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Rolando Astarita [Blog] Marxismo & Economía Reflexiones desde el marxismo sobre el libro de Piketty (1) with 33 comments El libro de Thomas Pikey, Capital in the Twenty First Century, ha impactado a nivel mundial. Su planteo central es que la desigualdad de los ingresos y de la riqueza ha estado aumentando en los países capitalistas desde los años 1970, y hoy alcanza niveles similares a los que había a comienzos del siglo XX. Esto significa que no se verifica la hipótesis de Kuznets (formulada en los años 1950), según la cual la desigualdad aumentaba primero con el desarrollo del capitalismo, y luego disminuía. De hecho, ya antes de la publicación del libro de Pikey se ha estado documentando que la desigualdad ha seguido una forma de U. Pero el libro de Pikey, utilizando datos fiscales más que encuestas sobre la situación de los hogares, amplía el análisis y confirma el dramático incremento de la desigualdad en las últimas décadas en los países desarrollados. Por caso, en EEUU, desde 1980 a los 2000, la participación en los ingresos del decil más alto de la población pasó del 30-35 por ciento al 45-50 por ciento; y el uno por ciento más rico pasó de tener el 9 por ciento del ingreso en los 1970 a aproximadamente el 20 por ciento en los años 2000 – 2010. Entre 1977 y 2007 el 10 por ciento más rico se apropió las tres cuartas partes del total del incremento del ingreso en EEUU, y el uno por ciento más rico el 60 por ciento del mismo. A la luz de estos datos, es comprensible que la vieja tesis de Marx, que dice que en el modo de producción capitalista hay una tendencia a la polarización, cobre nueva actualidad. En este respecto, Pikey sostiene que si bien no se cumplieron las previsiones catastrofistas de Marx (en su interpretación, Marx habría pronosticado el derrumbe del capitalismo por causas puramente económicas), sí se habría verificado su tesis de la creciente polarización de ingresos y riqueza. Esta proximidad con una de las tesis de Marx ha suscitado interrogantes acerca de cuál es la relación que puede establecerse entre el libro de Pikey y El Capital; de hecho, varias personas me preguntaron qué valoración del Capital in the Twenty First Century podría hacerse desde el punto de vista marxista. En esa nota presento algunas reflexiones, referidas al aspecto teórico del asunto. Adelantando lo que desarrollo más abajo, mi posición es que, si bien Pikey pone el foco en una cuestión real y candente, que la economía del mainstream ha tratado de disimular en base a formulismos matemáticos y supuestos irrealistas, su planteo tiene poco que ver con la teoría de Marx. En particular, porque la idea marxiana de explotación –el trabajo es la única fuente de las ganancias del capital, y las ganancias del capital son fruto de la explotación del trabajo asalariado- desaparece por completo de su explicación. En su lugar, Pikey propone una explicación neoclásica ortodoxa, que pasa por lo “técnico” (productividad marginal, precios de factores, tecnología y similares). La idea del marxismo es que el fenómeno de la distribución no es “técnico”, ni se resuelve en “los precios de los factores”, ya que tiene por base las participaciones relativas del capital y el trabajo en el ingreso nacional, que es generado por el trabajo. Por eso, la teoría de la plusvalía de Marx llama a cuestionar subversivamente la sociedad. Su mensaje central es que la sociedad moderna se basa en la explotación del trabajo, y esto permanece al margen de que aumente, o no, la desigualdad del ingreso. Su eje es la teoría de la explotación; la tendencia al aumento de la brecha en las desigualdades es un efecto de esa explotación. Pero este aspecto de la cuestión está por completo ausente del trabajo de Pikey; como veremos en seguida, las categorías que utiliza son propias de las formas fetichistas bajo las que se disimulan las relaciones esenciales, incluso en su versión más ortodoxamente neoclásica. El modelo teórico de Pikey Aunque la mayor parte del libro de Pikey está dedicada a los resultados de sus investigaciones empíricas, la explicación del porqué de la evolución de la distribución del ingreso a lo largo de los últimos tres siglos está contenida en las relaciones entre unas pocas variables que considera fundamentales. Para eso, comienza vinculando el capital, K, con el flujo de beneficios, B, que va a la clase capitalista. El stock de capital incluye todas las formas de activos que rinden un retorno: viviendas, tierra, maquinaria, capital financiero (bonos, acciones, dinero), propiedad intelectual e incluso personas en la época de la esclavitud. Los ingresos del capital, que agrupa bajo el rubro beneficios, incluyen entonces ganancias de empresas, dividendos, interés, renta del suelo y toda otra forma de rendimientos producidos por K. Pikey define entonces las relaciones básicas: la participación de los beneficios en el ingreso nacional, B/Y, relación que llama α; la tasa de rentabilidad, r, que podemos definir como beneficio sobre capital, esto es, B/K; y la relación capital producto, o capital ingreso, K/Y, que llama β. Con estos elementos, postula la “primera ley fundamental del capitalismo”, que dice que la participación de los beneficios en el ingreso depende del producto de β por r. O sea, α = r × β (también: B/Y = B/K × K/Y). Pikey admite que se trata de una simple unidad contable, pero agrega que puede ser aplicada a todos los períodos históricos. Precisa también que la ecuación no nos dice nada de cómo están determinadas las variables. En particular, no nos dice cómo se determina K/Y, que en cierto sentido es una medida de cuán intensiva en capital es una sociedad. De ahí que postule la “segunda ley fundamental”: dice que β, esto es, la relación K/Y, es igual a la tasa de ahorro dividido la tasa de crecimiento del producto. O sea, β = s/g (la tasa de ahorro que se tiene en cuenta es neta de depreciación). Puede observarse, como lo señala el mismo Pikey, que se trata en última instancia de la ecuación del modelo de crecimiento de Solow. Según Pikey, la segunda ley representa un estado de equilibrio hacia el que tenderá la economía si la tasa de ahorro es s y la tasa de crecimiento es g. En cualquier caso, la fórmula muestra que un país que ahorra mucho y crece poco acumula una enorme masa de capital en relación al ingreso, lo que a su vez puede tener un efecto significativo sobre la participación del beneficio en la estructura social y la distribución de la riqueza. Es que si aumenta K/Y significa que los propietarios del capital potencialmente controlan una parte más grande de los recursos, y esto es lo que habría ocurrido en los últimos 40 años. Los factores que explicarían el aumento de la relación β en las últimas décadas serían la alta tasa de ahorro, combinada con el crecimiento lento; las privatizaciones de grandes porciones de capital público (o estatal); y el aumento de los precios de las acciones y activos inmobiliarios desde sus niveles extremadamente bajos en 1950. Pikey sostiene entonces que la evolución de la relación K/Y tiene forma de U en el largo plazo. Habría bajado durante las dos grandes guerras y la crisis del 30 -destrucción física y desvalorizaciones de los capitales- pero luego habría comenzado a aumentar nuevamente. Así, y siempre según los datos que proporciona Pikey, en Norteamérica y los países más desarrollados de Europa, y también en Japón, en el período 1910-1930, la β subió hasta el 600-700 por ciento, luego bajó hasta 200-300 en los 1950 y 1960 para volver a crecer hasta niveles cercanos a los 600-700 en los 1990 y 2000, y con la proyección de alcanzar los 700 por ciento en los próximos años. Si volvemos ahora a la primera ecuación, α = r ×β, se trata de explicar cómo interactúan los crecimientos de r y β para dar como resultado final la tendencia al aumento de α. Es que en el largo plazo Pikey encuentra que la evolución de α tiene una forma de U similar a la de β, aunque menos pronunciada. Esto indicaría que r parece haber atenuado la evolución de β. La explicación del fenómeno discurre por los carriles de la ortodoxia neoclásica (solo de pasada hace una alusión “al poder de negociación de las partes involucradas”, p.153 de la versión online). Efectivamente, Pikey explica la tasa de ganancia por el principio de la productividad marginal decreciente: en lo esencial, está determinada por la tecnología y la cantidad de capital. Por lo tanto, demasiado capital deprime la tasa de rentabilidad r. Sin embargo, continúa el razonamiento, la caída de r a medida que aumenta la relación K/Y no alcanza a anular el efecto alcista sobre α, esto es, sobre la participación de los beneficios en el ingreso. La causa de esto reside en la elasticidad de sustitución de los “factores” capital y trabajo. Recordemos que esta elasticidad dice en qué medida varía la relación capital trabajo (K/L) a medida que se modifica la relación entre los precios del capital y el trabajo, esto es, r/w (w es salario; en esta parte altero un poco el argumento de Pikey para adaptarlo a las presentaciones más habituales de los cursos de Microeconomía mainstream). El hecho es que si la elasticidad de sustitución es mayor a uno, significa que una caída de la relación r/w provoca una suba más que proporcional de la relación K/L. Si tenemos en cuenta que las participaciones relativas del capital y el trabajo (siempre en el esquema neoclásico) es rK/wL, una elasticidad de sustitución superior a uno provocará que un aumento de la intensidad capitalista del proceso (esto es, aumento de K/L) dará lugar a una disminución proporcionalmente menor de r, de manera que aumentará la relación B/W (esto es, rK/wL); en otras palabras, aumentará B/Y (teniendo en cuenta que Y = W + B). Dado que Pikey sostiene que la elasticidad sustitución tiende a ser mayor que uno, el aumento de β habría provocado el aumento de α, aunque atenuado por la caída de r. En un sentido más general e histórico, Pikey parece reducir la causa del aumento de la desigualdad a que r > g. Sostiene que se trata de un hecho histórico comprobado, que explicaría el crecimiento de la desigualdad en las sociedades agrarias tradicionales. La idea es que si r > g, la riqueza acumulada es recapitalizada mucho más rápido de lo que crece la economía. Por ejemplo, si g = 1% y r = 5%, el ahorro de un quinto del ingreso proveniente del capital ya asegura que el capital heredado de las generaciones previas crece a la misma tasa que lo hace la economía. La tasa de rentabilidad del capital la atribuye a un factor psicológico; r refleja la impaciencia promedio de las personas y su actitud ante el futuro (el argumento sería válido para las sociedades agrarias, precapitalistas o capitalistas). Que por otra parte coincide con la productividad marginal del capital. El capital como “cosa que rinde ganancia” Tal vez el primer aspecto, y central, en el que los enfoques de Marx y Pikey son opuestos, es la noción misma de capital. Es que Pikey escribe todo un libro sobre “el capital en el siglo XXI” a partir de una concepción del capital ahistórica y asocial. En su visión -como en toda la economía neoclásica- capital son “cosas” tales como máquinas, tierra, activos financieros, dinero, yacimientos mineros, y similares. “Cosas”, agrupadas bajo “K”, que rinden ganancias, rentas, intereses, dividendos e ingresos en las más diversas formas. En este enfoque, los ingresos derivados de “K” son abstraídos de toda relación con el trabajo y su explotación. El capital tiene rendimientos porque es productivo, y su tasa de rentabilidad viene a coincidir con su productividad marginal (que a su vez coincide con las preferencias intertemporales de los consumidores). Desde este punto de vista, el hacha de piedra del hombre primitivo ya era “capital” con rendimientos iguales a su productividad marginal. Incluso Pikey no distingue entre tierra y capital (distinción que encontramos en los clásicos y en Marx, entre otros); la tierra es parte de “K”, y rinde bajo el mismo principio que cualquier otro activo. Por eso “K” es concebido por Pikey como una fuente autónoma de plusvalías; es “algo” que genera valor y ganancia al margen del trabajo y con independencia de este. Una idea muy alejada de la de Marx, que concebía el capital como relación social, de explotación del trabajo (para este concepto, ver aquí). Y como también señalaba Marx, el capital alcanza su forma más enajenada y fetichista en el dinero que devenga interés, forma que Pikey amontona sin distinción conceptual con otras formas de capital, o con la tierra. Tengamos presente que en el caso del capital productivo hay por lo menos una referencia al proceso de trabajo, lugar último de generación del valor y el plusvalor. Pero en el capital a interés se pierde cualquier vestigio de relación social. Aquí estamos ante un fetiche automático, dinero que da dinero, donde “la relación social se halla consumada como relación de una cosa, del dinero, consigo misma” (Marx, t. 3 p. 500, El Capital). Naturalmente, el agrupamiento bajo el nombre de capital de estas diversas formas, contribuye a quitarle todo contenido histórico, y acarrea consecuencias para el análisis del largo plazo. En particular, al considerar “K” como un conjunto de “cosas que rinden ingresos”, como hace Pikey, es imposible comprender las especificidades asociadas a las relaciones históricas y sociales concretas, que han evolucionado desde el Antiguo Régimen a la moderna sociedad capitalista. Por ejemplo, cuesta encontrar la continuidad explicativa entre lo que podía ocurrir con la renta agraria y los ingresos campesinos en la Francia del siglo XVIII, y los ingresos del capital y los asalariados en la Francia del siglo XX; o entre el usurero precapitalista y el moderno capital dinerario. La misma idea de Pikey de que su primera “ley fundamental del capitalismo” se aplica a toda época histórica encierra una llamativa naturalización del capitalismo. Y si se pierden de vista las diferencias entre las formas histórico-sociales, el análisis se hace abstracto. De ahí que el punto más interesante del análisis empírico de Pikey sea la evolución de las diferencias de ingresos y riquezas desde fines del siglo XIX a la actualidad, cuando podemos hablar de un modo de producción capitalista predominante. Pero cuando entramos en el análisis de la dinámica capitalista, las razones de por qué crecen las desigualdades sociales se oscurecen debido a la endeblez de los fundamentos teóricos. Es que los problemas derivados de la falta de concepto histórico y social del capital se manifiestan en el agrupamiento de Pikey del stock de los medios de producción, concebidos en términos físicos (porque la productividad marginal se asocia al capital como stock físico), del “valor” de la tierra (que en sentido marxista tiene precio, pero no valor) y del capital financiero, que es más amplio que el capital productivo o mercantil realmente invertido. Es por esto que en relaciones que Pikey concibe “de causa a efecto” -en especial, K rinde B, y por lo tanto r depende de esa relación causal- de hecho se esconden relaciones circulares. Por ejemplo, si el precio de la tierra depende de la renta, como sucede en la realidad, entonces es imposible considerar la parte de K correspondiente a la tierra como una fuente autónoma de la renta, ya que el “valor” (precio) de la primera depende también de la segunda. De la misma manera, si se habla de capital en sentido físico, su agregación como “cantidad de capital” solo puede realizarse a través de los precios de los medios de producción involucrados, que dependen -como lo demostró la crítica de Cambridge- de la tasa de interés. Pero entonces la misma cantidad física de capital tendrá distintos valores (esto es, variará “K”) según varíe la tasa de interés, que en principio debía explicarse por la cantidad del capital. Por lo tanto, no tiene sentido afirmar que la rentabilidad del capital depende de la cantidad del capital. Como también pierde sentido toda la problemática de la elasticidad de sustitución una vez que se acepta la realidad del “retorno de las técnicas” (esto es, que a una tasa alta de interés una técnica menos intensiva de capital es rentable, a una tasa menor es más rentable una técnica más intensiva, pero a una tasa más baja vuelve a ser rentable la primera técnica). Tengamos presente que la explicación de Pikey del porqué de la evolución de la distribución del ingreso y la riqueza en el siglo XX y hasta el presente, depende de la hipótesis de elasticidad de sustitución. Por eso era de esperar alguna discusión en profundidad del principio, pero la misma brilla por su ausencia. Pikey se limita a adoptar teoría mainstream, eludiendo las dificultades planteadas, ya hace más de un siglo, por los críticos de Cambridge (su única referencia al asunto se refiere al modelo de Harrod-Domar, al que opone el de Solow). Sin embargo, los problemas no se solucionan ignorándolos. En las dificultades para medir el capital haciendo abstracción de las variables distributivas (interés y salarios) subyace la abstracción de considerar al capital como “un factor de producción”. Y desde ese supuesto carente de contenido social, no es posible elaborar una teoría correcta de la distribución. De hecho, la economía mainstream que sigue Pikey disuelve la cuestión de la distribución en los “precios de los factores”, pero estos no pueden fundarse en la productividad marginal ni en la función de producción. Por eso fracasa el intento mainstream de eludir la problemática del conflicto de clases, inherente a la economía política, y medular en la distribución del ingreso, para transformarla en una cuestión técnica de Economics. Por otra parte, desde el enfoque marxista, la distribución se vincula orgánicamente con el sistema de explotación, que se constituye entonces en un eje ordenador del análisis: solo cuando se ha establecido la tasa de plusvalía -el reparto básico del valor agregado por el trabajo- es posible establecer el sistema de precios y las Reflexiones desde el marxismo sobre el libro de Piketty (1) | Rolando ... http://rolandoastarita.wordpress.com/2014/05/18/reflexiones-desde-el... 1 de 6 14/08/2014 13:02

