La invención de la Edad Media 1- Jacques Heers

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  • 5/9/2018 La invenci n de la Edad Media 1- Jacques Heers

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    JACQUES HEERSQLftJ-1/f ' 1 6 c ; 1 1 V l lELA INVENCIONC '1 DE LA EDAD MEDIA

    Traducci6n castellana deMARIONA VILALTA

    1 t

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    .. puesto que crear frases, y admi tirlas sin creer enellas, es la caracterfstica principal de nuestra epoca.A. DE GOBINEAU

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    Cuando un error entra en el dominio publico, ya nosale nunca mas de el; las opiniones se transmiten heredi-tariamente. Y, al final, eso se convierte en la Historia.

    REMY DE GOURMONT

    Solamente podemos transmitir una informaci6n entanto que esta se inserta dentro de 10que ya hemos di-cho; en tanto que permite confirmar algunas verdadesya afirmadas. A. FERRO

    Quedan rigurosarnenre prohibidas, sin la autorizacion escrita de los titulares del copy-right, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducci6n total 0parcial de estaobra por cualquier rnedio 0procedimiento, cornprendidos la reprografia y el rratamientoinformatico, y la distribucion de ejemplares de ella mediante alquiler 0 prestamo pd-. blicos.Tftuio original:LE MOYEN AGE, UNE IMPOSTURECubierta: Enric Satue 1992: Librairie Acadernique Perrin, Parfs 1995de la Iraducci6n castellana para Espana y America

    CRITICA (Grijalbo Mondadori, S.A. . ) , Arag6, 3 8 5, 0 8 01 3 BarcelonaISBN: 84-7423-650-9Dep6sito legal: B. 30.336-1995Impreso en Espana1995. - NOVAGRAFIK, Puigcerda 127,08019 Barcelona

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    PROLOGO

    Muy a menudo, nuestras sociedades intelectuales manifiestan serabiertamente racistas. No en el sentido en que interpretamos ese ter-mino generalmente, es decir, no en el sentido de desaprobacion 0 des-precio hacia otras civilizaciones, costumbres 0 religiones distintas delas nuestras, sino por una asombrosa propension a juzgar negativa-mente su pasado.Desde hace mucho tiempo, aLgunos espiritus distinguidos, libera-dos de todo prejuicio ridiculo y deseosos de definir minuciosamente Lanaturaleza del hombre extranjero, han dado a conocer deforma sere-na Lavida de los otros pueblos, asi como sus particularidades y sus me-ritos. Ese interes se ha revestido incluso ayeces de una admiracion queimplica, deforma tacita 0 totalmente explicita, un desengafio y una crf-tica acerba de Lasociedad europea denominada civilizada y, porconsiguiente, corrompida. La imagen deLbuen salvaje, populariza-dapor Jean-Jacques Rousseau y sus coetdneos, ya habra arraigado in-mediatamente despues del descubrimiento de America, en tiempos deColon, y sin duda volvia a encontrar en Lahistoria de Laconquista te-mas y acentos mucho mas antiguos. ISin embargo, hay que constatar que estafeliz disposicion de espl-ritu no se aplica siempre a todos los campos de observacion. El hom-

    l.

    1. Francesco Guicciardini, cafdo en desgracia en 1537 por haber disgustado a Cos-me de Medicis, nutre suexil io de amargas reflexiones sobre los vicios de Sll tiempo. Ensu Storia d'Italia consagra un largo discurso a las hazafias de los navegantes portuguesesy espafioles, pero inmediatamente opone las costumbres de los indios, tan pr6ximos a lanaturaleza, a las del viejo mundo corrompido: se contentancon las bondades de la na-turaleza: no les atormentan ni la avaricia ni la ambicion, sino que viven felices sin reli-gi6n, ni instruccion, ni habilidad para los oficios, ni experiencia en las arrnas y en lague-rra..., Storia d'Italia, ed. F. Catalano, Milan, 1975, vol. I, pp. 209-210.

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    -------------~=-..~-.,..-~.10 LA INVENCI6N DE LA EDAD MEDIAbre de hoy, y especialmente el hombre inteligente, que sabe manteneruna honestidad ejemplar al estudiar otras civilizaciones muy alejadasen el espacio, no muestra ni rigor ni tolerancia al describir las de supropia tierra, separadas de e! por algunos siglos. Lo que comprendeyrespeta de otros lugares es lo que critica, de forma vehemente y des-pectiva, en su propia civili zacion, simplemente porque ha pasado eltiempo; y ese desprecio estd tan profundamente anclado que acaba porsuscitar reacciones de automata. Asi , numerosas obras 0 discursos es-tan dominados por juicios definit ivos que solamente descansan sobreese credo, sobre certezas injustificadas. .

    SOBRE LA NECESIDAD DEL CHIVO EXPIATORIO EN LA HISTORIA

    Una de nuestras grandes satisfacciones consiste en poder juzgar elpasado. Quizd el historiador no destaca mas que otras personas, peroofrece de buen grado el ejemplo; distribuye, sin dudarlo por un mo-rnento, censuras y coronas. Describir, analizar y explicar lo dejan conhambre y carecen en defin it iva de atractivos; en cambio, 1 0 que hay quehacer es tomar partido, poner a los malos en la picota, cargarlos de in-famia para la posteridad, y exaltar las maravillosas virtudes de losbuenos. Ese juego pueril afecta en primer lugar a los grandes perso-najes , a los que han hecho la Historia: heroes gloriosos 0heroes-ca-tast rofe; opone deforma resuel ta los buenos a los indignos, los valien-tes un poco estupidos a los retorcidos que urden sus telaraiias; y, sobretodo, los que se han atascado en formas antiguas de ser y de pensarque ya no corresponden a su tiempo, a los modernos que van enbuen camino. Nuestros recuerdos se encuentran inevitablemente po-blados de reyes buenos (los que -han preparado la llegada de los diasgloriosos) opuestos a reyes malos, poco recomendables , crueles , abso-lUIistas , y a menudo ciertamente perdedores. Ese patron se puede apli-car a los demos maestros del destino.

    Las elecciones, en este juego de masacres, se fundamentan a me-nudo en razones muy inconsistentes: un trazo en el cardcter, una anec-dota concreta, generalmente falsa e inventada por puro placer; en de-finitiva, una imagen de composicion. Revestimos a los hombres desobrenombres ridiculos, de chirigotas; les prestamos palabras que ja-mas han pronunciado, a sabiendas de que solo esas palabras perma-neceran en las memorias. Para muchos, el conocimiento historico,

    PR6LOGO 111, como lapolit ica actual, se reduce a pequeiias frases. E n elfondo, todo

    el mundo reconoce la existencia de esas artimaiias; pero la et iqueta sepega y generaciones enteras de pedagogos aplicados, de autores demanuales de un conformismo lastimoso, y tambien de novelistas, vuel-ven a util izar indefinidamente los mismos cliches gastados, las mismasclasificaciones maniqueistas , s in remontarse a las raices.Los juicios de valor todavia asombran mas, pero tambien pesanmas ... puesto que se refieren no ya a algunas personas, mascarones deproa, sino a una sociedad, catalogada en bloque, sin remision: se tra-ta de un camino audaz, que se halla en los antipodas de una reflexioncientifica aunque sea rdpida; una toma de posicion en la que podria-mos sobre todo discernir los signos de una inmodestia maravil losa 0deuna ignorancia insondable. Pero tambien en ese caso, la costumbre harecibido derecho de ciudadania.

