La Construcción de Sociedades Armónicas

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Historia del Submari Lila

Citation preview

Medalasensacinque, cuandoreflexionosolooengruposobrequsociedadqueremosconstruir;sobrequciudadanosyciudadanasqueremosqueconformennuestrasociedadfutura;inevitablemente, maquinalmente en el sentido queGurdjieff (1869 1949)le dara a estetrmino, me viene a la mente la frase, tantas veces dicha, de que los nios y las nias son nuestrofuturo !sta misma pregunta, "qu sociedad queremos para nuestros hi#os e hi#as$, nos ha llevado alas personas que conformamos la %ooperativa educativa Submar Lila, a dedicar, desde el ao &''(,esfuer)os ingentesame#orar nuestrosistemaescolar, aafinar nuestros mtodos educativos; e,incluso, a replantearnos, en general, aquello que entendemos por educacin%uando pienso en la infancia, y si es en la primear infancia a*n m+s, siempre me vienen im+genesvinculadas con la fragilidad ,i me acerco a un recin nacido, o a un beb de meses, la delicade)a,la suavidad, el cuidado, son elementos que, seguro, tengo bien presentes Maturana (1928) planteaque, porsuerte, ennuestrassociedades, enlarelacinmaterno-infantil todavaconservamosyprotegemosesos valores yactitudes quel llamamatrsticosyque, estaranvinculados, enparticular, con el concepto de ternura que tan bien ha mane#ado !of "arballo (19#$ 1994); o conel de sostn que tan extensamente ha detallado %& 'innicott (1896 19(1) o, en general, con todoaquello relacionado con la funcin madre) que tendra como e#e central el amor al otro, siendo eseotro el nio, desplegada en una relacin madre ni*odel tipo yo-t*, que tan bien defini Martn+uber (18(8 196$)en contraposicin al tipo de relacin yo-ob#eto .ues bien, no hay duda quetoda esa ternura, en algunos casos, somos capaces de dirigirla a atender esa necesidad de extender el*tero materno un tiempo m+s; un tiempo m+s o menos largo; un tiempo que abarca,aproximadamente y en el me#or de los casos, otros / meses0 tiempo-espacio-relaciones necesariospara que el recin nacido vaya co-construyendo su primera membrana,la fsica o corporal 1nanecesidad animal, por ser los humanos los mamferos que nacemos m+s inmaduros, la creacin deese *tero extendido, que, a veces, nos permitimos sentir y satisfacer; la construccin de una suertede nidos que no slo atienden las necesidades biolgicas de nuestros pequeos, sino todas aquellasvinculadas con la funci,n madre0 seguridad, confian)a, sostn, libertad, lmites, ternura y amor ,i uno puede coger en bra)os a un beb de meses; si uno tiene la inmensa ventura de vivir de cercaesa posibilidad, entonces, sabe que, coger a un beb es, ante todo, un e#ercicio de sumo cuidado, degran atencin, de profunda presencia !n nuestro inconsciente m+s ntimo sabemos que ese ser quetenemos en bra)os es especialmente fr+gil y, por miedo a que se nos rompa una rotura que no debeser necesariamentefsica,sino quebasta con queseaemocional, extremamos nuestro cuidado,evitamos distracciones y aumentamos nuestra atencin plena 2o que nos pasa, salvando las obviasdistancias, es algo parecido a lo que nos podra pasar si, en casa a#ena, nos encargaran la limpie)ade una porcelana finsima y delicada con un alto valor sentimental para sus propietarios !l esmeroque le pondramos a la tarea, el cuidado y la atencin, la lentitud de nuestros movimientos, podranserequivalentesalosquedesplegamoscuandopodemostenerel lu#odeacunaraunbebennuestros bra)os !s decir, en nuestro inconsciente, de alguna manera, los bebes y nios pequeos, seaseme#an a pequeas figuritas de porcelana o cristal; delicados, fr+giles, sutiles3 lo largo de la infancia, esa pequea figura de fino cristal que ha recibido todo nuestro amor, todonuestro cuidado, toda nuestra ternura, va creciendo y, en funcin del entorno y de las relaciones queen ste vaya estableciendo, podr+ ir desplegando todo su potencial 4odos los estudios apuntan enesa direccin y para ello vale la pena profundi)ar en alguno de los traba#os, por e#emplo, de%&-&Sie.el (19$() y nos aseguran que, esas primera relaciones, son cruciales, esenciales, para que lasestructurasinternasdel pequeoseandeunamaneraodeotra; esdecir, lepermitancrecerenarmona o, por el contrario, pongan barreras a su coherencia interna 5esgraciadamente, ese cuidadoque dedicamos al trato de los m+s pequeos, pareciera que es una medicina que, a medida que lospequeosvancreciendo,de#amosdepropinarcon lamismagenerosidad yatencin;como silaposologa de ternura debiera ser, por el propio bien del nio nos dira /lice Miller (1920 2#1#),menor en funcin de la edad %uando somos adultos, esa pequea figura de cristal que ramos, todava la mantenemos dentro denosotros ,eguramente, le debemos a 1ia.et (1896 