9
La Historia del emperador Carlomagno como fuente de Cervantes* Carlos GUMPERT MELGOSA Universitá di Pisa La Historia del emperador Carlomagno y de los doce Pares de Francia Sevilla, Jacobo Cromberger. 1521) puede ser considerada como un ejem- ib claro de literatura popular, o como se ha llamado recientemente con nayor precisión. «literatura marginada» t, por ser quizá el representante nas conspicuo de uno de los subgéneros más representativos de esta par- :ela de la producción literaria en los siglos de oro y aun en los siguientes. e trata de aquél que agrupa una serie de obras que podemos denominar <relatos caballerescos breves», que, si bien diferenciados de los libros de :aballerias en cuanto a disposición estructural y también, posiblemente, recepción lectora, comparten sin embargo con ellos algunos rasgos temá- ticos y formales, de modo que se pueden situar a su lado como una suerte de hermanos menores, o bastardos, como quieren algunos, dado su ma- yoritario origen francés. La crítica, en todo caso, ha prestado escasa aten- cion tanto al grupo en como a sus relaciones con los libros de caba- llenas 2 El Carlomagno, como otras obras de su serie genérica (Oliveros de (‘asti- lliL Roberto el Diablo, llores)’ Bluncaflor] etc.) gozó de una extraordinaria * En marzo de t986 leimos en la Universidad Complutense nuestra memoria de licen- ciatura sobre el Carlomagno, reatizada bajo la dirección de don Francisco López Estrada: aquel mismo curso 85-86 asistimos a su curso monográfico de doctorado sobre el Quijote. Queremos unir hoy en nuestra contribución a su homenaje académico, estos dos últimos braz.,s del rio de su magisterio sobre nosotros, como muestra de agradecimiento y respeto. ¡ Cfr M. Cruz GARc(A DE ENThRRtA. Literaturas marginadas (Madrid: Playor, 1983). Va- rius de los aspectos sólo aludidos en este articulo han sido objeto de un análisis más porme- nonzado en nuestra memoria de licenciatura: las citas del Carlomagno pertenecen a la cdi- clon fijada atli por nosotros. Vid en cualquier caso el espléndido trabajo de E MÁRQuEz VuIANtjt:vá. «El sondable misterio de Nicolás de Piamonte» en Reíecciones de literatura me- ¿lleva! (Sevilla: Universidad, 1977). pp. 95-134. 2 Cfr E. CuRto HERRERO. Estructura de los libros españoles de caballerías en el siglo XVI (Madrid: FundaciónJuan March. 1976)y D. EISENBERG,Romanees of Chivalryin theSpanish Golden Age (Newark: Juan de la Cuesta, 1982). DICENDA. Cuadernos de Filología Hispánica. n/’ 7 - 73-SI. Edit. tJniv, Complut. Madrid, 1987

La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

La Historia del emperador Carlomagnocomofuentede Cervantes*

CarlosGUMPERTMELGOSAUniversitá di Pisa

La Historia del emperadorCarlomagnoy de los docePares de FranciaSevilla, JacoboCromberger.1521) puedeserconsideradacomo un ejem-ib claro de literatura popular,o como seha llamado recientementeconnayor precisión.«literatura marginada»t, por ser quizá el representantenas conspicuode uno de los subgénerosmás representativosde esta par-:elade la producciónliteraria en los siglos de oro y aunen los siguientes.

e trata de aquél que agrupa una serie de obras que podemos denominar<relatoscaballerescosbreves»,que,si bien diferenciadosde los libros de:aballeriasen cuanto a disposiciónestructuraly también,posiblemente,recepciónlectora,compartensin embargocon ellosalgunosrasgostemá-ticos y formales,de modoquesepuedensituar a su lado como unasuertede hermanosmenores,o bastardos,como quierenalgunos,dado su ma-yoritario origenfrancés.La crítica, en todo caso,ha prestadoescasaaten-cion tanto al grupo en sí como a sus relaciones con los libros de caba-llenas 2

El Carlomagno,como otras obras de su seriegenérica(Oliverosde (‘asti-lliL Robertoel Diablo, llores)’ Bluncaflor] etc.) gozó de una extraordinaria

* En marzode t986 leimos en la UniversidadComplutensenuestramemoriade licen-ciaturasobreel Carlomagno,reatizadabajo la dirección de don FranciscoLópez Estrada:aquelmismo curso85-86asistimosa su cursomonográficodedoctoradosobre el Quijote.Queremosunir hoy en nuestracontribucióna su homenajeacadémico,estos dos últimosbraz.,sdel rio de su magisteriosobrenosotros,comomuestrade agradecimientoy respeto.

