Letras Verdes No. 05 - Diciembre 2009

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    Letras Verdes

    Programa de Estudios Socioambientales - FLACSO sede Ecuador

    C R D I T O S E D I T O R I A L

    FLACSO Sede EcuadorDirector: Adr n Bon llaPrograma de Estudios SocioambientalesCoordinador: Teodoro Bustamante

    Revista Letras VerdesISSN No. 1390 - 4280Coordinadora de la revista: An ta Kra ner Apoyo a la coordinacin:

    D ana H nojosa, Alejandra ToasaEditores:Sandra Garcs, Juan P neda, Alejandra ToasaConsejo Editorial:Sandra Garcs, An ta Kra ner, Juan P neda, Alejandra ToasaCorreccin de textos:Maytt Gav lanes, D ana H nojosa,Ruth LaraColaboradores:

    Jorge Agu lar, Mn ca OrozcoDiseo:Carl Schwe zer

    Flacso, Sede Ecuador:La Pradera E7-174 y Diego de AlmagroPBX: (593-2) 3238888letrasverdes@ acso.org.ecwww. acso.org.ecQuito, Ecuador

    Nota: Letras Verdes es un espacio de opinin abierta.El equipo Coordinador-Editor no se responsabiliza por laopinin expresada en los artculos.

    V sto desde a uera, nuestro mundo redondo

    parecera tan art culado y orgn co, tan

    un cado en su d nm ca de unc onam ento,que no nos percataramos de sus as metras nternas.S n embargo, los que v v mos en l hemos ev denc adoesas as metras mlt ples que no slo abarcand mens ones econm cas, soc ales, amb entales ytn cas, s no tamb n de otras ndoles. Por ejemplo,aquellas ex stentes entre las d nm cas locales yglobales o entre lo urbano y lo rural. Como nd caEscobar, lo global est asoc ado al espac o, el cap tal,la h stor a y la acc n humana, m entras lo local, por el contrar o, es v nculado al lugar, al trabajo y a lastrad c ones, as como sucede con las mujeres, lasm noras, los pobres y uno podra aad r, las culturaslocales (Escobar, 2000:128).

    La art culac n de lo local con lo global ha dogeneralmente en detr mento de las d nm cas locales,no obstante, lo local es una d mens n complejade anl s s. Por un lado, es a n vel local donde seanclan, en lt mo trm no, las d nm cas product vascomandadas por procesos global zados; es dec r,es en una local dad concreta donde alguna empresatransnac onal construye su casa matr z y es de unalocal dad concreta donde alguna otra compaaextraer los recursos (h drocarburos, m nerales, etc.) ytamb n obtendr mano de obra barata para max m zarsu product v dad. Cabe preguntarse entonces qu eslo local?, o cul es el valor de lo local?

    La trascendencia

    global de lo local

    Foto: Alejandra ToasaRepresentacin de la Tierra, tomada en el complejoQuitsato, mitad del mundo-Cayambe.

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    Es en una local dad concreta donde otros procesos nocomandados por las d nm cas globales toman ormay se enrazan. Procesos que cuest onan elstatu quo ylas respuestas n cas, y por tanto t enen el potenc alde ampl arnos el panorama recordndonos que otrassoluc ones y opc ones son pos bles ante nuestros

    d lemas presentes.Estamos convenc dos del gran valor de lo local,espec almente ahora que este mundo su re cr s ss stm cas de gran calado. Tal vez las propuestasde camb o ms creat vas estn surg endo en estosespac os, algunas de ellas parecen tener la capac dadde aportar luces a problemas globales, m entras, alm smo t empo, demuestran que la as metra en lasrelac ones local/global no es nsalvable.Es nteresante como surgen algunos de estos procesoslocales. Por ejemplo, Luc ano Martnez nos recuerdadel enmeno no buscado a travs del cual lasl m tac ones del modelo de desarrollo mplementadoen Amr ca Lat na en los aos ochenta perm t eron larev tal zac n de lo local no slo desde el punto dev sta del anl s s ter co, s no tamb n desde lo soc aly lo polt co (Martnez, 2008:11).Es as como en la reg n se ue abr endo un espac ode re ex n sobre los procesos de desarrollo a n velm cro y mezo, los cuales cuest onaban las v s onesmacro1. Espac o en el cual se observan, actualmente,nuevas ormas de abordar el tema del desarrollo, loque requ ere de una recuperac n y construcc n deun punto de v sta lat noamer cano en la re ex n sobreel desarrollo, punto de v sta que, para algunos, debe

    r ms all de la teora de la dependenc a (Martnez,2008:12).Poco a poco, se ha do recuperando la v s b l daddel espac o rural al m smo t empo que se revalor za,ya no n camente como espac o para la explotac nmercant l, s no como un espac o de v da, en el cual

    nteracc onan y solapan los pa sajes humanos con lospa sajes naturales, n uenc ando los procesos que segeneran dentro de cada uno de ellos. Un espac o quet ene pro unda conex n con los espac os urbanos yque, en lt ma nstanc a, perm te la al mentac n y,por lo tanto, la superv venc a de la gran cant dad depoblac n que v ve en las c udades.La complej dad de la real dad en el espac o rural yen lo local, surge con tal clar dad, que las polt casun ormes y los anl s s un d mens onales se tornancada vez ms caducos.En este contexto, Martnez nos expl ca que las actualestendenc as en Amr ca Lat na cr t can la exces va

    n uenc a de las modas ntelectuales que prov enendel norte, m entras se abren a la re ex n de lasoc edad rural en un espac o no sector al y no l m tado

    a lo m cro donde adqu ere gran mportanc a lare ex n en torno al terr tor o2 (Martnez, 2008:14).As, temas como: la relac n de lo local con lo global, larecuperac n de la memor a h str ca de los pueblos,la descentral zac n, la generac n de capac dadeslocales, los actores polt cos de los nuevos espac os

    rurales, la v nculac n urbano-rural3, la lg ca de laautonoma, los modos de v da, la d vers dad cultural,

    la tens n entre v s ones y estrateg as de desarrollo,el ortalec m ento de dent dades como ngred entepr nc pal de n c at vas ex tosas, entre otros,surgen como temas clave a debat r y comprender,part endo desde cada uno de los casos que dan v daa los d erentes conceptos en unc n de exper enc asreales.Pensamos que propuestas como la de Escobar en tornoa la conceptual zac n de lugar son prometedoras enel sent do que, propon endo una art culac n en red de

    d nm cas locales, se puede rede n r la relac n de lolocal con lo global. (Escobar 2000:135).Planteamos el tema de la presente rev sta,In c at vaslocales para en rentar problemas globales, en un

    ntento por conocer ms sobre d versos procesos queex sten a n vel de lo local, los cuales se generaron

    n c almente en una bsqueda por en rentar problemasconcretos y term naron por trascender hasta el n velglobal al perm t rnos re ex onar y cuest onar lasv s ones de desarrollo desde arr ba.Son tantos los procesos locales y reg onales que sehan generado en las lt mas dcadas en Amr caLat na que sabemos que es mpos ble agotar el temaen un solo nmero; s n embargo, estamos seguros quelos textos que les presentamos a cont nuac n sernun nteresante abreboca para cualqu era que desee

    n c ar una verdadera pro und zac n del tema.

    Equipo Letras Verdes

    Re erenciasEscobar, Arturo (2000) El lugar de la naturaleza y lanaturaleza del lugar: globalizacion o posdesarrolo?

    en: Edgardo Lander, edLa colon al ad del saber :eurocentr smo y c enc as soc ales. Perspect vaslat noamer canas. Buenos A res. CLACSO. Pp. 113 - 144.

    Martnez, Luciano (2008). Introducc n, en:Luc ano Martnez (comp.)Territorios en mutacin:repensando el desarrollo desde lo local , Qu to, FLACSO

    1 Espec almente los modelos econm cos centrados exclus vamenteen el crec m ento econm co como var able expl cat va central deldesarrollo.

    2 entend do como el espac o soc al constru do por actores quedespl egan estrateg as nd v duales y colect vas muy d vers cadassobre denom nadores comunes constru dos en base a la dent dad, lacultura, el respeto por la naturaleza, lo que ev dentemente no cuadracon los recortes geogr cos n nst tuc onales v gentes actualmente.3 y la neces dad de trascender el dual smo urbano rural por unav s n ms ntegral de terr tor o.

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    Carch es una prov nc a ub cada al norte delEcuador, en la rontera con Colomb a. Est enla reg n altoand na, que comprende una ranjaalt tud nal que va de los 3000 a los 4000 msnm y t e-ne cl ma ro. Ah se pract ca agr cultura con espec estolerantes al cl ma y la ganadera se basa en past zalesnat vos1. La poblac n en Carch es de mayora mest zay el nd ce de pobreza est en alrededor del 68%2.El pr nc pal cult vo es la papa que const tuye la basede la economa y es el pr nc pal al mento para ms del90% de las am l as, s endo la prov nc a con mayor producc n en el pas (157 837 toneladas por ao3 ).La s embra de papa t ene alto r esgo por dos actores:la fuctuac n de prec os y el ataque de plagas, yen ermedades que provocan uertes nvers ones parasu control. S n embargo, los agr cultores en Carchargumentan que, de no apl car agroqum cos, no

    se obt ene buena cosecha. De ah la mportanc a demplementar alternat vas al uso de pest c das.

    El presente artculo descr be una prct ca de agr culturaorgn ca en Ch tacasp , una pequea comuna deCarch . El anl s s de esta exper enc a se hace endos momentos. El pr mero durante la ejecuc n delProyecto Conservac n Comun tar a (PCC4 ) . El segundose re ere a un grupo de mujeres que elaboran b ol y

    generan ngresos para sus am l as.

    La e ectividad de los bioinsumos:aprender haciendo.El equ po tcn co del PCC apoyaa Ch tacasp en la elaborac n de su plan de manejo. Elobjet vo es mejorar el manejo de los recursos naturalespart endo de las neces dades de la gente. Comoparte de la estrateg a se capac t a dos personas dela comuna para que sean promotores comun tar os.As se asegur que personal local aportara con laejecuc n de pequeas acc ones resultantes del plan.Uno de los mdulos de capac tac n ue el deAlternat vas agrcolas compat bles con el amb ente,en el que se d scut sobre los agroqum cos y lasconsecuenc as de su mal uso. Los plagu c das causand versas ormas de ntox cac n a las personas quereal zan las apl cac ones a los cult vos (Cr ssmanet al, 2004). Su prevalenc a en el suelo, agua y atms eraa ecta negat vamente a los seres v vos que dependende estos recursos. Adems, son nsumos mportados,cuyo costo est sujeto a var ac ones nternac onales.Cuando el prec o sube, aumentan los costos deproducc n de los cult vos, en part cular de la papa,producto que demanda alta apl cac n de ert l zantesy plagu c das.Por todas esas razones, el equ po tcn co propuso ala gente elaborar b o nsumos como una opc n parad sm nu r el uso de agroqum cos. Fabr car b o nsumoscon recursos prop os de la nca d sm nuye loscostos de producc n, pues no se requ eren nsumosexternos. Uno de los b o nsumos ms usados es elb ol, uente de toreguladores obten da del procesode descompos c n anaerb ca de desechos orgn cos(Suqu landa, 1996). D versas exper enc as atr buyentamb n al b ol un e ecto ung c da e nsect c da.Poster ormente, los part c pantes dec d eron poner en

    D O S S I E RIniciativas locales frente a problemas globales

    El biol y las mujeres de Chitacaspi,una experiencia de produccin alternativa

    Foto: Mara Isabel Ros

    1 http://mail.iniap-ecuador.gov.ec2 http://www.hoy.com.ec/especial/elec00/carchi.htm3 http://www.explored.com.ec/noticias-ecuador/cropli e

    4 El proyecto Conservacin Comunitaria (PCC) real za nvest gac n-acc n amb ental, ejecutado por la Corporac n Grupo Rand Rand(CGRR), desde d c embre del 2004 hasta jun o de 2009.

