Psicofarmacologia y Territorio Freudiano

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    PSICOFARMACOLOGA

    Y TERRITORIO FREUDIANO

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    Cubierta de Roberto Garca Balza y Marcela Gonzlez

    Cuadros e infografas:

    Mara Elena AbugauchMara de los ngeles Abugauch

    1 edicin, 2000

    La reproduccin total o parcial de este libro, en cualquier forma quesea, idntica o modificada, escrita a mquina, por el sistema multi-graph, mimegrafo, impreso por fotocopia, fotoduplicacin, etc., noautorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier uti-lizacin debe ser previamente solicitada.

    2000 Editorial Paids SAICFDefensa 599, Buenos Aires

    e-mail: [email protected]

    Ediciones Paids Ibrica SA

    Mariano Cub, 92, Barcelona

    Editorial Paids Mexicana SA

    Rubn Daro 118, Mxico DF

    Queda hecho el depsito que previene la Ley 11.723

    Impreso en la Argentina. Printed in Argentina

    Impreso en ..........

    ISBN 950-12-xxxx-xx

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    Los autores de este libro se proponen realizar una articulacinentre psicoanlisis y psicofarmacologa. Esta propuesta implica laconsideracin de las respectivas teoras y prcticas. Consecuente-

    mente el libro consta de una primera parte dedicada a la argumenta-cin terica, donde se exponen los fundamentos de ambos cuerposde hiptesis y se los in tenta articular, y una segunda parte, en la cualse presentan casos clnicos y se muestra el trabajo interdisciplinario.

    Al final hallamos un glosario aclaratorio de los trminos y las abrevia-turas en psicofarmacologa usados a lo largo del texto.

    Los casos estudiados son: un ataque de pnico, un trastorno deli-rante paranoico, un trastorno depresivo, un trastorno bipolar, un tras-

    torno esquizoafectivo y un trastorno fronterizo. Se trata de unaamplia variedad que condujo a los autores a poner en juego sectoresespecficos de la argumentacin desarrollada en la primera parte, te-rica. Puede advertirse entonces la riqueza de los matices en su des-pliegue conceptual, que permite considerar detalles y el conjunto decada caso, encarado desde ambas perspectivas.

    Textos como el aqu presentado se hallan insertos en lo que se hadado en llamar el espritu de nuestro tiempo, signado por las tentati-

    vas de desarrollar, mediante articulaciones interdisciplinarias, unatrama mas refinada de argumentos que d cuenta de las complejida-des de una realidad resistente a nuestros esfuerzos de inteleccin. Lalectura de una exposicin como sta, ambiciosa y compleja, despiertanumerosos intereses e interrogantes, entre los que deseo considerar

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    PRLOGO

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    inicialmente uno, referido a las relaciones entre teoras correspon-dientes a diferentes terrenos, como en esta oportunidad el psicoan-lisis y la psiquiatra. Tales relaciones suelen plantear problemas episte-molgicos, metodolgicos y conceptuales sobre todo en torno a suspuntos de articulacin e inclusive cuestiones referidas al poder, a lasupre maca de una de las par tes sobre el resto. A me nudo se presen-tan soluciones que conducen a interrogarse sobre la validez del tr-mino inter, como cuando una prctica determinada queda total-mente orien tada desde una teora que viene desde otro lugar, con el

    descarte consiguiente de la teora sobrante. Otra alternativa, igual-mente frecuente, es la superposicin acrtica de ambos sistemas te-rico-prcticos sin que se realice un trabajo inter-terico de articula-cin. Si un trabajo interdisciplinario se propone como algo diverso deun copamiento de un campo prctico ajeno, o de una superposicinacrtica de conceptos y teoras desarrolladas en uno y otro campo delsaber, entonces es necesario precisar los nexos internos entre ambosandamiajes de hiptesis.

    Los autores de este libro han advertido tales problemas y, como seadvertir, tienen una propuesta para hacernos. En principio, los auto-res ponen en evidencia una amplia y cuidadosa argumentacin alpresentar las hiptesis psicoanalticas, por un lado, y las neurobiolgi-cas, por el otro. Postulan entonces un pri mer punto de anclaje articu-latorio interdisciplinario en las hiptesis que Freud impuso en elPro-

    yecto, texto en el cual se da un pasaje no table desde la argumenta-cin de un neurlogo hasta el desarrollo de hiptesis psicoanalticas.

    Las articulaciones no involucran slo el marco terico. Al acercarnosal anlisis de los casos clnicos podemos constatar otro punto deensamble, correspondiente a las formas de pensar las manifestacionesclnicas: con los instrumentos del DSM-IV, por un lado, y, por el otro, conlas propuestas freudianas referidas a las estructuras psicopatolgicas,que implican tomar en cuenta fijaciones y defensas. Tambin en estosestudios clnicos se advierte el esfuerzo por establecer nexos en que

    ambas argumentaciones, la neurobiolgica, que conduce al acto far-macolgico, y la psicoanaltica, que conduce a la prctica psicoterapu-tica, se imbrican en la produccin de las prcticas clnicas.

    Entonces se hace ms evidente al punto central al que se orientala propuesta de los autores respecto del ensamble entre ambas disci-plinas. En efecto, resalta as el vigor de una propuesta que es un

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    hallazgo: la de articular las prcticas farmacolgicas y las teoras neu-robiolgicas en las que se sus ten tan, por un lado, con un punto espe-cfico de la teora psicoanaltica y su prctica, por el otro. Tal punto dela teora psicoanaltica es el referido a los ncleos txicos. sta es, meparece, una propuesta original y sugerente, que lleva a dar un pasoadicional, derivado de su propia lnea de pensamiento: como la far-macologa es diferencial, especfica, porque son tambin especficoslos trastornos neurobiolgicos por encarar, entonces es posible dis-tinguir entre ncleos y procesos txicos igualmente diferenciales. As

    lo proponen los autores, recurriendo para ello a un lenguaje neuro-biolgico, lo cual a su vez constituye un interrogante al campo delpsicoanlisis, puesto que tal vez estas formulaciones puedan ser pen-sadas a partir de las hiptesis de Freud y sus discpulos de diferentesgeneraciones. El libro nos propone, en este sentido, un camino arecorrer, en el cual los tropiezos y las rectificaciones son casi inevita-bles.

    Para precisar algo ms el valor del hallazgo de los autores referido

    al punto de encuentro entre sus teoras y prcticas, cabe destacar queFreud parta del supuesto de que en las diferentes manifestacionesclnicas haba un ncleo de neurosis actual, una estasis pulsional, quese conservaba como ncleo txico. Los autores, que apelan a estamisma argumentacin, sacan de ella un partido sugerente, el cual nosimpulsa a repensar psicoanalticamente el espacio intracorporal (encuyos fundamentos se halla lo central de lo psquico: la vida pulsionaly la energa neuronal), as como los nexos intersubjetivos derivadosde esta perspectiva.

    Un texto escrito puede tener muy distintos objetivos (entre otros,ocupar un espacio, oponerse a un enemigo superior en fuerzas, serreconocido por los pares, impactar y seducir, sacar rditos econmi-cos, sostener o repudiar una tradicin), tantos como los complejosdeseos humanos, y supongo que el libro que presento (y esta mismapresentacin) no escapa a las generales de la ley. Tampoco escapa a

    estas legalidades universales de la escritura un interrogante por elfuturo, por el destino del texto. Slo puedo aventurar, respecto deeste punto, un deseo (que tambin abrigo respecto de mi propia pro-duccin): que (quizs en parte como efecto de un deseo de trasmitirun pensamiento abierto al intercambio) pueda ser ledo con utilidada lo largo del tiempo, que el nombre de sus autores figure, como reco-

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    nocimiento de su valor, en las bibliografas especializadas, mas all delas circunstancias, los poderes en juego y las funciones especficas,inmediatas, de quienes ahora, de una u otra forma, participamos ensu produccin.

    DaviD MalDavsky

    Director del Instituto de Altos Estudiosen Psicologa y Ciencias Sociales de la USES

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    Uno de los pro blemas ms importantes de la ciencia y de la fi loso-fa es el denominado problema cuerpo-mente. Su propsito es exa-

    minar la relacin entre el cuerpo humano y aquello que llamamosmente y tambin psiquis. Su objetivo es descubrir cul es la natura-leza esencial de cada uno de ambos. Con muchas va riantes, tres sonlas ms importantes posiciones que encontramos en este tipo deestudios. La primera, el reduccionismo materialista, implica la tesisde que hay slo un tipo de sustancia ltima, la materia, en el sentidofsico de este vocablo, lo que implica que todo aquello que considera-mos como psquico es una estructura o proceso constituido por com-

    ponentes corporales, fisiolgicos o conductuales. Otro punto de vistaes el del dualismo, que concibe a lo existente como constituido pordos sustancias l timas irreductibles la una a la otra, lo que involucraque el cuerpo por un lado y la psiquis por el otro son esencialmenteautnomos, aunque esto no contradice que haya relaciones especia-les y aun causales entre ellos. La tercera posicin, inversa a la primera,es la de que el mundo material es una construccin llevada a cabodentro del universo de lo mental. Lo cual en traara que el cuerpo noes sino una estructura constituida por elementos mentales, una de lastantas fantasas tiles que tienen lugar dentro de la psiquis o delalma.

    La lti ma de las tres tesis co rresponde a la tradicin idea lista en lahistoria de la fi losofa, aunque fue tambin la manera de pensar de

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    PREFACIO

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    ciertos empiristas como Bertrand Russell en algunos de sus textos.ste es un punto de vista que hoy no es sostenido sino por pocos fil-sofos. Por lo cual en lo que sigue no lo tomaremos en cuenta.

    La primera de las formas de pensar corresponde al monismomaterialista. Tiene entusiastas partidarios en el campo cientfico.Dentro de la psiquiatra, esta manera de pensar privilegia el papel delcerebro, y favorece en los ltimos tiempos el uso sistemtico de lafarmacologa para actuar contra ciertos padecimientos.

    La posicin dualista tiene una vieja tradicin en el terreno de la

    teologa. No obstante, desde un punto de vista filosfico y tambinentre cientficos cautos, posee sus argumentos y partidarios. El puntoque origina ms con troversias es la idea de que la psi quis constituyeun mundo especial, y que la psiquiatra debe basarse en estrategiasmentales para las terapias. Especialmente esto se advierte en buenaparte del campo del psicoanlisis, en el que muchos especialistas vencomo verdadero peligro la intrusin de temas corporales, pese a queuno de los mritos de Freud, como tantas veces se ha sealado, fue

    apartar la psicologa de la temtica filosfica para sealar la importan-cia del cuerpo y sus tendencias instintuales en el entendimiento delos procesos psquicos.