¡ Cfr M. CruzGARc(A DE ENThRRtA. Literaturas marginadas(Madrid: Playor,1983).Va-rius delos aspectossólo aludidosen estearticulo hansido objetodeun análisismásporme-nonzadoen nuestramemoriadelicenciatura:las citas del Carlomagnopertenecena la cdi-clon fijada atli por nosotros.Vid en cualquiercasoel espléndidotrabajode E MÁRQuEzVuIANtjt:vá. «El sondablemisterio deNicolás dePiamonte»enReíeccionesdeliteratura me-¿lleva! (Sevilla: Universidad,1977). pp. 95-134.

2 Cfr E. CuRto HERRERO. Estructura de los libros españolesdecaballeríasen el siglo XVI(Madrid:FundaciónJuanMarch. 1976)yD. EISENBERG,Romaneesof Chivalryin theSpanishGoldenAge (Newark:Juande la Cuesta,1982).

DICENDA. CuadernosdeFilología Hispánica. n/’ 7 - 73-SI. Edit. tJniv, Complut.Madrid, 1987

Page 2: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

74 Carlos GumpertMe/gasa

popularidad, reimprimiéndoseininterrumpidamentehastanuestrosdías.tanto en la Península como en Sudamérica; a partir de 1728 también enversión portuguesa,así como en la versión dieciochesca en romancesde-bida a Juan José López, muy difundida en pliegos de cordel ~. Comoya he-mos aludido, la obra es una traducción, debida a un tal Nicolás del Pia-monte. del libro de Jean Baignon, Fierabras o La conquestedu grand royCharlemainedes Espaignes(Ginebra, 1478), especie de compilación enci-clopédica sobreel emperadorfranco, queen lo fundamentales una pro-sificaciónlibre del cantarde gestamedievaldel mismotitulo, queconstitu-ye la segundapartede la obra,a la que seañadendiversasnoticias sobrelos origenesy juventuddeCarlomagnoagrupadasen unaprimera parte,yuna refundiciónde sus aventurasen Españasacadasde forma indirectadel Pseudo-Turpín,queforma la terceray última parte. La versión españolaconstituye un jalón más, tardío. de la popularidad y difusión en las litera-turas europeas medievales de la gesta de Fierabrás ~.

El traductor español se mantiene en general fiel a su fuente francesa, sibien rehace a su manera varios episodios y con mayor voluntad literariaprocura elevar en la medida de sus modestasposibilidades su tonopedestre. Lo más interesante en este sentido sin embargo, es la serie decambios introducidosen uno de los principalesmotivos temáticosde lagesta,el dela conversión.La segunday principal partede la obra relatalaguerraentreel emperadorCarlomagnoy el almiranteBalán.dispuesta,anuestro entender, en tres núcleos narrativos. El primero se centra en el fa-moso combate entre Oliveros y Fierabrás,contendientesquederrochanapartes iguales fiereza y caballerosidad y en el que el cristiano lleva la peorparte, en desventaja ante su adversarioqueusaa su favor el ungúlentoconel que fue embalsamado Cristo, que tenía el mágico poder decurarinstan-táneamentedesusheridasa quien lo ingería; finalmenteOliveros,a fuerzade fe y de oraciones,consigue,tras arrebatarleel bálsamo,derrotara suenemigo.El segundonúcleo relata las aventurasde los doce Paresen elcampamentode Balán refugiadosen unatorredonderesistenelasediodelas tropas turcas, ayudados por la hija del almirante, la princesa Floripes,enamorada de Gui de Borgoña. El tercer núcleo presenta la expedición delejército franco para rescatar a los Pares en dos fases sucesivas: la sangrien-ta toma del paso del puente de Mantrible, defendido por el gigante Gala-fre, y la batalla final con la derrota de los turcos y la ejecución del almiran-te, al negarse éste a la conversión.

