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San Ireneo
y el conocimiento naturai de Dios
Un tema tan capital hubo de ofrecerse muy pronto al inters de la ciencia. Para algunos criticos el planteamiento, en los tr minos con que le formul, denotarla una falta de perspectiva y
sentido histrico. Segn otros tal problema escap simplemente a la conciencia del Santo, por no entrar en el campo de sus preocu
paciones. Ni l ni sus adversarios le habrian nunca formulado.
Tampoco faltan quienes, con todas las reservas impuestas por la
terminologia y la doctrina de s. Ireneo, descubren premisas bas tantes para una respuesta categrica, en sentido afrmativo ne
gativo. Hay pues soluciones para todos gustos. Volver de nuevo a la carga, ino sera condenarse de antemano a la derrota? Asi lo
crei algn tiempo. Hoy lo veo de otra manera. El unico que, a mi juicio, ha estudiado con amplitud y
' ex professo ' el tema1,
no disimula preocupaciones polmicas2. Nadie le ha abordado sis temticamente a la luz de los problemas y soluciones de los adver sarios del Santo. Ninguno se pregunt si el conocimiento naturai de Dios habla no interesado a los heterodoxos ; ni si Ireneo era consciente de sus posiciones.
Todos los elementos controvertidos provienen del '
Adversus
haereses '
y denuncian sin excepcin, directa indirectamente, una
defnida postura de los gnsticos y marcionitas. ; Como prescindir de ellos, para en tender el planteamiento del Santo? Mucho habla
llovido, sin salir del campo valentiniano, hasta venir a la slntesis de Tolomeo. La terminologia gnostica habia llegado a un tecni cismo notable. ; No sera posible descubrirle en el tema particular del conocimiento de Dios; y segn l, llevar la investigacin con
arreglo a dos series paralelas de categorlas, ortodoxas y herticas? Tan arbitrario corno afirmarlo es denegar
' a priori ' la posibilidad
de tal mtodo.
1 L. Escoula, Saint Irne et la connaissance naturelle de Dieu, in :
Rev. des Scienc. Relig. (Strasbourg) 20 (1940) 252-270. 2 Contra la postura de J. Lebreton, Histoire du dogme de la Trinit,
l'I, p. 527 539.
1 Grcgoriatmm XLVII (1966) Voi. XLVII.
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442 ANTONIO ORBE, S. I.
Para comodidad del lector dividiremos el articulo en dos Par tes : Primera, doctrina valentiniana ; Segunda, doctrina de s. Ire neo. Las dos van muy unidas. Imposible entender al Santo, sin
el fondo previo de sus grandes adversarios.
Parte primera
DOCTRINA VALENTINIANA
Sin querer adelantar ningn juicio sobre el resultado de la
investigacin en el campo heterodoxo, bien est apuremos lo que de sus adversarios nos ensena el propio Ireneo. Dejo a un lado a
los marcionitas. Su doctrina sobre el tema no aparece con su
ficiencia en las pginas del Santo, viene fcilmente englobada por el mismo Ireneo con la de los gnsticos valentinianos.
Los grandes adversarios, implacablemente perseguidos a lo
largo del ' adversus haereses ', son los discipulos de Valentin. ; Se
les ocurri nunca plantear el problema?
Segun los valentinianos 3 habia dos dioses :
a) el Dios Bueno, el unico verdadero dios, incognoscible, abismo (&) inefable, de trascendencia absoluta; el Padre del Salvador, y dios del Nuevo Testamento; verdadero Theos Agnostos.
b) el dios justo, Demiurgo del cielo y de la tierra visibles, dios ' sui generis ', sefior de los hebreos y dios de los eclesisticos, autor del Hexameron (Gen. 1, formador del humano plasma y
legislador del Antiguo Testamento; arconte arcngel, ms que dios.
Al Dios Bueno, puro espiritu, se aplicaba la teologia negativa del medio platonismo. A El se referia la dispensacin del N.T., el evangelio especifico de Jesucristo, en lo que tenia de
' economia de la Salud '. El A.T. habia aludido a El repetidas veces, corno
algo directa e inmediatamente incognoscible por el hombre. Israel no le habia conocido, ni siquiera habia entendido su existencia; y en consecuencia, nadie trat, entre los hijos de Jacob, de bus carle. Sea por lo que fuere, ninguno en el A.T. era capaz de verle en vida, ni El habia querido manifestarse a nadie 4.
3 Les llamaremos aqui indiferentemente ' valentinianos ' gnsticos
' ' heterodoxos
4 Cf. Iren., I, 19, 1 : Necessarium autem duxi addere iis et quanta de
Propatore ipsorum, qui incognitus erat omnibus ante adventum Christi, eli
gentes de Scripturis .suadere contendunt, ut ostendant Dominum nostrum
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 443
Muchas sentencias del evangelio ratifcan lo mismo. Ireneo enu mera algunas muy significativas, resumindolas, corno en cifra, en el himno de jubilacin 5.
Porque en estas (palabras de Mt. 11,25...) segun dicen
manifest claramente El (= el Sefior) que nadie jamas conoci an
tes de ,su venida al Padre de la Verdad inventado por ellos. Y se
gun pretenden asentar el autor y creador (del universo) fu siem
pre conocido por todos ( ). esto lo dijo el
Sefior hablando del Padre Ignorado de todos, al que ellos anuncian6.
Tal axioma se apoyaba mejor peor en el evangelio. La exe
gesis sera muy discutible 7 ; no asi, el significado gnstico. Mien
tras el Demiurgo, autor del cosmos y formador del hombre, fu
siempre conocido, el Dios verdadero fu absolutamente ignorado hasta el Salvador. En esto pensaban corno los marcionitas8.
El Demiurgo, dios cognoscible, fu contemplado (&) por los profetas (I, 19, 2), sin peligro alguno de la vida. Al paso que, segun Ex. 33,20
' nadie vera a Dios (al verdadero Dios) y vivir '. La esencia del Creador no hacia misterio. Era un arconte
psiquico, de naturaleza racional. Habia entre el Demiurgo y los
psiquicos (= judios y eclesisticos) un parentesco tan intimo corno
alterum annuntiare Patrem praeter Fabricatorem huius universitatis ; quem ...
impie blasphemantes, labis fructum esse dicunt. Prophetam igitur Esaiam dicentem (Is. 1,3) :
' Israel autem me non cognovit et populus me non in
tellexit'; invisibilis Bythi ignorantiam dixisse coaptant. Et in Qsee quod dictum est (Os. 4, 1) :
' Non est in eis Veritas, neque agnitio Dei ' ; in hoc
idem tendere conantur. Et (Ps. 13,3: cf. Rom. 3,11 s.). 'Non est intelli
gens aut requirens Deum : omnes declinaverunt, simul inutiles facti sunt ' ;
in Bythi ignorantia apponunt. Et per Moy.sen autem dictum (Ex. 33,20) ' Nemo videbit Deum et vivet ', in illum habere suadent relationem. (2) Et Fabricatorem quidem a prophetis visum dicunt: illud autem quod scriptum est ' Nemo videbit Deum et vivet
' de invisibili magnitudine et incognita omnibus dietimi volunt.
15 Iren., 1,20,3 : ... Ostensionem autem superiorum et velut finem re
gulae suae ( ) afferunt haec (Mt. 11, 25 ss. ; Le. 10,21 ss.) :
' Confiteor tibi, Pater Domine terrae et caelorum, quo niam abscondisti ea a sapientibus et prudentibus et revelasti ea parvulis. Ita, Pater meus, quoniam in conspectu tuo placitum factum est. Omnia mihi tradita sunt a Patre; et nemo cognovit Patrem, nisi Filius, et Filium nisi
Pater et cuicunque Filius revelaverit '. Agregar IV, 6,1 ss. (largamente). 6 Iren., 1,20,3. 7 Vase la bibliografia citada ltimamente por J. Ochagava, Visibile
Patris Filius. A Study of Irenaeus' Teaching on Revelation and Tradition, Romae 1964, p. 62 ,ss.
8 Cf. Tert., Adv. Marc., V, 16: Deus Marcionis naturaliter ignotus nec usquam nisi in evangelio revelatus, non omnibus scibilis.
Vase A.
Harnack, Marcion, Leipzig 1924, p. 266*.
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en lo visible entre el padre y sus hijos; fundado en la psyche, intermedia entre el espiritu y la materia.
Los gnsticos no se detuvieron a distinguir entre conocer () y ver (pv) ; ni vieron problema en su aplicacin a los niveles paralelos del Dios Espiritu y del dios Psyche. Sin discutir nunca el axioma de ' lo semejante por lo semejante
' ( poto
), admitieron las dos secuelas : a) al Dios Espiritu solo sera capaz de contemplarle un ele
mento espiritual, ngel u hombre, y no uno psiquico; b) al Demiurgo, dios psiquico, le podr ver un elemento ra
cional, ngel u hombre; y tambin un espiritu. El racional, porque lo semejante conoce a lo semejante; el espiritu, porque quien con templa y entiende lo mas entiende contempla lo menos.
' Empero el hombre animai () no percibe las cosas del
Espiritu' (1 Cor. 2,14). en otra parte (1 Cor. 2,15): 1 espiritual juzga de todas las cosas'. Aquello de 'empero el (hombre) psiquico no percibe las cosas del Espiritu' dicen (los valentinianos) se referia al Demiurgo, el cual por ser animai (= racional) no conoce ni a la Madre (= Sofia Achamoth) que es espiritual, ni a la simien te de ella, ni a los eones del Pleroma e.
Los valentinianos no se paraban en barras. Aun el Creador del Gnesis, por racional y psiquico, era incapaz de entender la eco nomia del Espiritu. Semejante ineptitud determina el error funda mental, irremediable hasta la venida del Verbo, de la dispensacin hebraica. La regia de fe giraba, entre judios, en torno a la clusula de Isaias 45,6 (46, 9...) :
' Yo (el Creador) soy dios, y fuera de mi no hay otro Errando el propio dios, ; crno iban a dar sus fieles con la verdad?