    Las diferencias entre estas concepciones, y en particular la actituddualista, tienen consecuencias que, desde mi punto de vista, son inde-seables. El materialismo ortodoxo ver la psiquiatra como un campoespecialmente positivo para la aplicacin sistemtica de la farmacolo-ga, en tanto que los dualistas estudiaran estrategias mentalistas paracorregir las patologas.

    El mrito del presente texto de Mirta y Julio Moizeszowicz es el deno rechazar las dos tcticas y vincularlas estrechamente para una uti-lizacin sistemtica y provechosa de ambos procederes. Aqu esimprescindible hacer notar que no es necesario ser dualista para con-cebir la mente como una estructura con suficiente autonoma yinfluencia, aunque constituida por un sistema neuronal y ligada a las

    funciones del cerebro. Esto permite ser materialista, sin dejar de reco-nocer aspectos autnomos de esa estructura, y las influencias recpro-cas entre el cuerpo y las propiedades de las neu ronas y las ac tividadesdel sistema psquico.

    Es interesante recordar que Freud, pese a declararse materialista, vioque eso no era esencialmente pertinente para la comprensin de la

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    teora psicoanaltica. Desde un punto de vista epistemolgico es nece-sario comprender que los trminos tericos de esa teora no necesitande puntualizacin en lo relativo a la naturaleza metafsica. Lo niconecesario es saber cules son las hiptesis de tal teo ra, pues ello nosdice como funciona esa estructura que constituye la psiquis. Para Freud,esos trminos tericos podrn interpretarse como designando entida-des materiales, en tanto que para los dualistas denotaran elementosde su naturaleza puramente psquica. Por eso se ha di cho que su po si-cin es metodolgicamente neutral. En el terreno filosfico, l se decla-

    ra monista ontolgico, en tanto que como diseador de su teora esun dualista metodolgico.No se si me atrevera a decir que el presente libro exhibe un dua-

    lismo metodolgico. La importancia que se da al sistema neuronal esmuy grande. Y eso lleva a una rica informacin sobre procedimientosfarmacolgicos. Pero tambin se describen variables y procesos queintervienen desde un punto de vista psicoanaltico (como ya se dijo,eso no implica forzosamente dualismo). Es notable la profundidad y

    extensin de los datos etiolgicos y teraputicos que aqu se ofrecen,mostrando los aspectos fisiolgicos por un lado y las variables psicoa-nalticas por otro. Considerando cmo se analizan los distintos tiposde patologas, estamos sin duda ante una verdadera enciclopediadetallada, completa y original sobre psiquiatra, coordinando demodo magistral la farmacologa y el psicoanlisis para la comprensinde las diferentes clases de patologa psquica.

    No quiero terminar estas consideraciones sin antes hacer notar losindudables mritos de la Introduccin, en la que se exponen diversasposiciones generales sobre los fundamentos de este estudio, analiza-das con detalle y con una notable informacin sobre las neuronas, sustipos y funciones, y otros temas conexos.

    En fin, pienso que estamos ante una contribucin cientfica muyimportante y singular en nues tro medio, que ser muy til para losespecialistas y terapeutas, adems de ser intrnsecamente interesante

    y original.

    GreGorio kliMovsky

    Profesor Emrito de laUniversidad de Buenos Aires

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    El trabajo interdisciplinario naci como efecto de la prctica. Laspginas que constituyen el presente volumen intentan dar cuenta deesta clnica y de su conceptualizacin del caso por caso en nuestratarea comn.

    Considerar el despliegue de cada historia individual como nicapropici la elaboracin de articulaciones tericas en su doble vertien-te: psicoanaltica y psicofarmacolgica (11). La prctica vehiculiza uncamino cuyo objetivo es generar un espacio para la implicacin sub-

    jetiva de quien consulta. Ello es posible slo si se sostiene una tica yuna permanente formacin terica. Para elpsiquiatra, ubi car su prc-tica con relacin a la medicina basada en la evidencia, se tornaimprescindible. La misma remite a la integracin de la experienciaclnica individual con la mejor evidencia cientfica externa disponible,a partir de una bsqueda sistemtica (12). Para elpsicoanalista, lainvestigacin bibliogrfica permanente, la lectura vinculada a dife-rentes corrientes ideolgicas, el aporte de otras disciplinas a su cono-

    cimiento, etctera, se constituyen en tareas ineludibles para su prc-tica.

    El mismo proceso, en distintos ejercicios, genera una retroalimen-tacin continua entre clnica y teora, propiciando una plasticidad quefavorece la construccin de la brjula interior que cada profesional

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    INTRODUCCIN.

    PSICOANLISIS Y PSICOFARMACOLOGA

    El psicoanlisis es a la psiquiatra lo que la his-tologa a la anatoma: sta estudia las formas exte-riores de los rganos; aqulla, su constitucin a

    partir de los tejidos y las clulas. Es inconcebibleuna contradiccin entre estas dos modalidades de

    estudio, una de las cuales contina a la otra. Sonentonces los psiquiatras los que se resisten al psi-coanlisis, no la psiquiatra.

    FreuD, 1917 (4).

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    requiere para su desempeo.El conocimiento que ha sido meramente aprendido se torna ope-

    ratorio y, por lo tanto, limita el objetivo de la prctica clnica. La incor-poracin de la formacin al circuito psquico-elaborativo se encuentraen relacin directa con el psicoanlisis personal del profesional, condi-cin imprescindible para su prctica.

    Muchas veces, la transmisin idealizada empuja a quien la recibea ubicarse como esclavo de determinadas ideologas que representanel ltimo grito de la moda. Esto determina que el paciente quede

    ubicado, esquemticamente, en el lugar del ejemplo de la teora quese sustenta. La clnica es soberana o como Charcot enuncia, frente ala sorprendida mirada de Freud y compaeros: La teora es buena,pero eso no impide que las cosas sean como son.

    Es desde esta perspectiva que la presente propuesta se ubica porfuera del antiguo circuito de controversias entre psiquiatra y psicoa-nlisis. Exclusin que comprende tanto a las crticas urticantes y repe-tidas hasta el cansancio dirigidas a la psiquiatra (en su vertiente

    nosogrfica y psicofarmacolgica), como a aquellas otras que desdeeste ltimo ngulo intentan destruir el psicoanlisis.

    La entrada al siglo XXI y a la globalizacin genera la universaliza-cin de posiciones que se constituyen en obstculo para la tarea cl-nica del caso por caso. Es el bosque dogmtico el que no deja ver elrbol y, en esa impostura, se pierde el orden de lo nico. Tal vez seraimposible estar exento de este desliz en forma completa. Pero teneren cuenta que la actitud dogmtica puede ser su efecto quiz generecierta inmunidad y permita mantener prendida la seal que evite lacada en una fascinacin vinculada a la omnipotencia de una determi-nada teorizacin.

    Freud es quien nunca ha podido convencerse de la verdad de lasentencia, segn la cual la guerra es el padre de todas las cosas (4).Esta guerra, vinculada al conflicto insoluble neurobiologa-psicoanli-sis, parece mantener muy ocupados a psiquiatras, neurobilogos,

    psiclogos y psicoanalistas (9, 10).Klimovsky seala:

    Muchas veces al discutir estos temas aparece cierto tipo de absurda riva-lidad, desde el punto de vista epistemolgico, entre la posicin de tipopsicofarmacolgica y las que son de caractersticas ms mentalistas o

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    por lo menos ms cercanas al psicoanlisis. Ello lleva a dualismos o aposiciones irracionalmente inconcebibles que, desde el punto de vista

    metafsico son realmente muy peligrosas (2).

    La parcialidad con la que se res catan prrafos de la obra de Freudpara dar cuen ta de la certeza de una u otra pos tura, resulta, muchas

    veces, pavorosa. Lo escrito por Freud enEl malestar en la cultura,podra servir de base a cada uno de estos ejrcitos en lucha, en suafn de expulsar al otro y hacerle jugar, en algunas oportunidades, unrol persecutorio.

    Los mtodos ms interesantes de precaver el sufrimiento son los queprocuran influir sobre el propio organismo. Es que al fin, to do sufri-miento es solo sensacin, no subsiste sino mientras lo sentimos, ysolo lo sentimos a consecuencia de ciertos dispositivos de nuestroorganismo. El mtodo ms tosco, pero tambin el ms eficaz, paraobtener ese influjo es el qumico: la intoxicacin. No creo que nadiehaya penetrado su mecanismo, pero el hecho es que existen sustan-

    cias ex traas al cuerpo, cuya presen cia en la sangre y los tejidos nosprocuran sensaciones directamente placenteras, pero a la vez alterande tal modo las con diciones de nuestra vida sensitiva que nos vuelvenincapaces de recibir mociones de displacer (5).Este prrafo, blasn esencial de la crtica esgrimida por los psicoa-

    nalistas y dirigida a los psiquiatras, intenta denotar el obstculoinfranqueable que constituye la sustancia como obturadora de la

    aparicin del sujeto.Siguiendo con el mismo texto, tan slo un rengln ms abajo,

    Freud parece anticiparse a los descubrimientos de la neuroqumicacerebral:

    Pero tambin dentro de nuestro quimismo propio, deben de existirsustancias que provoquen parecidos efectos, pues conocemos almenos un estado patolgico, el de la mana, en que se produce esa

    conducta, como de alguien embriagado, sin que se haya introducidoel txico embriagador. Es muy de lamentar que este aspecto txico delos procesos anmicos haya escapado hasta ahora a la investigacincientfica (5).

    Esta ltima cita podra sustentar el valor de los criterios puramen-

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    te biologistas, como estandarte de ciertas posiciones psiquitricas.Apelar a uno u otro prrafo en forma excluyente para sos tener la

    ideologa cientfica que se pretende desarrollar, es quitar mrito par-cial a la revolucin que implica el psicoanlisis. Ella se despliega tantoen relacin con el descubrimiento del mundo psquico como con elcamino que Freud dej abierto respecto de los futuros desarrolloscientficos en el mbito de la qumica neuronal (6). Con relacin a esteltimo aspecto, tener en cuenta slo la primera cita implica negar losimportantsimos adelantos en el campo de la neurobiologa y de las

    neuroimgenes.Klimovsky tambin seala:

    [La] clsica separacin entre psicofarmacologa, psicoanlisis y psico-terapia, casi no tiene razn de ser, porque cada una de ellas, lo queest indicando es cierto tipo de mecanismos, de vas o de influenciaspara conseguir ciertos resultados, sin pretender unicidad o exclusivi-dad causal, por ello, prohibir o mirar con desprecio la otra vertiente,

    porque uno est aficionado a dar preponderancia a aquella a la queuno adhiere, es como decir hoy que son incompatibles los relojesdigitales con los analgicos (2).

