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de José Hernández con ilustraciones de Juan C. Castagnino Martín Fierro [HTML ] [PDF NO DISPONIBLE] (13 páginas)(236Kb) La vuelta de Martín Fierro [HTML ] [PDF NO DISPONIBLE] (36 páginas)(398Kb) --> Literatura Argentina Contemporánea [ basado en la versión publicada por la Editorial Universitaria de Buenos Aires.© 1962 EUDEBA ]

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deJosé Hernández

con ilustraciones deJuan C. Castagnino

Martín Fierro[HTML][PDF NO

DISPONIBLE](13 páginas)(236Kb)

La vuelta deMartín Fierro

[HTML][PDF NO DISPONIBLE]

(36 páginas)(398Kb)

--> Literatura Argentina Contemporánea[ basado en la versión publicada por la EditorialUniversitaria de Buenos Aires.© 1962 EUDEBA ]

Aquí me pongo a cantarAl compás de la vigüela,Que el hombre que lo desvelaUna pena estraordinariaComo la ave solitariaCon el cantar se consuela.

Pido a los Santos del CieloQue ayuden mi pensamiento;Les pido en este momentoQue voy a cantar mi historiaMe refresquen la memoriaY aclaren mi entendimiento.

Vengan Santos milagrosos,Vengan todos en mi ayuda,Que la lengua se me añudaY se me turba la vista;Pido a Dios que me asistaEn una ocasión tan ruda.

Yo he visto muchos cantores,Con famas bien obtenidas,Y que después de adquiridasNo las quieren sustentarParece que sin largarse cansaron en partidas.

Mas ande otro criollo pasaMartín Fierro ha de pasar;nada lo hace recularni los fantasmas lo espantan,y dende que todos cantanyo también quiero cantar.

Cantando me he de morirCantando me han de enterrar,Y cantando he de llegarAl pie del eterno padre:Dende el vientre de mi madreVine a este mundo a cantar.

Que no se trabe mi lenguaNi me falte la palabra:El cantar mi gloria labraY poniéndome a cantar,Cantando me han de encontrarAunque la tierra se abra.

Me siento en el plan de un bajoA cantar un argumento:Como si soplara el vientoHago tiritar los pastos;

Con la guitarra en la manoNi las moscas se me arriman,Naides me pone el pie encima,Y cuando el pecho se entona,Hago gemir a la primaY llorar a la bordona.

Yo soy toro en mi rodeoY torazo en rodeo ajeno;Siempre me tuve por güenoY si me quieren probar,Salgan otros a cantarY veremos quién es menos.

No me hago al lao de la güeyaAunque vengan degollando,Con los blandos yo soy blandoY soy duro con los duros,Y ninguno en un apuroMe ha visto andar tutubiando.

En el peligro, ¡qué Cristos!El corazón se me enancha,Pues toda la tierra es cancha,Y de eso naides se asombre:

Nací como nace el pejeEn el fondo de la mar;Naides me puede quitarAquello que Dios me dioLo que al mundo truje yoDel mundo lo he de llevar.

Mi gloria es vivir tan libreComo el pájaro del cielo:No hago nido en este sueloAnde hay tanto que sufrir,Y naides me ha de seguirCuando yo remuento el vuelo.

Yo no tengo en el amorQuien me venga con querellas;Como esas aves tan bellasQue saltan de rama en rama,Yo hago en el trébol mi cama,Y me cubren las estrellas.

Y sepan cuantos escuchanDe mis penas el relato,Que nunca peleo ni matoSino por necesidá,

Con oros, copas y bastosJuega allí mi pensamiento.

Yo no soy cantor letrao,Mas si me pongo a cantarNo tengo cuándo acabarY me envejezco cantando:Las coplas me van brotandoComo agua de manantial.

El que se tiene por hombreAnde quiere hace pata ancha.

Soy gaucho, y entiendalóComo mi lengua lo esplica:Para mí la tierra es chicaY pudiera ser mayor;Ni la víbora me picaNi quema mi frente el sol.

Y que a tanta alversidáSólo me arrojó el mal trato

Y atiendan la relaciónque hace un gaucho perseguido,que padre y marido ha sidoempeñoso y diligente,y sin embargo la gentelo tiene por un bandido.

II. Ayer y hoy

20Ninguno me hable de penas,porque yo penado vivo,y naides se muestre altivoaunque en el estribo esté:que suele quedarse a pieel gaucho mas alvertido.

21Junta esperencia en la vidahasta pa dar y prestarquien la tiene que pasarentre sufrimiento y llanto,porque nada enseña tantocomo el sufrir y el llorar.

22Viene el hombre ciego al mundo,cuartiándolo la esperanza,y a poco andar ya lo alcanzanlas desgracias a empujones,¡la pucha, que trae licionesel tiempo con sus mudanzas!

23Yo he conocido esta tierraen que el paisano vivíay su ranchito teníay sus hijos y mujer…era una delicia el vercomo pasaba sus días.

24Entonces… cuando el lucerobrillaba en el cielo santo,y los gallos con su cantonos decían que el día llegaba,a la cocina rumbiabael gaucho… que un encanto.

25Y sentao junto al jogóna esperar que venga el día,al cimarrón le prendíahasta ponerse rechoncho,mientras su china dormíatapadita con su poncho.

26Y apenas la madrugadaempezaba coloriar,los pájaros a cantar,y las gallinas a apiarse,era cosa de largarsecada cual a trabajar.

29Y allí el gaucho inteligente,en cuanto el potro enriendó,los cueros le acomodóy se le sentó en seguida,que el hombre muestra en la vidala astucia que Dios le dio.

30Y en las playas corcoviandopedazos se hacía el sotretamientras él por las paletasle jugaba las lloronas,y al ruido de las caronassalía haciendo gambetas.

31¡Ah, tiempos!… ¡Si era un orgullover jinetear un paisano!Cuando era gaucho baquiano,aunque el potro se boliase,no había uno que no paresecon el cabresto en la mano.

32Y mientras domaban unos,otros al campo salíany la hacienda recogían,las manadas repuntaban,y ansí sin sentir pasabanentretenidos el día.

33Y verlos al cair la tardeen la cocina riunidos,con el juego bien prendidoy mil cosas que contar,platicar muy divertidoshasta después de cenar.

34Y con el buche bien llenoera cosa superiorirse en brazos del amora dormir como la gente,pa empezar el día siguientelas fainas del día anterior.

35Ricuerdo ¡qué maravilla!Cómo andaba la gauchadasiempre alegre y bien montaday dispuesta pa el trabajo…pero hoy en día… ¡barajo!No se la ve de aporriada.

36El gaucho más infeliztenía tropilla de un pelo,no le faltaba un consuelo

39Pues vivía la mamajuanasiempre bajo la carreta,y aquel que no era chancleta,en cuanto el goyete vía,sin miedo se le prendíacomo güérfano a la teta.

40¡Y qué jugadas se armabancuando estábamos riunidos!Siempre íbamos prevenidos,pues en tales ocasionesa ayudarle a los pionescaiban muchos comedidos.

41Eran los días del apuroy alboroto pa el hembraje,pa preparar los potajesy osequiar bien a la gente,y así, pues, muy grandemente,pasaba siempre el gauchaje.

42Vení, a la carne con cuero,la sabrosa carbonada,mazamorra pien pisada,los pasteles y el güen vino…pero ha querido el destinoque todo aquello acabara.

43Estaba el gaucho en su pagocon toda siguridá,pero aura… ¡barbaridá!,La cosa anda tan fruncida,que gasta el pobre la vidaen juir de la autoridá.

44Pues si usté pisa en su ranchoy si el alcalde lo sabe,lo caza lo mesmo que aveaunque su mujer aborte…¡no hay tiempo que no se acabeni tiento que no se corte!.

45Y al punto dese por muertosi el alcalde lo bolea,pues ahí nomás se le apeacon una felpa de palos;Y después dicen que es maloel gaucho si los pelea.

46Y el lomo le hinchan a golpes,y le rompen la cabeza,y luego con ligereza,ansí lastimao y todo,

27Este se ata las espuelas,se sale el otro cantando,uno busca un pellón blando,este un lazo, otro un rebenque,y los pingos relinchandolos llaman dende el palenque.

28El que era pion domadorenderezaba al corral,ande estaba el animalbufidos que se las pela …y más malo que su agüela,se hacia astillas el bagual.

y andaba la gente lista…teniendo al campo la vista,sólo vía hacienda y cielo.

