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LOS CENTROS DE ENSEÑANZA DE LA FILOSOFIA EN LA ARGENTINA DURANTE EL PERIODO HISPÁNICO (Epoca Austriaca-Jesuítica} por ESTEBAN FONTANA "La naturaleza de las instituciones educaciona- les ha cambiado tan fundamentalmente, desde aquellos días, y hay una tendencia natural tan decidida para interpretar los hechos históricos según las imágenes del presente, que se intro- duce una verdadera confusión cuando se trata de representar los hechos del pasado, si no se fijan con precisión los caracteres de las ins- tituciones antiguas". ENRIQE MARTÍNEZ PAZ INTBODUCCIÓN Aunque parezca paradójico, la iimporlancia esenioial que revisibió Ja meditación filosófica desde los tiempos de los pre-socráticos, no se vio reflejada en los distintos planes de estudio que conocieron las sucesivas sociedádtes civilizadas de Oiccidente, desde la época bele- nístioa hasta nuesitro punito de partida, principios de la Edad Moderna. Si exceptuamos el iintento utópico y nunca ensayado de Platón, que quiso poner la enseñanza de Ja diallócfcica —o filosofía— como cuilminación del largo cuirriiculum para la formación de los regentes ( " ) Trabajo realizado con el auspicio de ila icomisión de promoción de la investigaición.

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  • LOS C E N T R O S DE E N S E A N Z A DE LA F ILOSOFIA EN LA A R G E N T I N A D U R A N T E EL PERIODO

    H I S P N I C O

    (Epoca Austriaca-Jesutica}

    por ESTEBAN FONTANA

    "La naturaleza de las instituciones educacionales ha cambiado tan fundamentalmente, desde aquellos das, y hay una tendencia natural tan decidida para interpretar los hechos histricos segn las imgenes del presente, que se introduce una verdadera confusin cuando se trata de representar los hechos del pasado, si no se fijan con precisin los caracteres de las instituciones antiguas".

    ENRIQE MARTNEZ PAZ

    INTBODUCCIN

    Aunque parezca paradjico, la iimporlancia esenioial que revisibi Ja meditacin filosfica desde los tiempos de los pre-socrticos, no se vio reflejada en los distintos planes de estudio que conocieron las sucesivas socieddtes civilizadas de Oiccidente, desde la poca bele-nstioa hasta nuesitro punito de partida, principios de la Edad Moderna.

    Si exceptuamos el iintento utpico y nunca ensayado de Platn, que quiso poner la enseanza de Ja diallcfcica o filosofa como cuilminacin del largo cuirriiculum para la formacin de los regentes

    ( " ) Trabajo realizado con el auspicio de ila icomisin de promocin de la investigaicin.

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    die su Ropbioa, en todos Jos dems sislemas leckioativos la dialc-tioa pasa a formar parte de un ciclo intermedio emitre los estudios eliementales y lia formaioin superior o profesional. Triunfa de esta mianera la conlcepoin retrica de Isorateis el reverso de Platn en la educacin clsica, (luego consolidada por el magistenio y la obra escrita de Cicern y Quintiliano. Otos autores, como Varrn, Capaila y Boecio, contribuirn a fijar definttivamcnite ese sistema de estudios preparatorios en las llamadas "siete artes liberales", las ciiales se organizan en dos gmpos de jnaterias: el Trivium (Gramtica, Retrica y Dialetioa) y ol Cuadrivimn {Airitmticia, Geometra, Astronoma y Teora de la Msica). El primero oonslituira la base y el se>gundlo al grado saiperior de esa lenseanza pre-univorsi-tara

    Tal es el plan que adoptarn tambin las escuelas monsticas y oalednalioias cbiraele la primera mitad dte la Edad Media, siguiendo los lineamientos api-obadbs por flas Capitulares carolingias del ao 778. Este programa de esludios destinado a formar el hombre cultivado de la poca, inspirado sobre tOido por Alcuno, seguir sin modificaciones hasta comienzo ddl siglo X I I I y se daba bsicamente en dos esicuelas: illa Escuela de Artes d o n d e sie impartan las .siete aa-tes liberales ya nombradas, y la Esicuela de la Sacra Doctrina donde se estudiaba la materia q u e se haba convertido en la nueva meta de la formacin humiaina: la Teologa Juntamente con ella

    1. "Trivium y cuadrivium. iLa diferencia de clasificacin rappsaba en ia naturileza de ias lEateriais; las del priinrer grupo encuadraban en la ense-anv.a forma;], tenan por objeto al liomil:)re, al e.stpritu bumano, tanto como al aneoanismo por ol icuail el penslmiento se esprssaiba; y ocupb;ui el lugar preferente. Tenda a enseanza a dsciriminar Jas fonua.s generaiies del razonamiento, absitraocin de su aipilioacin a las lOosas, o aqucillas que s o n ms fomnai es an que el pensamiento, como el leixgiuaje. iPor e.'-io tamibin reciban Ja denominacin de artes sermoniciales o lgica. 'En cambio, las imaterias de] quadrivium se referan a lias |cosas y e.sitaban destinadas a conocer el nuncio exterior, sus leyes, oomo las del niimici-o, dol espacio, de Jos a.stros, del somido, 'Por eso tambin recibain Ja donoiminacin de artes reales o phisica. Ambos ni'icleois de discipilimas estaban, pues, orientaid.as en dos direcciones: el primero baca eil Jiomibre, 'de a.lli tl cailifioativo de buin.anismo pie reeibi desipus ly d otro bacia Has cosas, la naturailezia y al niuindo e.'iterior". (lAcufA, {Anig'Sl; "'Origen y evolUicin de Jas iiustituiciones educativas". 'Buenos Aires, Universidad de Buenos lAires, 1040. Pg. Ii6.

    '2. Ta' Jo dem'uestra ell divuJ/gado "Oiaro de Walatrido Slrabo" del monasterio de 'Reiohenau que data de piiniciipia? dcj] siglo I X . ISe lo P'Uede cons'ul'ltar en (MESSEB, Aug-ust: "Historia de a ipedigoga". Barcelona Editoriail Labor, 1946. P4gs. 109-184.

  • Los CENTROS DE E N S E f A N Z A DE LA FILOSOFA EN. . . 85

    3. VZQUEZ, lun Adolfo: "Flosoifa y Universidad". lEn "Temas de Pedagaga Universitaria", segunda serie. Santa Fe, Imiprenta de la Universidad, 1959. (Pg. '38.

    haba hecho su .apariciim, en Europa Ja carrera eclesistca, que pas a reinar soberana solMie Jias dems profesiones durante toda la Edad Media, y en el Imperio Hispnieo an lleg a abarcar tambin buena parte de la Moderna.

    Las exigencias dte esta nueva formacin llev a eliminar del programa de estudios todas las disciplinas filosficas que podan competir con la Teologa en cuanto sabidura, entendiendo por esta un conociimiento totalizador de Ja vida, del mimdo, del hombre y de Dios. De la Filosofa, dentro del esquema del trivium y euadrivium, slo queda en pie la lgica o sea su contenido puramenite instrumental y formal. Habra quie esperar la llegada del siglo X I I I para que esa situacin se transformara en favor de la incorporacin de otros contenidos de mayor riqueza viltall. Sin embargo, Ja instrumentaliza-cin de la Filosofa no acabara l descubrimiento de sus reales aileances cognoeitivos. Mi an 'cuamldo empieza a disminuir la influencia ecJesstioa en la Edad Moderna, sino que prcticamente llega liasta nuestro siglo en el ouall se advierte una cierta autonoma-Segn un autor "la filosofa univei-sitiaria ha sido sucesivamente sierva de la Teologa, siierva db las bienioias fsicas y, ltimamente, sierva de la Tecnaloga. La Filosofa como actividad de gran importancia universitaria se debe solamente a la tradicin que tiene su origen len Ja poca dlsica d b la cultura alemana, d e Kant a Hegel, y que se prolonga a travs de algunas cabezas importantes hasta nuestros das

    Sin compartir del todo esta tesis, es innegable el carcter intermedio que siempre han tenido los estadios filosficos, aunque oon algunos matices dignos de destacar. Por ejemplo, no aceptamos la oalifiaaoin de subordinada para la filosofa que se dio en nuestras universidades en el periodo hispnico'. En e.ste periodo, siguiendo el corte medieval. Ja Facultad de Artes era esouela comn para todos los eandidlatos que seguan estudios superiores, que se realizaban en las Facultades de Tedl'oga, Derecho y Medicina. Pero esta impostergable presencia, ms que subordinacin Je da el carcter de materia bsica, fundamientall. Tan es as que los postulados teri-

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    cos metodolgioos qme adiqiiiran -en los tres aos filosfieos, se refflejaban ntidos len todos ios argumentos teolgicos y jurdieos que ms adelante realizaban en su vida profesional, tail como se advierte en todas las intervenciones de tipo poltico que llevan a oabo los componentes de la genieracin de 1810 en nuestro pas.

    Ese oarctor bsico que tiene la filosofa e,n la poca colonial va ser heredado por e l peritodo nacional dtmante el siglo XIX. Sin embargo, la sieculaxiizacn db la cultura, la independencia y rpido desarrollo que ganan lais ciencias fsicas y naturales, juntamente con la aparicin de nuevas carrei-as profesionalies, va restndole poco a poco a Ja filosofa ese carcter de imprescindible que ocupaba, y ahora s, se le va a diar la funcin de prqparatoria para las profesiones lamadlas tradicionales. No es otro bl sentidlo que tiene la pre-sendia de la filosofa en el Departamieoto Preparatorio de la Universidad de Buenos Aires len el siglo decimonnico.

    Y por ltimo, cuando a fin de esie siiglo y principios del actual, en lias dos niioas universidades con que contbamos, -en una se crea y en la otra se comieraza a trabajar en S;a fundacin de Facultadles de Filosofa, estamios frente a un nuew oarcter de la enseanza de nuestra materia en la Argentina: se convibrte en autnoma, no se la sigue como medio para aloanzar una meta mayor, sino por ella misma, o sea que se transfoi-ma en ncleo de una profe.sin independiente. Aunque con pena aidivertimios que esa especificidad le ha restado tambin furadlamentalidad: antes, toas las carreras necesitaban de una foi-m-adin filosfica, ahora ya no, apenas si se la estudia magramente oomo miateria ms en bl maremagnum que son nuiesitros planes de la escuela secundaria.

    Todas estas oitrounstaincias nos ha llevado a esiti-ucturar una divisin en periodos de la enseanza de Oa filosofa, que se apaa^tar un tanto d e lia evoluain db la filosofa misma en nuestro pas, pero ello IOS lgibo iquo ocurra -por cuanto ambos -derroteros presentan distintas dinmiioas. As, los periodos que oncontramos son los siguieotes: a ) Hispnico, o sea -ouando la enseanza de la filosofa tiene una fuinoin bsica en la foi-maicin dbl hombre 'oulto y profesional; b ) Decimonnico, o sea, -cuando esa funcin sigue siendo la misma aunque con una acentuamiiento db su carcter preparatorio para las distnltas carriexas profesionales; c ) Actual, o sea ) la

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    filosofa adlquiere una signifioacin autnoma, aunque piterda un tanto su misiii dte ensear a pensar y a vivir a los hombres cultos

    Al empezar el desarrolllo pairciail dial primero de esos perodos -jdcttimos parcial porque slo nos ocuparemos aqu de la poca que llega hasta la expulsin de los jesutas quvaremos dejar bien sentad que no es amiosbro proplsitto haber una historia de los centras eduoaioionailes que ensearon la filosofa en nuestro pas: esa historia, por lo dtems, en grain parite esit hecha, lo que nos permiittiir apoyarnos en idllla paira dosicubrilr lais evidencias que nos iinteresao. Cules son iesas cvidlenailaB? En ptmiar lugar, que al poner de relieve la (irayaotoriia vital de esos centros ediucativos, trataremos de eneonlirar las caaisas que hicieron, a esa detarminada universidad o colegio, el foco mximo de la elaboracin y difusin de la filosofa en el mbito de lo que luega consibituilra nuestro pas. A continuacin., despus de dejar dilbujiada la stuaen del centro hegemniieo, completaremos el cuadro valamzanido el papd desempeado por los oenitros de menor cuanta, los cuales sin emboirgo no dejaron en ningn momento dle llenar una sentida nieoesidad espiritual en el lugar donde aetuaban.