    Las mujeres de Ch tacasp producen b ol.

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    prct ca lo aprend do en el taller. En Ch tacasp , JosPozo, promotor selecc onado por su comuna, prob elb ol en su nca para evaluar la e ect v dad del productoantes de recomendarlo a sus compaeros. Apl c b olcada dos semanas en una parcela de papa, en lugarde los ung c das e nsect c das que usaba antes

    para controlar la mayora de plagas y en ermedadesdel cult vo. Aunque para apl car el b ol deb v s tarrecuentemente su terreno, Pozo se d o cuenta que su

    cult vo era ms v goroso cuando res st a una heladaque a ect a la zona. Su esposa y su hio lo ayudaron y,aunque se mostraron escpt cos al n c o, descubr eronque el manejo alternat vo de su cult vo era e c ente.En la cosecha el rend m ento ue aceptable, aunquemenor al que se obt ene al usar nsumos qum cos.Otro nconven ente ue que la papa tuvo cscara ms

    na, lo cual la haca d c l de man pular.S n embargo, a dec r de la am l a, el sabor de la

    papa orgn ca ue mejor que el de la produc da deorma convenc onal. Adems, al no comprar nsumosqum cos, se redujeron los costos de producc n.Pozo p ensa que gan, ya que tuvo una producc naceptable, y su salud y la de su am l a ya no correnr esgo por expos c n a los agroqum cos. El trabajoreal zado le gust, por lo que segu r probando yd und endo exper enc as alternat vas. Otras personasde Ch tacasp estuv eron pend entes del trabajo dePozo y aceptaron las pequeas cant dades de b ol queles regal para sus cult vos.

    La asociacin de mujeresagropecuarias Chitacaspi. Actualmente,Pozo ya no v ve en su comun dad; s n embargo, la

    n c at va para la elaborac n y uso del b ol no sedetuvo. La Asoc ac n de Mujeres Agropecuar asCh tacasp se ded ca desde el 2008 a la elaborac ny comerc al zac n de b ol. Esta agrupac n estconst tu da jurd camente y actualmente est ntegradapor 10 mujeres de la zona ( nclu da la esposa de Pozo).Desde hace var os aos este grupo ha buscado, s nx to, alternat vas de producc n agropecuar a cercade sus casas. La dea es atender a sus am l as ygenerar ngresos. De todas las alternat vas probadas

    por el grupo, la elaborac n de b ol es la que les d omejores resultados, ahora lo pueden usar en sus ncasy venderlo. Con los ngresos de la venta y grac as a losaportes de otras nst tuc ones han ormado una caja deahorro comun tar o para el grupo.Con el apoyo de Lu s E., un promotor comun tar oque trabaja con la Asoc ac n de Promotores parael Desarrollo Integral Comun tar o (APRODIC), lasmujeres de la zona preparan el b ol y luego esperanaprox madamente dos meses para vender el productoa los agr cultores de otros sectores que lo usanen cult vos de rjol, maz, habas, cebada, papa

    y aguacate, con buenos resultados. Tamb n enCh tacasp las mujeres del grupo regalan pequeascant dades de b ol para as d und r su uso.

    Lecciones aprendidas: Aunque no ue nuestrogrupo meta, ueron las mujeres asoc adas las qued eron sosten b l dad al proceso de ncorporac n deuna prct ca de agr cultura orgn ca n c ada en sucomun dad. Ellas rescataron, ampl aron y d und eronla exper enc a del promotor local. El grupo de mujeres,

    a d erenc a de los hombres, encontr ms razonespara cont nuar con la elaborac n y uso del b ol.Una de las razones es que las mujeres estn mspend entes de la salud de sus am l as y med ante eluso del b ol en las ncas ellas s enten que aportancon la segur dad al mentar a de los suyos, al obtenerproductos orgn cos, de mejor sabor y ms sanos,pues no usan agroqum cos. Adems, para las mujeresde Ch tacasp , el b ol es una buena opc n porque suelaborac n es poco costosa, no demanda mucho y lopueden real zar cerca de sus hogares. Con la venta delproducto obt enen ngresos para sus am l as. Esto se

    enlaza con el rol reproduct vo que las mujeres cumplenen sus hogares.Con esta exper enc a se concluy que la estrateg ade capac tar a promotores locales es e ect va parad und r tecnologas alternat vas. Estas deben serv ables, econm cas y dar soluc ones e ect vas alos problemas agrcolas de los campes nos en suscult vos. Todava hace alta nvest gac n sobre el b oly otros b o nsumos que s rven como alternat vas paracontrolar las plagas y las en ermedades de los cult vos;pero el es uerzo n c ado en Ch tacasp es un pr merpaso para avanzar en el proceso, ya que hay mujeres y

    hombres convenc dos de los bene c os de su uso.

    AgradecimientoEsta nvest gac n ue pos ble grac as al soporte delproyecto Conservac n Comun tar a, nanc ado por laFundac n MacArthur. Deseo dejar constanc a de magradec m ento a la gente de la Comuna Ch tacasppor la exper enc a compart da para la elaborac n deeste artculo. A Dav d Surez Duque, coord nador delPrograma de Ecologa y Cttonservac n de la CGRR porsus comentar os y sugerenc as.

    Mara Isabel RosCorporacin Grupo Randi Randi

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    Literatura citadaComuna Chitacaspi (2005). Plan de manejo delos recursos naturales de la Comunidad de Chitacaspi Cantn Espejo, Carchi, Ecuador.Corporac n GrupoRand Rand , PCC/Fundac n MacArthur. Qu to.

    Prager, Martn, Jos Restrepo, Diego ngel,Ricardo Malangn y Adriana Zamorano (2002). Agroecologa: Una disciplina para el estudio y desarrollode sistemas sostenibles de produccin agropecuaria. Un vers dad Nac onal de Colomb a, sede Palm ra.

    Suquilanda, M. (1996). Agricultura orgnica.Fundac n para el desarrollo agropecuar o(FUNDAGRO). UPS. Abya-Yala.

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    Resumen Los trabajos de arqueologa y etnobotn ca amazn camuestran que los pueblos ndgenas de la Amazonapre h spn ca desarrollaron soc edades complejas y densamente pobladas, domest caron un gran nmerode plantas, y mod caron los bosques trop cales.Esta ev denc a cuest ona el modelo de conservac nde la naturaleza basado en la creac n de reasproteg das excluyentes de toda act v dad humana, y derrumba algunos presupuestos sobre l m tac onesnaturales al crec m ento demogr co en la Amazona,como la pobreza de los suelos y la rag l dad de losecos stemas. De hecho, el descubr m ento de suelos rt les produc dos por las soc edades pre h spn cas,la ev denc a de que estas mod caron las espec esde los bosques para hacerlos t les a los hombres, y la trans ormac n -o domest cac n- del pa saje, nosperm te v sual zar nuevas pos b l dades de desarrollosustentable para la reg n.

    Desde hace 30 aos se acumula ev denc a de quela Amazona preh spn ca estaba densamentepoblada y que las soc edades amazn cas no

    slo se adaptaron a su entorno s no que lo trans or-maron a tal grado que en los crculos de arquelogos

    y etnobotn cos se habla ahora de domest cac n delpa saje amazn co. Estos trabajos de arqueologa (e.gRoosevelt, 1991; Er ckson, 2000; Heckenberger, 2005)y etnobotn ca (e.g Posey, 1989) desa an la posturade la escuela de Ecologa Cultural, pero tamb n dela de conservac on stas y eclogos, qu enes mag na-ron un modelo de soc edad ndgena amazn ca enequ l br o con la naturaleza, basada en la adaptac na supuestos lm tes naturales como la pobreza de lossuelos y la escasez de an males de caza en t erra rme.Con anter or dad a esos trabajos, la Ecologa Culturalhaba p ntado una magen de armona entre los pueblos

    ndgenas y los bosques amazn cos, constru dasobre la ev denc a actual de baja dens dad humanaen t erra rme, agr cultura de roza y quema paraev tar el empobrec m ento de los suelos -ya de por s

    rg les-, y complejos r tuales para controlar la caza yev tar la ext nc n de an males grandes. Se dedujo queesto ue una respuesta cultural desarrollada desdeel pre h spn co para adaptarse a un med o r co enb od vers dad, pero rg l. El trabajo ms emblemt coe n uyente de esta escuela lo real z Betty Meggers(1981 [1971]) en Amazona. Hombre y Cultura en unParaso Ilusor o, que durante var as dcadas s rv

    D O S S I E RIniciativas locales frente a problemas globales

    La agro orestera pre hispnica y ladomesticacin de los bosques amaznicos.

    Un modelo de desarrollo sustentable?

    Foto:Mun c p o de OrellanaAwan, ndgena Huaoran .

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    para de ender polt camente la creac n de reasproteg das y los pueblos ndgenas amenazados porel avance de carreteras, el mercado cap tal sta, y lallegada de colonos a la Amazona.S n embargo, los trabajos arqueolg cos y deetnobotn ca muestran que ex st una gran d vers dadde s stemas de agro orestera que perm t eron alas soc edades amazn cas produc r excedentes deal mentos, aumentar la poblac n y, como resultado,mod car el pa saje o, s se qu ere, domest carlo. Deacuerdo a esto, el pa saje amazn co pre h spn co secompona de usos ntens vos de los suelos agrcolasalrededor de los poblados ndgenas y en s stemasde agro orestara en ocados en

    ncrementar en los bosques lasespec es de plantas t les para elhombre y errad car las no t les,y, en ese sent do, domest car al

    bosque (Denevan, 2006).La ev denc a apunta a unaagr cultura ntens va en la pocapre h spn ca, s no en toda laAmazona, al menos en los lugaresdonde se ha real zado nvest gac narqueolg ca. El descubr m ento desuelos antropogn cos o tamb nconoc dos como terra preta,muestra la ex stenc a de suelosmuy r cos deb do a que ueronprev amente enr quec dos durante

    generac ones con mater a orgn cae norgn ca.Es de notar que la agr cultura deroza y quema (actualmente el msextend do s stema agrcola) eraprobablemente nv able en el preh spn co, deb do a que cortarun bosque con hachas de p edrarequ ere una cant dad enormede energa y t empo, mucho ms que con hachasde metal. As m smo, los bosques que rodeaban lascomun dades no permanec eron prst nos, s no que su

    compos c n se mod c conc entemente en un trabajode generac ones, reemplazando las espec es que noeran de ut l dad humana por aquellas comest bles ocon otros usos para el hombre.

