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Bandera Social Semanario Anárquico-Colectivista CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN Va U'imtstre: una peseta en la Región Española: número suelto, 5 céntimos; p»- ' ^uete de 3o eiempUres. uaa peseta; para las demás Regiones, r5o irimestre, y paque- te i'ío pesetas Las suscripciones se pagarán en sellos de 1 5 céntimos ó en papel y letras de fácil cobro.—Los remitidos á precios convencionales. ' Se admiten suscripciones: en Mailrul, en la Redacción y Administración de este , Semanario; en Barcelona, dirigirse al Secretario del C. L. déla Federación,y en Mon-' tevideo, á Zacarias Rabassa, calle dnl Uruguay, núm. 409. SE PUBLICA TODOS LOS JUEVES Consagrada esta publicación i la defensa de lo.'? principio» anárquico colectiv: tollos los obreros tienen derecho ft 1* inserción dc cuantos documentos tengan t( . - ción con este lin, asi como á que se den á lu/ cuantos abusos y vejaciones se cornetan cn el taller siempre que lo garanticen con su firma. Administración y Redacción e de Fuencirral. ni;m. ot, duplicado, donde se di;ÍRÍrá toda ¡a corresponde :. : re del AnMlNlSlKAÜOK. ADVERTENCIAS ADMINISTRATIVAS Bogamos á todos los compañeros se fijen en la correspondencia administrativa de este periódico, á fin de que vean en ella contestada gran parte d e l a s preguntas que nos dirigen y á la vez simplificar la co- rrespondencia. Al mismo tiempo rogamos á los suscrito- res admitan como recibo de suscripción las notas que publiquemos como recibido su importe. Con motivo de no haberse podido publi- car los dos ntimeros correspondientes al mes anterior y á fin de no causar perjuicio á nuestros suscriptores, empezaiá el tri- mestre el 1." de Junio en vez de 15 de Mayo, que le correspondía. Salvadas algunas dificultades, la B;tNDERA Social seguirá regularmente su publicación; pero es indispensable que todos liquiden sus cuentas. - f A fin de evitar el trabajo de que sustrai- gan en Correos las cantidades que se nos "«núian, rogamos á todos certifiquen lii carta si éstas vienen en sellos de franqueo. Los compañeros de Segovia , Palencia, Santander, Lérida y Huesca que deseen re- cibir nuestro Semanario, se servirán hacer el pedido directpn^ente á esta Administra- ción, por haber retirado el envió á los co- rresponsales de los citados puntos, como h a r e m o s c o n o t r o s s i e n e l improrrogable plazo de ocho dias no responden á las cur- tas remitidas. LO DE SIEMPRE Ku casiiui.s, cuutros y reuniones republicanas (1 tema obligado de todas las discusiones es la actitud en que están colocados los e lementos obreros socialistas, y más particularmente los anárquico-colectivistas. Por los partidos republicanos coligados se nos dice que no comprendemos nuestros propios in- tereses :d no ayudarles para implantar en la Re- gión española su sistema de gobierno, pues según olios, es cl puente por donde Ijenios de ptisar para llegar á realizar la Revolución Social. Cumple ii nuestro deber no dejar pasar en si- lencio toles insinuaciones, con doble mayor moti- vo, cuanto la prensa republicana, creyendo hal)er puesto una pica en Flandes, ha publicado integro el discurso pronunciado en Sabadell por D. Luis Carreras, cn el que se pretende afirmar que los anarquistas habíamos cambiado de hnea de con- ducta, y esbibamos dispuestos á prestar nues- tro apoyo á los partidos republicanos. Nada más gratuito quo tal afirmación, que ya ha sido elocuenhimente rebatida en el Gasino De- mocrático de Madrid por algunos com[>añems nuestros, y que hoy de nuevo debemos dejar aclarada en la BANDKRA SOCIVL, como lo hicimos en otras ocasiones an:iIogas, desde 1870 que se fundó en nuestra Región la Asociación Internacio- nal de los Trabajadores. Pues bien, nosotros,—sépalo El Progreso, porta- estandarte de la política zorrillista, sépanlo todos los republicanos,—conceptuamos impotentes para resolver la cuestión social todas las formas de gobierno, porque todas ellas tienen por base el garantir la propiedad individual, el principio de autoridad y el sostenimiento de los privilegios do la clase burguesa, y por lo tanto, nosotros nn podemos ayudar, ni de cerca ni de lejos, uada que tienda á quo ountinúe la explot.ición del hombre por el hombre, y ú quo ese crimen social llamado salario, sea la recompensa que obtenga la clase trabajadora á cambio de su esfuerzo moral, hsico, intelectual y material Tan curioso y extraño nos parece á nosotros lo que nos dicen los partidos republicanos al hablar- nos do ayudarles para alcanzar el triunfo de ia República, como seguramente les parecería á ellos e.vtraño y curioso que los partidos monár- quicos trabajasen por cl triunfo dc los ideales re- publicanos, lasta el punto de implantarlos ea la Región española. Sin duda alguna creen los partidos aludidos lo mas natural del inundo que una Federación Re- gional do los Trabajadores, que tiene aspiracio- nes propias, bandera propia, programa y linea de' conducta projiia, y que esas aspiraciones, esa bandera, eso programa y linea de conducta son distintas de las do los lartidos políticos, que ya. que dicha Federación Regioniü ii>) haya en;irbnlu- do hasta la fecha en España, puesto quo en Iimi- lla ya lo ha ofeeluado, su propia bandera o i > campo de la insurrección armada, vaya á punor se al servicio de sns enemigos. Esto es una inocento vulgaridad en quo estába- mos por domas acustumbradus á ver incurrir á muchos trabajadores, que no habiendo llegado á comprender aún la considerable distancia que cvisteenlre las aspiraciones de lodos los partidos políticos y las que perseguimos los anárquico- colectivistas, se preguntaban á sí propios: ¿y por qué no ha do trabajar la Federación Regional para el triunfo do la República? sin comprender que son opuestas en un todo las soluciones polí- ticas que proclama dicha forma de gobierno á la Federación ecnnómica que nosotros defendemos. Y sabedlo, republicanos, hoy los trabajadores, oon muy raras excepciones, se hallan decididos á trabajar como tal clase obrera por su etnancipa- ción social, no creyendo servir bien al Progroso sacrificándose por hi República de los propietarios y de los explotadores. Si el ideal humano no vá más alia do la supro- sion de las monarquías políticas, en esle caso los Estados Unidos están ya en la mota del Progreso, pues ni existe allí el trono, ni hay temor, como en Francia, de que so pretenda por nadie levan- tarle. ¿Pero por qué no es de temor en los Estados- Unidos el planteamiento de la monarquía? Por- que al consolidarse la República ha dado sus fru- tos naturales, y estos son el ídeaFqutí desde ha- ce tionipo viene persiguiendo la claso media, la mesocracia, la gente de la bimca y los millones, por cuyo ideal combatió contra el poder feudal lundado en los blasones, por cuyo ideal combatió contra el poder de la Iglesia, que so sostenía apo- yada en la fe de los pueblos, por cuyo ideal com- batió á los reyes absolutos, y por cuyo ideal, por idtimo, combate hoy y conspira en otros países donde aún existen las" monarquías políticas: ese ideales el de su prerlominio dc claso. A diferencia de los anárquico-colectivistas, que nos proponemos la abolición de las clases sociales y su refundición en una sola de productores li- bres y autónomos, la clase media ha pugnado siempre y á este fin ha trabajado con incansable afán, for?oso es reconocerlo, por marcar cada VOE más clara la línea divisoria de las clases sociales y por dejar todos los dobpr<3S á cargo del cuarto es- tado y vincular en si propia todos los derechos. Para conseguirlo le ha sido forzoso crear un moral absurdti y convencional, aceptar y planleai una idi;a do justicia contraria á la reciprocidad y por consiguiente acomodaticia, falsear todos los jirincipios, aun los más elementales de la ley na- tural, y en fln, si ha consentido on tolerar la exis- tencia de una religión, no ha sido sino en tant' cuanto esa religión, sea la que quiera, se limi á servir los intereses que ella, la clase media, el va sobro totlos los poderes divinos y humano , los intereses de clase. Por eso so observa, que aun pronunciando con los labios el santo nombre de Dios, no rinde culto sino íil becerro do oro, sa ídolo favorito. Y preciso es reconocer los hechos tal cual son tal cual se presentan á nuestra vista, y estos nos indican que con el establecimiento y consolida ción de las repúblicas queda más ürmemonto afianzado ol poder absoluto, incuestionable tle I.L clase media. Vamos, pues, á terminar por hoy, sin perjui- cio de volver do nuevo sobre esta asunto, afir- mando que incurre en una inocente vulgarida quien se permita dirigir un cargo á los anarqui las por querer destruir el poder de la clase d' minante y oxpluladora; por perserverar en la Un. de conducta que se han trazado, y por no pre- tarso. en lin, á dar su sangro y sus vidas pi fortificar oí mismo poder que síjnten necesida. de destruir. A los republicanos burgueses, á los cuales sólo estorba ya el poder político de la majestad rea' para llegar á consoliilar de una manera definiti- y completa su propia autoridad y dominio en ' sociedad, es á quienes corresponde derribar \'< tronos que son su rival, y sobre sus ruinas levaí tar el de osas repúblicas para su uso y provecí; particular. Por lo que respecta á los anarquistas, quo le transigen, ni pueden transigir con la tii-ania • ninguna do sus formas; que se proponen cotnb. tirla, aunque se oculte bajo la égida protectora del gorro frigio; que se dan la dilicil tarea de acabar con todos los privilegios y secar los ma- nantiales de donde brotan la ignorancia y la mi- seria del pueblo productor, á éstos les corroa pondo llenar o!r;i misión más difícil, pero nv útil é importante. Hacer li Revolución Social para destronar S. M. El Capital y á su augusta esiiosa La Propi dad: esos dos soberanos que harán siempre bles á los demás, y que son más tiespóticos mas soberbios que lodos los reyes conocido- esos dos soberanos que, al fiu y al cabo, son lo poderosos aliados ó auxiliares conque cuentan, no sólo los republicanos, sino los mismos monár quicos, para soguir dominando y explotando á h, trabajadores aun después ile establecida la re- pública. Misceláneas No lo hemos visto, y sin embargo lo presu- mimos. Porque allí resulta el cariño, el amor entrañable que el Sr. .Moret profesa á los trabajadores Nos referimos al parrafito que en boca de 1 irresponsable viuda puso este egregio señor en e. mensaje. En el se habla de la consabida cantinela de me- jorar nuestra condición '¡cómo si ésta pudiera ser mejor de lo que tís!;i,de la armonía entre el capi- tal y el trabajo y otras cosas de las que su autor abusa y con tanta frecuencia. Que su autor se reiría cuando escribía esto, no

Semanario Anárquico-Colectivista · e de Fuencirral. ni;m. ot, duplicado, donde se di;ÍRÍrá toda ¡a corresponde .í :. : re del AnMlNlSlKAÜOK. ADVERTENCIAS ADMINISTRATIVAS Bogamos

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Page 1: Semanario Anárquico-Colectivista · e de Fuencirral. ni;m. ot, duplicado, donde se di;ÍRÍrá toda ¡a corresponde .í :. : re del AnMlNlSlKAÜOK. ADVERTENCIAS ADMINISTRATIVAS Bogamos

Bandera Social Semanario Anárquico-Colectivista

CONDICIONES DE LA SUSCRIPCIÓN

V a U'imtstre: una peseta en la Región Española: número suelto, 5 céntimos; p»- ' ^uete de 3o eiempUres. uaa peseta; para las demás Regiones, r5o irimestre, y paque­te i ' ío pesetas

Las suscripciones se pagarán en sellos de 1 5 céntimos ó en papel y letras de fácil cobro.—Los remitidos á precios convencionales. '

Se admiten suscripciones: en Mailrul, en la Redacción y Administración de este , Semanario; en Barcelona, dirigirse al Secretario del C. L. déla Federación,y en Mon-' tevideo, á Zacarias Rabassa, calle dnl Uruguay, núm. 409.

