, dnde compraste esos
Rosa no escucha con su odo izquierdo y usa un apa
rato especial en el derecho. El doctor que la trat le
hizo un psimo trabajo y desde entonces tiene que
vivir de esta manera; cuando se lo cont a su amiga,
no poda contener las lgrimas, en verdad no tena mu
cho que hacer; Adriana sabe que una parte del pro
blema es Rosa, nunca pidi una segunda opinin y
una segunda opinin con algo tan grave era necesa
rio. Los mdicos en ocasiones son asesinos en po
tencia. Dadas las circunstancias, doctores y homicidas
visitan a susvctimas, hablan tranquilamente con ellos,
observan y juzgan, despus de su actuacin ejecutan
y nadie supo nada ni quieren saberlo. Su amiga no
lo pudo demandar, la intervencin quirrgica era un
riesgo que tomaba en ese momento y fue advertida,
el doctor framente le dijo: Lo siento, el nervio au
ditivo estaba completamente daado, era un riesgo
y usted lo tom. Adriana se imagina a un matn
guardando una pistola humeante.
Rosa pregunta por Rogelio, Adriana contesta que
ya no lo necesita y no lo extraa, se siente segura y
pide otra cerveza. El bar es agradable, hay suficiente
gente, lasvoces por momentos se hunden en lamsica,
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aretes? Ya no uso ese maquillaje porque se absorbe
rpido. Las araas me aterran. Alguna vez mi primo,
el que conoces, me dio un beso en la boca, tenamos
nueve aos.
Dilogos de amigas que se ven cada mes, que se
estiman aunque no se frecuentan, qums pudieran
decirse?
Se despiden, Adriana no se siente bien.
Comienza a dormitar cuando alguien llama a su puer
ta. Laprimera reaccin es de coraje, despus de mie
do, ve por la mirilla y no hay nadie. Enciende la te
levisin, es un hecho, maana ir al doctor.
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LU O
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3 de octubre
Tengo que relatar lo que me sucede. Todo comenz
antes de m y seguir sucediendo tras de m.
Ayerconoc a Pedro...no s nada ms, su nombre
se ha grabado profundamente y cada vez que lo pro
nuncio me produce escalofros, sus apellidos no los
conozco, pero no son necesarios, despus de lo que
inger sobran detalles. Me duele el estmago.
Cuando mis amigos estn ocupados y no pueden
acompaarme me dirijo a los bares del centro que son
tranquilos y de precios accesibles; ayer este hombre
me invituna cerveza,no suelo aceptar tragosde hom
bres, de hecho me negu, pero al parecer no fue su
ficiente con despachar al sonriente cantinero con un
tarro rebosante de cerveza clara. Este tipo encorvado
se me acerc y me pidi disculpas, el agua de colonia
que despeda era agradable, sus manos descansaron
en la barra y aunque un poco largas, pude ver la
pulcritud de sus uas.
-No pienses que trato de ligarte.
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-Creo que no lo hace -estbamos sentados en
la barra y nos comunicbamos a travs del espejo
frente a nosotros. Lo excepcional era esa sensacin
de familiaridad que l irradiaba.
-Es algo sencillo, necesito tu ayuda y s que no
te puedes resistir,no es difcil lo que te pedir pero
antes tienes que acompaarme.
En mi imaginacin me vi contestndole que no,
pero me atrap y como un autmata me levant y lo
segu hasta su auto; el aroma a nuevo que despedan
los asientos era sumamente inquietante, tambin la
alfombra estaba extremadamente limpia, tanto esme
ro. La pltica se reanudaba y se detena constante
mente, en algn momento inquiri mi nombre y yo
lo recit como un nio de seis aos; me pregunt
cosas generales, era como estar en el consultorio de
un dentista, l haca una pregunta lacnica y yo res
ponda de igual manera, hoy presiento que el viaje
dur lo mismo que el interrogatorio. Nunca descen
dimos del auto, en algn momento me dio un bote
lln y en un tono casi demandante me dijo: bebe ...
de ah en ms no recuerdo nada; la consistencia del
lquido que inger an la percibo con claridad, era
espesa y fra;el estmago seme revolviy pens que
iba a devolver pero no fue as; hubo otras preguntas,
algunos cuchicheos que no logr distinguir, eso lo
recuerdo entre destellos de luz y jalones que se pro
vocaban al frenar en cada esquina. Tengo presente
bajar del auto y repetir esuna promesa, lo entiendo
todo . Esta sensacin de firmeza me duele. No vol-
62
ver a ver a Pedro aunque haya prometido algo, si
no lo recuerdo, es mejor as.
