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Revista Entre Paréntesis

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Revista modular "Educación" realizado en Usme. Grupo 6C

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AGRADECIMIENTOSColegio Fe y Alegría, Santa Librada

Luz Marina Ángel Rectora

AleXander Zarto Coordinador secundaria

Grupo base emisora Sulphonic Music

Comedor Comunitario Compostela

Carolina Tacha

Comedor comunitario Pionieritos

Nancy portilloCoodinadora de inclusion social

A las jovencitas karen, Erika y Anyelin

Barrio Juan José Rondòn

José Humberto Villada (Líder Comunal, Barrio Juan José Rondón)

Maria Emilse Bedo Cortés (Madre de Familia)

Grupo de niños del barrio J. J. Rondón

Colegio Ofelia Uribe

Rocío GutiérrezProfesora

Cursos 501 y 502 Jornada mañana

Patricia BryonInvestigación Social

Félix MósqueraCarlos Peñaranda

Producción Impresa

David DíazProducción Multimedia

Martha CaroHmna. Lucía Rodríguez

Teoría de la Comunicación y Educación

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Con

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do ENTREPARÉNTESIS

Portada: Entre Paréntesis, Manointegrando. Diseño Rocío Delgado.

Editorial 4

La nueva pizarra 5

La violencia no es lo nuestro 10

Un paraíso llamado J.J. Rondón 15

Educación ambiental, alternativa para el Ofelia Uribe. 20

Usme: Un territorio de palabra 32

Comunicación + derechos, educando a la niñez de Usme. Los niños reclaman sus derechos

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Un territorio de diversidad y encuentro crucial entre lo autóctono y ajeno, inmerso en infinitas voces de niños, niñas, jóvenes, mu-jeres y hombres, que recorren paso a paso ese lugar que sabe a tierra y asfalto. Desde lo rural o urbano; con ruana o sin ella, a pie o en transmilenio, cada habitante reconoce ése, su espacio, y aunque lo habita desde distintas posturas siempre existe un punto en común de identidad: su escenario; es decir, Usme.

En el mes de Agosto, los estudiantes de sexto semestre perte-necientes a la facultad de Comunicación Social para la Paz de la universidad Santo Tomás, dieron inicio a un proceso de pedago-gía e investigación en Usme, cuyo propósito fue aportar y propo-ner diferentes soluciones a ciertas problemáticas sociales de la localidad desde la comunicación – educación. Para el desarrollo del proceso, fue necesario la realización de talleres que enrique-cieran la investigación y primordialmente contribuyeran no sólo a la resolución de conflictos, sino fomentara un aprendizaje en la comunidad. En esta investigación los protagonistas fueron los ni-ños y jóvenes, quienes con su dinamismo, elocuencia y carácter nos permitieron conocer nuevas miradas frente a una realidad que no posee límites de territorialidad, sino se encuentra laten-te en cualquier escenario del país. A ellos, le debemos agrade-cimiento por la confianza depositada en cada uno de nosotros y la colaboración voluntaria durante el trabajo; sin su ayuda no se habrían logrado los objetivos propuestos.

Entre paréntesis está diseñada con el único fin de dar cuenta sobre los procesos de investigación desarrollados durante el se-mestre en cada escenario de la localidad. Así, se podrá conocer que los niños del curso 502 del colegio Ofelia Uribe aprendieron acerca del cuidado y preservación del medio ambiente y además, lograron reconocer en su entorno recursos naturales y zonas de contaminación en las que podrían empezar a actuar en pro de un ambiente sano y agradable. También, los jóvenes y niños del barrio el uval, tienen grandes expectativas sobre su futuro, pero andan en la búsqueda constante de las salidas que pueden to-mar para crear y desarrollar su proyecto de vida.

En la institución Fe y Alegría, el proyecto giró en torno a un re-planteamiento de la educación en contextos escolares, debido

a la ausencia presentada en torno a aspectos comunicativos. El objetivo central era brindarles a un grupo base del colegio una educación en medios de comunicación para llegar a una reestruc-turación de pensamiento y sensibilización frente al rol de receptor que deben asumir, crítico y participativo, con el fin de fundamentar una perspectiva en cuanto el uso de los medios e impulsarlos a crear los suyos en su espacio escolar, centrados en sus verdaderos intereses y creados por ellos, forjando educación y pertenencia. De modo tal, que se brindaron herramientas teóricas y prácticas que permitieron desarrollar en cada comunidad nuevas alternati-vas de educación mediante la comunicación y el uso de la misma como mediadora de problemáticas sociales. Como bien lo trabaja-ron unos estudiantes en su modular con la temática: “mecanismos de educación para la resolución de conflictos” que se basó en la enseñanza de la utilización de herramientas para la resolución de conflictos que acontecen a los menores en su diario vivir; por me-dio de la elaboración de murales, puestas en escena, maquetas, dibujos, rallyes, noticieros, entrevistas, entre otros. A su vez, se fortaleció el acompañamiento en procesos locales, como el desa-rrollado en la Revista Surgente, con el proyecto “Usme tiene la pa-labra” en donde 8 estudiantes desempeñaron su rol de talleristas ofreciendo un aprendizaje en crónica literia.

Sin más preámbulo, sólo nos queda destacar la labor desempe-ñada por los docentes del módulo quienes realizaron un acom-pañamiento constante; de los estudiantes, quienes trabajaron comprometidamente para lograr satisfactoriamente los resul-tados presentados a continuación y por supuesto a ustedes, por permitirnos interactuar, conocer, aprender y formar parte de su comunidad, gracias ¡Usme!

Paola Andrea Noreña TorresDirectora General

Editorial

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Diversas temáticas, casi todas caen en el apasionado sueño que enmarca lo holístico, todas retumbando como constantes preguntas que parecen carecer de respuestas, así fue el inicio, confuso e inestable, vivaz pero acelerado, unido pero disputa-do, sabio pero desorientado; como pequeñas manos per-filando un material sin forma, comienza a tomar esencia el ilusorio proyecto que parecía lejano y que hoy es una realidad visible, la propuesta que entre discusiones, desacuerdos, ma-las caras, risas, chistes, gritos y aceptación, logró situarse en el gusto de nuestras mentes, de nuestro ser, en el punto que nos pondría a favor, el tema que nos forma como grupo de trabajo, la idea que nos une como estu-diantes, practicantes, compañe-ras y amigas, transformándonos en ese escultor que logró hacer de la arcilla, una figura sorpren-dente, llamativa e interesante.

Con un ideal claro, educar a ni-ños y jóvenes, acordamos que

debía hacerse en un campo que involucrara di-rectamente la identidad y la visión del mundo de esta población, así que los medios de comunica-ción acapararon el punto central del proyecto. Estaba ya decidida la localidad en la que tra-bajaríamos, Usmelandia, pero aún faltaba la co-munidad, así que emprendimos la búsqueda de colegios, siendo éstos los más adecuados para poder cumplir con nuestra meta, lugares llenos de inquietudes, actitudes, ingenio, actividad 100% positiva, ese pequeño mundo sumergido en otro más caótico, limitado por sus paredes, patios y salones. Con ayuda de proyección social de la universidad, dimos comienzo a esta búsqueda enloquecida, debíamos elegir un es

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Colegio Fe y Alegría, Santa Librada. Usme.

Por: Diana Tirado Lina Torres

Julieth MarínRocío Delgado

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o. Grado 5A. Colegio Fe y Alegria, Santa Librada - Usme.

incentivara al papel de un re-ceptor crítico y así crearan es-trategias para la comunicación

de su colegio.

Establecimos la ma-yoría del trabajo en el

grupo base de la emisora, a quienes conocimos el 21 de

septiembre, con ellos realizamos sesiones teóricas y prácticas, con temas que profundizaran sus conocimientos sobre co-municación, especialmente sobre el mensaje, para lograr un buen esquema de la emisora escolar. Muy atentos los estudiantes estu-vieron en el desarrollo y las inclinaciones ha-cia la inauguración de la emisora que por ende requiere de tiempo, esfuerzo y constancia, a la vez por ser un proyecto a largo plazo de la institución, que principalmente promueve la sensibilización y desarrollo personal como puerta abierta para la transformación y re-

pacio escolar que diera base para la realización del trabajo y desde el inicio nos llamó la atención Fe y Alegría, ubicado en Santa Librada, ya que éste giraba en torno al compromiso de una transformación social sostenible y se interesaba por proyectos que mejoraran la formación edu-cativa de sus niños y jóvenes.