Quieren (los valentinianos) que el Demiurgo tuvo origen de la conversin (de Achamoth) ; y del temor (de ella), toda la restante substancia animai (irracional), tales corno las almas de los brutos y fieras y hombres irracionales. Por eso, siendo corno es l (= el De miurgo) falto de vigor () para conocer nada espiritual, ima gin ser el unico (verdadero) Dios, y lo vino diciendo mediante los profetasi 'Yo soy Dios (y) fuera de mi no hay otro'10. Ensefian
8 Tren., I, 8, 3. Cf. IV, 33,15 in fine. 10 Is. 45,6... Pasaje citadisimo entre todas las familias gnsticas, y
asignado indefectiblemente al Demiurgo, para poner de relieve el aplomo de su ignorancia. Consultar Gregorianum 42 (1%1) 410 ss. Por excepcin el II. Apocalipsis de Santiago 56, 26 s. le aplica al Salvador. Vase A. Bhlig - P. Labib, Koptisch-gnostische Apokalypsen aite Code V von Nag Hammadi, Halle-Wittenberg 1963, p. 60 y 78 s. Puede tambin verse A. Harnack, Marcion, p. 269* ss.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 445
adems que de la tristeza (de Achamoth) vinieron los espiritus del mal (cf. Eph. 6,12). De donde tuvo origen el diablo, a quien deno minan tambin Cosmocrtor, y los ngeles y toda la espiritual substan cia del mal. Agregan que el Demiurgo es hijo (= producto) de la Madre de ellos (= de los gnsticos); mientras el Cosmocrtor es pro ducto () del Demiurgo. Y que el Cosmocrtor conoce las cosas
que estn encima de l, por ser espiritu del mal; al paso que el De
miurgo, por psiquico, las ignora11.
Los valentinianos extreman sus principios. El objeto del cono cimiento psiquico, ha de ser psiquico; y el del conocimiento espi ritual, etspiritual. Segun eso, los psiquicos (judios y eclesisticos), en virtud de su naturaleza racional, pueden conocer al Demiurgo, padre suyo y creador del mundo sensible. Los pneumticos poseen aptitud naturai para mediante la Gnosis conocer al Dios Bueno, Padre del Verbo y por su medio de ellos.
Al decir el Demiurgo ' Yo soy dios y fuera de mi no hay
otro '
demuestra : a) la creencia de que, por ser creador del mundo
sensible y padre de los hebreos (o justos del A.T.), es el nico verdadero Dios; b) la ignorancia absoluta del Dios Bueno y de toda la economia del Espiritu vinculada a El.
En la misma linea, audaz pero muy lgica, atribuyen los va lentinianos al Diablo (y a los suyos, espiritus del mal ,o espiritus materiales), un conocimiento superior al del Demiurgo. El espiritu material junta los dos extremos de pneuma y de hyle, y si por ma terial es inepto para el conocimiento racional caracteristico del De
miurgo, por espiritual posee una capacidad superior a la psyche y puede fisicamente conocer, de algn modo, la economia del Espiritu.
Los gnsticos son parcos al hablar del objeto de tal conocimiento. '
El Cosmocrtor conoce las cosas que estn encima de l ( = del
Demiurgo) '.
El Demiurgo y las vias del conocimiento
La concisin habitual de los heterodoxos deja amplio margen al anlisis. En lugar de ir sistemticamente analizando las vias
posibles del conocimiento de Dios, senalemos de antemano sin
salir de los gnsticos las del conocimiento del Creador. El Demiurgo se dio a conocer al hombre por varios caminos.
Pj-imeramente a los grandes personajes del A.T. Patriarcas y
Profetas por conocimiento inmediato, reductible a la vision.
Iren., 1,5,4.
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Moiss vi al Creador, sin peligro de la vida ; igualmente Abrahn
(No), Isaac y Jacob ... asi corno los Profetas (Iren., I, 19, 1)12. Entre ellos y el Demiurgo mediaba una relacin de estricto
parentesco. Al igual que todos los judios, eran verdaderos hijos suyos, y de su misma substancia1S. Tocbales reconocer al Demiur
go por padre, de j and a los gentiles ( = hilicos) su conocimiento
por Creador. Va mucho de reconocer a uno por padre, y a si mismo
corno hijo suyo naturai14; a conocerle por Creador, y a si mismo
corno simple creatura suya. El primer conocimiento responde a la
comunidad de naturaleza (' simile a simili ')ls, y es univoco. El hombre psiquico entendia a su dios, el Demiurgo,, igual que
un hijo a su padre. Bastabale conocerse para entender no slo la
existencia del Creador, sino su esencia, facultades y ejercicio; de
consiguiente, toda la economia suya sobre Israel, desde los prime ros dias de la creacin sensible hasta la venida del Mesias ( = Cris
to) psiquico, la doctrina y teologia toda del A.T. ; y naturalmente, sus limitaciones.
Ahi se hacian fuertes los marcionitas para descalifcar al autor del cielo y de la tierra sensibles, corno arconte (o diosecillo) sujeto a pasiones iguales que las del hombre. Si Adn, venido del De
miurgo en lo psiquico, pudo faitar y caer en pecado, tan sujeto corno l a limitaciones sera el Demiurgo16.
12 Vase arriba nota 4. En confirmacin cabe aducir un fragmento de lo,s ofitas, en quienes se inspiraron mucho los discipulos de Valentin (Iren., I, 30, 10 s.) : Ex quibus (hominibus) quendam Abraham elegisse ipsum Ial dabaoth et testamentum posuisse ad eum, si perseveraverit semen eius ser viens ei, dare ei hereditatem terrae. Post per Moysen eduxisse ex Aegypto eos, qui ab Abraham essent, et dedisse eis legem et fecisse eos Iudaeos : ex quibus elegisse septem Dies (= lumina), quos et sanctam hebdomadam vo cant, et unusquisque eorum suum praeconem ad semet gloriandum et Deum annuntiandum ; uti et reliqui audientes glorias servirent et ipsi his, qui a
prophetis annuntiarentur Dii. Sic autem prophetas distribuunt : huius quidem laldabaoth Moy.sen fuisse et Iesum Nave et Amos et Abacuc; illius autem Iao Samuel et Nathan et Ionam et Michaeam; illius autem Sabaoth Heliam et Ioel et Zachariam; illius autem Adonei Esaiam et Ezechiel et leremiam et Daniel; illius autem Eloei Tobiam et Aggaeum; illius autem Horei Mi chaeam (sic!) et Nahum; illius autem Astaphaei Hesdram et Sophoniam. Horum igitur unusquisque glorificans suum patrem et deum ...
13 Iren., I, 5,1 : Unde et Metropatorem et Apatorem et Demiurgum eum et Patrem vocant : dextrorum quidem Patrem dicentes eum, id est psychi corum; sinistrorum vero, id est hylicorum, Demiurgum ; omnium autem
Regem. 14 Cf. Heraclen, segun Orgenes, In Joh. XX, 24 fragm. 46. Anadir
Iren., IV, 41,1 ss. 16 Cf. . des Places, Syngeneia, Paris 1964, p. 136 ss. et passim. 16 Cf. Tert., Adv. Marc. II. Vase Waszink, In Tert. de anima,
p. 10* s.
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E1 raciocinio valia tambin para los gnsticos, y hubieron de
apropirselo. E1 conocimiento '
secundum naturarti '
era incompa
tible, entre ellos, con la existencia en el Demiurgo, de ningn estricto misterio. No habia, ni podia haber en l verdad alguna, que convenientemente manifestada fuera inaccessible a los psiquicos.
* * *
La diferencia entre los grandes personajes Patriarcas y Pro fetas y el vulgo del A.T., por lo que al conocimiento especifico del Demiurgo atane, resultaba nula.
Yahveh ( Jaldabaoth...) seria libre para revelar esconder sus designios; para darse a conocer inmediatamente a sus hijos. Quiso manifestarse a unos pocos, y esconderse a los mas. La
' re
velacin corno algo positivo, depende de la voluntad. Tambin entre hombres puede el padre no darse a conocer a los hijos. Los
Patriarcas y Profetas, corno hijos suyos privilegiados, tuvieron la fortuna de verle directamente.
El vulgo israelita (resp. el eclesistico) no le vi ni le vera,
porque su padre, el Demiurgo, no quiere manifestarsele en este
mundo; mas no porque esconda misterio alguno incognoscible. Las
cosas del Creador sern misterios para el hilico, mas no para el racional.
Asi entendida, la ' revelacin ' del Creador a Moiss y a los
grandes del A.T. no se extiende en rigor a la esencia de Yahveh, ni a las perfecciones suyas fisicas ; sino nicamente, a los designios
libremente adoptados por l, en orden a una economia positiva,
ajena a su persona. Todo individuo, psiquicamente formado, conoce sin revelacin
la existencia y aun esencia del Creador, su padre. Le basta mi
rarse a si, racional. Y lo mismo que conoce mediante noticia no
ciones propias, univocas, la esencia de su padre terreno, es capaz
de entender en virtud de su esencia racional la del autor
del mundo sensible.
* * *
Aparte el conocimiento fundado en la comunidad de natura
leza; paralela conjuntamente con l, era obvio que los gnsticos
asignaran a los racionales (psiquicos) la via clsica ' ex effecti
bus ', subiendo del mundo creado al Creador. Era un camino abierto
a todo racional, y conocido aun entre paganos.
