Roubina La Historia Verdadera de Ortiz El Musico

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Una investigación sobre la veracidad de este personaje en la historia de la música de la Nueva España

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    La historia verdaderade Ortiz, el msico

    Evguenia RoubinaENM, UNAM

    Der Irrtum ist viel leichter zu erkennen, als die Wahrheit zufinden; jener liegt auf der Oberflche, damit lt sich wohlfertig werden; diese ruht inder Tiefe, danach zu forschen istnicht jedermanns Sache.

    J. W. von Goethe, Maximen und Reflexionen1

    ResumenLos estudios que se ocupan de narrar los eventos y describir losfenmenos del periodo virreinal de la historia de la msica y de laeducacin musical en Mxico, tienden a relacionar el proceso dela difusin de los instrumentos musicales europeos e inicios de lainstruccin musical en el mbito profano con las actividades delos msicos espaoles de la hueste conquistadora.

    Por la frecuencia de alusiones y la importancia que se acos-tumbr a adjudicar al papel que desempe, se destaca en estegrupo el personaje referido por Bernal Daz del Castillo comoOrtiz, el msico, a quien las numerosas publicaciones reali-zadas a lo largo de las ltimas siete dcadas nombran comouno de los protagonistas de la enseanza musical novohispana.

    El anlisis de diversas fuentes documentales del siglo XVI,no tan slo permiti probar que la escuela de msica y danzaque presuntamente estableci Ortiz, el msico, en Mxico-Tenochtitlan, no pudo haber sido edificada en ninguno de lossitios con que la proponen relacionar los autores nacionales yextranjeros que alguna vez se expresaron sobre el asunto; selleg a la conclusin de que este soldado de Corts no se en-contraba entre los pobladores de la Nueva Espaa en el perio-do posterior a la conquista.

    Revelar la verdad sobre Ortiz, el msico, por poco significanteque parezca este personaje a la luz de los ltimos descubrimien-tos, resulta de especial importancia para la musicologa mexicana,

    1 Es ms fcil reconocer el error que descubrir la verdad; aqul est en la superficie y esposible enfrentarlo; sta descansa en la profundidad y no cualquiera logra investigarla(Trad. de Brunhilde Erker), Johann Wolfgang von Goethe, Mximas y reflexiones, Stuttgart:Alfred Krner Verlag, 1949, p. 229.

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    una de las principales tareas en que consiste actualmente la revi-sin de los estudios dedicados a la historia de la cultura y ense-anza musical en Mxico, con el fin de cerciorarse que los hechosa partir de los cuales sta se construye se respaldan por la docu-mentacin probatoria fidedigna.

    En el estudio de la historia de la msica y de la educacin musical enMxico, el principio del siglo XVI es un punto de referencia cronolgicay cualitativa casi indispensable por la condicin de parteaguas quedefine a este periodo, entre cuyos acontecimientos se halla uno de lamagnitud del encuentro cultural de dos mundos. Los actores princi-pales y los impulsores de los cambios radicales que se produjeron desus resultas en la fenomenologa musical prehispnica: en las formasy los recursos de creacin y ejecucin, as como en los objetivos ymtodos de la enseanza, fueron los evangelizadores de la Nueva Es-paa y antes de stos, los conquistadores msicos quienes, indepen-dientemente del juicio moral sobre el papel que desempearon comointegrantes de las huestes militares, obraron todos ellos comocoadiutores de la difusin de los instrumentos musicales europeos ycomo iniciadores, algunos, de la instruccin musical profana en elNuevo Mundo.

    De este grupo de soldados instrumentistas ni muy numero-so ni descrito a profusin en las crnicas de la poca, el persona-je referido por Bernal Daz del Castillo como Ortiz, el msico,2

    fue favorecido por una particular atencin en los estudios espe-cializados por atribursele la prioridad en la instauracin del ma-gisterio musical en Mxico-Tenochtitlan.

    En 1934 Gabriel Saldvar se dedic a especificar los lugaresde residencia de los primeros msicos europeos en la Nueva Espaay, entre otros, mencion a Ortiz, sealando que a ste

    le fue dado un solar para poner su escuela de danzar y taeren la calle que poco despus se haba de llamar de la Gayas yno Gallas como pretendi reponer el nombre el Departamen-to del Distrito Federal; debido a cierta vecindad un tanto mo-

    2 Bernal Daz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espaa, Vol. II,Texto comparado: edicin de Alonso Remon, 1632; paleografa de Genaro Garca, 1904,Tuxtla Gutirrez, Chiapas: Gobierno de Estado de Chiapas, 1992, pp. 53-54.

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    lesta3 pidi ste otro terreno a espaldas del que tena, en lacalle que llev, si no su nombre, s su oficio, llamndosele ca-lle del Nahuatlato, por razn de ser intrprete de la lenguanahoa.4

    Como otras tantas semillas del conocimiento que mediantesus escritos pioneros Gabriel Saldvar depositaba en el frtil terre-no de la naciente investigacin musicolgica de la Amrica hispa-na, la noticia de Ortiz y su escuela tambin hizo germinar brotesprdigos. A poco de haberse revelado, la historia de Ortiz, elmsico, empez a conocerse de publicacin en publicacin,aadindosele cada vez algunos detalles novedosos al curriculumde ste y expandindose cada vez ms el periodo durante el cual sesegua el desarrollo de sus actividades.

    Alejo Carpentier, al hacer la relacin de los msicos que lle-garon a Cuba atrados por las maravillas y los tesoros del NuevoMundo, aseguraba en 1946:

    Mucho ms clara nos resulta, en este grupo, la personalidad deOrtiz el msico [...] considerado como notable taedor de vi-huela y de viola5 [...]. Cuando Hernn Corts [...] fue a bus-car hombres a Trinidad, Ortiz respondi en el acto a su llamada.Enfundando la viola y la vihuela, emprendi la gran aventura[...]. Ortiz el msico asisti a todo el proceso de la conquista.Colmada la empresa, recibi de manos de Corts, como pre-mio a su valor, uno de los solares de la ciudad de Mxico: estaba

    3 El relato de G. Saldvar no esclarece las causas del desasosiego que deban experimentar losvecinos de la calle de las Gayas, sobreentendiendo que ello se infiere del nombre de la callea la cual, segn la afirmacin de Gonzlez Obregn, la llam as el pueblo porque gaya esmujer pblica y en dicha calle existi la primera o una de las primeras mancebas quehubo en la ciudad (vase Luis Gonzlez Obregn, Las calles de Mxico, Mxico: Botas,1947 p. 219).

    4 Gabriel Saldvar, Historia de la Msica en Mxico, Mxico: Secretara de Educacin Pblica,1934, p. 164.

    5 A pesar de que Carpentier no precisa la fuente de la informacin que cita, el denominarlos instrumentos en cuyo dominio se distingua Ortiz, vihuela y viola y no byola,como se lee en el llamado Cdice de Guatemala de Bernal Daz del Castillo, hace pensarque el escritor cubano tena a la vista una de aquellas ediciones de La historia verdadera dela Nueva Espaa que, en vez de procurar la fidelidad del manuscrito del soldado cronista,se ocuparon de modernizar un poco el original de Guatemala (Carlos Pereira, 5 edicinAustral de Espasa-Calpe, p. xiii, cfr. Luis Gonzlez y Gonzlez, Atrados por la NuevaEspaa, Obras completas, Tomo II, Mxico: Clo, 1995, p. 46).

