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e.E,E .,l:i§' ENCIAS FUNDAMENTALES uando tenía dieciocho años y era un católico nominal, mi confesor me dijo algo sorpren- Maranata. Era evidente que también era el preferido de mi amigo. Cada mañana 1o leía durante algo que é1 denominaba «devocional matutino». Me sentí tan intrigado que Ie pedí prestado el libro y también comencé a leerlo. Ese librito no solo me abrió ventanas sino grandes puertas. Aprendí sobre la segunda venida de Cristo, la gracia inmerecida y el per- sublimel En el comienzo, Dios bendijo el día sábado; lo separóyIo llenó de gozo y de sentido festivo. El primer sábado fue un día de alabanza al Creador y una conmemo- ración de Ia creación de1 mundo. En ese sentido, el sábado tiene algo que los otros días no poseen. Ese día es especial no solo por 1o que dejamos de hacer;1o dente cuando me explicó que no era necesario que me confesara todas las semanas. Entonces decidi ir un paso más lejos y directamente dejé de ir a la iglesia. La religión sería a partir de allí una cuestión privada. Por esa época, un amigo me regaló una Biblia, y comencé a leerla. No entendía Io que leía, pero los relatos del Génesis me impresionaron mucho. Disfruté de leerlos y releerlos. Ties años después decidí recorrer mi país armado de una guitarra y unos libros, incluida la Biblia. En un albergue conocí a un joven adventista de mi edad. Pronto comenzamos a hablar de reiigión. Ese diálogo derivó en tres meses de descu- brimientos maravillosos que cambiaron mi vida para siempre. Una travesía personal Mi amigo llevaba consigo varios Iibros, y me prestó uno titulado Mensales para los jóvenes. Ese libro no se convirtió inmediatamente en mi lavorito, porque contradecía mi estilo de vida, pero el que me llamó la atención fue uno titulado 20 Arr"*rrsr \MoRLD I Febrero zorz R¡úl Qurnoce dón. Escuché también el llamado de obe- decer a Dios. Aprendí sobre el remanente y participé del descubrimiento más maravilloso: me encontré con Cristo, 1o acepté como Salvador y 1o transformé en el centro de mi vida. Decidí entonces acompañar a mi amigo a una iglesia para ver qué era eso de «guardar el sábado». Ese primer sábado se convirtió en un estilo de vida que me ha acompañado por más de tres décadas. Al seguir estudiando, entendí que el sábado había sido creado de manera diferente de los otros días; me di cuenta de que ese sábado sucedió algo especial que lo dilerenciaba de los otros seis días de Ia creación. Ese primer sábado, Dios interrumpió su obra creadora y descansó para pasar tiempo de calidad con nuestros primeros padres. ¡Qué cita del que Dios puede hacer con nosotros 1o convierte en un día de delicias. El descanso sabático Ningún otro dla de la semana puede cumplir la función del sábado, porque solo el septimo dia conmemora la creación establecida por e1 Creador como un pacto con su pueblo. Mediante ese período especial, el Señor santificó y bendijo esa relación con los primeros seres humanos. En las Escrituras, el séptimo día es el único al que se Ie asigna nombre. Los otros días son nombrados en relación con este. Se habla del primer día después del sábado, o del día de preparación para el sábado (Ltc.23:54; 24:l).El sábado o séptimo día es el único al que Dios llama osu día». lesús se identifica a sí mismo como el ..'*S .,."'t11, § -.,S .;.'\'§ .r,,""ii §'"1 i¡§ * i§*t¡-§ §: .ñ' :3 .,:; ..1ti,". t. 1,.i.-. ...§,. ?**-. § § §§*,*.' § *.".-r§-ir

Las Delicias Del Sabado-libre

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  • e.E,E.,l:i'

    ENCIAS FUNDAMENTALES

    uando tena dieciocho aos yera un catlico nominal, miconfesor me dijo algo sorpren-

    Maranata. Era evidente que tambin erael preferido de mi amigo. Cada maana1o lea durante algo que 1 denominabadevocional matutino. Me sent tanintrigado que Ie ped prestado el libroy tambin comenc a leerlo. Ese libritono solo me abri ventanas sino grandespuertas. Aprend sobre la segunda venidade Cristo, la gracia inmerecida y el per-

    sublimel En el comienzo, Dios bendijoel da sbado; lo separyIo llen degozo y de sentido festivo.