SE PUBLICA TODOS LOS JUEVES

Consagrada esta publicación i la defensa de lo.'? principio» anárquico colectiv: tollos los obreros tienen derecho ft 1* inserción dc cuantos documentos tengan t( . -ción con este lin, asi como á que se den á lu / cuantos abusos y vejaciones se cornetan cn el taller siempre que lo garanticen con su firma.

Administración y Redacción e de Fuencirral. ni;m. o t , duplicado, donde se di;ÍRÍrá toda ¡a corresponde

.í :. : re del AnMlNlSlKAÜOK.

ADVERTENCIAS A D M I N I S T R A T I V A S

B o g a m o s á t o d o s l o s c o m p a ñ e r o s s e f i j en e n l a c o r r e s p o n d e n c i a a d m i n i s t r a t i v a d e e s t e p e r i ó d i c o , á f in d e q u e v e a n e n e l l a c o n t e s t a d a g r a n p a r t e d e l a s p r e g u n t a s q u e n o s d i r i g e n y á l a v e z s i m p l i f i c a r l a c o ­r r e s p o n d e n c i a .

Al m i s m o t i e m p o r o g a m o s á l o s s u s c r i t o -r e s a d m i t a n c o m o r e c i b o d e s u s c r i p c i ó n l a s n o t a s q u e p u b l i q u e m o s c o m o r e c i b i d o s u i m p o r t e .

C o n m o t i v o d e n o h a b e r s e p o d i d o p u b l i ­c a r l o s d o s n t i m e r o s c o r r e s p o n d i e n t e s a l m e s a n t e r i o r y á f in d e n o c a u s a r p e r j u i c i o á n u e s t r o s s u s c r i p t o r e s , e m p e z a i á e l t r i ­m e s t r e e l 1." d e J u n i o e n v e z d e 1 5 d e M a y o , q u e l e c o r r e s p o n d í a .

S a l v a d a s a l g u n a s d i f i c u l t a d e s , l a B;tNDERA S o c i a l s e g u i r á r e g u l a r m e n t e s u p u b l i c a c i ó n ; p e r o e s i n d i s p e n s a b l e q u e t o d o s l i q u i d e n s u s c u e n t a s .

- f

A f in d e e v i t a r e l t r a b a j o d e q u e s u s t r a i ­g a n e n C o r r e o s l a s c a n t i d a d e s q u e s e n o s " « n ú i a n , r o g a m o s á t o d o s c e r t i f i q u e n lii c a r t a s i é s t a s v i e n e n e n s e l l o s d e f r a n q u e o .

L o s c o m p a ñ e r o s d e S e g o v i a , P a l e n c i a , S a n t a n d e r , L é r i d a y H u e s c a q u e d e s e e n r e ­c i b i r n u e s t r o S e m a n a r i o , s e s e r v i r á n h a c e r e l p e d i d o d i r e c t p n ^ e n t e á e s t a A d m i n i s t r a ­c i ó n , p o r h a b e r r e t i r a d o e l e n v i ó á l o s c o ­r r e s p o n s a l e s d e l o s c i t a d o s p u n t o s , c o m o h a r e m o s c o n o t r o s s i e n e l i m p r o r r o g a b l e p l a z o d e o c h o d i a s n o r e s p o n d e n á l a s c u r ­t a s r e m i t i d a s .

LO DE SIEMPRE Ku casiiui.s, cuutros y reuniones republicanas

( 1 tema obligado de todas las discusiones es la actitud en que están colocados los e lementos obreros socialistas, y más particularmente los anárquico-colectivistas.

Por los partidos republicanos coligados se nos dice que no comprendemos nuestros propios i n ­tereses :d no ayudarles para implantar en la Re­gión española su sistema de gobierno, pues según olios, es cl puente por donde Ijenios de ptisar para llegar á realizar la Revolución Social.

Cumple ii nuestro deber no dejar pasar en si­lencio toles insinuaciones, con doble mayor moti­vo, cuanto la prensa republicana, creyendo hal)er puesto una pica en Flandes, ha publicado integro el discurso pronunciado en Sabadell por D. Luis Carreras, cn el que se pretende afirmar que los anarquistas habíamos cambiado de hnea de c o n ­ducta, y esbibamos dispuestos á prestar nues­tro apoyo á los partidos republicanos.

Nada más gratuito quo tal afirmación, que ya ha sido elocuenhimente rebatida en el Gasino De­mocrático de Madrid por algunos com[>añems nuestros, y que hoy de nuevo debemos dejar aclarada en la B A N D K R A S O C I V L , como lo hicimos en otras ocasiones an:iIogas, desde 1870 que se fundó en nuestra Región la Asociación Internacio­nal de los Trabajadores.

Pues bien, nosotros,—sépalo El Progreso, porta­estandarte de la política zorrillista, sépanlo todos los republicanos,—conceptuamos impotentes para resolver la cuestión social todas las formas de gobierno, porque todas ellas tienen por base el garantir la propiedad individual, el principio de

autoridad y el sostenimiento de los privilegios do la clase burguesa, y por lo tanto, nosotros nn podemos ayudar, ni de cerca ni de lejos, uada que tienda á quo ountinúe la explot.ición del hombre por el hombre, y ú quo ese crimen social llamado salario, sea la recompensa que obtenga la clase trabajadora á cambio de su esfuerzo moral, hsico, intelectual y material

Tan curioso y extraño nos parece á nosotros lo que nos dicen los partidos republicanos al hablar­nos do ayudarles para alcanzar el triunfo de ia República, como seguramente les parecería á ellos e.vtraño y curioso que los partidos monár­quicos trabajasen por cl triunfo dc los ideales re­publicanos, lasta el punto de implantarlos ea la Región española.

Sin duda alguna creen los partidos aludidos lo mas natural del inundo que una Federación Re­gional do los Trabajadores, que tiene aspiracio­nes propias, bandera propia, programa y linea de' conducta projiia, y que esas aspiraciones, esa bandera, eso programa y linea de conducta son distintas de las do los lartidos políticos, que ya. que dicha Federación Regioniü ii>) haya en;irbnlu-do hasta la fecha en España, puesto quo en Iimi­lla ya lo ha ofeeluado, su propia bandera o i > campo de la insurrección armada, vaya á punor se al servicio de sns enemigos .

Esto es una inocento vulgaridad en quo estába­mos por domas acustumbradus á ver incurrir á muchos trabajadores, que no habiendo llegado á comprender aún la considerable distancia que cv i s teenlre las aspiraciones de lodos los partidos políticos y las que perseguimos los anárquico-colectivistas, se preguntaban á sí propios: ¿y por qué no ha do trabajar la Federación Regional para el triunfo do la República? sin comprender que son opuestas en un todo las soluciones pol í ­ticas que proclama dicha forma de gobierno á la Federación ecnnómica que nosotros defendemos.

Y sabedlo, republicanos, hoy los trabajadores, oon muy raras excepciones, se hallan decididos á trabajar como tal clase obrera por su etnancipa-ción social, no creyendo servir bien al Progroso sacrificándose por hi República de los propietarios y de los explotadores.

Si el ideal humano no vá más alia do la supro-sion de las monarquías políticas, en esle caso los Estados Unidos están ya en la mota del Progreso, pues ni existe allí el trono, ni hay temor, como en Francia, de que so pretenda por nadie levan­tarle.

¿Pero por qué no es de temor en los Estados-Unidos el planteamiento de la monarquía? Por­que al consolidarse la República ha dado sus fru­tos naturales, y estos son el ídeaFqutí desde ha­ce tionipo viene persiguiendo la claso media, la mesocracia, la gente de la bimca y los millones, por cuyo ideal combatió contra el poder feudal lundado en los blasones, por cuyo ideal combatió contra el poder de la Iglesia, que so sostenía apo­yada en la fe de los pueblos, por cuyo ideal com­batió á los reyes absolutos, y por cuyo ideal, por idtimo, combate hoy y conspira en otros países donde aún existen las" monarquías políticas: ese idea le s el de su prerlominio dc claso.

A diferencia de los anárquico-colectivistas, que nos proponemos la abolición de las clases sociales y su refundición en una sola de productores l i­bres y autónomos, la clase media ha pugnado siempre y á este fin ha trabajado con incansable afán, for?oso es reconocerlo, por marcar cada V O E más clara la línea divisoria de las clases sociales y por dejar todos los dobpr<3S á cargo del cuarto e s ­tado y vincular en si propia todos los derechos.

Para conseguirlo le ha sido forzoso crear un moral absurdti y convencional, aceptar y planleai una idi;a do justicia contraria á la reciprocidad y por consiguiente acomodaticia, falsear todos los jirincipios, aun los más elementales de la ley na­tural, y en fln, si ha consentido on tolerar la exis ­tencia de una religión, no ha sido sino en tant' • cuanto esa religión, sea la que quiera, se limi á servir los intereses que ella, la clase media, el va sobro totlos los poderes divinos y humano , los intereses de clase. Por eso so observa, que aun pronunciando con los labios el santo nombre de Dios, no rinde culto sino íil becerro do oro, s a ídolo favorito.

Y preciso es reconocer los hechos tal cual son tal cual se presentan á nuestra vista, y estos nos indican que con el establecimiento y consolida ción de las repúblicas queda más ürmemonto afianzado ol poder absoluto, incuestionable tle I .L clase media.

Vamos, pues, á terminar por hoy, sin perjui­cio de volver do nuevo sobre esta asunto, afir­mando que incurre en una inocente vulgarida quien se permita dirigir un cargo á los anarqui las por querer destruir el poder de la clase d' minante y oxpluladora; por perserverar en la Un. de conducta que se han trazado, y por no pre-tarso. en lin, á dar su sangro y sus vidas pi fortificar oí mismo poder que s í jnten necesida. de destruir.

