Platicas de Arquitectura de 1933

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PLATICAS SOBRE ARQUITECTURA. MXICO, 1933.

SOCIEDAD DE ARQUITECTOS MEXICANOS

NOTA PRELIMINAREn todas las actividades espirituales, ha penetrado en nuestro suelo, la inquietud, el desconcierto, la desorientacin. La juventud acicateada por los ms dinmicos instintos prefiere evitar toda inquisicin desinteresada sobre los ms altos valores de la cultura y de la inteligencia, y a la mayora de sus representantes le satisface nicamente el realizar en breve plazo su prosperidad material. Sin embargo, nunca como ahora es ms urgente precisar las metas de un idealismo racial indispensable. En el terreno de las artes plsticas an no se definen los valores que deban servir de meta, y esencialmente en el campo de la arquitectura reina actualmente profunda desorientacin. Nuevos procedimientos constructivos y nuevas condiciones econmicas, combinndose con elementos ideolgicos surgidos como consecuencia de la convulsin de la Guerra mundial, han trado como consecuencia formas y metas arquitectnicas enteramente antagnicas con las consagradas por nuestra ms arraigada tradicin. El pblico o vitupera o se re, raras veces aprueba y casi nunca legitima el por qu de esas nuevas manifestaciones del arte de la construccin. La Sociedad de Arquitectos Mexicanos percatada de esta situacin catica que invade el campo de actividades de sus profesionistas, deseosa tambin de unificar la ideologa de los arquitectos para lograr un movimiento constructivo acorde con los ms depurados postulados cientficos, econmicos y artsticos, organiz una serie de Platicas sobre los temas ms sugerentes en la actualidad y que son los que ahora se publican. El programa a que se sujetaron las Plticas Arquitectnicas fue el siguiente: Qu es Arquitectura? Qu es funcionalismo? Puede considerarse el funcionalismo como una etapa definitiva de la arquitectura, o como el principio embrionario de todo un devenir arquitectnico? Debe considerarse el arquitecto como un simple tcnico de la construccin, o como un impulsor, adems, de la cultura general de un pueblo?. La belleza arquitectnica, resulta necesariamente de la solucin funcional, o exige, adems de la actuacin consciente de la voluntad creadora del arquitecto?. Cual debe ser la orientacin arquitectnica actual en Mxico?. Las Plticas fueron sustentadas, en el orden siguiente, por los arquitectos: Juan Legarreta, Salvador Roncal, lvaro Aburto, Manuel Ortiz Monasterio, Mauricio M, Campos, Federico E. Mariscal, Juan Galindo, Jos Villagrn Garca, Silvano B. Palafox. Manuel Ambilis y Juan OGorman. El resumen estuvo a cargo del arquitecto Alfonso Pallares. Despus de sustentadas las Plticas, el ingeniero Ral Castro Padilla y el arquitecto Antonio Muoz G., leyeron los trabajos que ahora se publican accediendo a la invitacin que hizo la Sociedad de Arquitectos Mexicanos a todos los concurrentes a las Plticas, para que tomaran parte en la discusin libre sobre las tesis formuladas. As mismo el arquitecto Carlos Contreras, el Sr. Federico Snchez Fogarty y el Ing. Jos A. Cuevas, hablaron comentando los trabajos presentados anteriormente. Diversas circunstancias han impedido la publicacin de todas las Plticas y la omisin de los trabajos simplemente hablados, igualmente se ha alterado el orden de las conferencias; la Pltica del arquitecto Juan Legarreta se convirti en las pocas lneas autgrafas que aparecen al principio de este volumen, ya que al enviarle la versin taquigrfica de su conferencia, devolvi al editor las lneas que ahora se publican; ms tarde su muerte inesperada y profundamente sentida por todos sus compaeros y amigos, impidi conseguir la Pltica original corregida, quizs se publique en el nmero de El Arquitecto que la Sociedad de Arquitectos Mexicanos va a imprimir in memoriam de tan joven y distinguido profesionista.

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Mxico, Junio de 1934.

EL EDITOR

ARQ. ALFONSO PALLARES

Resumen PRAGMTICO, de La conferencia de Juan Legarreta Sustentada en la S.A.M el da Del mes de 1933. Un pueblo, que vive en jacales y cuartos redondos, no puede HABLAR, arquitectura Haremos las casas del pueblo Estetas y Retricos ojal mueran todos harn despus sus discusiones.

Sntesis autgrafa enviada por el arquitecto Juan Legarreta De la pltica por l sustentada.

Arquitecto3

MANUEL AMABILISSeoras y seores: A semejanza de la mayora, los Seores Arquitectos que me han precedido en el uso de la palabra, al responder a las preguntas concretas que son el tema de estas conferencias, me voy a permitir, al mismo tiempo, exponer brevemente mi criterio profesional que, aunque considero que para la mayora de los jvenes Arquitectos carece de inters, como es la nica base que poseo, fortalecida por la sinceridad con que vengo a exponerla, ruego al selecto auditorio me conceda su benevolencia para hacerlo. Yo he tenido el defecto de estudiar a fondo nuestro arte antiguo, el nico arte genuinamente mexicano; y adquir la mana de pregonar sus excelencias, como dignas de ser tomadas en cuenta como uno de los tantos factores que deben constituir la cultura del Arquitecto Mexicano. En mltiples ocasiones he manifestado, de una manera categrica, que si bien nuestras artes antiguas, como expresiones funcionales de la cultura tolteca, son en la actualidad inexpresivas de lo que es la cultura mexicana de nuestros das, en cambio atesoran, al igual que cualesquiera otras artes de otro pueblo, y por encima de su expresin, es decir, de sus formas, absurdas para nuestro actual concepto artstico, un acervo de factores, de modalidades abstractas de esttica, que, por haber sido forjadas en el alma y en el corazn de nuestra raza viviendo en el mismo suelo y bajo los mismos cielos que nosotros, son, lgica, indiscutiblemente, las modalidades estticas ms afines a nuestro pueblo, como no lo puede ser ninguna otra del extranjero. Me permito llamar la atencin de ustedes acerca de que ni ahora ni nunca, he propugnado por otra cosa que por estas modalidades abstractas de esttica que se encuentran en nuestras artes antiguas y que jams he pretendido, que reproduzcamos, serpientes emplumadas, ni mascarones abracadabrantes, ni ninguna de las formas o expresiones del arte tolteca, porque eso sera como pretender que volviramos a los usos y costumbres de aquel pueblo. Por lo dems, debemos reconocer que las artes de nuestros abuelos tienen una vitalidad, caractersticas tan genuinas que, a pesar de los siglos de nuestro abandono, ahora mismo estn despertando tal inters en el extranjero, que nuestros artistas y nuestro arte actual han quedado relegados, casi eliminados ante la admiracin que est suscitando la antigedad mexicana. Y es necesario que nos percatemos de este hecho incontrovertible: solamente aquellos raros artistas nuestros que poseen dotes heredadas y que han podido expresar nuestra alma ancestral, son los que se han destacado, los que han sido admirados fuera del pas; han logrado esto por su INDIANISMO (llammosle as), jams por su europesmo. Nuestra labor artstica contempornea no interesa a los extranjeros y mucho menos la sienten los mexicanos. Por qu? Es doloroso decirlo; porque los artistas que desprecian el acervo cultural elaborado por sus abuelos, al mismo tiempo desprecian el tesoro tradicional que deberan traducir a su poca, y se convierten, automticamente, en PARVENUS, en arribistas que, no poseyendo nada, se adornan exuberantemente con los dijes relucientes que los deslumbran de otras culturas, sin poder aquilatarlos, porque no poseen ningn valor interno con el cual comparar, equiparar. Naturalmente, la actitud desdeosa de nuestros artistas por nuestra cultura antigua, responde a idntico concepto de las clases docentes y de las burguesas muestras. Desgraciadamente esta actitud mental nos ha despojado de nuestros principales valores raciales; nos ha restado la capacidad de conocernos a nosotros mismos y nos ha convertido en znganos de la civilizacin mundial. En cambio, del estudio de nuestros antiguos monumentos podramos obtener conocimientos muy importantes PARA NUESTRO ARTE DE HOY: aprenderamos que el numen mexicano prefiere los conjuntos y desdea los detalles; que la simetra diagonal es la que mejor expresa la exuberancia de nuestros trpicos; nos hara percibir en qu nos diferenciamos de los europeos, qu nos caracteriza. Ese estudio nos pondra en contacto con el nico arte verdaderamente mexicano, con todas sus caractersticas plsticas: su concepto, su tcnica, su factura, sus modalidades interpretativas y de expresin, sus procedimientos para usar las formas naturales como smbolos expresivos de sus sentimientos y pensamientos. Y es indudable que si logrramos adquirir todas esas exquisitas modalidades plsticas, de tcnica, de concepto, de factura, de sentimiento, entonces podramos expresar, en genuino arte mexicano, no las formas del arte tolteca, sino nuestros sentimientos y pensamientos de hoy; los ideales, la belleza de nuestros presentes das. Cmo sera interesante que nuestros artistas supieran que, de acuerdo con nuestro arte tradicional, su preocupacin mxima debera consistir en nunca expresar una forma sino cuando sirva de vehculo a un sentimiento o a un pensamiento; y que, como nuestros abuelos, deben tratar de incorporar esta emotividad o este concepto en formas hermosas, sencillas, puras. Que los toltecas nunca representaron. LA FORMA EN S de los seres y de las cosas; sino que por medio de una profunda observacin de LA FORMA VIVIENDO, de la observacin de la manera en que la vida se sirve de las formas, extraan otra, un ritmo que expresara en su movilidad plstica, al mismo tiempo que la forma, la vida que la animaba; un ritmo bello y armonioso que, en4

