Medicina e Historia

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    1/20

    M E D I O ^

    H I S T O R I A

    N °

      1

     -

     1999 - CUA RTA ÉPOC A

    El

    iiiitiirisiiTO

    español

    Alejandro Arteche García

     

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    2/20

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    3/20

    MEDICIINA

    HISTORIA

    N°   1

    1999

    CUARTA ÉPOCA

    REVISTA DE

    ESTUDIOS

    HISTÓRICOS DE LAS

    CIENCIAS MÉDICAS

    Centro de

    Documentación

    de Historia de la

    Medicina de

    J. URIACH & Cía., S. A.

    Degá Bahí, 59-67

    08026 Barcelona

    Director:

    Dr. Juan  Uriach Marsal

    Secretario de Redacción:

    Dr. José D anón Bretos

    Soporte Válido con la

    Ref. SVR n." 479

    Dep.

      legal:

    B.27.541 - 1.963

    ISSN: 0300-8169

    MEDICINA

    H I S T O R I A

    ti

    CÓMO 5£ EVITA

     ¥

    CÓMO SE CURA

    POR MEDEOS NATURALES

      fe

    El naturismo

    Alejandro Arteche García

    XXIX Premio Uriath de Historia de la Medicina

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    4/20

    Mi:mc:irs[A «s-HISTORIA

    E

    xisten una

    serie de

    hechos que

    atestiguan la

    conveniencia

     y aun

    la necesidad de qu

    el naturismo médico

    español se convierta

    en objeto de

    investigación para

    los

     historiadores

     de

    la medicina.

    El primero de ellos es la

    ausencia de publicaciones

    sobre la historia de la me-

    dicina naiurista en Espa-

    ña. La historiografía mé-

    dica se ha movido en el

    ámbito de intereses de la

    clase médica y en conse-

    cuencia  el  movimiento

    naturista ha quedado re-

    legado. Esta carencia de

    estudios se agrava

     si se

    considera además que

    una gran parte de la lite-

    ratura naturista  se en-

    cuentra muy dispersa, fue

    divulgada por canales atí-

    pleos propios de la mar-

    ginalidad del movimien-

    to y apenas si se conser-

    va en las bibliotecas de

    más frecuente consulta.

    Sin embargo,  el interés

    Doctor Falp y Plana

    Presidente de la

      Miga Vegetariana

    de

     Catalunya

    social que provocan en

    este momento las medi-

    cinas llamadas comple-

    mentarias convierte a la

    medicina naturista en un

    tema de actualidad. Este

    trabajo pretende contri-

    buir al conocimiento his-

    tórico de dicho criterio

    médico.

    Antecedentes

    Durante

     los

     últimos años del

    siglo

     XIX

     y primeros del XX

    convivieron en nuestro país,

    médicos higienistas cercanos

    al vegetarianismo, médicos

    defensores del hipocratismo

    y médicos aficionados  al

    kneippismo

      o a

      cualquier

    otra de

     las

     corrientes del na-

    turismo europeo. A lo largo

    de este periodo de tiempo,

    en el que todavía no se ha-

    bía perfilado en España

     la

     fi-

    gura del médico naturista,

    surgieron personajes intere-

    santes  y  poco conocidos

    como Juan López de Regó,

    López de

     Regó

     no fue un mé-

     

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    5/20

    El naturismo médico español

    diconaturísta

    1

    , fue más bien

    un vulganzador de los co-

    nocimientos higiénicos. Es-

    tudió medicina en Santiago

    de Compostela, donde se li-

    cenció el 17 de  julio de

    1893.

      En

     1896

      ingresó

    como médico militar y pasó

    a la reserva en 1898. Perte-

    neció al cuerpo de la Bene-

    ficencia Municipal de Bar-

    celona durante cuatro años,

    trabajó en las Casas de so-

    corro y fue nombrado en

    1901 jefe de clínicas y labo-

    ratorio del Instituto Guillot.

    Pero a él le gustaba resaltar

    otro aspecto de su vida:

    «

     Paralelamente con el ejer-

    cicio de mi profesión, vengo

    desarrollando desde hace

    mucho tiempo, por medio

    de folletos, conferencias y

    artículos de periódico, una

    labor

     de.

     vulgarización cien-

    tífica encaminada a instruir

    a las gentes, para que sepan

    conservar su salud y cuidar-

    se de sus enfermedades»

    2

    .

    Cuando en el verano de 1908

    murió José Calderón, direc-

    tor de El Régimen Naturalis

    ta ,

     Juan López de Regó le

     sus-

    tituyó, pero el movimiento

    vegetariano naturista estaba

    en sus comienzos y López de

    Regó falleció antes de cono-

    cer

     su

     florecimiento. A pe-

    sar de ello, o quizás gracias

    a ello, su visión de la medi-

    cina era más abierta que

     la

    de  los médicos naturistas

    posteriores, reflejando un hi-

    gienismo ecléctico poco dado

    a dogmatismos. Probable-

    mente las épocas iniciales y

    tíñales

     de un

     movimiento

    sean las más adecuadas para

    permitir que surjan figuras

    de transición, que ofrecen lo

    mejor de una ideología, sin

    someterse

     a lo

     peor. López

    de Regó aconsejaba, cuando

    era necesario, la dieta vege-

    tariana -incluso la dieta fru-

    gívora—,  sin  renunciar al

    empleo de

     carnes y pescados.

    Pensaba que los alimentos

    que  la naturaleza pone a

    nuestra disposición en cada

    época del año, son los más

    adecuados. Utilizaba

     las

    plantas medicinales y el ayu-

    no depurativo, las curas de

    aire y sol (con el mínimo de

    ropa imprescindible para que

    la moral no proteste), la hi-

    droterapia, la talasoterapia y

    el

     pan

     integral. Creía

     en la

    capacidad curativa de la na-

    turaleza,

     pero

     encauzada por

    el médico. Valoraba la micro-

    biología, pero pensaba que

    el microbio había alejado al

    médico del enfermo. Defen-

    día

     el

     derecho

     a

     no vacunar-

    se,yal mismo tiempo, la uti-

    lidad de las vacunas. Inclu-

    so tenía sentido del humor

    al decir que los carnívoros

    eran vegetarianos indirectos.

    López de Regó murió el 11

    de enero de 1918

     y

     un año

    después, se celebró en el Co-

    legio de Médicos de Madrid

    una sesión necrológica en su

    honor en la que tomaron

    parte Rafael Forns, Miguel

    Fernández, Enriquejarami-

    UoyRuizIbarra.

    El catalanismo

    vegetariano

    En 1896, mientras Jaime

    Santiven de Piniés anun-

    ciaba la "primera camisería

    higiénica sistema Kneipp",

    un joven médico catalán

    llamado José Falp y Plana

    (1873-1913), publicaba en

    La  Vanguardia sus

      p r i m e -

    ros artículos defendiendo

    el vegetarianismo

    5

    . Falp

     y

    Plana pertenecía,  en esa

    época, a la sociedad vege-

    tariana francesa. Posterior-

    mente,  convertido en un

    escritor catalanista

     de re-

    nombre por su poema Lo

    geni cátala, creó

     la

     prime-

    ra sociedad vegetariana ca-

    talana

    El 29 de marzo de 1908,

    cuatro años después

     del

     na-

    cimiento de la Sociedad Ve-

    getariana Española, tuvo lu-

    gar en el restaurante «Mun-

    dial Palace» de Barcelona, un

    banquete vegetariano para

    celebrar la fundación de la

    Lliga Vegetariana

     de

     Cata-

    lunya. Falp y Plana había

    leído en la prensa los inten-

    tos de organizar un banque-

    te vegetariano y se sumó a

    ellos, añadiendo la idea de

    fundar una liga vegetariana,

    de

     la

     que redactó los esta-

    tutos. Se convocó una re-

    unión, en la que dichos es-

    tatutos fueron aprobados

    por unanimidad y

     el

     16 de

    marzo de 1908 se fundaba

    la Lliga Vegetariana de Ca-

    talunya

    4

    ,

     El

     banquete fue un

    éxito; asistieron a él, según

    señalaba

      la

     prensa locaP,

    unas 250 personas.

    Los tres factores fundamen-

    tales que, según Falp y Pla-

    na, integraban la Lliga Vege-

    tariana de Catalunya eran: 1)

    El factor corporativo («Lli-

    ga»), instrumento social que

    permitía la acción conjunta.

    2) El factor vegetarianismo

    («Vegetariana»), impregna-

    do de los principios univer-

    sales de la ciencia y la natu-

    raleza. 3) El factor étnico

    («Catalunya»), que permitía

    regenerar y recuperar el vi-

    gor de Cataluña

    6

    .

    En abril de 1908, aparece el

    primer número de la Revis-

    ta Vegetariana, subtitulada

    Purtaveu mensual de

     la

     Lliga

    Vegetariana de Catalunya.

     Su

    director era José Falp y Pla-

    na y su administrador Jai-

    me Santiveri. Esta revista,

    editada principalmente

     en

    catalán,

     se

     mantuvo hasta

     el

    7 de marzo de 1909; en esa

    fecha

     la

     junta general ordi-

    naria de la sociedad decidió

    1

     Aunque en el estrilo

     Caria sin

    sobre,

     que publicó en España

    Médica, en  1 91 7, meses ames

     de

    morir, confesaba: «Cun

     es Le

     criterio

    eminentemente naturista, rae ancé

    a

     la

     práctica profesional, sintiendo

    más  interés por el enfermo que por

    la

     enfermedad».

     Este artículo está

    recogido

     en una obra, publicada

    después de su muerte, que recopila

    su s escritos: LÓPEZ DE

     REGÓ,

     J.

    Los médicos y  la mediana.

    Vulgarizaciones

     científicas

    Madrid,

    Prensa

     Asociada,

     1918 p. 21

    Mbid.

     , p 22.

    1

    PALP Y PLANA, J., Bocetos sobre

    higiene

     I. El vegetarianismo ante la

    moral,

     Lfl

     Vanguardia, 5 de

      junio,

    1896, p.

     1.

    FALP Y PLANA,

     J., Bocetos sobre

    higiene II. El vegetarianismo ante

    la

     moral.

     La

     Vanguardia,

     13

     de

    jumo,

      1896, p. 4.

    HAI.PY

     1'I.ANAJ., Buenos sobre

    higiene III. El vegetarianismo

     ante

    La ciencia, La Vanguardia, 4 de

    agosto,

      IH9f>. p

     I.

    FALP Y PLANA, J., Bocetos sobre

    higiene

      IV.

     El vegetarianismo ante

    la

     ciencia,

     L a   Vanguardia

    28 de

    agosto,

      1896

    ;

     pp ' 1-2.

    TALLEJA, Reseña hecha por el Dr.

    Pallejá en Esperanto de los actos

    sociales

     de la Ll.

     V.

     de C, Revista

    Vegetariana  Naturalista, VIL200-

    2 0 2 ,1 9 0 9 .