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    situado en la calle de las Gayas, en l instal definitivamentesu escuela de danzar y de taer, abierta antes en Trinidad. Solallamrsele el nahuatlato, por la singular facilidad con quehaba aprendido la lengua nahoa.6

    En 1950 Julio Jimnez Rueda, refirindose a los primerosespaoles dedicados a la enseanza musical en Mxico, narraba lahistoria de Ortiz, un tanto dramatizada y enriquecida con porme-nores prestados ya fuera de Saldvar, ya directamente de GonzlezObregn, de paso atribuyndole al msico habilidades en el do-minio de un instrumento que no mencionan ediciones fieles nimodernizadas de La historia verdadera de la conquista, como sepuede leer en este pasaje:

    Ortiz, taedor de guitarra, da lecciones de baile y de vihuelaen una calle de mala reputacin, porque ah se haban abiertolas tres primeras mancebas que hubo en la capital del Virreinatoy por eso la llamaron calle de las gallas.7 No pudiendo so-portar la cercana de tan malas mujeres se traslad a otro [sic]que, por saber Ortiz el nhuatl y ser, adems de msico intr-prete de la lengua, se le llam calle de Nahuatlato.8

    En 1970 Guillermo Orta Velzquez present una compilacinconcebida a partir de los estudios aludidos anteriormente por cier-to, sin otorgar crdito a ninguno de sus autores y puntualiz que

    Ortiz pidi al Ayuntamiento un lugar para establecer una es-cuela de baile en la que se daban, adems, lecciones de vihuela.Cerca de su casa estuvieron las tres primeras mancebas quehubo en Mxico (calle de las Gayas); por esta razn pidi otropredio, concedindosele uno que estaba a espaldas del que po-sea, dndosele a esa calle el nombre del Nahuatlato en aten-cin a que dominaba la lengua nahoa.9

    6 Alejo Carpentier. La msica en Cuba, Coleccin popular 109, Mxico: Fondo de CulturaEconmica, 1984 (Primera edicin, 1946, Tierra Firme), pp. 21-22.

    7 La manera en que aparece escrito en esta publicacin el nombre de la calle donde residaOrtiz, permite entender que Jimnez Rueda desconoca la advertencia hecha al respectopor Gonzlez Obregn (vase la nota 3).

    8 Julio Jimnez Rueda. Historia de la cultura en Mxico, El virreinato, Mxico: EditorialCultura, 1950, p. 254.

    9 Guillermo Orta Velzquez. Breve historia de la msica en Mxico, Prlogo de Juan ManuelOrtiz de Zrate, Mxico: Librera de Manuel Porra, 1971 (c1970), p. 164.

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    En 1993 Lourdes Turrent, con referencia a Orta Velzquez, de-dic al msico conquistador una frase que, no obstante estar entrecomillas, no coincida del todo con la fuente citada al hacer mencinde nuestro personaje como Ortiz, que tena una escuela de danzas,en que adems se daban lecciones de vihuelas.10

    Gabriel Pareyn, al descubrir el conocimiento de las fuentesmexicanas y cubanas, escribi en 1995 sobre el asunto de la si-guiente manera:

    Ortiz el Msico. Seala el capitn Bernal Daz del Castillo, ensu Historia verdadera de la Conquista de la Nueva Espaa, la pre-sencia de un soldado de Corts, que tiene gran aficin por la msicay que es hbil en ella: Ortiz el Msico instal una escuela dedanzar y taer en la calle Las Garzas [sic], en apenas conquista-da Mxico-Tenochtitln; y haba establecido una, poco tiempoantes, en Trinidad, Cuba.11

    En 1986 Robert Stevenson introdujo algunos datos no reve-lados con anterioridad al expediente del msico soldado,12 dn-dole por nombre Alonso13 y aventurando que ste, probablemen-te, fue el mismo residente de la Ciudad de Mxico sobre el cualMotolina comunica que tena los cuatro tamaos del instrumen-to.14 Otra noticia sobre el msico conquistador y su escuela quedevel el estudio de R. Stevenson era relativa a las casas que al-bergaban su academia de danza y msica, las cuales, como seinformaba, despus de la muerte de Ortiz [...] pasaron a formarparte del primer convento de monjas jernimas en Mxico.15

    10 Lourdes Turrent, La conquista musical de Mxico. Mxico: Fondo de Cultura Econmica,1993, p. 153.

    11 Gabriel Pareyn. Diccionario de Msica en Mxico. Mxico: Secretara de Cultura deGobierno de Jalisco-CONACULTA, 1995, p. 422.

    12 En una publicacin anterior a la citada, R. Stevenson, en alusin a B. Daz del Castillo, nohace saber de este conquistador ms que: A soldier in the original expedition, Ortiz byname, taught dancing and viol-playing in Mexico after 1521 (vase R. Stevenson. Musicin Mexico, An historical survey. Nueva York: Thomas Y. Crowell Company, 1952, p. 93).

    13 El primero en sugerir que Ortiz, el msico, pudo haberse llamado Alonso o Antonio,fue Gonzlez Obregn (vase Luis Gonzlez Obregn. Las calles de Mxico. Mxico:Botas, 1947, p. 219).

    14 R. Stevenson, La msica en el Mxico de los siglos XVI a XVIII. en La msica de Mxico. JulioEstrada (ed.), I. Historia, 2. Periodo virreinal (1530 a 1810), Mxico: UNAM, 1986, p. 25.

    15 Ibid.

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    Haciendo un sucinto recuento de la informacin proporciona-da sobre Ortiz, el msico por los autores de los estudios citados, sepuede concluir que su historia puede resumirse como sigue:

    1. Un tal Alonso o Antonio Ortiz, hbil taedor de vihuela yviola, guitarra o vihuela de arco,16 dej su tierra para pasar a Cubae instalar en Trinidad una escuela de danzar y taer.

    2. En Cuba se uni a la compaa de Corts y, recin termi-nadas las acciones militares, recibi de manos del conquistadorun solar en Mxico-Tenochtitlan.

    3. En este terreno situado en la calle de las Gayas, Gallas oGarzas estableci una escuela de msica y baile.

    4. Molesto por la proximidad de las tres mancebas que em-pezaron a funcionar en la calle donde resida, Ortiz solicit otrolote para trasladar su escuela a la calle a la que posteriormente sellam Nahuatlato en reconocimiento del dominio de la lenguanahoa que mostraba o, bien, en relacin con el oficio de intrpre-te de este idioma que el msico ejerca.

    5. A la muerte del ejecutante, el inmueble sede de su escuelapas a ser propiedad del convento de San Jernimo.

    Podramos presenciar el afloramiento de algunas nuevas circuns-tancias en la historia que glosamos aqu a medida que se completarala lista de los autores que decidieron relacionar a Ortiz, el msico,con la introduccin de los instrumentos europeos y al mismo tiempocon los inicios de la enseanza musical profana en el Nuevo Mundo.Empero, aun sin hacerlo, puede advertirse que la abundancia de pu-blicaciones realizadas en las ltimas siete dcadas que hacen patenteslos aportes de Ortiz al desarrollo de la cultura musical novohispanadio a la biografa del msico conquistador una apariencia de verosi-militud tan convincente que ninguno de los autores ni siquiera losconsecuentes Gonzlez Obregn y Saldvar la cuestionaron ni seocuparon de probar su veracidad con documentos fehacientes.

    16 Del espaol, a quien R. Stevenson pretende identificar como Ortiz, el msico, Motolinainforma que ste ejecutaba con sus alumnos las cuatro voces que tena hechas de vihuelade arco (vase Fray Toribio de Benavente, Motolina, Memoriales: Libro de las cosas de laNueva Espaa y de los naturales de ella. Mxico: UNAM, 1971, p. 215).