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Marxismo & Economía

Reflexiones desde el marxismo sobre el libro de Piketty (1)

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El libro de Thomas Pike�y, Capital in the Twenty First Century, ha impactado a nivel mundial. Su planteo central es que la desigualdad de los ingresos y de la riqueza ha estado aumentando en lospaíses capitalistas desde los años 1970, y hoy alcanza niveles similares a los que había a comienzos del siglo XX. Esto significa que no se verifica la hipótesis de Kuznets (formulada en los años 1950),según la cual la desigualdad aumentaba primero con el desarrollo del capitalismo, y luego disminuía. De hecho, ya antes de la publicación del libro de Pike�y se ha estado documentando que ladesigualdad ha seguido una forma de U. Pero el libro de Pike�y, utilizando datos fiscales más que encuestas sobre la situación de los hogares, amplía el análisis y confirma el dramático incremento dela desigualdad en las últimas décadas en los países desarrollados. Por caso, en EEUU, desde 1980 a los 2000, la participación en los ingresos del decil más alto de la población pasó del 30-35 por cientoal 45-50 por ciento; y el uno por ciento más rico pasó de tener el 9 por ciento del ingreso en los 1970 a aproximadamente el 20 por ciento en los años 2000 – 2010. Entre 1977 y 2007 el 10 por ciento másrico se apropió las tres cuartas partes del total del incremento del ingreso en EEUU, y el uno por ciento más rico el 60 por ciento del mismo.

A la luz de estos datos, es comprensible que la vieja tesis de Marx, que dice que en el modo de producción capitalista hay una tendencia a la polarización, cobre nueva actualidad. En este respecto,Pike�y sostiene que si bien no se cumplieron las previsiones catastrofistas de Marx (en su interpretación, Marx habría pronosticado el derrumbe del capitalismo por causas puramente económicas), sí

se habría verificado su tesis de la creciente polarización de ingresos y riqueza.

Esta proximidad con una de las tesis de Marx ha suscitado interrogantes acerca de cuál es la relación que puede establecerse entre el libro de Pike�y y El Capital; de hecho, varias personas me preguntaron qué valoración delCapital in the Twenty First Century podría hacerse desde el punto de vista marxista. En esa nota presento algunas reflexiones, referidas al aspecto teórico del asunto. Adelantando lo que desarrollo más abajo, mi posición es que,si bien Pike�y pone el foco en una cuestión real y candente, que la economía del mainstream ha tratado de disimular en base a formulismos matemáticos y supuestos irrealistas, su planteo tiene poco que ver con la teoría deMarx. En particular, porque la idea marxiana de explotación –el trabajo es la única fuente de las ganancias del capital, y las ganancias del capital son fruto de la explotación del trabajo asalariado- desaparece por completo de suexplicación. En su lugar, Pike�y propone una explicación neoclásica ortodoxa, que pasa por lo “técnico” (productividad marginal, precios de factores, tecnología y similares). La idea del marxismo es que el fenómeno de ladistribución no es “técnico”, ni se resuelve en “los precios de los factores”, ya que tiene por base las participaciones relativas del capital y el trabajo en el ingreso nacional, que es generado por el trabajo. Por eso, la teoría de laplusvalía de Marx llama a cuestionar subversivamente la sociedad. Su mensaje central es que la sociedad moderna se basa en la explotación del trabajo, y esto permanece al margen de que aumente, o no, la desigualdad del ingreso. Sueje es la teoría de la explotación; la tendencia al aumento de la brecha en las desigualdades es un efecto de esa explotación. Pero este aspecto de la cuestión está por completo ausente del trabajo de Pike�y; como veremos enseguida, las categorías que utiliza son propias de las formas fetichistas bajo las que se disimulan las relaciones esenciales, incluso en su versión más ortodoxamente neoclásica.

