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Mensajero Año 5 No. 149 Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Domingo 02 de marzo de 2014 Donativo: $5.00 TLALNEPANTLA CUAUTITLÁN ECATEPEC TEOTIHUACÁN TEXCOCO NEZAHUALCÓYOTL VALLE DE CHALCO Voz del Pastor Pág. 2 Pág. 15 Pág. 7 Pág. 13 Pág. 12 Pág. 11 De la Parroquia Templo a la Parroquia Comunidad Michoacán: Todos somos corresponsables de la situación Pág. 6 La Cuaresma: significado y vivencia El bullying entre los jóvenes Un ideal en común Diócesis de Texcoco, 54 años de Vida Pastoral ¿Hay que llevar a los niños pequeños a misa aunque lloren?

Mensajero 149

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Periódico Católico de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla.

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Page 1: Mensajero 149

MensajeroAño 5 No. 149 Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Domingo 02 de marzo de 2014 Donativo: $5.00

TLALNEPANTLA CUAUTITLÁN ECATEPEC TEOTIHUACÁN TEXCOCO NEZAHUALCÓYOTL VALLE DE CHALCO

Voz del Pastor

Pág. 2

Pág. 15

Pág. 7

Pág. 13

Pág. 12

Pág. 11

De la Parroquia Templo a la Parroquia Comunidad

Michoacán: Todos somos corresponsables de la situación

Pág. 6

La Cuaresma: significado y vivencia

El bullying entre los jóvenes

Un ideal en común

Diócesis de Texcoco, 54 años de Vida Pastoral

¿Hay que llevar a los niños pequeños a misa aunque lloren?

Page 2: Mensajero 149

2 MensajeroDIRECTORIO

OBISPOS

Excmo. Sr. D. Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Ricardo Guízar Díaz

Arzobispo Emérito Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Guillermo Or�z Mondragón

Obispo de Cuau�tlán

Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez

Cou�olenc, M.G

Obispo de Ecatepec

Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva

Obispo Emérito de Ecatepec

Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez

Obispo de Nezahualcóyotl

Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar Galicia

Obispo de Teo�huacán

Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez

Obispo de Texcoco

Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez

Obispo de Valle de Chalco

Excmo. Sr. D. Francisco Ramírez Navarro

Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz

Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL

Mons. Víctor René Rodríguez Gómez

Presidente de la Comisión Provincial para la

Pastoral de la Comunicación

DIRECTORA EN TURNO

Abril Villanueva

SUBDIRECTORMons. Luis Mar�nez Flores

CORRECCIÓN Y ESTILOSan�ago Ma�as

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑOSamuel Nájera

COLABORADORES

Equipo de la Pastoral de la Comunicación de la

Provincia Eclesiás�ca de Tlalnepantla

PÁGINA INFANTIL

Comisión Provincial para la Pastoral Profé�ca

Registro en trámite.

Mensajero Es una publicación catorcenal de la Provincia

Eclesiás�ca de Tlalnepantla. Se distribuye en la

Arquidiócesis de Tlalnepantla, y en las Diócesis de

Cuau�tlán, Ecatepec, Texcoco, Teo�huacán,

Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

[email protected]

Voz del Pastor

En la fundación de las ciudades y poblados que nacen con la primera evangelización de nuestra patria, aparece el templo, edificado al centro junto con la sede de la autoridad civil, el edificio escolar y el espacio dedicado al mercado. Todo esto, según el número de personas que constituyen la población. Este conjunto está concebido como espacio público y está dedicado a favorecer la convivencia y la integración de la Comunidad, pues todo está al servicio de la Comunidad.

El edificio material suele identificarse con la Iglesia Comunidad y se le llama Parroquia, o donde está la sede del Obispo se designa Catedral, y el lugar, sólo de culto, se llama Capilla. Pero lo realmente importante es la Comu-nidad que se reúne en el Templo y constituye una sociedad con estructuras, espacios y actividades que le son propias y le dan identidad. El Templo es un espacio para la Comuni-dad.

Por esta razón, la Parroquia es definida por los Documen-tos de Santo Domingo como Comunidad de Comunidades, que acoge, anima y orienta la comunión. “No es principal-mente una estructura, un territorio, un edificio, ella es la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espí-ritu de unidad” (cfr. Doc. de Santo Domingo 58) e Iglesia en América; también nos dice que la principal tarea del Presbítero en la Parroquia es la edificación de la Comuni-dad y todo sacerdote debe ser signo de comunión con el Obispo (EIA 39).

La Comunidad es el Cuerpo Místico de Cristo y se consti-tuye en el espacio privilegiado para la Comunión y la Misión de la Iglesia. El Triple Ministerio de Cristo no sólo es sacerdotal sino profético y real, y la tarea de la Iglesia no se limita al culto, también contempla el ministerio de la

enseñanza y de la caridad, debidamente organizada y como testimonio que hace creíble el anuncio del Evangelio.

La tarea de la Parroquia en la descentralización de los servicios pastorales no es precisamente llevar el culto a los sectores, sino construir ahí las relaciones humanas y frater-nas a partir de la familia, enfocada a ser la pequeña comu-nidad que, junto con los otros sectores, constituya a la Parroquia como Comunidad de Comunidades.

En la pequeña comunidad deben gestarse la experiencia y el proceso comunitario a partir de y en torno al anuncio de la Palabra de Dios, así como en la organización comunita-ria de las variadas expresiones de religiosidad popular presentes en la cultura del pueblo, las cuales promueven el sentido de pertenencia a la comunidad y sus valores cultu-rales; se sensibilizan en su dignidad personal y reconocen la dignidad de los demás, con el fin de llegar a ser y vivir como hermanos y hermanas (Pastoral de Multitudes).

Expresiones que llevan así a la gran Comunidad que es la Parroquia toda, que se reúne en el templo de todos, descu-briendo la Eucaristía como fuente y culmen de toda la vida cristiana y como el principal momento comunitario. Las expresiones de caridad y las experiencias de trabajo comu-nitario que nuestros pueblos antiguos conocen como Fae-na, encaminadas a promover la dignidad de la persona, de la familia y el cuidado de la naturaleza y el medio ambien-te, deben ser el camino para la vida plena de la Comunidad y de cada uno de sus miembros.

La Parroquia, así entendida como Comunidad de Comu-nidades y como casa y escuela de comunión, nos permite fortalecer el sentido comunitario de la sociedad para reconstruir el tejido social que nuestra patria necesita.

† Víctor René Rodríguez GómezObispo de Valle de Chalco

De la Parroquia Templo a la Parroquia Comunidad

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3Mensajero Editorial

En nuestro país es cada vez más común encontrar a niños, adolescen-tes y jóvenes que se ganan la vida, en la calle, como vendedores ambulan-tes, lavadores de parabrisas o men-dingando en las colonias y barrios.La UNICEF ha establecido dos

categorías: los niños que vuelven a su casa al final del día y contribuyen con sus ingresos a la economía fami-liar y mantienen cierto sentido de comunidad familiar, y los que viven permanentemente en la calle, fuera de un medio familiar. Los primeros debido a la precariedad de la situa-ción económica familiar, pueden verse eventualmente empujados a una estancia más permanente en la calle, exponiéndose a ser agredidos,

captados por la delincuencia organi-zada o se convierten en consumido-res de drogas, enfrentan una vida inestable y muchos se quedan atra-pados en un ciclo de violencia y pobreza, del cual las alternativas de salida no son fáciles.En los estados y municipios, el DIF

y otras organizaciones realizan algu-nos esfuerzos encaminados a ayudar en este problema social, sólo que muchas veces no se da continuidad a esta labor debido a que surgen en un periodo de gobierno y terminan o se quedan en el aire al iniciar el otro, y algunas instituciones sólo dan pro-tección asistencialista.Sería conveniente contar con un

órgano que regule, que se encargue

de proteger a los menores y que sea capaz de conjuntar mayor sinergia, dar continuidad a los programas, para que participe la sociedad civil, el estado y otras instancias y así las acciones que se lleven a cabo permi-tan ayudar al desarrollo que necesi-tan los niños y las niñas.Este escenario lo vemos día con día

en las calles de nuestras comunida-des, es tan familiar que muchos no lo consideramos un problema; sin embargo, no podemos permanecer ajenos a lo que ocurre en nuestro entorno, recordemos que el poder está en el querer y si tú quieres pue-des ayudarlos.Quizá la primera pregunta sería

¿Cómo? Y algunas respuestas son:

infórmate sobre la labor que realizan las instituciones en el lugar donde vives; notifica a las autoridades la presencia de niños que están en los cruceros o en diferentes lugares de la calle; acércate y dialoga con ellos, préstales un poco de atención, recuerda que tienen baja autoestima por lo que difícilmente podrán levantar la mirada y si no lo hacen ¿Cómo podrán mirar que existe un horizonte abierto a otras posibilida-des en sus vidas?

O puedes optar por ignorarlos, des-viar la mirada y pretender que no están ahí, podemos darles la moneda que piden y de esa manera encadenar su destino a la calle.

Conocer y ayudar, una misión a realizar

Por: Pbro. Justino Mar-tín Hernández Rueda

La responsabilidad de la educación de todos los hijos, corresponde ante todo a la familia.