Ya con las ideas y fines claros, interesadas en realizar nuestro proyecto allí, sin pensarlo tanto, llegamos al plantel educativo ansio-sas de obtener una res-puesta afirmativa, y de convencer como fuera a la rectora de la institución, pues nos sentía-mos seguras en lo que íbamos a hablar, y sobre todo con nues-tra propues-

ban el contexto que los niños consideraban era Usme. Aunque, antes de todo ese colo-rido ejercicio con el que formaron un arco iris de resultados, nos brindaron una seguridad, confianza, entusiasmo y sabiduría, así fuera infantil, en el tema que les estábamos expli-cando, la comunicación, pues ellos entre sus ideas insospechadas, tienen una visión amplia y precisa sobre todo lo referente a esta cues-

tión.Desde ese día, visitamos semana tras semana la institución, cargadas

de experiencias y ejercicios que llamaran la atención

de ellos , y de manera creativa dar rienda al

ideal de educarlos en el buen uso de medios de comu-nicación, que

ta netamente c o m u n i c a t i v a . Con expectativa nos dirigimos ha-cia la oficina de la rectora, Luz Marina Ángel, a quien le expli-camos la temática y planeación de talleres que deseábamos aplicar allí; con una amena cordialidad nos dio luz verde para comenzar y así dimos marcha al proyecto.

ENSEÑANDO ANDAMOS

Era un viernes, 18 de septiembre, para ser exac-tas, cuando por primera vez interactuamos con las personas que motivaron la investigación, los estudiantes. Era un grado quinto, lleno de ros-tros traviesos e inquietos, quienes nos narraron de diferentes maneras la visión que tenían de su localidad, variedad de escritos y dibujos refleja-

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construcción de los proble-mas visibles que tiene la so-ciedad, todo esto quizá, para el futuro prometedor que nos aguarda. Pero como las ganas pueden más y no toleran la espera, en la realización del taller número 7, el día 26 de octubre, luego de darles una breve introduc-ción sobre el concepto de me-dios alternativos, decidimos y propusimos a los muchachos realizar cuñas radiales, para que así sea en un futuro no muy lejano, las puedan trans-mitir a través de la emisora escolar, eso sí con el compro-miso de que el mensaje de las cuñas debía ser educativo, o ligado con los proyectos del colegio (ambiental y lideraz-go), o promocionando a la lo-calidad, o por qué no, promo-cionando la propia emisora o su lanzamiento, ideas a las que con una enorme sonrisa y cara de ilusión, acertaron y acogieron sin ningún proble-ma, simplemente por empezar a imaginar, idear, construir y

sobre todo grabar el mensa-je comunicativo de las cuñas, ésta última la que más le llama-ba la atención y los invitaba como locos a seguir creando y anotando. Sorprendente-mente, esas cuñas se las cra-nearon muy bien, como dirían ellos, pero para un lenguaje un poco más culto, las pensaron excelente; realmente fueron propuestas radiales muy lla-mativas e ingeniosas, tanto que de lo bien planeadas, a la hora de grabar casi no son ca-paces, pero entre risas, gritos, nervios y emoción, lograron hacerlas posibles. Así, junto con otro tipo de expresiones y emociones, en otros talle-res, estos muchachos llenos de esperanzas y expectativas, se sintieron como en su primer día al colegio, donde todo lo que hacían era algo nuevo que aprendían, como lo fue en el caso del taller de mensajes subliminales, uno de los que más les gustó, donde al verlos pareciera que estuvieran en una dimensión desconocida,

su rostro sólo reflejaba eso, lo nuevo y el asombro, pero después, la recocha y el en-tendimiento.

Por eso, descubrir talentos tanto en las aulas de clase como en el grupo base de la emisora, por medio de talle-res que se realizaban lunes y viernes, siempre y cuando no se cruzara con un acon-tecimiento académico, nos ayudó a entender por qué es tan importante relacionarnos con las personas y enseñar todo lo que a nuestro campo profesional y laboral compe-te. La comunicación ha sido utilizada dentro de proyec-tos con la comunidad como instrumento clave para esta-blecer el diálogo y lograr una transformación social al inte-rior de los grupos con los que se trabaja. Por esta razón, se tomó como una estrategia para llegar a un objetivo con-creto con respecto a la edu-cación y su función integra-dora basada en el paradigma de la mediación: trabajo a realizar en la institución Fe y Alegría, nuestro medio esta vez, la emisora como incenti-vo, como producto de madu-ración y connotación de nue-vas ejes críticas y viables que promuevan el cambio tanto comunicativo como interacti-vo.

Cuentos, represen-taciones escénicas,

maquetas, obras manuales, noticieros, propagandas, ra-

Grupo base emisora. Colegio Fe y Alegria. Santa Librada

Por:

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dionovela, cuñas, canciones, escritos y caricaturas, fue-ron resultado de lo que ellos tomaron como útil de nues-tro proceso en conjunto. La enseñanza así, fue transcu-rriendo y el proceso reflejaba motivación de un grupo de estudiantes que asumieron el reto de construir un espacio de expresión que reflejara su identidad como jóvenes y su deseo de replantear el sig-nificado que hasta hace un tiempo tenían acerca de los medios de comunicación.Nos comprometimos con edu-car o guiar a un grupo base que liderara el proyecto de la emisora, ligada a contenidos educativos con respecto al uso de medios y por testimo-nios de ellos, lo conseguimos.

Cada clase, cada taller que se pudo realizar, sólo consta el

verdadero beneficio y proce-so formativo que los estudian-tes van teniendo, es el comien-zo de pequeñas muestras en donde se ve el interés por ser mejores y construir una reali-dad más acogedora. Fue un proceso para el mejoramiento en donde el valor de igualdad, la idea de creernos mejor que otro, ya sea por sus aptitudes o por su condición social no es mérito de exaltación, todos tenemos que estar en el mis-mo lugar, de igual forma con-siderar al sujeto menos des-favorecido o incompetente ante ciertos momentos, sólo demuestra inseguridad y un analfabetismo de aprendizaje humano. Un trayecto que pa-reciera un cuento de hadas, o por lo menos un cuento infan-til, en este caso juvenil, narra-do por nosotras, con su inicio, nudo y desenlace, pero que a

comparación de otras gran-des historias, tienen su propia enseñanza, su propio resulta-do, un grupo de estudiantes reformados en un pensamien-to crítico, en una lectura ade-cuada del mensaje que emiten diariamente los medios de comunicación masivos, en un uso pertinente de los equipos comunicativos y de los mismos medios, en saber crear y emitir mensajes que valgan la pena, que no solamente tengan un fin comercial, sino que detrás de todo ello, su esencia sea educativa, reflexiva, concien-tizadora.

Y como si fuera poco, jóve-nes dispuestos con más

ganas a impulsar la emisora de su colegio, a luchar por-que este medio nazca de una vez por todas, con programas nuevos, con contenido ori-ginal y significativo, con una buena onda, ya sin miedo al micrófono, y aunque no que-pa el instrumento en lo radial, sin miedo a una filmadora, sin miedo a hablar en público, y sin miedo a ser la voz y el par-lante comunicacional de Fe y Alegría.

La reflexión y mesas de traba-jo al final de cada clase apor-taron de manera significativa para que los muchachos se dieran cuenta que con fe, es-peranza, amor y más progra-mas orientados en la estimula-ción del ego y del aprendizaje, se incitará a esta población

Grupo base emisora. Colegio Fe y Alegria. Sta Librada - Usme

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para romper barreras y cade-nas de forma positiva.

NUESTRO ANDAR CULMINA, PERO EL

CAMINO SIGUE

Uno de los aportes más certeros sobre comuni-

cación y el papel que cumple ésta a la sociedad, es que nos ayuda a entender un poco más sobre los modelos de comunicación que permiten pensar en procesos de trans-formación de cultura y reor-ganización en las políticas ya constituidas. La tendencia a comunicar se desarrolla en un lugar específico, por lo tanto los habitantes son los encar-gados de revelar las esencias secretas que remiten al des-cubrimiento de una cultura, es decir, la idea de que la comu-nicación constituye el conte-nido último de la acción social. Luego de realizar 11 talleres y de una experiencia realmen-te enriquecedora, en donde los niños y jóvenes nos mos-traron que cualquier esfuer-zo de cambio es recibido con gratitud y empeño, nos des-pedimos de la institución que con el mayor de los gustos nos abrió las puertas y nos permi-tió desempeñar los objetivos trazados en torno a un ideal que nació tiempo atrás cubier-to en los más apasionantes re-tos de responsabilidad social.Y sin más camino por recorrer junto a 20 muchachos que es-tuvieron dispuestos a recibir nuevas enseñanzas, consejos,

ideas, empujes y compañeris-mo, nuevas visiones sobre el mundo real comunicativo, y en cierta manera, nuevas amigas en una sociedad incierta, caó-tica y desconcertante, pero divertida, que brinda la mayor posibilidad de experiencias únicas, amigas que les conta-giaron, aún más, ese gusto por la comunicación social y todo lo que ello encierra, enmarca o engloba, hemos tenido que abandonar un proceso sin igual, que nos ayudó a crecer profesionalmente y como per-sonas, siendo tan nostálgico, que es como cuando la herma-

na mayor tiene que dejar que su hermanita crezca sola, lue-go de ella haberle enseñado todo lo que sabe del mundo, tiene que dejarla realizar su vida ya con la sabiduría he-redada por ella, verla alejar pero sin dejarla perder en el horizonte, solamente simu-lando un adiós con el batir de la mano que a la vez está saludando a un nuevo ser, o a alguien que regresa con un cambio.

