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ENSAYO FINAL DE EDUCACIÓN Y COMUNICACIÓN EN EL CIBERESPACIO Realizado por: Rosario García Berná 33478190B LA CREATIVIDAD EN NATIVOS DIGITALES Introducción El mito de los nativos La creatividad como actitud de vida El papel de la educomunicación en la creatividad La escuela mata la creatividad Educar para un futuro incierto Prácticas creativas en educación Educación creativa Autoevaluación Referencias

mastercomunicacioneducacion.files.wordpress.com€¦  · Web viewEl siglo XX supuso la lucha por los derechos humanos, la igualdad y la democracia. Transformaciones sociales reorganizaron

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Máster en Comunicación y Educación en la RedEnsayo final

Educación y Comunicación en el CiberespacioRosario García Berná

ENSAYO FINAL DE EDUCACIÓN Y COMUNICACIÓN EN EL CIBERESPACIO

Realizado por: Rosario García Berná

33478190B

INTRODUCCIÓN[footnoteRef:1] [1: La información de la introducción de este ensayo ha sido recopilada y elaborada a partir del artículo de Clara Janneth Santos: “La Creatividad y las TIC, en el marco de la Sociedad de la Información” publicado en la Revista Creatividad y Sociedad, nºXVI, marzo 2011. Disponible en http://www.creatividadysociedad.com/articulos/16/1-Editorial%20Creatividad%20y%20Sociedad%2016%20por%20Janneth%20Santos%20Marzo%202011.pdf (visitado el 01/07/12).]

El siglo XX supuso la lucha por los derechos humanos, la igualdad y la democracia. Transformaciones sociales reorganizaron la estructura del trabajo, la mujer consiguió su autonomía laboral y la autonomía que le permitía decidir sobre la contracepción, asumiendo un rol visible en una sociedad que la vetaba. El final de la segunda guerra mundial cambió el concepto de poder, las grandes potencias competían por apropiarse del conocimiento, la información significa poder. La sociedad industrial que posibilitó que el hombre llegara a la luna también convive con otras innovaciones, como la telefonía, el cine o la televisión; todas ellas expresiones de creatividad que creaban productos mejorados, añadían valor o resolvían problemas. Se inicia una nueva revolución cultural, esta vez digital, que configura la llegada de una nueva era.

El siglo XXI se presenta todavía más competitivo, se desarrolla una industria con un alto grado de especialización y se favorecen las apuestas más innovadoras y creativas. Las nuevas tecnologías permiten una capacidad de almacenamiento masivo a bajo coste y, a través de internet, mejores posibilidades de distribución. Los nuevos modelos de mercado se apoyan en la globalización y en la descentralización, la producción se centra en la demanda de los mercados y no en la producción en masa.

Se han creado escenarios virtuales que aportan nuevas opciones a la ciencia, la educación y la empresa. La irrupción de las TIC en la educación supone replantear viejos métodos que no se adaptan a los nuevos contextos digitales, se abre un paradigma cultural que llega antes a los estudiantes que a las instituciones. Para Sir Ken Robinson (2012) se deben hacer cambios estructurales en la educación porque a diferencia de su entorno ésta no ha cambiado y mantiene un diseño concebido para otras épocas. Mantener un sistema educativo obsoleto es para Robinson el culpable de acabar con la creatividad del individuo. La creatividad ha motivado el estudio y el interés desde la década de los 60 de investigadores como Guilford, J.P. De Bono, E. Maslow, A. Sternberg, H. Torrance, M. Amaible o K. Robinson entre otros.

2009 fue declarado el año de la Creatividad, esto insistió en la necesidad de reafirmarla como una competencia del aprendizaje permanente, así como también el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la capacidad de iniciativa o la evaluación del riesgo.

En este trabajo nos detenemos en las características que mejor definen a los niños y jóvenes de nuestros días de acuerdo a su competencia digital. Sus habilidades en entornos tecnológicos suponen una ventaja adaptativa frente a generaciones anteriores que asumen con dificultades que las tecnologías de la información y la comunicación marcan las relaciones sociales y laborales de las personas del siglo XXI. Pero estas nuevas generaciones que marcan el principio de una nueva era tecnológica también serán las promotoras de una cultura emergente en la que se pone en valor la creatividad, la iniciativa personal, la flexibilidad y la adaptación al medio. Del desarrollo de estas capacidades creativas a lo largo de la vida dependerá la apuesta por la innovación y progreso que dirige la evolución cultural y social de la humanidad.