La constitución de la fami-lia no es sólo un hecho biológico o sociológico. La Revelación nos mues-tra que en la familia se inscribe la genealogía de la persona en cuanto a imagen, reflejo de Dios. Por ello, si la familia nace del amor de Dios, tam-bién debe permanecer en este amor, y ésta es su característica fundamen-tal, la base en la que se apoya todo el andamiaje.Por esa razón, se puede decir que el

compromiso principal de los cónyuges en esta labor de educación de los hijos consiste en mantener vivo el amor en su vida conyugal, y en inculcarlo a todos sus hijos. El niño, en su familia, debe sentirse amado, buscado, valorado por sí mismo en su realidad irrepetible. Así pues, es preciso aprovechar todo el enorme “capital humano” de la familia, al cual la sociedad debe contribuir.Los padres deben procurar que la vida

sea gratificante para todos sus miem-bros, mediante su ejemplo, su alegría, su afabilidad… Deben comportarse en familia de modo que las cualidades y defectos de cada uno de sus integrantes sean conocidos y aceptados por todos

los demás. Tiene que haber una comuni-cación entre sí con una naturalidad que deriva de la misma naturalidad de la relación final.La familia da sentido de seguridad al

hijo, le enseña las nociones del bien y del mal, le presenta el valor de su exis-tencia en el mundo, le comunica la ale-gría que deriva del amor dado y recibi-do. Corresponde también a la familia enseñar al hijo el significado del dolor, del sufrimiento, de las limitaciones físicas y de la pobreza. Éste es el código antropológico de la familia. La familia no puede renunciar a esta

responsabilidad y no debe permitir que otras instituciones, educadores, admi-nistradores, agentes sanitarios y socia-les la asuman en la educación de los propios hijos.

La familia, gran educadora

Por: Rafael González Beltrán, ssp.Diócesis de Cuautitlán

La Asamblea del Distrito Federal, for-mada en su mayoría por miembros del PRD, vuelve a la carga en la difusión de una mentalidad permisiva y superflua, plasmada en la propuesta para “despe-nalizar el uso de la marihuana”. Ya lo hicieron con el tema del aborto y con las “parejas de hecho”. Algunos de los miembros del PRD consideran que el ser mayoría en la Asamblea les otorga automáticamente el derecho arrogante de aprobar cualquier ley.

Es cierto que los ciudadanos del D.F. han votado reiteradamente por esa ver-tiente política, pero varios indicadores muestran claramente que los gobiernos perredistas no velan por el bienestar de los ciudadanos sino que, como muchos otros políticos, defienden sólo los intereses de su partido.

La República completa, incluido el D.F., tiene otros problemas que resolver como para perderse en la nube de super-ficialidad que ha levantado el PRD con la marihuana. El alcoholismo y el taba-co, verdaderas calamidades nacionales,

no necesitan que los políticos se pro-pongan “despenalizar el uso de la marihuana”, cuando han sido incapaces de contrarrestar los efectos perniciosos de esos dos vicios sociales. Dicen los políticos que el uso medicinal de la marihuana es benéfico. Primero deben probar que efectivamente la marihuana posee dichas propiedades y que además los riesgos de consumirla no causan graves daños.

Existen estudios científicos, como los de la Universidad de Duke en los Esta-dos Unidos, que muestran diversos efectos perjudiciales en los consumido-res crónicos de marihuana. El Instituto de Salud Pública de Suecia demostró el riesgo de un usuario de marihuana para desarrollar desequilibrios graves, como la esquizofrenia.

La actual generación de políticos olvi-da que tenemos millones de jóvenes sin educación, sin empleo y sin perspecti-vas de futuro. No suena razonable, ante este escenario, comportarse como alguien que ya resolvió los problemas de nuestra patria. Lo que nos faltaba: esta actitud de políticos que quieren ver una juventud “pacheca”.

México no necesitaestar drogado

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4 MensajeroCaminar Diocesano

Equipo de Pastoral de la Comunicación, Zona III

Durante la Visita Pastoral que se realizó a la Zona III, Decanato II, encabezada por nuestro Arzobispo, S. E. Mons. Carlos Aguiar Retes, sus obispos auxi-liares, Mons. Francisco Ramírez y Mons. Efraín Mendoza, nuestro Vicario Episcopal, Mons. Sergio Peña, el deca-no Pbro. Gerardo Ramírez, se pudo observar la vida de fe de cada comuni-dad parroquial; en ella encontramos ayuda para vivir más conscientemente nuestra fe, para expresar de manera clara nuestro “ser Iglesia” y para reno-var nuestra identidad como cristianos.

Nuestro Arzobispo reprodujo y actua-lizó en las comunidades la memoria y la imagen del Buen Pastor. Quiso conocer de cerca la vida, los problemas, las ale-grías y esperanzas, las distintas situa-ciones en las que viven los fieles que forman el rebaño que le ha sido enco-mendado por Jesucristo. Por otra parte, buscó la oportunidad de comunicarse con los fieles y a su vez los fieles con él;

por eso, consideramos este gran momento como una bendición, ya que nos demostró un amor especial por nuestra gente más necesitada, por nues-tros ancianos, enfermos, jóvenes, cate-quistas, organizaciones civiles y por nuestros grupos religiosos.

Mediante la predicación de la palabra, Don Carlos nos hizo presente a Cristo en sus diversos mensajes, nos animó a vivir la fe a pesar de todas las dificulta-des que podamos sentir, confortó nues-tra fe y quiso que fuéramos testigos auténticos de Jesucristo en medio del mundo y en cualquier circunstancia.

Una vez terminada la visita, nos corresponde adoptar compromisos con aquello que nuestro Arzobispo buscó inculcarnos o remarcar, tratando de hacerlo realidad en nosotros y en la comunidad.

Pidamos al Señor por este aconteci-miento de gracia y especialmente por nuestra zona y Decanato para que se obtengan los frutos deseados por Dios.

Vivir la fe a pesar de todas las dificultades

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5Mensajero Caminar Diocesano

Por: Francisco Hernández, CODIPACS Ecatepec

El pasado domingo 16 de febrero de 2014, en la Celebración Eucarística que presidió el Sr. Obispo Mons. Óscar Roberto Domínguez Couttolenc en la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, fue constituida una nueva comunidad, instituida como “Hermanas de San Juan Diego”.

En la ceremonia de presentación fue-ron aprobados sus estatutos y se recono-ció a la Hermana María Isabel de Jesús Estrada Guzmán como Superiora de esta nueva comunidad. El Sr. Obispo resaltó este memorable hecho con las siguientes palabras:

“Hoy nuestra Iglesia particular de Ecatepec da gracias a Dios por la insti-tución como Asociación Pública de Fieles de las Hermanas de San Juan

Diego, y es motivo de alegría porque en ellas se realiza una vez más la acción del Espíritu Santo que continúa suscitando carismas para su Iglesia. Queridas her-manas, hoy les recuerdo que están lla-madas a vivir también en la justicia por medio de los consejos evangélicos, haciendo el bien a todos los hombres y mujeres pero especialmente a los mar-ginados, a los más pobres y necesitados; que su vida sea un fuerte testimonio del amor que Dios les ha tenido, e imitando a San Juan Diego, hombre justo que supo escuchar, discernir y obedecer a nuestra madre del cielo, su vida sea tan agradable que irradien la misma paz de Dios en su persona”.

Al término del mensaje, Mons. Óscar Roberto Domínguez C. renovó el bau-tismo de las Hermanas y tomó los votos correspondientes.

Una nueva comunidad:“Hermanas de San Juan Diego”

Por P. Gustavo Santana PatiñoDiócesis de Cuautitlán

En el caminar de la Iglesia se ha obser-vado la conveniente y urgente forma-ción permanente de los sacerdotes como un factor necesario para respon-der a los nuevos retos que la Evangeli-zación demanda. El Obispo Don Gui-

llermo Ortiz Mondragón ha trazado como prioridad programas regulares que incluyen el desarrollo y acompaña-miento espiritual, humano, intelectual y pastoral de sus sacerdotes.

En el mes de febrero, la dimensión para la formación permanente del clero, animada por el Pbro. José Carmen Mar-tínez Zurita, llevo a cabo la semana de

“formación humana”, dirigida a todo el presbiterio de la Diócesis de Cuautitlán en las instalaciones del Seminario Mayor, con la finalidad de continuar con el proceso que, poco a poco, va consolidando la personalidad del sacer-dote, dándole herramientas necesarias para su salud física, psíquica y social, y tomando como modelo a Jesucristo el Buen Pastor.

El encargado de impartir el curso fue el Pbro. Armando de León Rodríguez, perteneciente a la Dimensión Episcopal del Clero, a cuyo cargo está el “Centro Sacerdotal de Desarrollo Humano de la Arquidiócesis de Monterrey”. Resaltó la importancia y necesidad de la forma-ción humana sacerdotal, compartiendo algunos factores de la personalidad del sacerdote que pueden afectar y condi-cionar su desarrollo humano; asimismo, hizo énfasis en el desarrollo de procesos informativos, los cuales dan cuenta del marco cultural y disciplinar, y también en los procesos formativos que van desarrollando habilidades e integrando valores que se expresan en actitudes.

