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Okakura - Libro del Te.pdf

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  • I

    de! T '" e e 1e "dl\.UfoU O kakura es xionar sobre el arte y los artistas. A primera vista puede cer extraa est~ aseveracin:, un texto sobre la historia y usos de la conocida infusin, qu tiene que ver con el este caso, como en tantos otros, nuestros conceDtos resllltan a

    demasiado estrechos para acercarnos a e! Diccionario de la Real Academia

    es una vIrtua, disposici n o industria para hacer alguna cosa"; o bien "acto o facultad mediante los cuales, valindose de la materia, la imagen o del sonido, imita o expresa e!

    material o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando". este concepto de rasgos tan cartesianos en su defini

    en Japn (en todo Oriente) connotaciones interiores y espirituales, que en Occidente.

    el arte va unido indisolublemente a un camino 1 se define no en la obra acabada (una pin

    una, un vdeo, una danza, unospoemas publicados en un libro) sino en e! proceso, en el camino, elUe es donde se y se hallan las respuestas al

    lo ms profundo de s mismo. Tiene con una "direcccin vital" que con un conjunto de o habilidades objetivas.

    arte entendido se depositario y enseanzas generales que. deben beneficiar tanto

  • al artista como a cualquier persona que expenmente sus sensaciones, no buscando necesariame,::"~~ollvencer al experto.

    ra que resume estas ideas(s Do. 'Casi todos nosotros '----...,...)

    mcncionar Ull bucn nmero de actividades japonesas que contienen la palabra do en su nombre: BLldo,

    Karate-do ... pero qu significa exactamente? La respuesta no es facil, y no es este el lugar adecuado

    ra intentar mayores honduras, por lo cual habremos de con

    con exponer slo unas cuantas ideas.

    es la traduccin japonesa de la palabra china lao, llteralrtlel1te "Va", "Sendero" o "Camino" en una ~

    acepcin similar a la qL~~'~mple~~~J::~alvando"I~~"-~-stancias, Teresa de Avila en su "Camino de perFeccin". La unidad del Do y la actividad artstica indica precisamente la misma idea, y podramos definirlo como la "manera", el "espritu" con

    se practica el arte. Es un concepto que ha introducido con extraordinario vigor - -'. ' 'U"

    \t mo chino, en su

    con el

    ,1

    Esta idea constituye un valor de primer orden en la vida e intelectual de Japn. Representa el r,rincipio bsi

    ~~~~~~ ca de las mt'tltiples a:-~~.-Slue se han desarrollado en esa p~u-

    t~"del'7-;~l:;d~?"'d~d~"I'i~oesa hasta la jardinera, pasando el teatro y las Artes marciales. Siendo una de las ms des

    tacadas el Cha-do, o Arte del T, tambin conocido como ~:;.;,;~M"""""---"""'~";'''''''''"'''~''''J

    (:tJa no Y.{.~rre~cisamente la materia que trata el bellsrno escrito en 1906 por Kakuzo Okakura y que

    ra :marece entre los "Libros de los Malos Tiempos". uno de estos Do

    que al final s610 exista uno, sea cual sea la actividad ca (Jue se emDrenda), constituve un intento de Denetrar

    '----,.-.--..----_..____..__J

    IV

    en la naturaleza de lo e~ de experimentar la totali..... ,~~-~.~_,:.~~":'t.~-:--~~ ..__~__,,~._......-..----~

    (G(r::cIl=[l~l~11i(bd'dd Univ~rso.~,ra ello se precisa una vo'---..~_.._,...,"',.....-=,~~-,......,.....~

    luntad de abandono del que permita alcanzar el sentido de la vacuidad, ese profundo silencio, donde es posible ser lenado y odo por la armona de cuanto nos rodea.

    tales trminos se desarrolla el

    Il1terior, alcanzan el objetivo de destreza, experirnen tanda en la Sala ta, la verdadera libertad

    ... ..

    \ \ \ \ \

    personal. Es el camino hacia el conocimiento de uno mismo. El gran Maestro del T Rikyu, de quien en las p~1ginas siguientes se hablar con mayor profundidad deca: "El arte

    Camino del consiste simplemente en hervir el preparar el y beberlo". As de sencillo. Y a la vez as

    la Ceremonia del T describe una forma de vivir, ajena a las presiones la vida exterior, un "arte lo imperFecto" como dice Okakura.

    Un elemento comn al Zen y al Arte del es la constante atencin que ambos prestan a la sencillez. La eliminacin lo superfluo permite al practicante zen su captacin

    de la realidad, huyendo de todas las envolturas artificiales que ha creado la humanidad a lo largo de los siglos, supuestamente para su propio ennoblecimiento.

    La Ceremonia del' r es la

    metros interior estar

    l 1 I

    a excepci6n algn mueble y una tan exquisita como austera decoracin. El principio que anima la Sala de T, desde su misma COllstruccin hasta la eleccin utensilios,

    V

  • J. tcnica del sl::fvicio, la j mentara, cte., pre la supresin de todo ri y de

    Como dice el pueden ser viejos, pero la .rnente siempre

    con vigor renovado, de modo que se mantenga fresca y lista responder a las cambiantes estaciones y a

    vIsIones que se derivan estos cambios; no DO ser codiciosa, no estar inclinada a la extravagancia, se

    atenta y considerada con los dems, El caballeroso y

    no

    Otro legendario Maestro de T escribi: "Cuando el t con agua procedente de los abismos la lllClllC.

    cuyo tondo est ms all de toda medida, tenemos te lo que se llama Cha no Yti",

    Zen y la Ceremonia del T reproducen pues las mismas . cuando estamos llevando a cabo cualquier tarca,

    otras historias, ajenas e irrelevantes generalmel1te, en nuestro pensamiento desviando la energa que

    concentrarse en nuestra actividad. As cU

  • T carezca de un sistema docque sealan la sucesin de las dife

    ren tes acciones ceremoniales no aportan sino un marco litrgico a travs del cual se expresa el mensaje espiritual Cha Do. Lo Importante no son las reglas, sino lo que el ri

    simple decorado esttico) suscita en ~ YJ~radicin habla de cuatro cualidades principales:

    ~- La ceremonia del crea armonia solicitartdq el con- ]" curso de los cinco sentidos: armona del tacto (la taza), armona del olfato (perfume del t), armonfa visual (decoracin de la sala de t) y armona auditiva (el sonoro

    ., borboteo del agua hirviendo en la tetera). Estas afinan as, obra del rnaestro-artista del t, invaden por entero al prac

    ticante y adormecen las luchas interiores y las preocupacio nes Que ocupan habitualmente nuestro cerebro. El citado deca: "La Ceremonia del representa un senti()

    miento de armona entre el Ciclo y la Tierra, es la expresin u

    , mundo en paz. " Es un ejercicio reverencial hacia todo y hacia todos.

    En la sala de se silencian las pasiones (orgullo, desprecio, ambiciones, deseos), desaparecen las diferencias, las discriminaciones sociales, cualquier jerarqua queda diluida en la nada. Existe una igualdad absoluta tanto frente al maestro como ante uno mismo.

    3 Lo cual nos conduce a la purezfl: pureza de los sentidos, del corazn y la mente. Tdas las cosas son esencialmente puras en la sala de t, todos los seres, el Universo il~ntero es puro, pues rodo aparece resumido bajo su te

    paja. ~ 4.-Por ltimo, la Ceremonia T implica un cuarto espiritual: la h'/f1'I/HI el sosiego, basado en la

    y el desprendimiento. Cualquier actitud que se alesimplicidad natural crea desequilibrios

    carn la serenidad necesaria para mejorar interiormente. Es;os".~p~~~}j~s ,i.dS:_~~2$;,):s:B_

  • letras, y termina licencindose en la de Tokyo y en un Instituto britnico donde se doctora en oc-

    g l1unua manos son L

    en un pas donde los seres 1, Ll-de anreciar cuanto l arna.

    viene, ramente, el d' tono, l veces desdeoso otras dolido, que destila su texto.

    En realidad a Okakllra le decepciona el mundo entero. d Japn del siglo XIX sufriendo una gigantes

    ca transformacin que ha jugado con su existencia y al final ele su no sabe si mereci o no la pacto occidental" en el Pas del Sol Naciente, sobre

    El tO(IO a

    rtir de la apertura al comercio exterior y cada del sistema Tokugawa, es definitivo. As lo decidi sin atr~{s el Comodoro Perry y su destacarnente naval anclado frente a

    en 1853. Se han abolido los dominios los daimyo, las " tradiciones caen rpidamente en el olvido, y 1867 con la Restauracin Meiii, la Dresencia occidental ca-

    y socialmente. i-\l joven se le encauza bien las

    vez es ms Estos' sucesos la vida de nuestro autor,

    po debe

    desde tiem

    ra. a pesar prosperando

    todo, supo sacar partido a la nueva situacin

    y Literatura'

    con que Okakura

    pierta en l una

    la

    Probablemente ah comienza la

    , /

    raClOn se demuestra en sus

    X

    ~ "!,

    .,.

    contradiccin por un lado, se des

    la cultura occiun verdadero

  • erudito; por otra, le duele ver como, lenta pero mente, se descomponen bajo la presin de Occidente sus propios rasgos culturales, las viejas artes japonesas.

    hecho no es exclusivo de Japn, ya existen en otros pases orientales movimientos estticos que se organizan ra preservar la cultura tradicional. El caso de Rabindranath Tagore en la India sera el padigma. Okakura se alinea en el mismo bando. En infinidad de artculos y conferencias, nuncia la corrupcin de los artistas contemporneos' ses, acusndoles de perder su propio criterio en beneficio gusto occidental. Pblicamente se horroriza ante las ventas masivas de casas tradicionales y la construccin imparable

    - de edificios europeos de apartamentos cuya demanda aumenta entre sus compatriotas ...

    ,.

    u

    Pero Okakura vivir siempre a lomos de la contradiccin. f) Cuando Fnollosa, a la sazn uno de los ms prestigiosos ca

    tedrticos americanos de Arte, llega a Tokyo en viaje de estudios y reclama un traductor, la historia querr que sea l1)

    quien se le asigne. Okakura le servir de anfitrin en Japn y juntos emprendern un viaje a Europa durante el cual surgirn entre ambos profundas diferencias. De regreso a las las, Fenollosa decide aceptar un puesto ~omo director Museo de Arte de Bastan yel airado Okakura organiza un mov.miento de protesta y resistencia activa contra la influencia occidental en el arte, fundando la l-

  • China.

    ~' ~.

    OTROS SOBRE omENTE

    PUBLICADOS EN ESTA COLECCION

    Libros de los Malos Tiempos 9. Haiku de las Cuatro Estaciones. Matsuo Ihsho. y separata de Francisco Villalba. 4" 12. Cuentos y Leyendas de

    de Ramn M. CasteHote. 16. Vl.Sn Purana (Historia de Visn).

    de Jos Javier Fuente 19. Kokoro. Ecos y Nociones de la Vida Interior japonesa. Hearn. Traduccin y separata de Jos Kozer. 21. El Libro de los Cinco Anillos. Guia del Samurai. Miyamoto Edicin y separata de Jos J. Fuente del Pilar. 5" ed.

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    KAKUZO OKAKURA ) ) )

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    EL LIBRO DEL T ) La Ceremonia del T japonesa )

    CCha no Yu)

    Versin en castellano de

    Jos Javier Fuente del Pilar

  • Tercera edici6n: marzo 2004

    Queda rigurosameme prohibida sin la amorizacin escrita de

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    los titulates del "Copyright", bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reptoduccin rotal o parcial de esta obra POt cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reproduccin y el tratamicmo informtico, y la dsuibuicin de ejemplares de ella mediante alquilet prstamos pblicos.

