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Los precios de los alimentos siguen subiendo, en parte debido al alza en los costos de los combustibles. El índice correspondiente del Banco Mundial se acerca a su máximo valor de 2008. Desde junio de 2010, otros 44 millones de personas cayeron por debajo de la línea de pobreza de US$1,25 al día como resultado de esta situación. Las simulaciones demuestran que un aumento adicional del 10% en el índice podría empujar a otros 10 millones de individuos a la pobreza, mientras que un alza del 30% perjudicaría a 34 millones de personas. Los países de ingreso bajo e ingreso mediano bajo están experimentando niveles de inflación en los precios de los alimentos de 5 puntos porcentuales más altos en promedio en comparación con países de mayores ingresos. Esta edición se concentra especialmente en la región de Oriente Medio y Norte de África y muestra una inflación de dos dígitos en el costo de los alimentos en Irán, Egipto y Siria, mientras que en otras partes de la región se registran niveles más moderados. Los precios mundiales del maíz son 17% más altos en el primer trimestre de 2011 comparado con el último trimestre de 2010 debido a la creciente demanda para el uso industrial y a las bajas existencias. Varios países de África al sur del Sahara han debido enfrentar alzas de dos dígitos en el precio de este cereal durante los primeros tres meses de 2011. Una comparación de la variación de precios entre países demuestra que los aumentos abruptos y, por lo tanto, los efectos sobre la pobreza, pueden ser muy localizados. Las medidas urgentes incluyen la focalización de la asistencia social y los programas nutricionales en las zonas más pobres afectadas por el problema. Las medidas macroeconómicas deben mantenerse al tanto del grado en el cual el alza en el precio de los productos básicos está acrecentando las expectativas inflacionarias, mientras que los importadores netos de estos productos deben hacer un seguimiento a la vulnerabilidad del sector externo. Las medidas de políticas que bajarán la presión a los mercados mundiales de alimentos que enfrentan una

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situación difícil incluyen la relajación de los mandatos a los biocombustibles cuando los precios de los alimentos excedan un cierto umbral y el retiro de las restricciones a las exportaciones de cereales. Entre los ejemplos de objetivos normativos a mediano plazo destinados a mejorar la seguridad alimentaria está la inversión para aumentar el rendimiento agrícola de una manera sustentable para el medio ambiente, ganancias en eficiencia en las cadenas de oferta y mayor uso de herramientas de gestión de riesgo como productos de cobertura.

El índice de precios de los alimentos del Banco Mundial sigue cercano a su nivel máximo de 2008. En marzo de 2011, este indicador se mantuvo un 36% por sobre su nivel de un año atrás, pese a una reciente leve caída (Gráfico 1). Los alimentos básicos que registran precios considerablemente más altos que el año pasado son el maíz (74%), el trigo (69%), la soya (36%) y el azúcar (21%); es importante destacar que el precio del arroz se ha mantenido estable. Una comparación de los precios promedio durante el primer trimestre de 2011 con los últimos tres meses de 2010 (Cuadro 1) revela una carestía en un amplio espectro de productos comestibles.

Source: DECPG.

El precio mundial de los alimentos sigue volátil luego de los últimos acontecimientos en Oriente Medio y Japón. Después de los sucesos de Oriente Medio, los precios del petróleo aumentaron 21% durante los tres primeros meses de 2011. Por su parte, la tragedia que afectó a Japón el 11 de marzo contribuyó a una baja en el precio de los futuros de maíz, soya y trigo, lo cual refleja las perspectivas de una menor demanda de importaciones que, desde entonces, ha logrado repuntar (Gráfico 2).