    Es cierto que los autores que se otorgan el derecho de juzgar no es-tan siempre de acuerdo: algunos consideran que el siglo xtx fue estupi-do, y otros en cambio que fue notable; unos creen en el Siglo de lasLuces de Voltaire y Diderot, mientras que otros espiritus mas inde-pendientes ponen en duda una fama que consideran artificial, cons-t ruida con piezas diversas e impuesta a voces: la epoca de las

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    r ' 12 LA INVENCl6N DE LA EDAD MEDIAvirtudes civicas y para desarrollar nuestro amor a la libertad. Todaviahoy, laAntigiiedad, Grecia y Roma,forman parte constantemente de losprogramas de acceso a las grandes escuelas, mientras que la Edad Me-dia y el Antiguo Regimen antes de 1789 ni se mencionan.

    Esa eleccion, sorprendente pero constantemente repetida, t iene engran parte un origen intelectual y se inscribe sin duda dentro de unaLarga tradicion; Lade los generos literarios. El heroe de la Antigiiedadha atravesado Los tiempos, en cierta forma, gracias a sus autores. Enningun momenta se empaiia el recuerdo, sino que, al contrario, seadorna con innumerables aportaciones (Eneas, Demostenes, Alejan-dro, Cesar, Augusto, Marco Aurelio . .. ). A partir de 1500, esasfigurasfueron Las unicas que se ofrecieron a la admiraci6n publica. De LosNueve Prohombres hasta entonces cantados por los romances y pre-sentados durante las fiestas populares, no se retuvieron mas que lostres antiguos, es decir, los griegos y romanos; los demds desapare-cieron, los de la Biblia y los de las grandes gestas cristianas (Carlo-magno, Godofredo de Bouillon). Todos los ciclos de Laepopeya caba-lleresca y de la cancion cortesana, de Roland a Lancelot du Lac y alrey Arturo, se borran del repertorio; cada vez mas ignorados, esos mi-tos solamente se mantienen en extrahos parses alejados de las modas.Los autores humanistas y Luego cldsicos s610 se encuentran a gus-to entre Los antiguos; imitan 0fusilan sus escritos, buscan en eliosinspiracion 0, como minimo, referencias. El amor por las letras seacompaha desde ese momenta de una familiaridad, e incluso a vecesde una especie de pasion por Lahistoria de Los tiempos antiguos.

    Mas tarde, esas mismas preferencias y su mantenimiento contratoda otra curiosidad han dependido todavia mas de intenciones polit i-cas 0de apriorismos ideologicos. En gran cantidad de clrculos, que, enFrancia sobre todo, marcaban las pautas que se deblan seguir, se admi-t io y proclam6 que esa Antigiiedad ofred a buenos modelos de gobierno,de republica, decian, y , por sifuera poco, de pueblos prendados de lalibertad. Se podian aplicar para la Antig iiedad las palabras soberanas,y hasta osaron, en cada pdgina de los buenos libros, hablar de demo-cracia ateniense sin discernimiento nipudor, en-contra incluso de todaverdad establecida por el estudio, aunque fuera superficial. Todas lasobras sin excepcion fustigaban las costumbres polit icas de Esparta yevocaban, por mencionar una de las locuras, Atenas y su gobierno dehombres libres; esa democracia en la que se discernian indiscuti-blemente las razones y circunstancias necesarias para el desarrollo de

    PR6LOGO

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    una civilizacion brillante. Cada redactor de manuales analizaba las ins-tituciones atenienses en sus minimos detalles, el regimen de sus asam-bleas todopoderosas, y el control por parte de los ciudadanos virtuosospor naturaleza; sin mencionar generalmente, por un acuerdo tdcito, losrigores de la esclavitud, e l hecho de que la ciudadania estaba reservadaa un grupo muy reducido, la corrupcion politica y las horrorosas prdc-ticas demagogicas; ignorando la explotacion descarada de las colonias,las razzias de hombres y riquezas, las represiones sangrientas infligidasa los rebeldes desarmados y a los vencidos.

    Parece darse a.entender, pues, que nuestra civilizacion.La europeaen sentido amplio, ha vivido dos edades gloriosas marcadas con el sellade las libertades y de las creaciones originales. En primer lugar, la An-tig iiedad, capaz de administrar tan bellas lecciones. Luego, mucho tiem-po mas tarde, pasados un pesado sueno y una espera interminable, elRenacimiento, en el que los hombres se despertaronfinalmente, cam-biaron completamente de actitud ante la vida y tomaron las riendas desu destino. Entre esos dos tiempos fuertes se halla la noche, los tiempososcuros de la Edad Media a los que es de buen tono no hacer ni caso, ex-cepto, aqui y alia, por algunas manifestaciones marginales, por algunosespiritus fuertes naturalmente desconocidos 0 incomprendidos, e inclu-so perseguidos en su tiempo, contestatarios por fuerza y martires des-graciados (Abelardo, sin duda, y algunos otros.i .}. Tomada en bloque,esa Edad Media 110es mas que mediocridad. De ahi el entusiasmo conque se cantan los albores mas tempranos de nuestros tiempos modernos.En esa aurora vemos la emergencia de otro hombre que, 0 bien defor-ma brutal por no sabemos que gatillo del destino, 0 bien poco a pocogracias a una fructuosa maduracion, habria adquirido otra naturaleza.

    La idea de un corte preciso, de un umbral dentro de la evolucion,guia todos los discursos. Muchos autores, y no los menos importantes ,cuyas buena voluntad y gran audiencia no podemos negar, sepreguntanseriamente si ese 0aquel personaje (rey, consejero, guerrero 0prelado)fueron todavia un hombre de fa Edad Media 0 un hombre ya mo-dernoo' .

    2. Vemos buenos ejemplos de ello, en estos ultimos tiempos, con motivo de las con-memoracione s del de scubr imien to de Ame ri ca. Algunos au tores , 0 comentadores, 0 pe-r iodis tas , se p regunt an ser iamen te d6nde s it uar a Cri st oba l Col6n: i ,e ra a ca so un hombretodavfa de la Edad Media que s in embar go anunciaba ya una.er a nueva, 0bien era unhombre rnoderno, i nadap tado en su t iempo , que habr fa t en ido l a desgraci a de nace r de-mas iado pronto? Eso no son mas que fals os problemas y juegos pueriles ...

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    14 LAINVENCI6N DE LAEDAD MEDIAAdmitida esa idea de una vez por todas, la reputacion de esos tiem-pos sumergidos en la noche se degrada hasta 10 detestable. iComo noceder a las facilidades? Medieval ya no sirve solamente para desig-nar una epoca, para definir tanto bien como mal un contexto cronolo-gico, sino que, tomado decididamente como un calificativo que situa en

    una escala de valores, sirve tambien parajuzgar y, consiguientemente,para condenar: es un signo de arcaismo, de oscurantismo, de algo real-mente superado, objeto de desprecio 0 de indignacion virtuosa. Me-dieval puede ser y se ha convertido en una especie de injuria.Cada sociedad se inventa sus chivos expiatorios como un acto re-flejo para justificar los fracasos 0 las equivocaciones, y sobre todopara alimentar las animosidades. La historia dellenguaje politico, delas consignas y de los gritos de adhesion para atraer a las masas en lacalle y lanzarlas al asalto, 0 simplemente para movilizar las concien-cias, se halla consiguientemente jalonada de esos asombrosos tesorosde voeablos; la palabra, privada 0 vaciada de significado, se impone,virulenta ~omoun7iu!om.-aiismlJ;~.p'ar~7u~i{g-a~q[el({migiiy seiialarlo:pm:a I e : . ve_'!g_anzf!ublica: es una via apasionada, vulgar ~"iuerzaaeser ordinaria, con acusaciones a menudo ridiculas en suformulacion,pero que hacen su camino; De:los lobosrapaces-rji los iialidnos "delsiglo xttt'alds viboras lubricas de ios ;/Jviet~.4gay(!r, en tod~s lo-;'ni~'veles la gama es infinita. - < . "