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Resultan significativas unas lineas de Tolomeo, en carta a Flora :
E1 Apstol (Juan) ... declara que la creacin del mundo Le es
propia (= al Salvador) y que todo ha sido hecho por Su medio y nada se hizo sin E1... y que (es obra) no de un dios corruptor, sino de uno Justo y aborrecedor del mal. Tal (perversa doctrina) es de hombres inconsiderados (), que no entienden la razn de la providencia del Demiurgo, y que han echado a perder no sola mente el ojo del alma sino tambin el del cuerpo. Por lo dicho ves claro cmo faltaron stos a la verdad. Cada uno de los bandos (= dos grupos) fallan a su modo : los unos (= marcionitas) por ignorar al dios de la Justicia, los otros (=r eclesisticas, catlicos) por igno rar al Padre del Universo, a quien dio a conocer con su sola ve nida (sensible) el Unico (r= Unignito) que le vi ".
El valentiniano apunta una idea extendida entre estoicos : la visi bilidad en la providencia de Dios1S. La recogen paganos y ecle sisticos19 Quien no ve la providencia, no tiene ojos20.
Sin negar una Providencia superior, Tolomeo asigna aqui la
al Demiurgo, y ella es la que se manifiesta a quienes po seen una vista sana de cuerpo y de alma. El argumento
' a crea
tione ' conduce, segun eso, por vista de ojos al conocimiento de un Creador providente; juntando la existencia con la providencia.
Un paso mas. Los gentiles hilicos gozan de la vista, igual
que los psiquicos, para contemplar la creacin sensible. ; Sern
tambin ellos capaces de subir del mundo fisico al Demiurgo, del cosmos a su providencia?
De un lado, los hilicos poseen un alma irracional, corno la de
los brutos. Para entender el trnsito del efecto a la causa requi rese discurso. Luego, se les asigna a los brutos el poder dis
cucivo, se les niega tambin a los hombres hilicos, de consi
guiente a los gentiles, el argumento '
a creatione '
(resp. *
ex pro
videntia'). Ambos extremos son igualmente fuertes.
De otro lado, los gnsticos, hombres de su siglo, no parecen
17 Ep.la ad Fioroni, apud Epiph., Pan. 33, 3, 6-7. 18 Cf. E. Norden, Agnostos Theos 26 ss. 19 Cf. Apuleyo, De mundo 24: Hanc opinionem vates .secuti profiteri
ausi sunt omnia Iovis piena esse, cuius praesentiam non iam cogitatio sola sed oculi et aures et sensibilis substantia comprehendit. Agregar Tefilo Ant. , 5
' mediante la providencia y las obras de E1 es contemplado y en
tendido (Dios) ' ; Clem. Al., Strom. V, 6,2 ; y las referencias de M. Pel
legrino ed. Minuc. Fel. Octavins 17,3 s. (p. 127 ss.). 90 Cf. Minucio Flix, Octav. 17, 3 : Quo magis mihi videntur qui hunc
mundi totius ornatum non divina ratione perfectum volunt... mentem, sensum, oculos denique ipsos non habere.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 449
haber visto ni formulado jams semejante dilema. Al igual que algunos eclesistioos 21, podian asignar a los brutos una cierta ra
zn, capaz de discursos '
sui generis necesaria y sufciente para
reaccionar v. gr. ante la invocacin de Dios. En su lugar vere
inos 22, que hasta s. Ireneo recurre a semejante fenmeno.
Adems, los gnsticos atribuyeron a los gentiles verdadero culto a Dios; de indole material, corno cumple a hombres hilicos,
pero religioso. Todo culto, aun errneo, se basa sobre la idea de un dios existente. E1 fragmento de Heraclen, inspirado en el
Kerygma Petri, no deja lugar a duda.
Nos llevaria lejos exponer ahora los dichos de Heraclen, toma
dos del intitulado Kerygma Petri, y detenernos en ellos, examinando
asimismo el libro, hasta qu punto es autntico adltero mixto.
Por lo cual gustosamente pasamos (tales cosas) en silencio, recogien do solo aquello. Dice l, corno doctrina de Pedro, que no conviene
adorar a la manera de los gentiles que reciben (en su culto) las co
sas materiales y veneran lefios y piedras; ni dar culto a lo divino
corno judios, pues tambin ellos, en la creencia de conocer solos a
Dios, le ignoran, venerando ngeles y a Men (dios lunar) y a la
Luna 23.
Ni el error en el culto hebreo indica que todos le equivocaran ignorando a Yahveh, su dios; ni la indole material corruptible de les gentiles parece excluir un verdadero conocimiento
casi sen
sible, visible de la providencia del Creador. Los valentinianos no aparecen totalmente destituidos de sentido
comun. La mayoria de los hombres, segun ellos, eran hilicos, sobre
todo entre los gentiles. A Cain mismo, tipo del hilico, le introduce el Gnesis hablando con el Demiurgo y dandole culto. Dotado de
un alma '
vulgarmente '
discursiva, capaz de una vida mucho mas
levantada que la de los simples brutos, su irracionalidad no debe medirse por la que manifiestan estos ultimos, sino por el predo minio de las pasiones irracionales, congnitas a su psyche. Dando
margen juntamente a pesar de su consubstancialidad con el alma
de los brutos a la diferencia ' extrinseca ', de ellos24.
21 S. Justino, Dial cum Tryph. 4; Taci ano, Ad graecos 15. Vase
Plutarco, Bruta animatia ratione uti 985 d-992 e. Cf. K. Ziegler, art. Pi
tarchos, en: Pauly-Wissowa 1949 III 2c); M. Pohlenz, Die Stoa, II, 21 s. 114.
22 Cf. p. 466 s. ; M. Spanneut, Le Sto'icisme des Pres de fglise 278. 23 Apud Origen., In Ioh XIII, 17: Preuschen 241, 14 ss.; P.G. 14,
424 C s. 24 Segn explicaremos en otro lugar.
59:44 PM
450 ANTONIO ORBE, S. I.
E1 plasma humano es apto para la actuacin humana de una
substancia hilica, irracional. Mientras el organismo de los brutos resulta inepto a tal fin. La diferencia entre los hombre hilicos y los simples brutos no reside en la esencia y virtudes de la natura leza hilica, en la que son consubstanciales ; sino en el cuerpo, ex
terno a ella, donde residen unos y otros.
En definitiva, ningn inconveniente hay en asignar la via ' ex
creatis ad Creatorem dentro de los gnsticos, a la categoria in fima de hombres. Los gentiles fueron capaces de subir del mundo sensible al Demiurgo.
Los valentinianos desestimaban a los gentiles en general. La filosofia pagana tenia su valor. Aplicada al conocimiento del Crea dor, de la providencia inmediata, empleaba argumentos muy su
periores a la torpeza de los brutos. No por eso dejaba de ser hilica, de hombres en su mayoria irracionales. Lo irracional no residia en los argumentos, fundados en razn; sino en las impurezas mo
rales con que iban tarados. Las pasiones materiales impedian a
Cain el culto verdadero del Creador. Igual ocurria con los argu mentos paganos, aceptables en si, pero contaminados por razn del substrato humano e ineptos para encumbrarse a las alturas
del puro racional, mediante el conocimiento perfecto y univoco del
Creador del mundo. Los filsofos paganos, en su mayoria25, se
contentaron con la via '
ex effectibus ', y creyeron imposible cono
cer directa e inmediatamente, en esencia, al autor del cosmos sen
sible. Lo cual equivalia, gnsticamente, a confesar su inferioridad substancial respecto al propio Demiurgo.
Se adivinan las consecuencias. Todos los argumentos vulgares del helenismo, en torno a la incognoscibilidad (esencial) del Dios
Ignoto (fuera no autor del cosmos sensible), pasaban sin mas al acervo de los hilicos u hombres irracionales. Estos poseian su teo dicea. Reconocian sin dificultad la existencia del Demiurgo
' ex effectibus '. Bastbales contemplar el mundo sensible para descubrir en l las perfecciones dinmicas del Creador. Los ngeles (poten cias) intermediarios entre l y la materia, traducibles por efectos sensibles, tales corno la sabiduria, el poder, la providencia... hall
25 Probablemente los gnsticos fueron mas benvolos para Platon, Her clito, Estoicos ... que adivinaron el argumento
' ex cognatione, ex domesti citate... especifico de lo,s psiquicos para con el Demiurgo, y de los espi rituales para con el Dios Supremo.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 451
banse al alcance de los hilicos. De los efectos subian a las poten
cias, y de, las potencias al Demiurgo. Cotejando la via del conocimiento del Creador, peculiar a los
psiquicos con la caraeteristica de los hilicos (resp. gentiles) : lo nico exclusivo de los psiquicos reside en la noticia filial. Aunque no todos los hebreos le entendieran asi, tenian capacidad fisica de
llegar ahi, con una noticia esencial, inmediata, intuitiva, por cogna cin. Tal fu el conocimiento especifco de los profetas del A.T., y sin duda tambin el de los Patriarcas a quienes se les revel facialmente el Demiurgo.
Los gnsticos no innovaban del todo. Habiales precedido Filn mediante la antitesis del conocimiento del Creador, en Moiss y en Besalel.
Hay una inteligencia... que conoce la causa no a partir de lo
creado, corno (se conoce) lo permanente a partir de una sombra, sino
que pasando por encima de lo creado recibe un fantasma () 26
claro del increado, y comprende, a partir (directamente) de l (= del increado, tambin de la causa), a l y a su sombra, esto es, al logos y a este mundo. Tal es Moiss, al decir {Ex. 33, 13) :
' Ma
nifistate a mi, y vate yo claramente No quieras revelrteme por medio del cielo de la tierra, del aire en general de cosa alguna de las creadas. Ni contemple yo en otro algun (medio) tu idea, sino
en ti, oh Dios. Porque las apariciones inherentes a las cosas creadas
se deshacen, mientras las que tienen lugar en el increado permanecen estables y firmes y duraderas. Por eso llam Dios a Moiss y habl
con l. Tambin llam a Besalel, mas no igualmente. El uno (Moi
ss) recibe la idea de Dios, a partir de la misma causa; el otro
(Besalel) concibe al artifice de este mundo, corno a partir de la som
bra, por raciocinio ( ). ...Porque Moiss Ueva a ejecu
cin los seres arqutipos, y Besalel sus imitaciones 27.