general, era distinto en su figura y movimiento del ser o cosa representado; pero que sintetizaba, como un jeroglfico, la expresin de su individualidad y de su vida; de tal manera sugerente, que por este ritmo plstico se reconoca la forma o expresin que lo origin. Si los Arquitectos y artistas mexicanos alcanzaran a reconocer el tesoro de noble tradicin mexicana que hasta ahora han desdeado, comprenderan que as como los toltecas estamparon en sus palacios la belleza de la naturaleza, la armona que sentan surgir de su medio ambiente, el Arquitecto mexicano podra hacer que los edificios actuales lucieran todo lo bello (tal vez quinta-esencia, simbolizado), que posea la ciudad, el pueblo, la playa o el campo donde construyan. Pero, a semejanza de nuestros abuelos toltecas, esta belleza no deber buscarse nicamente en las formas plsticas, sino que se deber tener presente que todo en este mundo es o fue un pensamiento, luego un sentimiento y por ltimo llega a ser forma. Por consiguiente, de acuerdo con la tradicin del ms legtimo mexicanismo, lo esencial para nosotros ser embellecer con pensamientos, con sentimientos, incorporndolos en formas tan sencillas, tan ingenuas, que encanten a los nios y a los sabios... Al terminar esta rpida incursin por los olvidados, pero siempre florecidos campos de nuestro arte antiguo, en el que apenas he espigado las escasas gemas que acabo de ensear, seguramente, seoras y seores, estarn ms afligidos de mis tareas profesionales. Soy tradicionalista y tengo la firme conviccin de que la Arquitectura es una de las Bellas Artes, el Arte Magna por excelencia. Pobre de m..... Sin embargo, tratar de explicar estas mis dos aberraciones: Soy tradicionalista, pero, como acabo de manifestar, de un tradicionalismo, que gusta de aquilatar del campo de las plsticas del pasado, lo estticamente trascendente; no las formas perecederas, sino el espritu inmortal. Todo el universo es tradicionalista, porque todo no es, no son, no somos, sino una sino una sola y misma Vida que, en un prodigioso devenir, manifiesta sus infinitos aspectos. El progreso, es el acumulamiento de los esfuerzos de lo hombres de todas las edades, es el resultado de todos los ensayos y de todas las osadas del pasado. La cultura de hoy es subsidiaria de la de ayer y subsidio de la de maana. La humanidad es el mejor logro que la Vida ha realizado hasta hoy, a travs de los dems reinos de la naturaleza y a travs de todas las humanidades que nos han precedido; la orgullosa raza aria no existira, si el hotentote no se hubiera esforzado en mejorarse La dura realidad de la Vida se asienta en el tradicionalismo, por la sencilla razn de que el kaleidoscopio de la evolucin, es el proceso de retorno de la misma. Pero este hilo nico e indestructible que enhebra toda la labor de la Vida en la manifestacin de los mundos y toda la tarea de los hombres en el forjamiento del progreso, no consiste en la conservacin de las formas, que tan slo constituyen la arcilla de los moldes de todos los esfuerzos y de todos los ensayos; no es la arcilla la que perdura ni la que se perfecciona, si no el pensamiento y el espritu que la moldea. Por eso es absurdo que cuando aqu se habla de tradicionalismo, se quiera significar la conservacin o imitacin de las formas de las artes o estilos del pasado; porque no es esto lo que importa al progreso, a la civilizacin, a la cultura; si no a la investigacin, la inclusin a nuestro consensus de hoy, de todos aquellos factores abstractos, emotivos o espirituales (como se dice hoy) de tcnica, de esttica y de plstica, del pasado; porque slo as nuestra actual capacidad creadora ser realmente la que corresponda al momento mexicano en que vivimos. Por eso siempre afirmar que los Arquitectos y artistas mexicanos, necesitan conocer las artes de nuestros abuelos, para que su obra pueda ser actualmente mexicana. Por lo que respecta a la Arquitectura como una de las bellas artes, mi conviccin se basa precisamente, en que considero, con gran sorpresa seguramente de nuestros jvenes Arquitectos, que la Arquitectura debe ser FUNCIONAL, como jams ha dejado de serlo. En efecto definido nuestro tradicionalismo arquitectnico como el acervo de modalidades tcnicas y estticas de la plstica de nuestra raza, que se va enriqueciendo a travs de las edades, es evidente que este acervo es una de las funciones que debe comprender nuestra Arquitectura y, por consiguiente, desaparece la pugna entre tradicionalismo y funcionalismo; y, automticamente se infiere que, puesto que nuestra Arquitectura debe resolver, de alguna manera, esas modalidades estticas de nuestra raza, tiene que ser un poquitn bella. Pero veamos cmo el funcionalismo nos va a conducir fatalmente a la Arquitectura nuestra como una de las bellas artes. No se puede negar que los ingenieros nos han sealado una orientacin, en la bsqueda de la nueva Arquitectura; pero seguramente esta orientacin no la constituyen sus obras, ejecutadas con un propsito, una finalidad y una funcin muy ajenos a la Arquitectura, como se comprender por poco que se reflexione en ello. La aplicacin de los materiales y las formas estrictamente necesarios para desempear una funcin, la ley de economa, es la base del progreso estupendo de la Ingeniera; pero no debemos olvidar que esto ha sido el resultado de una formidable labor de preparacin cientfica y cultural; de profundos estudios de5

investigacin y de experimentacin en mltiples y diversos campos y laboratorios. Solamente despus de est intensa y callada labor, los Ingenieros estuvieron capacitados para realizar las obras que nos asombran. La Arquitectura no puede progresar copiando las obras, los resultados del estudio de los Ingenieros, sino ejecutando la labor previa que los capacit para moverse, para adelantar las posibilidades de su profesin; es decir, por el estudio y la investigacin cientfica y artstica, bajo la gida de la geometra que es, para la Arquitectura, lo que la ley de economa para la Ingeniera; por una culturizacin filosfica que no necesita el Ingeniero, pero que es indispensable al Arquitecto para ponerse en contacto con el corazn de los hombres y hallar all, el nuevo ideal espiritual que ha de inspirar las artes de ahora. Por qu estudiar las funciones que desempean las mquinas de los Ingenieros y pretender que la casa debe ser una mquina para habitar e imitar barcos, aviones y carros de ferrocarril; utilizar como decoracin elementos y organismos de estos vehculos? Puesto que sentimos que debemos hacer Arquitectura Viviente, entonces, por qu no pensar que en el funcionalismo que debemos estudiar es el de los seres de la naturaleza, los nicos disfrutadores de Vida?. Si estudiramos las MAQUINAS que son los rboles, los animales, el hombre, seguramente obtendramos muy distinto concepto del actual, respecto al funcionalismo de la Arquitectura. Si estudiamos cmo es un rbol, observaremos, mejor que en la mquina ms perfecta del Ingeniero, lo que es la estabilidad, la utilizacin de los materiales ms adecuados para cada funcin; la estructura perfecta con el mximo de la economa. La organizacin y la coordinacin precisas para el desempeo de la destinacin del rbol. Pero, adems, nos asombraremos de encontrar que todas las funciones perfectas de la mquina, tengan la caracterstica inseparable de toda la obra de la naturaleza: sin emplear nada intil, nada que no sea estrictamente indispensable para la constitucin del rbol, observaremos en su conjunto, en cada uno de sus elementos y hasta en sus molculas y tomos, el sello maravilloso de la belleza. La naturaleza no emplea en sus obras decoracin alguna, sino que de la prodigiosa coordinacin de los elementos, estructuras y materiales mimos, surge, como una consecuencia, el encanto de la belleza imbbita en las mismas entraas de su mquina. Igualmente, si estudiamos la mquina que es cualquier animal, observaremos las mismas caractersticas de economa, de utilizacin, de adaptacin, de finalidad, de ciencia perfectas; pero indispensablemente, tambin, de belleza. Hablo naturalmente del animal sustrado a la crueldad del hombre; qu es lo que podremos encontrar de intil, de imprevisin, de dispendioso en la mquina animal? Solamente podremos maravillarnos de la sabidura en la coordinacin de los mltiples elementos, estructuras y aparatos que constituyen dicha mquina y de la prodigiosa e inevitable esttica lograda en cada caso. El perfecto mecanismo que es el cuerpo humano, es la culminacin del divino maquinismo de la naturaleza, lograda con el mnimum de materia adecuada, con la mayor utilizacin concebible y con una coordinacin milagrosa en su complejidad inabarcable, para el desempeo de la destinacin proteica del hombre. Cuando la serena mirada del arte se posa en las innumerables formas de los estados de la materia y de los reinos de la naturaleza, observa que la creacin de cada una es una expresin de belleza, delicada, exquisita; la hormigas y la montaa, la burbuja y el guila, la clula y la inmensidad de los mares, todos son armona y coordinacin, porque son engranajes del propsito magnfico que realiza la vida. A veces la mirada superficial del hombre se detiene en lo que el ha dado por llamar lo horrible; pero una investigacin ms ntima descubre la perfecta pulsacin trascendente cuya desarmona es tan slo aparente pero necesaria para conservar la estabilidad de la belleza del conjunto que lo comprende. Cuando el arte estudia la vida, observa que su labor consiste en una continua superacin de s misma para constituirse en expresiones o formas, cada vez ms perfectas; traducindose este perfeccionamiento en una mejor armona entre las partes de un mismo organismo como unidad, y entre este y su medio ambiente. As pues, siendo la naturaleza el arquetipo de todo lo que el hombre puede crear, los ingenieros, procediendo lgica y cuerdamente, iniciaron la prodigiosa labor que ha forjado el portentoso progreso industrial, comercial, agrcola y de las comunicaciones, estudiando los seres y las energas de la naturaleza. No hay una sola mquina cuyo funcionamiento no est regido por las leyes naturales. Pero los ingenieros, en toda la formidable labor que han realizado, estaban guiados por la finalidad, el propsito bien definido de captar energa, utilizarla o producirla. Lograron este propsito esplndidamente porque fueron a la fuente nica de toda la enciclopedia a que puede aspirar el hombre: La Naturaleza. Seguramente si los ingenieros hubieran querido hacer ingeniera, copiando a los arquelogos, por ejemplo, hubieran fracasado. Salta pues a la vista el error de los arquitectos que pretenden hacer una nueva Arquitectura, imitando las mquinas ingenieriles. Es este un seuelo, una quimera que surgi en el cerebro de un Lecorbusier, ante el esplndido espectculo de la obra de los Ingenieros, y ante la ilusoria facilidad de copiarles su obra.6