    Los suelos antropognicos o terra pretaEstos suelos ueron descub ertos en Bras l y han s doencontrados en toda la cuenca amazn ca (e.g Sm th,1980; Mora, 2001; Mann, 2008). Son r cos y rt les,creados por los pueblos ndgenas pre h spn cos,aparentemente con el objet vo de explotarlos

    ntensamente, aumentar la producc n, y ev tar r a losbosques a cortar madera y crear una chacra sobre unsuelo pobre. En portugus se los llamaterra preta do

    nd opor su color negro, caracterst ca que muestra laert l dad del suelo.

    Sabemos que al menos 138 plantas ueron mod cadasgent camente para mejorar su ut l dad y que erancult vadas sobre los suelos dest nados a la agr cultura(Clement, 1999). En otras palabras, plantas salvajeseran domest cadas e ntroduc das en los huertos

    am l ares, med ante un proceso de selecc n gent ca.

    S n embargo, se ha notado que este proceso de selecc ny exper mentac n deb quedar truncado con la conqu sta(e.g Clement, 1999; Posey, 2001; Mann, 2005).

    Bosques domesticados. Las est mac ones sobrelos bosques mod cados por acc n humana sonvar ables. De acuerdo a W ll am Bale (1989), almenos del 10% al 12% de los bosques amazn cos de

    t erra rme son antropogn cos;es dec r, las espec es de plantasque hab tan en los m smos ueronselecc onadas por la mano delhombre para crecer ah, m entras

    que las espec es que no ueront les para los humanos ueroncortadas y expulsadas de esosbosques. Para otros estud osos,como Charles Clement (c tado porMann, 2005), cas todos los bosquesamazn cos ueron alterados porla mano de los pueblos ndgenas,qu enes bs camente no cortaronlos bosques s no que reemplazaronlas espec es de rboles por los demayor ut l dad. La gente domest cc entos de rboles y los puso de

    vuelta en los bosques para recogersus rutos despus de un t empo.Como resultado, despus de m lesde aos de man pulac n de lasespec es orestales, ya no es po-s ble hablar de bosques naturaless no ms b en de bosques domes-t cados. Es probable que estasprct cas culturales ncrementaran

    la b od vers dad promov endo la apar c n de nuevasespec es der vadas de plantas salvajes. En apoyo a laev denc a arqueolg ca, antroplogos como Darrell

    Posey (2001) notaron que los Kayap (un grupo nd-gena del Bras l), por ejemplo, plantan y transplantanespec es entre muchas zonas ecolg cas, man pulanlos ecos stemas para aumentar la product v dad usan-do sus conoc m entos sobre la ert l dad del suelo ycrean pequeas un dades de agro orestera dentro delos bosques para ncrementar la b od vers dad y atraeran males deseados por su carne.

    Trans ormacin del paisaje y surgimientode complejas civilizaciones. El pa saje amazn co

    ue mod cado a tal grado que se conv rt en un pa sajeantropogn co (hecho por el hombre). En ese sent do,el hombre no se adapt al med o amb ente s no quelo trans orm para bene c arse de l. Los s stemas de

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    agro orestera perm t eron aumentar el excedente deal mentos y crear c v l zac ones donde antes se pensque slo ex st eron soc edades pequeas.El trabajo de Anna Roosevelt (1991) en la sla de Maraj,Bras l, durante la dcada de 1970 y 1980, mostr que

    ue una zona densamente poblada y sus ecos stemas

    manejados cu dadosamente para aumentar sucapac dad de produc r excedentes de al mentos. Des m lar manera, M chael Heckenberger (2005, 2008) hasealado que en la Amazona central, en la reg n delAlto X ng, en Bras l, se desarroll un s stema urbanos ngular y d erente al europeo. Un gran nmero depueblos estaban un dos s camente por un s stema devas terrestres, con presenc a de agr cultura ntens vaentre las v llas y canales de agua hechos por el hombrepara abastecer las neces dades locales. Estos pueblosestuv eron us onados polt camente med anteal anzas locales y reg onales.De esta orma, el pa saje amazn co en t erra rmepresentaba una secuenc a de pueblos, t errasagrcolas, vas de comun cac n y bosques, cuyacompos c n haba s do camb ada por espec es t lesal hombre.

    Desarrollo sustentable en la Amazona.La conqu sta europea destruy estas c v l zac ones preh spn cas al extremo que muchos grupos sedentar osse conv rt eron en nmadas para hu r de los nvasores,con lo cual se produjo una nvoluc n en los s stemasagrcolas, perd ndose muchas tcn cas adqu r dasdurante m les de aos (e.g Denevan, 2001). S nembargo, los trabajos de arquelogos y etnobotn cosperm ten echar luces sobre la Amazona pre h spn cay, de esa orma, derrumbar algunos presupuestosy preju c os que prevalecen en conservac on stas ydesarroll stas:1) B logos, ecolog stas y conservac on stas hanpart do del supuesto que los s stemas naturales y lab od vers dad han ten do un desarrollo ndepend entede la act v dad humana, y esto ha just cado la creac nde reas proteg das excluyentes de act v dad humana.Pero, como hemos v sto anter ormente, los bosquesque se busca proteger de la act v dad humana son, con recuenc a, producto de una h stor a de man pulac ny transplante de espec es.2) La Amazona no es una t erra de recursos l m tadosesperando ser trabajada por colonos agrcolas; s nembargo, tampoco es una reg n de ecos stemas rg les que no puede sostener poblac ones densas s ndestru r sus bosques y b od vers dad.Estas cons derac ones nos llevan a repensar eldesarrollo sustentable de la Amazona, al menos, endos d mens ones: 1) Cons derar que el manejo de losrecursos naturales y protecc n de la b od vers dadno puede basarse en polt cas de preservac n deecos stemas como s ueran ndepend entes de laacc n humana; y 2) apuntar a recoger exper enc aspasadas de uso de los recursos naturales aun

    cuando los s stemas agrcolas y orestales delpasado trans ormaron el pa saje amazn co y lodomest caron para las neces dades humanas. En estecontexto, proyectos para crearterra preta y promoveragr cultura ntens va en la Amazona no parecendescabellados, s no alternat vas a la de orestac n.

    As m smo, programas para plantar espec es t les alhombre en bosques secundar os y pr mar os (de ormaparec da a la orestera anloga, y aun cuando estopodra ser un anatema para los conservac on stas)

    ncrementaran los bene c os soc ales de mantenerzonas orestales. Rafael Mendoza *

    * Antroplogo con Maestra en Estud os Soc oamb entales, FLACSO-Ecuador. Actualmente cand dato al doctorado en antropologa por laUn vers dad de Flor da, y asesor tcn co de la Coord nadora de Organ -zac ones Indgenas de la Cuenca Amazn ca COICA.ra [email protected] / ra o76@u .edu / [email protected]

    D O S S I E R

    I n i c i a t i v a s

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    f r e n t e a p r o

    b l e m a s g

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    D O S S I E RIniciativas locales frente a problemas globales

    Las canastas comunitarias en Ecuador:una apuesta por la salud, la economa y la solidaridad

    Foto:EkoRuralProceso de recolecc n de productos en costal rec clado, Canasta Utopa.Durante un ntercamb o entre productores de s ete comun dades de Cotopax y Ch mborazo.

    A med da que se ha desarrollado un mayorconoc m ento en torno a las prct cas de consumosustentable y a las estrateg as product vas-cuyasprct cas agrcolas son poco responsables desde unaperspect va de equ dad soc al y rac onal dad amb ental-

    se est generando en la soc edad mayor re ex ny bsqueda de alternat vas con el n de promoverun camb o, tanto en los consum dores como en laproducc n, y un mpacto pos t vo en las d mens onessoc oamb entales de la real dad.La mayora de las n c at vas que se han generado enalgunos pases como Ecuador se en ocan en mejorar lasprct cas product vas ex stentes en el med o rural. S nembargo, en un ntento por comprender el problema dela relac n consumo-producc n, desde una perspect vams ampl a, algunos nvest gadores se han planteadolo que sucedera s amplan su en oque y desarrollanprocesos de re ex n e nvest gac n que busquenentender ms pro undamente la nterdependenc a e

    n uenc a que ex ste en dos mb tos: el del consum dor

    en la c udad y del productor en el campo.El en oque en el consum dor resulta clave,espec almente para aquellos que comprenden el

    mpacto real que ex ste entre las dec s ones tomadaspor los consum dores y las prct cas agrcolas que

    predom nan en el campo, por ejemplo, Wendall Berry(1990), qu en declara quecomer es un acto agrcola.

    El autor cons dera que los consum dores representanel motor de camb o en las comun dades rurales cuandodec den qu comprar, lo cual potenc a las d erentescadenas agrcolas y determ na, nalmente, el grado desalud (o en ermedad) de los s stemas agrcolas (Berry,1990 c tado por K rwan, 2009:4).

    De la m sma manera, Parra (2008 en: K rwan, 2009:3)asegura que como resultado de sus estud os hacomprobado que los hb tos de los consum doresson el pr nc pal actor de nc denc a en los s stemasproduct vos y, por tanto, de manera nd recta, en la

    n uenc a sobre el b enestar de las am l as rurales.

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    Programa de Estudios Socioambientales - FLACSO sede Ecuador

    1 Roberto Gortaire orma parte de la Canasta Comun tar a Utopade R obamba y hoy en da la de ne como una Organ zac n Popular Urbana de Consum dores que cons ste en: un es uerzo de res stenc ade los pobladores de la c udad ante un modelo de economa y demercado que d culta el acceso a al mentos. Se undamenta enprct cas sol dar as trad c onales de nuestros pueblos y que hemosconvert do en un proceso consc ente organ zat vo.[].y nuestro ejede construcc n es la segur dad y soberana al mentar as y en lt motrm no buscamos levantar una autnt ca economa popular sol dar arescatando al ser humano raterno e ntegral que todos somos enreal dad (Roberto Gorta re, s :1).

    2 Canasta Talegu ta Sol dar a (Machala), Canasta Comun tar a Mujerespor la V da (Cuenca), Canasta Comun tar a Utopa (R obamba), CanastaComun tar a El Carmen (Qu to).

