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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN VANGUARDIA | LUNES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2009 | NO.189 | WWW.SEMANARIOCOAHUILA.COM DESAFIANDO EL DESTINO Haber nacido con capacidades diferentes no les ha impedido triunfar ni ser felices. Aquí sus lecciones de vida...

Semanario Coahuila: Desfiando el destino

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Ellos forman parte del 2 por ciento de la población coahuilense con capacidades diferentes y sus historias demuestran que pese a todo se puede triunfar en la vida. Bruno es sordo, Nono tiene parálisis cerebral y Paty es invidente, los tres le han dado la vuelta al destino. Aquí sus lecciones de vida...

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Page 1: Semanario Coahuila: Desfiando el destino

P e r i o d i s m o d e i n v e s t i g a c i ó n

VANGUARDIA | lunes 21 de septiembre de 2009 | no.189 | www.semanariocoahuila.com

desafiandoel destinoHaber nacido con capacidades diferentes no les ha impedido triunfar ni ser felices. aquí sus lecciones de vida...

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2 VANGUARDIA Lunes 21 de septiembre de 2009

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1 Yo recomiendo hacer un lista de egresos por

quincena o por mes y que esta lista no supere tus ingresos. Usar la tarjeta de crédito sólo teniendo la certeza de que se puede cubrir en el próximo mes, así no te cobran intereses

2 Comer sano, evitar la comida chatarra y los refrescos embotellados,

que son muy caros y no nutren. Disminuir la compra de alimentos preparados o enlatados y preparar alimentos sencillos y balanceados, preferir las frutas

y verduras de la temporada, eso permite gastar menos en alimentación

3 Caminar lo más posible, evitando usar automóvil o el camión en distancias

cortas y medianas, eso es bueno para la salud y aparte contaminas menos, gastas menos

4 Hay que utilizar sólo lo indispensable el teléfono, la energía

eléctrica. Eliminar los servicios superfluos como la televisión por cable...

5 Evitar el desperdicio en papelerías, utilizar las dos caras de la hoja. Evitar en

lo posible la ropa de moda, que las moda pasa rápidamente y evitar los productos desechables o eventualmente reutilzarlos.

6Y finalmente, una frase muy simpática que decía mi abuela materna: ‘cuida

los centavos, que los pesos se cuidan solos’. Es decir, las pequeñas cantidades a la larga se convierten en grandes cantidades. En las pequeñas cantidades a veces se va el gasto.

CENTAVEANDO Cada semana diversas personalidades te dirán cómo hacer rendir tu dinero

|| diccionario del diablo

Nadie es homogéneo, análogo, todos son una mezcla de… Una pizquita genética de fulanito, otra

de menganito y una cucharadita de perenganito. Si no lo crees, ve cómo metes en una licuadora un tantito de éste, más del otro y un puñito de aquél,

y luego verás quién sale:

LA LICUADORA

LA fAUNA ¡HAgAN sUs ApUEsTAs! EN UN DOs pOR TREs Por Alfredo García

Ilustración: Enrique de la Cerda

Juan Osorio Julio César ChávezEvo Morales ‘Juanito’

Carlos Recio DávilaSubcoordinador de

Investigación de la UAdeC

Hábitos sacerdotales, s. pl. Traje abigarrado que usan los payasos de la Corte Celestial

1. El pasado 16 de septiembre pre-senciamos un

duelo simbólico entre el Ejército nacional y los corporativos del crimen organizado. El desplie-gue militar de aviones y mujeres armadas hasta los dientes tuvo lugar en-cima y en contra de las amenzas de bomba que decretaron los cárteles para al menos trece es-tados de la República. La fuerza pública y los de-lincuentes se amagaron unos a otros, se intimi-daron, se enfrentaron sin enfrentarse, como en una suerte de guerra florida, de lucha simbólica, como decíamos al principio.

2.No sabemos qué crimen sea más cruel e inhumano,

si asesinar mujeres o fusi-lar drogadictos en proce-so de recuperación, que buscaban reahacer sus vidas y que fueron brutal-mente ultimados por los cárteles, ante el temor de que los jóvenes enfermos pudieran convertirse en soplones o en testigos protegidos. La discusión es ociosa, cruelmente ociosa, y no tendría por qué llevarse a cabo, salvo porque ambos tipos de crímenes han sido cometi-dos, de manera masiva, en Ciudad Juárez. La muerte no tiene sexo, ni se juzga el asesinato por el género de los asesinados.

3.¿Acaso será la solución armar a las mujeres de

Ciudad Juárez con todo el equipo que usan las soldaderas federales? ¿Entregar un cuerno de chivo a cada muchacho que ingresa a un centro de rehabilitación para drogadictos? ¿O de pla-no pedir el auxilio de los Cascos Azules de la ONU, o de un cuerpo de ejército de la OTAN, para enfrentar a los prósperos corporativos de la droga, cuyos soldados gozan de espléndidos sueldos y luchan con armamento del primer mundo? Mien-tras la moneda gira en el aire, Juárez continúa bajo fuego, como si fuese una ciudad africana.

Los muertos de Juárez

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Por Jesús r. cedillo

Hablar de Witold Gombrowicz (Po-lonia 1904-1969) es hablar de alguien tan extravagante e irreal, como los pocos pero fervorosos lectores

de su obra. Extravagante e irreal es asimismo un obcecado lector que éste tiene en la figura del insular Enrique Vila-Matas. Vila-Matas publicó una espléndida estampa del escritor pola-co allá por las lunas de 2004, estampa que se deja leer hoy con suficiencia y buena prosa, justo cuando se cumplen en el calendario los primeros 40 años de su muerte.

Narrador y dramaturgo polaco avecindado por más de 20 años en Argentina, su nueva lectura y revalo-ración se le debe a escritores como el propio Vila-Matas, el argentino Ricar-do Piglia y el mexicano Sergio Pitol. Llegar a Gombrowicz es difícil. Con-seguir sus libros es una empresa casi imposible.