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    La etapa de la vida de Ortiz compendiada por la bibliografamusicolgica mexicana y extranjera parte de su estancia en Cuba.Sin embargo, Carpentier, a quien se le debe la divulgacin de losantecedentes magisteriales del msico conquistador, no revel lafuente de la que se haba nutrido, lo cual probablemente resultser la causa de que a la fecha no exista un consenso unnime entresu decisin de considerar a Ortiz, el msico, fundador de unaescuela de danzar y taer en Trinidad y las posiciones que adop-tan al respecto algunos investigadores que recientemente se hanocupado de este personaje. As, por ejemplo, Gloria Antolitia,musicgrafa cubana, aunque no descarta del todo la idea expuestapor Carpentier, tampoco parece muy convencida de sta cuandosugiere que

    ciertas noticias de Trinidad17 indican que es posible que Ortizel msico, el cual segn Bernal Daz del Castillo era grantaedor de vihuela, estuviera all al iniciarse la colonizacinde la Isla y que all impartiera clases. Fuese l u otro, alguno oalgunos pusieron de moda la vihuela en aquella villa.18

    Otro cientfico que se expresa sobre el asunto se muestra anms reacio al definir las ocupaciones del conquistador vihuelistao, quiz, incluso el mismo hecho de su residencia en Trinidad,pues no obstante relacionar a un Ortiz entre los colonos de la islade Cuba que se unieron a la expedicin de Corts, coloca un sig-no de interrogacin junto a la palabra msico.19

    Se podra esperar que, a diferencia de los antecedentes cuba-nos de Ortiz que parecen ser no del todo ciertos, el periodonovohispano de su vida, del que tantos autores han escrito, debi deser perfectamente documentado. Sin embargo, no ocurri tal cosa.

    Dejando de lado la cuestin de la nomenclatura musical es-paola del siglo XVI o, antes que ello, de la usanza de la poca en la

    17 Lamentablemente, la autora no describe el carcter de estas noticias ni ofrece referenciaalguna a las fuentes de su procedencia.

    18 Vase Gloria Antolitia. Situacin de la msica en Cuba en el siglo XVI. La Habana: EditorialPueblo y Educacin, [s.a.], p. 33.

    19 Vase Peter E. Carr. Censos, padrones y matrculas de la poblacin de Cuba. Siglos 16, 17 y18, San Luis Obispo. California: The Cuban Index, 1999, p. 5.

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    que se bas Daz del Castillo un soldado sin instruccin20 para denominar byola el instrumento que era fuerte de Ortiz,causando con esto tanta discrepancia respecto del tipo decordfono con que ste debe ser identificada,21 procuraremos re-solver otras dos de las interrogantes que hasta ahora han perma-necido en un oscuro territorio entre la evasin y las suposiciones,a saber: en qu ao y en qu lugar el msico espaol pudo haberestablecido su escuela?

    Es en verdad sorprendente que una de las escasas fuentes deltodo confiables para esclarecer estas preguntas, las Actas del Ca-bildo del Ayuntamiento de la Ciudad de Mxico, resulta ser tam-bin un documento jams aludido por ninguno de los investiga-dores, quienes, aunque citan gustosamente el acta con que eseCabildo concedi a Benito Bejel y Maese Pedro, otros dos msi-cos de las huestes conquistadoras, el permiso para establecer unaescuela de danza,22 no muestran la misma escrupulosidad respec-to de la fundacin de la escuela de Ortiz. Sin sustentarse en algnrespaldo documental, la sitan cronolgicamente en las postri-meras de la conquista de la Gran Tenochtitlan,23 discrepando asdel testimonio que ofrecen las actas del Cabildo.

    Como lo dejan saber los Libros de Ayuntamiento, el prime-ro de todos los Ortiz a los que el Cabildo obsequi con la pose-sin de un solar en la Ciudad de Mxico fue el seor licenciadojuan ortiz de matienzo oydor en el abdiencia real de susmagestades, a quien, en atencin a su solicitud, se le hizo tal

    20 William Robertson. Historia de la Amrica. I tomo, Burdeos: Imprenta de Dn. PedroBeaume, 1827, p. 325.

    21 Hemos tenido ya la oportunidad de presentar argumentos en favor de la idea de que aldecir byola, Daz del Castillo se refera a un cordfono de punteo, o sea vihuela de manoo de pndola, y no a la vihuela de arco, como lo sugiere R. Stevenson citando a Motolina(vase E. Roubina. Los instrumentos de arco en la Nueva Espaa. Mxico: FONCA-CONACULTAy Ortega y Ortiz Editores, 1999, p. 21).

    22 Vanse G. Saldvar. op. cit., p. 164; J. Jimnez Rueda, op. cit., p. 254 y R. Stevenson, op.cit., p. 25.

    23 Vanse A. Carpentier. op. cit., p. 21; R. Stevenson. op. cit., p. 25, y G. Pareyn. op.cit., p. 422.

    24 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico, Primer libro. Mxico: Municipio libre, IgnacioBejarano, 1889, p. 75, 23 de enero de 1526.

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    merced el 23 de enero de 1526.24 Ortiz de Matienzo devolvi a laciudad este solar ubicado en la calle de los Vergantines, enfren-te de la ermita de San Cosme cuatro aos despus, y no porcausa de algn inconveniente que el seor oidor pudiera haberencontrado en su residencia en aquella localidad, sino, como seexplic, por quel no lo quiere ni se quiere poner en trabajo delabrar.25 Se entender pues que la renuncia a esta propiedad fueforzada por una de las clusulas a las que el Cabildo condicionabala donacin de terrenos en la urbe, con la que se obligaba a todopropietario de un solar que lo edifique o a lo menos lo cerquedentro de un ao [] e que no lo puede bender sin que aya pri-mero rescydido los cinco aos de la bezindad.26

    El siguiente de los Ortiz, de nombre Antonio, sealado en elLibro de Actas como vezino desta ciudad, entr en posesin deun solar en el mes de noviembre de 1537. La fecha, evidentemen-te, ya no es inmediata a la Conquista27 pero an se encontrabadentro del periodo en que esta donacin pudo haberse atribuidoa la recompensa que ofreci Corts a sus combatientes ms desta-cados, como lo sugiri Carpentier.28

    De la ubicacin del solar de Antonio Ortiz, vecino de la ciu-dad el cual, como precisaba el Acta de Cabildo, se encontrabaen la traza desta ciudad en la calle que ba del ospital por junto almonesterio de sant agustin a san juan,29 se sirvi GonzlezObregn, podemos suponer, para sugerir la relacin entre la es-cuela de msica y la calle de Nahuatlato. Aquella va, la misma

    25 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Segundo libro. Mxico: Municipio libre, IgnacioBejarano, 1889, p. 32, 19 de enero de 1530.

    26 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Tercer libro. 7 de octubre de 1532 a 24 dediciembre de 1535, paleografiado por el Lic. Manuel Orozco y Berra, [Mxico], 1859,pp. 108-109, 27 de noviembre de 1537.

    27 Como se sabe, en 1524, un ao despus de concedrsele a Mxico-Tenochtitlan elttulo y el escudo de ciudad hispana, se dio el inicio a la reparticin de solares en la zonaurbana (vase Stella Mara Gonzlez Cicero: Fuentes primarias para la traza urbana de laCiudad de Mxico en la poca colonial. Catlogo documental, Tomo I, Mxico: ArchivoGeneral de la Nacin, 2000, p. 12).