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    2004 de la edicin, traduccin y prlogo: Jos Javier Fuente 2004 Miraguano S. A. Ediciones

    Hermosilla 104. 28009 Madrid. Espaa Telf.: 914014645 - Fax: 914021843 E-mail: [email protected] Internet: http://www.miraguano-sa.es

    ISBN: 84-78 154-X

    Depsito legal: M. 11.358-2004

    Fareso, S. A.

    Paseo de Direccin, 5

    28039 Madrid

    La presente edicin de The book o[ Tea es traduccin de la editada en Nueva York en 1906. Tambin se ha seguido la edicin de Hiroshi Muraoka, 1bkyo, 1934, as como la de Dover Publ., NewYork, 1964, y algunas australianas e inglesas ms recientes.

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    I LA COPA DE LA HUMANIDAD

    1 principio, antes de ser consumido en infusin, el t era una medicina.

    No es hasta el siglo VII que China le concede el referente lrico de convertirse en una

    distraccin para los elegantes de la poca. En el siglo XV Japn lo ennoblece, elevando su (;on

    sumo al rango de una liturgia esttica: la Ceremonia del T l. '

    La base del culto al t se encuentra en la adoracin de la belleza sobre las vulgaridades de la vida cotidiana. Ins

    C!;a-no-yu, en japons: Arte o Culw del T. En el ...Okakura emplea a menudo la expresin "Religin" o

    para referirse a este rito que en nuestra versin he preferido tracoma "Ceremonia del T") concepto ms prximo a nues

    tro castellano.

    11

  • pira en sus fieles la pureza y la armona, el misterio de mutua compasin, un sentido romntico al orden sodal.

    esencialmente, el culto a Jo Imperfecto, pues representa un esfuerzo por realizar hasta el punto de

    ese proyecto imposible que es la vida. Sin embargo, la filosofa del t es algo ms que una

    simple escuela esttica, si nos atenemos a la acepcin corriente del trmino, porque nos ayuda a manifestar, unida a la tica y la religin, nuestro concepto del hombre y la naturaleza.

    una higiene, ya que impone la limpieza. ts una econom puesto que ensea que el bienestar se halla ms en la sencillez que en la complejidad y el rro. Es una geometra moral, al definir nuestros limitados contornos en relacin con el Universo. Representa, en suma, el verdadero espritu democrtico de Oriente,

    convertir a todos sus adeptos, pobres y ricos, en aristcratas del gusto.

    de que Japn haya permanecido tanto tiemaislado del resto del mundo, inmerso en s mismo, ha

    contribuido enormemente a propagar la Ceremonia del T. Nuestras casas y costumbres, nuestra manera de vcs

    y cocinar, nuestra artesana, pintura y hasta la literatura, todo en fin en mi pas, ha sido objeto de su influencia. Cualquiera que conozca, siquiera por encima, la culturajaponesa lo sabe. El influjo se nota desde la casa ms noble a la ms humilde. Ha enseado a nuestros jardineros el arte de cultivar flores. Ha educado al cam- .

    12

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    I !I :1.

    1

    en el respeto hacia las piedras y el agua. en japons coloquial nos referimos a alguien manltlcstamente insensible al drama tragicmico que es la vida, decimos que "le falta . Y por el contrario, al . al gozador a pesar de las miserias mundanas, que se abandona al impulso de sus emociones con libertad, se le apli

    " . 1 d 1))ca 1a [rase de tlene CLemaSla o te . Cualquier extranjero se sorprender, sin duda, de

    que armemos tanto jaleo para tan poca cosa. "Qu temp'estad en una taza t" ,

    al cabo, si consideramos lo diminuta que es la copa ele la alegra humana y cun pronto rebosa por las lgrimas, si tomamos en cuenta con qu b.cilidad la vacamos por entero en nuestra insaciable sed de infinito, no se nos reprochar que concedamos tanta importancia a una taza de

    \Humanidad ha hecho cosas mucho peores. \

    Se ha sacrificado COll absol uta ligereza en el no de Baco, hasta hemos transfigurado la sanguinarIa lma- \ gen de Marte, por qu no consagrarnos a la Reina de 1, las Camelias, abandonados a la clida corriente de sim

    pata que de.

  • Cuienes sean incapaces de sentir en su interior la pequeez de las grandes cosas, tampoco podrn distinguir ni calibrar en su vida la gran magnitud de las pequeas.

    Un occidental cualquiera, en su soberbia superficialidad, slo observar en la Ceremonia del T una tontera ms de las muchas que a su juicio adornan el lejano Oriente, siempre tan pueriles y encantadoras. Se

    acostumbrado a pensar en Japn como un pas brbaro, aunque slo florecieran en l artes pacficas. Y le concede la categora de civilizado, cuando extermina sin piedad la poblacin de Manchuria 3. Cuntas refe

    "

    rencias se han hecho al Cdigo del Samurai, el Arte de

    la Muerte, en cuyo nombre sucumben alegremente nuestros soldados en el campo de batalla!

    u cambio la Ceremonia del 'T, nuestro Arte de la U Vida, apenas despierta el menor inters. Pero ah!, noJ

    sotros preferiramos continuar siendo brbaros, si el precio de ser civilizados se basa en la fuerza de las armas, y esperar pacientemente que le fuera concedido a nuestras artes e ideales el respeto que merecen.

    Cundo Occidente comprender, o lo intentar por

    menos, a Oriente?

    A menudo, nosotros mismos, los asiticos, nos asusta

    mos ante la burda telaraa de hechos reales e invenciones en las que pasivamente hemos sido envueltos. Se

    3 Se refiere a la buuerra de 1894.

    1514

  • nos Imagma VIVIendo de la fragancia del loto, cuando no de insectos o construimos sociedades tanatlcas, Impregnadas de abyecta sensua!idad; nuestra esoiritualidad no es sino profimda ignorancia; la sobriedad majadera; el patriotismo japons, simple efecto del

    Incluso se ha llegado a decir que nuestra mayor capacidad para soportar el dolor se debe slo al menor desarrollo de nuestro sistema nervioso.

    As pues, por qu no divertirse a costa de Oriente: asiticos devolvern la deferencia. Cunto se los lectores si supieran cuanto en Asia se ha imaginado y escrito sobre los occidentales!

    juego encantador de la perspectiva. Un homenaJe Inconsciente a lo maravilloso, la dulce venganza de la incertidumbre ante lo nuevo.

    Os hemos adornado con virtudes tan excelsas como sentirse envidiosos, aunque tambin achacado cr

    menes tan pintorescos que apenas admiten defensa. Al-de nuestros ms rancios escritores

    prudentes y sabios- nos han dicho, por ejemplo, ocultabais bajo las ropas enormes colas de madera y que, a menudo, Jos occidentales gustaban de alimentarse con guisados de nios recin nacidos. Peor an: nos habamos acostumbrado a consideraros como los pueblos m~.s hipcritas de la lerra por cuanto cis preceptos que jams practicis.

    Felizmente las nubes tanta creencia falsa comienzan a disiparse entre nosotros. Las relaCIones comerCla

    16

    les han atrado a muchos europeos hasta el Oriente, los jvenes asiticos afluyen a vuestras Unver

    en busca de Ulla educacin moderna. Si es an cierto que no conocemos en profundidad vuestra cultura, no lo es mellOS (lUe demostramos nuestra tad de conocerla.

    Numerosos compatriotas mos han adoptado vuestros protocolos y mallera de vestir, inmersos en

    .. ilusin de llevando cuellos almidonados y sombreros de copa adquiran la condicin de civilizados". Por dolorosas y deplorables que resulten ta

    imposturas, evidencian como mnimo un notable por acercarnos con respeto a vuestro mundo.

    embargo, para nuestra desgracia, la actitud OCCidental se demuestra muy poco favorable l la sin Oriente. El misionero cristiano viene a nosotros a ensear, nunca a aprender. Los datos e informaciones manejados sobre nosotros se basan en cuatro psimas traducciones de lo ms banal de nuestra' literatura, cuando no en grotescas ancdotas propias de frvolos viajeros que nunca entendieron nada. 'algunas excepciones, como la pluma caballeresca Lafcadio Hearn 4 o la autora "El Tejido de la vida

    (1850-1 Ecos y Y!flr7n}]l'i' IDa

    17

  • 5, han arrojado luz sobre las

    con la antorcha de nuestros verdaderos sentimientos.

    Acaso, mostrndome tan sincero, traicione con mis palabras mi propia ignorancia del Culto del T. La esencia de la cortesa consiste en no declarar previamente lo que se espera de nosotros. 1\1as no me importa aparecer como un maleducado.

    mutua incomprensin entre el Nuevo y Viejo Mundo ha causado tantas desgracias que no hav razn para excusarse por querer coadyuvar, aunque sea a pe

    ti

    quea escala, groseramente, en un mejor conocimiento

    de ambas partes. El siglo XX se habra ahorrado en su inauguracin el sangriento espectculo de una guerra

    f) terrible, si Rusia se hubiera avenido a conocer mejor a " Japn G.tl

    \) Qu terribles consecuencias para la Humanidad genera tanta ignorancia despreciativa hacia los ptoblemas de Oriente! El imperialismo europeo, agitando sin el menor pudor el fantasma del "peligro amarillo", no supone que Asia pueda un da imbuirse del mismo sentido cruel, acuando la idea del "desastre blanco" en nuestras so-

    Margaret

    1904.autor a la

    18

    cedades. Podis burlaros de 110stros, los que "tenemos demasiado t", pero no os habis parado a pensar

    , , . 1 d " d ,,,vuestra mas llluma natura eza pue e carecer e te l segn nuestra acertada expresin popular?

    Intentemos impedir que los continentes se colmen de animadversin mutua y se regodeen con epigramas sobre las heridas abiertas entre nuestras respectivas ambiciones, en vez de procurar el bienestar relativo de cada hemisferio.

    Nos hemos desarrollado en sentidos diferentes, pero no hav razn para pensar que nada podemos aprender

    unos de los otros. Vosotros os habis expandido por el mundo perdiendo vuestra calma interior; nosotros, por el contrario, hemos creado artes basadas en una ar

    carente de violencia ante cualquier ataque. Os resulta difcil de creer? Oriente en muchos as

    pectos es ms valioso que Occidente. Si no, cmo es posible que la Humanidad en su

    conjunto, rompiendo lejanas distancias, se rena en torno a una taza de t?: nica ceremonia asitica que atrae sobre s la estima universal.

    Los blancos han ridiculizado nuestra religin y moral, pero aceptan encantados nuestro dorado brebaje.

    de la tarde cumple una funcin muy importante en las relaciones sociales occidentales. En el delicado campanilleo de las tacitas y los platos, en el suave murmullo de la hospitalidad femenina, en el catecismo universalmente aceptado de la leche y el azcar, se nos

    19

    5

  • muestran otras tantas pruebas de que l Ceremonia T elimina calquiet controversia. La predisposicin interior del invitado a aceptar Hlosficamente ciones y conocimientos, a menudo dudosos, evidencia

    en ese momento el espritu de Oriente domina all. primera referencia escrita conocida en Europa so

    bre el t, se remonta al diario de un viajero rabe, quien a11rma que hacia el ao 879 las principales fuentes ingresos de la ciudad de Cantn eran los impuestos que grababan la sal y el t. Marco Polo narra la destitucin de un ministro de Hacienda chino en 1285, a causa de un aumento arbitrario en los impuestos sobre el t.

