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Fondo de protección ambiental
Uno es a mil
Manual Taller
Agricultura Familiar Urbana
Junta de vecinos Nº3, Los Almendros
www.unoesamil.cl
Huertos familiares urbanos
Los huertos familiares son espacios dentro de la ciudad que son utilizados
por los pobladores para el cultivo de alimentos. Aquí encontramos en un
pequeño espacio una combinación de árboles, arbustos, verduras,
tubérculos y raíces comestibles, que proporcionan alimentos y
condimentos, medicinas entre otros productos.
Los productos de los huertos su fin esencial es el consumo por parte de los
pobladores, ya que esto proporciona la seguridad de poseer alimentos y
ayuda a disminuir los costos familiares.
Para implementar los huertos familiares es necesario saber cómo realizar
todos los manejos para llevar a cabo la producción de los cultivos, por eso
este manual pretende entregar herramientas, de forma fácil, para hacerlo en
comunidad o llevarlo a una producción dentro del hogar.
A continuación se detallan algunas operaciones que se utilizan para la
producción de verduras.
Almácigos
La siembra en almacigo consiste en sembrar las semillas en una caja con
tierra o en almacigueras creadas con este fin, para poder cuidarlas hasta
que las plantas resistan el trasplante. La siembra en almacigo se practica
principalmente para los cultivos cuyas semillas son de tamaño pequeño y
para cultivos que son sensibles a ciertas condiciones climáticas (heladas
principalmente).
La siembra en almácigos se puede realizar tanto con suelo mezclado con
abonos orgánicos como en sustratos inertes con abonos orgánicos. Es
necesaria la mezcla con abonos orgánicos, ya que estos ayudan a un mejor
establecimiento y desarrollo de los cultivos.
Si siembras en almacigo:
• Se puede cuidar a la planta más
fácilmente
• Se usa menos agua
• Se ahorra tiempo y trabajo
Momento de la siembra de los almácigos
Paso 1
Se debe preparar la mezcla de suelo o sustrato inerte con el abono
orgánico, (la misma cantidad de cada componente) tratando de que quede
lo más homogénea posible.
Paso 2
Esta mezcla se coloca en las almacigueras o en los recipientes destinados
para la siembra, estos pueden ser envases de yogur, bandejas de huevos,
cajas de leche (tetrapack), también se pueden construir de madera, tratando
de que no quede muy apretado ni muy suelto y se les agrega una cantidad
de agua suficiente para humedecer la totalidad de la mezcla.
Paso 3
Luego se deben colocar las semillas, colocando una semilla por recipiente.
Las semillas deben colocarse dependiendo de su tamaño, ya que las
semillas más pequeñas deben colocarse más superficialmente y las
semillas más grandes a una mayor profundidad.
Después de haber concluido el momento de la siembra se debe cuidar que
el suelo mantenga la humedad, regando cada 3 días en otoño-invierno y
cada 2 días en primavera-verano.
Medidas para la construcción de
nuestras almacigueras de madera
De esta forma es necesario al
momento del trasplante tener mucho
cuidado con las raíces de las plantas
ya que al sacarlas podemos cortarlas
y disminuir la facilidad del
establecimiento del cultivo. Esta
extracción debe procurar que la raíz
mantenga un poco de suelo para que
sea mucho más fácil su trasplante.
Momento del trasplante
Cuando los plantines tengan de 3 a 5 hojas verdaderas se
puede comenzar el trasplante al lugar definitivo, donde los
cultivos seguirán todo su desarrollo.
Paso 1
Se deben tener preparado el lugar donde serán trasplantados
nuestros almácigos; el suelo debe estar preparado para este
evento (se explicará más adelante).
Paso 2
Se deben extraer los almácigos de la almaciguera, de forma
tal que no se rompan las raíces, ni las hojas de nuestro
almacigo.
Paso 3 Ahora se pueden plantar los almácigos en su lugar definitivo,
el trasplante se debe hacer a la hora de menos calor, de
preferencia en la tarde; las plantas deben quedar enterradas
hasta donde están las dos hojas verdaderas, las dos primeras
hojas son redondas y más chicas que las demás, a estas hojas
se les conoce como hojas falsas estas deben quedar
enterradas, luego se deben regar abundantemente.