    28 A. Carpentier, op. cit., p. 21.29 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Tercer libro. 27 de noviembre de 1537, pp. 107-

    109.

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    Traza primitiva de la C. de Mxico de 1524 a 1550.

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    que en la traza primitiva de la Ciudad de Mxico30 fue sealadacomo la calle que va del hospital al teangues [de San Juan] deMxico por el matadero viejo, una cuadra antes de cruzar la ca-lle que va y viene a san pablo, en efecto, recorra el pasaje queposteriormente recibi el nombre de Nahuatlato [vase el plano].Sin embargo, Antonio Ortiz no haba residido en ella. Ayudadospor el acta de Cabildo que describe la ubicacin de los solares deJuan Velzquez de Salazar, Francisco Manrique y BernardinoVzquez de Tapia, sus vecinos ms cercanos,31 hemos podido es-tablecer que el solar asignado a Antonio Ortiz se encontraba den-tro del rea limitada por la calle de Ixtapalapa, de un lado, y porla calle de las Doncellas, del otro [vase el plano]. Aun si noshubisemos equivocado al cotejar los sealamientos escritos conel trazo del mapa antiguo, una conclusin errnea no traera con-secuencias negativas a la precisin del sitio que pudo haber ocu-pado la escuela de Ortiz, el msico. Y, del mismo modo, una con-clusin correcta no contribuira a elucidar este asunto, debido aque el propietario del solar en cuestin no pudo haber sido elconquistador vihuelista, por la razn que se deduce de la Memo-ria de las vezindades que abre el Tercer libro de las Actas de Cabil-do de Ayuntamiento y que a la letra dice: en 28 de abril de 1533aos rescibieron por bezino desta cibdad a antonio ortiz para quegoze de las libertades que como bezino debe gozar.32

    El Acta de Cabildo celebrado el 20 de abril de 1543 resolvihacer la merced a Antonio Ortiz Naguatato, a quien se le asignun solar ques junto a los solares de manceba33 calle en medio de

    30 El documento referido tiene la inscripcin que dice: Traza primitiva de la C. de Mxico,que por orden de Hernn Corts hizo Alonso Garca Bravo en 1524 y primera nomenclaturade sus calles, segn las actas de Cabildo de 1524 a 1550. (vase Archivo Histrico delDistrito Federal, Planero, Nm. de Inv. 4800, s.f.).

    31 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Cuarto libro. 1 de enero de 1536 a 30 de agostode 1543, paleografiado por D. Manuel Orozco y Berra, [Mxico], 1859, p. 18, 24 de abrilde 1536.

    32 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Tercer libro. 28 de abril de 1533, p. 3.33 El contenido de este documento permite saber que el inicio del funcionamiento de

    mancebas con el que se pretende justificar la necesidad del traslado de la escuela de msicade la calle de las Gallas (vanse G. Saldvar, op. cit., p. 164; J. Jimnez Rueda, op. cit., p.254; G. Orta Velzquez, op. cit., p. 164, y R. Stevenson, op. cit., p. 25), no pudo tomar a

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    la esquina de la calle que ba hazia el teanguez de Mexico,34 estoes, situado en la de infausta memoria calle de las Gayas.

    Debera con esto quedar despejada la pregunta que hemos formu-lado sobre el ao y el sitio en que estableci su escuela Ortiz, el msico?Obviamente, una respuesta en sentido afirmativo no podra plantearsesin resolver la disyuntiva de identificar a Antonio Ortiz, naguatato comoOrtiz, el msico, a quien le fue dado este calificativo por hablar lalengua materna de la clientela indgena de su escuela; o como AntonioOrtiz, vecino de la ciudad quien en diez aos de residencia en Mxicologr el dominio del nhuatl al grado de ejercer el oficio de intrprete.35

    Claro est que, de probarse esto ltimo, la idea de la existencia de unaescuela de danzar y taer que podra haber fundado Antonio Ortiz enla calle de las Gayas se desvanecera sin dejar rastro.

    Para empezar, tendramos que descartar la probabilidad deque con el apelativo de naguatato que le fue dado a Ortiz sealuda, como lo sugieren Carpentier, Orta Velzquez y Stevenson,a un sobrenombre36 y no a una ocupacin profesional determina-da. El anlisis de las actas capitulares demuestra que, a diferenciade las crnicas de la conquista donde los apodos derivados de cier-tas caractersticas fsicas, habilidades singulares o lugares de ori-gen a menudo se aadan a los nombres de los soldados, los libros

    34 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Cuarto libro. p. 330, 20 de febrero de 1543.35 Un caso similar representa Toms Damin Diego Lpez, referido tambin como Tom

    Lpez, quien en 1559 fue recibido por bezino de la Ciudad de Mxico, en el ao siguientese hizo de un solar y de ciertas demasas a ste y supo aprovechar la facilidad con la queaprendi la lengua nahoa con tal ventaja que no solamente recibi el nombramiento denaguatato, sino que fue solicitado por el Cabildo para asistir en su representacin en laquenta que a pedimento del fiscal de su magestad [se mand] hazer de los yndiosdestapalapa (vanse Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Sexto libro. 1 de diciembrede 1550 al fin de diciembre de 1561, pp. 372,386 y 401, 27 de octubre de 1559, 26 deenero y 17 de mayo de 1560).

    36 Vanse A. Carpentier. op. cit. p. 21; G. Orta Velzquez, op. cit., p. 164, y R. Stevenson. op.cit., p. 25.

    Ortiz, naguatato, por sorpresa debido a que la decisin de destinar quatro solares paracasa de manceba, para que sean propios de la cibdad, se tom por el Cabildo deAyuntamiento el 19 de septiembre de 1542 (vase Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico.Cuarto libro. p. 305, 19 de septiembre de 1542); y para los principios del siguiente ao,cuando ste recibe su solar, la ubicacin de aquella institucin ya se tomaba en consideracincomo punto de referencia.

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    de Cabildo hacen distincin de los sujetos cuyas peticiones se atien-den de acuerdo con los oficios de los suplicantes. De esta mane-ra, tan slo entre los Ortiz, residentes de la Ciudad de Mxico, sedistinguen, adems del ya mencionado Juan Ortiz de Matienzo,oidor de la Audiencia Real; Bernardino Ortiz, cerrajero (3 de ene-ro de 1542); Francisco Ortiz, calcetero (1 de septiembre de 1542);Alonzo Ortiz, repesador de harina (10 de febrero de 1553) y AlonsoOrtiz, labrador de Tacubaya (29 de noviembre de 1574), entreotros. Por qu se habra de suponer que al mencionar a Ortiz,naguatato, en circunstancias similares a las de otros homnimossuyos, el Cabildo quiso darle un trato diferente para no decirde cierto menosprecio recalcando su apodo y no su oficio?

    Por otra parte, si con lo de naguatato las actas capitularesse referan al oficio de intrprete que ejerca Antonio Ortiz, antesde inclinarse a favor o en contra de la posibilidad de equiparar aste con Ortiz, el msico, deber necesariamente contestarse lapregunta de si se encontraba el cargo de lengua entre aquellosque pudo haber desempeado un conquistador.