5 de octubre
En las ltimas 72 horas las orejas me han crecido.
Escucho lo que habla el vecino de enfrente; de pron
to las paredes se volvieron delgadas. El hambre no
disminuye. Me incomoda salir a la calle, espero que
las molestias acaben pronto.
Ya record mi promesa. Es terrible porque no
puedo negarle a Pedro mi deber.
de octubre
Leel peridico del jueves,una mujermuerta en la no
ta roja asegura que mi trabajo sali bien, estoy com
pletamente atrapado. Fue igual que otros das; prime
ro el hambre urgente, despus l, como leyndome
los dolores, habl por telfono; al primer timbrazo
corr desesperado. Pedro, con esa voz tranquila, me
record la promesa . Me re nerviosamente.
-No s cmo hacerlo.
-Sube a la mujer que ms te agrade y llvala al
hotel la Villa,habitacin 313.
-Y si sospecha algo?
No hubo respuesta. Me tall los ojos, nunca haba
subido a una prostituta a mi auto. Si cumpla, l me
quitara el estremecimiento.
Fue fcil convencerla, es el oficio. Se llamaba
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31/44
Esther, la encontr en una de las esquinas del gim
nasio del centro. Algunos paseantes se percataron
cuando subi al auto.
-Ests nervioso? --encendi un cigarro, le ped
que lo apagara y me observ fijamente; para evadir
la respuesta le pregunt si alguna vez haba estado
en la playa.
-No, pero tengo unos amigos que me invitan
para el fin de ao -Esther era delgada, las manos se
le notaban resecas y sucias, de su cabello revuelto
surga un aroma a humo de cigarro, la cercana hizo
evidente las grietas en su rostro por lo helado de la
noche, la imagen de una piedra erosionada de lluvia
y tiempo bloque mi voluntad. Cuando le ped que
subiera fue porque se me hizo agradable, los senos
grandes que vi de lejos estaban en verdad cados por
la falta de brassier.
-Qu bueno, si conoces una playa las conociste
todas, cerveza es lo nico que ves -contest, mien
tras nos dirigamos al hotel. Cruzamos algunas pala
bras ms, le dije que un amigo estaba esperndola,
discutimos sobre el trato original y me disculp, los
nervios me traicionan, le confes; ella pidi el doble
del dinero y subimos. AEsther no le sorprenda nada,
el hotel era elegante para ser uno del centro. Entramos
en la habitacin. Pedro estaba de pie al lado de la
ventana y me entreg un botelln oscuro. Mismanos
temblaron y sal. Escuch murmullos entrecortados,
unos para preguntar y otros para responder, tambin
escuch un golpe seco, un forcejeo acompaado de
ruido gutural, llev mi mano estremecida a la perilla
pero me detuve, una promesa era una promesa.
Pedro lo hizo, nadie sospecha.
Lunes xxxxxx. Eltexto es ilegible
en el original
l necesita ms ayuda.
Hoy mi paranoia es ms fuerte y me advirti que
la agenda debe seguir tal cual. Me retrasar unos das
porque la cabeza me traiciona.
Ral me sigue. Lo supe. Pero no lo voy a delatar.
Lunes
xx
de octubre. Eltexto es ilegible
en el original
Adriana me permiti salir temprano porque me veo
mal, espero que no sospeche nada. Ellasabe que esta
enfermedad no es gripa. El hambre no se reduce.
En el closet de mi departamento encontr un
botelln. Ah estaba en una de las esquinas oscuras,
no lo toqu, pero ya entrada la noche lo abr y beb,
beb hasta atragantarme, el sabor dulzn es ms to
lerante que antes; no quiero saber qu es lo que me
tomo, es como si fuera el tiempo mismo hecho lqui
do. Pens que el dolor en el estmago y la espalda
disminuira con la bebida pero no fue as.
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65
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Xx. El texto es ilegible en el original
Fui al bar de siempre con Pedro; en cuanto vi a Adria
na entrar, le ped que nos cambiramos a la cantina
de enseguida.