Entre los psiquicos y los hilicos valentinianos hay la misma dife
rencia que entre Moiss, capaz de mirar directamente al Creador,
causa del mundo; y Besalel, incapaz de otro conocimiento que el
umbrtil, a partir de las cosas creadas, por via de discurso.
26 Cf. A. Bonhffer, Epictet und die Stoa, Stuttgart 1890 pp. 159 y
164; R. Hirzel, Untersuchungen zu Ciceros Philosophischen Schriften, III,
Hildesheim 1883 (=1964) p. 211 nota. 27 Leg. alleg. Ili 100-102. Cf. Plant. 26 s.
Vase S. Sandmel,
Abrahatn's Knozvedge of the Existencc of God, en : H.Th.R. 44 (1951)
p. 138.
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452 ANTONIO ORBE, S. I.
Filn asienta las bases. Los gnsticos extreman las premisas,
vinculando la primera especie de conocimiento por vision direc ta a los psiquicos, en elianto tales ; y la segunda
por de
duccin a los hilicos, dominados por los sentidos.
El Padre (Dios Bueno) y las mas del conocimiento
La existencia, entre gnsticos, del Dios Bueno, autor del Pie roma y trascendente al universo material gobernado por el De
miurgo, determina un planteamiento anlogo y paralelo al anterior. Hemos declarado las vlas del conocimiento del Demiurgo. iQu caminos hay para conocer al Dios Supremo?
A primera vista, bastarla saber la identidad entre el Dios Bueno y el Theos Agnostos para negar toda posible via. No es asi. Su obra atestigua la voluntad que tiene de manifestarse al hombre.
Incognoscible en si, condesciende adoptando una dispensacin po sitiva, para revelarse fuera de Si y extender a otros Su propio
conocimiento. El Dios Bueno, a quien por simplificar denominaremos el Pa
dre (del Unignito, del Verbo), dio a luz su mundo, el Pleroma, de indole espiritual. Y mas tarde, por un proceso que no es del
caso determinar, al Demiurgo y su cosmos planetario y material.
Todo lo dicho antes sobre el Demiurgo va inserto, segun eso, en
un esquema mas amplio, de que forma parte. Asi corno el Creador
posee su cosmos, asi el Padre tiene el suyo. Y si el Demiurgo go bierna sobre un mundo integrado por elementos psiquicos e hili
cos; el Padre domina un universo todavia mas grande, integrado
por elementos asimismo espirituales. Mas aun, paralelamente al
Creador en su relacin con los psiquicos, nacidos de su esencia, existe una relacin similar de parentesco entre el Padre y los espi rituales, nacidos de su misma substancia.
Las vias del conocimiento del Padre, en teoria, habrn de considerar los tres gneros especies humanos : espiritual, psiquico e hilico.
' A priori ' cabe pensar que el conocimiento directo e inme
diato del Padre se ha de reservar a solos espirituales. El Dios
Espiritu es absolutamente incognoscible, en plenitud, para quien no le sea consubstancial, esto es, para quien no sea pneumtico.
Siempre con arreglo al axioma simile a simili. Los psiquicos, capaces de intuir y conocer perfectamente al
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 453
Demiurgo (psiquico), sern para el conocimiento del Padre, lo
que los hilicos para el conocimiento del Demiurgo. Los gentiles, en su condicin de hilicos, se hallaban condenados a no ver al
Creador, ni entender su esencia. Debian contentarse con las vias
indirectas, subiendo del efecto a la causa, y de las huellas impresas en el mundo sensible por las potencias del Demiurgo al conoci miento de las mismas virtudes. Nunca, sin embargo, a la intuicin de la esencia, origen de ellas.
Ahora bien, si los hilicos (resp. paganos) eran capaces de ascender por raciocinio al conocimiento de las perfecciones din micas del Demiurgo, sensibles en el mundo material, de presu mir era que paralelamente los psiquicos pudieran subir por camino similar al conocimiento de las perfecciones dinmicas del Padre, ostensibles en el mundo psiquico y material. De est ma nera, podrian llegar los psiquicos (ngeles y hombres) a entender la existencia del Padre, su providencia, sabiduria, poder..., con
arreglo a las manifestaciones dispersas por El aun en el mundo
infrapleromtico. Agrguese que, segn los valentinianos, el. Padre habia in
directamente actuado entre los eones del Pleroma, y en la consti
tucin misma del universo infradivino. La existencia y obra del
Demiurgo, en toda su integridad, debiase a la Sabiduria del Verbo
(del Padre). El Creador, dentro de la verdadera y ltima perspec tiva, obedecia a una Providencia mucho mas alta. La diminuta pro videncia con que gobernaba al cosmos sensible era un reflejo de la que seguia el Verbo (resp. el Padre) en el proceso y dominio de todo el Universo, asi espiritual corno hilico.
Ambas providencias, del Demiurgo y del Padre, se dejaban sentir necesariamente - al menos, desde el punto de vista objeti vo en el mundo sensible : no slo por la dependencia real del
Demiurgo, en todas sus acciones, de la Sabiduria y Providencia del Padre, sino por el influjo, superior al demirgico, indispensable al gobierno de la Iglesia espiritual, inherente al mundo sensible. Los hombres espirituales nacen, se desarrollan y llegan a la Gno
sis, dentro del cosmos material, con arreglo a leyes propias. Re
quieren una providencia superior a la del Demiurgo, aunque com
patible con la suya. ; Es posible que semejante influjo del Padre
(resp. del Verbo de la Sabiduria) se esconda sin dar senales de si?
Segn los valentinianos hasta en las Escrituras del Antiguo Testamento, procedentes, en su inspiracin, del Demiurgo, hay mu
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454 ANTONIO ORBE, S. I.
chos elementos de superior inspiracin28. Moiss, el gran me
diador entre el Demiurgo y los israelitas, disemin en el Gnesis elementos de inspiracin pneumtica, de contenido arcano, inac cesible a los hebreos, y en general, a los psiquicos. Muchas de sus clusulas escondian doble sentido, espiritual y psiquico, y aun material29.
Quien dice de Moiss del Gnesis, dice asimismo de los Profetas y hagigrafos, a lo largo del A.T. Al escribir (Gen. 1, 2a) : ' la Tierra empero era invisible y sin constitucin ', aludia el autor simultneamente a la materia informe de que el Demiurgo sac el
mundo sensible, y a la substancia incognoscible e inefable (superior a toda forma) del Dios Sumo, a lo misterioso () del Pa dre. Lo mismo, al escribir Isaias (1,3): 'Empero Israel no me conoci y el pueblo no me entendi ', signifcaba el profeta la igno rancia (resp. trascendencia) del Abismo invisible, del Padre30. A
partir, pues, de la trascendencia del Dios Sumo, bajando por las dos series cuaternarias de eones inmediatos a El, hasta los mis terios futuros particulares de la Iglesia espiritual, inherente al cosmos : aun lo espiritual parece haber sido inspirado, a lo largo del A.T., a los hagigrafos.
Se comprende que no todas las clusulas inspiradas por un
elemento ms alto que el Demiurgo hayan sido entendidas en su
mximo valor. Y que la mayoria de las sentencias equivocas, de
doble triple simultneo sentido, hayan escapado a la conciencia
de los hagigrafos, instrumentos del Creador, y por ende psiqui cos. Pero es creible que tan repetidas intervenciones del Padre
(resp. del Verbo de la Sabiduria), en las Escrituras del A.T. y en el gobierno del mundo, hayan escapado en su absoluta totali
dad a los psiquicos, sin drseles a conocer?
Venimos al paralelo de arriba. Los hilicos eran capaces de en tender no solo la existencia, sino buena parte de las propiedades
28 Cf. Iren., 1,7,3. Temas similares, en G. Strecker, Das Judenchri stentum in d. Ps. Klementinen, Berlin, 1958, . 175 ss.
29 Cf. Iren., 1,18,1 : Moyses enim, inquiunt (valentiniani), incipiens id
quod est secundum conditionem opus, statini in principio Matrem omnium ostendit, dicens :
' In principio fecit Deus caelum et terram '. Quatuor haec nominans, Deum et principium, caelum et terram, quaternationem ipsorum, quemadmodum ipsi dicunt, figuravi! Et invisibile autem et absconditum eius manifestantem dicere: 'Terra autem erat invisibilis et incomposita'. Se cundam autem quaternationem, progeniem primae quaternationis, sic eum dixisse volunt, abyssum nominantem et tenebras, in quibus sunt et aquae et qui ferebatur super aquas spiritus ...
' Vase Gregorianum 44 (1963) 691 730 sobre la exegesis gnostica de Gen. 1,2b.
30 Cf. Iren., 1,19,1. Vase arriba nota 4.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 455
y atributos dinmicos del Creador, por sus huellas en la creacin sensible. Aun cuando no alcanzasen el nivel especifco de los hijos del Demiurgo, podian muy bien al igual que los flsofos gen tiles entender muchos elementos del Autor del cosmos.
Arguyendo ' a pari sabiendo que el Padre tiene una Provi
dencia superior, no slo en su propia regin (resp. en el Piero
ma), sino aun dentro del cielo y de la tierra sensibles (o regin del Demiurgo) ; y que la ejerce, parte mediante el Demiurgo, parte mediante la Sabiduria del Logos en Su gobierno de la Iglesia espiritual : qu inconveniente hay, ni pudo haber, en que los psi quicos entiendan las huellas de tal Providencia; y en consecuen
cia, que subiendo a travs de ella, conozcan sin revelacin alguna
positiva la existencia del Dios Bueno, y buena parte de sus atri butos dinmicos por los que se deja sentir en el mundo?
Todo induce a pensar siempre ' a priori
' que al menos los psiquicos hubieron de ser capaces, por via racional, de llegar al conocimiento del Padre.