    Freud subvirti el orden mdico, haciendo caer al propietario delsaber para que la pregunta se desplace en el discurso. El abandono dela hipnosis y la sugestin abri un espacio para que all se instalara lapalabra de quien sufre. Palabra difcil de pronunciar, a veces muda

    convocatoria, para quien intenta el desciframiento y es ubicado en ellugar de hipnotizador poderoso para aliviar el sufrimiento.Es quien escucha, el que debera recrear aquel momento que

    Freud llev a cabo. Girar la posicin, no hacer uso del poder supuesto.Esto corresponde a una tica que se instala con el psicoanlisis, peroque trasciende su supuesta antinomia con la psiconeurofarmacolo-ga.

    Le Poulichet plantea la convergencia entre el ideal mdico y cierto

    ideal de las toxicomanas, dado que ambas procuran la sedacin posi-ble del dolor de existir. Lo de sarrolla como anulacin de un cor teentre organismo y lenguaje que, desde la terminologa freudiana,implica la continuidad de un cuerpo biolgico, sin posibilidad o conserias dificultades de transformacin en cuerpo ergeno. Aqu la sus-

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    tancia, tomada en su sentido general y literal, subvierte el orden de lohumano en su especificidad, en tanto la psique es tratada como rga-no. Ideologa vigente en numerosos profesionales de la salud mentalque consagran la omnipotencia de la sustancia (7).

    En relacin con esto Sacks dice:

    La neuropsicologa, como la clsica neurologa, trata de ser entera-men te objetiva; su gran poder y sus avances provienen de es ta po si-cin. Pero la criatura viviente y especialmente el ser humano es delprincipio al fin un sujeto, no un objeto. Es precisamente el sujeto, elyo viviente lo que es excluido de la neuropsicologa (13).

    La ge neralizacin, que de por s es abe rrante, muestra su efecto noslo en este caso. Tambin cuando la omnipotencia se consagra alorden de una teora (incluidos ciertos embanderamientos pscoanal-ticos), las consecuencias suelen ser nefastas. Dos vertientes de unmismo acto, que anulan aquello de que se ocupa: el sujeto humano.

    El problema no parece ser entonces ni el medicamento, ni la palabra,sino el lugar que cada uno de ellos ocupa, con relacin a la posicinde quien ponga en juego su uso.

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    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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    (OC), Buenos Aires, Amorrortu, tomo XVI, 1984.5. Freud, S.:El malestar en la cultura, OC, tomo XXI, 1984.6. Glassman, A. H.; Shapiro P. A.: Depression and the course of coronary

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    13. Sacks, O.:A Leg to Stand on, Londres, Duckworth, 1984.

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    1-1. INTRODUCCIN

    La teora psicoanaltica, en su progresiva constitucin interna,

    marca un proceso de cualificacin creciente. Esta metapsicologa seedifica a travs de una triple vertiente: tpica, dinmica y econmica.De estos aspectos constitutivos, slo el ltimo describe los caminos y

    vicisitudes de una cantidad cualificada, es decir, de una particular cir-culacin de la libido en el aparato psquico.

    Lo puramente cuantitativo es un remanente final de lo econmico.Es un resto que cae fue ra, tanto del aparato psquico como de la con-ceptualizacin de la metapsicologa. Sin embargo, en los orgenes (11),

    como en escritos muy posteriores (19), Freud intenta un desarrollo te-rico de lo cuantitativo (figura 1).

    Por sobre todo, se interesa en el proceso particular que transformaeso cuantitativo en un orden de cualidad. l investiga esa misteriosacaja negra que es la mente humana, dentro de la cual se desarro lla latransformacin. La cualidad es el final del proceso. Ella ser concep-tualizada en sus futuros desarrollos tericos, ubicada en diferentesniveles tpicos y en determinadas circulaciones econmicas.

    En una carta que dirige a Fliess (9) define la construccin del apa-rato neuronal que est desarrollando en el Proyecto de psicologa,como una mquina que de un momento a otro podra echarse aandar sola. Esta concepcin era compatible con la formacin cientfi-ca de Freud, dado que pro vena de la escuela fisicalista de Helmholtz,

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    1. APARATO NEURONAL

    Y PSICONEUROBIOLOGA

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    que intentaba explicar la conducta humana en trminos fsico-qumi-cos. Entre esta mquina yLa interpretacin de los sueos (13) seinterponen la muerte del pa dre de Freud y el co mienzo de su au toa-nlisis. ste es un momento crucial que pro duce un corte. Su con se-cuencia ser que el orden de lo neurolgico y su aparato quedenrelegados.

    Klimovsky seala:

    [...] el neurlogo Freud (que lo fue, decididamente hasta 1890) advier-te paulatinamente las dificultades de la neurologa tradicional paraentender los problemas ligados a la psiquiatra y cmo, poco a poco,compagina una serie de nociones vinculadas con la psicologa hasta

    que, finalmente y despus de muchos aos aparece, como se advierteenLa interpretacin de los sueos, un mundo terico que poco tieneque ver con la ciencia neurolgica tradicional de la que haba partido.Se ha consumado entonces, finalizado el proceso, una ruptura episte-molgica: ha surgido el psicoanlisis (28).

    Sus desarrollos neurolgicos tambin encontraban un tope, enrelacin con el mtodo experimental, ya que no contaba con recursos

    adecuados para la constatacin. Finalmente, Freud se afana en que elProyecto quede oculto. La prdida de esta mquina material, pro-mueve el desarrollo de las investigaciones freudianas en un mbitoque trasciende lo concreto. Aqu nace lo psquico que reviste yenvuelve los circuitos neuronales, pero que, al mismo tiempo, es sos-

    26

    Figura 1

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    tenido por ellos.Algunos autores sealan que el problema central del Proyecto

    remite a la naturaleza de la relacin entre el cerebro y la mente. Sos-tienen que en el trabajo sobre Las afasias (1891) Freud recalca que lopsquico es un proceso paralelo a lo fisiolgico, y que no hay entreellos una relacin causa-efecto. Las experiencias psquicas y los proce-sos fisiolgicos son dos fenmenos diferentes: palabras y cosas sonpercibidas por la mente en paralelo con ciertos procesos fisiolgicosque ocurren en el cerebro (48).

    El mundo virtual nace y se sostiene en la medida en que lasredes neuronales se mantengan trabajando en forma silenciosa yescondida. Si hay disfuncionamiento en ellas, se harn presentes oproducirn una cada momentnea o definitiva del mundo psquico.

    El silencio de la mquina garantiza la vida fantasmtica, el sueo,el recuerdo, la metfora y un cuerpo que ya no es organismo sino sm-bolo. Se constituye lo ergeno, como un mapa, que hace perder elterritorio material de lo biolgico.

    Lo neurolgico de aquella poca remite a lo psico-neuro-frmaco-biolgico actual. Este mbito revestido por lo psquico permaneceescondido pero existente. Esta existencia se hizo presente en la con-cepcin terica de Freud. Klimovsky seala:

    [Freud] hace compatible su monismo ontolgico con su dualismometodolgico, es decir, el tratar lo material y lo mental como mbitosacerca de los cuales no se toma posicin acerca de si son o no reduc-

    tibles el uno al otro. En su creen cia, esa reducti bilidad sera en princi-pio posible, pero no ha sido lograda y, si llegara a probarse la imposi-bilidad de tal empresa, an as el psicoanlisis sobrevivira [...] (28).

    Es justamente la disfuncin de las redes neurobiolgicas uno delos elementos que propicia las fallas y dificultades en la constitucinde un orden que lo trascienda. Es por eso que su co nocimiento se tor-na imprescindible. Esconderlo, obviarlo, es desconocer una parte de

    aquello que hace obstculo a la constitucin subjetiva. Hoy existe unorden cientfico que permite comprobaciones fcticas.

    Si bien la prdida de la mquina sigue siendo imprescindiblepara el sujeto, es ineludible su conocimiento para el abordaje tericoy clnico de los trastornos mentales.

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    Tanto en relacin con la construccin de la teora psicoanaltica,como con la progresiva edificacin del aparato psquico, una necesa-riedad se impone: el pasaje del orden de lo biolgico al de la subjeti-

    vidad. Este camino no se pre senta en nin guna de sus dos vertientessin obstculos.

    Godino Cabas seala:

    [...] existe una resistencia en lo biolgico, para aceptar el orden de loergeno, resistencia que debe ser vencida. Es un smbolo, nos diceFreud, lo que vence a la resistencia del organismo y lo que instaura al

    inconsciente [...] (23).La cantidad se reduce en la medida en que avanza la teorizacin.

    Es un alejamiento progresivo de un cuerpo en su realidad material,que da lugar al or den virtual del de seo. En este ltimo, la puesta en

    juego del circuito representacional constituye la tramitacin imagina-ria de procesos cuantitativos. La neurosis escenifica el recubrimientode lo biolgico, el sntoma muestra la trasmutacin cualitativa.

    En esa mquina que debi perderse para que nazca el psicoanli-sis, Freud plantea dos ideas rec toras: 1) con cebir lo que diferencia laactividad del reposo como una Q (cantidad) sometida a la ley generaldel movimiento; 2) suponer como partculas materiales las neuronas(11).

    En 1906 Camillo Golgi (italiano) y Santiago Ramn y Cajal (espaol)comprueban que, si bien las neuronas son un retculo, cada una de

    ellas mantiene una individualidad. Pueden recibir y procesar la infor-macin, conectarse con otras y emitir una respuesta de manera nica,contradictoria, transitoria o permanente (figura 2).

    Para lograr esta individualidad cada neurona tiene un polo derecepcin informtico (dendrita), una maquinaria de procesamiento(somaocuerpo neuronalyncleo), una autopista para la conduccinde la respuesta elegida (axn) y un polo de expulsin pa ra la informa-cin as elaborada (botn terminal).

    Elsomaocitoplasmaest delimitado por la membrana plasmtica,que separa el contenido celular del medio externo. Dentro del somaexisten dos zonas bien diferenciadas: a) elcitosolo matriz; b) compo-nentes especficos donde tiene lugar la sntesis de las protenas (riboso-mas, retculo endoplasmtico, etc.).

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    El ncleo de la clula est separado del citoplasma por una envol-tura proteica porosa. Dentro de l estn: a) loscromosomas, cada unoformado por unADN combinado con protenas(genes); b) diferentestipos deARN; c) el nuclolo, donde se hallan los genes de los ARNrecin sintetizados; d)protenasque regulan la actividad de los genes(figura 3).