A los republicanos burgueses, á los cuales sólo estorba ya el poder político de la majestad rea' para llegar á consoliilar de una manera definiti-y completa su propia autoridad y dominio en ' sociedad, es á quienes corresponde derribar \'< tronos que son su rival, y sobre sus ruinas levaí tar el de osas repúblicas para su uso y provecí; particular.

Por lo que respecta á los anarquistas, quo le transigen, ni pueden transigir con la tii-ania • ninguna do sus formas; que se proponen cotnb. tirla, aunque se oculte bajo la égida protectora del gorro frigio; que se dan la dilicil tarea de acabar con todos los privilegios y secar los ma­nantiales de donde brotan la ignorancia y la m i ­seria del pueblo productor, á éstos les corroa pondo llenar o!r;i misión más difícil, pero nv útil é importante.

Hacer l i Revolución Social para destronar S. M. El Capital y á su augusta esiiosa La Propi dad: esos dos soberanos que harán siempre bles á los demás, y que son más tiespóticos mas soberbios que lodos los reyes conocido-esos dos soberanos que, al fiu y al cabo, son lo poderosos aliados ó auxiliares c o n q u e cuentan, no sólo los republicanos, sino los mismos monár quicos, para soguir dominando y explotando á h, trabajadores aun después ile establecida la re­pública.

M i s c e l á n e a s No lo hemos visto, y sin embargo lo presu­

mimos . Porque allí resulta el cariño, el amor entrañable

que el Sr. .Moret profesa á los trabajadores Nos referimos al parrafito que en boca de 1

irresponsable viuda puso este egregio señor en e. mensaje.

En el se habla de la consabida cantinela de me­jorar nuestra condición '¡cómo si ésta pudiera ser mejor de lo que tís!;i,de la armonía entre el capi­tal y el trabajo y otras cosas de las que su autor abusa y con tanta frecuencia.

Que su autor se reiría cuando escribía esto, no

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BANDERA SOCIA .

cabe duda; pero que nosotros nos reímos después de haberlo oído leer, es incuestionable.

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~ egún refiere un periódico burgués, parece que Cl Üarrión de los Condes se ha vendido un niño, que aun no sabe andar, en die: mil reales.

El periódico citado se extraña del hecho, como si no conociera á muchos grandes que saben mu­chas más cosas que andar, y están dispuestos á venderse todos los días y á cualquier hora y precio.

¡Bah! De.spués de todo, os un rasgo más del amor (jue se profesa á la familia en los tiempos burgueses.

Nuestro querido amigo y compañero Indalecio Cuadrado nos ruega hagamos público su agrade­cimiento hacia los compañeros federados de Zara­goza, Barcelona, Gracia, Mirtin de I'roveusals y Valladolid, por los actos de solidaridad que han realizado con su querida madre, su compañera y con él, actos quo se promete recompensar traba­jando con mas ahinco, si cabe, e n la propaganda de las ideas anarquistas.

Publicaciones recibidas con las que desde luego queda eslablecido el cambio:

;\uevo Velay.' de Valladolid; La Africana, de Tánger; La L'nión Marliuense, de Maitin de Pro­vensals, y El Esclavo Moderno, de Villanueva y Geltrú.

Inspirado en un vehemente deseo de compa­ñerismo, nuestro estimado compañero El S icia-lisrno de Cádiz, hace un llamamiento á luilns los anarquistas para que nos ayuden en nuestra pu­blicación.

La impresión que nos ha causado la lectura de su espontáneo y cariñoso suelto es de las que no se escriben ni se expresan; sólo pueden sentirse.

.«soooOOOOoec

18 DE MARZO COMUNICACIONES RECIBIDAS DE NUESTROS COMPA.ÑEROS

DE LA RKGIÓN

Talafrugell.—Compañeros del Consejo de redac­ción de la B A N D E R A S O C I A L : Como teníamos dicho ce­lebramos con entusiasmo el decimoquinto aniver­sario de la Comunne de París, á cuyo objeto reuni­dos unos cuantos compañeros en un local exprofeso, y después de una mot esta comida precedida del co­rrespondiente café, se eligió un compañero, el de más edad para que presidiera el acto.

Seguidamente dicho compañero, con palabra segu-ray grave, hizo presente los motivosque nos tenían allí reunidos, historiando de la revolución francesa del 89, 9.3 y 48, diciendo que en esta úUima, si bien estaban marcados en su prográmalos lemas de Liber­tad, Igualdad y Fraterninad, no fueron sino pala­bras vacías que abortaron en la prácdca para que so­lamente ellos pudieran disfrutar as.

El proletariado de entonces, continuó diciendo, fué burlado y escarnecido á pesar de mil halagüeñas

f tromesas, al igual que en las demás anteriores revo-uciones, por la que solamente habia un factor que

podía redimirle, y éste es el mismo proletario. (Con una salva de aplausos fué saludado el orador.)

Terminó su brillante peroración recomendando la organización obrera tal como la enseñan los sublimes ideales de .anarquía, Federición y Colectivismo, sa­ludando á los mártires de la Comunne de París.

Otro compañero brindó por los mismos ideales y dijo que estaba tan satisfecho de comprender y propagar estos principios, que él mismo conocía que era trasformado en un ser más perfecto, por lo cual es tanto el cariño que por dichos ideales tengo, dijo, que me parece que el que no los siente y no los de-riende es de diferente organismo que el ser humano. Muy bien, muy bien.í Otro compañero, con elegante y fácil palabra hizo

un extenso dircurso seguido de algunos notables pá­rrafos, entre ellos dijo: 'Si grande es la alegría que experimento en este momento al encontrarme entre vosotros para conmemorar el XV aniversario de la Conmune de París, más grande es aún el dolor que experimenta mi corazón por la triste suerte que cupo á aquellos desgraciados héroes; pero grande, más :irande es todavía el od/o que me inspira aquella in­fame burguesía que tan vil, cobarde y traidoramente los ametralló.

Dijo que aquellas ideas verddas por los socialistas dc París no se apagaron con los cañones burgueses, sino que muy al contrario se habian propagado mu­cho más Y así que, como Fulton, al presentar su ma­ravilloso invento había sido despreciado y tratado como loco, y no obstante el vapor fué utilizado y creído, así nosotros, continuó, aquellos ideales los hemos acogido y reformado, y por doquier estamos colocando las vías férreas por donde debe pasar, quizás en no lejano tiempo, la locomotora del socia­lismo con sus motores la Anarquía, Federación y Colectivismo. (Vivasmaestras de aprobación.!

El mismo compañero demostró la diferencia entre cl Comunismo y el Colectivismo. También hizo un bosquejo de la palabra Anarquía, y respecto a esta

última, dijo, parodiando aquella frase de Gambetta que fué rañficada por Morayta y Corominas en ésta de Palafrugell, «que iba de pueblo en pueblo ven­diendo mercadería republicana;" añadiendo el orador que nosotros los anarquistas no teníamos en tan bijo concepto nuestro ideal, que la Anarquía no era mercadería enajenable, que no se hacía con ella un tranco tan vergonzoso; la Anarquía se impone por sí misma, por la fuerza de la razón, porque cs una ley natural y nadie puede acapararla como mera moda, ni mucho menos hacerla servir de escabel para egoístas planes, puesto que quien tal hiciera re­cibiría una solemne protesta, á semejanza de la que se DIO á Carl-Marck en cl congreso internacionalista del Haya. (Grandes aplausos.)

Versó también sobre los beneficios que recibía el obrero asociado á la Federación de Trabajadores de la Región española, diciendo que si un tal Carreras tuvo el atrevimiento de decir en un discurso hecho en Sabadell, «que los anarquistas españoles durante doce años de propaganda no se habían redimido ni procurado ventaja alguna,» en cambio ¿que nos di­gan los republicanos federales cuya institución es mucho más antigua, si han hecho con sus esfuer­zos aumentar el salario ó rebajar algunas horas de jornal al obrero, cosas ambas iiue los anarquistas con su organización han alcanzado en varias partes?

Explicó dicho compañero el principio de Solida­ridad como el alma de nuestra organización; en esto comparó la sociedad actual como la Horecilla medio deshojada y abatida en una mañana de invierno, pero que alcontacto de un rayo de sol se alienta y vivifica como por encanto volviendo á su estado de lozana vida.

Bosquejó las necesidades y deberes de los obre­ros y resumió diciendo: Compañeros, no hace mu­chos dias que ojeando la líiisiración £spaño¡a y Americana me encontré con un cuadro que repre­sentaba la tienda asilo y cocina económica estableci­da en Madrid, fundada por el célebre Moret; al mirar aquel cuadro aparté instantáneamente mis ojos del papel que, preñados de lágrimas, se resistían á con­templar tanta humillación. Lo que pasó en aquel momento por mí es inexplicable, lo que sí os diré que allí vi un obrero con un plato en la mano, sin duda para tomar aquel fétido rancho con que nos brinda la burguesía ahita ya dc placeres que les pro­porciona nuestro sudor. ¿Sabéis compañ¿:r js lo que ocasionó mis lágrimas y torturó mi corazón? ¡Ah! Me figuré en el caso de aquel infeliz obrero que me presentaba la vista de aquel cuadro yo procuraba es­conder el plato debajo la blusa, de vergüenza que me causaba tan degradante limosna; hacía porque nadie me viese; todo el mundo me parecía que me señalaba como un miserable criminal volví la hoja y ¡oh contraste! me encontré con otro cuadro representando una exposición de trajes de boda des­tinados á la infanta Doña Eulalia: ¡qué pensa­mientos cruzaron por mi imaginación, compa ñeros! unos en la completa miseria, otros en la sobrada ri­queza; unos muriendo de hambre, otros consumién­dose por la anemia de sus placeres.

Compañeros: trabajemos con afán para implantar la Anarquía y el Colectivismo y desaparezca para siempre tanta podredumbre, tama desigualdad y tan­ta injusticia. (Grandes aplausos.

Levantóse en seguida otro compañrro y dijo quesi se le permitía daría lectura de un modesto trabajo escrito en catalán, que aunque careciese de erudic-ción era, no obstante, las expresión más genuína de su corazón.

Principió su lectura dedicando un cariñoso re­cuerdo á los mártires de la Commune que derrama­ron su generosa sangre en defensa de sus derechos, en aras de su emancipación.

Hizo un análisis de la sociedad actual, y con nota­bles argumentos en donde imperaba la lógica de los hechos, mostró á los obreros sus verdaderos intere­ses, que no son otros que los económicos.

Condenó los intereses de los partidos políticos como egoístas, que perpetúan el actual orden de cosas, y las cadenas de nuestra esclavitud económica; manifestó que las palabras de Libertad, Igualdad y Fraternidad, puestas en boca de los partidos políticos, eran un horrible sarcasmo arrojado al rostro del obrero, afirmand 3 que tales palabras no serán una verdad hasta tarwo que el obrero se haya emancipa­do de la explotación de quo es víctima en la actua-Udad.

Hizo varias comparaciones que vinieron á corro­borar su tesis, aconsejando por último á los proleta­rios que cooperasen á la grande obra de nuestra emancipación por medio de la organizición obrera.

