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lor/us Eduardo tk jeS1i.( Siam ("Ilarras. Fonflocion bioCrica en IIIgcnicria. 12 7 del mismo. Pues bien, apenas expuso estas ideas eJ profesor a cargo del lema, Gildardo Lotero Orozco, abundaron las preguntas del profesorado asistente de la Facullad de Medicina acerca de si un director de seminario tenia que dominar el terna, que si podia se r mas bien un "facilitador" que pennitiese el que se dieran cienos procesos asi no supiese un comino del tema objeto del seminario. jVilganos, Dios! De est a fomla, las universidades latinoamericanas estcln plagadas de profesores atiborrados de diplomas que haeen de la ignorancia una \;rtud. Asi las cosas, 10 que prolifera en las instituciones de educacion superior de la America Latina es un profesorado que, bajo el eslogan socorrido y comado de in vestiguen. traigan y desarrallen", han lergiversado a Ja educacion activa, a la creatividad educativa y a atras pro puestas educalivas de l os uhimos tiempos . Como bien apunta Maria de los Angeles, debe ser el dacente, mediante su ciltedra, quieo provoque la busqueda y 1a panicipacion que se desea del estudiante, en fonna do sificada y no absaluta. Valga la comparacioo con la farmacopea, la que bien sabe que determinada sustancia, en pequeiias cantidades, puede servir de medicina, mienlras que, en grandes dosis, puede ser un veneno. En una optica mucho mas acorde con los principios pedag6gi cos de San Ignacio de Loyola, la profesora mexicana de quieo nos est amos ocupando en estos moment as, propane una estrategia educativa en cuatro fases, a saber: (1) Recollocimiento, es decir, el educando reconoce que est3 en un procesa de fannaciDn; (2) COllstruCCi O Il gradual de un modelo por parte del estlidiallle confarme madura en su proceso de adquisicion del conocimiema; (3) rejlexi611, eslO es, una vez reconocido y dominado un tema, y comprendido el modele subyacente, el estudiante inicia sus cue sti onamientos, disertaciones, emision de jui dos y to ma de posturas; (4) transformaciim. 0 sea, el pensamiento se transf orma adquiriendo dimension analitiea. En sint es is, los princi pi os pedagogicos ignacianos parten del principia de una maduracion intelectual. Por 10 demas, el lect or rn otivado en heber de las mi srnas fuentes de esta estrateg ia pedagogica podra degustar la lectura provechosa de los Ejercicios Espiriluales de San Ignacio de Loyola. Redondeemos este aparte con una precision enfatica y conc1usiva de Maria de los Angeles: Fac;/itar es mucho mas dificil que enseiiar porque facilitar es da r, es entregar a/go, y enseiiar es mos trar, sefialor alga. Asi, facihtar, a/ entellderse como dar 0 entregar algo, aplicado en 10 ensefianza-aprendizaje basada en 10 pedagogia ignaciana, esta mal aplicado en el aula universitaria porque se ha tornado y cada dia es mas comlm dar al edllcando ellema para que et 10 desarrolfe, 0 10 exponga, sin que el docente cree el modelo para facilitarle 10 necesaria rejlexion, que es practica necesaria para la trmlsformaciot1. Par consiguiente, el paradigma pedagogi co ignaciano es perfectamenle apli ca ble a todo quehacer humane siempre y cuando se 10 traduzca en forma carrecta a la realidad. Actualidad del paradigma p edagogico ignaciano A estas hemos proporcionado en este capitulo suficientes elementos de juicio a fin de establecerra\ bond ad estrategica y tactica del metoda humanistico lIevado a cabo \

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lor/us Eduardo tk jeS1i.( Siam ("Ilarras. Fonflocion bioCrica en IIIgcnicria. 127

del mismo. Pues bien, apenas expuso estas ideas eJ profesor a cargo del lema, Gildardo Lotero Orozco, abundaron las preguntas del profesorado asistente de la Facullad de Medicina acerca de si un director de seminario tenia que dominar el terna, que si podia ser mas bien un "facilitador" que pennitiese el que se dieran cienos procesos asi no supiese un comino del tema objeto del seminario. jVilganos, Dios! De esta fomla, las universidades latinoamericanas estcln plagadas de profesores atiborrados de diplomas que haeen de la ignorancia una \;rtud.

Asi las cosas, 10 que prolifera en las instituciones de educacion superior de la America Latina es un profesorado que, bajo el eslogan socorrido y comado de "busque~

investiguen. traigan y desarrallen", han lergiversado a Ja educacion activa, a la creatividad educativa y a atras propuestas educalivas de los uhimos tiempos. Como bien apunta Maria de los Angeles, debe ser el dacente, mediante su ciltedra, quieo provoque la busqueda y 1a panicipacion que se desea del estudiante, en fonna dosificada y no absaluta. Valga la comparacioo con la farmacopea, la que bien sabe que determinada sustancia, en pequeiias cantidades, puede servir de medicina, mienlras que, en grandes dosis, puede ser un veneno.

En una optica mucho mas acorde con los principios pedag6gicos de San Ignacio de Loyola, la profesora mexicana de quieo nos est amos ocupando en estos moment as, propane una estrategia educativa en cuatro fases, a saber: (1) Recollocimiento, es decir, el educando reconoce que est3 en un procesa de fannaciDn; (2) COllstruCCiOIl gradual de un modelo por parte del estlidiallle confarme madura en su proceso de adquisicion del conocimiema; (3) rejlexi611, eslO es, una vez reconocido y dominado un tema, y comprendido el modele subyacente, el estudiante inicia sus cuestionamientos, disertaciones, emision de juidos y toma de posturas; (4) transformaciim. 0 sea, el pensamiento se transforma adquiriendo dimension analitiea. En sintesis, los principios pedagogicos ignacianos parten del principia de una maduracion intelectual. Por 10 demas, el lector rnotivado en heber de las misrnas fuentes de esta estrateg ia pedagogica podra degustar la lectura provechosa de los Ejercicios Espiriluales de San Ignacio de Loyola.

Redondeemos este aparte con una precision enfatica y conc1usiva de Maria de los Angeles: Fac;/itar es mucho mas dificil que enseiiar porque facilitar es dar, es entregar a/go, y enseiiar es mostrar, sefialor alga. Asi, facihtar, a/ entellderse como dar 0

entregar algo, aplicado en 10 ensefianza-aprendizaje basada en 10 pedagogia ignaciana, esta mal aplicado en el aula universitaria porque se ha tornado y cada dia es mas comlm dar al edllcando ellema para que et 10 desarrolfe, 0 10 exponga, sin que el docente cree el modelo para facilitarle 10 necesaria rejlexion, que es practica necesaria para la trmlsformaciot1. Par consiguiente, el paradigma pedagogico ignaciano es perfectamenle aplicable a todo quehacer humane siempre y cuando se 10 traduzca en forma carrecta a la realidad .

Actualidad del paradigma p edagogico ignaciano

A estas altu~-> hemos proporcionado en este capitulo suficientes elementos de juicio a fin de establecerra\bond ad estrategica y tactica del metoda humani stico lIevado a cabo

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Cflr/(IS Eduardo d,? Jc.~;s Sierm ('uar/nS. FOrllmcioll hi(I;.'lIcn t'n ill~'·lIit'ri(l. I 25:

pcr los jesuitas a 10 largo de SU hisloria. Empero, 10 an/eriar no es 6bice para que completemos esta perspectiva con algunos detalles adicionales.

Si bien el paradigma pedag6gico ignaciano ha ccntado en el ciempo con sus crttices y detractores en abundancia, se impone, por atra parte, reconocer sus aspectos positivQS habida cuenla que tal paradigma mereci6 las alabanzas de lumbreras del pensamienlo tales como Montaigne, Descanes, Bacon y Goethe. De Ol ro lado. es buena ubicar en su justa punta el papel desempeoado en Ja historia corresponctieme par la Ratio Studiontm, puesto que, a juicio del padre Jose del Rey Fajardo, S.J.. no exisce una relacion causa­e fecto entre el te).10 de la Rafio y la monumentaJ larea, con defeclos si se quiere, rea liuda por los jesuilas en el mundo oonocido. Despues de lOdo, la Compania de Jesus fue la primera orden religiosa que se consagro a la educacion media y superior dentro de la Iglesia.

AI hablar del paradigm a pedag6gico ignaciano, estamos hablando de un paradigma con un metodo eficaz, bien eSlructurado, cuidadoso de los mecanismos de adquisicion de conocimien10s y adapt ado a las necesidades de los tiempos, segUn apreciacion lapidaria de Luce Girad.

"C6mo cabe entender el papel desempenado por la Rafio en la forja de la monumenlal obra educativa jesuitica? Volvamos con el padre Fajardo. quien distingue Ires posibilidades de interpretacion al respeclO, a saber: (I) la Ratio fue un sist ema educativo encaminado a la produccion y la circulaeion del saber, amen de la formacion de ciudadanos probos, honeslos y virtuosos; (2) la Campania de Jesus significO la insercion en el mundo cultural de un talento colectivo de innovaeion que lenia conciencia de los mecanisrnos exigidos por una empresa fuera de 10 comun de capi talizaeion intelectual y de organizacion institucional a eseala internacional; y (3) [a razon de ser de los estudios jesuiticos y del conocimiento nuevo constituian un metodo para conseguir [os grandes ideales renovadores de la ComparHa, al igual que los Ejercic;os Espirifuales de Ignacio intentaban transformar el interior de la persona humana. A juicio del padre Fajardo, esta !ercera reflexion ubica el horizonte preciso de la Rafio.

De esta suerte, la interpretacion de la Rafio requiere siempre Ja busqueda de una vision ho listica en la que los saberes y su respuesta tanlo en la cultura como en la sociedad adquieren una relevancia protagonica habida cuenla que e lias fueron e l ;li3trumcHto efiei.!z para 18 transformacion de hombres y de sociedades eOileretas. 1us:o en esta clave proporcionada par el padre Fajardo. podemos captar, sin mayores rodeos, la pertinencia del paradigma pedagogico ignaciano para los fines de la formaci on etica y bioetica.