    En los invertebrados, el soma de las neuronas no posee dendritas(son unipolares): el cuerpo celular emite o recibe informacin. En los

    vertebrados, las neuronas son bipolares: tienen dendritas, que llevaninformacin de la periferia al soma celular, y un axn, a travs del cualse emiten los mensajes desde el cuerpo al sistema nervioso central.

    Las neuronas multipolares (que son la mayora en el sistema ner-vioso central de los mamferos) tienen un solo axn terminal, conmltiples dendritas que emergen de cualquier zona del cuerpo celu-lar, lo que les permite obtener un innumerable flujo de informacin.Por ejemplo, una neurona motora de la mdula espinal recibe 10.000contactos, una cerebelosa de Purkinje 150.000. Pueden sersensitivasoaferentes, si llevan la informacin al sistema nervioso central desdelos polos perceptivos;motorasoeferentes, si gobiernan las glndulas

    y msculos; de interconexin, si interconectan a diferentes gruposcelulares entre s por medio de sus largusimos axones, que no sonsensitivos ni motores (figura 4).

    La interconexin entre unas y otras se realiza a travs de un espa-cio real (sinapsis), donde las dendritas (receptoras) se contactan con

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    Figura 2

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    Figura 3. Neurona

    Figura 4. Tipos de neuronas

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    el axn (emisor) para recomenzar el circuito. El trmino sinapsis (delgriego, unin) fue acuado por Sherrington para designar el lugardonde se interconectan las neuronas (figura 5).

    La manera de trabajo especializado entre grupos de neuronas (redneuronal) crea un tipo especial y nico de funcionamiento. Este proce-samiento, que toma lo almacenado pretritamente y lo adquirido enforma reciente, tiene un desarrollo permanente. Se producen registrosde las modificaciones neuronales provocadas por los estmulos, lo cualgenera un holograma o pantalla de proyeccin virtual, que se comple-

    jiza paulatinamente.En el espacio intersinptico, la transmisin del impulso se hacepor medio de transmisores, ya que ambas neuronas no se fusionan. Elaxn de la neurona (pre-sinptica) se contacta (a travs de mediado-res qumicos, gaseosos o elctricos) con una prolongacin o dendritade otra neurona (post-sinptica), que es la que recibe esa informacin(figura 6).

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    Figura 5

    Se necesitaron casi treinta aos ms de investigacin para com-probar que ningn sistema trabaja de manera autnoma. El arco

    reflejo espinal est tambin conectado con el sistema nervioso cen-tral. Una vez que la percepcin llega a l, se integra con otros siste-mas.

    Edgar Adrian, premio Nobel 1932, logra aislar fibras sensitivas ycomprueba que existe una relacin directa entre la frecuencia del

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    estmulo y la sensacin. Los receptores perifricos (tacto, vista, olfato,etc.) son ac tivados en funcin de la fre cuencia de los es tmu los. stos,transformados en potenciales de accin elctricos, se desplazan por

    vas de conduccin (sensitivas) hasta las regiones correspondientesen el cerebro donde sern procesados. A mayor frecuencia de los est-mulos, habr una mayor liberacin de neurotransmisores, ya sea inhi-bitorios o excitatorios. Los receptores responden a los estmulos hastaque finalmente dejan de hacerlo, protegindose de las invasionesexternas. Sientan as un precedente fisiolgico: de esta manera, el

    medio no inunda, con sus millones de seales, la vida orgnica sensi-ble.

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    Figura 6. Sinapsis (modificado de Bear y col.)

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    Para Freud, el organismo tiene como principal objetivo protegersede las invasiones cuantitativas. Para ello toma pequeas muestras delmundo externo que le permitan reconocer el carcter de los estmu-los. El carcter cualitativo del estmulo est determinado por una fre-cuencia particular del movimiento neuronal. Este perodo no eshomlogo al del estmulo, pero mantiene con ste cierta relacin conarreglo a una frmula reductora que ignoramos (el destacado esnuestro) (11).

    Entre la va aferente y la eferente se ubica la caja negra, y en ella,

    el enigma que Freud pretende resolver.Breuer afirma que la concepcin de la energa del sis tema nervio-so central como una cantidad que se distribuye por el encfalo demanera oscilante y alternante es ya antigua (4).

    La cantidad (Q) recorre la neurona y pasa de una a otra. Es te desa-rrollo quedar suspendido en las futuras articulaciones tericas freu-dianas. Pero en 1905, Freud har una fundamental acotacin. Refirin-dose al desplazamiento de la energa psquica a lo largo de las vas

    asociativas, dice:

    Para evitar un malentendido debo agregar que no intento proclamarcomo esos tales caminos [los de las vas asociativas] a c lulas y haces,ni a los sistemas de neuronas que hoy ha cen sus ve ces, si bien es for-zoso que esos caminos sean fi gurables, de una manera que an nosabemos indicar, por unos elementos orgnicos del sistema nervioso(14).Freud termina abandonando esta caja negra, para dedicarse a

    descubrir aquella que se vincula a los procesamientos psquicos. Sinembargo, siempre mantuvo la esperanza de que algn da se descu-briera la estructura anatmica y fisiolgica que sirve de base a loscircuitos representacionales. Hay dudas acerca de si ese algn da, alque Freud hace referencia, ha llegado. Solms (48) y Pribram (43) pro-pician una integracin y no un reem plazo de la cien cias de la subjeti-

    vidad por las neurociencias objetivas. Sostienen que esta integracin

    es factible en nuestros das a partir del conocimiento y de los mto-dos que hoy se detentan. Ello se torna posible cien aos despus queFreud intentara esta tarea.

    Klimovsky, desde la epistemologa, seala: La psicofarmacologa,el psicoanlisis y la psicoterapia, en vez de haberse escindido tan vio-lentamente unas de otras, deberan adoptar hiptesis factoriales que

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    implicaran lmites de separacin menos duros acerca de lo que es ono pertinente para el conocimiento de la accin teraputica (1).

    La caja negra neurobiolgica sigui sus derroteros a lo largo delsiglo XX. Logr poner en juego desarrollos ms y ms sofisticados res-pecto a los procesos de neurotransmisin. Estos ltimos implican cir-cuitos de interconexin entre las neuronas que configuran un entra-mado o red. Son comunicaciones interneuronales que se llevan acabo a travs de las numerosas sinapsis que posee cada clula. Lasconexiones intersinpticas pueden conservar su statu quo original o

    modificar su eficiencia en sentido normal o patolgico.Qu conocimientos existen hoy respecto de los dos principiosrectores (neuronas y cantidad) delProyecto?

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    1-2. NEUROTRANSMISINCada neurona propaga su informacin por medio de un potencial de

    accin (seal elctrica). ste se transmite dentro de la clula desde susdendritas (arborizaciones del soma), por cambios inicos de la membra-na celular (electrovalencias positivas y negativas de sodio y potasio, que

    entran o salen por canales especficos), al soma, ydesde all hasta el axn (vesculas sinpticas). Para

    continuar esta propagacindelimpulso,la neurona transformael impul-so elctrico en uno qumico,

    liberandoal espaciointersinptico losneurotransmisores alojadosenlas

    vesculas. Esta informacin qumica escaptada por sitios especficos de la membrana celular (receptores) dela neurona post-sinptica, que provocan la despolarizacin elctrica dela neurona, para as poder transmitir el impulso nuevamente a otra clu-

    la.

    La mayora de las actividades metablicas celulares se realizan en

    lamatriz citoplasmtica o citosol. La matriz est compuesta por dife-rentes protenas. La funcin de estas sustancias es darle forma y moti-lidad a la neurona.

    La neurona emite o dispara el impulso nervioso a travs de unaprolongacin generalmente nica llamada axn, que termina en unapequea expansin en forma de bulbo, denominada botn terminal.Cada neurona tiene un microambiente fabricado (citoesqueleto),especialmente para recibir un determinado neurotransmisor.

    Los neurotransmisores (ligandos) actan slo en las sinapsis: lasclulas inductoras que los secretan, se hallan en contacto directo conlas clulas inducidas o blanco que los reciben. Se clasifican de acuer-do con su origen y tipo de accin.

    En los ltimos aos se ha po dido demostrar que los transmisoressinpticos pueden diferenciarse no solamente por sus acciones, sinotambin por las caractersticas de las respuestas que provocan (rpi-

    das o lentas), por las distintas estructuras qumicas (simples o comple-jas), por el peso molecular (alto o bajo), por la preponderancia de lasrespuestas qumicas o elctricas, etc.

    Los estmulos qumicos actan sobre receptores proteicos espec-ficos (tienenespecificidad) e inducen un determinado tipo de accin(tieneneficacia). La clula que se creta el ligando (clula inductora)

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    est en con tacto con la que lo recibe (clula inducidaoblanco). Deacuerdo con estas diferentes particularidades se los ha denominado:

    Neurotransmisores, respuestas rpidas: la clula inductora est enntimo contacto con la clula blanco;

    Neuromoduladores, respuestas lentas; Neuromediadores, respuestas de tipo post-sinptico; Neuropptidos, transmisores de alto peso molecular; Neurohormonas, moduladores de la secrecin de otras hormonas:

    la clula inductora est distante de la clula blanco.

    Sin embargo, muchas veces las acciones se superponen, por loque los lmites de cada una de estas categoras resultan imprecisos.

    Los neurotransmisores se caracterizan por estar presentes en elsistema nervioso central y por tener mecanismos propios de sntesis,almacenamiento, degradacin, recaptacin e inactivacin. Poseenreceptores especficos, los cuales pueden ser bloqueados por diver-

    sos frmacos. Este tipo de neurotransmisores provoca respuestas qu-micas y elctricas. Las respuestas elctricas pueden ser excitatorias oinhibitorias. La respuesta depender de la sumatoria de ambos proce-sos (excitatorios e inhibitorios), que la neurona recibe en forma simul-tnea y constantemente. Muy pocos neurotransmisores satisfacentodos estos criterios. Se los clasifica en:

    Neurotransmisores verdaderos. Neurotransmisores putativos.Son los que no satisfacen todos los

    criterios que permitiran considerarlos neurotransmisores verda-deros.

    Autorreceptoresoreceptores pre-sinpticos. Se caracterizan porser sensibles a las concentraciones del neurotransmisor en la bio-fase de la sinapsis, regulando as, por un mecanismo defeedbacko retroalimentacin, la liberacin o el bloqueo del neurotransmi-

    sor en juego.

