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PROYECTO DE LECTURA Y ESCRITURA EN EL AULA |LOS LIBROS, LAS PALABRAS, EL TEXTO, COMO FUENTE DE INSPIRACIN}

TrabalenguasSe te traba la lengua? Se te lengua la traba? Se te lasengua la baba?... Los trabalenguas son juegos de palabras con sonidos difciles de pronunciar juntos. Lo interesante de los trabalenguas est en poder decirlos con claridad y rapidez, aumentando la velocidad sin dejar de pronunciar ninguna de las palabras. Concepto: Juegos de palabras presentados en una frase comnmente breve, empleando fonemas similares y rimas. Si bien el objetivo del trabalenguas es dificultar la diccin en voz alta de la frase. Tambin son una til herramienta en el aprendizaje, fomentando las habilidades de lectura y diccin. Actualmente el uso de este tipo de recurso vocal es un excelente medio para la educacin en los nios y el aprendizaje y desarrollo de un buen lector. Al ser de carcter popular, adems, puede ser til en la enseanza de tradiciones y conocimientos bsicos como el nombre de los animales, oficios, objetos etc. El origen de los trabalenguas es principalmente popular y son tambin un modo de literatura. Los hay con una dificultad de pronunciacin "simple" y cortos, hasta textos de relativa longitud.

Si tu gusto gustara del gusto que gusta mi gusto, mi gusto gustara del gusto que gusta tu gusto. Pero como tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto, mi gusto no gusta del gusto que gusta tu gusto.

Pepe Pea pela papa, pica pia, pita un pito, pica pia, pela papa, Pepe Pea.

El que poco coco come, poco coco compra; el que poca capa se tapa, poca capa se compra. Como yo poco coco como, poco coco compro, y como poca capa me tapo, poca capa me compro. El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramn Ramrez se lo ha robado. Y al perro de Ramn Ramrez quin el rabo le ha robado

Podador que podas la parra: qu parra podas? podas mi parra o tu parra podas? Ni podo tu parra ni podo mi parra, que podo la parra de mi to Bartolo. Parra tena una perra. Guerra tena una parra. La perra de Parra subi a la parra de Guerra. Guerra peg con la porra a la perra de Parra. Y Parra de dijo a Guerra: -Por qu ha pegado Guerra con la porra a la perra de Parra? Y Guerra le contest: -Si la perra de Parra no hubiera subido a la parra de Guerra, Guerra no hubiese pegado con la porra a la perra de Parra

rase una vieja teca, meca, chiringorda, vieja y sorda. Si la vieja no hubiese sido teca, meca, chiringorda, vieja y sorda, tampoco sus hijos hubieran sido tecos, mecos, chiringordos, viejos y sordos. Recia la rajada rueda, rueda rugiendo rudamente rauda rauda rueda rugiendo rudamente la rajada rueda. Rueda rauda, recia rueda, rauda reciamente rueda! Rueda recia, rauda rueda, rugiente rajada rueda!

Cuentos CortosDefinicin y caractersticas Podramos definir el cuento corto como una construccin literaria narrativa distinta de la novela o el cuento, su principal caracterstica es la brevedad de su contenido Caractersticas: La brevedad, es un aspecto comn en los cuentos cortos. En general los ttulos son pertinentes y necesarios para completar el sentido que se pretende dar en el cuento corto. La temtica, es variada desde la ficcin ficcin pura, la inclusin de otros discursos (polticos, sociales, etctera), hasta el uso de la intertextualidad. El cruce de gneros, a medida que el cuento corto se hace popular, tambin la variedad de la forma va aumentando. Esto provoca la destruccin de los gneros, y el surgimiento de un gnero hbrido que con sus recursos estilsticos entremezcla narracin, ensayo, poesa, etctera. La esencia de cualquier cuento: debe existir un conflicto que le sucede a un personaje. Un poco de historia y de los escritores vinculados al tema Textos escritos u orales de corta extensin aparecen a lo largo de todos los tiempos. Fbulas, adivinanzas, parbolas, epitafios, graffitis, etctera. El cuento corto no es un fenmeno nuevo. Sienta sus bases en la Edad Media en los llamados bestiarios (compendios, recopilaciones que reunan informacin dnde se describan animales, plantas e incluso rocas). Su tenemos en cuenta que el cuento, y especialmente el cuento fantstico, es en idioma espaol un gnero eminentemente rioplatense, el cuento breve es una especializ acin de ese gnero y el cuento corto su mayor especificacin. En la dcada de los 1950, en Argentina, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges realizan la antologa Narraciones Breves y extraordinarias, donde aparecen relatos de dos pginas hasta dos lneas. En la dcada de los 1960, Jorge Luis Borges escribe nuevas narraciones de cuentos cortos en el libro El Hacedor, donde hay varios microrrelatos junto a poemas, Adolfo B Casares oy escribe Guirnalda con amores y Julio Cortzar masific el gnero con Historias de Cronopios y de Famas hacindolo famoso en Europa. En la dcada de los 1970, en Estados Unidos empieza el "boom" del cuento corto. En la dcada de los 1980, fuera del Ro de la Plata en Latinoamrica se comienza a explorar con mayor intensidad. Gabriel Garca Mrquez, en Colombia; Juan Jos Arreola, en Mxico; Marco Denevi, en Argentina y Augusto Monterroso, en Guatemala crearon las condiciones para que el cuento corto impactara con mayor fuerza. Juan Armando Epple, chileno, ha definido al cuento corto... a este tipo de composiciones: "Lo que distingue a estos textos como relatos es la existencia de una situacin narrativa nica, formulada en un espacio imaginario y en su decurso temporal, aunque algunos elementos de esta trada (accin, espacio, tiempo), estn simplemente sugeridos." Para entender el cuento corto no se necesitan referentes externos, cuestiones ajenas al texto mismo salvo aquellos de orden cultural que permiten otorgar sentido a algunas expresiones. Esta construccin literaria narrativa es por sobre todo concreta, concisa, es decir, breve y precisa y de una gran intensidad expresiva, pues es un verdadero extracto no en el sentido del resumen, sino en el sentido de "esencia", es decir, aquello que contiene lo ms importante, lo medular, lo central