    Pero no fue hasta la poca de los grandes descubrimientos geogrficos que Europa comenz a estar mejor informada sobre el Extremo Oriente. A finales del siglo XVI los holandeses difundieron la nueva de que en Asia se preparaba una bebida deliciosa con las hojas de cierto arbusto. Los viajeros Giovanni Batista Ramsio (1559), L. Almcyda (1576), Maffeno (1588) y Tareira (1610) , tambin se refieren en sus crnicas al t. En este ltimo ao, los buques de la Compaa Holandesa de las Indias Orientales, llevar~n a Europa las primeras muestras.

    la edicin original se detectan varios errores en los nombres: "lZamsio", debe ser Ramusio, un complidaor y editor de libros

    viajes italiano; igual sucede con "Maffeno", Sil,l duda es . (Giovanni); y por ltimo ser Texeir:l, un viaje

    ro Dortu2u.

  • l\1uy pronto, la infusin formaba parte de las neceSIdades de la vida cotidiana y, por tanto, fue objeto de impuestos especiales. Debemos recordar en este sentido

    papel tan importante que ha desempeado el t en historia moderna. La Amrica colonial anglosajona sufi'i la opresin de la metrpoli hasta que su paciencia se agot frente a las abusivas tasas impuestas al comercio de t: el primer gesto revolucionario por la independencia norteamericana fue la destruccin de cajas de t en el puerto de Boston.

    gusto del tiene una gracia sutil que 10 convierte en tan irresistible como idneo para la idealizacin. No es casual que los humoristas occidentales sef) apresurado a comparar su aroma con el perfume1) pensamiento. El t carece de la arrogancia del vino, del \)

    individualismo consciente del caf y la infantil sonrisa del cacao. Es diferente .

    Ya en 1711, deca The Spectator: "Deseo dirigir especialmen te mis reflexiones a las elegantes familias que

    dedican una hora al t, el pan y la manrogndoles ante todo, y por su propio bienes

    que exijan la presencia puntual de este peridico y lo consideren parte integrante del servicio de t" 10.

    10

    varios alOS

    22

    abundar en la cuestin, Samuel Johnson construa su autorretrato representndose con los rasgos de un empedernido bebedor de t, un desvergonzado que ) reconococe abiertamente que durante veinte aos slo ha acompaado sus comidas con infusiones de la plan

    I ta bruja, la misma compaa que ha precisado para sal' las tardes, consolar la melancola nocturna y, con

    cerca, aguardar la llegada del alba. Charles Lamb, otro conspicuo. degustador de t,

    defini la esencia a su culto escribiendo que el mayor placer que conoca, era el de realizar una buena accin a escondidas y escabullirse luego sin peolr re

    '\ compensa alguna. Tal sucede en la Ceremonia del T, cuyo arte consiste en ocultar la belleza que somos capaces de descubrir y apenas sugerir lo que uno no se atreve a revelar.

    radica precisamente el noble secreto de la propia armona, tranquila pero completa, y se halla la esencia del humor, la sonrisa benfica de la filosofa. Todos los homoristas realmente originales, pueden ser considerados como filsofos del t: Thackeray, por ejemplo, incluso Shakespeare.

    Los poetas de la decadencia -cundo no ha estado el mundo en decadencia?-, con sus denuncias contra sociedad materialista, han desbrozado tambin de alguna manera el camino occidental hacia la Ceremonia del T. Y podra suceder prefectamen te que, debido a nuestra capacidad para contemplar lo Imperfecto,

    23

  • y UCCloente lograran encontrarse en una suerte de mutuo consuelo.

    Los taostas aseguran que en el gral) comienzo No-Ser, Espritu y Materia entablaron un con1Date a muerte, del cual se deriv la victoria del Emperador

    el Sol del Cielo,. sobre Shuhyung, el Demonio de las T'inieblas y la Tierra. El Titn, en su agona,

    con su cabeza la bveda celeste haciendo saltar en pedazos la cpula de Jade Azul. Las estrellas se cipitaron desde sus nidos, la Luna vag sin rumbo por los abismos desiertos de la oscuridad. Desesperado, el l"mperador Amarillo busc quien reparara los Cielos, y sus esfuerzos dieron fruto: del mar oriental una reina, la divina Niuka, con una corona de cuernos y una cola de dragn refulgentes en su armadura de fuego. Niuka sold los colores del arco iris en su caldera mgica y rehizo el cielo chino. Aunque tamblen se dice que olvid tapar dos diminutas oquedades en firmamento azul. descuido da origen a la naturaleza dual del amor: dos almas errabundas a travs espacio que no encontrarn descanso hasta que logren fundirse para completar el Universo. Cada una construir, independientemente de la otra; su propiO cielo de esperanza y

    El cielo armnico de la Humanidad se quebr en la lucha ciclpea entre la riqueza y poder. El mundo avanza ciego a travs de las tinieblas del egosmo y vulgaridad. ciencia se compra con objetivos perver

    24

    sos y se practica la bondad slo si reporta beneficios. Oriente y Occidente, cual dos dragones agitados por un mar en estado de fermentacin, disputan en vano para reconquistar la piedra preciosa de la vida. Precisamos de otra Niuka para reparar el gran desastre. remos al gran l\vatar 11. Mientras tanto, saboreemos una taza de La luz de la tarde ilumina las caas de

    L

  • ~

    n t

    ..

    \)

    LAS ESCUELAS DEL T

    1 t es una obra de arte y precisa de la mano de un maestro para manifestar sus ms no

    cualidades . Hay t bueno y t malo, como hay buena

    y mala pintura -sobre todo de sta ltima-; no existen recetas seguras para hacer un buen t como tampoco para producir un Tiziano o un Sesson 12.

    Cada forma de preparar las hojas presenta sus peculiaridades, sus afinidades especiales con relacin al calor y al agua) su tradicin hereditaria, su personalidad.

    Cualquier acto debe ir acompaado de elegancia, de belleza verdadera. Cunto nos duele comprobar sociedad se niega a admitir- esta ley fundamental, tan simple, del arte y de la vida!

    12 (1485-1 un

    27

  • jalonan suceSIVOS emocionales ele ding L1.

    Lai, el poeta chino de la dinasta Song, dej dicho melanclicamente que las cosas ms deplorables rustas del mundo son tres: observar a la juventud cmo se Empleando la terminologa al uso para las malgasta por una errnea educacin, ver hermosas pin ciones artsticas, se podra denominar a cada una turas degradadas por la admiracin del vulgo y sufrir etapas mencionadas como escuela clsica, y

    delse desoilfarre el t porcausa de una manipulacin 111 correcta.

    Como cualquier otro Arte, el T tiene sus Escuelas y sus pocas. Su evolucin puede dividirse en tres periodos principales: la del t hervido, la del t batido y del t preparado en infusin. Esta ltima representa a los practicantes modernos. I

    distintas formas de preparar el t, reflejan el esp ritu del tiempo en que han prevalecido, pues la vida, es un ejercicio de expresin y nuestros actos inconscientes evidencian nuestros ms ntimos pensamientos. Confucio deca que "el hombre no sabe ocultar nada". T;ll vez si no nos manifestamos claramente en las cosas pequeas sea porque carecemos de cosas grandes que ocultar.

    minucias de la rutina cotidiana revelan los ideales de un pueblo can la misma fuerza expresiva

    y la poe~a ms inspirada. As ~omo las diversas formas de elaborar el vino caracterizan los temperamentos particulares de ciertos periodos histricos y el carcter de las distintas nacionalidades europeas, las escuelas del t ejemplifican las caractersticas principales de las diversas culturas orientales. La torta de t hervida, el polvo de t batido o las hojas puestas en infusin,

    28

    La planta del t, procedente del sur de China, era conocida desde tiempos remotos por la botnica y \

    medicina populares de aquel pas con los variados \ nombres que le otorgaron los escritores clsicos: In.. ) Tseh, Chung, (ha y Ming. Gozaba de alta estlma como remedio contra la fatiga, para mejorar el estado de nimo, fortalecer la voluntad y mejorar la vista. Incluso se administraba como remedio externo, en forma de cataplasma, para tratar las dolencias reumticas.

    13 ver

    por Miraguano

    29

  • taostas consideraban al t como un componente bsico del elixir de la inmortalidad y los budistas se

    de l habitualmente para combatir el sueo en sus largas horas de vigilia contemplativa.

    Entre los siglos IV y V, el rango bebida favorita para los habitantes del Yang Kiang, poca en que se surge ideograma moderno Cha, como evidente corrupcin clsico Tou, para referirse a l.

    Los poetas de las dinastas del Sur nos han legado muestras inequvocas de su ferviente adoracin por "los aromas del lquido divino". Los emperadores tenan por entonces la costumbre de recompensar los ms eminen,.

    J

    tes servicios de sus primeros ministros con alguna rara preparacin de las preciadas hojas, aunque en esos tiempos u " la forma de consumir el t era notablemente ~ Consista en ablandar las hojas mediante un bao de vapor para, una vez machacadas en un mortero, borar un torta que luego ponan a hervir con arroz, jengibre, sal, corteza de naranja, especias, leche y, algunas veces, hasta cebolla. Costumbre que an mantienen los tibetanos y ciertas tribus mongolas quienes, con tan ll1S0lltOS ingredientes, confeccionan un extra-

    jarabe. uso de rodajas de limn, tan del gusto del pue

    blo ruso, que conoci el t directamente de los comerciantes cbinos en Asia central, no es sino un vestigio del antiguo mtodo de preparacin.

    30

    Fue necesario el genio de dinasta lang para que t rompiera con esas groseras formas de preparacin y se elevara a su estado ideal definitivo.

    Lu WU J\ que vivi a mediados del siglo octavo, est considerado el primer apstol del t. Haba nacido en una poca en la que el budismo, el taosmo yel confucionismo buscaban una frmula de sntesis comllll y conciliadora. El simbolismo pantesta ,vigente entonces pretenda reflejar lo universal en lo particular y LuWu, como autntico poeta que era, descubri en "servICiO

    t" el mismo orden y armona reinante en todas las cosas. ::m libro, el Chtl Ching, considerado como la Biblia precursora de la Ceremonia del T, contiene el primer cdigo de la venerada planta: en su recuerdo, los comerciantes de t an le honran como a su patrn

    Componen C,"ha C:ning tres libros y diez captulos. En el primero, el autor trata de la naturaleza de la planta; en el segundo de los sistemas empleados para recolectar sus hojas; en el tercero, de cmo elegir las mejores para la elaboracin del t.