    El primer sbado fue un da dealabanza al Creador y una conmemo-racin de Ia creacin de1 mundo. Enese sentido, el sbado tiene algo que losotros das no poseen. Ese da es especialno solo por 1o que dejamos de hacer;1o

    dente cuando me explic que no eranecesario que me confesara todas lassemanas. Entonces decidi ir un pasoms lejos y directamente dej de ir a laiglesia. La religin sera a partir de alluna cuestin privada.

    Por esa poca, un amigo me regaluna Biblia, y comenc a leerla. Noentenda Io que lea, pero los relatosdel Gnesis me impresionaron mucho.Disfrut de leerlos y releerlos. Ties aosdespus decid recorrer mi pas armadode una guitarra y unos libros, incluidala Biblia. En un albergue conoc a unjoven adventista de mi edad. Prontocomenzamos a hablar de reiigin. Esedilogo deriv en tres meses de descu-brimientos maravillosos que cambiaronmi vida para siempre.

    Una travesa personalMi amigo llevaba consigo varios

    Iibros, y me prest uno titulado Mensalespara los jvenes. Ese libro no se convirtiinmediatamente en mi lavorito, porquecontradeca mi estilo de vida, pero el queme llam la atencin fue uno titulado

    20 Arr"*rrsr \MoRLD I Febrero zorz

    Rl Qurnoce

    dn. Escuch tambin el llamado de obe-decer a Dios. Aprend sobre el remanentey particip del descubrimiento msmaravilloso: me encontr con Cristo, 1oacept como Salvador y 1o transform enel centro de mi vida.

    Decid entonces acompaar a miamigo a una iglesia para ver qu eraeso de guardar el sbado. Ese primersbado se convirti en un estilo de vidaque me ha acompaado por ms detres dcadas.

    Al seguir estudiando, entend queel sbado haba sido creado de maneradiferente de los otros das; me di cuentade que ese sbado sucedi algo especialque lo dilerenciaba de los otros seisdas de Ia creacin. Ese primer sbado,Dios interrumpi su obra creadora ydescans para pasar tiempo de calidadcon nuestros primeros padres. Qu cita

    del

    que Dios puede hacer con nosotros 1oconvierte en un da de delicias.

    El descanso sabticoNingn otro dla de la semana

    puede cumplir la funcin del sbado,porque solo el septimo dia conmemorala creacin establecida por e1 Creadorcomo un pacto con su pueblo. Medianteese perodo especial, el Seor santificy bendijo esa relacin con los primerosseres humanos.

    En las Escrituras, el sptimo da esel nico al que se Ie asigna nombre.Los otros das son nombrados enrelacin con este. Se habla del primerda despus del sbado, o del da depreparacin para el sbado (Ltc.23:54;24:l).El sbado o sptimo da es elnico al que Dios llama osu da.less se identifica a s mismo como el

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  • E/sAmAn

    v1n-culoscon todala creacin. E1sbado es un eco quenos remite a1 Edn. Es la

    EI benfico Creador descans el sptimo da despus de los seis das de lacreacin, e instituy el sbado para todos los hombres, como un monumento dela creacin, El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la obser-vancia del sptimo da como da de reposo, culto y ministerio, en armona con las

    enseanzas y la prctica de Jess, el Seor del sbado. El sbado es un da dedeliciosa comunin con Dios y con nuestros hermanos. Es un smbolo de

    nuestra redencin en Cristo, una seal de santificacin, una de-mostracin de nuestra lealtad y una anticipacin de nuestro,, futuro eterno en el reino de Dios. El sbado es la seal

    Seor del sbado (Mar.2:27,28). Noestablece su seoro sobre fodos losdas o sobre algn dia de Ia semana. Enese sentido, los seres humanos somosseores de los otros seis das (Gn.1:28), pero en sbado, reconocemos elseoro de Dios como Seor de todaslas cosas.