* * *
Y sin embargo no era asi. Segn los gnsticos no hay lugar al argumento
' a pari ' ; no cabe arguir del paralelo con los hili
cos. El Demiurgo ciertamente era asequible, en su existencia y atributos dinmicos, por deduccin
' ex effectibus ', a los hilicos ; corno lo manifiestan los propios flsofos paganos. Pero el Padre no fu asequible, en ninguno de sus atributos perfecciones di
nmicas, por argumento ' ex effectibus ', a los psiquicos. Si la pro
videncia del Creador se manifestaba sensiblemente a los hilicos, la Providencia del Padre no se da a conocer sin revelacin posi tiva a los psiquicos.
Ms aun, el propio Demiurgo es absolutamente incapaz de en
tender, por sus solas fuerzas, la simple existencia del universo
espiritual. Y eso, a pesar de haber venido al ser en virtud de la Providencia y Sabiduria del Verbo, y no obstante haber fabricado el mundo sensible, merced a la continua mocin e influjo de Sofia. Ni en su primera existencia ni en su actividad especifica, es el De
miurgo independiente del Padre. Su mundo el cosmos sensi
ble va inserto en un universo gobernado por otro. Sin embargo,
ignora por completo otra economia que la del reino psiquico e
hilico. Cree haber existido desde siempre, y por si solo. Imagina haber ideado las especies y formas del cosmos, sin ajeno influjo.
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456 ANTONIO ORBE, S I.
Y jams sospecha el papel secundario, meramente instrumentai, a
que obedece, dentro de la universal dispensacin, en favor de una
Iglesia (espiritual), extrana a su persona. Semejante ignorancia, subrayada por los gnsticos, resulta ex
trana. Como dios y padre de los psiquicos debiera poseer un vigor intelectual bastantisimo a comprender al menos las propias limi taciones. Entre ellas, su insuficiencia para existir, fundada en la movilidad continua de sus actos ; su incapacidad para entender
aquello mismo a que era movido; la indole demasiado humana de sus pasiones y reacciones.
No vale prevenir, asignando tales limitaciones a la estulticia del Creador. Los propios psiquicos, ngeles u hombres, serian ca
paces de sospechar las naturales limitaciones de la psyche, y en con
secuencia, la necesidad de recurrir a un principio e influjo su
perior para explicar fenmenos inexplicables. Los gnsticos se mantienen aqui frmes. El Demiurgo ignor
hasta la revelacin ' positiva ' del Salvador, la existencia misma
de una economia espiritual mas alta. Se amparaban en la diver
sidad naturai. Un elemento psiquico no puede entender nada pneu mtico. Pero, a fin de evitar la paridad con los hilicos, capaces de entender la existencia y propiedades dinmicas de lo racional, hu bieron de recurrir a algun otro principio; siempre, para demos
trar que ningun elemento psiquico es capaz por si solo de subir
al conocimiento de la existencia misma de lo pneumtico.
S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 457
gnsticos lejos de acusar al Demiurgo de ignorancia culpable, le
presentan dcil y pronto a salir de sus tinieblas, no bien el Salva dor le revela la existencia de una economia mas alta.
Habiendo pues el Padre, de un lado, influido realmente so bre el Creador y el mundo sensible; y estando el Demiurgo (resp. sus ngeles y hombres), de otro, dispuesto a recibir dcilmente la revelacin ' positiva
' de la economia pneumtica : la secuela es bien clara. No hay via naturai que lieve a los hombres hilicos y psiquicos al conocimiento del Padre. Ni siquiera el Creador del mundo es capaz de llegar por sus caminos fisicos al conocimiento
a) no slo de la esencia, b) pero ni aun de la existencia, provi dencia y dems manifestaciones Suyas dinmicas sobre el cosmos
infraespiritual. La unica via para el conocimiento del Dios Bueno, entre los
psiquicos e hilicos, es la revelacin positiva del Verbo (= Salva
dor). Hasta su venida al mundo, para anunciar a todos (hilicos, psiquicos, y sobre todo pneumticos) el Evangelio del Padre, nadie ni siquiera el Creador entendi la providencia y existencia del mismo. Y nadie habia sospechado
' a fortiori ' los misterios
espirituales que la Sabiduria del Verbo habia ido comunicando a los profetas y hagigrafos del A.T. Las clusulas que los conte
nian, objetivamente, habian quedado amparadas en el equivoco hasta la revelacin del Testamento Nuevo.
Supuesta la revelacin positiva, tanto los hilicos corno sobre todo los psiquicos eran capaces de entender la Providencia y la existencia del Padre, y en general de toda Su economia. Pero se
guian incapaces de comprender Su esencia, por conocimiento pro
pio y directo.
La revelacin
y el conocimiento pr pio
Entre el Demiurgo y sus hijos media una relacin de paren tesco que repercute en el conocimiento connaturai ( ), caracteristico de los profetas y magnos personajes del A.T. A se
mejante conocimiento le llambamos especifico 32.
Ocurre preguntar. ; Era conocimiento espontneo, requeria
una positiva revelacin para actuarse? Hay aqui su aspecto pa
ea, aliam atque aliam caussam putantem, quam spiritus qui prophetat... sive hominem, sive perplexionem peiorum ; et sic ignorantem conservasse
() usque ad adventum Salvatoris. 32 Cf. supra p. 447.
2 Gregorianutn XLVII (1966) Voi. XLVII.
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458 ANTONIO ORBE, S. I.
radjico. De un lado, siendo ste el conocimiento especifco de los hombres dotados de psyche, debiera ser espontneo entre los psi quicos y extenderse a todos ellos. De otro, nicamente los patriar
cas y profetas, personajes de excepcin corno Moiss, eran admi tidos y solo a intervalos al conocimiento directo del Crea
dor, por una rigorosa '
revelacin positiva
Tal paradoja apenas ofrece difcultad. Basta distinguir entre la aptitud () y la dignidad () de los psiquicos. La distincin aplicada por Heraclen a los pneumticos tiene para los
psiquicos 33 valor exactamente paralelo.
La aptitud () indica simplemente la habilidad ca
pacidad fisica, y se funda en la naturaleza del individuo. El psi quico es fisicamente bbil para conocer la esencia animica, donde
quiera se halla, y en consecuencia, tiene aptitud naturai para en tender al Demiurgo.
Pero la aptitud no basta en orden al conocimiento actual, mientras no se junte la dignidad (), y se resuelva en acto. Los hebreos, corno psiquicos, poseian verdadera aptitud fisica para conocer directa e intuitivamente al Creador; mas no todos le co
nocieron asi en vida. Unicamente algunos privilegiados merecie ron ser hechos dignos ()34 de contemplarle. Asi los profetas y magnos personajes del A.T. que por especial favor del Demiurgo fueron hechos dignos ss. Se es profeta por la gracia de Dios. Se
contempla al Demiurgo, no por sola aptitud fisica, sino por un favor especial del mismo, que se digna manifestar a unos psiqui cos, y no a otros.
El Creador no puede otorgar la dignatio, llamndoles a su co
nocimiento inmediato, a simples hilicos; porque los materiales no
poseen la base indispensable para tal ejercicio. Habr de confe rirsela siempre a hombres psiquicos. Pero han de juntarse ambos elementos, la aptitud () y la dignacin, para llegar al acto.
Esto que ocurre entre los hebreos para el conocimiento suyo caracteristico (' ), reservado aqui a los grandes per
33 Cf. Origenes, In Joh. VI, 39 : Preuschen 147, 15 ss. fragm. 8 Heracl. 34 Cf. ps. Barn. 9,9:
' Sabelo aquel que deposita en nosotros el don nativo ( ) de la doctrina. Nadie aprendi de mi orculo mas genuino; pero s, que vasotros sois dignos ()'. Igual tecni cismo encierra el en Filn, Cherub. 42; Poimandres (= C.H. I) 26; ps. Clem. I, 11 (= Recogn. 1,9); XVIII, 6.7.9; Recogn. li, 1; Hippol., Refut. IX, 15, 2; Porfirio, Vita Plotini 4. Vase Nobden, Agnostos Theos, Leipzig 1929, p. 290 ss.
35 Lograron la dignatio. Cf. Festugire, L'Astrologie et les Sciences Occultes, Paris 1950 p. 352.
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S. IRENEO EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 459
sonajes del A.T., ocurre paratamente entre los gnsticos para la
ciencia suya especifca del Dios Bueno. No basta que sean fisi camente espirituales. Requirese adems la dignatio, esto es, que sean hechos dignos de actuar aquella aptitud fisica. Lo cual tiene
lugar mediante la iluminacin (resp. revelacin positiva), por una
grada singular. En ambos casos, lo mismo entre psiquicos que entre espiri
tuales, el conocimiento connaturai del Demiurgo por el psi quico, del Padre por el pneumtico
ha de ser externamente
provocado mediante un elemento gratuito.
Se es gnstico por la grada de Dios, corno se es profeta merced a ella. Con una diferencia : que mientras la gracia prof tica, encaminada a actuar la aptitud fisica del individuo psiqui co, procede del Creador; la gracia gnostica, encaminada a excitar la capacidad fisica del pneumtico, ha de venir del Padre (resp. del Salvador). En todo caso y es lo que convenia dejar bien asentado nunca, ni entre psiquicos ni entre espirituales, es po
sible llegar aqui al conocimiento ' secundum cognationem ', sin una
intervencin positiva, gratuita, del Creador del Padre. En otras palabras, la via caracteristica de los hebreos para
conocer la esencia del Demiurgo, y la de los perfectos cristianos
para intuir la esencia del Dios Bueno, no son vias espontneas, de
conocimiento divino, a disposicin de los psiquicos de los pneu mticos, en cuanto tales. Requieren un complemento gratuito.