    En las comunasde Italia, centros de civil izaciones bril lantes, en-sa/zados como abras anunciadoras del Renacimiento, los hombres delpartido vencedor, verdaderos tiranos, acusaban a sus adversarios redu-cidos al exilio y desposeidos de sus bienes, de todo tipo de crimenes, loscolmaban de palabras indecentes y, como ultimo asalto verbal, y el maspeligroso de todos, los denunciaban como enemigos del pueblo. Asipues, pertenecer alpartido derrotado era suficiente para verse cargadocon todos los vicios. En Florencia, por ejemplo, ciudad reconquistadapor los guelfos en J 267 y sometida a duras medidas de excepcion y aconstantes sospechas, no existia insulto mayor que el de gibelino, Esacostumbre se mantuvo durante generaciones y se seguia llamando gibe-linos a los hombres hostiles a los dirigentes del momento, aun cuandoese partido habia sido reducido a la nada desde hacfa mucho tiempo y10 basqueda de un solo gibelino capaz de reaccionar en toda la ciudadhabria sido en vano. Esa era yes todavia la ley del genera humano...

    Las costumbres politicas y los procedimientos de tribuna y de plu-ma han seguido siendo los mismos en el transcurso de los siglos, igual

    PR6LOGO 15.\ de virulenios e igual de ridiculos. En el tiempo de las guerras de reli-gion, de los terrores revolucionarios, del affaire Dreyfus ... los ata-ques se han ido simplemente desplazando a otros pianos. Ahora uti li-zamos otras palabras, lanzadas a menudo a diestro y siniestro sinmotivo real, de tal modo que los vocablos pierden una parte de su gra-vedad afuerza de ser prostituidos: fascistas, racistas y otros mu-chos; sin olvidar, en un curioso regreso alpasado, medieval.La palabra medieval, erigida en insulto corriente, mucho mas dis-creta, es cierto, que muchas otras y practicada mas bien en los circu-los selectos, procede del mismo proceso aproximativo. Se trata de unacondena sin beneficio de inventario, confortada ademds por la necesi-dad de enmendarse, de afirmarse uno mismo, virtuoso, por encima detoda critica. EI hombre contempordneo (;'0 moderno?) se siente

    poseedor de una superioridad evidente y, al mismo tiempo, de un dis-cernimiento suficiente para proferir censuras 0 alabanzas; tarea deexaltacion en la que se complace, incluso ignorando completamentelas realidades, y contentdndose simplemente con volver a uti lizar porsu cuenta antiguas consignas. Nuestros autores, en todos los camposde las letras, hab/an con gusto del hombre medieval como de un an-cestro riodel todo consumado, que alcanzo solamente un estadio inter-medio en esa evolucion que nos Ita llevado hacia los niveles mas altosde la inteligencia y del sentido moral en los que nos hallamos ahora.Esos mismos autores yen en ese hombre medieval un ser de una natu-raleza particular, como si fuera de otra raza. Ese hombre no es un ve-cino suyo, por 10 que 10 aplastan todavla con mas gusto.lustificados 0 no y no siempre exentos de segundas intenciones,proferidos lamayo ria de las veces a la ligera, esosjuicios han trazadosu camino deforma brillante y se han ganado un publico cada vez ma-yor. De tal modo que 10 que, al principio, no era sin duda mas que op-ciones de algunos autores, ha conquistado un consentimiento univer-sal, hasta tomar la forma de un lugar coman. Colmar el pasado cont{?f!.Q.!!>s"!.alf!.Y~fh:Qr[as-!..ey.~s!ir!.Q__4.{U![lg_j!!!:agenegra--;-pemiltesentirse !'!!4s.q~g!1s!o._7.!!1aseliz en 19 P 1 . : < ? P ! ( f . ~ P - Q r ; g ~ y ' - i j l T a . p ; , o j j j _ a T e ! : . . . . I ' -LA causa estd vista: 10 medieval da vergiienza, ..s . det~stabi~;.Y}Q..deudZw;;Wc(irta ~~~~y!!;lt~.P.arq"mu~hos:s 'todavfa mas. indignante. Noencontramos palabras nuevas suficientes para condenat:..es..as.tiemposde .5_:,'cerrados'alrogreso; esostiempos en losquedurasres-,tricciones--aplasuiban; no '10{Judamos-;-Zome]or'de'la n~turaleza huma-1 l l 7 q a j o u n a 'caiia de oscurantismo y de:super sti~ion.ei.'.Todo /0pequeiio,

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    1 6 LA INVENCI6N DE LA EDAD MEDIA1 0 mediocre, todo 1 0 que, en nuestra vida publica 0privada, no va masalia de to/pes balbuceos, todo 1 0 que rechaza las bondades mirificas delas novedades y no se prepara con entusiasmo para el horizonte del2000 es, por def inicion, medieval. Todo 1 0 que disgusta en las relacioneshumanas, en la gestion de la sociedad y en la manifestacion de los po-deres, todos esos abusos y esas antiguallas, todo eso es f eudal. Sin ha-blar, evidentemente, de las crueldades, de los dramas y de la violencia.

    De 10 lamentable a 10 ridiculo, cada uno de nosotros podria, leyendoperiodicos 0 novelas y escuchando la radio, crear una espe~ie def l?"~/e-gio, un be llo repertorio de sandeces. Quien quiere denunciar una tnjus-ticia, 0mas todavia una supersticion, escribe con gusto, para ex~ortar asus lectores a indignarse, que ya no estamos en la Edad Media, Esaformula figura en todos los libelos, en todos los informes de. acon~eci-mientos escandalosos. Se diria que estamos en la Edad Media, Olmosa menudo en los discursos. No hace mucho tiempo, un ministro acusabapublicamente a uno de sus conciudadanos, culpable de abuso y de prdc-t icas indignas, haciendo referencia naturalmente a esos t iempos oscurosde la Edad Media; eso se daba pOI' descontado. Mas recientemente, enPads y ante la Asamblea Nacional, un politico de c ierta importancia re-cordaba sin pestaiiear que los doctores de la Iglesia de Francia handiscutido durante siglos para averiguar si las mujeres tenian alma (serefer ia, naturalmente, a los t iempos medievales); ella provoco.los apla~-sos de sus amigos de partido, muy numerosos, s in que apareciera segut-damente ningun comentario 0 recti ficacion, en lo que, s in embargo, esosprofesionales se muestran generalmente como buenos exp~':tos; n? semavil izaron los adversarios para defender cierta verdad, III inmediata-mente ni un poco mas tarde en los periodicos de gran t irada.

    Lo importante no es, sin duda, meditar sobre la deshonestidad 0 ladistraccion del orador que descubria quizd, palabra a palabra, un tex-to preparado por algun subalterno: el hombre publico dice a menudo1 0 que sea e intenta sobre todo utilizar palabras suficientemente CO!l-tundentes para que sean luego noticia. Lo importante tampoco es acu-mular hechos y argumentos contra tal burrada; cualquier estudianteque hubiera leido y reflexionado un poco gritaria que eso es una men-tira. Lo que cuenta, en esos hechos diversos retenidos al azar, es laacogida que tienen: en cuanto se habla de la Edad Media, se p.u.edeproclamar impunemente cualquier disparate, can muchas probabi lida-des de encontrar ecos favorables .Para quien tienda al genera burlesco, la cosecha no seria peque-

    PR6LOGO

    iia: un periodico frances, que se tiene por una publicacion seria, ha-blaba de la EdadMedia de los ferrocarriles, y otro, que se precia de .estar bien informado, calificaba a Gengis Jan de asesino medieval ...