    1

     De la Vanguardia del 30 de marzo

    de

     1908,

     Revista

     Vegetariana,

     21,

    1908.

    :i

     PALP Y PLANA, J., Concepte

    modern

     del

     vegetarianisrae.

     Discurs

    Inaugural de la

     Lliga

     Vegetariana de

    Catalunya,

     Revista Vfegeiariana X

    (suplemento):  1-29,  1908

    3 •

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    6/20

    MII>IC;tNA

     

    HISTORIA

     

    uta

    s a É l S io e t a p i a n o

    Libro  de  cocina racional

    para sanos  y  enfermos

    :  por el :-

    Dr. J, FflLP Y  PLftNft

    PRjES1Ó£NTE FUNDADOR

      DE LA

     •

      LUSA VEGETARIANA DE CATALUK-

    (MARCA REQlSTfíADA)

    I I

    - 5 1

    3  NATURÍSTA

      R

     1

    • n i

    • n a

    Eí libro La Mesa  del

    Vegetariano

    organiza ndo ágapes vegeta-

    rianos para  los pobres de

    Barcelona, que después de

    comer escuchaban

     el him-

    no vegetariano interpretado

    por la Schola Orph eonica,

    El núcleo

    madrileño

    Curiosamente, E nrique Ja-

    ramillo  y  Guillen (1860-

    1926),

     considerado por to-

    dos -incluido  él  m i s m o -

    como   e l  primer médico na-

    turista, siguió

      un

      camino

    totalmente persona para   l l e -

    gar al  naturismo. Nació el

    día 27 de marzo de 1860,

    en Gu arrom ón (Jaén). Rea-

    lizo

     la

     carrera de Medicina

    en

     la

      Universidad Central,

    terminándola en 1895. Co-

    menzó a ejercer  su  profe-

    sión, pero dos años después,

    en 1897, iba

     a

     morir su es-

    posa en el tercer mes de su

    primera gestación:

    «Su naturaleza y constitu-

    ción eran de un vigor y de

    una potencialidad extremas

    [se refiere a su mujer]  y a

    pesar de ello, en un latal y

    funestísimo encadenamien-

    que se publicasen do s revis-

    tas

    7

    ,

     una en catalán,

     de pe-

    queño tam año, qu e sería el

    boletín interno

     de la

     Lliga

    (mantuvo  e l  nombre de  R e -

    vistó Vegetariana), y otra en

    castellano, que sería la ver-

    dadera revista

     de

      divulga-

    ción del vegetarianismo, lla-

    mada Revista  Vegetariana.

    Naturalista (seguía dirigida

    por José Falp y Plana, ad-

    ministrada por Jaime

     San-

    tiveri y con una tirada de

    más de 3000 ejemplares).

    Posteriormente Falp

     y Pla-

    na publicó un  libro titula-

    d o La mesa del vegetariano*

    y continu ó con su visión  r e -

    dentora «desde arriba»

     del

    vegetarianismo: organizan-

    do banquetes ilustres, com-

    poniendo himnos, trayen-

    do prestigiosos médicos de

    la Sociedad Vegetariana

    Francesa, como el  D r.  Dan-

    jou, para que  impartieran

    conferencias en Barcelona;

    organizando funciones tea-

    trales

     en

     honor

     de la

     Lliga

    vegetariana, dando confe-

    rencias en el Ateneu Obr er

    del Dislricie, para conven-

    cer a la clase obrera de las

    ventajas sociales   y económi-

    cas del  vegetarianismo; y

    T

    Avis ais leciors,  Revista

    Vegetariana,  XII,  1909.

    'FALP

      Y

      PLANA,

     j . ,

      Ld

     mesa

      d e l

    vegetariana,

      iibiv

      d e  encina racional

    para sanos y en/ei  m o s ,  Barcelona,

    Centro naturista «Vigor», 1911.

    Esie librito de 42 páginas es una

    mezcla enlre un libro de cocina

    vegetariana y un catalogo dt

    productos Vigor.

    • 

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    7/20

    Ul

     naturismo

      médico español

    to gradual de la respectiva

    actuación de  cinco presti-

    gios, cinco reconocidas emi-

    nencias méd icas, cuya inter-

    vención demand é,

     y

     en con-

    tinuo

     y

     evidente desacierto

    de uno s y otros, fueron re-

    torciendo

     y

     complicando un

    simplitísimo estado catarral,

    hasta que al cabo de c uatro

    meses de desastrosas torpe-

    zas médicas y de ang ustias

    y tormentos de la enferma

    y

     míos, consumaron su ini-

    cua labor, extinguiendo

    aquel singular y poderoso

    organismo, privándom e con

    ello del

     ser

     más querido

     y

    del que su  facultad mater-

    nal me iba forjando»

    g

    .

    Esta tragedia perso nal cam -

    bió su vida y su visión de la

    medicina. Sumergido en la

    depresión y el rechazo a  la

    «ciencia oficial», comenzó

    a estudiar homeopatía  y

    magnetismo. Se íue entu-

    siasmando con este último

    y se

     convirtió en seguidor de

    lo

     que consideraba «ciencia

    natura l». En la calle H ernán

    Cortés n° 7 de Madrid, fun-

    dó  el  Instituto de Medicina

    Naturalista,  del que se nom-

    bró director. En este insti-

    tuto practicaba, según

     se

     lee

    en su  propaganda «Trata-

    miento d e toda clase de en-

    fermedades,

      sin

      medica-

    mentos ni operaciones qui-

    rúrgicas. Procedimientos

    modernos psico-lísicos

     ».

    Utilizaba el agua, el sol, el

    aire,

     la electricidad, el ejer-

    cicio,

     el

     magnetismo

     y la

     su-

    gestión.

    Mientrasjaramillo iba supe-

    rando como pod ía su trage-

    dia personal, en Madrid se

    fundaba  la Sociedad Vege-

    tariana E spañola

     y

     aparecía

    la revista El Régimen Natu-

    ralista. Nos cuenta Enrique

    Jaramillo que un día,

    «Cuando

     yo

     estaba

     ya en

    plena actuación naturista,

    constituido por completo

     mi

    criterio médico naturista,

    una de aquellas tardes gri-

    ses en que luchaba nú pe-

    culiar op timismo, aparecie-

    ron en mi despacho dos se-

    ñores, que según declararon,

    no llevaban otro objeto que

    el

     de

     abrazarme, pues

     fue

    para ellos una gratísima sor-

    presa al pasar la pu erta de

    mi domicilio y ver las pla-

    cas que en él había coloca-

    das,

     anunciando la existen-

    cia, en el I

    o

     derecha de un

    médico titular naturista,

    siendo

     el

     mayor asombro de

    ellos enterarse

     que yo

     no co-

    nocía, ni  había oído nom-

    brar siquiera, a Kuhne ni a

    Kneipp, ni haber leído nada

    de

     Vegetarianismo n i de Na-

    turismo. Las primeras lec-

    turas sobre estas materias,

    a

     los siete años de ejercer ya

    de lleno como médico na-

    turista, se las debí a los dos

    mencionados señores, que

    después fueron queridísi-

    mos amigos

     y

     afines,

     don

    Amonio Piñeiro y  D.Juan

    Padrós»

    10

    .

    A

     partir de aquí

     se

      anuncia-

    ron

     sus

      servicios

     m édicos en

    El Régimen Naturalista y Ja-

    ramillo se co nvirtió para los

    naturistas en el primer mé-

    dico naturisia español, re-

    conocimiento que

     iba a

     con-

    servar durante toda su vida.

    En 1908 publicó

     Renovación

    Científica  Española (Primeros

    apuntes naturalistas)  . Este

    librito está escrito en un es-

    tilo p rolijo, a

     veces casi

     poé-

    tico,

     y  su interés reside en

    ser el primer libro que con-

    tiene las ideas de un mé di-

    co español que se denom i-

    na a sí mismo como «natu-

    ralista»

    12

    .

    El

     segundo componente del

    grupo de los primeros mé-

    dicos natunstas madrileños

    fue

      Rmz

     Ibarra. Casiano

    Marcelo Ruiz de Azagra e

    Ibarra (1878-19 61) nació el

    14 de agosto de 1 8 7 8 '

    ;

     en

    Épila, provincia de Zarago-

    za y murió en Madrid el 12

    de octubre de

      1961.

      Su pa-

    dre  era el notario de

     esta villa

    aragonesa. Cursó el bachi-

    llerato en el Colegio de los

    PE Escolapios de Zaragoza

    y le entró la vocación mé-

    dica por adm iración al mé -

    dico de su pueblo, Adolfo

    Navarro Español, discípu-

    lo de L etamendi. Esta adm i-

    ración que poco a poco se

    iba a convertir en amistad,

    influyó decisivamente en su

    vida,

     ya

     que Adolfo Nava-

    rro le inculcó su afición a

    Letamendi.

    Comenzó sus estudios en la

    Facultad  de Medicina de

    Zaragoza  el  curso 1894-

    1895 y se  trasladó, cinco

    años después, durante el

    curso 1899-1900,

     a la de

    Madrid. En 1901 acabó la

    carrera de medicina

    14

     y se

    fue a la loca lidad de  Riela,

    cercana

     a su

     pueblo natal,

    para realizar una sustitución

    de médico titular.

     Al

     añ o si-

    guiente,

     en

      1902,se asen-

    taba como médico titular en

    Prados Redondos (Molina

    de Aragón). Su visión ro-

    mántica de la medicina se

    iba deshaciendo  en  estos

    primeros años de práctica,

    dejando paso al escepticis-

    mo.

      Esto

     le

     hacía cambiar

      de

    lugar  con frecuencia. En

    1903 se fue al partido de

    Lecumberri

     y

     en 1906 ganó

    por concurso la titularidad

    en Alsasua. De las monta-

    ñas del Valle de L arraun , se

    había pasado a un centro

    ferroviario como Alsasua,

    según su propia expresión

    había pasado de ser «médico

    de espuela»

     a

     ser «médico

    de

     bastón». Pero con

     la

     prác-

    tica su escepticismo aum en-

    taba

     y

     decidió en 1908 tras-

    ladarse a Madrid pensando

    que un curso de especiali-

    zación solucionaría

     sus

      pro-

    blemas. Realizó los cursos

    de Recasens, obteniendo u n

    certificado especial de apti-

    tud para

     el

     ejercicio

     de la

    Ginecología

     y la

     Obstetricia.

    Durante su estancia en la

    capital también aprovechó

    para completar sus conoci-

    mientos en cirugía y trau-

    matología.

    Estableció su consu ltorio de

    toco-ginecología

     y

     cirugía

     en

    Calatayud. En 1910, des-

    pués de más de un año

     de

    ejercer su especialidad, se

    casó con Elena Lázaro Lo-

    rente, a la que había cono-

    cido m ientras ejercía en Al-

    sasua.

     Era una

      época

     de

     éxito

    profesional como toco-gine-

    cólogo y cirujano de urgen-

    cias.