FracasoLa Hoguera La pasi de l s amantes merece la muerte. l puebl estaba conmocionado, indi nado. Un simple pastor, un cuidador de ovejas, haba logrado conquistar el corazn de la mujer ms bella de todo el territorio. Ms bella y rica de todo el territorio; convengamos que lo uno sin lo otro no hubiese sido tan repugnante. Un hecho incalificable. Si l fuese rico y ella bella o s al menos la mujer no gozara de todas las condiciones y fuese rica, pero fea, o bella pero pobre, o vieja, o enferma, o algo. Pero, no. Un hecho incalificable. Las calles hablaron: el desagradable sujeto viva en un refugio pequeo cerca del monte; ella era la joven viuda que habitaba la casa referencial del pueblo, la ms imponente edificacin victoriana en kilmetros y kilmetros a la redonda. - lla debe haber quedado mal desde que su pobre esposo la dej, hace ms de diez aos- dijo una respetable dama mientras compraba en el me rcado unas uvas grandes como ciruelas. - Para m debe haber algo ms. l, un pobre pastor, y ella ... debe haber algo ms, mir que cuidar ovejas, animal ms tonto que las ovejas yo no he conocido.- replic con voz grave una seora mayor, que le sealaba las uvas al vendedor. Las calles hablaron, las tertulias se repetan en tema aunque variaban de lugar. Las calles, las esquinas, las reuniones casuales, las sobremesas. La sociedad hablaba por sus representantes ms orgullosos. lla es una mujerzuela. Seguro que slo le importa, eso. Quizs l la amenaza, quizs sabe alguna cosa y ella, tan inocente, no puede ms que someterse a sus perversidades. Hay que verlos por el bosque, dicen que ella le lee libros truculentos, poesas asquerosas. Claro, l no sabe leer. Ja, ja, ja, ja ... No es gracioso, nuestro pueblo no puede caer tan bajo; imaginen a los nios presenciar ese espectculo. Por Dios! Un pastor y una mujer perdida caminando por las calles. Y quien sabe hasta dnde puedan llegar, quizs un da los tengamos en la funcin de gala del teatro. s verdad, ella sola ir a la opera; miren si un da aparece con l. Repugnante, el diablo ha entrado al pueblo como suele hacerlo, de la mano de la belleza y la tentacin. Qu relacin ms corrupta, hay que verlos coqueteando de la mano sin hablarse, caminando el sendero que va hacia el lago. Para m que all se baan desnudos y hacen ... cosas; me entienden. Por supuesto; parecen felices en su pecado, nos dejan afuera de todo, como si nosotros, el pueblo, no existiera. Un cuerpo maravilloso, piel de seda, cintura frgil, manos suaves, ojos de encendida mirada, cabello de las ms delicadas crines azabache y una sonrisa por la que suspirara cualquier mortal. l: un cuidador de ovejas. Joven, bien parado, pero un pastor al fin. Ni familia tiene. Y el olor que debe tener l. Nada parecido a ese perfume de jazmines que ella dejaba en el ambiente cuando acuda con su esposo a las fiestas patronales. Dicen que l le habla al odo cuando los atardeceres llegan al bosque. Pobre diabla, quin sabe lo que el ignorante la cuenta. Historias de ovejas, quizs.

Seguro son historias dignas de Satn. Dicen que ella sonre como poseda por algo. Quizs sean erticas narraciones llenas de perversin para encender y prolongar tan in ernal relacin. Una prostituta y un degenerado. Una mujer perdida y un mal hombre que no hacen ms que ensuciar la historia dignsima de este humilde pueblo. Acaso vamos a dejar que ante nuestros ojos se muestren como si nuestro juicio y moral no les interesara ; como si nuestro honor uese un trapo que se puede torcer y retorcer? Vamos a permitir que nuestras piadosas y pursimas esposas se en renten a la vejacin de saber que n nuestra sociedad, basada en los pilares del trabajo, la e, la amilia, la cooperaci y la dignidad, se salpique con el azu re barroso ms indignante? Estos libertinos des achatados, pobres animales descarriados que no han aprendido a razonar sobre sus impulsos. Es inevitable reconocer al Ne asto detrs de tan oscuro amor. Que digo amor, detrs de tan oscura tentacin. Creen que puedo dormir junto a mi amada esposa mientras s que quizs, cerca de la oscuridad del lago slo iluminado por la luna, la ms hermosa mujer del pueblo, cada en desgracia, o rece su sonrisa y su cuerpo a un auno ignorante y perverso. Seguro. Debemos hacer algo como sociedad. Debemos limpiar la o ensa. Sobre todo por los nios, qu van a creer que es la vida! El sbado, cerca de la medianoche, la hoguera ilumin el rostro de los pobladores. Miraban relajados y sats echos como las i llamas se consuman ente sus ojos. Para el amanecer del Domingo no quedaba rastro de la perversa pareja. Los gritos y gemidos de aquella noche se hicieron cant de pjaros cuando el sol comenz a despuntar. La plaza estaba limpia, solo re staba quitar algunos pedazos de antorchas y algunos restos mnimos de troncos desechos. Lejos del pueblo, cerca del bosque, un montculo de tierra removida hasta donde slo llegaron los enterradores. Todo volva a la paz que los habitantes nos merecemos. Por Jos M. Pascua

Domingo.

Hoy, me levant temprano para ir al parque. Puedo a irmar que a esta hora esta casi desierto, lo s porque vivo a media cuadra. Necesito pensar un poco,despejarme... Est un poco resco, todava se siente el olor del csped hmedo, cubierto del roco nocturno. Alcostado de la vereda que trnsito, los lapachos empiezan a mostrar sus lores, claro, ya empez la temporada ... Los hay de todos colores, rosas plidos, morados intensos, amarillos y el exclusivo blanco. En sus ramas puedo ver un par de gorriones aleteando, sus gorgeos destacan en el silencio.

Llevo conmigo el celu,mi ltima esperanza, que hoy me llames. Mientras camino voy pensndote, como siempre, como cada da desde que te conoc y aceptcomo amigo...como cada da que esta amistad se trans orm en amor. Pens en recordarte un poco menos para as ganarle a la melancola... Pero en mi alma siguen estos silencios. Mis pensamientos me dicen que espere un poco ms antes de tomar una decisin, pero ya no puedo. A esta altura ya no s siquiera si exists o solo u una creacin de una adolescentecrdula y enamorada. Sin darme cuenta y sumida en mis pensamientos llegu a la uente, bue..lleg la hora entonces.. Lleg la hora mi amor de decirte adis. Lleg la hora de seguir mi camino, aunque te sigo queriendo. Este amor apasionado y triste sigue dentro de mi alma.Quizs te quise demasiado, no s. No se tampoco si este amor ue mucho o poco, pero si s con absoluta certeza que ya nunca volver aamar as. S que no podr olvidarte y que mi gran sueo est muriendo en esta despedida. Seguir pensando en vos, seguramente. Pero con o en el tiempo, que dicen es el gran sanador de todos los males. Acurrucada en el banco,descubro que las gotas de agua que trae la brisa que pasa por la uentese con unden con mis lgrimas. Fueron demasiadas lgrimas pienso. Te am en presente y en uturo, y seguir amndote por el resto de mi vida..y mientras estaavalancha de sentimientos me conmueve sigo mirando el celu... Y mi celu sigue mudo. Hora de seguir, ser lo mejor para m me digo en voz baja tratando de convencerme. Una ltima mirada a mi celu, que sigue mudo... Un suspiro amplio... y despliego mis alas y vuelo a una nueva vida,porque al in y al cabo las el as como yo, que viven en el mundo de los sentidos, camu ladas en achadas de adolescentes rebeldes, tambin deben encontar su camino.

El mito del lago Quilln An antes que el hombre se incursionara en los cielos y en los mares, an antes que existiera la maldad o el odio, un pequeo pueblo habitaba las exticas pro undidades del bosque patagnico. En l viva una joven llamada Quilln, hija del cacique del lug Con su piel triguea ar. y su per ume a rosa; era suave y delicada como los ptalos de una amapola. Su padre la haba criado bajo un estricto cuidado. Le haba enseado las verdades de la tierra y de la vida. Sobre las ciencias del universo y los terribles peligros del bosque. Sin embargo, Quilln no comprenda el miedo ni el peligro, slo ansiaba conocer qu haba ms all del ro, ms all del horizonte.