“Soy un exceso” llegó a autode-finirse en su “Diario argentino.” Er-nesto Sábato lo describió como “un individuo flaco, muy nervioso, que chupaba ávidamente su cigarrillo, que desdeñosamente emitía juicios arro-gantes e inesperados…”

Jorge Carroll lo recuerda como un tipo libre, caprichoso, provocativo, independiente de todo, menos de su asma” Y es que la emperrada asma que éste padecía, llevaría finalmente a la tumba al escritor polaco, cuando abandonó su ciudad adoptiva, Buenos Aires, hacia 1963 y se fue a vivir de nuevo a Europa. Buscando un clima más generoso y benigno, Gombrowicz se instalaría en Vence, Francia, donde le sorprendería la muerte en 1969.

El polaco vivió por más de 20 años en Buenos Aires, debido a un aconte-cimiento azaroso y fortuito: de viaje por este país americano, en Europa se desencadenaron los horrores de la Segunda Guerra Mundial, postergan-do el escritor polaco una y otra vez su partida. Un exilio azaroso fructificó en el calado de una obra literaria tan

exótica e inclasificable como poco leí-da es a la fecha. La obra del narrador polaco, es a juicio de Vila-Matas, “os-cura, sonámbula y extravagante.” Si su obra es lo anterior, su vida de outsider no desmerece de manera alguna.

Justo cuando partía rumbo a Euro-pa a su cita inevitable con el destino y con su muerte, sólo años después de embarcarse en el puerto bonaerense, les grita a sus amigos desde la buhar-dilla del barco: “¡Maten a Borges!” Consejo que no fue escuchado a tiem-po: Borges fue canonizado en vida y Gombrowicz es ahora leído con entu-siasmo e inteligencia por un puñado de lectore, en los cuales desata pasio-nes y condenas por igual, por su estilo inclasificable.

Gombrowicz es autor de una cele-brada novela: Ferdydurke (1937) de la cual sólo he leído fragmentos exten-sos en la red de redes llamada Inter-net, por no encontrarla disponible en el mercado editorial. Son igual de ce-lebrados textos suyos como “Recuer-dos de Polonia”, “Diario argentino” y

“Peregrinaciones argentinas.”Cito un fragmento extenso de

“Ferdydurke”: “¿No ocurre acaso que cualquier llamada telefónica o cual-quier mosca pueden distraer al lector de la lectura justamente en ese supre-mo momento en que todas las partes y tramas se juntan en la unidad de la solución final? ¿Y si en ese momento entrase, digamos, su hermano y dije-se algo? La noble labor del escritor se echa a perder a causa de una mosca, un hermano o un teléfono. ¡Oh, malas mosquitas!...”

La plaga de moscas y moscardones azota a los literatos. La disquisición plañidera de Gombrowicz me hizo recordar el mismo tema tratado por Francis Scott Fiztgerald en su mítico “Crack-up.” Justo cuando el sueño lle-ga en la noche más alta, se presenta el vuelo del mosquito, su zumbido letal y su milimétrica planear sobre terri-torio ajeno. Adviene entonces la des-esperación, la sordidez y la costum-bre de lo semitrágico, lo cual siempre está emparentado con lo ridículo.

Afirma con lucidez Vila-Matas, que los temas preferidos –los únicos, apuntaría este cronista– de Gom-browickz eran la “forma y la inmadu-rez.” En un aforismo despiadado, el polaco-argentino escribió: “En todo lo que escribo, uno de mis objetivos es estropear el juego, porque en el fondo todos somos unos eternos mo-cosos.” El polaco vivía disipadamente en Buenos Aires, frecuentaba el café del cine Gran Rex, en la emblemática calle Corrientes. Jugador de ajedrez y fumador compulsivo, sus amoríos homosexuales hicieron historia al igual que sus inclasificables y difíci-les novelas.

DAmAs y CAbALLEROs

El OutsiderJugador de ajedrez y fumador compulsivo, sus amoríos homosexuales hicieron historia al igual que sus inclasificables y difíciles novelas

Un individuo flaco, muy nervioso, que chupaba

ávidamente su cigarrillo, que desdeñosamente emitía

juicios arrogantes e inesperados”.

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La mecánica siempre es la mis-ma, los hombres se vuelven tan predecibles y nosotras cada vez más costosas. En esta ocasión, mis queridos amigos, ya se han de imaginar a quién querían tener en su repertorio,

sí, adivinan, a su Violetta.El ocio de mis amiguitos requería de mí

y dos colegas más, vino, música, platicas, risas, pero hubo un bono extra para mí, no era precisamente dinero (bueno, la verdad sí). Tendría que complacer a un hombre que tenía cosas inesperadas para mí, como compartir la afición por el voyeurismo so-cial y tener a nuestro profeta personal, se-rio, analítico y cierto aire presuntuoso.

Me tocaba hacer la aparición bajo las sá-banas, todo apuntaba a que sería como to-dos los demás, fingir, no besar, y decir ¡oh eres el mejor! El famoso pene del millón.

Claudiqué al primer mandamiento pu-teril de las hetairas, besar en la boca, no quería ni imaginarme cuál sería mi castigo,

pero pasó algo impredecible, esos labios me devolvían la sensación de lo cálido en la boca, la humedad perfecta que sólo pue-de tener alguien que de verdad siente y se deja llevar, qué decir de Miss Pelvis, ella era la más fascinada porque él cumplía con todos los requisitos de un buen amante.

Pensé ¡sólo es una coincidencia! En este oficio es un lujo enamorarse, un lujo bas-tante caro que no podía darme, tal vez fue el efecto del vino pensé, creo que trataba de refugiarme en algo para no sentir esas pataditas de lo que la gente llama destino.

Para mi es una maldita falacia eso del amor a primera vista, me podría enloque-cer a la vista y más su cartera llena, asumo lo que me toca, pero después de algunos días y varios billetes de por medio quise tomar una buena decisión, no podía ba-sarme en la fantasía, él se había convertido en mi Genio de la lámpara personalizado, así había querido llamarlo después de ver que no podía ser de otra forma, cumplía con los deseos de esta mujer que de vez en

cuando sólo se olvidaba un poco de ser quien miente y juega.