Claro; era mucho ms cmodo aprovecharse del trabajo de los dems, que intentar una verdadera labor creadora; llegando en este absurdo afn, hasta desconocer y renegar de la tradicin arquitectnica, porque sta no poda acordarse con el despojo que crean poder llevar a cabo. Pero no est en la Ingeniera lo que busca el Arquitecto; vanamente intentar copiarla, porque de este despojo slo pueden resultar obras efmeras; carentes de la caracterstica que hace estable toda obra en este mundo al armonizarla con el resto de la Creacin: la Belleza. Porque estrilmente tratar de traducir a lo esttico, que slo se resuelve por la plstica, la belleza de las mquinas, que se expresa por la dinmica. El Arquitecto funcionalista y el no funcionalista, si quieren impulsar el progreso de la Arquitectura, renovarla, tienen que recurrir a la misma fuente de donde parti el primer ingeniero: la Naturaleza. Ella le ensear con los infinitos ejemplos que ha edificado, cmo se puede crear la Arquitectura de hoy, de la misma manera que ense a edificar la de ayer. Siendo el ms ingente esteta conocido, jams le ensear a crear algo fuera de la inmarcesible belleza; la especial belleza que se acuerda con lo esttico, la plstica. Por otra parte, a medida que ha ido culminando el progreso, se ha ido acentuando esta necesidad de belleza, de esttica, en toda la labor humana. El arte ha ido invadiendo todos los productos de la industria, el comercio y de todas las ciencias aplicadas. Todo comerciante o industrial tiene como preocupacin principal presentar sus artculos bellamente: el periodismo y todo trabajo de imprenta, han sido completamente abarcados por el arte. La ms alta o trascendente ciencia de nuestros das, antes de considerar en s alguna nuevas teora o especulacin, ante todo, estudia si es o no, suficiente esttica para armonizar con el maravilloso engranaje, conque ha descubierto que funcionan el macrocosmos y el microcosmo. Esta circunstancia de esttica, es el primer factor de verosimilitud que debe presentar toda teora cientfica en los momentos actuales. Ante esta tendencia, ante esta caracterstica del saber, del trabajo y del vivir humanos de nuestros tiempos, tendiendo sin cesar a armonizarse con la inseparable belleza de la naturaleza y de la vida, representa una verdadera regresin la actitud de algunos Arquitectos que pretenden excluir la Arquitectura de este movimiento hacia la belleza en que est encauzada toda la cultura actual. Por qu lo econmico, lo til, lo higinico han de ser feos?.................. Es necesario que los Arquitectos se percaten que esa belleza que slo conciben a base de decoracin y de cosas intiles, pudo ser la belleza de ayer; pero de ninguna manera puede ser algo parecido a la belleza que reclaman nuestros actuales tiempos. Es necesario que reflexionen que sta no puede ser una belleza postiza, adherida: sino una belleza sutil, quinta-esenciada; como la que se experimenta ante una puesta de sol, ante un amanecer, ante un panorama; como la belleza de los mares, de los cielos, de los campos. Esta belleza que no est formada de pequeas cosas pegadas (decoracin), sino la belleza que resulta de la euritmia entre las lneas, las superficies y los volmenes y los conjuntos; de las proporciones, de la exquisita coloracin. Necesitan tener presente que nuestro espritu de hoy, ama la nitidez, lo expedito, lo preciso, lo adecuado; libre de trabas, de nexos, de ataduras, de prejuicios: la obra limpia de cosas pegadas, parasitarias, expedita, pulcra; pero indispensablemente bella. La higiene, la lgico, la economa, la utilidad, lo funcional, etc., son adquisiciones de la moderna ciencia de la construccin, que solo una mente extraviada puede concebir como antagnicas o como sustitutos de la BELLEZA, cuando deben ser sus nuevas galas. Por ltimo, la Arquitectura mexicana no puede ser sino una bella-arte, como obra de mexicanos; por que ya se ha dilucidado ampliamente, que el temperamento predominante de nuestra raza, es el artstico. Despus de demostrar, como acabo de hacer, que la arquitectura, para serlo, tiene que ser una expresin de belleza, como todo lo es en el universo, reconozco muy sinceramente, por que soy hombre de mi poca y mantengo mi espritu abierto a todas las luces del progreso humano que tenemos el privilegio de vivir, reconozco, siento que es urgente una renovacin de la arquitectura. Ahora bien; Cmo iniciar lgicamente esta renovacin? Solamente por la observacin detenida de las obras y de la naturaleza podremos lograrla..... Pero con la nueva capacidad de observacin que la civilizacin actual han desarrollado en nuestras conciencias; capacidad que evidentemente tiene nuevas caractersticas, nuevas posibilidades de captacin de ignotas modalidades de la belleza natural, que las humanidades que nos precedieron no pudieron percibir y mucho menos manifestar Aplicando estas modernas capacidades nuestras, con el acicate de nuestras actuales aspiraciones, sabremos desentraar de la nica y eterna fuente de la naturaleza, la expresin adecuada a nuestro moderno ideal. En esta bsqueda, solamente la Geometra trascendente puede capacitar a los arquitectos para percibir esa nueva armona que atesora en latenca la naturaleza; la belleza que reclaman nuestros presentes das y7

que deber sintetizar todos los actuales conceptos cientficos que hacen muestro existir grato y estable, asegurando la conservacin de la especie. El socilogo y filsofo contemporneo, Oswald Spengler, cuya obra El Naufragio de occidente origino tanto revuelo en la Alemania de la post-guerra, insiste mucho acerca de la intima correlacin que existe entre la Geometra y la arquitectura. Esta idea tambin ha sido sustentada por el Dr. Geilen en su obra Matemticas y arquitectura como bases de la cultura occidental, en la que dice: Las proporciones de las plantas y las elevaciones de los templos griegos y gticos se han obtenido por medio del tringulo equiltero o del exagrama que resulta de su duplicacin; o de las relaciones lineales del pentgono regular y del pentagrama que comporta La Seccin de Oro, y que puede considerarse, desde un punto de vista puramente matemtico, como la figura rectilnea ms perfecta, por lo que se le ha considerado como el smbolo de la mas elevada armona; explicndose as el poder casi milagroso que se le atribuy en otros tiempos. La figura plana del pentagrama esta estrechamente ligada y de la manera ms perfecta con los cinco cuerpos de Platn..................Debe hacerse notar que en los cristales que son las reproducciones inorgnicas ms acabadas desde el punto de vista de la forma, la naturaleza no sale de las figuras del cuadrado y del hexgono, de acuerdo con la Ley de los ndices racionales. Pero el pentgono y sucedneo superior, el dodecaedro, caro a Platn, toma una revancha inesperada cuando se pasa al examen de los sistemas vivientes; aqu las formas pentmeras aparecen frecuentemente, mas frecuentemente aun que las derivadas de los sistemas cbico y hexagonal. No es menos importante hacer notar que las proporciones del cuerpo humano adulto estn proporcionadas por el ritmo de la seccin de oro, es decir, por las relaciones lineales que se encuentran en el pentagrama. Los griegos y los constructores de la edad media conocieron este secreto de la belleza de las formas naturales, que algunos raros artistas del Renacimiento todava aun poseyeron; y emplearon (Griegos y Gticos) esta seccin de oro no solamente en las reproducciones del cuerpo humano y en sus templos, sino tambin hasta en los menores detalles de los objetos del ritual en los servicios de sus templos. Segn las ultimas conclusiones a que han llegado, Arquitectos como F: Macody Lund, el Ing. E. Moessel, estetas y filsofos como Sir Theodore Cook, M. Jay Hambidge, Matila C. Ghyka, adems de los situados anteriormente, durante la antigedad y hasta la poca medioeval, los Arquitectos y dems artistas plsticos, poseyeron determinados sistemas de proporcionamiento basados en la Geometra trascendente de las formas de la naturaleza emplendolos como estructura oculta de todas sus composiciones. A estos conocimientos atribuyen el hecho incontrovertible de que, durante esas pocas toda manifestacin de arte fue esplndidamente bella; mientras que a partir de Renacimiento, cuando los humanistas desdearon la obra Gtica, la ltima depositaria de estos conocimientos esotricos, es raro encontrar alguna manifestacin de verdadera belleza. Pero acerca de estos trazados reguladores, usados por los artistas de la antigedad, es necesario una aclaracin de capital importancia, que desvanecer las mltiples objeciones que acerca de ellas han surgido entre los artistas modernos: como las de que estos trazados serian pretendidos machotes o esqueletos para crear obras artsticas; que la creacin artstica es espontanea, que nunca puede surgir un verdadero producto de la inspiracin, del sentimiento o de la intuicin, dentro de la estrecha rigidez de un trazado geomtrico preestablecido. Todo esto es verdad, es la realidad; pero el uso de los trazados en cuestin, ser aceptado cuando se comprenda su verdadero papel regulador. El conocimiento de ello no hace a nadie artista. Es necesario, imprescindible, que existan, primero, el artista y su obra. El numen creador, la inspiracin, la facultad artstica y la habilidad de expresin son lo indispensable. Cuando la obra artstica esta concebida y manifestada ya en su primer expresin: boceto, maqueta, diseo, croquis, entonces y solamente entonces, pueden intervenir los trazados reguladores para dar a la obra, sin quitarle ninguna de sus caractersticas de inspiracin, de habilidad de su autor, el equilibrio, la armona o proporcin congnita con la naturaleza, y que, por el factor de imperfeccin que poseemos todos los hombre, no sabemos suprimir espontneamente. Las siguientes consideraciones llevaran a comprender aun mejor, la razn de ser de estos trazados regulares de las obras artsticas de la antigedad. El hombre creciendo conforme a una ley hasta ahora ignota, desarrolla su esqueleto de acuerdo con la proporcin de oro; de la misma manera lo hace el animal, naturaleza viviente como el hombre; la planta, otra naturaleza viviente, se desarrolla con la misma formula. Estos hechos estn comprobados matemticamente, y lamento mucho no poder, ahora, extenderme acerca de esta comprobacin cientfica. Por lo tanto, estamos autorizados para pensar que toda la naturaleza crece y vive segn un principio econmico especial, en el cual interviene el Nmero de oro. Principio por el cual logra construir con un mnimum de substancia, dejando siempre una va expedita haca un crecimiento igual a s mismo, tal como acontece nicamente en la escala creciente y decreciente que establece la seccin de oro.

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Estos pensamientos nos aproximan a la comprensin del CMO, del crecimiento misterioso del cuerpo siempre idntico as mismo, y de la antes incomprensible HERENCIA, que hace a los descendientes parecerse a sus ancestros. La seccin de oro puede tambin hacernos concebir, como nuestros propios actos en la vida, los actos espontneos, instintivos, en los que la reflexin no interviene, tienen tendencia a manifestarse o exteriorizarse de acuerdo con el mismo tema de la DIVINA PROPORCIN, el mismo de nuestro crecimiento continuamente idntico as mismo. Esta seccin de oro es tambin, la nica expresin matemtica que permite a nuestra mente constatar la posibilidad de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeo. As pues, nuestra vida con todas sus complejas manifestaciones de actos, de sentimientos, de pensamientos, de inspiracin, se produce conforme a la seccin de oro; somos ese nmero de oro, es el signo de lo trascendente en nosotros, es el contacto que tenemos con la vida inmanente. Cmo podramos rechazarlo o desconocerlo?....... Para terminar, solo me resta, contestar a una pregunta: Cul debe ser la orientacin arquitectnica actual en Mxico?....... Seoras y seores: Segn la historia, cada vez que un pueblo a logrado desarrollar una civilizacin, forjar una cultura, se observa que ha empezado siempre por asimilarse un ideal colectivo o religin bien definida. Solamente cuando los hombres se han encontrado bajo el influjo de una disciplina espiritual comn, han podido significarse en el progreso humano. Tenemos los mexicanos un ideal colectivo, laboramos al impulso de un propsito comn?...... La revolucin ha destruido la vieja estructura espiritual, que sostuviera al conglomerado mexicano en su bsqueda del supremo bien. La ha destruido fomentando en la conciencia del pueblo rebeldas y nuevas aspiraciones de todas clases, generosas en verdad; pero sin establecer el foco de donde irradien. Las ha sembrado al acaso, en medio de una incertidumbre e incomprensin desesperantes.... Este caos espiritual de nuestra patria, ha coincidido con el caos espiritual que al Occidente trajo la guerra europea. Mientras nosotros y todo el Occidente carezcamos de un ideal espiritual, mientras persista este pandemnium de ideas antagnicas, de inspiraciones y aberraciones inverosmiles e inconexas, la Arquitectura, que es la flor ms selecta de una civilizacin, tiene que traducir el espritu inquieto, torturado, confuso, absurdo de nuestra poca. Seguramente, los hombres no cejarn, hasta encontrar ese ideal salvador, la nueva religin que ya alborea bajo las claras naves del inmenso templo de la ciencia actual; cuya tendencia ms moderna trata de aunar en un solo conjunto, como en las gloriosas pocas del pasado, las ciencias, las artes, las morales, las filosofas; todo el conocimiento humano en una sola unidad. Se trata ahora, de restaurar o de instaurar una gran sabidura nica. Nuestra alta ciencia esta invadiendo los campos de la Mstica, y un da no lejano, surgir de la mejores universidades del Occidente, LA NUEVA DOCTRINA CIENTFICAMENTE ESPIRITUAL, que todos aguardamos. Por tanto, es indispensable a la Arquitectura, al Arquitecto moderno, poseer la ms alta cultura de nuestros das; poseer no solo los ltimos adelantos de la ciencia de la construccin, sino anegar su mente y su corazn en las ingentes linfas de la civilizacin entera, en todos sus aspectos, cientfico, artstico y filosfico; conocer y sentir profundamente nuestros problemas sociales; estudiar nuestra tradicin artstica. Nuestros usos y costumbres y la genuina idiosincrasia de nuestro pueblo; as como conocer a fondo su profesin, enriquecindola con el estudio de los trazados reguladores a que ya aludimos, con observacin esttica de las obras y de los seres de la naturaleza, y con el conocimiento cientfico de su funcionamiento. As concibo la orientacin que debemos adoptar, para cooperar eficientemente en la bsqueda del ideal colectivo, que espera ansiosamente el Occidente. HE TERMINADO. Mxico D.F., 9 de Noviembre de 1933.