Una tarde de verano (sin caso de las precauciones de su padre) sali en bsqueda de unos rutos salvajes situados en el corazn del bosque. El viaje deba ser arduo, pero tambin justi icado, porque de los rutos se deca que eran los ms dulces de la tierra y que adems produca una sensacin extraa, como una amalg ama de xtasis y placer. Camin y camin por largas horas, guindose por el sol, tal como su padre le haba enseado. Aquella caminata ue verdaderamente placentera, se encontr con animales totalmente desconocidos, de todos colores y especies, al igual que la lora. Nunca haba visto tanta diversidad con luidas en un solo lugar, consinti a s misma la promesa de realizar prximos recorridos hacia otros lugares desconocidos. Tanto caminar perdi el sentido del tiempo y pronto comenz a oscurecer. Record entonces las advertencias de su padre en cuanto al bosque y comenz a preocuparse.

Anuncios Transitaba por la ruta que me llevara a la casa de mis padres, a los cules no vea desde haca un largo tiempo. Era la primera vez que iba por este camino y me pareci bueno, pues haba pocos autos y poda ir ligero. El nico inconveniente era que las estaciones de servicios estaban muy alejadas unas de otras, y un problema con el vehculo me signi icaran muchas horas de espera. Pareca una tarde que iba a ser soleada, sin embargo y sin previo aviso, comenz a llover y un gran viento se levant. Era tan uerte que lograba mover el auto hacia un costado; incluso hasta tena miedo de que me hiciera chocar con otro vehculo que venga del lado contrario. Tambin haca que se agiten las hojas de los rboles de tal manera que me mareaban y lograban desconcertarme. Pasaron los minutos; la lluvia se hizo ms uerte y ya no poda ver los letreros que pasaban a los costados. El manejar se me haca cada vez ms di icultoso e incluso el volante se me escapaba de las manos, como si el viento mismo cond ujera el auto hacia mi destino. El caer de las gotas de lluvia sobre el auto era tan intenso que no me dejaban escuchar ni siquiera el motor, entonces encend la radio. O en las noticias que los vientos superaban los ciento veinte kilmetros por hora y por esto, decid disminuir la velocidad. Crea que yendo ms lento no tendra ningn problema conduciendo, pero me equivoqu. De repente un golpe seco se sinti sobre el parabrisas y un alarido retumb, pero ue acallado rpidamente por la lluvia. El miedo me invadi, pues haba atropellado a alguien. Fren y detuve el motor. Me qued inmvil en el auto; me pareci que pasaron unos minutos y mir hacia el parabrisas: haba sangre, pe ninguna marca ro de un golpe... Mi mirada permaneca sobre la sangre. Pareca que la uerte lluvia no quera que me olvide de que agonizaba alguien a uera, pues no lavaba la mancha. Abr la guantera muy nervioso, tom el impermeable y me lo puse. Jams haba tardado tanto en abrir la puerta del auto... tena miedo de en rentarme a la realidad.

Ya afuera comenc a buscar a quien haba atropellado, pero ni siquiera haba rastros de que algo hubiera pasado all. stuve unos minutos recorriendo el lugar, pero no encontraba nada. Poda ser que lo que atropell se haya escapado? Regres al automvil y sorprendido, vi manchas de sangre sobre el asiento; pero rpidamente me tranquilic, pues seguramente cuando abr la puerta del auto las gotas sobre el parabrisas haban entrado. ncend el vehculo y continu con mi camino. Me autoconvenc de que no poda haber sido una persona lo que haba atropellado, pues nadie en su sano juicio estara a merced de esta tormenta infernal ni tampoco en una ruta completamente vaca. Ya me senta mejor, casi no estaba nervioso, pero no saba que esto recin comenzaba... l auto se detuvo justamente cuando un aterrador rayo se dispar desde las nubes. Haba combustible, las bateras estaban cargadas, el auto era nuevo... Cmo es que se detuvo? Tampoco haba forma de que arrancara, los intentos por hacerlo eran en vano. Me baj del auto sin impermeable, pues no me importaba, igualmente estaba todo mojado. Logr llevar el auto fuera de la ruta y luego entr nuevamente. n ese momento decid quedarme a dormir all, pues ya oscureca. Comenzaba a dormirme, pero un extrao ruido me despert. La lluvia haba parado y ya era de noche. Mir hacia el asiento trasero, pero no haba nada, entonces me qued atento, esperando otra vez ese ruido. Pasaron varios minutos y nuevamente se repitieron. staba desconcertado, me intrigaba saber de dnde provenan los ruidos y entonces decid salir del vehculo. Mir el auto desde todos los ngulos, no pareca haber nada anormal, hasta que not que del bal un hilo de sangre se desprendi. n voz alta me dije "Todava qued sangre de lo que atropell?" ra imposible, pues la colisin haba sido de frente. Vi algo que se movi dentro del auto, y no tuve dudas, alguien estaba all. Abr el bal para buscar un hacha que siempre llevaba, pero no se encontraba. Mantuve los ojos abiertos y dirigidos al coche; nuevamente vi un movimiento en el interior e instantneamente el corazn comenz a latirme fuertemente. Tom un palo del suelo para pegarle a lo que haya dentro del vehculo y sin esperar, abr la puerta trasera, pero alguien salt sobre m, tirndome al suelo. Lo pate y logr verlo. Tena el rostro horriblemente desfigurado, pero lo que ms me aterr fue que en sus manos sostena el hacha que me faltaba. Consegu desprenderme de l y corr hacia el campo desierto. Llegu al alambrado, pero la desesperacin hizo que me quedara enganchado entre sus pas. Intentaba liberarme, mientras miraba cmo el manitico se acercaba con el hacha en sus manos. Finalmente me libr, y corriendo de un lado hacia otro, esquivndolo, llegu hasta el auto. Saqu de la caja de herramientas que all tena, un martillo grande y me dirig hacia el sujeto. Me encontraba frente a frente con el manitico. l con su hacha y yo con mi martillo. stbamos solos los dos, sin nadie a nuestro alrededor. De un salto trat de llegar a m, pero le arroj el martillo sobre su cabeza y el golpe lo desplom. staba inmvil y cre que lo haba desmayado. Me acerqu lentamente. Tena una gran marca amoratada en su frente. Pareca un hombre de unos cuarenta aos y estaba desfigurado, pero no era por el choque. Salt

cuando vi que sus ojos se abrieron, pero pareca que no poda moverse demasiado. Me qued observndolo un rato, esperaba que muriera. Record que tena un recipiente con na ta en el bal y entonces ui a buscarlo, pero cuando regres, el sujeto ya no estaba tirado. Gir y miraba hacia todas partes; pareca que se haba perdido o que se lo haba tragado la tierra, hasta que al in lo vi bajo el auto, y todava sostena el hacha en su mano. Senta el agudo silbido del viento, el cual pareca que aconsejaba deshacerme del tipo. Entonces me agach y tom el hacha sin mayor resistencia, pues l ya haba muerto. Arrastr el cuerpo hacia la zanja y lo roci con na ta. Encend un s oro y se lo arroj. Me qued mirando cmo el cuerpo arda y cada parte se chamuscaba. Era tan intenso el calor, que las hojas hmedas por la lluvia igualmente se encendan. Trataba de tranquilizarme, pero saba que a esta hora de la noche cualquiera po ver este gran da uego desde lejos. El cuerpo se calcin y, con ayuda de algunas ramas, logr hundirlo en un gran charco de lodo que haba unos metros ms adelante. Regres al coche y des pus de dos intentos, encendi. Continu mi camino. Estaba totalmente agotado y llegu a una gasolinera. Llen el tanque, pues quedaban muchos kilmetros por recorrer todava. Transcurri el tiempo, ya era de maana, y llegu a un cruce, donde los agentes de Recursos Naturales estaban haciendo un control, pues en esa poca estaba prohibida la , caza de algunos animales. Como pocos venan por ese camino, estuvieron un rato largo observando el vehculo, incluso revisaron el bal y dialogaron entre ellos, mientras yo lea un catlogo que me haban entregado. Finalmente, despus de diez minutos uno de ellos me dijo: - Estuvo cazando? - No, porqulo dice? - Es que veo manchas de sangre en su vehculo. - Ahh... Sucede que en la tormenta atropell algn pequeo animal pero no le hizo dao , al auto. Pasaron segundos, el agente me mir ijamente a los ojos y yo a l. Finalmente me dijo con rialdad: - Queda usted detenido. Al sentir esas palabras el cuerpo se me hel, y slo me preguntaba para m qu suceda?. Y en unos segundos, ms palabras me destruyeron por completo: - Hallamos un cuerpo carbonizado en su bal.