Martes, octubre
Creo que alguien estuvo aqu. ..Adriana no esAdriana,
el nombre de Ral pudo haber sido Carlos, Sandra o
Alejandro. Todos los nombres escritos aqu son ima
ginarios. La muerte de Esther nunca sucedi, es el
sueo de un amigo de un amigo. Mi madre muri
hace muchos aos y mi padre vive en el norte y hasta
donde recuerdo, nunca, nunca golpe a mi mam.
Octubre
Volval cuarto de Pedro con otra mujer. Como la vez
pasada, sucedi lo ineludible. Losdetalles son dema
siado grotescos, tuve que salir a horcajadas. Lamujer,
al ver a Pedro, presinti algo malo y quiso salir, me
empuj y alcanz a rasguarme.
Tiemblo al recordar esas manos tan pulcras; la
fuerza, la fiereza, no corresponden a la edad que
Pedro aparenta.
Ya no duermo.
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Octubre
Los dolores que senta se esfumaron de pronto. En
mis rodillas aparecieron unas protuberancias, pero
no me martirizan. He rejuvenecido.
Elmilagro sucedi: salgo de la ciudad, no s como
lo vaya a tomar Pedro.
No s que suexx xxx xxxxxx. El texto es ilegible en
el original.
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Toco el cuchillo que yace bajo el asiento del auto,
siento su mango de cuero. Me dirijo al centro de la
ciudad.
Pens que nada extraordinario me sucedera. La
vida la divido en situaciones amorosas y no amoro
sas. Nunca tuve primas que se me insinuaran como
a Julio y sus parientes de Estados Unidos, que hasta
se baaban con l. Tampoco tuve amiguitas en la
primaria que les gustara jugar conmigo, ni compa
eras en la secundaria que quisieran ser mis novias;
mis amigos contaban historias en reuniones donde
comamos pizza y bebamos refrescos. Letoqu los
senos a Patricia. A Nadia la bes en la boca. Ral
-me decan-, si quieres que una mujer se caliente
le tienes que besar con insistencia el cuello. Yo me
animaba con esas plticas y les preguntaba por lo
terso de los senos y contra qu los poda comparar.
Unos comentaban que eran como palpar globos
llenos de agua tibia, otros no saban cmo describir
la sensacin, todos en el grupo haban tocado o
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besado a una de nuestras amigas
y
me trataban como
un discpulo.
En la preparatoria me fue mejor, entonces com
prend que los senos no se sienten como globos ni
nada por el estilo, aun as los amoros fueron pocos.
Debo agregar que no practicaba ningn deporte
porque a mi madre no le gustaba que faltara a las
clases por asistir a concursos o competencias,
porque
lo ms importante es el estudio me deca. Mientras
mis amigos jugaban basquetbol o futbol, yo me inte
res por los videojuegos y los libros y las pelculas
de terror. Mivida ha pasado lenta, aburrida y conven
cional, mientras que mis amigos me hablaban desde
bares, yo me dedicaba a jugar y a leer revistas de vi
deojuegos. Las pelculas de espanto me complacen
desde entonces, no hay nada como sentir la adrena
lina al imaginar si son reales los fantasmas o los ase
sinos inmortales, torcidos y arrugados que acechan
y matan por matar o por venganzas milenarias. Tie
nes que huir. La energa de mi vida la he tratado de
aumentar con el terror.
El esposo de mi ta, antes de que se divorciara,
me dio un libro del que slo recuerdo el principio:
la sorpresa de unos hombres al llegar a un pueblo
donde la gente ha desaparecido, sobre las mesas los
platos estn servidos y hay autos con las puertas
abiertas a media calle. Despus, el libro se volviuna
pelcula... ahora parece que yo la protagonizo.
Conoc a Beatriz en una tienda de discos, estaba
frente a m e iba a comprar lo mismo que yo, le pre-
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gunt si le interesaba la msica electrnica y ella
contest que no; esun regalopara un amigo, lafies-
ta es hoy por la noche. Me invit. Las parejas se co
nocen como todas, por incidentes o coincidencias.