    Segn su criterio, las de mayor calidad han de presentar "pliegues como el cuero de las botas de los jinetes trtaros. bolsas como papada de un buey

    14 T,. WU o Lu Yu

    aos en un monasterio

    t Dara los rnonies. Ver libro

    3

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  • de un torrente y brillar como un lago acariciado por la sa; deben resultar, en definitiva, tan suaves y dulces al tacto como la tierra recin 11 umedecida por la

    captulo cuarto est dedicado a la enurneracin y descripcin de los veinticuatro elementos aue conforman el "eauiDo del t": desde el brasero tres patas, hasta el armario bamb donde se guardan todos los utensilios. En este punto, ser interesante que nos tengamos un momento para hacer hincapi en el inters Lu Wu por el simbolismo taosta, y en la

    . del t sobre la cermica china. La porcelana china busca, como es sabido,

    con exquisita fidelidad los tonos y colores del jade, empeo artstico que condujo a crear bajo la dinasta Tang el esmalte azul del Sur y el blanco

    Lu Wu consideraba que el azul era el color ideal para la copa de t, pues otorga al lquido un L te verdoso, mientras el blanco proporciona una coloracin rosada bastante desagradable en su opl11lOn. Incluso para las tOrLas de t. Ms tarde, cuando los maestros testas de la dinasta ~ong comenzaron a emplear el t el polvo, eligieron tazones de color

    vivo, en tanto los Ming, degustadores del en infusin, se inclinaron Dor las tazas de finsima

    blanca. captulo quinto, LuWu explica el modo de

    el t. Censura el uso de cualquier ingrediente ex-

    como la que

    32

    sal e insiste sobre la tan debatida del agua y el grado ideal de aflrm

    agua ele la montaa es la mejor, la del ro y, en tercer lugar, la de manantial.

    Describe tres estados de ebullicin: el pnmero, pequeas burbujas flotan como ojos pez

    en la superficie del agua; la segunda cuando las se convierten en perlas de cristal que pulveriza

    ra una tuente; y la tercera, cuando al maremoto de la tetera sea oreciso verterle un cacillo de a la vieia agua ".

    se tllesta ligeramente la pasta I 1 1 Id'- " te lasta Que a cance a ternura e un nmo , y se

    menuza entre (los tl11as hojas de papel. La sal se aade grado de hervor, las hojas en el segundo.

    tercero, el est listo para ser saboreado. Oh nc;tar! Las hojitas membranosas Hotan . en un cielo sereno, son nenfares blancos en un es

    tanque esrneralda. este sentimiento participaba el poeta de la dinasta Tang, cuando deca: primera taza humedece mis labios y la

    segunda rompe mi soledad; la tercera, penetra en mis removiendo mil pensamientos extraos; la

    cuarta me produce un ligero sudor y todas las pesabres de la vida desaparecen por los poros de m

    piel; con la quinta me purifico; la sexta me al reino de los inmortales; la sptima... Ah, la spti

    3:-3

  • ... pero no puedo beber ms, siento que un aire recorre mis brazos bajo las anchas mangas: Dnde es

    TIoraisan? j Dejadme cabalgar sobre esta dulce brisa que me conduce all!".

    Los dems capitulas del Cha Chingtratan (lC la elegancia y las formas groseras de tomar el aadiendo istados de las plantaciones chinas ms importantes, los

    ms famosos bebedores de t y las variantes que pueden introducirse para servirlo, as corno ilustraciones de los utensilios principales para su preparacin. Por desgra

    JI

    cia, la mayora se ha perdido. La aparicin del Cha Ching dcbi causar en su

    poca verdadero arrobo: Lu Wu se convirti en el favorito del emperador 'rai Tsong (762-779) y la fama

    adquiri con su libro le rode de numerosos U" adeptos. Se asegura que haba sibaritas capaces de ident

    tificar el t preparado por Lu Wu entre los de quiera de sus alumnos, y se cita a cierto mandarn que alcanz la inmortalidad slo por el sentimien to de no haber podido saborear el t del gran maestro.

    Bajo la dinasta Song se puso de moda el t batido: haca su entrada la segunda escuela del t. Las najas se machacaban en un molinillo de piedra y se batan en

    el el

    agua hirviendo con una varita hueca de bamb. El nuevo procedimiento produjo varias modificaciones en el modelo de Lu Wu, tanto en lo referido a los utensilios clsicos como en la eleccin de la hoja de suprimida definitivamente.

    Fueron tiempos de amor incontenible por el t. Los hedonistas de la poca rivalizaban en el descLl to de variedades nuevas, innovaban dvrante la preparacin; incluso se organizaban conclll'soS donde pudieran demostrar su superioridad.

    El emperador Hllei TSllng 0101-1124) 16, auien fue demasiado buen artista para ser un gran soberano, rroch sus tesoros en la bsqueda de nuevas especies de t que mojoraran las conocidas. De su puo y letra se conserva una disertacin sobre las veinte variedades de t catalogadas entonces, en la que sita al ca" como la primera entre todas .

    El espritu del t en la dinasta Song difiere de la 'lang tanto como sus respectivas concepciones de la vida. Ahora se trataba de realizar lo que sus predecesores apenas haban simbolizado.

    Segn el pensamiento neoconfuciano, las leyes csmicas no se reflejaban en el mundo de los fenmenos, sino que el mundo de los fe~1menos constitua las pro

    ...

    se

    do en nueSlra

    16 en elu

    35

  • 1

    pias leyes csmicas. Los eones no eran sIno lI1stantes que ofreca el Nirvana continuamente. El ideal taosta, segn el cual la inmortalidad consiste en el cambio eterno, imbuy todas las mentes. Es el camino, el progreso, el anhelo, no la meta, lo nico digno de atencin en la vida. De esa manera los hombres podrn, al mirar fljamente a los ojos de la naturaleza.

    Un nuevo sentido se introdujo en el arte de vivir.

    t traspasaba las fronteras del entretenimiento potico

    para convertirse en una senda de realizacin personal.

    Wang Yuan Chih celebraba que "el t anegara su

    ma como un reclamo directo, cuyo delicado amargor

    conserva en el paladar el eco de un buen consejo".

    Su Tung Po elogiaba la inmaculada fuerza de la pureza del t para desafiar la corrupcin como si de un viejo sabio se tratase.

    Entre los budistas, la escuela Zen, muy influenciada por la filosofa taosta, concibi un completo ritual del t. Ante la imagen de Bodhidharma 17, los monjes recolectaban el t y lo beban, pasando de mano en mano un nico tazn, con toda la liturgia de un sacramento. De este primitivo ritual zen, surge, se desarr?lla y populariza en Japn, la Ceremonia del T a lo largo del siglo xv.

    figura sca del mahayana. o Da-ruma en iaDons, es el patriarca de la

    36

    1I \{J-, 1~ii!:V l21 ~

    fr~ )t ~ .~~

    BODHIDIIARMA

    37

    17

  • Desgraciadamente, las continuas revueltas de las trIbus mongoles en el siglo XIII, que derivaron en la conquista y devastacin de China bajo el brbaro gobierno de los emperadores Yuen, destruyeron tambin los frutos de la cultura Songo La dinasta autcnona de los I'v1ing, que a mediados del siglo XV intent un modelo nacionalista de estado, cay vctima de enfrentamientos civiles y el pas volvi a manos extranjeras dos siglos despus bajo la dominacin de los manches.

    ~

    Los usos y costumbres variaron de tal modo que

    los precedentes estuvieron a punto de desaparecer. El consumo del t en polvo qued para siempre en olvido: sin darle siquiera la ocasin al mundo occin " de conocer esta forma antigua de tomar el t. u Europa no supo de la venerada.planta hasta finales de \)

    dinasta Ming. Para el chino actual, el t constituye una bebida sin

    duda deliciosa, pero no un Camino. La desgracia pertinaz que se abate sobre su historia le ha cercenado el gusto de indagar sobre el verdadero sentido de la vida. Se h "modernizado", es decir, se ha hecho viejo, indolente, desencantado. Ha perdido aquella sublime fe de las iluslOnes que adornan la eterna juventud y el infinito vigor de los poetas "antiguos". Es eclctico y acepta cortsmente todas las tradiciones del universo. Juega con la naturaleza, 110 desea adorarla ni conquistarla. La hoia de t sigue perfumando a China. oero el

    38

    aroma de las ceremonias Tang y 50ng ha quedado p1'(~scrito de su taza. Japn, que ha seguido las huellas de la civilizacin

    china, ha conocido las tres escuelas bsicas de la ceremonia del t. Consta por escrito que, en el ao 729, el emperador Shomu sirvi el t a ms de cien monjes en su palacio de Nara. Las hojas se haban importado expresamente para la ocasin de China mediante el concurso de los embajadores japoneses en la corte Tang, y seguramente el t fue preparado siguiendo su estilo.

    el 801, el monje 5aicho l8 trajo algunas semillas y cultiv en Yeisan. Las plantaciones de t se extendieron enormemente

    en los siglos posteriores, a la par que el gusto aristocrtico y clerical por su consumo. El t Song nos lleg en 1191, de la mano de Eisai Zenji J9 quien haba viajado a Lnina para estudiar en la escuela Zen del Sur. Las semillas que trajo se sembraron en tres campos distintos y crecieron esplendorosamente: uno de ellos, situado en el distrito de Uji, cerca de Kioto, an conserva la fama de producir el mejor t del mundo.

    Zen del Sur se impuso con sorprendente celeridad y, con l, el espritu y el ritual del t de los Songo En el

    Tambin conocido como Dengyo Daishi (767-822), de la escuela budista Tcndai en Japn.

    19 o Yosai (1141-121 la escuela

    39

  • siglo Xv, bajo clgobierno del Shogun Ashikaga ma, la Ceremonia del T qued deflnitivamente . tuda tomando personalidad propia e independiente.

    . de ese momento la Ceremonia del T invadi ]apn por entero.

    uso del t en infusin es relativamente entre nosotros, pues comenz a conocerse a mediados del siglo XVII. Sustituye en el consumo diario t en polvo, pero no por ello ha dejado de estar considerado como el primero de los ts.

    Es en la Ceremol;ia japonesa del T donde los ideales del t alcanzan su ms perfecta realizacin.

    Nuestra victoriosa resistencia a la invasin mongola de 1281, hizo posible continuar el movimiento Song, tan desastrosamen te interrumpido en China por las constantes invasiones. El t se convierte con nosotros en algo ms que la idealizacin de la forma de se convierte en una religin deI arte de vivir. La bebida se torna un motivo para saborear el culto a la pureza y refInamiento, en una funcin sagrada donde husped y el anfitrin se funden para buscar la mayor serenidad posible en mitad de la vida cotidiana.

    La sala de t ~onstituy un oasis en el triste desierto de la existencia, en el que los fatigados viajeros podan reunirse y beber juntos de la fuente comn del amor y el arte. La Ceremonia fue un drama improvis~do, cuyo

    se teji alrededor del t, de las flores y las sedas . ntadas. Ninguna estridencia cromtica poda turbar

    40

    suave tonalidad la sala, ningn ruido quebraba el rItmo natural de acontecimientos, ningn gesto alteraba la armona, ninguna al tisonan te la unidad del conjunto, movimiento eviden-Clana naturalidad y sencillez.

    Estos son los elementos bsicos de la Ceremonia del No deja de sorprender que haya obtenido tanto

    xito: entraa una filosofa sutil. El tesmo era el taosmo disfrazado.

    41

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    TAOSMO Y ZEN

    a re!acin existente entre e! budismo zen y el es casi proverbial. Ya hemos afirmado que

    la Ceremonia de! T proviene de un antiguo zen. Pero el nombre de Lao Ts, funda

    dor del taosmo, est tambin ntimamente ligado a la historia del t . ,~~ En un antiguo manual escolar chino sobre el origen

    de los principales usos y costumbres populares, se dice ?u:' que el ceremonial de ofrecer t a un husped data de

    Kwanyin 20, famoso discpulo de Lao Ts, que Cue el primero en ofrecer al Viejo l'viaestro, ante la entrada desfiladero de 1:-Ian, una copa del dorado elixir. No 110S

    Yin Hsi. Segn la tradicin, fue el a Lao 'fs para que escribiera el TrIO

    del taosmo.