La esperanza de un sueo Un pequeo gusanito caminaba un da en direccin al sol. Muy cerca del camino se encontraba un chapuln. -Haca dnde te diriges?, le pregunt.

Sin dejar de caminar, la oruga contest: -Tuve un sueo, anoche so que desde la punta de la gran montaa yo miraba todo el valle. Me gust lo que vi en mi sueo y he decidido realizarlo. Sorprendido, el chapuln dijo mientras su amigo se alejaba: -Debes estar loco!, Cmo podrs llegar hasta aquel lugar? -T, una simple oruga! Una piedra ser una montaa, un pequeo charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable. Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuch. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. De pronto se oy la voz de un escarabajo: -Haca dnde te diriges con tanto empeo? Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante: -Tuve un sueo y deseo realizarlo, subir a esa montaa y desde ah contemplar todo nuestro mundo. l escarabajo no pudo soportar la risa, solt la carcajada y luego dijo: -Ni yo, con patas tan grandes, intentara una empresa tan ambiciosa. l se qued en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continu su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centmetros. Del mismo modo, la araa, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir. No lo logrars jams! -le dijeron-, pero en su interior haba un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidi parar a descansar y construir con su ltimo esfuerzo un lugar donde pernoctar. - star mejor, fue lo ltimo que dijo, y muri. Todos los animales del valle por das fueron a mirar sus restos. Ah estaba el animal ms loco del pueblo. Haba construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ah estaba un duro refugio, digno de uno que muri por querer realizar un sueo irrealizable. Una maana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se haba convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atnitos. Aquella concha dura comenz a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no poda ser la de la oruga que crean muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenan frente a ellos: Una mariposa. No hubo nada que decir, todos saban lo que hara. Se ira volando hasta la gran montaa y realizara un sueo, el sueo por el que haba vivido, por el que haba muerto y por el que haba vuelto a vivir. Todos se haban equivocado. Dios nos ha creado para realizar un sueo, vivamos por l, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quiz necesitemo s hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos. l xito de la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstculos que has tenido que enfrentar en el camino.

MICROCUENTOLos microcuentos no son un gnero literario muy conocido, aunque s muy cultivado, como nos fue posible constatar. Es un ejercicio difcil, porque con no ms de 10 lneas hay que lograr que el lector se conmueva con la historia contada, lograr que el pequeo relato tenga consistencia e interese. A nuestro llamado a concurso se presentaron ms de 600 textos enviados a travs del correo electrnico, por escritores de habla hispana radicados en diversas partes del mundo.

Del tiempo a tres voces Antes de morir, pap me regal su reloj. Pasaron los aos, y ahora mi hijo ve la hora de su abuelo. Nelson Gomez Len El viejo asttido Ante la imposibilidad de viajar alrededor del mundo, l se con orm dndose una vuelta de carnero.

Tiempo de olvido Sal de casa pensando que era verano pero a las dos cuadras me envolvi un ro intolerable. Estaba en el sur de Chile, o en Europa, o en Alejandra? Me re ugi debajo de una cornisa que asomaba de un edi icio aoso y sopes mis alternativas: poda volver por mi impermeable, o bien correr hasta la estacin del Metro. Opt por lo segundo. Al en rentar la escalera de la estacin Santa Luca, sent una mano sobre mi hombro y una voz que me deca: Abuelo, otra vez desnudo y con este ro! Venga conmigo a casa, se lo pido por avor. Jorge Biggs

Despedida La bes. Volvi a besarla. Sigui besndola. La encerr entre sus brazos. Acarici sus hombros. Ella volaba, soaba, rea. Un instante de amor es eterno. La bes una vez ms. No poda separarse. No deseaba dividirse. Ella cruz la avenida. l la observ atento. Ella volvi la cabeza. l la salud con un gesto. Ella se perdi entre la gente. l se qued sin la gente. Ella lleg a su o icina. l dispuso el da libre. A las 20 ella regres a la esquina. l nunca regres. Ella cree que encontr la in idelidad. l cree que conoci la libertad. Josemariagatti

Allegro moderato La imaginaba etrea, esbelta, hermosamente joven, dejando correr sus dedos por las teclas en la penumbra de un cuarto oliendo a violeta o jazmn. Hur ana de madre,

quizs. Dulce y tmida, con certeza. As la describan las melodas que se iltraban todas las tardes por las rendijas de los postigos cerrados. Siempre cerrados. Y entonces, mientras el barrio se aletargaba en las horas de siesta, l, oculto tras las cortinas de su itacin, hotel sin estrellas, soaba con la ventana misteriosa abrindose rente a su hab con el cruzar de las miradas por encima de la calle dormida, con el encuentro inevitable, dentro de poco, s...En la penumbra, el viejo pianista toc el ltimo acorde, maldiciendo entre dientes contra los reumatismos, los postigos malogrados, su p ensin de miseria y el mirn del rente oculto tras las cortinas. ChristianeFlip de Vidal. Francia

Cuento nocturno A lo lejos se escucharon doce campanadas. Arriba, la luna se distraa mirando las nubecitas negras que pasaban a su lado. Abajo, entrelas lpidas, dos espectros hablaban entre s. No me vas a creer, pero tuve un sueo dijo uno de los antasmas. El otro lo mir con sus ojos muertos inundados de incredulidad. De su boca sali un suspiro. No puede ser dijo lanzando un aliento de atad apolillado. So, te lo juro. Ayer al medioda, en el panten. So. Qu soaste? So que estaba vivo, y no s por qu so eso. Sern nostalgias de mi otra vida? No, no creo dijo el otro cadver, y agreg, espantado Temo que sea una : premonicin.

Y que cumplas muchos ms! Ocurri, pues, que los dos queramos llevarle una tarta, para darle una sorpresa el da de su cumpleaos. A mi madre, su mujer. Ocurri que, sin embargo, yo estaba tieso y l igual, como de costumbre; pero l estaba decidido a entrar en aquella pasteleray coger la tarta por la cara, a coger aquella mierda llena de chantilly y salir echando hostias por la avenida. Un viejo de ms de setenta! Y ocurri, cagoenlaputa, que yo estaba justamente por all haciendo la ronda, con un mosqueo del copn, y entoncesempez toda la movida, el olln de coge aqu, suelta all que te calienta, y ocurri que no me hizo caso y que tir y que le met un balazo en la espalda a aquel desgraciao. Y mira que le dije que se estuviera quieto! Estaba para morirme... y dispar. Y pasa, entonces, que adis a la tarta para la vieja; ni por parte del viejo, que est asistiendo a su propio entierro, ni del hijo, que se carg a tres de un solo tiro. Puede ocurrir ... y ocurri.