Concluyó evocando el recuerdo de los que sucum­bieron en París, diciendo que podían descansar en paz en sus tumbas, que los socialistas revoluciona-r.os sentían arder en sus venas la sangre por ellos derramada, la que les daría fuerza para seguir la gran obra por ellos empezada en las jornadas de la Commune. ' Estrepitosos aplausos saludaron al com­pañero autor.)

Otro de los compañeros leyó una bien escrita poe­sía encaminada á demostrar bi necesidad de la orga­nización, en cuya lectura también se le hicieron bue­nos merecidos aplausos.

Varios compañeros hicieron brindis, todos ellos encaminados á acelerar con firmj voluntad la hora de nuestra emamcipación economica-social.

Levantóse por últim) el presidsnte, y en nombre

de todos dio las gracias por el orden y armonía que reinó durante el acto, dedicando un recuerdo á los mártires de laComnaune y levantó la sesión, dando un viva á todos los trabajadores del mundo, víctimas de la infame explotación burguesa.

Todos los compañeros t|ue estábamos presentes á aquel acto conservaremos de él un agradable é inde­leble recuerdo.

Debido á la galantería de un compañero fotógrafo que milita en las filas del socialismo revolucionario, el cual asistió á dicho acto, tuvo á bien fotografiar en interesante grupo á todos los compañeros reunidos.

Damos las gracias más expresivas á dicho compa­ñero por su amabilidad.

S e c c i ó a B ib l iográ f i ca encracia ó Tiepública es el título de un folleto que

se nos ha remitido y cuyo anuncio verán los compa­ñeros en su sección.

Desde que nos fué conocido el discurso á cuya re­futación está dedicado el folleto, concebimos la idea de combatir en el terreno de la lógica y la razón las argucias y sutilezas teológico-republicanas de que es­taba saturada la peroración del Sr. Carreras.

Empero, comprometidos á dar á luz todas las co ­municaciones referentes á la celebración del 18 de Marzo, cuya conmemoracióa ha sido digna por todos conceptos de un pueblo revolucionario, así como las adhesiones al importante Manifiesto de Barcelona, vimonos privados de un buen espacio que dedicar á asuntos de tanta importancia y trascendencia como el acometido por nuestro compañero Lorenzo.

Hoy, sin embargo, felicitámonos de no haberlo hecho", pues el folleto á nuestra vista contiene tal co­pia de datos V de tal suerte rebate todas las paradojas sentadas por el Sr. Carreras, que nos ha probado ha tenido mucho mejor acierto su autor que lo que nos­otros pudiéramos haber escrito.

Gran provecho pueden sacar de su lectura no sólo los obreros sabadellenses, sino los de todas las locali­dades.

Por cuanto conforma, no con nuestras ideas parti­culares que, después de todo sería satisfacción bala­dí, sino con las doctrinas anarquistas en su mayor pureza, le recomendamos á los compañeros todos.

Es más: les rogamos léanle con detenimiento, y se convencerán pallnariamente de que lejos de ser la re­pública, cualquiera de ellas, una solución del proble­ma social, es una nueva forma para continuar nues­tra esclavitud; es el último asidero de la gente del privilegio.

Para ser republicanos menester es dejar de ser anarquistas.

Y esto no es posible; además de vergonzoso, sería inicuo. Entre la república y los anarquistas existen lagos de sangre que no se pueden vadear.

A la ya veVtida de antiguo, hay que añadir la que hace poco ha manchado las priricipales calles de los Estados Unidos.

Así, pues, conviene precisar este punto para termi­nar: e lque inconscientemente, llamándose anarquis­ta, se deje seducir por el canto de sirena de la bur­guesía republicana, es un desdichado á quien debe convencerse de su error; cl que á sabiendas pretende indignos cabildeos é inmorales componendas coa la burguesía, es un enemigo encubierto de la causa del proletariado, á quien todos los anarquistas debemos señalar con el dedo para evitar su dañoso contagio.

La prueba del arraigo de nuestras convicciones anarquistas está en decir muy alto: «Nosotros somos tan enemigos de los republicanos, como de todos los burgueses.»!

* * La Tribune des Penples (La Tribuna del Pueblo! internacional del movimiento socialista en las cinco •partes del mundo.

Sumario del segundo número (Mayo i 8 8 6 j . — A . nuestros su-^critores y lectores.—La Administración.

Por qué somos anarquistas.—Eliseé Reclus. La revolución en la educación.—Ca^sius. Los aldeanos en el Japón.—Metchnikoff. La Trasfusión: Continuación y fin. Calorificación de las ciudades por el fuego central.

—Cassius. . M O V I M I E N T O S O C I \ L I N T E R N A C I O N A L

Europa.—Observación general. — Francia, Bélgi-c I , España, Portugal, Bulgaria, Rusia, Armenia.

.45ÍÍI.—China, Persia.

.Imértca.—Estados Unidos, Haid, República d o ­minicana, Canadá, Cuba. San Salvador, Venezuela, Ecuador, Guatemala, Méjico, Nicaragua, C o s u Rica. Colombia.

R E V I S T A B I B L I O G R Á K I C A I N T E R N A C I O N A L

Libros, periódicos revistas. Recomendamos á maestros lectores la suscripcióa

á esta interesante Revista, de la cual se remite un número gratis v franco á todo el que la pida á la Librairie des Deux Mondes, París, 17, rué de Loos , acompañado del Boletín dando cuenta de las publi­caciones que están de venta en dicha librería.

I f

R e v i s t a I n t e r n a c i o n a l IMPERIO ALEMÁN

El gobierno alemán, asustado ante los progresos realizados por las doctrinas anarquistas en AT^uella

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B A N D E R A S O C I A L

región, presentó un proyecto para limitar el derecho de reunión .

Además de esto acordó extender á Spremberg el de­licioso estado de sitio que ya disfrutaban algunas ca­pi ta les .

T o d o esto sin contar que el Vargas Michuca de la diplomacia ha tenido que bajar la cerviz ante el clero, t ambién con el propósito de contrarrestar por medio del catolicismo la propaganda demagógica.

¡Qué lástima que el sujeto Bismark'sea tan abueli-ío, porque entendemos Ic queda poco tiempo de ha-.rer extravagancias, que resultan en provecho nuestro!

R e p i l b l i c a u n i t a r i a f r a n c e s a El gobierno francés ha prohibido la circulación en

Trancia de algunos periódicos revolucionarios.

* * Cont inúa la bue lg í dc Decnzeville.

En L-i parte Norte dc esta región se han iniciado al-j ;uuas huelgas parciales, que se espera tomen gran Mincnto.

M o n a r q u í a c o n s t i t u c i o n a l i t a l i a n a

Con motivo dc las elecciones estallaron días pasa­dos cn Trau i desórdenes de alguna importancia.

Un gran número de obreros quo se había reunido >?n las inmediaciones de la ciudad, marchó sobre vista, y después de viva lucha con las tropas, que obli-j;ó á retirarse, pegaron fuego á la casa del ayunta­miento , á la aduana y al teatro.

Las pérdidas son considerables. Varias personas han perecido abrasadas. La ciudad quedó algunas horas en poder de los

trabajadores. Desde Foggia y Barí se enviaron tropas que á du­

ras penas restablecieron cl orden. Han sido detenidos más de 70 obreros. La agi ta­

ción cunde entre los campesinos italianos, cuya mi -ícria es cada día mayor .

R e p ú b l i c a f e d e r a l s u i z a La municipalidad deZur ic l i , inquieta por el carác-

íer de las huelgas que se producen en Suiza, ha pu­blicado uu decreto ó ley prohibiendo á los obreros estacionarse eu las calles y plazas públicas para ha-tilar de las cuestiones que se relacionan con el traba­io. Igualmente se prohibe á los trabajadores detener­le delante de las puertas de los talleres.

Esto es muy federal...

R e p ú b l i c a f e d e r a l d e l o s E s t a d o s U n i d o s

Los periódicos americanos conrtrman el plan od io­so concebido por la burguesía.

Dos días antes que los anarquistas respondieran á • i t i u i i i e s du los policías, arrojándoles una bomba,

• habían literalmente asesinado á los trabajadores reunidos delante de la fábrica del explotador Mac-Cormick .

L;i policía había recibido orden terminante dc aca-"bar con el movimiento de las ocho horas.

Sin previo aviso dispararon sobre aquella masa dc hombres , mujeres y niños á quemarropa, ases inando- . ios i nhumanamen te .

Rehechos los trabajadores, rechazaron á los po l i ­cías, que recibieron nuevos refuerzos.

Sin intimación alguna hicieron una descarga de f u -silería. La lucha durante un cuarto de hora fué san­grienta, desesperada. El golge habia sido calculado á sangre fría.

Jamás se sabrá cl número de heridos en esta espan­tosa celada, en este asesinato á mansalva.

Entretanto las autoridades federales de Nueva York arrestaban á setenta trabajadores de los más cono­cidos.

T a m b i é n cn Ncw-Haven y otras localidades dc la un ión , se arrestaba en masa á los trabajadores.

A consecuencia de la indignación que este acto sal­vaje produjo, se convocó á un meeting al aire l ibre, proponiéndose resistir con bombas dc dinamita á la policía, si atacaba á los asistentes.

M o v i m i e n t o Obrero aílcqy. — Se nos denuncian hechos escandalosos

cometidos en la fábrica de los hijos del burgués S o ­ler, cn aquella ciudad, conocido por el nouibre de Remualdet .

Dicha famUia se tiene por muy católica, lo que no la impide para explotar á sus anchas a l a clase traba­jadora .

Ks tal el trato que dan á las obreras y obreros que tienen bajo su mando, que más qae encargados Ue taller merecen el caliricativo de cabos de vara, so­bre todo el l lamado Juan Soler, quien sólo trata con algún miramiento á los obreros que rezan mucho y van a misa.

El llamado Gonzalo Soler, esperamos que trate u n poco mejor á las obreras y que uo adelante el reloj de su ingenio.

El burgués Francisco Moya, que es de la misma familia, se debe enmendar mucho con relación al trato dc sus esclavos modernos , pues tauto va el cán­taro á la fuente, que al tin se rompe.

Este burgués es conocido en Alcoy por el mote de «El segundo Dios.»

Sirvan estas líneas de saludable advertencia á la familia Soler, tan católica, apostólica y r o m a n a .

V no decimos más por hoy .

Zai-agoia—Los obreros dc esta localidad, como todos los de la Región, vuelven de nuevo á la orga­nización y \ la propaganda de las ideas de u a modo viril y entusiasta.

Convocados por el Consejo local zaragozano á una reunión pública para el primero de mayo, se reunieron más de 400 obreros. En dicha Asamblea se propagaron los principios sociológicos y revolu­cionarios que defendemos, reinando el mayor entu­siasmo.

Sentimos no poder publicar íntegra I.1 comunica­ción en que el Consejo local nos hace una reseña de la reunión, de la que esperan un buen resultado para la organización en Zaragoza .