    El esitudio partiioular de elsos 'centros est precedido por una caracterizacin de la poltica educacional de la pooa, como modo de explicar el valor y la funcin que tena la filosofa en el curriculum utilizado en la misma. Por ltimo, oomo todlo viraje en las historia del pensaaniento siempre se encuentra d'e algn modo eondicionada

    4. 'Los oarmibios operados en Ja fu-riicin que des^-mipe la filosofa a traivs do los sii!!;1a.s estn estredhialmonte reiliacionados oon la.s transformiacio-nes que sufri tainibin el iprinciipal centm de su enseanza, o sea la univei-si-dad hispianoameriicana. Els por e-so (pie salimos reconfortados con nuestras ideas cuando dos autores q.ue han intentado caracterizar a esa imiversidad, (llegan a di,9tingiiir Ilapsos nnnry mojantes a ios nuestros en el derrotero vitali de diiolia insitituioin. lAs, iGonzallo IAGUIRRE BELTRN en "Estructura y fumcin de lia Universidiad ILatinoaimiericana" (iRevista "La Educacin", ,18. Washington, Unin Panamericana, 4960), habla de que "tres son esos inoiDientos trasicendentes lei de traspaso, el de pr.stamo y el de camhio cultural que corresiponden con las etaipas colonial, indepandiente y moderna de las relp-Micas americanas". iD'el imiismo modo, lAniba/l RASCUAN VALDES en ".Deifini-cin de la Universidad iLatinoamterioana" ("Telmias de Pedagoga Universitaria", segtuxla serie. Santa Fe, ilimprenta de la Universidad, 1 0 5 0 ) , afirma qoie "diahos perodos son: I .el KNIDOiAIMlEIRIIlClAiNO (preliispano prieooSbmlbiino', alhorigen o amerindio o como se le d'O.see lllamar) II' '; el INDIANiO (errneamente calificado de "oalonial"); M ' ' eil ElMtWlClPATORlO (o dciimonnico o "afraraoesiatlo"); y Wf el 'HEFOiRiMlSTA o de la Universidiad Nueva".

  • E s T E B x W FONTANA

    po r oiroumstainiaias bistrioais concrelias, n o dejanemqs d e refer irnos brevemenite a coyunturas pdlticas, sociales culturales q u e caoiaoterizan al pe r odo .

    PARTE P R I M E R A

    L A E N S E A N Z A D E L A F I L O S O F I A E N L A P O L I T I C A E D U C A C I O N A L D E L A EPOCA

    1. L A M O N A R Q U A C A T L I C A Y EL SENTIDO DEL BARROCO E S P A O L

    Durante los siglos X V I y X V I , el imperio hispnico estuvo gobernado por la dinasta d e los Habsburgo o, como ms comnmente se la llama, de los Austrias, la. cuall juega el papel protagnico en el gran dirama de lia dlilsolucin dte la Cnisitiandad mediieval y la formacin de la Europa moderna. A dteoJr de Elals d e Tejada, "la Cristiandad muere para nacear Europa cuiamdo ese perfecto organismo se [Pompe d e s d e 1517 hasta 1648 en cinco rupturas sucesivas, cinco horas de parto y crianza de Eunopa, lainoo puales en la carne histrica dte la Cristiandad. A saber: la iruptnra religiosa del protes-tarntismo luterano, lia ruptUTa hiloa con Maiquiavalo, la ruptura poltica por mano dte Bodin, la ruptura jurdica en Grocio y en Hobbes, y la ruptura definitiva del cuerpo mstico cristiano en los tratados de Westfalia. Desde 1517 hasta 1648 Europa nace y crece, y a m'edlida que nace y crece Europa, la Cirilsbia.nidad fallece y mu'sre"

    Por supuesto que ese largo proceso no fue mirado por Espaa 'estticamente, sino que empe todlaLs sus lenergas vitales procu-raindo evitar lo que ella crea m'ali itaraparable. Fue el 'tiempo 'cn que la monarqua espaola se transform en Campeona del Catolicismo y tod'as sus m'inais polticas, econ-mioas y cuilturales estaban supeditadas ai logro del triunifo del ideali loatlico '.ecumnico. Tan decis i vo 'CS esto, que si querem'OS hallar lia expUoacin ltima de todos los pnoioederes 'en los campos 'edbteaitivos y cien'tfico, no debemos desvilar nuesitiia laitcnlcin del 'aaigumento 'dlsiico del ponsamiieitto poltico dte la dlinasta austraca que Rodrguez Casiado, en 'certeras frastes, rresume de este modo: "La Fe CatHoa es un ins.trumenito

    5. TEJADA, Francisoo .Elias de: "iLa maniarq'ua tradicional". Madrid Ediciones .Tliallp, >19i54,. Pag. 37.

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    esencial que hay que dofeinider no oioamente como una verdad religiosa; hay que dtefendarla para salvaguardar limpia, incontaminada, la misma sociedad en (ue se viae. El ambiente influye poderosamente en l honabre. Es necesario, pues, que ese ambiente, formativo c o m o la ediucaein, est puro de heterodoxias. El principio tiene tainita ms validez cuanto ms dbil sea la voluntad del pueblo de que se trata. Por eso, la legislacin espaola en Indias es tan minuciosa, tan detallista, y, tambin, tan escrupulosa, con el emigrante; y por lo miSm, impide, o tirata de impedir la convivencia desmor;ilizadora del espaol y el indgena" .

    Los Austrias acometieron una lucha desigual contra la misma Historia tomanido sobre sus hombros la defensa militar del Catolicismo, cuyo resultado final fue el agotamiento y la derrota que se hizo pa/fente hacia fines del siglo XV I I . Sdin iembargo, todos los autores se muestran de acuerdo al considerar a esta poca, la ms gloriosa del genio hispnico, cuando frente a una maduracin cultural y social que no entendan, no cejaron db defender el sentido cristiano de la Vida y la es'iructura jerrquica de la sociedad.

    Culturallmente, a toda esta poica se la conoce comio ei Barroco espaol, aunque hoy se pretende ampliar ese trmino llevndolo de su significacin esttica, a abarcar la total actividad humana: lo pcdtico, lo cientfico y lo social. Veamos la opinin de un especialista acerca de esita forma barroca de eatendier la vilda: "Desde un punto de vista histrioo, est loomipresto de dos dlementos esenciales: de tos valores renacentistas, por un liado, con la exaltaoin del hoan-bre y su valoracin de la naturaleza, despojada de toda idealizacin, 'caracterstica del humamismo, y, esa consecuencia, ms realista; y otro, de una poderosa reaccin antiprotestante, que le hace subrayar ms y ms la rofcxnma catoliba db Trento. La convivencia en el Dairroco db estos dos elementos se realiza de un modo' lgico y razonable. Ms an, podemos decir que pocas veces se ha llegado en Ja historia del pensamiento, y en la hi.storia vivida, a una conjuncin ms perfecta de lo natural y sobrenatural. Dio origen a en-o-res, orrores ciertamente graves en la apllicacin prctica, oomo la extensin regalista y iconfusicnismo ddl "Estado Misional", y acoib por oo'nsumirse oomo toda obra humana, que por definicin no es etea-na; pero pocas voces espritu del hombre fue '^apaz, como

    6. KoimGUEZ CASADO, Vicente: "Coniversaciones de Historia de Espaa". Barcelona (Editoriali iPIlaraeta, 1063 . Xomio I, pg. 032.

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    enitonices, de enraizaase en el suelo y llegar al propio tiempo a lo divino" ''.

    No se neaesiilia mayor esfuerzo paira deducir cul habr sido la poltica edjoaciioinal que imper en este perodo: siendo los valores relligiosos los que ocupaban el lugar preferente y estando empeados en una veirdadera cruzada por imiponeirlos en toda Europa y Amrica, fne necesario sistematizar la ediucdQin oon total predominio de Oos conoicimdentos teolgicos del Catolicismo e impartirlos con fuerte sentido apologtioo como cuadraba a toda accin apostlica.

    Procisamenite, una ntida caraiotersitioa del Barroco va a ser su preocupacin por la difusin de centros educativos, universidades y colegios, como forma de detener lia infilltracin de elementos heterodoxos en la ouiltura nacional. Obra que cumple, en grado superlativo, la recin fundada Compaa de Jess, a travs de la cual se conocer enti-e nosotros tal poltica leducaciomall. Resulta tambin indispensable sealar que el estado espaol como tl, poco o nada hizo por lia creacin y c o m S i e r v a c i n de esos centros educativos, por el simple motivo que an continuaba vigente la despreocupacin oficiail por ese rengln, h^ho heredado del ordenamiento medieval que comienza con Carlomagno. Eran las i'denes religiosas y el clero secular, o sea, la Iglesia, la que teoa a su cargo la educacin del pueblo hispanoamericano en todos los niveles, cumpliendo las direobivas tcitas de la monarqua Catlica. Habra que esperar el advenimiento' de los Borbones y la expulsin de los ]'esutas, bien entrado el siglo XV I I I , p a r a que el estado espaol emipuaira el timn del quehacer cdutetivo, preinrogaitiva que y a no abandonarn los sucesivos gobiernos que nos regiran.

    2. Los CENTROS DE E N S E A N Z A DE LA FILOSOFA

    EN LA E S P A A DE LOS AUSTHIAS

    Los centros peiouliares siguieron siendo las universidadies como en la Edad Media, y luego los collegios medio-superiores que regenteaban las diistimbas rdenes religiosas, en espeoial a Compaa de Jess que merecer consideracin especial por su significacin en nuestro pas. N o desconocmos que despus dell Concilio de

    7. IBIDEM. Pg. 245.

  • Los CENTHOS VE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN . . . 91

    Trento, s:igiuiendo sus directivas, se emipezaron a crear en Espaa en Amrica seminarios especficos para la formacin del clero; pea-o 1 plan de estudios que seguan y sus mtodos eran calcados de las universidades, por lo que creemos no haber dificriltad en asimilar la filosofa que se enseaba en los seminarios a la que se enseaba en las universidades, y exam:inar ambas entidades con-junitamente.

    2 .1 . Las universidades espaolas. Parecera oonbradiocin a lo cpie dijimos anteriormenlte, sobre que los reyes no intervenan en la fundacin de eeolros educacionales, constatar que fueron Espaa y Portugal los nicos pases europeos en las que las universidades no surgieron espontneamente por vdluotad de las corporaciones de estudiantes y maestros, sino que fueron creadas por los monarcas: la de Paleneia, que es la primera, fue fundada en 1208-9 por Alfonso V I I I de 'Casitilla; asimismo la de Salamanca, la ms clebre, lo fue por Alfonso IX en 1227. Siti embargo, esas fundaiabnes eran con el nico objeto de dotarlas, ya que en lo dems las universidades espaolas viviran del espritu de las anitiguas instituciones educativas que las precedieron, o sea de las escuelas 'oatedralicias que existan en los lugares donde los reyes ordenaban la nueva ereccin.