    Los neurotransmisores ms conocidos son los siguientes:

    Lascatecolaminas (adrenalina, noradrenalinaydopamina), que seoriginan de los aminocidos fenilalanina y tirosina. La adrenalina y

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    la noradrenalina son de fundamental importancia en las reaccio-nes de alarma, adaptacin e inhibicin; la dopamina estara rela-cionada con la apti tud, la agi tacin y el aprendizaje. El bloqueo dela va dopaminrgica producira inmotivacin, decremento de latensin y adinamia. La alteracin de su sntesis o de su degrada-cin ha sido vinculada a los desrdenes afectivos y a la enferme-dad esquizofrnica. Las neuronas noradrenrgicas se originanprincipalmente en el locus coeruleus y las dopaminrgicas en lasustancia nigra y el rea tegmental ventral en el mesencfalo

    (figura 7). Laserotonina (5-HT)sera un modulador del sueo, de la actividadsexual, de la conducta agresiva, del dolor, de la saciedad alimenta-ria y de funciones neuroendocrinas. A su disminucin se la relacio-na con la depresin, los trastornos obsesivo-compulsivos y lasconductas suicidas. Sus vas se ori ginan en los ncleos del Rafe deltronco cerebral.La serotonina (5-HT) posee un rol contradictorio, ya que puede

    estimular o inhibir a diferentes receptores. Las respuestas clnicasson entonces diferentes, segn qu grupo neuronal posea undeterminado subtipo de receptor. Se conocen siete familias dereceptores que pueden ser estimulados por la serotonina. Actanen forma directa por mecanismos inicos (5-HT3) o a travs de laprotena G (5-HT1/7). En ambos casos se activan segundos mensa-

    jeros, que finalmente producen los cambios en las fosoforilacionesproteicas (que estn determinadas genticamente). Ello se tradu-ce en acciones especficas (figura 8).

    As, por ejemplo, la estimulacin del receptor 5-HT1 produce hipo-termia y la del 5-HT2, hipertermia; la del 5-HT1A es ansioltica y ladel 5-HT 2A es ansiogni ca. El bloqueo de la re captacin de 5-HTpor un IRSS, como es la fluoxetina, produce un aumento de la esti-mulacin de este receptor con ansiedad a nivel clnico. Por el con-trario, una estimulacin del receptor 5-HT1A, por la buspirona

    povoca un efecto ansioltico. La disminucin del 5-HT es vinculadaa la desinhibicin de las conductas agresivas, al consumo de alco-hol y sustancias adictivas, al sucidio, la bulimia, la personalidadantisocial y la agresividad, entre otras.

    Elcido gama-aminobutrico (GABA)se caracteriza por estimular

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    Figura 7. Catecolaminas

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    los procesos de inhibicin neuronal en todas las reas del sistemanervioso central. La accin anticonvulsivante y miorrelajante sedebe a un aumento de la inhibicin que provoca este neurotrans-misor sobre otras clulas neuronales. Impide el incremento de laexcitacin neuronal por intermedio de sus vas, que se originan enel cuerpo estriado, el globus pallidus, etctera, con sus proyeccio-nes al tronco y corteza cerebral.

    Losaminocidos excitatorios (EAA: glutamatoyaspartato). Estninvolucrados en la memoria, la isquemia y las crisis de epilepsia. Se

    los considera como el soporte ms importante de la fijacin mn-mica, ya que permite el refuerzo de la interaccin entre la pre ypost-sinapsis (Potenciacin a Largo Plazo, LTP) y el incremento delos botones sinpticos. El ingreso del calcio a la neurona la post-si-nptica y la liberacin retrgrada del xido ntrico realimenta lasntesis del glutamato y es la base de la coactivacin de dos neu-ronas, base para el almacenamiento de la memoria de largo plazo.Sin embargo, si su actividad es permanente permiten la entrada

    de calcio a la neurona con su consiguiente toxicidad celular. El glu-tamato (neurotransmisor excitatorio), puede convertirse por laaccin de una ezima en GABA (neurotransmisor inhibitorio).

    Laacetilcolina.Se lo considera un mediador en los procesos detono muscular, coordinacin, sueo, ensoaciones, memoria yaprendizaje. En el anciano normal aparece slo en el hipocampoun dficit de ace tilcolina. En cambio, en las demencias, como la de

    Alzheimer, se nota una franca alteracin de su metabolismo y ladegeneracin de vas y ncleos especficos de origen.

    Losneuromediadoresson transmisores qumicos que aumentan lasrespuestas post-sinpticas sin originar respuestas elctricas. Se los hadenominado segundos mensajeros (adenosina, adenosinmonofosfatocclico, guanosina-monofosfato cclico).

    Los neuromoduladores son sustancias complejas cuya accin

    desencadena cambios lentos a mediano y largo plazo. Ejerceninfluencia sobre los neurotransmisores. Se originan en sitios neurona-les o extraneuronales (prostaglandinas, factor de crecimiento neuro-nal).

    Losinmunoneuropptidosson polipptidos que se originan en las

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    ACCIONES NEUROBIOLGICAS POR

    ESTIMULACIN DEL RECEPTOR 5-HT

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    Cuadro 8. Funciones de los receptores serotoninrgicos (5-HT)

    FAMILIA DERECEPTORES

    UBICACINEN EL SNC

    FRMACOS QUE EJER-CEN ACCIONES CLNI-CAS

    A

    B/D(alfa ybeta)

    A

    B

    C

    5-HT 3

    5-HT 4

    5-HT 5/6/7

    E/F/P/S

    5-HT1

    5-HT2

    Alteraciones de la percepcin, depresgeno,avances de la fases circadianas, regulador delsueo, vigilia.

    Protectora del aprendizaje (modula laacetilcolina), sobre el peristaltismo intestinal yel ritmo cardaco, estimuladora del eje lmbico-hipotlamo-hipfiso-suprarrenal.

    Depresora, emtica, desreguladora de laspercepciones, moduladora de la actividaddopamnica lmbica (reas 9 cortical y 10extrapiramidal), gammaminobutrica, acetil-colina y noradrenalina; moduladora del sueo,deteriorante sobre la cognicin, adictiva. nicoque acta sobre el canal inico.

    Ansiognica, desreguladora de laspercepciones, estimuladora de los ejeslmbico-hipotlamo-hipfiso-suprarrenal,gonadotrfico, neurohipfisis.

    Vasoconstrictor, broncoconstrictor,plaquetas.

    Ansignica, inhibidora de las conductassexuales, moduladora de la temperatura,neurotrfica, reguladora de la actividadmotora, inductora del sueo, inhibidora

    del apetito, inductora de conductas psicticas,estimuladora de las hormonas prolactina,ociotocina y antidiurtica.

    Vasoconstrictor, moduladora del dolor.

    Antidepresiva, reductora del apetito,moduladora de la diuresis, antiagresiva,antidolorosa, antiautstica.

    Ansioltica, antidepresiva, aumento delapetito, hipotermizante, hipotensora,neuroprotectora, bradicardizante, eyaculacinseminal, alerta, estimulantedel eje lmbico-hipotlamo-hipfiso-suprarrenal/gonadotrfico (estimuladospor los esteroides que se producen enel estrs), efecto antiagresivo en animales(locomocin, huida, escarbadura, temblor).

    Corteza frontal,hipocampo,amgdala,tlamo,hipotlamo,ncleos del rafe.

    Antagonistas:beta-bloqueantes(propranolol).Agonistas:ansiolticos(buspirona).

    Agonistas:antijaquecosos(sumatriptan).

    Agonistas:antijaquecosos (sumat-riptan).

    Antagonistas:antipsicticosatpicos.Agonistas:

    alcohol, cocana,LSD.

    Sustancia nigra,globo plido,rin.

    Msculo liso,miometrio,gastrointestinal.

    Corteza frontal,prefrontal,sistema lmbico,cngulo,

    amgdala,hipotlamo.

    Msculo liso,plaquetas.

    Antagonistas:antipsicticos atpicos.Agonistas:sustancias metiladas(dimetiltriptamina).

    Neocorteza,hipotlamo,sistema lmbico,hipocampo,sustancia nigra.

    Antagonistas:antipsicticos atpicos.Bulbo,protuberancia,msculo liso,sistema lmbico,corazn.

    Hipocampo,hipfisis,sistema lmbico,cortezaprefrontal,sustancia nigra,corazn, intestino.

    Antagonistas:antipsicticos atpicos.Agonistas:sustancias metiladas(dimetiltriptamina).

    Corteza,hipocampo,caudado, etc.

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    neuronas del hipotlamo y reas vecinas.Elneurotransmisor(primer mensajero) se liga a un receptor pro-

    teico y atraviesa la membrana citoplasmtica a travs de los canalesinicos o por intermedio de la unin pasajera a determinado tipo deprotenas (protena G).

    Lamembrana citoplasmtica,est compuesta por fosfolpidos,colesterol y glucolpidos, de tal manera que las capas hidroflicas sedirigen hacia la parte acuosa (medio extracelular), y las hidrofbicasse ponen perpendicularmente a la solucin acuosa (figura 9) (41).

    Los lpidos se disponen en forma de una doble capa (membranabilipdica), mientras que las protenas lo hacen en una capa fluidahacia ambas superficies. Losreceptoresson protenas hidrofbicas encontacto con la capa bilipdica de la membrana celular, que recono-cen, fijan al neurotransmisor y tienen la funcin de informar a otrossistemas. Se encuentran a ambos lados de la sinapsis (pre y post-si-npticos).

    Para que los psicofrmacos ejerzan su accin deben atravesar esta

    capa bilipdica de forma activa (con consumo de energa), ya seaactuando sobre los neurotransmisores, o funcionando de maneradirecta sobre los receptores, para conseguir la migracin informativatransmembrnica y llegar al citosol (intraplasmtico).

    Si bien el oxgeno y las sustancias qumicas de molculas muypequeas pueden difundirse libremente a travs de la membranacelular de los vasos sanguneos, de las clulas de la glia y de las neu-ronas; sustancias algo ms complejas, como la glucosa o los psicofr-macos, necesitan de untransporte activo enzimticoo ser altamenteliposolubles para poder atravesar las membranas y llegar a la neuronadonde ejercen su accin.

    La neurona tiene un potencial de reposo de alrededor de -70mV. Este pequeo potencial es permanente y nunca llega al cero(principio de constancia) (26).