Siembra directa.
La siembra directa consiste en poner las semillas desde un principio en el
lugar donde se establecerá el cultivo durante todo el proceso, esto se
realiza principalmente con cultivos que tiene semillas de mayor tamaño o
en cultivos extensivos (trigo, avena, centeno, etc.)
La siembra directa se puede realizar de
distintas formas, las que dependerán de la
cantidad de semillas con las que contemos y
del espacio que deseamos sembrar. Si
contamos con pocas semillas es preferible
que sembremos de a una semilla, dejando el
espacio suficiente para el crecimiento y
desarrollo del cultivo, pero si contamos con
una gran cantidad de semillas podemos
sembrar al voleo, es decir tomar una
cantidad de semillas y esparcirlas sobre el lugar donde vamos a sembrar.
Hay que tener en cuenta que algunos cultivos después de esta siembra al
voleo se deben ralear, es decir eliminar ciertas plantas que estén muy
cercanas, para aprovechar mejor los nutrientes del suelo, la luz y el agua.
Cuando ya pusimos las semillas debemos regar tratando que las gotas sean
finas, para que no queden expuestas en la superficie. Debemos procurar
que las semillas queden bien tapadas con suelo, para prevenir que sean
comidas por animales o pájaros.
La siembra cercana es una forma de acomodar las plantas en tu cama de tal
manera que te caben 4 veces más plantas, que las que puedes sembrar en
surco.
La siembra cercana se hace con una técnica llamada Tresbolillo y la
distancia entre planta y planta se tantea por el tamaño que tendrán cuando
crezcan. No olvidar que cuando crezcan, sus hojas deberán tocarse.
Las ventajas de esta forma de sembrar son las siguientes:
-Hay más producción por metro cuadrado, podemos producir mucho más
que sembrando en surcos.
-Mantiene la humedad del suelo y usa poco agua.
-No permite que la cama se desarme fácilmente.
-Hay menos plagas
-Las raíces crean un buen ambiente y aprovechan mejor el abono.
-La sombra que se da debajo
de las plantas y la humedad
que se mantiene en el suelo,
crea un ambiente agradable
que favorece el crecimiento de
ellas, pues la vida del suelo se
desarrolla mejor que en un
suelo descubierto.
Existen otras formas de
sembrar, pero requieren de un
mayor espacio para su
ejecución. Tenemos las
siembras hileradas que pueden estar establecidas en surcos y platabandas
entre otros.
Los surcos se utilizan en cultivos que necesitan un cierto espacio para su
desarrollo.
Las platabandas se utilizan en cultivos que necesitan mantener la humedad
Preparación del suelo
Es muy importante al momento de la siembra tener el suelo preparado para
entregarle las mejores condiciones a las semillas, ya que de esto va a
depender el resultado de nuestros cultivos.
Preparación del terreno
• Quitar el pasto y las hierbas del terreno donde se va a sembrar
• Cuando el suelo es muy duro, hay que regar la tierra y dejarla reposar dos
días.
Después con un chuzo o con una picota se afloja la tierra y se vuelve a
mojar durante cinco minutos, esto realmente ayuda a que el trabajo sea
mucho más fácil que cuando el suelo está seco.
Suelo preparado Suelo no preparado
El suelo debe quedar mullido, es decir debe quedar blando, sin terrones
muy grandes, para que cuando pongamos nuestras semillas estas puedan
ser tapadas, quedando las semillas en mayor contacto con el suelo y se
mantenga la humedad del suelo por más tiempo.
Si el suelo no ha sido utilizado por mucho tiempo, es necesario, en la
medida de lo posible, excavar a una profundidad de por lo menos 50 cm,
para permitir es establecimiento de las raíces de los cultivos en el suelo,
sobre todo para aquellos cultivos que crecen bajo la superficie (papas,
cebollas, zanahorias, beterragas, etc.)
Existe una técnica para realizar este proceso, que es llamada de la doble
excavación, la que se explica en los siguientes pasos:
Primero:
Con la pala recta, se escarba una zanja de 30 cm. de hondo por 1.2 mts. de
largo y 30 cm. de ancho.