37Cuando llegaban las yerras,¡cosa que daba calor!Tanto gaucho pialadory tironiador sin yel.¡Ah, tiempos… pero si en élse ha visto tanto primor!

38Aquello no era trabajo,mas bien era una junción,y después de un güen tirónen que uno se daba mana,pa darle un trago de canasolía llamarlo el patrón.

lo amarran codo a codoy pa el cepo lo enderiezan.

47Áhi comienzan sus desgracias,áhi principia el pericón,porque ya no hay salvación,y que usté quiera o no quiera,lo mandan a la fronterao lo echan a un batallón.

48Ansí empezaron mis maleslo mesmo que los de tantos;si gustan… en otros cantosles diré lo que he sufrido,después que uno está… perdidono lo salvan ni los santos.

III. Sirviendo en la frontera

49tuve en mi pago en un tiempohijos, hacienda y mujer,pero empecé a padecer,me echaron a la frontera,¡y qué iba a hallar al volver!Tan sólo hallé la tapera.

50Sosegao vivía en mi ranchocomo el pájaro en su nido,allí mis hijos queridosiban creciendo a mi lao…sólo queda al desgraciaolamentar el bien perdido.

51Mi gala en las pulperíasera, en habiendo más gente,ponerme medio caliente,pues cuando puntiao me encuentrome salen coplas de adentrocomo agua de la virtiente.

52Cantando estaba una vezen una gran diversión,y aprovecho la ocasióncomo quiso el juez de paz…se presentó, y ahi nomáshizo arriada en montón.

53Juyeron los más matrerosy lograron escapar:yo no quise disparar,soy manso y no había porqué,muy tranquilo me quedéy ansí me dejé agarrar

72Y es lo pior de aquel enriedoque si uno anda hinchando el lomose le apean como un plomo...¡quién aguanta aquel infierno!si eso es servir al gobierno,a mí no me gusta el cómo.

73Más de un año nos tuvieronen esos trabajos duros;y los indios, le asigurodentraban cuando querían:como no los perseguían,siempre andaban sin apuro.

74A veces decía al volverdel campo la descubiertaque estuviéramos alerta,que andaba adentro la indiada,porque había una rastrilladao estaba una yegua muerta.

75Recién entonces salíala orden de hacer la riunión,y caíbamos al cantónen pelos y hasta enancaos,sin armas, cuatro pelaosque íbamos a hacer jabón.

76Ahi empezaba el afán-se entiende, de puro vicio-de enseñarle el ejercicioa tanto gaucho recluta,con un estrutor... ¡qué... Bruta!que nunca sabía su oficio.

77Daban entonces las armaspa defender los cantones,que eran lanzas y latonescon ataduras de tiento...las de juego no las cuentoporque no había municiones.

88Nos volvíamos al cantóna las dos o tres jornadas,sembrando las caballadas;y pa que alguno la venda,rejuntábamos la haciendaque habían dejao rezagada.

89Una vez entre otras muchas,tanto salir al botón,nos pegaron un malónlos indios y una lanciada,que la gente acobardadaquedó dende esa ocasión.

90Habían estao escondidosaguaitando atrás de un cerro...¡lo viera a su amigo Fierroaflojar como un blandito!salieron como maíz fritoen cuanto sonó un cencerro.

91Al punto nos dispusimosaunque ellos eran bastantes;la formamos al instantenuestra gente, que era poca,y golpiándose en la bocahicieron fila adelante.

92Se vinieron en tropelhaciendo temblar la tierra.no soy manco pa la guerrapero tuve mi jabón,pues iba en un redomónque había boleao en la sierra.

93¡Qué vocerío! ¡qué barullo!¡qué apurar esa carrera!la indiada todita enteradando alaridos cargó,¡jue pucha!... Y ya nos sacócomo yeguada matrera.

54allí un gringo con un órganoy una mona que bailaba,haciéndonos rair estaba,cuanto le tocó el arreo,¡tan grande el gringo y tan feo,lo viera cómo lloraba!.

55Hasta un inglés zanjiadorque decía en la última guerraque él era de incalaperray que no quería servir,también tuvo que juira guarecerse en la sierra.

56Ni los mirones salvaronde esa arriada de mi flor,fue acoyarao el cantorcon el gringo de la mona,a uno solo, por favor,logró salvar la patrona.

57Formaron un contingentecon los que del baile arriaron,con otros nos mesturaron,que habían agarrao también,las cosas que aquí se venni los diablos las pensaron.

58A mí el juez me tomó entre ojosen la ultima votación:me le había hecho el remolóny no me arrimé ese día,y él dijo que yo servíaa los de la esposición.

59Y ansí sufrí ese castigotal vez por culpas ajenas,que sean malas o sean güenaslas listas, siempre me escondo:yo soy un gaucho redondoy esas cosas no me enllenan.

60Al mandarnos nos hicieronmás promesas que a un altar,el juez nos jue a proclamary nos dijo muchas veces:muchachos, a los seis meseslos van a ir a relevar.

61Yo llevé un moro de número¡sobresaliente el matucho!Con él gané en ayacucho

78Y un sargento chamuscaome contó que las teníanpero que ellos la vendíanpara cazar avestruces;y así andaban noche y díadele bala a los ñanduces.

79Y cuando se iban los indioscon lo que habían manotiao,salíamos muy apuraosa perseguirlos de atrás;si no se llevaban máses porque no habían hallao.

80Allí sí, se ven desgraciasy lágrimas y afliciones;naides le pida perdonesal indio: pues donde dentra,roba y mata cuanto encuentray quema las poblaciones.

81No salvan de su jurorni los pobres angelitos;viejos, mozos y chiquitoslos mata del mesmo modo:

94¡Qué fletes traiban los bárbaros!¡como una luz de ligeros!hicieron el entreveroy en aquella mezcolanza,este quiero, éste no quiero,nos escogían con la lanza.

95Al que le daban un chuzazo,dificultoso es que sane.en fin, para no echar panes,salimos por esas lomas,lo mesmo que las palomasal juir de los gavilanes.

96¡Es de almirar la destrezacon que la lanza manejan!de perseguir nunca dejan,y nos traiban apretaos.¡si queríamos, de apuraos,salirnos por las orejas!

97Y pa mejor de la fiestaen esa aflición tan suma,vino un indio echando espuma,y con la lanza en la mano,

más plata que agua bendita:siempre el gaucho necesitaun pingo pa fiarle un pucho.

62Y cargué sin dar mas güeltascon las prendas que tenía:jergas, ponchos, todo cuanto habíaen casa, tuito lo alcé:a mi china la dejémedio desnuda ese día.

63No me falta una guasca,esa ocasión eché el resto,bozal, maniador, cabresto,lazo, bolas y manea…¡el que hoy tan pobre me veatal vez no creerá todo esto!.

64Ansí en mi moro, escarciando,enderecé a la frontera.¡Aparcero si usté vieralo que se llama cantón!…Ni envidia tengo al ratónen aquella ratonera.

65De los pobres que allí habíaa ninguno lo largaron,los más viejos rezongaron,pero a uno que se quejóen seguida lo estaquiaron,y la cosa se acabó.

66En la lista de la tardeel jefe nos cantó el puntodiciendo: quinientos juntosllevará el que se resierte;lo haremos pitar del juerte,mas bien dese por dijunto.

67A naides le dieron armas,pues toditas las que habíael coronel las tenía,sigún dijo esa ocasión,pa repartirlas el díaen que hubiera una invasión.

que el indio lo arregla todocon la lanza y con gritos.

82Tiemblan las carnes al verlovolando al viento la cerda,la rienda en la mano izquierday la lanza en la derecha;ande enderieza abre brechapues no hay lanzazo que pierda.

83Hace trotiadas tremendasdesde el fondo del desierto;ansí llega medio muertode hambre, de sé y de fatiga;pero el indio es una hormigaque día y noche está despierto.

84Sabe manejar las bolascomo naides las maneja;cuanto el contrario se aleja,manda una bola perdida,y si lo alcanza, sin vidaes siguro que lo deja.

85Y el indio es como tortugade duro para espichar;si lo llega a destriparni siquiera se le encoge;luego sus tripas recoge,y se agacha a disparar.

86Hacían el robo a su gustoy después se iban de arriba;se llevaban las cautivas,y nos contaban que a vecesles descarnaban los pieses,a las pobrecitas, vivas.