Por su parte, en 10 tocanle a la peculiar historia de la eieneia y la tecnologia en el seno del mundo hi spano. nuestro mundo, en la que algo nos detuvimos en e[ primer capitulo, amerita anadir agui un detalle harto sugestivo por el cual cabe explicar una paradoja" el traspaso de [a cultura cientiflca espanola a tieTras americanas. En honor a la verdad y en consonancia e3n 10 vista en el primer capitu lo, Espana pasaba, como casi siempre, por una depresion c ientitiea regional en el siglo xvn. por los dias de la primera revolueio n cientifica .~n embargo, [0 que habia de euhura cientiti ca en Espana lJego a eSla orill a del Atlantjco\gracias a los jesuitas. Bot6n de muestra , pese a la crisis anledie-ha , e[

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Car/os Eduardo de .lesli.\ S,erra (. '!I(lrlns. hmll<1('/till hilla/co en illgt"nJaia. 129

• Colegio Imperial de Madrid conslituy6 una except ion conspicua a Ian lamclllable dima de pesl racion.

Pero, la notable lahor jesuitica desplegada en America no se limito a los aspectos educativos y cientificos. Asi mismo, dicfon muestra los jesuitas de 10 que hoy suele denominarse compromi so intelectual. Tal venicalidad de la canclencia jesuitica descol16 en toma a los grandes principios como el de la libertad, al punto que llegaria en ocasiones, a 10 largo y aocho de nuestro subcontinente, ha~ta 10 que hoy dia se denomina como la objecion de conciencia, cuesti6n mOlivada por su busqueda de una empalia en pro de la aeeptacion de la aheridad. Esto lIevo a los jesuit as a librar batallas trascendentales al respeclo . De 10 anterior, sirva de muestra el siguienle fragmen10 de la declaracien emitida por los jesuitas de las misiones del Paraguay en 1751 cuando, a causa de un tratado de expedici6n de limites firmado en 1750 entre Espana y Ponugal, se les qui so constrenir para que predispus ieran a los indios en forma favorable a la corona portuguesa: Dt lodo 10 clIal se sigut legirimamenle, que /10 es /leita lIel'ar los indios guaranies de SIiS sitre pueblos a ofras tierras, 11; desposeerlos de sus tierras y bienes raices, 11; cllseJiar 0 decir, qlle ral se puede hoar ell cOllciellcia. Ll/{:go 110 es jacil concordar 10 ejecuciol1 del real (rarodo COn 10 debida ObSen'CIJICia de tall sagrados deere lOs. Luego 110 es materia esto, en que Hllestra coneiel/cia eSlo segura deloeierto, obedeciendo a una ley civil y humana, a que Ian c1aramenle cOl1frodicen 10 le:v nolural, /0 dillino, 10 ec!esiaslica y /0 eil'il. Con este parecer de los jesuilas concordaron algunos profesores de la Universidad de Cordoba, quienes alegaron la nulidad de las clausuJas del tratado referentes a eSle punta.

En la actual Republica de Bolivia, en la region conocida como la Chiquitania, a l oriente del pais, aun queda la herencia <!e las reducciones jesuiticas, manifiesla gracias a siete singulares iglesias y a 5500 paginas de musica barroca, que hoy son Patrimonio de la Humanidad, al igual que 10 que permanece de las antiguas reducciones jesuiticas paraguayas. En su esencia profunda, las reducciones realizaron una utopia, autentica experiencia comunista que conjugo religion, educacion, trabaja, poder y libertad.

En honor a la verdad, las reducciones no fueron en SI un im·ento jesuilico, puesto Que los franciscanos iniciaron un proceso lal. Empero, con pronlitud, surgieron las discrepancias entre ambas concepciones. En efecto, m.ientras que las reducciones franciscanas convivieron con el sistema colonial de la encomienda, los jesuitas se 0pl,;sieron a eI con rotundidad. Aun cabe dedr mas, las reducciones jesuiticas nacieron como reaccion frente a1 sistema encomendero dado su caracter amimisional al so meIer al indio a un sistema de esclavitud. Por esto, los jesuitas procuraron la creacion de un nuevo espacio urbano que posibilitase un orden social y cristiano en su esencia.

Ahora bien, es as! mismo digno de mencion el caso del padre Juan de Mariana, 5 .1. , cuyo compromiso intelectual desplegado en el siglo XVII, manifieslO en sus escrilos e n comra de las tiranias, inspire a los revolucionarios franceses en el sig lo XVl!I al grado que el nombre deJ buen padre Mariana quedo en el simbolo de Francia por antonomasia, una be!!a mujer joven de pechos uberrimos y tocada con el gorro frigio, La Marianne, representada en la actualidad par Letici a Casta, la guapisima actriz corsa. Y que no decir del insigne y lucido Baltasar Gracian.

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rar/O.f Fduardv de ./cSlis ,\'/f'rra C/larras. Formn6611 hlohlca I'll in,c<'Il;cr;a. 130

\'olviendo a la labor jesuitica americana, cabe explicar la misma por eJ hecho que, para la Escolastica en generaJ, y para la espanola en panicular. el Nuevo Mundo represento todo un relO intelectual y etico que dejaria sus huelJas en la llue'·a concepcion del orden rnundial. Cuestiones tales como el derecho de Ja conquist<t, los derechos hurnanos de los indigenas, la teoria de la guerra justa y la 501ucion pacifica de las controversias estaban a la orden del dia y los intelectuales jesuitas no podian permitirse ellujo de permanecer al margen.

En resumen: una labor digna de Hercules como la lIevada a cabo par Ja Campania en todo e\ orbe no hubiese side posible de no mediar un paradigma pedag6gico concebido en forma magistral y en sabia conformidad con los principios ep istemologicos del metoda cientifico. Personajes ilustres emitieron Sll punta de vista sobre este fenomeno . Para muestra un boton, a prop6sito de las reducciones jesuiticas del Paraguay, Voltaire, Montesquieu, Paul Lafargue y Toynbee hiciefOn declaraciones encomiasticas sabre las mismas. En cuanta a Voltaire, escribi6 esta: Las reducciolles aparecen como /111 lrhll!fo de la Inrmanidad: parecen expiar la cnteldad de los primeros conquistadores, hall dado al mill/do 1111 nuevo especlaclllo. Acerca de Montesqui eu, encontramos la 5iguienle dec1araci6n suya: La CIIracion de una de las mas lerribles heridas i1lflig;das por hombres contra olros hombres. Por su pane, Lafargue, yemo de Karl Marx, las calificO de primer Estado socialista de todos los siglos. Por wtimo, Toynbee sostuvo 10 que sigue: Las reducciones del Paraguay ofrecieron 1111 verano de paz y pro~peridad desacostumbrado, temt;l1ado por el defito pro/ervo de 10 liqllidacioll cometido por la Corona Espai"iola.

Para concluir, volvamos con John Rona ld Reuen Tolk ien. Aunque la religion no aparece en forma expresa en su obra, su catolic ismo acab6 por trascender en sus escritos. En una carta suya dirigida a un amigo, ToLkien afirmo eslo que sigue: £1 Se/;or de los Anil/os es una obro fimdamemalmenle religiosa y cafolica; 10 file de forma il1colISciellle al principio, pero luego cobrt conciellcia de ella en la revision. Sobre 10 que aqui nos ocupa, es lI amativo el hecho que eI amigo al que Tolkien dirigio la carta era un sacerdote jesuita, el padre Robert Murray. De suerle que no sorprende, en el fondo, Ja deteccion de rasgos pedag6gicos ignacianos en la tram3 de la obra de Tolkien, como, por ejempJo, las cualidades de Gandalf y de Aragom para el Jiderazgo 0 la relacion que se da entre Gandalf y Frodo, de maeStro y disci pulo a la manera jesuitica sin ir mas Jejos. Y, por S1 no bastase todo Jo dicho, veo una coincidencia adicionaJ entre Iii ·Compailia del Anillo y la CompaiJia de JeS1is: aquell a conSla de nueve compaiieros y esta, al momento de fu nda rse en 1540, constaba de diez compai'ieros, Ignac io de Loyola y los otres nueve. Ahora bien. para que la coincidencia sea perfecta., resta decir que la figura de 19nacio de Loyola es comparable a la de Lord Elrond, senor de gran sabiduria y creador de la Compai1ia del Anillo en eI respectivo concilio celebrado en R..i vendel

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r,lr/OS Eduardo de Jesiis S,crm Cllarla.f. Formocicjn hlodicn en ing<'l1/friu. 13 1

CAPiTULO VI

MAs AlM DEL DILEMA DE LAS BIOET/CAS

"Colombia pllcde considerarsc una sociedod parncular d(-'nfro del panorama lafinoamericano. a d((erencia de las grandes mezclas que vemos

en Brasil y Peni donde la inmigracion masIva a rravJs de SII hisloria ha creado una sociedad diversa. M/lchos siSTemas de edllcacion no han

permitido que /0 gente constnlya /Ina conciencia inTercultural. Nosorros necesilamos ser sensibles a las d((erencias culrurales para abrir los O)OS y

ampliar los horizonres. Ser sensibles significa ser 10leral1les. La inlo/eroneia es un prodllc(o de In ignorancia. Ln ignoraneia puede condltcir a senfimienros de amenaza. AI promov!!r la educaciol1 mrdriculrllral

conlribuiremos a incrementar (a foferancia y la calidad de vida". (palabras de Paul Bardv.ell (Q.EP.D.j, quien litera director d(!/ Centro Colombo

Americana de Medellin enrre 1983y 2004).

La lase prepnradigmatica de la bioerica

Tuve el gusto de conocer en Bogota, en los uhimos meses del ano 2005, a la profesora Maria Mercedes Hackspiel y a OlroS docentes del area de bioelica de la Uni versidad Militar Nueva Granada. En ciena ocasion, cerca de las dos de la tarde, mienlras esperabamos la Uegada de los reSlanles profesores con moti vo de una sesion de seminario investigativo sobre bioelica en dicha Uni versidad, me COnlo Maria Mercedes, mujer de trato agradable, una hisloria de 10 mas inleresanle sobre )a forma como despego y evoluciono )a bioet ica en Bogola. Creo que ameri la consignar)a, as! sea en forma bre ve y concisa. en eSlas paginas.