El sacerdote está llamado a ser “ima-gen viva” de Jesucristo y debe procurar reflejar en sí mismo, en la medida de lo posible, aquella perfección humana que brilla en el Hijo de Dios hecho hombre,

por esta razón el curso terminó con la elaboración de un proyecto personal de vida, integral y armónico, con acciones concretas, que facilite la formación permanente de cada Presbítero a ima-gen de Jesús el Buen Pastor.

Sacerdotes de Cuautitlán en formación permanente

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6 MensajeroIglesia Universal / Iglesia México

En las últimas semanas el nombre de Michoacán ha ocupado los titulares de los diarios y noticieros a nivel nacional y más allá de nuestras fronteras. Triste-mente esto ha sido consecuencia de los conflictos, la violencia y el crimen que desde hace algunos años se apoderaron de nuestras comunidades.

Ante el clamor de la población y el surgimiento de distintos grupos ciuda-danos que se han organizado, sobre todo en los pueblos de “tierra caliente”, el Gobierno Federal ha tomado medidas, a través de un plan emergente, para recu-perar la seguridad y promover el desa-rrollo integral de nuestro estado. En medio de polémicas, ante el escepticis-mo de algunos y expectativas de otros, el señor Gobernador ha rendido el Segundo Informe de su administración.

Como representante del Consejo Inte-rreligioso de Michoacán, que aglutina a ministros de varias confesiones de fe cristiana, y como pastor de la Arquidió-cesis de Morelia, me atrevo a ofrecer algunas reflexiones. Ante todo, consi-dero que todos los ciudadanos y las instituciones debemos reconocer con sincera humildad que tenemos parte de

culpa en esta situación tan lamentable.El deterioro del tejido social y la dege-

neración moral son el fruto amargo de una falta de educación y de una compla-cencia ante la maldad. Instituciones como la familia, la escuela y la Iglesia, no hemos sabido formar la conciencia recta de las nuevas generaciones. Es normal y legítimo que los jóvenes bus-quen la felicidad, pero es preciso que no finquen sus ideales en el placer egoísta y en el desprecio al prójimo. Hemos deja-do que la mentalidad consumista y hedo-nista influya en la conducta de muchos cristianos.

Los medios de comunicación, que tanto bien podrían hacer, exaltan en muchas ocasiones los antivalores. El mismo sistema económico y la mentali-dad de algunos empresarios, en vez de favorecer la dignidad de las personas y de procurar una distribución más equi-tativa de los bienes, provocan una escandalosa desigualdad que genera serias inconformidades.

Con respeto, quisiera pedir a nuestros gobernantes que, dejando a un lado intereses partidistas y ambiciones per-sonales, se esfuercen por generar un

clima de confianza; inviertan los recur-sos en programas que favorezcan una mayor participación de la gente; sean insobornables y pongan así las bases de un verdadero cambio social.

No dejemos de orar al Todopoderoso para que inspire en todos anhelos de paz y justicia, así como el compromiso de

construir una verdadera fraternidad, superando el conformismo y el desa-liento. Para Dios no hay imposibles; con una conversión personal y social podemos cambiar el rostro de nuestro querido Michoacán.

† Alberto Suárez IndaArzobispo de Morelia

En su homilía de la Misa habitual que celebró este lunes 24 de febrero por la mañana en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco dijo “que es absurdo amar o seguir a Cristo sin la Iglesia, pues Cristo y la Iglesia están siempre unidos y cuan-do el Señor llama a una persona, la lleva a la Iglesia”. Reflexionando sobre el pasaje del Evangelio acerca de un muchacho poseído por un demonio, el Santo Padre analiza toda la escena y sus

elementos: el de los presentes, que dis-cuten sin resultado, Jesús que llega y se informa, “la bulla que viene a menos”, el padre angustiado que emerge de la muchedumbre y decide contra toda esperanza confiarse en Jesús. Y Jesús, que compadecido por la fe cristalina de aquel papá, expulsa el espíritu y luego se inclina con dulzura ante el joven, que parece muerto, ayudándolo a levan-tarse.

Según señala Radio Vaticano, el Papa afirmó que “todo aquel desorden, aque-lla discusión termina en un gesto: Jesús que se abaja, se inclina ante el mucha-cho. Estos gestos de Jesús nos hacen pensar. Jesús cuando cura, cuando va entre la gente y sana a una persona, jamás la deja sola. No es un mago, un brujo, un curandero que va, cura y con-tinúa su camino: a cada uno lo hace regresar a su lugar, no lo deja en la calle. Son gestos bellísimos del Señor”. He aquí la enseñanza, explicó el Santo Padre: “Jesús –afirmó– siempre nos hace regresar a casa, jamás nos deja solos en la calle”. El Evangelio, recor-dó, está lleno de estos gestos. La resu-rrección de Lázaro, la vida devuelta a la hija de Jairo y aquélla al hijo de una mamá viuda. Y también la oveja perdida vuelta a traer al redil o la moneda perdi-da y vuelta a encontrar por la mujer:

“Porque Jesús no vino solo del Cielo, es Hijo de un pueblo. Jesús es la prome-sa hecha a un pueblo y su identidad es también pertenencia a aquel pueblo, que de Abraham camina hacia la prome-sa. Y estos gestos de Jesús nos enseñan que toda curación, todo perdón nos hacen regresar siempre a nuestro pue-blo, que es la Iglesia. Jesús perdona siempre y sus gestos –prosiguió el Papa– se vuelven también 'revoluciona-

rios', o 'inexplicables', cuando su per-dón llega a quien se ha alejado 'mucho', como el publicano Mateo o su colega Zaqueo. Además –repitió el Papa–, Jesús cuando perdona, hace siempre regresar a casa. Y de esta forma, sin el pueblo de Dios, no se puede entender a Jesús”.

Es absurdo “amar a Cristo, sin la Igle-sia, sentir a Cristo pero no a la Iglesia, seguir a Cristo al margen de la Iglesia”, recordó Francisco citando y parafra-seando una vez más a Pablo VI. “Cristo y la Iglesia están unidos”, y “cada vez que Cristo llama a una persona, la trae a la Iglesia”. Por esto, agregó, “está bien” que un niño “venga a bautizarse en la Iglesia”, la “Iglesia madre”: “Y aque-llos gestos de tanta ternura de Jesús nos hacen entender esto: que nuestra doctri-na, digamos así, o nuestro seguir a Cris-to, no es una idea, es un continuo que-darse en casa. Y si cada uno de nosotros tiene la posibilidad y la realidad de salir de casa por un pecado, un error –Dios lo sabe– la salvación es regresar a casa, con Jesús en la Iglesia. Son gestos de ternura. Uno a uno, el Señor nos llama así, su pueblo, dentro su familia, nuestra madre, la Santa Iglesia. Pensemos en estos gestos de Jesús”.

Fuente: ACI prensa

“Todos somos corresponsables de la situación”

“Es absurdo seguir a Cristo sin la Iglesia”, dice el Papa Francisco

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7Mensajero Evangelización y Misión Continental

Por: Ana María Vergara Ayala y Ma. Magdalena Moreno Escobedo, comu-nicadoras parroquiales

“Que los niños ayuden a los niños”

La Purificación, Texcoco, Méx. 16 de febrero 2014. El 4 de diciembre de 1950 el Papa Pío XII estableció la Jornada Mundial de la Santa Infancia (Jornada DOMINF), que en México se celebra el tercer domingo de febrero.Esta obra trata, sobre todo, de cultivar

en los niños y adolescentes el espíritu misionero, despertando su interés por la misión de la Iglesia. Una forma de coo-peración misionera es ayudar a finan-ciar los proyectos destinados a socorrer a los niños más necesitados de los terri-torios de misión.En la Diócesis de Texcoco se llevó a

cabo el DOMINF 2014 (Domingo Mun-dial de la Infancia y Adolescencia Misionera) en la Vicaría San Antonio y Vicaría San Andrés, con sede en el audi-torio de la Parroquia “La Purificación de María”, en el poblado de La Purifica-ción Tepetitla, donde se congregaron alrededor de 1,300 niños y adolescen-tes, acompañados de sus catequistas y algunos padres de familia.A los participantes se les dio a conocer

la historia de la Infancia y Adolescencia

Misionera (IAM). En este año, el lema que identifica el DOMINF es el siguien-te: “Que los niños ayuden a los niños”. Asimismo, se proyectó el tema relacio-nado con la Misión de la Iglesia por todo el mundo.Para tal ocasión, los niños de cada

decanato prepararon una representa-ción teatral con el tema: “Los lentes de amor”. Cabe destacar que fluyó la creatividad de cada decanato y todo el contenido fue encaminado hacia la misión salvadora de Jesús. Durante la animación del encuentro participó el payasito Juan Carlos Hernández.En su mensaje, nuestro Obispo Juan

Manuel Mancilla Sánchez enfatizó que a los niños hay que educarlos en la fe, para que salgan de la oscuridad, para que aprendan a alabar a Dios con un corazón limpio y misionero. El Obispo encabezó un momento de adoración a Dios por medio de la oración.Dentro de este ambiente de alabanza se

contó con la presencia del cantante cató-lico Salvador “Chava” Guerrero, quien obtuvo una respuesta muy grata y el aplauso de todos los participantes, quie-nes cantaron, bailaron y brincaron.La asociación Ave Leani, A.C., ubica-

da en Chimalhuacán, y que trabaja con donativos de empresas privadas y tra-mita gestiones jurídicas, donó libros y

juguetes a los niños.En la Celebración Eucarística, el Padre

Juan Fernando González Waldo clarifi-có la misión con una reflexión: “¿En dónde quieren vivir: en la luz o en la oscuridad? Para llegar a la luz hay que llevar a cabo mucho trabajo, como la catequesis, la oración, la corrección. Un buen cristiano necesita de la luz, ener-gía, amor y, sobre todo, de Dios”.