Cartografía. Colegio Fe y Alegría. Santa Librada - Usme

Fotografía:Lina Torres

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Hay que estar atado por siempre a los

modelos violentos? ¿No hay derecho a un cambio? Con la incertidumbre de un futuro mejor y la seguridad de tener un camino que recorrer, empieza la aventura de transformación de 31 niños en J.J. Rondón.

En los días inciertos que corren por el sector, hay noches que no se pueden mirar las estrellas que salen en el cielo, pues las lágrimas que pone la violencia en los inocentes rostros de los pequeños habitantes del barrio Juan José Rondón, ciegan los ojos e inundan los corazones de aquellos que se aferran a las esperanzas de un mañana mejor, pero al despertar del sueño se dan cuenta que están atados a una realidad difícil de negar, realidad que los agobia, que los priva de tener una infancia feliz.

El nombre de dicho sector, no es más que un homenaje al Coronel Rondón, un guerrero que irradió esperanzas al pueblo, un idealista de

emancipaciones, un hombre que luchó por hacer realidad el sueño de una patria libre, pero ¿Qué pensaría hoy aquel personaje de tan grandes aspiraciones al ver las cadenas de violencia que atan a la comunidad del lugar

que lleva su nombre?, quizás se sorprendería al ver que el frío que ronda en sus calles congela hasta el alma de quienes allí viven.

Aquel panorama frío, deja ver entre la niebla la rudeza de sus calles empinadas, pequeñas casas elaboradas con modestos materiales; en este

La violencia no es lo

nuestro.

lugar el sol sale tímido entre las nubes quienes silenciosas observan la cotidianidad del sector, nubes que lloran continuamente al ver cómo la violencia llega a ser el único aliciente:

-Acá hemos tenido mucha muerte violenta y sobre todo entre jóvenes, se han matado, crecen con rencillas, con rencores – afirma José Humberto Villada, conocido como “Chepito”, quien al destacarse como líder comunal se ha convertido en el padre, el amigo y sobre todo en la persona dispuesta a generar

cambios para que un día todas las ilusiones de su comunidad dejen de ser una utopía.

Y fue precisamente el tenue sonido de su voz el que tocó nuestros c o r a z o n e s g u i á n d o n o s a este lugar,

sus constantes luchas manifestaban el anhelo de cambio, el deseo de que sus niños puedan vivir un mundo diferente al que él tuvo que afrontar, para que la violencia no golpeara en sus casas y los raptara de la cuna de su niñez convirtiéndolos en títeres, poniendo en sus manos armas,

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y enseñándoles una única forma de vivir, correspondiente al desgarrador modelo del terror.

Pero no era “Chepe” el único que quería combatir contra este modelo de sociedad, su grito era un reflejo de las ilusiones de los niños que en silencio combaten por salirse del esquema, por cumplir sus sueños, y lograr ser mejores seres humanos; pequeños que sólo quieren una oportunidad, una alternativa a lo que siempre se les mostró y por ende el espacio que nosotros les ofrecimos fue apropiado, adoptado como un escape o una salida en la cual se esperaba que aquella utopía de redención pudiera llegar a ser cierta.

El primer paso fue el más difícil, puesto que los

niños debían despojarse de sus imaginarios y abrir sus corazones, no sólo a cinco extraños que les dictaron una serie de talleres, sino lograr ver a treinta conocidos como aliados fundamentales con los cuales debían conformar un proyecto conjunto para lograr cumplir sus anhelos. Para lograr dicho objetivo era necesario llegar a conocerse y reconocerse como pares, lo cual se realizó mediante una hoja donde escribieron aquello que pensaban del otro.

Resultó increíble ver como un pequeño trozo de papel puede convertirse en el único medio para expresar sus ideas, para desahogar sus frustraciones, y darse a conocer ante los

demás, pero al mismo tiempo dicha hoja fue el detonante que evidenció los problemas existentes entre los niños, dejándonos ver cómo un balero, una muñeca o un balón pueden ser elementos tan preciados, que ante su ausencia la única alternativa es pelear por ellos.

Sin embargo, dichas c o n t r a r i e d a d e s no fueron los s u f i c i e n t e m e n t e fuertes para impedir que el trabajo

continuara, al contrario ésto fue un motivo más para seguir adelante; entendimos que para poder plantear soluciones o alternativas de cambio era necesario hallar la raíz del problema, y qué mejor forma que pintando el conflicto en los tres escenarios más frecuentes de su vida: la casa, el colegio, y el barrio. Este taller, tuvo un gran impacto en los niños, pero especialmente en Javier, un pequeño de 12 años, de piel morena y ojos oscuros, ni delgado ni acuerpado, que mide aproximadamente 1,55 metros, inteligente y con un don innato de liderazgo, comparable a un león capaz de guiar a su manada.

Detrás de su fachada de niño

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se esconde un noble corazón que no sólo se preocupa por su situación, sino que también desea la felicidad de quienes lo rodean:

-“Yo dibujé una vecina que quedó embarazada, ella tiene 15 años, entonces la mamá se enteró y entró en conflicto, pues la echó de la casa, pero ella debió apoyarla porque qué más podía hacer… escribí dos mensajes, uno que decía el amor es lo más lindo, no dejes que se acabe y el otro que decía: no dejes que los conflictos dañen tu vida, quiérete a ti mismo; pues los conflictos se generan porque hay personas que no

saben valorar lo que tienen... Cuando yo tengo rabia me pongo a dibujar porque eso es lo que me hace olvidar de los problemas” - responde mientras se coge la cabeza con la mano derecha.

Y es que por siempre se ha acallado la voz de los

niños, la sociedad moderna se ha olvidado de su presente, de su futuro, preocupándose por seguir manteniendo estructuras de poder que aplacan las ilusiones de quienes en un mañana tendrán las riendas de este juego, pero ¿Qué pasaría si en sus pequeñas e inquietas manos se depositara la solución de

los problemas?

Pues aunque sólo fuera por un momento e hiciera parte de una representación, pudimos ver que el mundo sería distinto: el bien siempre triunfaría, los campesinos en sus fincas tendrían tantas comodidades que sus ingresos y prioridades serían el sembrar y verse bien, la policía acudiría a tiempo y defendería a los desamparados, la injusticia sin excepciones sería castigada y los malos enmendarían sus errores; en ese mundo la violencia no tiene lugar, pues tal como ellos lo recalcan:”la violencia no es lo nuestro”

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La diferencia es que en este mundo las herramientas para la resolución de conflictos si se utilizan, son valederas, la mediación y la negociación serían las armas que permitirían que todos fueran felices, los conflictos no desaparecían, se transformarían en oportunidades de cambio; la paz era la protagonista de sus relatos.

Pero en su afán por lograr sus objetivos, el bienestar individual primó sobre el común, por ello se creó una dinámica en la cual el trabajo en equipo fue la base; al principio se presentaron varias dificultades, pero ninguna fue lo suficientemente grande como para frenar la actividad, sino que generó reflexiones sobre las habilidades que se deben tener cuando se participa activamente en un grupo, y precisamente fue la insistencia de lograr dicho objetivo lo que les permitió llegar a conclusiones como la importancia de la escucha, el valor de un buen líder, el aprender a tomar decisiones, y la relevancia que tiene la comunicación como mecanismo primordial en

todas las relaciones humanas.

La parte más difícil de todo este trayecto hacia el cambio, es lograr verbalizar los conflictos, reconocerlos y partir de allí para buscar alternativas y más aún, cuando se vive envuelto en una realidad de la que se quiere escapar. Cuando esos

modelos paternales, con los que todos algún día aspiramos llegar a ser, se disuelven entre lágrimas y dejan heridas tan grandes e imposibles de sanar, que en ocasiones se anhela más la ausencia que la existencia, y este es el caso de la pequeña Magali.

Ella es un poco mas débil a la

hora de luchar, su fantasma es más fuerte, su madre hace poco tuvo a su cuarto hijo, se encuentra temporalmente en la dieta que toda mujer debe tener luego de dar a luz un bebe;Magali, una niña de tan sólo ocho años, está encargada de cuidar a sus dos hermanos, Brandon de

cuatro años y el más pequeño de aproximadamente dos.

La pequeña se convirtió en la mamá de sus dos hermanos, tiene que hacerles el almuerzo, estar pendiente de ellos, cambiarlos, vigilarlos, privándose de vivir su infancia para que ellos puedan vivir la suya. Pero cualquier

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mínimo error en su función, es castigada por su madre, que amenazante y con un sentimiento de rabia que viaja desde sus ojos hasta sus manos, la golpea, le hace saber que su afecto por ella se extinguió, por lo cual rompe en llanto, llanto causado por las heridas de su corazón quebrantado a causa de los golpes y palabras de su madre, palabras que son más cortantes que espada de doble filo, y que la hieren más que los latigazos que su pequeño cuerpo recibe.

Pese a esto, el cambio en ella ha sido evidente, porque aunque nuestra intención nunca fue eliminar sus conflictos o sacarla de su mundo, logramos que su cabeza se pusiera en alto, que tan sólo por un momento regresara a su infancia, y retornara a ella la sonrisa característica de una niña de su edad. Por fin, luego de varias semanas, logró relacionarse con sus compañeros mostrando así a la verdadera Magali que se esconde detrás de una burbuja que ella ha creado para huir de sus miedos, como un escudo protector que le impedía mostrar ese maravilloso ser que hay en su interior.