Muchos anos atras. las personas interesadas POT una razon u Olra eo la bioelica, y residentes en Ja ciudad de BogOla, formaroo un grupo unico a fm de trabajar el lema en conjunto. Empero, comenzaron los desacuerdos entre los diversos miembros del grupo, puesto que los unos deseaban orientar el trabajo hacia el ca mpo de la bioelica clinica, mienlras que los Olros propugnaba n por un enfoque basado en una bioelica global de sembi ante porteriano. Esto en cuanto al aspecto epistemologico de Ja bioetica. Ademas, existian diferencias acerca de la orientaci6n confesional a segui r, esto es, si optar por una bioetica religiosa 0 si preferir, mas bien, una bioelica laica. En resumidas cuentas, jamas se logro un consenso satisfactorio y el grupo unico inicial se atomizo en varios grupos, cada cual siguiendo el enfoque que defendia . De esta forma, nacieron los diversos grupos de bioetica que podemos encontrar hoy por hoy en Bogota.

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('or/os Eduardo cit: Jesvs Sierra CflOrins. ForIlJOCI(J" biQt;" ca e(l tn.fXlllcria.

Par aSl decirlo, la situaci6n adquiri6 tinles de cisma, al punlo que las dos figuras mas conspicuas de la bioetica en nuest ro pais a fuer de su caracter de pioneros, Alfonso Llano Escobar, S.l, y Jaime Escobar Triana, se distanciaron entre si por varios alios . Felizmente, resulto, en epoca reciente por 10 que se, alguien que se encarg6 de reconciliarles, Guillermo Hoyos Vasquez, director del Institute Pensar de 1a Pontificia Universidad Javeriana. quien me conta esta anecdota significativa a fines del ana 2005 .

Hasta aqui 10 esencial de los dolores del parto de la bioetiea en la ciudad de Bogota. Ahora. ailadamos unes cuanlOS detaJles del panorama actual en Medellin.

En la capital del depanamento de Antioquia, la bioetica es mucho mas nue\·a que en Bogota, predominando el enfoque de la bioetica clinica hasta donde cabe decir, aJ extremo que no detectamos en la ciudad de Medellin el menor sintoma de labor en el campo de la bioetica global, salvo, de pronto, por 10 que haeen las personas dedicadas a los menesteres de la ecolagia.

Asi las casas, podemos compendiar el almendron del panorama de la bioetica en Colombia en unas pacas pregunlas, a saber: i,Cual bioetica preferir? lLa bioetica c1inica o la bioetica global? i,La bioetica laica 0 la bioetica religiosa? Estas preguntas son cruciales habida cuenta que, segiln las respuestas que se alleguen, pueden concebirse multiples propuestas para 18 ensenanza de la bioetica, problema este de 10 mas delicado si recordamos 10 dicho muchas paginas atnis en este libra acerca del momenta en el que se hall a la bioetica en el rnundo desde una 6ptica educativa, esto es, aun persiste el debate sobre el que de 18 discipJina, de 10 que se infiere que todavia no esta resuelto en forma satisfactoria y plena 10 relativo al como ensef'iarla.

Por otro lado, hay otra pregunla que no se nos puede escabullir, y es esta : i, Por que existe [amana proliferaeion de bioeticas? Mas aun, i,por que no se ha alcanzado un consenso a fin de dirimir eual enfoque bio6tico deberia ser el que predomine sobre los demas? Al respeclo, existe un aspeclo del problema que no parece haber pasado par las menles de los bioeliciSLaS a juzgar por 10 que he podido apreciar basta el momento, puesto que, casi siempre, cad a eual defiende con uilas y diemes el enfoque bioetico con el que se ha casado. Detengamonos un poco sobre eI particular.

Pese a 10 evidente de la situaci6n actual de la bioetica en el mundo, so rprende 30b?Cma.-nera que a -los bioeticistas no se les haya pasada par la cabeza 10 siguiente: [a proliferaci6n agobiante de ismos que caracteriza a la biaetica de hoy no es Olra cosa que el mayor sintoma en cuanto a que la bioetica aun esta en una fase comparable, por poner una terna de ejemplos, a la de la electricidad en los tiempas de Benjamin Franklin 0 a la de la antisepsia justo hasta 1a aparicion de Ignaz Philipp Sernrnelweis 0 al est ado presente de las teorias propuestas sobre el origen y la evolucian de la vida. Asi de sencillo, sin ponernos a dorar la pildora bioetica. En una palabra, la bioelica tedaviB se rnantiene en una fase preparadigmatica, fiuto de su adolescencia actual, esto es, aun no se impone en forma definiliva un paradigma que predomine sabre los otros, sino que coexiste teda una miriada de paradigmas bioeticos y con eiena grado de antaganismo. Es mas, se trata de una situacion que se ha complicado bast ante a causa del clima de re lalivismo epislemologico y axiologico que ha generado la ideologia poslmoderna, un

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Car/os Eduardo de Jesus SI("Trfl ellarlas. Formacl(/n !)/()(;IJCfl en mj::<·nicria. 133

genuino calambre mental. De ahi la coleccion numerosa de ismos que pululan por doquiera en el escenario bioetico de hoy: uti[itarismo, comunitarismo, etc., etc.

Ante semejante panorama cuasibabdico, se impone eI estab[ecimiento del dia[ogo, un rasgo que no ha sido muy propio del mundo hispano que digamos, dogmatico y autoritario como el que mas, amen de otras regiones del planeta. Recordemos 10 dicho por el buen director del Museo de la Ciencia de Barcelona, Jorge Wagensberg, acerca del conversar en nuestra eultura. En rigor, se trata de un dialoga que connma las siguientes dimensianes: (I) las relaciones entre ciencia y religion; (2) las relaciones entre ciencia y ftlosofia; (3) las relaciones entre cieneia y soeiedad; (4) e[ reconocimiento privilegiado de una etica universalista; (5) el dialogo entre Oecidente y las bioeticas de otras culturas. En cuanta a estas dimensiones, 10 social abarca stricto sensu a las otras cuatro.

El placer de descubrir

La experiencia se ha encargado de ensenarme con agudeza y sutilidad que los cientificos ciudadanos son excelentes maestros en materia de etica y bioetica en virtud de su ostensible dimension humanista. De facto, se aprende mucha mas de ellos que de los eticistas y los bioeticistas, no pocas veces tan engreidos y tan bien pagados de si mismos, aparte del hecho que muchos de ellos se tragan anwelo, sedal y plomada en 10 que se refiere al diseurso postmodemo, todo un calambre mental segtio hemos vista. Del mismo modo, se aprende rnuchisimo menos de nuestros cientificos e ingenieros porque no saben. nada mis alhLdel marco de su estrecha especialidad, por 10 que son tremendos expertos en una sola baldosa del gran pavimento del conoeimiento. De est a forma, confieso que soy un verdadero obseso con la realidad del mundo.

Hecha la anterior aclaracioo epistemologica, pasemos a un tema bien amable, pese a 10 controvertido del mismo, las relaciones entre ciencia y religion, del que sera nuestro cicerone inicial el inolvidable Richard Feynman.

EI tema en si siempre suscita su buena controversia. Por ejemplo, recuerdo cuando, afios atras, me invitaron las personas de Nueva Acropolis para que fuese uno de los ponentes en la Universidad Catoliea de Oriente sobre eJ tern a Ciencia, religion.}' magia. Yo habJe-a nombre de la cieneia, mientras un antropologo de Nueva Acropolis 10 hacia en eJ nombre de la magia. Por su pane, un profesor de teologia de dicha Universidad hablo a nombre de la religion. Sin duda, una experieneia interesante, de [a que extraje algunas ensefianzas que me han sido utiJes desde entonces. Las resumo as): mientras es fadl dialogar y hacer buenas migas can quienes hablan en nombre de la religion, termina uno ganandose enemistades con las personas que salen a defender el palenque de la magia. Vaya Sl Ie doy Ja razon a Umberto Eco.

Por otro lado, encuentro lamentable que esta clase de debates no se den con [a suficiente frecuencia en el seno de nuestra sociedad, si bien es de 10 mas facil expliear la razon de tal escasez de debates que aborden la reJaeion entre la eiencia y otras campos de la actividad humana: esta es una epoca de espeeializacion a ultranza, de manera que los hombres que dorninan un campo son, como bien 10 decia reynman, incompetentes

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(arlo." EdllQn/a de ,h'.qis Slum C"orMs. F(lrllI()o im bloitico en Ingmicria. lJ4

para discutir OfrO. Empero. no podemos prescindir de tales debates, ya que los \'iejos problemas, como el de la relacion entre cienc ia y religion, siguen con nOSOl ros y los inlerTogantes que han planleado continuan siempre abiertos

En una conferencia hano singular sobre este tema, Richard Feynman abordo de entrada la cuesti6n neuralgica en tome a si la creencia en la ciencia es incompat ible con la creencla en un Dios. He aqui una pregunta bien interesante porque el ciudadano comun suele pensar que la eieneia es atea, condicion que afeela asi mismo a sus devotos. La respuesta ofrecida por eI insigne fisico es de 10 mas laxaliv'a: ambas creencias pueden ser compatibles, a pesar del hecho que mas de la milad de los cient ificos no ereen en Dios, es decir, hay muchos cienti ficos que Sl creen en la ciencia yen Dios de un modo perfectamente compatible, Ahora bien, nos acJara Feyn man que, aunque po sible, no es fad ! alcamar esta compatibilidad.