EL MITO DE LOS NATIVOS

Si nos basamos en Wikipedia[footnoteRef:2], un nativo digital sería el que ha nacido a partir de que existe la tecnología digital, hablando en décadas, los 80. Inmigrante digital sería el que nació con anterioridad a los 80. Esta dicotomía es una aproximación, con la que no todos están de acuerdo y veremos por qué, pero trata de acercarnos al momento en el que una nueva brecha digital marca diferencias entre generaciones muy próximas. [2: Definición de nativo digital en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Nativo_digital (visitado el 03/07/12).]

El término “digital natives” fue acuñado por Marc Prensky (2001) en su ensayo titulado “La muerte del mando y del control”, donde describe su habilidad innata para la comunicación en el entorno digital. Nacer en la era digital y formar parte de una generación que crece inmersa en la tecnología hace que esa realidad tecnológica relacionada con internet, los teléfonos móviles, los videojuegos o el correo electrónico, se integre en sus vidas. Esto explica su habilidad en la navegación, en la manipulación de archivos, en la reproducción de audio y video digital y en su elección de fuentes de comunicación.

García, F. (2007) explica en su artículo[footnoteRef:3] estas capacidades frente a quienes pertenecen al grupo de inmigrantes digitales. Los nativos son capaces de enfocar su trabajo, su aprendizaje y sus relaciones sociales de una forma diferente: utilizan información multimedia de imágenes y videos igual que si se tratara de texto, permanecen comunicados permanentemente y generan sus propios contenidos, esperan respuestas instantáneas y consumen datos simultáneamente de múltiples fuentes. Nuestros nativos son multitarea, les encanta hacer varias cosas a la vez, abren el mayor número de frentes posibles con períodos de atención muy cortos y buscan pasar el menor tiempo posible en una labor determinada; en algunos casos se podría relacionar con un tratamiento de la información más superficial y un descenso en la capacidad de concentración. En el ámbito educativo, son alumnos/as predispuestos/as a utilizar las tecnologías en sus actividades de aprendizaje, lo cual se traduce en un aumento de la participación y motivación hacia el estudio a través de TIC. [3: García, F., Portillo, J., Romo, J. Benito, M. (2007): Nativos digitales y modelos de aprendizaje, Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Disponible en: http://spdece07.ehu.es/actas/Garcia.pdf (visitado el 06/07/12).]

Por su parte, la migración digital hacia un entorno altamente tecnificado de aquellos que se consideran inmigrantes por no encontrarse en su ambiente natural, implica una serie de cambios y adaptaciones. Los inmigrantes digitales ofrecen algunas resistencias a compartir y distribuir la información, tienen dificultades para abordar procesos paralelos y en sus actuaciones suelen ser reflexivos, a veces incluso lentos frente a los nativos, más capaces de tomar decisiones de forma rápida en ambientes complejos.

La llegada de estos nativos digitales al sistema educativo ha supuesto una serie de desafíos. García, F. et al. (2007:4) defienden que la generación de nativos rechaza los modos tradicionales de exposición que fueron diseñados según otros contextos socioculturales, pudiendo producir en el alumnado actual pérdida de interés. No es fácil mantenerlos atentos en una clase de exposición de contenidos cuando ese contenido lo pueden consultar en internet, localizando otras fuentes, compartiéndolo entre compañeros/as, elaborando sus propias presentaciones, …; en definitiva, adquieren un aprendizaje significativo cuando son capaces de participar activamente en la construcción de su propio conocimiento. Por eso los docentes inmigrantes deben adaptarse a nuevos lenguajes y aprovechar las ventajas que supone la introducción de TIC a la hora de dinamizar y presentar los contenidos al alumnado para desarrollar el conocimiento colectivo. En este nuevo escenario, tanto virtual como presencial, el docente modifica su rol en el proceso de aprendizaje para estimular a los alumnos/as y promover su iniciativa y participación. Deja de asumir el papel central para convertirse en el generador de interrogantes y en quien guía los procesos de búsqueda, interpretación y difusión de la información.