    Al entender que el mov m ento de CanastasComun tar as en Ecuador es un ejemplo de cmo lasdec s ones de los consum dores sonactos agrcolasen la real dad, la organ zac n Vec nos Mund ales(hoy EkoRural), se plante la real zac n de un estud ocuyo objet vo pr nc pal era la obtenc n de nuevos

    conoc m entos sobre cmo se puede trabajar conmercados y economas alternat vas a avor de s stemasde al mentos ms sanos, part endo de la exper enc adel mov m ento de Canastas Comun tar as y gu ndosepor las s gu entes preguntas espec cas en relac n altema:1. Cules son los actores ac l ta-dores y l m tantes del mov m entode canastas comun tar as, para ortalecer y contrarrestar la prd dade sus props tos centrales? 2. Qu mpulsa el consumo sano

    dentro del mov m ento para generar cond c ones ms avorables paraun vnculo campo-c udad? A pesar de que el estud o se en ocen los consum dores, la organ za-c n asegura que un estud o com-plementar o que ncluyera a los pro-ductores bene c ara una compren-s n ms completa del enmenoy perm t ra re orzar cualqu er es-

    uerzo que busque complementarmercados alternat vos y recprocos.

    Para lograr los objet vos delestud o, entre sept embre 2007y nov embre 2008, Emma K rwan(como becar a Fulbr ght) real zvar as act v dades de nvest gac ny aprend zaje, las cuales ncluyeronel actor part c pac n en var osprocesos dentro del mov m ento decanastas comun tar as en el pas.

    Qu es una Canasta Comunitaria?Una canasta comun tar a, ocanasta , es una orga-n zac n popular urbana de consum dores (mujeres yhombres), pr nc palmente de los sectores popularesdel pas1. Durante el estud o, se ub caron canastas co-mun tar as en la S erra y Costa ecuator ana, cada unade ellas con ormada por grupos de 15 a 400 am l as.

    Se comprend que cadacanasta vara de acuerdo asu contexto geogr co y a otros actores como el t em-po que ha durado el proceso.La pr mera canasta comun tar a ue undada en 1987,cuando un grupo de 25 am l as que pertenecan a una

    gles a de R obamba dec d buscar una soluc n paraen rentar los altos costos y la mala cal dad de los al -mentos, m entras ponan en prct ca el concepto rel -g oso de mult pl cac n de los panes. Este grupo sed solv en 1999 y en el ao 2000 s ete am l as en lam sma c udad ormaron la canasta comun tar a Utopa(Emma K rwan, 2008:26).

    El estud o de EkoRural se en ocen cuatro canastas comun tar as2,y la selecc n se real z en base ados cr ter os: ms de tres aos deex stenc a del proceso y una basede part c pantes super or a 20 per-

    sonas al momento del estud o.Como resultado de su trabajo seconoc que los grupos de las ca-nastas normalmente ncluyen des-de 10 hasta 100 am l as soc as. Elproceso n c a como un objet vo deahorro en la adqu s c n de pro-ductos bs cos para el consumo

    am l ar y luego evoluc ona hastacon ormar un s stema de al men-tos sanos, el cual ncluye re ex ncrt ca y pro und zac n, adems

    de una sens b l zac n en relac nal consumo de al mentos sanos. Elproceso va acompaado de una se-r e de act v dades de acc n-apren-d zaje como talleres, ntercamb osy v s tas a los productores, er as,

    oros y ms.Es claro que n c almente las

    am l as que orman parte de las canastas se unena ellas por los bene c os prct cos y mot vos

    nd v duales, los cuales son urgentes y tang blescomo el ahorro econm co, el ahorro de t empo y el

    mejoram ento de la salud.S n embargo, aquellos que se quedaron en losgrupos a rman que empezaron a recuperar valoresy agregar nuevos bene c os a su v da, como son lassat s acc ones que les trae el trabajo comun tar o;las relac ones de am stad y compaer smo quegeneran; la oportun dad para muchas mujeres deexpresarse, re v nd carse y ortalecer su autoest ma;la recuperac n de su espac o de dec s n y expres n,de autor dad econm ca en su hogar; y la pos b l dadde aprender e nvolucrarse en act v dades soc alesy polt cas (las cuales ncluyeron la pos b l dad de

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    ensear a otras personas los bene c os del consumosano y responsable). A travs del estud o se constatque las cuatro canastas tenan la presenc a de unaorgan zac n no gubernamental externa y local(organ zac n de apoyo), lo cual, en general, perm t el

    ortalec m ento del proceso, ya que las organ zac ones

    se aseguraron de que las canastas cumpl eran con susobl gac ones y responsab l dades.Adems, la presenc a de las organ zac ones deapoyo atrajo recursos nanc eros, lo cual mpuls lapro und zac n y d vers cac n de las canastas. Elacceso a mecan smos de apoyo como ondos paraadm n strac n y act v dades, capac tac n tcn ca ylas relac ones de con anza que se generaron ueron

    mportantes para mantener y ortalecer las m smas. S nembargo, la presenc a de organ zac ones externas enalgunas canastas, d recta o nd rectamente l m taron oamenazaron los procesos.

    Este es uerzo proact vo que n c en 1987 en unbarr o en R obamba, como una respuesta prop a pararesolver los problemas al mentar os que a rontabanestas am l as de escasos recursos econm cos, esahora conoc do a n vel nac onal. Desde que cobr

    mpulso en el ao 2000 ha s do repl cado y adaptadoen otras c udades del pas como Otavalo, Guayaqu l,Cuenca, Machala, Santo Dom ngo, Qu to e Ibarra.Hoy con orman una red nac onal que ue ormal zadacomo Red T erra y Canasta en una convenc ncelebrada en abr l de 2008 (K rwan, 2008:27) y que enel 2004 se denom naba Red de Canastas Sol dar as y

    Comun tar as (Gorta re, s. .).El aspecto ms mpres onante de este mov m ento essu or gen de bases: es un mov m ento nac do de laneces dad. En un pas donde los gob ernos nac onalesy locales no mponen med das para garant zarla segur dad al mentar a (y peor an soberanaal mentar a) las canastas comun tar as proporc onanuna red de segur dad para las poblac ones marg nadas(K rwan, 2008:26).Otro e ecto pos t vo de las canastas comun tar as

    ue el hecho de que, a med da que los m embros deconsum dores de las canastas ueron preguntndose

    de dnde v enen los productos que estabanconsum endo, empezaron a buscar mejores productosal ment c os, ev tando el consumo de productoscult vados con qum cos(de qu s rve ahorrar sestamos com endo al mentos produc dos con nsumosqum cos?).De esta manera se n c un procesode catal zac n, una relac n entre consum doresy productores, ya que la organ zac n contactpequeos agr cultores que cult vaban sus productoss n qum cos (K rwan 2008:29).A part r de las v s tas a las granjas, los m embrosde las canastas se enteraron de la real dad de los

    productores agroecolg cos y empezaron a tejer redesde productores y consum dores, lo cual bene c a todos:Valoramos mucho los productos Chuya

    M kuna Ahora en cada papa, en cada zanahor a veoel sacr c o de las am l as, de las mujeres que laboranpara mantener a sus am l as, todo el es uerzo quet enen que hacer, m entras uno espera la entrega deproductos v endo la tele. El haber v s tado la Chuya meayud a comer con ms razn sus productos,menc on

    un m embro de la Talegu ta Sol dar a (K rwan, 2009:sl de 25).Deb do al x to de la n c at va, algunos gob ernoslocales han organ zado sus prop os grupos decanasta o han canal zado ondos a travs deorgan zac ones locales para que sean organ zadas(K rwan, 2008:27). S n embargo, para algunas de las

    ntegrantes de las canastas comun tar as or g nales,las n c at vas gubernamentales no son guales a lasde la soc edad c v l autoorgan zada, deb do a que sonpol t zadas y carecen de las mot vac ones pr nc palese n c ales3.

    Lo que n c como la bsqueda de una soluc n a unproblema local de al mentac n adecuada se conv rt en un motor de n c at vas ms ampl as y en un modelode organ zac n y acc n c udadana part c pat vay sol dar a. Hoy en da, las canastas comun tar aspart c pan en una ser e de eventos y redes soc alesy polt cas ms ampl as, y t enen proyectosparaconstru r economas locales en base a s stemasde producc n que sean respetuosos con el med oamb ente (K rwan, 2008:29).

    Sandra Garcs * y Emma Kirwan*

    3 Para una lectura ms pro unda de este t po de proceso, recomenda-mos leer la tes s de d plomado de Jackel ne Contreras,Anl s s del Presupuesto del Proyecto Canasta Sol dar a con Perspec-t va de Gnero (2006).*Sandra Garcs, biloga, con Maestra en Estudios Socioambientales,FLACSO-Ecuador,[email protected]* Emma Kirwan, Estudiante Fulbright, miembro de la organizacin Eko-Rural, Quito,[email protected]

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    Gortaire, Roberto, (s. ). Sistemas de Canastas Comunitarias Organizaciones deConsumo Agroecolgico?,en http://www.tau.org.ar/upload/89 0c2b656ca02f45e 61a4 2e5b 24/Red_de_econom_a_para_la_v da.pd (v s tado octubre 4 de 2009).

    Kirwan, Emma (2008). La canasta comunitaria:una plata orma urbano-rural para la seguridad alimentaria en LEISA, rev sta de agroecologa, d c.2008, 26 29.Kirwan, Emma (2009). Alimentando a las CanastasComunitarias: un sistema alternativo de consumoresponsable, nvest gac n real zada por EkoRuraldurante su estada en el Ecuador como estud anteFulbr ght, presentac n en powerpo nt y reporte.

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    D O S S I E RIniciativas locales frente a problemas globales

    La Revalorizacin de la Agroecologa Andina:estrategia local de dilogo de saberes paraenfrentar problemas globales

    Foto: Kelvin Cueva

    El desarrollo endgeno sustentable, entend docomo el crecer desde dentro, basado enestrateg as e n c at vas, como la apl cac n

    de conoc m entos y sab duras locales, ncluyendolas d mens ones mater ales, soc oculturales, as como esp r tuales, bajo procesos que re uercen lashab l dades y capac dades locales e ntegren elementosexternos selecc onados con este props to (Tap a,2008), const tuye una propuesta necesar a y valederapara en rentar, desde el espac o local, los e ectosde la actual cr s s ecolg ca planetar a y, ms an, lacapac dad culturalmente homogen zante del v gentemodelo de global zac n, basado en el crec m entoeconm co y la acumulac n nsosten ble e nequ tat vade la r queza mater al.