Blas Belmonte (espaol) &LiuSaiYam (chino) Brasil

Los hermanos o Abel le haba con esado a su hermano que, n pudiendo contener sus brotes irre renables de maldad, asesinara a los pocos mortales para anular el proyecto divino de la humanidad. Can desdichado, antes de matarlo, le prometi que nadie conocera el secreto. Carolina Olmos ( Argentina)

Al otro lado de la cuadra Subi al camin como cualquier otro pasajero, nadie not que bajo su ropa esconda el arma, ni siquiera por el olor a plvora recin quemada, del otro lado de la manzana aun haba gritos al igual que el llanto de una mujer lastimando los tmpanos, el bus inici su marcha; la polica lleg diez minutos despus.

Muerte Sorprendido, mir a la siniestra y reconoci en la oscuridad a la muda brisa mort era.Ra ael A. Gonzlez Rubio

La mirada Levant su copa hasta la altura de los ojos, y mir a travs de la parte del vidrio que no contena el vino rojo. Vio de ormados, grotescamente, al resto de los comensales, que tambin le observaban serios y expectantes. Todos menos uno. Ella miraba en otra direccin y sonrea.

La sopa de piedra Versin de J.M. Gonzlez-Serna Un monje estaba haciendo la colecta por una regin en la que las gentes tenan ama de ser muy tacaas. Lleg a casa de unos campesinos, pero all no le quisieron dar nada. As que como era la hora de comer y el monje estaba bastante hambriento dijo: -Pues me voy a hacer una sopa de piedra riqusima. Ni corto ni perezoso cogi una piedra del suelo, la limpi y la mir muy bien para comprobar que era la adecuada, la piedra idnea para hacer una sopa. Los campesinos comenzaron a rerse del monje. Decan que estaba loco, que vaya chaladura ms gorda. Sin embargo, el monje les dijo: -Cmo! no me digis que no habis comido nunca una sopa de piedra? Per si es un o plato exquisito! -Eso habra que verlo, viejo loco! dijeron los campesinos. Precisamente esto ltimo es lo que esperaba or el astuto monje. Enseguida lav la piedra con mucho cuidado en la uente que haba delante de la casa y dijo: -Me podis prestar un caldero? As podr demostraros que la sopa de piedra es una comida exquisita. Los campesinos se rean del raile, pero le dieron el puchero para ver hasta dnde llegaba su chaladura. El monje llen el caldero de agua y les pregunt: -Os importara dejarme entrar en vuestra casa para poner la olla al uego? Los campesinos le invitaron a entrar y le ensearon dnde estaba la cocina. -Ay, qu lstima! dijo el raile-. Si tuviera un poco de carne de vaca la sopa estara todava ms rica. La madre de la amilia le dio un trozo de carne ante la rechi la de toda su amilia. El viejo la ech en la olla y removi el agua con la carne y la piedra. Al cabo de un ratito prob el caldo: -Est un poco sosa. Le hace alta sal. Los campesinos le dieron sal. La aadi al agua, prob otra vez la sopa y coment: -Desde luego, si tuviramos un poco de berza los ngeles se chuparan los dedos con esta sopa. El padre, burlndose del monje, le dijo que esperase un momento, que enseguidita le traa un repollo de la huerta y que para que los ngeles no protestaran por una sopa de piedra tan sosa le traera tambin una patata y un poco de apio. -Desde luego que eso mejorara mi sopa muchsimo le contest el monje. Despus de que el campesino le trajera las verduras, e viejo las lav, troce y ech l dentro del caldero en el que el agua herva ya a borbotones. -Un poquito de chorizo y tendr una sopa de piedra digna de un rey. -Pues toma ya el chorizo, mendigo loco. Lo ech dentro de la olla y dej hervir durante un rati o, al cabo del cual sac de su t zurrn un pedacillo de pan que le quedaba del desayuno, se sent en la mesa de la

cocina y se puso a comer la sopa. La amilia de campesinos le miraba, y el raile coma la carne y las verduras, rebaaba, mojaba su pan en el caldo y al inal se lo beba. No dej en la olla ni gota de sopa. Bueno. Dej la piedra. O eso crean los campesinos, porque cuando termin de comer cogi el pedrusco, lo limpi con agua, sec con un pao de la cocina y se lo guard en la bolsa. -Hermano, -le dijo la campesina- para que te guardas la piedra? -Pues por si tengo que volver a usarla otro da. Dios os guarde, amilia!

Margarita o el poder de la farmacopea No recuerdo por qu mi hijo me re-proch en cierta ocasin: -A vos todo te sale bien. El muchacho viva en casa, con su mujer y cuatro nios, el mayor de once aos, la menos, Margarita, de dos. Porque las palabras aquellas traslucan resentimiento, qued preocupado. De vez en cuando conversaba delasunto con mi nuera. Le deca: -No me negars que en todo triun o hay algo repelente. -El triun o es el resultado natural de un trabajo bien hecho -contestaba. -Siempre lleva mezclada alguna vanidad, alguna vulgaridad. -No el triun o -me interrumpa- sino el deseo de triun ar. Condenar el triun o me parece un exceso de romanticismo, conveniente sin duda para los chambones. A pesar de su inteligencia, mi nuera no lograba convencerme. En busca de cul-pas examin retrospectivamente mi vida, que ha transcurrido entre libros de qumica y en un laboratorio de productos armacuticos. Mis triun os, si los hubo, son quiz autnticos, pero no espectculares. En lo que podra llamarse mi carrera de honores, he llegado a je e de laboratorio. Tengo casa propia y un buen pasar. Es verdad que algunas rmulas mas originaron blsamos, pomadas y tinturas que exhiben los anaqueles de todas las armacias de nuestro vasto pas y que segn a irman por ah alivian a no pocos en ermos. Yo me he permitido dudar, porque la relacin entre el espec ico y la en ermedad me parece bastante misterio-sa. Sin embargo, cuando entrev la rmula de mi tnico Hierro Plus, tuve la ansiedad y la certeza del triun o y empec a botaratear jactanciosamente, a decir que en armacopea y en medicina, iganme bien, como lo atestiguan las pginas de "Caras y Caretas", la gente consuma in inidad de tnicos y reconstituyentes, hasta que un da llegaron las vitaminas y barrieron con ellos, como si ueran embelecos. El resultado est a la vista. Se desacreditaron las vitaminas, lo que ar era inevitable, y en vano recurre el mundo hoy a la armacia para mitig su debilidad y su cansancio. Cuesta creerlo, pero mi nuera se preocupaba por la inapetencia de su hija menor. En e ecto, la pobre Margarita, de pelo dorado y ojos azules, lnguida, plda, juiciosa, i

pareca una estampa del siglo XIX, la tpica nia que segn una tradicin o supersticin est destinada a reunirse muy temprano con los ngeles. Mi nunca negada habilidad de cocine-ro de remedios, acuciada por el ansia de ver restablecida a la nieta, uncion rpidamente e invent el tnico ya mencionado. Su e icacia es prodigiosa. Cuatro cucharadas diarias bastaron para trans ormar, en pocas semanas, a Margarita, que ahora reboza de buen color, ha crecido, se ha ensanchado y mani iesta una voracidad satis actoria, casi dira inquietante. Con determinacin y irmeza busca la comida y, si alguien se la niega, arremete con enojo. Hoy por la maana, a la hora del desayuno, en el comedor de diario, me esperaba un espectculo que no olvidar as noms. En el centro de la mesa estaba sentada la nia, con una medialuna en cada mano. Cre notar en sus mejillas de mueca rubia una coloracin demasiado roja. Estaba embadurnada de dulce y de sangre. Los restos de la amilia reposaban unos contra otros con las cabezas juntas, en un rincn del cuarto. Mi hijo, todava con vida, encontr uerzas para pronunciar sus ltimas palabras. -Margarita no tiene la culpa. Las dijo en ese tono de reproche que habitualmente empleaba conmigo.