La única verdad es que yo sólo soy la de las horas y media, la que un día está y al otro sólo piensa en salir corriendo a casa e imaginar que puede guardar a Violetta en el clóset, yo sólo podía acusarme de ser hetaira por todas partes.

Él venía de lo doloroso de las eternas despedidas, también tenía el amor ampu-tado -hay ciertas cosas que los hombres y su ego no reconocen y eso es que alguien les rompió el corazón y que hubo quien se atreviera a jugar y hacer-los perder- quién era yo para juzgar que un hombre no acepte que lo hirieron en batalla, en este zoológico de Dios donde el amor frente a las carteras se materializa

La única forma de mantenerse sanos es llegar a la locura y esta locura de imaginar-me sin este uniforme me hacía revivir, con el miedo de jugar y perder, con la incerti-dumbre de abandonar mi personaje y ser sólo un cuerpo.

Vinagre en las heridas

| ménage à trois Únete al trío y opina en:http://untriodetres.blogspot.com/

|||| Por Violetta Hetaira

|| Yo, la peor de todas

Él dice:¿A alguien le sorprende el regreso de la influenza? Porque a mi no.Es más, me parece que no se trata de ningún regreso, sino del reconocimiento de que siempre estuvo aquí.Nomás que ahora sí, nuestro super poderoroso secretario de salud, el “Doctor No” (no hay cólera, no hay influenza, no hay nada) decidió mandar a sus achichincles a que reconozcan la verdad.Pero sólo hasta que le dio la gana, como debe ocurrir cuando se tienen funcionarios conscientes de su poder y de su capacidad para definir la realidad. Hasta los virus tienen que someterse si el secretario Verduzco afirma que aquí no pasa nada.Pero eso sí: nunca verás al Doctor No realizar declaraciones sobre el asunto: para eso tiene un ejército de zombies progra-mados para explicar porque ahora sí, y antes no, la influenza AH1N1 le cayó encima a los coahuilenses.Por su capacidad y talento, el insigne galeno Verduzco debe-ría ser nombrado Secretario de Salud vitalicio de la entidad.

Ella dice: Ahora sí llegó la influenza a Coahuila, después de ser un auténtico oasis en Norteamérica durante las fechas álgi-das en que esta enfermedad se presentó para terror del gobierno federal.Y si entonces se dio algún caso fue porque el con-tagio adquirió el virus en otro estado, ¡Faltaba más! Pero nadie habla de mentira, de engaño, ni siquiera hay escepticismo pues, y es que todos los afortunados habitantes de este orgulloso estado sabemos que el profe

nos cuida.Lejos ya del circo mediático, de los tapabocas y la paranoia, ahora sí hay influenza en la entidad, pero no porque el doctor Verduzco haya escatimado esfuerzos, sino porque era “natu-ral” que regresara, y ni siquiera es tan grave, con el aumento de impuestos, una inflación galopante y la austeridad en fase roja, la influenza es en verdad un mal menor.

Gay dice: El viejito ese, el tal Verduzco, me cayó mal desde que negó que en Coahuila, como si fuera un lugar santo, limpio de toda mancha, no había llegado la influenza. Yo nunca me la creí y menos cuando una “liosa” amiga mía que trabaja para el Se-cretario de Salud, me dijo que desde arriba le habían dado la orden a su jefe de que dijera que todo estaba bien. Y mientras tanto el virus a sus anchas por toda la ciudad, metiéndose hasta la cocina. Entonces, ¿para que tenemos un Secretario?

Mejor deberían de poner un títere sin cabeza, una mario-neta, un muñeco de trapo y nos saldría mucho más bara-to. Eso sí, me contaron que se compraron un equipazo bruuuuuuuuuuuto, de esos que ni en la ciudá capital tie-nen, pero para qué gastaban tanto si nuestra marionetita de cabeza blanca siempre sale en televisión con el mis-mo discurso: “por órdenes del señor gobernador quiero

informarles, bla, bla, bla”, puras mentiras. Yo cada que lo veo me acuerdo de la canción con la que me arru-llaba mi santa madre: “Verduzco es un muñeco, con cara de cartón, se lava la carita con agua y con jabón;

Como siempre obecede lo que manda papá, estudia las lecciones antes de irse a acostar”.

Dicen que tres cabezas

piensan mejor

que una... ¿será?

La influenza ataca de nuevo

Escríbele a: [email protected]

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LA VENTANA INDIsCRETA

Por Jesús de León

¿El que no bebe vino será un ani-mal o nomás se estará haciendo buey? ¿Por qué los seres humanos no nos resignamos simplemente a beber agua? ¿Por qué el verbo beber tiene esa necesaria conno-tación en parte acusadora y en

parte también culpable?—¿Tiene usted problemas con su manera

de beber?—No. Lo que pasa es que estoy haciendo

gárgaras.No bebemos sólo para calmar la sed. Nece-

sitamos el néctar de los dioses, el espíritu de la uva, la esencia del agave, la destilación de la malta o, en último y desesperado caso, sotol; dicho sea, en otras palabras: una bebida alco-hólica.

¿Recuerda usted la primera vez que bebió? Hablar de esa primera vez es como hablar de la otra primera vez. Es raro el que afirme que fue placentera (y no hablemos de la otra). No, señores, si fuéramos sinceros, muchos tendría-mos que confesar que lo hicimos por curiosi-dad o acicateados por quienes ya lo habían he-cho. Tales encaminadores de almas esperaban afuera para ver cómo nos fue. No nos quedó otra que esbozar una sonrisa y decir que de maravilla, aunque nos hayamos metido con una puta con cara de Pedro Vargas o hayamos bebido un brandy tan corriente que el dueño

del congal lo utilizaba para llenar la bomba del insecticida.

No es por azar que unamos alcohol y sexo, de hecho no somos los que inventamos el con-cepto. Por lo regular, quien provee de alcohol procura también proveer de sexo o, por lo me-nos, nos deja con la suficiente disposición de ánimo para conseguirlo por nuestra cuenta.

