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29 ¿cómoves? María Alejandra Concepción Salcedo Meza Personalmente Foto: Marco Mijares DEBIDO A sus aportaciones en el área de los bioinsecticidas, la doctora María Ale- jandra Bravo de la Parra, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, fue galardonada —la única mujer entre seis varones— con el Premio de Investi- gación 1998 que otorga la Academia Mexicana de Ciencias a la trayectoria científica. Previo a este reconocimiento, ya había obtenido dos medallas Gabino Barreda (UNAM) por el mejor promedio en la licenciatura y el doctorado en inves- tigación biomédica básica. Estos recono- cimientos son el fruto de 15 años de disciplina, entrega y talento que han for- jado su carrera. “El premio de la Acade- mia indica que vamos por buen camino en nuestras metas de investigación y lo comparto con mi equipo”. “Desde los cinco años yo jugaba a cu- rar, quería ser doctora. Me gustaban y se me facilitaban las matemáticas, la biolo- gía y la química, y sacaba buenas califi- caciones. Leía historias de ciencia ficción, en especial recuerdo Un mundo feliz de Aldous Huxley, en donde vi por primera vez lo que era la manipulación genética, eso era terrible pero interesante”. A su formación como investigadora contribuyeron con sus enseñanzas desta- cados científicos del Instituto de Investi- gaciones Biomédicas de la UNAM. No obstante, quien le ayudó a edificar sus co- nocimientos en el área de la microbiolo- gía fue el doctor Jaime Mora, del Centro de Investigación sobre Fijación del Nitró- geno de la UNAM, quien asesoró sus te- sis de licenciatura, maestría y doctorado (1984-1988). Al respecto expresa: “Es un investigador excelente, innovador, que ama su trabajo y eso me lo trasmitió, for- marme con él fue importante”. Otro eslabón fundamental en su carre- ra fue el doctor Rodolfo Quintero —im- pulsor de la biotecnología mexicana— quien en 1989 la invitó a trabajar como investigadora asociada en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la UNAM (hoy Instituto de Biotecnología). Para María Alejandra—mujer de com- plexión delgada pero fuerte, mirada profunda y hablar impetuoso— la inves- tigación “es preguntarse cosas con funda- mento; contestarlas con creatividad para comprobar hipótesis a través de la expe- rimentación. La ciencia es como hacer arte, tiene el mismo nivel de libertad y creatividad”. Y esos dos ingredientes han sido aplicados por la doctora Bravo y su equipo en el estudio de la bacteria Bacillus thuringiensis, productora de proteínas tóxicas para diferentes tipos de insectos como mariposas, escarabajos, mosquitos, hormigas y algunos protozoarios. Estos in- sectos se convierten en plagas de cultivos de maíz, frijol, jitomate y otros más, y se vuelven resistentes a los insecticidas arti- ficiales, los cuales son dañinos a la salud y al medio ambiente. Para combatirlos, la doctora Bravo ha desarrollado un bioin- secticida efectivo, no tóxico para huma- nos, animales y plantas que, además, es biodegradable. En el mediano plazo los estudios genéticos y moleculares de la actividad de la toxina producida por el bacilo mencionado podrían generar bioinsecticidas de acción más amplia. La línea de investigación de los bioinsec- ticidas a partir del Bacillus thuringiensis está a la vanguardia en el mundo, al igual que una colección de cepas de este baci- lo, caracterizada durante años con nuevas metodologías por el equipo de la doctora Bravo. María Alejandra describe así lo que le ha dado la ciencia: “De mi relación estre- cha con el microuniverso he aprendido que la vida es maravillosa: trabajar con genes y proteínas y ver que a partir de 20 amino- ácidos se pudo crear la vida; que el mis- mo código genético está presente —no al azar— en plantas, animales y bacterias, o comprender que hay proteínas que pue- den regular a otras, es sorprendente. Hay muchas cosas que desconocemos de la vida, trabajar con ella y descubrirla es una tarea que espera a muchos jóvenes”. Autodefinición. Soy muy inquieta, muy activa. Me considero promotora de proyec- tos e ideas. Tengo siempre una actitud po- sitiva ante todo en la vida. Estilo de vida. Mi vida es muy sencilla; estoy dedicada a la ciencia, a mis hijos, a mi esposo. Aficiones. Juego tenis, corro en banda de gimnasio todos los días. Con mi hijo Pa- blo, dibujo y pinto con acuarelas, lo dis- fruto mucho. Me gusta hacer todo lo que mi mamá me enseñó: tejer, cocinar, coser. Valores. La honestidad, la lealtad, la ver- dad son los valores centrales de mi vida y busco la congruencia entre lo que pienso y hago. Pasión. Mis hijos Pablo y Emilio. Manías. Me como las uñas y soy obsesiva con los problemas hasta que los resuelvo. Arte. En pintura, los impresionistas son mis favoritos; además Matisse, Van Gogh, Klee, Magritte. En música me encanta el rock: Pink Floyd, Janis Joplin, Rolling Stones, Genesis y muchos más. Bravo de la Peña Descubrir los finos mecanismos de los genes y las proteínas

Personalmente María Alejandra · María Alejandra Concepción Salcedo Meza Personalmente es DEBIDO A sus aportaciones en el área de los bioinsecticidas, la doctora María Ale-jandra

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Page 1: Personalmente María Alejandra · María Alejandra Concepción Salcedo Meza Personalmente es DEBIDO A sus aportaciones en el área de los bioinsecticidas, la doctora María Ale-jandra

29¿cómoves?