Vbrique.—La Federación loc.d de este pun to hace un llamamiento de nuevo á todos los obreros que cn Ubr ique estaban retraídos de las filas de la Federa­ción Regional, y espera que termine por completo toda cuestión personal, trabajando todos unidos por acelerar lo antes posible cl triunfo dc la Revolución Social .

Diremos, sin embargo, que el hijo de nuestro com-ñero F . . \ lvarez Morín ha sido inscripto civilmen-sin llevarlo á la iglesia; que una niña de sie-IÑOS del compañeVo Tor ib io Villa ha sido la

Marcliena.—Sigue con actividad la organizaciónde las secciones obreras en esta local idad.

Celebraremos que cn breve quede constituido el Consejo local.

ValLidoUd.—Sentimos infinito tener que extractar las noticias que tenemos de nuestros compañeros va­llisoletanos, pero nos lo impide la abundancia de original que tenemos precisión dc dar publicidad in ­mediata.

Diremos, sin embargo , que el hijo de nuestro com­pañero " ' ' « ' ' • • : í - . - ---M

te te que eu Valladolid ha estrenado el cementerio Ci­vil, no sin antes t ene r los compañeros que protes­tar contra la conducta, no muy correcta, de las auto­ridades, flan asistido al entierro gran número dc niños y multi tud de trabajadores.

La Federación local de Valladolid convocó el día 2 3 del pasado mes de abril una reunión general dc trabajadores para propagar nuestros principios, nues ­tra organización y nuestra línea de conducta.

Al terminar la sesión gran número de obreros se inscribieron en las filas de la F"evleración.

El resultado, nos dicen, ha sido bueno. Enviamos nuestro parabién á los federados de Va­

lladolid y nuestro más sentido pésame á la familia del compañero Villa.

Lora del Rio.—Importantes noticias para el mo­vimiento obrero tenemos de esta localidad.

Los compañeros que hasta la fecha, y desde los fa­mosos sucesos de la llamada por la burguesía Mano , ¡T^gra, se habian retraído á causa de la infame per- > secución. sin motivo que la justificase, del caciquis- j mo andaluz , se han adherido al Manitiesto publi- i cado por la Comisión Comarcal de Andalucía del i Oeste y celebrarán para los primeros días del mes j q u e viene una importante conferencia con el Consejo ; de la Unión dc los trabajadores del camp >. en la que ' esperamos queden zanjadas todas las cuestiones per- í sonales que debilitaban la or^ganización, v que , como u n solo hombre , se apresten todos á trabajar por la emancipación social del cuarto estado.

cMaríín de Trovensals.—La Sección de tejedores de esta localidad va cada día en aumento , gracias á su buen régimen administrativo y á la activa propagan­da que hacen los campaneros federados.

Una advertencia: si a lguno de los santones de esa os quiere atropellar, dadle alguna buena reco­mendación para Morfeo.

F^r ro / .—Reorgan izada dc nuevo la Sección dc carpinteros de esta localidad, y deseando poner cn claro las cuentas de la huelga, ruega á todas las co­lectividades que remitieron recursos manifiesten si están conformes con las cantidades que á cont inua­ción publ icamos: Carpinteros de Orense, 5 pesetas; ídem, ídem, 3; Sección carpinteros Coruña , 2 5 ' 7 5 ; ídem de Cabra, 5o céntimos; C. L . de Bilbao, 2 pe­las; Sección varía de Orense, 6; carpinteros de R e u s , 5o; albañiles de Valladolid, 3 ; carpinteros de C o r u ­ñ a , 10; ídem dc Reus , 5o; ídem de Barcelona, lo ; va­ria de Madrid, 6; zapateros de Orense , 7; varia de ídem, 4; sastres de ídem, 3; zapateros de ídem, l a ' / o ; sastres de idem, 3'(Jo; varia de ídem, 2 ' i 5 : carpinte­ros , zapateros, varia y sastres de ídem 2 t ' 8 5 ; alba­ñiles dc Valladolid, 2; carpinteros de Orense , 10 ;

— l!) —

4. - Si el presidente quiere to nar parte en la discusión, dejará el sitio queocupa hasta tan­to que se termine ó aplace el debate en que haya tomado parte, y sí el asunto fuere objeto ide votación hasta que se verifique ésta.

5." Los secretarios tomarán apuntes , redac­tarán el acta de cada sección y la leerán eu la siguiente.

Orden del día.

6 . ' Alf inal de cada reunión se formará la o rden del dia que se haya de discutir en la reu­nión siguiente. Los temas para la misma se inscribirán por el orden que u ivan sido pre­sentados, pero si la sociedad lo creyere opor tu­no , puede dar la preferencia á un tema sobre o t ro , al terando la expresada órdcu del dia.

Cuestiones previas y do orden.

7.* Se endeude por cuestión previa la que tiene por objeto aclarar algún punto importan­te de a cuestión que se esté t ratando.

Cuestión de órde(j es la que se dirigeá l lamar ia atención á los que se separen del marcado enla discusión.

Sólo para estas indicacionesó cuando el presi­diente vea que se ha consumido el t iempo que

22 —

que hagan lo mismo los que no estén confor­mes y después los que se abstengan, verifican­do cl" apunte antes expresado.

14. E n los casos de empate se volverá á discutir la proposición ó acuerdo objeto de la votación, consumiéndose un nuevo tu rno para mayor inteligencia. Si otra vez saliesen empa­tados los votos, se aplazará la resolución para la reunión próxima, en la cual volverá á discu­tirse consumiendo un sólo t u r n o , y si por ter­cera vez resultare empate la mesa decidirá.

t 5 . Los acuerdos serán tomados por m a y o ­ría dc votos de los socios presentes.

C U A D E R N O S DKL

CERTAMEN" SOCIALISTA

Regularizada definitivamente la publicación de las obras premiadas en el Certamen Socia-iista celebrado en Reus , cuya importancia ha sido reconocida, tanto por la prensa obrera como por la de la clase media, y estando ya m u y adelantada la impresión de los cuadernos sucesivos, puede el Centro de 24migos, á cuyo cargo corre esta publicación, garantir ;a conti­nuidad en la aparición de los cuadernos hasta su conclusión, con la cual resultará una de las obras más variadas y valiosas que hasta cl pre­sente habrá producido el movimiento socialis­ta español, siendo al propio t iempo la más económica de todas ellas, atendidas las cond i ­ciones de su publicación.

El cuardeno contiene 64 páginas de esmera­da impresión, siendo su precio 3o céntimos dc peseta.

Se publicarán en este libro todos los trabajos premiados y los dist inguidos con accésit, así como también los antecedentes del Ce r t amen , las memorias de las comisiones que en él han intervenido y los discursos leídos en la memo­rable fiesta de la repartición de los premios q u e tuvo lugar en el teatro Priacipal de Reus con inmensa concurrencia .

Para los pedidos dir igirse:

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BANDERA SOCTAk,

< albañiles de Triana, 25; Consejo local de Bilbao i ' - 5 ; albañiles de Valencia, 5; albañiles de Olot, 8c; ídem de Tarrasa, 9 ' i 3 ; carpinteros de Coruña, 54; ídem de Barcelona, 5; ñindidores de Madrid, (J; Sección me­tales de Valladolid, 5 y una suscripción voluntaria, 6; varia Barcelona, 9; agricultores Palma del Río t'8o. —Total 441*40 pesetas.

La dirección dc la Sección de carpinteros del Fe­rrol ruega á todos los periódicos anarquistas publi-bliquen estas cantidades.

La Campana.—Nos escriben los compañero.s dc este pueblo manifestándonos que tienen los católicos tjn curita que no se lo merecen, sobre todo para hacer rifas, pues rifa un objeto que vale 5oo reales y hace 6.000 papeletas para la venta.

Se conoce que no tiene bastante con el pie de altar. Sentimos no poder publicar por hoy unos versos

que nos ha remitido para su inserción un obrero agricultor de la Campana.

Valencia.—Fl Consejo local valenciano está ha­ciendo gran propaganda de nuestras ideas por medio de conferencias piiblicas, de las que recogen grandes ventajas para nuestra organización.

Reciban nuestro parabién los compañeros dc Va­lencia.

Antequera.—Más de 2.000 trabajadores se encuen­tran sin trabajo en esta localidad.

La miseria es cada dia mayor entre los trabajado­res, especialmente entre los del campo.

Las ideas socialistas tienen su mejor propagan­dista en las funestas consecuencias que acarrean estas crisis de trabajo, en que el obrero muere por aiíemia maldiciendo su suerte y T E N E G A N D O D E una sociedad que tales hechos consiente.

¡Cuándo acabará tanta injusticia!

Ubrique.—La Sección dc agricultores de esta loca-ilad ha dirigido una alocución á sus compañeros

trabajadores del campo, que por su mucha extensión nos vemos precisados á no insertar íntegra y que ter­mina del modo siguiente:

«Olvidad todas las cuestiones personales, no deis oidos á falsas delaciones, formemos el jurado pros­cripto en nuestros Estatutos, si preciso es espulsar de nuestra organización á algún individuo; pero unámonos de nuevo, no permanezcamos más tiempo sin dar una muestra práctica de nuestro entusiasmo en pro mismo de nuestros intereses de clase, pues si nosotros no nos protegemos no esperemos que nadie nos proteja.»

Mucho celebraríamos que la Sección de agriculto­res llegue de nuevo á la altura que desea Verla el Comité de la Sección.

Scslao.—El cura de este pueblo parece que es muy conocedor de las doctrinas socialistas y decidido defensor de lo.s pobres y humildes, imitando de este modo á su divino Maestro, á juzgar por el sermón que predicó en la capilla dc una de las fábricas del pueblo, y que según nos comunican, dijo:

«Hijos míos y de Jesucristo, sé que en esta fábri. existen algunos socialistas que predican entre sus compañeros sus infames doctrinas; que les impulsan a l a s huelgas para enemistar el capital y traba;. c t i . T N D O si no fuese por el propietario ;qué comerían

Y luego ;qué adelantan con las huelgas? que tie­

nen que sucumbir otra vez á los amos pidiéndoles 1 perdón, y por Dios que se les dé trabajo

Por eso todo trabajador honrado no debe hacer caso de tan criminales doctrinas.

Yo ruego á todos que delaten á los amos á los malos obreros que tales doctrinas predican, pues más vale que pierda uno, que no perder á millares de fa­milias.»

Muy bien, señor cura Martín; así nos gustan á nosotros los predicadores, que sepan granjearse la voluntad de los burgueses, y como decimos al prin­cipio de estas líneas, que imiten á su divino Maestro, que muerto entre dos ladrones, predicaba á los ricos que compartiesen sus propiedades con los pobres y que lo que no quisiéramos para ellos no lo descaren para su prójimo.

E F E M É R I D E S

3 Jueves, i?5?.—Celébranse en Valladolid las bo­das de Pedro I de Castilla, llamado por unos el Cruel y por otros el Justiciero.

4 Viernes, 1094.—Nace en Mercy, cerca de Vessa-Iles, cl célebre cirujano y economista, colaborador de la cnciclonedia, Francisco Qiiesnay.