87¡Ah! ¡si partía el corazónver tantos males, canejo!los perseguíamos de lejossin poder ni galopiar;¡y qué habíamos de alcanzaren unos vichocos viejos!

gritando: acabáu cristiano,metau el lanza hasta el pluma.

98Tendido en el costillar,cimbrando por sobre el brazouna lanza como un lazo,me atropelló dando gritos:si me descuido... El malditome levanta de un lanzazo.

99Si me atribulo o me encojo,siguro que no me escapo:siempre he sido medio guapo,pero en aquella ocasiónme hacía buya el corazóncomo la garganta al sapo.

100Dios le perdone al salvajelas ganas que me tenía...desaté las tres maríasy lo engatusé a cabriolas...¡pucha...! Si no traigo bolasme achura el indio ese día.

101Era el hijo de un cacique,sigún yo lo averigüé;la verdá del caso jueque me tuvo apuradazo,hasta que por fin de un bolazodel caballo lo bajé.

102Ahi no más me tiré al sueloy lo pisé en las paletas;empezó a hacer morisquetasy a mezquinar la garganta...pero yo hice la obra santade hacerlo estirar la jeta.

103Allí quedó de mojóny en su caballo salté;de la indiada disparé,pues si me alcanza me mata,y al fin me les escapé,con el hilo de una pata.

68Al principio nos dejaronde haraganes criando sebo,pero después… no me atrevoa decir lo que pasaba…¡barajo!… Si nos tratabancomo se trata a malevos.

69Porque todo era jugarlepor los lomos con la espada,y aunque usté no hiciera nada,lo mesmito que en palermo,le daban cada cepiadaque lo dejaban enfermo.

70¡Y qué indios, ni qué servicio;si allí no había ni cuartel!Nos mandaba el coronela trabajar en sus chacras,y dejábamos las vacasque las llevara el infiel.

71Yo primero sembré trigoy después hice un corral,corté adobe pa un tapial,hice un quincho, corté paja...¡la pucha que se trabajasin que le larguen un rial!.

IV. El pulpero. A buena cuenta

104seguiré esta relación,aunque pa chorizo es largo:el que pueda hágase cargocómo andaría de matrero,después de salvar el cuerode aquel trance tan amargo.

105Del sueldo nada les cuento,porque andaba disparando;nosotros de cuando en cuandosolíamos ladrar de pobres:nunca llegaban los cobresque se estaban aguardando.

106Y andábamos de mugrientosque el mirarnos daba horror;les juro que era un dolorver esos hombres, ¡por cristo!En mi perra vida he vistouna miseria mayor.

107Yo no tenía ni camisani cosa que se parezca;mis trapos sólo pa yescame podían servir al fin…no hay plaga como un fortínpara que el hombre padezca.

108Poncho, jergas, el apero,las prenditas, los botones,todo, amigo, en los cantonesjue quedando poco a poco;ya me tenían medio locola pobreza y los ratones.

109Sólo una manta peludaera cuanto me quedabala había agenciao a la tablay ella me tapaba el bulto;yaguané que allí ganabano salía– ni con indulto.

110Y pa mejor hasta el morose me jue de entre las manos;no soy lerdo pero, hermano,vino el comendante un díadiciendo que lo queríapa enseñarle a comer grano.

118Aunque es justo que quien vendealgún poquito muerda,tiraba tanto la cuerdaque, con sus cuatro limetasél cargaba las carretasde plumas, cueros y cerda.

119Nos tenía apuntaos a todoscon más cuentas que un rosario,cuando se anunció un salarioque iban a dar, o un socorro;pero sabe Dios qué zorrose lo comió al comisario;

120pues nunca lo vi llegar,y al cabo de muchos díasen la mesma pulperíadieron una güena cuenta,que la gente muy contentade tan pobre recibía.

121

126Se le pusieron los ojosque se le querían salir,y ahi no más volvió a decircomiéndome con la vista:¿y qué querés recibirsi no has dentrao en la lista?

127Esto sí que es amolar,dije yo pa mis adentros;van dos años que me encuentroy hasta aura he visto ni un grullo;dentro en todos los barullospero en las listas no dentro.

128Vide el pleito mal paraoy no quise aguardar más…es güeno vivir en pazcon quien nos ha de mandar;y reculando pa atrásme le empecé a retirar.

129

111Afigúrese cualquierala suerte de este su amigo,a pie y mostrando el umbligo,estropiao, pobre y desnudo;ni por castigo se pudohacerse más mal conmigo.

112Ansí pasaron los meses,y vino el año siguiente,y las cosas igualmentesiguieron del mesmo modo:adrede parece todopa atormentar a la gente.

113No teníamos más permiso,ni otro alivio la gauchada,que salir de madrugada,cuando no había indio ninguno,campo ajuera a hacer boliadasdesocando los reyunos.

114Y cáibamos al cantóncon los fletes aplastaos,pero a veces medio aviaoscon plumas y algunos cueros,que pronto con el pulperolos teníamos negociaos.

115Era un amigo del jefeque con un boliche estaba;yerba y tabaco nos dabapor la pluma de avestruz,y hasta le hacía ver la luzal que un cuero le llevaba.

116Sólo tenía cuatro frascosy unas barricas vacías,y a la gente le vendíatodo cuanto precisaba…algunos creiban que estabaallí la proveduría.

117¡Ah, pulpero habilidoso!Nada le solía faltar.¡Ahijuna!, Para tragartenía un buche de ñandú;la gente le dio en llamarel boliche de virtú.

Sacaron unos sus prendas,que las tenían empeñadas;por sus deudas atrasadasdieron otros el dinero;al fin de fiesta el pulperose quedó con la mascada.

122Yo me arrescosté a un horcóndando tiempo a que pagaran,y poniendo güena caraestuve haciéndome el poyo,a esperar que me llamaranpara recibir mi boyo.

123Pero ahi me puede quedarpegao pa siempre al horcón,ya era casi la oracióny ninguno me llamaba;la cosa se me ñublabay me dentró comezón.

124Pa sacarme el entripaovi al mayor, y lo fi a hablar;yo me lo empecé a atracar,y como con poca ganale dije: tal vez mañanaacabarán de pagar.

125¡Que mañana ni otro día!,Al punto me contestó:la paga ya se acabó;¡siempre has de ser animal!Me raí y le dije: yo…no he recebido ni un rial.

Supo todo el comendantey me llamó al otro día,diciéndome que queríaaviriguar bien las cosas…que no era el tiempo de rosas,que aura a naides se debía.

130Llamó al cabo y al sargentoy empezó la indagación:si había venido al cantónen tal tiempo o en tal otro…y si había venido en potro,en reyuno o redomón.

131Y todo era alborotaral ñudo, y hacer papel;conocí que era pastelpa engordar con mi guayaca;mas si voy al coronelme hacen bramar en la estaca.

132¡Ah, hijos de una…! ¡La codiciaojalá les ruempa el saco!Ni un pedazo de tabacole dan al pobre soldao,y lo tienen, de delgao,más ligero que un guanaco.

133Pero qué iba a hacerles yo,charabón en el desierto;más bien me daba por muertopa no verme más fundido:y me les hacía el dormidoaunque soy medio despierto.

V. Gringos en la frontera. La estaquiada

134Yo andaba desesperao,aguardando una ocasiónque los indios un malónnos dieran, y entre el estragohacérmeles cimarróny volverme pa mi pago.

135Aquello no era servicioni defender la frontera;aquello era ratoneraen que sólo gana el juerte:era jugar a la suertecon una taba culera.

136Allí tuito va al revés;los milicos son los piones,y andan en las poblacionesemprestaos pa trabajar;los rejuntan pa peliarcuando entran indios ladrones.

137Yo he visto en esa milongamuchos jefes con estancia,y piones en abundancia,y majadas y rodeos;he visto negocios feosa pesar de mi inorancia.

138Y colijo que no quierenla barunda componer;para eso no ha de tener,el jefe que esté de estable,más que su poncho y su sable,su caballo y su deber.

139Ansina, pues, conociendoque aquel mal no tiene cura,que tal vez mi sepolturasi me quedo iba a encontrar,pensé mandarme mudarcomo cosa más sigura.

140Y pa mejor, una noche¡qué estaquiada me pegaron!Casi me descoyuntaronpor motivo de una gresca:¡ahijuna, si me estiraronlo mesmo que guasca fresca!

141Jamás me puedo olvidarlo que esa vez me pasó;dentrando una noche yoal fortín, un enganchao,que estaba medio mamao,allí me desconoció.