Segundo:
Enseguida con un horqueta se aflojan 30 cm. del fondo de la cama. No
sacas la tierra, solo la aflojas.
Tercero:
Volvemos a escarbar otra zanja con las mismas medidas: 30 cm. de ancho
por 1.2 m. de largo y 30 cm. de hondo. La tierra que sacamos de aquí, nos
sirve para tapar la primera zanja, debemos tratar que en esta tierra no
existan terrones muy grandes.
Cuarto:
Repetimos lo mismo que en la zanja anterior: aflojar con el bieldo los
siguientes 30 cm del fondo de la cama.
Quinto:
Seguimos repitiendo los pasos terceros y cuarto hasta terminar.
Sexto:
Para tapar la última zanja, utiliza un rastrillo, remueve la tierra de la parte
más alta del suelo y colócala en la zanja, también puedes utilizar parte de
la tierra que se sacó de la primera zanja.
Séptimo:
Ahora si tenemos que nivelar la cama con el rastrillo, la regamos y le
ponemos de 2 a 5 cubetas (de 20 litros) de compost.
Después se incorpora el compost en el suelo con un rastrillo, revolviendo
bien la tierra de 5 a 10 centímetros de hondo.
El suelo está listo para sembrar
Es importante
no olvidar que cuando el suelo esté preparado, se debe TENER MUCHO
CUIDADO DE NO PISAR SOBRE EL, porque se aprieta la tierra y las
plantas no podrían respirar, beber y comer bien y entonces tardarían en
crecer o estarían débiles.
Recomendaciones para el cuidado de los cultivos
El riego: debe regarse con cuidado
porque mucho o poco riego puede
perjudicar las plantas.
Labrar: Cuando se forma una costra
delgada en el suelo de la cama, debe romperse para que el aire y el agua
puedan circular.
Aporcar: el aporque no es más que arrimar tierra en el tronco de las plantas
para que las raíces se protejan y la planta pueda sostenerse y crecer mejor.
Arropar: es cubrir la superficie de las camas con una capa de materia
orgánica que puede ser: hojas secas, rastrojo,
aserrín, así no escapa la humedad y haya
menos malas hierbas.
Media sombra: En lugares donde hay mucho
calor, se necesita proteger el suelo con
cobertizos sencillos. Pueden ser hechos de
madera ligera y rastrojo, de maya media
sombra, o ramas.
La cosecha: el mejor momento para cosechar las hortalizas es:
Cuando las hortalizas estén maduras, pues tienen más valor nutritivo y no
tienen mal sabor.
Después de cosechar deben consumirse sobre todo las hojas
comestibles, pues pierden su valor nutritivo con rapidez.
Por la mañana nunca a pleno sol
Las zanahorias, papas, camotes, nabos, rábanos y cebollas,
se sacan fácilmente, después de aflojar la tierra.
Los frutos y las hojas se deben cortar con cuchillo pues los
desgarres hacen que se pudra el tallo.
Si va a cosechar y el suelo está demasiado húmedo, tiene que esperar que
éste se seque de modo que pueda entrar al campo sin enterrarse en el barro,
pero el suelo no debe estar tampoco demasiado seco, sobre todo cuando
vamos a cosechar raíces como zanahoria, papas, beterragas, ya que el suelo
estará demasiado duro para poder cosechar estos cultivos.
Cuando se cosechan cultivos donde las hojas son las comestibles se deben
cortar en el caso de la acelga no toda la planta, sino que hoja por hoja,
dejando las hojas centrales del cultivo en la mata para que crezcan lo
suficiente para ser cosechadas y en el caso de las lechugas, repollos entre
otros cultivos de hojas se deben cortar a la altura de la base de las hojas, es
decir de donde nacen las hojas.
En el caso de los cultivos que la parte comestible sea el
fruto, siempre es necesario cortar este fruto, ya sea con
una tijera o cuchillo, porque es más fácil y disminuimos
el peligro de romper los frutos.
Los cultivos que nacen a ras de suelo es muy importante
lavarlos bien antes de cocinarlos, ya que están en
contacto con el suelo, donde se encuentran muchos
microorganismos que pueden ser perjudiciales para la salud de las
personas.