5 Sábado, 1785.—Mucre Pilatrcdes Rosiers, físico francés, sucumbe haciendo el ensayo de navegación aérea según cl sistema Montgollier combinado con el gas hidrógeno; problema á punto de resolverse en sentido attrmativoen nuestros días.

C> Domingo, i87r.—Kl tránsfuga Julio Fabre, mi­nistro de Estado de la República francesa, remite una circular á todas las potencias europeas invitán­dolas á perseguir de común acuerdo á los miembros de la célebre .asociación Internacional de los traba­jadores.

7 Lunes, 1040.—Los segadores reunidos en Barcc lona se sublevan contra el poder central, dan mueri . á varios dignatarios nombrados por el rey y destru­yen sus casas.

8 Martes, i 522 .—Los agermanados llegan á h: puertas de Valencia, de la que estuvieron apunto J apoderarse de nuevo.

O Miércoles, 1S78 .—La ciudad dc Barcelona, de acuerdo con Pedro IV de .\rag(;n, resuelve construir las .\tarazanas para resguardar los buques y servir de almacenes y astillero.

C O : ^ R E S P O N D E N C I A A D M I N I S T R A T I V A

\Icov.— X N O F N ln P E D I D O . — P I I B I I C T R E M N < ; adhesio nes.—T> 'o. N O h ocurrid

Haro.—J. P. M.—servido lo que pedís desde el ni mero 63.—El pago adelantado.

Valdeolivas.—J. M. dcCh.—Queda hecha la sus­cripción.

Ecija.—J. R. y R.—No remita en lo sucesivo sello móviles, díhen ser de Comunicaciones.

Buñol .—P. . \ . S .—Queda el aumento. La Lí ¡ea.—.\L T . — S E remitió cou puntualidad c.

ejemplar I S E C R E T O S . J I — P r e g u n t a E N Correos por si \ está detenido.—Recibida libranza. ,

Bafi¿eIoaa.-rC. U . L A . — L a abundancia de oriai- i

nal nos ha impedido la pubhcación de vue.«tro Ma­nitiesto.

Calañas.—J. B. P.—Recibida la tuya.—Se remiií-rá ejemplar 'Secretos.»

Bilbao.—S. G. P . — Efectivamente, fué olvido. Queda subsanado desde este número.

Orense.—A. P.—Nos parece buena tu ¡dea. Queda hecho el envío.

Huelva.—D. de los R.—Recibido el importe de las dos suscripciones.—Queda hecho lo que indicas.

La Campana.—U del C.—Remitid el importe «Se­cretos» á la mayor brevedad.

Cádiz.—J. C.—Enterados y conformes, la liquida­ción por meses.

Sestao.—.\. S.—Recibido el importe de cuatro sus­cripciones.

,\ntequera.—J. C. y D. A.—Recibido el importe suscripción.

Manlleu.—G. C.— Se dió la nota al editor con to<la puntualidad. Obra en nuestro poder recibo que te re­mitiremos.

Reus.—F. V.—Seremiüeron ejemplares -(Secretos.» Se contestará.

Cádiz.—Z. C—.\gradecemos tus indicaciones r nos parece que no te equivocas.

.Martin de Provensals.—I. C.—No podemos remi­tirte los ejemplares Química sino remites su importe. Se contestara.

.Sevilla.—F. S.—Recibida la tuya. Se contestará. El Rubio.—Suscritor.—Debes un trimestre venci­

do y el que cursa. Palencia.—S. P.—Recibido cl importe ejemplar

Química. Queda renovada la suscripción. San Roque.—J. G.—Renovada la suscripción.—

Queda hecho lo que indicas. Ubrique.—J. G. U.—Recibido el importe paque­

tes. Remitido ejemplar Química. r>alaguer.—F. .\.—Renovada la suscripción. Zaragoza.—E. F.—Recibida libranza. San Fernando.—F. S.—Hecibida una peseta. Sevilla.—C. L.—Recibido el importe de paquetes. Kngjera.—J. S.—Se remitieron ejempiares ' I S C -

cretos.» Preguntas en Correos que deben estar dete­nidos sino los han trasferido.

Orense.—E. L.—Remitidos .Manitiestos. Oran.—M. T.—Recibida la vuestra. Contestación

por correo. .Martin de Provensals.—S. dc T. —Se tendrá en

cuenta vuestra advertencia y dentro de dos ó tres se­manas es fácil podamos hacer lo que indicáis.—S. E. — Queda hecho el traslado.

M a n l l e u . — ( í . C . - P ( 1 I-^empIar Quimicc. etc. Lora del R io—i novada la suscrip­

ción . ( " . , H I I / — . T . C L E T E S .

.Marchena.—1-. u. - 1 . , . , , . , paquetes.— Por correo datos que pides.

Coloma de Queralt.—J. D.~Recibida la tuya. Tie­nes satisfecho hasta el número fiq.

•Sevilla.—C. C—Está agotado el número 59 .— L.—Os remitimos algunos números del i j i ; no te­

nemos más. San Fernando. - F . S.—Recibido el importe pa­

quetes.

.Madrid IS86.—[mrrenta de José Gil y .\a»arro. Sania Engracia, 7 .

Reus, Centró de oAmigos, Con*isión del Cer támen. Plaza Castillejos.

En Valladollid á M. Martin, Sábano, 1 7 , Y en las redaccio íes de la BAi^ínKí* Socui-

IMadrid;, de Los Desheredados Sabadell) y 'cracia (Barcelona;. \'o se servirá pedido alguno cuyo importeno icompañe. lodo pedido de seis ó más cuadernos, se

servirá con cinco céntimos dc rebaja por cua­derno.

ACRACIA (Revista sociológica 1.—Se publica mensualmente, constando de ocho ó más páginas al precio de una peseta semestre, más el exceso de franqueo para otras regiones.— Los pedidos á nombre de Bienvenido Rius, San Olegario, 2, principal, Barcelona, y á la .administración de este Semanario.

EL SOCIALISMO.—Quincenario socialista, eco de la prensa universal.—En la región espa­ñola, un trimestre, 5o céntimos de peseta.— Para las demás regiones, 75 céntimos de pe-.seta.—Los pedidos á .\ndrés de Neira Barra­gán, Encarnación, 3 3 , Cádiz.

LA TRIBÜNE DES PEUPLES—Revista interna­cional del movimiento social.— Se publica todos los meses. —Ün año ó pesetas; número suelto 25 céntimos.—Los pedidos á la libre­ría de los / D o í dundos, rué de Loos, 1 7 , Paris. ^

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De la discusión.

o.- Sobre cada uno de los asuntos que se i.iyan de discuiír se abrirá un turno cn el cual

se les concederá la palabra á tres individuos en pro y tres en contra, haciéndolo posible por­que ' no hable cada uno más de quince minu­tos: consumido esie turno podrá renovarse otro á petición de la reunión. Cuándo la discusión este agotada á juicio de la mesa ó de algún sucio, preguntará el presidente si el punto está suñcientemente disentido, resolviendo según la reunión determine.

1 1 . Todo individuo para hacer uso de la palabra deberá haberla pedido y obtenido.

De las votaciones y resoluciones.

I :i. Cuando un asunto se de por suficiente­mente discutido nadie podrá hablar más so­bre él.

i3 . Cuando se traten cuestiones de impor­tancia y la reunión lo crea conveniente se harán las votaciones nominales.

En los demás casos el presidente se valdrá de la siguiente fórmula: los que estén confor­mes con que se acuerde el asunto tratado que levanten el brazo, y una vez contados éstos lo anotará en actacl secretario: enseguida pedirá^

cn otro lugar se señala podrá ser interrumpido el socio que esté en el uso de la palabra.

Rectlflcaciones.

8.' Se entiende por rectificación la que tie­nen por objeto deshacer los conceptos atribui­dos al que haya hecho uso de la palabra por equivocada interpretación dada por otro á las ideas que el primero exponga. El presidente cuidará que éstas se hagan todo lo mas lacóni­cas posible.

De las proposiciones, enmiendas y adiciones.

9." Estas serán presentadas á la mesa por escrito en térrninos concretos y suscritas por uno ó más individuos. Las enmiendas que sc presentaren á una proposición serán discutidas antes de ser votada ésta. A todas las demás pro' posiciones que se presenten sobre la misma cuestión se les dará lectura aunque no hayan dcser discutidas. Cuándo se presente una p r c posición en la sesión sólo será apoyada por es­pacio de diez minutos, eifseguida cl presidente preguntará á la reunión si se toma en conside­ración ó no, pasando a una comisión en el pri' mer caso ó resolviendo en caso de urgencia l'' que decida la mayoría.

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AÑO II MADRr J DE 1886

S U P L E M E N T O A L A

Bandera Social Semanario Anárquico-Colectivista

MANIFIESTO A todos los trabajadores de la Región española.

La nación española está en crisis. La política, ese arte de aplicar la autoridad en beneficio de los menos y en perjuicio del mayor número, so halla en tal estado de vacilación y de inestabilidad, que alienta todas las esperanzas y excita todas las am­biciones.

La dinastía, que sufrió tremendo golpe por la Revolución, y que pasó por la vergüenza de ver­se restaurada por un general ingrato y desleal, ha recibido no menos tremendo golpe por la muer­te, dejando como sombra de la majestad monár­quica una regencia ejercida por una mujer de otra nación y una minoridad, que e.i los momentos ac­tuales, para simbolizar mejor la debilidad de lo existente, ha de ejercerse en nombre de un prín­cipe recien nacido.

En tal situación es punto menos que imposible U continuidad dinástica, y, como consecuencia, la monárquica, ya que el carlismo, representación de la única dinastía competidora, ha quedado tan rezagado que apenas seria posible en una socie­dad como la del siglo pasado, del cual nos sepa­ra, más que el plazo transcurrido, la inflexible ló­gica de la ley del Progreso.

Una nación que empieza á tener conciencia de su propio derecho, que alienta en su seno las as-jiraciones más radicales y revolucionarias, que en ; o que va de siglo ha derramado sin medida su j

sangre por los principios liberales, que ha ensa- ' yado cuantas limitaciones pueden ponerse al po- í der real por medio de sus Constituciones, que ha ' disfrutado ya de dos destronamientos y que se avergüenza de verse adelantaila en el camino del Progreso por las demás naciones, no ofrece ya base segura para consolidar una monarquía.

Los liberales de todos los matices, desde el con­servador más reaccionario hasta el federal pactis­ta, lo reconocen así, y caminamos indudablemen­te, en plazo más ó menos corlo, á una situación análoga á la en que nos hallábamos en febrero de 1873. Otra vez la burguesía liberal se verá preci­sada á proclamar la república, y al constituirla despojará al poder de los efectos de guardarropía monárquica y le revistirá de los atributos republi­canos para continuar oprimiendo y despojando á los trabajadores.

En tales circunstancias, el clero, seguro do ser siempre bien considerado por el partido vence­dor, no perderá la ocasión dc atizar el fanatismo de las gentes que aún viven en las tinieblas de la Edad Media, y concitará sus fuerzas á la guerra civil.