EL BUITRE DE PROMETEO En el Cacaso Cuando Prometeo le dijo a la buitre que arriba a la izquierda l tena un corazn dulce, ella se qued pensativa. Luego de una eternidad pregunt tu izquierda o la ma? Rubn Pesquera Roa.

PoesasLa poesa es una de las formas y estilos literarios ms antiguos que ha desarrollado el hombre, encontrndose ya los primeros ejemplos en las culturas de la Antigedad. Una de las caractersticas de la poesa es que otorga mayor importancia a la parte esttica por sobre la estructura o el significado. Tal objetivo lo logra mediante el uso de innumerables recursos literarios que tienden a embellecer la forma de diversas maneras. Gran parte de los documentos literarios de civilizaciones antiguas que nos llegan a nosotros estn escritos en forma de poesa. Claros ejemplos de esto son l Poema de Gilgamesh (perteneciente a la civilizacin sumeria) o las famosas e impresionantes obras griegas Ilada y Odisea, la interesante Los trabajos y los das y La neida, en tre muchas otras. Todas estas obras cuentan leyendas, historias y situaciones de la vida cotidiana de cada cultura y las expresan en forma de verso, recurso altamente popular en aquellos perodos histricos. La poesa se caracteriza por imponer cierto ritmo al texto escrito. sto se comprueba a travs de los sistemas de versos que varan en cada caso pero que siempre mantienen una rtmica particular a respetar. Marcado en algunos casos ms que en otros, el ritmo potico es adems acompaado por el uso de recursos tales como metforas, comparaciones, onomatopeyas, ironas, elementos retricos y otros que buscan dar un estilo particular y nico a cada composicin. Las formas ms comunes de poesa en la tradicin occidental son los sonetos, entre los cuales los de Shakespeare destacan. Sin embargo, la poesa puede tambin presentarse en otras formas tales como sestinas, rondeaus (poemas tradicionales franceses), el jintishi (tpico poema chino), el haiku (caracterstico poema japons) o las odas, poemas tpicos de la tradicin griega antigua. Finalmente, podemos agregar que la poesa puede aparecer de manera separada como arte, as como tambin integrada a otras representaciones tales como la danza, el teatro, la narrativa potica, y la lrica, entre otras. l poema es una de las composiciones literarias ms comunes junto con la novela y el drama. Oficialmente, el trmino poema haca en la Antigedad referencia a cualq uier tipo de composicin literaria, aunque luego, ante el surgimiento de otras opciones, su nombre qued relegado a las obras escritas en verso. Normalmente, los poemas han quedado relacionados mucho ms que las dems formas literarias con la expresin del sentir ms profundo y honesto del autor. l poema, como representacin concreta del estilo potico, tiene la caracterstica de estar escrito en verso. sto significa que debe contar con cierto ritmo y equilibrio, aunque en trminos de cantidad de palabras o slabas ese ritmo no sea siempre observable. Sin embargo, es una caracterstica comn que los versos sean de corta duracin, con un importante uso de diversos recursos literarios que no tienen otro objetivo ms que embellecer el mensaje y el significado de lo que se est diciendo. n un poema, la afluencia de emociones, sentimientos y sensaciones del que escribe est siempre presente, y esto es as desde la Antigedad hasta la actualidad en la cual los poemas parecen haber perdido los elementos caractersticos de la poesa pero que an buscan expresar diferentes sensaciones y experiencias. Normalmente, temas como la muerte, el amor, la desesperanza, el engao, la felicidad, el honor, la fidelidad, anhelos de diverso tipo, sueos, temores y otros temas son los que normalmente se encuentran en los poemas de diferentes perodos histricos ya que estas son las emociones ms primarias y bsicas de todo ser humano.

Los poemas suelen estar organizados en diferentes tipos de acuerdo a la mtrica de los versos: bislabos, los que contienen dos, eneaslabos (de nueve slabas), alejandrinos (catorce slabas) y muchos otros). Normalmente, los versos ms largos como los alejandrinos no son los ms comunes ya que los poemas tienen la capacidad de expresar las ideas de manera breve y sinttica.

PLENILUNIO de Jos Coronel Urtecho Una gallina en un arado puso un huevo colorado puso 1 puso 2 puso 3 puso 4 puso 5 puso 6 puso 7 puso 8 puso 9 puso 10 puso puaff! La luna

n la masmdula. Furiosamente Furiosamente gira sobre un reflejo cae en lnea recta afilada blancura asciende ya sangriento el pico sal dispersa apenas lnea al caer recta tu mirada sobre esta pgina disuelta.

Madrugada Rpidas manos fras retiran una a una las vendas de la sombra abro los ojos todava

estoy vivo en el centro de una herida todava fresca.

Juventud l salto de la ola ms blanca cada hora cadahora ms verde cada da ms joven la muerte.

Ni ili o Nada de nada: es todo. As te quiero, nada. Del todo!... Para nada E rpulo Me parece que vivo, que estoy entre los ruidos, que miro las paredes, que estas manos son uas, pero quizs me engae y paredes y manos solo sean recuerdos de una vida pasada. He dicho me parece yo no aseguro nada.

Vti e Del mar, a la montaa, por el aire, en la tierra, de una boca a otra boca, dando vueltas, girando, entre nubes y sombras, displicente gritando, he perdido la vida, no s dnde, nicundo.

Csar Vallejos

XXXII 999 caloras. RumbbbTrrraprrrrrrachchaz Serpentnica u del bizcochero njirafada al tmpano Quin como los hielos. Pero no. Quin como lo que va ni ms ni menos. Quin como el justo medio. 1000 caloras azulea y r su gran cachaza al firmamento gringo. Baja el sol empavado y le alborota los cascos al ms fro. Remeda al cuco rooooooooeeeei Tierno autocarril, mvil de sed, Que corre hasta la playa. Aire, aire! Hielo! Si al menos el calor (_______________mejor No digo nada. Y hasta la misma pluma Con que escribo por ltimo se troncha. Treinta y tres trillones trescientos treinta Y tres caloras BABEL Dulce hogar sin estilo, fabricado de un solo golpe y de una sola pieza de cera tornasol. Y en el hogar ella daa y arregla; a veces dice: " l hospicio es bonito; aqu no ms!" Y otras veces se pone a llorar! POEMA PARA SER LEDO Y CANTADO