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Arquitecto

JUAN 0'GORMANSeoras, seores y compaeros: Espero que perdonarn las faltas que ustedes encuentren, sobre todo, que perdonen mi falta de experiencia y de cultura, que son cosas que slo se aprenden a la larga con los aos de estudio continuado, pero una razn me trae a hablar sobre los temas propuestos por la SOCIEDAD DE ARQUITECTOS MEXICANOS, una razn para m fundamental, un deseo desinteresado. Si es que ataco ideologas distintas, con la que voy a exponer a ustedes, es tan slo porque as lo creo til, para un mejoramiento en el criterio y un mejor entendimiento sobre la arquitectura. Deseo tan slo hacer una crtica sana y no pasional, y al propio tiempo hacer a ustedes explicables los puntos de vista, que forman una parte de la orientacin de la Escuela Superior de Construccin. El punto ms importante que ha sido expuesto en las plticas anteriores y que es, creo yo, el eje de toda la controversia y en lo qu consiste la diversidad de los criterios, es el siguiente: Los factores sentimentales, las llamadas necesidades espirituales, deben intervenir en la composicin de la arquitectura, y es necesario hacer que estos factores innegables y perfectamente humanos, participen en los programas arquitectnicos, o bien la presencia de estos mismos factores est en detrimento y en mutilacin de las otras necesidades materiales ms importantes, ms palpitantes y por lo tanto ms profundamente humanas.

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Es necesario entonces que aunque brevemente analicemos estos factores que al propio tiempo ser la contestacin de las diversas preguntas propuestas por la Sociedad de Arquitectos Mexicanos. En primer lugar, una manera de entender estas NECESIDADES ESPIRITUALES, consiste en aceptar las razones subjetivas como razones fundamentales. Por razones subjetivas entendernos claramente aquellas que forman la vida sentimental de cada uno de los individuos y que claro est, son de una diversidad enorme. Diversidad que aumenta da a da. El problema sentimental de cada persona, est en razn directa de su educacin, de sus deseos, de sus ocupaciones. Podemos decir que esta forma de pensamiento humano (los sentimientos) van modificndose ms y ms a medida que alcanza el individuo mayor o menor altura en su educacin, a medida que sus deseos se modifican. De tal suerte, que, los gustos y los sentimientos van diferencindose a la par que van diferencindose las especies de trabajo y de vida, dentro de la libre competencia y la explotacin. (Un caso idntico al biolgico). En cambio, las necesidades esenciales son para todos los hombres valores conocidos, exactos y precisos. El tamao de la puerta de la casa del obrero, ser igual que la puerta para la casa del filsofo. La necesidad esencial se resuelve en cada caso con exactitud. La ventana por donde entra la luz y el sol para el uno y para el otro, deber ser de una forma nica, precisa que resuelva lo mejor posible el problema de entrada de luz y de sol a la vida del uno y del otro, al igual que todos los problemas tcnicos que se presenten. Quiero suponer, que un seor Don fulano, va a hacer su casa con la cual quiere llenar no slo las necesidades esenciales de la vida, sino que se propone tambin satisfacer sus sentimientos y necesidades espirituales. Pero las necesidades sentimentales de Don fulano, hacen variar estas esenciales, se sobreponen valores subjetivos a los valores fundamentales. La puerta de su casa deber parecer de un palacio, la ventana deber ser en forma de arco, etc., y se destruir sin piedad la razn fundamental por motivo de un capricho personal. Si este buen seor acaba de regresar de Europa y se impresionaron en su psicologa los monumentos clsicos, querr que su casa tenga columnas dricas o jnicas -otro buen hombre desear que se le hagan aplanados rugosos salpicados de oro slo porque as le parece conveniente. Y cuntos son aquellos a los que les deleita la maceta o el balcn cubiertos de pedazos de plato. Y todas estas manifestaciones las unas ms vulgares y ridculas que las otras, son el ambiente que se crean a su alrededor las personas, para satisfacer sus necesidades de gusto espiritual. O bien que los Arquitectos con su gusto personal son los que han de decidir e imponer a los diversos tipos de hombre la solucin de sus necesidades sentimentales? Se me dir: este es precisamente el papel educativo que el Arquitecto desempea. Muy bien, pero cada Arquitecto tiene diversos sentimientos, productos de una vida distinta de los otros y no es posible decidir cul est equivocado. Si el uno, si el otro, o si todos. No se podr decidir cul sentimiento es el que ha de imponerse con este criterio autinlico. Vemos que la ciudad nos lo manifiesta claramente. Cada Arquitecto y cada propietario de casa expresa su personalidad sentimental y sus gustos y a cada 10 o 15 mts. de calle nos asalta un edificio distinto del anterior y nos arroja a la cara sus sentimientos espirituales, el uno clsico cerca del otro Luis XI o peor an, el seudo-colonial cerca de otro modernista y todo este estado revela el desorden absoluto como consecuencia de la incordancia de los sentimientos mltiples que se reflejan y que no tiene una base slida comn a todos. Estas necesidades espirituales son como las del borracho que siempre puede dar magnficas razones de l, porque se emborracha, simplemente le gusta, o para olvidar su vida triste, o la muerte de su novia, o de su amigo. Magnficas razones subjetivas, pero nadie negar que el alcohol daa las clulas orgnicas del cuerpo del hombre, verdadera razn fundamental que s podemos generalizar para todos. Innegable es que todos los hombres tenemos sentimientos que son el producto de la vida y de la experiencia, pero que por este hecho vamos a dejar que estos sentimientos tengan una participacin perjudicial en la solucin de los problemas de la arquitectura, por ms que estos sentimientos o razones espirituales sean razones subjetivas necesarias a sus poseedores. Quin nos asegura que estas razones espirituales subjetivas, no son otra cosa ms que los complejos y las inhibiciones que cada sujeto se forma en su psiquis, como corazas protectoras contra los accidentes vitales y econmicos. SEGUNDO.- Se podr entender tambin COMO RAZONES ESPIRITUALES el hecho necesario del anuncio. El anuncio del Banco, de la Sociedad Annima, de la Empresa, o del comerciante y confundir inconscientemente o conscientemente esta razn de anunciarse con las llamadas necesidades espirituales. Los bronces y mrmoles de los bancos, que tapan la estructura de acero o de concreto, las fachadas de piedra imprescindibles en edificios de mayor importancia no son otra cosa ms que el anuncio de las instituciones. Formar un ambiente lujoso es formar un ambiente caro y un ambiente caro revela buenas posibilidades econmicas, que responden y garantizan con su capital los capitales, los ahorros, los seguros, las11

acciones, las inversiones. La casa con sus papeles tapices, sus candelabros, sus sillas doradas, alfombras caras, en sntesis, con sus lujos podr ser racional, si por racional entendemos el anuncio. El anuncio personal que en mltiples ocasiones se traduce en casas pomposas de personas que gastan su dinero en anunciarse aunque no puedan pagar los libros de estudio de sus hijos. Racionalismo como el siguiente: Una compaa que fabrica y vende jabn, anuncia su producto como el mejor, naturalmente, aunque en realidad no lo sea, pero da a conocerlo con el cuadro de la cara de una muchacha bonita, de cutis terso y delicado, sabiendo, claro est, que a nadie le disgustan estas cualidades femeninas y sabiendo que por la asociacin inmediata de ideas se fijar en la mente de los individuos el nombre del jabn, en conexin directa con cualidades de suavidad y delicadeza del cutis provocadas por ste, el nico jabn, si se quiere exagerar un poco. El nico entre miles, pero nadie analiza la cualidad intrnseca de todos los jabones para seleccionar el mejor. La tcnica del anuncio es la tcnica del engao. Muy necesaria si ustedes quieren para la Empresa, o para la Compaa o para el comerciante, pero no para el hombre. Quin se imagina un banco que no tenga sus lujos, sean stos en mrmoles, o bronces, o maderas finas, y quin me dir que esto no es un anuncio. Hay realmente alguno que me diga? no, est usted equivocado: estos mrmoles y estos bronces resuelven necesidades espirituales. TERCERO.- POR RAZONES ESPIRITUALES se entiende tambin la satisfaccin de ciertos gustos, caprichos o necesidades de personas que encuentran perfectamente racional satisfacer estos caprichos o estos gustos por el simple deseo de ser mejor, o ms elegante, lo ms distinguido que el vecino: razn de la vanidad. Pudiramos decir vanidad sin lmites, puesto que la vanidad no se castiga. Vanidad que lleva necesariamente a las extravagancias. Vanidad que se traduce en el deseo de poseer algo que no tienen otras personas, algo distinto, diverso, por lo cual pueda diferenciarse de los dems humanos. Mi casa que no sea igual a las otras, primera condicin y con esta superflua razn de vanidad se pasa sobre los verdaderos principios racionales de eficiencia, para resolverle a un necio su necesidad espiritual. Si analizamos la razn por la cual existe la humana vanidad, muy humana y muy torpe, veremos que slo es un complejo de inferioridad, que si es bien cierto que es una necesidad, lo es a la par que la medicina es necesaria al enfermo. Lo cual no nos capacita a aplicarla a todos los hombres sanos. Nadie se negar a s mismo la necesidad de su vanidad aunque la niega ante los dems y nadie sealar que este deseo de diferenciarse est causado por nobles sentimientos. El millonario que manda hacer un automvil estilo Luis XV, su saln de estilo chino, su biblioteca misin y su despacho modernista, con la ventana en esquina, tiene el capricho o la necesidad si as quiere llamrsele, de opacar a su adversario o a sus amigos, arrojndole todo el oropel y la pastelera que puede comprar con el dinero. Se sentir satisfecho y encontrar una buena razn y muy humana de diferenciarse. Hay otros que no teniendo dinero suficiente, tratamos de diferenciamos, por el contrario, con rarezas, con cuadros sub-realistas o ultra-terrenos, con camisas negras o azules, con cuartos mugrosos, con casas modernistas o con ponernos la mano sobre la frente en los conciertos que no omos. Pero lo que no es perdonable, es que a la incapacidad de distinguirnos por nuestro talento o trabajo, la disfracemos con el lema fcil de una razn espiritual. Voy a contar una ancdota de los anales de la arquitectura que resuelve necesidades espirituales. Un hombre sencillo e ingenuo. El comedor de su casa de habitacin que nos prepara una sorpresa. Un cielo raso azul con nubes del que cuelgan de hilos, pajaritos de celuloide de color. Momentos antes de entrar al comedor, una criada pone en movimiento el regimiento celeste por medio de un plumero y un disco de los silbidos del bosque indica la hora de comer, sea tambin de satisfaccin en la casa del propietario, de los pjaros y vanidad satisfecha del buen hombre cuando dice: esto nadie ms que yo lo tiene en su casa y as como este ejemplo de locura es el lmite de una escala, hay otros muchos casos, los unos ms absurdos que los otros, algunos ms sofisticados y otros ms ingenuos, pero todos tienen por comn denominador el satisfacer una necesidad espiritual que el sicoanalista llamara un complejo de inferioridad. POR NECESIDAD ESPIRITUAL se podr entender tambin lo que pudiramos llamar el darse gusto en un juego que se fabrica muchas veces a pesar de la razn. Darse este gusto ser la nica explicacin por la que existe "el arte por el arte", o la plstica. La excusa del "arte por el arte" es una razn quiz ms inteligente que las anteriores, porque se presta en muchas ocasiones a confundirla con el conocimiento y con la cultura, es aqu donde participan en el juego, el modernismo y la arqueologa dndose la mano como hermanos, de apellido Artstico. Modernismo artstico y arqueologa artstica. El romanticismo que encontraba la belleza absoluta en la naturaleza y que para contraste necesario, y como consecuencia inmediata, la obra del hombre, lo artificial era feo, a menos que esto artificial tuviera una conexin con lo natural, este concepto todava pesa sobre de nosotros. Para el romntico, los rboles, el lago, el bosque, el cielo, el mar, la montaa, el sol, la luna y las estrellas, eran bellas y hermosas, quedando el nico contraste para establecer la comparacin necesaria, que sera lo feo, lo vulgar y lo artificial. Se estableci la obra de Dios hermosa necesariamente, y la obra del hombre por contraste fea. Y slo cuando sta imita a12