Pero volvamos a la primera vez del alcohol. Al principio uno no bebe, finge beber y finge es-tar tan ebrio como los que lo rodean. No tarda en darse cuenta de que eso es un error, porque eso lo aísla finalmente de los demás bebedores. Además, hay un reto implícito: ser el que más beba, el que mejor aguanta, el que logre derro-tar a los que acabarán bocabajo en la mesa o in-conscientes en el suelo.

Después vienen otros aprendizajes. El más importante: cómo atravesar el infernal páramo de la cruda y vivir para contarlo. Nunca es fácil; nunca una cruda se parece a otra: aunque todas duelan. He ahí su gran diferencia con el postcoi-to: después de coger, uno se pone melancólico, da el alazo y ofrece la espalda o simplemente se levanta, se viste y se va; en la cruda, por el con-trario, uno siente que la humanidad se ha esfu-mado como por encanto y sólo queda un rom-pecabezas de miedos, voces, luces brillantes, todo flotando en medio de un esplendor atroz, hecho de náusea y jaqueca. Bien lo decía don Alí Chumacero: “El crudo es un animal sagra-do”. Y la razón por la que nadie se arrodilla ante él es porque anda a gatas o está echado como una vaca en una exposición ganadera: es decir,

babeando y rodeado de moscas.Apelemos a la sabiduría popular: ¿cómo

evitar la cruda? Hay dos respuestas: no volver a beber (y aquí escucho al respetable diciendo uhhh) o, en su defecto, permanecer borracho. Y como sé que en este momento, o en algún momento próximo, estaré rodeado de bebe-dores irredentos y consuetudinarios, lo mejor es tomar las cosas por el lado amable, darle el micrófono a una reportera de minifalda, que sea jovencita y tenga buena pierna, para que pregunte:

—¿Cuál es su bebida favorita?Si usted es un bárbaro del norte, la respues-

ta es sencilla: cerveza. Pero hay sus excepcio-nes. Si se ha criado en la sierra, acaso prefiera el sotol, en esas botellas que, como se dice, hacen esfera. En Jalisco, el tequila, que en al-gunos pueblos de ese estado aún se produce en alambiques caseros, a la manera tradicio-nal; así como se produce todavía el vino de Parras: en ambos casos, debemos llevar bote-llas (o garrafones, si somos de garganta). En la costa, el ron, bebida de tierra caliente. En Michoacán, la charanda. Para todo mal, mez-cal; eso ya lo sabemos: el problema es de cuál. Aguardiente hay en varias partes. Durante un tiempo circuló el Blanco Madero, pero ahora no sé. ¿Y qué decir del cognac? Pero estamos abandonando el territorio nacional y, aunque nunca faltan los refinados y los pedantes, yo soy de los que apoya la idea de consumir lo que el país produce.

Salud.

No sólo del agua bebe el hombre

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DesafianDo una DiscapaciDaD

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Pero también se topó con mues-tras de afecto y solidaridad. Des-pués de echarse a maestros y di-rectores a la bolsa, cada viernes sus compañeros de salón se quedaban un tiempo después de clases para aprender el lenguaje de señas para

sordomudos.Así fue toda la primaria. Apren-

dió más por el coraje que por las facilidades. En la secundaria Fe-deral 9 sí tuvo intérpretes de len-guaje. Para las matemáticas sacaba primeros lugares. Y ahora en la

preparatoria Makarenko volvió a olvidarse de ellos.

El estar en escuelas regulares lo obligó a aprender a leer los la-bios. Y por eso Bruno batalla para las materias teóricas como filosofía o español y es su mamá, Susana, quien a veces le ayuda porque en la prepa hay de todo: profes que sí tratan de explicarle a Bruno casi personalmente y otros que dan su clase y se van.

Su paso por escuelas regulares lo orilló a no darse cuenta de su discapacidad, según me relata des-de la sala de su casa y con la tra-ducción de su mamá Susana:

“Desde chico no me daba cuen-ta que estaba sordo, siempre estu-ve en escuela de oyentes pero no me importó porque siempre hice amigos. Me gusta ser sordo, no me importa. Tengo amigos sordos y oyentes”.

Bruno es hijo único, alto y de ca-bellos negros. Inquieto y sociable. Tiene 18 años y es amante del dibu-jo, el diseño y las animaciones. Le gusta nadar, el futbol, el box, las pe-lículas de Chaplin y el video juego Zelda. Admira a los creadores del

Cartoon Network y un día quiere ser famoso.

Pero su hoja de vida no termi-na ahí: practica capoeira, está en la compañía de actores sordos, da clases de matemáticas a niños sor-dos de una secundaria, es líder de la pastoral de sordos y ha trabaja-do como mimo. Y ama ser sordo, pues dice que no cambia su sorde-ra total del oído izquierdo y de 80 por ciento del derecho por nada.

- ¿Qué piensas de tu discapaci-dad?, pregunto a Bruno.

- A mí me gusta ser sordo. Le doy gracias a Dios que estoy sordo porque hay muchas personas con una discapacidad mayor a la mía, amo a Dios por las fuerzas que me da.

Hace cinco años a Bruno se le hi-cieron los estudios necesarios para hacerle un implante coclear y po-der escuchar, pero no quiso hacer-se la operación. “Tengo amigos que se la hicieron y no quedaron bien”, comenta a través de su mamá y ella le dice que es porque no siguieron con las terapias posteriores o no se ponían el aparato. Pero Bruno re-mata: “A mí me gusta ser sordo”.

ellos forman parte del 2 por ciento de la población coahuilense con capacidades diferentes y sus historias demuestran que pese a todo se puede triunfar en la vida. Bruno es sordo, nono tiene parálisis cerebral y Paty es invidente, los tres le han dado la vuelta al destino. aquí sus lecciones de vida...

P o r f r a n c i s c o r o d r í g u e z

torreón, Coah.- Hace aproximadamente 10 años, un grupo de funcionarios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de Coahuila, con sede en Saltillo, visita-ron la escuela Año de Zaragoza, turno vespertino en Torreón, porque hasta allá llegaron los rumores y las quejas del

caso de un estudiante poco común.Para ese entonces, los mismos maestros del plantel no sabían cómo reaccionar. Nadie les había dicho cómo enseñarle a ese niño. Y la gente de la SEP no sabía qué hacer, jamás pensaron que algo así ocurriría en una es-cuela común y corriente. Hasta que cedieron. Y dejaron ahí a Bruno, un joven sordo que desafió a las autorida-des y estudió en escuelas regulares, pese a los múltiples obstáculos a los que se enfrentó.