El modelo teórico de Pike�y

Aunque la mayor parte del libro de Pike�y está dedicada a los resultados de sus investigaciones empíricas, la explicación del porqué de la evolución de la distribución del ingreso a lo largo de los últimos tres siglos estácontenida en las relaciones entre unas pocas variables que considera fundamentales. Para eso, comienza vinculando el capital, K, con el flujo de beneficios, B, que va a la clase capitalista. El stock de capital incluye todas lasformas de activos que rinden un retorno: viviendas, tierra, maquinaria, capital financiero (bonos, acciones, dinero), propiedad intelectual e incluso personas en la época de la esclavitud. Los ingresos del capital, que agrupa bajoel rubro beneficios, incluyen entonces ganancias de empresas, dividendos, interés, renta del suelo y toda otra forma de rendimientos producidos por K.

Pike�y define entonces las relaciones básicas: la participación de los beneficios en el ingreso nacional, B/Y, relación que llama α; la tasa de rentabilidad, r, que podemos definir como beneficio sobre capital, esto es, B/K; y larelación capital producto, o capital ingreso, K/Y, que llama β. Con estos elementos, postula la “primera ley fundamental del capitalismo”, que dice que la participación de los beneficios en el ingreso depende del producto de βpor r. O sea, α = r × β (también: B/Y = B/K × K/Y). Pike�y admite que se trata de una simple unidad contable, pero agrega que puede ser aplicada a todos los períodos históricos. Precisa también que la ecuación no nos dice nadade cómo están determinadas las variables. En particular, no nos dice cómo se determina K/Y, que en cierto sentido es una medida de cuán intensiva en capital es una sociedad.

De ahí que postule la “segunda ley fundamental”: dice que β, esto es, la relación K/Y, es igual a la tasa de ahorro dividido la tasa de crecimiento del producto. O sea, β = s/g (la tasa de ahorro que se tiene en cuenta es neta dedepreciación). Puede observarse, como lo señala el mismo Pike�y, que se trata en última instancia de la ecuación del modelo de crecimiento de Solow. Según Pike�y, la segunda ley representa un estado de equilibrio hacia elque tenderá la economía si la tasa de ahorro es s y la tasa de crecimiento es g.

En cualquier caso, la fórmula muestra que un país que ahorra mucho y crece poco acumula una enorme masa de capital en relación al ingreso, lo que a su vez puede tener un efecto significativo sobre la participación delbeneficio en la estructura social y la distribución de la riqueza. Es que si aumenta K/Y significa que los propietarios del capital potencialmente controlan una parte más grande de los recursos, y esto es lo que habría ocurrido enlos últimos 40 años. Los factores que explicarían el aumento de la relación β en las últimas décadas serían la alta tasa de ahorro, combinada con el crecimiento lento; las privatizaciones de grandes porciones de capital público (oestatal); y el aumento de los precios de las acciones y activos inmobiliarios desde sus niveles extremadamente bajos en 1950.

Pike�y sostiene entonces que la evolución de la relación K/Y tiene forma de U en el largo plazo. Habría bajado durante las dos grandes guerras y la crisis del 30 -destrucción física y desvalorizaciones de los capitales- peroluego habría comenzado a aumentar nuevamente. Así, y siempre según los datos que proporciona Pike�y, en Norteamérica y los países más desarrollados de Europa, y también en Japón, en el período 1910-1930, la β subióhasta el 600-700 por ciento, luego bajó hasta 200-300 en los 1950 y 1960 para volver a crecer hasta niveles cercanos a los 600-700 en los 1990 y 2000, y con la proyección de alcanzar los 700 por ciento en los próximos años.

Si volvemos ahora a la primera ecuación, α = r ×β, se trata de explicar cómo interactúan los crecimientos de r y β para dar como resultado final la tendencia al aumento de α. Es que en el largo plazo Pike�y encuentra que laevolución de α tiene una forma de U similar a la de β, aunque menos pronunciada. Esto indicaría que r parece haber atenuado la evolución de β. La explicación del fenómeno discurre por los carriles de la ortodoxia neoclásica(solo de pasada hace una alusión “al poder de negociación de las partes involucradas”, p.153 de la versión online). Efectivamente, Pike�y explica la tasa de ganancia por el principio de la productividad marginal decreciente: enlo esencial, está determinada por la tecnología y la cantidad de capital. Por lo tanto, demasiado capital deprime la tasa de rentabilidad r. Sin embargo, continúa el razonamiento, la caída de r a medida que aumenta la relaciónK/Y no alcanza a anular el efecto alcista sobre α, esto es, sobre la participación de los beneficios en el ingreso. La causa de esto reside en la elasticidad de sustitución de los “factores” capital y trabajo. Recordemos que estaelasticidad dice en qué medida varía la relación capital trabajo (K/L) a medida que se modifica la relación entre los precios del capital y el trabajo, esto es, r/w (w es salario; en esta parte altero un poco el argumento de Pike�ypara adaptarlo a las presentaciones más habituales de los cursos de Microeconomía mainstream).

El hecho es que si la elasticidad de sustitución es mayor a uno, significa que una caída de la relación r/w provoca una suba más que proporcional de la relación K/L. Si tenemos en cuenta que las participaciones relativas delcapital y el trabajo (siempre en el esquema neoclásico) es rK/wL, una elasticidad de sustitución superior a uno provocará que un aumento de la intensidad capitalista del proceso (esto es, aumento de K/L) dará lugar a unadisminución proporcionalmente menor de r, de manera que aumentará la relación B/W (esto es, rK/wL); en otras palabras, aumentará B/Y (teniendo en cuenta que Y = W + B). Dado que Pike�y sostiene que la elasticidadsustitución tiende a ser mayor que uno, el aumento de β habría provocado el aumento de α, aunque atenuado por la caída de r.

En un sentido más general e histórico, Pike�y parece reducir la causa del aumento de la desigualdad a que r > g. Sostiene que se trata de un hecho histórico comprobado, que explicaría el crecimiento de la desigualdad en lassociedades agrarias tradicionales. La idea es que si r > g, la riqueza acumulada es recapitalizada mucho más rápido de lo que crece la economía. Por ejemplo, si g = 1% y r = 5%, el ahorro de un quinto del ingreso provenientedel capital ya asegura que el capital heredado de las generaciones previas crece a la misma tasa que lo hace la economía. La tasa de rentabilidad del capital la atribuye a un factor psicológico; r refleja la impaciencia promediode las personas y su actitud ante el futuro (el argumento sería válido para las sociedades agrarias, precapitalistas o capitalistas). Que por otra parte coincide con la productividad marginal del capital.

El capital como “cosa que rinde ganancia”

Tal vez el primer aspecto, y central, en el que los enfoques de Marx y Pike�y son opuestos, es la noción misma de capital. Es que Pike�y escribe todo un libro sobre “el capital en el siglo XXI” a partir de una concepción delcapital ahistórica y asocial. En su visión -como en toda la economía neoclásica- capital son “cosas” tales como máquinas, tierra, activos financieros, dinero, yacimientos mineros, y similares. “Cosas”, agrupadas bajo “K”, querinden ganancias, rentas, intereses, dividendos e ingresos en las más diversas formas. En este enfoque, los ingresos derivados de “K” son abstraídos de toda relación con el trabajo y su explotación. El capital tiene rendimientosporque es productivo, y su tasa de rentabilidad viene a coincidir con su productividad marginal (que a su vez coincide con las preferencias intertemporales de los consumidores). Desde este punto de vista, el hacha de piedradel hombre primitivo ya era “capital” con rendimientos iguales a su productividad marginal. Incluso Pike�y no distingue entre tierra y capital (distinción que encontramos en los clásicos y en Marx, entre otros); la tierra esparte de “K”, y rinde bajo el mismo principio que cualquier otro activo. Por eso “K” es concebido por Pike�y como una fuente autónoma de plusvalías; es “algo” que genera valor y ganancia al margen del trabajo y conindependencia de este. Una idea muy alejada de la de Marx, que concebía el capital como relación social, de explotación del trabajo (para este concepto, ver aquí). Y como también señalaba Marx, el capital alcanza su forma másenajenada y fetichista en el dinero que devenga interés, forma que Pike�y amontona sin distinción conceptual con otras formas de capital, o con la tierra. Tengamos presente que en el caso del capital productivo hay por lomenos una referencia al proceso de trabajo, lugar último de generación del valor y el plusvalor. Pero en el capital a interés se pierde cualquier vestigio de relación social. Aquí estamos ante un fetiche automático, dinero que dadinero, donde “la relación social se halla consumada como relación de una cosa, del dinero, consigo misma” (Marx, t. 3 p. 500, El Capital).

Naturalmente, el agrupamiento bajo el nombre de capital de estas diversas formas, contribuye a quitarle todo contenido histórico, y acarrea consecuencias para el análisis del largo plazo. En particular, al considerar “K” comoun conjunto de “cosas que rinden ingresos”, como hace Pike�y, es imposible comprender las especificidades asociadas a las relaciones históricas y sociales concretas, que han evolucionado desde el Antiguo Régimen a lamoderna sociedad capitalista. Por ejemplo, cuesta encontrar la continuidad explicativa entre lo que podía ocurrir con la renta agraria y los ingresos campesinos en la Francia del siglo XVIII, y los ingresos del capital y losasalariados en la Francia del siglo XX; o entre el usurero precapitalista y el moderno capital dinerario. La misma idea de Pike�y de que su primera “ley fundamental del capitalismo” se aplica a toda época histórica encierra unallamativa naturalización del capitalismo. Y si se pierden de vista las diferencias entre las formas histórico-sociales, el análisis se hace abstracto. De ahí que el punto más interesante del análisis empírico de Pike�y sea laevolución de las diferencias de ingresos y riquezas desde fines del siglo XIX a la actualidad, cuando podemos hablar de un modo de producción capitalista predominante.

Pero cuando entramos en el análisis de la dinámica capitalista, las razones de por qué crecen las desigualdades sociales se oscurecen debido a la endeblez de los fundamentos teóricos. Es que los problemas derivados de la faltade concepto histórico y social del capital se manifiestan en el agrupamiento de Pike�y del stock de los medios de producción, concebidos en términos físicos (porque la productividad marginal se asocia al capital como stockfísico), del “valor” de la tierra (que en sentido marxista tiene precio, pero no valor) y del capital financiero, que es más amplio que el capital productivo o mercantil realmente invertido. Es por esto que en relaciones que Pike�yconcibe “de causa a efecto” -en especial, K rinde B, y por lo tanto r depende de esa relación causal- de hecho se esconden relaciones circulares. Por ejemplo, si el precio de la tierra depende de la renta, como sucede en larealidad, entonces es imposible considerar la parte de K correspondiente a la tierra como una fuente autónoma de la renta, ya que el “valor” (precio) de la primera depende también de la segunda.

