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PROPUESTA PEDAGOGICA AGUSTINIANA PARA LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI: Educación en Valores Francisco Javier Herrero, o.s.a 1 Las naciones marchan hacia el término de su grandeza, con el mismo paso con que camina la educación. Ellas vuelan, si ésta vuela; retrogradan, si retrograda; se precipitan y hunden en la oscuridad, si se corrompe, o absolutamente se abandona”. “La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”. (Simón Bolívar) 1.- INTRODUCCIÓN. Todos esperábamos con auténtica ilusión mágica el amanecer del siglo XXI. Nuevo año, siglo y milenio. ¿Quién no soñó con el comienzo de una época mejor para la humanidad?. Las utopías de la niñez y de la adolescencia agolparon nuestra mente como un rayo de luz esperanzador. ¿Sería posible una alborada diferente, donde la justicia, la fraternidad, el amor y la felicidad humana fueran por fin una realidad?. ¡Qué sueño tan hermoso!. El infantil sueño nos produjo más incertidumbre y desasosiego. Se ha agudizado la intolerancia y la incomprensión. El populismo, la política barata y los intereses particulares siguen cegando a nuestros líderes mundiales. Las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, la violencia generalizada, el egoísmo, la falta de solidaridad, la corrupción, la miseria, el hambre, el desempleo, las enfermedades, la inseguridad, el deterioro ecológico; en definitiva, el sinsentido existencial sigue carcomiendo las entrañas del hombre y destruyendo las utopías e ilusiones de la humanidad. ¿Hacia dónde van nuestras sociedades?. ¿Aún es posible soñar con un mundo más humano y más justo?. ¿Triunfará la apatía y el facilismo ante el espíritu creativo y de superación personal?. ¿Es verdad que nuestros niños y jóvenes son egoístas, inmaduros e 1 Sub director Administrativo del Colegio San Agustín El Paraíso.

Propuesta pedagógica agustiniana para la sociedad del siglo XXI: educación en valores

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  • PROPUESTA PEDAGOGICA AGUSTINIANA

    PARA LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI:

    Educacin en Valores

    Francisco Javier Herrero, o.s.a1

    Las naciones marchan hacia el trmino de su grandeza, con el mismo paso con que camina la educacin.

    Ellas vuelan, si sta vuela; retrogradan, si retrograda;

    se precipitan y hunden en la oscuridad, si se corrompe,

    o absolutamente se abandona.

    La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destruccin.

    (Simn Bolvar)

    1.- INTRODUCCIN.

    Todos esperbamos con autntica ilusin mgica el amanecer del siglo XXI.

    Nuevo ao, siglo y milenio. Quin no so con el comienzo de una poca mejor para la

    humanidad?. Las utopas de la niez y de la adolescencia agolparon nuestra mente como

    un rayo de luz esperanzador. Sera posible una alborada diferente, donde la justicia, la

    fraternidad, el amor y la felicidad humana fueran por fin una realidad?. Qu sueo tan

    hermoso!.

    El infantil sueo nos produjo ms incertidumbre y desasosiego. Se ha agudizado la

    intolerancia y la incomprensin. El populismo, la poltica barata y los intereses

    particulares siguen cegando a nuestros lderes mundiales. Las guerras, el terrorismo, el

    narcotrfico, la violencia generalizada, el egosmo, la falta de solidaridad, la corrupcin,

    la miseria, el hambre, el desempleo, las enfermedades, la inseguridad, el deterioro

    ecolgico; en definitiva, el sinsentido existencial sigue carcomiendo las entraas del

    hombre y destruyendo las utopas e ilusiones de la humanidad.

    Hacia dnde van nuestras sociedades?. An es posible soar con un mundo ms

    humano y ms justo?. Triunfar la apata y el facilismo ante el espritu creativo y de

    superacin personal?. Es verdad que nuestros nios y jvenes son egostas, inmaduros e

    1 Sub director Administrativo del Colegio San Agustn El Paraso.

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    irresponsables o por el contrario son ms autnticos y sinceros que nosotros mismos?.

    Estamos preparados los educadores para afrontar este reto histrico, o por el contrario

    vamos a continuar pasivos ante tanta insensatez y apostando a ser profetas del desastre?.

    La creciente maternidad juvenil, los numerosos casos de maternidad unida a la

    soltera femenina, la alta tasa de divorcios y la tolerancia con los nuevos ncleos

    familiares, unidas a las necesidades econmicas y personales de trabajar fuera, y a veces,

    a muchas horas de distancia del hogar, han hecho aicos esas relaciones socializadoras

    que fomentaban los principios y valores fundamentales de la realizacin humana.

    Quines son los culpables de este caos?. La familia, la escuela, los medios de

    comunicacin, todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Qu he hecho

    mal?, es una pregunta que renace una y otra vez en la cabeza de muchos padres

    angustiados. Otros tantos se declaran impotentes para educar y transfieren la

    responsabilidad a la escuela. A su vez, la escuela se declara tambin impotente y

    devuelve la responsabilidad a los padres. Y ambos, igualados en esa impotencia, acaban

    por echar la culpa a la televisin. Cuando llega su turno de excusas, las empresas de

    televisin dicen que ellas dan lo que el pblico pide, y devuelven una vez ms la pelota

    al campo de juego. 2

    La ilusin y la esperanza estn amenazadas en nuestros nios y jvenes. No por

    culpa de ellos, sino porque las instituciones fundamentales de su vida (Familia-Escuela)

    estn en profunda crisis. Muchos padres reconocen su fracaso como padres, no saben

    que hacer con sus hijos!. Los educadores, sin ser valorados profesionalmente en su justa

    medida, permanecemos en constante ansiedad, angustiados, deprimidos y estresados; la

    desmotivacin de los alumnos, los problemas de disciplina, el desinters de los padres

    por la educacin de sus hijos y su proteccionismo a ultranza (populismo familiar); los

    constantes cambios tecnolgicos, curriculares y estratgicos; el permisivismo

    generalizado y a veces hasta el amedrentamiento por parte de las instituciones

    defensoras de los derechos del nio, del joven y del adolescente, hacen que la sagrada

    profesin educadora se convierta en un calvario.

    2 MARINA, J.A., Aprender a vivir, ed. Ariel, Madrid 2004, p. 5.

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    La eliminacin prctica de apremios, controles y sanciones, para los jvenes,

    tanto en el contexto social, como en los centros educativos, ha hecho de la educacin un

    caos. La conducta problemtica de algunos alumnos pone en jaque con frecuencia el

    necesario clima educativo del grupo respectivo. Pero para muchos padres de familia, su

    hijo es intocable por cuestin de conducta. Y para los mismos sistemas educativos, la

    conducta ordenada o disoluta, responsable o libertina de los jvenes es irrelevante. Slo

    interesan sus logros acadmicos. 3

    Gran tristeza produce esa actitud tan recurrente que nos caracteriza, a los padres y

    educadores, de dejar hacer, dejar pasar, de no complicarnos la vida, para no caer en la

    impopularidad o perder el aprecio de los hijos o alumnos.

    Esta existencia banal e intranscendente reclama una reflexin profunda por parte

    de los educadores y un compromiso pedaggico como medio de transformacin social.

    Definitivamente, los educadores, no podemos permanecer indiferentes y pasivos. Los

    pilares tradicionales de la sociedad, la educacin, la familia, la cultura, la religin, la

    comunidad y la escuela, se encuentran en crisis y no brindan el apoyo suficiente a los

    nios y jvenes para creer en s mismos y desarrollar todas sus potencialidades humanas

    y espirituales.

