Notas para una definición de cultura

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    1/10

    LA OPININ DEL GESTOR CULTURAL Y NOTAS PARA UNA DEFINICINDE CULTURA.(Publicado en forma de captulo en el libro Conceptos y Experiencias deGestin Cultura. Ministerio de Cultura, Madrid, 2007).

    Lo primero que tiene que hacer un gestor cultural, lo ms decisivo,en realidad, tiene que ver con el concepto que tenga de cultura. Antes deponerse a la tarea de ejercer su cometido con la responsabilidad que lees propia y de la que luego hablaremos, el gestor cultural debe hacer unareflexin personal acerca del significado de la cultura en nuestro tiempo,y en el contexto particular en el que va a desempear su trabajo. No

    hacer esto equivale a quedarse en el mbito de la gestin tecnocrtica.Pero, lo que es mucho ms grave, significa no querer enfrentarse a losprocesos culturales y sociales que determinan y modifican las corrientesactuales de pensamiento. Es lo que yo he llamado en otros momentos lapereza del gestor cultural, la tendencia ablica a no querer entrar deverdad en el apasionante trabajo que la sociedad le ha confiado. Esparecida a la dinmica que atrapa al predicador que no reflexiona ocuestiona su fe, al empresario que no traza estrategias a largo plazo, alpoltico posibilista que gobierna en funcin de encuestas y presiones

    externas.

    Un segundo riesgo aadido que tiene el comportamiento descritose refleja en el sndrome centro comercial. Quiero decir, si el gestorcultural no ha realizado una tarea previa en este sentido se comportar,invariablemente, como el jefe de compras de productos de un centrocomercial. Todo podr ser adquirido, todo podr ser vendido.

    Lo mnimo que uno puede hacer, por tanto, es ofrecer aqu una

    definicin provisional y personal de cultura, que ya no puede ser sloaquello que los antiguos relacionaban con el mbito de lo sublime, con elculto de las bellas artes. He dicho provisional, porque esta es una tareaque debe hacerse y reactualizarse permanentemente. Y he dichopersonal, porque en una definicin de cultura orientada a la vida activano caben recetarios o credos. Yo le puedo decir al GC, si ha de dar crditoa estas reflexiones, que un planteamiento como el que sugiero, le ha dedar unos enormes frutos, y una enorme tranquilidad, incluso desde elpunto de vista elocuente de la imagen y de la visibilidad de su propio

    trabajo como gestor. Pues una reflexin previa como la que propongo, yque cada uno debe intentar hacer, le permitir, al menos, enmarcar cada

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    2/10

    una de las acciones concretas que se proponga, o que le propongan, yrelacionarlas con mbitos mayores, estableciendo interconexionesfluidas entre los actores de la prctica cultural.

    Una definicin de cultura.

    Ya hemos adelantado que la cultura no puede ser entendida, ennuestro tiempo, como ese conjunto de artefactos y produccionessacrosantas que slo podan ser elaboradas por los cultores y artfices delas bellas artes. La vieja oposicin tan bien caracterizada por AndreasHuyssen y otros tericos entre Alta Cultura (burguesa, normativa,acadmica) y Baja Cultura (popular, espontnea, apcrifa) ha quedadohoy del todo superada. Y an esto se hace del todo evidente en el

    contexto mundializado de cultura en el que nos movemos1

    .

    La cultura, por tanto, y en una definicin que bebe de las fuentesde la antropologa social, , es el conjunto de las producciones simblicasque hacen que un individuo determinado se sienta concernido por unconjunto mayor de pertenencia, que puede ser su barrio, su tribu, suciudad, su regin, su comunidad, su pas o su civilizacin. As sucede, eneste ltimo caso, cuando hablamos de horizontes amplios vinculados engeneral con las tradiciones histricas de un pueblo o conjunto de

    pueblos.

    El escritor Jorge Luis Borges prefera hablar de tradiciones enlugar de civilizaciones. En todo caso, y en trminos descriptivos, nospodemos entender muy bien cuando esta cultura mayor o civilizacinaparece vinculada a sucesos histricos sostenidos en el tiempo y enmbitos geogrficos diversos. Ese y no otro es el sentido degeneralidades conceptuales como Europa Occidental, Mundo rabe,Pueblos Andinos, Cultura Juda, Cultura Mediterrnea y tantas otras que

    entre s se cruzan y entrecruzan ofreciendo el abanico complejo de ladiversidad humana2.