Un da te levantas con reuma en la pierna, a media
maana sales del trabajo a comprar un analgsico al
centro comercial ms cercano y decides entrar a la
tienda de discos; ah conoces a la que en ese momen
to no sabes que ser tu esposa. Nos hicimos novios
y despus de un ao y medio nos casamos. AVolga,
la perra, la compramos porque una vecina nos la
ofreci de su camada ms reciente. El padre de Bea
triz es mdico cirujano y su madre trabaja en el go
bierno, como encargada de una oficina de difusin
cultural. Me quieren.
Nocesan las llamadasde mis amigosdesde los ba
res y, ha diferencia de aos pasados, los acompao
con mi esposa, quien a todos agrada. Qu hara si
un da me despertara y supiera que es mentira?Que
Beatriz se acuesta con uno de mis mejores amigos?
Loscuervos me hacen sentir observado en las maa
nas, como si me amenazaran. Hojee los peridicos
en busca de alguna seal, mi sabidura flmica no es
de gran ayuda. En una nota, una mujer ahog a su
hijo de ocho meses de edad porque no paraba de
llorar; en otra, se encontr el cuerpo de un hombre
ejecutado en los suburbios, y en otra ms, dos mu
jeres se suicidaron sin relacin entre ellas.
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Estanoche evoco la historia de mi ta. ramos ni
os cuando mi primo me cont el porqu del divor
cio de sus padres. Toco el mango del cuchilloy revi
vo aquel descubrimiento...ignoro con precisin a qu
sitio voy, s que es arriesgado no tener ningn tipo
de ruta, las calles de la ciudad guardan su peculiar
historia; si uno observa las primeras fotografas de
esta rea puede constatarse que era elviejo oeste, los
bares que hoy se sostienen en la calle principal del
centro fueron antes construidos conmadera, anuncios
de saloon pendan en algunas de aquellas estructuras
que ahora slo pueden verse en color sepia.
Qu pasara si reconociera a Pedro entre las
sombras de los rboles viejos y los edificios oscuros
de la zona roja tomando a una prostituta? Pedro con
sigue mujeres que nadie extraa y no s si mi idea
es clara, nadie toma en cuenta a las prostitutas?
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Juan Carlos me apunta con la pistola de mi padre,
tenamos diez aos. Veocon claridad sumiraday esta
noche la reconozco en m. Estacionado en una calle
del centro, el parabrisas refleja las letrasoy
L
de
HO-
TEL; una flecha mal pintada indica la entrada. Como
laotra vez que vine, desconozco qu har si encuen
tro a Pedro, cmo es un vampiro?
Convertido en el prisionero de mi primo, en ese
instante fui su confesor y me relat la vez que su
pap lleg tarde.
-Slo lo suficiente para que mam se pusiera
nerviosa -amartill el revlver-. Mi pap entr
oliendo a cerveza y comenzaron a gritarse. A partir
de esa noche mi mam se esforzaba en las cenas a
tal grado que se olvid de Mayra y de m, haca de
comer nada ms para l.
La situacin no se compuso a pesar de las me
riendas y otras cosas que su madre hizo, como vestir
ropa ms holgada y utilizar menos maquillaje, ya no
se perfumaba cuando iba al trabajo. Ellatena 33aos.
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Cuando uno es nio todos parecen adultos; el futuro
se ve distante. Yo daba juicios comenzando con la
frase: Cuando sea grande... , pero nunca sientes que
te ests volviendo viejo, porque despus de la pri
maria los estudios siguen y luego el trabajo y recibes
semanalmente correo basura: catlogos de artefactos
que nunca comprars, como cuchillos de cocina que
atraviesan zapatos o latas de cerveza sin perder filo,
y ofertas de viajesa Pars o Hawai que sabes que an
estn muy lejos de tu presupuesto, y cuando miras
hacia atrs, ya ests casado, viendo caricaturas y co
miendo el mismo cereal que comas de nio, la dife
rencia es que ahora t lo compras.
Laspeleas continuaron en la casa de Juan Carlos,
al final fue peor porque todo suceda a puerta cerra
da en la recmara de los padres: se escuchaban gol
pes sordos de cosas lanzadas contra la pared.