aquella, ser hermosa. De aqu como consecuencia inevitable, a la simple tcnica, a la obra necesaria y til, se supona que le hacia falta algo, algo que la acercara a la divinidad, algo que aunque destruyendo los factores utilitarios o razonables, la acercara a la obra divina, algo que concordara con el hombre compuesto de cuerpo y alma. Cuando que precisamente, el objeto por el cual el hombre invent la casa, la primera cabaa, as como la primera rueda, la primera creacin humana fue el de defenderse de la naturaleza. El hecho importante que lo define, fue el encontrar su enemigo, el de luchar contra el aire y contra el agua. Invent el hombre la arquitectura no para copiar algo que le daaba, que lo castigaba y ofenda, sino para librarse de ese algo que era su enemigo, la naturaleza, y hoy el Arquitecto tiene como enemigo contra el que luchar, esta misma naturaleza en mltiples problemas del acondicionamiento del hombre, para mejorar su salud y su existencia. Esta tesis romntica aprovechara hbilmente por la demagogia artstica, crea el vocablo "arte por el arte" y el vocablo plstico que consiste en creer que hay algo divino, que provoca un gusto especial, un gusto que acerca a la belleza absoluta, un gusto mstico que eleva. No dudo que algunos lo sienten, pero no lo razonan, y que si lo traducimos al lenguaje de la arquitectura, slo tiene dos manifestaciones posibles. LA PRIMERA sera el gusto de ver el juego de las formas, de la luz y de la sombra, y el SEGUNDO el gusto que produce el juego con la copia ms o menos exacta o la llamada inspiracin en la tradicin y en la arqueologa. Por lo que se refiere a la primera parte de esta forma del pensamiento, claro est que todo es defendible, todo se vuelve razonable con tal de agregar al final a m me gusta, o bien, a nosotros nos gusta este juego de luces y sombras y por esta razn lo hacemos. Quieren hombres, modernismo, futurismo, sub-realismo, lirismo y otros muchos. Aqu se desborda el ro de todos los gustos y hay cabida a todas las formas por absurdas que sean. Aqu hacen su agosto los seudo artistas. A ro revuelto, ganancia de pescadores. A ro revuelto, ganancia de timadores. En las exposiciones de cuadros tienen ustedes el nico cuadro interesante que es la patente de la inconsciencia y de la falsedad con una excusa muy buena, el arte superlativo, el aire libre, el arte digamos claramente anarquista, sin base de ninguna clase, al igual (y psame decirlo), es el cuadro que nos presentan las casas de las nuevas colonias el cuadro anarquista del Hipdromo, sin orden, sin ciencia y sin responsabilidades histricas de ninguna clase, con una muy buena excusa: somos artistas y sentimos. Pregunto yo: sentimos qu? La belleza? Cul belleza? Cada cual tendr un concepto diverso, tan diverso como se quiera. Un concepto que nadie explica y que nadie controla, que va desde el hecho de poner la trompa de un elefante en vez de poste, hasta el hacer molduras cuadradas sin razn, en los paos de un muro. Libertad absoluta, democracia en el arte, que opine la cocinera, quin nos dice que ella no est capacitada para opinar. Ah! Pero entonces se nos dir: Hay algo en la obra artstica que es oculto, indefinido, incalificable, que no se explica, pero que slo se siente. Yo pregunto: quines son los que sienten? Se me contestar: los hombres capacitados para sentir, aquellos que por su vocacin lleven en su sicologa esta cualidad, cualidad invisible e incgnita, e intangible. Cosa misteriosa esta. Fanatismo artstico y Fe indemostrable, que tiene como todo fanatismo, una razn de existir. La razn del disfraz. El disfraz es til para aquellos que lo portan. El disfraz es til cuando existen dos factores. 1 Un pblico incapaz de discernir y que cree a ojos cerrados lo que se le dice y 2 Cuando el disfraz es til al disfrazado para que se le califique de hombre superior, portador de un misterio o una manifestacin de una cultura incgnita. El artista que no razone es un mistificador que se aprovecha de la falta de conocimiento del pblico que humildemente acepta, que no opina y que con palabras vacas, llena otros vacos. Refirindonos a la segunda parte de esta misma forma de pensamiento que consiste en la inspiracin en los edificios de la antigedad y por inspiracin, no slo entiendo la copia directa o parcial de detalles, sino que tambin entiendo el sentido artstico, que se le da a esta manera de pensar y que consiste, principalmente, en referirse a una tradicin como base del pensamiento que funcion bajo otras condiciones de vida. De otra manera lo expresar: El ver y analizar lo que tenemos en nuestra tradicin arqueolgica, no bajo el concepto spengleriano de ver la tradicin, como materia histrica, la accin del hombre de otros tiempos y bajo diversos impulsos y condiciones, sino bajo el concepto positivista, como la base a una accin continua e inquebrantable. Claro, desde el punto de vista spengleriano, a nadie se le ocurrira ni siquiera considerar que la arqueologa fuera la base de una inspiracin, puesto que a condiciones diversas de vida, corresponderan necesariamente, condiciones diversas de la historia, pero si la tradicin la consideramos como accin continuada, tendramos un apoyo para este asunto de la inspiracin. Vemos en nuestra propia historia ejemplos tan palpables, como el hecho de la conquista de Mxico por los espaoles, en la que no slo se quiebra la tradicin, sino que la intencin de los hombres que dominaron fue precisamente arrasarla, demolerla, perderla y destruirla, imponiendo nuevas modalidades a la vida, al trabajo y al pensamiento humano, y como consecuencia directa de este hecho histrico, resultaron nuevas formas. Lo poco que qued a la arquitectura colonial en detalles13

insignificantes de la tradicin antigua, fue muy a pesar de los conquistadores slo porque no pudieron precipitar los acontecimientos y porque tuvieron que valerse, en ocasiones, de obreros indgenas. La inspiracin, concepto por dems perfectamente romntico, es la anttesis de todo mtodo. Aplicar conocimientos es algo definido y preciso. Pero aplicar una inspiracin es bordar en el vaco, precisamente es no precisar y no definir. Copiar o dibujar como una disciplina pedaggica los monumentos de la antigedad, sean stos aztecas, mayas, coloniales o ms recientes, corresponde a imprimir y grabar en la mente de la juventud la forma que fue producto de otras necesidades y de otros mtodos constructivos y que est tanto ms lejos de nuestra vida y de nuestros medios cuanto mayores son los progresos materiales de la humanidad. Corresponde, digo, a mal informar y a engaar con la forma que revela una posicin histrica diversa y una vida completamente distinta de la vida nuestra. Esto tambin corresponde a volverse servil a una tradicin y a la arqueologa, que por el hecho de ser antigua no pudo equivocarse nunca y es buena a priori. Parece que la frmula de este mtodo que se ensea es "Vivir de los muertos aunque matemos a los vivos". Darle importancia a la forma que les produce un placer a personas que estn encariadas con la arqueologa y guiar el criterio de la juventud por este camino, es hacerlos impotentes para la verdadera creacin utilitaria de hoy. Creen ustedes que el Ingeniero Mecnico, necesite copiar las formas de las mquinas antiguas para estar capacitado a producir el mejoramiento o el invento o la creacin mecnica? Creo que es obvia la contestacin, no? Pues bien, por una parte el misterio del arte, a esto que no se razona y slo se siente, pero que perjudica gravemente. A este fanatismo, y por otra parte a la modulacin y comparacin de la antigedad con nuestra enseanza arquitectnica que aparta de la vida real, se le podr llamar a esto necesidades espirituales? A un engao y a una corrupcin llamaramos satisfaccin espiritual? A las razones subjetivas y no fundamentales. Al anuncio que engaa. A la satisfaccin de caprichos y vanidades y al fanatismo que dicta a ojos cerrados y vive de la fe de su dogma podramos llamar necesidades espirituales? Se podra pensar por lo antes dicho que niego valores indiscutibles humanos e histricos, que niego la esttica como una de las manifestaciones de la inteligencia humana, pero la confusin podr estar, en considerar la esttica como el medio y la finalidad de la obra, en vez de considerarla como su consecuencia. S, niego a la esttica el papel que se le ha dado como medio para resolver y como finalidad de la obra. La vida impone sus condiciones econmicas y sociales y sus condiciones materiales. A la tcnica con sus medios le toca resolverlas de la mejor manera. Por la mejor va, el mximo de eficiencia por el mnimo esfuerzo. Esto s es proceder razonablemente. No hay que olvidar que el hombre es el animal racional, el nico, y proceder por cualquier medio que no sea ste de mxima eficiencia por el mnimo esfuerzo, es no proceder racionalmente. Pregunto: qu alguno de ustedes tiene algo en contra de esto? yo creo que no. Hay alguien que crea que el hombre debe proceder de otra manera? y que esta manera sencilla y lgica puede ser una manifestacin de la moda o del modernismo? Seores: creo que la arquitectura que resuelve las necesidades materiales, palpables, que no se confunden, que existen, pudindose comprobar su existencia y que al propio tiempo son fundamentales y generales de los hombres, es la verdadera y nica arquitectura de nuestra poca. Las necesidades que pueden ser precisadas y medidas por la ciencia y la arquitectura que resuelve estas necesidades materiales por medio de sus procedimientos cientficos, por los medios ms adecuados en cada caso, con los materiales y estructuras hechas para ese fin, es la nica y verdadera arquitectura tcnica, la arquitectura cientfica, como ustedes le quieran llamar, que no tiene nada que ver con la moda o el modernismo, que est tan alejada de estos equvocos conceptos como pueden estarlo de lejos el aeroplano o la locomotora. Noble arquitectura tcnica, arquitectura que es la verdadera expresin de la vida y que es tambin la manifestacin de los medios cientficos del hombre actual. Que es aquella que est en armona con el mundo fsico y qumico descubierto por el hombre, que es el resultado de la ciencia y por otra parte, armona que resulta de resolver las necesidades palpitantes, humanas. Arquitectura que si furamos sencillos nos bastara para encontrar en ella toda la belleza de la expresin de nuestra poca. Que si furamos nobles, nos bastara sin tener que disfrazarla; y que si furamos sinceros, nos bastara sin tener que avergonzarnos de ella, sin ocultar o desfigurar sus elementos. poca decadente aquella que desfigura las manifestaciones sinceras de su propia vida, y poca decadente, aquella que no le bastan sus propios medios para satisfacer sus sensibilidades; y poca decadente, aquella que inventa necesidades, porque su sensibilidad no responde a su vida. Seores: no dudo ni por un momento que esta arquitectura tcnica se preste a la mentira, no dudo que no se preste al engao y que con el pretexto de la utilidad que va a prestar, se haga forma por la forma o anuncio o demagogia. Conozco bien y lo reconozco en m mismo, que en muchas ocasiones aprovechamos esta tesis, precisamente por lo complejo de nuestra propia debilidad tcnica, o por el simple hecho morboso de14