María Alejandra

Concepción Salcedo Meza

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DEBIDO A sus aportaciones en el área delos bioinsecticidas, la doctora María Ale-jandra Bravo de la Parra, investigadora delInstituto de Biotecnología de la UNAM,fue galardonada —la única mujer entreseis varones— con el Premio de Investi-gación 1998 que otorga la AcademiaMexicana de Ciencias a la trayectoriacientífica. Previo a este reconocimiento,ya había obtenido dos medallas GabinoBarreda (UNAM) por el mejor promedioen la licenciatura y el doctorado en inves-tigación biomédica básica. Estos recono-cimientos son el fruto de 15 años dedisciplina, entrega y talento que han for-jado su carrera. “El premio de la Acade-mia indica que vamos por buen caminoen nuestras metas de investigación y locomparto con mi equipo”.

“Desde los cinco años yo jugaba a cu-rar, quería ser doctora. Me gustaban y seme facilitaban las matemáticas, la biolo-gía y la química, y sacaba buenas califi-caciones. Leía historias de ciencia ficción,en especial recuerdo Un mundo feliz de

Aldous Huxley, en donde vi por primeravez lo que era la manipulación genética,eso era terrible pero interesante”.

A su formación como investigadoracontribuyeron con sus enseñanzas desta-cados científicos del Instituto de Investi-gaciones Biomédicas de la UNAM. Noobstante, quien le ayudó a edificar sus co-nocimientos en el área de la microbiolo-gía fue el doctor Jaime Mora, del Centrode Investigación sobre Fijación del Nitró-geno de la UNAM, quien asesoró sus te-sis de licenciatura, maestría y doctorado(1984-1988). Al respecto expresa: “Es uninvestigador excelente, innovador, queama su trabajo y eso me lo trasmitió, for-marme con él fue importante”.

Otro eslabón fundamental en su carre-ra fue el doctor Rodolfo Quintero —im-pulsor de la biotecnología mexicana—quien en 1989 la invitó a trabajar comoinvestigadora asociada en el Centro deIngeniería Genética y Biotecnología de laUNAM (hoy Instituto de Biotecnología).

Para María Alejandra—mujer de com-plexión delgada pero fuerte, miradaprofunda y hablar impetuoso— la inves-tigación “es preguntarse cosas con funda-mento; contestarlas con creatividad paracomprobar hipótesis a través de la expe-rimentación. La ciencia es como hacerarte, tiene el mismo nivel de libertad ycreatividad”. Y esos dos ingredientes hansido aplicados por la doctora Bravo y suequipo en el estudio de la bacteria Bacillusthuringiensis, productora de proteínastóxicas para diferentes tipos de insectoscomo mariposas, escarabajos, mosquitos,hormigas y algunos protozoarios. Estos in-sectos se convierten en plagas de cultivosde maíz, frijol, jitomate y otros más, y sevuelven resistentes a los insecticidas arti-

ficiales, los cuales son dañinos a la saludy al medio ambiente. Para combatirlos, ladoctora Bravo ha desarrollado un bioin-secticida efectivo, no tóxico para huma-nos, animales y plantas que, además, esbiodegradable. En el mediano plazo losestudios genéticos y moleculares de laactividad de la toxina producida por elbacilo mencionado podrían generarbioinsecticidas de acción más amplia. Lalínea de investigación de los bioinsec-ticidas a partir del Bacillus thuringiensisestá a la vanguardia en el mundo, al igualque una colección de cepas de este baci-lo, caracterizada durante años con nuevasmetodologías por el equipo de la doctoraBravo.

María Alejandra describe así lo que leha dado la ciencia: “De mi relación estre-cha con el microuniverso he aprendido quela vida es maravillosa: trabajar con genesy proteínas y ver que a partir de 20 amino-ácidos se pudo crear la vida; que el mis-mo código genético está presente —no alazar— en plantas, animales y bacterias, ocomprender que hay proteínas que pue-den regular a otras, es sorprendente. Haymuchas cosas que desconocemos de lavida, trabajar con ella y descubrirla es unatarea que espera a muchos jóvenes”.

• Autodefinición. Soy muy inquieta, muyactiva. Me considero promotora de proyec-tos e ideas. Tengo siempre una actitud po-sitiva ante todo en la vida.

• Estilo de vida. Mi vida es muy sencilla;estoy dedicada a la ciencia, a mis hijos, ami esposo.

• Aficiones. Juego tenis, corro en banda degimnasio todos los días. Con mi hijo Pa-blo, dibujo y pinto con acuarelas, lo dis-fruto mucho. Me gusta hacer todo lo quemi mamá me enseñó: tejer, cocinar, coser.

• Valores. La honestidad, la lealtad, la ver-dad son los valores centrales de mi vida ybusco la congruencia entre lo que piensoy hago.

• Pasión. Mis hijos Pablo y Emilio.

• Manías. Me como las uñas y soy obsesivacon los problemas hasta que los resuelvo.

• Arte. En pintura, los impresionistas son misfavoritos; además Matisse, Van Gogh, Klee,Magritte. En música me encanta el rock:Pink Floyd, Janis Joplin, Rolling Stones,Genesis y muchos más.

Bravo de la PeñaDescubrir los finos mecanismos

de los genes y las proteínas