S que hay una persona que me busca en su mano, da y noche, encontrndome, a cada minuto, en su calzado. Ignora que la noche est enterrada con espuelas detrs de la cocina? S que hay una persona compuesta de mis partes, a la que integro cuando va mi talle cabalgando en su exacta piedrecilla. Ignora que a su cofre no volver moneda que sali con su retrato? S el da, pero el sol se me ha escapado; s el acto universal que hizo en su cama con ajeno valor y esa agua tibia, cuya superficial frecuencia es una mina. Tan pequea es, acaso, esa persona, que hasta sus propios pies as la pisan? Un gato es el lindero entre ella y yo, al lado mismo de su tasa de agua. La veo en las esquinas, se abre y cierra su veste, antes palmera interrogante... Qu podr hacer sino cambiar de llanto? Pero me busca y busca. s una historia! Escrpulo Me parece que vivo que estoy entre los ruidos que miro las paredes, que estas manos son mas, pero quizs me engae y paredes y manos slo sean recuerdos de una vida pasada. He dicho "me parece" yo no aseguro nada. Hazaa

Todo, todo, en el aire, en el agua, en la tierra desarraigado y cido, descompuesto, perdido. l agua hecha caballo antes que nube y lluvia. Los toros transformados en sumisas poleas. l engao sin malla, sin "tutu", sin pezones. La impdica mentira exhibiendo el trasero en todas las posturas, en todas las esquinas. Las polillas voraces de expediente cocido, disfrazadas de hiena, de tapir con mochila. Las techumbres que emigran en oscuras bandadas. Las ventanas que escupen dentaduras de piano, cacerolas, espejos, piernas carbonizadas. Porque mirad sin musgo, mi corazn de yesca, qu hicimos, qu hemos hecho con nuestras pobres manos, con nuestros esqueletos de invierno y de verano. Desatar el incendio. Aplaudir el desastre. Trasladar, sobre caucho, apetitos de pstula. Prostituir los crepsculos. Adorar los bulones y los secos cerebros de nuez reblandecida... Como si no existiera ms que el sudor y el asco; como si slo ansiramos nutrir con nuestra sangre

las races del odio; como si ya no fuese bastante deprimente saber que slo somos un plido excremento del amor, de la muerte. Mi lu milubidulia migolocidalove milu tan luz tan tu que me enlucielabisma ydescentratelura yvenusafrodea y me nirvana el suyo la crucis los desalmes con sus melimeleos suserpsiquisedas sus decbitos lianas y dermiferios limbos y gormullos milu miluar mi mito demonoavedea rosa mi pez hada miluvisita nimia milubsnea milu ms lar ms lampo mi pulpa lu de vrtigo de galaxias de semen de misterio milubellalusola mi total luplevida mi toda lu luma EL ALMA QUE SUFRI DE SER SU CUERPO T sufres de una glndula endocrnica, se ve, o, quiz, sufres de m, de mi sagacidad escueta, tcita. T padeces del difano antropoide, all, cerca, donde est la tiniebla tenebrosa. T das vuelta al sol, agarrndote el alma, extendiendo tus juanes corporales y ajustndote el cuello; eso se ve. T sabes lo que te duele, lo que te salta al anca, lo que baja por ti con soga al suelo.

T, pobre hombre, vives; no lo niegues, si mueres; no lo niegues, si mueres de tu edad ay! y de tu poca. Y, aunque llores, bebes, y, aunque sangres, alimentas a tu hbrido colmillo, a tu vela tristona y a tus partes. T sufres, t padeces y t vuelves a sufrir horriblemente, desgraciado mono, jovencito de Darwin, alguacil que me atisbas, atrocsimo microbio. Y t lo sabes a tal punto, que lo ignoras, soltndote a llorar. T, luego, has nacido; eso tambin se ve de lejos, infeliz y cllate, y soportas la calle que te dio la suerte y a tu ombligo interrogas: dnde? cmo? Amigo mo, ests completamente, . hasta el pelo, en el ao treinta y ocho, nicols o santiago, tal o cual, ests contigo o con tu aborto o conmigo y cautivo en tu enorme libertad, arrastrado por tu hrcules autnomo... Pero si t calculas en tus dedos hasta dos, es peor; no lo niegues, hermanito. Quen? Que s, pero que n? Pobre mono!... Dame la pata!... No. La mano, he dicho. Salud! Y sufre! ODA AL AMOR (Pablo Neruda) Amor, hagamos cuentas. A mi edad no es posible engaar o engaarnos. Fui ladrn de caminos, tal vez, no me arrepiento. Un minuto profundo, una magnolia rota por mis dientes y la luz de la luna celestina.

Muy bien, pero, el balance? La soledad mantuvo su red entretejida de fros jazmineros y entonces la que lleg a mis brazos fue la reina rosada de las islas. Amor, con una gota, aunque caiga durante toda y toda la nocturna primavera no se forma el ocano y me qued desnudo, solitario, esperando. Pero, he aqu que aquella que pas por mis brazos como una ola aquella que slo fue un sabor de fruta vespertina, de pronto parpade como estrella, ardi como paloma y la encontr en mi piel desenlazndose como la cabellera de una hoguera. Amor, desde aquel da todo fue ms sencillo. Obedec las rdenes que mi olvidado corazn me daba y apret su cintura y reclam su boca con todo el podero de mis besos, como un rey que arrebata con un ejrcito desesperado una pequea torre donde crece la azucena salvaje de su infancia. Por eso, Amor, yo creo que enmaraado y duro

puede ser tu camino, pero que vuelves de tu cacera y cuando enciendes otra vez el fuego, como el pan en la mesa, as, con sencillez, debe estar lo que amamos. Amor, eso me diste. Cuando por vez primera ella lleg a mis brazos pas como las aguas en una despeada primavera. Hoy la recojo. Son angostas mis manos pequeas las cuencas de mis ojos para que ellas reciban su tesoro, la cascada de interminable luz, el hilo de oro, el pan de su fragancia que son sencillamente, Amor, mi vida. La cancin desesperada merge tu recuerdo de la noche en que estoy. l ro anuda al mar su lamento obstinado. Abandonado como los muelles en el alba. s la hora de partir, oh abandonado! Sobre mi corazn llueven fras corolas. Oh sentina de escombros, feroz cueva de nufragos! n ti se acumularon las guerras y los vuelos. De ti alzaron las alas los pjaros del canto. Todo te lo tragaste, como la lejana. Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! ra la alegre hora del asalto y el beso. La hora del estupor que arda como un faro.

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! n la infancia de niebla mi alma alada y herida. Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! Te ceiste al dolor, te agarraste al deseo. Te tumb la tristeza, todo en ti fue naufragio! Hice retroceder la muralla de sombra, anduve ms all del deseo y del acto. Oh carne, carne ma, mujer que am y perd, a ti en esta hora hmeda, evoco y hago canto. Como un vaso albergaste la infinita ternura, y el infinito olvido te triz como a un vaso. ra la negra, negra soledad de las islas, y all, mujer de amor, me acogieron tus brazos. ra la sed y el hambre, y t fuiste la fruta. ra el duelo y las ruinas, y t fuiste el milagro. Ah mujer, no s cmo pudiste contenerme en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! Mi deseo de ti fue el ms terrible y corto, el ms revuelto y ebrio, el ms tirante y vido. Cementerio de besos, an hay fuego en tus tumbas, an los racimos arden picoteados de pjaros. Oh la boca mordida, oh los besados miembros, oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. Oh la cpula loca de esperanza y esfuerzo en que nos anudamos y nos desesperamos. Y la ternura, leve como el agua y la harina. Y la palabra apenas comenzada en los labios. se fue mi destino y en l viaj mi anhelo, y en l cay mi anhelo, todo en ti fue naufragio!

