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Antología de Poemas Alejandra Pizarnik CIELO mirando el cielo me digo que es celeste desteñido (témpera azul puro después de una ducha helada) las nubes se mueven pienso en tu rostro y en ti y en tus manos y en el ruido de tu pluma y en ti pero tu rostro no aparece en ninguna nube! yo esperaba verlo adherido a ella como un trozo de algodón enyodado dentro de la tela adhesiva sigo caminando un cocktail mental embaldosa mi frente no sé si pensar en el cielo o en ti y si tirara una moneda? (cara tú seca cielo) no! tu ser no se arriesga y yo te deseo te de-se-o! cielo trozo de cosmos cielo murciélago infinito inmutable como los ojos de mi amor , pensemos en los dos los dos tú + cielo = mis galopantes sensaciones biformes bicoloreadas bitremendas bilejanas lejanas lejanas lejos, sí amor estás lejos como el mosquito sí! Ese que persigue a una mosquita junto al farol amarillosucio que vigila bajo el cielo negrolimpio esta noche angustiosa llena de dualismos. Ernesto Cardenal Salmo 1 Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni asiste a sus mítines ni se sienta en la mesa con los gangsters ni con los Generales en el Consejo de Guerra Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano

Selección de Poemas

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Poemas de diferentes escritores

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Page 1: Selección de Poemas

Antología de Poemas

Alejandra PizarnikCIELO mirando el cielo me digo que es celeste desteñido (témpera azul puro después de una ducha helada) las nubes se mueven pienso en tu rostro y en ti y en tus manos y en el ruido de tu pluma y en ti pero tu rostro no aparece en ninguna nube! yo esperaba verlo adherido a ella como un trozo de algodón enyodado dentro de la tela adhesiva sigo caminando un cocktail mental embaldosa mi frente no sé si pensar en el cielo o en ti y si tirara una moneda? (cara tú seca cielo) no! tu ser no se arriesga y yo te deseo te de-se-o! cielo trozo de cosmos cielo murciélago infinito inmutable como los ojos de mi amor , pensemos en los dos los dos tú + cielo = mis galopantes sensaciones biformes bicoloreadas bitremendas bilejanas lejanas lejanas lejos, sí amor estás lejos como el mosquito sí! Ese que persigue a una mosquita junto al farol amarillosucio que vigila bajo el cielo negrolimpio esta noche angustiosa

llena de dualismos.

Ernesto Cardenal Salmo 1

Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni asiste a sus mítines ni se sienta en la mesa con los gangsters ni con los Generales en el Consejo de Guerra Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano ni delata a su compañero de colegio Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales ni escucha sus radios ni cree en sus slogans Será como un árbol plantado junto a una fuente.

Page 2: Selección de Poemas

Luis Borges Everness

Sólo una cosa no hay. Es el olvido. Dios, que salva el metal, salva la escoria Y cifra en Su profética memoria Las lunas que serán y las que han sido. Ya todo está. Los miles de reflejos Que entre los dos crepúsculos del día Tu rostro fue dejando en los espejos Y los que irá dejando todavía. Y todo es una parte del diverso Cristal de esa memoria, el universo; No tienen fin sus arduos corredores Y las puertas se cierran a tu paso; Sólo del otro lado del ocaso Verás los Arquetipos y Esplendores.

Pablo Antonio CuadraLa noche es una mujer desconocida

Preguntó la muchacha al forastero: —¿Por qué no pasas? En mi hogar está encendido el fuego.

Contestó el peregrino:—Soy poeta, sólo deseo conocer la noche.

Ella, entonces, echó cenizas sobre el fuego y aproximó en la sombra su voz al forastero: —¡Tócame!—dijo—¡Conocerás la noche!

Julieta DoblesDe palabras La palabra, tu palabra es un barco certero hacia el deseo. Lanza tan primitiva, caricia tan urgente, lindando casi con el rojo mordisco de lo obsceno. Tu palabra me sobresalta, me desata, me incita. Plenamente verbal, me humedezco de esencias germinales, y se activan mis manos, mi cuerpo, mi palabra también para dormir el aire con la tuya.

Page 3: Selección de Poemas

Tu palabra, furtiva entre mi oído, moscardón malicioso, me cosquillea el instinto. Subleva mis silencios y, exacerbada de penumbras, nos acerca y nos une en esa vieja danza de los cuerpos deseantes y absolutos.

Tu voy y mi voz se están amando entrecortadas, susurrantes, plenas de excitaciones, de turgencias, de alientos agresivos o ternísimos, entre un silencio despeinado y gozoso. Palabras que se tocan, se muerden, se estremecen sn esa enredadera de deseos que es sólo aire empapado y aromoso. Hacemos el amor también con la palabra.

Vicente HuidobroINVIERNOLa rubia agreste

De los ojos trizados Muerta esta mañanaE invierno pasaba por las callesAquel árbol frágil

guarda todas las lluviasEstrellas prisioneras

Iban Hacia las frías celdas

Esta llovizna Humedece mis pupilas

En un tiempolos pájaros cantaron

Y cogieron nuestras manos Las flores que crecían sobre el ríoHAY UNA LUZ

QUE NOS SOSTIENE DEL VACÍO

Pablo NerudaPuedo escribir los versos más tristes esta noche.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 

Page 4: Selección de Poemas

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Juana de Ibaubaurau A PROMESA

¡TODO el oro del mundo parecíadiluido en la tarde luminosa!Apenas un crepúsculo de rosala copa de los árboles teñía.

Page 5: Selección de Poemas

Un imprevisto amor, mi mano uníaa tu mano, morena y temblorosa.¡Éramos Booz y Ruth ante la hermosaera que circundaba la alquería! —¿Me amarás? —murmuraste. Lenta y gravevibró en mis labios la promesa suavede la dulce, la amable moabita. Y fue como un ¡amén! en ese instanteel toque de oración que alzó vibrantela rítmica campana de la ermita.

LA SEDTU BESO fue en mis labiosde un dulzor refrescante.Sensación de agua viva y moras negrasme dio tu boca amante. Cansada me acosté sobre los pastoscon tu brazo tendido, por apoyo.Y me cayó tu beso entre los labios,como un fruto maduro de la selvao un lavado guijarro del arroyo. Tengo sed otra vez, amado mío.¡Dame tu beso fresco tal como unapiedrezuela del río.

Gabriela MistralEl niño solo

Como escuchaste un llano, me paré en el repechoY me acerqué a la puerta del ranchoDel camino.Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho¡y una ternura inmensa me embriagó como un vino!

La madre se tardó, curvada en el barbechoEl niño, al despertar, busco el pezón de rosaY rompió en llanto… Yo lo estreché contra el pecho,Y una canción de cuna me subió, temblorosa…

Por la ventana abierta la luna nos miraba,El niño ya dormía, y la canción bañabaComo otro resplandor, mi pecho enriquecido…

Y cuando la mujer, trémula, abrió la puerta, Me vería en el rostro tanta ventura cierta¡que me dejó el infante era los brazos dormido!