De la índole de las modificacionesintroducidaspor el autorespañolrespectoal temadela conversión,se desprendequeéstelo afrontaconuna

Hemospodidolocalizarmásde 120 ediciones,12 de ellas eneí siglo XVt. Sobrela ver-sión en romances,vid, E? AcunAR PtÑAL. Romanceropopular delsigloXVIII (Madrid: CSIC.CRiN? n.0 27. 1972), n/’ 12-19y 21-27.

Vid. M. de RIQtJER,Los CantaresdeGestafranceses(Madrid:Gredos,1952). Pp. 241-243.

Page 3: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

La Historia del emperadorCarlomagnocomofitente... 75

mentalidadya modernao en todo casointelectualmenteproblematizadafrente a la ingenuidaddel tratamientomedievalanterior Estanuevaacti-tud, sin dudaunode los aspectosquedotandemayor interésa la modestapieza,puedeserplausiblementeexplicadaporla adscripciónde suautoraloscírculosconversos~. En todocaso,estecambiodevisión comportaalte-ractones en la caracterizacióntipológica tradicional delos personajes.Deeste modo, el gigante Fierabrás, convertido por la fuerza de las armas,nose limita acambiarcasiautomáticamentedebando la fortaleza de su bra-zo, sino que se debatedesgarradoentreel amorfilial a supadrey la fideli-daddebidaa su nuevafe; el almirante,por suparte,queen generalrespon-de al tipo del jefe sarracenocruely despiadado,se muestraal final comoun hombreíntegro y fiel hastala muerte a suscreencias,capazde argu-mentarimpecablementequela conversiónporla fuerzava en contrade lamoralcristiana(cap. 57); Floripes es.delos tres,el personajeque se man-tienede forma másclaraen estesentidoen los límites de su tipo tradicio-nalde hembrasarracenaardientee hiperactiva,traidoraporamora sufe ya supueblo,perotambiénen su bocaapareceen variosmomentosla con-vicción de la índoleinternadel procesode conversión(capítulos39 y 57).

No podemosextendemosmás en estas notas,que sólo quieren serintroductoriasal temaquenosocupa,puessi bienel Carlomagnono sobre-pasólos límites de la literaturapopular,tuvo ciertarepercusiónen la lla-madaliteraturaculta de la manode dosautorescomoCervantesy Calde-rón,queseinteresaronporlaobritade diferentemodoy condistintainten-eton,peroambosestimuladosprobablementeporsu enormepopularidad.Calderón se basó en la materia de la parte central para su comedia LapuentedeMantible ~refundiendolibrementeel asuntoen unapieza a me-dio caminoentrela comediadecapay espada,paralo queadaptaingenio-samentepersonajesy situacionesa las convencionesdel género,y la trage-dia, aunqueéstafinalmenteno se consume,desentendiéndosede la pro-blemáticareligiosade su fuente.

En lo querespectaalaprovechamientocervantinodela novelita,objetocentralde estasnotas,hemosdepartirdel hechode quesi bien en el Quúo-te se parodiannumerososmotivosy episodiosde los libros de caballeríassiguiendoel propósitoexplícitodela composiciónde la obra Lesen cam-bio excepcionalel recursoa los que hemosllamado relatoscaballerescosbreves.Se reduceéste,si no nos equivocamos,al empleo del nombrede

Vid. MárquezViltanueva,art. eit., pp. 132-133.6 Incluida en la Primera Panede Comediasde don Pedro Calderón de la Barca (Madrid:

Maria deQuiñones.1636),folios. 124 r-148y. gr la cd. faesimilar(Londres:Gregg-Támesis,1973).

Vid, M. deRíouHt.«Cervantesy la caballeresca»,en SumaCervantina,cd.Avalle-Arcey Riley (Londres:Támesis.1973).pp. 287-292.Lascitas del Quijote serefierena la edicióndeAvalle-Arce (Madrid.Alhambra, 1979).