DesafianDo una DiscapaciDaD

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- ¿Pero nunca has tenido ganas de escuchar un sonido?, pregunta este reportero.

- Quiero enseñarles el lenguaje de señas a las demás personas para que haya una mejor comunicación entre oyentes y sordos, que haya ese amor, esa unión, porque mu-chos oyentes se niegan a aprender, no les interesa tener contacto con nosotros.

Incluso expresa que le ha tocado vivir experiencias de personas que no quieren que sus hijos se junten con él porque creen que es diferen-te. Bruno dice que eso no le quita el sueño, porque él convive con los que quieren estar con él.

“Hay quienes están conmigo y tratan de aprender a comunicarse conmigo y hay otras que no, y no importa, simplemente me retiro del lugar. Dios me da la fuerza para se-guir”.

Y esas fuerzas le hicieron enviar una carta al gobernador de Coahui-la, Humberto Moreira, para que colocaran intérpretes del lenguaje sordomudo en las universidades, porque si no encuentra un intérpre-te, corre el riesgo de ver truncos sus estudios y quizá de ser famoso.

Le contestaron que no había re-cursos, pero dice que seguirá inten-tando. Cuenta que en Monterrey sí hay universidades con intérpretes y por eso él quiere que aquí también

haya. “Tenemos ganas de estudiar y no es justo que se nos corte el ca-mino. Sentimos igual que cualquier persona y tenemos los mismos de-rechos”, se queja Bruno.

Bruno quiere estudiar diseño gráfico porque le gustaría dedicarse al diseño de páginas o fotomontajes. Ahora que está por salir de la prepa ha buscado cuánto le cobra un in-térprete. Sabe que será difícil.

“Hay personas que creen que porque soy sordo no puedo traba-jar, pero solo les pido que me den una oportunidad, creen que haré las cosas lentas pero no es cierto”, co-menta.

Bruno quiere aprender más del lenguaje de señas mexicanas para ayudar a los niños. Asegura que tiene un corazón muy grande que quiere dar a todos. Está agradecido con Dios y tiene fe en que consegui-rá un trabajo que le dé dinero para comprar un coche y consentir a su esposa que aún no conoce. Otra de sus metas es vivir 100 años.

“NoNo”, El miCRoEmpREsaRioEn el mundo de la discapacidad en Torreón, José Reynaldo Alcorta Be-navides, conocido como “Nono”, es casi una institución. Desde que na-ció padece una de las parálisis ce-rebrales más severas que existen, lo que ocasiona que sus capacidades

motoras estén deterioradas. Hoy, a sus 41 años, se ha convertido en un padre responsable, creador de su pequeña empresa de diseño y moti-vador de mucha gente.

Ahí está Nono, frente a su eter-na compañera después de su esposa Verónica, una computadora. Con ella Nono diseña invitaciones, tar-jetas de presentación, calendarios, logotipos y cualquier otra cosa que se le ocurra. Además, también con ella alimenta y da educación a sus niñas Natalia y Rebeca, de siete y cuatro años.

Está sobre una silla de ruedas con motor, la misma que le dieron hace 18 años, cuando a sus 23, experimen-tó y sintió por primera vez lo que era moverse libremente, sin ayuda de nadie.

Porque la parálisis cerebral afec-ta el sistema motor, no el intelec-tual, aclara Nono, quien intenta con esfuerzo y contorsiones dibujar las palabras, pero apenas su esposa Verónica es quien traduce a este re-portero.

Pero él oye bien, usa gafas pero ve bien. Su intelecto está intacto. Es como si estuviera atrapado en un cuerpo que no responde. Física-mente está muy dañado, pues sufre una combinación de parálisis: atetó-sico y espástico.

Su mano apenas y puede contro-larla para saludar, aunque la posi-

Quiero enseñarles el lenguaje de señas a las demás personas para que haya una

mejor comunicación entre oyentes y sordos, que exista ese amor, esa unión, porque muchos oyentes se

niegan a aprender”.

bruno, además de ser deportista, maestro y mimo, es pintor.

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Hay momentos de desesperación, entender

que tengo una secuela me hace estar triste en

algún momento, pero estoy tranquilo porque así es la realidad y así soy.

La vida es hermosa”.

Nono, padre de familia, microempresario y terapeuta.

ciona perfectamente al mouse de la computadora cuando tiene que tra-bajar.

Y si de trabajo se trata, Nono pone el ejemplo. “La gente piensa que con una rampa todo está solucionado, pero lo importante son las oportuni-dades de trabajo”, me dice mientras sus intentos por mejorar su habla se pierden entre la música cristiana que suena dentro de su casa.

La idea de Nono es sencilla: ni él ni ningún otro discapacitado es un ángel por haber nacido así. Ni es superdotado ni le tienen que rega-lar todo. Que necesita más que otro, pues sí, pero para Nono él tiene las mismas responsabilidades que una persona normal.

Y eso lo comprendió, revela, a sus 16 años. En ese momento empezó a ser feliz y respetar su discapacidad. A un lado dejó ilusiones como poder caminar. Y desde los seis años prefi-rió refugiarse en actividades como el jugar dominó.

Nono estudió primaria y secunda-ria en un Centro de Atención Múlti-ple (CAM) hasta los 20 años. A los 25 años desafió a la sociedad y decidió estudiar una carrera técnica. Tuvo que pedir que bajaran las clases a un primer piso, porque donde estudiaba no tenía infraestructura para disca-pacitados.

Nono me cuenta que se sintió in-tegrado al grupo, libre, importante. A partir de entonces empezó a trabajar haciendo diseños y calendarios en la computadora. Su primer trabajo, re-cuerda, fue la elaboración de un cu-rrículum para una doctora y le cobró 25 pesos.