De la misma manera, si se habla de capital en sentido físico, su agregación como “cantidad de capital” solo puede realizarse a través de los precios de los medios de producción involucrados, que dependen -como lo demostróla crítica de Cambridge- de la tasa de interés. Pero entonces la misma cantidad física de capital tendrá distintos valores (esto es, variará “K”) según varíe la tasa de interés, que en principio debía explicarse por la cantidad delcapital. Por lo tanto, no tiene sentido afirmar que la rentabilidad del capital depende de la cantidad del capital. Como también pierde sentido toda la problemática de la elasticidad de sustitución una vez que se acepta larealidad del “retorno de las técnicas” (esto es, que a una tasa alta de interés una técnica menos intensiva de capital es rentable, a una tasa menor es más rentable una técnica más intensiva, pero a una tasa más baja vuelve a serrentable la primera técnica). Tengamos presente que la explicación de Pike�y del porqué de la evolución de la distribución del ingreso y la riqueza en el siglo XX y hasta el presente, depende de la hipótesis de elasticidad desustitución. Por eso era de esperar alguna discusión en profundidad del principio, pero la misma brilla por su ausencia. Pike�y se limita a adoptar teoría mainstream, eludiendo las dificultades planteadas, ya hace más de unsiglo, por los críticos de Cambridge (su única referencia al asunto se refiere al modelo de Harrod-Domar, al que opone el de Solow).

Sin embargo, los problemas no se solucionan ignorándolos. En las dificultades para medir el capital haciendo abstracción de las variables distributivas (interés y salarios) subyace la abstracción de considerar al capital como“un factor de producción”. Y desde ese supuesto carente de contenido social, no es posible elaborar una teoría correcta de la distribución. De hecho, la economía mainstream que sigue Pike�y disuelve la cuestión de ladistribución en los “precios de los factores”, pero estos no pueden fundarse en la productividad marginal ni en la función de producción. Por eso fracasa el intento mainstream de eludir la problemática del conflicto de clases,inherente a la economía política, y medular en la distribución del ingreso, para transformarla en una cuestión técnica de Economics. Por otra parte, desde el enfoque marxista, la distribución se vincula orgánicamente con el sistema deexplotación, que se constituye entonces en un eje ordenador del análisis: solo cuando se ha establecido la tasa de plusvalía -el reparto básico del valor agregado por el trabajo- es posible establecer el sistema de precios y las

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tasas de rentabilidad del capital. En cambio, la mera enumeración de identidades contables, como las presenta Pike"y, no tiene poder explicativo alguno. Por supuesto, son importantes los datos que presenta sobre la evolución de ladistribución del ingreso, ya que ponen en evidencia que la hipótesis de Kuznets sobre su forma de U invertida en el largo plazo, es equivocada. En este respecto, el trabajo de Pike�y es valioso. Pero además del dato, hay quepresentar razones, y hay que ir al fondo del asunto. Es necesario encontrar la lógica de las categorías económicas; y esa lógica, en la sociedad dividida en clases, depende de las relaciones sociales. Más en particular, en la sociedad capitalista,depende de la relación entre el capital y el trabajo asalariado.

Como no podía ser de otra manera, las dificultades encerradas en lo abarcado por “K” se extienden, en el trabajo de Pike�y, al capital financiero. Por un lado, porque en la realidad los precios de los activos financierosdependen de la tasa de interés, de manera que puede existir inflación de precios por motivos puramente especulativos, que poco tienen que ver con la rentabilidad real del capital productivo (una cuestión que incide en cómoopera la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia de Marx). A su vez, la posibilidad de inflaciones de precios puramente especulativas da lugar, en Marx, a la noción de capital ficticio; es lo que ocurre, por ejemplo,cuando los precios de las acciones se elevan por encima de los “fundamentos” relacionados con la generación y realización de plusvalía. El tema se profundiza incluso cuando hablamos de bonos gubernamentales, que danderecho a recibir una parte de la plusvalía -recaudada bajo la forma de impuestos- pero ya no expresan ninguna forma de capital real (sobre capital ficticio, aquí). Todas estas cuestiones se revelan decisivas a la hora de explicarlas razones de por qué en el sistema capitalista operan tendencias hacia la polarización social, tendencias que tienen poco que ver con la idea del capital como “una cosa K que rinde B”.

Descargar el documento:[varios formatos siguiendo el link, opción Archivo/Descargar Como]“Reflexiones desde el marxismo sobre el libro de Pike�y (1)”

Wri�en by rolandoastarita

18/05/2014 at 18:42

Publicado en Economía

Tagged with beneficio, capital, crítica de Cambridge, distribución de la riqueza, distribución del ingreso, Marx, rentabilidad, Thomas Pike�y

33 comentarios

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¿Si la curva de la desigualdad tiene forma de u en el largo plazo, acaso no llegará un momento en que dicho proceso se vuelva insostenible porque se alcanzará una polarización tan extrema de los ingresos que haga a lacúspide crecer a expensas de todo el cuerpo de la pirámide?. ¿Hasta qué punto dicho proceso es atenuado por los periodos de alto crecimiento relativo del ingreso y hasta que punto es exacerbado por los periodos de bajocrecimiento?. ¿Qué valor tiene el indice de Gini, que tanto se usa para describir situaciones de mayor o menor estabilidad en la distribución del ingreso si la tendencia de largo plazo es hacia la inestabilidad, es decir, haciauna creciente polarización?

mario

18/05/2014 at 19:20

ResponderAlgunas de estas cuestiones espero tratarlas en la segunda parte de la nota.

rolandoastarita

18/05/2014 at 19:26

En general, este tipo de trabajos generan exultación en el estabilishment toda vez que rebaten los argumentos marxistas, o tal vez, con mayor precisión, planteados por Márx como contradicciones insalvables del sistema. Nome parece casual que proliferen en épocas de crisis. Por lo que he podido leer, todo el alborozo está puesto en la hipotética impugnación estadística de la ley de la tendencia decreciente de la ganancia, postulada por Márxque desde hace décadas encuentra resistencia en el propio ámbito marxista. (Soy consciente de su posición, Rolando, en este respecto, aunque me costó entender al ángulo de su crítica, respetable por cierto) Por supuesto,permanece el farragoso problema de la polarización, pero aún si se propongan soluciones de ‘control social’ no revolucionarias, como es el caso del hoy rutilante economista francés, mediadas por el estado o la ciudadanía,lo concreto es que el antagonismo entre el capital y el trabajo es eyectado de la producción al ámbito de la distribución, por lo cual, los corifeos del sistema pueden dormir en paz con su conciencia y soñar con haberseanotado otro tanto. Resta por aportar desde el arsenal marxista una explicación plausible de esta polarización que pueda coexistir con una tasa de ganancia de tendencia ascendente. o estable, o de mínima, indeterminada.No niego a priori que pueda ser formulada o que ambos procesos (evolución secular de la TG y polarización del ingreso) no puedan ser desconectados. De hecho, la tecnificación del proceso productivo expulsa fuerza detrabajo y somete al segmento ocupado a una explotación cada vez mayor y este aumento de la desocupación estructural no parece revertirse con la expansión y profundización mundial de las relaciones capitalistas.Coincido en que el esquema teórico criticado no explica demasiado. No va más allá de la propensión al ahorro basada en la expectativa. En lo que debería hacer eje es en desentrañar por que el crecimiento económico de lasúltimas tres décadas coexiste con una baja en la tasa de inversión productiva, caída en los salarios y aumento de la extracción de plusvalía absoluta, procedimientos que han agigantado la polarización social. Pike�y no vamás profundo que la epidermis del proceso: la participación en el ingreso nacional es directamente proporcional al aumento de B/W e inversamente a la caída de r. No explica el vuelco a las finanzas, los valoresinmobiliarios, el ataque en toda línea a los salarios y las condiciones de trabajo, a no ser por una decisión ‘racional’ de los capitalistas. No se explica por que, de pronto, la inversión menguante coincide con el altocrecimiento a no ser por el asunto de la ‘elasticidad de substitución’. ¿Que la causa? ¿Los altos salarios? ¿El estado de bienestar? ¿La tasa de ganancia en baja?

AP

18/05/2014 at 21:47

ResponderCríticas a los dislates pro-explotadores de Pike�y:

a) Galbraith

h�p://www.bolpress.com/art.php?Cod=2014040206

b) Michael Roberts

h�p://thenextrecession.wordpress.com/2014/04/28/reviewing-pike�y-again/

h�p://thenextrecession.wordpress.com/2014/04/30/pike�y-in-french-its-worse/

h�p://thenextrecession.wordpress.com/2014/05/06/have-you-read-pike�y-well-he-has-not-read-marx/:

Here is an interview with Pike�y in New Republic magazine.

IC: Can you talk a li�le bit about the effect of Marx on your thinking and how you came to start reading him?TP: Marx?IC: Yeah.TP: I never managed really to read it. I mean I don’t know if you’ve tried to read it. Have you tried?IC: Some of his essays, but not the economics work.TP: The Communist Manifesto of 1848 is a short and strong piece. Das Kapital, I think, is very difficult to read and for me it was not very influential.IC: Because your book, obviously with the title, it seemed like you were tipping your hat to him in some ways.TP: No not at all, not at all! The big difference is that my book is a book about the history of capital. In the books of Marx there’s no data.

Interview in New Republic magazine

altacomposicionorganica

19/05/2014 at 00:40

ResponderBuena nota, Rolo.Los datos aportados por Pike�y son importantes porque permiten de algún modo rebatirlo. En el siguiente link, les dejo un trabajo breve que terminé hace unos días:h�ps://www.academia.edu/7011274/Maito_Esteban_Ezequiel_-_Pike�y_versus_Pike�y._La_tendencia_descendente_de_la_tasa_de_ganancia_en_el_Reino_Unido_y_Alemania_desde_el_siglo_XIX_confirmada_por_los_datos_de_Pike�y_en_evaluacion_Revista_de_Economia_Critica_

Los propios datos de Pike�y, una vez que se considera “capital” lo que en sentido marxiano suele considerarse, muestran una tendencia descendente de la tasa de ganancia en el largo plazo. En este trabajo tomo Alemania yel Reino Unido desde 1870 y 1855 respectivamente.