llevar la contraria, o por la razn romntica de hacer papeles del sacrificado, o del no comprendido, o del sofisticado, o por adoptar la actitud del redentor; pero a esta actitud vulgar y deshonesta es tan fcil descubrirla, cuanto menos tcnica es la obra, y ms vale confesar sus propias faltas que sofocarse atrs de una careta o detrs de una bambalina. Pero no por estas manifestaciones del modernismo vamos a negar valores reales, pues si admitimos la tesis de las necesidades espirituales en la arquitectura sin la posibilidad de definir dichas necesidades, con un parntesis misterioso en lo que respecta la finalidad de la arquitectura, admitiremos automticamente al modernismo dentro de su definicin, quin nos dice que esta moda o modernismo, no es una manera de satisfacer las ambiguas necesidades espirituales? Cualquier intervencin espiritual o de otro nombre cualquiera que se quiera darle, que no sea la simple consecuencia de la razn, y cualquier intervencin que sea una imposicin a la vida perjudica y lastima la verdadera arquitectura as como cualquier factor que no sea razonable perjudica a la verdad, aunque levante en su favor un monumento falso con una palabra imponente "Espiritualismo" y aunque se alegue sofsticamente un misterio indemostrable. Cuntas vboras hay entre canastos de flores, y cuntas ametralladoras hay atrs de los altares. El slo hecho de decir que hay un infierno y un cielo y el hecho de que hay personas que as lo crean, no demuestran que exista y los fenmenos que se producen y que vemos como el de rezarles a los santos, es tan slo la manera de reconocer la ignorancia, al igual que la soldadera que carga el perico y la maceta, es tan slo debido a su falta de educacin y precisamente este hecho (de cargar el perico y la maceta) nos demuestra una falta de raciocinio elemental. Ojal que en vez de pericos y macetas cargaran libros, libros para educarse y para que reclamaran y exigieran un lugar de habitacin mejor, CON BUENOS BAOS DE REGADERA, con mucha luz y mucho sol y arrojar a la basura este lastre de mugre e ignorancia. Si a estas se les llaman necesidades espirituales denme otras ms nobles, porque estas ni a un perro las deseo. Pero hace crisis la situacin cuando al hospital se trata de disfrazarlo para que no parezca hospital. Si hubo personas que se revelaron, lo nico que revelaron, fue su ignorancia y su falta de conocimiento. Cmo hacer que un hospital, para que no parezca hospital, disfrazarlo de cabaret, o de restaurante, o de hotel. Un hospital, ante todo reclama buena planta, entre ms eficiente ser mejor, reclama jardn, luz, aire, sol que desinfecte, aparatos que curen, buen equipo, entre menos rincones obscuros, mejor. Esto mismo hace eficiente y til al edificio, esto mismo hace que sanen los enfermos, esto es lo que llamo bienestar. O que para que no parezca hospital, vamos a vestir a los enfermos de charros y chinas poblanas, y vamos a resolver el problema sentimental de los enfermos, de cada enfermo, vamos a llevarle a la soldadera su perico y su maceta al hospital. Imagnense ustedes a una cocinera y una seora de nuestra clase media, atacadas de apendicitis, cada una en su cuarto respectivo. Mientras tienen dolor claro, no tienen problemas espirituales. En la convalecencia, cuando pas ya la operacin, la cocinera querr sus cacerolas, su bracero, su cromo de San Pascual Bailn, y la seora, sus muebles dorados, sus columnitas de yeso y sus ngeles en el techo. Sera un problema difcil de escenografa, resolverle a una multitud de gentes sus necesidades espirituales en el hospital. En las escuelas, vamos a pensar en necesidades espirituales? Ante un problema de carcter de tanta responsabilidad y trascendencia, vamos a pensar en ambientes artsticos o aspectos agradables o espirituales del edificio? cuando lo que se necesita con urgencia es higiene. Higiene del cuerpo y de la inteligencia. Ventanas grandes que den mucha luz y muchos baos de regadera, y a esto se le llama arquitectura sueca o nrdica, sin analizar los problemas y sin conocer el medio. Muchos mexicanos hablan de Mxico sin conocerlo, sin conocer sus pocilgas, sus escuelas, su vida pobre, miserable y trgica. Si analizamos, aunque superficialmente el problema, veremos que el bautizar con sueca, nrdica o alemana, es simplemente porque se vio por fuera la forma, pero no el fondo. Se vieron las fachadas y no se vio el problema, un problema mexicano, perfectamente mexicano y del Distrito Federal. Si nos planteamos este asunto bajo las bases verdaderas existentes de escuelas baratas, econmicas, construidas con materiales durables y lo ms eficientes posibles para gastar el dinero del pueblo, del pueblo mexicano, vemos que sin remedio llegarnos a eso, que malamente llaman arquitectura Nrdica y que en realidad slo es la aplicacin de los conocimientos de composicin y de construccin. Como hombres conscientes velaramos porque los edificios tuvieran un plan racional y eficiente, para ser construidos con un costo mnimo, estaramos colocados frente aun problema cuyo enunciado es bien sencillo "mxima eficiencia con el mnimo econmico". Cada centavo pesara sobre nuestras conciencias si no se gastaba en algo til y estable, y si se lograba sacarlo avante, sera a mi juicio, ser buen mexicano y resolver problemas mexicanos. Si la forma del edificio que sera el simple resultado de la aplicacin tcnica fuera semejante a la forma de los edificios suecos o alemanes, querra decir simplemente que las necesidades, los procedimientos constructivos y las condiciones econmicas en ambos lugares, eran tambin semejantes. 0 qu, porque somos muy mexicanos, vamos a eliminar de nuestra educacin la ciencia constructiva porque es francesa o alemana?15

La arquitectura tendr que hacerse internacional, por la simple razn de que el hombre se universaliza ms, qu acaso no es este el papel de la educacin? Qu no es este el papel de la industria? Gracias a estos factores, en Mxico podemos tener la comodidad y el verdadero bienestar que nos procur la tcnica. Ojal tuviramos ms educacin y ms tcnica, aunque fuera sueca o alemana. Eficiencia al precio ms bajo no es acaso esta una necesidad internacional? El concreto armado y el acero estructural (no) son acaso sistemas de construccin internacional? Acaso no se cura o no se ensea hoy por procedimientos idnticos en los diversos pases? y no es acaso la arquitectura problema de los hombres, de todos los hombres? En los carros pullman o en los barcos, nunca se pens en hacerlos distintos para Mxico que para Francia, con el objeto de resolver problemas de nacionalidad. Comparar la arquitectura internacional al esperanto es una comparacin necia. El decir que la arquitectura internacional tiende a desaparecer, es tanto como querer tapar el sol con un dedo y es negar la tendencia de universalidad que tiene la educacin cientfica. Es tener una ideologa igual que las cocineras que tienen miedo a guisar con electricidad porque es el diablo y que salen corriendo y persignndose. La arquitectura internacional existe hoy. La arquitectura griega y la ojival, acaso tuvieron tendencias a un internacionalismo y el esperanto fue tan slo un experimento de gabinete, de fabricar en casa un lenguaje para que tuvieran comodidad unos cuantos viajeros turistas. El da que haya necesidad de un slo lenguaje, ese da habr slo un lenguaje, la tcnica resolver el problema cuando exista, antes no. Y aunque este lenguaje sea feo al principio, ya nos acostumbraremos despus a orlo bonito. Igualmente hoy se critica a esa arquitectura, que se dice es hacer cajas. Pues lo sentimos mucho. Pregunto: qu los libros no tienen forma de paraleleppedos, de prismas, o de cajas si se quiere, y qu alguno de ustedes tiene alguna objecin que hacer a esta forma de los libros? Pues no, claro est, como que esta forma es la ms adecuada para su construccin para su manejo, para la economa, etc., cualidades todas estas muy importantes y esta forma "de cajas" de los libros es internacional, aunque sean libros franceses o alemanes, o mexicanos, aunque sean rojos o verdes, grandes o chicos, y bien, qu en la arquitectura, en la que vamos a emplear un sistema estructural, internacional, el concreto armado, por ejemplo, en la que vamos a emplear ventanas metlicas, muros de tabique, pisos de linleum o madera, chapas, excusados, tuberas, instalaciones elctricas y de plomera, focos, etc., etc., INTERNACIONAL, nos quedara solamente y en mala hora, el recurso ridculo de adornarlas con algo mexicano, de hacerle el copetito o de retorcer la forma de un poste o alterar la forma de una puerta o de poner un arco de yeso, tan slo porque la nombrada arquitectura internacional no nos gusta. Llamaramos entonces al Arquitecto "Decorador de exteriores". Aqu podra yo decir como el Arquitecto Mies Van de Ros, cuando le preguntaron: por qu su arquitectura pareca cajas, contest: y qu de malo tiene una caja? y qu de malo hay en tener una arquitectura internacional? cules son las desventajas? En cambio, yo s puedo enumerar las ventajas de la llamada arquitectura internacional. Qu acaso, la arquitectura del pueblo, la arquitectura regional, no tiene siempre su forma semejante? el jacal mexicano es de una forma siempre igual, las casas de los pueblos, no son cosas semejantes, las unas a las otras en su forma? debido a que se ha empleado un sistema estructural igual para resolver las necesidades semejantes? y nos atreveramos a calificar esta arquitectura regional de mala, por este motivo? o qu, porque son mal hechas y disparejas, chuecas e imperfectas, vamos a admitir que su encanto est en esto? Equivaldra a decir que en la imperfeccin estara el secreto de lo sentimental, y un equivalente sera admitir en el hombre la tendencia a lo til, su inteligencia en pleito con otra tendencia; el sentimiento, desequilibrio humano, enfermedad humana, falta de armona entre sus facultades. A las enfermedades hay que curarlas y combatirlas para establecer algn da la verdadera armona, la armona mecnica y la armona humana, y librar al hombre de ser esclavo de la mquina y del campo. Precisamente de librarlo de ser un hombre mecnico, por medio de la tcnica y del orden. Librarlo de los fanatismos por medio de la verdad, llegar a la concordancia del sentimiento y de la razn y hacer del mundo mecnico, no un horror del que se huye y que se soporta, porque es inevitable como un infierno para pagar los pecados, sino un mundo en el que se encuentre toda la belleza y todo el bienestar que se procura el hombre a s mismo, consciente de su potencialidad creadora. Por eso, seores, a la arquitectura que unos llaman funcional o racional y otros alemana, sueca, internacional o moderna, produciendo confusiones con tanto nombre, la llamaremos arquitectura tcnica, con el objeto de definirla mejor, entendiendo claramente que su finalidad es la de ser til al hombre de una manera directa y precisa. La diferencia entre un Arquitecto tcnico y un Arquitecto acadmico o artstico, ser perfectamente clara. El tcnico, til a la mayora y el acadmico til a la minora. El primero para servir a la mayora de individuos necesitados que slo tienen necesidades materiales y a quienes las necesidades espirituales no han llegado. El segundo para servir a una minora de personas que gozan del usufructo de la tierra y de la industria. La arquitectura que sirve al hombre o la arquitectura que sirve al dinero. En el ejemplo, que se public hace algn tiempo en el peridico "E] Arquitecto" haciendo una comparacin del Ingeniero y del Arquitecto, los dos hombres frente a una cascada se ven con ms claridad16