Durante las ofrendas se hizo una colec-ta cuyos beneficios llegarán a los niños más necesitados, por medio de los misioneros. La animación y la temática del encuentro fueron coordinadas por el grupo juvenil y la dimensión diocesana de catequesis, la Hermana Guadalupe Salazar MCP, representante de la Vica-ría San Antonio, y Rafael Soto, pertene-ciente a la Vicaría San Andrés.

Texcoco celebra a la Infancia y Adolescencia Misionera

La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la Misa de La Cena del Señor en la tarde del Jueves Santo. En este día inicia la época cuaresmal con la imposición de las cenizas en la frente de los fieles católicos. Es un símbolo que representa un motivo de esperanza y de supera-ción, además de ser el punto de partida hacia un camino que nos conducirá a la salvación. Éste es el sentido de la ceniza en nuestra frente; no es un rito mágico, una costumbre o una tradición. ¿De qué nos serviría manchar nuestra frente con ceniza si nuestro corazón no se pregunta si realmente a quien estamos buscando es a Dios? Si le buscamos a Él, este día y durante el resto de la Cuaresma y le encontramos, podremos purificar nuestro corazón; así lo confirman las dos expresiones del sacerdote en el momento de imponer la ceniza: “Arre-piéntete y cree en el Evangelio” (Mar-cos 1:15) y “Acuérdate de que eres polvo y en polvo te convertirás” (Géne-sis 3:19). Éstas son palabras que deben conducirnos a una profunda e íntima meditación personal.

La Iglesia nos invita a vivir la Cua-resma como un camino hacia Jesu-cristo, meditando en la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo, y llevando a cabo buenas obras. Por ello la Cuaresma es tiem-po de conversión, de perdón y de reconciliación fraterna para sacar de nuestro corazón el rencor, la envidia y las malas acciones que se oponen a nuestro amor hacia Dios y hacia nues-tros hermanos.

La Cuaresma tiene cinco domingos más el Domingo de Ramos; seis en total. En las lecturas de estos días, los temas acerca de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón son dominantes. No se trata de un tiempo triste, sino meditativo y de recogi-miento. Por ello, en la Misa no se canta el “Gloria” al final de cada acto penitencial, excepto el Jueves Santo en la Misa de la Cena del Señor, ni el “Aleluya” antes del Evangelio. El color litúrgico asociado a este período es el morado, que simboliza el duelo, la penitencia y el sacrificio, a excepción del cuarto domingo, cuando se utiliza el

color rosa, y el Domingo de Ramos, en el que se usa el color rojo, referido a la Pasión del Señor. La duración de cua-renta días proviene de varias referencias bíblicas y representa la prueba de vivir

durante cuarenta días en el desierto de Jesús antes de su misión pública.

Fuente: Catholic.net

La Cuaresma: significado y vivencia

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8 MensajeroIglesia y Actualidad

Por: Oficina de Comunicación Social Diócesis de Teotihuacán

¿Puede la reciprocidad convertirse en una nueva palabra fundamental en las ciencias sociales contemporá-neas? El hecho de que este concepto comience a ser objeto de trabajos de economistas, antropólogos, psicólo-gos y, más aún, de congresos y even-tos académicos multidisciplinarios parece constituir una respuesta a esta interrogante.

El neurocientífico Vittorio Gallese asevera que una ley de reciprocidad está inscrita en el funcionamiento de nuestro cerebro. Gallese y sus cole-gas evidencian que la zona del cere-bro que se activa cuando yo experi-mento personalmente una emoción (miedo, dolor, alegría, etc.) es la misma que se activa cuando veo a otra persona, incluso desconocida, vivir las mismas emociones.

En otros términos, parecería que

mi cerebro no pudiera distinguir entre una emoción mía y una que observo en otra persona. Es como si el segundo individuo y yo fuéramos, en cierto modo, una misma persona. “Creo que esta contribución de las neurociencias ―dice el profesor Gallese― puede ser importante para suscitar nuevas reflexiones en el ámbito ético, político y económico. En efecto, puso de manifiesto cómo la reciprocidad que nos relaciona con el otro es una condición natural del hombre, pre-verbal y pre-racional”.

Además, según el colega Giacomo Rizzolatti: “Este descubrimiento pone en tela de juicio algunas teorías económicas clásicas, según las cua-les el único resorte que mueve al hombre es el egoísmo. Existe un mecanismo fisiológico en el que la felicidad de los demás es también la mía”; ésta es la convicción del cien-tífico.

En un estudio de Luigino Bruni, él afirma que las cosas más hermosas de la vida son cuestiones de recipro-cidad: la familia, la amistad, el amor,

la fiesta, la comunidad.

Fuente: Luigino Bruni y Cristina Calvo, El precio de la gratuidad.

Si �enes entre 18 y 30 años, tú puedes ser un sacerdote o herma-no Siervo Misionero de la San�si-ma Trinidad y servir entre los pobres y abandonados de Cen-troamérica, Sudamérica, el Caribe, México y los Estados Unidos.

¿Te gustaría llevar acompañamien-to para descubrir tu vocación? Ponte en contacto con nosotros a través del correo electrónico:

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Economía de comunión y principio de reciprocidad

Por: Francisco EsquedaDiócesis de Nezahualcóyotl

Con el objetivo de seguir adelante con la misión que tiene la Iglesia Universal, los Equipos Diocesanos de Animación Pastoral (EDAP's), se dieron cita en Nezahualcóyotl, para reflexionar y renovar el ánimo con el que se llevan los trabajos pastorales apoyados en la meto-dología prospectiva.El encuentro comenzó con la Eucaris-

tía, que fue presidida por monseñor Héctor Luis Morales Sánchez, obispo de Nezahualcóyotl, y concelebrada por sacerdotes de las distintas diócesis asis-tentes, también participaron los Equi-pos Parroquiales de Animación Pasto-ral (EPAP's) de las parroquias de la

diócesis anfitriona. Al terminar la Eucaristía, los EDAP's y EPAP's se reunieron en equipos de reflexión para compartir sus experiencias.Los siguientes días se llevaron a cabo

talleres donde vieron algunos temas y más momentos de reflexión por equipo, en los cuales los miembros expresaron sus aciertos y desatinos, logrando hacer de esta experiencia un punto de referen-cia para seguir en el camino de la evan-gelización.Este encuentro fue muy prolífico para

todos los asistentes porque se reafirma-ron algunos puntos, se cambiaron algu-nos otros y se pusieron nuevos retos con los cuales los EDAP's tienen tarea. En el próximo tendrán que mostrar cómo les fue con dicha encomienda.

XV Encuentro Nacional de EDAP'sDamos gracias a Dios por las bendiciones de estos tres nuevos sacerdotes

Misioneros. El P. Jaime Serrano S.T. en su cantamisa en la Noria, Guanajuato, junto con Juleonor Clerville S.T. de Haití, Víctor Canela S.T. de Michoacán y

otros sacerdotes, hermanos y amigos misioneros.

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9Mensajero Celebremos la Fe

Por: Pbro. Ramón Hernández Aceve-do. Oficina de Comunicación Diócesis de Teotihuacán

En los primeros años de la Iglesia, la duración de la Cuaresma variaba. Final-mente, alrededor del siglo IV, se fijó su duración en 40 días. Es decir, ésta comenzaba seis semanas antes del domingo de Pascua. Por tanto, un domingo llamado, precisamente, Domingo de Cuadragésima.

En los siglos VI-VII cobró gran impor-tancia el ayuno como práctica cuares-mal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebra-ción del Día del Señor. ¿Cómo hacer entonces para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días efectivos de ayuno durante la Cuaresma? Para resol-ver este asunto, en el siglo VII se agrega-ron cuatro días más a la Cuaresma, antes del primer domingo, estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. (Si uno cuenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo y le resta los seis domingos, le dará exactamente cua-renta).

Así, la Iglesia empezó la costumbre de iniciar la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, costumbre muy arraigada y querida por el pueblo cristiano.

El Miércoles de Ceniza en la Iglesia Católica es el primer día de la Cuares-ma, cuarenta días antes de la Pascua. En este día se inicia un tiempo espiritual particularmente importante para todo cristiano que quiera prepararse digna-mente para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Por algún tiempo la imposición de la ceniza se realizaba al principio de la celebración litúrgica o independientemente de ella. En la últi-ma reforma litúrgica se reorganizó el rito de la imposición de la ceniza con el objetivo de que sea un símbolo más expresivo y pedagógico para los fieles. Luego pasó a llevarse a cabo después de las lecturas bíblicas y de la homilía, las cuales nos ayudan a entender el profun-do significado de lo que estamos vivien-do. La Palabra de Dios, en ese día, nos invita a la conversión. El deseo de con-vertirnos y volver al Señor es lo que da contenido y sentido al gesto de las ceni-zas.