    Dentro del genero dramdtico tambien tenemos ejemplos: un co-rresponsal de prensa que informaba sobre las horribles matanzas enLibano y que descubria a cada paso nuevas senates de horror, jalona-ba su cronica con las mismas referencias: ... y nos hundimos todaviamas en la Edad Media ...,Los autores mas discretos, mas sagaces, no caen evidentemente entales nive les de infantilismo, sino que se mantienen decididamente cri-ticos; algunos caen en un genera que pretenden cientifico alineandolas mismas imdgenes,

    I. I "HAY QUE REHABILITAR LA EDAD MEDIA?

    No se trata en modo alguno de instruir un f also proceso y de tomarla defensa del acusado invocando algunos bel los trazos de civil izacion,algunos aspectos quizd desconocidos de la sociedad de entonces. Mu-chos buenos autores ya 10 han hecho, a decir verdad desde hace poco.tiempo, y siguen haciendolo deforma muy afortunada. La senora Per-noud, a traves de sus obras y de sus conferenc ias, describe claramentelas realidades sociales de esos tiempos medievales, citando sin cesartextos autenticos y obras de escritores y artistas. En otro registro, lasnovelas historicas de Zoe Oldenbourg me han aportado grandes pla-ceres de lectura nunca desmentidos; sus evocaciones de la vida seiio-rial, del trabajo de la tierra, de la guerra y de las cruzadas, atraen lasimpatla del lector y, por 10 que a mi se refiere, la adhesion del histo-riador. Tales libros, inspirados por un gran respeto a la verdad histo-rica, existen. Se han anunciado y recibido con simpatia; sus tesis no sehan discutido y ninguna de sus posturas se ha puesto en tela de juicio.Pero icon que resultados? iCuanto tiempo y cuantas obras de esa ca-Lidad har lan faLta para que Laopinion publica evolucionara fundamen-tal y verdaderamente y para que cesaran esas necedades?

    Los viajeros de verano y sus guias continuan apiiuindose ante nume-rosas obras maestras deL arte de ese pasado medieval, vestigios bienconservados, restaurados, 0 exhumados en algun caso de un semiolvido,y presentados deforma atrayente e inteligente . iEs eso sufic iente?

    En el fondo, nada cambia, 0 muy poco. Las ideas s6lidamente an-2.-HEF.RS

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    - .------------~===--~~-___,_.,,-~~ . . . . . . -- - ... . . . . . . . :,.;...,.~18 LA INVENCI6N DE LA EDAD MEDIAcladas y administradas permanecen inquebrantables, como vigoriza-das incluso por unfrescor nuevo. Admiramos la catedral g6tica 0, notan a menudo, algunos codices miniados, pero, parajuzgar la sociedaden su conjunto, nos armamos siempr_!!_Jle._laJn.is.lJ1fl__~E.uridadara po-ner en lapicota r a s f o r : . _ l 1 l _ q ~ 4 . ? . ~ r _ Y _ ~ f ! . R . . l ! l ! . ! _ C ! . r . _ q L u . 1 ] p " ' q ~ a . . 4 q J . ~ . C j f i Y J . q ~ t a n.~iilafco;wCi.do~-j(e;;aTamos con unaJ!1:imfifl_condesc.en4Le.!.llf!. ese tiempo< : C z e T i i S l a i i i p i / r a s deaceite-y~d;-l~ navf.89~dQtH! ve.[q!>.!] evocamos, re -JiiJJjj(ioiios-a-ese-;;Jioiijbr~~cre}~'Eda~ M edia ,.CQfld~c:iq~~s':~~'~~-'!..Cij!?;-:-.rivj_~~d(iY vida p4blica_realmen!f!.., insoportables PO! el solo heclio d!ser distiruas a las nuestras. ' ", --,._ ",,_- ,"-'"

    No cabe duda de que afirmar sistemdticamente 10 contrario pare-ceria tambien excesivo y art ificial. Mostrar una especie de nostalgiapor las epocas pasadas, por lasformas de vida de las que se nos esca-pan todavia tantos aspectos que permanecen confusos, equivaldria aaferrarse a ideas preconcebidas. Sin duda todo el mundo puede que-jarse de la edad contempordnea y sonar con delicias mas 0menos ima-ginarias, y todo el mundo puede preferir, por ejemplo en Paris, Notre-Dame al Centre Pompidou y aL forum des Hailes; La planta de unmonasterio cisterciense a los nuevos barrios de la City de Londres y aLo largo del Tdmesis; la Plaza del Campo en Siena a la del Louvre,donde brotan extraiias pirdmides. Todo es cuestion de gustos y el de-bate no puede situarse en ese nivel. '

    Lo importante no me parece elaborar, sobre tal 0 cual punto, unarehabilitacion de esa Edad Media, y tampoco evocar, por una elec-cion personal, una especie de edad de oro donde todo habria tenidootra cal idad humana en una sociedad mas serena. Se trata, en cambio,de afirmar que esa Edad Media, en realidarL ,!ge~i~!i6i. q'!.f!,IJ.p,e_s.YYJ:4~qu~UrlaiiOci6n abstraCiajoiJqC(liaprQP6s'liQ,PP! distintas comodidades- 'o--~awnes:al(l';iue"se-ha;plic_aclo asabiendas ese'tip;;'d? oprobio. Se'-ti~t-a~pu:es;de-buscar,para denunciarLos, los origenes y el mecanismode ese proceso, de esa verdadera impostura intelectual, responsabletanto de la creencia en un periodo especifico cal ificado como tal, comode esa mala imagen injustificada, rediseiiada con tanta ligereza ...como malas intenciones. Una fama que, de for'!}f} perfectamente gra-tuita, pesa_~~p~'~,nueve 0 diez slglos 'aenues-iro pasado tornado en blo-que, s { i - t discriminaci6ii hrmatices. ,.- 'La' visionde c o n } u n t o : retenida como una verdad cierta, fue fabri-cada al principio de forma deliberada, y luego fue alterada de forma

    PR6LOGO 19voluntaria a 10 largo del tiempo en distintas operaciones. Se trat6 devf!!..daderas _9..gmpqfiasdedenigracion con mecanismos bien ;:eguiados,vinculados a la coyuntura pol itico de los momentos en los que los hom-bres "de'poder; 0 pr6ximos a acceder al poder, pretendian abolir las in-justicias, losprivilegios, todas las marcas, en definitiva, de la barbariemedievaly feudal. Seguidamente, sus herede~~s y sus hombres 'de plu-rna n o han cl}~ado'de,rec'on$ic!~rai-Ias'mismas acusaciones, los mismosesquemas. Todoeso ha quedado. ' ,

    Finalmente, '~s m~y';ecesario recordar que toda comparacion en-tre civilizaciones alejadas en el tiempo es delicada si no imposible yque ]f ls_conc.e.J 2lQL 4:!L~/2[,Q ga:.H!J ~. d . f ! . . . calidad de vida.!!....de bondad(sin hablar de las libertades ...) siguen-~ii;;do ~~y. reT~iiv--;;s--:i.'de[domi-nloaelZi1iteratura jdcii? -AlI;:iiiar,-po-"ejempi~', q~~"i;;-;;dsa medievalcarecia de comodidades da que pensar. Todo es una cuestion de apre-ciacion y de costumbre. Ante la ausencia de agua corriente, ante losolores de humo, ante las habitaciones mal calentadas y mal ilumina-das, i,debemos preferir e/ aire de las ciudades, cargado de los gases delos automoviles; e/ ruido incesante de los motores; las carnes con hor-monas y los mariscos contaminados? Las facu/tades de adaptaci6n yde autosatisfaccion parecen infinitas,

    En esa via del andlisis de la idea misma de la Edad Media y de sucontenido, el discurso puede articularse en tres puntos:- Un replanteamiento de ese concepto mismo, de su caracter am-biguo e impreciso, de los abusos que de el hacemos con demasiada li-

    gereza; y eso, en particular, ante otra entidad abstracta tambien im-precisa y arbitraria, la del Renacimiento.