    Este lejano antecedente de las uniiversidades barrocas espaolas, nos explica el sentido que ituvieron en sus orgenes los dos poderes mximos que las regan: los oanicdlarios y los rectores. El trmino hispano cancelario o 'e ocasiones maestrescuela es equi-A'alente a canciller, utilizado eai las grandes universidades europeas para designar al representante de la Iglesia, quien tena la misin de conferir los grados otorgando la "lioe;nitia docendi". Esta era una espeoie de certifioado de morailidad y apaeidad cientfica que la Iglesia, como guardiana de ambas calidades, deba discernir a quien fuera digno de ello. All estribaba la gran importancia de este funcionario que poco a poco se fue convitrtiendo tambin en director general de la enseanza. En lo conioernienlte al trmino rector, si bien en los siglos medievales fue el repre.sentante del elemento discente ms que docente, paulatinamente pasar a ser nombrado por los profesQires y ejercer la mxima autoridad, precediendo en todo momento a los canoelarios, aunique stos sigan conservando siempre cierta supervisin general en los estudios.

    Finalmente, a primeipios de la Edad Moderna, esta dualidad de poderes que en la Europa .secularizada del Renacimiento se

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    8. "Omtese taimibin ten, las Partidas die (Affionso ol Sabio, 1256-1263) la enseanssa de Teologa. En fvanio ila glosa quiere siuiponer que va in)aluida. Naidiie tiene dereldho ipara haioer qiue diga la ley lo que la ley no dice, y el emipeo de Gregorio iLipez de citar diecretales donde se habla de Teolto^ga, es una ilmipiertineuicia que no vieoie al (Oaso. i. haba entonoes enseanza de Teologa en lais Uinifersidiadias, ni las hubo hasita siglo y medio despus. I.a legisllacin >en lesiba Iparte reproduae lo que en Espaa su!aeda". (FUENTE, Vicente de la: "Historia de las UiniversiidadeSi loofagios y dems estableeimientos de enlseanza en Eslpiaa". Madrid. 18I84. TVilmo I , pg. IOS).

    i>aso.lvera en una casi total aiitonoma acadimica de las universidades en Espaa proticamete se eliminara al ser los rectores los responsables de la marcha total de la universidad, mientras que a los obispos respectivos o sus representantes, slo les caba la vigilante como decorativa misin de conferir la facultad do ensear en los solemnas actos de graduacin. Y esa situacin se haca ms palpable en las universidades llamadas "menores" que no eran sino determinados iconventos, monasterios o oplegios con alguna nom-brada, los cuales, habiendo conseguido bulas y j)rivilegios para abrir sus ctedras al pblico y conferir grados, se apellidaban universidades. En stas y ya tendremos ocasin de ver que nuestras universidades iregiomales tenan ese caroter, adems de darse el predominio casi absoluto del rector, ste no era elegido por los profesores sino directamente por los superiores de las distintas rdenes. Mucho haba cambiado, como se ve, la universidad espaola dol Barroco, en cuanto a las atriibuciones de sus autoridades se refiere.

    Pero en lo que la trainsformacin fue completa, fue en el carcter predominantemente teolgico que tomaron sus estudios a partir del siglo XVI . Documentalmente ha demostrado Vicente de la Fuente que en la universidad espaola no se ense la Teologa en los siglos X I I I y X I V . Fueron stos los siglos en que la Teologa fue patrimonio casi exclusivo de la Universidad de Pars, la cual fue convertida por los papas en una irreductible fortaleza de la fe catlica a ti^avs de la ms estricta ortodoxia en los estudios teolgicos. En las univorsidades espaolas la introduociln de dichos estudios viene como consecuenicia de su transformacin en apostlicas cuarir do el papa Martino V d nuevos estatutos a la universidad de Salamanca en 1422. Fueroai muchas las causas que obraron esta transformacin d'e las primeras universidaides espaolas de reales y seeularos en eclesisticas, desde princiipios del siglo XV. "A las confirmaciones pontificias, privilegios, apostlicos, introduccin de

  • Los C i c N T n o s DI! ENSEANZA DE I.A FILOSOFA EN . . . 93

    la Teologia, debilidad de los reyes desordito de la soberana, se aadi la iingerenicia de Pedro de Luna, aunque con excelente deseo, las iper.seeueiones de los concejos, cansados a veces de las travesuras estirdiantiles, y Ja necesidad de allegar recursos a costa de los bienes de la Iglesia, y sobre todo, la aproliacin de los estatutos por la Santa Sede. Adems, la revolucin anrquica de Jos antipapas traa como una necesidad inevitable la reaccin, a favor de la Santa Sede y del legtinro Papa Martino V, y todos los hombres de buena fe y espritu conservador sentan Jia urgencia d e realzar el! poder pontificio'a todo trance, hasta bajo el punto de vista social"".

    Paralelo al desgaste que sufre Ja Iglesia en el siglo X V en sus Juchas con los precoces monarcas absolutos, sobre todo en Franoia, viene tambin la decadencia de su hija predilecta. Ja Universidad de Pars. Y he cue, a principios deJ XV I , ese cetro va a .ser ompiuiado por las universidades espaolas, que a partir de ese momento y durante todo ese siglo y el siguiente, se convertirn en los nuevos reductos de la ortoidoxia frente a los incesantes ataques del protestanti.smo. Fue por esto que Ja esencia teolgica vendra oomo exigencia insoslayable del magnfico florecimiento cultural del Barroco. Fue por esto que las universidades de este tiempo se erigirn en instituciones de incesante lucha doctrinaria, y que su suerte estar ligada indii'solubJomente a la fortmia del cuerpo poltico del que oran conspicuos miembros.

    2.2. Papel de la Filosofa en estas Universidades. Dentro de estas universidades, siguiendo el molde estruoturado en la Alta Edad Media, Ja enseanza de la filosofa se haba reducido a su aspecto instrumental o Jgico-dialotieo y daba contenido a la llamada Fa-railtad de Artes, Ja cual deba ser cursada obligatoriamente por todos los que quisieran gradearse luego cn Jas Facultades de Teologa, Derecho o Medicina. Por el contenido de sus estudios, la Facultad de Artes es la heredera directa de las esoiielas monsticas y catedralicias que ya hornos dicho estudiaban el trivium y euadrivium clsico.

    Sin embargo, en la ltima mitad dal Medioevo, este plan de siete materias tambin haba sido objeto de reformas que precisa-

    9. 11. Pg. 274.

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    mente se van a reflejar en la poca donde estamos instalados. Durante el siglo X I I el estudio y prctica de la dialctica haba alcanzado un brillo desconocido, lo que llev a varios de sus profesores a dedicarse ntegramente a ella y por su ensieanza lograr celebridad, tal es el caso de Abelardo. No obstante, este predominio estaba destinado a .ser eFmero ya C|ue "un dialctico que poseyera perfectamente la dialctica de Aristteles, careca por completo de una materia a la cual pudiera aplicarla; este admirable instrumento resultaba intil, salvo que se la utilizara empleando como materia la teologa, es decir una materia que, por definicin y como por esencia, rehusaba plegarse a .sus leyes. Desde el momento en que se conocen la Fsica, la Moral y la Metafsica de Aristteles, los maestros de artes ya no han de ensear solamente un mtodo lgico y formal, sino que tambin han de 'transmitir conocimientos positivos y ensear ciencias que poseen un contenido real" i " .

    Fue de esta forma que incluso las materias del cuadrivium pasaron a ser 'CO'nsideradas dentro de la Fsica, formando la "Matemtica", y perdieron su antigua autonoma. Y la nueva valoracin de las materias filosficas hizo perder vigencia a la retrica que no se la estudi como el arte primordial del pasado, sino como habilidad necesaria para la comunicacin de los cO'noci'mientos. Consolidada ya la nueva distribucin de las artes liberales (o- culturales ya que ese ora su f i n ) , los 'estudios en las facultades de artes se estructuraro'n de la siguiente manera: Gramtica (por lo general se reduca a lograr un buen ananejo del lat n) . Dialctica, Fsica, Metafsica y Etica. Tal estructura segua el viejo ideal medieval de la propedutica general a oualquioi' disciplina o Studium Generale. As, la Facultad de Arties cumplla el papel de ser la formadora de base de todo hombre culto y de todo hombre de ciencia, a la vez que les provea el insitrumental necesario para el cultivo de cualquier rama del saber superior.

    A travs de una estada de sois aos, dividida en tres grados escrupulosamente delimitados y asegurados con exmenes coniplexi-vos, las materias antes mencionadas eran enseadas mediante lecciones ("lectio") y discusiones ("disputatio") : al escolar (aprendiz)

    to. G i i . s oN , Etierane: "La filosofa en la Edad Media". B-uenos Aires, 1040. iPg. I'27.

  • Los CENTBOS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN . . . 95

    H . . Tal saicoda en -Siilamanea: "f-os estudios, que para graduarse de Baaliiffler en Artes se roqueran, desipus del examen de Gramtitoa, era haber estudiado tros aos de Artfts; y en e primero la Lgica antigua y nueva sin expresar ni smiulas ni detenminada dialctica. !En ej segundo. Lgica, y Filosofa naturall, o sea la Fsica aristotc-lica, y en el tercero continuaba aprendindose la Filosofa natural oon la im.oral o tica. "iKn otros tres aas deba el cursante dar diiez leaciones por menos, ti es de Lgica, cuatro de Fi;lla,soff.a naturaJ .y otra,s tras de la moral. "Para el .grado de BiacJiiller haba de sostener ima tesis respondiendo a los que quisiei-an argirle y despules ol B.i|abiJler para licenciarse haba de dar tres om-sos de reipaso sdfyre iLjgiiua, Filobiofa natiuial y inioral, duranftei tiiea cursos o la nnayor parte de lellos". (FUENTE, Vicente de la; Gb. cit. Pg. 2 8 3 ) .

    segua el bachiller ( ayudante ) a ste el maestro ( el facultado para ensear)

    Y con respeoto a los fines qne persegua esta formacin filosfica, ella responda a ios dictados precisos del escolasiticismo, que si como mtodo es relativamente fcil su caracterizacin, como escuela filosfica an existen opiniones divergentes sobre su esencia y contenido. Solamente su objeto es claro y responda a los dictados de la poltica educacional del perodo: hacer de la razn el punto de apoyo de la fe catlica, acallando medianite argumentos todas las dudas, todas las pregunitas, todas las herejas.

    Aibundando en esta significacin, Monroe nos dice que "la dis-CLpilina escolstica tenda a desenvolver el poder de las creencias formuladas en un sistema lgico, a preservar y defender tal sistema lgico de las creencias contra todos los argumentos que pudieran levantarse contra ellas, sin desenvolver, al mismo tiempo, una fase del pensamiento que pudiera ser la crtica de los principios funda-menltales establecidos por la autoridad. En otras palabras, fiado en la autoridad, trat de evitar que se desenvolviera la tendencia de investigacin, de hostilidad a la admi.sin de todo sistema sin una inquisicin previa de su racional validez; no dese estimular el ademn de la duda sincera ^ ms tarde, en la educacin moderna, llegara a ser considerado como la nica preparacin adecuada del terreno intelectual para tal siembra de verdades, como fructfera recompensa prometida. En un sentido general, el fin de la educacin escolstica era sistematizar el conocimiento, dndote una forma cientfica. Pero para el pensamiento escolstico el conocimiento era, en primer trmino, de un carcter teolgico y filosfico, esto es, metafisico, y la valorada forma cientfica era la L O G I C A DED U C T I V A . En esto, el objeto de la educacin escolstica tuvo un

  • 96 EsTEEAN FONTANA

    '12. . IMONROE, Paul: "Historia de lia iPedagoiga". Madrid, Ediciones "La Lectura", s/d. Tomo 11, pg. 104.

    xito brillante, pues all fueron elaborados los sistemas ms completos del conoeimienito, medido el entero rango de sus intereses de una manera ms efectiva y en algunos casos de tal profundidad, que an sirven de base y contenido de la vida intelectual a una gran porcin de la sociedad moderna"

    3. CREACIONES EDUCACIONALES DE LOS JESUTAS

    Las universidades espaolas en el siglo X V I estaban regidas en su gran mayora por miembros de las distintas rdenes religiosas, predominando en sus claustros los dominicos, franciscanos y agustinos. Sin embargo, en la poca de los Austrias, ninguna de estas tres rdenes desarrollar en nuestro pas una labor descollante en la en,seanza de. la filosofa. Tal papel le estara reservado a la Compaa de Jess, por lo que se hace necesario historiar aqu la gnesis y evolucin del criterio educativo de la misma, como medio para entender su accin en estas regiones.