    El Diccionario de mejicanismos de F. Santamara explica quenahuatlato o, en una de sus variantes, naguatato, en los tiempos de laconquista, era la denominacin del indio que, sabiendo azteca, ha-blaba tambin el castellano, y serva de intrprete.37 Algunos docu-mentos de la poca dan sustento a esta definicin, demostrando quela tarea de intrprete la asuman, generalmente, los pobladores ind-genas de las tierras conquistadas, como se infiere, por ejemplo, delActa de Cabildo del 27 de enero de 1531 que informa que este daacordaron que se le de una peticion a la abdiencia real quejandose delos naguatatos porque no dejan a los yndios seruir a los amos y albo-rotan la tierra, que sealen naguatato par que los yndios no seanengaados, y se ponga remedio en ello.38 Diferentes ramos del Ar-chivo General de la Nacin tambin guardan nombres de varios in-dios nahuatatos y, entre ellos, el de un tal Diego que fue intrpretede los indios de Tenayuca, y el de Francisco Martnez, que lo fue

    37 Francisco J. Santamara, Diccionario de mejicanismos, Mxico: Editorial Porra, 1992, p.752.

    38 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Segundo libro. p. 84, 27 de enero de 1531.

  • 66

    de los espaoles y soldados [...en] las provincias de Nombre de Diosy Nueva Vizcaya.39

    Sin embargo, la explicacin de Santamara no considera las oca-siones, y al parecer, no pocas, cuando los espaoles colonos e in-cluso, conquistadores la hacan de intrpretes. El primer ejemplode ello lo ofrece B. Daz del Castillo cuando hace saber que con latropa de Hernn Corts passo un rrodrigo de castaeda, fuenahuatato, y buen soldado.40 Uno ms de los compaeros de armasde Corts, que se distingui por el dominio de algunos idiomasprehispnicos (si bien se dedic a su estudio por voluntad propia),fue Gernimo de Aguilar, cuyo conocimiento de la lengua maya,que haba aprendido en su largo cautiverio entre los indgenas deYucatn, le convirti en intrprete del conquistador, y sus serviciossegn comenta R. Hinojosa se complementaron despus conlos de la Malinche para que don Hernando pudiera entenderse contlaxcaltecas y aztecas.41

    Otro conquistador, Toms de Rrjoles, quien, aunque nodeclara su naturaleza ny cuyo hijo es, se presenta a s mismo comonaguatato y manifiesta haber pasado a la Nueva Espaa con ellicenciado Aylln, antes que viniese a ella Pnfilo de Naruez,como tambin dice hallarse y participar en la conquista y tomadesta ciudad de Mxico y de otras partes deasta Nueva Spaa, yen la de Pnuco e Honduras y Tauasco y otras partes, donde sirui,as en la guerra, como siendo lengua, y despus con Don Pedro deAlvarado, quando lo de Jalisco.42

    Entre los espaoles intrpretes inscritos en las actas del Cabildode Ayuntamiento de la Ciudad de Mxico puede mencionarse a Be-nito Garca, cuyo arraigo se solicit en el ao de 1535 con el fin deimpedir su partida a Espaa por la razn de que como es naguatatoy a sido sabe e tiene noticia de muchas cosas de que su magestad

    39 Vanse AGN, Inquisicin, vol. 40, exp. 5 II, ff. 2, y General de Parte, vol. 1, exp. 976, s. f.40 Vase B. Daz del Castillo, op. cit., p. 859.41 Ricardo A. Hinojosa, Estudios biogrficos de conquistadores, pobladores y colonizadores de

    Nueva Espaa, Mxico: Publigrfics, 1979, p. 43.42 Francisco A. de Icaza, Conquistadores y pobladores de Nueva Espaa: Diccionario

    autobiogrfico sacado de los textos originales, vol. I, Madrid: Imprenta de El Adelantado deSegovia, 1923, p. 63.

  • 67

    conbiene que sea ynformado as de los que se a hecho y proueydocon los naturales como contra espaoles43 . Los archivos de la Inqui-sicin guardan los documentos del proceso que se llev a cabo en1536 contra Pedro Garcia Bullones, nahuatato, quien no obstantecasado en Espaa, despos a una india de Texcoco.44

    Sin necesidad de aludir a mayor nmero de documentos,queda demostrado que tanto en los tiempos de la conquista comocon posterioridad a ella, un espaol independientemente de sucalidad de conquistador o colonizador de la Nueva Espaa alno encontrar otro uso a sus habilidades, bien podra haberse dedi-cado a ser intrprete, sin causar sorpresa ni desafiar a autoridadalguna con tal decisin. As que Ortiz, el msico, pudo haber sidonahuatlato... Empero, Antonio Ortiz, naguatato, no pudo serOrtiz, el msico, pues existe un documento que de manera con-cluyente deslinda a este intrprete de la empresa de Corts.

    En la relacin de conquistadores de la Nueva Espaa realiza-da entre 1539 y 1542 y enviada por el virrey Antonio Mendoza alemperador don Carlos, se consigna a Ysabel Ortiz, muger de Ortizel Naguatato, de quien se informa que fue primero muger deVillacorta, conquistador45,46 con lo que queda plenamente demos-trado que el hombre al que doa Isabel despos en segundas nup-cias no particip en la conquista.47

    La afirmacin de que Ortiz, naguatato, contribuy a latoponimia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Mxico al heredar a

    43 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Tercer libro, p. 100, 19 de octubre de 1534.44 AGN, Inquisicin, vol. 22, exp. 2, ff. 7.45 Melchor Villacorta perteneci a la compaa de Corts (vase Miguel Len-Portilla (dir.),

    Diccionario Porra de Historia, biografa y geografa de Mxico, vol. I, Mxico: EditorialPorra, 1995, p. 917).

    46 Vase Mariano Gonzlez-Leal, Relacin secreta de conquistadores, Informes del archivo personaldel Emperador Carlos I que se conserva en la Biblioteca de Escorial. Aos de 1539-1542[Guanajuato]: Taller de Investigaciones Humansticas de la Universidad de Guanajuato,1979-1980, pp. 52 y 53.

    47 La ausencia de vinculacin alguna de Ortiz, naguatato, con la conquista militar se hacepatente tambin en la declaracin de Isabel Ortiz citada por F. A. Icaza, en la que ellaexpresa que es natural desta tierra, de la Prouincia de Taxcala, y muger de Antonio Ortiz,y que primero lo fue de Melchior de Villacorta, uno de los primeros conquistadores destaNueva [Espaa] (vase F. A. de Icaza, op. cit., p. 157).

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    una de sus calles el nombre del oficio que ejerca tampoco ha po-dido ser corroborada documentalmente, debido a que el nombrede Antonio Ortiz, identificado como conquistador, vecino de laciudad o naguatato, despus de 1543, ao en que se decidi eldestino del solar ya referido en la calle de las Gayas, no se volvi aanotar en las actas de Cabildo respecto de la donacin de sola-res,48 ni figur entre los propietarios de inmuebles escrituradosen Mxico-Tenochtitlan durante el siglo XVI.49

    Sin embargo, se menciona en esta relacin a Alonso Ortiz deZiga, quien recibi su solar en las vsperas del ao de 1544.Pero, no obstante ser aludido como bezino e conquistador destacibdad y coincidir su nombre con el que supuestamente pudotener nuestro vihuelista, tampoco l pudo ser Ortiz, el msico,por el simple hecho de haber participado en las acciones militarescomo capitn de ballesteros de la compaa de Narvez.50

    Si despus de la exposicin de estos argumentos an se quiereinsistir en que Ortiz, el msico, pese a que no posea un solar enla calle de las Gayas, por alguna razn carente de toda lgica deci-di instalar una escuela en un vecindario que de ninguna maneraauguraba un futuro prspero a una institucin educativa, no po-dra prescindirse de algn testimonio relacionado con la funda-cin o el funcionamiento de aquella escuela de danzar y taerpara probar su existencia. Lamentablemente no se cuenta con ta-les referencias.