Distingue Feynman con claridad dos fuemes de dificultad al intentar conci li ar ciencia y religion. Por una pane, en la eiencia es imperativo dudar, es aJgo propio de su metodo. Asi, Ja ciencia Sf mueve en el reino de la incenidumbre. Se trata de una actitud mental clave para el cienlifico y a un grado taJ que se Ie vue lve (odo un habilO de pensamienlO. Una vez adquirida, uoo ya no puede dar marcha atras. Por olra parte, Ja menle cieotifica puede hallar muy poco razonab le, muy poco probable, la creeneia en Dios por obra y gracia de ros propios hechos cientificos. En otras palabras, las visiones cientificas acaban en sobrecogimiento y misterio ante la grandeza del universo, nos sentimos perdidos en el borde de la incenidumbre, pero parecen tan profundas y tan impresionantes que la leona de que todo est8 dispuesto simplemente a manera de escenario para que· Dics. observe 1a lueha del hombre entre el bien y el mal pareee insuticiente. As! las cosas, pareciera que eI Dios ordinario queda sobrando. Empero, queda otra posibilidad de interpretacion: ante 10 incontrovenible de los hechos cientifi cos debidamente fu ndados, cabe repJantear la concepcion de la idea de Dios, eslo es, el Dios de siempre, mediocre segUn parece, no puede ser mediocre, sino que los hechos cientificos sugeririan la idea de un Dies mucho mas grande de 10 que la genIe ha pensado durante muchos siglos. Es curioso, pero, seg"U n adviene Carl Edward Sagan, se trata de una posibilidad inlerprelativa que no se Ie ha pasado par la cabeza a los ereyenles, quienes prefiere n polemizar en forma acalorada y bizanti na como la que mas.

i,Cuales podrian ser las consecuencias de estas dudas sabre las creencias religiosas de un estudiante de c iencias? Bien, feynman afrece eSla respuesla aJ respecto:

Par supueslo, y como reS1.dlado de esta duda, 10 pOlito de la duda se orienta a los problemas eficos; pOl'que, en la religion que el aprendi6, los problemas morales estaban relacionados COil /a palabra de Dios, y sl ese Dios 110 exisle, iCliol es su palabra? Pero, al final, y de forma bas/allfe sOlprendenre, creo yo, los problemas morales quedLlI1 relQt;vamellfe infaclos; es posihle que al principia ef eSllldianfe decida que algllna::ipocas cusas eran errOl1eas, pero, con jrecuencia, cambia fuego de opinion y femlina COl1l1l1 punta de vista moral que 110 es fimdamelltafmel11e dijerel1te del iniciQ/.

Parece haber III/a especie de independencia ell estas ideas, AI final, es posible dudor de 10 divinidad de Cristo y, pese a lodo, creer jirmemcllfe q/le

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('ar/Wi Eduardu de Jesus Sierra Cunrla.~. FOrflltlCIIJn hicx'li<:tI t·n in~t'niE'ritl. 135

es bueno comportarte COil III prujimo cornu qllisicras 'fllf! JI se comporl!.! contigo. E<; pasihle feller eslas dos ideas al mismo liempu; y espero que ;,sledes ellCuel1lren que mis colegas cielllijicos areas se sile/en cOl1ducir bien en sociedad.

En suma, si bien la ciencia tiene cierto impacto en much as ideas religiosas, ella no afecta al contenido moral segUn esta optica provocativa proporcionada par Fey-nman. En una palabra, el avance de la ciencia no implica un colapso de la religion.

De otro lado, no deja de ser curiosa que Rlchard Feynman, en la conferencia aludida, saliese can la siguiente declaracion, insostenible hoy dia a la luz del moderno discurso biottico: ... yo no crea que surja lin callf/icta real can la ciencia en el aspecto erica, porque crea que las cuestialles marales esran fu era del daminio cienrifica. Sorprende esto porque Feynman fonno parte del Proyecto Manhattan y experimento serios conflictos et.icos personales una vez lanzadas las bombas atomicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Ademas, en el seno del capitulo proximo, veremos una actitud muy opuesta en el Feynman que fue miembro de la Comision Presidencial nombrada por Ronald Reagan con motivo del accidenle de la lanzadera espacial Challenger.

AJ finalizar Feynman su conferencia.. dej6 abiertas varias preguntas, entre las que cabe seilalar estas dos: i C6mo podemos oblener inspiraci6" pcua mantener eSIOS dos pi/ares de la civilizaci6n occidental -ciencia y religion- de modo que puedan permanecer juntos con plena vigor, si" lemerse uno a on·o? iNo es eSle el problema central de nuestro tiempo? Sin la menor duda, son dos preguntas que siguen a la orden del dia, maxi me que nuestro tiempo Ita entrado en una nueva ·era oscurantista, si aeaso habiamos alguna vez salido del oscurantismo de antai'ie y tooificado nuestro enleodimienlo con la ambrosia de la l1ustraciOn.

Han pasado varias decadas desde esta conferencia memorable del celebemmo Richard Feynman. Sin embargo, mantiene su lazarua y vigencia, aJ grado que es poco frecuente apreciar hoy eI saludable diaJogo a des bandas entre Atenas y Jerusalen, situacion en la que hay una culpa compartida de pane y pane, En efeeto, a la vez que el cientifico moderno es un ente deshumanizado y que no genera mucho debate etico, diagnostico finamente establecido por Jose Ortega y Gasset) entre otros, la corporacion religiosa por excelencia, la Iglesia, tiende a centrarse mas en la administracion y a descuidar la iu\.;estigacion. De -esto, existen casos dramaticos en la censura impuesta sobre te6logos brillantes como Marciano Vidal, Eugen Drewermann y Hans Kung. No obstante, debe establecerse el dia!ogo necesario entre 10 laico y 10 religioso, unico camino sensato para avanzar en el establecirniento de una 6tica universalista. Hay algunas eyidencias alentadoras en este sentido, entre las que amerita destacar el epistolario establecido entre Umberto Eco y Carlo Maria Manini , arzobispo de Milan, Italia, al que Ie dedicaremos una seccion un poco mas adelante en este capitulo por ser un ejemplo encorniable de dialogo entre laicos y religiosos en el campo de Ja ttica.

En cambio, nos tropezamos con una muestra deplorable e inquietante de la existencia de obstaculos epistemoJ6gicos para el establecimiento del dialogo antedicho en una pagina calalica de la Red, w'vw.arvo.nel, bien nutrida con una buena can tid ad de articulos sobre diversos temas que atanen al mundo de Ja fe, entre ell os la ciencia y su

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Carlos rdunrdo de JC.\·lis ~""iar(l <. ' lIorllu, Formm:i(in !>!m"llca ctlll1~,· n!c'ria. 136

relacion con la religion. Eltono de la mayoria de eslOS ar1 iculos es emotivo, dogmatico y p~orativo a la hora de blandir la espada contra los cientiticos que no son de su agrado. Mas bien, pareee una fuerza de choque de la Congregacian para la Doclrina de la Fe, anliguamente conocida como el Tribunal de la Santa Inquisicion hasta mediados de la decada de 1960. Botan de muestra, son despiadados los ca lificativos que blanden contra cientificos como Jacques Monad, Carl Sagan e Isaac Asimov. De Sagan, por ejempl0, Mariano Artigas se despacha a su gusto cen una serie de descal ificaciones que, hasta donde cabe ver, pecan de conocimiento superficial e incompleto de la obra cientitica y divulgativa de Sagan. amen de una mala lecrura, descalificaciones como 1/11

preslidigitodor intelectllal y maestro cOJ1descendiel/le y categorico, En una palabra, el dialogo fructifero entre Ja ciencia y la religion debe prescindir de descalificaciones mutuas y emotividades de dudoso jaez. De 10 centrano, no se Irascendera el dilema de las bioelicas.

Pero, i.quien fue en realidad Sagan? i.Un charlatan materialista enemlgo de la fe catalica como 10 sena\a Anigas? Para quienes hemos conocido a fondo la labor desempenada por Carl Edward Sagan a fin de hacer comprensibles las ideas basicas de la ciencia a millones de personas en todo eJ mundo, las afirmaciones de Mariano Ar1igas y otros como el no pasan de ser un verdadero desproposito. Por mi parte, he lei do y releido con delectacion los libros de Carl Edward, he disfru lado sobremanera can los capnulos d'e Cosmos en su version para television. he visto la version cinematografica de Contacto, he intercambiado a 10 largo de los alios muchas impresiones con otras personas que han conocido tambien la obra de Sagan y, en una palabra, jamas he detectado nada ofensivo ni amenazante en la forma de hacer cieneia del inolvidable cienl ifico y divu.Jgador estadounidense.

Con motivo de la muerte de Carl Edward Sagan el 20 de diciembre de 1996, Lourdes Villarreal Lujan, de Mexico, publico, en Astronomia digital, un articulo en homenaje a Carl. Lo titulo Carl Sagan, una vela ell la oscuridod Al comienzo de su an icu lo, Lourdes plasmo unas palabras muy bellas, del mismo estilo como las que podemos decir tantos sabre quienes Sagan inOuy6 en forma significativa en nuestras vidas: Siempre cOllsiderare 01 Dr. Sagan mi gufa ill/eleclt/al, Y lillllca podre reponerme de la trdgica perdida que signifieo su jal/ecimiell/o. He pensado en miles de casas para honrar su memoria, y creo que la mas adecuada es hociendo 10 que il mismo hizo con lama ellflfs;asmo y valor: el1sel1ar las mar01..iIIas de 10 del/cia al individllo normal. ~oml'R y corrien/e. Si, a much as personas alrededor del planela, Carl Edward Sagan nos cambi6 la vida para siempre. Tal fue el efeeto logrado, sobre todo con Cosmos, tanto el libro como 1a serie de television.

Si por algo se caracterizo Sagan fue por su gran capacidad de observacion., la que Ie perrniti6 comprender que el hombre normal, sin preparacion universitaria. debia introducirse al mundo de la ciencia, En suma, Carl hizo que millones de personas vieran por primera vez una luz eo la oscuridad de la noche. Y, como vi mos en el segundo capitulo, la etica cientifica connata que la comprensi6n publica de la ciencia no sea ni un gramo menos importante que la comprensian que de la ciencia lienen los cienlificos. S6Jo de este modo puede concebirse la construcci6n de una sociedad cienlifica con ciudadanos eienlificos, esto es, que hayan incorporado eI modo cientifico de ver el mundo, que se hayan destelado por entero lanto del dogma como del principio de

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autoridad. V, claro esta, s610 si conI amos con ciudadanos tales, pod rem os logTar que la sociedad como un todo sea panicipe de los grandes debates bioeticos. AI fin y al cabo, como bien 10 adviene el padre Alfonso Borrero Cabal, S.J. , la bioetica no debe eslar restringi da a los estrechos ambitos academicos.