La inestabilidad en estos precios sucede en el contexto de diversos otros factores que han hecho aumentar sus niveles durante el pasado año. Estos factores incluyen: i) fenómenos climáticos graves que afectaron a países exportadores netos de cereales como la Federación de Rusia, Kazajstán, Canadá, Australia y Argentina durante la segunda mitad de 2010; ii) aumento generalizado en los precios de los productos agrícolas en 2010, lo que promovió la competencia por la tierra y otros insumos; y iii) nexo entre el alza del petróleo y los biocombustibles (ver más abajo). Estos factores sucedieron en medio de un contexto a mediano plazo de: i) crecimiento de la demanda de alimentos por sobre el aumento del producto en los últimos 10 años (Gráfico 3); ii) consiguiente agotamiento de las existencias de cereales hasta llegar a los niveles más bajos registrados; iii) impacto del cambio climático en la variabilidad del clima y los rendimientos; iv) mayor uso de restricciones a las exportaciones de cereales desde la agudización del precio de los alimentos de 2008, y v) mayor proporción de exportaciones de cereales provenientes del Mar Negro y América Latina, donde el rendimiento es más variable que en el caso de los exportadores tradicionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La carestía de los alimentos está relacionada con el aumento en los precios de la energía. Los precios del crudo subieron en 10,3% en marzo y están 36% por sobre su nivel del año pasado. Estas alzas tienen un efecto sobre los precios de los alimentos —un aumento del 10% en el precio del petróleo se asocia con alzas del 2,7%1 en el índice de precios de los alimentos— a través de múltiples canales (Gráfico 4). En primer lugar, cuando suben los precios del crudo se promueve el uso de productos alimenticios como maíz, aceite comestible y azúcar en la producción de biocombustibles. En una evaluación llevada a cabo en abril de 2011, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) revela que el uso de maíz para producir biocombustibles en Estados Unidos ha aumentado de 31% de la producción total de este insumo en 2008-09, a una cifra estimada de 40% en 2010-11. La proyección para 2010-11 realizada en abril es levemente superior —otros 50 millones de fanegas— que la pronosticada para marzo, debido a poderosos incentivos para operar con mezclas y márgenes más altos, según el USDA.2 Un segundo canal a través del cual se generan impactos es que el alza en el precio de la energía se refleja en los costos de la producción de alimentos a través del aumento de los precios de los fertilizantes, el riego y otros insumos agrícolas. Los efectos de estas alzas varían considerablemente dependiendo del tipo de cultivo y del nivel de mecanización. Un tercer canal implica el aumento en los costos del transporte de los cultivos a los mercados de destino, lo que genera mayores variaciones de precios al interior de los países y costos más altos para las naciones importadoras. Por ejemplo, los precios del maíz en Guatemala occidental subieron mucho más que en el resto del país debido al mayor costo del transporte. Del mismo modo, la aguda carestía de los productos relacionados con el trigo en Tayikistán, Azerbaiyán y la República Kirguisa

en el último año reflejan, en parte, los costos más altos del transporte desde Kazajstán.

Source: DECPG. The price changes are for average prices of the reported commodities over the relevant quarters.

For example, the first column reports the change in average prices in the January–March period in 2011 compared to

average prices in January–March of 2010.

La inflación de los precios de los alimentos ha aumentado en el último año en muchos países. El Gráfico 5a muestra la variabilidad en las tasas inflacionarias del precio de los alimentos en algunos países de Asia oriental durante los últimos dos años. En febrero de 2011, la inflación en este ámbito en Viet Nam, Indonesia y China llegó a 17%, 15% y 11%, respectivamente, y a cifras de un dígito en Filipinas, Tailandia y Malasia. La carestía de las verduras debido a las malas condiciones climáticas y a las restricciones en la oferta han contribuido a la inflación de los alimentos en China, así como también el alza de la carne, lo que a su vez se debe al aumento en los costos del forraje. En Viet Nam, la devaluación del 18% sufrida por la moneda frente al dólar estadounidense desde noviembre de 2009 aumentó los costos de los alimentos y del forraje importado. En los países de América Central, la inflación en los alimentos se ha incrementando a un ritmo regular en el último año (Gráfico 5b). Por su parte, en la mayoría de los países de la región de Europa y Asia central dicha inflación fue superior en 2010 y la República Kirguisa y Georgia experimentan niveles por sobre el 20% (Gráfico 5c).