    1 Lo que llamo la Gran Divisin no es sino el tipo de discurso que insiste en una distincin categrica entre

    arte elevado y cultura de masas. (...) La creencia en la Gran Divisin, con sus derivaciones estticas, morales

    y polticas, persiste an hoy en el mbito acadmico. (...) Sin embargo, tal creencia se ha visto

    crecientemente desafiada y recusada por las producciones recientes en las artes, el cine, la literatura, la

    arquitectura y la crtica. (...) El surgimiento de lo posmoderno ms all de la vanguardia no puede

    comprenderse acabadamente a menos que se advierta que el modernismo y el posmodernismo mantienen

    una relacin diferente con la cultura de masas. (...) El problema de la calidad revela un sntoma de angustia

    de contaminacin. No toda obra de arte que no se ajusta a las nociones canonizadas se inscribe

    automticamente en lo kitsch, y por otra parte el ingreso del kitsch en el arte puede resultar en obras de alta

    calidad, en el prlogo de Despus de la Gran Divisin. Modernismo, cultura de masas, posmodernismo,Andreas Huyssen, (1986, 2002), Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires.2

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    3/10

    Estos conjuntos mayores pueden estar vinculados a una o a variaslenguas, a una o a varias religiones, a uno o a varios pases, como cuandohablamos de Cultura Grecolatina o Cultura India. Por ltimo, son cada

    vez ms pertinentes en nuestro mbito de la gestin cultural especficaotros conjuntos mayores de pertenencia, cuyos extremos son difciles dearticular tales como los que se resumen en los conceptos de Humanidad,Planeta Tierra, Universo. Conceptos donde los cosmopolitas se dan lamano con ecologistas e indigenistas cultores de la Madre Tierra oNaturaleza en una muestra de respeto de origen pantesta hacia todo elfenmeno de la vida, un fenmeno que ocupa la frgil frontera quesepara lo material de lo inmaterial.

    Respecto de la definicin que he ofrecido quiero hacer algunasprecisiones o matizaciones que estoy seguro de que el GC avisado yahabr sealado como discutibles o probables. Porque, en efecto, elproceso de emancipacin de la Razn del que hablaba el filsofoilustrado tiene que ver con aquello de servirse del propioentendimiento, por decirlo en palabras de Kant.

    Una definicin necesariamente aplicable.

    Una primera tiene que ver con esa idea de los universales. As, elaprendizaje de la razn est en relacin con los problemas de nuestrotiempo, con la historia, no con la bsqueda de universales y utopas queen tantas ocasiones, por tratar de convertir las declaraciones enprincipios inamovibles hicieron ms mal que bien, postergando lassoluciones de hoy a los prometedores bienes del futuro. Debemos, portanto, buscar las aplicaciones concretas, los pasos adelante que hacenfelices a las personas aqu y ahora, an cuando sean pequeos, auncuando uno pueda ser consciente de la enormidad de la tarea y un

    sentimiento de anonadamiento nos pueda invadir.s

    No puedo ir ms lejos en esto de lo que ha ido Naciones Unidas en ese bello programa, la Declaracin del

    Milenio, que es ya una referencia prctica para las relaciones socio-culturales en el presente siglo, en el

    contexto de respeto a los Derechos Humanos de la Carta Fundacional de la organizacin. El Gobierno de

    Espaa, al aprobar el Estatuto del Cooperante con fecha de 28 de abril de 2006, instituy el Da del

    Cooperante coincidiendo con la fecha del 8 de septiembre, que fue cuando la Declaracin del Milenio fue

    aprobada por Naciones Unidas, en el ao 2000. A mi juicio, debe ser una gua personal y un cdigo de

    conducta para cualquier poltica cultural y de desarrollo. En su apartado de Valores, punto 6, con el epgrafe

    La tolerancia, se lee: Los seres humanos se deben respetar mutuamente, en toda su diversidad de creencias,

    culturas e idiomas. No se deben temer ni reprimir las diferencias dentro de las sociedades ni entre stas;

    antes bien, deben apreciarse como preciados bienes de la humanidad. Se debe promover activamente unacultura de paz y dilogo entre todas las civilizaciones.