    "Biografía de] Dr. Jaramillo (I).

    Enrique) según  la interviú

    celebrada ton el por el Dr. Alfonso,

    Helios, 112: 224-225

    ;

      J

     925.

    K

    7fj[£Í.

    1

     JARAMILLO

     \

      GUILLEN,  E .,

    Rínovurión GuJüi/ku  Española

    (Primeros

      apuntes naturalistas),

    Madrid, Imprenta Colonial, 190R.

    IJ

    La obra escrita de Enrique

    Jaramillo

     y

     Guillen

     se

     completa con

    la revista Ciencia Natural, de la qu e

    únicamente se publicaron nueve

    números.

    "Nació «a caballo», como él decía,

    ;

     -ni iv

      il  I

     3

     y

     el I4 de agosto:

    exactamente  a la una de la

    madrugada del día 14.

    14

      Su título está fechado

     el

     21

     de

    oaubre  de 1901.

    5 •

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    8/20

    MEDICINA

     

    HISTORIA

    A principios de 1914 un

    acontecimiento iba a modi-

    ficar su rutina. Un viajante

    le ofreció un aparato pro-

    ductor de rayos X por me-

    dio de comentes eléctricas

    de alta frecuencia, fabrica-

    do en España. Lo compró y

    se entusiasmó por la electro-

    logia. Leyó en

     La Presse

     Me-

    dícale que se iba a celebrar

    un curso de electrología y

    radiología médica en París

    y se matriculó. Durante su

    estancia en la capital fran-

    cesa presentó en la

      Société

    de

     R üáidlogte

     de. Franee

      el apa-

    rato de rayos

     X

     español, con

    gran éxito. Al estallar la pri-

    mera guerra mundial los

    franceses necesitaban apára-

    los de rayos X transportables

    para el frente. Los construc-

    tores del aparato español le

    pidieron que realizara de-

    mostraciones ante las auto-

    ridades radiológicas milita-

    res francesas y aceptó. Al re-

    gresar a España, la empresa

    constructora del aparato le

    ofreció trabajar para ella en-

    señando  su manejo  a los

    médicos. Esto le iba a per-

    mitir profundizar en la elec-

    troterapia y gracias a estos

    estudios, años después, es-

    cribió el libro

     Aplicaciones te-

    rapéuticas y producción de ra-

    yos X por

     medio de las

     corrien-

    tes eléctricas de altafrecuenáa

    y

     ensión

     n

    .

    Un hermano de Ruiz Ibarra

    que vivía en Cuba, cayó en-

    fermo y regresó a España.

    Don Casiano, siguiendo los

    consejos de Huchard para la

    curación de enlennos rena-

    les,

     le trató con un régimen

    vegetariano. Como el trata-

    miento tuvo lugar en su pro-

    pia casa, Ruiz Ibarra y su fa-

    milia adoptaron el mismo ré-

    gimen. Desde ese año, 1916,

    Casiano Ruiz Ibarra fue ve-

    getariano. Se interesó enton-

    ces por la doctrina vegetaria-

    na a través del folleto Vege-

    tarianismo o camivorismo

     del

    alemán, residente en Barce-

    lona, Sttritmater. Mantuvo

    correspondencia con este au-

    tor y además empezó a leer

    a Kneipp, Rikli, Khune y Bilz.

    Comenzó también a viajar a

    Madrid y a relacionarse con

    los representantes de

     las

     ideas

    vegetariano-naturistas, enta-

    blando amistad con Enrique

    Jaramillo y Guillen, quien le

    puso en contacto con la ma-

    sonería.

    En Madrid se iba a encon-

    trar con otro criterio médi-

    co que le recordaba, según

    él ,

     sus lecturas de Letamen-

    di y poco a poco fue dejan-

    do su escepticismo médico,

    que nunca le habla abando-

    nado del todo. Abrió un con-

    sultorio en el paseo de Ro-

    sales, en la pensión de una

    familia vegetariana

    1 h

    .

      Tres

    meses después, en

      J

     918, se

    instaló de Unitivamente en la

    capital, situando el que se-

    ría su consultorio hasta su

    muerte en la calle Puencarral,

    y apadrinado por Enrique

    Jaramillo y Guillen y por

    Mario Roso de Luna se ini-

    ció en la masonería el 24 de

    octubre de 1918

    17

    .

    Ruiz Ibarra publicó su pri-

    mer artículo, titulado Tribu-

    na pública. Sobre

     el

     pan inte-

    gral, en Helios

    18

    . En enero de

    1919 aparecería

     Acción Na-

    tuñsta

      y su primer número

    anunciaba que Don Casiano

    había sido elegido presidente

    de la Sociedad Vegetariana

    Española •

    i;

    . Unos meses des-

    pués publicó su primer libro,

    titulado

     El estreñimiento, sus

    causas y su curación

     natural

    sin medicamentos

    20

    . Este libri-

    to de 67 páginas recoge las

    conferencias dadas

     a

     la So-

    ciedad Vegetariana Españo-

    la sobre este tema. En su úl-

    tima hoja aparece el primer

    anuncio del consultorio de

    Ruiz Ibarra como médico

    Fisiatra. Su figura

     se

     iba asen-

    tando en el movimiento ve-

    getariano naturista y fue de-

    signado por los vegetarianos

    madrileños para que les re-

    presentase en el congreso de

    Lisboa"

    1

    ', pero el congreso na-

    turista de Portugal no llegó

    a celebrarse.

    Casiano Ruiz Ibarra siempre

    vivió su pertenencia al mo-

    vimiento naturista con una

    cierta esquizofrenia, la mis-

    ma que luego se haría para-

    digmática en la vida de Sil-

    verio Palalox. Ruiz Ibarra se

    salvó del escepticismo gra-

    cias al naturismo médico,

    cuya práctica privada le su-

    ministró su medio de vida.

    La época de Palafox fue dis-

    tinta, ya no brillaba el soldé

    Helios. Por eso, Ruiz Ibarra

    se despertó defraudado del

    sueño del ideal naiuristaysin

    embargo Palafox se parape-

    tó tras un espejismo de dig-

    nificación neohipocrática.

    Además de los libros seña-

    lados, Ruiz Ibarra también

    publicó: Algunos detalles so-

    hiv orientaciones  natunstas;

    La salud

     y

     la casa; Naturis-

    moy

     homeopatía;

     Hipocratis-

    mo. Criterio médico. Naturis-

    mo medico, Introducción al

    estudio de "El materialismo en

    las

     Ciencias  naturalesyde.su

    influencia en la Deontologia

    médica"; Estudio elemental y

    crítico de los frutos

      comes-

    tibles

     de mayor consumo en

    España y más recomenda-

    bles desde, el punto de vista

    higiénico; Sobre un criterio

    médico; Influencia de la Filo-

    sofía positiva en el progreso

     de.

    las ciencias naturales; Hacia,

    la   sabiduría  médica.  Introduc-

    ción al estudio de la Medici-

    na como problema de conoci-

    miento; Conceptos undamen-

    tales sobre la Hidroterapia;

    Alimentación de los enfermos

    con fiebre. (La indicación die-

    tética en

     los procesos agudos);

    Medicina biologista, (Crite.no

    conforme

     al

     espíritu Hipocrá-

    ticó)

    lL

    .

      Además, Ruiz Ibarra

    tradujo del inglés el libro

    'RUIZ [BARRA, C ,  Aplicaciones

    terapéuticos yproducción de  rayos X

    por medio de las  corrientes eléctricas de

    alta frecuencia

     y

      tensión,

      Madr id,

    Gráficas Reunidas, 1920.

    16

     La revista Helio; se hace eco de e.sLa

    noticia

     con el

      siguiente comentario

    «El célebre Dr. RuLz Ibarra, de

    Madrid, ha monta do en la villa y

    corte un Qm .su I Lo rioPiiiaLra, que

    según nos comunican los amigos de

    allá se ve a diario concurridísinui por

    personas desahuciadas casi

    comple tamente por la  ciencia

    médica,

     y a las que tan

      renombrado

    doctor li>«ra,

     por

     medio

     de su

     nuevo

    méiodo de curación, poner remedio

    a sus dolencias, viéndose por ello de

    continuo muy elogiado».

    Helios, Noticias, 19:22,  1917.

    '• Archivo Histórico Nacional,

    Sección «Guerra Civil» (Masonería),

    legajo  179 A, expediente 28.

    I3

    RU1Z IBARRA, C ,  Tribuna pública.

    Sobiv   L I pan ¡nU'^ral,

     Helios.

      22:44-

    45 ,

     1918.

    13

     [ACCIÓN NATURISTA], N oticias,

    /ktií¡rti\

    T

    £Uwrís[£¡,  1:16,1919.

    10

     RUIZ IBARRA, C ,  E¡ estreñimiento

    sus causas

     y

     su

    curación  natura

    sin

    medicamentos, Toledo, Empresa

    Periodística Castellana,  1919.

    21

      Noticias,  Helios..  32 : 2 0- 2 4 ,

      1919.

    "RUIZ IBARRA, C ,  Algunos deíaiies

    sobre  orientaciones

      naturistas.

      Criterio

    naíurisíu sobre  ¡ÍÍS

      enfermedades

    agudas}

    1

      su  tratamiento. Madrid.

    Gráficas Reunidas,

      1920.

    - Líi salud v

     la ca'M,

     Madr id,  1920.

    -

      DUPRAT

      H,

      Naturismo  y

    homeopatía,

     Madrid, Im prenta de J.

    López, 1931.

    tiipoc

    ratismo. Criterio medico.

    Naturismo

      médico,

      Madrid, Instituto

    Hipócrates, 1933.

    - Introducción  al estudio de

     "El

    materialismo en las dennos  naturales

    v Ji

    1

      .*.u ni /W ik iu ™ fti Dconii> (>£/«

    médica", Madrid, Imprenta de Justo

    López, 1934.

    -  Estudio elemental

      y  crítico de  los

    frutos

     comestibles

     de

     mayor

      consumo

    en España y más recomendables desde

    el puma de vista

     higiénico, Madrid,

    Sociedad Española

     de

     Higiene. l)

    - Sobre

     un

     criterio medico, Madr id,

    Imprenta de Justo López, 1936.

    Influencia  de la Filosofía positiva en el

    progreso de las ciencias naturales,

    Madr id,

      La

     Xilográfica,

      1939.

    -

     Hacia

      Ja  sobiiiuria médica.

    Introducción

     al

     estudio

     de

     la Medicina

    como problema de  conocimiento,

    Madrid,

     La

     X ilográfica,

     1940.

    - Conceptos Fundamentales

      sobre

     la

    Hidroterapia,

      Madrid, Instituto

    Hipócrates, 1958.

    -

     Alimentación de

     ¡os

     enfermos con

    fiebre.  (L a indicación  dietética  en los

    procesos agudos),  Madrid, Instituto

    Hipócrates, 1.963.