estos dos puntos de vista. Y esto no lo traigo a colacin por criticar o por solazarme en un concepto errneo, sino solamente para hacer ms clara la diferencia entre los dos tipos de hombres. El Ingeniero vea el aprovechamiento de la fuerza natural, de la cada de agua y la produccin de energa elctrica, con el propsito utilitario del mejoramiento materias, llenando necesidades generales de los hombres. El Arquitecto, en cambio, vea el partido artstico que poda sacarle a la cascada como belleza. La hermosa cascada adornada con prgolas, balaustradas, escalinatas, con el propsito de llenar necesidades particulares a un hombre, a un pequeo grupo de individuos que gozaran del espectculo, deleitando su vista aunque se perdieran muchos miles de caballos de fuerza, y aunque miles de gentes carecieran de las ventajas que de la otra manera obtendran. Las condiciones econmicas actuales, producen estos dos fenmenos en la arquitectura. El primero consiste en la necesidad que tiene el capital de producir un inters y de gastar este inters en nuevas inversiones, por lo tanto, de emplear los medios tcnicos para obtener esto, y el segundo, el de invertir el supervit de los intereses en lo que podra llamarse, diversiones. En trminos de economista, podra decirse: a la inversin corresponden las soluciones tcnicas generales, para que gocen de ellas aquellos que las alcancen, y la diversin es un grado superlativo de la inversin que slo est al alcance de aquellos que gocen de una superabundancia econmica y que naturalmente est en manos de una minora que libremente y sin restriccin de ninguna clase, podr ser empleada a su antojo, sin veto de ninguna clase. De aqu resulta el fenmeno que palpamos a cada instante. En la misma casa de habitacin se presenta. Hay una gama de objetos que van desde lo absolutamente til, hasta aquellos completamente intiles, pasando por los intermedios y que con el afn de diferenciarlos se les ha llamado por diversos nombres: mquinas o equipos a los primeros, objetos de arte a los ltimos y muebles a los intermedios. Las estufas, los excusados, las tinas, las mquinas de coser, los focos, los lpices, los aparatos para flit, etc., estn en la primera categora. Los jarrones, los bordados, etc., estn en la ltima, y las sillas, las mesas, las camas, estn en la intermedia y vara su posicin en esta escala entre ms o menos decorativos. Y as como en el ejemplo de la cascada, en el que se ve palpablemente esta diferencia, encontramos tambin en las otras actividades humanas, estas dos manifestaciones. 1o.- La tcnica al servicio de los hombres y que hace productivo el capital, y la acadmica o artstica, al servicio de las minoras, para emplear el supervit de los intereses que produce la tcnica. El arte se vuelve entonces un parsito que vive de la tcnica y chupa la savia que haba de fortalecer y aumentar la capacidad productora humana. El arte de superestructura, y el arte que no sea la consecuencia directa de la tcnica, ser siempre una incongruencia, y la manifestacin del bienestar banal de una minora, logrado a base de la minora de los dems. Para terminar, quiero decir a ustedes que lo que acabo de decirles no son ideas nuevas, ni modernas, ni es tampoco ste un problema de nuestra poca, sino que son conceptos que encontrarn ustedes muy bien ordenados y dichos por individuos que con talento supieron expresarse para buscar tan slo y siempre el mejoramiento social en los problemas de arquitectura de su poca. Y con el objeto de reforzar le tesis en favor de la arquitectura tcnica, leer a ustedes los prrafos de los escritos de Arquitectos y pensadores del siglo pasado. Nuestra poca nos da los elementos de una fuerza creatrz enorme y como el ojival o el griego, debemos poseer nuestra esttica moderna y no contentarnos en proceder como las pocas secundarias o de segundo orden, aplicando a nuestras estructuras, decoraciones, rdenes o formas tomadas del pasado. Hoy la transformacin social y cientfica estn hechas, los programas estn bien definidos, el arte debe transformarse. Hace 40 aos muchos progresos se han hecho en la construccin, pero el arte no ha sabido armonizarse con estos progresos y han quedado reducidos a decorar y desfigurar estructuras. Desde hace mucho tiempo, la influencia del Arquitecto se ha atenuado, quedando en el papel del decorador y el Ingeniero del mundo tcnico, hombre que aplica los principios de la ciencia constructiva, tiende cada da ms y ms a reemplazarlo. El mal viene de que el Arquitecto se ha detenido en la tela de araa de la aplicacin de formas y frmulas en vez de imponerse por la fuerza de sus soluciones prcticas y tiles, y como ya lo dije, slo ha aceptado el papel del Decorado. ANATOLE DE BANDOL. 1889. El orden verdadero y no el orden clsico, se har en la arquitectura el da en que el Arquitecto, el Ingeniero y el Sabio, se confundan en una sola persona. La multiplicidad del conocimiento lleva a la simplicidad del concepto y lejos de impedir el desarrollo del arte y de la ciencia, es la condicin necesaria de su progreso.

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Pero los prejuicios de las personas rutinarias y de espritu estrecho, es tenaz. Vivimos hace ya mucho tiempo, en la tonta persuasin que el arte es una especie de entidad distinta de las otras formas del pensamiento y de la inteligencia humanas, absolutamente independiente y que tiene su fuente y su desarrollo en la imaginacin, en la fantasa y en los caprichos de individuos llamados artistas desconectados de la vida y de las verdaderas funciones humanas. DAVIUD ARQUITECTO DEL TROCADERO, 1878. Mientras el arte busca la intimidad del cenculo y viejas frmulas, patinando y resbalando sobre el mismo lugar, tmido y dbil con la vista siempre al pasado como un viejo, la industria marcha en adelante con actitud joven y viril, explorando lo desconocido y descubriendo frmulas nuevas para aplicarlas a rdenes nuevos, conquistando, por decirlo as, sus propias formas, y por lo tanto, la industria est mucho ms cerca de la belleza verdadera que el arte, pues est ms cerca de la vida. No es en los estudios de los pintores, arquitectos y escultores, donde se prepara la revolucin y la evolucin del hombre, sino que este proceso saldr de los talleres, de las fbricas, y las formas de hoy nacen al golpe del martillo o en la laminadora de acero. Bramante y Miguel ngel, no construiran hoy San Pedro de Roma, sera Eiffel. De este colosal embrin saldr algn da un arte colosal y esplndido que le falta a nuestro siglo y es la arquitectura. OCTAVIO MIRBEAU, 1898. O las reglas de un gran arte, o simetra que falsifica el ordenamiento, que dao nos hacen, cmo aliviarnos, cmo enmendar este mal, cmo hacer al pblico intervenir tilmente en las cuestiones de un verdadero arte y hacerlo emprender la buena direccin que ha perdido, que es tan necesaria y tendremos una arquitectura cuando el pblico quiera, y para obtener este resultado slo hay que seguir el mtodo siguiente: Dar un programa definido, despus mejorarlo lo ms posible y despus, cuando estn hechos los planos que llenen las necesidades, preguntar al artista, o al Arquitecto, o al Ingeniero, o al que los haya hecho, sea quien fuere, la razn de cada cosa. Las columnas de esta fachada, por qu? Los mrmoles sobre este muro, por qu? Los bronces, por qu? Las cornisas en los entrepisos, por qu? Las ventanas ms chicas aqu, ms grandes all, por qu? Las puertas multiformes, por qu? Arcos abajo y platabandas arriba, por qu? Y si l les contesta a ustedes alguna vez: Ah! pero nuestro gran arte nos dice. No dejen que los engae, pues la nica regla de este famoso arte llamado arquitectura, es el de no hacer nada sin razn. VIOLLET LE DUC, 1889. Traje tambin la amplificacin de una caricatura publicada en un peridico americano, que con algunos toques nacionales, les dar a ustedes una idea ms cabal de mi concepto, con respecto a esta ambigedad que llaman "Necesidades Espirituales". Al propio tiempo, doy las gracias a ustedes por haberme odo pacientemente y a la Sociedad de Arquitectos Mexicanos que organiz estas plticas, esperando tan slo, que del conjunto de opiniones y de la discusin de estos temas, se llegue a la mejor y a la ms til solucin, (cualquiera que sea sta), de los problemas de la arquitectura en Mxico. JUAN O GORMAN, Arq.

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Dibujo presentado por el arquitecto Juan OGorman Ilustrando su tesis.