Es necesario al momento de la cosecha, si esta va a ser en un lugar abierto
protegerse del sol, utilizando bloqueador solar, lentes de sol, gorro que
cubra el sol y polera manga larga y pantalón largo, ya que el exceso de sol
puede provocar enfermedades, así que trate de cuidarse.
Asociación de cultivos
La asociación de cultivos es la compatibilidad de cercanía que pueden
tener ciertos cultivos, ya que algunos cultivos pueden producir sustancias
que disminuyan el crecimiento de otros cultivos, por eso es importante
saber que cultivos se pueden poner cerca de otros sin que exista ese
perjuicio.
La siguiente tabla muestra que cultivos se pueden poner cercanos.
Ejemplos de asociaciones, y cultivos que no se pueden poner cercanos
En la tabla anterior se puede ver que aparecen cuadros de color blanco,
gris y negro; los cuadros de color blanco
identifican los cultivos que se pueden
sembrar juntos y que reciben un aporte una
con otra, los cuadro de color gris,
muestran las asociaciones de cultivos
donde no existe daño pero tampoco
beneficio y los cuadros de color negro, son
las asociaciones donde se produce un
perjuicio en los cultivos si estos se encuentran cercanos.
Por ejemplo la acelga con la zanahoria
son cultivos que al estar juntos se
produce un buen crecimiento y no
existen problemas en su desarrollo.
También tenemos el apio con la cebolla
que pueden estar juntos sin sufrir daños,
pero no presentan un gran beneficio con
la asociación de la zanahoria con la acelga.
Acelga
Ajo
Apio
C ebolla
C oliflor R epollo
Espinaca
L echuga
Pepino
Perejil
Poroto
Tom ate
Z anahoria
Z apallo Italiano
C om pañeras Indiferentes Se perjudican
Zapallo
italiano
Zanahoria
Tomate
Rabanito
Poroto
Perejil
Pepino
Lechuga
Espinaca
Coliflor
Repollo
Cebolla
Beterraga
Arveja
Apio
Ajo
Acelga
Arveja
Betarraga
Rabanito
Pero si ponemos arveja con ajo, los
cultivos no crecerán de buena forma,
existirán mucho problemas, ya que
estos cultivos no son compañeros.
Cabe destacar que la mejor asociación
es cuando existe un beneficio entre los
cultivos, es decir según la tabla los que
aparecen en el cuadro con color
blanco, también se pueden hacer las asociaciones que tengan color gris,
porque tal vez no existirá ningún beneficio, pero no presentan perjuicio
realizar las asociaciones entre ambos cultivos.
Rotación de cultivos
Una de las causas principales del agotamiento del suelo, es sin duda la
práctica del monocultivo, es decir el cultivo de un solo tipo de plantas. Por
eso no es bueno sembrar en el mismo lugar dos veces seguidas un mismo
cultivo.
El suelo bien preparado puede aguantar hasta dos veces la siembra de un
mismo cultivo. Pero es mejor rotar los cultivos para no agotar o cansar el
suelo y para evitar plagas. Si por alguna razón tienes alguna hortaliza con
plaga y vuelves a sembrar esta misma hortaliza en el mismo lugar, tendrás
hortalizas con plaga otra vez. Si siembras otro cultivo rompes el ciclo de la
plaga y así ya no la volverás a tener.
Claro que es necesario saber que hortalizas sembrar y tomar en cuenta las
siguientes recomendaciones:
En la cama recién preparada se siembran plantas que son fuertes
consumidoras o consumidoras voraces, entre ellas la acelga, repollo,
pepino, zapallo, espinaca, lechuga y maíz; todas ellas necesitan muchos
nutrientes como compost y estiércol.
Una vez cosechados estos cultivos es necesario devolver a la tierra los
nutrientes que tomaron de la cama como fósforo, potasio y nitrógeno. Esto
se hace poniéndole compost al suelo.
Para devolver nitrógeno al
suelo, debemos sembrar
cultivos donantes como
porotos, arvejas, habas,
garbanzos y lentejas,
plantas que forman parte de
nuestra alimentación.
La tierra también necesita
descanso, y se lo podemos
dar si sembramos las
plantas llamadas
consumidoras ligeras, la
mayoría de ellas son raíces, como el nabo, betarraga, zanahoria y cebolla.