    La Compaa de Jess nace con el especial objeto de detener los avances del iprotestanitismo y es desde ese punto de vista que se convierte en el ms esforzado soldado que tiene Espaa en su cruzada misional. San Ignacio de Loyola, su fundador y hombre que vive profundamente los problemas de su siglo, le sealar el terreno intelectual y educativo como principal campo de combate habida cuenta del dominio que en ese sector tenan las fuerzas enemigas. "En lo que atae a la futura pedagoga de los jesutas importa recordar que Ignacio de Loyola conoci a Francia durante una verdadera revolucin universitaria. La reforma de la Universidad de Pars por el cardenal de E.sitouteville, legado pontificio, en 1452, puso un poco de orden en la vieja casa: se encuentran all, a principios del siglo XV I , la Facultad de Derecho (derecho cannigo), la Facultad de Teologa, reagrupada alrededor de la Sorbona, la Facultad d Medicina, nuevamente en auge, y la Facultad de las Artes, en plena efervescencia. Esta ya no se contenta con reipresen-tar su misin tradicional de propedutica, "facultas omnium alia-rum hasis, mater et nutrix"; es el punto de partida para la constitucin de una verdadera enseanza secundaria. I a reforma adminis-

  • Los CENTROS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN . . . 97

    'IQ. MESNARD, [Pirre: "La ipeclais?a?a de los jesutas". E.n "Los grandes T"edaigiogo.s". Elstitdi'os realizados ha{o la diredcin de Jean Ohteau. Mxico, Fondo de iGultura IBoonimiiica, 1(959. OPg. S6.

    1(4. "Si liay nn punto en qne la ieforma aipareoe eomo una veidiadera ruptura en la icoiiitinuidad de la icivilizaciln Icristiaraa, es en su actitud restpecto de Ja filosofa. Cuando la -eniseanza mietlieval se oaraoteriza eapecialTOenite por ia ipTOSin de la filasolfa, que, esh-eajiamiente asociada a Ja teSagi, reibosa incluso en (las 'dlas.es de gramtica; 'Ouand'O Ja Prerreformia se ocuipa activalmien-

    trativa de 1463 ammenta la importanoia la autonomia de los colegios (que eran, hasta entonoes, organismos estrechamente subordinados), y facilita el desarrollo y la multiplicacin de stos. No son ya nicamente residencias de estudiantes becados o fundaciones sostenidas por las rdenes religiosas para el uso de sus escolsticos, sino verdaderos pensionados donde se proeura una enseanza cada vez ms completa"

    Es precisamente en la fundacin y organizacin de estos colegios recin independizados de las universidades, en donde la nueva orden se lograra plenamente. En un principio falt, como es natural, im plan estricto sobre el contenido y metodologa de la ense-an.za; pero los datos que su propia observacin y la de sus compaeros le suministraron, le dieron a San Ignacio la experiencia suficiente para foimular las bases sustanciales del proyecto que meditaba y cuyo ulterior desarrollo y concrecin, d-ej a sus sucesores. Cuando el genial guipuzcuano tuvo que decidir con qu instrumento cultnral iba a formar a los futuros adherentes de su obra, se le pre.sentaron ante su vista dos caminos : el que preconizaban los humanistas renacentistas centrado en un casi absolutismo filolgico, y el ya largamente experimentado de las facultades de arte. Su prudencia lo empuj por este ltimo camino, ya que el primer plan dle estudios que indic para sus colegios, en 1541, segua fielmente los tradicionales lineamientos de dichas facultades: "En resumen deca, el programa de los estudiantes consistir, tras haber recibido un slida formacin gramatical, en estudiar las "Smulas abreviadas', la lgica y la filosofa que se requieran para la maestra en artes, y despus consagrar tres o cuatro aos a la teologa especulativa y positiva". Tal eleccin es sintomtico tambin para valorar el alto grado de axweoio que sentirn los jesutas por la filosofa, frente a un seudo misticismo de la iglesia protestante que le hizo despi-eoiar incluso los frutos de su estudio

    http://'dlas.es
  • 9 8 ESTEBAN FONTANA

    te en hallar, en una iocmciiliaicin de Patn y Aristteles., .el Idma ipropicdo ipara eil aulge die nraa iosofa cristiania, (Liutero rechaza iCaTricaimieinite a "e.sa bie'ilaca del diablo" y .Callvioo intenta, abandonando la razn hiunniana y sius ipabres conijietnras, enOiazar diraotalmiente looin la inspiracin protiioa el antiguo y el mueivo deiieoho poisitivo de Ha Ilgfliesia reformadla. .L.a po.sicin de ilois jesutas frente a la fillosofa imiuestra, (por el loontrario, ima vez imis, hasta qo grado Ja iContrarrief.oi'ma se "'."iite en su .eliemiento en las persipeativas abiertas por los igraadies pensadares de IllSOOi". (IIBIDEM, pg. 74 ) .

    Fue el padre Olaudio Aquaviva, general de la orden en 1584, el que terminara la sistematizacin docente iniciada por el fundador al poner en mareha los trabajos conducentes a lograr la uniformidad organizativa de los eolegios. Mand el padre Aquaviva que se escogiera entre los miembros de la Compaa a los ms eminentes expertos en esta materia, los cuales presididos por el padre Maldonado terminaron su labor en 1590. Sin embargo, tal reglamento cuya denominacin definitiva fue de Ratio atque institutio studiorum S. J. (Ordeinacin de los estudios de la Compaa de Jess), no entrara en vigencia hasta 1599 cuando estuvieron agotadas todas las pruebas y experiencias a que se lo sometiera. La forma eminentemente prctica con que fuera ejecutado el proyecto y el hecho de haber sido previamente ensayado en los distintos colegios de la Compaa, demuestra el inters que se tuvo en que el mismo contuviera las lneas generales de programa que pudiera adaptarse, dentro de una elasticidad necesaria, a pases di -versos y modalidades muv diferentes. Fue as que todas las casas de estudio que fundaron los iesutas en nuestro pas tuvieron que organizarse obb'aatoriamente de acuerdo con las prescripciones del "Ratio Studiorum' y, no obstante la pobreza del medio, constituveron una expresin fiel del movimiento pedaggico ms original y enrgico de su tiempo.

    'TLo ms certero y original del 'Ratio Shidiorum' es lo referente a la metodologa. El valor permanente de la enseanza jesutica reside en su aspecto pedaggico, en el que los fundadores de la Compaa fueron creadores geniales. La pedagoga jesutica tiende a fundar slid'amente la autoridad, el orden y la unidad, en un mundo mental convulsionado y rebelde. Por eso es la pedagoga propia de la contra-reforma y de la contra-revolucin.

  • Los CENTROS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA ENT. . . 99

    1-5. lAzNAR, ILiuis: "-La Univeirsidaid de Crdoba bajo ila dire/dcin de los regularas". Eh 'Boletn de Illa 'Uirversid'ad -Nacional de La Plata', ri"? 5. To mo XVI I . 1. Pg, 42.

    "Este valor formal, puramente metodolgico, de la enseanza jesutica, se explica en virtud de la esencia del escolasticismo. Las verdades divinas estn reveladas y contenidas, en su forma definitiva, en los padres de la iglesia, especialmente en Santo Toms. El mundo fsico y las ciencias formales lo estn en Aristteles. No hay, por lo tanto, inters en despertar en el educando el afn por la observacin directa, por la investigacin original o por la crtica. Antes bien, hay que matar esc espritu que conduce a la rebelda mental y al desprestigio de las autoridades tradicionales. La labor intelectual ha de limitarse a la exgesis de la verdad consagrada, es decir, del dogma; para lo cual basta con adiestrar el raciocinio, dotndolo de los instrumentos decuados a ese objeto. De ah la exigencia previa del dominio del latn, idioma en el que se hallaban vertidas las verdades fundamentales, y el culto casi morboso por el silogismo, base del mtodo deductivo" ^

    Con todo que se trata de una sistematizacin pedaggica nueva, vemos que los jesutas siguen siendo fieles a la poltica educacional de la Cristiandad medieval, como se prueba por su adhesin inoondicianal a la escolstica de esa poca. Igualmente no pudieron esicapar de las dos formas tradicionales de impartir los conocimientos, a saber, la leotio y la disputatio. Dos cosas, dice el Hatio', son necesarias para hacer fructuosa v slida la lenseanza: primera, introducir la ciencia en el entendimiento del discpulo; segunda, filarla indeleblemente en su memoria. Para lo 'primero, sirve la pre-leocin; para lo segundo, las reoeticiones v disputaciones. L a prelec-cin no es ms 'Oue una variacin de la lectio medieval y consista en la lectura del texto a explicarse, seguido de la exposicin del profesor que terminaba con la confeccin de un resumen en el que ,se resaltaba convenientemente la conclusin deseada. La clase siguiente comenzaba siempre con la repeticin por parte de los alumnos del resumen de lo estudiado el da anterior, como forma de refrescar los conocimientos. Aparte de estas repeticiones se realizaban frecuentes ejercicios de adiestramiento dialctico: torneos, certme-

  • 100 lEsTEBAN FONTANA

    118. iEm Jai parte .cuarta de Has iCicmsitituciones de la CoTiipaia de Jesiis, Oa)p. V I , se puede leer: "Por la aitillidaid que bay en el lejeroioio de disputar, esipecialllmeite para os que estuidiain lAites y Teotoga Eisccstica, hlilonse lois estudiantels m Has diis piutaicionies oi ordinarios de las lEscmelas que frecuentan, aoniqrie sean de illa miisima 'Gamipaa, procujando en doctrina jimitalmeinte 'con iraodestia sealarse, y es bien haya en di Colegio loada (Do-miinigo, o allgln otro, dla de la steimiania i(si .esipecial causa no iim(pidiesie), dles-puls de loamier, aligimo, de icatia lOlialse de los Artistas y Teologas, que ser sealado por ell Kiactor, qu ie sustente agunias iconclnsiones, que en escrito poedir el da antes en 81 taflde a lia puesta de las esiouelias, para que vengan a disputar, o a or Bos que qiuifeieren; y desjpius' que ihr,evd:Tiiente hayan proibaido su coracfliusiones, aitgirn los que quisieren d e f u e r a y de dentro de Casa, pre-sidienido alguno, que .end.etr.ece lios arguimienitas', y res.ueliva, y salq.ue e n lim[pio la doctrina de lo que ise trata, para utillidad de los que oyen, y d seal dle acabar a los que dislputaln, compartiendo el tiemipo en manera que baya lugar a la disp.utalcionies de todos. "iSiin .estas dos maneras de dis|puta|cionies diahas an |cada da debe adigunia hora s.eArse, para q.ue se dispute en los Colegicls, presidiendo algun.o, ooimo es dicho., para que anas se ejerciten los irngenios, y aialaren las: .cosas diifciiles destas facultadas a t?lioria de 'Dios iNuestro Seor". (.lNIVEiBlSiIIDlAD .NAlCliO-NIAL DIE iOOBIDIOIBA, ''Constiltuciones de la lUnivei-sidatl de .Crdoba". Imprenta de la Un:iiversiia.ad, 1014i4. flPg. '00).

    17. . iCoNFR. en B i r a S M . Pigs. 2il a 24. 1 8 . IBIDEM. iPg. 3 3 .

    nes, disputas y comentarios pblicos que llegaron a ser la nota ca-raoterstica de los colegios y universidades de la Compaa i " .