    Ante este panorama, el educador agustiniano, inquieto y esperanzador, no puede

    permanecer indiferente y pasivo. Estoy totalmente convencido que la solucin a este

    sinsentido generalizado est en nuestras escuelas. Creo que lleg la hora de que las

    instituciones educativas asuman su reto como mbitos de amor donde los nios y

    jvenes aprendan a creer en s mismos y en un futuro ms humano, tolerante y justo;

    donde el ser humano sea protagonista y centro de su destino y no el materialismo, el

    hedonismo y el consumismo deshumanizadores en los cuales vivimos inmersos. Cmo

    lograrlo?.

    Basta, entonces, de lamentos catastrficos, y asumamos nuestro protagonismo

    educativo. Qu estoy dispuesto a hacer para transmitir ilusin, entusiasmo y esperanza

    3 GALENDE, F. O.S.A.: Desafos de la Educacin y Valores en el mundo actual, Folleto presentado a los Colegios

    San Agustn de Caracas Mayo-Junio 2006, p. 18.

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    en los nios y jvenes?. Algo podemos y debemos hacer para convertir nuestras escuelas

    en espacios donde brote la vida cada maana, se pronuncien palabras verdaderas y se

    descubran nuevos horizontes. Escenarios donde se muevan hombres y mujeres con las

    manos y el corazn siempre abiertos, maestros de odos atentos, escultores de manos

    blandas para no profanar el misterio humano. Sembradores que se alegran apenas

    verdea el campo, aunque est lejos la cosecha.4

    2.- MODELO EDUCATIVO EN EL AMANECER DEL TERCER MILENIO.

    Hoy se estn dando unos cambios de fondo en la forma de ver, investigar,

    analizar y contemplar el cosmos, es decir, nuevas cosmovisiones estn fraguando una

    nueva cultura y por consiguiente evidencian nuevas creencias, valores, actitudes y

    comportamientos frente a la vida, frente a los principios vitales de la persona: ser, estar,

    hacer y tener. La ruptura con lo tradicional, es evidente.

    La ruptura con la tradicin no slo afecta al mundo social, sino que influye y es

    influida por la transformacin de la naturaleza. La tradicin como la naturaleza, sola

    ser un contexto "externo" de vida social, algo predeterminado y en gran medida

    incontestable. El fin de la naturaleza, lo natural, coincide con el fin de la tradicin, lo

    tradicional". 5 Por otra parte, hemos de reconocer que los avances tecnolgicos nos

    permiten contemplar con ms profundidad la verdad, una verdad compleja, maravillosa

    y fascinante.

    La educacin constituye por s misma el autntico motor de toda la actividad

    humana y esta actividad configura a su vez los aspectos fundamentales de la evolucin

    de la realidad de nuestro tiempo; por ello la educacin es, en este momento, la clula

    nuclear bsica que impulsa el extraordinario y acelerado desarrollo biogentico,

    cientfico y tecnolgico, en el cual el hombre tendr que constituir la verdadera esencia

    del cosmos y su nica va posible para penetrarlo, conducirlo y administrarlo en

    beneficio de todo el universo, en un contexto de valores tico-morales, de respeto a los

    4 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 148.

    5 GIDDENS, A., Ms all de la Izquierda y la Derecha. Traduccin Mara Luisa Rodrguez Tapia, ed. Ctedra.

    Madrid 1996. p. 92.

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    derechos humanos, en un plano de igualdad, de desarrollo con equidad, de eficiencia, de

    competencia para mejorar, de complejidad y de liderazgo creciente, mediante la

    optimizacin del crecimiento humano.

    Slo desde el profundo convencimiento de que la educacin es algo ms que

    estructuras que generan "bachilleres", esto es, que administran un currculum, que

    evalan, que dan calificaciones, adems de ser estructuras humanas poseedoras de una

    cultura y de un conjunto de valores que configuran su identidad, puede abordarse en toda

    su magnitud, el cambio para el cambio que supone la incorporacin de una nueva cultura

    educativa. Por lo tanto, con una educacin en la autonoma y para la autonoma, que

    lleve a opciones libres y responsables, se puede esperar de la persona actitudes y

    comportamientos responsables en el manejo de la propia existencia, del entorno y del

    cosmos en general como exige este tercer milenio que inici.

    Las clulas nucleares de las creencias, valores, normas, actitudes y

    comportamientos, que hasta ahora han dado origen a la educacin de la persona, deben

    ser sustituidas con cambios de fondo por clulas nucleares que lleven el germen de

    potenciar y dinamizar todo el valor creativo de la persona; generando investigacin para

    innovar la tecnologa; mejorando la calidad de vida, que le haga vislumbrar, donde

    busque y encuentre dibujada su visin y misin desde la trascendencia; que desarrolle

    como persona y como sociedad la capacidad de ser capaz; de saber orientarse hacia

    donde va, o desea ir; de preguntarse el por qu y el cmo de su existencia y encarne y

    asuma la construccin de una sociedad humana; que maneje un desarrollo sostenible y

    una justicia con equidad.

    En consecuencia, es importante que la institucin educativa se esfuerce por

    introducir los cambios de fondo que hoy necesita la educacin. Es urgente y necesario

    introducir procedimientos avanzados de gestin que generen espacios donde el educando

    aprenda a defenderse de las amenazas y aprovechar al mximo las oportunidades de su

    entorno cambiante; a detectar oportunamente la direccin del viento de este tercer

    milenio, para canalizar su fuerza en su favor y no permitir que esa misma fuerza lo

    convierta en una veleta porque la actitud que se le exige hoy, es la de incorporar en su

    propia dinmica de vida los procesos desestabilizadores que le muevan el piso, y le

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    obliguen a mantenerse en la dinmica de lo expectante, del devenir y del estado de

    alerta.

    Se est asistiendo por lo tanto, al nacimiento de una nueva forma de pensar y

    hacer las cosas en el seno de la institucin educativa, familiar y social. De la misma

    manera opinamos y nos atrevemos a afirmar, que las instituciones educativas con ms

    futuro sern las que mejor desarrollen nuevas formas de influir positivamente en la vida

    de las personas, mejorando con ello su percepcin de satisfaccin vital.

    La incertidumbre, la mutabilidad y la relatividad, son rasgos que caracterizan

    nuestra poca, pero a la vez, o precisamente por ello, tambin se debe efectuar el

    esfuerzo necesario para, con responsabilidad, y siendo conscientes de que nos jugamos

    el porvenir de la humanidad, perfeccionar el presente y as preparar el futuro, porque si

    algo es sabiamente verdadero es que hoy vivimos las utopas del ayer y maana

    viviremos segn las utopas del hoy.

    Nuestro aporte quiere ser un paso en la reflexin y bsqueda de acciones

    intencionadas y orientadas a comprender y transformar la educacin en un proceso

    constructivo, para potenciar la relacin entre educacin y sociedad, y lograr cambios

    positivos en torno a una sociedad justa que logre un desarrollo con equidad y favorezca

    la convivencia y la paz; caractersticas necesarias hoy de una sociedad abierta, plural y

    democrtica.

    Nuestro horizonte, es hacer que las personas desarrollen la capacidad de aprender

    a aprender, aprender a ser y hacer, aprender a vivir como persona tico moral, aprender a

    vivir juntos y participar dinmica y activamente en las transformaciones sociales,

    alimentando su crecimiento: intelectual, espiritual y afectivo, con herramientas

    conceptuales, valorales y actitudinales; para comprender y crear relaciones positivas con

    el medio natural y cultural, con los otros y con Dios.

    Este esperanzador horizonte educativo necesita de nuevos educadores,

    ilusionados y enamorados de su compromiso docente. Ser maestro hoy, ser brindar a

    los educandos espacios de crecimiento. Ser maestro ser permitir a la persona sentir,

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    pensar, razonar, soar, crear, hacer uso de sus operaciones mentales para comprender lo

    que sucede en su vida y en su entorno.