142Era un gringo tan bozal,que nada se le entendía,¡quién sabe de ande sería!Tal vez no juera cristiano,pues lo único que decíaes que era papolitano.

145Ahi no más, ¡cristo me valga!,Rastrillar el jusil siento:me agaché, y en el momentoel bruto me largó un chumbo;mamao, me tiró sin rumbo,que si no, no cuento el cuento.

146Por de contao, con el tirose alborotó el avispero;los oficiales salierony se empezó la junción;quedó en su puesto el nación,y yo fi al estaquiadero.

147Entre cuatro bayonetasme tendieron en el suelo;vino el mayor medio en pedoy allí se puso a gritar:¡pícaro, te he de enseñarandar reclamando sueldos!

150No hacen más que dar trabajo,pues no saben ni ensillar;no sirven ni pa carniar:y yo he visto muchas vecesque ni voltiadas las resesse les querían arrimar.

151Y lo pasan sus mercedeslengüetiando pico a picohasta que viene un milicoa servirles al asao–y eso sí, en lo delicaos,parecen hijos de rico.

152Si hay calor, ya no son gente;si yela, todos tiritan;si usté no les da, no pitanpor no gastar en tabaco,y cuando pescan un nacouno al otro se lo quitan.

143Estaba de centinelay por causa del peludoverme más claro no pudo,y esa jue la culpa toda:el bruto se asustó al ñudoy fi el pavo de la boda.

144Cuando me vido acercar:quién vivore–? Preguntó;¿qué víboras?, Dije yo.¡Ha garto!, Me pegó el grito,y yo dije despacito:¡más lagarto serás vos!

148De las manos y las patasme ataron cuatro cinchones;les aguanté los tironessin que ni un ¡ay! Se me oyera,y al gringo la noche enteralo harté con mis maldiciones.

149Yo no sé porqué el gobiernonos manda aquí a la fronteragringada que ni siquierase sabe atracar a un pingo.¡Si creerá al mandar un gringoque nos manda alguna fiera!

153Cuando llueve se acoquinancomo perro que oye truenos.¡Que diablos!, Sólo son güenospa vivir entre maricas,y nunca se andan con chicaspara alzar ponchos ajenos.

154Pa vichar son como ciegos;no hay ejemplo de que entiendan,ni hay uno solo que aprienda,al ver un bulto que cruza,a saber si es avestruza,o si es jinete, o hacienda.

155Si salen a perseguirdespués de mucho aparato,tuitos se pelan al ratoy va quedando el tendal:esto es como en un nidalecharle güevos a un gato.

VI. Desertor. Las ruinas del rancho

156vamos dentrando reciéna la parte mas sentida,aunque es todita mi vidade males una cadena:a cada alma doloridale gusta cantar sus penas.

157Se empezó en aquel entoncesa rejuntar caballada,y riunir la milicadateniéndola en el cantón,para una despedicióna sorprender a la indiada.

158Nos anunciaban que iríamossin carretas ni bagajesa golpiar a los salvajesen sus mesmas tolderías;que a la güelta pagaríanlicenciándolo al gauchaje;

159que en esta despedicióntuviéramos la esperanza;que iba a venir sin tardanza,según el jefe contó,un menistro o qué sé yo–que le llamaban don ganza;

160que iba a riunir el ejércitoy tuitos los batallones,y que traiba unos cañonescon más rayas que un cotín;¡pucha!– Las conversacionespor allá no tenían fin.

161Pero esas trampas no enriedana los zorros de mi laya;que esa ganza venga o vaya,poco le importa a un matrero.Yo también dejé las rayas–en los libros del pulpero.

162Nunca juí gaucho dormido;siempre pronto, siempre listo,yo soy un hombre, ¡qué cristo!,Que nada me ha acobardao,y siempre salí paraoen los trances que me he visto.

164En medio de mi inoranciaconozco que nada valgo:soy la liebre o soy el galgoasigún los tiempos andan;pero también los que mandandebieran cuidarnos algo.

165Una noche que riunidosestaban en la carpetaempinando una limetael jefe y el juez de paz,yo no quise aguardar más,y me hice humo en un sotreta.

166Me parece el campo oréganodende que libre me veo;donde me lleva el deseoallí mis pasos dirijo,y hasta en las sombras de fijoque donde quiera rumbeo.

167Entro y salgo del peligrosin que me espante el estrago,no aflojo al primer amagoni jamás fi gaucho lerdo:soy pa rumbiar como el cerdo,y pronto caí a mi pago.

168Volvía al cabo de tres añosde tanto sufrir al ñudoresertor, pobre y desnudo,a procurar suerte nueva;y lo mesmo que el peludoenderecé pa mi cueva.

176¡Y la pobre mi mujer,Dios sabe cuánto sufrió!Me dicen que se volócon no sé qué gavilán:sin duda a buscar el panque no podía darle yo.

177No es raro que a uno le faltelo que a algún otro le sobresi no le quedó ni un cobresino de hijos un enjambre.Que más iba a hacer la pobrepara no morirse de hambre?

178¡Tal vez no te vuelva a ver,prienda de mi corazón!Dios te dé su proteciónya que no me la dio a mí,y a mis hijos dende aquíles echo mi bendición.

179Como hijitos de la cunaandarán por ahi sin madre;ya se quedaron sin padre,y ansí la suerte los dejasin naides que los protejay sin perro que les ladre.

180Los pobrecitos tal vezno tengan ande abrigarse,ni ramada ande ganarse,ni rincón ande meterse,ni camisa que ponerse,ni poncho con que taparse.

163Dende chiquito ganéla vida con mi trabajo,y aunque siempre estuve abajoy no sé lo que es subirtambién el mucho sufrirsuele cansarnos, ¡barajo!

169No hallé ni rastro del rancho:¡sólo estaba la tapera!¡Por cristo si aquello erapa enlutar el corazón!¡Yo juré en esa ocasiónser mas malo que una fiera!

170¡Quién no sentirá lo mesmocuando ansí padece tanto!Puedo asigurar que el llantocomo una mujer largué:¡ay, mi Dios: si me quedémás triste que jueves santo!

171Sólo se oíban los aullidosde un gato que se salvó;el pobre se guareciócerca, en una vizcachera:venía como si supieraque estaba de güelta yo.

172Al dirme dejé la haciendaque era todito mi haber;pronto debíamos volver,sigún el juez prometía,y hasta entonces cuidaríade los bienes, la mujer.

173Después me contó un vecinoque el campo se lo pidieron;la hacienda se la vendieronpa pagar arrendamientos,y qué sé yo cuantos cuentos;pero todo lo fundieron,

174los pobrecitos muchachos,entre tantas afliciones,se conchabaron de piones;¡mas qué iban a trabajar,si eran como los pichonessin acabar de emplumar!

175Por ahi andarán sufriendode nuestra suerte el rigor:me han contao que el mayornunca dejaba a su hermano;

181Tal vez los verán sufrirsin tenerles compasión;puede que alguna ocasión,aunque los vean tiritando,los echen de algún jogónpa que no estén estorbando.

182Y al verse ansina espantaoscomo se espanta a los perros,irán los hijos de Fierro,con la cola entre las piernas,a buscar almas más tiernaso esconderse en algún cerro.

183Mas también en este juegovoy a pedir mi bolada;a naides le debo nada,ni pido cuartel ni doy:y ninguno dende hoyha de llevarme en la armada.

184Yo he sido manso primero,y seré gaucho matrero;en mi triste circunstancia,aunque es mi mal tan projundo,nací y me he criado en estancia.Pero ya conozco el mundo.

185Ya les conozco sus mañas,le conozco sus cucañas;sé como hacen la partida,la enriedan y la manejan;deshaceré la madejaaunque me cueste la vida.

186Y aguante el que no se animea meterse en tanto engorroo si no aprétese el gorroy para otra tierra emigre;pero yo ando como el tigreque le roban los cachorros.

187Aunque muchos creen que el gauchotiene alma de reyuno,no se encontrará a ninguno

puede ser que algún cristianolos recoja por favor.

que no le dueblen las penas;mas no debe aflojar unomientras hay sangre en las venas.

VII. Pelea con el moreno

188De carta de más me víasin saber a donde dirme;mas dijeron que era vagoy entraron a perseguirme.

189Nunca se achican los males,van poco a poco creciendo,y ansina me vide prontoobligado a andar juyendo.