Las cenizas usadas para la cruz que recibimos en la frente se obtienen como resultado de quemar las palmas utiliza-das en el Domingo de Ramos del año anterior. Este tiempo del Año Litúrgico, la Cuaresma, se caracteriza por el llama-do a la conversión. Si escuchamos con atención la Palabra de Dios durante este tiempo, descubriremos la voz del Señor

que nos llama a la conversión. La ora-ción en este periodo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos modificar de nuestro interior. Necesita-mos convertirnos, abandonando el peca-do que nos aleja de Dios. Cambiar nues-tra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la ora-ción encontraremos el amor de Dios y la

dulce y amorosa exigencia de su volun-tad para el bien de sus hijos que habitan el mundo entero. El ayuno, la oración y el sacrificio, simbolizados en el color morado, encierran un tema central de la cuaresma, la CONVERSIÓN.

Fuente: Abad Ibáñez, Iniciación a la Liturgia, Ed. Pelícano

(Tejiendo Historias en Comunidad).

Por: Pbro. Juan Carlos Hernández Gómez, Diócesis de Cuautitlán

En el marco de la celebración anual de la Jornada Mundial del Enfermo, nues-tra Diócesis de Cuautitlán tuvo a bien organizar la celebración litúrgica y com-partir, en compañía de nuestros herma-nos enfermos, todos ellos provenientes de las distintas comunidades parroquia-les de nuestra Diócesis, una Acción de Gracias por permitirnos tenerlos pre-sentes en nuestra vida pastoral y de servicio, llevada a cabo en su beneficio, pues comparten con Cristo su dolor y su pasión.

A esta celebración, la cual fue presidi-da por nuestro Sr. Obispo, Don Guiller-mo Ortiz Mondragón, se dieron cita tanto pacientes con capacidades dife-rentes, como aquellos que sufren de alguna enfermedad crónica; asimismo,

contamos con la presencia de personal profesional: médicos, enfermeras, téc-nicos en auxilio, cuerpos de seguridad, fieles laicos, sacerdotes, quienes recor-damos y tenemos presentes la gran dig-nidad de la persona y el urgente servicio que debemos prestar a aquellos en quie-nes Cristo nos llama a ejercer la caridad de una manera más eficaz y solícita.

Al mismo tiempo, nuestro Sr. Obispo nos hizo un atento llamado para no des-cuidar a estos hermanos nuestros e impulsar acciones pastorales en las que la presencia sanadora y consoladora de Cristo pueda manifestarse como un llamado a la unión con la Pasión de Nuestro Señor.

Nuestros hermanos enfermos encuen-tran en esta celebración litúrgica un signo de identidad y solidaridad, y, en los sacramentos, un consuelo y fortale-za en medio de la prueba. Confortados con la Palabra de Dios y animados por el

gesto de la fraternidad, regresan a sus comunidades compartiendo la grandeza

de este encuentro con Cristo Nuestro Salvador.

Miércoles de Ceniza:

Celebración litúrgica en la Jornada Mundial del Enfermo

tiempo para volver a Dios

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10 MensajeroFamilia

Queridas familias:Me presento a la puerta de su casa para

hablarles de un acontecimiento que, como ya saben, tendrá lugar el próximo mes de octubre en el Vaticano. Se trata de la Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada para tratar el tema “Los retos pastorales de la familia en el contexto de la evan-gelización”. Pues la Iglesia hoy está llamada a anunciar el Evangelio afron-tando también las nuevas emergencias pastorales relacionadas con la familia.Este señalado encuentro es importante

para todo el Pueblo de Dios, Obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de las Iglesias particulares del mundo entero, que participan acti-vamente en su preparación con pro-puestas concretas y con la ayuda indis-pensable de la oración. El apoyo de la oración es necesario e importante espe-cialmente de parte de ustedes, queridas familias. Esta Asamblea sinodal está dedicada de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matri-monios, de la vida familiar, de la educa-

ción de los hijos, y a la tarea de las fami-lias en la misión de la Iglesia. Por tanto, les pido que invoquen con insistencia al Espíritu Santo, para que ilumine a los Padres sinodales y los guíe en su grave responsabilidad. Como saben, a esta Asamblea sinodal extraordinaria segui-rá un año después la Asamblea ordina-ria, que tratará el mismo tema de la fami-lia. Y, en ese contexto, en septiembre de 2015, tendrá lugar el Encuentro Mun-dial de las Familias en Filadelfia. Así pues, oremos todos juntos para que, mediante estas iniciativas, la Iglesia realice un auténtico camino de discerni-miento y adopte los medios pastorales adecuados para ayudar a las familias a afrontar los retos actuales con la luz y la fuerza que vienen del Evangelio.Les escribo esta carta el día en que se

celebra la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo. En el Evangelio de Lucas vemos que la Virgen y San José, según la Ley de Moisés, llevaron al Niño al templo para ofrecérselo al Señor, y dos ancianos, Simeón y Ana, impulsados por el Espíritu Santo, fue-ron a su encuentro y reconocieron en Jesús al Mesías (cf. Lc 2,22-38). Simeón lo tomó en brazos y dio gracias a Dios porque finalmente había “visto” la salvación; Ana, a pesar de su avanza-da edad, cobró nuevas fuerzas y se puso a hablar a todos del Niño. Es una hermo-sa estampa: dos jóvenes padres y dos

personas ancianas, reunidas por Jesús. ¡Realmente Jesús hace que generacio-nes diferentes se encuentren y se unan! Él es la fuente inagotable de ese amor que vence todo egoísmo, toda soledad, toda tristeza. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinacio-nes, la solidaridad con los necesita-dos… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús: Él nos ofrece su Palabra, que ilumina nuestro camino; nos da el Pan de vida, que nos sostiene en las fatigas de cada día.Queridas familias, su oración por el

Sínodo de los Obispos será un precioso tesoro que enriquecerá a la Iglesia. Se los agradezco, y les pido que recen tam-bién por mí, para que pueda servir al Pueblo de Dios en la verdad y en la cari-dad.Que la protección de la Bienaventura-

da Virgen María y de San José les acom-pañe siempre y les ayude a caminar unidos en el amor y en el servicio mutuo. Invoco de corazón sobre cada familia la bendición del Señor.

Vaticano, 2 de febrero de 2014Fiesta de la Presentación del Señor

FRANCISCO

Carta del papa Francisco a las Familias

Pontificium Consilium pro Familia

El pasado 14 de febrero el Papa Fran-cisco tuvo un encuentro con más de 25,000 enamorados en la plaza de San Pedro y respondió así a la siguiente pregunta:―Su Santidad, en los últimos meses

estamos haciendo muchos preparati-vos para nuestra boda. ¿Puede dar algu-nos buenos consejos para celebrar nues-tro matrimonio?―¡Asegúrense de que sea una verda-

dera fiesta porque el matrimonio es una celebración, una fiesta cristiana, no una fiesta mundana! El motivo más profun-do del gozo de aquel día lo indica el Evangelio de Juan: ¿Recuerdan el mila-gro de las bodas de Caná? En cierto momento se termina el vino y la fiesta parece estar en ruinas. Imagínense terminar los festejos bebiendo té. ¡No, así no debe ser! ¡Sin vino no hay fiesta! A sugerencia de María, en aquel

momento Jesús se revela por primera vez y da una señal: convierte el agua en vino y, al hacerlo, salva la fiesta de bodas. Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad en cada fiesta de bodas: lo que hará pleno y profundamente verdadero su matri-monio será la presencia del Señor que se revela y da su gracia. Es su presencia lo que ofrece el “buen vino”, Él es el secreto de la alegría plena, lo que real-mente calienta el corazón. Es la presen-cia de Jesús en esa fiesta. ¡Que sea una bella fiesta, pero con Jesús! ¡No con el espíritu del mundo, no! Esto se siente cuando el Señor está ahí. Al mismo tiempo, sin embargo, es bueno que su matrimonio sea sobrio y que hagan destacar lo que realmente es importan-te. Algunos están más preocupados por los signos externos como el banquete, las fotografías, la ropa y las flores. Estas cosas son importantes en una fiesta, pero sólo si son capaces de

señalar la verdadera razón de su ale-gría: la bendición de Dios en su amor. Asegúrense de que, como el vino de Caná, los signos externos de su cele-

bración revelen la presencia del Señor y les recuerde a ustedes y a todos que es el origen y la razón de su alegría.

¿Cómo preparar nuestra boda?

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11Mensajero @joven

Por: Oscar Colorado Nates

En la actualidad cada vez más jóvenes tienen acceso a las universidades. Éste ha sido un gran logro educativo, y los gobiernos de muchos países han hecho grandes esfuerzos para conseguir que cada día más personas tengan acceso a niveles de educación superior. Ahora existen muchas universidades: secula-res, religiosas, privadas y públicas. Sus alumnos se enfrentan a problemas pro-pios de su edad, y propios del mundo que les ha tocado vivir.