    43

  • 11::

    \: 1I dctendrcmos a debatir sobre la autenticidad de esta

    yenda, sea corno fuere slo nos confirma h;sta dnde se remonta el uso del t entre los taostas. Lo nico que debe centrar nuestro inters ahora es que el taosmo y el budismo zen incorporan ideas relativas a la vida y al arte a la Ceremonia del T.

    Resulta lamentable que, pese a ciertos ensayos muy estimables, pero escasos 21, no exista an en ninguna lengua extranjera una exposicin completa del taosmo y el budismo zen.

    Toda traduccin es siempre una traicin y, como apunta un autor de la dinasta Ming, no podr ser, por buena que sea, sino el reverso de un brocado: all estn todos los hilos, pero se oculta la delicadeza del color y del dibujo ..I\1as qu gran doctrina resulta fcil de explicar?

    Los, sabios antiguos nunca impartan sus enseanzas de forma sistemtica. Se expresaban mediante parbolas, pues teman poner en circulacin "verdades a medias". Comenzaban hablando cuallocos, para concluir convirtiendo en sabios a sus oyentes. Lao Ts, con el fino humor que lo caracterizaba, deca: "Cuan:do la gente de escasa inteligencia oye hablar del Tao se

    lIusma L en castellano una la liltdcin Zen. Sucede lo

    , esta

    Txtos LAOtaostas.

    4544

  • re a carcajadas. Y, sin embargo, no habra lao SI . " no se neran .

    Literalmente lilO significa Sendero, pero con frecuencia se traduce como Va, Camino, lo Absoluto, la Ley, la Naturaleza, la Razn Suprema, La Forma, trminos que, por otra parte, tambin resul tan adecuados, pues los taostas conceden a la palabra significados diferentes en funcin del objeto principal de su bsqueda. Como dice el propio Lao Ts: "Existe una cosa que lo contiene todo y naci antes que el cielo y la tierra. Cun silenciosa es] Qu solitaria! Permanece sola y nunca cambia. Torna

    ) siempre a s misma y es la madre del Universo. Como ig

    noro su nombre, la llamo Sendero. Lleno de dudas la de1

    )

    nomino tambin Infinito. Lo Infinito es Fugitivo, Fugitivo es Evanescente, lo Evanescente es Retorno".

    Tao est en el caminar m;;ls que en el final del camino. Es el espritu del Cambio Csmico, del creci

    t

    miento eterno que regresa siempre a sI mismo para producir nuevas formas. Se repliega lento como un caracol; gira concntrico sobre la espina dorsal igual que el dragn, smbolo favorito de los taostas; se concentra y disipa a la manera de las brumas. Podra entenderse el Tao como la Gran Transicin. Subjetivamente, esa es la fClrma de ser del Universo. Su absoluto es lo Relativo.

    Conviene recordar desde el principio que el taolsmo y su legtima heredera, la escuela zen del budismo, representan el esfuerzo meridional en oposicin al centralismo burocrtico de

    .

    46

    China del norte, cuya mxima expresin es el cOllfucianismo. El Re no del Medio es l solo tan vasto como toda Europa y sus diferencias peculiares vienen definidas por los dos grandes sistemas fluviales que lo atraviesan. El Yang Ts Kiang y el Hoang Ha pueden compararse al Mediterrneo y al Bltico. Actualmente, pese a los muchos siglos que llevan unificados, los nos del sur difieren tanto en creencias e ideas de sus hermanos del norte como los pueblos latinos de germnicos.

    En tiempos remotos, cuando las comunicaciones eran mucho ms difciles que hoy, especialmente en la poca feudal, estas diferencias de pensamiento se manifestaban de forma ms rotunda. El arre y la poesa de unos y otros respiraban atmsferas muy distintas. en Lao Ts y sus discpulos, en Kutsugen 22, el precursor de la escuela lrica naturalista del Yang Ts Kiang, se eviu"-'w...ia un idealismo opuesto por completo a las prosaicas y estrictas posiciones morales de los escritores del norte.

    Lao Ts vivi cinco siglos antes de la era cristiana. Sin embargo, la base del pensamiento taosta aparece con anterioridad a la aparicin de Lao Ts, apodado el de Largas Orejas. En muchos antiguos textos chinos, sigularmente en el Libro de ltU Mutaciones 23, se pueden rastrear los principios fundamentales de su filosofa.

  • Mas, el enorme respeto que en aquella poca clsica se otorgaba a la ley y a las costumbres establecidas la civilizacin china. (litE' llf'o-:-l a su pleno

    a.

    progreso del manera que slo tras el desmorona

    miento de esta dinasta y la formacin de innumerables reinos independientes, el taosmo pudo florecer librem.ente alcanzando su mayor capacidad expresiva.

    Lao Ts y Soshi (Chuang T

  • taos pronto en el bosque ms profundo: si mundo llegara a conocer vuestro precio exacto, el subastador os adjudicar de inmediato al mejor postor.

    Por qu tanto a hombres como a m'ujeres les atrae con esa fuerza la exhibicin de s mismos? No sed. acaso una reminiscencia de cuando se les expona a la f111

    pblica en el mercado de esclavos? fuerza profunda de una idea se mide, en igual me

    dida, por su capacidad de abrirse camino en el pensamiento contemporneo como por su competencia para

    ., adentrarse en el futuro y permanecer en l. El vigor in

    , ~ telectual del taosmo se manifiesta durante la dinasta Chin, que representa la poca de la unificacin del1, y de la cual proviene el nombre de China. Cun interesante sera, si tuviramos suficiente espacio en este libro, poner de manifiesto la influencia que el taos)

    mo ejerci sobre los pensadores, matemticos, escritores, legisladores, militares, msticos, alquimistas ~ y poetas naturalistas del Yang 'Is Kiang, y esbozar el retrato de tantos fllsofos de la realidad que se preguntaban si un caballo blanco exista realmente porque era blanco o porque era slido! Y aquellos polemistas de las Seis Dinastas que, como los filsofos zen, consuman su tiempo discutiendo sobre lo Puro y lo Abstracto! No puedo por menos que rendir un homenaje al taosmo por su influencia decisiva en la formacin del carcter chino al que dot de una capacidad de retencin y reh namiento "tan clida como el jade".

    50

    Los ejemplos son numerosos en la historia ae L-l1l11a y demuestran que los afectos al taosmo, fueran prncipes o eremitas, practicaban sus creencias de forma es

    extrayendo resultados sumamente interesantes. relato de tales hechos, rico en ancdotas, alegoras y

    aforismos, est repleto de reflexiones instructivas y sin amenas. As conoceramos, por ejemplo,

    ria de aquel delicioso emperador que 'no muri nunca por la sencilla razn de que jams existi. O cabalgaramos a lomos del viento junto a Lieh Ts hasta descubrir la calma absoluta que supone ser conscientes de que el viento, la cabalgadura, somos nosotros mismos. y nos podramos detener en medio del alfe con el patriarca Hoang Ho 2(;, que viva entre el cielo y la tierra ya que no era sbdito del uno ni la otra. Incluso en la grotesca apologa del taosmo que actualmente nos ofrece China, podramos descubrir una verdadera mina de elementos cmicos sin parangn con ningn otro culto conocido.

    en el terreno de la esttica donde el taosmo ha calado con mayor fuerza sobr la vida asitica."Los his.."...:;--r toriadores han considerado al taosmo como "el arte de ~ estar en el mundo", pues su filosofa apunta al presen

    esto es, a nosotros mismos. En nosotros, Dios se en

    la 25 taosta 26

    51

  • cuentra COl! La l'Iarur;ueza y ayer es presente es el infin

    mando la esfera legtima a la adamacin. la

    nto ma

    arte. consIste en una reaOaptaClOl1 cons

    tante al medIo. El taosta acepta el mundo tal cual es y, ;:11 contrario que confucianos y budistas, persigue la belleza aun en este mundo confuso y desgraciado.

    La alegora Song de los Tres Catadores de describe admirablemente la idiosincrasia L1e las tres doctnnas:

    Sakyamuni, Confucio y Lao Ts conversaban cierto da ante una jarra de vinagre -smbolo de la vida-, y cada cual fue sumergiendo un dedo para probarlo. Con

    encontr agrio; Bnda, amargo; y slo Lao Ts, dulce.

    Los taostas pretendan que la comedia humana sera mucho ms interesante si cada uno conservramos sentido de la unidad. Segn ellos, ~Tl

    .~;diendo lug~?a

    be confundirse, ni perderse, en el i . Lao Ts lo explica en su

    / /1 1 /vaCIO: so o en e vaclO, asegu mente esencial. La realidad de ejemplo, no se encuentra en el

    52

    predilecta sobre el reside lo verdadera

    una habi por o las paredes, sino

    a( 1\ .~

    ~ ~~~

    ........,;.

    ~

    NADA INCLUYE EL TODO

    53

  • en el espacIo que estos elementos dejan vaco. El cntaro es til para transportar agua porque est hueco, no

    la forma o el material con que ha sido fabricado. vaco es todopoderoso si puede contenerlo todo.

    . SLmlente en el vaco es posible el movimiento. Quien ! logre hacer de s mismo vaco donde puedan penetrar los

    dems libremente, llegar a ser dueo de cualquier situacin. El todo domina siempre a la part~stas ideas taostas han influenciado en profundidad las artes de accin, sobre todo la esgrima y otras teoras marciales 21.

    ,

    ti

    jiu-jitsu, el arte japons de la defensa personal, debe su nombre a un pasaje del 7elO 7 Chingo 1 Este arte marcial busca educar al luchador para t atraer y api'ovechar la fuerza del oponente mediante t no resistencia, esto es, el vaco, reservando la energa y J fuerzas propias para el contrataque final que ser ver

    daderamente decisivo.

    En el mbito artstico, el vaco alcanza mxima expresin en la bsqueda de la sugerencia. El artista, que no lo dice todo en su obra, perrnite al espectador integrar Stl idea, y es as cmo una obra maestra cautiva nuestra atencin hasta sentirnos parte de ella, aunque

    54

    sea un segundo. Percibimos un vaco que podemos lle

    nar con nuestros sentimientos artsticos.

    ~ Quien hace de s mismo un maestro del arte de la vi-

    es en opinin de los taostas un Hombre Entero. Entramos en el reino de los sueos en el precIso 111Stante de nacer, y slo despertamos a la realidad a puertas de la muerte. Solemos atenuar nuestro resplandor para sumergirnos en la oscuridad de los dems. "Vacilante como quien vadea un ro en invierno. IndeCISO cual si temiera a sus vecinos. Respetuoso como el

    'or invitado, Maleable igual que el hielo cuando se derrite. Sencillo como un trozo virgen de madera. Vaco como un valle. Carente de forma como las aguas de un torrente", Las tres perlas de la vida de un maestro son la Compasin, la Economa y la Modestia.

  • uno tras otro, fiJeron recibiendo nuevos elegidos 11asta el vigsimo, Bodhidharma lR, que lleg al norte China durante primera mitad del siglo y fue el

    arca 'len

    -,

    Una bruma de incertidumbre envuelve la historia y enseanzas de BodhidharIna. filosficamente, el primitivo 'len chino parece mostrar influencias tanto del negativismo indio de Nagarjuna, como de la fIlosofa jaa que reformul Sankara 29,

    Los primeros sermones zen se atribuyen al sexto patriarca chino, Daikan Eno (638-713), fundador del Zen del Sur, pues es en esa parte de China donde adquiri predominio. Le sigue inmediatamente el gran Baso (709-788), quien convirti al Zen en una influencia viva para el pueblo chino y Hyakujo

    19-814), fundador del primer monasterio Zen donde estableci las reglas y ritos monacales.