    En esta propuesta de desarrollo, los recursos yserv c os de los ecos stemas naturales const tuyen unact vo trascendente para d nam zar la expans n delas oportun dades de las poblac ones humanas quelos hab tan, s endo un mperat vo su conservac ny uso sosten ble. En esta perspect va, la noc nendgena o desde dentro nos o rece un cmulo

    mportante de nsumos o recursos para los procesosde conservac n como saberes, conoc m entos,exper enc as, escenar os, pr nc p os, normas,tcn cas y mtodos sustentados en los s stemas dev da que han orjado cada una de las comun dades.Estos modos de v da const tuyen un legadoh str co - cultural que trasc ende en el t empo, e

    ncluye aquellas adaptac ones soc oeconm cas y

    Gestin de la produccin en sistemas bioculturales en Chimborazo

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    amb entales desarrolladas en respuesta al entornosoc al, econm co, nst tuc onal y polt co, provocadodesde la colon zac n y por la suces n de los modelosde desarrollo mperantes en el lt mo s glo.En las d versas culturas del mundo, de manerageneral, y en la reg n and na, en part cular, estoss stemas de v da han evoluc onado desde una relac narmn ca entre las poblac ones humanas con lanaturaleza. Se ha generado un proceso de adaptac n

    de doble va, de lo humano hac a la unc onal dadecos stm ca de la naturaleza, y de la naturaleza

    hac a el manejo r tual y agroecolg co1

    de lo humano,a lo cual Reng o (2004) nterpreta como la cr anzacr ar y dejarse cr ar en un proceso de rec proc dadentre las soc edades humanas y la naturaleza. Estepr nc p o de v da orma un p lar undamental en lasvar antes de las ormas de ver el mundo de los pueblosand nos or g nar os, moldendolos de acuerdo ala d vers dad de ecos stemas donde se asentaban oestablecan n uenc a y dndoles el carcter agro-cntr co grac as a la mportanc a del manejo y uso delos recursos naturales en su cot d an dad. Como rutode esta nterrelac n (humanonaturaleza) emerge

    la agroecologa and na, basada en una cosmov s nsoc o-espac al y temporal, a travs de la cual seconc b la v da y con gur su tecnologa, ncluyendotodos los aspectos soc ales, mater ales y esp r tualesque abarcan la matr z cultural de la comun dad(Delgado, 2002).

    Esta r queza cultural prevalece hasta nuestros das,aporta certeza y da v ab l dad al en oque de s stemab ocultural2 como estrateg a y/o nstrumento de

    gest n para potenc ar la conservac n de losecos stemas locales y su b od vers dad, as como

    a la revalor zac n y desarrollo de modos de v dams sosten bles y alternat vos al actual modoextract v sta, consum sta, nd v dual sta, compet t vo ydeshuman zado, arrojado desde el s stema econm cocap tal sta de l bre mercado.Cons derando la gest n de s stemas b oculturalesen la reg n, la exper enc a prct ca del ProgramaReg onal B oAndes en la serrana central del Ecuador,espec camente en los sectores rurales de los cantonesR obamba y Guano (zona de amort guam ento de laReserva de Producc n Faunst ca Ch mborazo), hapuesto en marcha un proceso enmarcado en el d logo

    Foto:Lu s M guel ArroyoUsubug, cantn Guano, Ch mborazo.

    1 Pr nc p os de ecologa apl cados al d seo, desarrollo y gest n des stemas agrcolas sosten bles.

    2 S stema de nterrelac n entre d vers dad b olg ca y la d vers dadcultural d vers dad b ocultural.

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    entre las v s ones de los pueblos ndgenas Puruhy var os actores de la soc edad que han asum do lav s n y estrateg as de v da n u das por la c enc aocc dental moderna, tanto urbanos como rurales.Para ac l tar este d logo, B oAndes cons dera quela b od vers dad debe ser tratada desde un marco

    conceptual de carcter mult d mens onal (mater al,soc al y esp r tual), lo que mpl ca un tratam entometodolg co transd c pl nar3, que perm ta crearpuentes de entend m ento entre todos los actores.Hac endo n as s en los s stemas agroecolg cos deproducc n, este marco conceptual se mplementamed ante la apl cac n de var as metodologas y/oherram entas de rescate de saberes y prct cas dela agr cultura ancestral a travs de los procesosde nvest gac n part c pat va en los Com ts deInvest gac n Agrcola Local CIAls, con el desarrollode Fer as de Intercamb o de Sem llas Locales, y

    pr nc palmente con la elaborac n part c pat va deF chas de Revalor zac n Cultural. Los resultadosobten dos han perm t do aportar rasgos de dent dadlocal a los s stemas de manejo agroecolg co delos recursos del agroecos stema4 que ncluyen elmanejo de calendar os agrcolas est vos, el manejode m crovert cal dad (p sos ecolg cos); la rotac ny perodos de descanso del suelo; la asoc ac n decult vos; las prct cas agro orestales protectorascon espec es nat vas; la construcc n de terrazas de

    ormac n lenta; el uso de nd cadores cl mt cos,de ert l dad del suelo y de momento oportuno decosecha; el uso de cen zas e n us ones de plantascon pr nc p os repelentes para la prevenc n deplagas; la selecc n y tratam ento pregerm nat vo desem llas; el almacenam ento de cereales en trojas5 yparvas6; la conservac n de tubrculos en pushas7 yyatas8; el endulzado al sol de races y bulbos; el usode s stemas de r ego por acueductos en serpentn ypara past zales el p sku chak (p sada de pjaro); elabonado del suelo con est rcol y abonos verdes; eluso de pondos de arc lla para conservar sem llas yagua; el uso de plantas des n ectantes para pur caragua; entre otras prct cas que ncluyen r tuales,pr nc p os de rec proc dad y sol dar dad como el mak

    maach (presta-mano), el rand rand (dando dando)o la m nga.Desde un acompaam ento v venc al con lascomun dades, el anl s s y apl cac n de esta var edadde prct cas ha perm t do establecer y ortalecerpequeas chacras ntegrales a n vel am l ar en lascuales se cra y conserva un segmento mportantede la agrob od vers dad local, ncluyendo tubrculos,

    races, cereales, legumbres, hortal zas, rutas, plantasmed c nales y ornamentales, orrajes, rboles, arbustosnat vos y an males menores. Toda esta d vers dady su product v dad, manejada pr nc palmente porlas mujeres, est contr buyendo d rectamentea la segur dad y la soberana al mentar a de las

    am l as. Para obtener ngresos complementar os, losexcedentes de la producc n orgn ca estn s endoacop ados asoc at vamente y comerc al zados en las

    er as de productores en la c udad de R obamba. Bajoesta m sma lg ca, var as soc as entregan la producc nde las plantas med c nales a la empresa comun tar aJamb k wa para su procesam ento y comerc al zac n an vel nac onal e nternac onal.

    Como un balance n c al mportante, la exper enc adesarrollada por el B oAndes, contr buye a ncrementarlas opc ones de las comun dades locales, desde suprop a n c at va, recursos y s stemas de conoc m entob ocultural, para en rentar la compleja problemt casoc o-amb ental y econm ca local as como los e ectosde la cr s s global, armon zando las neces dades yoportun dades s n perder su autonoma, cultura yecos stemas.

    Mara Arguello * y Kelvin Cueva*

    3 Trasc ende el conoc m ento d sc pl nar o y se or enta a la complej dadde cada contexto.4 Ecos stema con nfuenc a antrp ca para nes agrcolas.5 Construcc n cerrada de madera para conservar cereales.6 Arreglo c rcular de 2,5 m de alto constru do con el m smo cereal.7 N do de paja o estera sobre la super c e del suelo.8 N do de paja bajo el suelo.

    * Mara Arguello. Coord nadora del Programa B oAndes en Ecuador,un programa nanc ado por la COSUDE y ejecutado por el Consorc ocon ormado por el Centro Agroecologa de la Un vers dad San S mon deCochabamba, Bol v a, ETC, Andes de Per y la Fundac n Ecuator anade Estud os Ecolg cos EcoC enc a, de Ecuador. En Ecuador se ejecutaen asoc o con 12 organ zac ones entre las cuales est ECOPAR.* Kelvin Cueva. Coord nador de proyectos de conservac n de suelos yde recursos hdr cos del B oAndes, pertenece a ECOPAR, soc o estrat-g co de EcoC enc a en el Programa B oAndes.

    Foto:rsula GrotenPreparacn para la esqu la, Sanjapamba Ch mborazo.

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    f r e n t e a p r o

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    l o b a

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    Bibliogra aDelgado, F. (2002). Estrategias de Autodesarrollo y Gestin Sostenible del Territorio en Ecosistemas de Montaa.La Paz:AGRUCO - PRURAL ed c ones.Rengifo, G. (2004). Criar y Dejarse Cirar: una modalidad deregeneracin de saberes andinos.L ma: PRATEC.Tapia, N. (2008). Aprendiendo el Desarrollo Endgeno Sostenible. Construyendo la diversidad bio-cultural.Cochabamba: AGRUCO COMPAS Lat noamr ca.

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    D O S S I E RIniciativas locales frente a problemas globales

    Las mujeres campesinas producen yconservan agrodiversidad en Colombia

    Foto:Glor a Patr c a Zuluaga

    ResumenEl presente documento anal za los e ectos amb entaleslogrados a travs de la ejecuc n de proyectosagroecolg cos, por una organ zac n de mujerescampes nas en una zona rural colomb ana mpactadapor el con cto armado. D cha exper enc a ev denc a elvnculo entre ecos stemas saludables y med os de v da;as, con la renovac n de sus ecos stemas, estas mujereshan logrado mejorar su subs stenc a, su s tuac nal mentar a, los pa sajes rurales y su part c pac nsoc opolt ca.

    IntroduccinEn este documento se anal zan los mpactos logradosa travs de la ejecuc n de proyectos de producc n

    agroecolg ca, desarrollados por dos organ zac onesde mujeres en zonas rurales de Colomb a, lascuales han s do acompaadas desde 1994 por laCorporac n Vamos Mujer, nst tuc n que busca latrans ormac n de las cond c ones mater ales de v day el pos c onam ento polt co de las mujeres.El modelo de ntervenc n ncluye capac tac nagroecolg ca, acceso a crd to a bajo nters,

    nsumos agroecolg cos, tecnologas aprop adas,ortalec m ento organ zat vo y apoyo a la construcc n

    de una postura pac sta de rechazo a las acc ones delos grupos armados. La zona en la que se desarrollaesta exper enc a es la reg n del or ente ant oqueo,

    caracter zada por un rel eve montaoso, con alturas de1 800 msnm y prec p tac n de de 1700 mm. y con unuso predom nante de la t erra para el cult vo de ores

    Mujeres campes nas en Colomb a.

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    3) Manejo y conservac n de suelos, med ante laconstrucc n de terrazas, s stemas de r ego y prct casde abonam entos orgn cos.

    4) Construcc n de pequeos parches o ragmentos deb od vers dad (aprox madamente de 0.5 hectreas),que pueden actuar como corredores b olg cosconv rt ndose en albergues de otras ormas de v da al

    nter or de grandes matr ces de monocult vos.