    Con este modelo, el educando es gestor de su propia vida, con un aprendizaje

    continuo y permanente en la construccin de la personalidad y su ser integral; con la

    conviccin de ser y saberse capaz y obrar con rectitud; con la actitud de entrar en

    comunicacin, actitud que le abre posibilidades para interactuar y hacerse persona por s

    mismo y para los dems.

    El modelo tiene como punto de partida los conceptos de sociedad, persona y

    educacin pilares de los procesos escolares.

    2.1.- Concepto de sociedad.

    La sociedad se concibe como un todo orgnico en el que se produce un encuentro

    de significados individuales que se mediatizan por intereses grupales. En la sociedad

    coexisten representaciones del mundo que se constituyen en marcos orientadores de la

    accin humana.

    La educacin se encuentra inserta en la sociedad como contexto, en el cual lo

    educativo se realiza y tiene dos vertientes; una tcnica y otra humanizadora y desde all

    se orienta la accin educativa. La sociedad es el contexto donde la educacin cobra

    sentido, es mediadora de las relaciones sociales; con su mediacin las personas

    internalizan lo social, lo recrean y reconstruyen.

    Los rasgos que constituyen la inspiracin del modelo de sociedad, tiene las

    siguientes caractersticas:

    Sociedad con sentido tico. Se afianza en la tarea de hacer ms humanas a

    las personas, es decir, en el propsito de saber ser y saber hacer en un contexto

    determinado correspondiente a su dignidad.

    El ser humano, siempre sujeto y nunca objeto de la sociedad tiene por

    consiguiente el derecho a ser mirado como fin y nunca como medio, especialmente

    frente al capital y al trabajo, a la ciencia y a la tcnica; goza al mismo tiempo de una

    inviolabilidad en su conciencia y en su libertad.

  • 8

    Sentido de autonoma y participacin. La autonoma es la capacidad del ser

    humano para darse as mismo leyes universales y est ligada al ejercicio de la libertad, la

    autodeterminacin y el reconocimiento como sujeto en interaccin.

    ntimamente ligada a la autonoma est la participacin o ejercicio al derecho de

    la libre autodeterminacin por parte de las personas en aquello que les compete y afecta

    su propio destino; esto implica no solo la libre informacin y expresin sino la toma de

    decisiones.

    Sentido de democracia. La democracia es una forma de organizacin de la

    sociedad que brota de una actitud fundamental frente a la vida social, se basa en el

    reconocimiento de la autonoma de las personas, en el reconocimiento de los derechos y

    deberes que se derivan del ejercicio de su capacidad autolegisladora y en el

    reconocimiento de que la direccin de la vida comunitaria y social, debe ser el resultado

    de la igualdad de oportunidades para la participacin de todos.

    La democracia debe ser abierta a todos, con una transparencia tica. Una

    sociedad democrtica necesariamente debe fortalecer y extender el espacio de lo pblico

    y conformar un ethos democrtico, entendiendo ste como contextos y actitudes de

    solidaridad, de forma de vida, de costumbres interiorizadas por los miembros de la

    sociedad. Ethos democrtico equivale a decir individuo autnomo moral, cultural y

    social. Entendemos como ciudadano una persona que es capaz, en cooperacin con

    otros, de crear o transformar el orden social que ella misma quiere vivir, cumplir y

    proteger para la dignidad de todos.

    2.2.- Concepto de Persona.

    Se concibe a la persona como ser creado a imagen y semejanza de Dios, dotada

    de inteligencia, amor, libertad e interioridad, con capacidad: codificativa, adaptativa,

    introyectiva y proyectiva, en construccin de s misma y de los procesos sociales, abierta

    al cambio y en permanente transformacin social; un ser social fruto del desarrollo

    histrico que construye los procesos sociales en forma participativa y responsable que

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    traduce su comprensin del mundo en procesos activos y dinmicos que dan solucin a

    problemas reales.

    El presente modelo tiene una visin integradora e histrica, es la bsqueda de una

    actitud permanente que hace a la persona reflexionar crticamente y actuar

    intencionalmente sobre su presente y su futuro, iluminado por la comprensin del pasado

    como una actitud positiva y creativa. Desarrolla la capacidad de interpretar los

    fenmenos en relacin directa con el mundo. Una persona que mantenga una apertura

    mental y emocional para ver y observar lo que sucede a su alrededor y analizarlo en

    dilogo con otros, participando real y afectivamente en los hechos que afectan la vida de

    todos los das.

    Una persona que se alimente tericamente con aportes de las diferentes ciencias

    humanas reflejndose en el anlisis de la propia experiencia personal, que incorpore la

    informacin adquirida a travs de la reflexin vinculada a la experiencia, con espritu

    crtico y capacidad de construir su propia interpretacin. Esto equivale a vivir y construir

    permanentemente el mundo personal tomando a Dios, la naturaleza y la cultura, como

    recursos disponibles permanentes.

    A partir de saber, analizar, interpretar, argumentar y proponer se aprende a

    interactuar con la colectividad, empleando dilogos constructivos donde se afirmen los

    conocimientos y la propia personalidad, es una bsqueda de aprender a trabajar y

    aprender en grupo en un tejido de relaciones y significados compartidos en un dilogo

    que libere.

    "Cultura es la reunin de lo que esta separado, y me atrevo a afirmar que as

    milito por la cultura, es decir, por la comunicacin entre lo que est fragmentado y

    disperso como piezas de rompecabezas, encerrado en compartimentos hermticos,

    trabajo por una articulacin reintegrada de lo que esta desintegrado. En otras palabras

    la cultura es la policultura". 6

    6 MORIN, E. Mis demonios. Traduccin Manuel Serrat Crespo. Primera Edicin, ed. Kairos. Barcelona 1995. p. 47.

  • 10

    Si se sita la problemtica del desarrollo humano, en el mbito de la dinmica

    cultural y la interaccin de los sujetos sociales, destacando el carcter pragmtico y

    constitutivo de la cultura, se puede entender sta como una vivencia colectiva, que

    implica las formas de unos modos de vivir, de interpretar el mundo que nos rodea.

    Entendida la cultura como el mbito de las vivencias humanas, es un campo de

    significacin que busca su legitimacin en las instituciones en las que se disean los

    dispositivos de socializacin. Entendida sta como: un proceso por medio del cual el

    sujeto adquiere una identidad cultural y al mismo tiempo reacciona ante esa identidad;

    proceso por el cual el sujeto internaliza la realidad y la externaliza en sus vivencias

    cotidianas.

    La relevancia de interaccin social radica en que es un proceso en cuyo interior

    se gestan las transacciones culturales, las negociaciones e intercambios entre los

    discursos culturales implicados. Se reconoce la interaccin como el espacio para la

    vivencia donde se genera el reconocimiento fundamental de s mismo y de los otros, en

    un permanente intercambio entre la autoafirmacin y la autotransformacin que estn

    presentes en el desarrollo humano y social.

    "El individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposicin a

    la sociabilidad, y luego llega a ser miembro de una sociedad". 7

    La identidad se puede abordar como una experiencia que tiene que ver con el

    reconocimiento y la autoafirmacin de s mismo y de los otros. Reconocerse implica un

    buscarse en la intersubjetividad en la relacin con el otro, como marco de autoreferencia.

    2.3.- Concepcin de la educacin.

    Se considera un proceso abierto y creativo en construccin permanente, la

    educacin esta condicionada por los procesos sociales ms amplios a nivel econmico,

    poltico y cultural; con una funcin social de ayudar en la construccin de la sociedad y

    su transformacin; con una funcin socializadora: ayudar en la construccin de personas

    en su individualidad como sujetos participativos y autnomos.