    El primer y nico antecedente de una escuela de danzarasentado en las actas de Cabildo a lo largo del siglo XVI es el de laque fue inaugurada por Maese Pedro y Benito de Bejel en algunafecha posterior al 30 de octubre de 1526, cuando les fue asignadoun solar para su establecimiento. Cabe destacar que, no obstante

    48 En su estudio dedicado a los orgenes de la propiedad en Mxico, A. R. Valero tampocoseala a Antonio Ortiz entre aquellos que haban recibido un bien raz del Cabildo delAyuntamiento (vase Ana Rita Valero de Garca Lascurin, Solares y conquistadores: Orgenesde la propiedad en la Ciudad de Mxico, Coleccin Divulgacin, Mxico: Instituto Nacionalde Antropologa e Historia, 1991).

    49 Vase Pilar Gonzalbo Aizpuru (coord.), ndices y catlogo de escrituras del siglo XVI, ArchivoHistrico de Notaras de la Ciudad de Mxico, Mxico: El Colegio de Mxico, 1988.

    50 Vase M. Len-Portilla (dir.), op. cit., p. 919.

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    haber tomado parte sus fundadores en la conquista y a pesar deconsiderarse esa escuela una seal del ennoblecimiento de la ciu-dad, el solar donde sta se levantara no les fue donado, sino ren-tado por la ciudad con una anualidad de cuarenta pesos de oro.51

    Si Ortiz, el msico, Antonio, Alonso o como fuera que se lla-mara pretendiera hacerse de un solar para establecer en l su escuela,las condiciones en que ste se le otorgara no podan diferir considera-blemente de las que se han descrito antes. Sin embargo, durante el sigloXVI el Cabildo no volvi a tratar un asunto de esta ndole.

    En el caso de que Ortiz, el msico, hubiera recibido un solaren calidad de donacin sin haber especificado la finalidad que elsolicitante pretenda darle a ste, y si en ese terreno se hubieracomenzado la edificacin de una escuela, la solicitud de su aper-tura necesariamente tendra que haber sido sometida a la aproba-cin del Cabildo52 y, por tanto, debera existir el acta corres-pondiente; sin embargo, sta no existe.

    Evidentemente, el dedicarse a la enseanza sin contar con elpermiso de Cabildo del Ayuntamiento expedido en la forma debidano era algo inusual en la capital novohispana del siglo XVI. De estohabla, por ejemplo, la disposicin de Cabildo de notificar a todas laspersonas que abezan mochachos a leer y escrebir que [...] parezcanen este ayuntamiento so pena de diez pesos de oro [...] a cada unoque lo contrario hiziere e que ninguna persona ponga ni tengaescuela sin licencia desta ciudad so la dicha pena.53

    Pero como fuera que resolviesen el problema de permisos eimpuestos los dems educadores en la Ciudad de Mxico, en elcaso particular de la escuela de msica y baile de Ortiz, el hechode no contar con algn testimonio referente a su instalacin yfuncionamiento hace tener por infundada toda aseveracin sobresu posible existencia, a no ser que se encontrara la manera de vin-

    51 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Primer libro, p. 109-110, 30 de octubre de 1526.52 Unos aos antes de la donacin del solar a Ortiz, naguatato, el Cabildo no dictamin

    sobre la peticin de Melchor Manso, quien deca ser maestro de mostrar muchachos sinque ste fuera examinado antes e bisto lo dieron por abil e mandaron que se le de titulodello e que ponga escuela (vase Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Cuarto libro, p.178, 17 de octubre de 1539).

    53 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. Sexto libro, p. 269, 11 de enero de 1557.

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    cular al conquistador vihuelista con la posesin de algn inmue-ble en la Ciudad de Mxico donde sta podra haberse instalado.

    La sugerencia, aunque sin sustento documental, de que las casasque pertenecan a Ortiz, el msico, podan pasar a formar parte delconvento de las monjas jernimas54 nos obliga a hacer un ltimointento por encontrar una escuela fantasmagrica in illo tmporevirreinal. Supongamos, pues, que en un ao no determinado, en unalocalidad desconocida, en un solar propiedad de un incgnito, Ortiz,el msico, fund una institucin de enseanza musical. Supongamostambin aunque, insistimos, hasta ahora no se ha podido documen-tar ninguno de estos supuestos que es acertada la aseveracin de quetiempo despus de abrir la escuela de msica y baile, Ortiz la trasladde su sede original para situarla de manera definitiva en la calle deNahuatlato.55 En este caso, es absolutamente imposible de compren-der la forma en que la casa o las casas que albergaban dicho estableci-miento pudieron ser anexadas al convento situado en la calle Principaldonde viene el cao del agua de Chapultepec,56 hoy la avenida JosMara Izazaga, si una simple consulta en el mapa de la Ciudad deMxico muestra que existe una distancia, si bien no muy larga, entresta y la calle de Nahuatlato que hoy es la 1 de la Repblica delSalvador.

    Desde luego, cabe la posibilidad de que nuestro msico inquietohaya cambiado la ubicacin de su escuela por tercera ocasin para aco-modarla en las casas que en el ao de 1584 fueron adquiridas por donJuan y doa Isabel de Guevara Barrios, hijos de la fundadora del monas-terio de Santa Paula de la orden de San Jernimo. Pero tambin quedaclaro que la idea de relacionar las instalaciones del convento de San Jer-nimo con Ortiz, el msico, y su escuela, podra justificarse nicamentesi se probara de manera fehaciente que el inmueble mencionado fueadquirido ya sea al conquistador vihuelista, como lo hace saber Ma.

    54 Vanse R. Stevenson, op. cit., p. 25, y Mara del Carmen Reyna, El convento de SanJernimo, Vida conventual y finanzas, Coleccin Divulgacin, Mxico: Instituto Nacionalde Antropologa e Historia, 1990, p. 10.

    55 Vanse A. Carpentier, op. cit., p. 21, R. Stevenson, op. cit., p. 25.56 M. Lpez-Portillo, Estampas de Juana Ynes de la Cruz, Mxico, Barcelona, Bogot, Buenos

    Aires, Caracas: Bruguera Mexicana de Ediciones, 1979, p. 199.

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    del Carmen Reyna,57 ya sea a sus herederos, como lo sugiere R.Stevenson,58 ambas suposiciones gratuitas cuya veracidad se deslindeante la letra de la escritura de compra-venta de las casas en cuestin.En este documento la parte vendedora, lejos de manifestar su perte-nencia a la casta conquistadora, se identifica como Alonso Ortiz,mercader, vezino de esta iudad de Mxico59 y, a juzgar por la des-cripcin de otros inmuebles de su propiedad a las que se refiere como:otros tres pares de cassas mas e seis pares de tiendas que tengo en estadicha iudad en la calle Principal de el monesterio de Seor San Agustn,60

    es el mismo individuo que en 1597 represent los intereses de los merca-deres defendiendo la calle mencionada de las pretensiones de las autori-dades del convento de San Agustn que peleaban su incorporacin a eseclaustro.61 El ao en que se realiz esa pugna deja ver que para ser solda-do de Corts, Alonso Ortiz debi distinguirse por una longevidad casicomo la de Matusaln.62 Tan improbable como esto lo es tambin elparentesco de Alonso Ortiz, mercader, con el crculo de conquistadores,pues no lo ostenta en su acta de matrimonio63 ni en la media docena depermisos, mercedes y licencias64 que le fueron otorgados entre 1576 y1597.65

    57 Ma. del C. Reyna, op. cit., p. 9.58 R. Stevenson, op. cit., p. 25.59 M. Lpez-Portillo, op. cit., p. 199.60 Ibid.61 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico. 12 libro, 1594 a 1597, paleografiado por Antonio

    Espinoza de los Monteros, f. 877, 28 de abril de 1597.62 Se debe recordar aqu que el narrador de los hechos de la conquista, Bernal Daz del

    Castillo, el Galn de la expedicin de Corts, falleci a una edad muy avanzada el 3 defebrero de 1584 (vase Carmelo Senz de Santa Mara, Historia de una historia, Madrid:Consejo Superior de Investigaciones Cientficas, Instituto Gonzalo Fernndez de Oviedo,1984, p. 116).