-Las amantes son malas, al menos eso dicen
mis amigos -parpade Juan Carlos y los ojos se le
pusieron vidriosos. l saba que las rias de ese tipo
terminaban en divorcios. Aquel viernes terrible,
cuando mi to se ira de casa,Juan Carlos intuy que
eso no era lo peor. Esa noche vio cmo su madre le
pona un cuchillo en la garganta a su esposo. Enton
ces mi primo entendi la falta de maquillaje y per
fume antes de salir al trabajo, la urgencia de retener
lo a como diera lugar. Las mujeres tambin podan
tener amantes.
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A
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d de su hija y se le humedecieron los ojos. Un pe
queo reloj delineaba con su tac-tac el curso del da:
en aproximadamente 40 minutos llegara su esposo.
Volvi a tomar el sobre con desconfianza. Afuera
pasaban los autos. En la distancia, los pjaros canta
ron sobre los rboles desnudos.
Querida seora
Yos quin es el responsable del asesinato de su
hija. He convivido con l hace semanas y me cuenta
cosas increbles.
Alprincipio no acept loque me deca,pero cra-
me cuando le digoque esteser ha caminado la tierra
por ms de 100 aos. Los actos, las actividades que
nos definen, como l dice, con el tiempo se deben
admitir. Piense, por ejemplo, en un familiar cercano
que queda paraltico, uno se imagina la tortura que
significa tener parte del cuerpo inmovilizado para
siempre... la locurapodra rondar. Perofalta vivirlo
para comprender que escuestin de aceptar la situa-
cin y hacer loposiblepor sobrevivir.
A finales del siglo
XIX
China sufri una de las
hambrunas ms trgicas que la humanidad haya
visto; el vampiro me cont esto como si l hubiera
estadoah.Mecont cmo losniosfueron asesinados
para ser comidos; en las carniceras poda uno com-
prar lo que fuera, as, tal como se oye,
lo que fuera.
En los aparadores colgaban pequeos cuerpos muti-
lados, carsimosy necesarios... Seora, si leconfesara
76
i l
1
que me rehus ayudarle a esta criatura quiz no me
locreera. En aquel tiempo, el tiempo en China, estu-
voalimentndose deperros y de otrosanimales. jura
que nosucumbi a lacarne humana. Peroyo lodudo
porque estono empez conmigo.
Lo que l necesita es sangre, un poco de sangre,
y estofue lo que me llev a conseguirle carne hu-
mana.
Usualmente cuando llega a una nueva ciudad,
para no levantar sospechas,alguien loauxilia en sus
actividades. El da que conoci a su hija no lopudo
resistir.Aquella noche del sbado ella se detuvofren-
te al bar, l lepregunt su nombre tal como lo hizo
conmigo y ella contest tranquilamente, igual que lo
hiceyo; eso es algo que sigue perfeccionando con el
tiempo;puede ser muy persuasivo y sus encantos los
utiliza para lograr loque quiere.
Delia loacompa a su autoporqu las lopidi,
La chica subi alpequeo departamento. Creo que
ellasaba en manos de quin estaba, sospechoesopor
mipropia experiencia. Yome encontraba en la rec-
mara y cuando ella me vio nospregunt qu le iba a
suceder. Cmo ignorar elfulgor en el rostro de su
asesino. lse lo explic. En ese instante pens que si
Delia luchaba por su vidayo la ayudara. Su hija me
observy encendi un cigarro, usted saba que fu-
maba?Al terminar nos dijo que estaba listay l se lo
agradeci, le requiri que se desvistiera y recostara
en elsuelo, obedecicomo alprincipio, sus ojosse va-
ciaron. La mordi, la mordi innumerables vecesy
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y se cerraban una y otra vez, hasta que perdieron
fuerza. Sal de ah sintiendo asco. Los sorbos que es-
cuchaba a mis espaldas eran repulsivos. Estoy seguro
de que su hija no sufri.
V
Lamam de Delia ley y volvi a leer aquella cosa;
la seguira leyendo hasta que su esposo atravesara el
umbral de la puerta. Guardara en su mente esas p
ginas palabra por palabra. Sevolvera pequea como
una letra, como aquel grito ahogado que su hija no
logr emitir. El reloj marcaba la hora y envolva con
su tac-tac la casa.
No s por qu decid que el centro era el rea para
un inextricable encuentro con Pedro.