Tambien, Sagan acrecent6 su reputacion de inle/eetual comprometido gracias a su labor como activista por 13 defensa del ambiente y el cuidado de la Tierra . i,Sera aeaso esto 10 que quieren cobrarle detractores como Mariano Artigas? En fin, g racias a seres como Ric hard Feynman y Carl Edward Sagan, millones de personas en nuestro fi-agil planeta han conocido el placer de descubrir y el del pensamiento 16gieo y racio nal . Por 10 demas, la Iglesia debe andar con mas cu idado con defensores exalt ados como el senor Ar1igas habida cuenta que afronta, entre olros, e\ problema del descenso aJarmante del numero de calolicos. En Olras palabras, los defensores de la fe cat61ica alrincherados e n catilinarias solo conseguiran que mas cal6licos deserten de su senD. Y este problema es de proporciones, al punlo que el Arzobispo de Medelltn y Gran Canciller de la Uni versidad Pontificia Bolivariana, Alberto GiraJdo Jaramillo, 10 destac6 a poco de comenzar la lecci6n inaugural de este ana 2006 en dicha Univers idad. De 10 contrario. Uegado el ano 2050, Ja Iglesia tendra que pedir perd6n pa r sus errores de hoy cuando celebre su proximo jubileo.

i E" qui creen los que no cree,,?

Segun reza el refnin, 10 cortes no quita 10 valiente. En fonna breve y eancisa, este refran resume la esencia de 10 que debe ser el arte de! debate inle lectual digno de esta denominaeion. Pero, el principio de realidad se encarga de demostrarnos con creces que 10 expresado en dicho refTan dista mucho de ser la regia. De momento, nos loea conformarnos con Jas excepciones a la misma.

Entre estas excepc iones, hay una que esta entre mis favoritas en virtud de la alrura, sobriedad y elegancia del debate inteJectuaJ involucrado. Nada menos, se (rata del dia logo epistoJar sostenido entre Umbeno Eco y Carlo .\faria Mart in i. Como bien 10 saben las personas cuitas, Umbeno Eco es semi6tico y uno de los intelectuales europeos de mas prestigio en todo el mundo. Pa r su parte, el Cardenal Carlo Maria Martini forma pane de la Campania de Jesus y es arzobispo de Milan, amen de ser un intelectual .cspetable. EJ dislogo aludido se dio por inicialjva de 1a revisLa italiana Liberal el 22 de marzo de 1995 y prosigui6 coo ritmo trimestral. En suma., la cosecha respectiva const6 de acho cartas, cuatro de Eco y euatro de Manini, y eltitu lo general es justo el que lIeva este aparte.

Con mOlivQ del interes despertado entre los lectores de la revi sta Liberal y el eeo suscitado en IOda la prensa par los temas tratados en el curso de un ana, se estim6 aconsejable ampliar la discu si6n a otros interlocutores implicados por Una u otra razon en el lema: dos filosofos (Emanuele Severino y Manlio Sgalambro). dos periodistas (Eugen io Scalfari e Indro Montanelli ) y dos politicos (Vinorio Faa y Claudio Martelli). A grandes rasgos, el lema central del dialogo estuvo centrada en la etica y sus fundamemos.

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Ctlrlo.'· Edutlrdo de Jesu~ S!c·rrtl ('lItlr/tls. Forl/!tlCl(l1! b,nt'lico "I! 1I!f::"lIIuitl. 138

Quisiera poder decir que casos como e! del dialogo planteado por la revisla ilaliana Liheral son frecuentes en el seno del mundo inleJectual y cientifico. Pero, los hecbos son tozudos y la realidad se nos impone. Par ejempJo, si echamos un vistazo al munditlo universitario medellinense, da grima tanto la emoti,·idad y la vehemencia que envenenan 10 que deberia ser un ambiente de discusion calido y cordial como la liviandad de la mayoria de ioS"'"temas tratados. Bueno, no hay mal que por bien no venga, puesto qlIe, cad a vez que me im·jtan a ir a alguna conferencia 0 a leer algun articulo 0 a escuchar algun program a de radio 0 television universitaria, prefiero mas bien encerrarme a: leer alglIn buen chisico del pensamiemo universal, por 10 que les estoy muy agradecido a quienes me in,,!!an a tales eventos "academicos" porgue han hecho mucho por mi cultura. En fin, como reu OlftS refran, quien me invita , me hace un honor; y quien no me invita, un favor.

Bromas apane, retomemos con Umbeno Eco y Carlo Maria Martini, un representante singular de la cultur8 laica y un principe de la Iglesia, respecti\"amente.

Cual recordatorio sobre la vanidad de titulos y nombradias de las que tratamos en los capilulos tercero y cuano, resulta de 10 mas encanladora la rorma como Eco y Martini comienzan su epistolario. AJ comenzar la primera carta, Eco se dirige asi a Martini: Querida Carlo Maria Martini: Confia ell que 110 me considere irrespe/uoso sf me dirijo a usled lIamillldofe por su nombre y ape/lidos. y sin referencia a los hcihilos que visle. Entiendirio como un acto de homelloje)' de prodel1cia. De homenaje, porque siempre me ha lIamado /0 OIendon el modo en el que los franceses, c/lando el1trel'islal1 a II1l

escrilor. a 1111 arlisla a a una personalidad politiCO, el41011 usaI' ape/olivos reductivos, como profesor, emillencia 0 miuistro, a dijerencia de 10 que hacemos en flolia. Hay personas cuyo capital ill/elee/ual les viene dado por el /lombre can eI que flrman las propias ideas. De esle modo, cuando los jranceses se dirigen a alguien cllyo mayor titulo es el propio nombre, 10 hacen asf: "Diles-moi, Jacques Maritain n, "diles-moi, Claude Levi-Strauss ". Es el recOl/ocimiemo de una ailloridad que seguiria siendo tal allnque el sujeto no hubiera lIegado a embajador 0 a aeademico de Franci.a. Sf yo tuviera que dirigirme a San Agustin (y cOl1fio en que /ampoca esta vez me cOlfsidere irrespetlloso por exceso) no Ie lIamaria "SeiJor obispo de Hipona" (pOI-que otros despues de el han sido obispos de esa ciudad), sil10 "Agustin de Tagasta ". Y no menos rascinante es 1a respuesta de Martini a Ecc: Querido Umberto £Co: Estoy plellamente de acuerdo en que se dirija listed a mi utilizanda mi 110mbre y ape/lido, y por ello yo hare 10 mismo can usled. EI Evangelio no es demasiado beJlel'olo con los tltulos ("Vosotros, en cambia, 110 os dejeis lIamar "Rabbi" ... IIi lIameis a nadie ·'Padre" vuestro en 1a Tierra .. ni tampoco as dejbs lIamar ·'maestro"", .A1ateo 23,8-10). Asi resu/ta, por olra parte, mas elora, como usted dice, que eSle es un intercambi6 de rej1exiones reafizado entre nosotros can liberlad, sin corses ni implicaciones de cargo aiglow. Espero, en todo cam, qlle se trate de un infercambio jruclifero, porque me pareee importante poner de relieve con jranqlle;a IT/leSlras preocupaciolles comulles y buscar la manera de aelarar nues/ras dijerel1cias, secando a la luz 10 que verdaderamente es diferente entre nosotros. Hasta aqui este inicio del epistoJario de Eco y Manini, un magnifico ejemplo de respeto mutuo y comprensi6n, aspecto clave a la hora de pJantear el dialogo entre los mundos laiC{) y religioso en mat eria de elica y bioetica. De esto, es consciente Francese Abel a1 enfatizaf que ambos mundos deben evilar las descalificaciones mutuas a fin de lograr un intercambio provechoso.

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( '(vlos Etlunrtlo til' Jc.\-u.'< 5;u'rrn lunrtns. !-o rhlt1CIf) 1I blOC/u:n ell iU,CI·m(,rln 139

Asi las casas, de forma explicita. Eca y Martini nos dan un bello ejemplo sobre la inutilidad de los argumentos tamo de autoridad como aJ hominem a la hora de darle ri enda sueha al fino. sulil y elegante ane de la argumentacion :Mas que las respuestas que brindan ambos, interesant es y sugestivas per se, resultan mas llamativas las preguntas, abiertas como las que mas, que nutren una cana tras otra. Boton de muest ra inicial, Eco finaliza su primera cana con est a tema de interragantes. (.Existe una nocion de esperanza (y de propia responsabilidad en relacion al manana) que pueda ser comun a creyentes y a no creyentes? i. En que puede basarse todayia? i Que funeian critica puede adoptar una reflexi6n sebre el fin que no implique desinteres por el futuro. sino juicio conslante a los errores del pasado? La respuesta proporcionada por Man ini con ll eva una clave en cuanta a la real posib ilidad del dialogo etico entre laicos y religiosos: Mas dificil es responder a /0 pregllnta de si exiSle ulla "I/ocion" de esperall::a (y de propia respollsabilidod en relacion a/ mClJialla) que p/leda ser com/m a creyentes yo 110 creyenfes. Tiene que haberla, de un modo II arro, porque en /a practica se puede ver como hay creyentes y 110 creyentes que I'iven Sfl propio presel1fe cOJlfirhindole 1111 sentido y compromelielldose call eJ respo/lsablemellfe. E/lo resulta especialmellfe visible en el rosa de quielles se en/regan de manera desiJ1leresada y por Sll propio rie!>go, en Ilombre de los mas altos valores, sin compensacion visible. La que quiere decir, par tanto, que exisre un humus profunda del que creyentes y no creyeJlles. cOllscienfes y respol1sables. se alimelllcm al misma fiempo, sin ser capaces, tal \Ie; . de dade el misma nambre. En el momenfa dramarico de 10 accion impartan mllcho mas las casas que los nombres, y 110 vale 10 pena desotar una quaestio de nomille Cilando se Irota de defender y promover va/ores esellciales para 10 humanidad

AJ concluir su segu nda niisiva, Eco suelta estas preguntas abiertas en re lacio n con e l candente problema etico de la vida humana: i,Cual es el estado actua l del debate teol6gico al respecto, ahora que la teologia no se mide ya con la fi sica aristoteli ca, sino con las cenezas (iY las incenezas~ ) de la ciencia experimental moderna? i.Cual es hoy la actitud del te6Jogo frente al creacionismo clasico? De 10 que se ve, ambos interlocutores no han escatimado pregunta neuralgica alguna en materia de etica, En las preguntas previas. esta el problema de la vida y su origen. En otTOS moment os del dialogo, aflora 10 atinente a la contaminacion ambienta! y al uso poco 0 nada sabia de la tecnologia . Luego, la cuesti6n relativa a las razones por las cuales la Iglesia ha excluido hi st6ricamente a Jas mujeres del ministerio sacerdotal, 10 misrno que el fundamento J. :thilO·de la etica laica en el cuadra de la postmodemidad En general, es muy sereno e! tono de las respuestas de ambos interlocutores. Ningtin acaloramiento, ningUn epiteto, ninguna oscuridad, ninguna descalificaci6n asoma en este dialogo. As., estamos hablando de dos caballeros stricto sensu, en los que se impone 10 de nobleza obliga. caracteristica propia del verdadero humanista desde la opl ica de Juan Luis Vives. Asi . f co y Manini dan huen ejemplo de ser reales jntelectuaJes.