Se debe hacer un seguimiento a los impactos macroeconómicos de esta carestía. La forma más adecuada de aplicar una política monetaria dependerá del grado en el cual las alzas en el precio de los productos básicos acrecentan las

expectativas inflacionarias y la envergadura del crecimiento económico. En Asia oriental, una más alta inflación sucede en el contexto de un crecimiento del crédito mayor al promedio en la mayoría de los países, lo que ha contribuido a presiones inflacionarias generalizadas. Dada esta situación, la restricción monetaria puede ser una alternativa de políticas factible dada las señales de sobrecalentamiento de la economía.3 Por su parte, varias naciones de Europa oriental y Asia central se están recuperando paulatinamente de la crisis financiera y cualquier contracción monetaria deberá tomar en cuenta la situación del sector financiero y el crecimiento.4 En el frente externo, los importadores netos de alimentos, combustibles y otros productos básicos son los más vulnerables, especialmente aquellos con grandes déficits en cuenta corriente y/o baja cobertura de reservas.

Los países de ingreso bajo e ingreso mediano bajo han experimentado mayores tasas inflacionarias de los alimentos, especialmente luego de aumentos bruscos en los costos de los productos básicos. Los datos provenientes de 46 países correspondientes a 2007–2010 indican que las naciones de ingreso bajo e ingreso mediano bajo han sufrido niveles más altos de inflación en los precios de los alimentos en comparación con los países de ingreso mediano alto y alto, particularmente en casos de alzas abruptas de los valores internacionales. La brecha en la inflación promedio entre los dos conjuntos de países fue de alrededor de 5 puntos porcentuales en 2008 y 2010 (Gráfico 6). Una explicación para lo anterior es que los canales de comercialización de los alimentos en los países más pobres no tienen capacidad de absorber grandes fluctuaciones de precios, mientras que los mayoristas más grandes de los países ricos tienen mayores márgenes en parte debido al hecho de que los precios de los alimentos básicos constituyen una pequeña proporción del precio de los comestibles procesados. Otro motivo es que los Gobiernos de los países más pobres tienen habilidades muy limitadas para proteger a los consumidores internos de las alzas en los mercados internacionales.

Source: Chicago Board of Trade. The plotted prices are closing prices for each day of trade and correspond to May 11 delivery.

Source: "Responding to Global Food Price Volatility and Its Impact on Food Security," Development Committee Paper (2011).

La constante tendencia al alza en los precios mundiales del maíz refleja una combinación de factores. En primer lugar, las existencias globales están bajas según el estándar histórico, situación agravada por la poca producción debido a la sequía en Argentina y Estados Unidos. Las reservas en este último país, el principal exportador mundial, alcanzaron su nivel más bajo en 30 años. En segundo lugar, sigue habiendo presión en los precios debido a la incertidumbre sobre los niveles de las importaciones de China en 2011 y las perspectivas de la nueva cosecha de este

grano en Estados Unidos. Por último, el alza en el precio del crudo incrementa la demanda de producción de biocombustibles en base a maíz, mientras que el mayor precio del azúcar también aumentó la demanda de endulzantes en base al mismo producto.

Los precios locales del maíz subieron abruptamente en varios países durante los últimos tres meses. Entre diciembre de 2010 y febrero de 2011, el maíz blanco aumentó su precio en Kenya (27%), Somalia (25%), Uganda (25%), la República Democrática del Congo (20%) y Benin (16%); la falta de lluvias contribuyó a esta aguda carestía (Cuadro 2). Estas alzas tan repentinas fueron posteriores a un período de relativa estabilidad durante la segunda mitad de 2010 en gran parte de África al sur del Sahara. Por su parte, en México, Brasil y Argentina, el valor aumentó en 37%, 15% y 14%, respectivamente, durante los tres meses anteriores. En México, los grupos industriales están ansiosos por subir el precio de las tortillas más allá de los actuales topes para reflejar el alza en los costos.

Source: Adapted from DECPG data.

Las tendencias en los precios nacionales del trigo varían considerablemente entre los países. Durante los últimos 12 meses, las mayores alzas se registraron en la República Kirguisa (63%), Bangladesh (36%) y Colombia (34%). En los tres meses recién transcurridos, el precio de los productos de trigo se ha mantenido estable en algunas naciones —entre ellas Bangladesh, Afganistán e Indonesia— mientras que en otras, como Sudán (87%), Etiopía (18%), India (11%) y Colombia (10%), se muestran tendencias al alza. En general, estos mayores precios han inducido a los agricultores

de regiones productoras clave (la Unión Europea, Rusia y Ucrania) a aumentar la superficie cultivable, lo que apunta a mejores rendimientos para 2011, atenuando los fenómenos climáticos adversos similares a los de 2010.