Nono lleva 10 años de casado con su esposa Verónica. Ella relata que se conocieron en el Centro de Rehabili-tación Integral. Nono trabajaba ayu-dando en cuestiones administrativas y Verónica, enfermera de oficio, lle-vaba a una paciente a rehabilitación.

Una persona le dijo que llevara a su paciente con Nono, “para que se motive”, le comentaron. “Me impac-tó el amor a su persona y a su disca-pacidad. No tiene complejos, y dice ‘así soy’”, relata Verónica sobre el encuentro de quien a la postre es su compañero de vida.

Verónica se enfrentó a las críticas de su familia, de la sociedad; que le dijeran que lo iba a atender de por vida. Platicaron como pareja y coin-cidieron en que tenían que acercarse, sacar fuerzas y salir adelante.

“Vimos con claridad que podía-mos enfrentarlo, era más el miedo, el idealizar a una persona. Pero fue saliendo la fortaleza. Todo empezó como una bonita amistad y la mejor

terapia ha sido la oración”, expone Verónica.

- ¿Cuáles han sido los momentos más difíciles?, pregunto a Nono.

- Hay momentos de desespera-ción; el entender que tengo una se-cuela me hace estar triste en algún momento, pero estoy tranquilo por-que así es la realidad y así soy. La vida es hermosa.

- ¿Hasta dónde quieres llegar?- Quiero ver a mis hijas grandes.

Quiero verme trabajando en el am-biente de la discapacidad. Falta mucho en el tema de la discapacidad. Quisie-ra escribir un libro sobre mi vida.

- ¿Alguna frase con la que empeza-rías o terminarías tu libro?

- Hay que caminar con el corazón.Una de de las metas de Nono es

compartir su sentir a todas las perso-nas, especialmente a las que padecen parálisis cerebral. Nono es miembro de la asociación “Mentes con alas”, que agrupa a adultos que padecen parálisis cerebral, ninguno tan afec-tado físicamente como él.

Ahí Nono da el taller de compu-tación y una plática de superación

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personal. La línea de su discurso es básica: ninguno de los ahí presentes somos ángeles. “La persona cae tam-bién en vicios, creen que no tienen que hacer nada”, considera Nono.

- ¿Y qué opinas de esa forma de pensar?

- Es un chantaje.Y Nono es claro con las personas,

les enfrenta. En una ocasión a un en-fermo le comentó: “Es que esa queja te la conozco desde hace años. Tú tienes que trabajar”. Los hace reac-cionar.

También los baja de realidades que no existen, como a otro compa-ñero que soñaba con jugar futbol y gente que no padecía la parálisis lo ilusionaban y animaban; hasta que llegó Nono y puso una pared: “Olví-date de jugar futbol, eso nunca se va a poder, no se quita, concéntrate en tu realidad”. “Me duele que me digas que ya no voy a poder caminar”, le contestó la persona; “Vamos a traba-jar en lo que podemos”, le respondió Nono.

Para Nono, lo más importante es sentirse integrado en el área laboral. Le gustaría tener un trabajo más es-table, porque aún cuando hay rachas buenas, en otras ocasiones nada lle-ga. Pero Nono ahí seguirá, frente a su computadora, a la que considera casi como un milagro porque con ella se ayuda a comunicarse.

Al final Nono me entrega una de las tarjetas que elabora. Es la de él. En un costado lleva la leyenda: “Las

oportunidades me hacen caminar en el éxito”.

No soy CiEguita, soy CiEgaPatricia García Gallegos da las mejores señas y orien-taciones para llegar a su casa: “Das vuelta aquí, vas a ver tal cosa pintada de tal color, después verás un mini súper con tal nombre, darás vuelta y seguirás dos cuadras…”. Quizá sea su olfato o su revolucionada memoria; porque Paty es ciega desde hace 46 años, desde que llegó al mundo.

Y desde entonces es un ejemplo de vida: trabaja en el DIF Compresora, es independiente, ella paga la luz y el agua, compra su mandado, vive de las ma-nualidades que elabora, tiene maestría en español, fue galardonada hace dos años con “La Paca de Oro” por la mejor labor social y sueña con crear un proyec-to de micro empresas para gente con discapacidades.

Paty está sentada en el sofá de su casa, en la colonia Pedregal del Valle. Una casa que según dice, no entra a un programa de apoyo estatal porque mide algunos metros más. Y eso la tie-ne vuelta loca porque su hermana me-nor está en Estados Unidos tratando de ahorrar dinero para pagar la casa.

Pagan dos mil 800 pesos al mes y aún le quedan 22 años de deuda. Paty, platica, ha tratado de conseguir una cita con el Gobernador para explicarle su situación y ver la posibilidad de en-trar al programa de apoyo; pero no ha corrido con suerte.

“Le pido 10 minutos para explicarle. No quiero que me la regale, quiero ver si me puede facilitar los pagos o que no fueran tantos intereses y así mi herma-na pueda regresar”, expone.

Pero eso me lo dirá más tarde, por-que antes me presenta a “Telma”, su perra, una cruza de pit bull y sharpei que fue entrenada como perro de com-pañía y guardia y que se ha converti-do en sus ojos y su confidente dentro de la casa, pues literalmente duermen juntos.

Y mientras “Telma” se acomoda junto a Paty y se extiende cual can en medio de la calle, Paty, de ojos azu-les, relata que nació ciega porque a su mamá le dio rubéola a los tres meses de embarazo. Desde entonces los doc-tores le advirtieron que nacería sorda y ciega. Pudieron abortarla, pero se ne-garon. Al final la sordera no llegó. Le diagnosticaron glaucoma congénito.

A los dos meses de nacida, su fami-

lia se mudó a la Ciudad de México con las expectativas de encontrar mejores oportunidades para su hija. A los tres años Patricia ya llevaba ocho operacio-nes. A esa misma edad entró al Institu-to Nacional para Niños Ciegos.