    La transmisin qumica (o elctrica, a veces) genera potencial

    sinptico excitatorio (se despolariza y se hace ms excitable), o inhibi-torio (se hiperpolariza y se torna menos excitable). A esta bomba laconstituyen protenas que cambian su estructura para permitir laentrada o salida de los iones. Este trabajo se realiza con un gasto deenerga que queda almacenado en el cido adenosintrifosfrico(ATP). Cuando la clula dispara el impulso como respuesta a la

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    informacin recibida del exterior a travs de sus dendritas, permiteque el sodio (Na+) entre en el axn y salga el potasio (K+), cambiandosu potencial elctrico de negativo a positivo (potencial de accin),propagndose as el impulso excitatorio. En el caso de ser inhibitorio,permite la entrada de iones cloro (Cl-) y la salida de iones sodio (Na+)

    (figura 10).Cuando el impul so llega a la par te dila tada final del axn (bo tnterminal axnico), libera sustancias qumicas que estn almacenadasdentro de vesculas protectoras, y logra cumplir as el objetivo detransmitir la informacin a la clula nerviosa vecina. Dado que la

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    Figura 9. Membrana citoplasmtica

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    amplitud del impulso es la misma, a mayor cantidad de impulsoshabr mayor liberacin de molculas de las sustancias, llamadas neu-rotransmisores.

    Los psicofrmacos con mayor afinidad se unirn al receptor conmenores concentraciones y viceversa, constituyendo ello la base delreconocimiento molecular.

    Se calcula que existen 100 billones de clulas nerviosas. Cada clu-la se contacta a travs de ms de 5000 sinapsis, recibiendo cada neu-rona informacin de aproximadamente otras 1000 neuronas. De

    acuerdo con este clculo existiran 100 trillones de sinapsis cerebrales.Los neurotransmisores estn alojados dentro de vesculas paraimpedir que sus molculas ms elementales sean degradadas por lasenzimas existentes en el botn terminal del axn. La vescula sinpticacon sus neurotransmisores qumicos debe unirse a la membrana pre-si-nptica para poder liberar dichas sustancias en el espacio intersinptico(exocitosis). Se calcula que en un botn terminal axnico existen variosmiles de vesculas, en cada una de las cuales se almacenan alrededor de

    100 mil molculas de neurotransmisores. Del espacio intersinptico, elneurotransmisor, pasa a la membrana post-sinptica, unindose adeterminados sitios proteicos especficos, llamados receptores.

    Si se colocan microelectrodos en la neurona pre y post-sinptica,se puede observar quelas descargas de cantidadse realizan a travsde los neurotransmisores en incrementos fijos de potencial (quan-tum). El quantum est almacenado en las molculas, que existen den-tro de las vesculas pre-sinpticas. En las zonas ms activas es dondese concentra la mayor cantidad de vesculas. Cada quantum produceun potencial fijo en am plitud. Se calcula que se necesitan de 2000 a5000 molculas para que el receptor sea estimulado.

    La exocitosis no es la nica manera de disipar la energa. Los gasesxido nitroso o carbnico y sustancias como las prostaglandinas pue-den atravesar libremente la capa bilipdica de la membrana.

    Las neuronas y sus sinapsis son su mamente sensibles a la falta de

    glucosa y de oxgeno, as como a cualquiersustancia txica. Por estarazn, el cerebro se halla separado de la circulacin sangunea gene-ral por la denominada barrera hematoenceflica. Esta barrera consis-te en un tejido com puesto por clulas (de la glia), fibras y una sustan-cia intercelular. Estas clulas neurales o astrocitos poseen expansio-

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    Cuadro 10. Neurotransmisin qumica inica

    nes terminales (pies perivasculares o chupadores) adheridos a lapared exter na de los vasos sanguneos cerebra les por un la do, y porel otro envuelven en forma de telaraa a las neuronas propiamentedichas (figura 11).

    En elProyecto,Freud postula que el circuito de transmisin ener-gtica tiene un objetivo. ste remite al permanente intento del siste-

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    ma neuronal de desprenderse de la excitacin que ha ingresado atravs del es tmulo. He aqu el postulado que sirve de base a sus desa-rrollos: el principio de inercia. Este principio enuncia que las neuronasprocuran aliviarse de la cantidad. Este movimiento de descarga cons-tituye la funcin primaria de los sistemas de neuronas.

    Pero este principio es quebrantado por los estmulos endgenosque, al igual que los exgenos, deben ser descargados. Por las gran-des necesidades internas, el sistema de neuronas se ve forzado aresignar la tendencia original al nivel cero.

    El hambre, la sexualidad, slo cesan a partir de una accin espec-fica. En es te ca so, la descarga abrupta sera intil. Por lo tanto, el apa-rato necesitar otros recursos para cancelar el apremio de la vida ypara defenderse de cualquier acrecentamiento de la cantidad. Fun-cin secundaria del sistema que requiere un acopio energtico parapermitir la accin.

    El principio de inercia se expresa como una corriente continua deexcitacin que circula a travs de las neuronas y busca la descarga. La

    funcin secundaria demanda almacenamiento de cantidad. Esto selogra a partir de la exis tencia de re sistencias que se oponen a la expul-sin energtica y que se ubican en los con tactos neu ronales. Freud lesatribuye el valor de barreras. Ubicadas en el espacio interneuronal, seconstituyen en obstculo a la transmisin de energa. Este obstculoimplica que un cierto monto energtico no puede transferirse a laneurona siguiente y queda como reserva (31).

    Germine (22) sostiene que mucho de lo afir mado por Freud,puede correlacionarse con el concepto de sinapsis. Por ejemplo, elincremento o decremento de la permeabilidad neuronal dependedel aumento o disminucin de la recaptacin de los neurotransmiso-res, realizada por la neurona pre-sinptica.

    La permeabilidad neuronal dependera, entonces, de la regula-cin descendente (down regulation) o de la ascendente (up regula-tion) de las vas de neurotransmisin.

    Son variados los sistemas de pantallas protectoras que utiliza elsistema neuronal para protegerse de las sobrecargas de los estmulosgenerados desde el exterior a la neurona (ya sea provenientes delmedio exterior o del interior al organismo). A saber:

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    Figura 11. Barrera hematoenceflica

    Membrana citoplasmtica con su doble capa bilipdica. Regulacin cuantitativa descendente (down regulation): consisteen que luego de repetidas excitaciones (aumento de los primerosmensajeros), al atravesar la membrana plasmtica los primerosmensajeros activan a segundos mensajeros que envan seales al

    ADN celular para que produzca menor cantidad de receptorespost-sinpticos, anulando as la capacidad de respuesta.

    Regulacin cuantitativa ascendente (up-regulation): si se produce

    un efecto inverso al anterior y la neurona deja de ser estimulada(efecto denervatorio), los mensajeros qumicos informan al ADNcelular de la membrana post-sinptica, para que aumente la afini-dad y el nmero de receptores, facilitando as el pasaje de la infor-macin.

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    Regulacin cualitativa: es una propiedad de los receptores quelogran cambiar su sensibilidad como respuesta a una alta concen-tracin de neurotransmisores.

    Por intermedio de laprotena G. Esta protena permite un exhaus-tivo reconocimiento del neurotransmisor, antes de activarse parapermitir el pasaje a travs de la membrana celular. Por intermediode la unidad cataltica permite la entrada a la clula, previo reco-nocimiento.

    Por intermedio dereceptores intracelulares,que son estructuras

    proteicas intracelulares que slo dejan pasar la informacin a sus-tancias producidas por el propio organismo (estrgenos, prosta-glandinas, ACTH, etc.).

    Por intermedio de neuromoduladores, que son transmisores,caracterizados por producirse en determinadas clulas, que pue-den liberarse de stas y ejercer efectos a distancia so bre otrasclulas. Tienen efectos indirectos sobre las sinapsis y se los conocecomo nucletidos, eucosanoides, protxido de nitrgeno, etc.

    Por intermedio de loscanales inicos de sodio, potasio, calcio: unavez lograda la apertura por intermedio de estmulos inicos, sepermite el libre pasaje, a travs de la capa lipdica de la membranaa ciertas sustancias (oxgeno, azcar, etc.) y transmiten la informa-cin sin ningn tipo de retardo.

    El cambio del metabolismo lipdico cerebral producido en la evo-

    lucin de la especie humana fue de fundamental importancia. Losprincipales segundos mensajeros de la cascada que transmiten lainformacin de la neurona pre a la post-si nptica se hace a travs delos fos folpidos y cidos grasos (que son muy estables en el cerebro).Ellos son activados por la protena G de membrana (figura 12).

    El receptor, activado por el neurotransmisor (primer mensajero),modifica la conformacin de la protena G y produce la formacin denumerosas molculas derivadas del metabolismo fosfolipdico: ade-

    nosn monofosfato cclico (AMP), diacilglicerol (DAG), inositoltrifosfa-to (IP-3), llamados segundos mensajeros,cuya consecuencia es unaintensa amplificacin de una pequea seal originada en el receptor.

    As como la enzima adenilciclasa produce la formacin del AMP ccli-co, las fosfolipasas (P1, P2) provocan la liberacin del DAG y del IP3,

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    todos ellos mensajeros intracelulares.Se conoce que la energa que existe dentro del sistema nervioso

    central debe estar siempre disponible para poder transmitir o cam-biar la informacin (neuroplasticidad).

    A partir de los alimentos, y luego de numerosos procesos de oxi-dacin y degradacin efectuados por los rganos encargados de ladigestin, las caloras terminan almacenndose en uniones de altaenerga ligadas al fsforo (adenosina-trifosfato [ATP], guanosina-monofosfato [GMP], etc.), en depsitos intracelulares (mitocondrias),

    donde estn disponibles para ser tomadas por las protenas.En el n cleo de todas las clulas del organismo humano seencuentran 46 cromosomas, que contienen el mismo cido desoxirri-bonucleico (ADN) con la informacin gentica, transmisible a travsde los padres. Cada gen es un segmento de esta larga doble hlicemolecular de ADN, formado por una largusima cadena denucleti-dos, unidos por fosfatos de alta ener ga. Lo que dis tingue a unas clu-las de otras es que cada tipo celular utiliza diferentes partes del mis-

    mo ADN. Ello se traduce en protenas especficas que originan adeterminadas funciones.

    Las clulas sexuales (vulos y espermatozoides), sufren un proce-so de divisin (meiosis), que permite reducir los cromosomas a lamitad (poseen 22 cromosomas, con un X o Y).

    Dado que el ADN no puede salir del n cleo y las protenas se sin-tetizan en el citoplasma celular, existe un proceso detranscripcinpara este pasaje, llevado a cabo por los cidos ribonucleicos mensaje-ros (ARNm)

    El proceso de transcripcin consiste en la sntesis de ARN, a partirde los moldes del ADN, y el proceso de traduccin consiste en la sn-tesis proteica a partir del ARN transcripto mensajero.