Page 4: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

76 CarlosCumpertMelgosa

una infantaque apareceen el ClamadesyClarmonda(Burgos. 1521) paradesignarun reino apócrifo (1, 10, p. 150) si bien se trataposiblementedeunaerrata,puestoqueenla segundaedición sesustituyeporun nombresi-milar quecorrespondea un reinoquesí apareceen elAmadísdeGaula, y ala inclusión en sendasrelacionesde caballerosquehacedon Quijote delTablante(Toledo, 1513) y de Pierresde Provenza,protagonistadel relatodel mismotítulo, Tablanteyiofre(Burgos. 1519) (1, 16. p. 199y 1,49. p. 584.respectivamente).Asimismo,correspondecharaquíel irónico elogio porpartedel narradordel detallismodescriptivodel génerocaballeresco(1. 16.p. 199) ejemplificadoporel Tablantey el Enrique,fideOliva (Sevilla. 1498).Por otro lado,en el episodiode Clavileño.la dueñaDolorida afirma queelcaballode maderapertenecióa Pierresde Provenza(II, 40,p. 340),perodehechoen esterelatono aparece,sino en ClamadesyClarmonda,aunquelafuentemásprobableseala traducciónitaliana(1557)de la novelacaballe-rescafrancesaValentin et Urson (1498), segúnanotaAvalle-Arce.

Exceptoesteúltimo episodio,de origen inseguropor lo demás,el restode las referenciasrecogidasmuestranclaramentela irrelevanteincidenciade los relatoscaballerescosbrevesen el Quijote. En contrasteconello, lashuellasdel Carlomagnoson muchomásampliasy habríaquepreguntarsela razón,puestoquesi bien no podemosestarsegurosde queCervantes.yconél el públicoen la época.separaraconlaclaridadcon quelo hacemoshoy los libros de caballeríasde los relatoscaballerescosbreves,parececla-ro quesu interéssecentrabaen las obrasmayores,a juzgartanto de lo ex-puestocomo del hechodeque en los parlamentosde tono másteórico so-breestacuestióninsertosen la novela,seatiendasolatnentea los libros decaballerías(así,porejemploen el famosoescrutiniode la librería,en 1. 6).Con todo, el problemano puedeserdilucidadocon rigor, mientrasno seconozcamejor la recepcióndel génerocaballerescoen susdosvertientes,asícomo las relacionesentreambas ~.

Los motivosparala atenciónespecialqueCervantesprestóa un relatocaballerescobrevecomoes elCarlomagnoparecenvarios.En primerlugar.suadscripcióna la materiacarolingia,unade lasprincipalesvetasde la li-teraturacaballerescay por tanto,de amplia presenciaen el Quijote desdediversasfuentes(romances,épicaitaliana, libros decaballerías),facilitabasu inclusióndentrodcl conjunto,en contrasteconel aislamientotemáticodela mayoríade los otros relatoscaballerescosbreves.dela mismamane-ra que fue probablementeun factorcoadyuvantea la inmensapopulari-

Vid, las tesisdeM. CuEvALIER. Sur/epubliqueda romandeelievalerie(1968),trad. esp.enLecturay lectoresen la Españadelsiglo XVIy XVII (Madrid: lurner. 1977)y D. EtSENnERG.«WhoreadtheRomancesof Chivalry?».enKRQ,20(1973),recogidoenla ob,cit., pp. 89-119.y las opinionescontrapuestasde M. de RtQtJFPen el art,cit. en la nota anterior.pp 285-6yK. WHINNOM, «The problem of the Best-Sellerin SpanishGolden-AgeLiterature»enBItS,57. 1980. pp. 189-98.especialmente,p. 195.

Page 5: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

La Historíadel emperadorCarlomagnocomo¡uerne... 77

dadquelogró,queenlazabaconla constantepresenciaen siglos anterio-resde la materiacarolingiaenla literaturaespañola.Estapopularidad,porotra lado,justifica quealgunosde sus personajeso motivos se hicieranprototipicosde otrastantasconstantescaballerescas(así,Galafreo Fiera-bráscomogiganteso el bálsamocomobrebajemágico)demodoqueresul-ta comprensiblequeCervantesen su repasoparódicode las convencionesdel género al que atacaba,escogieraprecisamenteel bálsamo paraburlarsedel tópico de las curacionesmilagrosas.

No fue únicamenteun interésparódico,sin embargo,lo que atrajo anuestroentenderla atenciónde Cervanteshacia el Carlomagno.La pecu-liar actitud de problematizarunaliteratura aparentementeinocuano de-bió de pasardesapercibidaa su sensibilidadlectora, y así, como ha de-mostradoMárquezVillanueva ~. el personajede Floripesdebeponerseenrelacióncon la Zoraidade la historiadel cautivo,ensartándoseambasenuna trayectoria de progresivaproblematizacióndel tipo de la hembrasarracena,quearrancandodel escasodesarrolloqueteníaenla épica fran-cesa,adquiereun primer gradode problematicídadconPiamonte.vincu-lada a la cuestiónde los conversos,y finalmentese transformacon Cer-vantesen materianovelísticamoderna.