A la tercera operación Patricia pudo ver algo: cinco por ciento. No más. Pero suficiente para nunca olvidarse de aquella imagen que aún hoy en día le arranca sonrisas: el mar. En total Paty tiene 32 operaciones encima. Viajó a Estados Unidos, Colombia, Canadá y España; la razón de tantas operaciones, explica, es que lo que padece afecta el nervio óptico y acumula líquido en el globo ocular. Algunas operaciones eran para analizar posibilidades de ver y otras para sacar el líquido.

Así fue entre los dos y 11 años. Cuen-ta que se tenía que pegar a la televisión o pegarse a los objetos para alcanzar a distinguir un poco. Veía mejor los co-lores rojo y amarillo. A partir de enton-ces ese cinco por ciento fue decrecien-do. A los 20 años sólo distinguía el día y la noche, la luz de la oscuridad. Hoy no ve nada.

- ¿Y cómo fue tu niñez?, pregunta este reportero.

- Nunca me dijeron siéntate aquí porque no ves. En casa siempre me en-señaron que no existe la frase “no se puede”. A pesar de ser ciega aprendí a patinar, a nadar, me subí a un caballo. He manejado hasta motos acuáticas.

Paty, asegura, tenía las mismas obli-gaciones y exigencias que sus otros tres hermanos (ella es la segunda). Su hermano mayor, cuenta, la apoyó mu-cho y siempre estaba ahí para ayudar-le. Murió hace años en un accidente automovilístico.

La huella de su niñez está en sus piernas tatuadas de cicatrices: “Para mí esas cicatrices representan un triunfo, porque para mí un fracaso sería haber-me quedado sentada”, dice orgullosa y sonriente.

Mientras por las mañanas estudiaba en el Instituto Para Niños Ciegos, por las tardes acudía a una escuela parti-cular donde aprendió a leer y escribir con letras mayúsculas y marca texto. Aprendió a pintar en acuarela y su mamá ya le enseñaba a tejer y hacer manualidades.

A los 15 años su familia se regresó a Torreón. Su coraje la llevó a estudiar una licenciatura en la Normal Supe-rior. Además tiene maestría en espa-ñol. “Gracias a mi familia, a las exi-gencias que tuve logré esto. Gracias a Dios”, expresa Patricia.

Patricia se levanta de lunes a viernes a las ocho de la mañana para ir al DIF Compresora. La mayoría de las veces se va en taxi, con Aníbal, su taxista de cabecera, su amigo al igual que su es-posa Vero quien en ocasiones le ayuda a comprar mandado. Otras veces tiene que irse en camión.

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De 10 de la mañana a la una de la tarde da clases a otros invidentes de braille, un método de lectura y escri-tura táctil. “Enseñarles el abc, acen-tos, ortografía”, comenta. También les instruye clases de bastón blanco: técnica, movilidad y orientación. Y de una a tres de la tarde da clases de manualidades a otra gente con diver-sas discapacidades.

Paty sabe tejido a mano, a gancho, de dos agujas (que le enseñó su ami-ga Margarita), bastidor, hace repuja-do, joyería de cristal y hace zapatitos. De hecho me dice que de eso vive, de lo que vende, pues su sueldo del DIF no le alcanza. Pero su amor es el tejido: “La verdad tejo muy bien”, me presume.

Su clase favorita es la de la vida: “Les enseño a valorar lo que tienen. Enseñarles que la vida es un reto, es una corrida de toros. Que no hay que temerle a las palabras. Yo soy ciega, prefiero que me digan ciega a cieguita”.

- ¿A qué le tiene miedo al salir de su casa?, le pregunto.

- A la soledad, he aprendido a vivir con ella y hasta disfrutar su compa-ñía. Es un miedo perderse momentá-neamente. Me da miedo que dañen a mi familia, a Telma.

- ¿Qué ha sido lo más difícil de lle-var su discapacidad?

- Lo más difícil ha sido afrontar la muerte de mis papás. Tenía mucha dependencia emocional.

Su papá murió hace siete años y un año después su mamá lo alcanzó. Paty me confiesa que la única vez que le pudo, que le frustró ser ciega, fue cuando a su papá le dio un infar-to que a la postre le ocasionaría la muerte.

“Yo no pude hacer nada. Si yo hubiera visto yo hubiera hecho más por él, lo hubiera llevado a un hospi-tal, pero es el hubiera”, dice Paty un tanto melancólica.

Ella siempre les pidió a sus pa-dres que no la dejaran sola. Pero la vida siguió. Después su hermana se fue a los Estados Unidos a probar fortuna, su otro hermano vive en otra ciudad y desde entonces Paty vive sola a lado de Telma. Recuerda que había madrugadas en las que se metía a bañar con agua fría, como si con eso las lágrimas fueran a conge-larse, y se decía para sí misma que no estaba sola.

Cuando murió su papá, la diabe-tes apareció. Y se le sumó a la lista de padecimientos que, relata, sur-gieron debido a que tomó cortisona 42 años de su vida: hipertensa, dia-bética, problemas en el oído, en los huesos…

A Paty la ve el otorrinolaringólo-go, el traumatólogo, el oftalmólogo, el internista y acude también a la

clínica del dolor. Pero lo que son las cosas, en cada consultorio en-contró un amigo.

“A veces no voy y me buscan los doctores, se han convertido en mi familia. Se turnan un fin de semana para invitarme a comer los domin-gos. A veces no tengo ni con qué pagarles y ellos dicen que les pago con la experiencia de vida”, men-ciona Paty.

Y si de experiencias se trata, Paty cuenta que le encanta el cine: “Me voy sola, le pido a Aníbal (su taxista) que me entregue al vigilan-te y al vigilante le pido de favor que me compre el boleto y alguna chica que trabaje ahí le pido si me pue-de comprar lo que voy a comer y ella me lleva al asiento y va por mí cuando termina la película”.

- ¿Y le basta con imaginarse?- Uy sí, me imagino todo. Tene-

mos la imaginación muy despierta. Para mi la ceguera no existe, pero si dejo de oler y de oír entonces sí estoy ciega, el no ver no me impide nada..

Paty dice que tiene retenidas en su mente todas las imágenes que alcanzó a ver. De hecho, cuenta que los diseños que hace actualmente para joyería los hace en base a los mapas mentales que aún inundan su cabeza. De lo último que recuer-da haber visto son unos candiles que cuelgan dentro de su casa, con dibujos de girasoles.