    - El examen del encarnizamiento en la condena de los tiemposfeudales, y de esa literatura, cuyos efectos todavia soportamos, que seha dedicado a presentar esa feudalidad bajo una apariencia completa-mentefalsa; una empresa de demolicion que alcanzaba y sobrepasabalos limi tes del ridiculo, pero que no obstante ha dejado rastros tenaces.

    - Finalmente, un analisis de algunos aspectos de sociedad 0 de ,civilizacion que esa /eyenda negra y las costumbres adquiridas pre-sentan todavia bajo aspectos horribles, pero sobre los que gran canti-dad de trabajos recientes aportan rectificaciones interesantes y sor-prendentes; un recuerdo, pues, de los trabajos que tienen el merito deapoyarse sobre algo 1nas solido que los fantasmas de autores anima-dos por una obsesion ideologica.

    1i

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    .._"' ..Desde entonces, el termino Edad Media quedo bien fijado, entre

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    28 SaBRE EL RIGOREDAD MEDIA Y RENACfMIENTO

    obligatoriamente en ellenguaje corriente, y las palabras se cargaron desentido: herenia del2.~_~~!D~jsJasjtalianos, y, tambien, accion deter-minada de 19....I:~.is~q_ti

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    2 . L A E O A D MEDIA, U N FANTASMAVIVO~D6Noe , CQMBNZAR1l;D6NOE ACAB AR'?. l,P od ernoscter realrnefjle en alga que no p edem Qs d ef\nrr conv e-

    I l lent~mente , que, sobre todo, l'IOpoael1los limitar en el dempe y en ele sp a c. lo l A l h ~b .l ar d ,eu ~ p~ r lo d .o>debem , o, sn ect eS " af iamenf e p r~pon e r f e -e ll a s ., c omo nu rn rn o mdwatl'vas. qu e marq ll en 5U i ni d' ci 'Y su final. E n esesentido, el nom~ r ~ que se ha dauo ilia E da d M e dia R ilte ce S ;in d ud ;a con-t e~ e ru .n a c er te za ; J a E d a d lY1'edia s e s iu la entre d os r lem po s f uc rt es . el deIQ S mundos antlguo,s y el de.la modemidad. qu e aJgunos identHIc,anC pn 1 0 q ue se ael:omin~Rsna~imiemo. I 'le a qu f una de fU li c :i 6n per-r:cl~llllen~ elWl, ImpIfCllamente:[econocid~ admiLida . .. pero 'qucn 'Oseu en e . e~ ~le e n e l, momentQ e n q ue c oin enz am os a p ro flln d:iz ar u n p'oeoY!1 'ex ll Il lma r l os h eeho s, Un s imp l e, rcGuerdo de algunas re.alkL1des.Jlis-t o n cas' ii1disctiLibles.Iu derriba todoo, en todo caso, iJ'Utg'dtlce tantas du-d as , t an ra s 'e)):eepCiotles; que el :!uemo'se deIl1!m'j)u it lit fUer:za ,La calda de R om e y'los b& rbaro.s

    i: .D 6 nd e d eb em o s s in ra r- l os l fm it es ? E n u ne xt re mo , n ac ti e 1 0 d u da -b t l; e n 18ca fda de l fmpcrio ron.w.nO 0 de s u c iv i t izaoioJl. P e r O ' . l .debemosh ab la rv en ;la dc rn rn en te d e . ca rd a. ? l. Pa ra q u6 e p oc a eliaetamenle?Cuan-!~mas p ree ls os son Ios,estudios,,:X cuantosmas flri!ilisis en prefund idadvienena c o :np l et lt r, la s l ee ton ,lS de ,s imp l es .a n a le ll , m ! i s~ e r lib uj a u n CUIl-or o eornplejo, una lmag~n amblgua, a_veces Inasequlble; y m(j s: se im-pone a) iniVestig:ador la id ea d e U n a e vo lu cto n I en ta , c on rrulhi] il les face-las; que.ningCin autor s e ri o s e ' a lr eve rf a hoy, a circu nsc rib ir d en tro d e u nl . iempocO 'ne!.e~o, 01 .a enGeI'!"ar enurta formula cualquiera, . ..

    LAl ' IDAD MEDIA, U N I'A NT AS MA V IV O 31

    IILHabll\mo~ de ,ia c;l.fd.a.,0' de In decapencia ! :I eRei na . I ne li .! sQ s up o-n ie nd o c fe rt e e on se rr so ' en 1 0 {ef~rente a l s ea ri do ' de l as p a la b r- as , l .( 6 11 )o

    debenros sltuar el fenorneno, y ddade busear sus raices? lAccaso, enelexterior, por 13 lIegada y el e.stable.c.i iniento delos barbaros, q ue c on s-liLuye.o,,;i,conleCil1)ienIOS co n dtmos distimos 'j c on f as es d is ce rd a nt essegun la s f

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    so supo-s, ~ c 6moISO , en ellO G cons-.ordarues1 ' > 1 ;"Aca-: - " s y 60-~. fa l ta deisrno.IosI 0 catas-ticmpo,

    'aci6n delposici6neaso, se-IJglo I 0 IIsta los si-os que sela hora d e,onte, han r eg ion es; ciudadeslMrbaros:van, lam-r cn egaban .sus ciuda-S, sus 010-'lIll._sinso-1 0 rnenos,ponsables'd ad M e-la q ue d e-oe ya unossitlos IV oI S u s c ri si sril~na 1 : 1 1 -IlTllinopla?

    31 3 2 f.'[)AD MEDIA Y RENACIM IENTOI,N a e sts rn os re le ga nd o la s c iv iliz ac io ne s c risn an as d e O rie nte a la c a-legorfa de sociedades marginales; 0 acaso no lasestamos ignorandoCO lnp le lnmen te ? E so s codes no se jusli,Ucan; LIe-van a ig no re r e l mante-n im i enl o .d e l a s i n st ir u ci ene s y de I a.n oo io n d e im p er io e n t or no a B iz an -c io ; t ic nd e n a b o rr ar I n r co fl ql ,l is ta , p o r p a rt e de losgenera1es de Jusri-n in n o, d e ' In c as i lolalidad de Italia, y _ d e la s prov incias l i to ra les de Espanay de Af r ic a , O cdden te se trsta de forma a i sl a da , p a ra de rep,enle redescu-brir en eI siglo Xl a lo s pa{sesbiz.ant41os Ya lo s que se ban convertidoenl1lusulmanes en ese lapsc de tiernpo; la hlsloria de Oriente se abcrdaenionces solamente como preludio de la o histocla de l a s c ruz a d as .