190No tenía mujer ni ranchoy a más, era resertor;no tenía una prenda güenani un peso en el tirador

191a mis hijos infelicespensé volverlos a hallar,y andaba de un lao al otrosin tener ni qué pitar.

192Supe una vez por desgraciaque había un baile por allí,y medio desesperaoa ver la milonga fui.

193Riunidos al pericóntantos amigos hallé,que alegre de verme entre ellosesa noche me apedé.

194Como nunca, en la ocasiónpor peliar me dio la tranca.Y la emprendí con un negroque trujo una negra en ancas.

195Al ver llegar la morena,que no hacía caso de naides,le dije con la mamúa:va–ca–yendo gente al baile.

196La negra entendió la cosay no tardó en contestarme,mirándome como a un perro:más vaca será su madre.

197

205Pegué un brinco y abrí canchadiciéndoles: caballeros,dejen venir ese toro.Solo nací– solo muero.

206El negro, después del golpe,se había el poncho refalaoy dijo: vas a sabersi es solo o acompañado.

207Y mientras se arremangó,yo me saqué las espuelas,pues malicié que aquel tíono era de arriar con las riendas.

208No hay cosa como el peligropa refrescar un mamao;hasta la vista se aclarapor mucho que haiga chupao.

209El negro me atropellócomo a quererme comer;me hizo dos tiros seguidosy los dos le abarajé.

210Yo tenía un facón con s,que era de lima de acero;le hice un tiro, lo quitóy vino ciego el moreno;

211y en el medio de las aspasun planazo le asenté,que lo largué culebriandolo mesmo que buscapié.

212Le coloriaron las motascon la sangre de la herida,y volvió a venir juriosocomo una tigra parida.

213Y ya me hizo relumbrarpor los ojos el cuchillo,alcanzando con la puntaa cortarme en un carrillo.

214Me hirvió la sangre en las venasy me le afirmé al moreno,dándole de punta y hacha

Y dentró al baile muy tiesacon más cola que una zorra,haciendo blanquiar los dienteslo mesmo que mazamorra.

198!Negra linda!– Dije yo.Me gusta– pa la carona;y me puse a champurriaresta coplita fregona:

199a los blancos hizo Dios,a los mulatos san pedro,a los negros hizo el diablopara tizón del infierno.

200Había estao juntando rabiael moreno dende ajuera;en lo escuro le brillabanlos ojos como linterna.

201Lo conocí retobao,me acerqué y le dije presto:po–r–rudo que un hombre seanunca se enoja por esto.

202Corcovió el de los tamangosy creyéndose muy fijo:¡más porrudo serás vos,gaucho rotoso!, Me dijo.

203Y ya se me vino al humocomo a buscarme la hebra,y un golpe le acomodécon el porrón de ginebra.

204Ahi nomás pegó el de hollínmas gruñidos que un chanchito,y pelando el envenaome atropelló dando gritos.

pa dejar un diablo menos.

215Por fin en una topadaen el cuchillo lo alcé,y como un saco de güesoscontra un cerco lo largué.

216Tiró unas cuantas patadasy ya cantó pal carnero:nunca me puedo olvidarde la agonía de aquel negro.

217En esto la negra vinocon los ojos como ajíy empezó la pobre allía bramar como una loba.Yo quise darle una sobaa ver si la hacía callar,mas pude reflesionarque era malo en aquel punto,y por respeto al dijuntono la quise castigar.

218Limpié el facón en los pastos,desaté mi redomón,monté despacio y salíal tranco pa el cañadón.

219Después supe que al finaoni siquiera lo velaron,y retobao en un cuero,sin rezarle lo enterraron.

220Y dicen que dende entonces,cuando es la noche serenasuele verse una luz malacomo de alma que anda en pena.

221Yo tengo intención a veces,para que no pene tanto,de sacar de allí los güesosy echarlos al camposanto.

VIII. El ser gaucho es un delito

222otra vez en un bolicheestaba haciendo la tarde;cayó un gaucho que hacia alardede guapo y peliador;a la llegada metióel pingo hasta la ramada,y yo sin decirle nadame quedé en el mostrador.

223Era un terne de aquel pagoque naides lo reprendía,que sus enriedos teníacon el señor comendante;y como era protegido,andaba muy entonao,y a cualquier desgraciaolo llevaba por delante.

224¡Ah pobre! Si él mismo creibaque la vida le sobraba;ninguno diría que andabaaguaitándolo la muerte.Pero ansí pasa en el mundo,es ansí la triste vida:pa todos está escondidala güena o la mala suerte.

225Se tiró al suelo; al dentrarle dio un empellón a un vasco,y me alargó un medio frascodiciendo: beba cuñao.Por su hermana, contesté.Que por la mía no hay cuidao.

226¡Ah, gaucho!, Me respondió;¿de que pago será crioyo?¿Lo andará buscando el hoyo?Deberá tener güen cuero;pero ande bala este torono bala ningún ternero.

227Y ya salimos trenzaosporque el hombre no era lerdo,mas como el tino no pierdo,y soy medio ligerón,le dejé mostrando el sebode un revés con el facón.

228Y como con la justiciano andaba bien por allí,cuanto pataliar lo vi,y el pulpero pegó el grito,ya pa el palenque salícomo haciéndome chiquito.

229Monté y me encomendé a Dios,rumbiando para otro pago,que el gaucho que llaman vagono puede tener querencia,y ansí de estrago en estragovive llorando la ausencia.

230éL andaba siempre juyendo,siempre pobre y perseguido,no tiene cueva ni nidocomo si juera maldito;porque el ser gaucho– ¡barajo!,El ser gaucho es un delito.

231Es como el patrio de posta;lo larga éste, aquél lo toma,nunca se acaba la broma;dende chico se pareceal arbolito que crecedesamparao en la loma.

232Le echan la agua del bautismoaquél que nació en la selva;busca madre que te envuelva,le dice el fraire y lo larga.Y dentra a cruzar el mundocomo burro con la carga.

233Y se cría viviendo al vientocomo oveja sin trasquila;mientras su padre en las filasanda sirviendo al gobierno,aunque tirite en invierno,naides lo ampara ni asila.

234Le llaman gaucho mamaosi lo pillan divertido,y que es mal entretenidosi en un baile lo sorprienden;hace mal si se defiendey si no, se ve– fundido.

235No tiene hijos ni mujer,ni amigos ni protetores,pues todos son sus señoressin que ninguno lo ampare:tiene la suerte del güey,y ¿donde irá el güey que no are?

236Su casa es el pajonal,su guarida es el desierto;y si de hambre medio muertole echa el lazo a algún mamón,lo persiguen como a plaito,porque es un gaucho ladrón.

237Y si de un golpe por ahilo dan güelta panza arriba,no hay un alma compasivaque le rece una oración;tal vez como cimarrónen una cueva lo tiran.

238Él nada gana en la pazy es el primero en la guerra;no le perdonan si yerra,que no saben perdonar,porque el gaucho en esta tierrasólo sirve pa votar.

239Para el son los calabozos,para el las duras prisiones,en su boca no hay razonesaunque la razón le sobre;que son campanas de palolas razones de los pobres.

240Si uno aguanta, es gaucho bruto;si no aguanta es gaucho malo.¡Dele azote, dele palo,porque es lo que él necesita!De todo el que nació gauchoésta es la suerte maldita.

241Vamos suerte, vamos juntosdende que juntos nacimos;y ya que juntos vivimossin podernos dividir–yo abriré con mi cuchilloel camino pa seguir.

IX. Matreriando. La lucha con la partida

242matreriando lo pasabaya a las casas no venía;solía arrimarme de día,mas, lo mesmos que el carancho,siempre estaba sobre el ranchoespiando a la polecía.

243Viva el gaucho que ande mal,como zorro perseguido,hasta que al menor descuidose lo atarasquen los perros,pues nunca le falta un yerroal hombre más alvertido.

244Y en esa hora de la tardeen que tuito se adormece,que el mundo dentrar parecea vivir en pura calma,con las tristezas del almaal pajonal enderiece.

245Bala el tierno corderitoal lao de la blanca oveja,y a la vaca que se alejallama el ternero amarrao;pero el gaucho desgraciaono tiene a quien dar su oveja.

246Ansí es que al venir la nocheiba a buscar mi guarida,pues ande el tigre se anidatambién el hombre lo pasa,y no quería que en las casasme rodiara la partida.