El cambio fue colectivo, niños como Cristian quien en primera instancia se mostró apático al contenido conceptual de nuestros talleres, con el pasar de los días se fue interesando en éstos, convirtiéndose en un

actor participativo y propositivo, en pocas palabras uno de los líderes quien venció el estigma que ejercían sus demás amigos y la impaciencia que caracteriza a la adolescencia, logrando integrarse al grupo en busca de un objetivo común, la formación de gestores de paz en el barrio Juan José Rondón.

El proceso dejó una huella tanto para los niños como para nosotros, ya que fuimos más que un equipo de trabajo,

nos convertimos en una familia en busca de contrarrestar los problemas que se presentan cotidianamente: hambre, desacuerdos, disgustos, desesperanzas; pero al mismo tiempo nos aferramos a la herramienta más importante para la resolución de conflictos: el amor, acompañado de paciencia, y tolerancia. En cada sesión fuimos sus confidentes, sus amigos, sus maestros, sus estudiantes.

Cada encuentro fue una oportunidad para construir juntos conocimiento, para afrontar los obstáculos que de aquí en adelante la vida nos imponga, obstáculos que no serán invencibles, pues ya cuentan con las herramientas necesarias para transformar sus realidades y lograr que ese mundo esperado deje de ser una utopía para ser una realidad. Para que por fin podamos decir: “la violencia no es lo nuestro”.

Candy Julieth CalderónAndrés Felipe CarreñoMaría del Pilar Rendón

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Un paraíso llamado... ... J.J. RondónHace unos cuantos me-

ses José Humberto Villada, “Chepe” , me abrió la puerta de entrada a un pe-queño y frio lugar apartado de la gran ciudad, un lugar en donde el sol no es más que en un bombillo intermitente; el agua, un bien sagrado; los perros, guardianes de la ca-

lle; y los niños, el tesoro que lo hace resplandecer. Dentro de éste se encuentra la hu-milde morada de un guerrero, construida con trozos de ta-blones y latas que simulan ser el techo, un hombre a quien la vida le dio la espalda desde muy pequeño y que por tanto ha debido enfrentar las duras

y las maduras – como dicen por ahí –.

Un héroe distinto a los de-más

El día que conocí a Che-pe me pareció un personaje bastante amable, luchador, emprendedor, un héroe de

carne y hueso que sin tapu-jo alguno se muestra tal y como es. A él no le importa el qué dirán y a sus casi 60 años se siente orgulloso de su condición sexual, pues si bien ser ho-mosexual es algo con lo que nació, es el sello que lo diferencia de cuanto ser mundano ha-bita la tierra, como el mis-

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mo lo dice: “¿Acaso ser dis-tintos no marca la diferencia entre nosotros?” La pregunta puede hacer pensar a más de uno, pues actualmente, pa-rece como si todos los seres humanos estuviéramos en la obligación de seguirnos unos a otros, de actuar, sentir y expresarnos igual para así lograr ser aceptados dentro de una sociedad cargada de prejuicios. Prejuicios que se han convertido en un elemen-to indispensable del diario vi-vir y que nos han hecho creer que aquel que es diferente es sinónimo de rechazo. Sin em-bargo, este individuo ha sabi-do ganarse el respeto, cariño y admiración de la gente, se ha convertido en ejemplo de vida para muchos jóvenes y niños de J.J Rondón y defi-nitivamente no hay persona alguna dentro del sector que no conozca a este ser maravi-lloso que día tras día busca el bienestar de su comunidad.

Recorriendo el paraíso

Jamás olvidare aquel día en el que conocí los alrededores de J.J Rondón, lo recuerdo como si fuera ayer y debo ad-mitir que me causa nostalgia hacerlo. Era sábado en la mañana, salí de mi casa y me encontré con el resplandeciente sol, cami-ne hacia la Boyacá con 53 y tomé el bus que me condujo al lugar de encuentro con mis

compañeros de trabajo, a mi arribo note que todos ya es-taban allí, en tenis y sudade-ra, por lo que salimos minutos después de mi llegada. Nin-guno sabía con exactitud la ubicación de la zona a la cual nos dirigíamos tan sólo tenía-mos como referencia que a di-cho sector se le conoce como “cielo roto”. Una vez que nos encontramos en el colectivo comenzó nuestra aventura, el camino fue largo, por las ven-tanas sólo podíamos observar montañas, arboles y peque-ñas casas maltrechas. Luego de media hora de recorrido al fin llegamos, un fuerte ven-tarrón nos dio la bienvenida mientras Chepe salía a nues-tro encuentro, al vernos nos saludo efusivamente y comen-zamos nuestra caminata. Anduvimos sin cesar durante horas, conocimos la quebrada Yomasa, en donde el agua es helada y cristalina; recorrimos

el barrio Arrayanes, cuyas casas cuentan con una infra-estructura bastante rudimen-taria, de ahí subimos por un camino empinado hacia Las violetas, un hermoso terreno rodeado de cultivos y ante todo de una tranquilidad in-descriptible, finalmente llega-mos a J.J y nos fuimos fami-liarizamos más a fondo con él.

Visualizando el conflicto

Ante nuestras constantes visitas al sector y luego

de un variado número de con-versaciones con Chepe em-pezamos notar la situación de vulnerabilidad que presenta dicha comunidad en aspectos socioeconómicos. La persis-tencia de problemas como el desempleo, las riñas callejeras, familiares y educativas, la au-sencia de organismos de

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control y el precario índice de educación en la zona han he-cho de este pequeño paraíso un escenario cargado de vio-lencia y odio.

El reencuentro

Luego de dos meses de des-

canso y de haber perdido todo tipo de contacto con aquellos que nos adoptaron como hijos suyos durante todo un semestre regresamos a Usme para continuar nues-tro trabajo, sin embargo, en esta ocasión el eje temático seria la educación en resolu-

ción de conflictos como he-rramienta esencial en la cons-trucción de escenarios libres de violencia.

El 5 de septiembre iniciamos el viaje hacia J.J Rondón, con el objetivo de presentar nuestra idea a Chepe y que

ésta fuese aceptada por él, lejos de imaginarnos que no lo encontraríamos en su hogar. Angustiados, nos aproxima-mos a la tienda más cercana y preguntamos por él, allí nos comunicaron que se encontra-ba estudiando en el colegio

Santa Librada, por lo cual, de inmediato, emprendimos cami-no hacia dicho lugar. El reen-cuentro fue bastante emotivo, ver la sonrisa en su rostro nos hizo pensar en el buen trabajo que habíamos realizado pre-viamente por lo que de seguro

contaríamos con su aproba-ción en este nuevo proyecto en el cual los niños tendrían el papel protagónico.

Nuestros “hijos”

El domingo 13 de septiem-

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bre no fue un día cualquiera puesto que un grupo de ánge-les terrenales cambio mi vida significativamente. Yurley, Camila, Sneider, Javier, Da-niela, Laura, Steven, Bayron, Magali y otros tantos llenaron mi vida de color y magia desde ese primer momento en el que los conocí, sin lugar a dudas sus sonrisas y picardías colma-ron de alegría mi corazón. En un principio los menores se mostraron callados, tímidos, tal vez nos les inspirábamos la confianza suficiente, y no los culpo, pues quien no se sen-tiría así ante la presencia de cinco extraños que intentaban

por medio de juegos y palabras bonitas llegar de una u otra ma-nera a indagar sobre sus vidas, sobre los problemas que deben lidiar constantemente, etc. Sin embargo, poco a poco estos pe-queños personajes nos fueron abriendo las puertas de su co-razón. En pocas palabras nos han dejado ser sus “padres”.

Recuerdos agridulces

Se dice que la niñez es la etapa más bonita de todo ser humano pero para los menores de J.J Rondón la niñez es sinónimo de

adultez.Para estos niños la violencia es el pan de cada día, es el detonante que les ha causado miles de triste-zas, tal y como en el algún momento nos comento Camila: “mi recuerdo más triste fue cuando a mi herma-na la mataron, porque ese día a mi me dio mucha tristeza… porque ella siempre me quería a mí y ella no de-jaba que me pegaran y por eso es que yo me siento muy triste desde el día que a mi hermanita la mata-ron… yo tenía 11 años cuando la mataron”. Para Alejandra – otra de las niñas del grupo – el día más triste de su vida fue cuando su her-mano decidió irse de la casa, “yo lloraba

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y lloraba porque él no llegaba entonces mi tía llego a la casa y nos fuimos a buscarlo, lo en-contramos y me puse muy fe-liz”. Laura por el contrario nos contó que el lugar más bonito es estar con su familia, “estar alegre siempre y jugar con mi familia es lo que me hace feliz, pero mi recuerdo más triste es cuando mi mamá y mi papá se separaron, pues yo vivo con mi mamá pero me sentí mal porque yo no quería que ellos se separaran aunque ahora me siento mejor porque los puedo ver a los dos, puedo ir a visitar a mi papá y estoy con mi mamá”.