Hasta este punto podemos obtener un alto grado de consenso en cuanto a la consecución de un nuevo paradigma educativo mejor adaptado y más abierto al diálogo y a la interacción. Sin embargo, algunos autores discrepan en la consideración de que por ser nativos digitales ya cuentan con unas destrezas naturales que les capacitan para moverse por los entornos educativos tecnológicos. Aníbal de la Torre (2009:7) atribuye a las necesidades comunicativas del nuevo perfil del alumnado su facilidad para adoptar el uso de las nuevas tecnologías. El uso principal que hacen de esta tecnología se centra en reforzar su ámbito comunicativo más cercano que les permite mantenerse permanentemente conectados a través de mensajes de texto o mediante redes sociales. Entre sus prioridades no está la de investigar por la Red nuevos conceptos o acceder a la información que necesitan para su formación. Necesitan de un proceso educativo que les oriente a alcanzar un desarrollo cognitivo más amplio que el meramente comunicativo. Por eso el autor (2009:9) trata de desmitificar la idea de “jóvenes sobradamente preparados para un mundo digital” porque, aunque reconoce sus ventajas, pone en evidencia sus carencias. Su hiperconectividad digital no siempre se relaciona con un aislamiento social y su filia hacia los videojuegos se puede convertir en una potente herramienta para el desarrollo de capacidades relacionadas con la resolución de problemas.

Jordi Martí en Xarxatic (2011), en esta línea de no atribuir derechos de nacimiento de forma general a una parte de la población, publica en su blog[footnoteRef:4] la conveniencia de hablar de peones digitales, ni nativos ni inmigrantes, por la potencialidad y desarrollo de las competencias digitales que todos somos capaces de alcanzar, aunque con desigual esfuerzo. Es la capacidad individual y personal, junto a la motivación y pasión por aprender lo que determina el grado de consolidación y aplicación de la tecnología digital en la educación, y eso es independiente de la pertenencia a una generación cronológica u otra. [4: En 2010 Xarxatic publica un post titulado “La falacia de los nativos digitales”, disponible en http://www.xarxatic.com/la-falacia-de-los-nativos-digitales/ , que tiene una gran repercusión en la blogosfera y al que suceden otros en su blog como es “Ni nativos ni inmigrantes, peones digitales” publicado en 2011 en http://www.xarxatic.com/ni-nativos-ni-inmigrantes-peones-digitales/ (visitados el 06/07/12).]

Juan Freire también ha debatido ampliamente en su blog[footnoteRef:5] sobre el concepto de nativos digitales y defiende que “es su forma de interacción con la información y con los otros, ya sean individuos o colectivos, lo que les caracteriza culturalmente”, pero influye tanto la edad como el comportamiento. [5: Nómada, blog de Juan Freire, posted en 2007 “¿Quiénes son los nativos digitales?, y ¿por qué?”, disponible en: http://nomada.blogs.com/jfreire/2007/10/quines-son-los-.html (visitado el 06/07/12).]

Con independencia del término, parece oportuno aprovechar el nuevo escenario digital en el que promover procesos de aprendizaje con las integraciones curriculares y metodológicas que permitan su adecuación al perfil del alumnado y a una sociedad conectada. Un cambio de paradigma que ya no es únicamente una cuestión pedagógica, sino una demanda social. Junto a contenidos y procedimientos, los estudiantes aprenden a pensar y a resolver problemas, colaboran en red, acceden a la información y son capaces de analizarla pero, promoviendo su curiosidad y con un poco de imaginación, deberíamos ser capaces de incentivar en nuestros alumnos/as una competencia esencial para su desarrollo personal y profesional: la habilidad para pensar de forma creativa (Torre, A., 2009:8).

LA CREATIVIDAD COMO ACTITUD DE VIDA

“Creativeness means to be born before one dies” (Fromm, E., 1959).

Creatividad es la traducción del término “creativity” en inglés, se trata de un neologismo de reciente incorporación en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El concepto subyacente sería “creación”. Las dificultades para su conceptualización, la complejidad del objeto de estudio y la novedad del término indican que todavía hay mucho que avanzar en las investigaciones y aplicaciones prácticas de los estudios que se realicen (Rodríguez, 1995).

Guilford (1978:25) explica que “… la creatividad en sentido limitado, se refiere a las aptitudes que son características de los individuos creadores, como la fluidez, la flexibilidad, la originalidad y el pensamiento divergente”. Además, demostró que creatividad e inteligencia son cualidades diferentes. Tradicionalmente la creatividad se asociaba a imaginación, ingenio, talento o invención, incluso en algunos momentos históricos se consideró como el resultado de la inspiración divina, una especie de locura y, por tanto era difícilmente evaluada. Pero el aporte de Guilford fue especialmente significativo, destacando la importancia que la creatividad tendría para diversas áreas del comportamiento. Desde una perspectiva cognitivista, sostenía que era una operación de pensamiento de tipo divergente, es decir, la posibilidad de llegar a la solución de un problema de un modo no consensuado por otros sujetos.