247Pues aun cuando vengan elloscumpliendo con su deberes,yo tengo otros pareceres,y en esa conduta vivo:que no debe un gaucho altivopeliar entre las mujeres.

248Y al campo me iba solito,más matrero que el venao,como perro abandonaoa buscar una tapera,o en alguna vizcacherapasar la noche tirao.

259Al punto me santigüéy eché de giñebra un taco;lo mesmito que el matacome arroyé con el porrón;si han de darme pa tabaco,dije, ésta es güena ocasión.

260Me refalé las espuelas,para no peliar con grillos;me arremangué el calzoncillo,y me ajusté bien la faja,y en una mata de pajaprobé el filo del cuchillo.

261Para tenerlo a la manoel flete en el pasto até,la cincha le acomodé,y, en un trance como aquél,haciendo espaldas en élquietito los aguardé.

262Cuando cerca los sentí,y que ahi no más se pararon,los pelos se me erizarony, aunque nada vían mis ojos,no se han de morir de antojo,les dije, cuando llegaron.

263Yo quise hacerles saberque allí se hallaba un varón;les conocí la intencióny solamente por esoes que les gané el tirón,sin aguardar voz de preso.

264Vos sos un gaucho matrero,dijo uno, haciéndose el güeno.Vos mataste un morenoy otro en una pulpería,y aquí está la polecíaque viene a ajustar tus cuentas;te va alzar por las cuarentasi te resistís hoy día.

265No me vengan, contesté,con relación de dijuntos;ésos son otros asuntos;vean si me pueden llevar,que yo no me he de entregar,aunque vengan todos juntos.

266Pero no aguardaron más

276El más engolosinaose me apió con un hachazo;se lo quité con el brazo;de no, me mata los piojos;y antes de que diera un pasole eché tierra en los dos ojos.

277Y mientras se sacudíarefregándose la vista,yo me le fui como listay ahi no más me le afirmé,diciéndole: Dios te asista,y de un revés lo voltié.

278Pero en ese punto mesmosentí que por las costillasun sable me hacía cosquillasy la sangre me heló;dende ese momento yome salí de mis casillas.

279Di para atrás unos pasoshasta que pude hacer pie;por delante me lo eché

249Sin punto ni rumbo fijoen aquella inmensidá,entre tanta escuridáanda el gaucho como duende;allí jamás lo sorpriendedormido, la autoridá.

250Su esperanza es el coraje,su guardia es la precaución,su pingo es la salvación,y pasa uno en su desvelo,sin más amparo que el cieloni otro amigo que el facón.

251Ansí me hallaba una nochecontemplando las estrellas,que le parecen más bellascuanto uno es más desgraciao,y que Dios las haiga criaopara consolarse en ellas.

252Les tiene el hombre cariñoy siempre con alegríave salir las tres marías;que si llueve, cuanto escampa,las estrellas son la guíaque el gaucho tiene en la pampa.

253Aquí no valen dotores,sólo vale la esperiencia;aquí verían su inocenciaésos que todo lo saben,porque esto tiene otra llavey el gaucho tiene su cencia.

y se apiaron en montón;como a perro cimarrónme rodiaron entre tantos;ya me encomendé a los santos,y eché mano a mi facón.

267Y ya vide el fogonazode un tiro de garabina,mas quiso la suerte indinade aquel maula, que me errase,y ahi no más lo levantaselo mesmo que una sardina.

268A otro que estaba apuraoacomodando una bola,le hice una dentrada solay le hice sentir el Fierro,y ya salió como el perrocuando le pisan la cola.

269Era tanta la aflicióny la angurria que venían,que tuitos se me venían,donde yo los esperaba;uno al otro se estorbabay con las ganas no vían.

270Dos de ellos que traiban sablesmás garifos y resueltos,en las hilachas envueltosenfrente se me pararon,y a un tiempo me atropellaronlo mesmo que perros sueltos.

de punta y tajos a un criollo;metió la pata en un hoyo,y yo al hoyo lo mandé.

280Tal vez en el corazónle tocó un santo benditoa un gaucho, que pegó el gritoy dijo: ¡Cruz no consienteque se cometa el delitode matar a un valiente!

281Y ahi no más se me aparió,dentrándole a la partida;yo les hice otra embestidapues entre dos era robo;y el Cruz era como loboque defiende su guarida.

282Uno despachó al infiernode dos que lo atropellaron;los demás remoliniaron,pues íbamos a la fija,y a poco andar dispararonlo mesmo que sabandija.

283Ahí quedaron largo a largolos que estiaron la jeta;otro iba como maleta,y Cruz de atrás les decía:que venga otra polecíaa llevarlos en carreta.

284Yo junté las osamentas,me hinqué y les recé un bendito,hice una cruz de un palitoy pedí a mi Dios clementeme perdonara el delitode haber muerto tanta gente.

285Dejamos amotonaosa los pobres que murieron;no sé si los recogieron,porque nos fuimos a un rancho,o si tal vez los caranchosahi no más se los comieron.

286Lo agarramos mano a manoentre los dos al porrón:en semejante ocasiónun trago a cualquiera encanta;y Cruz no era remolónni pijotiaba garganta.

287

254Es triste en medio del campopasarse noches enterascontemplando en sus carreraslas estrellas que Dios cría,sin tener más compañía

271Me fui reculando en falsoy el poncho adelante eché,y en cuanto le puso el pieuno medio chapetón,de pronto le di un tirón

que su delito y las fieras.

255Me encontraba como digo,en aquella soledá,entre tanta escuridá,echando al viento mis quejas,cuando el grito del chajáme hizo parar las orejas.

256Como lumbriz me peguéal suelo para escuchar;pronto sentí retumbarlas pisadas de los fletes,y que eran muchos jinetesconocí sin vacilar.

257Cuando el hombre está en peligrono debe tener confianza;ansí tendido de panzapuse toda mi atencióny ya escuché sin tardanzacomo el ruido de un latón.

258Se venían tan calladitosque yo me puse en cuidao;tal vez me hubieran bombiaoy ya me venían a buscar;mas no quise disparar,que eso es de gaucho morao.

y de espaldas lo largué

272al verse sin compañeroel otro se sofrenó;entonces le dentré yo,sin dejarlo resollar,pero ya empezó a aflojary a la pu–n–ta disparó.

273Uno que en una tacuarahabía atao una tijera,se vino como si juerapalenque de atar terneros,pero en dos tiros certerossalió aullando campo ajuera.

274Por suerte en aquel momentovenía coloriando el albay yo dije: si me salvala virgen en este apuro,en adelante le juroser más güeno que una malva.

275Pegué un brinco y entre todossin miedo me entreveré;hecho ovillo me quedéy ya me cargó una yunta,y por el suelo la puntade mi facón les jugué.

Calentamos los garguerosy nos largamos muy tiesos,siguiendo siempre los besosal pichel, y por mas señas,íbamos como cigüeñasestirando los pescuezos.

288Yo me voy, le dije, amigo,donde la suerte me lleve,y si es que alguno se atreve,a ponerse en mi camino,yo seguiré mi destino,que el hombre hace lo que debe.

289Soy un gaucho desgraciao,no tengo donde ampararme,ni un palo donde rascarme,ni un árbol que me cubije:pero ni aun esto me afligeporque yo sé manejarme.

290Antes de cair al servicio,tenia familia y hacienda;cuando volví, ni la prendame la habían dejao ya.Dios sabe en lo que vendráa parar esta contienda.

X. Por culpa de una mujer

291amigazo, pa sufrirhan nacido los varones;estas son las ocasionesde mostrarse un hombre juerte,hasta que venga la muertey lo agarre a coscorrones.

292El andar tan despilchaoningún mérito me quita;sin ser un alma benditame duelo del mal ajeno:soy un pastel con rellenoque parece torta frita.

293Tampoco me faltan malesy desgracias, le prevengo;también mis desdichas tengo,aunque esto poco me aflige:yo sé hacerme el chango rengocuando la cosa lo esige.

294Y con algunos ardilesvoy viviendo, aunque rotoso;a veces me hago el sarnosoy no tengo ni un granito,pero al chifle voy ganosocomo panzón al maíz frito.

295A mí no me matan penasmientras tenga el cuero sano;venga el sol en el veranoy la escarcha en el invierno¿por qué afligirse el cristiano?

296Hagámosle cara fieraa los males, compañero,porque el zorro más matrerosuele cair como un chorlito;viene por un corderitoy en la estaca deja el cuero.