En al ra forma de rn irar las cosas, 10 Que transcurre en este dialogo epistolar entre Eco y Manini es una muestra patente de Ja posibilidad de poner a conversar entre sf dos de los metodos pergenados par la mente: humana para la forja de conocimiento, es decir, e l metodo cientifico y el metoda divino. De hecho, es muy lIamativo que ambos merodos dialoguen en este intercambio epistolar habida cuenta que los dos panen de distintos presupuestos epistemologicos segUn vimos en su momento en eJ segundo capitulo. Y. si

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Cnrlos Eduardo de JesUs S/l'rra Cuarlas. Formaci/in bioc/lcn en ms,'nlf: ria.

nos fijamos bien, la conversaci6n respectiva es factible a condicion de que no haya una obsesion enfermiza en los interlocutores por querer lIegar a un consenso rapido e inflexible. Mas que tratar de obtener un consenso, 10 que se manifiesta tanto en Eco como en Martini es el afim de comprender la posicion del ot ro . Y justa en 10 anterior tenemos otra clave significativa para el establecimienlO del dialogo etico entre el mundo laico y el mundo catolico.

De otro lad 0, es digna de encomia 1a humildad de ambos, can 10 que respaldan aun mas su condici6n de humanistas segiln la concepcion de Vives. Para muestra un bot6n, las siguientes palabras de Martini en relacion con el fundament a mismo de la etica laica: Me cuesta mucho comprel1der como tll1a erisfel1cia il1spirada en eslas lIormas (altnlismo, sinceridad, justicia, soJidaridad, perdon) pllede sostenerse largo tiempo y en cualquier circunstal1cia si el valor abso/uto de la norma moral no esui fimdado ell

prillcipias metaflSicos a sabre un Dias personal. Y no import a cuanta bucee en mi memoria, que es bastante confiable, apenas Sl lagro acordarme de un exiguo numero de personas que tienden a ser par el estilo de Umberto Eco y Carlo Maria Martini. Multi sul/f vocali, pouci vera elecn.

EI unil'ersa no se hizo para nosofros n; ata hecho por nosotros

Aeaso 10 que subyazca en Jas difieuhades sempitemas para el establecimiento del dialogo entre laicos y religiosos tenga que ver con nuestra ronna de relaeionamos con eI universe, es decir, mientras las reJigiones nos orrecen una imagen halagadora de acuerdo COD la cual estamos· eft-el· centro del· universe, que este se hizo para nosotros, Jas visiones laieas se tuercen par otro lado y conciben al Mundo como un gran escenario al que es menester transformar y reconstruir a su imagen, siendo asi su espejo, por 10 cua! este tipo de hombre esta solo entre sus obras, perdido en un "paramo de espejos" segtin la evocadora imagen sugerida par Octavia paz en Ellaberinto de la soledad. Entonces, he aqui una distinci6n sutil que conviene no perder de vista a la hora de buscar puntas de convergencia para el establecimiento del dialogo elico y bioetico entre el mundo laico y el rnundo religioso.

Retornernos de nuevo can Carl Edward Sagan, quien tanto pareee alterarles los nervios a los fundamentalistas religiasos de nuestro tiempo. De el. nos interesa ahora su libro Un punta ami pel/ido, sabre todo eJ capitulo titulado EI universo no se hizo para noso/ros.

En el fonda, nos advierte Sagan que somas geocenlristaS retrogrados, ocultos bajo un barniz copemicano. No importa 10 que afirmen los cientificos, en el lenguaje cotidiano solemos ignorar sus hallazgos. Par ejemplo, esta se aprecia en una frase como Ia siguiente: "Mariana, i,estaras de vuelta en cass para cuando se ponga el Sol?". Esta es la frase tipica, la usual. i,0 acaso formulariamas, can rigor cientifico, la pregunta de otra manera? Como esta: "Mariana, i,estanls de vuelta en casa para cuando la Tierra haya rotado 10 suficiente como para ocultar al Sol bajo eJ hori2onte local?". No. por supuesto que esta no seria la forma de preguntar al respeclo, Acaso Mariana se hubiese marchado mucho antes de que terminasemos de preguntarle.

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Carlos Eduardo de Jcslis Sierra CliarTas. For/ll (J(:/c)n hitlC{/(.'(J ('/I ing(T/!cria. 141

EI mejor simbolo de la enorme dificultad existente para el dialogo entre el mundo laico y el mundo rel igioso 10 tenemos en el Caso Galileo, emblematico como el que mas. Apenas hasta 1832 la Iglesia no consinl i6 en borrar elt rabajo de Ga lileo de la Ii sla de libros cuya lectura les estaba prohibida a los calolicos so pena de horrendos castigos para sus inmon ales almas. Ademas. aunque con gran reHaso y a reganadienles, en aras de su buen nombre, la Iglesia repudio en 1992 su denuncia de Galileo. No obstante. este es eI momento en el que no se resigna del lodo a reeonocer la importancia que revislio en su dia la oposici6n que ejerci6. Como diee el propio Sagan: No se lTataha de cautela J resen 'a /rente a 10 ciellcia, de reJ1uel1cia a cambiar de paradigma haSfa dispollt!r de t.' I'idellcias prohadas, como en el coso de 10 paralaje ollila/' Era puro temor a la discusion y 01 debate. La cellS1lra de visiollf!s alfernafivas y 10 amella::a de torturar a sus defel1sares revelan ulla folIa de fe ell 10 propia doctrillo)· los mismos feligreses que, asrel1sibfemellte, estan siendo protegidas. iPara que haMan de servir las amena:;as y el arresla damieiliaria de Galilea? iAcaso 110 pllede 10 verdad defenderse a sf misma ell SII con/rantaciol1 can el error? En todo caso, se ha efectuado hoy dia un progreso considerable al admitir en su momento el Papa Juan Pablo 11 que las Sagradas Escrituras no siempre son literal mente ciertas. Desde luego, los co ri feos de las doctrinas fundamentalistas deben andar desesperados al haber escuchado de labios del Papa tamana declaracion.

Son de 10 mas interesantes las implicaciones de esta declarac i6n del Papa Juan Pablo II para la etica. Esto se traduce en las preguntas que siguen, enunciadas par Sagan: si 10 que contiene la Biblia no es verdad punta por punto, i,que panes son fruto de la inspiraci6n di vina y cuales son falibl es y, po r ende, huma nas? Ademas, si cabe admitir errores en las Escritura s; 0 concesiones a la ignorancia de los !iempos, (.c6mo puede ser la Bib lia una guia infalible para la elica y la moral? Seg,jn esto, Ja religion no puede soportar el ciento por ciento del discurso etieo. Eo consecuencia, debe entrar en diaiogo sensato con el discurso laico.

En eSle punto, nos va quedando claro cOmo empez6 la ciencia a poner nerviosa a la genIe, al punlo que, en lugar de critiear a quienes perpelUaban los milos, el rencor publ ico enlil6 sus balenas contra quienes los desacreditaban. Pero, (.que miws eran eSlos? En pocas palabras, como nos recuerda Sagan, en cada cul ru ra hemos concebido algo similar a nuestro propio sistema pol itico dirig iendo el universo. Y pecos hallamn sospechosa ta l semejanza. Peor aun, por si fu era poco, queremos creer que estos son los hechos objelivos, y no nuestros prejuicios que buscan un desahogo sancionado.

De manera que, al enlrar en escena la ciencia y decimos que no somos la medida de todas las cosas, que exi sten marayillas jamas imaginadas, y que el universo no esta obligado a ajustarse a 10 que consideramos c6modo 0 plausible, entran en crisis la puerilidad y el narcisismo de nuestras nociones precopemicanas , En otra fonna de decir las cosas, no debe hacer mucha gracia escuchar a toda hora a una cuadri ll a de cientificos semejante mantra de desanirno, 10 qu e hace que a la ge nte se Ie antoje la ciencia co mo algo frio y remoto, desapasionado, indiferenle e insensible a las necesidades humanas. Asi, se ensancha el abismo enlre 10 laico y 10 reli gioso, ent re el mundo de la vida y el mundo de la ciencia. Mas aun, dentro del mundo religioso, se da, a su vez. Olro abi smo entre 10 realrnente religioso, cercano al razonamiento leologico riguroso y al sentido del

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Car/us t 'dllnrdu ck J(:."it.~ SIerra ( "tnrfnS. f (1TIlInciim hlfWltCa ('(/ IIIg.ollil'rin. 1-12

religare, y la religiosidad popular, incapax eSla de seguir la compleja argumentacion teol6gica.

Por si 10 anterior no constituyese un panorama 10 bastante complicado, las di\"ersas religiones se contradicen unas a Olras, tanto en temas menores, tales como si debemos ponemos sombrero para entrar en un lugar de cuho a bien quitamoslo a si es conveniente comer cordero y abstenerse de comer cerda 0 al reves. como en las cuestiones fundamentales, como la de no tener dioses, adorar a un solo Dios 0 a muchos. Sin la menor duda. todo un galimatias.