    Volviendo abora a la evolucin institucional digamos que, como fenmeno propio de la dinmica educativa, estos colegios que en Europa nunca pasaron ms all del rango pre-universitario, en Amrica se convertiran, por las necesidades del medio, en centros que otorgaban ttulos universitarios. Veamos la lenta, pero innexorable marcha que sigui esta transformacin. La primera concesin para Ja obtencin de grados acadmicos, la cual fue solamente para los novicios de la orden, la otorg Julio I I I el 22 de octubre de 1552 Aos despus 19 de agosto de 1561 Po IV ampliara esa concesin "a los externos pobres que hayan frecuentado dichas lecciones, y tambin a Jos ricos (si las autoridades de Ja Universidad se negaren a promoverlos ) con taJ que los examinadores de nuestra Compaa Jos hallaren idneos" ' Ya los tenemos as convertidos en colegios de externos, los cuales si al principio acogieron a los alumnos pobres, no tardaron en concentrar sus esfuerzos educativos en la formacin del estamento noble, comO' forma de ejercer una saludable influencia en todas las gen/tes sometidas a Ja tutela aristocrtica. No

    http://end.etr.ece
  • Los CENTROS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA I J . . . 101

    obstante estos calegios, llamados convictorios porque funcionaban en base a un internado, nunca sobrepasaron en Europa el nivel de los studia inferiora (Gramtica, Retrica y Dialctica), sobre todo por la gran resistencia que ofi-ecieron las universidades hispanas a su pretendida jerarquizacin.

    No ocurri del mismo modo en Amrica, donde para todo el inmenso territorio conquistado existan slo las universidades de Mxico y Lima; aqu era acuciante la necesidad de crear nuevos centros docentes donde los alumnos pudiesen recibir los grados acadmicos. Fruto db esa perentoria necesidad fue el Breve de Gregorio X V del 9 de julio de 1621 concediendo a los obispos o cabildos catedrales poder conferir grados sujjeriores a los alumnos que hubieran cursado legtimamente sus estudios en los colegios jesuticos de las Indias y Filipinas, siempre que el centro cultural de que se trata estuviera a 200 millas de la ms prxima universidad.

    Dejando para el siguiente apartado el estudio pormenorizado de este decreto papal y de sus consecuencias, veamos en qu pararon los intentos de la Compaa por jerarquizar a sus colegios metropolitanos. La oportunidad ms propicia se los brind en 1625 a raz de la fundacin en Madtrid del Colegio Imperial, que regentearan ellos, para la educacin de los primognitos de nobles que no iban a las universidades. Todo el mundo se dio cuenta que tal fundadin no era sino un pretexto para que, bajo la forma de un estudio general, los jesutas pudieran tener un centro universitario en el mismo corazn del imperio. Esto colm la tolerancia de las antiguas universidades que decidieron coaligarse a instancias de la de Lovaina, la cual en carta de 16 de abril de 1626 expona a las de la pennsula las quejas contra los influyentes fesutas y hasta lleg a enviar como comisionado nada menos que a Jansenio con el fin de acelerar la accin conjunta contra ellos, que finalmente se materializ en un famoso memorial dirigido al rey.

    La cuestin desemboc en una solucin diplomtica que aceptaba la mentada fundacin, pero sin llegar a tener jerarqua universitaria. Para los jesutas tal disposicin signific tambin su abandono definitivo de los claustros universitarios oficiales donde algunos haban hecho un lucido papel en los pocos aos que actuaron. Dice un autor comentando el suceso qiie "en orden a la grandeza de la universidad y avances cientficos, fue lamentable, y an no nos explicamos la retirada por parte de la Compaa de las

  • 102 EsTEBAji FONTANA

    19 . A J O G . ly ISAINZ de ZIGA, Cante Maria: "Historia de las Universidades Hisipniioais". Ayila, Editorial y Grioas Senn 'Martn, 1 0 5 8 . Tolmo III, (pg. S 3 .

    uiniversidados, como tampoco nos explicamos en el siglo X I X la otra retirada general por parte de la clereca toda; si aquella savia nueva que traan se hubiera seguido iniertando en la universidad y los posibles sucesores de los primeros grandes maestros universitarios jesutas siguen compartiendo, no en pretendida exclusiva, las tareas superiores, es ms que probable mo haber cado stas en tan lastimosa decadencia"

    Raleados de esta forma los jesutas de las universidades metropolitanas, hallaran un ancho y fecundo campo de accin acadmica en Amrica, oomo pasaremos a ver.

    4. Los CENTROS DE E N S E A N Z A DE L A FILOSOFA E N A M R I C A

    Si la orientacin cultural que vive Espaa en el Barroco se nutre tanto de los valores tradicionailes eatlicos como de los renacentistas, en Amrica ganan primaca casi absoluta aquellos como exigencia lgica de la obra colonizadora. Casi diramos que se renuevan en este semi-desierto y brbaro continente las picas escenas transcurridas en los primeros siglos de la Edad Media cuando el impulso civilizador de la Iglesia tom a su cargo la pesada tarea de ia conversin y educacin de los germanos. La analoga es vlida por muchos conceptos: como en los orgenes de Europa, slo por la va religiosa podrn formarse estos pueblos; slo de la mano de la Iglesia podrn llevarse los nuevos hombres a la escuela de Occidente. La educacin de los pueblos hispanoamericamos tendr, por consiguiente, como punto de partida, la doctrina eclesistica, y como meta final, el desarrollo del espritu eientfioo: la cultura intelectual de Europa llegar a estas regiones en forma religiosa, aunque con el correr de los aos, poco a poco, tender a alcanzar la madurez de ciencia autnoma.

    En los dos nicos centros culturales pre-ihispnicos, Mxico y Per, este proceso de maduracin se acelera, y all veremos germinar lozanas las primeras instituciones educativas de ndole superior que se trasplantan a Amrica. La preocupacin pedaggica que anota-

  • Los CENTBOS DE ENSEANZA DE EA FILOSOFA EN . . . 103

    20. "leiT, in.o.sa, anota ipara ' 500 vecinos (I2i.(500 allmais). Su dicsicriiplcin de Crdoba imipresiona ya 'ooimo afeo ms que una sirnipde aildea; "La ciuidiad tendr 500 vuscinios esfpaafes, siin laaratidad de indios ly nelgros dte servicio, toda la icasieria es de imaray:!'fliosa fbrica de piedra. Las mniy denedbais, loage sitio de una ipqpiuosa ciudad en lia cual haiy una tmiuly boiena Iglesia imaiyor, 'oonlveintos de Santo iDominigo, San Franiaisoo, La Mieraed, ly dos oasas ricas de la Coirripaia de 'Jess. El noviciado y 'la (ciasa prdesat qiue tiene un famoso colegio a modo de Universidad, en que se lee Gr'aimtioa, Airtes y Teodioig'a, donlde iSe gradan 'en todos los grados. Hay oitro 'Ooilegio en ert 'Cual baiy de oidimairio 40' icialeigiales de beaas azules. Tiene tneis nmanias-teros de momijiasi, de .Santa Catallina de S-ena. . . otro de raligioBias descalzas. . . " '(lEn COMATTON 'RUIZ, Jorge: "Eivoducin dem-agrfica angientina d'u-rante el (perodo hisipano. 'I33!5H1'8I0 '. B'uenos Ames, EUD'EBBA,, 11969. Pg. 48).

    211. aPREZ (EMBID, Florentino y MORALES 'PADRN, Fraracis'co: "Aoflin de lElsipaa 'en Almirioa". Baijeetona, Edi'toria.! 'A.H.R., 1868. Pg. 245.

    mos com una caracterstica d l Barroco espaol, no tardair en extender la fundacin de universidades colegios casi todas las ciudades que se fueron levantando tras el avance incontenible de los peninsulares. Admira, por ejemplo, la existencia de diohas instituciones en villorios que apenas si contaban el millar de habitantes blancos 2". Aunque quizs aqu tambin obedeciera a la necesidad de los colonizadores de preservar su cultura de la contaminacin de elementos aberrantes propios del ambiente.

    Es as, entonoes, como la filosofa ser trasplantada a Amrica casi con ila misma funcin que cumpla en el viejo mundo: su enseanza sigui siendo bsica para la formacin del hombre culto y del profesional. Y los centros donde se imparta, con diferencia de matices, siguieron siendo las universidades y los colegios sostenidos por las distintas rdenes religiosas al lado de sus conventos.

    La fundacin de las universidades hispanoamericanas debe atribuirse casi totalmente a la Iglesia, por su fin y por sus promotores. "Sobre el modo de ser de estas universidades puede decirse que en lneas generales seguan el modo salmantino, siendo su finalidad no cientfica, sino social, profesional y eclesistica" En efecto, pese a que el Tridentino haba estipulado la creacin de seminarios para clricos, en Amrica se sigui por mucho tiempo cursando los estudios teolgicos en las universidades, y exceptuando las de Mxico y Lima, de las dems se puede decir que fueron, esencialmente, una corporacin eclesistica. Para dejar aclarado perfectamente

  • 104 EiSTEBATsr FONTANA

    3 2 . . f R E C O P I L A C l N DE LEIYES DE LOS R E I N O S DE L A S I N D I A S . Miinvl'ldm

    iiniprimir y puMiicar ipor la iMaijestad Catlica ddl; Riay Don Carlos I I . Miadrid, l8'4I. Ver IL-ibiro R-tmero, titulo XXlII: 'IDie las uojversidades y estudios geme-rrfies y iparticuilaras' de lias Indias".

    .33. F t J i L O N G , GuiiJJermo: "Las unilversidadies de la Aimrica Hisipana con aniterioridad a I81IO". En 'Estudios' de fe, Academ,ia Litea-aria del PUata. Tomo ILXXXIV. Buenos Aires, l e S l . Pg. 3.

    el modo de ser de estas universidades es menester que empecemos haciendo una distincin entre universidades generales y particulares-

    Las leyes de Indias no dejan dudas sobre la coexistencia de dos tipos de universidades en Amrica: las que llama universidades y estudios generales por un lado, y las universidades particulares por el otro Aunque la mayora de los autores aceptan esta distincin, algtmos le dan ms trascendencia que otros. As, por ejemplo, Fur-long en todo momento trata de minimizar tal diferencia, llegando a decir en uno de sus trabajos que "las universidades estatales y las universidades particulares eran igualmente pblicas y tenan las mismas prerrogativas y privilegios. La Tnica diferencia entre unas y otras era el que la Corona financiaba, en todo o en parte, a las estatales, y las ctedras de las mismas eran por oposicin, mientras que las particulares se establecan con fondos de otro origen y sus ctedras eran por nombramiento de la entidad que las gobernaba"

    Sin embargo, teniendo en cuenta la esencia misma de lo que se entiende por universidad o sea, la libertad acadmica y la desinteresada bsqueda de la verdad creemos que hay mucha diferencia entre unas y otras. As, tendr que ser muy precaria la libertad acadmica de los profesores que se haban nombrado por una determinada orden religiosa, y que por lo tanto tambin tenan en cualquier momento el derecho de nombrar a otro en su lugar. Muy distinta sera la situacin del que se saba dueo de su ctedra, ganada limpiamente en un concurso de oposicin. De igual modo se vea, limitado el ancho campo de la investigacin cientfica, que deba siempre estar al servicio de los intereses propios de la congregacin religiosa que sostena el instituto.