Arquitecto19

MANUEL ORTIZ MONASTERIOCada poca crea su Arquitectura que es imagen fiel de su modo de vivir y de pensar. La Arquitectura es un comentario vivo de la existencia humana a travs de la historia; es la ms completa expresin de la vida de un pueblo, que deja escritos en sus monumentos, sus luchas, anhelos, religin, costumbres e ideales. La Arquitectura es el arte de construir la morada humana tomando en cuenta las circunstancias materiales y espirituales de tiempo, lugar, costumbres y personas. La Arquitectura es sin duda la ms grandiosa y real, de todas las artes debido a su enorme valor social. Por su doble naturaleza debe satisfacer armnicamente necesidades prcticas e ideales estticos; debe tener a la vez fines utilitarios y fines espirituales, pues materia y espritu tiene el hombre que habita en ella. La arquitectura alberga al hombre desde que nace hasta que muere; cada uno de los momentos de su vida transcurre dentro de la Arquitectura; cuando el hombre descansa, estudia, trabaja, se divierte u ora, es decir, en el hogar, la escuela, el taller, el teatro o el templo, su vida se desenvuelve, cmoda, higinica, agradable o bella, segn las cualidades materiales y espirituales de la obra arquitectnica. Es pues, natural, que ejerza una influencia poderosa en los hombres y en las sociedades. Siendo indiscutible que la Arquitectura es el reflejo fiel del modo de vivir y de pensar de un pueblo, no es menos cierto que por medio de la arquitectura se educa, se moraliza y se mejora una sociedad. Un gran pensador ha dicho: "hacemos nuestros edificios y ellos nos hacen ha nosotros".1 He aqu la clave del enorme papel social de la arquitectura. Lecorbusier termina su obra titulada "Vers une Architecture" con este terrible dilema: "Arquitectura o Revolucin"! con lo que da a entender que, o resolvemos la casa, la escuela, la granja, el taller, en una palabra, los organismos arquitectnicos en que se desenvuelve la vida de nuestros obreros, de nuestros campesinos y proletarios, hacindola cmoda higinica, agradable y an espiritualizndola, o la arquitectura ser culpable de la tremenda revolucin social que acarreara el dejar por ms tiempo pendiente el problema humano ms culminante en la poca actual. Lo anterior no significa que el problema de la casa popular, no obstante su trascendencia, sea el problema nico que deba resolver la arquitectura actual. Desde fines del siglo pasado se viene abordando enrgicamente la resolucin de este problema, especialmente en Inglaterra, Francia, Blgica, y en general, en los pases ms importantes del mundo. Antes de la gran guerra ya se haban dado pasos de importancia en legislacin y construccin de casas para el pueblo. Hace cerca de medio siglo que el estado y la sociedad vienen ocupndose muy seriamente de resolver el problema arquitectnico de la habitacin del proletario; sin embargo en Mxico, antes de ahora poco se ha hecho. Tiene razn el compaero Legarreta en lanzar una filpica contra los propietarios de las casas de vecindad de nuestros barrios, tiene razn de pedir una dictadura sanitaria que arrase las viviendas malsanas y obligue a los propietarios a construir viviendas higinicas y cmodas para nuestro pueblo. Hay que estar de acuerdo que sera un "desideratum" el que la mayora de nuestro pueblo viviera de una forma ms humana, fuera propietario y no-inquilino. Para realizar esto son indispensables tres factores: -EL ECONOMICO, EL INDUSTRIAL Y EL ARQUITECTONICO; capital a bajo rdito y grandes plazos. Construccin industrial de la "Casa serie" (metlica?... concrecional?) fabricada como los automviles Ford, por grandes organizaciones industriales y cooperativas. La labor del Arquitecto consistira en resolver adecuadamente el organismo funcional de los diversos tipos de casas, en estudiar los fraccionamientos o Ciudades Jardines en los cuales se armaran estas casas y sobre todo en la manera en que con las diversas piezas slidas de la fbrica se pudiera realizar el milagro arquitectnico de construir la morada humana tomando en cuenta las circunstancias materiales y espirituales de tiempo, lugar, costumbres, y personas, es decir: haciendo un "HOGAR" y no una "MAQUINA PARA HABITAR". Hay que tener presente el bello proverbio rabe que dice: "Si tienes dos panes vende uno y compra azucenas que embalsamen tu estancia". Adems de resolver en la forma m s humana, ms amable, ms bella posible la casa del obrero y del campesino, tiene la arquitectura amplio campo en que e ejercer su influencia social en la escuela y en la fbrica. La casa, la escuela y la fbrica son los puntos en que se apoya el mejoramiento obrero y el da en que ste cuente con una verdadera casa, en la que su cuerpo y su espritu encuentren bienestar y descanso, con escuelas para sus hijos que sern como la prolongacin del hogar y con fbricas en las que no slo las mquinas se alojen funcionalmente, sino que el obrero tenga un ambiente agradable, sano y atractivo, entonces la arquitectura habr dado un paso trascendental en la realizacin del bienestar y felicidad humanos.1

---Churchill.--- Morning Post. London, 26 de julio de 1924. 20

En igual forma que la arquitectura ejerce su accin social sobre el obrero por medio de la casa, la escuela y la fbrica, la ejerce sobre todos los hombres por medio del complejo arquitectnico moderno. Las catedrales, los monumentos conmemorativos y funerarios, los parques y plazas, los teatros, los estadios, los edificios administrativos, los palacios y residencias, los hoteles, los bancos, los hospitales, las crceles, etc., etc., lo mismo los edificios o monumentos en cuyo funcionalismo predomina la parte espiritual y emocional como son los templos y monumentos conmemorativos, que aquellos en que el funcionalismo es esencialmente utilitario, como son los edificios comerciales, todos ellos reflejan el modo de pensar, las costumbres y gustos de los pases, pocas y hombres que los realizaron pero a la vez ejercen una accin social refleja en los pueblos que los construyen. La poca actual exige una nueva arquitectura. Las ideas sociales han sufrido un cambio radical; los inventos han creado nuevas exigencias en la vida; los nuevos materiales y procedimientos de construccin exigen nuevas formas y nuevas soluciones constructivas. Los programas arquitectnicos modernos con su complejidad funcional creciente, no solo en lo que se refiere a la parte distributiva sino fundamentalmente a sus equipos, requieren soluciones nuevas a fin de que los edificios adems de tener una distribucin que satisfaga las necesidades del programa, est construido de tal forma que sus sistemas circulatorios de agua, electricidad, aire, etc., estn debidamente dispuestos; adems el uso del acero y del concreto armado exigen as mismo una nueva expresin constructiva. La arquitectura ha atravesado en los ltimos aos por una poca de transicin, en la que se han sucedido numerosos ensayos y rectificaciones tratando de orientarse hacia el verdadero arte, que es "anhelo constante para realizar la perfecta identificacin de LA FORMA y la materia". Siempre han existido en arquitectura dos escuelas o tendencias opuestas: la "lgica o racional" y la "tradicionalista". El abuso de la imitacin mal entendida de las viejas arquitecturas, ha provocado la reaccin correspondiente en el mundo entero en forma de anti-tradicionalismo. Este sentimiento ha venido a reforzar la "lgica o racional" la que con m s vigor que nunca ha cuajado definitivamente en reaccin u oposicin con el nombre de "FUNCIONALISMO". FUNCIONALISMO Y TRADICIONALISMO, he aqu los dos campos de accin de la arquitectura. La arquitectura, dicen los "funcionalistas", debe crear estructuras que satisfagan las necesidades materiales de un problema dado en la forma ms eficiente posible, usando procedimientos de construccin modernos y econmicos y dejando stos aparentes para que la arquitectura sea sincera, racional y exprese francamente la funcin que esta realizando. Nada de ropajes, nada de engaos! La verdad desnuda! Abajo las viejas formas de que ya est cansada la humanidad! No ms siglo XVIII de Francia, no ms Renacimientos, ni gticos, ni coloniales! No ms carnaval arquitectnico en las ciudades! Los ms radicales niegan espiritualidad a la arquitectura, a la que no llega Lecorbusier el apstol ms fuerte de la reaccin. Dice Lecorbusier: "La arquitectura tiene destinos muy altos, susceptibles de sublimidad; ella toca los instintos ms brutales por su objetividad y solicita las facultades ms elevadas por su abstraccin misma. La abstraccin arquitectnica tiene de particular y magnfico que enraizando en el hecho brutal se espiritualiza". Por lo pronto no veo inconveniente en aceptar que a una tendencia se le llame "FUNCIONAL" y a la opuesta "TRADICIONAL" sin que esto significa que la segunda haya por sistema olvidado que los edificios antes de tener la pretensin de ser expresivos, deben ser cmodos y bien equipados, en una palabra: funcionales. En nuestro caso FUNCIONAL y TRADICIONAL nos definen bien los campos. En el uno se llega a un extremo que es el abuso de la "funcin" y el segundo se llega al extremo contrario que sera el olvido de la funcin, por obtener una expresin plstica "tradicional" premeditada. Por lo pronto estos trminos no nos parecen equvocos como lo asienta el inteligente publicista y fuerte crtico de arte, don Federico Snchez Fogarty en su artculo "Efectivismo" publicado en el ltimo nmero de "Imagen". Propone llamar "EFECTIVISMO" al "Funcionalismo" y "EFECTISMO" al "Tradicionalismo". Por el momento discutir los trminos es secundario; lo fundamental es penetrar profundamente en los conceptos y aclarar errores bsicos que tienden a desorientar y entorpecer la accin colectiva arquitectnica. Se acusa a la escuela TRADICIONALISTA de conformarse con copiar o mal imitar las arquitecturas pasadas, sin preocuparse por las necesidades funcionales de la obra, ni de que su plstica corresponda a los materiales y procedimientos de construccin usados. En el siglo XIX el procedimiento de construccin sigui siendo estereotmico o de piedra aparejada. Los Arquitectos, salvo algunas excepciones, siguieron el camino de la imitacin de los estilos anteriores. Desgraciadamente la imitacin de los estilos del pasado ha consistido en muchos casos en la IMITACION DE PECULARIEDADES y no en la imitacin de aquellas cualidades que no son Romanas, Francesas o Gticas, sino esenciales en toda buena obra arquitectnica. Hay que imitar lo que es comn a todos los estilos y no lo que los distingue uno de otro. Por este camino la imitacin lleva a la creacin.21

Quin puede negar que el glorioso Renacimiento fue una poca de creaciones por el camino del estudio e imitacin de los clsicos? No obstante que desde el ltimo tercio del siglo XIX se comenzaron a erigir estructuras de hierro, verdaderamente fue en los ltimos aos que este sistema y muy poco despus el concreto armado se aplicaron con cierta amplitud en las construcciones. La construccin estereotmica sufri una modificacin trascendente; los edificios se construyeron con un esqueleto de fierro o concreto armado y forrados con muros ptreos aparejados. Los afiliados a la escuela "TRADICIONALISTA" siguen buscando la creacin arquitectnica a travs del estudio e imitacin de