Sigamos complicando el panorama al destacar una dimension indeseable de la institucion ciemifica de hoy, 10 que bien podemos denominar Ja ciencia como re ligion. En su libro Las edades de Gaia, James Lovelock, ciemifico brililnico, denuncia con franqueza)o siguieme:

Podria pensarse que el cienriJico acadimico es fan fibre como el orfisfo independienfe. Pero, de hecho, casi lodos los ciemijicos 5011 empleados de una gran orgal1i::acion, como 1111 departamento gubemamenfal, 11110 universidad a una compai'iio ml/ltll/aciona/. S610 raramenfe pueden expresar Sll saber ciellfijico de forma personal. Pueden pensar que SOli libres, pero cas; todos ellos SOli en realidad empleados, hall inlercambiado hbertad de pensamienfo par buenas condiciones de trabajo, un sueldo segura, pertenencias y una pension Tomblin, estcm conslreliidos por IIl1a

legion de fuer:as burocrcin'cas, desde las agencias de financiacion a las orgonizaciolles para 10 sallid y 10 seguridad. Adenuis de ella, esfcm lambiell el1corsetados par las reglas Iribales de la disciplina a la que perfenecen Un fisieo eneontraria muy dificiJ trabajar ell quimica )' lin biologo ellcomraria la fisiea como alga easi imposible de hacer. Para limilarlo lodo loduvia mas, en los ai10s recientes 10 "pure:a" de la ciel1cia se g7larda de 11110 manera incluso mas celosa mediante una inquisicion aliloimpues/a basad a en la revision de los colegas. E~·fa illSfilutriz bien intencionada, pero de mente estrecha, se aseg1fra de que los ciel1lificos trabajen de Gel/erda can el criteria convencional y 110 en la medida que la euriosidad a la inspiracion los motiva. FoliOS de libertad, se enclIenlran en pefigro de slicumbir 01 examen de Irivialidacks 0 de converlirse, como los fe6logos medievales, en criaturas del dogma.

En estas circunstancias descritas con franqueza por Lovelock, la institucion cientifica de hoy dia se nos presenta at modo de una organizaci6n en la que los mismos ciemificos se vuelven esotericos, en contravia del propio sentido de! metodo cientifico, y se convierten en el azote de la herejia. Es la ciencia como religion. Por tamo, nO debemos sorprendemos del abatimiento de la intelligentsia mundial denunciado en forma abiena por Heinz Dieterich, ni de la confusion que hoy existe entre ciencia e investigacion, y entre conocimiento e informacion, diagnoslicada con lama lucidez por Marcelino Cereijido.

Por supuesto, todo 10 anterior connota un mosaico complejo para el di scurso elico y bioetico: bioeticas civiles, bioeticas religiosas, bioeticas universalistas y bioelicas

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('ar/os Eduardo de .Jesus .\';""(1 Crlnrt(15. Form(lCl(jn hi(,,;r;ca ('/I tn.collerla. 143

relativistas. Facil de enumerarlo en unas pocas categorias. pero 10 agobiante del mismo asoma llegada la hora de intentar el dialogo entre 10 laico y 10 religioso. Empero, segun vimos a raiz de la experiencia de Umbeno Eco y Carlo Maria Manini, puede intentarse semejante diitlogo Desde eI punto de vista educativo. signifiea esto que no es sensato homogeneizar la formacion elica y bioetica segun una sola propuesta eual si de un dogma 0 un pensarnienlo unico se tratase. No. mas bien, se impone el dialogo entre discursos eticos y bioeticos habida cuenta de Ja dimension multicultural del mundo actual. Empero, ha de tenerse cuidado de no confundir el diilogo etico y bioetico multicultural con un relativismo axiologico de tres al cuano

Perc, retomemos a1 estimulante planleamiento de Carl Edward Sagan, estimulante nada menos que par Ja controversia que suele suscJtar.

Mientras la ciencia constituye eI reino de la ineenidumbre, la religion y la mitologia confonnan el reino de 10 cieno. Como bien decia Leon TolslOi , "Ia vacia irracionalidad de la vida es el unico conocimiento incuestionable a que tiene acceso eJ hombre". De esta forma, la comprension de la bioetica no puede perder de vista cienos hechos cientificos basi cos, a saber: somos unos recien lIegados aJ vasto y rico escenario de la vida, viv imos en una region ohidada del cosmos, surgimos a par1ir de microbios y detritus, los simios son nuestros primos, nuestros pensamientos y sentimientos no se hallan enleramenre bajo nuestro control, es posible que eristan seres muy diferentes y mucho mas lislos en algiln lugar. Y, por Sl fuera poco, eSlamos baciendo aiiicos nuestro planeta y convirtiendonos en un peligro para nosotros rnismos. En fin, mientras mas inteligentes somas, mas peJigrosos.

Si miramos con detenimiento la cuesti6n, no nos costara mayor trabajo percatamos de que, a fin de facilitar el diilogo elico y bioetico entre el mundo laico y el muodo religioso, no hay que pri\'ilegiar el debate acerca de Sl venimos 0 no de un muiiequito de barro so pena de etemizar el abisma. Sencillamente, permitamas que los hechos de la naturaJeza hablen por Sl mismos. AI fin y al cabo, aun no hemos aleanzado un consenso sobre nuestro lugar en el universa, hecho que nos obUga a ir mas alia, mucho mas al1a, del diJema de las bioeticas, que, por momentos) adquiere tonos de enojosa discusion bizantina.

iCie-uda contra humanismo?

En terminos generales, el fanatismo ha sido, es y sera una enfermedad infantil, el sarampion de la humanidad. El mismo adopta multitud de formas, es una especie de camaleon de 10 mas sordido que esconde nuestro cerebro de reptiL En form as tales como el nacionaiismo, el regionalismo, el sectarismo y, en general, fodos los ismos tenebrosos habidos y por haber, e! fanatismo prospera en todos los lugares y epocas. De facto, la historia de las ideas tiene ejemplos a granel al respeelo. Ni siquiera las personas mas cultas estan a salvo del mismo, salvo, si aeaso, a costa de un duro esfuerzo personal. Despues de todo, las grietas del metodo cientifico se reHenan con pasta de ideolog[a.

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Carlos Eduardo de Juris Sierra CUM/tIS. Formacion bioefica en ingrnieria 144

Boton de mueslra de 10 anterior, derto colega mio, decano de una presligiosa universidad privada medellinense y con una vasta erudicion enciclopedica. sabedor de mis intereses sinceros en profundizar cada vez mas en el conocimiento de la pedagogia ignaciana, por 10 demas, cosa muy natural en mi por el hecho incontestable de ser javeriano, ha intent ado, con ine1egancia enojosa, insinuarme que me desentienda de tal estudio. AI solicitarle la justificacion de su e>.1raiio proceder, 10 mas que expresa es una animadversion poco racional hacia los jesuitas, hecho todavia mas desconcertante par cuanto su oonocimiento acerca de la rustona y actualidad de la Campania de Jesus deja mucho que desear a m.i modo de ver .

Puedo brindar numerosos ejemplos como el precedente, pero sera suficiente con una sola muestra para nuestras necesidades de este momento. En suma, estamos hablaodo de personas que no pueden sustraerse al lado oscuro del fanatismo a despecho de su fonnacion intelectual. En otras palabras, el intelectualismo pure no inmuniza contra semejante enfermedad del espiritu. Es justo la ambivalencia enlIe el Dr. Jekyll y :Mr. Hyde. Ahora bien, con el ejemplo que acabamos de ver, tenemos un case mas 0 menos benigno. Mucho peor es, digamos, la situacion de un neoliberal atrincherado en el pensamiento unico del neoliberalismo 0 la de otras categonas de fanitico politico 0

religioso, pues, esas son situaciones en las que se termina por degenerar en la vlolencia extrema. Y de esto si que esUi plagada la historia de la infamia.

En cuanto a sus caracteristicas, pienso que el fanatismo tiende a tener las que definen ala figura literaria del Senor Tenebroso. De acuerdo con los cdticos John Clute y John Grant, las siguientes son algunas de las caracteristicas del Senor Tenebroso clasico: (I) ha sido vencido hace eones, mas no ha·sido destruido; (2) aspiJa a ser el principe de este mundo; (3) es una fuerza abstracta; (4) representa un debilitamiento; (5) es un simbolo de degradacion. de coJapso moral, asociado a menu do con un paclo cuestionable; y (6) inflige dana empujado por la envidia, madre de la estupidez hum ana. Bien. creo que no hay que insistir mucho en cuanlO a que un fanatico es de 10 mas parecido a un Seflor Tenebroso. (,0 aeaso cabe imputarle a un fanatico el calificativo de miembro de las fuerzas de la luz y de la razon? No, desde luego que no.

Volvamos can el contexto particular de la confrontacion entre la clencia y el fimdamentalismo religioso.

Bryan Appleyard es un periodista britaruco, amen de ser un verdadero creyente con un candor refrescante segUn la aprecjacion de Sagan. Es autor de libros como Comprender el presenle: la ciencia y el alma del hombre modemo y Ciencia contra humanismo: un desaclJerdo imprevisible. En general, Appleyard no concibe que se Ie reste importancia a las contradicciones entre la cieneia moderna y la religion tradicional. En especial, no acepta que 1a ciencia plantee que nuestra posici6n no tiene nada de privilegiada. Ademas, anora tanto el dogma como el principio de autoridad. En fin. como senala Sagan, aIguien como Appleyard prefiere cualquier cesa antes que luchar con la insoportable carga de sabernos insignificantes. Empero, por razones practicas, no podemos pennitirnos el lujo de vivir demasiado de 1a fantasia. En el fondo, Appleyard no ha comprendido la falibilidad humana, 10 que Ie )leva a no reconocer la necesidad de institucionalizar la maquinaria de error y correccion no sOlo en nuestra vision del universo, sino en nuestras instituciones sociales. De este modo, en marcado contraste

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Carlos Eduardo de JesU.f Sierra Cuarras. Furmacion hioeticn en ingt'nicrJa. 145

con Richard Feynman, Appleyard ve en la ciencia el colapso de la religion. A esta Ie ha conducido su fundamentalismo .

E1 mismo titulo del segundo libra mencionado de Appleyard, Ciencia contra humanismo, es de 10 mas ex1rano, ya que refleja una comprension erronea de 10 que es la eiencia en S1. Recordernos que la rnisma concieme, en sentido estricto, a un modo muy especial de ver el rnundo que es antagonico frente al dogma y al principia de auto rid ad, modo que ha naeido de toda una aventura de !a etica desde sus raices en Alenas y en Jerusaien segiln hemos vista. Asi, la clencia es una creacion muy humana. Par ende, una frase como "cienda contra humanismo" sueoa ridicula en si misma. En contra del humanismo podremos encomrar con facilidad orras cosas, tales como la investigacion, el conocimiento, la informacion, la tecnica, la tecnologia y asi par el estilo, si son tenebrosos los uscs a los que esten enderezadas. Pero, la ciencia, 10 que cabe Hamar en rigor ciencia, se refiere a un metodo de elaboration de canocimiento, distinto, por sus principios epistemologicos, al metodo divino y al metoda artistico. Y, no puede ser de otra forma, para facilitar al maximo el diilogo entre el mundo Iaico y el mundo religioso conviene nO perder de vista estas sutilezas epistemol6gicas.