    63 AGN, Matrimonios, vol. 170, exp. 16, s.f.64 Como es de entenderse, el no declarar ser pariente de un conquistador significaba renunciar

    voluntariamente a los beneficios de los que gozaban los hijos, nietos, viudas y aun sus yernos.Para ofrecer algn ejemplo de ello, baste con mencionar a Diego Daz del Castillo, a quien en1583 con una Real Cdula se le concedieron ciento cincuenta pesos cada ao, por todos losdas de su vida, por ser hijo del conquistador Bernal Daz del Castillo (vase AGN, Indios,vol. 2, exp. 89, f. 203v) y la merced de dos caballerias de tierra en terminos de los pueblos deChiconautla y Tequisistlan que se le hizo en 1590 a Bernal Daz del Castillo, nieto delconquistador del mismo nombre (AGN, Tierras, vol. 2687, exp. 7, ff. 10).

    65 Vanse AGN, General de Parte, vol. 1, exp. 446, f. 104r y vol. 3, exp. 425, f. 199r; BienesNacionales, vol. 977, exp. 14, s.f., y Mercedes, vol. 16, f. 164v.

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    Tampoco se justifica la idea de que el edificio adquirido parael convento de San Jernimo poda constituir una herencia queOrtiz, mercader, pudo haber recibido de Ortiz, el msico, puessta se invalida con la declaracin de Alonso Ortiz, quien afirmaque las casas en cuestin las compr de Gonalo Rrogrquez, sol-tero, vezino de esta ciudad, a quien se hizo rremate de ellas porbienes de Pedro de Ora, mi suegro, por execucin que en ellas sele hizo de pedimento de sus acrehedores.66

    As, al demostrar la inconsistencia de la pretendida relacin en-tre Ortiz, el msico, y las propiedades de Alonso Ortiz, mercader, seviene abajo el ltimo pilar en que se sostena la idea de la existenciade una escuela de msica que pudo haberse erigido en la Ciudad deMxico gracias a los denodados esfuerzos de un conquistadorvihuelista. Al hacer un recuento retrospectivo de las noticias sobreOrtiz, el msico, que fueron citadas al principio de este estudio ypuestas en tela de juicio a lo largo de su desarrollo, tendramos queadmitir que hoy no queda ninguna duda de que:

    1. Alonzo Ortiz, mercader, no puede ser identificado comoOrtiz, el msico; tampoco como su pariente, ni heredero.

    2. Las casas que pasaron a ser propiedad de los fundadoresdel convento de San Jernimo no pertenecieron a Ortiz, el msi-co, por lo que no existe razn alguna para relacionar estosinmuebles con una escuela de msica y danza.

    3. Antonio Ortiz, naguatato, no particip en la conquista.Por lo tanto no hay bases para asociar a Ortiz, el msico, con esteindividuo ni, por ende, con la calle que recibi el nombre deloficio que ste desempeaba.

    4. El solar en la calle de las Gayas que fue donado a Ortiz,naguatato, no debe considerarse un posible sitio donde se asentla escuela de msica y baile.

    Y qu hay de todas las aseveraciones que se han publicadosobre la escuela de Ortiz, el msico? Cmo no recordar en estemomento las palabras de Carrillo y Ancona, historiador de la Iglesiamexicana y estudioso de la poca virreinal, quien adverta contra

    66 M. Lpez-Portillo, op.cit., p. 199.

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    las afirmaciones que no se fundan en ningn documento, ni tes-tigo contemporneo, y as no pueden aceptarse como hecho sufi-cientemente comprobado que haya de tenerse como verdadero.67

    En la bsqueda de la verdad probable o comprobada sobreOrtiz, el msico, deberamos depositar nuestra confianza en lasfuentes documentales que posean el valor del testimonio de lapresencia o, en su caso, de la ausencia de nuestro personaje entrelos residentes de Mxico-Tenochtitlan en el periodo posterior a laconquista de la ciudad. Una de estas fuentes es la Memoria de losconquistadores realizada por la disposicin de Cabildo del Ayun-tamiento antes del 21 de diciembre de 153168 en previsin delrepartimiento de las provincias y pueblos de los naturales de latierra en los espaoles y personas que fueron en las conquistar yganar, y como una medida efectiva para prevenir los abusos deaquellos que, como se sealaba, se hacen conquistadores sinserlo.69 Ante la confesin de los seores capitulares desconocerde los conquistadores que persona es cada uno y de lo que anservido, optaron por dejar en manos de los propios partcipes delas operaciones militares la relacin de sus compaeros de armasque sobrevivieron la conquista, por lo que se solicit a los seo-res presidente y oydores una licencia para que este cabildo nom-bre y seale quatro personas de los dichos conquistadores que seandos de los que pasaron con el seor marquez del balle y otros dosde los que pasaron con panfilo de narbaez, a fin de que se encar-guen de proporcionar el informe de los dichos conquistadoresque fueron hasta ganar esta cibdad.70

    Otra fuente enteramente confiable para saber de los oficios y lasocupaciones de los espaoles, conquistadores y vecinos de la ciudad, es elcenso de la poblacin hispana del que, en cumplimiento del mandato

    67 Crescencio Carrillo y Ancona, El obispado de Yucatn: Historia de su fundacin y de susobispos desde el siglo XVI hasta el XIX, Tomo I, Mrida: Fondo Editorial de Yucatn, 1979 (1ed. Mrida de Yucatn: Imp. y Lit. de Ricardo B. Caballero, 1895), p. 447.

    68 Con esta fecha el Cabildo dispuso librar a juan sanchez escribano de su magestad beynte ycinco pesos de oro [] por lo que se ocupo en hazer la memoria de los conquistadores (vaseActas de Cabildo de la Ciudad de Mxico, Segundo Libro, p. 150, 21 de diciembre de 1531).

    69 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico, Segundo libro, p. 82, 23 de enero de 1531.70 Ibid.