Aunque conviene separar los conceptos de inteligencia y creatividad, Sternberg (1997:195) cree que ambos términos no son excluyentes y se podría hablar de “… algo así como una inteligencia creativa” (citado por Contini, N., 2002:21).

La creatividad es para Norma Contini (2002:24) tanto una habilidad como una actitud ante la vida. Las ideas creativas son nuevas y valiosas, su identificación temprana en un niño permitirá conocer mejor sus capacidades y ayudará a desarrollar su potencial. Esta posibilidad de expresar el potencial creativo constituye un modo de hacer frente a la vida, va a facilitar la adaptación activa del individuo a su entorno. Sin embargo, es un tema complejo porque su evaluación depende de variables cognitivas pero también de la personalidad y de los valores culturales del individuo. Identificar el potencial creativo de una persona contribuye a favorecer su expresión, de forma que se contrarresta la uniformidad en los procesos de pensar; toda una amenaza a los sistemas que se basan en la reproducción y a los efectos derivados de la globalización.

Se trataría para Contini (2004:23) de un potencial, y no de un don, que todo sujeto puede desarrollar y que le permitiría afrontar de un modo singular las situaciones de la vida cotidiana. Csikszenmihalyi (1998) afirma que la creatividad no se produce dentro del sujeto, sino en la interacción entre el sujeto y el contexto sociocultural, siendo un fenómeno más sistémico que individual. Desde este punto de vista, un sujeto no puede ser creativo en un campo en el que no ha sido iniciado, antes necesita aprender sus reglas para poder hacer un aporte novedoso. La producción de ideas novedosas, aunque podría ser fruto de la casualidad o de una intuición repentina, suele deberse a la perseverancia y a la dedicación después de un tiempo de intenso trabajo.

Retomando la idea de Fromm (1959), mucha gente muere sin haber nacido completamente porque no ha sido capaz de realizar algo nuevo. A pesar de la potencialidad del ser humano, solo desarrolla un pequeña parte, pero es su actitud creativa la que le empuja a progresar (citado por González, P., 1981).

EL PAPEL DE LA EDUCOMUNICACIÓN EN LA CREATIVIDAD

Necesitamos como sociedad más pensadores creativos. Pero la escuela no promueve cursos de creatividad, como tampoco aparece en el currículo escolar la educación en materia de comunicación. Es difícil de asimilar pero, vivimos en la sociedad de la comunicación, y también de la información, en la que hemos comprendido que todos somos comunicadores, en virtud de un nuevo contexto tecnológico que nos sirve de soporte, pero nos cuesta institucionalizar la educomunicación. Esto no significa que no haya inquietud por mejorar, estamos en pleno proceso de cambio, una especie de revolución silenciosa que da pequeños pasos a través de exitosas pruebas que se ponen en práctica desde la individualidad y se comparten de forma solidaria.

García Matilla nos redescubre qué significa educar cuando dice que educar es ”comunicar el afecto, es también ayudar a construir la sensibilidad, fomentar la creatividad, formar en la autoestima y enseñar a mirar el mundo desde la emoción y, al mismo tiempo, dar estímulos para que la propia persona sepa canalizar esas emociones y vivir en sociedad” (2003).

Introduce la idea de creatividad, el afecto y la emoción, que incluso podría llegar a ser pasión y, en esa distinta forma de “enseñar a mirar el mundo” es donde tiene cabida la educomunicación. Una mirada que pasa por la reflexión, la participación activa y el diálogo como medio para la construcción colectiva del conocimiento y el análisis frente a los medios de comunicación de masas.

La línea argumental de Prensky, que nos advierte de la necesidad de adaptarnos a un nuevo perfil de alumnado, nos obliga como docentes a ser mediadores en los procesos interactivos que se dan en la educomunicación. Para García Matilla (2001) la inmersión en universos digitales ha cambiado la forma de pensar y actuar de nuestros jóvenes, desarrollando nuevas aptitudes que deberían ser aprovechadas por los educadores/as para incorporar los medios audiovisuales con fines didácticos y contribuir a la educación mediática. Las nuevas formas de enseñar se replantean los contenidos más relevantes del nuevo modelo de enseñanza que incorpora cambios en las estrategias, en la simultaneidad de plataformas virtuales, en los programas educativos y en los modelos pedagógicos. En este intento por utilizar herramientas y recursos de los medios de comunicación y sistemas de información, la educomunicación tendría un sentido transversal en la formación de un pensamiento crítico.