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    9/20

    El

     naturismo médico español

    Ruiz Ibaira,

    Enrique Jaramülo

    y Eduardo AJfondo

    Saludy

     dietética,

     de M. Hind-

    hcdt-

    1

    , y  presentí) en espa-

    ñol el libro La terapéutica por

    la dietética vegetal cruda

      de

    M. Bircher-Benner

    24

    .

    El tercer médico del núcleo

    madrileño fue Eduardo Al-

    l.uiso  y  Hernán (1894 -

    1991). Nació el 29 de no-

    viembre de 1894, en Ma-

    drid. En 1 917 se licenció en

    medicina en San  Carlos y un

    ¡ u i u d i r s p u c s u p r n b i H

    1

      c inc

    lorado. Durante la carrera

    tuvo de profesor de higie-

    ne a Rafael Fo rns con quie n

    enlabió amistad. Influido

    por Fo rns se hizo vegetaria-

    no en ese mismo año de

    1917 y nada más acabar et

    doctorad o se marchó a Bar-

    celona para ejercer la med i-

    cina naturista con Vander.

    En 1919 ingresó en la ma-

    sonería apadrinado por

    Mano Roso de Luna y por

    Casiano Ruiz

     Ibarra.

     Su vida

    recorrió la historia del na-

    turismo español.

    Como Eduardo Alfonso, la

    mayor parte de los naturis-

    tas eran naturistas y algo

    más. Ese «algo más» fue lo

    qu e les provocó la represión,

    la cárcel o la muerte. Los que

    sufrieron  la persecución más

    dura fueron los naturistas

    masones, El primer decre-

    to de Franco contra la ma-

    sonería se emitió el 15 de

    septiembre de 1936 y des-

    de el inicio de la guerra la

    represión contra ella

     fue

    implacable

    25

    . El fusilamien-

    to de Manuel Marín Sancho,

    profesor de literatura, fun-

    dador del Club Naturista

    Helios y uno de los masones

    más representativos de Za-

    ragoza, constituye un ejem-

    plo ilustrativo de este he-

    cho

    26

    .

     Alfonso fue procesado

    por pertenecer

     a

     la m asone-

    ría en enero de 1942

    37

    . El 1

    de marzo de 1940 se había

    constituido el Tribunal Es-

    pecial para la Represión de

    la M asonería y el Comunis-

    mo  y este tribunal, presidi-

    do por el general Saliquet,

    fue el encargado de juzgar-

    le dos meses despu és.

     A

     p e-

    sar  de que le había sido con-

    cedida la «plancha de qui-

    te»

    28

    ,

     yd e

     que

     un franciscano

    declaró haberse escondido

    en su casa durante la gue-

    rra, fue condenado a dieci-

    séis años y un día de reclu-

    sión {esta pena qu edó redu-

    cida posteriormente aseis

    años). Los naturistas anar-

    quistas también sufrieron

    persecución y el  médico

    Isaac Puente murió en Vi-

    toria, en agosto de 1936, a

    ma nos de los carlistas

    29

    .

    El primer libro que escribió

    Eduardo Alfonso fue Como

    cura la medicina natural, pro-

    logado por Ruiz Ibarra

    30

    .

    Despuéspublicó:Lasa[uíííJe

    ios niños por la Higiene natu-

    ral; La

     religión de la

     Natura-

    leza;  La salud por la alimen-

    tación vegetariana y  la

      medi-

    cina  natural

     y

      sus éxitos;

    Manual del enfenno; Nutrición

    humana y

     cocina vegetariana

    ckrHíjka; El peligro de los sue-

    ros, vacunas, y drogas; Guía

    Lírica del auditor de Concier-

    tos; El Egipto Misterioso; El reu-

    matismo. Cómo se evitay cómo

    se cura por medios

     naturales;

    Curso de medicina natural en

    cincuenta  lecciones; La salud

    por el

     agua;

      La Atlántida

     y

    América (Historia arquee

    " H I M D H E D E , M

    Salud y dietética,

    Madrid. Establecimiento

    tipográfico dej. Pérez, 1927.

    ?J

     BIRCHER-BENNER,

     M

     , La

    terapéutica

     por la áctétka

      vegetal

     cruda,

    Madrid, Imprenta

     de Justo

     López,

    1936.

    iI

    FERRERBENlMELIJ.A.,Ma«mírá¡

    española contemporánea.

     Desde 1868

    hasta

     nuestros

     días,. 2 *. ed. , Madr id.

    Siglo Vtinüuno, 1987,p. 140.

     e

    -

     Las

     tartas escritas por M anuel Marín

    antes de ser fusilado el 2 de diciembre

    de

     1936.

     constituyen un testimonio

    eslremecedor y reflejan

     e

    espíritu de

    concordia de este naturista. Mi.,

     p.

     147.

    17

     Los

     dalos sobre

     el

     encarcelamiento

    de Eduardo Alfonso están sacados de

    su libro: ALFONSO, E., La Masonería

    Espartóte en Presidio, Madrid, Ediciones

    Sagitario, 1979. Ésta es una obra

    escrita con honradez, sinceridad y sin

    rencor hacia los carceleros. Además,

    como señala Alfonso en la página 28

    «No deja

     de

     lener una mística belleza

    el estar en presidio por pertenecer a

    una Urden en  la que. para ingresar, se

    le exige a uno ser «hombre libre,

    honrado y de buenas costumbres».

    ffi

      Dentro del argot masónico, la

    «plancha de qu ite» significa la solicitud

    de baja en la masonena. Eduardo

    Alfonso ingresó en la masonería en

    1919, apadrinado por Rui; Ibana y

    Mario Roso de Luna [ALFONSO

     Y

    HERNÁN, E.,

     M¡<

     litruciúv, Madrid,

    Edición del Autor,  1986. p . 22) yla

    abandonó tres años después,

    perteneciendo desde entonces a la

    Sociedad Teosófica Española.

    -'PUENTE, 1., El comunismo

    libertario, Barcelona, F ederación

    local de Barcelona de la

     C.N.T,

    1979,

     p. 3.

    '"Esta obra tuvo tres ediciones

    distintas:

    ALFONSO, E.,

     Cómo

     OÍ cura la

    Medicina

      natural

      Divulgación  teórica

    y

     práctica

     d el

     método

     hipólerapíutico

    naturista, Bilbao-Madrid, Juan

    Pérez Tomes, 1921.

    • Gimo IK cura la Medicina natural,

    2*  ed. corregida y aumentada,

    Córdoba, Editorial Naturista.

    Ciiin-:' fura Jo Medir™ W.'íiirul.

    Divulgación teórica y

     práctica del

    m¿toao hígio-terapéutko rtoturistd o

    hipocránco,   3

    a

      ed. Madrid, Pueyo.

    7

      •

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    10/20

    MEDICINA

    «S-

      H SIORIA

    REVIST DEDIC D A LA   DIFUSIÓN  DE LAS  ¡DE S

    VE0ETAR1AN0-NATURISTAS

      CON EL FIN DE

      PERFECCIONAR

    LA  VID HUMANA FÍSICA,  INTELECTUAL  V  MORAL

    S

      V

      9f A

    Palabra»   < #  un deeconacido, ~~I/oa   prrjn¡nii>s  de la

    ••'ititruttirií'it  > ¡  ríe ¡a  oarne minia para  [o»  tuberouloatA,—

    Caaos

     prácticos

      tlt Mtdiei»a natural,

      por *»l Dr . K, A l-

    fotiBo,

      -Naturismo práctico.— Muitre

      *

    hijo,  {« i»« ) , por

    B a  

    y ado r Isertí .—Damíf / fi lena

      York,

      pr Sa biu fi  L e a

      1.

    í'iict  raxm¡''»

      pa r

      > >

      (f-Apmdim

    práctica y concisa de  reglas

    terapéuticas e higiénicas, /lidies v

    eficaces, para  tratar toda clase íie

    síntómas, en ausencia del médico o

    mientras  llegan sus consejos, o  en

    casos

      ¡ t i -

      urgencia), Madrid. Pueyo,

    [1926],

    - Nutrición  humana y cocina

    vegetariana  científica, Madrid,

    Pueyo, 1932.

    -

      £ 1

     peligro de los

     sueros,

     vacunas y

    drogas,

      Madrid, Librería Bergua.

    -  CiuaUriúi < t¡  uinlilordt*

    Conciertas, Madrid, Sagitario, 1935.

    - El Egipto  Misterioso, Madrid,

    Bt-rgua, K)36.

    - E l

      r e u n u l ü . s t t i í . f

      , ¡ im i í  s r  ¡  v i t a  y

    cómo se

     cura por medios

     naturales.

    Valencia, Estudios, 1937.

    - Curso

     d e

      medicina natural en

    cincuenta lecciones, Buenos Aires.

    Kier, 1913.

    -

      La

      salud

      por el

      agua

      (e l

      agua como

    alimento y como  medicina), Madrid,

    Librería Bersua.

    - La Alláníida  y América  (Historia

    arqueología, viajes, leyendas y

    tradiciones.), Madrid, Cultura

    Clásica y Moderna, 1947.

    - Problemas religiosos e historia

    comparada de las religiones, Córdoba

    R. A., Ediciones Jesther,  19.51.

    - El hombre, su origen, su ser, su vida,

    su muerte v su historia, México.

    Orion, 1963.

    - Compendio

     y atlas de

     Em briología,

    Madrid, Atika, 1968.

    - Influjo de la culiura egipcia en la

    occidental, Madrid, Instituto de

    Estudios Islámicos, NfiH

    - Manual de curtición  naturista,

    3*ed., Barcelona. CYMYS. 1970.

    MACE, F .AL FO NS O I... ).„•

    sabiduría pitagórica, 2

    a

     ed., México.

    Orion, 1974.

    -

     Compendia de

     gramática jerogh/ka

    clásica áe¡ Antiguo

     Egipta:

      agregado

    de un apéndice sobre  «Simbologia

    Lj;if¡ iü'-  v ofro sobre  d «Libro de los

    muertos»,  Barcelona. Instituto

    Naturista Bellsolá, 1979.

    - Curso de Medicina Natur a en

    cuarenta  lecciones, 6" ed., Buenos

    Aires, Kií-r, 1980.

    • Historia comparada  de las

    religiones Madrid, Luis Cárcamo,

    1 9 8 2 .

    - Lu Masonería Española en Presidio,

    Madrid, Ediciones Sagitario, 1983.

    - Mis recuerdos,  Madrid, Edición del

    Autor, 1986.

      8

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    11/20

    II naturismo medico español

    su salud n o fue buena   y a los

    y años padecía tuberculosis

    ósea. Después de muchos

    tratamientos,

      le

      operaron

    para extirparle un secuestro

    óseoy durante   la  convalecen-

    cia se aficionó a pasear por

    el campo

    12

     y a la gimnasia.

    Adquirió entonces las obras

    d e j .

      RMuller

    33

     y

     s e

     entusias-

    m ó

     con sus

     teorías.