    JJ acia la era l~lod4ma y , lasmaiianas radlomesDefinir y situar el 11 0de los t iempos medievales YJa Uegada de

    In epocamoderna) a renacimienlo;planlean a sl mis rn o m uc ho s R r~ -blcrnas e igua1mente insolubles.Durante mucho tiempo, III historiaofi-c ia l se d er,~ li6 d e u na f orm e u ec is lv a, sin dejar ninguna d u da a ce rc a deIn rea lidad de un c on e , br us co ni acerca de la fccha d e es c COl'!!!. D u -rn nte lo s a oo s d e 1 93 0, e incluso tras fa s eg un da g ue rr a m un di al, 'l os e s-iudrosos Iranceses profundizaban en su coneeimlente de, l pasado te-n ie nd o s ie rn pr e p re se nt e u na g fa q cantidadde marcas oronolcgicas qu e. se juzgaban esencialcs e iildiseulibles, L as e dlro ria le s d lf un dla n e n la sc sc u el as p ri rn a ri as y , en , par l i. cula r. en el ultimo CUJSO de laeducaci6np rim ar ia , u n p e qu ef io des_plegllble, de c olo r v erd e s ab re u n p ap el re cio ,en el que se alineaban, de una forma sensata, entre doscientas y ires-a ie nt as f ec ha s d e I II hi st or ia d ~ F r an ci a y .comocomplemen to, de Ia his-toria universal. E I b ue n esrudiante s e a U me nll:1 _b ae esa s fe ch as e n s uv i d a d i ar ia , l e yl 5n do la s y r el ey en do la s, a pr en die nd ola s s in f all os , E n e seI'olleto. se destacaba, y me pa r~q_e recordar que en caracteres mas ne-grcs: 1 45 3, F in d e 1 8 gu err a d e I os C ie n A fia s,.lo ma d e Constarrtino-p in p ar lo s turcos, f in d e I II E na d Media. EI autor d e e se m emor an d umm') precisllba qu e reiaCli6n pensaba establecer entre los des primerosncaJ11 !)c imien t0sy el advenirniento de la Edad Moderna. En rode caso,nhora nO S p od em os p re gu nta r q ue imagen suge rl a, en lo s ninos al imen-I l idos COThescasas lecturas, un a dellnici6n tan Iapidaria: l.grandes des-II'J111res!Jas l a rg o s s ig l os de suef io? , l . deter rn inaci iSn brusca de sacudirsecl polvo. acumulado dpranle t a nt o t iempo ? , tuna I la m ad a tcm pr an a d elrlltmo radiante?

    L A E DA D M ED IA , U NF AN 'J lA SM A V IV O 3 3~ a escuela ae tual y a ne lnv lta a earg ar el e sp frilu de r e s a lu rnno s

    c?n I.ls~a~de feohas; eso equivaldrfa, se dice, a agobiarlos can referen-e r as i n ut il e s r a frenar al m i smo t ie rn p o sus Im pu ls es i nt el ec tu al es . S inembargo, la Ide.a de un ,.Q~ r le ~ r c c i so , f ij a do en el t le rn pe , s lg ue p re se n-te en gran ~antJdad de I l ls tonadores. , novelistas y enciclopedlstas. Ha-b lar del ~ nal de IIIBd ad Med ia . s iu la el scontectmiento.". Efe~tlvamen!e.ho! balladarncs-numerosos signos de esa Iidelidadir re fle xiv a a e so s h ah lto s I an s6Hdamente anelad os en ted o tip o d e 1 1 - -bros, man~ales y a r ti eu l os d e s tl n ad c s a p db lic os d iv er se s, Y , sin e m-barge, l ,qUIen e re e e n e lia s?

    lncluso en la praclica ~: ~aensefianza, l a P ec ha de 1453 se pone~o l ;l st a nl em~O l e en t e la de JU1CI0~, y .se,silstiluye p er otras fec has q ue seJ~~gan , ~egu~cada Ingar, ~s Sl!,>lHficati",as_ En el cursus frances, porejernplo: LU IS ~ , que ,mun6 en 1483, a veees preseqtado como unhombre ya con~c~en l ' edelsentido modemo del Bstado (rechazo de 10caballeresco, cl~ l smo y g us to p or Ininttiga) , sigue siendo un hombrede.la Edad , M:edllw y .su relno s e es tud i a gen er a lr n en te d ent ro del pede-do denominade medieval. La conr r ar ii e ci on , 0 como. rnlnimo el desa-.c~e~do, parecea (lagrantes, puesto que entre 1453 yJ:483 existe el es-paclO de-una generaclon. '

    . A lg un os m an u a le s i~sistcn, en ca mb ia, en Ia g ranap erurra q ue lasceleb re s ~ err~ s d e Halla provocaron en B r an ci a; e sa s g u er ra s, l ib r a-da s en lo s anos 14- 9 ?- 1. 500 s e no s ofrecen como grandes novedades, Sinemba rgo .~ s ~ , el ec c I6n cont ien e e?"ores y o l vi dos , p u e st o que presentare~"s expedlclOne~ de finales del siglo xv coma acenrecirnientos excep-elonales, como.grros en 1~Hi st o ri a, s u pon e hacer-caso omlso de todo 10ql:e l as p r ec ed e . , Su p on e' lg n or ar s ob e rb ia rn en te l os primeros estableci-m;~J110Sr.ansalpmos de l os p r fn ci pe s f ra n ce se s, d e sus.adrninistradoresa_rlls1as y hom.bres de letras, que se remontan mucho mas atras en e 1t I~mpo , a partir del de Carlos de Anjou, hermann de Luis rx en lo sanos?e J 260 . S'i consideramos que lss.aventuras de Italia y I~s inter-cambiosculturales que. de elias se derivaron marcaron, para Francia, e l

    3. 81 artesanode una cronolcgfa quo-seadjun(a a una vcrsl6h Ir ances ade una d~ l asnov. el "s de Srevensen recuerda de cse r nodo , para e l a i' io 1453, d iversos l ie chos es encin -les cntre l os eua le s seencuen tran l~ v ict ori a dc los franceses en C,,~tilloo y IIIrecoll!luis-13 de Bu rden s; ~ero ~rccisa inmediammcnle, dcnln:l de I n m a s pUflllmdi,,16n: ,iFin i le I nguer ra de los Cl en Anns y n n dl: la &lad Media, y ello en unapublicn

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    EOAD MEDIA Y REN1WIMffiNTO

    f in de una epoca, la de Ill .Edad Media, entonces debernos sltnar ese hilaa finales del siglo xm y no doscientos ailos mas tarde: eLinterValoesde,cuatro a cinco generaciones. Be ese mode podemos medi.r hasta qu epunro elena escuela de pensami'ento Sf. empenaba en datl:lr,esas ,nove-dades de Ilalia, adornadas con tantos meritos. en In,iRoea rnodema;hacerlas rementar a la Edad Media habrfa ebocado con demasiadasideas recibidas, con dernasiados apriorismos,

    En ese mismo eampe.delesrudio de los intercambios de civitiza-clones y de losdescubdmientos d e mu nd es nuevos. e l. afio 1 49 2 m e re -ceria evidentemente hacer mella y marear On gir0: en octubre de eseana. Cristobal Colon atracaba en las primeras Islas de Am6dca.Porctro lado, para qulenes qtiisieran a oualquierprecio justiflcar uncorte entre IaEdadMedia y laEdad Medema, no serfa ridlculo referir-se a las manifestaciones culturales , a las creaciones literarias y arlfsLi.-cas qu e son refle jode In civilizaclon. Pero l.cu