Me detengo para elegir las palabras necesarias
que definan mi situacin. Hoy escribo las nicas p
ginas de aquellas noches, pginas pobladas de man
chones y letras temblorosas por mi embriaguez.
Despus de que la prostituta se perdi, los ojos
se me cerraron. Una ruidosa discusin entre un hom
bre y una mujer me despert, la escena ocurra a
pocos metros de m. Me apropi nerviosamente del
cuchillo bajo el asiento, era inevitable caminar hasta
aquel hombre y asustarlo. Mismanos estaban ansio
sas. El forcejeo que presenciaba tena un fin, subir a
la mujer a un automvil. La muchacha opona una
resistencia intil contra la sujecin del tipo, por qu
nadie sala a su rescate con semejantes gritos?Respi
r profundo, llev mi mano a la puerta del auto y un
hormigueo me recorri, de pronto el hombre se per
cat de mi presencia y me sonri, fue como si pre
sumiera la fuerza que emanaba de l, sent el vaco
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79
onrico de caer en el infinito. Ese fue el principio para
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comenzar a llorar, una lgrima le sigui a otra, en
aquellos ojos reconoc que algo similar haba pasado
antes: mucho tiempo atrs alguien lo quiso detener
y fue imposible.
El hombre subi a su auto con la mujer aun for
cejeando y escap. El sonido del motor fue devorado
por los viejos muros, por los rboles ralos y el pavi
mento hacia algn lugar inimaginable; allpor donde
pasaba aquel ruido, la ciudad empequeeca.
Cuando regres la fuerza a mis manos, manej a
casa.
Alllegar, Beatriz me esperaba en la puerta principal,
Volgadorma a su lado. Mi esposa permaneca seria,
pero me preocupaba ms lo que yo haba vivido.Me
serv whisky y comenc a escribir cada cosa como la
recuerdo; el sentimiento de ahogarme en lgrimas,
la msica de los bares a la distancia, risas dispersas
como relmpagos arrastrados por el aire, las sirenas
de las patrullas perdidas en otros sitios ignorndome,
la calle solitaria como si la gente supiera que algo
horroroso sucedera o estaba sucediendo; cada deta
lle fue necesario y todo lo vaci ah. Entrada la ma
drugada sub a mi habitacin, Beatriz no dorma.
-Qu sucede? -la pregunta me surgi que
brada.
-Cuando te fuiste encend la televisin, es lo
nico que me calma -haca un esfuerzo por mante-
nerse tranquila, ah sentada entre las sbanas oscu
recidas me comenz a platicar una historia.
-Tena ocho aos, mi padre recibi una llamada
de mi abuela, me imagino que era una llamada im
portante porque de pronto guard silencio, me pidi
que dejara de hacer ruido y lo observ, era como si
su mam estuviera frente a l.
Quizs lo que te cuente no tenga sentido pero
escucha: mi pap vino a esta ciudad porque era fcil
encontrar trabajo. Vivi slo hasta los 18 aos y aho
rrar dinero era su prioridad, eso lo aprendi de mi
abuelo, que muri cuando mi padre cursaba la pre
paratoria. Coma dos veces al da y de vez en cuando
iba a una de las fondas ms sucias y baratas de la
colonia; todava, cuando era nia, al pasar por esa
rea deca ah es donde conoc a tu mam , entonces
nos reamos; era mentira, ellos se conocieron en los
pasillos de la universidad. Mipadre fumaba y cuando
mi abuelo muri hizo cuentas de los gastos que el
cigarro le produca anualmente y lo dej de inmedia
to, comprob con gran fascinacin que ese dinero
sera para su luna de miel cinco aos ms tarde. Al
guna vez yo coment que me gustaba el olor del
tabaco
y
l sentenci que con eso no se bromeaba.
A tu familia siempre la vez igual, sin ningn
cambio. Tu padre siempre es tu padre y no te imagi
nas que alguna vez tuvo siete aos, son tan adultos
hasta que te percatas de que las canas no siempre
han estado ah entre su cabello negro y firme.
-El to Rodrigo muri de un infarto -nos dijo.
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-Era el mayor de todos, verda.d?-mi mam
quiso consolarlo.
-Cuando empiezan a morirse, significa que
pronto te tocar a ti -yo estaba muy pequea para
entender la frase y desde aquel to nadie de su fami
lia cercana ha muerto.