Aparici (2010:5) explica que esta educación mediática serviría para promover la creatividad del individuo y facilitaría una comunicación entre iguales. Sin embargo, en las programaciones didácticas que se ponen en práctica en nuestros días queda poco espacio para la creatividad. Waisburd (1996) considera fascinante poder impartir de forma creativa las matemáticas a través de la percepción, la línea y el color; el lenguaje, con expresión corporal y verbal; las ciencias, con experimentos, etc. No habría una forma mejor de educar que indagar en las pasiones y emociones del alumnado al enfrentarse de una manera diferente a los contenidos, conocer sus habilidades naturales y desarrollarlas a partir de prácticas creativas.

El pensamiento creativo se puede ejercitar en la escuela como en la vida, no olvidemos que la creatividad es una actitud que podemos desarrollar en cada actividad que emprendemos. Nos ayuda a resolver problemas y a obtener la mejor solución ante un dilema, una gran cualidad para ser implementada por el sistema educativo que se esfuerza por mejorar en los estudiantes las habilidades que les permitan desarrollarse en la sociedad del futuro.

LA ESCUELA MATA LA CREATIVIDAD

Ken Robinson afirma que los niños no tienen miedo a equivocarse, por eso arriesgan e improvisan, pero los adultos penalizamos el error, sobre todo en la escuela, por eso conforme crecen pierden su capacidad creativa en lugar de cultivarla.

Robinson es un experto en el desarrollo del potencial humano, una de las personas que más incide en la importancia de estimular el talento y la creatividad. Cree firmemente en la necesidad de crear entornos, ya sea en la escuela o en el trabajo, en los que la persona encuentre la inspiración para crecer creativamente (2012:17).

Cada vez se alzan más voces que gritan en la misma dirección que Robinson y en su idea de que “la escuela mata la creatividad”. Mayte Rius recoge en su artículo[footnoteRef:6] en La Vanguardia.com el trabajo de Petra María Pérez, catedrática de Teoría de la Educación y miembro del Instituto de Creatividad e Innovaciones Educativas de la Universidad de Valencia. La Profa. Pérez afirma que en la escuela se adopta un pensamiento convergente según el cual al niño se le enseña a amoldarse a los patrones establecidos. La escuela limita el potencial de los niños no dejándoles ser creativos; el éxito escolar se traduce en sacar buenas notas y lo consiguen aquellos que repiten lo que dice el profesor/a y no los que se arriesgan e innovan. Sin embargo, en el terreno laboral se valora al profesional creativo, al emprendedor que aporta soluciones originales y éste era el alumno/a que pensaba diferente, el que no hacía lo mismo que los demás. En la escuela se fomenta la repetición en lugar de la creación, así es que no hay lugar para la experimentación. [6: Rius, Mayte, (03/02/12), ¿La escuela mata la creatividad?, artículo publicado en La Vanguardia.com, disponible en: http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120203/54247867713/la-escuela-mata-la-creatividad.html (visitado el 10/07/12). ]

En el mismo artículo, la autora cita a Fernando Alberca[footnoteRef:7] para dar una explicación anatómica al debate: “la creatividad tiene que ver con el hemisferio derecho del cerebro, el que rige las emociones, la imaginación, los sentimientos… Y la escuela está centrada en el hemisferio izquierdo, en el análisis, la razón, la secuencia uno a uno. Por eso se organiza en cursos, trimestres, lecciones… y se prima la organización, el orden y los exámenes de respuestas cerradas”. Según Alberca, aproximadamente un 40% de los estudiantes tiene predominancia del hemisferio derecho, generalmente son personas intuitivas, tienen una visión más globalizadora, toman partido de las cuestiones más emocionales y responden con una lógica imaginativa y creativa. También hay profesores/as que utilizan más el hemisferio derecho pero, en lugar de aplaudir su creatividad, se les suele llamar “extravagantes” o que divagan y no se centran en enseñar lo importante. [7: Fernando Alberca es autor de Todos los niños pueden ser Einstein: un método eficaz para motivar la inteligencia, publicado por El Toro Mítico en 2011.]

Afortunadamente no siempre es así, existen centros y profesores/as que trabajan según estos planteamientos, utilizando más tiempo para esperar que los niños/as den con las soluciones correctas en lugar de dirigirlos hacia ellas, premiando la originalidad, fomentando la confianza y siendo receptivos a nuevas ideas. Una educación diferente es posible.

A nadie sorprende que los niños sean creativos, es uno de sus encantos, sorprende más encontrar adultos que sigan siéndolo después de pasar por un sistema educativo que desarrolla el pensamiento convergente.