La juventud universitaria comparte muchos rasgos comunes sin importar su país o el tipo de universidad donde estu-dian. Entre esos rasgos está un periodo de adaptación al mundo, un espíritu cientificista y, por desgracia, un cre-ciente alejamiento de la religión.

Mientras estudian, los jóvenes pare-cen más preocupados por vestir la ropa

de moda, obtener un trabajo para com-prar un buen automóvil o conseguir una pareja, que en Dios o en la religión.

Sin embargo, con el paso del tiempo, se darán cuenta de que el mundo es par-ticularmente difícil. Que la gran oferta de profesionistas limita sus posibilida-des de encontrar un buen empleo, que las personas con quienes se relacionan frecuentemente carecen de los valores y principios necesarios para lograr una relación estable, y, en el último de los casos, que la felicidad no está en las cosas materiales.

La religión, Dios y la vida espiritual no es un asunto de “viejitas”. Es la solución a una vida cada vez más materializada y a un afán de satisfacción individual que acaba dejando cada vez mayores vacíos en el alma.

Invito a los jóvenes a que vivan sus vidas en Cristo Jesús. A que obedezcan, amen y confíen en Dios. Y los reto a que

pongan ―en el mejor sentido― a Dios a prueba, y vean si lo que digo es verdad o no.

Hasta hoy, Dios nunca me ha defrau-

dado. No tiene por qué hacerlo con uste-des.

¡Vivan con Universalidad!

Por: Pbro. Edgar Pérez OlveraAsesor de la Pastoral Juvenil Diocesana de Ecatepec

“Yo, ‘el prisionero de Cristo’, les exhorto, pues, a que se muestren dignos de la vocación que han recibido. Sean humildes, amables, comprensivos, y

sopórtense unos a otros con amor.” (Ef 4,1-2)Actualmente vivimos un problema

social que tuvo su raíz en el ambiente escolar. Hablamos del bullying, un anglicismo que no forma parte del dic-cionario de la Real Academia Española, pero cuyo uso es cada vez más habitual

en nuestro idioma. El concepto refiere al acoso escolar y a toda forma de mal-trato físico, verbal o psicológico que se produce entre personas, de forma reite-rada y a lo largo del tiempo.Por lo general, este tipo de violencia

afecta a niños y niñas, aunque puede extenderse a otras edades. Entre los

jóvenes se ha convertido en un proble-ma constante. El bullying se reconoce por una conducta agresiva de parte de una persona que acosa y molesta a su víctima de distintas maneras, ante el silencio o la complicidad del resto de los compañeros. Es habitual que el con-flicto empiece con burlas que se vuel-ven sistemáticas y que pueden derivar en golpes o agresiones físicas.Los casos de bullying revelan un abuso

de poder. Con las nuevas tecnologías, el bullying se ha extendido al hogar de las víctimas, lo que se conoce como ciber-bullying, por la facilidad que los jóve-nes tienen de acceder a estos medios. Los acosadores se encargan de molestar a través de Internet, con correos electró-nicos intimidatorios, la difusión de fotografías retocadas, la difamación en redes sociales y hasta la creación de páginas web con contenidos agresivos.La razón es la de siempre, las diferen-

cias, el físico, las ideas, la formación religiosa, etc. Lo importante es entender que no son sólo las cosas que haces, sino también las que dejas de hacer. El joven cristiano está llamado a recordar la dig-nidad que ha recibido de parte de Dios, a respetarla y defenderla en los de-más.“Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15, 9-17).S.S. Francisco ha dicho a los jóvenes

argentinos: “…caminemos juntos todos, cuidemos los unos a los otros, cuídense entre ustedes, no se hagan daño, cuídense, cuídense la vida…”

Mensaje a los jóvenes universitarios

El bullying entre los jóvenes

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12 Mensajero

El estilo de vida de quienes optan por consagrar su existencia a Dios dentro de una comunidad religiosa amerita admi-ración, son personas que dejan todo por servir a Dios con los dones y carismas que les son concedidos.

En la Iglesia encontramos una gran diversidad de comunidades religiosas, cada una con un estilo de servicio muy concreto, pero con un ideal común para todos: encontrar la felicidad en el Señor Jesús, quien los ha invitado a seguirlo.

En el marco de la Visita Pastoral de Mons. Carlos Aguiar Retes, el pasado sábado 22 de febrero, tuvimos oportuni-dad de entrevistar para el Mensajero a las religiosas y religiosos que se encon-traron con él. Nos compartieron su expe-riencia de vida al interior de su comuni-dad, así como su experiencia en el traba-jo pastoral de la Arquidiócesis de Tlal-nepantla. Aquí algunos fragmentos de las entrevistas:

P. Gonzalo Urquiza, Legionario de Cristo, Ex Presidente de la Conferen-cia de Institutos Religiosos (CIR): El trabajo de la CIR se ha logrado paulati-namente en las distintas congregacio-

nes religiosas y sociedades de vida apos-tólica, aunque tengan distinto carisma. Estamos conscientes de que nos esfor-zamos por lo mismo, tanto a nivel de la Iglesia Universal como de la Iglesia Particular de Tlalnepantla, de manera que, aunque trabajamos desde distintos aspectos, en realidad se trata de una labor dirigida a todos. La Iglesia es como un diamante que tiene muchas facetas, y todas ellas crean la riqueza de esa joya, la complementan y la engran-decen, pues todos formamos parte de ella.

Por otro lado, la inserción en la vida diocesana es muy importante, pues la labor se enfoca al servicio de la Iglesia; hay muy buenas relaciones con los sacerdotes, con los laicos y con las dis-tintas instancias de la Pastoral, así como con las religiosas y religiosos, ésa es la idea, luchar todos por un fin común, según la vocación que Dios nos ha dado.

Tal es la experiencia particular de mi congregación, que es una obra de Dios aprobada por la Iglesia: tenemos la

misión de propagar el Reino de Cristo en la sociedad, pero no somos francoti-radores, pues somos miembros de la Iglesia, parte del mismo cuerpo. Las distintas congregaciones tienen que aportar lo suyo, unas como contempla-tivas, otras como educadoras, otras en hospitales atendiendo enfermos, es decir, cada quien como parte de la misma Iglesia.

La espiritualidad de la comunión exis-te y hay que fortalecerla, promoverla y tomar conciencia de ella sin pretender que todos hagamos y seamos lo mismo, porque no es así, es preciso tener claro que todos formamos parte de la misma Iglesia.

Hna. Blanca Patricia Herrera Ruiz, Hermanas de la Providencia de Gap: Mi experiencia ha sido muy bonita, creo que estoy en los mejores años de mi vida, disfrutando del trabajo que reali-zamos. Mi labor en la Arquidiócesis ha sido siempre con jóvenes. Pienso que hay mucho por hacer en torno a la juventud. Los jóvenes allí están. Nos corresponde acompañarlos y estar con ellos, como lo ha pedido el Papa Fran-

cisco. Ésta ha sido una de las cosas más hermosas en mi vida.

Considero que la vida religiosa es un proceso que va de menos a más, es decir, he aprendido a conocerme, a amar-me, a respetarme, a valorarme a mí y a mi Fundador, a disfrutar de mi congre-gación, de mi familia, de tener la gracia y posibilidad para expresar esto en las actividades que realizo, allí donde la Providencia me ha colocado: la juven-tud.

Las distintas congregaciones debemos saber que hemos sido convocados por Jesús, que se nos ha invitado gracias a una vocación propia y a un lugar en concreto, asumiendo una realidad parti-cular, todos llamados en su momento y con una historia personal. Ser convoca-dos a estos encuentros representa una posibilidad para descubrir la riqueza de la Iglesia y así valorar cómo el Espíritu Santo trabaja y nos impulsa a acercar-nos y a enamorarnos más de Jesús den-tro de la dinámica de entrega de unos con otros, para ir construyendo el Reino

de Dios.Hno. José Roberto Díaz Martínez,

Orden de San Agustín: Mi experiencia dentro de la comunidad religiosa ha sido la de aceptar y entregarme a una nueva familia, pues me he dado cuenta de que no estoy solo, entre los demás frailes tengo un gran apoyo y cercanía, además de mucho apoyo espiritual. Son personas con las que comparto la vida. Para mí esto es fundamental, vivir en comunidad, ya que además de ser reli-giosos, nos entregamos tal como somos, sin doblez alguno.

En este tipo de encuentros podemos darnos cuenta de que, además de tener distintos carismas, hemos sido llama-dos a un objetivo: darnos a la Iglesia para llevar a cabo la vida de Cristo en nosotros, compartir la experiencia de Jesús como un modelo de vida ejemplar a seguir, en la que cada uno se despren-de de muchas cosas y donde comparti-mos experiencias con las hermanas y hermanos; así logramos una conjunción que nos permite identificar que, aunque hay muchos particulares, el objetivo en general es uno: confirmar que la oración tiene resultado porque compartimos con todos las necesidades espirituales.