     También

    leyó a Kuhne

      y a

     otros auto -

    res naturistas:

    «...despuésd e  algún liempo

    de caminar desorientado, dí

    con el camino del Naturis-

    m o ,

      y por

      é l

     me fui primero

    con cautela; luego con co n-

    fianza; más larde, con vivo

    entusiasmo

      y fe

     absoluta».

    Acabó e l  bachillerato  c o n s o -

    bresaliente en

      1 9 1 4 .

      Estudió

    medicina en la

     universidad

      d e

    Zaragoza

      y s e

      licenció

      e l

      9 de

    diciembre de 1921, siendo

    premio extraordinario de li-

    cenciatura. Durante la carrera

    todas sus notas fueron m atri-

    cula

      d e honor,

     excepto seis

      s o -

    brt'salk'ntes y tres notables.

    Meses antes de ser licencia-

    d o

      envió

      a

     Ruiz Ibarra

      s u

      his-

    loría clínica, que se publicó

    como  «caso práctico de m e-

    dicina natural»

      en

     Acción

    Naturia a '" .

    Conde Andreu, que había

    sido alumno interno pensio-

    nado,  por oposición, de la

    sección

      d e

      anatomía descrip-

    tiva

      y

     técnica anatómica, al-

    canzó el grado de do ctor en

    Madrid, por un estudio so-

    bre la viscosidad de la san-

    gre

    1

    "

    1

    . Después fue no mbra-

    do Ayudante de clases prác-

    ticas  de laFacultad de

    Medicina de Zaragoza, pa-

    sando luego a Profesor au xi-

    liar

      d e

      anatomía descriptiva,

    de cuya cátedra terminaría

    haciéndose cargo.

     En

      1925

    publicó N aturismo y Naturis-

    mo médico *> cuyas conclusio-

    nes definiendo   e l  naturismo

    fueron aceptadas por el Con-

    greso Naturista de Bilbao.

    Fue nombrado Académico

    de   la  Academia Nacional de

    Medicina, distrito de Zara-

    goza,

     en  1931

    i7

      y  en  l o s  años

    cincuenta fue elegido Vice-

    decano

     de la

     Facultad

     de

    Medicina de Zaragoza   y  se-

    gund o teniente de alcalde de

    dicha ciudad. Además  d e   su

    trabajo co mo docente, ejer-

    ció la medicina co mo inter-

    nista y cirujano, sin aban-

    donar nunca su dieta vege-

    tariana  y sus  principios

    teóricos naturistas.

    Honorio Gimeno

      fue

      el

    «doctor hidrófilo»

    3íi

    , uno de

    los médicos naturistas espa-

    ñoles mejor formados en

     l;i

    terapéutica con agentes na-

    turales.   lonorio Ciimcno

    Pérez  (1907-1991) ,

     que

    había nacido en un pueblo

    de Castellón llam ado Espa-

    dilla, conoció el naturismo

    en el verano de 1923, con

    16 años, recién acabado el

    curso preparatorio de me-

    dicina. Buscando datos so-

    bre   e l  tracoma (enfermedad

    que padecía

      un

      familiar

    suyo), leyó por azar

      M i

      l e s -

    fíimoitodcSebastian Kneipp.

    Empezó

     a

     practicar

     en sí

    mismo la hidroterapia, sin

    estar enfermo, siguiendo los

    consejos   d e   Kneipp

    3

    ".  S e   afi-

    cionó tanto, que com enzó,

    sin haber acabad o la carre-

    ra , a  tratar enfermos con

    chorros

      d e

      agua fría

      y

     envol-

    turas  d e   tronco. Como   l o s p a -

    cientes respondían positiva-

    mente al tratamien to, se fue

    animando

     poco

     a  poco.  A l o s

    IH

      años se hizo vegetariano

    después de leer

     a

     Bircher-

    Benner. Mientras estudiaba

    medicina, aprovechaba para

    aumentar

      s u s

      conocimientos

    sobre h idroterapia.

      S u s

      opi-

    niones naturistas chocaban

    entre sus compañeros de la

    Facultad de Medicina   d e B a r -

    celona.  Incluso su manera

    desenfadada de vestir -con

    ropas sueltas, barba

      y

     sanda-

    lias-, siguiendo  lo s  consejos

    de Kneipp, llamaba la aten-

    ción. Un profesor  l e  puso el

    apodo de «el eterno vera-

    neante», porque llevaba los

    cuellos

      d e

      la camisa sueltos,

    al estilo del poeta románti-

    co alemán Schiller.

    Acabada

      la

     carrera, Gimeno

    se fue a Alemania para rea-

    lizar su sueño d e convertir-

    se  en  un médico naturista

    al estilo de Kneipp. Desde

    allí publicó su primer artí-

    culo para una revista na tu-

    nsia española

    111

    . Consiguió

    adquirir práctica con la te-

    rapia Kneipp

    41

    , pero lo que

    v io

      en Wórishofen

      le

     decep-

    cionó, ya que no tenía el ni-

    vel científico que esperaba.

    S e  enteró   p o r l a prensa  d e   que

    en una clínica univei*sitaria

    dejena (Alemania), un mé-

    dico llamado Emil

     Klein,

     en-

    señaba naturismo y esperan-

    zado escribió en

     H elios:

    «Probablemente dentro de

    pocos días iré   a Jena a pro-

    seguir

      m is

      estudios en la clí-

    nica de la cátedra de Medi-

    cina natural, que en aquella

    Universidad dirige el profe-

    sor Klein. ¿Cómo suena en

    España eso de una cátedra de

    Medicina natural?»"*

    2

    .

    Según sus propias palabras,

    enjen a estuvo:

    «...estudiando

     una M edicina

    sencilla, revolucionaria, con

    la que, utilizando principal-

    mente alimentos vegetales

    e n   u  l o s ,  agua fría y  caliente en

    baños

      y

     en envoltura s, se lo-

    graban extraordinarias cura-

    ciones»"".

    Al regresar de Alemania se

    estableció

      en

    Barcelona

    como médico naturista

    4

    ^.

    Honorio Gimeno no se en-

    gañaba de

     lo

      que se iba

     a

    encontrar en su país:

    «... dudo que en el estado

    actual de  cosas pueda hacer-

    -1 si.i afición al excursionis mo ki

    mantuvo durante toda su vida. Le

    gustahin las grandes marchas   >•  llegi

    a obtener vahas medallas y a

    participar en la tartera nacional de

    cien kiliinicuo;,  i Matlrkl-Gna;lalai.ua-

    Madrid). En ocasiones pasaba largas

    temporadas en los Pirineos

    alimentándose únicamente de frutos

    durmiendo en el suelo y practicando

    en los arroyos la hidroterapia.

    "MULLERJ, I ' . Misísima. Cinco

    minutos íiítiiTiií pim  conservar

     h ¡

    aplitud ísica y   l a

     mejor

     liíisi'di-

    L 'n tu 'Hí i ' rü k - i ' i ' i '   p a r a  timbns sexos,

    Madrid, Librería Internacional de

    Romo, 1936.

    M i   M - . ; . ' M .   1 ¡ I   V ' . .

    1

    . .   ¡ i' . . I ¡ I , ' i Í J Í L -   V

    h í i i i *   ¡le   s o , M a d r i d , l . i h n

      r í a

    Internacional de Romo |s_a.|.

    -

     iVfi

     sísleniu

     respiratoria,

      Madrid,

    Librería Intemaiunial de Romo

      [s.a.].

    " CONDE, J., Osos prácticos de

    Mt'didna Xatural. Don |ns¡ £  ni'\

    AccíánNatuníta,

     29:15-18, 1921.

    -CUNDEANDREU,J. .

      f

    nV

      l a

      sangre,

      Zaragoza,

      La

      Académica,

    1926

    * CONDE ANDREU,

     ).,Namrismoy

    .N'íiíurismíi medico, Madrid. Tipografía

    Guillen, 1925.

    " CONDE ANDREU, J . ,  B principia

      d e

    ía

     UnidadniJníi/üifl (Discutiólodoai

    d  acto

     c k

      su recepción Académica.

    Conh ttaáón

      ¡ir  D .

     Angsi Marín

    Córrate),  Zaragoza,

      La

      Académica.

    1 9 3 1 .

    39

     Honorio Gimeno utilizó el

    seudónimo de "doctor hidrófilo", por

    sti ,ili¡-.;in

     .i la

    a i J r o u i a p i a .

    "  Información proporcionada ]wr

    Honorio G imeno Pérez

    luiminkaiH:  • ¡mi .n l;;¡i¿vlona, u

    de agosto de 1990),

    Para completar la infúrmnt inn

    biográfica de Gimeno   V C T :

    -Csnaabierui , Hc W

     I

    1 9 3 2 .

    - Carta abierta. ¿Cómo y por qué me

    hice naturisia?,/Míos, L95:219-222,

    1 9 3 2 .

    - Cana abierta. ¿Cámo y por qué me

    hite naturista?, Herios, 196:245-247,

    1932

    h

      GIMEN O, H. Un viaje de estudios

    poi Alrmama Wórishofen, Helios,

    1 7 6 :

      19-21,  1.1931-

    11

     «Como yo tengo la creencia de iiw.

    1

    un buen médico nade empezar por

    ser un buen practicante, yo me

    me i lo entre estes alumnos y

    c n v . i i  I V Ü  •   i i .

     :|.

    ¡ o .

      i \ i > l v c r ; n

    mantas,

     y

     doy chorros y me dejo dar

    chorros, y tanto b he hecho   a s i ,  que

    ahora tengo un poquito   d e . vanidad al

    decir, con justicia, que  S

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    12/20

    MEDICINA t

    HISTORIA

    ¿ i J C e u t n a U $ f n &

    CÓMO SE EVITA Y CÓMO SE CURA

    POR MEDIOS NATURALES

    D e . t.

      A l f o n s o -

    Li libro El Reumatismo

    se en

    ningún médi-

    co naturista, porque en este

    campo encuentra negligencia,

    ignorancia, desaprensión y

    falta de libros que orienten

    verdaderamente p or

      e l

      buen

    camino

      q u e h a d e

      seguí r todo

    el que recién salido de la Fa-

    cultad desee practicar

      e l

     Na-

    turismo m édico»

    4

    '

    5

    .

    Sólo escribió un libro , titu-

    lado

     Vicente Pñessnitz

      o el ge-

    n i o d e l a  h idroterapia,

     que se

    publicó en forma de capí-

    tulos en distintas revistas na-

    turistas

    46

    .

    El prototipo de médico na-

    tunsta indólogo fue Ángel

    Bidaurrázaga Lázpiia (1882-

    1971)

    47

    . Nació en Erandio-

    Asua (.Bizkaia) el un o de mar-

    zo

      d e

      1882

    iB

    . Su madre talle-

    ció cuan do él tenía dos años

    y

     medio.

      L a

     casa

      d e l

      padre

      e r a

    de labranza

      y

      trabajó duran-

    te su infancia en el cam po y

    cuidando

      e l

      ganado.