Nos abrazamos y sent su tristeza confundirse con
la ma.
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VI
Es la tercera vez que Adriana recibe un correo elec
trnico de Rogelio, pero como ella no se deja con
vencer, simplemente lo elimina. Le parece estpido
que su ex novio no acepte lo inevitable. Fueron como
dos trenes corriendo en paralelas, pero slo por un
instante. Adriana lo entiende bien.
Cuando tena nueve aos, su madre le inform
que su primita Blanca haba cado en coma; ella so
lamente pens, qu estara haciendo para haber
sufrido tal desgracia? Su madre, al verla impvida,
trat de darle detalles: haba cado de cabeza, despus
la encontraron convulsionndose. Adriana murmur
algo parecido a pobre primita y as termin la in
sistencia amarillista de lamadre. Asu edad distingua
entre ser descuidada y ser estpida.
Hace algunos das Rosa le haba hablado para
pedirle un favor, antes de que dijera de qu se trata
ba, ella ya tena su respuesta. Sinti un silencio de
agua quieta muy largo por el telfono, pero no quiso
saber ms de lo necesario y, como siempre, decidieron
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hacer una cita. La conversacin se interrumpi con
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un nos vemos pronto y Rosa colg con angustia.
Desde que suprimi el caf y toma pastillas la
vida se aliger de nuevo. La rutina es la misma, co
locarse los guantes de piel que su madre le regal
hace unas semanas, verificar la puerta antes de salir
de casa, revisar sus correos electrnicos y evitar que
nadie entre en su pequeo crculo; en pocas palabras,
todo esto era un descanso. Por un momento dese
ir al bar donde se top con aquel hombre coqueto,
pero la idea la descart al acordarse de los suenos
inquietantes que la han despertado temblorosa.
Slo pequeas cosas le molestan: sentir que al
guien la sigue cuando se dirige a casa y contestar el
telfono sin que atiendan del otro lado.
Un sueo la altera, se trata del hombre del bar
que se aproxima y Adriana se opone. No slo el
ambiente es inquietante, la msica parece transcurrir
a una revolucin ms lenta, el humo es tan denso
que lo siente chocar contra el rostro y los brazos, se
distinguen los olores, la emanacin a sudor rancio y
a licor, incluso distingue el repugnante aliento de
aquel tipo. Ella siente que no controla la siracn,
busca la salida y cuando llega a la puerta el hombre
est ah, nicamente es su sombra y destaca un ob
jeto en forma de signo de admiracin que brilla en
su mano. Ad.rianadespierta a punto de llorar y en
ninguna de las veces recuerda qu era ese cuerpo.
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-Es sangre? -Beatriz murmura mientras se inclina
y verifica las pequeas gotas que hay en la cochera.
Llama a Volga pero la perra no acude. Sigue con la
vista aquellas manchas que dan vuelta en la esquina
de la casa, al patio trasero. Vuelve a llamar a Valga.
Slo escucha una msica mal sintonizada que viene
de los campos de algodn de atrs. Observa el por
tn principal bien cerrado, no hay manera de que
su perra pudiera salir.
O alguien entrar
el pensa
miento la hace respirar profundo. El cuello se le
tensa y se encierra en la casa. Llama a Ral
y
la con
testadora entra de inmediato.
No se haba percatado de que su perra no ladra
ba desde haca una hora. Todo est demasiado quie
to excepto por esa msica fantasmal; recuerda enton
ces por qu haba aceptado a Valga: estar sola en
casa no le agrada, la perra siempre le hace compaa
y ladra al primer extrao que se acerca al barandal.
Se asoma por las ventanas y reconoce otras gotas
rojas que llegan a uno de los altos muros. Toma el
85
telfono para llamar a sumam y cuelga de inmedia pelea, mientras ella reprochaba que slo haba sido
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to, no quiere alarmar a nadie.