    El sbado es un verdadero don deDios a 1a humanidad (\,far.2:27). Fueel primer da contpleto que Adn vEva pasaron como hijos de Dios,,v suprimer da de matrimonio (Gn.2:1-3).En sbado dejamos de preocuparnospor nuestras luchas diarias (xo. 20:B-11). No solo descansamos: cualquierdla de la 5emana podna servir paraese fin. La diferencia entre ese da

    ,v losdems es que e1 sbado no ofrece undescanso para vivir la inactividad sinopara llevar a cabo actividades similaresa las de1 primer sbado en e1 Edn. S,e1 sbado es ei momento de cambiarde actividades y recobrar as el aliento(xo.31:17).

    Es interesante que ]ess critic lainactividad que los 1deres religiososde su tiempo procuraron imponersobre e1 sbado, y afirm: Mi Padrehasta ahora trabaja, y yo trabajo(|uan 5:17). Por supuesto, se refrere a1trabajo redentor que es posible haceren sbado, y no al tipo de labores dia-rias que solemos llevar a cabo durantelos otros das de 1a semana (Mat. 12:7).La idea divina del descanso nos liberade nosotros mismos y de nuestras preo-cupaciones, para que podamos dis-lrutar de tiempo y espacio para otra\actividades. |ess dijo que el sbadoes el da ideal para ser una bendicinpara otros (vers. 9:14). Es un da paradedicarse a actividades en las que Diosy los seres humanos

    -esas criaturasque lormo del polvo de la tierra- teencuentran. Es una celebracin de 1arelacin entre Dios y la humanidad,los miembros de la iamilia v nuestros

    manera que tiene Dios de decir-nos que quiere tener una relacincercana con nosotros, porque somospara 1 ms importantes que todas lasdems cosas creadas.

    El gozo del sbado

    AI ocuparnos de nuestro tiempo yactividades, siempre est el peligro decreer que estamos a la altura o aunpor encima de Dios. Cada semana

    de nuestro Creador.E1 sbado es tambin un da de

    nueva creacin. Cuando todo parecedesintegrarse, el sbado nos devuelveal Edn. Y una vez ms, e1 Seorvuelve a crear todo de la nada. Dondesomos dbiles, podemos llegar a serfuertes. E1 caos es transformado enorden; el temor, en gozo; la incer-tidumbre se ve reemplazada por lacerteza y la confianza; la justicia divinarelega la injusticia y Ia opresin; Iaculpa se transforma en perdn.

    perpetua de Dios, del pacto eterno entre l y supueblo. La gozosa observancia de este tiempo

    sagrado de tarde a tarde, de puesta de sol' a puesta de sol, es una celebracin de

    .' la obra creadora y redentora de: Dios. (Gn.2:1-3; xo" 20:8-11;

    ', Luc. 4:16; lsa. 56:5,6; 58:13,: t4; Mal lz:1-iz;xo.

    31 :13-17', Eze. 20:1 2, 20:,. Deut.5:12-15; Heb.

    Esemomento

    4:1-11; Lev.23'.32',Mar.l:32).

    El sbado no es solo una obligacin de redencrnsino una necesidad. As como necesi- se ve reflejadotamos aire, luz, agua y alimento para en la experienciasobrevivir, necesitamos el sbado para de Israel, cuandor.ir.ir de verdad. Es tambin un da de la mano fuerte de -adoracin en el que nos arro