Actualmente estoy trabajando en un estudio para estos dos países más Suecia y Holanda desde 1850. Existe una cuestión interesante que adelanto en el artículo que linkeo.La tendencia descendente de Marx se confirma en el largo plazo, más allá de una recuperación parcial desde 1982, la cual considero personalmente finalmente agotada desde 2009. Pero me centro también en los aspectosque se han considerado supuestamente negadores de la ley. Básicamente el crecimiento de la productividad (Pike�y intenta esta explicación, sin la menor idea de lo que sostuvo Marx) o más concretamente de la tasa deplusvalía. Con los mismos datos de Pike�y, la relación producto-capital (Y/K) y la tasa de plusvalía (Ganancias/Salarios) no muestran en el largo plazo señal alguna de contrarrestar esta tendencia. Al contrario. Y/Kdesciende de igual forma, y la tasa de plusvalía se mantiene estable en cierto rango, y más bien descendente. Llama la atención la fuerza de estos pretendidos contraargumentos, sobre todo el de la tasa de plusvalía, porquea nadie mínimamente al tanto le escapa que la masa salarial en el largo plazo ha tendido a crecer.

Otro aspecto interesante que hace a la cuestión es que en el largo plazo las ganancias netas tienden a reducir su participación en el producto, más allá del estancamiento o caída de la participación salarial desde los 70, por elincremento de los impuestos netos y el consumo de capital fijo. Pike�y al trabajar sólo con el “ingreso nacional” no capta esta cuestión.

Saludos.

Esteban Maito

19/05/2014 at 03:23

Responder

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Page 3: Rolando Astarita [Blog]_Reflexiones Desde El Marxismo Sobre El Libro de Piketty (1)

Esteban. Es muy interesante el trabajo que presenta, especialmente por que se basa en los datos que ofrece el economista en boga. La cuestión de la medición estadística sobre la evolución de largo plazo de la tasa deganancia es un tema controvertido. He leído pilas de trabajos, tanto de ‘alcistas’ como de ‘bajistas’ y todo pasa por los parámetros de medición utilizados. Con el tiempo, he llegado a la conclusión que los datos parecenser ajustados a lo que se quiere demostrar. Queda el recurso momentáneo de refugiarse en el agnósticismo. La cuestión de la ‘ley’ de la tasa de ganancia decreciente es un tema que sigue dando que hablar. Hayargumentos fuertes que apuntan a su impugnación y a su vez, fuertes críticas a estos argumentos. A grosso modo, las controversias en este respecto, parecen responder a una asimilación inadecuada entre aumento en lacomposición técnica y aumento en la composición ‘en valor’ del capital. El ‘error’ de Márx, parece haber sido el considerar el efecto de la productividad desde un punto de vista desigual, en que la elevación de lacomposición orgánica en valor se impone unilateralmente. Sin entrar en tratamientos matemáticos complejos que hacen al campo de especialistas, la lógica elemental indica que si la elevación de la productividad afectade modo equivalente, tanto al numerador como al denominador de la fórmula que establece la tasa de ganancia, la tasa no debe bajar necesariamente. Una aplicación es el renombrado teorema de Okishio que Rolando aanalizado en una nota de este blog y más extensamente en su página. Lo que el teorema demuestra es que, dados determinados supuestos que se suponen aplicables en la realidad, un aumento en la productividad, consalarios constantes, aumenta la tasa de ganancia. Visto desde un ángulo general, es el caso previsto por Márx, en que la ‘contratendencia’ se impone a la tendencia. El problema reside en que, en el análisis de Márx, tantola ley como la contratendencia que se le opone, responden a la misma causa, por lo que, no queda clara la razón por la cual una sería ‘ley’ que se impone indefectiblemente y la otra solo un obstáculo circunstancial. Si seinvierten los términos y la ‘contratendencia’ se torna en ley, se obtiene el ‘capitalismo eterno’ con una tasa de ganancia siempre en alza o, a lo sumo, dificultada por la aparición de crisis por estrangulamiento de laganancia por aumento de salario o exacerbación de la competencia. De este modo, la evolución tendencial de la tasa de ganancia, se torna indeterminada. Ya no es la contradicción entre capital y trabajo, en procura de lamáxima extorsión de plusvalor, el ‘prius’ que se expresa a través de la competencia, sino, esta última, la que incide, estrangulando las ganancias en un determinado punto de un curso siempre ascendente. En cualquiercaso, la ley formulada por Márx, se cae y es otra la teoría de la crisis. El principio autodisolutorio del sistema queda abolido. Este enfoque a convencido a muchos marxistas, no se si a la mayoría y por supuesto, no estáexento de críticas. La problemática coexiste con las divergencias de interpretación de los datos estadísticos.

AP

19/05/2014 at 12:00

¿ Puede un aumento de la tasa de ganancia del capital financiero compensar una disminución de la tasa de ganancia del capital productivo para que en el concepto de capital de Pike�y no se cumpla la tendenciadecreciente de la tasa de ganancia? ¿ Afirmar esto no sería una especie de fetichismo del dinero ? ¿ No está el capital financiero supetidado al capital productivo?

Lenni

20/05/2014 at 04:47

Gracias AP por la respuesta.– En primer lugar, aclarar que las mediciones que presento ahí son las más próximas a lo que Pike�y ofrece. Es decir, yo no calcularía la tasa de ganancia en términos constantes para Reino Unido pero en el trabajo lohago porque Pike�y afirma que es la mejor medición.– No he leído muchos trabajos “alzistas” presentando estimaciones. O lo hacen rayando la perversión teórica como Pike�y, o ni lo hacen. Invito a que me recomiende estimaciones de “alzistas” que las leeré con gusto.Un trabajo “alzista” es la medición de Michelena para Argentina que creo confunde los términos al calcular una tasa de ganancia “productiva”. Mi estimación para Argentina no discrimina entre sectores productivos oimproductivos de plusvalía sino que considera a la tasa de ganancia del conjunto, y por eso expresa, por momentos en forma elocuente, la historia argentina. Invito a leer ambos trabajos.– La medición del capital fijo como neto a costos de reposición corrientes es no sólo la más correcta en mi opinión sino la de menor sesgo “bajista”. Y sin embargo esta medición también muestra la tendencia. En mi perfilde Academia puede ver un trabajo reciente, “La transitoriedad histórica del capital” publicado en Razón y Revolución con estimaciones propias y de otros autores para catorce países que representan el 60% de laeconomía mundial. Calculo también una tasa de ganancia “mundial” para las últimas décadas y la importancia de China en la cuestión.– Más allá de estas cuestiones, estoy en contra de considerar que existen datos para “todo”. No es cierto, si nos manejamos con cierto rigor general, que en términos distributivos pueda decirse “todo” en el largo plazosobre las participaciones de ganancias y salarios. Al contrario. Lo cierto es que no existe elevación de la tasa simple de plusvalía (ganancias/masa salarial) en el largo plazo que amerite destacarse, y si hay algo quedestacar es que más bien desciende. Y lo mismo aplica como dije anteriormente para la relación producto-capital, a la que considero el eje central de la tendencia descendente de la tasa de ganancia. Es un datoprácticamente universal que la participación de la inversión en el producto se ha incrementado en términos históricos desde niveles pírricos, más allá de lo que pueda haber ocurrido desde los setenta en ciertos países,los cuales presentan justamente cierta recuperación en la tasa de ganancia. Demasiadas “pistas” empíricas a estas alturas.– Creo que la cuestión del incremento de la productividad no pasa por el hecho de que “la lógica elemental indica que si la elevación de la productividad afecta de modo equivalente, tanto al numerador como aldenominador de la fórmula que establece la tasa de ganancia, la tasa no debe bajar necesariamente”. Diré más, el incremento de la productividad es siempre mayor en la producción de medios de producción que en ladel resto de mercancías, y así se refleja en las series históricas de precios de la maquinaria vs. el resto. Pero también, lo que implica esto es que se incrementa en mayor medida el volumen de medios de producción. Creoque se suele olvidar el tomo I cuando se discuten estos temas más desarrollado en el tomo III (y se establecen ciertos supuestos), en el capitalismo, consolidadas sus relaciones de producción y la gran industria, la únicaforma de expandir la productividad es invirtiendo en capital fijo incluso de aumentar los ritmos de trabajo y la intensidad. No entiendo cuál es el punto difuso en esto. No es que la producción capitalista va por un ladoy el capital fijo por otro. El producto crece a partir del crecimiento de la inversión. Existe una tendencia a que el capital fijo se incremente más que el producto, que es la tendencia a que el trabajo muerto se expanda sobreel vivo, que es la tendencia al desarrollo de la fuerza productiva y la reducción del valor de las mercancías. De ahí que la composición orgánica, en principio como composición técnica (volumen de capital fijo por obrero)crezca exponencialmente (más que el producto por obrero). El efecto contrarrestante surge de que en términos corrientes y de mercado esta composición crece menos por el mayor abaratamiento de los medios deproducción, y por esto las mediciones en términos constantes son mucho más “bajistas” porque refieren al volumen. En esto no digo nada que no haya dicho Marx, y por lo menos a mí siempre me pareció claro. Pero eseabaratamiento relativo no alcanza a compensar el incremento de la composición “técnica”. Todo esto en el largo plazo, en el corto y mediano plazo puede ocurrir.– Respecto al teorema de Okishio, me hubiera gustado leer alguna vez el texto original pero nunca tuve la oportunidad. Lo que siempre me pareció curioso es el nivel de irrealidad en el corto, mediano y largo plazo desalarios reales constantes. Me resulta curiosa la teoría de incrementos en la productividad sin incrementos mayores en el capital fijo (siempre que no haya una gran crisis). Los supuestos ayudan cuando tienen ciertamesura, cuando son violatorios de la realidad más elemental… Sin embargo, entiendo que Okishio sólo quiso reflejar una situación posible, no la característica del sistema, este último punto corresponde más bien aquienes negarían la ley. He escrito un artículo sobre Japón estimando todas las categorías marxianas incluyendo la velocidad de rotación. En qué años cae el producto? En los que cae…el capital fijo. Y nada de lo quesostiene Okishio aparece salvo un par de años en los 80s. La tasa, cae. Y mucho.Saludos.