Los precios mundiales del arroz parecen haberse estabilizado, si bien las tendencias locales varían. Los precios mundiales de este cereal en febrero de 2011 se mantenían iguales a los del año anterior, y en general, el valor de referencia está aproximadamente un 32% por debajo del nivel máximo alcanzado durante la crisis de 2008. Las buenas cosechas de exportadores clave como Tailandia y Viet Nam, y el nivel más alto de existencias mundiales desde 2002-03, han logrado calmar la inquietud sobre la presión al alza en el precio de exportación del arroz. Incertidumbres en la producción habían contribuido a un aumento del 18% entre junio y diciembre de 2010 y había llevado a grandes importadores a aumentar su stock nacional. Como resultado de lo anterior, los precios internos del arroz se han moderado en el último tiempo, aunque han subido abruptamente en algunos países. Por ejemplo, mientras el alza fue de 29% en Bangladesh y de 25% en Mozambique en 2010, ambos países han registrado caídas leves en los últimos tres meses. En Indonesia, el precio disminuyó en 5% en el primer trimestre de 2011, pero el nivel de precios de marzo se mantuvo 17% por sobre el año anterior. Por otra parte, algunas regiones de Chad, Tanzanía, Mozambique y Haití experimentaron alzas de dos dígitos durante los últimos tres meses (Cuadro 2).

Source: East Asia PREM. Plotted values are y-o-y numbers for the December of the corresponding year.

Source: Latin American and the Caribbean Region PREM. Plotted values are y-o-y numbers for the December of the corresponding

year.

Source: Europe and Central Asia PREM. Plotted values are y-o-y numbers for the December of the corresponding year.

Los precios de productos distintos a cereales, esenciales para la diversidad de la dieta, continúan volátiles. Las frutas y las verduras aumentaron su valor en alrededor de 27% en Siria en los 12 meses que van hasta enero de 2010. La carne constituye un componente importante de la dieta en los países de Asia central y las alzas reflejan en parte el mayor costo del forraje. En Mongolia, donde un promedio de 30% de las calorías de la dieta proviene de la carne, el precio del ovino aumentó 37% en el último año, con un incremento del 15% entre diciembre de 2010 y febrero de 2011. Ello se debe a un invierno particularmente crudo y a un brote de fiebre aftosa. Alzas similares también se han registrado en Azerbaiyán (36% para el ovino y 13% para el vacuno) y en la República Kirguisa (15% para el ovino) en el último trimestre. También ha habido carestía del aceite de palma y de soya, los que actualmente se ubican en 104% y 42%, respectivamente, por sobre sus niveles en la misma época del año anterior. El precio del aceite para cocinar aumentó en 43% en Bangladesh, 36% en Mauritania y 19% en Indonesia durante el pasado año.

Note: The bars show the percentage point difference in average food price inflation between countries with per capita GDP above

and below $3,945 (the lower-middleincome cut-off). The sample of 46 countries consists of countries in East Asia, Europe and

Central Asia, and Central America regions.