Cuando Beatriz viva con sus paps, tena un pastor
alemn llamado Elvis;en alguna ocasin, por descui
do de su padre, el perro sali de casa y al ver que
no volva lo dieron por perdido. Beatriz no entendi
por qu su pap no sali a buscarlo y por un mo
mento lo culp. Dos das despus Elvisapareci con
una herida en la pata izquierda, todos concluyeron
que se haba peleado con otro perro y nadie le dio
importancia. Laherida se infect y tuvieron que lle
varlo alveterinario, fueron necesarias varias semanas
de cuidados para que pudiera sanar, de levantarse en
la madrugada para darle los medicamentos corres
pondientes y de mantenerlo vigilado para que no se
hiciera dao. En alguna ocasin la vecina fue a visi
tarlosy se acongoj de ver al perro cojeando, lamam
de Beatriz dijo que ya estaba mejor y que era muy
bueno tener al valiente Elvis porque las mascotas
absorben los males que sus amos puedan sufrir.
Por qu no contesta Ral el telfono? El temor se
confunde con paranoia. Beatriz vuelve a verificar que
la puerta est con llave y marca de nuevo a Ral,
necesita advertirle que esto es culpa suya, despus
de la historia terrible del centro, l se haba dedicado
a buscar en los peridicos algn indicio de aquella
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testigo de una ria de pareja. Ahora est convencida
de que l no miente y en los peridicos nada de eso
aparecer. La grabadora volvi a entrar y deja un
escueto mensaje sobre Volga. Ysi tambin le pas
algo a su esposo? Decide llamar a la polica. Levanta
el auricular y espera de nuevo el tono pero ste nun
ca llega. Pronto oscurecer y los nervios la destrozan.
Busca el celular y, ya decidida a hablar con la polica,
el telfono suena.
-Qu pas con Volga?-pregunta Ral.
-Es tu culpa -Beatriz solloza y la esttica ensu-
cia por unos segundos de la conversacin.
-Me puedes decir qu le pas a Volga?-Ral
aparenta tranquilidad.
-No est, sencillamente no est-de nuevo ese
chasquido de esttica.
-Adriana no vino a la oficina y tengo que aten
der muchas juntas, la busqu en su celular y no la
encuentro; en cuanto me desocupe me voy a la casa,
no abras la puerta.
-Necesito que vengas ahora, algo le pas a Vol
ga y la lnea del telfono est inservible -hubo una
pausa larga.
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nunca, es probable que debido al viaje de Hctor el
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Ral se siente incompetente con tanto trabajo; Adria
na no se present. Lahora de salida es a las 5:00de
la tarde; si se tranquilizan los dientes podr salir en
una hora ms, Piensa en su mujer y va a llamarle
cuando su telfono suena de nuevo ... un diente ne
cesita ayuda, en cuanto termine con l, le hablo.
Ral vuelve a marcar a su jefa y no hay respues
ta; en todos los aos que ha trabajado con ella,
Adriana ha faltado muy pocas veces y eso slo fsi
camente porque el telfono no deja de sonar espe
rando actualizaciones continuas, es ms cansado
cuando ella no se encuentra.
Llam Hctor de Mississippi, cuando Ral le in
form que la jefa no se haba presentado colg sin
despedirse. Ralno tuvooportunidad de platicar con
l, est convencido de la existencia del vampiro y
quiere saber ms, de dnde viene, qu es lo que hace
y sobre todo cmo son sus ojos, eso no lo olvidar
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vampiro haya necesitado hacer las cosas por smismo
y sin la cautela necesaria. Ysi Beatriz est en loco
rrecto? Ysi solamente se trat de una simple ria de
pareja?
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IX
INDICE
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Durante la noche se form una esculida capa de
hielo sobre los autos, ms all del campo de algodn
se oa msica; discutimos sobre la desaparicin de
Volga. Ahora el cielo amaneci despejado; hoy co
menzar la bsqueda.
Los cuervos siguen en la ventana, en los surcos
arenosos el sol descubre una ligera niebla, son las
siete de lamaana; Beatriz duerme y la dejo descan
sar; toda la noche se agit. En los campos secos el
sol construye un muro rojizo. La calefaccin se en
ciende.
Evoco el viaje al centro y sonro agriamente. De
ber comprar ajos para colgarlos en las puertas? En
el patio brilla un juguete rodo por Volga.A nadie le
duele la prdida ajena, hay un lamento que se queda
mudo. Alguien me tendr que explicar. Mientras cie
rro de nuevo las cortinas, me pregunto qu se habr
festejado anoche. Loscuervos me miran y yo pienso
en mi perra.
Maana llega Hctor.
9
Antes .
Luego
9
9