Hno. José Guadalupe Neri López, Orden de San Agustín: Mi experiencia de la vida en comunidad, a pesar de que las relaciones humanas son muy difíci-les, me ha facilitado conocerme a mí mismo, valorar la amistad, pues toma un sentido más profundo. La formación académica que he recibido es muy bue-

na, muy libre de pensamiento.Este tipo de encuentros nos ayuda a

revalorar nuestra vida religiosa y a entender, en relación con otras herma-nas y hermanos, que no somos los úni-cos con este objetivo, sino que hay otros tantos que lo buscan, lo cual nos ayuda y anima para seguir adelante.

Hna. María de la Luz, Monasterio de Agustinas Recoletas: Mi congrega-ción es de vida contemplativa. Lo más importante es dar testimonio en nuestra vida cotidiana, hacer notar cómo es que vivo lo que predico, cómo lo vivo en mi interior y dentro de mi comunidad. Lo que hacemos en el monasterio, como parte de la promoción vocacional, es invitar a las chicas a vivir con nosotras un tiempo corto de 15 días, para que puedan ver realmente cómo es la vida aquí dentro y no como la platicamos.

Nosotras no tenemos mucha participa-ción física en la Diócesis porque somos de clausura. Nuestra vida en oración es la manera en que apoyamos a la Dióce-sis, eso es lo más grande que nosotras aportamos.

Hna. María de los Ángeles Soto, Hermanas Clarisas: Nuestro principal apostolado es la oración, pues somos de vida contemplativa, así es como apoya-mos a la Iglesia.

La vida religiosa puede ser una invita-ción para cualquier persona que sienta el llamado de Jesús, al cual hay que responder dando lo máximo, porque así se puede ser feliz en cualquier estilo de vida.

Dios te llama

Un ideal en común

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1Mensajero 3Iglesia y Cultura

El 30 de abril de 1960, el Papa Juan XXIII erigió la Diócesis de Texcoco, con la bula "Coelestis Civitas Ecclesia". Territorialmente quedó constituida con los municipios del Estado de México que se encontraban en el norte y este del Valle de México, los cuales se separa-ron de la Arquidiócesis de México.La Diócesis estaba conformada por

ocho vicarías foráneas y 55 parroquias. Las sedes de Vicaría eran las parroquias de San Antonio, en Texcoco; Nuestra Señora de la Asunción, en Amecameca; Santiago Apóstol, en Chalco; Santo Domingo, en Chimalhuacán; San Cris-tóbal, en Ecatepec; La Purísima Con-cepción, en Otumba; San Juan, en Teo-tihuacán y Zumpango.El Papa Juan XXIII nombró a Mons.

Francisco Ferreira y Arreola primer Obispo de Texcoco, el 30 de abril de 1960. El 18 de octubre del mismo año, tomó posesión de la Diócesis Mons. Ferreira, quien se caracterizó por una vida de oración profunda y de sólida devoción a Jesús Sacramentado, así como por la condición de suma pobreza en su persona y en su manera de vivir.Una de sus primeras preocupaciones

fue la fundación del Seminario Dioce-sano, que abrió sus puertas el 8 de febre-ro de 1961. Otra de las tareas que el Señor Obispo se propuso fue organizar la Curia Diocesana y las oficinas de la Sagrada Mitra. A pesar de una larga enfermedad que le dificultó el desempe-ño de su trabajo pastoral, Mons. Ferrei-ra no dejó de ejercer su ministerio epis-copal. Murió el 14 de diciembre de 1977.El 23 de diciembre de 1972, el Papa

Pablo VI nombró a Mons. Magín C. Torreblanca Reyes, Obispo titular de Assava y Auxiliar de Texcoco. El 22 de febrero de 1973 fue consagrado Obispo Auxiliar, en la Santa Iglesia Catedral de

Texcoco por el Sr. Obispo Francisco Ferreira y nombrado Vicario General de la Diócesis. Una vez consagrado, residió en la

Parroquia de Maravillas, Ciudad Nezahualcóyotl. El 18 de mayo de 1978 tomó posesión de la Diócesis de Texco-co. Mons. Magín C. Torreblanca Reyes era originario de Huajuapan de León, Oaxaca. Se caracterizó como un hom-bre de Dios profundamente humano y comprensivo, tenaz, gran evangeliza-dor, incansable, pastor abnegado, capaz de dar su vida por la grey a él encomen-dada.Bajo su episcopado se fundaron tres

nuevas diócesis, desmembradas del territorio de Texcoco. El 5 de febrero de 1979, el Papa Juan Pablo II creó las Diócesis de Nezahualcóyotl y Cuauti-tlán; esta segunda se desmembró terri-torialmente de las Diócesis de Texcoco y Tlalnepantla, y el 12 de agosto de 1995 se erigió la Diócesis de Ecatepec.Al inicio de su ministerio episcopal, en

la Diócesis había cerca de 105 sacerdo-tes. Trabajó intensamente para promo-ver las vocaciones sacerdotales, llegan-do a recolectar frutos abundantes. El 22 de febrero de 1978, Mons. Magín orde-nó a los primeros sacerdotes en la Cate-dral de Texcoco. Durante su episcopado ordenó a 112 sacerdotes. Cuando se erigió la Diócesis de Ecatepec en 1995, Texcoco contaba con 146 sacerdotes, de los cuales 95 permanecieron y 51 pasa-ron a la nueva Diócesis. En 1992, el Sr. Obispo Magín Torreblanca decidió fundar el Seminario Mayor en territorio diocesano. El 10 enero de 1998 Dios lo llamó a su presencia.Por el delicado estado de salud de

Mons. Magín C. Torreblanca, el Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia y eligió en 1997 a Mons. Carlos Aguiar Retes, originario de Tepic, como tercer Obispo

de Texcoco, consagrado el 29 de junio del mismo año. El tercer Obispo de Texcoco se caracterizó por ser un pastor entusiasta, lleno de optimismo y sabi-duría.Después de que Mons. Carlos Aguiar

Retes realizó la primera visita pastoral de la Diócesis en el periodo de 1999-2001, se dio cuenta de la necesidad de una profunda renovación pastoral. El conocimiento de la realidad diocesana lo llevó a emprender un proyecto de evangelización y renovación pastoral, que despertara un renovado entusiasmo y fomentara la espiritualidad de comu-nión. Se trataría de un proyecto nuevo en sus métodos, al adoptar la metodolo-gía prospectiva; y nuevo en sus expre-siones, al llevar a cabo una pastoral orgánica y de conjunto.Los retos pastorales y las encomiendas

que se le confiaron a Mons. Carlos Aguiar hicieron necesario que la Santa Sede le concediera un Obispo Auxiliar en la persona de Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, el 23 de mayo de 2001 y consagrado Obispo el 24 de junio del mismo año.Tuvieron que pasar seis años para pro-

clamar el Plan Diocesano de Pastoral que culminó en la III Asamblea Dioce-sana de Pastoral en noviembre de 2006. Contribuyeron en su elaboración nues-tros señores Obispos, Mons. Carlos Aguiar Retes, Obispo Residencial, y Mons. Juan Manuel Sánchez, Obispo Auxiliar, así como Mons. Víctor René Rodríguez, Vicario de Pastoral y el Pres-biterio de la Diócesis. La coordinación de la Pastoral Diocesana estuvo en manos del Equipo Diocesano de Ani-mación Pastoral (EDAP).Mons. Carlos Aguiar se preocupó por

impulsar la formación permanente del clero a través de las reuniones por gene-

ración que se efectúan dos veces por año. Se ha continuado con las reuniones del Presbiterio cada tercer jueves del mes y con los ejercicios espirituales en el verano; además, se han implementa-do cursos de actualización teológica para el clero en el Seminario Mayor.Durante el episcopado de Mons.

Aguiar se ordenaron 55 sacerdotes y fueron nombrados tres obispos del clero diocesano: Mons. Luis Artemio Flores Calzada, Mons. Víctor René Rodríguez Gómez y Mons. Francisco Escobar Galicia.El 5 de febrero de 2009, Don Carlos

Aguiar fue nombrado Arzobispo de Tlalnepantla por el Papa Benedicto XVI. En este mismo año se erigió la nueva Diócesis de Teotihuacán, y de un total de 168 sacerdotes diocesanos, quedaron para Texcoco 115 y pasaron a la nueva Diócesis 53.El 18 de junio de 2009, el Santo Padre

Benedicto XVI nombró Obispo de Tex-coco a Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, quien se encontraba al frente de la Diócesis de Ciudad Obregón (So-nora). Con la llegada de Mons. Juan Manuel, inicia una etapa nueva en la

historia de nuestra Diócesis. El Señor nos ha bendecido con un pastor que conoce muy bien la realidad diocesana, siempre disponible para la atención de sus sacerdotes y que se caracteriza por su sensibilidad con los más necesitados. Con la ayuda de Dios y el acompaña-miento de nuestro Pastor, estamos segu-ros de que seguiremos creciendo en la fe y en el amor a Dios y de nuestros herma-nos.Nuestro lema pastoral es: “En la Dió-

cesis de Texcoco, nos reconocemos, valoramos y aceptamos como personas para ser casa y escuela de comunión”.