Entretanto los partidos republicanos se agitan, se organizan y procuran dar seguridades á las cla­ses privilegiadas de que sus privilegios serán res­petados; pero no quieren coligarse, porque sus jefes distan mucho de hacer cl sacri icio de sus propias ambiciones y porque ninguno confía en la rectitud de intenciones de los otros.

Los hberales monárquicos y los republicanos unitarios, partidos todos compuestos únicamente de eminencias políticas y de caciques locales, con­fían más en la intriga que eu la popularidad; no así el republicano federal, que, considerando su sistema como el único racional y capaz de resol-Ver el problema económico, aspira á apoyarse on las masas populares y ha declarado que acuptará la coalición siempre que no se pongan obstáculos á la emisión del sufragio y se respeten sus resul­tados.

Como miembros sociales que nunca hemos de formar parte de esos partidos de jefes, hagamos caso omiso del jacobinismo zorrillista, el que, ade­más de sus comités, cuenta sus partidarios jntre la clase de sargentos; lo mismo que del infatuado posibilismo, agrupación de soberbios, admiradores de la elocuencia de su jefe, enamorados de sí mis­mos y que desprecian al que no es de su comu­nión, sobre todo si le consideran inferior en c ite-goria. Ambas agrupaciones, probable receptáculo de la actual podredumbre política, cuando llegue el caso do proclamar la república, conservadores del unitarismo nacional, sólo desprecio merecen por parte de la totalidad de los productores.

Queda el partido republicano federal, único par­tido liberal que solicita el apoyo de las masas po­pulares, uo menos enemigo de los trabajadores que los demás, por cuanto opone incesantemente las argucias políticas á las reivindicaciones revo­lucionarias del socialismo, y trata por este modo de reclutar incautos, debilitando así las falanges obreras que luchan por la emancipación social.

Pretende el partido federal presentarse como el único racional y científico, y si verdaderamente tuviera en su apoyo la razón y la ciencia, nadie podría disputar o el triunfo.

Creemos, en efecto, que el sistema federativo basado en el pacto será como el inmenso plano en quo se desarrolle la sociedad del porvenir; y á pesar de esto, éntrelos federales pohticos v nos­otros, que muchos creen existo gran afinidad, hay un abismo inmenso.

El pacto que sirva de base á la Federación ha de reconocer entidades reales y positivas, perfec­tamente determinadas, no unidades ficticias crea­das por el privilegio y conservadas por la tradi­ción.

El ciudadano ateniense era un filósofo, más ó menos charlatán, que vivía en la holganza, repo­sando sobre el irabajude 400.000 esclavos; el ciu­dadano lacedemoniu era un rústico guerrero que oprimía y explotaba cruelmente á los desgraciados ilotas; el ciudadano romano era un bandido, diso­luto y feroz, que hacía la guerra á todo el mundo conocido para robar el producto del trabajo y re­ducir á la esclavitud á los productores.

He ahí la unidad que sirve de base á los repu­blicanos federales.

Y no se diga quo el ciudadano moderno haya progresado hasla elevarse á una altura perfecta­mente científica, porque hoy conserva la odiosa desigualdad originaria; peor aún: el titulo de ciu­dadano constituía en la antigüedad un privilegio, una dignidad, una garantía de que se hallaban privados muchos hombres considerados como de condición inferior; hoy el título de ciudadano, concediéndose por igual á todos los hombres y sirviendo de base politica por la universalidad del sufragio, encubre hipócritamente las desigualda­des sociales.

Para la constitución política de la sociedad son ciudadanos: el noble, el cura, el militar, cl pro­pietario, el industrial, el rentista, el hombre de carrera, el obrero, el labrador, el peón y el gañán.

Todos son electores y elegibles; así lo reza al menos el credo republicano democrático federal.

El noble podrá ser un orgulloso envanecido con la gloria de sus antepasados; el cura, for­mando casta aparto por el cehbato, podrá tener el cerebro atrofiado por el estudio de la teología; <' .

militar podrá ser un ignorante perdonavidas; el

firopietario, industrial y rentista, podrán acumu-ar dinero, mediante la explotación ó la usura; el

hombre de carrera podrá hacerse una brillante po­sición, mucho más si es abogado, merced al pri­vilegio que le ha permitido asistir unos cuantos años á la Universidad ; pero el obrero, el labra­dor, el peón y el gañán, entregados desde la más tierna edad al trabajo y careciendo de todo medio de ilustración, trabajarán siempre, y, como única participación en los beneficios democráticos, vota-rán á sus gobernantes. Tampoco pueden hacer otra cosa estos últimos, ya que ignoran las leyes en que se basan la constitución y administración de los pueblos, á causa de la proverbial forma de embudo que los ciudadanos desde burgués arriba han dado al famoso pacto social.

Por eso los ricos y los sabios son naturalmente los llamados á tener por el mango la sartén de­mocrática.

¿Es esto racional ni científico? El título de ciudadano, como se ve, es hoy tan

contrario á la igualdad como lo fué en su origen; )or eso los liberales monárquicos, relativamente ógicos, han conservado hasta hoy esa desigualdad

como fundamento político, estableciendo el censo electoral; y los republicanos de todos matices, se­cundados por los monárquicos cuando llegue el momento oportuno, viendo que se ha encontrado el medio de asegurar su predominio, aceptarán el sufragio universal, que justifica aparentemente la expoliación y explotación de los trabajadores.

Si la unidad fundamental, el ciudadano, es falsa, las entidades que de ella se derivan carecen de valor científico para el pacto y la federación.

La Ciudad, punto de residencia de individuos desiguales y de intereses antagónicos, albergue de las jerarquías, teatro donde se desarrolla la lucha por la vida entre los elementos más discordantes, no es una entidad pactante, y si pacta no podrá nunca realizar el pacto conmutativo y bilateral, único justo y científico, en el que cada uno da en justa proporción de lo que recibe y termina a|kSSt do uno de los pactantes quiere rescindirle pormi^l no le convenga ó para renovarle por nuevas clau­sulas más convenientes, sino el pacto leonino, que obhga por medios coercitivos al cumphmiento de lo que repugna, de lo que no conviene, de lo in­justo.

La Provincia es una división territorial que tie­ne por objeto facilitar la exacción de los tributos, la aplicación de la fuerza y fomentar la desunión por el desarrollo del sentimiento patriótico; y no se diga que las actuales provincias son divisiones ficticias por ser obra de un decreto, porque las antiguas regiones históricas son divisiones ficti­cias también, pero de más antigua fecha, y pro­ducto de la conquista, lo que no diremos si es peor ó mejor que un decreto.

El Estado es la consagración de las injusticias contenidas en la ciudad, multiplicadas por el nú­mero de localidades de que consta la nación, el dispensador de la autoridad relativa que necesitan las provincias para imponerse á la localidad, y por consecuencia, el trono de la tiranía, con su corte do crímenes y maldades, que hacen de una na­ción que debiera componerse de hombres libres ó iguales que viven en la reciprocidad del derecho y del deber, una agrupación de poseedores y de tíS»

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BANDERA

clavos, de sabios ó ignorantes, de holgazanes y trabajadores.

Pasaron p a n n o volver jamás l a autocracia (go­bierno de uno, monarquía, imperio), la aristocra­cia (gobierno le los nobles , feudalismo), la teo­cracia (gobiferuo del clero), oon las alteraciones y medias tintas sufridas e n la práctica y consigna­das e n la historia: hoy vivimos en plena mesocra­cia (gobierno de la gente de dinero, de la burgue­sía), y conio remedio á los males que los produc­tores sufrimos se nos ofrece la democracia (go­bierno del putíblo); pero este remedio n o es mas que una ilusión que los mesócratas (los burgue­ses ) nos proponen para continuar disfrufindo los beneficios que les reporta nuestra explotación y despojo.

La democracia, basada en la unidad política del ciudadano, ora como sistema unitario, según las tendencias dei jacobmismo francés, ora como fe­deración que combina aquella unidad en las enti­dades el Municipio, la Provincia y el Eslado y desatiende al productor y á las colectividades tbr madas por los productores, tratando á lo sumo d reconocer s u derecho como reconoce el de las agrupaciones filosóficas, industriales, religiosas, recreativas, etc. , es una ficción irrealizable; nunca el pueblo, tomando esta palabra en la acepción de los trabajadores asalariauos privados de instruc­ción y de medios de subsistencia, llegará á go­bernar.

Mienten los que le quieren hacer demócrata, • los que le predican democracia, porque los que

tieneu el monopolio de la ciencia y do la riqueza nunca se dejiran gobernar por su criado, por su saputero, por su sastre, por su arrendatario, por ninguno de los que proveen á su holganza.

La democracia encubre una vana esperanza, y como única realidad sólo siguifica la sanción por los irabiíJHdores de la tiranía, de la explotación y del despojo de que son victimas.

Mentira e s la democracia, odiosa palabra inven­tada para someternos y dominarnos por el enga­ño , ya que his sistemas de fuerza n o pueden s o s ­tenerse e n una' época razonadora que sabe que aún n o hace cien años se levantó o n París el ca­dalso para el rey y la nobleza.

No s o m o s , pues, demócratas y abominamos la democracia iiorque abominamos el poder, aborre­cemos el gobernó , y n o le queremos ni aun para nosotros, difureaciándonos e n esto de esos traba­jadores ilusos que sueñan e n la constitución de u n partido oiirero politico.

En oposic im á todas las injusticias so* iales que tuvieron s u origen en el primer acto brutal que cometió ol fl e i l e contra el débil, que sancionó la política cuan lo el fuerte y el aítulo so coligaron para coostit i ir un gobierno, y que la pohtica conserva, pe 'sistiendo en el error de creer que el principio ae autoridad, en mayor ó en menor do­sis , ha de dur de sí la fórmula social perfecta y justa, en opcsición á todos los sofismas que nues­tros e n e nigos inventan, preséntense los trabaja­dores, h o y quo la crisis política ofrece oportuni­dad, á exjíOuer sus aspiraciones dü reivindicación del dereclio juntamente con sus ideas y doclrinas, como fuerza viva de la nación, como entidad activa V pensante, reclamando el concurso de cuantos

refieran la justicia á la propia conveniencia, la verdad á la jireocupacióo y la inflexible lógica de la ciencia á la vana fraseología do los mercaderes ])olíticos de iodos colores.

Proclamamos la acracia (no gobierno) y aspira­mos á un régimen económico-social en que, por la concordai'Cia de los intereses y la reciprocidad de los derechos y de los deberes, todos sean libres, todos contribuyan a la producción y todos alcan­cen la mayor felicidad posible, que consiste en que Ib qne se disfrute sea ganado por el propio trabajo

4BÍD la explotación, y por consiguiente sin las mal­diciones de ningún explotado.