    Ángel consiguió el título de

    bachiller y posteriormente

    aprobó los estudios de náu-

    " Acción  Naturista, en una nota a

    articulo: GIMKNO. H. Una cátedra

    de naturismo me dito.

     Acción

    Naturista,

     148: 98-10 0, 1931; dio

    la bienvenida con entusiasmo al

    nuevo médico nalurisia formado en

    Ai

      l\lll

     ;l.

    W

    EL DOCTOR HIDRÓFILO, Los

    grandes naturistas. Vicente

    Prkssnitz. El genio de la

    hidroterapia, Helios, 198:309-

    3 1 1 ;  199:346-349:200:375-378;

    201:46-49; 202 :81-84 , 203:120-

    1 2 3 ;  204:153-155

    :

      1932-1933. El

    mismo trabajo lo reprodujo

    veinte arios después en

      Bionomia'.

    GIMENO

    ;

      H., Vicente Priessnitz

    (O el genio de la hidroterapia).

    Cuadernos

      d¿ :

     bionomía, V,  X X :  259-

    ¿M; Vi ,  X X I :

      19-23;

      VI, XX11:83-

    8 6 ;

      Vi, XXIIM 75-177;

      VI ,

    XXIV:247-250; Vil, XXV:43-46,

    V i l ,   XXVI:97-100;  VU ,

    XXVII:165-167;  VIH,  XXIX:33-

    3 5 ;

      Vili, XXX1:145-146;

      IX ,

    XXXIIl:41-42; ÍX, XXXV:137-

    I 58;  X .,  XXXVII: 19-22 ; X,

    XXXVIIl:4R-49; X, XXXlX:72-73;

    X ,  XL:92-93: XI, 41:13-15 ; XI,

    43:59-61;

      XI, 44:85-86: XII,

    45:14-15; XII, 47:12-13 ; Xli,

    48:1 4-16; XIII, 4 9:15 -17 ; XIII,

    50:36-39, 1952-1953-1954-

    1955-1956-1957-19.58-1460.

    17

     Ángel Bidaurrázaga e scrib ió su

    nombre durante los años veinte

    con «V», a partir de los años

    treinta lo escribió con «B».

    Los datos sobre Ángel

    Bidaurrázaga están obtenidos de

    su autobiografía inédita, cuya

    primera parle está [echada en

    junio de 1936, y la segunda, en

    septiembre dt: 1943.

    • 1O

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    13/20

    Eí JIÍ-IÍurismo médico  español

    tica, pero al navegar sufría

    frecuentes mareos  y no con-

    tinuó la carrera de marino.

    Su pacíiv vendió unos terre-

    nos y con ese dinero pudo

    librarse del servicio militar

    y comenzar la carrera de

    medicina en Valladolid. Allí

    siguió

     una

     vida de

     «golfería»,

    según sus propias palabras,

    y Fue detenido varias veces

    por escándaloy riñas. En su

    casa había graves problemas

    familiares y eso afectaba su

    estado de ánimo. Despuésde

    ese periodo de poco trabajo

    y

     mu cha dive rsión, volvió al

    estudio

     y

     acabó

     la

     carrera de

    medicina.

    Comenzó su profesión ins-

    talándose en Lutxana-Eran-

    11 i o, después de haber susü-

    tuido durante quince

     días al

    médico  del pueblo de Gatika.

    La Com pañía Inglesa de Na-

    vegación del Pacífico nece-

    sitaba un médico para su

    trasatlántico Duendes y le

    ofreció trabajo. Aceptó, y em-

    barcó para

     Sudamérica

     en

     un

    barco repleto de em igrantes

    (trescientos catalanes, dos-

    cientos gallegos y algunos

    cientos de tu iros  y polacos).

    Al

     regresar

     de este

     viaje con -

    siguió la plaza de médico ti-

    tular de Respaldiza {Álava).

    Después de trabajar varios

    años en esta localidad, estu-

    dió oftalmología con Casi

     re-

    sana

     en el

     Instituto Oftálmico

    de M adrid.

    En 1

    9

    18, en plena epidemia

    de gripe, cuando iba a abrir

    consuliai/ommilialniologo

    en Bilbao, le pidieron ayu-

    da desde Respaldiza y estuvo

    durante tres semanas cui-

    dando a los enfermos de la

    epidemia. Utilizó básica-

    mente métodos higiénicos,

    limpieza d igestiva

     y

     agua vi-

    taminizada. Después de la

    epidemia, abrió una consul-

    ta oftalmológica en Bilbao,

    en

     la

    calle Ledesma. L'n

    médico amigo le habló del

    libro de Vander El diagnós-

    tico

     por el iris

    w

      y lo leyó. La

    indoiogía le entusiasmó y

    cambió  sus conceptos sobre

    salud y enfermedad. Escri-

    bió

      ¡ll diagnóstico por

     el

     iris

    en

     1923'

    ;

    (cuyo epílogo está

    escrito por Ruiz (barra) y

    Fundamentos científicos del

    naturismo

      en 1 9 29 '

    1

    . Tam-

    bién escribió: Ni) busques lo

    que tú tienes, Ayunóterapiay

    el matrimonio,  y

     La

     dieta na-

    tural. Regeneración humana

    con las frutas

    32

    .

    Teoría y prác t ica

    médica

    Las bases ideológicas del

    pensamiento médico natu-

    rista de nuestro país han es-

    tado íntimamente unidas a

    la doctrina del movimien-

    to vegetariano naturista y

    viceversa. Am bas han segui-

    do un a evolución paralela y

    en muchos aspectos com-

    plementaria. Al estudiar las

    teorías que sostuvieron los

    médicos naturistas españo-

    les y al describir su prácti-

    ca profesional es necesario

    recordar su vinculación al

    movimiento vegetariano

    55

    .

    A pesar de sus diferencias d e

    talante e ideología social,

    estos

     médicos com partieron

    un mismo conjunto de teo-

    rías médicas, hablaron el

    mismo lenguaje profesional,

    utilizaron las mismas tera-

    pias y medios diagnósticos,

    y lucharon por el mismo

    ideal de salud ind ividual.

    El pensam iento

    méd ico na tu r i s t a

    La «naturaleza», entend ida

    como una entidad sabia y

    previsora, ha sido  el refugio

    de muchos médicos que a

    lo largo de los siglos han

    huido del escepticismo que

    les provocaba

     e

    ejercicio de

    la medicina. El cambio de

    rumbo que tomó la prácti-

    ca médica de Enrique Jara-

    millo y Guillen después de

    la muerte de su esposa em-

    barazada, ejemplariza la tra-

    gedia personal de un médico

    que ha dejado de confiaren

    su profesión. Pero el ejerci-

    cio de la medicina ha requ e-

    rido siempre de una enor-

    me capacidad para aceptar

    las limitaciones hum anas, y

    por tanto, en todos  los tiem-

    pos han existido médicos

    que ban acompañado a sus

    pacientes en su huida hacia

    el pensamiento mágico, sin

    necesidad de tragedias como

    la de Jaramillo, o que sim-

    plemente han abandonado

    su profesión.

    La palabra «escepticismo»

    también se va a repetir con

    frecuencia en boca de los

    primeros médicos naturis-

    tas españo les al justificar su

    nueva práctica profesional.

    Para mu cho s no fue la úni-

    ca razón de que se hicieran

    naturistas; en alguna oca-

    sión, la aulocuración de una

    dolencia determ ina

     el

     inicio

    de su vocación naturista,

    asemejándose en ese caso su

    historia a la de los no-titu-

    lados.

      Otros, al no ejercer

    nunca

     la

     medicina «oficia »,

    ya partían de la protección

    contra el escepticismo del

    que se cree poseedor de la

    verdad. De cualquier mane-

    ra, la desconfianza en la te-

    rapéutica de su época se

    encuentra en todos ellos^.

    Al hacerse cargo como di-

    rector único de Acción N a-

    turista,  Ruiz (barra afirma

    que el escepticismo reina

    ent  re los médicos de su épo-

    ca. Para él la única salida se

    encuentra en el naturismo,

    doctrina

     que

     considera guia-

    " VANDER, A., H diagnóstico

     po r

     el

    iris. Reconocimiento  de k¡

    constitución,  predisposiciones^

    enfermedades  pasadas j pte:  ntespor

    el esfiiiliii  de l iiís. Valencia. Arlandis.

    1918.

    IO

    VIDAURR AZAGA J. A., £1

    diagnóstico por el iris.

      Bilbao.

    hnpreiiLa de Jesús Aivarez. 1923 .

    Años después publicó olra

    versión de este libro con la

    od][r>ii; | ] l 'ss ltir df Valcmui

     :

    VIDAURR AZAGA .J. A ., El

    diagnóilko por el iris,  Valencia,

    Pastor [sal

    "VIDAURRAZAGAJ. A. ,

    Fundamentos

      Cicnlificm del

    Naturismo,  Bilbao, Talleres

    Gráficos de Jesús Alvarez, 1929

    Publico más tarde, varios

    capítulos de este libro bajo el

    título Armonía  orgánica:

    V1DAURRAZAGA, J. A., Armo nio

    orgánica,

      Valencia, Pastor [s.a.].

    - milAURRAZAGA , A.. No busques lo

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    14/20

    MEDICINA

     

    HISXORIA

    da por el

     espíritu

     de las ideas

    hipocráticas y enraizada en

    la tradición médica españ o-

    la representada por Letamen-

    di . Casiano Ruis Ibarra co n-

    sidera que en cuanto en la

    mente

     de

     un

     médico

     entra la:

    «...luz del

     na tur i smo,

     si

    aquel cerebro pertenece a

    un médico observador

     -

    q ue por serlo es un escép-

    tico en su arte, un descon-

    tento de su actuación, au n-

    que  el  ambiente  y los

    intereses creados

     le

     obli-

    guen apersistir  en ella—

    descubre una nueva orien-

    tación  que puede hacer

    desaparecer su escepticis-

    mo y renovar sus santos

    ideales de asistir enfermos

    con entusiasmo»'

    1

    .

    En la misma línea C onde

    Andreu escribe:

    «Lo qu e a nosotros nos pro-

    tege

     [sic],

     eficazmente, con-

    tra el escepticismo en el ejer-

    cicio profesional; lo

      que

    acrecienta d iariamente nues-

    tro entusiasmo por los pro-

    blemas médicos; lo que, en

    realidad, nos deja plena-

    me nte satisfechos en la clí-

    nica  es la  convicción de qu e,

    al adherirnos al H ipocratis-

    mo, adoptamo s la doctrina

    médica tradiciona l, realista

    e impereced era en la que se

    contiene  el legado de las ver-

    daderas e inconmovibles ba-

    ses de la Medicina científi-

    ca de todo s los

     tiempos»

    5

    *.