De ahi se siguen interesantes consecuencias. No pudiendo llegarse al Padre por conocimiento indirecto ni entenderse por via
racional Su providencia y existencia, solamente ser accesible por
camino de revelacin. Los propios espirituales tendrn necesidad
de ella para a) conocer la existencia y atributos dinmicos del Pa
dre, b) a fortiori Su esencia y misterios intimos. La venida del Salvador fu indispensable para tener noticia
del universo estrictamente divino. Y no obstante la indole pneu
mtica de los ' ungidos '
(reyes, sacerdotes, profetas) del A.T.,
ninguno de ellos sospech siquiera la existencia de su Padre Dios,
por encima del Creador. La revelacin del Evangelio trajo al mundo una doctrina no
visima, especifca, en torno al Padre y su economia. Por l pu
dieron todos enterarse, hasta los hilicos, de la existencia del Dios
Espiri tu y de su universo. Pero ni los hilicos ni los psiquicos
poseian aptitud () para entender la esencia y perfeccio nes absolutas del Padre. Ms aun, los propios espirituales digni
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460 ANTONIO ORBE, S. I.
ficados solo mediante la ' iluminacin venida del Salvador, logra ban la Gnosis, y entendian la esencia del Dios Espiritu, con el conocimiento espectfico de los hijos naturales del Padre.
Apuremos esto ltimo. Requerian los valentinianos para la Gnosis estricta del Dios Bueno dos cosas : a) la gracia de la Ilu
minacin, que redujera al acto la capacidad fisica, movindole desde fuera al individuo (y no con mocin espontnea) ; b) la media cin del Hijo (= Salvador) entre el Padre y el hombre.
Dios mismo no confiere directamente la gracia de la Ilumina cin. Debido a Su trascendencia, encomienda tal ministerio al
Salvador, su Hijo. El Creador aparecia sin mas y sin peligro al
guno de la vida, a Moiss a los Patriarcas, inducindoles dere chamente a su conocimiento. El Padre jams pudo revelarse a nadie hombre ni ngel sino mediante el Hijo, Forma suya personal. El individuo galardonado con la Gnosis se abre pues primero a la Forma cognoscible del Padre, que es el Hijo; y solo
por su medio conoce al Padre. Nunca directamente al Padre.
Semejante diferencia obedece a la que media entre las na turalezas psiquica y pneumtica del Demiurgo y del Padre. El Crea dor es psiquico, y posee desde su origen (limitado) una forma y naturaleza bien definida. Ningun misterio hay para su conocimien to, por via de intuicin directa. Mientras el Padre, que es Espiritu sin principio ni forma ni delimitacin alguna, no puede ser
' con cebido '. Todo concepto supone limite, forma definida. Y el Dios infinito no tiene limites algunos.
El unico modo de aprehender al Padre est en el Hijo, en
gendrado libremente por El corno Forma de Si. Quien concibe al Hijo entiende por su medio lo inconcebible del Padre, de ma nera concebible ; lo infinito de Dios, de manera finita.
A raiz de la ' Gnosis ' provocada por el Hijo (= el Salvador), el hombre iluminado entiende a Dios mediante el Hijo por via fisica (' secundum domesticitatem '), al nivel pneumtico di vino; no por discurso, sino por intuicin. Dentro de lo intuitivo por vision espiritual, no por vision psiquica, en consonancia con la ' similitud naturai ' que media objetivamente entre Dios y el
gnstico. El gnstico, a partir de la Iluminacin, comienza a entender
por intuicin los misterios de la economia de la Salud, que es dis pensacin de Espiritu. Y entre otros, entiende tambin los miste rios relativos al Demiurgo y los suyos, no corno le entienden sus
hijos psiquicos, sino con un conocimiento superior, espiritual. Hay
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 461
aqui su paradoja. Los gnsticos conocen al Demiurgo ' espiritual
mente ' : lo psiquico, por caminos de espiritu. Entienden al De
miurgo y su economia psiquica, un poco ' sub specie aeternitatis
con una luz superior a la del mismo Creador. Le conocen mejor
que se entiende l. Tal pensamiento, blasfemo para s. Ireneo y aun para Plotino3e, se halla de acuerdo con las premisas valenti
nianas, y responde en linea paralela al conocimiento que podrian tener los profetas del Creador,
' ex creatis Los profetas entienden al Demiurgo, corno padre, mucho mejor que le pueden entender corno Artifice del mundo sensible. Y sin embargo le co nocen por ambas vias, excediendo corno hijos la ciencia racional.
E1 cosmos sensible, habitacin temporal de individuos hilicos, psiquicos y espirituales, posee al menos una triple cognoscibilidad :
a) una inmediata, asequible a los hilicos (resp. a la filosofia gentil) ; b) otra superior, asequible a los profetas psiquicos llamados a la ciencia directa del Demiurgo; c) otra espiritual, mas encum brada aun, accesible nicamente al
' Gnstico ' iluminado por el Salvador.
Para los gnsticos solo posee valor definitivo la dimensin
espiritual del universo. Tanto mas apreciarn las cosas, cuanto
mas se alleguen al Espiritu. Los caminos del conocimiento sern
tanto mas estimables cuanto mejor se simplifiquen en la unidad de la Gnosis, a la luz del Espiritu.
Las vias racionales, corno racionales, no tienen aplicacin (ni valor) en el reino del pneuma. El camino de la
" revelacin ' po seer dos sentidos : segun se aplique a la revelacin psiquica, ca
racteristica del A.T., a la pneumtica, tipica del Nuevo. La revelacin espiritual se manifiesta asimismo por dos vias :
la de los Evangelios y tradiciones literarias gnsticas, y la de la iluminacin individuai. Ambas se armonizan y se requieren. El camino de la revelacin escrita no basta para llevar al conocimien
to perfecto de Dios. Requirese adems el bautismo de Perfeccin Iluminacin personal, evocada en el individuo por el Salvador con la comunicacin de Su Espiritu. Solo entonces comprende el interesado al Padre, mediante el Hijo, y penetra en los Evangelios y en la Tradicin secreta de los espirituales.
A est luz, el camino ' ex creatis ad Creatorem ' resulta pobre
para los espirituales, y aun para los psiquicos : capaces corno son de un conocimiento superior (la
' Gnosis ', la ciencia ' profeti
36 Enn. II, 9,15,8 ss.
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462 ANTONIO ORBE, S. I.
ca ') que penetra hasta la esencia (del Padre del Demiurgo). Da a conocer las perfecciones del Creador reflejables en el mundo vi
sitile, material; la providencia suya inmediata, y de consiguiente, su existencia. Mas no prueba las perfecciones (dinmicas), la Pro videncia ni la existencia del Supremo Dios, inaccesibles a la ra zn humana.
Epicuro niega la providencia escribe Plotino ... Pero est doctrina (de los gnsticos), con mayor audacia aiin, censura al sefior de la providencia (= al Demiurgo), y a la providencia misma, y ultraja a las leyes todas de ac 37.
El escndalo de Plotino tiene su fundamento, Los gnsticos, por un lado, hablan con cierta veneracin de la providencia del Creador, accesible a todo individuo de cuerpo y alma sanos. Lo vimos en el valentiniano Tolomeo3S. Y por otro, se ven lgica mente obligados a desestimarla, corno providencia reducida (a lo sensible), no extensiva a los elementos espirituales dentro y fuera del cosmos , sujeta a la unica verdadera Providencia ( =
Sabiduria) del Verbo, incapaz de resolver el eterno problema de la coexistencia en el mundo (sensible) de naturalezas antitticas, buenas y malas 39.
Hay tambin aqui su paradoja, particularmente marcada en la carta de Tolomeo a Flora. El camino
' ex creatis ad Creatorem ',
preconizado en ella para subir a la providencia (resp. existencia) del Demiurgo, es inadecuado para entender la simple Providencia
y existencia del verdadero Dios. Solo la revelacin conduce a ella.
Por afn de enaltecer al Padre, los gnsticos han deprimido al Demiurgo y a la razn (o filosofia gentil) ; e indirectamente, des ligado el vinculo que une al cosmos sensible con el Verdadero Dios. No porque nieguen un vinculo real, sino porque con la mediacin del Creador hacen imposible el trnsito del mundo a Su primera Causa.
Enn. II, 9,15, 8 ss. Cf. Iren., III, 24,2. 38 Cf. supra p. 448. 39 Cf. Tolomeo, Carta a Flora (s. Epifanio, Panar, haer. 33, 7,8) :
' No tenis por qu inquietaros ahora para saber crpo de un principio nico del Universo, simple y (corno tal) profesado y creido entre nosotros, el (prin cipio) ingnito e incorruptible y bueno, vinieron { se constituyeron) estas naturalezas, la de la corrupcin y la de la mesotes, que son de substancia desemejante, cuando el Bueno ( el Bien) tiende por naturaleza a engen drar y proferir las cosas semejantes a Si y consubstanciales (y por tanto buertas)
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 463
Resumamos los elementos que mas interesan, en orden al plan teamiento sobre s. Ireneo y el conocimiento naturai de Dios. Ya entre sus grandes adversarios, los valentinianos, se habia planteado a) el problema del conocimiento naturai del Demiurgo
' ex crea tis ' ; b) el conocimiento
' secundum cognationem ' del Demiurgo
entre los profetas psiquicos cualifcados ; e) el conocimiento para lelo del Padre entre los espirituales gnsticos iluminados.
Habian distinguido con suficiencia entre el conocimiento esen cial, perfecto, vinculado a la via
' secundum cognationem ' ; y el de
la existencia (resp. providencia) del Demiurgo del Dios Sumo. Nada dijimos sobre otras vias de conocimiento: por tradicin
orai escrita, por la Escritura psiquica y pneumticamente in
terpretada. Las noticias recogidas entre los valentinianos basta ron para prevenir una solucin demasiado ingenua. ; Acaso se les ocurri nunca a los gnsticos distinguir entre el conocimiento na turai y el sobrenatural de Dios ?