    Segn Thrupp (2003), la agrod vers dad es el resultadode la nteracc n entre el med o amb ente, los recursosgent cos y los s stemas de gest n ut l zados por unapoblac n determ nada; por lo queel conoc m ento de la poblac ndebe ser cons derado como parte

    undamental de la agrod vers dad,ad c onalmente -la agrod vers dad-no sobrev ve s n la ntervenc n hu-mana y el conoc m ento local.En la presente nvest gac n, losdatos reportados nos perm ten verque ex ste una gran nteracc nentre la agrod vers dad cult vaday la conservada por las mujeres,qu enes a travs del proyecto rea-l zan adaptac ones e nnovac onesde germoplasma t l para la v dacot d ana de las am l as campes -nas de esas zonas.

    Al respecto una de las entrev sta-das nos lustra con mucha clar dady senc llez lo que acabamos demenc onar:Las sem llas s gn canmuchas cosas, son el al mento, tra-bajo y cu dado del med o amb en-te Cu damos el med o amb entecuando cult vamos d vers dad connuestras prop as sem llas. Cuan-do las ntercamb amos con otrasagr cultoras, tamb n estamos mejorndolas y pre-servndolas [] tamb n es polt co porque podemosdec d r qu cult var, cmo cult var Tamb n estamosayudando a que en el uturo hayan sem llas var adas y que otros agr cultores tengan sem llasyo sueo conque la organ zac n de mujeres tenga una colecc n desem llas b en bon ta.2

    ConclusionesLos agroecos stemas resultantes de los proyectosson un entramado complejo en la que hay una

    uerte nteracc n soc edad-naturaleza, donde laagrod vers dad cumple mlt ples unc ones, talescomo: una pos c n de resguardo para las mujeres ysus am l as, lo que les perm te quedarse en el terr tor o

    a pesar de las d c les cond c ones del contexto; elmejoram ento de la al mentac n; la conservac nde la agrod vers dad; el enr quec m ento de lospa sajes rurales, la gest n sosten ble de los b enes yserv c os amb entales, como el agua, los suelos y lospa sajes. Lo cual plantea la neces dad de mod car la

    concepc n de las d nm cas agrar as, en el sent doque lo ha expresado Perell (2004), estamos rente a laneces dad de mod car los parmetros de valorac ndel desarrollo, desde la med c n del volumen deproducc n hasta la tutela y valorac n de los recursosamb entales, que carater za cada uno de las d erentesespec dades y s ngular dades terr tor ales.

    El uso de la b od vers dad contr bu-ye a la conservac n, s tuac n quecontrasta con la conceptual zac ntrad c onal de que las ntervenc o-

    nes humanas, pr nc palmente lasrelac onadas con la producc nagrar a, mpactan negat vamentelos ecos stemas.

    Los modos de pensar y actuar quehemos heredado del pos t v smo,en opos c n, han llevado a cons -derar que toda producc n es ex-cluyente de la conservac n; d chal m tac n conceptual no ha per-m t do v s b l zar las ecologas que

    subyacen en los espac os constru -dos por los campes nos. En generallos parad gmas de la product v dady la conservac n han s do host lesa este t po de s stemas de produc-c n agrod versos y de pequeaescala.

    Gloria Patricia Zuluaga Snchez *

    2 Entrev sta real zada a una de las mujeres organ zadas.

    *Gloria Patricia Zuluaga Snchez. Pro esora Asoc ada Un vers dad Na-c onal de Colomb a, Ingen era agrnoma. Mster en Pa saje y Terr tor o,y cand data a Doctora en Agroecologa, Soc ologa y Desarrollo [email protected]

    Bibliogra aMartnez Alier, Joan (2004). Ecologa de los pobres. Confictosambientales y lenguajes de valoracin.Ed. Icar a. Barcelona.David Yanggen, Charles Crissman y Patricio Espinosa(eds). 2003. Los plaguicidas: Impactos en produccin, salud ymedio ambiente en Carchi, Ecuador.CIP e INIAP. 199 PP.

    Perelli, A. (2004).Asentamientos humanos y paisajes rurales. Ed. Icar a. Barcelona.

    Sevilla, E. (2006). Perspectivas Agroecolgicas desde el Pensamiento Social Agrario.ISEC. Un vers dad de Crdoba.Crdoba.

    Thrupp, J. (2003). O Papel Central da Biodiversidade Agrcola:Tendncias e Desa os.IDRC, IPGRI. Bras l.

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    1 Coord nadora del Programa de Pequeas Donac ones (PPD).*Diana Hinojosa, comun cadora, estud ante de la Maestra en Estud osSoc oamb entales, FLACSO-Ecuador,d an 82@gma l.comMnica Orozco, comun cadora, estud ante de la Maestra de GobernanzaEnergt ca, FLACSO-Ecuador,morozco07@gma l.com

    D O S S I E RIniciativas locales frente a problemas globales

    Todos somos parte de la solucin verde Entrevista realizada a Ana Mara Varea1

    Foto:D ana H nojosaAna Mara Varea

    Cmo inciden las iniciativas locales en la solucinde problemas socioambientales globales o son soloes uerzos aislados y de cortsimo plazo que no tie-nen impacto?La s tuac n que estamos v v endo en el pas, como las tuac n planetar a, realmente demanda de todo t pode respuestas, n nguna, por pequea que sea, puedeser subest mada.

    Por qu las iniciativas locales de municipios o go-biernos seccionales no son lo su cientemente e ec-tivas para expandirse?

    En el pas ex sten n c at vas nteresantes en el manejode desechos. Loja logr un prem o nternac onal por este modelo de separar los desechos. Sera deseable

    El 68% de iniciativaslocales que hacenfrente a problemassocioambientales sonduraderas

    Por Diana Hinojosa y Mnica Orozco *

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    que estas n c at vas pos t vas se repl quen en otras al-caldas sobre todo en mun c p os pequeos, donde elesquema de desarrollo podra transversal zar el eje am-b ental y tener una propuesta mucho ms am gable conel amb ente. Lamentablemente los camb os de act tud en toda soc edad son procesos que demandan mucho

    t empo. Adems, el s stema nos cond c ona.

    A veces los ciudadanos urbanos demandan que seanlas comunidades campesinas quienes protejan lasreas verdes depositamos esa carga sobre sus hom-bros?Tal vez como c udadanos urbanoslo podemos dent car como unacarga, pero para las comun dades

    ndgenas conservar su patr mon onatural es una enorme preocupa-c n, algo v tal y de sobrev venc a.Se en rentan a una uerza que losva con nando a algunos r ncones,en algunos casos estamos hablan-do de las lt mas c nco hectreasde bosque and no que quedan enCh mborazo. Es una pres n muy grande.

    Qu opina de las empresas queusan sellos verdes como estrate-gia de mercadeo? Su impacto espositivo o solo les sirve para ven-derse mejor?Determ na no slo un elemento decosmt ca amb ental s no tamb nuna preocupac n por parte de lasempresas, no sabemos s genu -na o v nculada a una estrateg a demercadeo. Esto porque vemos, por ejemplo, a empresas petroleras queapoyan n c at vas comun tar as en la selva amazn ca,pero, por otro lado, v erten tx cos a los ros. Pero el he-cho de que las m smas empresas d gan que no puedentener una agenda corporat va que no ncorpore los te-mas soc al y amb ental responsables ya es un camb o.Hace 20 aos esto era mpensable, qu en tena el cap talera qu en normaba y de una u otra manera la soc edad aceptaba todos estos pas vos amb entales y soc ales, en unc n de que este era el actor que generaba d v sas. Ahora eso ya no es tan as, los recursos naturales soncada vez ms escasos y rente a eso se requ eren respu-estas plan cadas.

    Cmo se evala el impacto socioambiental de lasiniciativas?Ex ste una nueva metodologa que se llama la HuellaEcolg ca, a travs de la cual cada c udadano, am l a,c udad, cont nente puede med r su n vel de consumo

    d ar o semanal o mensual y determ nar c erto camb ode prct cas para reduc r el mpacto a n vel amb ental. Aqu, por ejemplo, los mun c p os de Qu to y de Cuencaya estn trabajando con esta herram enta.

    Qu iniciativas duraderas y positivas se puedenrescatar?Todo ondo nanc ero de cooperac n es una sem lla,s cae en suelo rt l vamos a ver los rutos. El Pro- grama de Pequeas Donac ones (PPD) ya cumpl 15 aos y est nanc ado por el Fondo para el Med o Amb ente Mund al, adm n strado por el PNUD (Progra-

    ma de las Nac ones Un das parael Desarrollo). T ene un porta ol ode aprox madamente 300 n c a-t vas comun tar as con var os ejescomo: conservac n y manejo ded vers dad, camb o cl mt co, act -v dades que ev ten la degradac nde suelos y act v dades para sen-s b l zar respecto de contam nantesorgn cos pers stentes. Ahora tam-b n estamos v nculndonos a laadaptac n al camb o cl mt co. Enel norocc dente de Qu to, va Cala-cal, trabajamos con la comun dad de Yungu lla. Los hab tantes antesse ded caban a elaborar carbn ve- getal, entonces talaban el bosque,para quemarlo y venderlo como

    carbn. Cuando n c el proyecto,un grupo de jvenes con nters por conservar un remanente de bosquede 7 000 hectreas tuvo la dea deped r a los mayores que dejen dehacer carbn vegetal para empezar con tareas de tur smo comun tar o.

    Una dura tarea ...Bueno s, ellos ueron una de las pr meras organ za-c ones comun tar as que rec b el apoyo del PPD en1996. Actualmente, s guen trabajando. No solo que lo- graron que esa zona se declare bosque protector s noque t enen un equ po de 25 guas natural stas, concert cac n del M n ster o del Amb ente, t enen unam croempresa de mermeladas y quesos, trabajan contur smo comun tar o, estn empezando a trabajar conartesanas de cerm ca, con agr cultura ecolg ca

    Qu tiene que demostrar la gente para acceder aeste programa?Un pr mer elemento es tener ortaleza organ zat va;nosotros rec b mos la propuesta por escr to, la anal za-mos y luego hacemos la v s ta en campo para dent -car s lo que rec b mos en blanco y negro resulta c erto.Tamb n nos nteresa que haya un mecan smo y estra-

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    teg a de part c pac n que garant ce la sosten b l dad de la propuesta; es dec r, que el proyecto no solamenteest v gente m entras ex sten los recursos s no una vez que se acaban. Un tercer elemento es la transparenc aen el manejo nanc ero de los recursos. Un cuarto ele-mento, es que la propuesta responda a los elementos

    or entadores del proyecto; es dec r, que se enmarqueen los temas que menc on anter ormente, como cam-b o cl mt co, degradac n de t erras, etc, a n de quela respuesta que estn planteando (las comun dades)vaya en ocada a los mpactos en estos temas.