Porotro lado,el carlomagno incidía de forma ejemplaren uno de losaspectosque los moralistasdel XVI criticabanen los libros de caballerías:supretensiónde veracidad,basadadeun ladoen el recursoa lo que sehallamado la «pseudohistoricidad»y de otro en el empleoen los títulos detérminos«graves»,como «crónica»o «historia»,en lo quecoincidíanconotrasobrasdecarácterrigurosamentehistórico,de modoqueseacrecenta-ba unaconfusiónya grandedebidaa lacredulidadconqueeranrecibidos.Con todo, en muchoscasosresultabaclaro,al menosparapartede los lec-tores.que la narracióneraapócrifa,peroen otrasobras,coíno es el casodel Carlomagno,el problemasecomplicabaal mezcíarsepersonajesy he-chos rigurosamentehistóricoscon otros ficticios en un conjuntonarrativode carácter novelesco t~, Cervantes.por su parte,que en varios momentosde su novela satiriza la supuesta veracidad de los libros de caballerías (así,por ejemplo. 1, 32, p. 394), demuestra irónicamente el profundo conoci-miento que tenía de todos estos problemas cuando en 1.49 (Pp. 580-86) ha-ce respondera don Quijote con una relación de caballeros,cuyaverídicaexistencia asegura, a los reproches del canónigo por creer en las patrañasdel género.En estaenumeraciónse incluyencomo reflejo de la confusiónentrelo real y lo ficticio quedenunciabanlos moralistas,tantocaballerosliterarios y fingidos como Pierres de Provenza o Guarino Mezquino. como

Vid E. MÁRQUEZ V¡t.LANtJEvÁ, «Leandra. Zoraiday sus fuentesfranco-italianas»,enPersona/as y remas deQu~jore (Madrid: Taurus. 1975). pp. 77-146.

Vid A esterespecto.Riquer.art,cit., Pp. 275-6.y Eisenberg.«The pseudo-historicityofthe Romancesof Chivahy»,en QL4, 45-4~(1975). recogidoen la ob, cii.. pp. 1 17-t31.

Page 6: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

78 (‘arlos GumpertMe/gasa

otros de existencia histórica real como Juan de Merlo o Suero de Quiño-nes, junto a algunos situados a medio camino entre la historicidad y la le-yenda, como el Cid o los doce Pares. Pues bien, esta relación se abre preci-samente con personajes y hechos del Carlomagno:Floripes.Gui de Borgo-ña. Fierabrás, el puente de Mantible. todo ello situado «en el tiempo deCarlomagno» (p. 583). Don Quijote, con gran habilidad dialéctica, que ha-ce buena una vez más su caracterización como «entreverado loco» (II. 18,p. 161) precisa la vinculación de los apócrifos personajes con el emperadorfranco, quien parece otorgarles carta de veracidad. Burla cervantina de lacredulidadde supersonaje,por supuesto,perotambiénexactaconcienetade los términos del problema.

El motivo principal, entodo caso,quedel CarlomagnoextraeCervantespara aplicar el fino escalpelo de suironía, es el del bálsamode Fierabráscomo representante de las curaciones milagrosas, tan frecuentes en los li-bros de caballerías ti Pese a este carácter vicario, resulta curioso compro-bar que el bálsamo, a pesar de su aparentemente respetable origen asocia-do a la figura de Jesucristo,despiertetan escasaconsideración,no ya enCervantes, sino en el propio Nicolás de Piamonte, quien por otro lado ma-nifiesta una especial insistencia en el tema de las reliquias en su obra, enparteheredadade la tradición,en parteincrementadapiadosamentepor élmismo, pero que, sin embargo, hace que Oliveros se refiera al mágico 11-quido como «brebaje»y lo aaojeal río sin máscontemplaciones,castco-mo obra de hechicería,considerandoindigno de la moral caballeresca elrecurso a tales artimañas (capítulo 23). Probablemente, la gran difusión dela gesta desde sus orígenes había desgastado de tal forma el motivo, que nia principios del XVI, ni por supuestoen el siglo siguiente,había quientomaraen consideraciónsu origen divino.