Los conflictos pueden provocar carestía de los alimentos. Los conflictos pueden generar problemas en los canales de abastecimiento y distribución, contribuir a carencias localizadas y mermas en la producción y redundar en precios más altos de los alimentos. Por ejemplo, la actual situación en Côte d'Ivoire ha interrumpido el suministro de alimentos procesados, como leche en polvo, azúcar y aceite vegetal, hacia países sin litoral como Burkina Faso, Mali y Níger en África occidental, generando un aumento en sus precios. Cuando se invierte la relación se observan ciertos indicios de que las alzas históricas en los precios de los alimentos y la inseguridad asociada a ello son factores que han contribuido a los disturbios sociales.5 En Oriente Medio y Norte de África, algunos países están experimentando altos niveles de inflación en los precios de los alimentos, mientras que otros no (Gráfico 7). En Egipto, donde la inflación de los alimentos llegó al 19% (febrero de 2010–febrero de 2011), el precio de los cereales se mantuvo estable durante la primera mitad de 2010 y luego aumentó en alrededor de 16% entre junio y diciembre de 2010. En Siria, la inflación en este ámbito en enero de 2010 fue de casi el doble que en enero de 2011. El precio de grupos de alimentos como lácteos, grasas y aceites y frutas pasó de un descenso de 9%, 3% y 1%, respectivamente, en enero de 2010, a aumentos de 27%, 28% y 14%, en enero de 2011. Del mismo modo, la inflación del precio de los alimentos en Irán es de 26%, motivada principalmente por el pan y los cereales (46%) y grasas y aceites (64%). Al mismo tiempo, esta inflación en otros países que experimentaron disturbios sociales recientes, como Bahrein, Túnez y Jordania, fue relativamente moderada: 0,5%, 4% y 5%, respectivamente.

Source: The data used are based on Food and Agriculture Organization (FAO) Global Information and Early Warning System

(GIEWS) domestic price data set as well U.S. Agency for International Development/FEWS NET (www.fews.net).

Existe espacio considerable para reducir la volatilidad de los precios de los alimentos en Oriente Medio y Norte de África.Las pruebas provenientes de Jordania y Túnez muestra que invertir en reducir los costos de logística relacionados con la cadena de suministro de alimentos importados y aplicar herramientas de gestión de riesgos podría ayudar considerablemente a reducir el valor de los alimentos así como a ayudar a garantizar el abastecimiento oportuno de productos esenciales para la dieta (Recuadro 1).

Source: Compiled using 2010/11 data from the Middle East and North Africa Region, World Bank. The most recent month for all

countries except Egypt and Kuwait is January 2011. Egypt food inflation data were available up to February 2011 and Kuwait inflation

data up to December 2010.

El efecto del alza de los precios de los alimentos sobre la pobreza evidencia múltiples dimensiones. En primer lugar, agravó la situación de muchos de los 1.200 millones de personas que ya vivían bajo la línea de la pobreza extrema de US$1,25 al día y que gastan gran parte de sus ingresos en alimentos (Gráfico 8). Se estima que la carestía desde mediados de junio de 2010 sumó otros 44 millones de personas a la cifra total de pobres en el mundo.6 En un escenario en donde el índice de precios de los alimentos del Banco Mundial aumentó un 10% en comparación con los niveles de

marzo de 2011, las simulaciones muestran que otros 10 millones de personas posiblemente queden bajo la línea de la pobreza extrema; además, se estima que un incremento de 30% agregará a otros 34 millones de pobres a la cifra actual. A nivel regional, existen medidas contextualizadas de los cambios en materia de pobreza, por ejemplo, si se utiliza la línea de pobreza de US$2,50 al día, el recuento en los países más afectados de Europa y Asia central podría aumentar en 11 puntos porcentuales en la República Kirguisa y 8 puntos porcentuales en Armenia y Georgia como resultado del alza. En México, el indicador que mide la proporción de personas que no puede costearse la canasta familiar básica con su ingreso laboral subió en alrededor de 5% entre el segundo y cuarto trimestre de 2010.7 En segundo lugar, los pobres tienen una menor capacidad para enfrentar crisis y optan por comer menos y malograr la dieta, lo que puede generar consecuencias a largo plazo en cuanto a su nutrición. La desnutrición afecta la productividad de los adultos y retrasa el desarrollo cognitivo en los niños, lo que a la larga menoscaba el crecimiento económico. En tercer lugar, existen diferencias significativas en las fluctuaciones de los precios al interior de los países (Cuadro 3) y, por ende, propensión a inseguridad alimentaria localizada. Estas diferencias guardan relación con conflictos y problemas de abastecimiento, además del hecho de que la falta de infraestructura limita la normalización de los precios en un país. Por ejemplo en Benin, el precio del arroz aumentó en 33% en Bohicon y bajó 4% en Cotonou durante el último mes. Por consiguiente, un alza promedio baja puede ocultar aumentos significativos de la pobreza en lugares específicos del país.