297Hoy tenemos que sufrirmales que no tienen nombre,pero esto a nadies lo asombreporque ansina es el pastel,y tiene que dar el hombremas güeltas que un carretel.

298Yo nunca me he de entregara los brazos de la muerte;

306Pero, amigo, el comendanteque mandaba la milicia,como que no desperdiciase fue refalando a casa;yo le conocí en la trazaque el hombre traiba malicia.

307Él me daba voz de amigo,pero no le tenía fe;era el jefe, y ya se ve,no podía competir yo;en mi rancho se pególo mesmo que un saguaipé.

308A poco andar, conocíque ya me había desbancao,

314Un puntazo me largó,pero el cuerpo le saqué,y en cuanto se lo quité,para no matar un viejo,con cuidado, medio de lejosun palazo le asenté.

315Y como nunca al que mandale falta algún adulón,uno que en esa ocasiónse encontraba allí presente,vino apretando los dientescomo perrito mamón.

316Me hizo un tiro de revuélverque el hombre creyó siguro;

arrastro mi triste suertepaso a paso y como pueda,que donde el débil se quedase suele escapar el juerte.

299Y ricuerde cada cuallo que cada cual sufrió,que lo que es, amigo, yo,hago ansí la cuenta mía:ya lo pasado pasó;mañana será otro día.

300Yo también tuve una pilchaque me enllenó el corazón,y si en aquella ocasiónalguien me hubiera buscao,siguro que me había hallaomás prendido que un botón.

301En la güeya del quererno hay animal que se pierda–las mujeres no son lerdas,y todo gaucho es dotorsi pa cantarle al amortiene que templar las cuerdas.

302¡Quién es de una alma tan duraque no quiera una mujer!Lo alivia en su padecer:si no sale calaveraes la mejor compañeraque el hombre puede tener.

303Si es güena, no lo abandonacuando lo ve desgraciao,lo asiste con su cuidao,y con afán cariñoso,y usté tal vez ni un rebozoni una pollera le ha dao.

304¡Grandemente lo pasabacon aquella prenda mía,viviendo con alegríacomo la mosca en la miel!¡Amigo, qué tiempo aquel!¡La pucha, que la quería!

305Era la águila que a un árboldende las nubes bajó;era más linda que el albacuando va rayando el sol;era la flor deliciosaque entre el trebolar creció.

y él siempre muy entonao,aunque sin darme ni un cobre,me tenía de lao a laocomo encomienda de pobre.

309A cada rato, de chasqueme hacía dir a gran distancia;ya me mandaba a una estancia,ya al pueblo, ya a la frontera;pero él en la comendanciano ponía los pies siquiera.

310Es triste a no poder másel hombre en su padecer,si no tiene una mujerque lo ampare y lo consuele:mas pa que otro se la pelelo mejor es no tener.

311No me gusta que otro gallole cacaree a mi gallina;yo andaba ya con la espina,hasta que en una ocasiónlo pille junto al jogónabrazándome a la china.

312Tenía el viejito una carade ternero mal lamido,y al verle tan atrevidole dije: ¡que le aproveche!–Que había sido pa el amorcomo gaucho pa la leche.

313Peló la espalda y se vinocomo a quererme ensartar,pero yo sin tutubiarle volví al punto a decir:¡cuidado!, No te vas a per–tigo;poné cuarta pa salir.

era confiado y le juroque cerquita se arrimaba,pero, siempre en un apurose desentumen mis tabas.

317Él me siguió menudiandomas sin poderme acertar,y yo, dele culebriar,hasta que al fin le dentréy ahi no más lo despachésin dejarlo resollar.

318Dentré a campiar en seguidaal viejito enamorao–el pobre se había ganaoen un noque de lejía.¡Quién sabe cómo estaríadel susto que había llevao!

319¡Es zonzo el cristiano machocuando el amor lo domina!Él la miraba a la indina,y una cosa tan jediondasentí yo, que ni en la fondahe visto tal jedentina

320Y le dije: pa su agüelahan de ser esas perdices.Yo me tapé las narices,y me salí esternudando,y el viejo quedó olfatiandocomo chico con lumbrices.

321Cuando la mula recula,señal que quiere cociar,ansí se suele portaraunque ella lo disimula;recula como la mulala mujer, para olvidar.

322Alcé mis ponchos y mis prendasy me largué a padecerpor culpa de una mujerque quiso engañar a dos;al rancho le dije adiós,para nunca más volver.

323Las mujeres, dende entonces,conocí a todas en una;ya no he de probar fortunacon carta tan conocida:mujer y perra parida,¡no se me acerca ninguna!.

XI. A bailar un pericón

324a otros les brotan las coplascomo agua de manantial;pues a mí me pasa igual;aunque las mías nada valen,de la boca se me salencomo ovejas de corral.

325Que en puertiando la primera,ya la siguen los demás,y en montones las de atráscontra los palos se estrellan,y saltan y se atropellansin que se corten jamás.

326Y aunque yo por mi inoranciacon gran trabajo me esplico,cuando llego a abrir el pico,tengaló por cosa cierta,sale un verso y en la puertaya asoma el otro el hocico.

327Y emprésteme su atención;me oirá relatar las penasde que traigo la alma llena;porque en toda circustancia,paga el gaucho su inoranciacon la sangre de sus venas.

328Después de aquella desgraciame refugié en los pajales;anduve entre los cardalescomo bicho sin guarida;pero, amigo, es esa vidacomo vida de animales.

329Y son tantas las miseriasen que me he salido ver,que con tanto padecery sufrir tanta aflición,malicio que he de tenerun callo en el corazón.

330Ansí andaba como guachocuando pasa el temporal;supe una vez por mi malde una milonga que había,y ya pa la pulperíaenderecé mi bagual.

331Era la casa del baile

333Con gato y con fandanguillohabía empezado el changango,y para ver el fandangome colé haciendomé bola,mas metió el diablo la cola,y todo se volvió pango.

334Había sido el guitarreroun gaucho duro de boca:yo tengo paciencia pocapa aguantar cuando no debo;a ninguno me le atrevo,pero me halla el que me toca.

335A bailar un pericóncon una moza salí,y cuanto me vido allísin duda me conoció;y estas coplitas cantócomo por raírse de mí:

336las mujeres son todascomo las mulas;yo no digo que todas,pero hay algunasque a las aves que vuelanles sacan plumas.

337Hay gauchos que presumen

338Se secretiaron las hembras,y yo ya me encocoré;volié la anca y le grité:¡dejá de cantar– chicharra!Y de un tajo a la guitarratuitas las cuerdas corté.

339Al punto salió de adentroun gringo con un jusil;pero nunca he sido vil,poco el peligro me espanta;yo me refalé la mantay la eché sobre el candil.

340Gané en seguida la puertagritando: ¡nadies me ataje!Y alborotado el hembraje,lo que todo quedo escuro,empezó a verse en apuromesturao con el gauchaje.

341El primero que saliófue el cantor, y se me vino;pero yo no pierdo el tinoaunque haiga tomao un trago,y hay algunos por mi pagoque me tienen por ladino.

342No ha de haber achocao otro:le salió cara la broma;a su amigo cuando tomase le despeja el sentido,y el pobrecito había sidocomo carne de paloma.

343Para prestar un socorrolas mujeres no son lerdas:antes que la sangre pierdalo arrimaron a unas pipas;ahi lo dejé con las tripascomo pa que hiciera cuerdas.

344Monté y me largué a los camposmás libre que el pensamiento,como las nubes al vientoa vivir sin paradero,que no tiene el que es matreronido, ni rancho, ni asiento.

345No hay juerza contra el destinoque le ha señalao el cielo,y aunque no tenga consuelo,

un rancho de mala muerte,y se enllenó de tal suerteque andábamos a empujones:nunca faltan encontronescuando un pobre se divierte.

332Yo tenía unas medias botascon tamaños verdugones;me pusieron los talonescon crestas como gallos:¡si viera mis aflicionespensando yo que eran callos!

de tener damas;no digo que presumen,pero se alaban,y a lo mejor los dejantocando tablas.

¡aguante el que está en trabajo!¡Nadies se rasca pa abajo,ni se lonjea contra el pelo!

346Con el gaucho desgraciaono hay uno que no se entone¡la menor falta lo esponea andar con los avestrucesfaltan otros con más lucesy siempre hay quien los perdone.