Oh, sentina de escombros, en ti todo caa, qu dolor no exprimiste, qu olas no te ahogaron! De tumbo en tumbo an llameaste y cantaste. De pie como un marino en la proa de un barco. An floreciste en cantos, an rompiste en corrientes. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. Plido buzo ciego, desventurado hondero, descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! s la hora de partir, la dura y fra hora que la noche sujeta a todo horario. l cinturn ruidoso del mar cie la costa. Surgen fras estrellas, emigran negros pjaros. Abandonado como los muelles en el alba. Slo la sombra trmula se retuerce en mis manos. Ah ms all de todo. Ah ms all de todo. s la hora de partir. Oh abandonado! A un naranjo y a un li onero Naranjo en maceta, qu triste es tu suerte! Medrosas tiritan tus hojas menguadas. Naranjo en la corte, qu pena da verte con tus naranjitas secas y arrugadas!. Pobre limonero de fruto amarillo cual pomo pulido de plida cera, qu pena mirarte, msero arbolillo criado en mezquino tonel de madera! De los claros bosques de la Andaluca, quin os trajo a esta castellana tierra que barren los vientos de la adusta sierra, hijos de los campos de la tierra ma? Gloria de los huertos, rbol limonero, que enciendes los frutos de plido oro,

y alumbras del negro cipresal austero las quietas plegarias erguidas en coro; y fresco naranjo del patio querido, del campo risueo y el huerto soado, siempre en mi recuerdo maduro o florido de frondas y aromas y frutos cargado! Puedo escribir los versos ms tristes esta noche Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. scribir, por ejemplo: "La noche est estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." l viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella tambin me quiso. n las noches como esta la tuve entre mis brazos. La bes tantas veces bajo el cielo infinito. lla me quiso, a veces yo tambin la quera. Cmo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos ms tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oir la noche inmensa, ms inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el roco. Qu importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche esta estrellada y ella no est conmigo. so es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazn la busca, y ella no est conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos rboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cunto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su odo. De otro. Ser de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. s tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como est la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque este sea el ltimo dolor que ella me causa, y estos sean los ltimos versos que yo le escribo.

CaligramasEl caligrama es un poema, frase o palabra en la cual la tipografa, caligrafa o el texto manuscrito se arregla o configura de tal manera que crea una especie de imagen visual (poesa visual). La imagen creada por las palabras expresa visualmente lo que la palabra o palabras dicen. En un poema, este manfiesta el tema presentado por el texto del poema. En la modernidad se dio con las Vanguardias de principios del siglo XX y ms concretamente con el cubismo literario y los posteriores Creacionismo y Ultrasmo; el poeta cubista francs Guillaume Apollinaire fue un famoso creador de caligramas. El poeta creacionista chileno Vicente Huidobro ya haba incluido su primer caligrama, "Tringulo armnico", en su libro Canciones en la Noche (1913). Con Apollinaire, los caligramas se ponen de moda en las primeras dcadas del siglo XX.

HIstorietaSe llama historieta o cmic a una serie de dibujos que constituye un relato, con texto o sin l,1 as como al medio de comunicacin en su conjunto.2 Partiendo de la concepcin de WillEisner de esta narrativa grfica como un arte secuencial, Scott McCloud llega a la siguiente definicin: Ilustraciones yuxtapuestas y otras imgenes en secuencia deliberada con el propsito de transmitir informacin u obtener una respuesta esttica del lector.3 Sin embargo, no todos los tericos estn de acuerdo con esta definicin, la ms popular en la actualidad, dado que permite la inclusin de la fotonovela4 y, en cambio, ignora el denominado humor grfico.5 El inters por el cmic puede tener muy variadas motivaciones, desde el inters esttico al sociolgico, de la nostalgia al oportunismo.6 Durante buena parte de su historia fue considerado incluso un subproducto cultural,7 apenas digno de otro anlisis que no fuera el sociolgico, hasta que en los aos 60 del pasado siglo se asiste a su reivindicacin artstica, de tal forma que Morris8 y luego Francis Lacassin9 han propuesto considerarlo como el noveno arte, aunque en realidad sea anterior a aquellas disciplinas a las que habitualmente se les atribuyen las condiciones de octavo (fotografa, de 1825) y sptimo (cine, de 1886). Seguramente, sean este ltimo medio y la literatura los que ms la hayan influido, pero no hay que olvidar tampoco que su particular esttica ha salido de las vietas para alcanzar a la publicidad, el diseo, la moda y, no digamos, el cine.10 Las historietas suelen realizarse sobre papel, o en forma digital (e-comic, webcmics y similares), pudiendo constituir una simple tira en la prensa, una pgina completa, una revista o un libro (lbum, novela grfica o tank bon). Han sido cultivadas en casi todos los pases y abordan multitud de gneros. Al profesional o aficionado que las guioniza, dibuja, rotula o colorea se le conoce como historietista.11 Lenguaje Para Oscar Masotta, lo que determina en primer lugar el valor de una historieta, es el grado en que permite manifestar e indagar las propiedades y caractersticas del lenguaje mismo de la historieta, revelar a la historieta como lenguaje.40 Jean Giraud afirma que El cerebro tiene que pensar y necesita el lenguaje escrito, mientras que el dibujo tiene un lenguaje subterrneo que llega a travs de los ojos. El mensaje que el dibujante enva es un mensaje secreto, en cdigo cifrado, que va del dibujante al cuerpo, a las sensaciones. Pero la conciencia, la razn tienen que ser educadas para poder descifrarlo segn una lgica que vaya ms all de la sensacin inconsciente.41 Iconografa Histricamente, los personajes tipo han sido muy importantes para el medio, ya que el lector "desea, quiere y espera que el "bueno" ponga cara de bueno, y el "malo" tenga cara de malo".42 En la historieta se figura, "con medios estticos, el movimiento real", usando tcnicas que ya practicaron los futuristas.43

Texto El texto no es necesario, pero suele estar presente, ya sea en forma de globos o bocadillos, cartelas, textos sueltos y onomatopeyas. Las palabras dichas por los personajes suelen recogerse en los globos, salvo que se presenten fuera para indicar que han subido el tono de voz. Todos los textos suelen estar escritos en maysculas y las diferencias tipogrficas, de tamao y grosor sirven para destacar una palabra o frase, y matizar intensidades de voz. Masotta establece a este respecto un esquema con 7 oposiciones: Dilogo - "Off" Lenguaje interior - lenguaje proferido. Lenguaje normal - lenguaje excepcional. Cerca - lejos Globo - Extra-globo. Lnea recta - lnea sinuosa (o en zig-zag, o estrellada, etc.) Tipografa normal - tipografa excepcional.44 Articulacin narrativa Toda historieta es una narracin grfica, es decir, desarrollada mediante una concatenacin de dibujos, y no una serie de ilustraciones cuyo mrito radique en ellas mismas, de tal forma que cada cuadro o vieta debe estar relacionado de algn modo con el siguiente y con el anterior.45 En afortunada expresin de Romn Gubern, la vieta es la representacin grfica del mnimo espacio y/o tiempo significativo. Al espacio que separa las vietas se le conoce como calle46 y al proceso por el que el lector suple ese vaco se le denomina clausura. McCloud distingue 5 tipos de transiciones entre vietas 1. Momento a momento. 2. Accin a accin. 3. Tema a tema. 4. Escena a escena. 5. Non-sequitur. Cuanto mayor sea el formato y el nmero de signos icnicos y verbales, ms tiempo y atencin deberemos prestar a una determinada vieta. La historieta usa variaciones del ngulo visual, encuadre y planos, trminos stos que ha tomado del cine, para dinamizar la narracin.