Esteban Maito

20/05/2014 at 15:10

Algunas observaciones: en primer lugar, la discusión fundamental sobre el libro de Pike�y no es acerca de la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (LTDTG), sino sobre la distribución del ingreso. Detodas maneras, la discusión sobre la LTDTG es importante en sí misma. En este respecto, la crítica planteada por el teorema Okishio no puede descartarse tan fácilmente remitiendo a otros capítulos de El Capital parasuponer que el valor de los medios de producción “debe” aumentar en relación al trabajo vivo. La cuestión es explicar por qué tiene que suceder esto. Recuerdo tres de los supuestos de Marx al discutir la ley:

a) La tasa de ganancia cae aun cuando la tasa de plusvalía pueda aumentar, debido al abaratamiento de la fuerza de trabajo cuando crece la productividad (plusvalía relativa). Por supuesto, si la tasa de plusvalía semantiene constante habiendo aumento de la productividad, los salarios reales suben, y en ese caso, según el teorema Okishio, una vez generalizado el cambio tecnológico, la tasa de ganancia no sube, pero tampoco cae.Sin embargo, insisto, la LTDTG no supone que la tasa de plusvalía deba mantenerse constante (menos descender) para que caiga la rentabilidad. Esta cuestión es relevante porque en los años 1970 algunos marxistasquisieron explicar la caída de la tasa de ganancia por aumento de los salarios, esto es, por disminución de la tasa de plusvalía, debido a la lucha de clases. No discuto que haya tenido alguna incidencia, pero no es elsupuesto de Marx para que baje tendencialmente la tasa de ganancia.b) El capitalista innovador tiene que obtener una plusvalía extraordinaria al introducir la innovación. Esto pone límites a cuánto incrementa el capital constante cuando se trata de abaratar productos; el tema esimportante: Shaikh levanta este supuesto para hacer caer la tasa de ganancia.c) La caída del valor del capital constante, por aumento de la productividad, ejerce una presión alcista sobre la tasa de ganancia. Otra cuestión importante porque Kliman supone lo contrario para hacer bajar la tasa deganancia (lo cual conduce a una serie de incoherencias, en mi opinión).

Respetando estos supuestos, no encuentro ningún marxista que haya podido rebatir el teorema Okishio. Sin embargo, es un hecho, verificado empíricamente, que la composición orgánica del capital tiende a aumentarcon el desarrollo capitalista, y esto debe ejercer un efecto bajista sobre la tasa de ganancia. La cuestión entonces es explicar por qué sucede esto. Mi propuesta es que hay que cambiar el supuesto de cambio tecnológicodesde el que se ha discutido históricamente la LTDTG. Subrayo: no es casual que pasado más de medio siglo desde que se formulara el teorema, no haya podido ser rebatido.Discuto la cuestión aquí.

rolandoastarita

20/05/2014 at 15:52

rolandovaliosisimo tu aporte como siemprealberto urthiague

Date: Sun, 18 May 2014 21:42:48 +0000To: [email protected]

alberto urthiague

19/05/2014 at 12:20

Responderhola Rolo

que piensa sobre poner a través del estado un salario mínimo, y que votaría usted en el caso suizo donde perdió el salario mínimo de 4500 dolares ( ahora es de 4100) porque decían que aumentaría el desempleo ( hoy 3.1%)ademas perdió también la propuesta para que la diferencia del salario mínimo y el máximo sea de máximo 12 veces solo votaron a favor que haya tope de las compensaciones a los CEOs?

Alicia

19/05/2014 at 15:31

ResponderRolando,Muy bueno el artículo. No he leído la obra de Pike�y pero si muchas entrevistas. Y varias veces estipula para que el capitalismo se desarrolle la burguesía tiene que tener una ganancia del 5 x 100. Es un argumento queescuché muchas veces incluso entre autores marxistas (David Harvey, por ejemplo). Pero nunca he oído más que una fundamentación subjetivista de dicha afirmación.Que piensa al respecto? quien formuló esa tendencia?muchas gracias

bla

19/05/2014 at 15:55

ResponderNo conocía esa “ley general”; a primera vista me da la impresión que no tiene mucho sentido.

rolandoastarita

Reflexiones desde el marxismo sobre el libro de Piketty (1) | Rolando ... http://rolandoastarita.wordpress.com/2014/05/18/reflexiones-desde-el...

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20/05/2014 at 15:20

Hay otro problema anterior en el libro, a diferencia de las ultimas decadas del siglo XIX y hasta antes de la crisis del 29 la concentracion de la riqueza y del capital no se daba de la misma forma que en la actualidad.ejemplo en 1900 la gran empresa era la Standard oil de la familia Rockfeller hoy la Exxonmobil no pertenece a ninguna familia sus dueños son fondos mutuos de inversion que no tienen un dueño y que ni siquieraselecciona al directio el cual ni siquiera esta entrelazado.

Tomas

19/05/2014 at 16:22

ResponderMuchas gracias, profesor Astarita. Un ensayo muy oportuno sobre el best-seller Pike�y. Le ruego me envíe la segunda parte apenas la tenga. Saludos cordiales.

Héctor Silva Michelena h�p://hesimiorvana.blogspot.com/ El Domingo 18 de Mayo de 2014 17:12, Rolando Astarita [Blog] escribió:

WordPress.com rolandoastarita posted: “El libro de Thomas Pike�y, Capital in the Twenty First Century, ha impactado a nivel mundial. Su planteo central es que la desigualdad de los ingresos y de la riqueza ha estadoaumentando en los países capitalistas desde los años 1970, y hoy alcanza nive”

silvamichelena

20/05/2014 at 20:00

ResponderEsteban. Ya empecé a leer su trabajo sobre la evolución de la tasa de g. en Argentina, el otro no lo bajé aún. Una sola acotación por el momento. Según leí hace tiempo, el propio Okishio reconoció en 2001 que el supuesto deuna tasa salarial exógena-constante es inverificable. También formuló una extensión del teorema al capital constante en 1963 que aún permanece sin traducir. Esta objeción (basarse sobre el supuesto de solo capitalcirculante) fue trabajada hacia fines de los setenta por Roemer y otros . También sufrió grandes objeciones por que al parecer ‘convierte’ al capital fijo en circulante. Esto junto a otros cuestionamientos al marco analítico(Competencia perfecta-enfoque neorcardiano-simultaneidad de las ecuaciones etc.) Si mal no recuerdo, Rolando ha reseñado en su página la crítica efectuada por la escuela temporalista.Saludos

AP

21/05/2014 at 00:59

ResponderMás allá de las notas de Rolo, que leeré, me gustaría leer el trato que hace Roemer del capital fijo. Las referencias al teorema que he tenido han sido básicamente de Shaikh pero no mucho más. No me ha interesadomucho el teorema por lo siguiente:La situación de salarios constantes con incremento sostenido de la productividad es un sinsentido en términos históricos y del capitalismo. Repito, los supuestos deben tener cierta razonabilidad. Si hablamos de una tasade plusvalía creciente hablamos de un crecimiento relativamente mayor de la productividad respecto a los salarios, no un crecimiento de la primera y un estancamiento de los segundos. Esa no es la idea que uno tienede incremento de la tasa de plusvalía en ciclos relativamente normales. La matemática da para todo, el capitalismo no.Cuando más suele darse una situación de salarios más o menos constantes y crecimiento de la tasa de plusvalía es en crisis (aunque más bien los salarios reales caen) pero en estas la masa de ganancias se contrae y latasa de ganancia cae.Salarios constantes con incremento sostenido de la productividad es un supuesto absolutamente irreal e insostenible en el mediano plazo, quizás hasta en el corto. ¿Cual será la demanda social solvente de esaproducción expandida constantemente con salarios estancados? ¿Capitalistas comiendo por cinco personas? Existen obvios límites. Me remito nuevamente al volumen I muchas veces dejado de lado al discutir el III enbase a estos ejercicios; esa demanda social solvente es el consumo obrero, la contracara de su carencia de medios de producción y sin el cual no se explica el capitalismo.La conclusión es también obvia (dejando de lado que en términos nacionales se puede compensar con nuevos mercados de exportación etc pero aquí hablamos en términos sistémicos): que a Okishio le de una tasa deganancia en constante crecimiento no es más que un ejercicio matemático en base a supuestos irreales. En la realidad después de no muchos años lo que existiría es una crisis, una caída de la tasa de ganancia y unasobreacumulación de capital, en su forma de mercancías no vendidas particularmente. No ver esto marca la frontera entre la “matemática” y la ciencia social.No por nada, en los puntos más altos de los ciclos, previos a las crisis, la participación de los salarios y los salarios reales son mayores, como el mismo Marx destacó, no podría ser de otra manera.

PD: Perdón, Rolo, por los cambios de tema. Comentarios posteriores sobre estos los haré en sus respectivos posteos.

Saludos.

Esteban Maito

21/05/2014 at 13:03

Yo estoy de acuerdo en que hay que hacer supuestos realistas. Pero la discusión teórica ayuda a esos supuestos realistas. Por ejemplo, considero que el supuesto de cambio tecnológico con que hemos discutido siemprela LTDTG no es realista; pero esto me surgió precisamente de discutir la ley a la luz del teorema Okishio (que de hecho, traté de refutar).En cuanto a los salarios, es claro que el salario real aumentó; pero esto puede suceder al mismo tiempo que aumenta la tasa de plusvalía (todo indicaría que esto es lo que sucedió en EEUU y otros países capitalistas enlos últimos 35 años). Por eso es realista discutir la LTDTG suponiendo que aumenta la tasa de plusvalía por incrementos de productividad (podemos suponer que no aumenta tanto como lo haría si la canasta salarialpermaneciera constante). Pero el problema al que apunta el teorema en realidad no es este, sino a los efectos del aumento de productividad sobre el capital constante.Otra cuestión: pienso que el aumento del salario tendencial no tiene que ver con un problema de demanda (se estrangularía la demanda si no sucediera), sino con las mismas leyes del salario: el valor de la fuerza detrabajo no puede dejar de tener un componente histórico y social (no puede existir el salario a nivel fisiológico como fenómeno general en el capitalismo).

rolandoastarita

21/05/2014 at 13:20

Compañero Rolando. Posiblemente, con la incursión sobre el problema de la TG me fui algo del eje específico de su nota. Pero ya que estamos. El punto b de sus observaciones resume la crítica central a la hipótesistradicional que fundamenta la TDTG. El capitalista innovador no introduciría una nueva tecnología si es que esta no baja el costo medio, es decir si no permite ganar más, ahorrar más variable que el que cuesta amortizar elconstante incorporado. Márx era solidario con este principio y usted ha hecho las citaciones correspondientes en otras notas. Parecer ser una coincidencia con la ‘elección racional’ que debería caracterizar al capitalista ydigo, parece, por que, pese a todo, Márx concluye que el cambio tecnológico , en su extensión al sistema y en largo plazo, deprime la TG. Algo paradojal. SI bien lo he comprendido, antes y ahora, no hay manera dedemostrar esto, por consiguiente, la causa del aumento en la composición orgánica (o composición en valor) hay que buscarla en otra parte. La causa se desplazaría a la competencia de mercado por bienes complejos,ingente en inversión de capital, pero no vinculada al aumento de la productividad. La pregunta es sencilla ¿Tenía razón Smith en este punto? ¿Es la caída en la rentabilidad el producto de una competencia exacerbada, eneste caso, por las preferencias del mercado? También : ¿Puede hablarse entonces de una LTDG? y además: ¿Por que si el capitalista solo admite decisiones racionales, el principio resultaría violentado por esta‘irracionalidad’? Le pregunto desprovisto de cualquier animosidad. Desde hace mucho he roto con cualquier subordinación dogmática. Solo me interesan los argumentos lógicos y por supuesto, la evidencia empírica.