No solo se les ocurri, sino que discurrieron sobre semejan te distincin, en fuerza de axiomas tan incontrovertidos, para ellos corno la trinidad de hombres hilicos, psiquicos y pneumticos ; la dualidad de dioses (Demiurgo, Dios Bueno) de mundos (Pie roma, Kenoma). Lo que para los hilicos es naturai difiere esen cialmente de lo naturai psiquico, y aun mas de lo pneumtico. El conocimiento relativo a tales tres naturalezas humanas, en corres
pondencia con las del Universo, plantea ipso facto la distincin en
tre las tres vias connaturales a ellas.
Adems de ocurrirseles, la distincin se complic entre los
gnsticos, no sin un cierto virtuosismo, desesperante para quienes se acercan a ellos, finisimo para quien se complace en seguir las
innumerables interierencias a que se presta el juego de tres na
turalezas.
En tal sentido, si algo hay que los valentinianos han sabido
plantear con decisin y claridad ha sido eso: la axiomtica dis tincin de los caminos racional, psiquico, espiritual para llegar a la esencia, propiedades, providencia, mera existencia de los dos dioses en juego.
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464 ANTONIO ORBE, S. I.
5". Ireneo
y la doctrina valentiniana
Antes de venir a la doctrina espontnea del Santo sobre el conocimiento de Dios, conviene eliminar algunos escrupulos. Los criticos se han complacido en poner de relieve determinados frag mentos, de subido color polmico, cargando el peso de la investi
gacin sobre ellos. por lo menos, sin distinguir entre las pgi nas espontneas, donde corre su doctrina sin apuros ni preocupa
ciones ' ad hominem y las que dedica a rebatir a sus adversarios. Merece singular importancia un pasaje del libro II. Intere
sante desde muchos puntos de vista, suele sin embargo ir sepa rado de las lineas que le siguen, capitales para calibrarlo segun conviene. A despecho de su extensin, le doy entero, en la versin
latina llegada a nosotros. ,
Quomodo autem et ignorabant vel angeli aut mundi fabricator
primum Deum, quando in eius propriis essent et creaturae exsisterent eius et continerentur ab ipso? Invisibilis quidem poterai eis esse prop ter eminentiam; ignotus autem nequaquam, propter providentiam. Ete nim licet valde per descensionem multum separati essent ab eo, quo modo dicunt; sed tamen dominio in omnes extenso oportuit cogno scere dominantem ipsorum et hoc ipsum scire, quoniam qui creavit eos est Dominus omnium. Invisibile enim eius quum sit potens, ma
gnani mentis intuitionem et sensibilitatem omnibus praestat potentis simae et omnipotentis eminentiae. Unde etiamsi 'nemo cognoscit Pa trem nisi Filius, neque Filium nisi Pater, et quibus Filius revelaverit ', tamen hoc ipsum omnia cognoscunt, quando ratio mentibus infixa mo veat ea et revelet eis, quoniam est unus Deus omnium Dominus40. Et propter hoc altissimi et omnipotentis appellationi omnia subiecta sunt; et huius invocatione etiam ante adventum Domini nostri sal vabantur homines et a spiritibus nequissimis et a daemoniis universis et ab apostasia universa; non quasi vidissent eum terreni spiritus aut
daemones, sed quum scirent quoniam est, qui est super omnia Deus, cuius et invocationem tremebant et tremit universa creatura et prin cipati et potentia et omnis subiecta virtus. Aut numquid hi, qui sub Romanorum imperio sunt, quamvis nunquam viderint Imperatorem, sed valde et per terram et per mare separati ab eo, cognoscent, propter dominium, eum qui maximam potestatem habet principatus; qui au tem super nos erant angeli, vel ille quem mundi fabricatorem dicunt, non cognoscent omnipotentem, quando iam et muta ammalia tremant et cedant tali invocationi? Et utique non viderunt eum, tamen Do
40 Iren., II, 6,1. E1 articulo de L. Escoula, 5". Ir nee et la con naissance naturelle de Dieu, en: Rev.d.Sc.Rel 20 (1940) 252-270 analiza este fragmento, sin tener en cuenta las lineas que le siguen.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 465
mini nostri nomini subiecta sunt omnia; sic et eius qui omnia fecit et condidit vocabulo, quum alter non sit, quam ipse qui mundum fecit. Et propter hoc Iudaei usque nunc hac ipsa adfatione daemonas ef
fugant, quando omnia timeant invocationem eius, qui fecit ea41.
S. Ireneo gusta de arguir ' ad hominem Muchas de las p
ginas del libro II Adv. haereses discurren asi; y lo mismo ahora. Los valentinianos pretenden que el Demiurgo y sus ngeles (psi quicos) son creaturas del Primer Dios (= el Padre), viven en Su casa y se hallan contenidos por El. La enorme distancia que se
para al Padre, del Demiurgo y de sus ngeles, hecha sensible me diante los eones del Pleroma, no obsta para que extienda Su do minio sobre todos ellos.
En tal hiptesis arguye el Santo, a partir de las clsicas pre misas de la teologia misma pagana. Hay diferencia entre Invisible e Ignoto. El Primer Dios, que por hiptesis es puro Espiritu y trasciende el mundo psiquico, permanecer inasequible en esenca
al Demiurgo y sus ngeles psiquicos. Esencialmente Invisible ; mas no Ignoto, ignorado en Su providencia (resp. dominio) y existencia.
Incapaz el Demiurgo de conocer en esencia al Primer Dios, habr de conocerle en Su providencia y dominio universal; y de
consiguiente en Su existencia. Si lo invisible de Dios se hubiera mantenido en absoluto si
lencio, sin actuar hacia fuera, no habria modo de llegar a l. Pero si, dotado corno est de omnipotencia, actua fuera de Si, segun conviene a Su alteza soberana, habr de dar destellos de Su poder ;
y ser posible conocerlo de alguna forma. No se revelar lo Invi
sible, sino el poder de lo Invisible. S. Ireneo es bel al tecnicismo de los binomios videre/cognos
cere, invisbilis/ignotus. Videre (resp. visibilis) equivale a con
templar directa e inmediatamente : tiene por objeto la cosa en si,
la persona (esencia) misma de Dios. Cognoscere (resp. cognosci bilis) por contraste con
' videre ' indica un simple cono cimiento; tiene por objeto algo emanado de la esencia persona de Dios, tal corno el poder, el dominio, la providencia divina sobre el mundo.
Ve contempla a Dios en su eminencia, quien le aprebende tal corno es. Conoce a Dios en su providencia, quien entiende Sus manifestaciones de poder, dominio... sobre el mundo.
El primer conocimiento, visual, conviene nicamente al Hijo.
Iren., 11,6,2.
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E1 segundo se extiende a todos. Para conocer al Dios Supremo
basta entender esto solo: que hay un Dios, Sefior del universo. E1 medio normal de tal conocimiento es la vista del dominio se fiorio de E1 sobre el universo. Del senorio se sube al Sefior, asi corno de la providencia se asciende al Providente.
Para conocer al Primer Dios no precisa verle. Basta entender
las huellas que ha dejado en el universo, de poder, sabiduria... y subir de ellas a la existencia de un Dios Unico 42.
Era el mtodo en uso entre los telogos del siglo II. Dios segun el judio alejandrino 43 es cognoscible en su existencia, no en su esencia44.
Los propios valentinianos indican el medio para llegar ahi, al ensefiar que el Dios Primero extiende el dominio sobre todos. El Demiurgo
discurre el Santo no pudo menos de enten
der el dominio que el Dios Supremo extendia y ejercitaba uni versalmente, y por tanto tambin sobre l y sus ngeles.
Ha de haber correspondencia entre el substrato Invisible del
Primer Dios y su poder. A una substancia tan eminente le co
rresponde un poder unico. Lo Invisible de El (= del Padre), poderoso corno es, otorga una grande intuicin mental y sensibilidad a todos (' a fortiori
' al Demiurgo y sus ngeles) para entender Su poderosisima y omnipotente eminencia . En otros trminos, el
Primer Dios, por lo sublime de su invisible esencia, ha de tener una virtud excepcional, y segun ella
' potenciar
' a todos los ra
cionales (' a fortiori ' al Demiurgo y sus ngeles), dndoles una
sensibilidad y penetracin de mente, capaz de descubrir Su pre sencia.
S. Ireneo no se contenta con la cuestin de derecho. Habla
del hecho. En realidad Dios otorga ('praestat') a todos los.racio nales semejante intuicin y sensibilidad mental. Y lo prueba en su aplicacin a los hombres, demonios y aun brutos animales. To dos ellos se someten al nombre del Altisimo y Omnipotente.
La extensin del argumento a los irracionales indica de ma nera implicita que si lo Invisible del Primer Dios otorga a los racionales una gran intuicin de mente (' magnam mentis intuitio nem '), regala asimismo a los irracionales una sensibilidad (' et sen
42 Segn tesis de la teologia del Imperio, especialmente estoica. Cf. Festucire, Le Dieu cosmiquc 516-518.
43 Leg. alleg. I 91. 44 Cf. Festucire, Le Dieu cosmique, Paris 1949, p. 564 s. 573 ss. ; Le
Dieu Inccmnu et la Gnose, Paris 1954, p. 6-17 (L'Existence et l'Essence).
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 467
sibilitatem ') capaz de descubrir a su modo el eminente poder de Dios.
La existencia del Dios supremo va envuelta en el poder de Su nombre. Todos estn y estuvieron siempre sujetos a la invoca
cin del Altisimo. Ireneo aduce el caso de los endemoniados an teriores al Salvador. Bastaba invocar sobre ellos al Omnipotente, para que los hombres se liberasen de los espiritus malos (' a spi ritibus nequissimis et a daemoniis universis et ab apostasia uni versa '). Para conocer pues la existencia del Altisimo basta sen tir su poder, sea en el dominio y providencia sobre el mundo, sea en la efcacia singular sobre todos y cada uno de los seres.