- ¿Se arrepiente de algo?, pre-gunto a Paty.

- De no casarme y tener hijos. Sí he amado. Sí estoy enamorada. Pero no puedo decir de quién. Paty se ríe.

Aunque dice que tiene un pre-tendiente pero que no le hará caso: “A estas alturas ya no, no me puedo arriesgar; quizá por el miedo a que me dañen, que me dejen o dañen a mi familia”, comparte.

Sobre la discriminación, asegura que necesitaría una libreta para con-tar todas las experiencias que ha vi-vido. Cuenta que la gente es burlo-na, cruel, y que a veces se les olvida que en cualquier momento pueden tener un accidente.

Aunque también menciona que hay gente que hace que se reconci-lie con la vida. “No queremos sobre protección, queremos igualdad de trato, no quiero lástima ni que me des el plato en la mano”, pide Paty.

A Paty le gustaría trabajar en el asilo que construirá el gobierno del Estado en Parras, así sea como vo-luntaria. De hecho ya solicitó traba-jo pero no le dijeron nada.

- ¿Qué le gustaría lograr?- Ver que todas las personas so-

mos iguales en el trato profesional.Sí, ver.

No queremos sobreprotección, queremos igualdad de trato, no quiero lástima ni que me des el

plato en la mano”.

paty, invidente.

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|||| Por Alfredo García

|| Los menesteres del ocio

sUpERméNDEz El único superhéroe de Saltillo y la región (incluyendo Ramos) Por J. Latapí

La revista Time del 31 de diciembre de 1999, en el momento de hacer la revi-sión de todo un siglo, vamos, de todo un milenio en el mundo de la televisión –toda exageración sea perdonada- cali-ficó a Los Simpson como la mejor serie de dibujos animados del siglo XX. En el género de comedia de situaciones, Los Simpson se han convertido en un clási-co de la cultura popular norteamerica-na, a la altura de La Familia Monster y Los Locos Adams. Sin ser un superhé-roe, Homero Simpson ya puede decir, parafraseando a John Lennon, que él y su familia son tan famosos como Su-permán, Batman o el Hombre Araña.

Su gruñido habitual -¡D’oh!-, que sue-le indicar una contrariedad de tipo físi-co, emocional o moral, ha sido inclui-do ya en el Oxford English Dictionary. George H. W. Bush, a quien tocara el honor o la desgracia de ser presidente de los Estados Unidos cuando empezó a tomar auge esta ahora mítica serie, llegó a decir: «Deseamos que la familia americana sea más como Los Walton y menos como Los Simpson».

Cada episodio de la serie tarda seis meses en producirse, de manera que rara vez puede tocar temas de actuali-dad. Aún así, se ha hecho de un presti-gio como programa de opinión liberal, tendiente a la izquierda, por su crítica social y de costumbres, que suele mos-trarse más duradera e influyente que el simple comentario de los sucesos polí-ticos del día.

Los Simpson ostenta el récord mun-dial de “mayor número de estrellas

invitadas en una serie de televisión”, quienes prestan su voz original al di-bujo animado que se diseña para repre-sentarlos. Ha sido doblada a muchos idiomas, incluyendo el japonés, alemán, portugués y el francés del Quebec.

Los Simpson son conocidos asimis-mo en el vasto orbe de la cultura árabe, pero debido a las costumbres islámicas se han cambiado numerosos aspectos de la serie. Por ejemplo, el eructante Homero bebe agua carbonatada en lugar de cerveza y come salchichas de vacas egipcias en lugar de perros ca-lientes.

Matt Groening ha dicho que Springfield tiene mucho en común con Portland, Oregón, la ciudad don-de creció, en el seno de una familia menonita emigrada de Canadá, que seguramente tenía más semejanza con los Flanders que con los Simp-son. De hecho, en la mitad de los es-tados de la Unión existe una ciudad con el nombre de Springfield, lo que hace de ese nombre el más adecuado parta representar a una típica ciudad de clase media.

Aunque no está en parte alguna –lo que hace de ella una distopía, una suerte de Erehown- el Springfield de los Simpson es una ciudad total: tie-ne barrio chino y barrio judío, mue-lles y aeropuerto, equipo de football, etcétera. Es una especie de Babel bo-balicona, donde el sueño americano se desarrolla de una manera plácida e inofensiva, a veces sórdida, pero siempre divertida.

Respuestas: 1) b:2) d, 3) c; 4) a; 5) d; 6) a; 7) c; 8) b.

|||| Por Miguel Agustín Perales

|| claro que ud. lo sabe

1. La madre es una novela de …■ A) León Tolstói; ■ B) Máximo Gorki;■ C) Nicolás Gógol; ■ D) Iván Turgenev.

3. La filosofía es una lucha contra el embrujamiento denuestra inteligencia por el lenguaje Es este un aforismo de …■ A) Bertrand Russell;■ B) Rudolf Carnap;■ C) Ludwig Wittgenstein;■ D) José Vasconcelos.

5. … es el símbolo del curio.■ A) Cu; ■ B) C;■ C) Ca; ■ D) Cm.

7. … dulce (C) es el sentido etimológico de la palabra(I)membrillo(I).■ A) naranja;■ B) pera;■ C) manzana; ■ D) toronja.

2. En …, aventura de la serie de Astérix, Obélix sufre una decepción amorosa.■ A) La gran zanja; ■ B) Obélix y compañía;■ C) Los laureles de César; ■ D) Astérix legionario.

4. Esmirna es una ciudad de ….■ A) Turquía; ■ B) Egipto;■ C) Finlandia;■ D) Granada.

6. Bésame mucho es una canción de …■ A) Consuelo Velázquez; ■ B) Liliana Felipe;■ C) Lucía Álvarez Vázquez; ■ D) María Grever.

8. Para acompañar a … en la búsqueda Odiseo, padre deaquel, Atenea tomó la figura de Mentor.■ A) Patroclo; ■ B) Telémaco;■ C) Telégono; ■ D) Poliportes.

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