    Cul es la inversin que aporta el PPD? Aunque se llama Programa de Pequeas Donac ones,la ayuda no es tan pequea. Se apoya con un ondo dehasta USD 50 000.

    Las comunidades tienen que poner una contra-parte en e ectivo?S. Esta es una propuesta de uno a uno. Nosotros apo-yamos con un monto de USD 50 000 y la comun dad t ene que poner un monto s m lar. Pero ese 50% ene ect vo t ene bastante fex b l dad. Cuando dec mose ect vo, no son dlares contantes y sonantes, s no quems b en se re ere a cosas certeras. Por ejemplo, hay un proyecto con el Mun c p o de Cayambe, donde unacomun dad est conservando una ranja de bosque na-t vo que queda a las aldas del volcn Cayambe, a muy poco t empo de la c udad de Cayambe. El alcalde D egoBon az estaba muy nteresado de que la comun dad sev ncule con el proyecto y dio: . Para nosotros (elPPD) es un co nanc am ento en e ect vo.

    Existen su cientes polticas pblicas en el pasque promuevan este tipo de acciones?Ecuador est en una ase de trans c n, donde estamosdeterm nando un nuevo marco regulator o que se apl -car en var os mb tos del pas. Y uno de los elemen-

    tos ms novedosos est en la actual Const tuc n quele otorga derechos a la naturaleza. Pensar que no es unobjeto s no un sujeto de derechos, eso camb a nuestroesquema mental. Hay que r nternal zando lo que eseconcepto mpl ca.

    De las iniciativas locales que llegan al programacuntas se cristalizan?Rec b mos entre 50 y 80 proyectos. De esos, podemos nanc ar entre 15 y 20.De esos 15 a 20, cuntos llegan a ser permanentes?

    Segn una evaluac n que h c mos, el 68% de los pro-yectos que haban rec b do ondos del PPD cont nua-ban con sus act v dades.

    Para el PPD, qu es un proyecto es sostenible?La sosten b l dad no necesar amente s gn ca quehaya un fujo de caja. El PPD conc be la sosten b l dad bajo las tres ar stas del desarrollo sosten ble. Es de-c r, que haya sosten b l dad soc al, econm ca y pro-duct va. S n embargo puede ser que la comun dad se

    plante una m croempresa, pero los canales de comer-c al zac n todava no se av zoran, de todas ormas laorgan zac n es uerte. Por otro lado, ese pramo quela comun dad quera conservar permanece ntacto. Esdec r, la sosten b l dad no se debe ver solo desde elpunto de v sta econm co.

    Qu problemas en rentan las pequeas iniciativaspara consolidarse?Hablando desde la exper enc a del PPD, pr mero estla toma de conc enc a de los ntegrantes de las orga-n zac ones con las que trabajamos. Queremos queellos ent endan que el patr mon o que conservan nosolo es para ellos s no para las uturas generac ones.Es cumpl r lo que d ce el concepto de desarrollo soste-n ble, esto es sat s acer las neces dades de ahora s nmalgastar o a ectar los recursos que serv rn a las u-turas generac ones.

    La idea sera que si se comprometen a no talar elbosque, deben cumplir y no realizar actividadesdestructivas?No se re ere a que las comun dades no ntervengan en

    el bosque. Ms b en es que no acaben con el bosque,que podamos lograr una empresa de artesanas, por ejemplo, con las sem llas del bosque o hacer una talaselect va de rboles y al m smo t empo reponerlos

    Qu otros problemas en rentan las iniciativas?Otro de los problemas es contar con equ pos tcn -cos, pero en tema de camb o cl mt co hay pocos queestn d spuestos a trabajar con las comun dades, lejosde los centros urbanos. El tema de educac n es muy problemt co. Hace cuatro aos abr mos un ondo debecas para pro es onal zac n de lderes y ue dolo-

    roso escuchar: . Entonces, en el momento que t enes pocas ca-pac dades locales en las comun dades el comprom sopuede estar all, pero las pos b l dades de trascender respecto de las n c at vas son muy l m tadas. Y, por lt mo, prct camente todas las organ zac ones t enenuna enorme pres n de act v dades m neras, forcola,agrcola, petrolera, etc. Las comun dades t enen queen rentar a un actor que, en la mayora de los casos,t ene una as metra muy grande.

    Cunto dinero entregaron a las iniciativas el aopasado?El ao pasado ueron alrededor de USD 900 000.

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    La huella ecolgica y los pases andinos,

    una refexin sobre la sustentabilidady la biocapacidada

    Foto: Juan Silva

    En la nteracc n del amb ente con la economa, elcrec m ento econm co se ha mpuesto como metade desarrollo en los pases a n vel mund al, a costadel sacr c o de la cal dad del entorno y la extracc n de

    b enes naturales.S n embargo, a part r de los aos 70 la preocupac nrespecto de los lm tes de la T erra comenz a surg r.En la Con erenc a de Nac ones Un das sobre el Med oAmb ente Humano, real zada en Estocolmo en 1972, sedebat sobre los graves trastornos ecolg cos de lat erra deb do a las act v dades humanas y se anunc aronser os problemas que se en rentaran por el crec m entodemogr co, el agotam ento de los recursos y laconservac n del amb ente.Poster ormente, en 1987 ue presentado por la Com s nMund al para el Med o Amb ente y Desarrollo el n orme

    denom nado Nuestro uturo comn, conoc do tamb ncomo el In orme Bruntland, deb do a que la elaborac nde este n orme ue encabezado por la noruega Gro

    Harlem Bruntland. Este documento tuvo como objet vodemostrar que el cam no que s gue la soc edad globales destruct vo, que no es pos ble ver el desarrollo y elamb ente como elementos separados, por lo que se

    deben encontrar equ l br os rente a la degradac n delplaneta, cu dando el manejo de los recursos naturalesen el presente para garant zar la superv venc a delas generac ones uturas, como un comprom so quedeben asum r todas las nac ones al que denom naroncomo desarrollo sustentable.Actualmente, se habla sobre la dependenc a de algunospases que no poseen el su c ente cap tal natural delos recursos de otros, como Japn o Arab a Saud ta,lo que da lugar a la alsa dea de sustentab l dadagotando los recursos a escala planetar a, ms all delo que se pueden regenerar.

    En este sent do, Arab a Saud ta promueve el usode la b ocapac dad de Et opa para sembrar tr go,cebada y otros al mentos para su uso y para esto ha

    Botadero de basura de la c udad de Babahoyo.

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    ded cado ncent vos a agr cultores por ms de 120m llones de dlares este ao. Las consecuenc as seven cuando el acceso de los hab tantes de Et opa asu prop a b ocapac dad es cada vez ms l m tada ypadecen hambre al punto de que Nac ones Un dasest des gnando una cant dad s m lar (130 m llones de

    dlares) para al mentar a los 4.6 m llones de Etopes.Otro ejemplo, es como los Em ratos rabes estncomprando la m tad de Indones a para proveerse derecursos ecolg cos para su al mentac n, vest do yv v enda (Pea, 2009)1.Consecuentemente, las seales son claras, losrecursos se agotan y no podemos segu r gnorandola mportanc a de su conservac n; es dec r, la

    mportanc a econm ca de los recursos ecolg cos enun mundo nterdepend ente e nterconectado.Esta escasez de los recursos ha llevado a la re ex nrespecto a la med c n del desarrollo, que ya no puede

    ser med do n camente en trm nos de crec m entoeconm co como lo hace el Producto Interno Bruto(PIB), s no que es necesar o tomar en cuenta losrecursos o cap tal natural con los que cuenta unadeterm nada nac n para que desde una perspect vade sustentab l dad, pueda asegurar la cal dad de v dade las generac ones uturas, esta herram enta se laconoce como la Huella Ecolg ca.La Huella Ecolg ca est basada en el clculo del

    mpacto de las act v dades humanas sobre la o erta delos recursos de la T erra y su capac dad de regenerac n.Para expl car una de sus var ables, se tomar aquella

    que est relac onada con la b ocapac dad de los mares.Pr mero, se calcula el stock que se t ene de los recursosmar nos o peces, luego se lo contrasta con lo que elser humano pesca y la capac dad de regenerac nde d chos recursos. As, a n vel global se ha v stoque m entras el stock d sm nuye prec p tadamente,la pesca se tecn ca y se vuelve ms agres vaocas onando una menor capac dad de reproducc nde las espec es, generando un d c t, entre lo quelos mares producen y lo que se extrae. Al respecto,un nvest gador de Huella Ecolg ca, Alessandro Gallman esta lo s gu ente s se pesca un pescado por

    persona cada da, en el corto t empo se lo puede hacer,pero no en el largo plazo, por ello es necesar o conocercul es el crd to con el que se cuenta en el orden de lasustentab l dad (Alesandro Gall , 2009)2.Otros componentes que son parte de la huellaecolg ca son: el rea de construcc n y asentam entopoblac onal, rea de agr cultura, rea de pastoreo,reas dest nadas para la captura del carbn, rea debosques, con med c ones de consumo de los recursosnaturales y generac n de los desperd c os que

    ncluyen la generac n de gases de e ecto nvernadero

    y de basura en general. En base a estos parmetrosse ha calculado que la huella ecolg ca por personaest entre 2.1 hectreas por persona, que resultade la d v s n entre 13 m l m llones de hectreasb oproduct vas d spon bles para 6.5 m l m llonesde personas que hab tamos en el planeta. Lo que

    preocupa con este resultado es que la huella ecolg cade 2.7 hectreas sobrepasa la b ocapac dad d spon blede 2.1 hectreas por persona. En resumen, se puededec r que la huella representa la demanda, m entrasque la b ocapac dad, representa la o erta o prov s nde recursos (Fuente, Global Footpr nt Network, Pea,2009: 18).

    Actualmente se estn real zando nvest gac onespor parte de Footpr nt Network para med r la huellaand na tomando como uno de los pases bases

    para la med c n a Ecuador y Per, celebrandovar os conven os con el gob erno central, gob ernossecc onales (Qu to y Cuenca), y dentro de un proyectoentre el Global Footpr nt Network (GFN) y la Fundac nAcuerdo Ecuador como su contraparte nac onal con elapoyo del proyecto SOCICAN, la Comun dad And na,la Un n Europea, Pachamama All ance y el Forode C udades para la V da del Per (Fuente AcuerdoEcuador).Por otro lado, las ventajas de esta herram enta sonlas d st ntas apl cac ones que puede tener, ya quese puede med r la huella por persona, reg n, pas,

    pero tamb n por ndustr a. Para ste lt mo, lo quese hace es tomar en cuenta los s gu entes aspectos:cadena de abastec m ento, ut l zac n de recursos enlas operac ones de la ndustr a (papel, electr c dad,etc.), el t po de b enes que produce, el uso de d chosproductos en la n raestructura soc al y lo que producesus act v dades externas (Alessandro Gall , 2009)3.Ahora b en, los lm tes de la T erra a la echa han s doexced dos y aunque ex sten pases que cuentan concrd to ecolg co, el d c t global sobrepasa el lm tede la sustentab l dad. Ecuador, a pesar de ser un pasmegad verso, la alta de plan cac n y el desgaste

    de sus recursos naturales (pr nc palmente madereros1 Contr buc n del autor del l bro El Poder Ecolg co de las Nac onesen la correcc n del presente artculo.2 Presentac n ante la CORPAIRE. 3 De la presentac n de la Huella Ecolg ca para CORPAIRE.