    28 que Ga UKaKura, en este y otros mUCHos casos,

    en las ediciones consultadas. Muchas son errneas.

    ma parece pertenecer a la vigsimo novena generacin en la l

    el

    y rechaza cualquier sistema y demuestra la imposibilidad de expresar la

    nea del Dharma 'de Buda y lleg a China no el siglo VI, como

    la Vacuidad

    mediante el lenguaje. Sankara (?788-820), fiunoso mstico vdico, reelabor remotas

    La gnosis ,.

    56

    Despus Baso, en los debates de la escuela Zen comienza a manifestarse el espritu del Yang Ts Kiang,

    iendo su pensamiento naturalista frente al arcaico idealismo indio. A pesar del inicial orgullo sectario, el budismo zen tampoco pudo abstraerse al inDujo de Lao Ts y los tertulianos taostas.

    El Te CIJing contiene alusiones a la importancia de la concentracin interior y al control de la respiracin, puntos esenciales de la meditacin 'len. Por otra parte, los mejores comentarios existentes sobre el texto

    Lao Ts se deben a sabios zen. El Zen, como el taosmo, es el culto de

    vo. Un maestro lo defini diciendo que era el arte de percibir la estrella polar en los cielos australes. La verdad no puede aprehenderse sino por la unin de los contrarios; y al igual que el taosmo, el 'len concede una importancia enorme a la accin'

    contiene ms realidad que las operaciones de nuestro espritu.

    Eno, el sexto patriarca, vio un da a dos monjes que contemplaban la banderola ondeante de una pagoda.

    afirm: -La mueve el viento. El otro repuso: -Es la bandera quien se agita por s y Eno les explic que la verdadera causa del movi

    miento no estaba en el viento ni en la bandera, sino en el interior sus mentes.

  • l

    . o paseaba por un bosque en com paa de sus discpulos, cuando una liebre salt asustada frente a

    -Por qu huye la liebre? --pregunt Hyakujo. -Porque nos tiene miedo contestaron. -No -dijo el maestro-, huye porque nosotros tene

    mos instintos asesinos. Estas palabras recuerdan las del taosta 50shi

    (Chuang Ts) quien, caminando con un amigo la ribera de un ro, exclam: Cmo disfrutan los peces en el agua!

    -Ji lo que su amigo, dijo: Cmo puedes saber, si no eres un pez, oue estos se

    ) res son felices en su medio acutico?

    1 t no eres yo -contest 50shi-. Cmo sabes

    ) t yo no s si los peces son felices de vivir en el agua?

    El Zen se ha opuesto con tanta frecuencia al budismo ortodoxo como el taosmo al confucianismo. Para

    t percibir la enseanza esencial del zen es preciso huir de

    palabras, pues slo confunden el pensamiento; la ingente biblioteca de los comentarios budistas son nicamente especulaciones personales.

    Los' practicantes zen vivan en comunin directa con la naturaleza intima de las cosas, considerando accesorio lo exterior, una sombra en el camino del conocimiento la realidad. El amor a lo abstracto ha conducido a la grafa zen hacia los trazos en blanco y negro, alejndose del exquisito refinamiento pictrico que caracteriza al budismo clsico. Por haber procura

    58

    ~

    do siempre conocer a Buda en s mismos, y no por sus t

    IItsmbolos e imgenes, un grupo de monjes zen lleg a declararse iconoclasta. 5e sabe que Tanka Osho, un da de invierno, convirti en astillas una figura en madera de Buda para hacer

    ,",r,,,.,'"

    \,'fuego. -Qu sacrilegio! -grit espantado alguien. I

    o',1~Extraer de sus cenizas las sha/i30 que contiene este ",,1,

    buda -repuso tranquilamente el monje zen. 111 -Pero si es imposible que esa estatua contenga shalis ~.

    -replic otro. ~'. -Entonces significar que esta madera no era un Bu- Ida, por lo cual tampoco se habr cometido ningn sa

    crilegio -adujo con absoluta serenidad Tanka. Y se hacia el fuego a calentarse. IPara terminar, el Zen aport al pensamiento oriental la nocin igualitaria establecida entre los asuntos tem I porales y espirituales. En las relaciones superiores de las cosas no existe diferencia entre lo sencillo y lo complejo, lo grande o lo pequeo: u ;;::,,;;.n.,~;~,;,.;.,,1:;";;;""''''''"''''''~1;,,,ci\;;':;,;;;,:;;,;;;;:-?o~~'

    po:j_~1.,t.~~~.;~,,:S~;~1,;LS!~;l~~;~~~~,""Quieri busca la perfeccin debe hallar en su propia

    vida el reflejo de la luz interior.

    I Ji

    Al respecto no existe nada tan significativo como 1,monstica zen. Cada miembro, excepto el abad, tena

    30 se forman en el Bu-

    tras su (N. del

    59

  • Ulla tarea aSH!nac1a en la conservacin del monasterio y, cosa cxtranJ., las tunciolles ligeras correspondan a los novicios, reservndose las ms duras y humildes a los monjes ms respetables y avanzados en camino ~; perfecccin. Estas obligaciones formaban parte de "

    disciplina zell que predicaba realizar cualquier insignificante que fuera con absoluta perfeccin. Qu maravillosas discusiones debieron originarse

    en los conventos a la hora de regar el jardn, fregar la el t!

    La realizacin espiritual en la Ceremonia del T la asuncin del ideario zen en lo referente aI 1. , ..._-......~~-_._ ..... , ....'_.....,.4 ..~._,,~" . ,.,.......-"",..-.",_",.....~._

    / grandeza que existe els detalles .. . \ ,da.

    puso en prctica. \ ~.tt,~~?;~:;,e.l.".::.:D ... ,~ " "-'. ,\,-,w;,,,~,~~ .h",..."Ij?,.,~:;~_",,' .,,,, ,,'.~--~"

    60

    IV

    lA SALA DE T

    los ojos de los arquitectos europeos, en la tradicin de la piedra y elladri tra forma de construir con maClera y puede parecerles indigna siquiera de ser con

    "arquitectura". Resulta muy sintomtico que, hasta pocas muy recientes, nadie excepto un emine11le docto en arquitectura occidental 31 , haya rendido homenaje a la notable perfeccin de nuestros templos. y si eso ocurre con Iluestra arquitectura clsica, c

    mo puede esperarse que los extranjeros aprecien la subelleza de la Sala de T, cuando sus pnncipios

    arquitectnicos y ornamentos san tan diferentes de los occidentales?

    31 Nos a Ralph Cram, en the Alied Arts,

    61

  • I

    Sala de no otra cosa ser

    como

    sucesivos maestros de fueron inllUCllUV vanaClonesen la grana china, segn las dife

    rentes concepciones sobre su diseo, y ahora Sulya significa "Casa del Vado o Casa de la Asimetra" 32.

    Es, efectivamente, la Casa de la Fantasa: una cons~ truccin efmera erigida para acoger un impulso poti

    co. 1amOlen la Casa del Vado, pues carente de todo ) ornamento, ofrece un espacio donde satisfacer libre

    1 mente un fugaz capricho esttico. Y es, por ltimo, ,t Casa de la Asimetra al estar consagrada a lo Imperfec

    to, y porque en ella siempre existe un propsito de obra )

    inacabada, de forma que los juegos de la imaginacin personal puedan concluirla a su gusto.

    t Los ideales que conforman la Ceremonia del ejercido, desde el siglo XVI, una influencia tan da sobre nuestra arquitectura que, aun hoy, los ll1tenores de las casas japonesas producen en el VISItante extranjero la impresin de estar vados, a causa de su extrema sencillez y la pureza de su estilo

    en

    uno

    raz

    i~

    t ~ ~

    cOnstruCClOI1 de la primera Sala de indepen- ~ t diente se debe al gran maestro Sen no Soeki, ms conocido corno Rikyu, su segundo nombre, quien en el 'Ir sigloAvI, con el patrocinio de Taiko Hideyoshi ,in i.:

    ,~.trodujo el ceremonial del t y lo elev al ms alto do de perfeccin; las proporciones de la sala de haban sido determinadas un siglo antes por otro ~

    I ~ bre maestro del t llamado ]0-0. Primitivamente, la sala de t era una simple zona saln hm1iliar acotada por biombos, mImndose kakoi ("lo que est an designa las salas de t habilitadas en el interior I la casa y no son construcciones' t

    volvamos

    reU1111'

    que recuerda la ser ms que las Gracias y me

    -,I

    nos . A continuacin habr una

    se lavan y preparan los utensilios el servicio de t, antes de llevarlos a la I

    se reunirn en el pabelln de espera, . y atravesarn jumos el jardn por un sendero, 1.. . la sala de t.

    I "1 ~

    ,1

    .13 Hideyoshi Cue el seor absoluto del Japn desde 1590 su

    l1luerre en 1598.

    63

  • 1 1 'I1 11 ,,1 1:, La sala de t ofrece generalmente un apariencia anoclina. Es ms pequela que la ms pequea casa japonesa y se pretende que los materiales empleados en su construccin evoquen un espritu de austeridad refinada. Sin embargo, no debemos olvidar que el conjunto es fruto de una premepitacin artstica profunda y cualquier detalle ha sido preparado con un cuidado an ms exquisito que el necesario para construir un palacio o el templo ms fastuoso.

    Una buena sala de t cuesta tan cara como el ms soberbio aposento, debido a que la eleccin, combinacin y tratamiento de los materiales requieren una precisin infinita, hasta el punto que los carpinteros empleados por los maestros de t constituyen una jerarqua artesanal aparte, especialmente reverenciada, cuyas obras no son menos delicadas, ni apreciadas, que las de los fabricantes de muebles de laca.

    De todo esto puede deducirse que la estructura formal y material del Sukiya no slo se aparta radicalmente de los cnones occidentales, sino tambin de la arquitectura clsica japonesa.

    Nuestros ant,iguos monumentos y edificios, ya sean civil-es, militares o religiosos, no son en absoluto- desdeables, aunque slo sea por el innegable valor de sus exquisitas proporciones. Lo poco que conservamos tras el roce corrosivo de los siglos, an impresiona por su magnitud y riqueza de ornamentos: vigorosas columnas de madera, con dimetros entre los sesenta o no

    1

    64

    venta centmetros y diez metros de altura, sosteniendo en un complejo entramado enormes vigas que gimen bajo la techumbre oblicua cubierta de tejas.

    Si estos materiales y mtodos de construccin ofrecen escasa resistencia al fuego, se demuestran asombrosamente recios contra los terremotos, adaptndose as a la principal exigencia del pas. La Sala Dorada de Horyuji y la pagoda de Yakushiji 34, constituyen magnficos testimonios de la longevidad y reciedumbre de nuestras construcciones de madera. Ambas permanecen intactas al desafo de sus doce siglos de existencia.

    El interior de los antiguos templos estaba profusamente decorado. An puede visitarse el templo de Byodoin, en Uji, construido en el siglo X, para ver un dosel y unos baldaquinos dorados de incomparable colorido, incrustados de espejos y ncares, as como los restos de las pinturas y esculturas que en otro tiempo cubrieron sus muros. Tambin en Nikko y en el castillo de Nijo, en Kyoto, podremos comprobar que la belleza arquitectnica fue sacrificada en provecho de una ornamentacin que, por sus detalles exquisitos y singular cromatismo, compite en suntuosidad con las creaciones rabes o moriscas.