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    4/10

    Algunos de estos planteamientos hubieran sido irrelevantes paraun griego de hace 2.500 aos o para un maya de hace 1000 aos. Es ascomo sabemos que reconstruimos cada da esos mismos universales,dndoles sentido cada da. La historia de la tolerancia, la historia de la

    justicia, la historia de la libertad, la historia del amor y la historia de lasolidaridad forman parte tambin del aprendizaje de la razn. Surecorrido, la astucia de la razn, es lo que dota de sentido a la culturahumana. Cada vez que encontramos una traza o una huella del recorridode estas cinco historias nos sentimos de inmediato parte de una comnhumanidad. Cada vez que encontramos, por el contrario, un documentode barbarie comprendemos lo valioso de cada uno de esos recorridos. Ylo difcil que se hace el seguirlos.

    La gestin cultural como arbitraje.

    La segunda matizacin tiene que ver con el sentido de ladefinicin, con su movimiento. Se trata de uno que va de abajo haciaarriba, de lo pequeo a lo grande, de lo interior a lo exterior. En suaccionar diario, al GC le ha de interesar y preocupar lo que losindividuos dicen y piensan de s mismos, uno a uno, y no lo que nosotrosdecimos y pensamos de ellos. Se hace necesario evitar caer el dirigismode la accin cultural. En el contexto de la definicin que estamos

    aclarando, el GC no puede emular ni al misionero, ni al antroplogo ni alpoltico. Su labor es mucho ms arbitral, en el sentido de dejar jugarestableciendo ciertas reglas de juego, ciertos horarios, ciertasreglamentaciones, ms que imponer su propio juego. El GC repartejuego. Y tambin, por supuesto, establece ciertos lmites notransgredibles en el mismo. Y propone nuevos juegos, en funcin de lasagendas mayores y menores que trata de implementar.

    Pero, de nuevo, el protagonismo corresponde a los actores, a los

    jugadores y a los entrenadores locales, si los hay, no al propio GC. Aquexiste un riesgo, muy comn a la GC, en cualquiera de los niveles deactuacin que se d. Sucede este cuando el GC desempea, adems de sutrabajo de gestor, otro particular de artista, de protagonista en unmbito competencial prximo a las tareas que coordina. Cuntasgestiones impecables no se han visto empaadas o disminuidas por laintromisin indebida de GCs que no han sabido separar su mbitopropio de artista y el mbito de representacin cultural que ostentaban!Dira que el GC debe ejercer sobre s una especial prevencin en este

    sentido, autovigilante. Y si no es capaz de esto, entonces la gestincultural no es su trabajo.

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    5/10

    S que se hace difcil practicar lo que acabo de decir. Pero se hacepreciso insistir en ello una y otra vez. Por varios motivos. Primero,porque el GC no suele reflexionar sobre este tema; esto es, no piensa en

    sus propios prejuicios estticos y culturales, dando por supuesto que sulnea es la acertada de manera natural. Segundo, al ser la gestin culturaluna ocupacin de ida y vuelta, que se puede ejercer durante un periodoconcreto de la vida, sucede, en efecto, y en muchos casos es as, que lagestin cultural viene a estar desempeada por artistas de variasdisciplinas, escritores, crticos y comisarios, profesores y acadmicos, ypolticos ms o menos cesantes o salientes. Cuanto ms atractivo es elpuesto de GC que se ofrece, en razn de su importancia objetiva -si estbien remunerado, si se ejerce en el extranjero, si es un centro de calidad

    reconocida-, es ms probable que dicho puesto se vea codiciado por unprotagonista de la cultura, en cualquiera de sus facetas3. Esto no esnuevo. Y en muchas ocasiones los gobiernos recurren a personas delustre para dirigir determinados centros de prestigio simblico, o paraque con su nombre los representen en foros ajenos.

    Cuando sealo esta dificultad no estoy ejerciendo aqu una crticarespecto de la funcin de los creadores como gestores culturales.Permtaseme una coda personal para aclarar este punto. Yo mismo he

    sido ambas cosas toda mi vida. Pero ambas. Y nunca he dejado de hacerambas cosas. Aos antes de publicar nada, comenc como gestor culturalen el Club de Amigos de la UNESCO, en Madrid, organizando todos losviernes unas citas literarias y poticas que se denominaban VAM,Viernes Abiertos de Madrid, all por el lejano ao de 1980. Y por esomismo debo sealar el problema, porque lo conozco y lo he conocido.

    Es un problema que tambin afecta, pero menos, a los GCs puros, aquienes consagran su vida a la gestin cultural. En todo caso, y siendo la

    profesin del GC una tarea que se puede desempear en periodosconcretos, no est de ms instar a una reflexin acerca de lo que acabode decir. Y ello afecta en particular a los que yo llamara GCsdesembarcados, a los paracaidistas que nunca han ejercido este trabajopero que se ven tentados por su ejercicio.