    7 BERGER, P. y LUKMAN, T. La Construccin Social de la Realidad, ed. Amorrortu. Argentina 1978. p. 164.

  • 11

    "La educacin entendida como la suma de prcticas sociales que estimulan el

    aprendizaje, la educacin es un proceso abierto y constante que compromete a todas las

    personas los estamentos y las instituciones (...). La educacin es condicin de la cultura,

    la libertad y la dignidad humana. Porque es la clave de la democracia poltica, el

    crecimiento econmico y la equidad social". 8

    La educacin se estructura en torno a cuatro pilares fundamentales que sern los

    pilares del desarrollo cognitivo, valoral y actitudinal:

    2.3.1.- Aprender a aprender, es decir, adquirir los instrumentos de la

    comprensin, de la creatividad, de la investigacin. Significa aprehender el mundo para

    vivir con dignidad, desarrollar las capacidades profesionales y comunicarse con los

    dems. El aprender a aprender permite comprender el entorno, despierta la curiosidad

    intelectual, estimula el sentido crtico y permite descifrar la realidad, adquiriendo al

    mismo tiempo autonoma de juicio. Aprender a aprender supone aprender a conocer,

    aprender a comprender, ejercitando: el pensamiento, la atencin, la memoria, la

    creatividad y la investigacin. Es la construccin y consolidacin constante de

    competencias valuables.

    2.3-2.- Aprender a ser y hacer es el proceso fundamental que lleva a la

    persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, para poder

    influir sobre el propio entorno.

    Es dotar a la persona de un pensamiento autnomo y crtico, capaz de elaborar un

    juicio propio, capaz de determinar por s misma qu debe hacer en las diferentes

    circunstancias de la vida. "El desarrollo tiene por objeto el despliegue completo del

    hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y compromisos;

    individuo miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y productor,

    inventor de tcnicas y creador de sueos". 9

    8 GMEZ BUENDA, H. Educacin la agenda del siglo XXI. Hacia un desarrollo humano, primera edicin, ed.

    Tercer Mundo. Santaf de Bogot 1998, p. 31.

    9 POZO, J.I. y MONEREO, C. Reflexiones Pedaggicas para el siglo XXI, ed. Santillana. Madrid 1999. p. 7.

  • 12

    El desarrollo de la persona es un proceso dialctico que comienza por el

    conocimiento de s misma y se abre a las relaciones con los dems, la educacin es ante

    todo un viaje al interior de cada persona, cuyas etapas corresponden a las de la

    maduracin constante de la personalidad.

    Aprender a ser y hacer se vincula con la formacin de la personalidad y la

    formacin profesional; se requiere el dominio de las dimensiones: cognitiva, emotiva y

    psicomotora, para poder desempearse, dinmica y activamente en la vida personal y

    social, para trabajar en equipo, con capacidad de iniciativa y de asumir riesgos. Es

    formar a la persona para hacer frente a situaciones que impliquen comunicarse, trabajar

    en equipo y construir una sociedad justa.

    2.3.3.- Aprender a vivir juntos es desarrollar la comprensin del otro y

    la percepcin de las formas de independencia e interdependencia. Es aprender a realizar

    proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos respetando los valores del

    pluralismo, comprensin mutua y paz. Es aprender a reciclar el conflicto teniendo

    siempre como horizonte el bien comn. Es aprender a vivir con los dems para participar

    y cooperar en las actividades humanas

    La educacin debe permitir el descubrimiento gradual del otro que pasa por el

    conocimiento de uno mismo; slo as, podr realmente ponerse en el lugar de los dems

    y comprender sus reacciones. Es el fomento de una actitud de empata que ser fecunda

    en los comportamientos sociales a lo largo de la vida.

    2.3.4.- Aprender a vivir como persona tico moral, arte de orientar la

    accin, empeo que cada uno pone en dar sentido a su propia libertad, impregnando su

    ser y hacer desde la realidad de su fe y la rectitud en lo cotidiano.

    Aprender a vivir como persona tico moral, consiste en aprender a manejar la

    vida desde la transparencia, desde unos valores que marquen la vida personal y social

    con el sello indeleble de la verdad en el amor, de la justicia, de la equidad, de la fe; que

    da sentido a los principios epistemolgicos, que dinamiza y da fuerza a la vida, da a da,

    desde una realidad trascendente. Es manejar desde la racionalidad la libertad dndole su

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    pleno sentido. Es hacer ms amable la vida de convivencia, aceptando la diferencia, la

    pluralidad y el conflicto como algo inherente a la vida, manejndolo inteligentemente

    con el dilogo y la concertacin.

    Nuestra propuesta pedaggica necesita de un educador con personalidad

    equilibrada que sepa hacer la sntesis integradora de los procesos cognitivos, afectivos y

    psicomotores, con una autoestima positiva, porque slo as puede orientar la de sus

    educandos que desde su identidad promueva la tolerancia hacia lo diferente, la justicia,

    la paz y unas relaciones personales gratificantes. Con capacidad para resolver conflictos

    mediante el dilogo y la concertacin, que pase de ensear a estimular el aprendizaje.

    Dispuesto a aprender constantemente y hacer de la investigacin una de las herramientas

    esenciales en su vida. Abierto a los cambios cientficos y tecnolgicos que obligan a

    buscar nuevas pedagogas y metodologas y a los cambios culturales y sociales que estn

    generando una nueva forma de ver, sentir, y actuar, que obligan a tratar a la persona

    desde una libertad responsable y a reconocerle sus derechos desde una realidad

    individual y grupal.

    3.- EL GRAN DESAFIO: EDUCAR PARA LA FELICIDAD.

    La pedagoga agustiniana no termina con una propuesta curricular de saberes

    (enseanza acadmica), adems, es y debe ser una propuesta de actitudes que acompaa

    y orienta a mirar, a pensar, a amar, a decidir, a dialogar, a convivir, a esperar

    (educacin). 10

    Los conocimientos y las destrezas tcnicas no son suficientes para alcanzar la

    educacin integral o pleno desarrollo de la personalidad. El gran reto de la escuela actual

    es educar para la vida. El ser humano se juega su futuro, su felicidad, en los

    comportamientos, aprendiendo a ser y aprendiendo a convivir.

    Educar para la vida es ayudar a discernir el sentido y la finalidad de las vivencias

    cotidianas, es aprender a razonar y argumentar el por qu de las situaciones y actuar en

    10 Cf. INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 87.

  • 14

    consecuencia. La misin de los grandes maestros era orientar sobre la sabidura de la

    vida y los principios para vivir con plenitud y sentido la propia existencia.

    Los nios y jvenes de nuestras escuelas necesitan conocer y desarrollar sus

    posibilidades, destrezas y potencialidades. Necesitan cubrir todas sus necesidades fsicas

    (comer, beber, dormir), psicolgicas o afectivas (amar y ser amados), intelectuales

    (conocer la realidad y a s mismo) y trascendentes (proyeccin hacia el ms all). La

    satisfaccin de estas necesidades da sentido a la vida y capacita con la sabidura de vivir,

    es decir, les pone en el autntico camino de la felicidad.

    Este camino de proyeccin, posibilidad y libertad, esta abalado por unas prcticas

    y estrategias pedaggicas que no podemos ignorar y que hemos de tener en cuenta en

    todo momento del proceso educativo. La funcin fundamental de la educacin para el

    siglo XXI debe ser la de proporcionar a los estudiantes la reflexin, los conocimientos y

    las habilidades necesarias para crear consciente y deliberadamente una visin del

    futuro que ellos deseen. Ello requiere que los estudiantes sean capaces de aprender lo

    que ellos necesiten en el momento en que lo necesiten; es decir, es preciso que

    aprendan a aprender. 11

    Partiendo de nuestra realidad educativa y del compromiso que tenemos con los

    nuestros nios y jvenes de lograr su realizacin y felicidad, la escuela agustiniana est

    apostando por una pedagoga donde el centro del acto educativo sea el educando, en

    dilogo permanente con su entorno, motivadora de ilusiones y esperanzas, impulsadora

    de posibilidades generadoras de libertades para todos sin exclusin y en constante

    apertura y bsqueda de la trascendencia, dinamizadora y realizadora del ser humano.