    34 El templo de Horyuji est situado en Kioto, fue fundado en el ao 607 por el prncipe Shotoku, El de Yakushiji data del 718 Y se halla en Nafa.

    65

  • La sencillez y pureza de la sala de t rcproLlllcen, por el contrario, el espritu monacal del 'len.

    monasterio 'len se dif-erencia de los construidos por otras escuelas budistas en que, sobre todo, es una morada exclusiva de retiro monstico. Su templo no es un lugar de peregrinacin ni parece albergar un especial

    religioso, ms recuerda la sala de un colegio estudiantes se reunen a meditar o

    5implemente es un amplio recinto sin ningn otro ornamento que Ull altar central donde se erige la estatua fJ de Bodhidharma, fundador de la escuela, o de Sakyamuni, entre las imgenes de Mahakasyapa y Ananda 35,

    .t los dos primeros patriarcas 'len. Ante ellos, sobre el altar,

    't ..

    siempre habr incienso y flores en ofrenda agradecida

    por los servicios que ambos sabios prestaron al zen.

    Reiteremos que la Ceremonia del 1 e provIene OrigI, nalmente del rito practicado por los monjes zen de beber t, en riguroso turno, del mismo tazn, concentrados ante la imagen Bodhidharma. Para aadir que

    36tem plo 'len constituye el prototipo del

    66

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    67

  • lugar de honor en la casa japonesa, donde se disponen los cuadros y las flores para disfrute de los invitados.

    Todos nuestros grandes maestros de t fueron cantes zen y se esforzaron por trasladar a la vida coti~ diana, a los asuntos ms triviales, el espritu del zen.

    ambin la sala de t ylos utensilios necesarios para realizar la Ceremonia son el reflejo de su

    superficie de la sala, que ortodoxamente deba ocupar cuatro esteras y media, unos tres metros cuadrados, viene determinada por un pasaje del Sutra de Vikramaditya, donde el autor narra su encuentro con el santo Manjusri 37 y ochenta y cuatro mil discpulos de Budaen un recinto de tales dimensiones: metfora sobre la no existencia del espacio para los verdaderos minados.

    El roj, el sendero que atraviesa el jardn y conduce desde el rnachia, pabelln de espera, a la sala del t, simboliza el primer grado de la meditacin, el que posibilita la autoiluminacin. El roj cumple la funcin de romper cualquier vnculo con el mundo exterior, prepa

    . al visitante, mediante el influjo de una profunda sensa~in de frescura, para los pursimos goces estticos que le esperan en la sala de t. Quien haya recorrido al-

    Uno de otros dos son ra

    68

    guna vez el sendero que atraviesa el jardn de un Sukiyrt, guardar en su memornoria indeleblemente la gran emocin que habr anegado su espritu al elevarse sobre la vulgaridad cotidiana, mientras caminaba bajo la crepus

    sombra de los rboles de hoja perenne y regulares irregularidades de las piedras sobre las que apoy cada paso, alfombradas con agujas de pino secas, a

    de granticos farolillos cubiertos por el musgo. Aun en medio de una gran ciudad, es posible sentir la

    sensacin de haJlarse en el corazn de un bosque, jos del polvo y el frenes urbanos. Realmente sobrecoge el ingenio derrochado por los maestros de t para producir estas impresiones de serenidad y pureza, diferentes segn

    espritu de cada maestro, en el fugaz paseo por el tJJ Algunos, como Rikyu, buscaban un efecto oe com

    soledad y pretendan que el secreto de un roj se ocultaba en esta vieia cancin:

    Miro a lo lejos,

    no hay flores

    ni hojas de col()res.

    Slo a la orilla del mar,

    una solitaria cabaa campesina

    entre la luz tenue

    de una tarde de otoo.

    esp ritu relacionaba el correcto

    . con los siguientes versos: Kobori

    69

  • de rboles en verano, indicios del mar

    ala de la tarde.

    El sentido de estas frases slo puede captarse por la intuicin. Sugieren un estado de nimo despierto, an inmerso en la ensoacin brumosa del pasado, entre la blanda inconsciencia de una meldica luz espi . que aspIra a llDerarse en la bsqucda del ms all.

    Con tal disDosicin anmica, el invitado se acerca..

    SllenClosamente al santuario y, si se trata ete un sat In u J'ai, dejar su sable en un armero dispuesto en el

    pabelln de espera antcs de recorrer el roj, pues la salat ,. de t es ame todo la casa de la paz. Luego se inclinar

    y entrar en la sala por una puertecita que no tendr;,l " ) ms de noventa centmetros de alto, obligacin im

    puesta a todos los invitados, fuera cual fuese su condi

    como ejercicio de

    orden de emrada en la sala de se establece y de mutuo acuerdo en el rnaichiai,

    forma que los invitados franquean la entrada ele uno en uno, en silencio, y tras la ceremonial reverencia ornamento pictrico o floral del tokonoma, ocupa su puesto. El anfitrin no entrar hasta que to

    sus invitados se hayan aposentado y reine en el intenor de la sala de t la paz m~.s absoluta,

    por el delicioso sonido del af!:ua h' tetera de hierro, cuyo canto se am.10nlza ROJ!, SEN DERO DEL 'I

    71

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  • unos UOCltOS de hierro que, adosados al fndo, modusu personal meloda evocadora: una tempestad una catarata de eco amortiguado por las el

    mar romoiendo en la lejana del acantilado, una tormenta entre los barnbes o ti suspirar los pinos en

    montaa mls alta. en pleno da entra la luz en la sala de t sino

    amortiguada por el plano inclinado de la techumbre que impide la incidencia directa de los rayos ele Sal en su interior. Todo, los muros al presenta tonalidades sobrias; tambin los invitados visten colores discretos. La ptina que deja tiempo se evidencia en

    quier objeto, porque all no se admiten adquisiciones recientes, excepto la larga cuchara de bamb y la

    tda blanca de las que se hayan usado, la sala y los urensi

    resaltar su extrelJla limpieza; una mota de polvo, y el anfitrin no ser considerado un verdadero maestro, una de cuyas principales obligaciones ser barrer, y lavar, haciendo de la un arte, tratando los antiguos objetos de la Ceremonia del T con veneracin y nunca con la grosera oe una criada holandes'a. Slo se permitirn gotas de

    r,endidas por las flores, en su sugerencia de hmey frescura. este respecto, se cuenta una pintoresca ancdota de

    Rikyu que pone de manifiesto hasta qu punto era valorada la limpieza por los maestros

    72

    barrcr el

    miraba a su hijo 5hoan jardn.

    -No bastante li y le

    -le ) Al una hora

    trabajo, joven se vol vi hacia su que terminado, padre: he fregado las pie

    tres veces, lavado las farolas y regado los rboles; resplandece el verdor del musgo y los lquenes; en el suelo no queda el menor rastro de una hoja... -Muchacho atolondradol -replic el maestro-o

    no se limpiad sendero. adentrndose en el jardn, sacudi un rbol

    que comenzaron a desprenderse hojas doradas y prpuras, como rastros deshilachados en el brocado del manto del ataDO. Lo que Rikyu exiga era algo ms limpieza, exiga tambin gusto y

    apelativo que an se aplica a la sala de t, llamndola "Casa de la Fantasa") implica una estructura destmada a satisfacer las exigencias artsticas personales. El Suki)'a se construY..~12.r.~tsJ.Q1aestro

    volver a

    - ~-- ----~_ ....~~

    t y no al revs:-No existe sentido de posteridad, su ---'_,_.~._ ._~ __._ __ ' __ n '~_ ~ _~__.. _

    o b jetivoesefffi"ro. -I;'-'d'cl'de'qte'E'lda uno debe tener su propia casa,

    origen en una de las tradiciones ms arraigadas en el pueblo japons: la supersticin Shinto oue ordena desalojar toda estancia a la muerte de su ocupante principal; aunque tal vez se estableciera esta costumbre simplemente por razones h'

    73

  • Otro b;:bito ancestral impona la construccin de Llna casa para cada nueva pareja. As es fcil der la notable movilidad de las capitales imperiales en los tiempos antiguos. La reconstruccin, cada veinte aos, del templo de 1se, santuario supremo de la

    Solar 38, es una pervivencia de los antizuos ritos. Fcilmente se comprende que stas y otras costum

    bres slo eran posibles con una arquitectura como la nuestra, basada en la madera, cuyo ensamblaje es tan

    de construir como de demoler. Un ~ construccin ms duradero, empleando piedra y ladri

    significado su deceso, como ms tarde suce" di tras el periodo Nara, al implantarse la reCia't

    construccin en madera de influencia china.() ,@ Mas he aqu que en el siglo XV, es la filosofa'I! dualista zen quien recupera la vieja idea para do~~~~:!a de)

    ui~seltd()'rl~sj?XQf((i'=~T~~er"Sii~tlq . del . EfZen, de acuerdo con la teora budista del aniquilam'ietlt-y en s~_~gtJsrzpor-instaurar la primada

    espritu frente a la materia, consideraba la vivienda

    cuerpo no era sino una gruta, una cabaa solitaria, un abrigodel1icibs arrc1aGas a vera dl :amlllo rentes de ligazn, vuelven tras LISO a: la nada original

    jR crea

    74

    de T del Kaitoku-Ji, en Kyoto,

    Construir una Sella de t de acuerdo con el gusto individual de un maestro, constituye una aplicacin . larmente poderosa del principio vitalista en el arte.

    para ser valorado en su m,hima medida, debe acoa los tiempos, Aunque no se renuncie a los de

    rechos de la Dosteridad, lo esencial es buscar el medio

    1:

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    11,1' ir! ;1 j', para obcener del presente el mayor goce posible. 1}unpo

    co se trata de desdear las creacjg11csdeLpasado, sin~ de"' ________ .... .- _.-_..'-. ____ o _. __ .~ __ o _~,.__...___ .." __.. ,. ___'

    acomocbr=Ias'a nu.~~tr~s propias vivencias. Cual.quier forrhlciOn:se;;i[hacia'la~'tr~didol1esyrhdelOspi~tltos! -------~-_.-.---------_.~--.--.-.--.----------~--. -~"- ___..o_.__ .._" ....,__.__.. __ .__ _ I.~ entorpecen la expresin indi~~.9_~1.~1.~!~,,!~g~I~~lYE!d2_eJ:gr ..""'--'__'"'-.-....._,-.. -~ ---_o ~ .._~~_~______ ~"-."_..__,_"

    tambin resultan deplor~-t~~.~assy.r9as copias de los cdiEciOs~~;ropi9..~,~.g~~l~oy se levantal~.~;;iy~~~;ente~e~]ap6U." --.--. ,. -'---,~-.--...-----.---- "'- ---'.-, ..'

    Sorprende que Occidente, incluso sus pases ms desarrollados, presente una arquitectura tan desnuda de originalidad, tan reiterativa en el empleo de estilos arcaizantes. Tal vez, aguardando la venida del soberano fundador de una nueva dinasta, el arte viva una poca de democratizacin. Amemos lo antiguo, pero copimoslo menos. Se dice que la civilizacin griega fue grande porque jams sigui patrones caducos.