    3 Espaa, en general, y a diferencia de otros pases, no suele recurrir a figuras relevantes de la cultura

    adscritas a los cargos de consejero o agregado cultural. S lo hace, y dependiendo del momento poltico, en

    algunos de los nombramientos de los directores del Instituto Cervantes en el exterior. La AECI, que nombra

    por concurso pblico, practica menos esta poltica en sus nombramientos de directores de centros culturales

    o de OTCs. En todo caso, y como comentamos ms adelante, faltan transparencia, procedimientos de

    intercambio y rotacin entre directivos de la accin exterior, eliminacin de compartimentos estancos entreagencias e instituciones culturales, racionalizacin de recursos, dignificacin econmica y social de los

    puestos, y coordinacin entre las distintas entidades que concurren en la accin exterior, entre otras cosas.

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    6/10

    De modo que la dificultad que ofrezco se puede convertir enventaja a poco que el GC piense en ello. Es todo lo que tiene que hacer.Pero lo tiene que hacer si quiere hacer bien su trabajo. En nuestro caso,

    imaginemos a un GC escritor de novelas de tesis que no quisiese invitar asu centro a novelistas de gnero de aventuras o de gnero negro, o anovelistas rivales. Puede parecer un caso extremo, pero el GC debe serconsciente de esta dificultad. Pero una vez que la supere digo que saldrganando, incluso como creador. Y seguro que como persona. Me parecepor lo dems que esta es una dificultad que en la vida cotidiana se leplantea a otros profesionales, slo que estos estn acostumbrados acontender con ella. As, mdicos, abogados, arquitectos, realizan confrecuencia actos profesionales que solicitan pacientes o clientes, aunque

    tal vez, ellos o ellas, en su fuero interno, hubieran deseado hacer otracosa. En todo caso, el GC debe ser analizar sus incompatibilidadesconscientes e inconscientes. Precisamente porque el terreno sobre elque ejecuta su tarea es frgil, huidizo, y susceptible de argumentacionescontrarias. Y sectarias. Contra todo eso debe prevenirse el GC.

    Producciones simblicas

    En la definicin que he ofrecido me he referido a las producciones

    simblicas. Poda tambin haber hablado de smbolos, eliminando esehacer productivista o material. En efecto, el buen GC debe estar atentoa esas otras obras de la imaginacin que tienen que ver con lo quetradicionalmente llambamos el arte de lo sagrado o el intercambio de loespiritual. Son tambin estas manifestaciones culturales que enriquecenel itinerario de la diversidad humana y el esfuerzo por entendernos en elmundo. Adems, toda manifestacin cultural material que se precieincluye una carga de simbolismo inmaterial que permite un conjunto deinterpretaciones que nos hace ir ms all del objeto o suceso artstico

    representado. Cuantas ms posea, ms vigencia tendr en sucesivasgeneraciones. Es aquello que Walter Benjamin denomin y teoriz comoel aura de la obra de arte, si bien este pensador lo vinculaba tanto alcarcter original de la obra, como al concepto de autenticidad ypresencia fsica. Pero sus reflexiones siguen siendo interesantes paracomprender el mecanismo por el que se produce el salto a lo simblicoen la obra de arte4. Es importante que el GC sea sensible a estosargumentos.

    4 La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica, en Walter Benjamin, Discursos

    Interrumpidos I, Editorial Taurus, 1989, Madrid.

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    7/10

    La opinin del gestor cultural

    Lo dicho en los prrafos precedentes podra llevar a alguno a creerque el oficio del GC consiste en embridar o contener su opinin personal.

    En absoluto. Hay cosas en este oficio que se aprenden con la escuela dela experiencia, otras con la de la lectura y la informacin y otras con laintuicin. Pero la intuicin slo es firme y cobra sentido si se afincasobre las anteriores escuelas de formacin. Una cosa es establecermecanismos de separacin del gusto propio y otra muy distinta es nocuestionar al interlocutor de un proyecto advirtiendo ignorancias,descuidos o francos desacuerdos. Los buenos gestores culturales sonaquellos que hacen valer sus opiniones, que explican bien sus estrategiasy programas y que son capaces de apoyar estas estrategias sumando a

    otros intrpretes, sabiendo que son estos, eso s, los definitivoshacedores y protagonistas de la obra.