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    [ sp e ci e l is -l ei m ismotonanal! Y1.:,11105 estaro fll audi-os especf-In dcfiniti-lioS, de losf rccibidas,~nI0, 1Ilas

    'J la cate-tliciones deinspira di-

    eci samen t elueronco-, , .unciarse.ens discursosia; bien de-s Pisani sc'lien france-cidas 'J ad-r 10 rnoder -una defini-l or es e cono-contrario, 'f'So Una 'idealOS, su s p ro-lura' 0 vol-'0 estuvo .'de

    I (f ie v al , a rt e-III economlaPOf el desa-Iipr6stamospo~ 01bom-~lenle delse \[:llnba de

    35 1 6 EOAD ME.DI)~ Y RENAGJMIENTOun esquema rlgido: de un a simplieiqud IiUl . ravil , IO,S:l , ~ue sc inseribfadcntro de un malerialismo mu y de rneda que pnvllcgu\ba los raetoresccon6micos Y que, dosde distlnl{lS perspecllva s, t or ri ab a s u s lt io t ra n-quilamenie e n e l e on ci er to de las teorfas evolucionistas Y o tr as f < 1b ll l{ \! \pard estilo, ' 'La caza del umbral eqm6mico (del (ake off 0: despegueJ 81. segULmoSIl los autores ma.sc.onscientes del eJ(itode las palabras) fue, durante algu-n o s d e ce n io s y principal mente entre 1950 y 1970 , u n v e rd a de ro deponepracticadopor gran cantioa,d-de histori~d~res, porl? gener~1 bastante se-r los. Se rrataba evidentemente de delim!lar 10me)o[ posible ese adve-nimienlo del. capitalismo y, al,mismo ttempo, esc sur~i~ie~to) ese des-p eg ue d e 1 1.1c ti vi da d e co no rn ic a. {Que debate tan senor C1erlo numerode irabajos habian demoJ;trado que en distintas ciudad:ll de mercaderes,e n l ta ll a yen Alemanja, Y t amb le n en Londfes por eJeulp~o',IOS hom-bresde negocios no haMan esperado la Uegada del RenaclI1')lel110paracomenzar a pract icar comunmente dlst intas tecnrca~ de nalmn\eza yforma capit.a.lisUlS, y hac fan f ruc li f tcar su dinero de mi l form.as, Po r o~roIndo, se sabfa que I n acanomia de rnercado se hab'l 'a exlendldo amplia-mente e n Q c ci de nt e rnucho antes del slg lo x v; que habra penetrado enpro[llndidad en dislintos medios S0oiales.incluiilos los 'propietarios te-na(enlen~es que vivian de. la ex.ploI3ci.6nde sus uerras, r :es~eese mo-rn ea to p are cla d We il nagar In aparicion precoz de un cap~lallsn:o, aua-que Iuera solamenle de modo embrionario: eran praCllcas sm du.dalodav'fa tmperfecras, perc Y " eonstltulan form as de pensar y de gesuo-nar los negocios s61idamemc afumadas, - .'Algunos fabrlcaMes de doctr ines se ba n inventado el precapltahs-rno, perc su buena volun!ad no ha tenido el c:

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    3 8 I IDAUM.EP IA _YRBNACIM IWTO

    raza? 1{alJamD&al hombre uierli.oval a Gada p a so e! l g r an l 'I I1 ri le ro d e -d is -CUr-50S, peru dichos,o el q ue tengllia menor idea de J Q que realmenref ue : u na abstraccion, un a fortml de hahlBI, y nada mas . .. Ev iden lemen~te , nad lese < !l J" ie sg ru J a a e nunci ar una SoJllcaracteristi.ca.comtin annq~es 6 1~ s ea r ef er en te i I , . u n a -s pe cio (f or TIm d e v id a, v e~ tjm eri t~ , v iv ie rr da ,acrirudes mentales. y esplrituales). pa ra ge ne ra c iones ien al~JadaS lasunss de las orras, separadas pOF CienL1'lSde-aiios~ &to 10 sabe tode e1", lUnda perfeer~ente, p ero se olvida co n faciljdad: ,las palabras proce-den deellas rrusrnas, se acom odan a tode, yctillfvlln la nocj6n naturnl-I~enle f lc ti ci a d e (e ,q a dmed ia tornada como un con j! .mto , sin maHce~\8m acordarse de lase~oluci()nes. r'J'odavia se puede hablar Il"i.ucho didhombre rrredievalt . -

    Es~s facilidades de-escrl tura y esos rechazos : l l , h o a c , e t distinGfones.nos~ ae ep ia n sie mp re, R ac e ya e ie rtn tie mp oq ue : 1 0$ hist0,ril)dbres de ofi~CIO ha n tam ad o concien~ia de que es a Edad Media no se podla tons 1-derar como un todo J{ d, c queJamas m (h im !lte ve re nc ia h ac ia n ue str opasf!do eonsistfil en no eonfuud.i:i'lo todo de_ un a '{anna tan descarada, enno a b ar ea rl o \ "o do' cpn una sola m itada q ue no !tlv,ieIa en cuenta las d i-fereo_?ias y o~ginaIidades. E:s.ds.au\ore~ .han propuesto .rompf;f el b19-

    .que Groool6g1co y haNan de JIl all .a y de In . '0aja Edad Media con,en tr e . amba ,s , u na Ed ii dMed ja qu e s e. qu ie re c l6 s ic -a l) . Fete aquf se nos,p la men n lo s m ism os problelnas" a ur rq ue 5 6 10 0s ea p ar a .tij;'tr los Hrnjt~ ./ entre esos tre~ pcr(odqs de 01.!evac re ac I6 n . .

    De heche, el rigQ(\ Q e L 's ir ng iJ ;: se nt id o e omun, e xi ge n r ec ha za r losI 'ruuos, :1Mgelleralizac:ion~s y la s ambigiledade ,s , La Edad MeQia no! p ug de , e n n.'ingQl')easo, eoncehirse e en ro u na r ea ,L id a? L B sn es . una ver-I d ad q ue d eb e,tiam os rim er en cllenta'siempre y d~berf\lrr iOS imp.oner

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    hrnoreri-s,lIcvas lfrnite,bururie-ados en-sdia yins ta id ea ,~ n In in-ibramosieos hanestudios;que esosc image-menudo,n s s ig l oslOS. Po rnubnn laranos, deI acordesEstado ympo, los.sobreeleonoml-que, pormacla deis . I ns , e sa 1In in te r-que todoque mar-