XII. Ansí estuve en la partida

347Yo no sé qué tantos mesesesta vida me duró;a veces nos obligóla miseria a comer potro:me había acompañao con otrostan desgraciaos como yo

348Mas ¿para qué platicarsobre esos males, canejos?Nace el gaucho y se hace viejo,sin que mejore su suerte,hasta que por ahi la muertesale a cobrarle el pellejo.

349Pero como no hay desgraciaque no acabe alguna vez,me aconteció que despuésde sufrir tanto rigor,un amigo, por favor,me compuso con el juez.

350Le alvertiré que en mi pagoya no va quedando un criollo:se los ha tragao el hoyo,o juido o muerto en la guerra;porque, amigo, en esta tierranunca se acaba el embrollo.

351Colijo que jué por esoque me llamó el juez un día,y me dijo que queríahacerme a su lao venir,y que dentrase a servirde soldao de polecía.

352Y me largó una proclamatratándome de valiente;que yo era un hombre decente,y que dende aquel momentome nombraba de sargentopa que mandara la gente.

353Ansí estuve en la partida,pero ¿qué había de mandar?Anoche al irlo a tomarvide güena coyontura,y a mí no me gusta andarcon la lata a la cintura.

357Para mí la cola es pechoy el espinazo es caderahago mi nido ande quieray de lo que encuentro como;me echo tierra sobre el lomoy me apeo en cualquier tranquera.

358Y dejo rodar la bola,que algún día se ha de parar–tiene el gaucho que aguantarhasta que lo trague el hoyo,o hasta que venga algún criolloen esta tierra a mandar.

362Todos se güelven proyetosde colonias y carriles,y tirar la plata a milesen los gringos enganchaos,mientras al pobre soldaole pelan la cucha– ¡ah, viles!

363Pero si siguen las cosascomo van hasta el presente,puede ser que redepenteveamos el campo disierto,y blanquiando solamentelos güesos de los que han muerto.

359Lo miran al pobre gauchocomo carne de cogote:lo tratan al estricotey si ansí las cosas andan,porque quieren los que mandan,aguantemos los azotes.

360¡Pucha! Si usté los oyera,

364Hace mucho que sufrimosla suerte reculativatrabaja el gaucho y no arribaporque a lo mejor del caso,lo levantan de un sogazosin dejarle ni saliva.

365De los males que sufrimos

----------.

354Ya conoce, pues, quién soy;tenga confianza conmigo:Cruz le dio mano de amigo,y no lo ha de abandonar;juntos podemos buscarpa los dos un mesmo abrigo.

355Andaremos de matrerossi es preciso pa salvar;nunca nos ha de faltarni un güen pingo pa juir,ni un pajal ande dormir,ni un matambre que ensartar.

356Y cuando sin trapo algunonos haiga el tiempo dejao,yo le pediré emprestaoel cuero a cualquiera lobo,y hago un poncho, si lo sobo,mejor que poncho engomao.

como yo en una ocasióntuita la conversaciónque con otro tuvo el juez;le asiguro que esa vezse me achicó el corazón.

361Hablaban de hacerse ricoscon campos en la fronteras,de sacarla más ajuera,donde había campos baldidosy llevar de los partidosgente que la defendiera.

hablan mucho los puebleros,pero hacen como los terospara esconder sus niditos:en un lao pegan los gritosy en otro tienen los güevos.

366Y se hacen los que no aciertana dar con la coyontura:mientras al gaucho lo apuracon rigor la autoridá,ellos a la enfermedále están errando la cura.

XIII. A los indios me refalo

367ya veo que somos los dosastillas del mesmo palo:yo paso por gaucho maloy usté anda del mesmo modo;y yo, pa acabarlo todo,a los indios me refalo.

368Pido perdón a mi Diosque tantos bienes me hizo,pero dende que es precisoque viva entre los infeles,yo seré cruel con los crueles:ansí mi suerte lo quiso.

369Dios formó lindas las flores,delicadas como son;le dio toda perfecióny cuanto él era capaz,pero al hombre le dio máscuando le dio el corazón.

370Le dio claridá a la luz,juerza en su carrera al viento,le dio vida y movimientodende la águila al gusano;pero más le dio al cristianoal darle el entendimiento.

371Y aunque a las aves les dio,con otras cosas que inoro,esos piquitos como oroy un plumaje como tablale dio al hombre más tesoroal darle una lengua que habla.

372Y dende que dio a las fierasesa juria tan inmensa,que no hay poder que las venzani nada que las asombre,¿qué menos le daría al hombreque el valor pa su defensa?

373Pero tantos bienes juntosal darle, malicio yoque en sus adentros pensóque el hombre los precisabaque los bienes igualabacon las penas que le dio.

376En la cruzada hay peligros,pero ni aun esto me aterra:yo ruedo sobre la tierraarrastrao por mi destino;y si erramos el camino–no es el primero que lo erra.

377Si hemos de salvar o no,de esto naides nos responde;derecho ande el sol se escondetierra adentro hay que tirar;algún día hemos de llegar–después sabremos a dónde.

378No hemos de perder el rumbo:los dos somos güena yunta.El que es gaucho ve ande apuntaaunque inora ande se encuentra;pa el lao en que el sol se dentradueblan los pastos la punta.

379De hambre no pereceremos,pues, sigún otros me han dicho,en los campos se hallan bichosde los que uno necesita–gamas, matacos, mulitasavestruces y quirquinchos.

380Cuando se anda en el desiertose come uno hasta las colas;lo han cruzao mujeres solasllegando al fin con salú,y ha de ser gaucho el ñandúque se escape de mis bolas.

381Tampoco a la sé le temo;yo la aguanto muy contento;busco agua olfatiando el vientoy, dende que no soy manco,ande hay duraznillo blancocavo, y la saco al momento.

382Allá habrá siguridáya que aquí no la tenemos;menos males pasaremosy ha de haber grande alegríael día que nos descolguemosen alguna toldería.

385Y ya que a juerza de golpesla suerte nos dejó aflúspuede que allá veamos luzy se acaben nuestras penas:todas las tierras son güenas;vamonós, amigo Cruz.

386El que maneja las bolas,el que sabe echar un pialy sentársele a un bagualsin miedo de que lo baje,entre los mesmos salvajesno puede pasarlo mal.

387El amor como la guerralo hace el criollo con canciones;a más de eso en los malonespodemos aviarnos de algo;en fin amigo, yo salgode estas pelegrinaciones.

388En este punto el cantorbuscó un porrón pa consuelo,echó un trago como un cielo,dando fin a su argumento;y de un golpe el instrumentolo hizo astillas contra el suelo.

389Ruempo, dijo, la guitarra,pa no volverme a tentar;ninguno la ha de tocar,por siguro tengaló;pues naides ha de cantarcuando este gaucho cantó.

390Y daré fin a mis coplascon aire de relación;nunca falta un preguntónmás curioso que mujer,y tal vez quiera sabercomo jué la conclusión.

391Cruz y Fierro de una estanciauna tropilla se arriaron;por delante se la echaroncomo criollos entendidos,y pronto sin ser sentidospor la frontera cruzaron.

374Y yo empujao por las míasquiero salir de este infierno:ya no soy pichón muy tiernoy sé manejar la lanza,y hasta los indios no alcanzala facultá de gobierno

375yo sé que allá los caciquesamparan a los cristianos,y que los tratan decuando se van por su gusto.¡A qué andar pasando sustos–!Alcemos el poncho y vamos.

383Fabricaremos un toldo,como lo hacen tantos otros,con unos cueros de potro,que sea sala y sea cocina.¡Tal vez no falte una chinaque se apiade de nosotros!

384Allá no hay que trabajar,vive uno como un señor;de cuando en cuando un malón,y si de él sale con vida,lo pasa echao panza arribamirando dar güelta el sol.

392Y cuando la habían pasao,una madrugada clarale dijo Cruz que miraralas últimas poblaciones,y a Fierro dos lagrimonesle rodaron por la cara.

393Y siguiendo el fiel del rumbose entraron en el desierto,no sé si los habrán muertoen alguna correría,pero espero que algún díasabré de ellos algo cierto.

394Y ya con estas noticiasmi relación acabé;por ser ciertas las conté,todas la desgracias dichas:es un telar de desdichascada gaucho que usté ve.

395Pero ponga su esperanzaen el Dios que lo formó;y aquí me despido yoque he relatao a mi modoMALES QUE CONOCEN TODOS,PERO QUE NAIDES CONTÓ.