Abordado en derta ocasi6n por un estudiante universitario un tanto molesto porque Sagan tumbo de su pedestal nuestra posicion privilegiada en el uni verso, el celebre cientifico y divulgador cstadounidense, preguntado por dicho estudiante sabre que nos quedaba para sentir que valiamos la pens., Ie respondi6 sin titubear: "Haga alga que valga la pena y asi usred vaJdra. la pena". Par 10 demas, no perdamos de vista las oportunas apreciaciones de Riehard Feynman sobre la posibilidad de compatibilizar ciencja y religion.· .Pero, recordemos; esto impliea un gran esfuerzo y la voluntad de querer comprender al Otra, cualidad de 10 mas extrafia en eJ conte>:to latinoamericano por cierto, intolerante a u1tranza.

Como qui era que sea, todo 10 visto hasta ahora en este capitulo nos ilustra acerca de la complejidad del diaIogo entre ciencia y religion. En consecuencia, no hay sorpresa en 10 que concierne a la actual fase preparadigmatica de la bioetica. Asi las cosas, flotan estas preguntas: en el seno de una sociedad multicultural, i,cual bioetica preferir? iUna laica? iUna religiosa? i.Una dialogist ica entre ambas pese a Jas serias dificuhades del dialogo? Con estas preguntas, ocuparemos el siguiente aparte.

Aproximacion ala/oTmacion er;ca y biornca

De entrada, no perdamos de vista eI hecho incontestable de la adolescencia presente de Ia bioetica can sus implicaciones sobre la relativa imposibilidad de establecer el como ensefiarla, dificultad que no ha sido obice para dar con algunos propuestas pedagogicas serias a la hora de espigar con paciencia entre las literaturas bioetica y educativa, ademas de las afines con las mismas.

En el seno de los das capitulos que segui ran, entrare en mayores pormenores a proposito de la formacion etica y bioetica para ingenieras y cientificos. Por 10 pronto, en este apane, me detendn!, en principia, en 10 atinente a una lIamativa experiencia de enseiianza de la etica en el campo de las eiencias de la salud consignada por un profesor

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Carlos Edunrdo de Jesus Sierra Cunr/(lS. Formaci6n biodica en mgcnicria. 146

de la Uni versidad del Valle, Jose Gilbeno Osorio Hoyos. A grandes rasgos. 10 reponado par el profesor Osorio para estudiantes de ciencia s de la salud no es de dificil adaptacion para atras profesiones y disciplinas. Par el estilo de 10 planteado en el capitulo quinto con motivo del paradigma pedagogico ignaciano, es cuesti6n de iniciativa, imaginacion, decision y apertura mental.

Ex profeso? he dejado para este aparte 10 de la experieneia pedagogica del profesor Hoyos par una razOn que eneuentro bast ante especial. A poco de empezar Sll libra, el autor afirma que los esquemas que propane de ahi en adelante para la ensenanza et iea y bioetica panen de una propuesta de etica civil 0 laica. Por relacion antinomica, se supone que una etica civi l hace pareja con una el ica religiosa, Empero, conforme transcurre la lectura de Jos capitulos del li bra, no tarda uno en detectar que los fundamentos de Ja propuesta del profesor Osorio cOlTesponden en muy alto grado con los de una etica religiosa. En panicular, encuentro bastante parecido 10 present ado par dicho autor con eI paradigma pedagogico ignaciano. Como quien dice, al leon se Ie reconoce par su garra, No se si se trata de una curiosa y feliz coincidencia en ellibro en cuestion a de una convergencia., acaso inconsciente, pergenada por el autor. De todos modos, cabe tambien toparse en tal !ibro can aspectos de elica medica principialista anglosajona. Sea 10 que sea, el libro del profesor Osorio, Aproximacion a la erica en las ciencias de la sailld, se me antoj~ al igual Que, el libro de Eco y Manini, como un buen ejemplo dOe la posibilid8.d de poner a dialogar 10 laico con 10 religioso. En el fondo, ta l dialogo, a mi juicio, impJica el eneuentro respetuQso ent re los estatulos ericos heredados de Atenas y Jerusalen.

En concreto, resulta· interesante ·la enumeracion de ·Ios capitulos propuestos por el auter antedicho, los que sugiereo un aprendizaje gradual de la etica por parte del educando, Tasgo confinnado por la respectiva lectura. Ademas, conviene serialar aqui que el concepto de gradualidad forma parte de 10 que la Iglesia propone boy para la formacion de la conciencia etica. Sin mas ci rcunloquios. los capitulos del libro del Profesor Osorio son los siguientes: ( I) Etica: <.que s i gnifica?~ (2) Etica civil: una opcion abierta; (3) La educacion: responsabilidad elica; (4) La vida moral: una dinamica Iiberadora; (5) Valores morales: 1a pregunta por el sentida; (6) Ser humane: i que significa?; (7) La persona: suje10 etico; (8) La personalizaci6n: un quehacer; (9) La vida humana: significado etico; (10) La salud: vision integral; (1 1) La enfermedad: un acontecer humano; (12) Relacion interpersonal agente de salud y enfermo: derechos y debei'es' reciprocos; (13) Consentirniento informado: derecho a la autonomia ; (14) EI secreta profesionai: valor etico de 1a intimidad; (\5) Aproximacion etica a la ecologia humana. Si observamos can atencion. los primeros nueve capitulos 10 son de fundament os. De ahi en adelante, el enfasis esla puesto en las aplicaciones mwicas, De hecho, eslO es significative, es decir. tratese de la disciplina 0 profesi6n de la que se trate, la formacion etica y bioetica concomitante no puede prescindir de unas buenas bases antes de dar eJ saito a 10 aplicado. Pareciera esto alga de sentido cornun., pero, hemos de decirlo con total franqueza, hay una insensata tendencia a prescindir de los fundarnentos en las reformas universitarias de actualidad en eJ area latinoamericana.

Tarnbien., encuentro i!amativas las estrategias pedagogicas planteadas por el profesor Osorio, asi queramos hacerle sus objeciones a las mismas. En general, capitulo a capitulo, su autor ha estructurado la ensenanza correspondiente en conformidad con los

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Carlus Eduardo de JesUs Sierra Cuarlas. Fomlacion bioctlca en ingcnJcria. 147

siguientes elementos constitutivos: (I) definici6n tanto de objetivos como de contenidos; (2) formulacion de pregll11tos a fin de motivar una discusion inicial par grupos; (3) exposicion de los conceptos neuralgicos del tema del capitulo; (4) discusion final en la clase de un tema fonnulado para su analisis; (5) elaboraci6n del resumen y conclusiones del capitulo. Del anterior esquema, encuentra digna de destacar la estrategia de la formulacion de preguntas para jalonar una buena discusion. Si recordamos 10 que es la historia de la ciencia, esta es 1a historia de las buenas preguntas. Por su parte, la historia de la religion es la historia de las buenas respuestas. De est a manera, la pregtmta cumple un papel epistemologico destacado en la ensenanza de la etica y la bioetica al imprimirle la necesaria dimension cientifica. Por 10 demas, una observacion atenta de las diversas preguntas formuladas par el profesor Osorio a 10 largo de su libra nos revel a que se trata de preguntas tipicamente abiertas. De facto, las preguntas abiertas son las rnejores desde el punto de vista pedagogico en virtud de la conjugacion de un diapas6n variopinto de saberes que pone en Juego el proceso de elaboracion de respuestas para las mismas.

Como ya he dicho, no es precisamente abundante la informacion disponible sobre los aspectos pedagogicos en el campo etico y bioetico para la fonnacion debida de cientificos e ingenieros. Sirva de ilustracion del anterior aserto mi propia experiencia al revisar con paciencia, en Bogo.t3.. la libreria de la Universidad Pedagogica Nacional, 10 mismo que la de Editorial Magisterio, labor que arroja una cosecha mas bien magra. Y parecida cosa cuando nos metemos a bucear en la Red. En marcado contraste, prolifera cual mala hierba la literatura en materia de fomento de competencias y desarrollo de equis 0 ye conocimientos.

De entre estas pocas fuentes pertinentes para nuestro tema, si bien muy valiosas, amerita destacar un libro precioso de Carl Edward Sagan, El mundo y sus demonios. Justo aI finalizarlo, Sagan se refiere a una experiencia pedag6gica muy particular que fomento en la Universidad de Cornell. Propiamente, se trato de un seminario sobre pensamiento critico realizado durante muchos afios con estudiantes de toda la Universidad con base en su capacidad y diversidad cultural y disciplinaria. Carl Ie otorgaba una gran importancia a los trabajos escritos y a la argumentacion oral. Cuando finalizaba el curso, los estudiantes seleccionaban una serie de temas sociales muy controvertidos en los que tuviesen una importante irnplicacion emociona!. De dos en dos, se preparaban para una serie de debates crales de final de semestre. Sin embargo, alguilas -semanas antes de los debates, se les infonnaba a los estudiantes involucrados que la tarea de cada uno era presentar el punto de vista del oponente de manera que fuese satisfactorio para este y pudiese decir: "Si, es una presentaci6n justa de mis opiniones". Asi mismo, en el debate escrito conjunto exploraban sus diferencias, junto con la forma como los habia ayudado el praceso de debate a entender mejor el punto de vista opuesto. Sin duda alguna, una experiencia muy bella y altamente fonnativa.

Se supone que este curso impartido por Sagan se llamaba Astronomy 490, pera, como ei mismo aclara, trataba solo un poco de astronomia. En general, Carl nos menciona que tal seminario tenia que ver con temas sociaJes muy controvertidos. Su intencion pedagogica era ensenar las bases mismas del metoda cientifico merced al proceso descrito en el piuTafo previo. Por supuesto, los temas eticos y bioeticos de actualidad encajan a la perfeccion en la categoria de temas sociales muy controvertidos, por [0 que