Aunque el bálsamo aparezca también en otros lugares de la novela, laparodia cervantina se dispone fundamentalmente, a nuestro entender, entres momentosdiversosa lo largo de la Primeraparte.El primerosesitúaen el capítulo 10. cuando, tras la aventura del vizcaíno, al intentar Sanchocurarunaheridaa suamoconun pocode «unglientoblanco»,éste,quizáestimulado por el término usado por su escudero, lamenta no tener consi-go el bálsamo de Fierabrás. Sancho se interesaporel producto,lógicamen-te, y el caballeroejemplifica susvirtudesen un parlamentoquede pasolesirve a Cervantes para ironizar sobre los sobrehumanos golpes de espadade los libros de caballenas:

cuandovieresqueen algunabatalla me hanpartido por mediodel cuerno(como muchasvecessuele acontecer)bonitamentela partedel cuerpo que

Sobrelas curacionesy eí bálsamo.vid R. SC:H¡AF¡No, «La medicinaen los libros decaballeríaandante»en Publicacionesde/a CátedradeHistoria dela medicina, tomo Vi. fasei-culo, tu (BuenosAires. 1943). pp. 225-244,aunqueno parececonocerel Carlomagnodepri-meramano.

Page 7: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

La Historia del emperadorCarlomagnocomofrente>. 79

hubierecaidoen el sueto,y conmuchasotileza,antesquela sangreseyele, lapondrássobrela otra mitad quequedareen la silla, adviniendodeencajalloigualmentey al justo. Luegome darásabebersólo dos tragosdel bálsamoquehe dicho, y verásmequedarmássanoqueunamanzana(p. 148).

Las instruccionesno puedenresultarmásirónicas, con la advertenciapara estar atento a la exactacolocaciónde las dos partesdel torso seccio-nadoo la campechanacomparaciónfinal. El procesodesvalorizadorcon-tinúa porqueSancho,entusiasmadocon el bálsamoy meditandocodicio-samentesobresusposibilidadescomerciales,no sin expresarsupreocupa-ción por el probablecoste.renunciaa cualquier pagopor sus servicios,incluida la ínsula,a cambiodela receta.Ahora la ironía no vienedadaporel exceso de detallismo, sino que el legendario brebaje queda rebajado yridiculizado por el pragmatismo de Sancho, de acuerdo a la típica técnicacervantinade hacercolisionarel fabulosomundocaballerescocon el coti-diano.

En un segundo momento Cervantes recurre a la parodia linguisticacuandoen el capítulo17 de la misma Primera Parte, tras la paliza que amoy criado reciben de los yangUeses. éste pide a áquel «dos tragos de aquellabebida del feo Blas» (p. 189), en un ejemplo de lo que A. Alonso llamó las«prevancacionesidiomáticas»del escudero.

El proceso satirizador culmina en el capítulo 17 cuando, después de lavisita nocturna de Maritormes a la cámara que la pareja protagonista com-parte con el arriero y la consabida paliza que ambos reciben, don Quijotese pone al fin a la tarea de fabricar el bálsamo. La técnica paródica es alprincipio la misma del capítulo 10, pueslos materialesconlos que.segúnel caballero,se fabrica el maravilloso bálsamoresultansertan prosaicoscomoel aceite,el vino, la sal y el romero,convenientementemezcladosen-tre rezosy bendiciones.Si sepiensaque los lectoresde la épocaconocíanperfectamenteel supuestoorigendivino del preparado,dado la populari-daddel (‘arlomagno,seentenderámejorlo ridículo delos ingredientesy dela elaboración.PeroCervantes,dandootravueltade tuerca,arremetecon-tra los tan cacareadosefectosdel bálsamo,que en la peculiarconfeccióndedon Quijote resultaserun poderosísimopurgante,quesi al magrocaba-llero no le provoca más quevómitos y sudor,tras de lo cual acabarepo-niéndose,debidoal rato que duermey no a otra cosa,aunqueél. por su-puesto.lo atribuya al preparado,pone por el contrario en seriosaprietosintestinalesa su rollizo escudero,que quedamás molido y quebrantadoque antes, en irónico contrastecon los milagrososefectosesperados.Laparodiaseverificaasíen dossucesivasy progresivamentedegradantesaso-ciacionesdel bálsamo,con lo vulgar, primero, y con lo escatológico,des-pués.