Igual que los espiritus malos, sintieron a veces los brutos
(' muta animalia '), temblando a la invocacin del Nombre de Dios. Ni los demonios ni los brutos vieron nunca a Dios, incapaces corno son, los unos por malos y los otros por irracionales, de contemplar la esencia del Altisimo. Pero sintieron la eminencia potentisima del Altisimo en la efcacia de Su nombre.
San Ireneo viene a confundir prcticamiente el argumento '
ex
dominio' (resp. 'ex providentia') con el 'ex potentia '
(resp. ' ex efficacia '). Dondequiera se manifesta el dominio, el poder eficaz de Dios, se revela de manera implicita la existencia Suya. Demasiado sabe el Santo distinguir entre el argumento fundado en discurso raciocinio, solo aplicable a racionales; y el que se basa en reacciones fisicas, fuera de todo discurso, corno entre bru
tos y demonios. Ambos sin embargo fguran juntos corno exponen tes claros del dominio poder de Dios.
Con tal ocasin Ireneo invoca un ejemplo clasico de la teo
logia pagana. Dios era al mundo creado, lo que el Gran Rey de
los Persas a su Imperio45.
Si no est bien pensar que Jerjes mismo echara mano perso nalmente a todos los negocios, ejecutase sus propios designios y pre
45 La analoga con el Gran Rey figura ya en Platon (Rep. Vili 553 C) y se extendi mucho en el helenismo. Es clbre el PS. Aristteles, De mundo 398b 1 ss. (Jerjes) y poco antes ibid. 398 a 11 ss. (Cambises, Jerjes, Dario) : corno que la alusin al Gran Rey puede servir muy bien para datar la cronologia del De mundo (cf. Festugire, Le Dieu cosmique 479).
La bibliografia es inmensa. Baste citar Fr. Cumont, Religions orientales 190 s. 299 n. 21 y 300 n. 22 s.; Festucif.re, L'Idal religieux des Grecs et
'vangile, Paris 1932 p. 224 ss. (argto. ' ex providentia ') ; Le Dieu cosmi
gite 229 ss. 507 y 561 ss. ; Le Dieu inconnu 115 y 118 s. Y sobre todo G.
Rudberg, Forschmgen zu Poseidonios, Uppsala 1918, p. 194 ss. (riquisimo de noticias, con, la historia de la analoga) ; E. Peterson, Der Monotheismus als politisches Problem, Leipzig 1935, p. 24 ss. 48 ss. y notas respectivas.
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sidiera en todo lugar al gobierno del Imperio, mucho peor sentaria
esto a Dios. Mas digno y mas conveniente es admitir que Dios mismo
reside en la cumbre del universo, mientras su potencia circula a tra
vs del conjunto del mundo : mueve al sol y a la luna, hace girar al
cielo entero, para todos los seres de la tierra es la causa de su con
servacin 4.
Del Gran Rey de los Persas hubo que pasar espontneamente
al Emperador de Roma. La expresin puede tam bin significar al Emperador romano47. Tertuliano piensa junta mente en el argumento clsico pagano, y en su obvia aplicacin al Cesar Emperador romano 4S.
Ninguno dentro fuera del cristianismo aplica tan ex
plicitamente corno s. Ireneo49 al Emperador romano el argumento
que venia aplicndose al Gran Rey de los Persas. Yo no creo
que el Santo inventara aqui nada B0. No inventa el tema del Em
perador (resp. Gran Rey), ni el de la invisibilidad aplicada a l 51, en su persona, ni la visibilidad atribuida a sus obras 52. Son todos motivos clsicos, polarizados en torno a la analogia de los Reyes orientales, y que ocuparon puesto importante en la literatura teo
lgica de los primeros siglos del Imperio, para definir la eminente
dignidad de Dios, infinitamente alejado de las cosas de la tierra, Su unicidad, y el contraste entre Su esencial (resp. personal) in
46 De mundo 398 b 3 ss. 47 Asi E. Peterson, Monotheismus, p. 127 n. 93 citando a Plotino V,
5,3; Din Crisstomo, Orat. 32,32; Ada Cononis 3,2; Apuleyo, Metam. XI, 17 y remitiendo a Alholdi, en Rom. Mitt. 1934, p. 101 s. Ninguno de los textos me convence; aunque el fenmeno hubo de ser demasiado obvio.
48 Cf. Apolog. 24,3 s. : Sic plerique disponunt divinitatem, ut Imperium summae dominationis. esse penes unum, officia vero eius penes multos ve lini ... Et tamen quod facinus admittit qui magis ad Caesarem promeren dum et operam et spem suam transfert nec appellationem Dei ita ut Im peratoris in alio quam principe confitetur, cum capitale esse iudicetur, alium praeter Caesarem et dicere et audire? Vase Peterson, o. c. 49 s.
49 Los criticos no recogen el fragmento del Santo (Adv. haer. II, 6,2), ni denuncian su tecnicismo, ni tratan de buscarle fuentes inmediatas de inspiracin. A. Benoit, en el capitulo que dedica a la cultura filosofica de Ireneo (Saint Irne, Paris 1960 pp. 65-73) le silencia.
50 Aludo a la clusula: 'Aut numquid hi, qui sub Romanorum Imperio sunt, quamvis nunquam viderint Imperatorem, sed valde et per terram et per mare separati ab eo, cognoscent, propter dominium, eum qui maximam potestatem habet principatus
' (II, 6,2).
51 Cf. ps. Aristteles, De mundo 398 a 14: El Gran Rey es . Lo mismo en 399 a 30:
' el Jefe y el Creador de todas las cosas, que no es visible sino a la sola razn... '.
52 Ibid. 399 b 15 : . Vase Festu gire. Le Dieu cosmique 508. 514 s.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAR DE DlOS. - 1 469
cognoscibilidad y la cognoscibilidad de Su providencia y perfec ciones .
* * *
Tornemos al anlisis de Iren., II, 6, 1-2. E1 Santo esgrime contra los gnsticos un argumento conocidisimo en la teologia del s. II. Pero
470 ANTONIO ORBE, S. I.
no se la quiso dar por via fisica, y se la declar por revelacin mediante el anuncio del Salvador, luego de haberle tenido en absoluta ignorancia a lo largo del A.T.57. Prescindiendo de cuanto Dios habria podido hacer en otra economia, los valentinianos des cubrian en la Escritura testimonios bastantes a asegurar que de
hecho supo esconderse en absoluto al Demiurgo, a sus ngeles y a
los hombres.
La ' providencia
' era gnsticamente equivoca. La que se ma
nifiesta en el mundo proviene del Demiurgo y vale mediante el camino
' ex effectu ad causam
' - para el conocimiento del Cre
dor58. La Providencia del Padre escap a la conciencia del De
miurgo59, del cual se sirvi corno de instrumento ciego para los
fines Suyos especificos60. Aunque real, solo se dio a conocer en el
mundo a raiz del Evangelio. Tal Providencia cristalizaba en la Sabiduria del Hijo y ex
tendiase sobre el Kenoma, teniendo por objeto particular la dis
pensacin de la Salud. En consecuencia orientbase hacia la Igle sia de los hombres espirituales61, desde la primera inspiracin del
sperma divino en el cuerpo de Adn (Irf,n., 1,5,6; Exc. Theol.
57 Vase Iren., 1,7,4: (Enseiian los de Tolomeo) que el Demiurgo, corno
quien ignoraba las cosas superiores a l, se movia (e impresionaba) por las cosas que decian (los profetas, movidos a veces por elementos divinos
superiores : cf. I, 7,3) ; pero acababa por despreciarlas, pensando en varias causas segiin el caso: el espiritu de profecia, que tambin posee su mo cin particular, el hombre el compie; de los malos (espiritus?). Y asi persever ignorante hasta la venida (primera) del Salvador. En viniendo em
pero el Salvador supo (el demiurgo) de El dicen todas las cosas, y gustosamente se Le alleg con toda su tropa. Y l es el centurin que dijo en el Evangelio al Salvador (Mt. 8,9; Le. 7,8): 'Tambin yo tengo de
bajo de mi poder soldados y siervos, y cuanto les mandare lo hacen Y
(agregan) que llevaria l a cabo la economia del mundo hasta el tiempo oportuno; sobre todo, en bien de la Iglesia (de los espirituales) y en reco nocimiento del premio preparado para l, (a saber) cuando ntre en la re
gin de la Madre (= en la Ogdada). Lo mismo se confirma en Iren., I, 8,4 y en un largo fragmento de He
raclen (fr. 40: apud Origen., In Ioh. XIII, 60 Preuschen 291, 91 ss). 58 Cf. Tolomeo, Ad Fiorami 3, 6. Vase arriba p. 448. 59 Iren., 1,5,6 : Escap pues corno dicen a la ciencia del De
miurgo el hombre espiritual sembrado por Sofia junto con el soplo de l
(del Demiurgo) con inefable providencia ( ). Ir, lat. 'inenarra bili virtute et providentia
60 Cf. Iren., I, S, 3 y 6. Vase igualmente Exc. ex Theodofo 47, 1 y 49,1 : Como (el Demiurgo) no conocia a la (Sabiduria del Verbo) que actuaba por .su medio, en la creencia de fabricarlo (todo) por virtud propia ( tiqc ) ...
61 Iren., I, 7,4 ; 8,4.
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S. IRENEO Y EL CONOCIMIENTO NATURAL DE DIOS. - I 471
53, 2 s.), continuando a lo largo de la historia62, hasta su libe racin por el Salvador, al pasar del Hado a la Pronoia63.
Algunos gnsticos identificaron prcticamente la Providencia con el primer pensamiento (Ennoia) de Dios64, con la imagen siempre divina vinculada singularmente a la dispensacin del pneuma en el universo. Entendida asi, se allega a la eminencia del Padre (Pronoia = Ennoia), perdiendo gran parte del conte nido asignado por el uso a la providencia inherente al mundo ma terial e5.
(Continuarci) Antonio Orbe, S. I.
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