    La funcin de esta transmisin es la fabricacin (sntesis) de pro-tenas, a partir de molculas elementales de aminocidos. El ordende los nucletidos del ADN en un gen determina la secuencia de los

    aminocidos en la protena, codificada por ese gen en particular.Cambios, prdidas, errores o aadiduras en la transcripcin de losnucletidos, en un segmento del ADN, pueden cambiar la funcindel gen y transmitir esta falsa informacin a la descendencia. Esteproceso se llama mutacin.

    La energa que utilizan todas las clulas para realizar su trabajo

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    Figura 12. Respuesta neuronal - Transcripcin gentica

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    especfico es tomada delnucletido adenosina-trifosfato (ATP).Laenerga liberada (fosfato) se descarga y se convierte enadenosina-difosfato (ADP). El ATP se produce en lasmitocondrias, donde estepoder energtico se almacena en un espacio sumamente reducido.

    A travs de estos nucletidos, el ADN tiene la secuencia de la infor-macin gentica. Esta informacin esmigrada o transcriptaal ARN,dentro de un proceso conocido como transcripcin nuclear (ARNmensajero).Ello tiene como objetivo, a travs de la codificacin de losnucletidos, la sntesis de determinados aminocidos y finalmente la

    sntesis proteica(traduccin). Este proceso se realiza en una parte delcitoplasma (citosol).Existen tres clases de ARN:

    mensajero (ARNm): lleva la secuencia proteica, tomada del ADNnuclear;

    ribosmico (ARNr): une los aminocidos en secuencias determina-das para formar las protenas;

    de transferencia (ARNt): transporta y adapta la secuencia del ARNen el ribosoma.

    Estos cambios de informacin duraderos se pueden transmitir atravs del ADN/ARN al ncleo neuronal, a partir deterceros mensaje-rosproteicos muy especficos, que se ligan con energa a determina-das partes de los cidos nucleicos, como por ejem plo, el tercer men-sajeroCyclic Response Element Binding, CREB.stos a su vez se unena una parte determinada del ADN, constituyendocuartos mensajeros(figura 12).

    Lasprotenas fosforiladasalteran rpidamente su carga elctrica,porque los grupos fosfatos estn cargados muy negativamente, loque modifica la conformacin de la protena y permite que interactecon otras molculas y canales inicos. Las protenas pueden, enton-ces, usar esta energa (fosforilacin) para cambiar su propia configu-

    racin qumica, o la de otras, y poder as almacenar o cambiar la infor-macin, para luego transmitirla en forma transitoria o permanente(regulacin transinptica gentica).

    Para que un psicofrmaco acte a largo plazo debe existir unaprendizaje biolgico, el cual requiere un tiempo de latencia para quela informacin recibida por el receptor, migre a la unidad cataltica, a

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    la protena G, a los segundos y terceros mensajeros, a los protoonco-genes y de all a los procesos intranucleares.

    Los segundos mensajeros (AMPc, GMPc, Ca, IP-3, DAG) tienenimportantes interacciones entre s, ya que ellos son capaces de modi-ficar las protenas actuando sobre diferentes enzimas intracelulares.

    Las funciones ms importantes del ADN son las de conservar, rete-ner, proteger y preservar el anteproyecto celular oblue print.La infor-macin contenida en el ADN puede ser expresada por el ARN o porprotenas especializadas. La estructura del ADN es rgida, mientras

    que la del ARN no lo es; por tal motivo, este ltimo es el encar gado dela transferencia informativa.La duracin de los efectos psicofarmacolgicos a largo plazo

    depende del neuroaprendizaje, de la neuroplasticidad y de la trans-cripcin gentica celular, que haya logrado realizar la neurona. Deesta forma, la clula aprendi un nuevo mensaje, que fue introduci-do por un ligando exgeno.

    Tambin son posibles cambios neurofisiolgicos a travs de la

    modificacin de la experiencia (estrs, psicoterapia).Se pudo demos-trar que el estrs puede producir cambios permanentes que induzcanmodificaciones en los sistemas noradrenrgicos, dopaminrgicos,acetilcolinrgicos, glutamatrgicos, as como tambin en la hormonade crecimiento, el calcio, los inmunoneuropptidos y los glucocorti-coides. Este mecanismo puede degenerar el proceso normal de unaclula y afectar su tipificacin y/o funcin.

    El planteo freudiano, respecto de la energa circulante, es que elpasaje va principio de inercia es originario, mientras que la funcinsecundaria se constituye como efecto del propio proceso conductory ante la necesidad de una cierta acumulacin cuantitativa para laaccin especfica. Esto determina una diferenciacin dentro del pro-toplasma, que da lugar a la clasificacin neuronal.

    Freud distingue aquellas neuronas que se mantienen inalterablesfrente a la excitacin y, por lo tanto, estn siempre fres cas para recibir

    estmulos nuevos, de aquellas otras que son influidas duraderamentepor la cantidad. Las primeras, llamadaspasaderas(fi,),dejan pasar laexcitacin. No poseen barreras de contacto, no operan resistencia, noretienen nada y sirven a la percepcin.

    Las segundas, no-pasaderas(psi,) poseen barreras de contacto,y esto establece que la cantidad slo pueda pasar por ellas con difi-

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    cultad o parcialmente. Aquejadas de resistencia y retenedoras decantidad, portan la memoria y los procesos psquicos en general. Trascada excitacin se modifican con respecto a su estado anterior alpasaje.

    Freud intent explicar las diferencias de circulacin energtica enrelacin con la clasificacin neuronal. sta quedaba determinada poruna funcin particular y no por una estructura especfica de la neuro-na. Desde la neurobiologa molecular, si bien existe una tipificacinneuronal, no est relacionada con el carcter pasadero o impasadero

    de la neurona. La clasificacin freudiana puede interpretarse hoy enrelacin con la cualidad y velocidad de la neurotransmisin. Son losneurotransmisores o primeros mensajeros, los que facilitan o impidenla posibilidad de cambios internos determinando las modificacionesneuronales, que se producen como efecto del pasaje de ciertas sus-tancias qumicas.

    Para mantener las modificaciones de forma permanente a travsdel tiempo, es necesario que la informacin de esos primeros mensa-

    jeros se transmita a estructuras bsicas (ARN mensajero). De estamanera, el mensaje original puede fijarse en el ncleo, donde codificaal ADN gentico, y quedar en la memoria celular para poder reprodu-cir ese esquema primario.

    La moderna neurobiologa interpreta este proceso denominndo-lo neuroplasticidad.

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    1-3. NEUROPLASTICIDADLa neuroplasticidad serala capacidad delaneurona de inducircambios

    internos, que la llevaran a un proceso de neuroadaptacin y neuromo-dulacin, a tra vs del cual podra cambiar o reaprender el tipo de res-

    puestas que brindara al medio.

    La plasticidad es la capacidad de las clulas embrionarias primiti-vas para adecuarse al ambiente inmediato. En relacin con la vidaadulta, sera la capacidad de reconstruccin de tejidos o de la restau-racin de su parte perdida. Los neurotransmisores pueden inducircambios en la habilidad de aprender y adaptarse del ce rebro, fun-damentalmente, a travs de las fosforilaciones proteicas y transcrip-ciones genticas.

    La neurogeneracin, el neurodesarrollo y el neuroaprendizaje seconceban, hasta hace muy poco tiempo, concluidos con la finaliza-cin del perodo evolutivo. Se supona que la neurona se comportabacon variaciones cuantitativas, sensible a los cambios de estmulo,

    pero siempre dentro de un marco de estabilidad, sin que se produje-ran modificaciones de lo aprendido en lo que respecta a la memorianeuroqumica. Hoy se sabe que estos procesos continan operando alo largo de toda la vida. Las neuronas adquieren un nivel muy desa-rrollado de bioaprendizaje, diferenciacin y complejizacin de funcio-nes.

    El bloqueo a largo plazo producido por psicofrmacos, que anta-gonizan a ciertos receptores (por ejemplo, el bloqueo de la dopamina

    por los antipsicticos), inducira a la neuroplasticidad. Esta persisten-cia de la accin sobre el receptor llevara, en el largo plazo, a unamodificacin en la expresin gentica. La neuroplasticidad podra serrpida o de largo plazo, determinada por dos mecanismos:

    la fosforilacin de protenas, la regulacin transinptica gentica.

    Para poder efectuar estos cambios es necesario que exista unaenerga capaz de llevarlos a cabo, disponible de forma constante enel sistema nervioso central.

    Para Freud, en la poca que redact elProyecto, la energa erametablica u hormonal. Ella poda actuar a travs de sustancias qu-

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    micas sin intervencin de las estructuras centrales. Hoy se conoce quean las hormonas sexuales son excretadas por sus rganos perifricosestimulados a travs de hormonas liberadoras, que por va sangu-nea les llegan desde estructuras cerebrales centrales. Estas estructu-ras hipotlamo-hipofisarias estn ntimamente ligadas al sistemalmbico (centro emocional por excelencia) y ste, a su vez, est inter-conectado con la corteza frontal cerebral.

    Los fisilogos Bernard (1878) y Cannon (1929) establecieron elprincipio de la constancia biolgica (homeostasis). El organismo

    humano deba contar con centros especializados para que las percep-ciones, ya sean del exterior o del interior al organismo, no alterasen laestructura del soma.

    Primero, se le dio importancia al hipotlamo, minsculo rganoestrechamente relacionado con la hipfisis que puede controlar lasrespuestas endocrinas y autonmicas de manera rpida.

    Papez, en 1937, des cribi elsistema lmbico(del latnlimbus, bor-de), ubicado alrededor de la corteza cerebral ms primitiva filogen-

    ticamente, a la vez descrita por Broca en 1861. Segn l, este sistemaes una regin formada por el rea subcallosa, compuesta por el cn-gulo y el gyrus parahipocampal, subalterno a la formacin hipocam-pal, al gyrus dentado y al complejo de la amgdala. En la regin ante-rior se encuentra la porcin del crtex frontal, el ncleo septal; y porabajo y adelante, la corteza del bulbo olfatorio. La afeccin del siste-ma lmbico en seres humanos produce profundos cambios del carc-ter (figura 13).

    A estas vas crtico-lmbicas interconectadas, que trabajan demanera conjunta, se las ha responsabilizado de ser una red neuronalde las experiencias emocionales. Este minicerebro emocional dentrodel cerebro regula:

    la conducta sexual, los mecanismos de lucha y ataque,

    el aprendizaje emocional, el estado emocional, la formacin de las lgrimas, las conductas impulsivas, la oralidad.