    3.1.- Educacin centrada en el sujeto.

    El verdadero centro y protagonista del acto educativo es el alumno. La educacin

    ser exitosa en la medida en que despierte y motive en el educando la responsabilidad

    11 YUS RAMOS, R., Educacin Integral: Una Educacin Holstica para el siglo XXI, ed. Descle de Broouwer s.a.,

    Bilbao 2001, Vol I, p. 109-110.

  • 15

    que tiene con su existencia personal y el compromiso de ser sujeto insustituible de su

    propia formacin y de su destino.

    El joven no es objeto de adoctrinamiento, sino sujeto que ha recibido una vida a

    la que debemos acercarnos, sin prejuicios e interpretaciones, para invitarle a descubrir en

    su interior el inters y la sabidura de aprender. El es sujeto de su propia educacin,

    protagonista y responsable de su propio crecimiento personal. El autentico maestro para

    San Agustn no ilumina con su luz el alma del alumno, a la manera que alguien da luz

    a una casa, o ilumina, cuando abre sus ventanas, as el maestro, abriendo paso a la luz

    de la verdad, hace que la misma luz ilumine el alma del alumno. 12

    Cada ser humano guarda en su interior un sinfn de posibilidades que alguien

    tiene que estimular para que se conviertan en realidades. Es educador quien es capaz de

    despertar el alma del alumno. Despertar su potencial latente, abrir las ventanas de su

    curiosidad, inquietar, colaborar a que el alumno alumbre todo lo que lleva dentro como

    potencial propio ms valioso y original. 13

    La educacin es un proceso de crecimiento y desarrollo desde el interior al

    exterior; es un proceso de autoconocimiento, de autodescubrimiento, de aprender a

    responder a las preguntas esenciales que ha de afrontar el ser humano: Quin soy yo?,

    Qu llegar a ser?, Qu misin tengo que cumplir en la vida?, Cmo lograr mi

    realizacin y felicidad?.

    3.2.- Educacin dialogante y personalizada.

    La apertura al dialogo del educador con sus educandos es lo que da origen a la

    cercana respetuosa y comprensiva que en los momentos de inquietud y dificultad

    necesitan, los educandos, para buscar apoyo y solidaridad.

    El educador necesita descubrir y conocer la particularidad de cada educando, de

    tal forma que pueda acercarse para brindar respuestas a los interrogantes y desafos que

    12 SAN AGUSTN, In ps. 118,18,4.

    13 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 68.

  • 16

    la vida le va presentando. No hay recetas universales, hay personas concretas y

    situaciones particulares que necesitan orientacin y acompaamiento personal.

    El educador debe ser observador para poder identificar el ser diferente que habita

    en cada uno de sus alumnos. Este conocimiento, aunado al acercamiento sincero,

    favorecer las responsabilidades que segn las posibilidades se le puedan exigir al

    educando; conocer mejor supone ayudar ms adecuadamente. 14

    3.3.- Educacin motivadora.

    Los especialistas nos dicen que a los nios, en un primer momento, la imitacin

    de las personas mayores les sirve de motivacin intrnseca; a medida que crecen y

    desarrollan autonoma, la motivacin la genera el placer de alcanzar objetivos y retos, es

    decir, todos tenemos motivos internos que nos impulsan a actuar; la tarea del educador

    est en descubrirlos, despertarlos y activarlos.

    Al igual que los procesos de aprendizaje, la motivacin es diferente en cada

    persona, pero todos tenemos esa energa interior que nos hace crecer y realizarnos. No

    es ste precisamente el fin de la educacin?. Y nuestra labor, no es poner al alumno en

    contacto con su interior?. No es despertarle la conciencia y la voluntad?. No es

    llevarlo a la reflexin?. 15

    3.4.- Educacin liberadora.

    La Sociedad Humana, se encuentra, hoy ms que nunca, en una encrucijada: O

    decide educar hombres genuinamente libres y dueos de s mismos, o deber multiplicar

    sin lmites las fuerzas represivas, las sanciones y las prisiones, para los libertinos y

    esclavos de sus propias apetencias. 16

    14 Cf. PEREIRA, M. N. Educacin en Valores: Metodologa e innovacin educativa, ed. Trillas, 3 Edicin, Mxico

    2001, p. 57.

    15 PEREIRA, M. N. Educacin en Valores: Metodologa e innovacin educativa, ed. Trillas, 3 Edicin, Mxico 2001,

    p. 60.

    16 GALENDE, F. O.S.A.: Desafos de la Educacin y Valores en el mundo actual, Folleto presentado a los Colegios

    San Agustn de Caracas Mayo-Junio 2006, p. 15.

  • 17

    La libertad del ser humano no se logra jams con leyes libertarias, policas,

    jueces, sanciones y prisiones. La verdadera libertad: Ama y haz lo que quieras, no se

    decreta, slo es posible suscitarla con una educacin liberadora.

    A partir del dilogo (educador-educando) se puede dar una educacin liberadora.

    Potenciando al sujeto (al alumno) puede discernir su yo, asumir la direccin y la

    responsabilidad de la propia vida, convencerse de que la suerte de su vida est

    exclusivamente en sus manos. Tomando conciencia de que la realizacin personal no

    slo est en el logro de los derechos, sino en el cumplimiento de los deberes.

    El educador al ofrecer a sus alumnos apoyo, comprensin, aprecio, cordialidad y

    afecto logra el acercamiento y la credibilidad necesarios para despertar la conviccin en

    las propias posibilidades y potencialidades, motivando y contagiando al educando vida,

    entusiasmo, ilusin y esperanza, abandonando la mediocridad y abrazando las ms altas

    metas para su vida, que le lleven a la realizacin personal plena.

    Libertad significa que nada, ni nadie, me impida expresar, pensar, desarrollar

    lo mejor, ms digno y ms noble que hay en m mismo; que nadie me obligue a actuar

    contra mi conciencia; que nadie me imponga el rumbo que he de dar a mi vida,

    robndome mi propia direccin. 17

    3.5.- Educacin holstica.

    Toda propuesta educativa debe abordar al sujeto del proceso educativo

    enfatizando todas y cada una de las potencialidades humanas conocidas: intelectuales,

    emocionales, sociales, fsicas, artsticas, creativas, intuitivas, estticas y espirituales. La

    educacin es crecimiento, descubrimiento y amplitud de horizontes; es compromiso

    responsable y crtico con los contextos culturales, morales y polticos.

    El educador debe provocar en sus educandos el compromiso activo en los

    procesos de enseanza-aprendizaje, dado que aprendemos a travs de la mente, del

    cuerpo, los sentimientos, los intereses y la imaginacin.

    17

    GALENDE, F. O.S.A.: Desafos de la Educacin y Valores en el mundo actual, Folleto presentado a los Colegios San Agustn de Caracas Mayo-Junio 2006, p. 16.

  • 18

    La escuela, como organizacin, ha de comportarse como un sistema viviente, con

    estructuras flexibles, la toma de decisiones debe ser participativa, todos sus miembros

    aprenden, siendo el ambiente amigable, colaborativo y cooperativo.

    La Declaracin de Chicago -Octava Conferencia Internacional de Educadores

    Holsticos- (1990), afirma: El holismo enfatiza el desafo de crear una sociedad

    sostenible, justa y pacfica, en armona con la tierra y su vida. Implica una sensibilidad

    ecolgica, un profundo respeto hacia las culturas indgenas y modernas, as como la

    diversidad de las formas de vida en el planeta. El holismo busca ampliar la forma en

    que nos vemos a nosotros mismos y nuestra relacin con el mundo, celebrando nuestros

    potenciales humanos innatos: el intuitivo, el emotivo, el fsico, el imaginativo y el

    creativo, tanto como el racional, el lgico y el verbal. 18

    3.6.- Educacin inclusiva.

