1
Pocas pero grandes esperanzas por la defensa de los derechos humanos Las semanas anteriores estuvieron marcadas por una feroz represión estatal, sólo comparada con los aciagos días y semanas que siguieron tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, fecha en la que se rompió el hilo constitucional de este pequeño y empobrecido país. Desde aquel día cuando los militares, políticos y empresarios hondureños le recordaron al mundo que la democracia y el Estado de Derecho no pasa de ser papel mojado y elecciones cada cuatro años Honduras no volvió a ser igual. La Honduras de este caluroso abril, sigue atrapada entre las demandas sociales y conflictos acumulados, la respuesta represiva del actual régimen y los deseos profundos por una refundación del país que se defina a partir de una nueva institucionalidad y de nuevos valores y actitudes de la ciudadanía. En esta creciente ebullición, cada dato está condicionado por estos diversos cruces de pasiones e intereses. Para el caso, dentro de pocas semanas, los cancilleres de la región latinoamericana y caribeña se reunirán en San Salvador, en la Asamblea General de la OEA, y los cabildeos anuncian un interés espectacular del gobierno de los Estados Unidos, principal financiador de la OEA, para que Honduras se reintegre a este espacio, porque, según su discurso político, y especialmente en el tema de los derechos humanos, el régimen actual ya cumplió su tarea. Sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos rehúsa condenar públicamente las constantes violaciones a los derechos humanos del actual régimen al tiempo que el propio secretario de la Embajada en Tegucigalpa para asuntos de derechos humanos, advierte del peligro que representan las manifestaciones violentas de las organizaciones que salen a las calles a exigir sus derechos y a condenar las decisiones autoritarias del gobierno de Porfirio Lobo Sosa. Este señor de los derechos humanos de la Embajada nada dice sobre la decisión de su gobierno imperial sobre los dos millones de dólares que prepara para apoyar anualmente a las Fuerzas Armadas de Honduras, la misma que prioriza a cualquier costo las acciones de fuerza por encima del diálogo y la negociación con los opositores. Sin embargo, he aquí lo que quieren olvidar los actuales funcionarios hondureños: que el Fiscal Especial de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, ha anunciado una investigación preliminar para determinar si las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco del Golpe de Estado constituyen delitos de lesa humanidad. En virtud que Honduras firmó en 1998 y ratificó en el 2002 el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional, los más altos responsables de las violaciones y represiones deberían revisar la ruta por la cual tarde o temprano rendirán cuentas ante el mundo, tal como lo harán esta semana altos responsables de varios países de África. Mientras los responsables de violaciones a derechos humanos siguen gozando de sus triunfos, el Estado hondureño deberá responder por el despido de tres jueces y una magistrada que se opusieron al golpe de Estado. Son pequeñas pero a la vez grandes esperanzas, para aquellos que promovemos la defensa de los derechos humanos. Nuestra Palabra | 04 ABRIL 2011

Pocas pero grandes esperanzas por la defensa de los derechos humanos

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Editorial Radio Progreso ERIC-SJ

Citation preview

Page 1: Pocas pero grandes esperanzas por la defensa de los derechos humanos

                   

   

Pocas  pero  grandes  esperanzas  por  la  defensa  de  los  derechos  humanos    

Las   semanas   anteriores   estuvieron  marcadas  por   una   feroz   represión   estatal,   sólo  comparada    con  los  aciagos  días  y  semanas  que  siguieron  tras  el  golpe  de  Estado  del  28  de  junio  de  2009,  fecha  en  la  que  se  rompió  el  hilo  constitucional  de  este  pequeño  y  empobrecido  país.    

Desde  aquel  día  -­‐cuando  los  militares,  políticos  y  empresarios  hondureños  le  recordaron  al  mundo  que  la  democracia  y  el  Estado  de  Derecho  no  pasa  de  ser  papel  mojado  y  elecciones  cada  cuatro  años-­‐-­‐  Honduras  no  volvió  a  ser  igual.  La  Honduras  de  este  caluroso  abril,  sigue  atrapada   entre   las   demandas   sociales   y   conflictos   acumulados,   la   respuesta   represiva   del  actual  régimen  y  los  deseos  profundos  por  una  refundación  del  país  que  se  defina  a  partir  de  una  nueva  institucionalidad  y  de  nuevos  valores  y  actitudes  de  la  ciudadanía.      

En  esta  creciente  ebullición,  cada  dato  está  condicionado  por  estos  diversos  cruces  de  pasiones  e  intereses.  Para  el  caso,  dentro  de  pocas  semanas,  los  cancilleres  de  la  región   latinoamericana   y   caribeña   se   reunirán   en   San   Salvador,   en   la   Asamblea  General  de  la  OEA,  y  los  cabildeos  anuncian  un  interés  espectacular  del  gobierno  de  los  Estados  Unidos,  principal  financiador  de  la  OEA,  para  que  Honduras  se  reintegre  a  este  espacio,  porque,  según  su  discurso  político,  y  especialmente  en  el  tema  de  los  derechos  humanos,  el  régimen  actual  ya  cumplió  su  tarea.    

Sin   embargo,   el   gobierno   de   los   Estados   Unidos   rehúsa   condenar   públicamente   las  constantes  violaciones  a   los  derechos  humanos  del  actual   régimen  al   tiempo  que  el  propio  secretario  de   la  Embajada  en  Tegucigalpa  para  asuntos  de  derechos  humanos,  advierte  del  peligro  que  representan  las  manifestaciones  violentas  de  las  organizaciones  que  salen  a  las  calles  a  exigir  sus  derechos  y  a  condenar  las  decisiones  autoritarias  del  gobierno  de  Porfirio  Lobo  Sosa.  Este  señor  de  los  derechos  humanos  de  la  Embajada  nada  dice  sobre  la  decisión  de   su   gobierno   imperial   sobre   los   dos   millones   de   dólares   que   prepara   para   apoyar  anualmente  a  las  Fuerzas  Armadas  de  Honduras,  la  misma  que  prioriza  a  cualquier  costo  las  acciones  de  fuerza  por  encima  del  diálogo  y  la  negociación  con  los  opositores.    

Sin  embargo,  he  aquí   lo  que  quieren  olvidar   los  actuales   funcionarios  hondureños:  que   el   Fiscal   Especial   de   la   Corte   Penal   Internacional,   Luis   Moreno   Ocampo,   ha  anunciado  una  investigación  preliminar  para  determinar  si  las  graves  violaciones  a  los   derechos   humanos   cometidas   en   el   marco   del   Golpe   de   Estado   constituyen  delitos  de  lesa  humanidad.  

En  virtud  que  Honduras  firmó  en  1998  y  ratificó  en  el  2002  el  Estatuto  de  Roma  que  crea  la  Corte   Penal   Internacional,   los   más   altos   responsables   de   las   violaciones   y   represiones  deberían   revisar   la   ruta   por   la   cual   tarde   o   temprano   rendirán   cuentas   ante   el  mundo,   tal  como  lo  harán  esta  semana  altos  responsables  de  varios  países  de  África.    

Mientras   los   responsables   de   violaciones   a   derechos   humanos   siguen   gozando   de  sus  triunfos,  el  Estado  hondureño  deberá  responder  por  el  despido  de  tres  jueces  y  una  magistrada   que   se   opusieron   al   golpe   de   Estado.   Son   pequeñas   pero   a   la   vez  grandes   esperanzas,   para   aquellos   que   promovemos   la   defensa   de   los   derechos  humanos.    

 

     Nuestra  Palabra  |  04  ABRIL  2011