    Incluso cuando la agenda de un centro est determinada en partepor su carcter sectorial, por un patrocinio orientado a un fin muyespecfico, o por cualquier otro criterio, es fundamental que el GCdesarrolle y busque una estrategia de discusin pblica y abierta conotros interlocutores, gestores y productores de cultura. He conocido GCsque no hacan esto por inseguridad propia, por temor a la crtica o por

    un mal entendido sentido de la distancia, como cuando se trabaja en unaciudad ajena a la propia, o en rea que no se conoce muy bien. Todasestas reticencias deben vencerse.

    En este sentido, nunca se ensalzar lo suficiente la herramienta deldebate pblico como acto cultural primordial. Un gestor que se preciedebe organizar con cierta frecuencia debates, con invitados queprocedan de distintas sensibilidades y formaciones, buscando esclarecertemas, cuestionar los programas propios, analizar las nuevas tendencias

    o preocupaciones de la audiencia a la que se dirige el centro cultural. Yaqu la opinin del GC debe manifestarse con toda claridad ycontundencia, como uno ms. En la mesa de un debate, el GC puedecomportarse como uno ms, salvo en el caso de que tambin ejerza demoderador. Pero si no es as, el GC puede muy bien expresar susopiniones aclarando, si la naturaleza delicada del caso lo requiere,cundo habla a ttulo personal y cuando lo hace como director orepresentante del centro. Contra lo que la gente cree, el pblico y losinterlocutores de un centro cultural aprecian ms la claridad en el

    desacuerdo franco que la ocultacin rayana en la hipocresa.

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    8/10

    Cuestiones de lenguaje.

    Contra lo que se suele decir el lenguaje a emplear est igualmenteen relacin con el contexto y con la cultura en la que nos movemos. Es

    siempre un ejercicio cambiante, sutil. Pero sobre todo es un asunto desensibilidad. As, el GC cultural no puede nunca olvidar que, entre otrascosas, es un anfitrin. Y como tal ha de comportarse tanto en su estilopersonal como en el lenguaje que emplea en pblico, aunque ese pblicosea una persona. Es una simple cuestin de hospitalidad y respeto haciaquien se ha tomado la molestia de asistir a una presentacin, o a haciaquien se ha acercado para indagar acerca de la marcha de un proyecto.La cultura, su definicin, tiene que ver con las formas, con losprocedimientos, con los sutiles mecanismos de transmisin verbal y

    gestual. Es el entorno, con su propia poca, el que determina el buen usode las palabras. En caso de duda, es preferible pecar de polticamentecorrecto antes que ofender innecesariamente a nadie. Cada entornotiene sus tabes, sus sensibilidades y heridas, sus protocolos. Esimportante conocerlos y saber distinguir cundo son fruto de la tonterao del prejuicio indebido y cundo estn anclados en razones y racesprofundas.

    Es importante manifestar respeto a las cuestiones relativas a etnia,

    gnero, clase, o idiomas y dialectos, o a las historias tribales que todacomunidad conserva; estas deben ser analizadas previamente por el GC,e incorporadas a su lenguaje. Aquello de no mencionar la cuerda en casadel ahorcado es un buen consejo siempre. En funcin de ese anlisis, elGC se desempear segn su mejor criterio5.

    5 Sobre ese tema se ha escrito y debatido mucho. La llamada correccin poltica, un trmino divulgado y

    practicado primeramente en EE.UU. por razn de respeto a sus distintas razas y naciones que dan origen al

    crisol norteamericano, fue fundamentalmente concebido como un complemento de educacin, de respetohacia costumbres y modismos de extraccin no anglosajona. Y es un giro fundamentalmente lingstico. El

    exceso pardico de su prctica, su banalizacin en los medios de comunicacin, ha podido conducir a

    algunos al tropo de relacionar esa prctica con un ejercicio hipcrita o de ocultacin de la verdad. Son dos

    asuntos distintos. La verdad, nuestra aproximacin a ella, debe siempre buscarse y decirse, de manera

    razonada, dialogada, educada, sin ofensas gratuitas. Ese es el mandato de la Razn. Lo contrario conducira

    a un falseamiento de los argumentos. Lo polticamente correcto degenerara en ardid o mentira. Como he

    explicado arriba, esto ltimo debe evitarse sin dejar de ser polticamente correcto.