“Los niños comienzan a suprimir su creatividad cuando se los instruye para que dibujen dentro de líneas previamente marcadas y se los recompensa cuando lo hacen” (Sternberg, 1997:198).

EDUCACIÓN CREATIVA

EDUCAR PARA UN FUTURO INCIERTO

Con la velocidad a la que cambia el mundo a nuestro alrededor, nadie sabe qué necesidades económicas, sociales y formativas tendrá la sociedad de mitad del siglo XXI cuando esta generación de nativos digitales tome las riendas. La fuerza con la que las nuevas tecnologías de la comunicación ha impulsado estos cambios y sus perspectivas de proyección para los próximos años, nos invita a imaginar otros escenarios, pero no somos capaces de predecirlos.

Es entonces cuando cabe plantearse si los jóvenes que están en la escuela hoy estarán preparados para ese futuro incierto. Juan Manuel Cuenca invita en su blog[footnoteRef:8] a la reflexión compartida y apunta que nuestras concepciones pedagógicas siguen basadas en las necesidades de un mundo más estable, que no es tampoco el momento presente, sino anterior, por eso si no adaptamos la base pedagógica con la que pretendemos enseñar, lo haremos con herramientas tecnológicas pero con estilos educativos del pasado. Si los niños necesitan potenciar su capacidad de adaptación frente a los cambios, deberíamos incidir en desarrollar su predisposición a aprender e innovar, creando interconexiones cerebrales que les permitan esta adaptabilidad. Para Juan Manuel Cuenca se trata sencillamente de la “aceptación del error como posibilidad”, es decir, potenciamos el aprendizaje permitiendo a unos niños, que por naturaleza son valientes y se arriesgan, a equivocarse porque aprenden a partir de la equivocación. [8: La palabra y la escucha, Cuaderno de Psicología de Juan Manuel Cuenca, posted en 2012 “Educar para lo Imprevisible”, disponible en: http://lapalabraylaescucha.wordpress.com/category/comunicacion/ (visitado el 12/07/12).]

Hasta ahora el sistema educativo castigaba el error, no permitía las expresiones de creatividad y valentía que se salían de las normas establecidas porque buscaba la servidumbre y el conformismo que resultaban eficaces para una sociedad que demandaba mano de obra que producía de forma disciplinada. Ahora las demandas cambian de acuerdo a un modelo productivo diferente que valora actitudes creativas y precisa de emprendedores, y esto justifica el cambio de modelo pedagógico y su apertura a nuevas formas de enseñar y de aprender.

En forma de escuela o con otros formatos de aprendizaje más ubicuos, la educación que constituye un proceso de aprendizaje continuo está incorporando los lenguajes visuales y sonoros a los textuales, que ya son hipertextuales. También hace uso de las redes sociales y de la red de usuarios que constituye una auténtica comunidad de aprendizaje. Este nivel de apertura que ofrece la web 2.0 facilita escenarios de diálogo, interacción y participación que hacen posible aprender en equipo de forma colaborativa como nunca habíamos soñado hacer. El acceso a la información y su abundancia hace que se necesite la reflexión crítica y analítica de la alfabetización digital. También la interconectividad y la incertidumbre contribuyen a la creación de otras lógicas que se basan en la interacción y en la posibilidad de realizar múltiples tareas que caracterizan habilidades cognitivas de pensamiento no lineal (Aparici, 2010:3). Y otro tipo de pensamiento, el divergente, hace posible que surjan soluciones imaginativas y originales al planteamiento de un problema.

Por eso, aunque no sepamos qué nos depara el futuro ni con qué medios contaremos para nuestra formación, debemos estar abiertos a los cambios para ir incorporándolos en un proceso de adaptación continua a nuevos contextos educativos.

PRÁCTICAS CREATIVAS EN EDUCACIÓN

La emergencia de la cultura digital ha supuesto la necesidad de cambiar paradigmas educativos y ha transformado el papel que desempeñan, tanto profesores como estudiantes, en cuanto a la distribución de roles y modelos organizativos. En la búsqueda de modelos comunicativos horizontales y participativos en la construcción colectiva del conocimiento no caben las jerarquías. Si hay un protagonista en el proceso de aprendizaje es el propio estudiante.

La educación creativa responde a estos nuevos escenarios que suelen integrar la tecnología como facilitadora de procesos comunicativos siempre centrados en el estudiante y en el proceso más que en el producto. Si hay un interés por la creatividad viene dado por la demanda de cambio en los procesos formativos mejor adaptados a situaciones emergentes y capaces de integrar competencias que aumenten las posibilidades de realización del individuo.