    El discurso teórico de los

    médicos naturistas,

     par-

    tiendo de una desconfian-

    za hacia la práctica méd i-

    ca de su época

      y

     arropado

    bajo el m anto del hip ocra -

    tismo , se estructura sobre

    los siguientes elementos

    básicos:

    I - La confianza en la capa-

    cidad autocurativa de

     la

     na-

    turaleza humana.

    2-

     El sometimiento al prin-

    cipio

     deprimum non nocere.

    .3-1.a afirmación

      de la

    unidad funcional del or-

    gan i smo ,

    4-E1 reconocimiento de

    las enfermedades agudas

    como par te

      del

     proceso

    natural de curación; pro-

    ceso que debe ser respe-

    tado y encauza do.

    5-E1 mantenimiento

     de la

    teoría hum oral. La principal

    causa de enfermedad es

     la

    intoxicación del organismo

    por substancias m orbosas.

    6-E1 convencimiento de que

    la dieta vegetariana, la fru-

    gívora

     o

     el ayuno controla-

    do , disminu yen la toxemia

    y son las principales herra-

    mientas de cu ración para el

    médico.

    7-La creencia de que los

    medicamentos químicos y

    las vacunas son perjudi-

    ciales.

    8-La bús queda del diagnós-

    tico unitario de

     la

     persona

    enferma, en detrime nto del

    diagnóstico específico d e la

    enfermedad.

    9-La confianza en los agen-

    tes naturales para la curación

    de las enfermedades.

    10-La regulación de la vida

    hum ana conforme a las le-

    yes de la naturaleza.

    Siguiendo la tradición his-

    tórica del naturismo m édi-

    co ,  los médicos naturistas

    españoles confían plena-

    mente en la capacidad cu-

    rativa de la naturaleza hu-

    mana.

     El.

     m édico h i pocránco

    actuaba katáphysin, ayudan-

    do  a lo que la naturaleza hace

    por sí

     misma.

     Ruiz Ibarra se

    somete fielmente a esta des-

    cripción del arte médico al

    decirnos:

    «...la

      Naturaleza es la que

    cura, el médico trata

     a

     los

    enfermos, y con sus cono-

    cimientos les coloca en las

    mejores condiciones para

    quela Naturaleza les sane»".

    Los médicos naturistas ayu-

    dan  a la naturaleza del en-

    fermo  a restaurar por sí mis-

    ma  el orden que la enferme-

    dad ha alterado. Todos afir-

    man con Conde Andreu que

    el naturismo médico es el

    sistema:

    «...que

     supo ne la existencia

    de. una fuerza  (natura  con-

    servatrixy medicatrix)

     de la

    que depe nde esta tendencia

    del organismo a conservar

    la salud  y a recobrarla cu an-

    do la haya perdido »

     :íí

    .

    Este

     pilar fundamental de  su

    pensamiento  secomple-

    men ta con o tra idea básica:

    lo primero  es no hacer daño.

    Como señala Severón:

    «Arrancada por Hipócra-

    te s a la naturaleza el ver-

    dadero mecanismo de cu-

    ración, o sea la vis natura

    medicatrix, ley fundamen-

    tal primera, deduce el se-

    gundo principio o ley

     fun-

    damental

      segunda:

     Pn-

    mum no nocere, primero

    no hacer daño. Es decir, se-

    ñalando

     la

    naturaleza

     el

    mecanismo natural

     de

     la

    curación, deberá cooperar-

    se con la misma, no inter-

    ferir, no oponerse a su ten-

    dencia, no hacer daño con

    medidas intempestivas, an-

    tinai árales»

    59

    .

    En

     nuestro

     país,

     en la segun-

    da mitad del siglo XIX, to-

    davía existían médicos  i 1

     us-

    tres que defendían el viejo

    ideario hipoc rático; el más

    famoso de ellos fuejosé de

    LetamendiyManjarrés. Los

    primeros médicos naturis-

    tas españoles son de udores

    conscientes  del pensamiento

    de estos hipocratistas,

     en

    especial de Letamendi"

    0

     o de

    alguno

     de

      sus discípulos,

    como Rafael Forns. El hipo-

    cratismo perdura a princi-

    pios de siglo en muc has cá-

    tedras de patología general̂

    1

    .

    Esta semilla p lantada en las

    mentes de los futuros mé-

    55

    RUIZ [BARRA,

     C,

     Sobre

    mediana natural

      Acción  naturista,

    25:9-13,

      1921.

    v

    'CONDE ANDR EUJ . , Loque

     es

    y lo que no es el Hipocratismo,

    C K Ü J L T H Í I I  ,i'r

      Jj|i?i'i.'rriiLí.

     JA.

    XXXV:99-100, 1456.

     •

    7

     RUIZ IBARRA, C , A lgo sobre

    Naturismo y Naturoterapia,

     Acción

    nuturista, 143:322-326, y30.

    58

    CONDE ANDREU, J., 1925,

     ap .

    di . ,  pp. 31-32.

    i5

    SEVERON,A.,Código

    Hipocrático,

     Cuadernos

     ck bionomla,

    íi ,V:10-12, 1949.

    w

     Acción Naturista es una cita

    constante de Letamendi y una

    defensa de su pensamiento, Ruiz

    [barra también reivindica

     ej

    pensamiento letamendiano en un

    artículo titulad o Letamendi_y

     d

    ktamendismo,

      publicado en La

    Opinión Medica de Zaragoza del 30

    de jun io de 1942 [citado en:

    CARRERAS

     Y

      ARTAL

    1

    , T., Estudios

    sobre Médicos-Filósofos Españoles

      di I

    siglo XIX, Barcelona, Consejo

    Superior de Investigaciones

    í. ientificas. Instituto Luis Vives de

    Filosofía, 1952, p. 151].

    :1

      I ni

    1

    1

     us o

     a mediad

    ns

      ili-l

      •. ;:..••

     Vv

    todavía encontramos

      ci

     i

     la

    universidad española docentes

    tomo Gonzalo García Rodríguez

    (apodado por sus alumnos

    iatamendi"). profesor de patología

    general en Salamanca. García

    Rodríguez, que había dado clase

     a

    Silverio Palafox, escribe en

    Biúnomíít: «... asi vemos que

     la

    Medicina natural, el naturismo

    médico, no ha naufragado nunca,

     a

    pesar de los embates de

    concepciones

     y

     de sistemas

    opu;--.i..is, auno base esencial de

     la

    Biología y como esencia misma de

    la Medicina, es insumergible

     y

     flota

    siempre y se sobrepone

     a

      las

    procelas y borrascas levantadas por

    los encontrados vientos

    doctrinales».

    GARCÍA RODRÍGUEZ, G. , ¿QUÉ

    es el naturismo médico?.

     Cuadernos

    de

     bionomla,

     Ul,

     Xt:215-222, 1050.

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    15/20

    I- 1 nalui ismo médico español

    Dr: José C.tmdc

    dicos naturisias, germinará

    cuando éstos necesiten apo-

    yo teórico para sustentar sus

    nuevas ideas patológicas,

     die-

    téticas y

     terapéuticas.

     Aguado

    Escribano

     señala en

     1924 que:

    «Aquí,

     en España, donde nos

    son familiares las ideas del

    gran Letamendi, por marcar

    un influjo beneficioso en las

    generaciones médicas, a pe-

    sar de sus

     detractores,

     van ad-

    quiriendo

     las ideas

     naturisias

    un desarrollo

     inusitado...

     »

    t:1

    .

    El principio de unidad orgá-

    nica es una d e esas ideas.

    Podemos encontrar un ejem-

    plo de todo ello en la

     biografía

    de Roberto R emartínez, Re-

    martínez estudió

     la

     carrera

    de medicina con Eduardo Al-

    fonso

     y

     aunque no compar-

    tía las ideas naturistas de Al-

    fonso, eran amigos:

    «Un libro entró en

     escena

     en-

    tonces. En la asignatura de

    Higiene

     del

     último año de la

    carrera, seguíamos el texto

    del doctor Forns, preclara

    figura de la Medicina, adm i-

    rador furibundo del incom-

    prendido e inmortal doctor

    Letamendi.

     La

     obra del doc-

    tor Forns era letamendiana

    pura, incluso con capítulos

    enteros de las obras de aquél,

    con sus profundas observa-

    ciones  y sus conceptos filo-

    sóficos y maiemáticos de la

    medicina. Una obra difícily

    ardua para

     el estudio (en más

    de una ocasión dio lugar

     a

    protestas del gremio estu-

    diantil, que pretendía fuera

    sustituida dicha obra  de texto

    por otra  más com prensible);

    pero  a la que me  aficioné. Es-

    tudiándola empecé

     a

     ver

     co-

    sas nuevas y más luminosos

    horizontes, que sentí nece-

    sidad de ampliar bebiendo

    las  aguas en el propio manan-

    tial letamendiano. Compré

    sus obras (que aun tengo en

    lugar preferente e n

     mi biblio-

    teca), y las devoré... »

    :1)

    .

    Acabada la carrera Remartí-

    nez entró a  trabajar en una

    clínica de la Cruz Roja y se

    olvidó de las ideas de Forns.

    Poco d espués enfermó, s in

    encontrar solución

      a sus

    dolencias en  los diversos tra-

    tamientos prescritos por los

    médicos que consultó.

     En-

    tonces,  aconsejado por Al-

    fonso, acudió a la consulta

    de Ruiz Ibarra:

    «Me puso

     un plan

     de

     alimen-

    tación rigurosísimo, unas

    aplicaciones hidroterápicas

    que me parecieron absurdas,

    pero que seguí

     al

     pie de

     la

    letra, y empecé lentamente

    a mejorar, paso a p aso, has-

    ta mi total restablecimiento.

    Entonces se hizo la luz en mi

    cerebro »

    6+

    ,

    Recobró entonces Remartí-

    nez el  ideario hipocratista

    que había conocido en la

    Facultad. Fue poco

     a

     poco

    ampliando sus lecturas, co-

    nociendo

      al

      resto

      de los

    médicos naturistas y prac-

    ticando

     el

     naturismo con sus

    enfermos.

    El kuhnismo estaba muy

    difundido dentro del movi-

    miento naturista-vegetaria-

    no  y para m uchos médicos,

    uno de sus primeros libros

    naturistas fue

     La nueva

     cien-

    cid de curar

     de Kuhne

    to

    . La

    doctrina unitaria de Leta-

    mendi  les permitía defender

    con cierta solidez teórica las

    ideas

      de

      Kuhne,

      De una

    manera gráfica podríamos

    decir qu e las teorías de Luis

    Kuhne se inmortalizaban en

    el pensamiento popular ve-

    getariano y las de Letamendi

    en la erudición médica na-

    turista. Ruiz Ibarra se que-

    jaba de que Kuhne se lleva-

    ra la fama en detrim ento de

    Letamendi

     :

    «¡He dicho, y repito, que ante

    las exageraciones kuh nistas,

    considerando como idea

     ex-

    clusivamente kuhnista la de

    la unidad de las enfermeda-

    des,

     hay

     que.

     señalar

     que Le-

    tamendi expresó esta mis-

    ma idea

      [...]