    Toda persona tiene derecho a una educacin integral, de calidad, permanente,

    en igualdad de condiciones y oportunidades, sin ms limitaciones que las derivadas de

    sus aptitudes, vocacin y aspiraciones. 19

    El cumplimiento del presente artculo de nuestra Carta Magna implica el

    compromiso sagrado de los entes gubernamentales y de los educadores de ofertar a la

    ciudadana en su totalidad, no cualquier educacin, sino una buena educacin, una

    educacin de calidad e integral, en condiciones de equidad e igualdad de oportunidades.

    La inclusin social no se decreta. Se garantiza y se alcanza con una educacin

    integral, fundamento y base capacitadora de las personas, en primer lugar para cumplir

    con sus deberes, y en definitiva para conquistar sus derechos. La educacin de calidad

    brindada a la totalidad de la ciudadana nos garantiza la oportunidad de generar valores y

    principios de responsabilidad ciudadana, respeto, tolerancia, justicia, solidaridad

    contribuyendo a fortalecer la convivencia y el pacto social.

    18 YUS RAMOS, R., Educacin Integral: Una Educacin Holstica para el siglo XXI, ed. Descle de Broouwer s.a.,

    Bilbao 2001, Vol I, p. 31. 19 Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, Artculo 103.

  • 19

    Cmo vamos a lograr esa educacin de calidad e inclusiva?. Con polticas

    sociales y econmicas eficaces y eficientes:

    Cuando en cada ciudad, en cada pueblo, aldea o barrio, las mejores

    estructuras sean las educativas, con recursos tecnolgicos y pedaggicos de

    primera lnea, con espacios agradables para la convivencia y la recreacin.

    Cuando todos nuestros nios tengan una guardera y un preescolar donde

    tempranamente diagnostiquemos sus fortalezas y debilidades.

    Cuando nuestras escuelas sean un segundo hogar para nuestros nios, donde

    puedan compartir con sus amigos hasta la adolescencia, sin tener que cambiar

    de institucin y amigos en cada etapa o grado.

    Cuando a los padres de los nios se les ofrezca la oportunidad de crecer como

    familia, brindndoles herramientas pedaggicas para educar a sus hijos.

    Cuando los profesionales de la educacin seamos tratados y valorados con

    respeto.

    Cuando nuestros nios amanezcan con la ilusin de ir a su escuela, donde

    disfrutarn, durante ocho horas, la alegra de crecer, de aprender, de vivir, de

    amar, de dar gracias a Dios.

    Esto no es una utopa, no es un sueo, realidades concretas con estas

    caractersticas existen en muchos lugares, incluso en Venezuela.

    3.7.- Educacin trascendente.

    El ser humano logra su plenitud en la medida que se proyecta ms all de los

    lmites de su propio ser, ms all de su realidad fsica, psicolgica e intelectual. El

    hombre para lograr su desarrollo y realizacin personal necesita salir de s mismo,

    necesita relacionarse con la naturaleza, vivir con otras personas y sobre todo no puede

    prescindir de Dios. Esta apertura a la trascendencia esta enraizada en lo ms profundo de

    su ser, su satisfaccin dar sentido a su vida y le pondr en el camino de la autntica

    felicidad.

    Para Mara Nieves Pereira el hombre se caracteriza por su capacidad de

    superacin, de progresar, de buscar, el hombre no es un ser acabado; est llamado a

  • 20

    crecer, a desarrollarse; algo definitivamente posedo. Es una posibilidad de ser, abierto

    a la trascendencia, y por tanto al sumo bien, al absoluto. 20

    4.- LA ALTERNATIVA AGUSTINIANA: EDUCAR EN VALORES.

    Hablar de educacin implica necesariamente hablar de valores. Ellos son la

    expresin del modelo de persona y sociedad que queremos para nuestros alumnos, ellos

    darn coherencia a nuestros programas educativos y su vivencia dar sentido a la

    existencia y mover el corazn de nuestros educandos a actuar con dignidad.

    Los valores deben ser el norte de cualquier objetivo educativo, dado que son la

    motivacin ltima de la autntica existencia humana. Por consiguiente, suscitar valores

    es el primer objetivo que hemos de buscar en la prctica educativa y el contenido

    fundamental del programa de cualquier rea de aprendizaje, si deseamos optar por una

    educacin integral.

    De los valores no se debe hablar demasiado, hay que vivenciarlos con un

    comportamiento contagioso y ejemplarizante, en el cual nuestros alumnos vean la

    autenticidad existencial y el compromiso con la realizacin plena. La claridad y

    transparencia en la determinacin de los valores fundamentales de la institucin

    educativa enriquecer el ambiente escolar en la orientacin y consistencia de la

    propuesta educativa.

    Educar es cuestin de transmitir datos y sentimientos a la vez, razn y afectos,

    inteligencia y emociones. Los educadores que incorporan su experiencia vital y sus

    afectos como vehculos del conocimiento, se hacen a s mismos transmisores de valores

    e incorporan a su enseanza la motivacin de quien quiere transmitir a los dems

    aquello por lo que vive, crece y sufre. 21

    20

    PEREIRA, M. N. Educacin en Valores: Metodologa e innovacin educativa, ed. Trillas, 3 Edicin, Mxico 2001, p. 56.

    21 BARRIENTOS, C., A.M., Educar para la amistad, Testigos en la Escuela (FAE), n. 20, Madrid 2002, p.13.

  • 21

    4.1.- Qu es educar en valores?.

    Es propiciar espacios y tiempos escolares, de participacin activa, donde se

    manifiesten con autenticidad la vivencia de los valores fundamentales en los que se cree,

    aceptados y asumidos por los miembros de la Comunidad Educativa (Docentes -

    Alumnos - Padres de Familia).

    El nio es un observador activo, ansioso de descubrir, de conocer, de crecer, de

    comunicarse, segn va desarrollndose va poniendo en orden su estructura de valores,

    los comportamientos coherentes y cargados de autenticidad de la familia, de los

    docentes, y de sus amigos y compaeros mayores, provocarn la captacin,

    interiorizacin y la vivencia posterior de los valores deseados.

    Para Mara Guadalupe Ramos la mejor forma de educar en valores es modelando

    valores, los valores son expresiones de la vida. Son lo que mueve el corazn a obrar.

    Dan sentido a la existencia y configuran la personalidad. En la educacin, como en

    cualquier acompaamiento, el verdadero educador, no es el que me dice cmo debo ser,

    ni el que me remite a que observe cmo es l y le imite, sino el que con el testimonio de

    sus valores, de su propia vida, me ensea a descubrir el universo axiolgico objetivo.

    Lo maravilloso de la creacin divina es el ser humano como persona diversa y en

    libertad, por tanto tendremos grupos sociales pluralistas, que optarn por escoger y

    jerarquizar sus valores de formas diferentes, pero todos tendrn el mismo norte, la plena

    realizacin personal que se encuentra en la alegra de vivir la autntica libertad

    generadora de satisfaccin, bienestar y felicidad.

    San Agustn, nuevamente actual como siempre, nos esta dan la respuesta a la

    crisis educativa. En sus obras nos hace una propuesta de educacin en valores. El

    hombre en su interioridad, mediante la reflexin, se conoce a s mismo, reconoce al otro

    para redimensionarse en el nosotros, descubre la Verdad que le compromete y le hace

    responsable de vivir su libertad, es decir, los educadores debemos acompaar a nuestros

    educandos en la difcil tarea de aprender a ser.