    En rigor de verdad, universidades generales o mayores slo hubo dos en toda Amrica hispnica en el perodo que nos ocupa, y fueron Jas de Lima y Mxico, siendo las dems, colegios superiores de alguna orden religiosa que haba obtenido de la autoridad pon-

  • Los CENTKOS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN . . . 105

    34. Ihs sie seiala .taxatiiwaai.en'le 'en las Constituciones de la Comipaa de JesiB, parte Icuanta, Ciaip. X I I : "De las Facultades que se han de ensear en las Universidades de al Compaa. iCoi;no sea el fin de la Comipaia y de los estudios a^^udar a Jos prjimos ail iconociimieinto y aimor diyino y sailvac-on de sus nimas, siendo Ipara esto el niiedio imis proipio la F^cultad de Tieoiloiga, en sta se Aehe inisiistir prinoiipaillmiente en ilais Universidades de fe Compaa, tratndose dililgontemienbe por muiy Ibuenos Maestros lo qiue toca a ia daobr'na esoSlistica y sialcra Escritura, y tamibin de la positiva, :lo que oonviiene para id fin dicho, sin enltriar en la parte dte Cnones que sirve para el foro icontonciaso. "Asimismo piorque las artes '(Ligiloa, Fsica y iMietafsioa, y lo morail, y tambin lias IMtemticas, oon la imoderacitm, que loonviene para el fin. que se pretende) o eienicias naturales disponen los ingienios: para la Teoiloga, y sirven para Illa peiiEeota loogniain y uso de ella, y tambin por s ayudan para los fitaes imisimios, ibratarse han 'Oon la diiliigencia que eoniviene, y por doctos Maestros, en todo ibu'S.oandio sinceraimiente ,1a honra y glloria de Dios iNuesihro Seor. '1H1 estudio de iMiedicina y Leye^, jcomo ims remato de nue,s.tro Instituto, no se tratar en fas Universidades, de lia Coin)(paa', o a lo menos no tomar ella por s tal ,aisunto". .(lUiNiLVIEEISIIiDIAD INIAQIIQNIAIL EHE GOiRiDOBA. Ob. Cit. Pg. 63 ) .

    tificia y real la prerrogativa de graduar a sus alumnos. Prueba su-fieiente de esta afirmaein lo constituye el hecho de que todas las leyes contenid'as en el ttulo X X I I del libro primero de las leyes Indias, el cual legisla sobre los estudios superiores en Amrica, se refieren siempre a esas dos universidades, dejan lo que las particulares se rijan por sus propios estatutos.

    La proliferacin de las universidades particulares llegaran a una veintena a todo lo largo de la Amrica Espaola est ntimamente relacionado con el breve de Gregorio X V del 9 de julio de 1621 al cual ya hemos hecho referencia. Este documento, el cual se constituira en la piedra fundamental de la mayora de las universidades hispanoamericanas, obtuvo el pase regio de Felipe I V el 26 de mayo de 1622 y autorizaba a los obispos o cabildos catedrales a conferir grados acadmicos a favor de los alumnos que hubieran cursado legtimamente las corTespondientes facultades en los colegios jesuticos de las Indias y Filipinas, siempre que el centro cultural de que se tratase estuviera a 200 millas de la ms prxima universidad real. A la par de tantos otros centros de estudios superiores, tambin es ste el origen de la nica universidad que funcion en el actual territorio argentino en tiempos de la colonia, la de Crdoba, la cual coincidi con las dems en el earoter casi exclusivamente teolgico de sus estudios ya que se trataba de entidades puramente eclesisticas que perseguan sus fines especficos

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    Con mudha claridad de criterio, un historiador jesuta nos explica el alcance de la medida antedicha. "Obsrvese bien lo qae nos conceda el breve pontificio. No daba facultades para abrir universidades en todo el rigor de la palabra. Otorgaba solamente lo que ms se estimaba en las universidades, cual era el conferir grados acadmicos. Adems estos grados no los haban de conferir directamente los jesutas, sino los arzobispos u obispos del ferritorio donde estuviera establecido nuestro colegio. N o haban de poseer estos centros docentes todas las dignidades y preeminencias que solan acompaar en Europa a las Universidades Pontificias y Reales, y que en Amrica estaban vinculadas por entonces a las de Mxico y Lima. Advirtase, finalmente, aquella condicin que no podran darse grados sino en aquellos colegios que distasen por lo menos doscientas millas de las universidades pblicas. Esta circunstancia no era de mucha monta en el Nuevo Mundo, pues como ve el lector, all donde las distancias son tan largas, no era una excepcin, sino cosa muy ordinaria, que un domicilio nuestro distase ms de doscientas millas de Mxico o dte Lima. N o embargante estas restricciones, el privilegio pareci muy precioso, porque en efecto, podan de este modo los estudiantes del Nuevo Mundo obtener los grados acadmicos, que en aquellos tiempos se miraban como requisito indispensable para alcanzar ciertEis altas dignidades en las jerarquas eclesistica y civil. Apresurronse los nuestros a poner en prctica la gracia pontificia en varios colegios de Ultramar muy distantes de Mxico y Per. En Crdoba, en Chuquisaca, en Santiago de Chile, en Manila, se establecieron con ms o menos solemnidad universidades. Propiamente no merecan este ttulo, pues slo posean el privilegio de dar grados. Pronto, sin embargo, prevaleci la costumbre de llamar simplemente Universidades a aquellos centros docentes"

    Volviendo otra vez a apelar al testimonio de las Leyes de Indias, surge del contexto de la Ley L I I de la citada parte, el carcter ]m-ramente supletorio de las universidades jesutas, cuando prohibe taxativamente a esos centros educacionales otorgar grados en las ciudades de Mxico y Lima, corno parecen haber pretendido en algn

    '25. ,. A s T n A i N , Antonio; "Historia dte la Co:nipa!a de Jffis en la asis-teniCia de Espaa". Madrid, 1920. Toano V I , ipg. 43,1.

  • Los CENTBOS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN. . . 107

    '26. ' ' MaMd'aimns que to provedo sobre que en el coJegio y esoueTas de a 'Cbimipaa de Jesis: de Limla no se gane icimso ni grade, tie extienlda y gtiaide en ell lOoUegio de 'la ciudad de (Mxico de la Niueva 'Espaa, y qne en l no se den grados ningunos".

    2 7 . i RECOPILACIN DE LEYES. . . (Ob. cit.) Libro primero, ttulo XXIIiI, ley VI: "Qnie los lyiirTelyea no inapidlan a 3as uidilvemsiiidaides la libire dleooin de rectores y catddrtilaos, y dar grados".

    128. IBIDEM. Ley XXXVIilI. Pg. 1134.

    momento Todas estas pi-ecisiones no nos debe dejar dud'a sobre los modestos atributos que revistieron nuestros primeros centros educacionales en los que se imparta como materia bsica la filosofa.

    Las mayores diferencias que existan entre las universidades mayores y menores estribaban en la forma de gobierno, la eleccin de los profesores y la cantidad de sus facultades. En las primeras, el claustro libremente elega sus rectores y les estaba estrictamente prohibido a los virreyes inmiscuirse en tales asuntos las ctedras se provean por riguroso concurso "la de prima de teologa, cnones y leyes en propiedad, y las dems de teologa, cnones y leyes por cuatro aos, y las de artes y filosofa por tres aos"^^; ecm respecto a la extensin d e sus facultades, mientras que en las menores sigui predominando la teologa, en las de Lima y Mxico lleg a completarse su nmero clsico con la ereaein de la de Derecho y la de Medicina. No existan, en cambio, diferencias en los grados que se otorgaban, en los mtodos y aos de estudio, los exmenes, el abono de derechos, la profesin de fe catlica, los juramentos y las ceremonias de costumbre.

    5. N I V E L EDUCATIVO DE LA SOCIEDAD ESPAOLA Y A M E I U C A N A

    Para compenetrarse de la naturaleza de las instituciones educacionales de cada poca como quiere Martnez Paz no se puede prescindir del conocimiento cabal de las necesidades, usos y capacidades de las distintas capas sociales existentes. Muy diferentes son esas notas, en efecto, comparndolas con nuestro presente. "La sociedad espaola del X V I y X V I I es estamental como la del resto de Oacidiente. Es decir, se cainacteriza por una estricta jerarqua vertical y organicista. Cada grupo social tiene que realizar una funcin determinada, para lo cual disfruta de unos privilegios indiscutibles

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    que nadie puede tocar. La sociedad entera es un organismo v>ivo en que las teclas de que se compone dan siempre el sonido que se les pide, dentro de unas escalas definidas y estables"

    Estos estamentos son los vastamente mentados de la nobleza, el clero y el estado llano. "La vigencia de lo estamental presupone que exista, como condicin sine qua non, un rgimen legal de privilegios. No tanto la consagracin jurdica de la desigualdad ante la ley, sino ms bien la coexistencia de estatutos particulares para cada uno de los grupos sociales, armonizados una tradicin secular, es decir, la confluencia ajustada y tradicional de derecbos y deberes, distintos y privativos de todos y cada uno de los sectores de la sociedad"

    De estos grupos, la nobleza y el clero, por sus tareas directivas en el seno de la comunidad, gozaban de una casi total excencin de impuestos, del mismo modo que no les ataa la jurisdiccin ordinaria de la justicia. Y con respecto al caudal educativo que reciba cada clase, sin descuidar la formacin del estado llano, es lgico que fuera mayor el que reciba el noble y el sacerdote, pues stos trasmitan luego su acervo cultural a los dems sectores sociales. En esta tarea retrasmisora ocup siempre un lugar preferente el clero. "El "seor cura" era para la gente el hombre bueno por antonomasia, el consejero, la Ciencia en persona. No obstante, los ms autorizados guas del pueblo espaol en aquel tiempo eran las rdenes regulares, en especial los frailes mendicantes, que con su palabra vibrante y encendida excitaban la imaginacin popular, iluminando con ejemplos magnficos los ms profundos misterios del Catolicismo"

    No hay que olvidar, cuando se quiere explicar la razn por la cual el clero era el estamento social que reciba mayor instruocin, que aquella era una existencia cuyas manifestaciones ms trascendentes estaban presididas por la Iglesia. "En ella se celebran los principales actos familiares (bautizos uniones matrimoniales, ceremonias funerarias) de la ciudad y dte la patria (fiestas patronales, conmemoracin de victorias). All se hacan las rogativas pblicas

    m. i R o n e c U E Z CASADO, Vioerate: Ob. cit. Tamo I , ipg. 2311. 30'. ITBTDEM. iPg. 2 0 2 . ' 3 1 . VIOENS VTVES, J.: "Historia sacial ty eloanimica de Esipaa y Alm-

    rica". Tomo iW. lEscrJben J. IMer'oadiai- y lA. (Doimnguez. Baraell'Oaia, Editorial Teide, 1957. IPg. 86.

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    para impetrar el beneficio de la lluvia para lograr el final de una epidemia, para el triunfo de las armas espafolas, tambin para pedir a Dios que conoediese a un nuevo soberano el don del buen gobierno"

    Todo ello dio al clero un extraordinario poder social, acrecentado por la renovacin religiosa del siglo XV I , que despert nuevas inquietudes y condicion, ya lo hemos dicho, la poltica general del pas. Este papel de militante activo a favor de la verdad religiosa, unido a un cierto desgano por el trabajo mecnico que caracteriz a los espaoles en todo este perodo, hizo tambin que el estamento eclesistico fuera uno de los ms numerosos en proporcin con la funcin que llenaba en el seno de esa sociedad. "I,o cual se deba tambin a la relativa facilidad con que se poda ingresar en dicha clase social, y al hecho de constituir la Iglesia algo as como un campo neutro, en donde se mezclaban y confundan, nobleza y plebe"

    Unido a todo esto, quiz una de las razones ms poderosas que hizo crecer el nmero de clricos fue porque encontraban en esa carrera una solucin para sus problemas econmicos. "Cuando en el ltimo tercio del siglo X V I comienzan a manifestarse evidentes sntomas de agotamiento econmico en el pas, muchas gentes buscan en el hbito religioso el modo de asegurarse fcilmente el sustento. Ello perjudic el nivel cultural y moral del clero. En un documento del municipio de Toledo, correspondiente a las postrimeras del reinado de Felipe I I I , se expresa el fenmeno con meridiana claridad: hay doblados religiosos, clricos y estudiantes, porque ya no hallan otro modo de vivir o de poder sustantarse"

    Tal parece que el problema lleg a constituir una grave preocupacin del gobierno, a juzgar por la siguiente circular que dirigiera el ministro Oropesa a todos los xjrelados espaoles hacia 1689: "El nmero de los que se han ordenado de primeras rdenes estos ltimos aos es tan grande que apenas se halla mozo soltero en muchos lugares que no est ordenado en ellas; y muchos de crecida edad, despus de haber enviudado, las procuran y consiguen, y casi todos las desean para gozar del privilegio del biero, vivir con ms

    02. LIMDISM. Pg. 85. 3 3 . _ IBIDEM. iPag. 78. 3 4 . . Tomo Iilll. Escribe fuan .REGLA. PG. 84 .

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    35. Trartsicripto en IBIDEM. Pig. 3:10. 139, F t n f l N t z A L r o A , Allejiandro: "Historia del deslatrralilb inteteotuiall en

    ahile i(dia41-lli810)". ISiantiagio de Chile, Iimiprenta universitaria, 1008. Pg. 3111. 37. ENCINA,, Firanici&taa A.: "Hisitoria de iChite". Sanitiago, lEidilorialI

    Nasoinaiento, 1052. Tomo V, (pg. 3^1.

    libertad, excusarse de pagar tributos y otros motivos temporales" Por todas estas razones, se les exhortaba a los obLspos a suspender, temporalmente, las ordenaciones sacerdotales.