AP

21/05/2014 at 02:01

ResponderMe parece importante aclarar un punto. La crítica a la teoría neoclásica de la elección racional no pasa por negar que los capitalistas siguen una lógica, o razón, a la hora de decidir sus inversiones, y que en esa lógica, latasa de ganancia es la variable fundamental. La gran diferencia con la teoría neoclásica es que esta afirma que el agregado de las acciones individuales buscando un objetivo lleva al logro de ese objetivo. En este enfoque,tributario del individualismo metodológico, lo macro resulta de la simple sumatoria de lo micro. En el enfoque de Marx sucede lo opuesto: la persecución de las plusganancias por parte de los capitalistas individualeslleva a la caída general de la tasa de ganancia. El tema entonces es explicar cómo ocurre esto, a partir de la teoría del valor y de la plusvalía. Aquí interviene el teorema Okishio para mostrarnos que eso no puede ocurrirbajo los supuestos con que Marx formula la LTDTG. Reconozco que durante muchos años yo usé el argumento “empírico”: puesto que en la práctica la composición del capital tiende a aumentar, el teorema Okishio“debe” estar mal. El problema vino cuando traté de salvar esta distancia entre la teoría y los datos; esto me llevó a revisar las cuestiones.

rolandoastarita

21/05/2014 at 09:57

Si. Es un tema para romperse la cabeza. Una duda digna de Hamlet. No desconfío del enorme esfuerzo que haya comprometido en la tarea, ni de la capacidad con que la haya acometido. En el fondo, creo que todosqueremos probar que Márx no se equivocó y aún si nos vemos confrontados con la imposibilidad de hacerlo, no dejamos de abrigar una secreta esperanza de que el problema sea nuestro entendimiento del asunto. Igualpienso que hay que seguir estudiando el problema de la parábola de la productividad. Yo estoy bastante convencido de que el aumento en la productividad, al amplificar la plusvalía relativa y abaratar el capital constante,eleva o cuando menos sostiene la tasa de ganancia. Si no, hay que pensar que el capitalista en la competencia sacrifica tasa en aras de masa y por ende apunta a compensar con volumen de ganancia, hasta que el aumento enla masa se agota y la tasa se viene en picada, que es el nudo del planteo de Shaik y que todos hemos sostenido en el pasado. Se parece al planteo de bajar precios (‘sacrificar margen’) para ganar mercado y obtener gananciasde enajenación propuesto por Steuart, pero con la lógica inversa de ampliar el margen. Márx reconoce el efecto estimulante indirecto de la productividad sobre las ganancias cuando analiza las causas contrarrestantes, perolo considera un ‘efecto colateral’ retardatario del efecto principal de la medicina. En tal caso, el aumento en la productividad es considerado como una maldición del sistema y no el suero de la eterna juventud. Receta al lacual el capitalista se ve obligado a echar mano para asegurar la sumisión de los explotados en la lucha de clases y que luego, refracta contrariamente en la disputa de los capitales entre sí. Queda pendiente la demostraciónde por que lo que es bueno para uno, no lo será para todos. ¿Que genera el agotamiento de la función benéfica del aumento de la productividad y lo torna en su contrario? Si descartamos límites fisiológicos, poblacionales,histórico-sociales en la determinación del valor de la fuerza de trabajo, limitaciones del mercado solvente y hasta la ‘escasez’ de capital en sentido neoclásico si lo queremos meter también, no queda otra que situar elproblema por el lado de la competencia. Aquí, la compulsión por ganancias debería llevar en un determinado punto, a un recalentamiento ‘irracional’ y a una inversión descontrolada, no redituable, con métodos oincorporación de tecnologías no debidamente ensayadas, impotentes o débiles en el ahorro de trabajo. En cualquier caso, sería el agotamiento del aumento en la productividad la causa de la caída en la TG y no suexpansión. Se agotaría la verdadera tendencia (contratendencia según Márx) y aparecería el efecto colateral, el colapso de las ganancias y la crisis. Las crisis deberían barrer con el capital redundante y la cosa se restableceríasobre la base de una composición orgánica estable o menor y una tasa de ganancia estable o mayor, pero con un piso más bajo en la primer y más alto en la segunda, algo que no encaja con la realidad empírica.

AP

21/05/2014 at 13:56

ResponderDecís: “todos queremos probar que Marx no se equivocó”. Aclaro que personalmente no estoy empeñado en semejante tarea. Lo único que me interesa es qué teoría explica mejor la realidad del capitalismo. Por ahorapienso que es la de Marx; pero si alguien me demuestra que hay otra superior, no tendré problema en adoptarla.

rolandoastarita

21/05/2014 at 14:44

Sí, tenés razón. Fue una generalización abusiva. Una ‘proyección’ que no ha de valer para todos. Siempre admiré la imparcialidad científica, aunque se que es muy difícil de lograr. En ese respecto hago mi mejor esfuerzo.

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AP

21/05/2014 at 18:53

ResponderHay una cuestión interesante sobre la tasa de plusvalía que ha surgido de algunas estimaciones que hice sobre velocidad de rotación y creo que es algo a desarrollar.La tasa simple de plusvalía ha tendido más bien a caer o mantenerse dentro de cierto rango. ¿Implica esto que los capitalistas no han logrado reducir el valor relativo de la fuerza de trabajo? NO. En términos absolutos estáclaro que su valor ha crecido, y el crecimiento del salario real no hace más que expresarlo. En términos de la relación entre tiempo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo y excedente, la tasa simple deplusvalía (ganancias/masa salarial) ha sido por lo menos estable. A primera vista, la lucha del capital por reducir el tiempo necesario mediante la reducción del valor de las mercancías no habría prosperado. Si bien lareducción del valor de las mismas es inobjetable, ha existido una incorporación de mercancías a la canasta de consumo obrero. Esto supone, al menos de forma general, cierta evolución conjunta del salario y laproductividad, lo que es lógico también de acuerdo a lo que planteé de, groso modo, la necesidad constitutiva de una “demanda social solvente”. La reducción del valor de la fuerza de trabajo sobre una canasta constanteen el largo plazo hubiera terminado en lo que afirmé antes respecto a los supuestos de Okishio.Ahora, cuando introducimos la velocidad de rotación la cosa cambia en forma clara. Supongamos una distribución sólo relativa a ganancias-salarios de 50-50 hace 100 años con una sola rotación anual. El tiempo de trabajose distribuye igual, y el capital variable coincide con los salarios abonados. Ahora si cien años después, y neoclásicos y keynesianos se han llenado la boca hablando de la Ley de Bowley sobre la estabilidad de laparticipación ganancias-salarios en el largo plazo, existe la misma distribución de 50-50 pero se realizan por ejemplo 10 rotaciones anuales, implica grandes cambios subterráneos a esa estabilidad distributiva.En cuanto tiempo de trabajo, la relación es la misma, la reducción relativa del valor de la fuerza de trabajo no se ha producido, básicamente por la ampliación de su canasta de consumo que referí. Y esto, nuevamente, nodebiera extrañar por la simple cuestión de la “demanda social solvente” que generan las propias relaciones de producción y el crecimiento de la productividad. Pero en cuanto COSTO PARA EL CAPITALISTA del consumoproductivo de la fuerza de trabajo, el capital variable ahora se ha reducido de 50 a 5. Esto es lo que he confirmado a grosso modo con las estimaciones para las últimas décadas. Hay que diferenciar el “valor de la fuerza detrabajo” de acuerdo a lo anterior. Lo que comúnmente entendemos como el tiempo de trabajo necesario y su equivalente en bienes de consumo no coincide necesariamente, sino que diverge, respecto al costo que representapara el capitalista que el asalariado acceda a esa canasta o trabaje dicha cantidad de tiempo. Como se ve, no es que se reduce el tiempo que objetivamente trabaja para su reproducción el trabajador (misma proporción 50-50)sino que ingresa en la ecuación el costo que implica para el capitalista que en modo alguno se emparenta al total del consumo anual del obrero. Así con masas salariales más o menos constantes como porcentaje del PBI,tenemos capital variable como un porcentaje del PBI progresivamente menor. La masa salarial anual convencional se conforma a partir de las sucesivas rotaciones que realiza el capital variable.El incremento de la velocidad de rotación expresa el desarrollo de la fuerza productiva y la reducción de los tiempos de (trabajo socialmente necesario) producción y circulación. Midiendo simplemente “el tiempo”, losobreros siguen trabajando 50-50, pero en términos del capitalista y sus costos la relación es 50-5, la tasa simple de plusvalía es 100% igual que hace un siglo, la anual se incrementó de 100% a 500%. Esa es LA reducciónrelativa del valor de la fuerza de trabajo que parece haberse operado. En cada rotación la tasa de plusvalía es siempre 100%, 5-5, pero sí antes el capitalista debía “financiar” un año de salarios, hoy prácticamente financiasólo un mes. Por ejemplo para el caso de Japón, en dolares de 2012, el capital variable por asalariado fue prácticamente el mismo en 2008 que en 1973, mientras el salario real fue el doble y el capital fijo casi el triple.Esto tiene muchas implicancias en otras cuestiones desde la inclusión errónea de la masa salarial anual en cálculos de rentabilidad hasta qué expresa la composición de valor del capital como Capital Constante-Salarios yqué expresa como Capital Constante-Capital Variable.En fin, es un aspecto sobre el que me pondré a escribir de un momento a otro.Saludos.