La naturaleza con s u dones espontáneos, la ciencia con ol resultado de todas las observacio­nes y de todos los estudios debidamente metodi­zados, los medios do producir ú aplicaciones de la ciencia á la producción y la riqueza resultante del Lr.ibajo de lodas l.is generaciones anteriores, cons­tituyen un patrimonio universal que de derecho |iortenece á cuantos viven en una generación.

Las leyes que vinculan lo (lue nadie ha creado ó lo que crearon todos los hombres que nos pre-C< dieron por f l trabijo y por el estudio, son leyes o> pohadoras, son leyes injustas, son leyes infa­mes, que .sólo pueden obtener la aprobación de los detentadores de nuestra tierra, de nuestra ri­queza, de nuestra ciencia. Los que formularon osas leyes, los que las conservan, los que á ellas se someten y los quo las aplauden son culpables del erim m do lesa humauidaí!; por ellas se halla c«.iuteiiidu el Progreso, por ellas se ve tan reduci­da el término medio de la vida humana, por ellas SI" atrofia la inteligencia de uu número espantoso d<' h<>mbít'S, pur ellas viven aún lozanas las s u ­persticiones y creencias de la Edad Media, por ellas Sd encuentra raquítico y anémico nuestro cuerpo, pur ellas se ceba»' e n nuestras poblacio­

nes horrorosas epidemias y {, .las tu n me­dio de acción un sinnúmero «le enfermeda '"(.s que siegan en üor tantas vidas que serían la hcJ^ra y orgullo de nuestra especie. ~

i \ü tiene dueño la tierra, como no lo tieni} el fire, la luz, los mares, el subsuelo, los bosquf* y todo cuanlo existe sin el trabajo del hombre. '

No tiene dueño la ciencia, personificación nobi-l í s m a y gráfica de la solidaridad humana, suma totíil de los conocimientos parciales de cada ser, de lad.i generación, de cada pueblo histórico.

N> tienen dueño los medios de producción, con.«ecuencia y aplicación de los conocimienlos científicos.

Porque la tierra, la ciencia y los grandes arte-fados mecánicos no los crearon sus detentadores. Sino que se crearon por causas independientes de la actividad del hombre ó se produjeron por ol trabajo de todos los hombres, y el que disfrute de uu título da propiedad ó de un diploma universi­tario y con ellos explota y tiene en estado de d e ­pendencia á sus semejantes merece el calificativo que la sociedad actual aplica al que se apropia lo ajeno contra la voluntad do su dueño.

La verdadera y científica unidad social es el productor.

Son productores: los que cultivan las ci«incias arrancando á la Naturaleza sus secretos para e n ­sanchar nuestra esfera intelectual y aumentar nuestra potencia productora; los que" cultivan el arle sublimizando nuestros sentimientos para ha­cernos m a s capaces de admirar lo bello y h> bue­no y acercarnos á la felicidad; los que cultivan la industria y la agricultura atendiendo á toda.s nues­tras necesidades corporales.

El sabio en su gabinete que, estudiando intrin-cadísimos problemas, da con una solución que se traduce por un invento maravilloso; el geógrafo que, desafiando las inclemencias climatológicas ó de otra especie, se arriesga por el intenur del África, ó desafía los fríos polares para determinar fijamente el inventario de nuestro planeta; el pa­ciente observador que, con 9u potente genio y ad­mirable constancia, sorprende los místenos de la vida de los infinitamente pequeños, descubriendo importautisimas leyes para la ciencia y la indus­tria; et artista cuya inspiración le ficilita luedios para hacer vibrar las más recóndilas fibras de nuiistra sensibilidad; el obrero industrial que, on su lucha constante con la maUiria, elabora la in­finita variedad do productos co;i que provee á to­das nuestras necesidades, comodidades y recrea-cióu; el i)brero agrícola que, desafiando los rigores de las estaciones, atiende a nuestra subsistencia, y, en fin, cuantos hacen algo útil mnproductores, y únicamente por esle concepto son miembros so-ci£.les.

La primera colectividad social es la agrupación local de los productores de idé:iUca profesión.

El pacto fundamental se verifica entre el pro­ductor y la agrupación respectiva ó similar de productores.

Las agrupaciones productoras de una localidad celebran un pacto por el cual forman una entidad que facilita el crédito, el cambio, la instrucción, la h ig íe ie y la policía local, y celebra pactos con otras localidades para el crédito y el cambio en mayor esfera, á la par que las comunicaciones, transportes y servicios públicos generales y recí­procos; otras entidades formadas en virtud de condiciones geográficas especiales, como calidad y coofigur;ición del terreno, clima, etc., ^lueden constduirse mediante paclos especiales íasados en principios económicos y de facilidad de pro­ducción, cambio y transporte.

La tierra, las minas, las fábricas, los ferrocarri­les, los hircos, y eu general todos los medios de producción, trauáporle, cambio y comunicación, declara los de propiedad social, deben pasur á tí­tulo usufructuario á las colectividades trabaja­doras.

El objetivo final de la Revolución abarcív estos tres extremos:

Disolución del Estado. Expropiación de los detentadores del patrimo­

nio universal. Ürganización do la sociedad sobre la baso del

trabajo de cuantos sean aptos para la producc ióD; distribución racional dol producto dol trabajo; asistencia de los que aún no sean apto , paia ella, asi como de los que hayan dejado de serlo; edu­cación física y científico-integral para los futuros productores.

Así entendemos la Hevolucion, así la quere­mos; para efectuarla nos organizamos y ctmside-ramos que el que no está con nosotros para lle­var á efecto obra tan trascendental está contra nosotros, tanto si abiertamente se nos [lotio en­frente, como si afectando amistad ó simpatía opo­ne dist.ngos, vaguedades ó coadiciones.

(Consto do una v e . para siempre quo los traba­jadores revolucionarios no s o n escépticos ui indi­ferentes, como con perversa intención han pro­palado los demócratas de todos matices al ver que de ellos nos sejiarábamüs, siiio que, por el cou­

trario, luchamos y lucharemos con entusiasmo y convicción profunda para desenmascarar á nues­tros enemigos encubiertos, vencer á nuestros ene­migos declarados y hacer práctica la gran Revo­lución Social que tiene señalado su plazo y su término en la cronología del Progreso.

Federación Barcelonesa, compuesta de las Sec­ciones: Fundidores en bronce.—Panaderos.—Ofi­cios varios.—Carpinteros.—Albañiles. —Zapate ­ros.— Impresores.— Carreteros. —Fundidores en hierro.—Tintoreros. — Sombrereros.— Semoleros. — Faquines. — Cocheros. — Gubridores GiUndros. —Riberos.—Sastres.—Mozos del Comercio.—Te­jedores mecánicos.—Escoberos. —Cerrajeros.

Barcelona 23 de Febrero de IBíiO.

ADHESIONES.

Comisión Comarcal Galaica.—ConsejA local de Aznalcollar.—Sección Varia, de Buñol.—Federa­ción local de Ubrique.—Federación local de Reus, compuesta de las'Secciones Vacia, íüarjiioteros, Ceirajoros. Zapateros, Chapuceros y Cordeleros.— Federación local del Ferrol.—Consejo de la Unión de los obreros de las industrias de alimentación. —Federación local do Castellar del Valles.—Fe­deración alcoyana, compuesta de las Secciones de Papeleros, Tejedores, Varia y Preparadores e a

drid.—Varios anarquistas de Manlleu.—Federa-ció.i local de Marchena.—Consejo local del Puerto de Santa María.—Federación local de Zaragoza, compuesta de las Secciones de Sombrereros, Te­jedores y Molenderos.—Comisión Comarcal ara­gonesa, Zaragoza.—Sección de Agricultores de .\lcalá del Valle.—Consejo local de Enguera.— Varios trabajadores de Iznale.—Grupo de anar­quistas de Mollina.—Sociedad solidaria de obreros taponeros de Palafrugell.—Federación local do Sevilla.—Federación local de V.deiícia.—Federa-ción local de Valladolid.—Federación local de Be-iiaocaz.—Federación local dc M.irtin de Proven­sals, compuesta de Oficios varios, Peones Moline­ros, Aprestadores en lana, Tejedores mecánicos, Molineros y Tintoreros.—sección de -\gricullores de Montejaque.—Federacón local de Palma del Rio.—Comisión Comarcal le Andalucía del Oeste, Sevilla.—Grupo de anarqi istas de Alora.—Grupo anárquico de la alta m( ataña de Cataluña.— Acracia, revista sociológii i de Barcelona.—Fede­ración local de Bilbao.—S ¡cción de Agricultores y Varia de Grazalema.—Sección de Mecánicos de Madrid.—Varios anarquistas de Setenil.—Las Sec­ciones que componen la Federación local de Va­lladolid, que son: Sección de obreros en hierro y demás metales.—ídem d ) Zap iteres.—ídem do Curtidores.—ídem de Albiñi les .—ídem de S o m ­brereros y Sección Varia.—Grupo anárquico-co­lectivista de Sans.—Grupo de anarquistas de .\.lo-ra.—Primer grupo anárquico do la alia montaña catalana.—Federación local de Bilbao.—Federa­ción local de Pal unos.—Federación local de Al­calá del Valle.—Federación local do Enguera.— Sección Varia de Granada.—Consejo local do Igualada, compuesto de las Secciones de Galone­ros, Tejedores á mano y Varia.—Sección de Gar-)interos de Reus.—Varios aoarqnistas de El Ru-)io.—Los obreros mecánicos en lana de Sabadell:

Antonio Gurvi, Pablo Giner, Juan Gumellas, Car­los Valero, Manuel Ortiz y José Giné.—Sección de Agricultores de Ubrique.—Vanos anarquistas de La Campana.—Comisión Federal, Valencia.—Fe­deración local de Játiva.—Federación local de Arcos.—Consejo local de la Federación madrileña. —Sección de Fundidores, Madrid.—Andrés Riera y Marlí, Gracia.—Manuel Teri-era, La Línea.— Juan l^asanovas.—San Vicerle de las Junqueras. —Salvador Pasa risa, cárcel de Palencia.—Fran­cisco Diaz, Fuencarral.—llamón Domingo Gonzá­lez, Salamanca.—J. V . , Carcagente.—Salvador González, Medí la de Rioseco.—Juan Garcia Váz­quez, Ubrique.—R. Rodr.guez Checa, La Pizarra. —Francisco Fó, Sabadoll.—Teresa Clararaunt de G., Sabadell.—Manuel M irales, Ubrique.—Conse­jo de Redacción de la B . 4 . . N O E I U S O C I A L .

B A N D E R A ^ O C I A L

SEMANARIO ANÁRQUICO COLECTIVISTA

FUENCARRAL, 94, M A D R I D .

precios de suscripción: Trimestre, una peseta en la Región Españoht; número suelto, 5 céntimos; pa­quete de 3o ejemplares, una peseta; para las demás Regiones el mismo precio más el exceso de franqueo.

Las suscripciones se pagarán en libranzas del giro mutuo, letras dc fácil cobro ó sellos de tranqueo cer­tificando la carta.

Madrid ili86.—impreot* dc Josí Gil y Navarro, Santa Engracia, j .