    n 1941) derllllrgimf(lo, !m Ie .n -id o

    EDA}) MBDIA Y )U:NAC;I~UJ.lNTO

    ca el paso de un perfodo a OLrOtiene que ser de t ransioion. No se ira-ta solamente de palabras y de conceptcs s~n lmpertancia, sino de Inorientaclon delainvestlgaelcn.-o .inelusode la interpreJaci6n de losre-sultados. Las hip6tesis de trabajo pesan siernpre muche y muchos SOillos que se dedican ante redo a tlustrar III idea que prima mas que a lle-vara cabo una, lnvesugacion ne determinade tie antemano. Se I1 n dichoy e s cr no dc rn a s la de flue ell el sigla xv el mundo occidental s e h al \6conlrontado con serias incertidumbres, que la sociedsd ya noose senuas61ida sobre sus bases habituales. Se ha irnpuesto un cuadro de conjun-to; s610hac(u falta iluminarlo en sus-mas pequefios detalles. Preocupa-de s po r'C )uedarse en esa lfnea tacitameate admitida, muchos hislQTiado-res de buena fe han acorralado los slgnos de una evolucion dramdt lcaen las estructuras sooioeconemlcas, en las relaciones humanas, y en elreparto-de los poderes y la.sfortunas. Han exhurnado una gran caruidadde indicios mas.o rncnosctaros pew siemp~e interpretados en e'l rnismosentido. Esos tlernpos de transicion se caracterizaban inevlrablementepar trastomos notables denim 'Gelregimen de las propiedades y de lasexplotacienes, y, por 10tanto , cle las forrnas deenriquecimiento; lam-bien se caracterizaban porel desconcierto y, de un modo mds drnrnriti-co, por los conflic tos, los turnulros soclnles, los motines y las revolu-clones, Esos rnismos esquemas se aplkaban naturnlmente a otroscampos: divo,ciones y sentirnientos religiosos, reg las de vida, 0 expre-s io ne s c ul ta ra le s, T o do e ll c I le va ba a im~genes d e cnferrneead. de de-sequilibrios.

    dE l otoiio de fa Be/ad Media?l ,La crisis. las crisis?Las palabras no nacen simplernente por azar y siempre estrin carga-

    da s de Intenclenes. Nos imagine-mos .que hemcs sabido, desde slernpre,scoger vocables portadores de, imagenes, de mensajes mils 0 menosclararnente expresados pero, ala larga, lmparables.

    Calif icar de modern a ,hoy el l i lia, una edad que hacemos renton-[III" hasta 6 1 siglo xv r como' rnfnimo y que cerrsmos aproximadamenteIres sig lo s m as ta rd e n o es m as q ue u na -p ara co nv en cio n. L a s p ala bra s. c cargan de un color vago pero no correspond en a nada. Se tratabashnplemente de oponer una era de gran des progresos, de l'iberaci

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    42 EDAD MIillIA Y RENAC!M18NTohubo decadencla ... ni en las ciudades del sur de Alernania, cubiertasde oro, y t am p oc o e n H al ia , . .. DIms des gracias afectaren de una forma mas am~lia: las rnalascosechas, el bambre, y sobre rode las epidemias. En [as anos 1950-1960, la atencidn de los histeriadcres se eentro en las pestes, y en 'par-ti.tular en Ia de 1348-1%0, que tantosestragos canso entre la pobla-eion. Cada eual se dedic6 a proponer cifras de perdidas en vidashumanas en su pal's 0en su ciudad. Esagran peste negra, Yluego losrebrotes de peste, fueron catastrdfieos, ra l como tedos hemos escri toy seguimos pensando 00 sin razon: punciones demograflcas, angus-lias y melancoha, l11iserii!Spsicologicas, descsperacion Ymorbosidad,S'io embargo, nc r todo es ta n simple Y,COlrto mfnimo en u n pu nt a, lasccnclusiones deben mat izarse si no lnvertlrse puesto que la djvisi6nde las bereneias enriqueci6 evidentemente a los superyivienresvypuesto que In escasez de rrrano tie obra dispcnible hizo, en.cierta me-dlda, mejorar Ia condicion de los obreros tanto en las ciudades comoenel campo, Es o fleberfa evaluarse y medirse can mas detalle, No esfad!,

    Algunos aconreeimlentos e iniciatlvas espeotaculares desmientennetarnente III imagen de deeadencia 'I de depresicn, Hace ahora mas derreinta aii0s, algunos hlstoriadores mas preocupados por 10real que perlas teorfas, YV!}S Rerreuard, Armando Sapori y luego Federigo Melise n tr e o l ro s ", planteaban la verdadera pregunta y ponfan de relieve un acontradiceidn evidente: l ,c6mo imaginarse ese ruundo oecidental , parun lado afectadc porel letargo, pOJ: Ia desespenrci.on, vacfo de hombresy de eruuslasmo, incapaz de restablecer Una economla deconquista,que se refugiabat?n inversiones. friolenta,s, en una palabra esclerdtloo,'I, par otto Iado, seguir a e50$ mismos hombres lanzados al descubri-rnlento de rnundos lejanos hasta entonees perdides en brumas legendariasy luego a la sumlsion de vastos imperios, pronte poblados can sus co-lonos, bien exploiados y bien adrninistrados? Nunca se _ h a dado res-puesta a esta pregunra.

    Pero la cuestion estaba decklida de .anremano: deeadenela y crisis.[Se ha escrito tantlsimosobre las cri si s del siglo XIV, sobre las desgra-cias de ese tlempo apocaHpti:co, sabre los dramas de adaptaei6n, sabreIas bmscas rnutaciones can grandes consecuenclas y . mlis today r a, so-bre Ladas las formas de declive, de degradacionl No hsbla dudade quela humanidad, en Ocoidente , se hallaba entonces en plena depresi6n, 0,par ut ilizar un lenguaje mas oulto. en plena fase B, donde s610 cabta

    LA SOAD MeDIA. UN J'AN'fASMA VIVO 43

    enumerllr los frac,,"sosQ las regreslones'' AJ inyestigador a al conferen-clante les 'era irnposible escnpar a esas crisis, multiples, omnipresentes.monstruos de clen caras y responsables de todo. Cualquiera que 5eaventurara en esos riempos de oscaridad.se encootraba can las crisis aeada esquina.

    EIf1amfgero: iU/w dimisi6n?La

  • 5/9/2018 La invenci n de la Edad Media 1- Jacques Heers

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    feclameh,te g ra tu lr as q ue rompfan In arrncofa y~ 1;\nave lJ C)\LerarnphmY'fee arga b an lo s Yolumcnt:S'. L a s b ell w eSLal l lhil monumentales desapa-redan de las ~ad11 'ipas.ahol 'a l~~bajaOu:$ c o m o rcmblos cada vez ml'iscompl~los: aUo~ gab1ete~, dlvididos en IJ all)RSyl ~llC\~s;.esC0ndfhn Inr os a . No s h a n cnscfiado q ue t od oc llo c ar ec e- de .s lm p hc ld aa y demo-dest in: esas faehadas de las ig le sia s d el f la.mfgeco's61o tQnun p.reLexto;se op onen eon m ala fortuna a lasdel slglo XUl.muche m!1s estri~tas ymas rMerv ; {d a s; , y, ~Jn,eil lbargp. , se guardan gencralmente de decl! q uelas escn l IUrM de l as f a ch a da s d e l s ig lo lWI. dclartc g6liCO"Ciasico, esta-ban plnludas'de colores variados, hoy lay ados y n us e' nt e~ , a un q~ e H : a-viades de vez en cuando, En todocaso, par '~ una escuela de histotla-dores y de.estetas, ,e l post,ulndo no se d iscu te : u ri d eeo ra do d em aslad orico. a l es ti gd OJ . a1 1 . fue,rz.a u na p 0h rez a rea l d e inspiracion.iy po r 10 tantouna decade, { Ic i ,r ..E sa s Ierm aa d e jm ;g ar fue rea im pt:ic stas quita, durante los siglosxVlly xvm.pet lo s es te t :l s ,e IWitoriaElorc;s ingle,se,5 y Iraneeses qu e vefan,en ese an e de - finale dela Bd adM ,e di a. I n n e g ac i. O jl rnisrna de J65 ...a-iores'dc.sirnglieidad Y de slmet~fn. ta n e namor ad os e st ab nn e ne ss e p o -en del