Esteban Maito

22/05/2014 at 02:22

ResponderPersonalmente no sé cómo se puede calcular el tiempo de rotación del capital circulante, al menos dados los datos de que disponemos para EEUU (para otros países es peor todavía). De ahí que en los cálculos deevolución de tasa de ganancia para EEUU haya utilizado dos aproximaciones a la tasa de ganancia “a lo Marx”. Por un lado, beneficio / capital fijo (es la que más utilizan los marxistas, pudiendo ser el beneficio antes opost impuestos, antes o post intereses). Por otra parte, el margen sobre ventas, en el que entra todo el capital circulante, pero el capital fijo está representado por los cargos por amortización. Lo interesante es que conambos cálculos la curva de evolución de la tasa de ganancia es muy similar.Con respecto a la tasa de plusvalía, todo parece indicar que en los últimos 40 años hubo un incremento. En la segunda parte de la nota sobre Pike�y voy a citar el trabajo de Loucas Karabarbounis y Brent Neiman, de laUniversidad de Chicago y la NBER, “The Global Decline of the Labor Share”, (octubre 2013). Sostienen que la participación de los salarios en el ingreso ha estado declinando a nivel global desde los años 1980. Laparticipación de los salarios en el valor bruto añadido de las corporaciones habría caído un 5% en los últimos 35 años. Un resultado que es claramente opuesto a la constancia que encontraba Kaldor. Me parecesignificativo, demuestra que la tasa de plusvalía no está determinada mecánicamente por algún proceso rígido.

rolandoastarita

22/05/2014 at 09:42

Agregado: la caída que registran Karabarbounis y Neiman de la participación de los salarios en el valor agregado de las corporaciones es del 64% al 59%. Consideran que el valor agregado bruto de las corporacionesrepresenta el 60% del valor agregado bruto total de la economía. Citan otros trabajos que confirman también la tendencia decreciente; por ejemplo, el de Blanchard y Giavazzi, publicado en Quarterly Journal ofEconomics, 2003, Nº 3, que también tuve oportunidad de consultar.Por supuesto, no es necesario compartir el marco teórico con el que estos autores explican esta evolución (elasticidades de sustitución, precio de factores, etc.). Pero apuntan a una cuestión que pienso central: los avancesde productividad, el abaratamiento del capital fijo y el reemplazo de mano de obra por maquinaria.Además, la tendencia parece mundial; la registran no solo para los países adelantados (EEUU, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón) sino también en China, India y México. Aunque será interesante ver cómoevolucionará ahora en China, con la intensificación de las luchas sindicales.

rolandoastarita

22/05/2014 at 10:06

Sí, desde fines de los setenta y principios de los ochenta la relación ganancias-salarios se incrementó, tal vez alguna excepción haya en el SE asiático, como por ejemplo Corea (no China ciertamente).Lo que ocurre también es que desde el punto de vista de la distribución funcional del producto, en bastantes casos la participación de las ganancias se mantuvo constante y la caída de la participación de los salarios sólocompensa el incremento del consumo de capital fijo y los impuestos netos, que en términos históricos crecen más o menos en forma sostenida. En el caso del Reino Unido o Japón por ejemplo la participación de lasganancias es aun menor que en los 70s y 80s, aún con la caída de la participación asalariada. Como me gusta decir, es una expresión distributiva de la tendencia a la sobreacumulación de capital fijo. Y creo que por esomismo, en términos de margen de ganancias la evolución puede ser parecida a la tasa sobre capital fijo, por ese incremento en las amortizaciones que al final de cuenta son cierto porcentaje más o menos estable del capitalfijo según su tasa de depreciación.Las ganancias netas respecto a los salarios son mayores, pero respecto a las amortizaciones y la necesidad de renovar el capital fijo no.

Las rotaciones las estimo, son cálculos gruesos, dividiendo los costos anuales totales (salarios, consumo intermedio y de capital fijo) por el stock de inventarios (acá un trabajo de Fichtenbaum para la industria yanqui:h�p://es.scribd.com/doc/210831498/Fichtenbaum-Business-Cycle-Turnover-and-the-Rate-of-Profit ). Mis cálculos muestran una evolución a grandes rasgos paralela al PBI per capita. Más allá de esto y suponiéndose elcrecimiento que se quiera en la velocidad de rotación las conclusiones son similares. Hay que distinguir entre la tasa simple de plusvalía (que muestra la relación de ganancias y el valor real de la fuerza de trabajo o la masaanual de mercancías a la que equivale) con la tasa anual (que muestra la relación ganancias – valor que representa para el capitalista el consumo productivo de la fuerza de trabajo) que en términos de rentabilidad es la másadecuada, y explicar en parte la divergencia que creo se relaciona un poco con lo que desprolijamente dije en el anterior mensaje.La reducción del valor de la fuerza de trabajo se ha expresado más en la segunda forma que en la primera, por más que Marx pareciera hacer siempre referencia a la primera.

Esteban Maito

22/05/2014 at 12:36

ResponderConsideraciones actuales sobre “El Capital en el siglo XXI” de Thomas Pike�yAlgunas ideas sobre Pike�y

h�p://www.rebelion.org/noticia.php?id=185011

Tomas

22/05/2014 at 15:16

ResponderProfesor perdon que pregunte esto que esta fuera del tema del articulo¿Que libro o libros me recomienda para la historia argentina desde mediados del siglo XVIII a principios del siglo XX?

Tomas

23/05/2014 at 16:30

ResponderRolando. Volvía a leer con más atención la nota de su página sobre el teorema de Okishio y sus implicancias. Es una exposición muy clara y con un excelente desarrollo de las controversias. Ahora pude contextualizar mejorsu posición sobre la aplicación potencial del teorema a la realidad. Se la recomiendo a todos los lectores, en especial a los que tienen formación en el área de economía. No se si ha sido traducida al inglés, pero, de no ser así,sería muy conveniente para introducirla en los debates del mundo marxista angloparlante. En paralelo he leído algunos trabajos en contrario. Buena parte de la ‘refutación’ está puesta en que no pueden concebir que elaumento de la productividad engendre más valor. Es un pecado de lesa marxismo. A nivel sistémico este vendría dado por una ‘productividad media’ y por ende habría una especie de entropía. Las desviaciones en más,respecto de la media, solo arrojarían ‘redistribución’.Solo lo ven como aumento del excedente físico, con una merma del valor individual. El valor, está puesto en relación directa con el empleo de más trabajo vivo. El‘ahorro’ de trabajo solo aumentaría la eficacia en el output, pero su efecto sería indefectiblemente desvalorizante. Lo que no se alcanza a entender es por qué si la mejora en la productividad se extiende a todo el sistema, laTasa de ganancia debe forzosamente caer por efecto de la desacumulación de valores. Los contraejemplos que presentan se basan en ignorar el efecto de la potenciación del trabajo, como si su reconocimiento implicaseotorgar a la tecnología el mágico poder de crear valor. Hay incluso un trabajo de Ramos en que llega a plantear que el crecimiento en la masa de mercancías producidas solo genera un efecto inflacionario por aumentoconcomitante de la masa monetaria, pero el valor global se reduce y junto a este cae la plusvalía y la ganancia. Si no le molesta, luego se lo envío.

AP

26/05/2014 at 02:16

ResponderLa mercancía existe al margen de la explotación. La explotación es el resultado del desarrollo de la mercancía.

Camaliante

26/05/2014 at 12:49

Responder

Reflexiones desde el marxismo sobre el libro de Piketty (1) | Rolando ... http://rolandoastarita.wordpress.com/2014/05/18/reflexiones-desde-el...

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La mercancía existe al margen y precede a la explotación. La explotación es el resultado del desarrollo de la mercancía. Más precisamente el trabajo pasa a transformarse en mercancía con el desarrollo del mercado. Eltrabajo No es la única fuente de las ganancias del capital, y las ganancias del capital No son fruto Exclusivo de la explotación del trabajo asalariado. Puede ser, o es, el componente fundamental en la conformación de laganancia, pero no es esa explotación la ganancia en sí. Más bien la ganancia, el margen, la mercancía, es el que creó el trabajo asalariado, el trabajo mercancía, la explotación, la plusvalía, el margen obtenido sobre el sujetode explotación, el trabajador, el trabajo hecho mercancía.

Armando

26/05/2014 at 23:21

ResponderReblogueó esto en mitimaesy comentado:El economista argentino Rolando Astarita es docente en la Universidad Nacional de Quilmes, Carrera de Comercio Internacional, y también en las de ciencias Sociales y Ciencias Económicas de la UB y autor de numerososartículos y publicaciones.Con el título que preside este artículo, ha entrado en el debate amplio e importante que se está desarrollando en todo el mundo a propósito del libro de Thomas Pike�y. Lo hace con un artículo estructurado, por ahora, endos partes de denso contenido“Mi posición -dice- es que, si bien Pike�y pone el foco en una cuestión real y candente, que la economía del “mainstream” ha tratado de disimular en base a formulismos matemáticos y supuestos irrealistas, su planteo tienepoco que ver con la teoría de Marx. En particular, porque la idea marxiana de explotación –el trabajo es la única fuente de las ganancias del capital, y las ganancias del capital son fruto de la explotación del trabajoasalariado- desaparece por completo de su explicación. En su lugar, Pike�y propone una explicación neoclásica ortodoxa, que pasa por lo “técnico” (productividad marginal, precios de factores, tecnología y similares). Laidea del marxismo es que el fenómeno de la distribución no es “técnico”, ni se resuelve en “los precios de los factores”, ya que tiene por base las participaciones relativas del capital y el trabajo en el ingreso nacional, que esgenerado por el trabajo. Por eso, la teoría de la plusvalía de Marx llama a cuestionar subversivamente la sociedad. Su mensaje central es que la sociedad moderna se basa en la explotación del trabajo, y esto permanece almargen de que aumente, o no, la desigualdad del ingreso. Su eje es la teoría de la explotación; la tendencia al aumento de la brecha en las desigualdades es un efecto de esa explotación. Pero este aspecto de la cuestión estápor completo ausente del trabajo de Pike�y”.

mitimaes

30/05/2014 at 16:54

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