     Yo vine

     a ser

    naturista y lo sigo siendo por

    haber apren dido estas cosas

    y otras parecidas

     de

     Leta-

    men di, reavivadas en  mi es-

    píritu por

     la

      lectura de

     los

    escritos

     de

     M onieuis, Pas-

    cault, Cartón, etc, muchos

    antes de conocer los escri-

    tos de Kuhne

     »

    6f>

    .

    Como destaca Antonio

     Oroz-

    co

    67

     un a de las preocupacio-

    nes

     de

     Conde Andreu

     fue

    fundamentar sobre bases

     teó-

    ricas firmes

      el

      naturismo

    médico, fruto de ello es su

    discurso

     de

     entrada

     en la

    Academia Nacional de Me-

    dicina (Distrito  de Zaragoza)

    titulado Eí

     principio de la uni-

    da d

     individua .

     Estas ideas en -

    contraron  eco en el Movi-

    miento Internacional de Me-

    dicina

     Keohipocráüca.

    n2

     A G U A D O  ESCRIBANO,

    Divag aciones .sobre naLLirismo,

    Helios, 98:114-122, 1924.

    63

     REMARTÍNEZ, R., ¿Cómo y pot

    qué me hice naturista?, Helios,

    197:279-282,  1932.

    "Tbid.

    w

     Un ejemplo lo ene uní ramos en

    Mariano Collado. Mariano Collado

    Portóles (1871-19 35) nació el 4 de

    julio de 18 71, en Valencia. Se hizo

    nalurista  en 1912, a la edad de 41

    años. Enrique Jaramillo y Guillen e

    aconsejó que leyera  La nui\a

    ciencia de curar de Kuhne y

    siguiendo  la  doctrina de Kuhne se

    hizo naLurisia. «Allí me di cuenta

    por primera vez de la unidad de las

    enfermedades...» dirá Collado

    [GIMENO, A., El decano de los

    médico s na turistas. Helios,

    222:323-325,

      19341.

    W

    RUIZ

      IBARRA,

     C ,

      Reflexiones

    (Sobre precursores y detractores de

    Kuhne), Aífiíín  naturiíía.  78:176-

    183,  1925.

    f

    "OROZCO

    ;

      A., El hipocratismo en

    Conde-Andreu. Cuadernos de

    bionomia,

     XV , 62:36-38, 1963.

    13 •

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    16/20

    MEDICINA

     

    HISTORIA

    Los médicos na turistas, se-

    guidores fieles del pensa-

    miento hipocrático, consi-

    deraron a las enfermedades

    agudas como parte del pro-

    ceso natural de curación.

    Incluso conservaron, como

    vemos en estas palabras de

    Eduard o Alfonso, las etapas

    clásicas de la evolución de

    la enfermedad :

    «Partiendo del enunciado o

    del concepto clásico de la

    enfermedad, como acto de

    reacción orgánica para librar-

    se de una causa morbosa, de-

    bemos pensar en las etapas

    (también clásicamente admi-

    tidas) por que pasa este acto:

    1". Una etapa de latencia o

    potencial, que supone la in-

    toxicación humo ral progre-

    siva  o sea el deterioro qu ími-

    co del terreno orgánico. 2

    Ü

    .

    Otra etapa de invasión, ca-

    racterizada por el removi-

    miento hum oral para ser eli-

    minado  el agente tóxico. 3

    o

    .

    Un periodo de estado, deter-

    minado por la transforma-

    ción catabólica

     o

     desintegra-

    ción química (con o sin mi-

    crobio) de dichas sustancias

    anormales o «humores pe-

    cantes» . Y un período termi-

    nal de eliminación tóxica o

    crisis »

    fcfl

    .

    En  esta visión naturista de la

    medicina,  la intoxicación del

    organismo por "humores

    pecantes" se convirtió en la

    causa principal de enferme-

    dad. De esta manera los m é-

    dicos naturistas potenciaron

    y legitimaron las nociones

    populares de la teoría hum o-

    ral,

      puestas de moda por

    Priessnitz, Kneipp  o Kuhne.

    Como ya hem os señalado, el

    método de Luis Kuhne, tan

    famoso entre los vegetaría-

    no-naturistas españoles, se

    basaba en una idea muy sen-

    cilla: solo existe una enfer-

    med ad, la cual está causada

    por la presencia  de substan-

    cias extrañas en el cuerpo.

    Todos los médicos naturistas

    españoles de renombre fue-

    ron

     vegetarianos

     y formaron

    parle  de las sociedades vege-

    tarianas.  El movimienio na-

    turista-vegetariano español

    haciendo honor asu nom bre,

    consideraba natunsmo  y ve-

    getarianismo como indisolu-

    blemente unidos. Pensaban

    que la dieta vegetariana era

    la dieta natural del hombre.

    Ningún médico naturista es-

    pañol se hubiera at revido en

    los años veinte, a declarar pú-

    blicamente que comía carne;

    hubiese sido

     repudiado inme-

    diatamente po r el movimien-

    to  . Incluso ya en la década de

    los cincuenta, un lector pre-

    guntaba en Bionomía™  a Ga-

    bnel Conireras «Algunos

    médicos titulados "naturistas"

    prescriben carne y pescado a

    sus enfermos, ¿Es "naturisia"

    este proceder?»

    70

    . Además, la

    dieta vegetariana, la frugívo-

    ra y en algunos casos el ayu-

    no ,

     se

     convirtieron en

     las

     he-

    rramientas terapéuticas prin-

    cipales del médico naturista.

    Los medicamentos químicos

    y  la vacunas eran considera-

    dos perjudiciales porq ue in-

    toxicaban al organismo y su-

    primían los síntomas de la

    enfermedad. No debemos ol-

    vidar que para el médico na-

    turista la intoxicación de los

    humores

     era la

     principal cau-

    sa de patología y que los sín-

    tomas de las enfermedades

    debían ser respetados porque

    eran la respuesta defensiva

    del organismo. En línea con

    el teologismo del pensamien-

    to médico naturista, E duar-

    do Alfonso escribía:

    «Estos principios funda-

    mentales de la ciencia mé-

    dica son los que colocan a

    los médicos naturistas en

    guardia permanen te contra

    la habitual terapéutica far-

    macológica, supresiva de

    síntomas y buscadora casi

    exclusiva  de la modificación

    de mecanismos fisiológicos.

    El naturismo médico jamás

    pierde de vista el "para qué"

    de  las funciones patológicas,

    es decir, no olvida el «prin-

    cipio de finalidad» de la Na-

    turaleza»

    71

    .

    Algunos médicos, cuando

    comenzaban a practicar el

    naturismo, dudaban de que

    la capacidad curativa del

    organismo fuese suficiente

    para llegar a la curación en

    las enfermedades infeccio-

    sas, sin usarlo s medicamen-

    tos.  Eusebio Navas le pre-

    guntaba a Ruiz Ibarra:

    «El Naturism o, como higie-

    ne y profilaxia, lo mejor.

    Como terapia también es

    buena; ¿pero es la única?.  La

    fuerza medicatriz es la que

    cura, pero es bueno estimu-

    larla con medios físicos; y

    ¿conlos químicos nunca?...

    ¿Ni en las enfermedades in -

    fecciosas?»

    72

    ,

    Ruiz Ibarra resp ondía:

    «El naturismo cree en los

    sueros y vacunas, pero en los

    natura les, en los que se for-

    man en

     el

     mismo individuo,

    como resultante de su fuer-

    za medicatriz, y de los me-

    dios que se  le proporcionan,

    aire,  sol, alimentación ade-

    cuada, estados electromag-

    néticos, resultantes de las

    aplicaciones hidroterápicas

    y conta ctos con la tierra, es-

    tados mentales adecuados,

    etc., y con todo esto, si se ne-

    cesitan opsoninas, aglutini-

    nas,

      amboceptores, etc., la

    fuerza medicatriz los fabri-

    ca adecuados en canlidad y

    calidad especiales para aquel

    caso, y si necesita para fabri-

    car estos cuerpos de m ercu-

    rio,

      arsénico, etc., también los

    fabrica, y de una calidad, con

    una forma

     atómica,

     que nin-

    gún laboratorio será capaz de

    fabricar n i preparar»

    73

    .

    A pesar de los principios

    anterio res Ruiz Ibarra reco-

    nocía que:

    «La verdadera clínica huma -

    na, del hombre completo,

    basada en la anatomía y fi-

    siología integrales, está por

    hacer, a ella tende mos los q ue

    nosutulamosnaiuristas... »

    ?4

    .

    :

    *AI .FONSO

    :

    E., ¿Qué es el

    naturismo médico?. Cuadernos  de

    bhmomía, IV,

     XUI:28-32,

    1951.

      C ON TR ER A S A LEM Á N ,  G. ,

    ¿Dígame? Algunos médicos

    titulados «naturistas» prescriben

    carne y pescado a sus

      enfermos.

    ¿Es «naturisla» este proceded.

    Cuadernos

     df

     bionomía.  Vil,

    XXV:63,

      1954.

    711

     Gabriel Contreras contesta :

    «Aun aceptando que, teóricamente,

    el régimen vegetariano sea el

    verdaderamente naturisla desde un

    punto de vista doctrinal y

    abstracto, la experiencia clínica

    añade matices que hacen cobrar al

    problema perspectivas nuevas a las

    que no se puede volver la espalda»

    fad.

    vl

      ALFONSO, E,, (68), up.cit.

    7i

    RU IZ IBARRA, C , Respuestas

    que debéis dar a los ataques contra

    nuestras ideas vegetariano-

    naturistas, Andón naturisla,  17:20-

    22 ,

      1920

    7i

    lbid.

    7il

    RUIZ IBARRA, C , Sobre

    medicina natural, Acción naturista,

    25:9-13, 1921.

    • 1 4

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    17/20

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    18/20

  • 8/19/2019 Medicina e Historia

    19/20

    XXX PREMIO URIACH

    DE HISTORIA

    DE LA MEDICINA

    En su deseo de impulsar los estudios sobre el pasado de las Ciencias Médicas, el Laboratorio

    «J.

     Uriach Cía. S.A.» tiene instituido un Premio anual de ámbito internac ional, para adjudicarlo

    al m ejor estudio q ue a juicio de un Jurado designado al efecto, analice un tema de H istoria de la

    Medicina.

    Su concesión se adaptará a las siguientes

    BASES

    1 .  El XXX Premio Uriach de Historia de la Medici-

    na correspondiente a 1999 está dotado con

    1.500 euros, pudiendo optar a él los historiado-

    res de cualquier país.

    2.  Las monografías que opten al Premio deberán ser

    originales e inéditas, no siendo aceptadas aqué-

    llas que en ei momento de la adjudicación hayan

    sido

     publicadas

     total

     o parcialmente,

     así

     como tam-

    poco las presentadas a otros concursos.

    3. Los trabajos que se presenten deberán estar

    escr i tos med