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    del virrey,71 debi ocuparse el Ayuntamiento en 153572 y que, a juzgar,es el mismo documento que con el ttulo de Relacin secreta de con-quistadores figura en el archivo personal del emperador Carlos I.73

    Los documentos mencionados el primero en una copiarealizada por Bartolom de Gngora74 y el segundo publicadopor su descubridor, M. Gonzlez-Leal75 se encuentran al alcancedel investigador, y en ambos se desconoce la presencia en Mxico deun conquistador llamado Alonso o Antonio Ortiz, cualquiera quehaya sido su oficio, misma posicin que adoptan respecto de esteindividuo los estudios realizados sobre las biografas de los partcipesde la conquista en el pasado o recientemente.76

    En ausencia de documentos en torno a la vida de Ortiz en lapoca de la pacificacin, no parece haber mejor ocasin para es-cuchar la voz de quien lo conoci en tiempos de guerra: BernalDaz del Castillo. Acusndolo de mentirosillo77 o bien atribu-yendo a su narracin todos los caracteres de la verdad,78 es innega-ble su testimonio, ya que no fue otro sino l quien leg al mundola noticia de la presencia de Ortiz en la compaa de Corts y dela especial destreza que mostraba este soldado en la msica y ladanza. En cinco ocasiones La historia verdadera de la conquistamenciona a ortiz, el musico,79 y en la sexta y ltima esboza elresumen de su destino tan breve como desafortunado:

    71 Actas de Cabildo de la Ciudad de Mxico, Tercer libro, p. 132, 27 de noviembre de 1535.72 E. OGorman, en relacin con las instrucciones que se dieron al virrey, hace saber que con

    ello debi de recopilarse la informacin sobre la calidad y nmero de los conquistadoresy pobladores que hubiere vivos, residentes en la Nueva Espaa; de los ausentes y de losmuertos y herederos de stos (vase Edmundo OGorman, Catlogo de pobladores deNueva Espaa, Registro de informes de la Real Audiencia, ltimo tercio del Siglo XVI Principiosdel Siglo XVII, Mxico: Archivo General de la Nacin, 1941, pp. 5-6).

    73 Vase Mariano Gonzlez-Leal, op. cit.74 Bartolom de Gngora, [Lista y copia verosmil de los muy esforzados conquistadores],

    Ms., [Mxico]: [s.a.].75 Vase M. Gonzlez-Leal, op. cit.76 F. A. de Icaza, op. cit. Baltazar Dorantes de Carranza, Sumaria relacin de las cosas de la

    Nueva Espaa con noticia individual de los descendientes legtimos de los conquistadores yprimeros pobladores espaoles, Mxico: Museo Nacional de Mxico, Jess Medina Editor,1970; Vctor lvarez, Diccionario de conquistadores, Ms., Mxico: [s.a.].

    77 L. Gonzlez y Gonzlez, op. cit., p. 36.78 W. Robertson, op. cit., Tomo III, p. 325.79 B. Daz del Castillo, op. cit., pp. 53-54, 60, 81, 86 y 122.

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    e paso vn ortiz gran taedor de byola e amostraba a danar ebino otro su copanero q se dezia bartolome garia e fue mine-ro en la ysla de cuba e este ortiz e bartolome garia psaron elmejor Caballo q pso en nra conpania el ql les tomo cortes e selos pago/. muryeron entranbos copaneros en poder de yndios.80

    En la crnica de Daz del Castillo se pone trmino al ciclovital de Ortiz, el msico, y, en consecuencia, al mito sobre suactuacin como precursor de la enseanza musical profana en laCiudad de Mxico. Si lo valoramos en proporcin con la brevedadde su estada en el Nuevo Mundo, el peso de su aportacin al aconte-cer cultural del virreinato, si no fue nulo, debera considerarse msbien irrisorio, con lo cual se aminora en grado considerable el interspor su persona. A fin de cuentas, Ortiz slo fue uno de tantosaficionados a la msica que nunca llegaron a descollar como in-trpretes conspicuos ni como educadores. Qu importancia tie-ne, entonces, desentraar su verdadera historia? Qu es Hcubapara nosotros o nosotros para Hcuba?81

    Como es evidente, la trascendencia de indagar la verdad so-bre Ortiz, el msico, es mnima por cuanto el suyo no constituyeun caso sintomtico para la musicologa mexicana, en la cual, conperseverancia digna de mejores propsitos, en vez de primarias sealude a fuentes de segunda o tercera mano82 o se presentan comohechos y suposiciones intuitivas asentadas en las obras de Olavarray Ferrari, Saldvar, Romero, Jess Estrada, et allis.

    La actualizacin y la precisin de la informacin expuesta enestos estudios, la mayora de los cuales data de mediados del sigloXX, sin que resulte en el desdoro de otros mritos de sus autores

    80 Ibid., p. 872.81 Aqu aludimos a la frase Whats Hecuba to him, or he to Hecuba? con la que se expresa

    la incomprensin de un inters excesivo que muestra alguien por personas o sucesos que,aparentemente, no le conciernen (vase W. Shakespeare, The Tragedy of Hamlet, Prince ofDenmark, Harmondsworth, Ingl.: Penguin Books, 1972, p. 77).

    82 Sin salir del mbito de la historia de la enseanza musical en Mxico, podemos ofrecer elejemplo, en relacin con la observacin crtica expuesta, de L. Turrent, quien haciendoalarde de la participacin de los soldados y colonos espaoles en la difusin del conocimientomusical, por una razn difcilmente explicable prefiere citar a Motolinia a partir de latraduccin del ingls de un prrafo del estudio de R. Stevenson, en vez de remitirse altexto original (vase L. Turrent, op. cit., p. 153).

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    quienes no por ser pilares de la musicologa nacional adjudica-ron a sus conclusiones la cualidad de justeza per saeculasaeculorum, contribuir a acrisolar la contundencia de las in-vestigaciones ya realizadas y las por venir.

    Aun cuando la sapiencia de Goethe, tanto en forma aforsticacomo en la experiencia de la vida en su vertiente prctica, advier-ten sobre la enorme dificultad que representa el hallazgo de laverdad frente al reconocimiento de un yerro, la noble tarea quedebe asumir hoy todo acadmico deseoso de coadyuvar al robus-tecimiento de alguna de las ramas de la musicologa histricamexicana, consiste en localizar y erradicar, en pos de la verdad,los deslices y las inexactitudes, as sean cometidos por eminenciasque, por otra parte, merecen nuestras ms distinguidas considera-ciones. Desde luego, si lo que se procura es el estudio de la historiade la msica y de la enseanza musical en Mxico y no la creacinde mitos en torno suyo.

    Biblografa

    lvarez, Vctor, Diccionario de conquistadores, Ms., Mxico: [s.a.].

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    y vol. 3, exp. 425, f. 199r. Matrimonios, vol. 170, exp. 16, s.f. Mercedes, vol. 16, f. 164v. Tierras: vol. 2687, exp. 7, ff. 10.

    Archivo Histrico del Distrito Federal Actas de Cabildo del Ayuntamiento de la Ciudad de Mxico:

    - Primer libro, Mxico: Municipio libre, Ignacio Bejarano, 1889: 23de enero de 1526, 30 de octubre de 1526.

    - Segundo libro, 19 de enero de 1530, Mxico: Municipio libre, Ig-nacio Bejarano, 1889: 23 de enero de 1526, 23 y 27 de enero y 21de diciembre de 1531.

    - Tercer libro, 7 de octubre de 1532 a 24 de diciembre de 1535,paleografiado por el Lic. Manuel Orozco y Berra, [Mxico], 1889:28 de abril de 1533, 19 de octubre de 1534, 27 de noviembre de1535 y 27 de noviembre de 1537.

    - Cuarto libro, 1 de enero de 1536 a 30 de agosto de 1543,paleografiado por D. Manuel Orozco y Berra, [Mxico], 1859: 24de abril de 1536, 17 de octubre de 1539, 19 de septiembre de1542, 20 de febrero de 1543.

    - [Sexto] libro, 1 de diciembre 1550 a diciembre de 1561 aos, 11 deenero de 1557, 27 de octubre de 1559, 26 de enero y 17 de mayode 1560.

    - 12 libro, 1524 a 1597, paleografiado por Antonio Espinoza de losMonteros: 28 de abril de 1597.

    - Traza primitiva de la C. de Mxico, que por orden de HernnCorts hizo Alonso Garca Bravo en 1524 y primera nomenclaturade sus calles, segn las actas de Cabildo de 1524 a 1550, Planero,Nm. de Inv. 4800, s.f.