Daniela: “cuando no está mi mami me siento triste

porque no está conmigo, ella se va al trabajo y yo me quedo con mis hermanas, como soy la menor pues ellas me cuidan pero no es lo mismo que estar con mi mami, entonces cuan-do llega a la casa le digo que la amo y ella dice que también me ama”.

Carol: “lo más triste fue cuan-do mi conejito se murió… no-sotros le pusimos a nuestro perrito Tommy para acordar-nos del conejito, cuando él se murió lo llevamos donde un señor y él lo siguió matando y se lo comió entonces eso fue lo más triste y cuando noso-tros subíamos a almorzar no-sotros pensábamos que allá en la casa estaba el conejito y cogíamos pasto y se lo llevá-

bamos pero él no estaba… Mi día más bonito fue cuando me fui donde mi tío, la pasamos muy chévere, mi papá me gas-taba mucho sin que nosotros le pidiéramos nada”. Natali: “mi día más triste es cuando mi mami me pega por-que me porto mal, pero yo sé que si me porto bien ella va a dejar de pagarme, aunque úl-timamente no me he portado mal así que no he tenido un día triste”.

Javier: “siento mucha triste-za, porque pues, al ver que mi mamá hace todos esos esfuer-zos y que yo no sé aprovechar el estudio porque cuando es una evaluación o algo, yo sé, yo digo que puedo pero des-pués ya no puedo... Cuando pienso en algo bonito, sólo se me ocurre que lo que más quiero es ver a toda mi familia reunida el día de mi cumplea-ños, la verdad no sé pero es-pero que ese momento se dé, que se me haga realidad”.Paula: “mi día más feliz fue cuando mi mamá dijo que nos íbamos a ir a nadar a Piscila-go y bueno pues llegamos a la casa, llegamos súper cansa-das, comimos, nos acostamos y soñé que todavía seguía-mos en Piscilago, que estaba nadando y que éramos ricos y que nunca me quería ir de ahí… Lo más triste fue cuando supe que a mi papá lo mata-ron, estuvo en el médico hasta septiembre.”

El adiós

Aún no sé cómo será aquel día en el que ten-

gamos que despedirnos de nuestros angelitos, de nues-tros hijos adoptivos, de esos pequeños seres que durante meses nos han brindado lo mejor de sí. Imagino que habrá mucho llanto por parte y par-te, pues es difícil olvidar tan-tos momentos compartidos, tantas experiencias ganadas, tanto cariño recibido; es difícil dejar de pensar en los peque-ños problemas que acontece a cada uno de estos menores. Tal vez Javier – quien ante-riormente nos había manifes-tado la tristeza que le causaría nuestra partida – será uno de los niños más afectados con la situación, sin embargo espero poder regresar en algún mo-mento de mi vida a mi segundo hogar – J.J Rondón – para ver a quienes hoy son unos niños, convertidos en jóvenes generadores de espacios de convivencia.

Pilar Rendón.

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Educación ambiental,una alternativa para el

Ofelia Uribe.Se define “medio ambiente” como el es-

pacio que afecta y modifica las circuns-tancias de vida del ser humano o la sociedad. Entendiéndose así un conjunto de valores na-turales, sociales o culturales, que influyen no sólo en la población existente en determinado lugar, sino que también afecta las generaciones venideras.

Medio ambiente no sólo es un espacio X, éste también podría definirse como un abastecedor de necesidades para el hombre a través de sus recursos, los cuales el hombre ha venido mal-gastando y agotando por miles de años .Pre-ocupado por el desarrollo material del planeta, el hombre ha tomado y ha usado indiscrimina-damente cada recurso que se le ha atravesado, sin darse cuenta que nunca hubo la necesidad de preocuparse por dicho desarrollo mientras que la tierra le estaba y todavía le está dando lo necesario para sobrevivir.

Claramente una persona del común no tiene un concepto tan específico de medio ambiente dentro de su cabeza; nadie al nombrarlo, lo ima-gina tan trascendental, la gente sólo se dedica a hacer uso de éste sin siquiera ser conciente de ello, no piensan que cada vez que llevan a cabo una acción están haciendo uso de algún recur-

so, cada vez que usan el baño, toman un vaso de agua, ingieren algún alimento, escriben en un papel, leen, miran la televisión, fuman, usan ropa y demás; no saben que están afectando de al-guna manera su entorno, que están cambiando y condicionando sus circunstancias de vida y las de generaciones futuras. Hasta que no em-pezaron a verse graves las consecuencias del descuido del medio ambiente, la gente no em-pezó a hacer algo al respecto, o sea, hasta que la gente no empezó a temer por su bienestar, no empezó a hacer nada, porque problemáticas como, el calentamiento global, la deforestación de fauna y flora, el efecto invernadero, la con-taminación de ríos y ecosistemas, la demanda de hidrocarburos y demás, afectarán a futuro a la sociedad.

Y a pesar de ser el hombre quien ha descu-bierto dichos problemas, también ha sido

él quien los ha causado y debería ser también quien los solucionara, pero es que no existe una cultura que enseñe y que inserte dentro del hombre esa responsabilidad colectiva, esa preocupación natural por el medio ambiente, por eso tal vez una posible manera de ayudar a crear conciencia sea trabajar con el hombre desde niño acerca de este tema, cuidar al me-dio ambiente debe convertirse en un hábito, así

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como se aprende a leer, a hablar, a caminar o a escribir se aprenda a entenderse y relacionarse con el medio ambiente, a apreciar los recursos que este nos brinda, a preservarlo celosamente para nosotros y para las generaciones venide-ras.

En este momento es cuando entra la “Edu-cación Ambiental” para enseñar que proteger y recuperar el medio ambiente, es la única ga-rantía de supervivencia del hombre en la tierra. Este es un proceso formativo y cultural que debe tener en cuenta por qué se forma un in-dividuo, basándose en el conocimiento de lo que se requieren (valores e intereses), lo que se puede (capacidades) y lo que se debe hacer (responsabilidades). Todo esto relacionado fuertemente con la transformación del ambien-te y sus problemáticas.

Para esto hay que empezar por modificar la manera de enseñar en la casa y en el colegio, y es que ¿Cuándo en la casa dan cantaleta del cuidado del medio ambiente? o ¿Cuando en el colegio les enseñan a los niños más peque-

ños, cosas acer-ca de esto? Es un problema de educación como muchos, pero ¿Desde dónde más podemos crear conciencia si no es desde el ámbito familiar y el escolar? es que éstos son los primeros ámbitos de formación de cada individuo de la sociedad, ade-más, educación no sólo es co-nocimiento teó-rico de algunas ciencias básicas,

educación es conciencia de la vida, conciencia de cada problema que afecta la sociedad y por tanto a cada individuo. Una de estos proble-máticas es la ambiental.

Vagamente en nuestro país la “Educación Ambiental” empezó a aparecer con cur-

sos de contaminación ambiental, pero cada día la degradación del ambiente es mayor y la preocupación crece, debido a ésto los organis-mos no gubernamentales son quienes afrontan el reto de fomentar una educación no formal, defendiendo el derecho a un ambiente sano que según la Constitución Nacional debería garantizarse a cada individuo de la sociedad; de allí, también nace la iniciativa por parte del Ministerio de Educación de implantar la edu-cación ambiental como parte del currículo de todos los niveles de educación.

Sin embargo, en ciertos sectores poblacio-nales como por ejemplo, Alfonso López de la localidad de Usme en Bogotá, la afectación ambiental es mayor: la infraestructura, los des-

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lizamientos, el aire, la contaminación de quebra-das y ríos, el descuido y la suciedad de calles sin pavimentar, la falta de espacios públicos se-guros sin contaminar, el ruido, y las dificultades de movilidad y servicios públicos, hacen que los problemas sean numerosos y las preocupacio-nes mayores. Ésta es una de las razones por las cuales en el caso de Bogotá se han estable-cido por la Alcaldía Unidades de Planeamien-to Zonal (UPZ) y planes de desarrollo local; en el caso de la localidad 5 “Usme sin indife-rencia”, todo esto para mejorar poco a poco las condiciones de vida de uno de los sectores

mas críticos de la ciudad.

Dentro de la UPZ de Alfonso López exis-ten estrategias y políticas para trabajar en pro del buen uso y ocupación del suelo urbano, la consolidación de una estructura ecológica principal, la construcción y recuperación de un espacio público adecuado, la garantización de servicios públicos sin dejar de lado la preocu-pación ambiental y buscar soluciones para me-jorar las condiciones de habitabilidad de ciertas viviendas que se encuentran en zonas vulnera-bles sismicamente. Todo ésta hace parte de

un plan de mejoramiento que pretende mejorar las condiciones de vida de esta comunidad, sin em-bargo no se ha tenido en cuenta cómo lograr que las mejoras logradas per-duren, porque sino existe una cultura y una respon-sabilidad ambiental en la comunidad los esfuerzos de todo este planeamien-to podrían ser en vano.