    En cuanto a la lengua, hay normas y hay usos que no siempre coinciden, y hay modas y caprichos en los

    ltimos que tampoco pueden violentar a las primeras, como cuando alguien, en un exceso reiterativo de la

    expresin se empea en buscar o crear gneros donde no los hay, como en jueces y juezas o asistentes y

    asistentas. En cambio, parece del todo apropiado decir el ser humano o la humanidad en lugar de el

    hombre. Es un debate abierto al que debemos prestar atencin. Desde 1988 el Ministerio de Educacin y

    Ciencia y otros organismos dependientes de Gobiernos Autnomos vienen publicando y actualizandomanuales de Recomendaciones para un uso no sexista de la lengua. Es aconsejable hacerse con uno de

    estos para contrastar los nuevos usos sugeridos, sobre todo en el lenguaje administrativo.

  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    9/10

    Sea como fuere, este asunto de la lengua es ya parte de nuestracultura, de su definicin y de nuestro debate. Vivimos como nunca entiempos transfronterizos, mundializados, y gracias a las nuevastecnologas de la informacin y la comunicacin (TICs) somos concientes

    de todo ello como nunca antes lo habamos sido. En cultura predominanpor tanto las ideas de cambio, de movilidad, de traslacin, decontaminacin frente a las de estabilidad o de pureza. Las personas, lasmercancas, las ideas y todos los productos simblicos que lasacompaan se desplazan, ms a menudo y ms lejos que antes. Lametfora del nomadismo se impone sobre la del sedentarismo. Estoentraa, en definitiva, un proceso de constantes revisiones que afectan alas metforas de contexto y a las valoraciones. El GC debe tener muypresente todos estos desarrollos a la hora de poner en prctica

    programas e iniciativas en relacin con contextos ms amplios.

    Cultura, empresa y negocio.

    Hablaremos de esto en varios apartados, transversalmente, peroun captulo dedicado a una definicin de cultura en nuestro tiempo nopuede obviar el hecho de que la actividad cultural de un pasdesarrollado, o que desee serlo, est de pleno superpuesta en laactividad econmica general del pas en cuestin. Cultura tambin es

    economa y desarrollo sostenible y armnico. El Anuario de EstadsticasCulturales 2006 publicado por el Ministerio de Cultura es mucho msque un conjunto de datos. Es toda una declaracin de los que supone lacultura en nuestro pas, en volumen de negocio. Y el GC debe analizaren profundidad este anuario y sus diecisis captulos sectoriales. Puedeconsultarse en www.mcu.es.

    Veamos algunas cifras impactantes. El empleo del sector culturalsupone desde el ao 2005 un 2,7% de los puestos de trabajo del pas, es

    decir, ms de medio milln de personas contratadas en el sector en63.000 empresas dedicadas al efecto; esto es, el 2% de las empresastotales. El volumen de negocio de estas empresas asciende a 35.000euros anuales. El consumo cultural medio por espaol alcanza la cifra de242 euros por persona, o 704 euros por familia, lo que representa unvolumen de gasto directo de casi 10.500 millones de euros; esto es, casiel 3% del gasto familiar en bienes y servicios. Madrid, con 335 euros degasto por persona lidera la media, seguida por el Pas Vasco con 296,Comunidad Valenciana con 290, Catalua con 289 y Aragn con 275.

    Doce de cada cien viajes tursticos que se realizan en Espaa tienen unamotivacin cultural, lo que se traduce en un consumo de otros servicios

    http://www.mcu.es/http://www.mcu.es/
  • 8/8/2019 Notas para una definicin de cultura

    10/10

    vinculados a dichas visitas. El 13% de los turistas totales que llegan aEspaa, esto es, 7,3 millones, lo hacen por motivos culturales y aportanen el conjunto de su visita casi 5.900 millones euros. El nmero debienes inmuebles inscritos como bienes de inters cultural es de 14.800.

    El nmero de visitas en los 1.367 museos y colecciones museogrficasalcanza la cifra de 50 millones. El de usuarios inscritos en las 6.500bibliotecas pblicas y sus 8.000 puntos de servicio es de 14 millones depersonas. El de libros publicados es de 75.000 por ao. En fin, estosdatos fros son elocuentes. El GC debe conocer lo que representa lacultura desde este punto de vista, en su ciudad, en el pas en el queejerza su funcin, para buscar sinergias de colaboracin que consolidenuna forma de ver la vida y de ganrsela.