Recuadro 1: Disminuir los costos de las importaciones de alimentos en los países árabes

Los países árabes son los importadores netos de cereales más grandes del mundo. En 2010, sus importaciones alcanzaron alrededor de 66 millones de toneladas métricas. Existe una serie de factores estructurales que fundamentan este patrón, incluidos el aumento de la población y de los ingresos, además de las restricciones obligatorias a la producción dada la escasez de agua y la falta de tierras productivas. De ahí que cuando los precios de los cereales, en particular del trigo, suben y se hacen más inestables, la situación genera gran preocupación en toda la región en torno a la seguridad presupuestaria y alimentaria. Es por eso que controlar la inestabilidad de los precios mundiales y mejorar la eficiencia de la cadena de abastecimiento de las importaciones son objetivos de particular importancia para estas naciones.

Pruebas preliminares de 10 países árabes parecen indicar que los costos combinados de logística, incluidos: 1) procedimientos portuarios, 2) transporte terrestre, 3) almacenamiento, 4) gestión, 5) pérdida de productos y 6) gastos de capital, equivalen a US$36 por tonelada de trigo. Si se hace una comparación, estos costos combinados en los Países Bajos son de US$18 por tonelada. Respecto del aporte de los procedimientos portuarios a estos costos combinados de logística, que en promedio es de alrededor de 40% para los 10 países, debido a una combinación de baja

capacidad de producción y equipos obsoletos, las embarcaciones que transportan trigo por lo general enfrentan tiempos de espera de hasta 10 días antes de descargar su mercancía. No obstante, existen diferencias significativas en el desempeño de las cadenas de abastecimiento en los países de la región, por ejemplo, la de Bahrein es relativamente eficiente, con un silo y molinos de harina consolidados en el puerto, y los costos combinados de logística representan menos del 0,01% del producto interno bruto (PIB). En contraste, la cadena de Jordania no está consolidada en el puerto debido a factores geográficos y, por ende, el transporte terrestre del país constituye una proporción sustancial de los costos de la cadena de suministros de importación de este cereal; de este modo, los costos combinados de logística de esta nación equivalen a 0,15% de su PIB. Si suponemos que el costo total de logística de Jordania pudiese reducirse en 50% (la diferencia entre el promedio de los 10 países árabes y los Países Bajos) mediante inversiones para modernizar la infraestructura y la gestión, el país podría ahorrar un monto equivalente al 59% del cambio en el costo total de las importaciones de trigo de la nación entre 2009 y 2010. Por otra parte, estas inversiones disminuirían también el riesgo de pérdida de productos y ayudarían a garantizar la entrega oportuna de los productos en situaciones de emergencia.

Además de mejorar la eficiencia de la logística, los países árabes podrían utilizar herramientas de gestión de riesgos para reducir la exposición a la inestabilidad de los precios y las crisis. Los análisis de ofertas históricas de trigo para Túnez parecen sugerir que el margen entre lo que se paga por este cereal y el precio en los mercados internacionales puede incrementarse durante las crisis. Por ejemplo, cuando los precios de los productos alimentarios subieron abruptamente en 2008, Túnez pagó por el trigo duro (incluido el flete) una prima de 91% sobre el precio al contado del trigo en los mercados internacionales, mientras que antes y después de este evento, la cifra era de 47%. Los instrumentos de cobertura física que componen la protección de precios en un contrato de suministro pueden ayudar a mitigar la inestabilidad de estos márgenes. En ese sentido, este enfoque no solo ofrecería a los países árabes la protección de precios buscada, sino también abordaría la necesidad que tienen de importaciones de trigo. Por otra parte, instrumentos financieros como las opciones –que crean un precio tope– podrían usarse también para ayudar a los Gobiernos a protegerse de los bruscos incrementos en el precio de referencia implícito. Cualquiera de estas soluciones de cobertura financiera podría ayudar a los Gobiernos a predecir de mejor forma sus obligaciones presupuestarias a futuro.

Fuente: Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial para Oriente Medio y Norte de África.

Source: DECDG. The data are from household surveys in the respective countries for various years.