Por esto la Educación Ambiental no debe

transformarse en algo de paso ni en una preocupa-ción de moda en todo el mundo, sino en una inicia-tiva que abra espacios en primer momento para los problemas regionales y nacionales de protección del medio.

La educación por su par-te no se ejerce sólo en el ámbito escolar, también el ámbito comunicacional y familiar, los medios de co-municación junto a la fa-

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milia deben ir en una misma dirección de forma-ción guiada hacia la protección y preservación del ambiente, ya que los niños en sus primeros procesos de educación son receptores mas frágiles a la información que adquieren dentro de cada ámbito en que establecen relaciones con su entorno. En primera instancia la familia debe encargarse de enseñar hábitos o costum-bres dentro de los cuales podrían adherirse las

preocupaciones ya manifiestas por el medio; luego los medios también deben ser formadores ya que su nivel de influencia es determinante y la creación de productos comunicativos dentro de una comunidad abre posibilidades a la com-prensión por parte de cada sujeto acerca de esta problemática.

Sería formidable por ejemplo, que en cada ho-gar desde el mismo momento en que nace un niño y que empiezan a enseñársele cosas, tam-bién se le enseñe a cuidar cada recurso, que

cada ser aprecie desde sus primeras etapas de crecimiento el verdadero valor de cada recurso, lo preciado que es, y el riesgo que está corrien-do en estos tiempos cada uno de ellos. Si no sólo fueran algunos miembros de la familia sino todos quienes estuvieran concientes, seria casi una generación completa por delante la que vendría a preservar la tierra.

En los colegios también tienen mucho que ver, es verdad, allí ponen a los niños a reciclar y les enseñan muchos conceptos que tienen que ver con el ambiente, hasta les crean huertas para que trabajen allí sembrando y cuidando plan-tas, pero estas son cosas que hacen ver a los niños como meros deberes académicos, como imposiciones a veces hasta aburridas para ellos, quienes terminan diciendo si, cuidar el medio ambiente es un deber, pero luego con el tiempo lo olvidan; por eso la conciencia ambiental debe convertirse en un hábito y debe insertarse en

Fotografía: Edwin Pulido

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cada individuo de maneras diferentes.

Por ejemplo, allí, en Alfonso López en el co-legio Ofelia Uribe de Acosta (Sede B El Bosque) ubicado por los lados de “Chapi-nerito”, se implemente un Proyecto Ambiental Escolar (PRAE) que hace parte de la inclu-sión de Educación Ambiental establecida por el Ministerio de Educación para los currículos de todos los niveles educativos. PRAE que consiste en enseñar a los niños los conceptos básicos de medio ambiente y de agricultura urbana aplicada en una huerta ubicada en el patio del colegio. Sin embargo, son proyectos llevados a cabo sólo para cumplir un requeri-miento del Ministerio; y como ya se mencionó para los estudiantes esto sólo hace parte de un compromiso académico en el que buscan

ganar una nota más para superar cada periodo escolar.

Es que medio ambiente es un concepto que muy rara vez un niño de 8 años tiene totalmente claro, porque realmente un niño de esta edad no está pensando en ésto y mucho menos en la protección de la naturaleza, la conservación de los recursos, o la prevención del calentamiento global, etc. Un niño de esta edad en verdad todo el tiempo está pensando en divertirse ju-gando con sus amigos, con un videojuego, con un juguete o viendo la TV.

A los niños no se les ha educado ni se les educa para cuidar el medio ambiente, para entender lo que éste significa y lo que el hombre le ha he hecho desde siempre. A los niños como raro se

Fotografía: Jhonathan Díaz

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les educa sólo para consumir, y esas pequeñas demostraciones de falsa conciencia que se dan en los colegios y en la televisión con campañas mediocres, supuestamente creando una cultu-ra ciudadana conciente y activa, son sólo eso: campañas que no ayudan para nada, que sólo buscan ganar popularidad para el medio que las suscita.

Y en una sociedad fragmentada en estratos sociales esta educación también cambia si ha-blamos de recursos materiales, pero esto, no se trata de recursos materiales sino naturales, además, también en pensar que no debemos

preocuparnos fragmentada-mente, esto debe preocu-parnos a todos como seres del mismo planeta.

Si un niño aprende y en-tiende la importancia de esta problemática tendríamos en el futuro un adulto responsa-ble capaz de hacer cambios significantes para el desa-rrollo ambiental. Por esto la pretensión de trabajar con infantes, como lo son los pe-queños del Ofelia Uribe, la realización de talleres, el es-tablecimiento de subjetivida-des, la creación de concep-tos comunes y la dinamicidad de los recursos utilizados para la enseñanza, son las primeras bases tenidas en cuenta para la creación de conciencia en una población tan joven como ésta, por su-puesto, no es fácil lograr la perdurabilidad de esta con-ciencia, por eso el trabajo y la educación deben ser un pro-ceso en constante autoeva-luación y acción dentro de la comunidad.

Estos niños de Usme han tenido que ser tes-tigos de violencia tanto en sus hogares como en las calles de sus barrios, también han estado alejados del centro de la ciudad y en ocasiones han estado privados de muchas comodidades que no pueden adquirir por su situación eco-nómica; además en sus hogares sus padres se dedican a trabajar días enteros y muchas veces no pueden dedicarles el tiempo adecuado para la crianza de un niño, por lo tanto en muchos casos les toca criarse solos o en compañía de sus hermanos.

Fotografía: David Miranda

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Cinco horas diarias pasan estos niños en el co-legio, salen al medio día, y de ahí en adelante algunos tienen que ir a casa a cuidar a sus her-manos, a hacer oficio, tareas o en el caso menos apropiado, salen a medir calles corriendo el pe-ligro de ser mal influenciados por otros jóvenes que han sido consumidos por la delincuencia o las drogas.

Estos niños han estado afectados por muchos factores socioculturales que

no escogieron vivir y tal vez una de las últimas preocupaciones en su mente sea el cuidado y la preservación del medio ambiente. Y aunque allí en el colegio Ofelia Uribe hay campañas de reciclaje y tienen una pequeña huerta, no pasan de ser meras labores académicas que los niños sólo llevan a cabo para obtener una nota.

Por esto, es mejor idear maneras de trabajar sobre el medio ambiente constantemente y du-rante todo el proceso de crecimiento y de ma-durez, en lo cual están trabajando estudiantes universitarios de la Santo Tomás, que quieren ser agentes de cambio y aportarle a estos niños del Ofelia Uribe no recursos materiales sino conocimientos acerca de un problema mundial, que les está afectando sin saberlo, teniendo en cuenta además que en un país como el nuestro lastimosamente son las comunidades margina-das quienes sufren las consecuencias de todas las problemáticas, en este caso la contamina-ción ambiental. Talleres semanales, trabajos didácticos, juegos, trabajar con actividades que los niños desarrollen con gusto y a la vez aprendan la importancia del tema son ayudas didácticas para fomentar el aprendizaje en una población tan joven.

La implementación de talleres en uno de los cursos (502) de este colegio ha ayudado a los niños a reconocer la importancia de reconocer su espacio y de entender que sólo a través de la acción se puede hacer algo por la preserva-ción y cuidado del medio ambiente, además de

que en estos talleres también se han trabajado para fomentar en los niños la voluntad de comu-nicar al resto de la comunidad educativa acerca de los problemas ambientales de su UPZ, ésto a través de un “Periódico Mural” elaborado en uno de los talleres, el cual consistía en que los niños reconocieran los problemas que afectan a toda la comunidad y los evidenciaran a manera de noticias en un mural en el que también hacían sus propias reflexiones acerca de las proble-máticas trabajadas, todo esto buscando que este tipo de educación ambiental no se cierre solo hacia un grupo sino que esta cumpla con el propósito de trascender mas allá del ámbito escolar.

Incluso la implementación de cartografía nos deja ver que los niños a su corta edad recono-cen zonas dentro de su entorno que clasifican, como peligrosas, contaminadas, o como fuen-tes de recursos naturales. Paradójicamente identifican como fuentes de recursos naturales, pero también como lugares inseguros algunos parques o alrededores de quebradas donde se reúnen delincuentes, drogadictos y habitantes de calle. Esto se puede cambiar si se insiste en el proceso iniciado ya que si este sigue trascen-diendo de alguna manera se lograra que estos lugares se respeten.

Es así que se espera que proyectos como este tengan continuidad y que no se que-

den en la nada ya que si llega a ser todo este trabajo y manifestación de conciencia en los pequeños será en vano. Una educación am-biental en pro del verdadero desarrollo es lo que esperan y necesitan estos pequeños para el cuidado y preservación de los recursos de su generación.

Víctor Jhonathan Díaz Paredes

Edwin Alexander Pulido Torres

David Andrey Miranda Sambony

Oscar Orlando Huertas Castelli

Camilo Andrés Vega Dávila

Diego Nicolás Rey Herrera

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COMUNICACIÓN

DERECHOS, +

“Nosotros no sabíamos cómo hacer comerciales para radio, esto está muy chévere”, afirma Julián uno de los niños del Comedor Comunitario Compostela, donde se esta-ba adelantando el trabajo de proyección social, Educación en Derechos de los Niños, al grabar frente a un micrófono y un computador portátil, las cuñas promocionales para el día de trabajo.