    La plenitud del ser humano se da con los dems y en la opcin y compromiso por

    los dems. Dios nos cre para vivir en comunidad. El yo no existe. El t tampoco.

  • 22

    La persona es un yo-t, un nosotros. Los nios y jvenes interiorizan los valores

    socializando con sus compaeros y amigos, observando a los mayores; compartiendo

    descubren la amistad, desarrollan la necesidad de establecer normas de convivencia,

    necesitan de la justicia y la solidaridad para que la comunidad se mantenga unida, en

    definitiva, los educadores debemos brindar, a los educandos, la oportunidad de espacios

    y tiempos para aprender a amar y compartir.

    4.2.- Valores en la escuela agustiniana:

    La enseanza de los valores no necesita de estrategias, tcnicas, tiempos o

    actividades especiales. La educacin en valores debe estar presente en todo momento del

    acto educativo, debe estar presente en la dinmica ordinaria del centro educativo.

    La educacin agustiniana en valores, se fundamenta en la atencin de la persona

    en tres dimensiones: la intelectual o cognitiva, la afectiva y la conductual.

    Dimensin intelectual: los educandos deben aprender los conocimientos

    tericos relacionados con el valor, soporte necesario para los sentimientos y las

    conductas. Definitivamente, lo prioritario no es el conocimiento sino las actitudes y los

    comportamientos asumidos por los educandos.

    Dimensin afectiva: el conocimiento de un valor debe suscitar en el educando

    una actitud positiva hacia l, debe hacerlo suyo, interiorizarlo como algo existencial. El

    valor tiene que llegar a la afectividad, a los sentimientos del educando.

    Dimensin conductual: la educacin de un valor ser exitosa cuando el

    comportamiento del educando en su mbito familiar, escolar y social, responda a las

    exigencias del mismo.

    Es bueno e importante organizar campaas o actividades concretas que fomenten

    los valores en los educandos de nuestro centro. Pero lo ms importante ser que la

    planificacin curricular est impregnada en valores y que la organizacin institucional,

    las relaciones personales, las normas de convivencia, todo el mbito escolar est

    vivenciado por la presencia de los valores fundamentales escogidos por el centro.

  • 23

    Los valores seleccionados institucionalmente sern el clima organizacional y

    relacional de la Comunidad Educativa, no son una enseanza, sino un clima. Estn

    presentes y circulan por el centro escolar, se viven como un anhelo o una necesidad, se

    respiran y poco a poco nos van modelando. 22

    4.2.1.- Educar para la Interioridad, la verdad y la libertad

    responsable para aprender a ser.

    Educar para la interioridad.-

    El silencio y la soledad nos asustan. No ser el miedo a encontrarnos con

    nosotros mismos?, no ser la angustia por no saber responder a los interrogantes?:

    quin soy?, qu estoy haciendo?, qu ser de mi vida?. Definitivamente, cuando San

    Agustn nos habla de la interioridad, nos est haciendo un llamado a la reflexin, a

    entrar dentro de nosotros mismos, a conocernos para crecer y madurar. En el interior nos

    conocemos, nos aceptamos y nos superamos. En el interior nos juzgamos, nos

    corregimos y decidimos nuestro destino.

    Deja siempre un pequeo margen para la reflexin, margen para el silencio.

    Entra dentro de ti mismo y deja atrs el ruido y la confusin. Bucea en tu intimidad y

    trata de encontrar ese dulce rincn escondido del alma, donde puedas verte libre de

    ruidos y argumentos, donde no necesitas entablar disputas sin trmino contigo mismo

    para salirte siempre con la tuya. Escucha la voz de la verdad en silencio, para que

    puedas entenderla. 23

    Santiago Insunza nos dir recreando la escuela: Desde la interioridad

    descubro que la vida es ma y que tengo que acogerla, amarla, cuidarla y realizarla

    como propia. No existe realidad ms honda y ms fascinante para el hombre que su

    propia realidad humana. Y no hay obra ms gratificante que sentirse constructor de la

    propia existencia, ser protagonista de una historia singular. Estoy delante de m mismo

    y tengo que saber quin soy y descifrar mi misterio Conocernos es el resultado de un

    22 ZURBANO, J.L., O.A.R.: Educacin y Valores: La Propuesta Agustiniana, Testigos en la Escuela (FAE) n. 16, Madrid 2002, p. 11.

    23 SAN AGUSTN, Sermn 52, 19, 22.

  • 24

    viaje por los pasillos de nuestro yo ms ntimo para escuchar el rumor de nuestros

    sentimientos, saber qu hay debajo de nuestra piel, qu guardamos en la profundidad de

    nuestro propio ser. Esta conciencia de s mismo emerge de la interioridad, de la

    experiencia personal reflexivamente observada. Por eso la interioridad me permite vivir

    la vida como una tarea de fidelidad a m mismo, de responsabilidad. 24

    Dar sentido a nuestra vida es la tarea ms importante que tenemos que realizar,

    por tanto, hemos de motivar a nuestros educandos a buscar tiempo para estar y hablar

    con ellos mismos, se conocern, crecern en autoestima y descubrirn el camino de la

    trascendencia, camino de superacin, de ilusiones, de sueos y de esperanza; camino de

    encuentro con Dios. En el interior del hombre est la verdad; es en el interior del

    hombre donde habita Dios como en su templo; es el interior del hombre donde Cristo,

    maestro interior, ensea al hombre la verdad. 25

    Educar para la interioridad es educar para el silencio, para la reflexin, para el

    encuentro con lo ms ntimo, con la propia identidad, con la propia personalidad. En la

    interioridad es posible el dilogo con uno mismo, con los dems y con Dios.

    Educar para la Verdad.-

    La vida es una bsqueda constante de la verdad, un camino lleno de interrogantes

    que hemos de resolver desde la autenticidad, la honestidad y el dilogo. Autenticidad

    para vivir nuestra propia existencia desde la ptica de convicciones firmes y

    fundamentadas, sin imitaciones, simple aceptacin o seguimiento inconsciente.

    Honestidad para reconocer con nobleza nuestras limitaciones y errores; y el dilogo

    como apertura a las diferentes perspectivas que nos hacen avanzar hacia una

    comprensin ms plena de la verdad. La verdad no es ma ni tuya, para que as pueda

    ser tuya y ma. 26 Si la verdad es el objeto de las aspiraciones de todos los hombres,

    24 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 96.

    25 SAN AGUSTN, De Magistro, 11, 38.

    26 SAN AGUSTN, Comentarios a los Salmos 103, 2, 11.

  • 25

    no puede ser coto cerrado de ninguno de ellos. La verdad es una luz, privada y pblica

    al mismo tiempo, al alcance de todo aquel que la busca. 27

    La interioridad respaldada por la sinceridad, la coherencia, la sencillez, la

    transparencia y la actitud crtica es el camino de acceso a la verdad. San Agustn

    buscando dar respuesta a su inquietud intelectual y existencial se cambia de una filosofa

    a otra, peregrinando la verdad, tratando de saciar su ansiedad de plenitud humana y su

    hambre de felicidad se encuentra con la VERDAD, se encuentra con DIOS.

    Educar para la Libertad responsable.-

    Hablar de educar para la libertad nunca fue fcil, siempre fue molesto y

    peligroso; hoy da resulta temerario, dado que nuestras sociedades democrticas se estn

    alejando cada da ms de la utopa del hombre libre. Cmo vamos ha hablar de libertad

    cuando la ciudadana construye su propia prisin con rejas, alarmas y cerraduras de

    seguridad para protegerse de sus semejantes?. Es cierto que la eliminacin de estos

    controles fsicos no nos hace libres.