Diócesis de Texcoco54 años de Vida Pastoral

Don Francisco Ferreira y Arreola y Don Magín C. Torreblanca Reyes

Don Juan Manuel Mancilla S., Don Giuseppe Bertello y Don Carlos Aguiar Retes

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1 Mensajero4 Sección Infantil

Queridos niños de nuestra provincia, les invitamos a prepararse para celebrar la Pascua a través de este camino de Cuaresma que nos propone realizar una actividad en cada fecha indicada. Comenzamos con el Miércoles de Ceniza y terminaremos con el Domingo de Resurrección.

Jesús nos enseña una lección: lo que Dios quiere que hagamos es tener un corazón nuevo, un corazón bueno, para que en el mundo haya alegría, paz y cariño entre todos.

Camino a la Pascua

05 de marzo 2014

Miércoles de Ceniza

14 de marzo 2014

Abraza a tus amigos de la escuela

21 de marzo 2014

Comparte tu lunch con

quien no tiene

28 de marzo 2014

Ve a Misa

04 de abril 2014

Ayuda a mamá en

los quehaceres

11 de abril 2014

Haz oración en

tu parroquia

13 de abril 2014

Domingo de Ramos Domingo de Resurrección

20 de abril

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1Mensajero 5La Sal y Luz del mundo

Por: CODIPACS Ecatepec

Llevar a los niños a misa y que luego lloren, no es excusa para no llevarlos. Los padres deben aprender a discipli-narlos con paciencia y respetando la solemnidad de la celebración.Si no hay niños y jóvenes en las misas

de hoy, entonces ¿dónde estará la Igle-sia el día de mañana? Los niños y jóve-nes se pueden ir integrando a la comuni-dad de la Iglesia; sabemos que no es algo sencillo y en un principio será muy difícil.Los padres de familia deben perder el

temor “de llamar la atención”, que “el padrecito los vaya a regañar”, o evitar no ir “convenientemente” a misa, con la excusa de que irán cuando los niños tengan mayor edad y sepan comportar-se. El Pbro. José Ramírez afirma al respecto: “Un niño pequeño llorando en la misa, es una señal de que la Iglesia sigue viva y continúa con su misión de evangelizar a las naciones”.Los padres de familia “no se dan cuen-

ta” de que los primeros años en la vida de un niño son sumamente importantes

para que vaya descubriendo lo que es la misa, y así vayan modificando su com-portamiento para participar activamen-te de ella. De este modo se van fomen-tando los valores, que en esta época hacen tanta falta en la familia mexica-na. ¿Cómo contrarrestar la deshonesti-dad, la corrupción, las drogas, el alcohol, el libertinaje, si no tenemos valores? La respuesta es sencilla: no se puede. Pero con una disciplina de fe y un buen ejemplo, los valores serán bien aprendidos.Nosotros como laicos adultos debe-

mos, con nuestro ejemplo y actitud, fomentar un ambiente de bienvenida para las familias jóvenes. Agradecer a estas familias que vienen a la Iglesia a pesar de tener varios niños pequeños, esperando que en algún momento de su maduración el niño piense: “Me fui dando cuenta de que la Iglesia no era un lugar para jugar sino para orar”.Recordemos las palabras en el Evan-

gelio de San Mateo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el Reino de los Cielos es de quie-nes son como ellos”.

¿Hay que llevar a los niños pequeños a misa aunque lloren?

Por: SesgoDiócesis de Nezahualcóyotl

A lo largo del tiempo la Iglesia ha sido una institución caritativa desde el punto de vista de su catequesis, pues enseña el Evangelio por vía de sus sacerdotes en sus homilías y por medio de sus diferen-tes actividades pastorales en el seno de la sociedad. A través de los valores que

enseña la Iglesia en el territorio diocesa-no, ha sido posible ayudar a muchos fieles a ser más humanos, a vivir con valores y practicarlos con nuestros her-manos.

La caridad no sólo es dar cosas mate-riales a los más necesitados, sobre todo se trata de regalar tiempo de escucha, de apoyarlos para hacer sus actividades o ayudarlos a trabajar, o simplemente

divertirse con ellos.Todo esto es caritativo: compartir algo

con los demás. La Iglesia Universal, así como nuestra Iglesia Particular están trabajando mucho por ayudar a todos, buscando así su desarrollo físico e inte-lectual, ya sea con comedores públicos, lugares para dormir, entre otras accio-nes. Para la Iglesia se trata de una tarea especial, pues la misión de esta institu-

ción es amar a los hermanos como a uno mismo.

Cuando el obispo y los sacerdotes, en las parroquias o capillas de nuestro municipio, a través de sus homilías orientan a los hermanos, están mostran-do la caridad que la Iglesia debe tener para todos, pero especialmente para los más necesitados.

La caridad de la Iglesia

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16 Mensajero

Por: Pbro. Efrén Torres, Diócesis de Teotihuacán

El 24 de febrero de 2014, en Santo Domingo Aztacameca, se colocó la primera piedra donde se construirá el Seminario de San Juan Bautista de la Diócesis de Teotihuacán. En el evento

estuvieron presentes: el Obispo titular Mons. Francisco Escobar Galicia, el Nuncio Apostólico Christophe Pierre, el Arzobispo de Tulancingo Domingo Díaz Martínez, el Obispo Aux. de Mon-terrey Jorge Alberto Cavazos, el Obis-po de Ecatepec Oscar Roberto Domín-guez, el representante del gobernador del Estado de México en asuntos reli-giosos: Lic. Marco A. Fragoso Ordaz, además de los ocho presidentes munici-pales y otras autoridades civiles perte-necientes al territorio de esta Diócesis; asimismo, asistieron los rectores de los seminarios de nuestra provincia ecle-siástica, sacerdotes, seminaristas y poco más de cinco mil feligreses de las parroquias de nuestra Diócesis.

En punto de las 10:00 am se reunieron los feligreses de las diferentes parro-quias junto con el Sr. Obispo Francisco Escobar Galicia, para dar inicio a la procesión que partió de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán hacia el terreno donde se celebró la Eucaristía que presidió Christophe Pierre, Nuncio Apostólico de México. Mons. Francis-co dio la bienvenida a todos los asisten-tes y agradeció al Pbro. Rodolfo Álva-rez Zarco la donación del terreno para el seminario. Los feligreses de las cuatro

vicarías llevaron como distintivo glo-bos de colores que los identificaban y los distinguían dándole un colorido de fiesta y alegría a este acontecimiento, así como la decoración del lugar; el altar, la liturgia y en especial la cruz de piedra puesta como signo del inicio de esta obra.

Antes de dar la bendición para finali-zar la Eucaristía, los concelebrantes y los presidentes municipales se acerca-ron al lugar preparado para colocar la primera piedra. Al término de la cele-bración litúrgica se pasó a la celebra-ción festiva de la comida.

Colocan la primera piedra del Seminario de Teotihuacán

Por: Adriana Arellano

Texcoco, Méx., febrero de 2014. El 22 y 23 de febrero se llevó a cabo el III Cam-pamento Diocesano de Catequistas Adolescentes, que tuvo como lema

“Catequistas alegres, testigos de la vida”. Participaron 56 adolescentes y 9 catequistas adultas provenientes de diferentes parroquias de las 5 vicarías de nuestra Diócesis.

De la Vicaría San Antonio asistieron

las parroquias: San Miguel Arcángel en Tlaixpan, La Purificación de María, San Jerónimo Doctor, San Lorenzo, Cristo Rey en Lomas de Cristo. De la Vicaría San Andrés, las parroquias: Santo Tori-bio Obispo, La Purísima Concepción. Mientras que de la Vicaría Santo Domingo, las parroquias: Santa María Nativitas, Nuestra Señora de Guadalu-pe en Xochiaca y San Agustín.

De la Vicaría Santa María de Guada-lupe, las parroquias: San Judas Tadeo y La Lupita. De la Vicaría San Vicente, las parroquias: San Vicente, San José.

La sede del campamento fue la “Casa del Apostolado para la Consagración de la Familia” en el municipio de Ameca-meca, Estado de México. Fue ahí donde los chicos disfrutaron de una magnífica experiencia.

La Hermana Lorena Elizabeth Pérez García, Misionera Catequista de los Pobres, Coordinadora de la Comisión Diocesana de Evangelización y Cate-quesis (CDEC), les dio la bienvenida y así comenzaron las actividades recreati-

vas; a cada uno se le entregó un morral y una playera para identificarse con sus equipos.

Con sorpresa, entre porras y aplausos, los catequistas adolescentes recibieron a Monseñor Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de la Diócesis de Tex-coco, quien les dio la bienvenida con una oración, la cual dio paso a la refle-xión.

Los chicos disfrutaron de todo el cam-pamento, compartieron experiencias y meditaron acerca de la convivencia con sus padres. Posteriormente tuvieron un encuentro con Jesús en una Hora Santa, dirigida ésta por la Hermana Guadalupe Salazar MCP.

El domingo los chicos iniciaron el día con una serenata, la cual dejó sorprendi-das a las mujeres. Terminaron el día con una “tardeada” en la que los adolescen-tes bailaron, cantaron y convivieron con mucha alegría. El campamento les dejó una grata experiencia para sus vidas como catequistas.

Campamento paracatequistas adolescentes