En el momento en el cual, nuestro grupo de trabajo lle-gó al Barrio Compostela II, de la localidad de Usme, nos dimos cuenta que iba a ser bastante productivo la labor que íbamos a desempeñar allí. A pesar de que nos to-

caba coger dos transportes para llegar al comedor, valía la pena ver todos los miércoles por la mañana la sonrisa de los niños y la entera disposi-ción con la cual nos recibían para realizar los talleres que les traíamos preparados. En esos momentos uno se sumer-gía en otro mundo y pareciera que el tiempo pasa más lento, el estar alejados un poco del caos del centro de la ciudad, nos permitía mirar las cosas de otra manera. Carolina, encargada del co-medor, conocía muy de cer-ca a los niños, ya que había compartido con ellos cerca de ocho años; todos los días acompañándolos a la hora del almuerzo y no sólo eso, tam-

bién haciéndose participe en la formación como personas de estos curiosos personajes. Ella fue quien nos recibió y nos explicó qué metodología debíamos seguir con los niños, nos brindó su apoyo desde lo que ella poseía y lo último que nos dijo el primer día fue: “oja-lá puedan con estos diablitos, porque toda esa energía físi-ca que poseen, también la tie-nen en su cabeza, con las bue-nas ideas que proponen….van a aprender ellos de ustedes como ustedes de ellos…mucha suerte”, y se fue dejándonos con las miradas de expectati-va que tenían los niños senta-dos a nuestro alrededor y con todo un camino por delante para lograr nuestro cometido a la hora de explicarles a los

E D U C A N D O A L A N I Ñ E Z D E U S M E .L o s n i ñ o s r e c l a m a n s u s d e r e c h o s

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pequeños todo acerca de los derechos humanos y espe-cialmente de la niñez.Nuestro primer propósito, cuando comenzamos a traba-jar los derechos con los niños del comedor, era entablar un diálogo y una reflexión con-tinua de lo que son los de-rechos de la niñez, a través de juegos y dinámicas que normalmente un docente les aplicaría como recurso peda-gógico, pero igual sentíamos que se estaba convirtiendo en un “cliché” realizar los juegos a las afueras del comedor, es más, muchos de los niños nos lo hacían saber, no sólo con sus palabras, sino también con la actitud en la cual se mostraban con el transcurrir de los talleres; algo aburrida y con mas ánimos de andar corriendo y sal-tando que de poner atención a las activida-des. Esto nos puso a pensar bastante en replantear un poco el método de enseñanza que estábamos aplicando, de-bíamos encon-trar una forma en la que los niños partici-paran más de las actividades y que tuvieran un vínculo más estrecho con

nosotros.

Cuando de un momento a otro se acerca Camilo,

para mí, uno de los niños más curiosos que asistían a los ta-lleres, era bastante hablador y sus dientes hasta ahora esta-ban cambiando y con sus cor-tos nueve años de edad nos dice – ustedes qué estudian en la universidad – nosotros nos miramos entre todos y le respondimos – comunicación social – y él nos dice – ¿y eso qué es? – Es lo que hacen la mayoría de los periodistas que ves en las noticias – res-ponde mi compañera Daniela.

Muy emocionado nos pre-gunta si nosotros sabíamos hacer programas de televisión y sobre todo `cartoons´, que

al él tanto le gustaban. En-tonces en ese preciso instan-te, el bombillo se iluminó para nosotros y a la cabeza nos llegó la idea de trasmitirles de una forma básica pero entre-tenida, algo del conocimien-to que nos habían enseñado en los anteriores semestres, acerca de producción de ra-dio y video y otras pequeñas cosas; les gustó totalmente la idea y todos se emocionaron al escuchar que a partir de los siguientes talleres les íbamos a mostrar “cómo se hacía ra-dio y televisión”.

La voz corrió durante la si-guiente semana, acerca de lo que íbamos a hacer con los niños del comedor, a la par de que nosotros estábamos pensado cómo hacer que los

Fotografía: Felipe Osorio

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niños hicieran cuñas radiales enseñándoles tanto a gran-des como a chicos lo que eran los derechos humanos y cómo los hacían respetar. Cuando llegamos el día pre-visto para hacer la actividad, a medida que el carro en el que subíamos se acercaba a la montaña, veíamos gran cantidad de gente cerca del lugar donde nos teníamos que bajar. De un momento a otro, esa gente que a lo lejos a penas si se alcanzaba a dis-tinguir, se fueron convirtiendo en figuras infantiles y cada vez se veían más y más; de un día normal en el cual no podían asistir por diferentes causas los niños, por mucho llegaban nueve o diez, para sorpresa nuestra, ese día quizá habían

unos 26, esperándonos en la puerta del comedor y acer-cándose al carro mientras este frenaba para nuestro arribo.

Todas las palabras de los niños, se confundían en

un sin fín de preguntas acerca de lo que traíamos dispuesto para ese día y no encontra-ban la hora en la cual iniciá-ramos con lo previsto. Nos sentamos y les comenzamos a explicar todo, desde cómo grabarían hasta cómo funcio-naba el programa de edición para pegarle la música de fon-do a sus voces. Como eran tantos niños, les dijimos que se hicieran en gru-pos para que redactaran bien lo que iban a decir frente al micrófono y lo leyeran varias veces para que no se fueran

a confun-dir; fue más lo que nos demoramos e x p l i c a n -do cuando ya estaban sentados en el piso del c o m e d o r , trabajando en su frase célebre que pronto es-c u c h a r í a n en la radio.

Y así trans-currió la m a ñ a n a , con risas por aque-llos que se

equivocaban al leer y con abrazos de felicidad entre los que terminaban de grabar su cuña, además de la mirada sorprendida de muchos de ellos, quienes se acercaban a mí para mirar cómo era que corregía el tono de sus voces en el computador y a la vez aprendían cómo funcionaba un mundo para ellos “mágico” y quizá para nosotros algo rutinario.Ese medio día, nos fuimos dejándoles la promesa de que les traeríamos, el siguien-te taller, las cuñas terminadas para que las escucharan y cada uno se llevara una co-pia para su casa y la pudieran escuchar en compañía de sus padres y demás familiares.

Fotografía: Felipe Osorio

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A los ocho días siguientes, volvimos con el trabajo termi-nado y con todo el esfuerzo y dedicación, que se merecía la labor desempeñada de estos pequeños, que con la ilusión puesta en lo que hacían es-peraban lo mejor. Nos lleva-mos una pequeña decepción al ver que no poseíamos una grabadora en la cual mostrar-les el trabajo a los niños, pero aprovechamos el reproduc-tor de DVD que nos habían prestado para ver una película y allí les proyectamos los au-dios ya terminados. Todos colocaban cuidado haber si

podían distinguir cuál era su voz y cuál la de su amigo y en silencio admiraban su trabajo realizado y pedían que se las repitieran varias veces, de lo mucho que les había gustado.El hecho de escuchar su pro-pia voz en un electrodomésti-co les generaba alegría y a su vez de ellos mismos surgió la idea de hacer un trabajo con cámaras de video donde ellos salieran contándonos sobre su vida y la opinión que tenían respecto al tema que estába-mos tratando. Y siguiendo la sugerencia de los asistentes, decidimos preparar con bas-

tante antelación el trabajo de filmar a los niños y crear un video con el cual pudieran re-cordar lo aprendido, cada vez que lo vieran.

Decidimos crea una atmósfe-ra de expectativa con respec-to al trabajo de la cámara, de-bido a que no todos estaban convencidos de posar frente al lente, porque les daba pena, o simplemente porque nunca lo habían hecho y no sabían que podía pasar. Lo más cu-rioso en este lapso de tiempo es que entre los mismos niños hablaban y se daban ánimo

Fotografía: Daniela González

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para q u e t o m a -ran la ini-ciativa de hacer el tra-bajo; los más arriesgados nos decían cada sesión que no querían espe-rar más porque era una promesa que nosotros habíamos hecho y no la po-díamos incumplir.

El miércoles que llevamos los implementos de trabajo, se convirtió en el día del buen vestir. Todos llegaron bien peinados y con la mejor ropa, además de la mejor disposi-ción para realizar las graba-ciones frente a las cámaras.Esta, quizá, se convirtió en la experiencia más significativa del grupo y en el taller donde más contacto emocional lo-gramos entablar con los niños de la comunidad, puesto que su reacción fue de total sin-ceridad con nosotros. Nos contaron de sus experiencias más íntimas, de cómo convi-vían con su familia, de sus pa-dres, sus hermanos, la razón por la cual asistían al come-dor y sus expectativas para la vida. Lo que más me gustó de la sesión, fue saber que no to-dos tenían claro qué querían estudiar, antes de proyectar-se en cualquier trabajo. Las ganas de superarse y de ayu-dar a su familia son las cosas que los motivan a ser personi-

t a s exitosas y a aprovechar cada experiencia de la vida, para ser cada día mejores seres humanos.