    El otro nombre con gue se conoce la sala de t, "Ca""--..._----.- ---- -""'~~_.....-------

    sa deLV~', adems de representar la teora.lg0_~.1~ '~;cuidad, ~~E.?~~!.E:._'s~E~pcin de una necesidad de cal;tl-;Permanente en 10;~otr:vo-s-"orn~;;;-~;;i:aTes-.---[a

    ~' ----.-'-.----.-----~-_.---_._::rs ala ud t, lo rep J.~E,_~~~~__~_c;:.h_D.Q_cgn.~!,~!!:~.J~.?:~:_~xcepto lo, que e11.. eJla .se9iR.~ne, .pa!a.sti~fc_~x_yQ.Iantas~ ~';ttica. S'lo en ciertas ocasiones se coloca en ella ~ig~~;-;'-pi~;;-de, arte, siempre ar'~l~'i~~-~~~' i~ 's-b'riedad ~Trc~~~d;l~'t~~'y;~ p~~~~~t~;' d~'f:ma'q~e 'r'e1ce~la belleza del aslll~t?,p.r~~.~~E~l.

    "--A-qLil~~'l~ apetecera escuchar varios fragmentos musicales interpretados al m1S1110 lierii"po?Acasolrl5'e

    76 I

    'I! 'Ji :1: i:

    :1' 1\1

    llcza es c()mprcnsi~?}~2. .5LnQgira..su ,exprGs)ll en torno a un motivo central?

    6j'---De.' elrderlva quc el concepto decorativo de nues, tras salas de t resulte diametralmente opuesto a la ten

    dencia europea de convertir en museos los interiores de las casas. Y se explica que a cualquier japons, acostumbrado a la sobriedad y al frecuente cambio de decOl'ado, un interior europeo, repleto de esculturas, pinturas e innumerables colecciones de antigedades que se exponen permanentemente, le parezca una vulgar ostentacin de riqueza.

    &i) Es preciso recon~,~~.r_~__L~q1!ins;_LJD.a"110tabk,disposicin crtica para conmoverse con la visin constanre-"aelll1 'mis-mo -obTetc=;,",~-~~~q~~--se~ti:ateaeUna obra m;;;-Ua.-Y'a-algui"E"as,deEespo11sele un ilimitado

    ,~ .___._____._.,...__._..._

  • tampoco se oponan a la expresin de la simetra. Si ana En la sala de t, el miedo a la repeticin presenlizamos los viejos bronces chinos o la imaginera religio te siempre, Los diferentes objetos que constituyen su sa de Ia dinasta Tang y el periodo Nara, reconocere;110s decoracin, son elegidos cuidadosamente de manera un esfuerzo evidente.. por mantener las que no se repita un color o un diseo. Si se ha optado Tambin nuestros lllteriores clsicos buscaban formas es por una flor natural, se eliminar cualquier otro ortU

    trictal11en~~ r~gulares en.?u coI!lE~~~~Ln. mento que con tenga motivos florales. Sin em bargo, el E.~~~,~~

  • 1

    es. l'J pilar del tokonorna ser de madera distinta a Jos derns pilares, rehuyendo cualquier impresin de monotona. No existe, por tanto, concepcin decorativa ms

    opuesta a la japonesa que la occidental. No es extrao que, con frecuencia, las casas europeas, ton sus objetos tan simtricamente dispuestos en su interior, nos parezcan un cmulo de intiles repeticiones. Por ejemplo: cuando hablamos con una persona cuyo retrato de tamao natural cuelga detrs suyo, siempre nos preguntamos con quin estamos hablando, si con nuestro int:'rlocutor o su retrato; y tendemos a pensar inevitaqlemente que uno de los dos, el ser vivo o su imagen,

    falso. Cuntas veces, in\ritados a comer, nos hemos visto forzados a cornenlplar, no sin riesgo para una correcta digestin, la visin realista de la abundancia con que es habitual cubrir las paredes de los comedores uropeos! Para qu tanto cuadro de caza o gestas deportivas yesos bodegones rebosantes de frutas y peces? Con qu propsito se expone la platera familiar que nos recuerda a quienes comieron en esa misma mesa y han muerto?

    La s'encillez de la sala de t y su absoluta carencia de vulgaridad hacen de ella un reducto santo contra los ataques espirituales del mundo exterior. All, y slo all, podemos consagrarnos sin perturbaciones a la adoracin de la belleza. En el siglo XVI ofreci, tanto a los fieros guerreros como a los hombres de Estado, todos

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    empeados entonces en concluir el periodo de unificacn y reconstruccin del Japn, exquisitas horas de reposo entre sus duras tareas. En el XVII, tras imposicin estricta de la regla Tokugawa, la sala de t represent para las sensibilidades artsticas la nica posibilidad de comunin libre. En presencia de una excelsa obra de arte, . diluyen las distancias entre el daimyo, el samurai39 y el hombre de la calle.

    El industrialismo hace cada da ms difcil, en esta fbrica inmensa que es el mundo, la prctica del verdadero sentimiento artstico. Precisamente ahora es cuando ms necesitamos las salas de t!

    39 Daimyo: mXImo representante una !,lmll ia militar poderosao sttmurtti, que sirve al es el caballero por excelencia, seguidor del camino ye!

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  • V EL SENTIDO DEL ARTE

    ti

    t onocis el cuento taosta del "Arpa domesticada"?t En el desfiladero de Lung Men, hace mucho, ()

    mucho tiempo, haba un rbol, Kiri, reconocido t) como el verdadero rey del bosque. Era tan alto que su copa ) lograba conversar con las estrellas, y las races se adentraban

    t

    tan profundo en la tierra que unan sus anillos de bronce con dragn de plata que dorma plcidamente en su seno.

    Sucedi que un poderoso mago hizo con madera de este rbol un arpa, cuyo espritu indomable slo poda ser amansado por el ms grande de los msicos. Du~j rante mucho tiempo el instrumento form parte del tesoro imperial chino, sin que ninguno de los numerosos virtuosos a quienes fue confiado pudiera extraer la ms mnima meloda de sus cuerdas. La nica respuesta del arpa a tanto ensayo desespera

    do eran notas duras, desdeosas, desafinadas para

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  • aeo los bellos can tos los maestros. arpa se negaba a aceptar un dueo.

    Hasta que llei2: el turno de Pa el prncipe de los qUIen con mano aellcJ.OJ la supo aCarICIar co

    mo si domesticara un potro salvaje, interpretando la m::.s dulce de las baladas. Con en sus brazos, cant a naturaleza, a las es

    raciones, a la montaa, recreando msica de Jos arroyos, y todos los recuerdos del rey de los rboles eclosionaron en el arpa.

    sus ramas jug de nuevo la brisa de la primavera. Las primerizas torrenteras del ro danzaban y sonrean a los brotes tiernos de las flores. Nuevamente volvi a escucharse el eco embriagador del esto, con sus mi riadas de insectos, el murmullo suave de la yel canto triste del cuclillo. Od: ruge un tigre y le contesta el eco de los valles. Llega el otoo; bajo la noche desierta, la navaja la luna centellea sobre la hierba helada. El invierno, seor ahora del mundo, extiende su manto helado y entre la nieve mansa que se prende del cielo vuelan los cisnes. Su graznido ta las ramas con a!egra salvaje.

    Luego Pai Ya, cambiando de lOno, cant al amor. bosque se inclin como un joven perdido en de sus propios pensamientos. All, en lo alto, cual doncella altiva, flotaba una nube resplandeciente; sin embargo su aparente candor cubre de sombras la tierra, a su paso huellas largas y negras como la desesperacin.

    Otro cambio de estilo. En esta ocasin rai Ya canta l la guerra: las espdas reproducen su sinfona metli

    los caballos piafan. Por ltimo, del arpa surge el clamor de una tempestad en Lung Men. El dragn cabalga un rayo y la nieve en avalancha inunda las montaas con el bramido de] trueno.

    El Emperador Celeste, embelesado, pregunt al sico cul era el secreto de su victoria sobre el arpa.

    -Seor -contest-, los dems msicos han fracasado porque pretendieron cantar solos. He dejado al arpa elegir los temas musicales y, en realidad, mientras pulsaba sus cuerdas, yo no saba s el arpa era Pa Ya o Pa Y~1 era el arpa.

    Este cuento expresa con enorme fuerza el misterio envuelve al sentimiento artstico.

    ...... Una obra Il1aestra es un,~,,~:;~nf?ll~i.3: ..sj~~Jltada_a partir de n u estro's"i;el~s~'mlen tos ms exq uis i tos. El v::rdadero

    ..,r...~_,.~..., ~,,,,

  • no espritu es la tela sobre la cual dispone e! artista sus colores: los tonos

    nuestra alegra las sombras a los sentimientos ms '; -' "',.~." - > - ' ""'

    La obra maestra ca111O. 11 oS~tro s .. ':;:'\""~Ii.!.~,,~",*~~~:c~".~.~"t.~~,,

  • ms que a los actores. Sabiendo en qu consiste el equvoco, el espectador podr compadecerse de los per

    . .

    sona)es que ve en escena, mIentras se Clegos hacia su destino.

    Los grandes maestros de Oriente y Occidente, nunca desdearon la importancia de la sugerencia como mtodo para inspirar confianza en el espectador. Quin se muestra capaz de contemplar una obra maestra sin asustarse de la ingente cantidad de pensamientos que induce ante nuestra mirada?

    No existe ninguna obra maestra que no nos resulte familiar y seductora. Por el contrario, qu fras parecen

    producciones que se realizan actualmente: Aqu, la ardorosa expansin de un sentimiento, all, slo un gesto formal. Esclavos de la tcnica, los modernistas rara vez logran elevarse sobre s mismos. Igual que los msicos que en vano pulsaron las cuerdas del arpa de Lung Men, cantan para ellos solos. Tal vez sus obras se aproximen ms a las formulaciones de la ciencia, pero se ale

    los sentimientos humanos. Dice un viejo proverbio japons que una mujer no puede amar a un hombre excesivamente vanidoso, pues no nallara en su corazn'ni la ms pequea rendija a travs de la cual penetre el amor y lo llene todo. La vanidad en el arte es igualmente fatal para la comprensin de los sentimientos, ya sea por parte del artista o del pt'lblico.

    No conozco nada ms sagrado que la unin en el arte de espritus semejantes. En el momento del encuen

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    tro, los amantes artsticos se elevan sobre s mismos. Son uno y otro al mismo tiempo. Quien lo experimenta, vislumbra el resplandor del infinito, pero las palabras no sirven para expresar su gozo porque los sentimientos profundos carecen de lengua. Libre de las cadenas materiales, su espritu se mueve con el ritmo natural de las cosas. El arte, as, se identiflca con la religin y ennoblece al gnero humano, convirtiendo al artista en un muidor de lo sagrado.

    La veneracin con que antiguamente los japoneses rodeaban a las obras de arte era extrema. Los maestros de

    conservaban sus tesoros con verdadero celo religioso y, con frecuencia, era preciso abrir innumerables cajas, guardadas unas dentro de las otras, para descubrir el relicario y la envoltura de seda en cuyos suaves pliegues reposaba el sancta stlnctorum. Slo se exhiba de cuando en cuando y siempre ante los verdaderos iniciados.

    En poca del apogeo de la Ceremonia del T, generales del T;':ko 41 se mostraban ms satisfechos cuando se premiaban sus victorias con el regalo de una

    rra y de imposicin de lo

    a

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  • de arte que con la entrega de vastas extensiones de Varios de nuestros dramas predilectos presentan

    como asunto central la prdida y posterior recuperacin de una obra maestra. E