De entrelosprincipaleseditoresy comentaristasdel Quijote, si btencasítodos incluyen en su anotación al menos los datos editoriales delCarlomagno, y algún breve comentario,en general sobreel episodio del

Page 8: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

80 Carías GumpertMelgosa

bálsamo, pero también acerca de su popularidad,personajes,etc, el quemejor demuestra conocer la obrita, como en general la literaturacaballeresca, es Diego Clemencin t2 quien no sólo le dedica numerosasnotas en particular con eruditos comentarioslingílísticos, históricosyliterarios,sino queconsiderándolaplenamentecomo libro decaballerías,incluye muchosde sus personajesy episodiosen las notasgeneralesdelostópicosdelgéneroqueinsertaencorrelatoalassituacionesparódicasde lanovela cervantina.Su excelenteconocimientode la novelita y su extremamtnucíosídadle llevan a identificar los queél creeotros posiblesinflujosdirectos del Carlomagnoen el Qu4jote, quizáconcierto excesode celo. Así.la frase «(...) elapretarbienla espada y el cubrirse bien de su rodela (...) fuetodo uno» <1,8. p. 136). él la creeinspiradapor la del capítulo55 delCarlo-magno(aunquecite el 51, y en generalla numeraciónde la ediciónqueuti-liza no se correspondaa la nuestra):«E diziendoestoy otras cosasmu-chas,se cubrió delescudoy apretóla espadaen el puño».Porotro lado,enel capitulo 18 de la mismaParte,la figura imaginadapor el caballerodelgiganteBrandarbarán,armadode uncuerode serpiente(p.217) piensaseareflejo del giganteGalafre.que se presentaefectivamenteataviadoen elcapítulo 49 con un «cuerode la serpiente(...) muchomás duro que lasarmas».En estemismocapítulo,el reto acombatesingularquedon Quijo-te lanzaa Alifanfarón (p. 220) le recuerdalos similaresde Fierabrása losParesen el capítulo 12 (8 paraél) y de Brulantey Balán al propioCarlo-magno,en loscapítulos54 y 55 respectivamente(51 y 52 segúnClemenein).Porúltimo, en el capitulo 50, una vez másen la PrimeraParte,cuandodonQuijote. discutiendocon el canónigoesbozala trama ideal de la vida delcaballero, al relatar la llegada de éste a un castillo, afirma que se le hacesentar«sobreunasilla demarfil» (p.588),a Clemencínle pareceunahue-lla de lasilla de marfil deFloripes queapareceen el capítulo30 del Carlo-magno(27. paraél).

En realidad,ninguno de estassupuestasinfluenciases segura.En loscasosde los capitulos8 y 50, se trata por un lado de unaposicióndedefen-sa tan común al caballero,queno resultaoportunobuscarleuna fuenteconcreta,y. porotro, el motivo de la silla de marfil y en generaldel lujo delos castillos,estambiénun tópico del género,comoel mismoCervantesdaa entenderal incluirlo en su esquemaargumentalideal. Respectoal casodel gigantecon la piel de serpiente,la filiación parecemásconvincente.pero el mismoClemencin,ademásde recordarla imagen subyacentedeHérculescubiertocon la piel del leónde Nemea,cita el OrlandoFurioso deAriosto (XIV, 118) dondeapareceun personajeataviadocon unapiel dedragón,motivo quetambiénapareceen el Innamoratode Boiardo (II, 8):ademásRodríguezMarín cita ennotaal mismopasajeal caballeroBarba-

Madrid, D. E. Aguado, 1833-39,

Page 9: La Historia del emperador Carlomagno comofuente de Cervantes*

La Historiadel emperadorCarlomagnocomofuente.. SI

rán,del Florisel de Niquca(III. capítulo77), quellevabala piel de la bestiaCavalón a la princesa Diana 3 Del reto a combate singular del mismocapítulo 18, puede decirse lo mismo que de la silla de marfil o de la posi-cíon de combate aludida, sc trata de tópicos tan generales que es casiimposible precisarla fuenteexacta.

‘~ Vid. La edición deRodriguezMann(Madrid: Atlas. 1947-49).volumen.it, pp. 36-37.ytambién,por el contrario,la Edit. de Cortejón(Madrid: Victoriano Suárez,1905-10),volu-men, III. p. 344) y nota.