Cuando uno, como estudiante de la universidad, aprende estas técnicas de trabajo y las mezcla con otros temas aprendidos du-rante el transcurso de la carrera, se da cuenta de que todo lo que uno aprende en la vida, tarde que temprano va a ser aplica-do para bien o para mal; y aprovechando estas experiencias de servicio social y de trabajar con niños, es en ese momento cuan-do uno realmente se da cuenta que la inocencia es algo vital en la vida y para generar sorpresa y ambición en nuestras mentes, lo único que tenemos que hacer es soñar y pensar que todo es posible a través de nuestra imaginación, sentir que las cosas las tenemos al alcance de nuestras manos y el más mínimo impulso se convierte en el aliciente para salir adelante.

Si nosotros educamos a los niños en derechos humanos, ellos nos educaron a nosotros en la cátedra de vivir la vida con emo-ción y sin prejuicios y demostrarnos, que a pesar de que muchas veces se madura rápidamente por las circunstancias de la vida, el ser niño es un “don” que uno no pierde hasta el último día de nuestra existencia.

William Felipe Osorio

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Usme: un territorio de palabra

El reloj marca las seis de la mañana indi-cando que es hora no sólo de interrumpir el sueño inmaculado de la rutina sabatina, sino el momento de empezar un nuevo día, un día que a diferencia de otros me dirige hacia un territorio desconocido totalmente en sus entrañas. Luego de unos meses el sonido de esa incesante alarma se ve inte-rrumpido, pues ya no es necesario que me haga un llamado, ahora soy yo la que impa-cientemente espera la hora para dar inicio a una jornada más de participación colec-tiva, pedagogía, construcción de saberes, talleres, diálogos e ideas sobre construc-ción ciudadana, democracia participativa y claro está, sobre escritura en crónica.

Llego al Portal de Usme, ubico el estacio-namiento del alimentador La Marichuela, me bajo en la quinta parada, camino una cuadra hacia el sur y encuentro la Biblio-teca Pública la Marichuela, mi destino. Este lugar fue el escenario indicado para que 20 jóvenes de la localidad entre 14 y 26 años, 16 estudiantes de la Universidad Santo Tomás pertenecientes a la Facul-tad de Comunicación Social para la Paz entre octavo y sexto semestre junto con las docentes Martha Caro y Patricia Bryon dieran inicio al gratificante proyecto de “Usme tiene la palabra” con el proceso de

formación en crónica literaria.

¿Cómo es la vuelta? fue tan solo una de las inquietudes que tenía frente a el trabajo que iba a desarrollar. Debido a reuniones previas sabia que mi rol en este escenario era de ta-llerista, por lo tanto debía buscar la manera indicada para aportar en el proceso los fun-damentos teóricos y las características que poseía un escrito de crónica; pero no todo se quedaba allí, en las palabras pronunciadas por los estudiantes, sino que era fundamen-tal vincular lo práctico y lo lúdico, para que así los participantes plasmaran en hojas mediante escritos individuales y colectivos los aportes trabajados en cada sesión, sesión que debía ser preparada con una semana de anticipa-ción para que en colectivo y con la asesoría eficaz de las docentes, se establecieran y se prepararan las actividades pertinentes de acuerdo a la temática planteada desde el se-gundo encuentro entre sólo estudiantes, en el cual se planeó un calendario, por decirlo así, donde estaba incluido el orden de los talleres y la complementación teórica de los mismos, cuyo único fin fue el de tener todos claros la idea a exponer en cada jornada y la secuencia coherente que se debía trabajar para lograr nuestro principal objetivo: la publicación en la décima edición de la revista Surgente, letras informales, los escritos, es decir las crónicas

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de los participantes que se vincularon y actua-ron de manera activa en el proyecto.

Ahora bien, considero adecuado dejar bien claro los puntos sobre… sobre los cuales quisi-mos hacer énfasis con los jóvenes. El objetivo siempre fue claro, o por lo menos para mí sí, a través de los talleres sensoriales se buscaba ayudar a los participantes de la convocatoria a percibir el espacio o territorio de Usme, por medio de la descripción, siendo ésta un elemen-to fundamental en la reconstrucción de la memoria sensitiva, para que en sus escritos se plasmara y resalta-ra la identidad en ese reconstruir de la memo-ria colectiva de la loca-lidad. Sin e m b a r g o , como usted bien sabrá las primeras act iv idades sólo buscaban la aproximación a la comunidad, mien-tras tanto los encuen-tros cada semana se hacían más sólidos, tan sólidos que se logró crear una comunicación bidireccional, en donde no se trataba de un grupo fragmentado en el que unos eran los emisores de una idea y otros los receptores, sino por el contrario era un diálogo continuo y compartido de saberes o siendo aún más específica, de retroalimenta-ción constante. A medida que se iba avanzan-do en el proceso surgían más dudas, entre ellas ¿Cómo los participantes escuchan a Usme?, ¿Cómo perciben su territorio? o ¿Cómo por medio de olores reconocen su espacio? y pri-mordialmente ¿Por qué Usme tiene la palabra? ¡Vaya pregunta!

Tal vez usted dirá que es sencillo, pero para mí no, de hecho me pareció complicado, pues era un poco inquietante, aunque no lo considere así, tener que dar insumos para encontrar esas respuestas de las cuales yo no poseía argu-mentos algunos para resolverlas. Aquí empieza mi trabajo, no habrá creído que era el hecho de dictar sólo los talleres, déjeme contarle que con eso hasta ahora solo iniciaba mi labor pedagó-gica. Hasta ese momento en el que me cuestio-

né comprendí que esas preguntas no cuestionaban a los par-

ticipantes, pues ellos finalmente viven

inmersos en ese territo-

rio y saben cómo hue-le, cómo se es-cucha y cómo se p e r c i b e

Usme en sus diver-

sas facetas: día, noche,

brisa, sol, lluvia, lunes, domingo, sá-

bado, viernes… Sí, ellos la conocen porque caminan la

localidad, la ven, la perciben, la tocan, la es-cuchan y principalmente ¡la viven!

Entonces, dada esas herramientas que le per-mitieron a cada joven recordar, rescatar del olvido la memoria usmeña y dar las respuestas desde su testimonio, pude resolver el acertijo, la clave siempre estuvo latente y se manifestaba en la voz de un hombre o una mujer, de un ado-lescente estudiante de colegio, universidad, graduado e incluso no estudiante. Era simple, sólo consistía en saber escuchar, con cada fra-se pronunciada, con cada palabra mencionada

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iba construyendo en mi mente a Usme, lo podía oler, escuchar, sabo-rear y hasta apropiarme de esas entrañas que eran desconocidas al inicio. Puedo decir cuales son esas calles más concurridas e incluso logro distinguir algunos vecinos y hasta conozco sus preferencias musicales, ideológicas y los lugares más visitados, como el caso de Cata una joven que le gusta el reggae y vive en frente de la casa de Juan Camilo Ahumado, participante del proyecto. No, no estoy al punto del colapso, es sólo que aunque para usted suene raro pue-do decir que en el proceso no sólo fui una estudiante o participante más, sino me convertí en una mujer que pudo llegar a sentir y percibir un territorio con cuerpos ajenos que me permitían sin ellos saberlo, o llegar a sospechar, adentrarme en sus esqueletos mediante sus palabras para identificarme con la realidad, con su entorno, permi-tiéndome ser una transeúnte más del escenario y recorrerlo en gran parte, para lograr hacerme comprender que Usme no es un territo-rio o una localidad más de la ciudad; sino un lugar en el cual tanto usted como yo podemos encontrar jóvenes comprometidos con su comunidad, críticos de su realidad, buscadores de alternativas en pro de la inclusión social y el bienestar colectivo; que poseen un gran interés y talento con la escritura, en su mayoría literaria, orgu-llosos de su espacio, paisajes y herencia ancestral, con una identi-dad y carisma que nos permiten con tan solo unas palabras conocer ése, su territorio. Tal vez usted querrá que le defina Usme, pero simplemente deseo compartirle mi experiencia, y espero que usted haga lo mismo, conozca a Usme con las palabras de quienes lo ha-bitan, por el momento solo le puedo decir sin temor a equívocos que “Usme tiene la palabra”.

Paola Noreña

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creditos

DIRECTORPaola Noreña

REDACTOR JEFEFelipe Osorio

REDACTORES Diana Tirado Lina Torres

CORRECCIÓN DE ESTILOPaola ReyesNicolás ReyCamilo Vega

DISEÑO GRÁFICO Y DIAGRAMACIÓN GENERAL

David MirandaEdwin Pulido

Jhonathan Díaz

DIGITALIZADOR Felipe Carreño

EDITOR GRÁFICO Y FOTOGRAFÍAS

José Luis TamiDancery valbuenaOscar HuertasDPTO. DISEÑO GENERAL

Catalina RoblesPaola LópezMario Rojas DPTO. ADMINISTRATIVO

Marcela SolanoÁngela SalamancaStefanny Olaya

DISEÑO DE PORTADARocío Delgado

EDICIÓNJulieth MarínCandy CalderónPilar Rendón

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