    Sobre la base de estudios realizados en accidentes y traumatismos

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    cerebrovasculares, se postula que los cerebros seran dos, pero nti-mamente conectados. El derecho sera dominante para el procesa-miento de las emo ciones y per cepciones (vase ms ade lante el con-cepto de con ciencia originaria) y el izquierdo para el uso de la razn yel lenguaje.

    Muchos de los conceptos desarrollados por Freud en elProyectopueden ser actualmente confirmados por las neurociencias. Freudintegr los mecanismos de memoria y motivacin (emocionabilidad).Hoy, es posible comprobar que el funcionamiento de las emociones,

    del fenmeno dekindlingy de la neuroplasticidad, se vehiculizan atravs de las redes crtico-lmbicas. Se ha comprobado que las primi-tivas estructuras lmbicas son imprescindibles para la constitucin dela memoria (52). El aparato neuronal procura aliviarse de la cantidad.El sistema pasadero-fi () promueve la tendencia a la descarga direc-ta, no quedando en l ninguna alteracin como consecuencia de latransmisin energtica. Por el contrario, el pasaje de energa a travsde las neuronas impasaderas-psi () produce en ellas una modifica-

    cin. Esta alteracin neuronal se conserva, constituyendo la memoria.El sistema impasadero tiene particulares recursos, para evitar el

    incremento de excitacin. Por un lado, retiene energa que es necesa-ria para realizar la accin especfica. Por otro, logra la disminucincuantitativa a travs de la complicacin. Es decir, inviste en psi () a

    varias neu ro nas, en vez de transmitirla a una sola, con lo cual lograque la excitacin se distribuya por mayor cantidad de canales, reba-

    jando su volumen (figura 14).Por lo tanto, la alteracin neuronal (memoria) frena la circulacin

    cuantitativa, a travs de la complejizacin. Empujados por el apremiode la vida, se hace necesaria la multiplicacin de neuronas impasade-ras, ya que la cancelacin del estmulo endgeno no podra producirsea travs del sistema pasadero-fi ().

    Desde la neurobiologa, un estmulo externo o interno, ya sea pro-vocado por factores ambientales (estrs) o por sustancias qumicas,

    produce sobre la neurona unquantumde energa que se transformaen informacin. sta puede, segn su persistencia y codificacin qu-mica, alterar en forma transitoria o permanente el funcionamientocelular.

    Laneuroplasticidad(modificacin neuronal) est determinadapor la codificacin de protenas especficas, por ejemplo, el Factor de

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    Crecimiento Neuronal (NGF,Nerve Growth Factor). Estas protenaspropician la maduracin celular y la estructuracin de tramas neuro-nales mediante las cuales se canaliza la informacin mediada por losneurotransmisores.

    La recepcin de esta informacin tiene lugar en sitios especficos

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    Figura 13. Sistema lmbico

    presentes en la membrana citoplasmtica. Dicha captacin se realiza

    a travs de los diferentes receptores, que pertenecen genticamentea la misma familia: la dopaminrgica (D1, D2, etc.), la serotoninrgica(5-HT1, 5-HT2, etc.), y otras. De esta forma, la estimulacin o inhibicinde dichos receptores, permite que las seales originarias que debenpasar a travs de la neurona sean analizadas en forma precisa paradeterminar si sern amplificadas o disminuidas en intensidad.

    Para Freud, la clasificacin neuronal est determinada, tambinpor otro factor. Se trata de las cantidades con las cuales cada uno de

    estos sistemas debe enfrentarse.Las neuronas pasaderas-fi () slo se entraman con la periferia

    externa, donde las cantidades son ms elevadas. Tienen, por lo tanto,la tarea de descargar lo ms rpidamente posible esa excitacin. Peroen este sistema, la tendencia a mantener la cantidad en cero acta ya

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    a nivel de la recepcin del estmulo. Freud describe aparatos nervio-sos terminales, que tienen como funcin poner un dique a los est-mulos externos. De esta manera, se reduce la cantidad que llega a laspasaderas-fi (). El sistema impasadero-psi () recibe cantidades delas neuronas pasaderas, por un lado, y de los elementos celularessituados en el interior del cuerpo, por el otro. Freud resalta que estasltimas son de un orden de magnitud inferior. Por lo tanto, parecerainnecesario, a este nivel, una pantalla que opere como freno para lascantidades.

    La clnica demostrar que la ausencia de proteccin para los est-mulos endgenos, provocar consecuencias nefastas a nivel de laconstitucin del aparato psquico.

    Freud ubica al dolor como efecto del fracaso de estos dispositivosprotectores. El dolor implica la irrupcin de grandes cantidades hacialas impasaderas-psi (). stas se transforman en pasaderas como con-

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    Figura 14. Mecanismo de complicacin

    secuencia del importante incremento excitatorio.Estas diferentes formas de transmisin cuantitativa pueden inter-

    pretarse, en la actualidad, como fenmenos funcionales neuroqumi-cos. Con el advenimiento de la tomografa computada, que logr

    observar la estructura de los rganos en tres dimensiones, y la medi-cina nuclear, que permiti marcar molculas y seguir su metaboliza-cin a travs de la radioactividad, tambin de manera tridimensional,se comenzaron a estudiar estas manifestaciones funcionales, en indi-

    viduos sanos o enfermos, antes que se produzcan los daos orgni-

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    cos.En la actualidad, mediante las nuevas tcnicas de neuroimgenes,

    es posible evaluarcambios funcionales metablicos cerebrales,enforma pasiva o activa. Los mtodos que se pueden utilizar para estepropsito, que no son invasivos ni cruentos, son los siguientes:

    Resonancia Magntica Nuclear Espectroscpica (RMNE). Tomografa por Emisin de Fotn nico (SPECT, Single Photon

    Emission Computed Tomography).

    Tomografa por Emisin Positrnica (PET, Possitron EmissionTomography).

    LaRMNEsirve para visualizar estructuras anatmicas y funciona-les. Es un mtodo que se basa en las propiedades magnticas de to-mos (hidrgeno, sodio, fsforo, etctera, que abundan en el organis-mo) al que se le adiciona un anlisis espectroscpico de algunas sus-tancias neuroqumicas cerebrales (N-acetilasparatato, cido gamaa-

    minobutrico, etc.). Los ncleos atmicos del hidrgeno (componentedel 80% del agua del organismo) son protones que se encuentrandesordenados en los tejidos. Si a estos tomos-brjulas de todo elorganismo se los somete a un campo electromagntico, se orientanen una misma direccin con predominio norte (menor energa), poradquirir magnetizacin. En este momento se aplican pulsos de radio-frecuencia, que permiten torcer de manera forzada el vector magn-tico hasta planos transversales o longitudinales. Al suspender la radio-frecuencia, el vector-brjula total vuelve, como un resorte, a su posi-cin inicial, liberando calor y ondas de resonancia-ecos. stas soncaptadas por una bobina-computadora, que transforma los tonos enuna gama coloreada de grises. Cada tejido normal o patolgico retor-na (relaja) a su estado natural, de una determinada manera, condiferentes emisiones de seales-ecos. Las intensidades blancas sonseales hiperintensas y las negras hipointensas (la sangre circulante,

    el hueso y el aire sern negros; la sustancia blanca cerebral ser blan-ca o gris).Los neurotransmisores, presentes en determinadas estructuras

    cerebrales, son proporcionales al rea especficamente investigada.La computadora puede comparar las curvas del anlisis espectral decada una de estas sutancias, determinando si existen incrementos o

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    decrementos, con un banco de datos normales.LaSPECTsirve para determinar el flujo cerebral, ya que es co no-

    cido que la perfusin de un rgano est directamente vinculada a sufuncin. Combina el rastreo de radiaciones gamma (de una sustanciaradiactiva lipoflica, que atraviesa la barrera hematoenceflica, admi-nistrada por va intravenosa), detectadas en forma tridimensional,con la tomogra fa computada. Dado que el flujo sanguneo de la sus-tancia gris es muy superior al de la sustancia blanca, la radiactividadque se detecta es casi totalmente de origen cortical. As, por ejemplo,

    en la demencia degenerativa de Alzheimer, el hipoflujo aparece en lacorteza parietal, temporal y occipital, antes que aparezcan las lesio-nes orgnicas, caractersticas de esas zonas.

    LaPETdetecta alteraciones del metabolismo intraneuronal. Adiferen cia de la SPECT, que mide el flujo sanguneo cerebral, la marca-cin radiactiva de este tipo de molculas se incorpora al metabolismode la neurona a travs de la unin con receptores especficos (figura15).

    La marcacin radiactiva de molculas capaces de incorporarse almetabolismo de la neurona a travs de su unin a receptores (porejemplo, los dopaminrgicos) ha constituido un gran adelanto en lainvestigacin del metabolismo cerebral (figura 15).

    Las partculas positrnicas son obtenidas de manera artificial, desustancias-liberadoras de positrones, en un acelerador lineal. Las mis-mas son marcadas con sustancias radioactivas conocidas (carbono,glucosa, etc.), que penetran en el metabolismo neuronal. Inyectadasde forma intravenosa, llegan rpidamente al lugar donde son capta-das por las neuronas. Los positrones, al reaccionar con electrones sedestruyen, generndose radiaciones gamma, las cuales son captadaspor detectores de una computadora, que de manera tridimensionalforman una imagen espacial, visualizada en forma coloreada, segnlas intensidades que se captan, y que sealan as un hiper o hi pome-tabolismo, segn la regin cerebral que haya incorporado la sustan-

    cia-seal. Por ejemplo, en la esquizofrenia con sntomas negativos,aparece un hipometabolismo en la corteza frontal, y en el trastornoobsesivo-compulsivo, un hipermetabolismo en la regin rbito-fron-tal y ncleo caudado.

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    1-4. LA TRANSFORMACIN DE LA CANTIDAD EN CUALIDAD

    La ciencia tiene como objetivo la reconduccinde nuestras sensaciones (procesos cualitativos) a una cantidad externa.La arquitectura de nuestro sistema nervioso tiene dispositivos paramudar la cantidad en cualidad, con lo cualotra vez aparece triunfante la

    tendencia originaria al apartamiento de cantidad (11).

    La pulsin es definida por Freud de la siguiente manera:

    La pulsin nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anmicoy lo somtico, como un representante psquico de los estmulos queprovienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medi-da de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anmico a conse-cuencia de su trabazn con lo corporal (15).Los estmulos pulsionales plantean al sistema nervioso exigencias

    mucho ms elevadas que los estmulos externos. Lo obligan a activi-

    dades complejas y por ello se constituyen en los genuinos motoresde los progresos que han elevado al sistema nervioso (cuya