    Si bien este decepcionante panorama fue ms propio de la metrpoli, las colonias, en trminos generales, debieron participar de los mismos vicios sociales. En 1696, la real audiencia de Santiago de Chile informaba al rey que "en estas provincias exceden el nmero de religiosos de las cinco religiones a lo que estas tierras pueden sustentar y mantener por ser pobres y estar hoy muy disipados los frutos que en otros tiempos solan producir". Recomendaba se juntase gente para combatir al indio rebelde y guarnecer la costa contra los piratas y dems enemigos de Europa. "Hace mucha falta deca la gente que entra en religin, y segn su flojedad natural es muy verosmil que muchos piden el auto por lograr en los conventos la ociosidad ms que por verdadera vocacin que tengan de servir a Dios en la clausura y recelo de los tropiezos de el siglo"

    Por otra parte, tambin en Amrica el estudio de la Teologa reinaba sin rivales sobre las otras ciencias, llegando incluso a empapar ntidamente el contenido de las otras profesiones liberales. "Era costumbre que estudiaran teologa no slo los jvenes que seguan la carrera de la iglesia, sino tambin los que se dedicaban a la de leyes; y si haba una que otra excepcin en algn abogado que omitiera el estudio de las ciencias sagradas, aunque fuera tan jurisconsulto como Triboniano, deba resignarse a que todo el mundo dijera de l en tono compasivo: qu lstima que no sea telogo!"

    Todos estos detalles sociales y costumbristas no hay que ignorarlos si se quiere calar hondo en la significacin que tuvo en esta poca el estudio de la filosofa, la cual estaba empeada, ya lo dijimos, casi exclusivamente en la formacin del estamento hegem-nico en las cuestiones intelectuales, cual era el sacerdotal.

  • PARTE SEGUNDA

    L O S C E N T R O S D E E N S E A N Z A D E L A F I L O S O F I A E N E L A C T U A L T E R R I T O R I O A R G E N T I N O

    1. L A UNIVERSIDAD DE CRDOBA

    El ms prostigioso centro de enseanza de la filosofia que tuvo nuestro pas en la pica hispnica fue la Universidad de Crdoba, sobre cuya fundacin y naturaleza echarn mucha luz todas las referencias que hemos anotado anteriormente al hablar de las universidades hispnicas y las creaciones educacionales de los jesutas. En efecto, lo primero y lo ms importante que debemos dilucidar en vez de perdernos en los labernticos e interesados argumentos en favor o en contra de la paternidad de Trejo y Sanabria es el tipo de instituto superior que constituy tal casa de estudios durante la poca de los Austrias.

    Por todos los datos que hemos podido reunir nuestra conclusin es que, tanto la Universidad de Crdoba como la de Charcas en el Alto Per y la de San Miguel en Santiago de Chi le las tres ms cercanas al mbito rioplatense, son tpicos colegios superiores jesuticos que recibieron de la bula pontificia en 1621 el privilegio de otorgar grados acadmicos, lo que los convirti en universidades particulares o menores segn la denominacin legal de la poca. Tal conclusin forzosamente coincide con el informe de la Junta del Consejo de Indias de 1800, la cual manej la totalidad de documentos y antecedentes que se pudieron conseguir con el fin de aconsejar sobre el futuro de la >ex universidad jesuta, y que en uno de sus prrafos sienta estos certeros juicios: "Por lo que ha sido otra de las equivocaciones con que se ha procedido y an procede, la de suponejr que aquella limitada facultad de conferir y obtener grados, merezca, ni haya merecido nunca el concepto de Universidad pblica literaria de ninguna clase. Para persuadirlo, basta observar que los estudios de ste y los dems Colegios Jesuticos de-

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    se. El di'Otalmien 'comlpllieto foe transiariipto' ipor priniiera vez por ell iP. Pastlllis en su "iHisifcooa die Ja iCamlpaa de Jess'', ipg. 380 a 349. Nosotros Jo ituemos -consultado en IGRACIA, Joatiiun: "Los jesutas en Crdobia". Buenos Aires, Espasa-iGalpe, .119:40. Pg. 704.

    pendan nicamente de la voluntad de sus superiores regulares sin intervencin de la autoridad regia, por cuya esencial falta, nunca pudieron ni debieron colocarse en la clase de estudios pblicos y quedaron siempre en la de particulares. Por manera que, para hablar con propiedad, ni los graduados, por haber cursado en el Colegio Mximo jesutico de Crdoba formaron, ni debieron formar nunca un verdadero cuerpo acadmico; ni la que se titula Universidad ha sido otra cosa que los estudios particulares, que el referido Colegio, siendo el Rector, Cancelario y Lectores de ste, los mismos a quienes se quiso revestir con el carcter de nicos representantes de la llamada Universidad. Deducindose de todo, que lo que en Crdoba del Tucumn ha ocurrido con este nombre es una de las que, en virtud del citado Breve pontificio y Reales Cdulas que lo mandaron cumplir, se establecieron en Indias y a las cuales la Ley 29, ttulo XX I I I , libro I, de la Recopilacin de aquellos dominios, llama Universidades particulares y que los regulares expulsos titulaban Universidades jesuticas"

    En 1610 recibi el Colegio de Crdoba, el cual haba sido fundado en 1599, el honor de ser declarado Colegio Mximo y Seminario principal de toda la provincia jesutica del Paraguay, la cual a su vez haba sido creada en 1607 y comprenda los territorios del Paraguay, Tucumn, Buenos Aires y Chile. Convictorios y mximos eran los dos tipos de colegios que tenan los jesutas. En los primeros se impartan estudios pre-universitarios, mientras que en los segundos se cursaban las facultades superiores y haba uno solo por provincia. Cuando stos obtenan la autorizacin pontificia y real para otorgar grados, se convertan en el peculiar tipo de universidad de la que hemos hablado.

    Dicho Colegio Mximo, empero, tuvo que ser trasladado a Santiago de Chile a principios de 1612 por desinteligencias entre los jesutas y los encomenderos del lugar a causa del servicio personal de los indios. La rehabilitacin del Colegio tendr lugar dos aos ms tarde y es en esta ocasin: cuando llena un papel protagnico el obispo de Tucumn Fray Fernando de Trejo y Sanabria, quien interesa al Rey en una nota del 15 de marzo de 1614 en la funda

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    39, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CRDOBA. Ob. cit. Introdudcia de Enrique Martnez Paz. Pg. XlIX.

    cin de "un Colegio de la Compaa en la ciudad' de Crdoba, donde se lea Latn, Artes y Teologa", suplicando asimismo que se dignara "dar licencia para que los Padres de la Compaa puedan dar grados en Artes y Teologa".

    El P. Diego de Torres, provincial de los jesutas, ante la formal promesa del prelado de dotar las ctedras con 40.000 pesos, orden la reapertura de los cursos en 1614, ao que ba sido tomado como el de la fundacin de la universidad, aunque sta, legalmente, slo empez a existir luego que Felipe I I I por Real Cdula de 2 de febrero de 1622 diera el pase regio al ya comentado Breve de Gregorio XV. Tal es, en apretada sntesis, y haciendo abstraccin de detalles legales y materiales, la forma en que se puso en marcha la alta casa de estudios que le dara a Crdoba, con el tiempo, el justiciero ttulo de la Docta.

    1.1. Constituciones y organizacin general de los estudios. De sus varias veces ctentenaria existencia, slo nos ocupaijemois en este trabajo del perodo que estuvo regida por los pesutas, e l cual se extiende desde su fundacin hasta la expulsin de los regulares en 1767. " A cada una de las etapas de su desenvolvimiento, corresponde una diferente organizacin, contenida en sus constituciones, que revelan las peculiaridades de cada instante. Las Constituciones del P. Rada traducen la imagen del perodo jesutico; es ms que todo la de la universidad medieval, por su severidad, por sus ritos y ceremonias"

    Este reglamento puede considerarse como la expresin de las ideas de su tiempo en orden al gobierno y disciplina de los establecimientos universitarios, y ms genuinamente, como el reflejo del rgido sistema de educacin implantado por la Compaa de Jess en todos los que en esta poca tenan bajo su direccin. Fue sancionado por el Claustro de la casa a principios de diciembre de 1664, con asistencia de todos los graduados que se hallaban en la ciudad. Las Constituciones de la Universidad de San Marcos de Lirna no eran desconocidas en Crdoba, por lo que es lgico suponer que el P. Rada se tuvo que inspirar en alguno de sus artculos; aunque debemos decir que son entre s muy diversas, prevaleciendo en las limeas las proyecciones externas de la Universidad, y en las cor-

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    4 0 . . IBIDEM. P.g. 1 0 2 . 4 1 . ' IGABHO, Juan M..: "B,osqoeio histrioo de ila Universidad de Cr

    doba". Buenalsi (Aires, 1. Biedlma, & . Pig. 86.

    dobesas la disciplina y el mtodo internos. Por ltimo, si debiramos sealarle una fuente directa tendramos forzosamente que apelar al "Ratio Studiorum" de la Compaa de Jess que invariablemente serva de modelo en la organizacin de los establecimientos jesutas que se dedicaban a la enseanza.

    Dichas constituciones no dejan lugar a dudas sobre quin gobernaba la universidad, las funiciones del rector y del cancelario, y sobre quin confera los grados acadmicos mximos. La constitucin 5 dice: "Ser su Rector el que lo fuere de este Colegio de Crdoba, o el que el padre Provincial nombrase en ausencia suya por Vice-Reetor de este Colegio, que tendrn absolutamente el gobierno de la dicha Universidad. Y cuando juzgare conveniente convocar los doctores y maestros de ella para tratar alguna cosa tocante a la dicha Universidad lo nodr hacer" Surge claro de este texto que el rector no era elegido por el claustro de profesores como suceda en las llamadas universidades pblicas, sino que lo era por las autoridades jesuticas de las cuales dependa directamente el establecimiento- La suerte de claustro que menta la constitucin estaba formado por todos los profesores y escresados que residan en la ciudad, y su convocacin era optativa por oarte del rector que ejerca "absolutamente el gobierno de la dicha Universidad". Sin embargo, "en tanto que aauella permaneci bafo la direccin de la Compaa de Jesr'is, el Claustro estuvo siempre a la altura de la delicada e importante misin que le fuera confiada. Vel atentamente en el cumplimiento estricto de las Constituciones, llen con acertadas resoluciones los vacos nue deiaban, retlament los pim-tos oscuros o dudosos, mantuvo iniflexiblemente la disciplina, conserv la tradicin en el gobierno, v fund la merecida reputacin de que gozara la Universidad en toda la Amrica Espaola" .