Descubrir el talento creativo de nuestros estudiantes solo es posible gracias a estrategias educativas basadas en la participación y en la colaboración y, sobre todo, dando la oportunidad de desarrollar en todos ellos su extraordinario potencial de crecimiento, sin estigmatizarlos por sus errores (Robinson, 2012).

Son varias las dificultades que tiene el sistema educativo actual para implementar prácticas creativas, la primera tiene que ver con el replanteamiento curricular de asignaturas y contenidos, de forma que se conceda su tiempo al estudiante para que piense creativamente. También es necesario pasar de la homogeneidad a la diversidad y de las certezas a las incertidumbres. Por último, conviene favorecer la autonomía del estudiante y el respeto hacia las ideas, premiando los esfuerzos creativos. Sin embargo, no existen recetas magistrales aplicadas a un método creativo porque para estimular la creatividad del alumnado influyen multitud de aspectos personales, ambientales y educativos (de la Torre, S., 2002:284). En realidad, no se trata de abordar la capacidad creativa del estudiante de forma individual, sino como una variable estrechamente relacionada con el contexto en el que se desarrolla, de ahí la influencia ambiental y social. Además, resulta especialmente interesante el estudio de la creatividad en grupo a través del trabajo colaborativo, combinando el talento de cada uno de los miembros del grupo (Beltrán, J., Pérez, L., 2005:13).

Para los autores de El proceso de personalización[footnoteRef:9] (Beltrán, J., Pérez, L., 2005) el alumno/a es el protagonista del proceso de aprendizaje y el profesor/a le apoya ofreciéndole unos instrumentos tecnológicos y enseñándole a transformar la información en conocimiento con el uso de internet. El proceso de personalización consiste en que una vez que la información ha sido seleccionada, debe ser elaborada para ser comprendida; en este proceso hay un recorrido que precisa de tres componentes: [9: Jesús Beltrán y Luz Pérez son profesores de psicología de la Universidad Complutense de Madrid. A través del Foro Pedagógico de la Fundación Encuentro y de la publicación de los Cuadernos de Experiencias Pedagógicas con el modelo CAIT, entre los que se encuentra el citado “El proceso de personalización” (2005), pretenden transmitir experiencias que tienen en común que persiguen estimular la creatividad de educadores y alumnos/as, y conceden al alumno/a el protagonismo en el desarrollo del conocimiento, ello se consigue interactuando con el resto de los compañeros/as y con el profesor/a.]

· Creatividad: en lugar de repetir lo que ha leído, el alumno necesita de su imaginación y de su capacidad creativa para asimilar la información.

· Reflexión: utiliza un pensamiento crítico y reflexiona sobre lo que está aprendiendo en lugar de aceptarlo pasivamente.

· Control: dirige y controla responsablemente su aprendizaje en lugar de acomodarse y dejar que sea el profesor/a quien lo haga.

Por otro lado, este proceso necesita de las TIC porque facilitan la interacción y son cercanas al perfil de nuestro alumnado, además es impensable en un entorno educativo no hacer uso de sus potencialidades. La mayoría de los educadores/as hacen un esfuerzo por encontrar la forma en la que la tecnología puede ayudar a enseñar de forma significativa. Marc Prensky (2011:14) considera que es una paradoja que los profesores/as pidan continuamente más formación adicional sobre el uso de esta tecnología porque para tener éxito no es necesario, aunque sí conveniente, que los profesores aprendan a usarlas; lo que necesitan saber es cómo la tecnología debe ser usada por el estudiante para su propio aprendizaje. En la pedagogía de la coasociación[footnoteRef:10], usar la tecnología es tarea de los alumnos/as. “Los profesores/as necesitan centrarse en hacer buenas preguntas,…, proporcionar contexto, garantizar el rigor y evaluar la calidad del trabajo de los alumnos”. [10: En su libro Enseñar a nativos digitales (2011:27), M. Prensky explica el concepto de coasociación como un modelo pedagógico opuesto a la enseñanza teórica. El profesor/a hace preguntas a los alumnos/as y sugiere herramientas y lugares por los que empezar a trabajar, pero la responsabilidad del aprendizaje es de los estudiantes, que son los que plantean hipótesis, encuentran las respuestas y crean presentaciones que ponen en común con el grupo.]

La creatividad se entiende, en este contexto escolar, como una capacidad, pero también como una disposición y una decisión. Una capacidad solo precisa de una técnica eficaz, pero nuestros alumnos además necesitan estar dispuestos a ser creativos en su aprendizaje o en su vida. Es el resultado de una decisión, en forma de conducta (Sternberg, 2001:9-16).