    Grfco No. 2. Los componentes de la huella. Fuente: Footprint Network

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    y pesqueros), s n tomar en cuenta que contr buyeenormemente a la producc n de gases de e ecto

    nvernadero por ser un pas exportador de petrleo4,se encuentra en d c t (Gr cos No. 3 y 4).

    Capital natural versusbiocapacidad global y de Ecuador

    Consecuentemente, segn Juan Al onso Pea,autor del l bro publ cado El Poder Ecolg co de lasNac ones: B ocapac dad como un nuevo marco para lacooperac n nternac onal, presenta una orma nuevade apl car esta herram enta desde la perspect va delas nac ones de Amr ca Lat na, poseedoras de una

    nmensa r queza b olg ca que el mundo neces ta.De esta orma, la huella abre el debate sobre las

    mpl cac ones uturas de v v r en un mundo donde lahuman dad ut l za sus recursos ecolg cos ms rp dode lo que el planeta puede regenerarlos (Pea, 2009:2,7), lo cual se traduce en un sobreg ro ecolg co,demandando un espec al nters en los tomadores dedec s n, porque de las med das que se tomen para

    conservar y ampl ar las reservas que quedan dependeel b enestar de las generac ones uturas.En Ecuador, la s tuac n preocupa, puesto que lalt ma tendenc a del pas respecto de su huellaecolg ca y la sustentab l dad de sus recursos muestraun l gero d c t, es dec r, hemos pasado de ser un pascon crd to ecolg co a ser uno de los pases en d c tecolg co. Y esta es la tendenc a en todos los pases,pero estamos a t empo para revert rla, ya que losrecursos b olg cos an son muy d versos y podemos

    renar la devastac n de nuestros bosques s se tomanlas med das necesar as; es dec r, s la dec s n polt case en oca en la conservac n de los recursos naturalesy el control del crec m ento de la poblac n.No obstante, como reg n and na tenemos un podernegoc ador deb do a que en conjunto los PasesAnd nos t enen 570 m llones de hectreas de reab oproduct va, de las cuales para al mentos, bras

    y energa de estos pases, se dest nan 200 m llonesdentro de las que se contempla un porcentaje det erras para la absorc n de desperd c os. S hacemosla respect va resta, tenemos una d erenc a de 370m llones de hectreas como un superv t de la reg nque se contrasta con los 2.800 m llones de hectreasde d c t global negoc adora rente a otros pasescontam nadores y a otros bloques de ntegrac n,deb do a que el promed o anual de absorc n de CO2es de 0,27 ha globales/ton.De acuerdo al n orme Stern, el costo soc al de carbnlo ja en 85 dlares por tonelada de CO2, lo que

    equ vale a un valor de 115 m l m llones de dlares queactualmente la reg n And na aporta gratu tamente almundo por serv c os ecolg cos de captura de CO2 quecomparado con el PIB de los se s pases representa latercera parte (Pea: 2009)5.Consecuentemente, ex ste un peso econm co sobrelos recursos que pos blemente podra ser v sto desdela pt ca ra del neol beral smo como una venta deserv c os amb entales, pero que desde el punto de v stade la sosten b l dad t ene un valor mucho mayor, ya queno es pos ble valorar otros serv c os que rec b mos delos ecos stemas de esta r ca reg n como la regulac n

    del cl ma, prov s n de agua, b od vers dad, control deeros n, hb tat de pueblos ndgenas etc.Es hora que la v s n del desarrollo camb e, que el valorde la naturaleza, sus derechos, no solo sean algo utp coo de los buenos props tos de algunos amb ental stas,

    Deyanira Gmez *

    S desea leer el ensayo completo pres one aqu.

    4 El petrleo que Ecuador exporta no se toma en cuenta como huella deEcuador s no como huella del pas que ut l za ese petrleo.

    5 Otros apuntes del autor. Fuentes de las c ras:Costo del Carbn: The Stern Rev ew: The Econom cs o Cl mate Change.http://www.hm-treasury.gov.uk/ ndependent_rev ews/stern_rev ew_econom cs_cl mate_change/sternrev ew_ ndex.c m* Egresada de la Maestra en Estud os Soc oamb entales, FLACSO-Ecuador

    Grfco No 3: Fuente: Global Footprint Network

    Grfco No. 4: Biocapacidad per cpita de Ecuador. Fuente: Global Footprint Network

    A C T U A

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    Programa de Estudios Socioambientales - FLACSO sede Ecuador

    * Estud antes de la Maestra en Estud os Soc oamb entales, FLACSO-Ecuador

    El aislamiento voluntario es un tab

    Entrevista realizada a Miguel ngel Cabodevilla

    Foto: Alejandra ToasaMiguel ngel Cabodevilla

    Qu seales?En la lt ma matanza ellos (los Taromenane) recorr e-ron 30 k lmetros de selva -en lnea recta- por una selvaya nterven da. Eso no parece dec r que sean ndgenass n contacto. Sus lanzas estn llenas de undas de pl-st co, de nylon arrancado de saqu llos. De a slados not enen nada. El M n ster o (del Amb ente) sabe que este grupo no v ve solo dentro de la zona ntang ble, n den-tro de la zona de amort guam ento del Parque Nac o-nal Yasun, va ms all. A m me parece que hablar de grupos s n contacto es una ment ra.

    Por qu piensa que el Gobierno usa el discurso de

    pueblos aislados, cuando no lo son?No creo que ese sea el d scurso del Gob erno s no dealgunos unc onar os y se debe undamentalmente aque tanto en el Estado como en las compaas petro-leras hay gente a la que el d scurso de pueblos nocontactados no le molesta, le avorece porque es und scurso que no topa nada, deja las cosas como estn.

    Y qu hay con quienes creen que hay que respetara esos grupos y a su territorio?Hace un t empo, cuando suced la lt ma matanza,en un canal de telev s n una locutora present un tro- zo de una entrev sta que me h c eron en otro canal y aparte de hacerme dec r algo que no die, ella term n

    En agosto pasado tres ntegrantes de una am l aueron ases nados en la comun dad de LosReyes, ub cada a 80 km de la c udad de Franc sco

    de Orellana, mur eron atacados por las lanzas de ungrupo Taromenane. Antes de mor r, Tat ana, una n ade nueve aos, cont que en el cam no aparec eronhombres y mujeres desnudos armados con grandeslanzas. Ella trat de escapar, pero ue atacada.Desde el p so observ cmo ases naban a su madreclavndole 10 lanzas, y a su hermano mayor, de 16aos. El hio menor de la am l a, de apenas se s mesesde nac do, ue raptado y hallado 48 horas despus delataque. Las ndagac ones para esclarecer el hecho ancont nan. Para el sacerdote capuch no M guel ngelCabodev lla, esta es solo la punta del ov llo de unproblema que pone en duda el a slam ento voluntar ode los Taromenane en Ecuador.

    Por qu el aislamiento voluntarioes para usted un tab?Es tab por cuanto est empleado por algunas perso-nas como tal. Cmo saber s ellos estn a slados vo-luntar amente? Creo que las seales que nos dan en laselva son justamente todo lo contrar o.

    A C T U A L I D A D

    Por Diana Hinojosa, Regina Ricco y Alejandra Toasa*.

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    Con base en este marco ter co, que perm te la orga-n zac n de los actores de acuerdo a lg cas de acc npart culares, la nvest gac n busca comprobar la h -ptes s de que la nsustentab l dad soc al y amb entaldel PMB rad ca en la mpos b l dad de lograr un acuer-do entre los actores nvolucrados en el conf cto. Se ar-gumenta que, de hecho, el PMB rrumpe como un objetode d scord a respecto al desarrollo, a la naturaleza y a lasustentab l dad de una reg n, pues, de llevarse a cabo,

    como lo demuestran antecedentes de proyectos s m lares,bene c ara solamente a los grandes empresar os agroex-portadores y dejara en la marg nal dad, y probablementeen la m ser a y a slam ento, a los campes nos.Esta nvest gac n busca mostrar, adems, cmograndes proyectos de desarrollo como las represas con

    nes h droelctr cos o mult props to, mater al zanuna constante contrad cc n en las soc edades moder-nas. M sma que se re ere a la orma en que, en nom-bre del desarrollo, se echa mano de la naturaleza y susb enes, lo cual se traduce en el deter oro y destrucc nde las relac ones soc ales, culturales y econm cas deasentam entos humanos, as como de ecos stemasenteros de una reg n a avor de otra que obt ene losbene c os del desarrollo.Por otro lado, un aspecto nteresante de esta nvest ga-c n es la apl cac n del marco ter co de la soc ologade la crt ca -expl cado en el pr mer captulo y apl cadoespec almente en los captulos tres y cuatro de la te-s s- como una lente a travs de la cual se busca com-prender la orma en que se establecen relac ones decrt ca y just cac n entre los actores que toman parteen una d sputa. Esta propuesta ter ca resulta de granut l dad para la comprens n del conf cto en cuest n,ya que perm te d st ngu r a los grupos de actores talcomo se pos c onan a avor o en contra del proyecto,as como dent car sus argumentos de acuerdo a lasc udades o un versos propuestos por el marcoter co re er do, s empre sealando la relac n que t e-ne el caso con el problema de la sustentab l dad soc aly amb ental.

    Jimena Sasso *

    I N V E S T I G A C I N

    Proyecto Multipropsito Baba:

    disputas sobre desarrollo y sustentabilidad

    Foto: J mena Sasso

    En 2004, el gob erno de Luc o Gut rrez declarcomo pr or dad nac onal la construcc n del Pro-yecto Mult props to Quevedo V nces tamb nconoc do como Proyecto Mult props to Baba (PMB).Este proyecto ncluye un embalse de 1 100 ha (11km2),una central h droelctr ca y un trasv b erno de un pres -dente de aparente corte progres sta renovaba las espe-ranzas entre los campes nos de la zona. No obstante, elnuevo rg men rat c el decreto del otrora pres denteLuc o Gut rrez y, en un contexto de emergenc a nac o-nal declarado como consecuenc a de las terr bles nun-dac ones en la Costa en el 2008, el gob erno de la Re-voluc n C udadana1 de end la construcc n de d charepresa como obra de nters nac onal, necesar a paracontener las nundac ones; a pesar de que no ue d se-ada para tal objet vo.Para la comprens n de esta d sputa, que mpl ca la

    opos c n