Existe una serie de políticas públicas que pueden reducir de forma inmediata el efecto que tienen estas alzas sobre los pobres. Este programa de políticas públicas puede dividirse en medidas a corto y mediano plazo. En ese sentido, la prioridad inmediata consiste en orientar la asistencia social y los programas nutricionales hacia los más pobres, incluso en los países que a primera vista parecen no verse afectados, por ejemplo, los exportadores netos o donde los precios promedio se han mantenido estables. En vista de las diferencias significativas en estos precios al interior de los países y al hecho de que incluso en los exportadores netos los pobres de las zonas urbanas se vean afectados de manera adversa, es importante que todas las naciones mejoren la focalización y generosidad de la asistencia social y los programas nutricionales. Las medidas macropolíticas incluyen evaluar hasta qué punto la carestía de los productos básicos promueve expectativas inflacionarias y respuestas normativas adecuadas, además de diagnosticar las necesidades de financiamiento externo de los importadores netos. Las iniciativas que bajarán la presión a los mercados mundiales de alimentos que enfrentan una situación difícil incluyen la relajación de los mandatos a los biocombustibles cuando los precios de los alimentos excedan un cierto umbral –para reducir la demanda de cultivos de alimentos– y el

retiro de las restricciones a las exportaciones de cereales para aumentar el abastecimiento mundial.

También existe un conjunto de medidas de mediano plazo que pueden mejorar la seguridad alimentaria. En primer lugar, se requiere formar capacidades para controlar la inestabilidad y los riesgos a nivel nacional y familiar mediante instrumentos del mercado financiero, pronósticos meteorológicos, mejores datos sobre resultados y existencias y mejorar los sistemas de protección social. En segunda instancia, a fin de garantizar suministros alimentarios adecuados a nivel nacional y mundial, se debe invertir en el mejoramiento de la producción agrícola de una manera sustentable con el medio ambiente. En tercer lugar, es esencial facilitar mayor conocimiento y aplicación de nuevas tecnologías, por ejemplo, aquella para la fortificación del arroz que podría transformar su valor nutricional. En cuarto lugar, la mayor cantidad de fenómenos meteorológicos extremos sugiere que los esfuerzos para hacer frente al cambio climático son importantes a la hora de reducir la inestabilidad de los precios de los alimentos. Finalmente, reducir la vulnerabilidad ante las alzas abruptas exige políticas y programas que mejoren los ingresos de los pobres; por ello, las intervenciones multisectoriales que apuntan a reducir la pobreza son un elemento crucial de estas soluciones.

Source: Author calculations based on USAID/FEWS NET (www.fews.net).

Notas 1. Baffes, John, "More on the Energy/Non-Energy Price Link," Applied Economics Letters 17(16), 1555–58.

2. Cálculos sobre oferta y demanda agrícola en el mundo. 8 de abril de 2011. Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

3. Actualización económica de la región de Asia oriental y el Pacífico, volumen 1. Banco Mundial, ciudad de Washington. .

4. Alza de los precios de los alimentos y de la energía en Europa y Asia central. Región de Europa y Asia central. Banco Mundial,

ciudad de Washington (2011).

5. Inseguridad alimentaria y conflicto: Aplicación del marco del IDM. Documento de antecedentes para el Informe sobre el desarrollo

mundial 2011. Banco Mundial, ciudad de Washington (2010)

6. Ivanic, Maros, Will Martin, and Hassan Zaman, "Estimating the Short-Run Poverty Impacts of the 2010–11 Surge in Food Prices,"

Policy Research Working Paper 5633, World Bank, Washington, DC (2011).

11 Surge in Food Prices," Policy Research Working Paper, World Bank, Washington, DC (2011).

7. Altos precios de los alimentos: Respuestas a una nueva normalidad. Región de América Latina y el Caribe. Banco Mundial,

ciudad de Washington (2011). DC (2011).

La alerta sobre los precios de los alimentos es hecha por el Programa de Reducción de la Pobreza

del Banco Mundial (PREM por sus siglas en inglés), estos reportes se publican con la intención de

llamar la atención a las tendencias y el impacto que tienen los precios domésticos de los alimentos en los países de bajo o mediano ingreso. Contácto: Hassan Zaman hzaman@worldbank.org