Para Beltrán y Pérez (2005:33) somos creativos cuando vemos las cosas de maneras diferentes a como las ven los demás, por eso la primera estrategia para ser creativos es la capacidad de mirar de forma personal y original. Por tanto, no somos creativos cuando tan solo repetimos o reproducimos, tal y como la educación más tradicional ha tratado de adoctrinar a su alumnado. Los programas pedagógicos creativos utilizan técnicas que intentan ver la realidad desde diferentes perspectivas, la fragmentan y la problematizan. Para ello tratan de despertar el interés de sus alumnos/as, los motivan y les plantean problemas haciendo preguntas, cuestionando y analizando hasta llegar a soluciones creativas.

“Las escuelas de hoy y ciertamente las del mañana deben ser entidades dinámicas, en constante estado de innovación y de cambio, que generen una actitud de asumir riesgos, de creatividad y de dinamismo.” (Gerver, R. 2012:171).

Es posible que como docentes tengamos la oportunidad de participar en la formación de una generación de jóvenes que han iniciado una revolución que terminará integrando la educación dentro y fuera de las aulas. Las expectativas de interacción, entornos colaborativos y realidad conectada hacen posibles cambios en los paradigmas educativos apoyados en herramientas digitales en busca de nuevas formas de aprender más efectivas. Pero estas formas de enseñar y de aprender, para ser reales, deben indagar en el talento de sus alumnos/as y desarrollar su potencial creativo como expresión de la emoción y la pasión por aprender.

AUTOEVALUACIÓN

Debo empezar esta evaluación personal agradeciendo a los profesores/a de la asignatura su implicación y la particular forma que han tenido de mostrarnos el camino hacia la educomunicación. Me han permitido aprender con libertad y disponer de esa autonomía me ha ayudado a analizar por mí misma los contenidos de la asignatura.

He disfrutado muchísimo con las lecturas recomendadas y con tantas otras a las que me ha llevado la ilusión por seguir conociendo más y más. Todo esto ha sido para mí un descubrimiento, yo me he sorprendido en un mundo nuevo que necesitaba para seguir formándome como docente. Valores como solidaridad, colaboración, justicia y libertad cobran vida en cada aportación, en cada comentario.

Pero quizás lo mejor de todo hayan sido estas aportaciones y comentarios que mis compañeros/as han ido haciendo en los foros y chats. Me han motivado a participar y tomar partido de esas ideas y he sentido mucha emoción cada vez que al compartirlas con ellos me apoyaban. He sentido lo que es realmente un trabajo colaborativo y he aprendido mucho con ellos.

Siento que no me he equivocado al dar el paso de empezar este máster, a pesar de las dificultades, ha creado en mí inquietudes y gracias a asignaturas como ésta me planteo las cosas con mayor profundidad, analizo y reflexiono sobre la educación y la comunicación como si antes no me hubiera detenido a pensar en ello.

Por todo cuanto han tenido para mí de positivo las intervenciones de mis compañeros/as, yo las calificaría con un 10. Yo he hecho grandes avances, me siento muy satisfecha de mi paso por la asignatura, pero no podría calificar este avance de forma numérica, espero que se entienda.

REFERENCIAS

APARICI, R., CAMPUZANO, A., FERRÉS, J., MATILLA, A. (2010), La educación mediática en la Escuela 2.0. Informe disponible en: http://ntic.educacion.es/w3/web_20/informes/educacion_mediatica_e20_julio20010.pdf (visitado el 10/07/12).

BELTRÁN, J., PÉREZ, L. (2005), El proceso de personalización. Madrid: Fundación Encuentro. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/62772452/6/El-proceso-de-personalizacion-11 (visitado el 14/07/12).

CONTINI, N. (2002), La creatividad como recurso de afrontamiento en la vida cotidiana. Psicodebate. Psicología, Cultura y Sociedad, año 1, nº 1. Disponible en: http://www.palermo.edu/cienciassociales/publicaciones/pdf/Psico1/1%20PSICO%20002.pdf (visitado el 08/07/12).

CSIKSZENMIHALYI, M. (1998), Creatividad. Barcelona: Paidós.

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LA CREATIVIDAD EN NATIVOS DIGITALES

Introducción

El mito de los nativos

La creatividad como actitud de vida

El papel de la educomunicación en la creatividad

Referencias

Autoevaluación

La escuela mata la creatividad

Educación creativa

Educar para un futuro incierto

Prácticas creativas en educación

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