    Con respecto al cancelario, la eonstitucin 6 estipula de que le toca la inmediata superintendencia y gobierno de los estudios, y tambin era nombrado por el padre provincial. Pese a que el Breve de Gregorio X V slo otorgaba "a los venerables hermanos los arzobispos y obispos de las Indias Occidentales, y, estando vacante su sede, a los Cabildos de las Iglesias Catedrales, que puedan con-

  • (Los CENTROS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN. . . 115

    42 . UNIVERSIDAD INACIONAE DE CRDOBA. Ob. cit. Pg. 8 2 . 43. ' MELO, Garlos R.: "La Univiersidaid de Crdoba". En 'Rievista de Ja

    Univeraiidad de Clrdoba'. 2 serie, ao IIV, n'? 5. Noviembre-diciembre de 1963. Pig. S4S.

    ferir los grados del Bachillerato, Licenciatura, Magisterio y Doctorado" en la prctica esto choc con graves inconvenientes. En el caso de Crdoba, la sede' episcopal no estuvo durante el siglo X V I I en esta ciudad sino en Santiago del Estero, a donde deban dirigirse los estudiantes para graduarse o, en caso de no tener medios para ello, esperar alguna visita pastoral del prelado. Es de deducir que tantas diligencias dieran origen a innumerables fraudes y abusos. Para solucionar esto, Felipe IV despach el P? de abril de 1664 una Real Orden por la cual poda el rector, o en su defecto el cancelario, en ausencia del obispo, conferir los grados.

    Segn las intenciones de sus fundadores el obispo Trejo y la Ccwnpaa de Jess la universidad deba ser esencialmente teolgica, o sea que su objeto primordial deba ser el cultivo de las ciencias sagradas y la formacin de ministros idneos para el servicio de la iglesia. "Haba que formar eclesisticos y no era fcil lograrlo etn un ambiente fsico propicio para la barbarie y la regresin amenazantes. Sin el cultivo de la inteligencia la religiosidad mora y a un dominio brbaro seguira inevitablemente otro dominio brbaro. El obispo hall que era necesario crear, para la formacin de su clero, la Universidad de las letras y no vacil en erigirla en una modesta ciudad donde no abundaban, no ya los estmulos de la cultura sitio hasta los ms elementales medios de subsistencia slo alcanzados con duros y empeosos trabajos"

    Por otra parte, ya sabemos que era fin especfico de las universidades de la Compaa de Jess ocuparse exclusivamente de la ciencia teolgica (ver nota 24 ) , utilizando los conocimientos impartidos en la Facultad de Arles como eficaces instrumentos para alcanzar aquel fin. Muy lgicamente entonces, la Universidad de Crdoba durante el perodo jesutico, const nicamente de dos facultades, a saber, la de Artes y la de Teologa. Aqulla siempre como preparacin o antesala de la segunda, la cual constitua la meta principal.

    Dilucidar exactamente los aos de escolaridad, grados, exmenes y mtodos empleados es algo bastante complicado si uno se

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    44. '' iLa Univiesrsidad Niacioriiat de iCIrdolba 'en xm aiprecilabrie 'esfii'erKO ardtiirvislLoo ha ip'ubllicado un "Indioe de estudiantes de :la Universidad de 'Cordoba. Vol. il. a e r o m W (Crddba, 196(8) debido a la Lic. .Aia Mara Oautaas de iPoncio. E's de ese acervo dioeuimontal que 'extraem los siguiemtes datos sobre (los aos que taidaban lois estudiantes 'en 'Ouxsar los distintos grados y la loarrera lentera, como prueba de ila gran leliaSticdad qiue tenan las exi.genicias estatutarias:

    Duracin de la Gramtica Arguello, Jos: (Durante IflBB . ....... 1 ao. Aoos'ta, Niaiciso: l'7'2i2 a 17'25 4 aos (Jo ms oamn) ngulo, Pedro: 1708 a 1715 7 aos.

    Duracin del Bachillerato en Artes Amgaaraz, Igoaicio: de abril a octubre de 1684 6 nreses. Adaro, Sebaistin: [Durante 1708 1 ao ( lo ms ooan) Albornoz, Valentn: 1760 a 1761 2 aos.

    Duracin de la Ucenciaitura en Artes Airoz. Antonio: 1755 a 1758 1 ao y medio. Aldao. Antonio: 174)6 a 1748 2 aos y medio ( lo ms Ailbar, Fnancisico: 1672 a 167S 2 aos y mieses. oomn)

    Duracin de la Maestra en Artes Bazn. Lucas: 1699 a 1701 2 aos. Biasuaido, Antonio: 1754 a 1756 . 3 aos ( lo ms 'oamn) Brum. Ignacio de: 1672 a 1(676 4 aos.

    Duracin de la carrera completa (Artes y Teologa) Brizuela. Joaqun: 1748 a 17.52 5 aos, Fernndez, Francisco, 1740 a 1747 8 aos, Atndniiar, Jos: 1713 a 17:2il 9 aos (lo ms .oamn) Aguirre, jnan IL. 1766 a 1776 10 aos y medio. Arias, Santiago: 1751 a 1764 13 aos.

    45. Gregorio Fmes naJci en iCiiddba ol 2B de mayo de 1749, ins-caribindose 'en ' 1

  • iLos CENTROS DE ENSEAIZA DE LA FILOSOFA EIN. . . 117

    "Esta enseanza pblica empezaba por el estudio de la lengua latina, dividido en dos aulas, a las que presidian sus respectivos catedrticos. Buenos libi'os doctrinales sin ese cmulo de pequeneces que hace gemir la memoria; buen rgimen y buenos preceptores, todo concurri desde su princi|pio, a que se lograse un ventajoso aprovechamiento. Los autores de la ms culta latinidad y los mejores poetas se hicieron familiares a los alumnos, quienes se emulaban en imitarlos con sus composiciones prosaicas y en verso-

    "Probada la aptitud por un examen pblico, se abra a estos estudiantes el estudio de la filosofa por el espacio de tres aos, cuya carrera concluan con un solo catedrtico; pero al que se le aada otro, que empezaba su nuevo curso al principiar el tercer ao del que acababa. E l primero de estos aos estaba destinado al estudio de las mulas y de la lgica, el segundo al de la fsica, y el tercero al de la metafsica.

    "Sus ejercicios diarios se reducan a escribir la materia que se trataba, lecciones, explicacin del maestro, pasos y conferencias en los que se consuman cuatro horas. Tenan otros semanales, que se conocan con el nombre de academia y conclusiones. El ao escolar duraba siete meses de rigurosa asistencia, y conclua con un examen de media hora, que era calificado por cinco jueces incorruptibles. Este examen era comprensivo de todas las partes de la filosofa: el ltimo ao del curso y su duracin era de una hora. A este examen proceda otra funcin con el nombre de actillo, calificada por el mismo estilo. A los ms aprovechados de los estudian-es se les sealaba un acto pblico.

    "Concluidos estos tres aos, se pasaba al estudio de la teologa, para cuya enseanza haba cinco ctedras; dos de teologa escolstica, tma de moral, otra de cnones y la ltima de escritura. El catedrtico de escolstica, que era el de prima, dictaba todos los das la primera hora de la maana; el otro, que era el de vsperas, la primera de la tarde; los otros dos alternaban, con un da de intercalacin, la segunda hora de la maana, la segunda de la tarde siempre se empleaba en la conferencia. El catedrtico de escritura slo enseaba los domingos por la maana. Los ejercicios y prueba con corta diferencia eran los mismos que en la filosofa.

    "El curso teolgico duraba cinco aos y medio, los tres y medio primeros eran de rigurosa asistencia en las aulas. En los dos res-

  • 118 ESTEBAN FONTANA

    46. TranBicrilpto en iPteA, (Rioiberto: "iNiotJcia stbre la lenseanza de 3a fillosoKa 'en la Univemsidad de lOndolha duramlte el iperodio jesutioo (111614-17l6f7)". En lAiotaBi dil iPrilmer iCongreS'O (Naicionail ide Filosofa'. Mendoza, Ubi-versid'ad Niaictional de Cuyo, 1040. Tdmio lil, pag. 2105.

    tantes oesaba la asistencia diaria y seguan los estudiantes en la clase dte pasantes, en cuyo tiempo sostenan cuatro funciones de reprobacin, que se llamaban partnicas. La carrera se coronaba con una funcin pblica por maana y tarde, que daba principio por una leccin de hora sobre el punto que dos das antes le hubiese tocado en suerte. A los dos aos y medio de empezada la teologa se reciba el grado de maestro en artes, y a la conclusin los de licenciado y doctor"**.

    1.2. Aspectos sociales. Si la universidad constitua el lugar donde se impartan los conocimientos tericos y donde se obtenan los diversos grados acadmicos, alrededor de ella existan los colegios mayores que al mismo tiempo que servan de resid'encia para los estudiantes, velaban por la salud moral de los mismos. Se distinguan por entonces cuatro grupos de alumnos venidos de los ms diversos lugares del teTiitorio: los novicios del Colegio Mximo de la Compaa de Jess fundado en 1610; los seminaristas del esta-blecitniento diocesano originalmente llamado de Santa Catalina ( despus, de Ntra. Seora de Loreto y de Santo Toms de Aquino ) , creado por el obispo Trejo en 1611 en Santiago del Estero y llevado a Crdoba al cerrarse el siglo X V I I ; los convictores de Monserrat, colegio fundado en 1687 por el doctor Ignacio Duarte y Quirs, como internado universitario que entreg a los jesutas; y los capistas o manteistas, alumnos externos que vivan en sus hogares o en casas de particulares en calidad de pensionistas. Vemos as cmo, pese a que la gran mayora de los estudiantes se encaminaba a la carrera sacerdotal --razn por la cual la constitucin 45 exiga, como requisito previo, el tener orden sacro para recibir el grado dte doctor, no faltaron tampoco los que se acercaban a ella por el simple afn de instruirse y recibir una formacin moral e intelectual de tipo religiosa.

    Muchos se acercaron y siguieron sus cursos, pero pocos eran los que llegaban a graduarse. La explicacin de esta singular anomala estaba en el alto costo de las 'propinas' que deban entregarse

  • Los CENTBOS DE ENSEANZA DE LA FILOSOFA EN. . . 119

    47. (Por Isiulpiuesto qiue lia universildiacl trat de solucionar de alllguna fonma 'ell iproHlema de l o s esitudiantes pobiiios -y con realles condiciones, fruto die lo 'ouiall 'Cis lo qme estalblleoa la loonstitucin i65: "'.ESL iqiae 'teniendo todos los requiiisitOB necasamos ;para graduarse en artes o teologa y ipor su unulctlna pO'bre-za no pueda pagiar las ipro(pinias, no ipor esto dejar de drsele ell gwdo ipara que uere aip-to, bacjndale isudllla todos los interesados de las iproipinas kj'ue les tocan en semejantes 'gridos. (Pei-o esto se ej'aciitar 'Con las 'condiciones si . guientes. [Ptimera, que antas del .grado se junte 'Claustro ipleno, en el oual bodos yioiten acerca de fef polbreaa del graduando si es tanto que deba drsete el gualdo que pretende sin prqpinas, y siag'n los ms votos se deter.m,inar. La segiunlda, qne leil d i i d h o grado sin (prqpinais no se 'd solo sino en 'compaa d'c otro que reciba talmlbin grado y tenga posible para dar propina, oo'n que vendr a ser graivoso al grado que sie d sili inters al pobre". (UN'IV!HIlSIiDiAD NKAIOONIAL. D IE C O R I D O B I A . Ob. cit. Pf. 125).

    en el acto de graduacin. N o estarnos en condiciones de hacer una equiparacin a la moneda actual de lo que se pagaba, pero a juzgar por los ecos de las protestas que levantaba semejante erogacin, sta debera ser considerable El problema no se hizo crtico durante el siglo X V I I porque era reducido el nmero de los graduados que concurran a las funeiones universitarias. "Pero bien pronto la Universidad de Crdoba extenjdi su fama en esta parte de Amrica y acudi a sus aulas numerosa juventud