    La verdadera libertad est relacionada con la superacin de todo aquello que no

    nos deja crecer, ser autnticos, ser nosotros mismos. En el marco agustiniano, el hombre

    es libre, cuando es dueo y seor de s mismo para poder servir mejor a los dems y a

    Dios.

    En consecuencia, cul es nuestra tarea como educadores?, motivar en nuestros

    educandos la reflexin y la interioridad, que les hace ser dueos de s mismos

    capacitndolos para elegir el bien y realizarlo.

    Educar para la libertad, es educar para:

    La interioridad el hombre libre, es el hombre interior, fiel a s mismo,

    habitado por la verdad, que acta desde el amor-.

    El juicio crtico no es ms libre quien tiene ms oportunidades de elegir,

    sino el que cuenta con criterios para seleccionar lo mejor-.

    27 SAN AGUSTN, De Lib. Arb. 2, 12. 33.

  • 26

    El compromiso es libre quien lleva en las manos las riendas de su vida-.

    El autodominio slo puedo hacer lo que quiero, cuando dejo de querer lo

    que no debo-.

    La superacin lo ms grave del fracaso es que se abra en nosotros la herida

    de la desesperanza. Es decir, que en vez de soar con un maana distinto,

    pensemos que ya no es posible reconstruir la propia vida-. 28

    Como educadores, en la medida que incentivamos en nuestros educandos la

    capacidad de reflexionar, logramos que entren en su interior, que se conozcan; les

    motivamos a buscar la verdad; verdades que les capacita para elegir, les abrimos las

    puertas de la libertad responsable, en definitiva, les brindamos el acceso a aprender a

    ser. La bsqueda apunta a una verdad absoluta, y el amor y la interioridad a un Dios

    que vive dentro de nosotros. Impulso originario y horizonte de atraccin: Nos hiciste,

    Seor, para ti y nuestro corazn est inquieto hasta que descanse en ti. 29

    Aprender a ser en la propuesta educativa agustiniana, es adquirir la sabidura de

    vivir, asumir responsablemente la propia historia, para enriquecerla. El concepto de

    ser, abarca aqu el desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia,

    sensibilidad, sentido esttico, responsabilidad, espiritualidad Una persona es, no slo

    si tiene vida fsica, biolgica, sino, sobre todo, si posee libertad de pensamiento, de

    imaginacin, de sentimientos. Uno es, si se siente artfice, protagonista de su vida.

    Aprender a ser supone no menospreciar ninguna de las posibilidades personales y es un

    aprendizaje que va unido a la capacidad de enamorarse del amor mismo, de la verdad y

    de la libertad. 30

    28 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 111 - 114.

    29 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 116.

    30 INSUNZA, S. M., O.S.A. Recrear la Escuela: Un proyecto humanista agustiniano, Biblioteca Bsica familiar

    Agustiniana, Iquitos Per 2006, p. 114 - 115.

  • 27

    4.2.2.- Educar para la amistad, la comunidad, la justicia y la

    solidaridad para aprender a amar y compartir.

    Educar para la amistad.-

    La experiencia de la amistad, amar y ser amado,31 de San Agustn, est

    siendo una cotidianeidad entre los nios y jvenes de nuestras escuelas, o por el

    contrario es una utopa del pasado?. La escuela realmente es un espacio donde el

    ambiente y el tiempo real nos permiten establecer relaciones de empata?. Valoramos

    en su justa medida el clima del centro; se sienten acogidos, estimados y queridos los

    educandos?.

    La pedagoga agustiniana valora las actividades y las estrategias que generan

    conocimiento y sabidura, pero ningn centro ser autnticamente agustiniano si no son

    desarrolladas en un ambiente de aceptacin, de tolerancia, de respeto, de comprensin,

    de amistad.

    Cuando un nio, se siente acogido, valorado y querido en su escuela, sta pasa a

    ser su segundo hogar. Espacio donde puede compartir, sentirse til e importante, donde

    se le valora por lo que es. Este ambiente favorece el proceso de aprendizaje integral del

    nio, le da confianza en s mismo, crece en autoestima y seguridad. Le brinda fortalezas

    para afrontar con enteraza las dificultades, el fracaso, el desengao, la frustracin, todo

    ser una oportunidad para vivir con alegra los acontecimientos personales de

    crecimiento y madurez.

    Educar para la comunidad.-

    Hoy hablamos de sociedades pluritnicas, multiculturales y multireligiosas; de

    participacin ciudadana, del valor del respeto a la diversidad, del trabajo en equipo.

    Decimos que la familia, comunidad fundamental, est en crisis; constatamos como la

    intolerancia es uno de los contravalores enquistados en los grupos humanos.

    Definitivamente, ms que nunca tiene verdadero sentido educar para la comunidad,

    educar para el respeto del bien comn.

    31

    SAN AGUSTIN, Confesiones II, 2.

  • 28

    Los centros donde la comunidad educativa practica la mutua aceptacin, la

    comunicacin y el dilogo, se convierte en ambiente propicio generador de verdaderas

    comunidades donde el respeto y la correccin fraterna alimentan la amistad y el amor,

    motores de la vida comunitaria. El camino de la madurez para nuestros educandos es el

    paso del yo al nosotros, el paso a la convivencia comunitaria.

    Para San Agustn la comunidad es como una orquesta donde la individualidad es

    importante en cuanto forma parte del grupo: En una buena orquesta hay muchos

    instrumentos diferentes. Pero todos estn cuidadosamente afinados y entonados de

    manera que la audiencia oye una sola meloda. ste ha de ser nuestro ideal: el ser una

    orquesta para el Seor. 32 Una comunidad es un grupo de individuos unidos por la

    armona y la comunin de las cosas que buscan y aman en santa compaa. 33

    Educar para la justicia y la solidaridad.-

    Los educadores y los educandos agustinianos no podemos permanecer

    indiferentes ante la situacin de injusticia e insolidaridad en que viven muchos seres

    humanos. Cmo es posible que haya nios que no satisfacen, cada da, sus necesidades

    vitales y esenciales: alimentacin, higiene, salud, vivienda y educacin?.

    La presin competitiva que genera, en nuestros educandos, individualismo y

    egosmo, choca con los esfuerzos que realizamos educando para la justicia y la

    solidaridad. Es cierto que nuestros educandos deben adquirir competencias, habilidades

    y destrezas, y desarrollar al mximo sus aptitudes, pero desde la gratuidad, si favorecen

    su realizacin personal y les capacita para ser ms til a sus semejantes. La justicia es

    el hbito del alma que, mirando a la utilidad comn, respeta la dignidad de cada uno34

    Educar para la justicia y la solidaridad es, en primer lugar, cuestionar, inquietar y

    despertar a nuestros educandos sobre la realidad social en que vivimos; y en segundo

    lugar concienciar y comprometer su vida en la transformacin de esa realidad para que

    los grupos humanos y sociedades sean cada da ms justos y solidarios.

    32 SAN AGUSTN, In ps. 105, 8.

    33 SAN AGUSTN, De Civ. Dei 19, 24.

    34 SAN AGUSTN, De Div. Quaeste. 83, 31, 1.

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    En el terreno educativo es necesario defender que nunca el fomento del odio,

    la violencia y los resentimientos sociales ser la solucin de los males del mundo; y que

    no es tampoco tolerable un egosmo inmovilista que pretenda detener la fuerza

    transformadora del Evangelio. Educar para la justicia no es ideologizar, sino, en primer

    lugar, promover el cambio de corazn y transformar la sociedad. Cambiar el corazn

    implica un cambio radical en la visin de la realidad y un modo de entender la vida a

    partir de su entraa humana, de la justicia, del amor y la sencillez. 35

    35 AGUERRI, J. M., O.A.R.: Educar para la justicia y la solidaridad, Testigos en la Escuela (FAE), n. 21, Madrid 2002, p. 5.