198#6 el hecho de de#ar de ver al nio como aun adulto en miniatura; y empe)arlo a ver como a un ser *nico que percibe, significa y construye elmundo a su manera 5e ese modo, y d+ndole la vuelta al calcetn, podramos decir que, no es elnio un adulto en miniatura, sino que, cuando llegamos a ese perodo que llamamos adulte), es eladulto el que tiene en su interior al nio que fue 3s, cada uno de nosotros, ciudadanos de plenoderecho, elementos singulares que conformamos nuestras sociedades, albergamos en nuestrointerior a ese nio que fuimos 7, ese nio que guardamos, cual figura de cristal que fue, est+, ahora,releyendo a 8 9eich (189( 19$(), m+s o menos mellado, m+s o menos acora)ado, en funcin delos golpes que, a lo largo de toda nuestra infancia, recibimos ,i lo miramos bien de cerca, a nuestronio interior, le veremos rasguos, fracturas, cicatrices 3hora, y a la lu) del traba#o deinvestigadores como/& %amasio(1944))hemos corroboradoque todas nuestras experienciasintensas las guardamos en el cuerpo; y, sabemos que, parte de esa batera emocional almacenada,conformaunaheridacargadadedolor, herenciadenuestraparticular historiadeinteracciones,recursivas y recurrentes, con las personas que convivieron con nosotros 7, si, de#+ndonos llevar porel af+n del buscador, seguimos escarbando dentro de nosotros, cabe decir que, no sloencontraremos a ese nio m+s o menos herido, sino que, a su vera, m+s le#os o m+s cerca, con unamirada o con otra, abra)ados o en pelea, encontraremos tambin a nuestra madre y a nuestro padreinterior; esas tres instancias psquicas que puso al descubierto S& 2reud (18$6 1909) y que bauti)con el nombre de ello, 3o y su4er53o !n definitiva, encontraremos dentro de nosotros, en palabrasde "& 6aranjo (1902))a toda nuestra una familia interior que,inconscientemente, ir+ marcandonuestrorumbo, nuestramaneraderelacionarnos connosotros mismos, conlosotros yconelmundo !s decir, en funcin de las relaciones internas que esa trada vaya manteniendo, guiados porlas necesidades no cubiertas de atao de ese nio nuestro marcado por una herida, abandonados oarropadosconm+somenosdelicade)ayternuraporesamadre, ycriticadosonutridosporlaautoridad y la fuer)a de ese padre, iremos, pues, desplegando nuestro ,er .ersonas, construyendogrupos humanos m+s o menos en armona, y, a su ve), sociedades m+s o menos felices,in duda, pues, el futuro no es de los nios; sino, tal y como tambin apunta 7& Maturana (1928),de las relaciones que, en el presente, los adultos que estamos a su cargo vayamos manteniendo conellos ,i las relaciones que, aqu y ahora, nosotros, los adultos, mantenemos con nuestros nios sonrespetuosas, entonces, los nios go)ar+n de la posibilidad de crecer con menos taras 7, un nio queconsigue guardar su particular figura de cristal en buen estado, crecer+, llegar+ a ser un adulto que,habiendo go)ado de la aceptacin, el respeto y el amor de los adultos con los que convivi, podr+relacionarseconl mismo, consuniointerior, desdeel amorylaaceptacin; podr+estarencontacto con el regalo de ser l mismo, y podr+ vivir, parafraseando a "& 6aranjo, en un abra)o atres0 madrepadrehi#o7, desdeah, desdeesaarmonainterna, podr+construirrelacionesarmnicas, y, por extensin, sociedades armnicas.or lotanto,el futuronoesdelosnios;sinodel tipoderelacionesque, enel presente,vayamos manteniendo nios y adultos 7, que las relaciones sean de un tipo o de otro, que lasrelaciones seanm+somenosconstructivas, quelasrelacionestengancuidadoennodaar endemasa la figurita de cristal de nuestros nios, es responsabilidad de los adultos que, a su ve),tambin albergamos nuestra propia figurita 1na responsabilidad, entendida como la ca4acidad dedar res4uesta, que es doble .rimero, por invitarnos a mirarnos por dentro, a ser conscientes y a cuidar de nuestra propiaherida, que la tenemos %uidarla, sanarla, ya que, gracias al traba#o sobre nosotros mismos,podremosevitardescargar traspasaresaheridaanuestrosnios; y, al mismotiempo,nosotros, de#ar de sufrir ,egundo, porllevarnosaconstruirentornosdondeel amoryloslmites, laternuraylaagresividad, la suavidad y la fuer)a, vayan de la mano, en equilibrio3s pues, losciudadanosyciudadanasdel futurolosestamosconstruyendoenel presente, enfuncin de los contextos educativos que vamos creando, a travs de las relaciones que nosotrosmantenemos connuestros nios y nias, y gracias a la mirada m+s o menos amorosa que podemosbrindarle a nuestro particular interior 5e esa manera, los insuficientes ingrediente interrelacionadosde una imposible receta para cocinar sociedades en armona, y en orden de importancia, podran serlos siguientes0 : un traba#o amoroso para sanar nuestra propia herida, como adultos, y permitirnos ese abra)oa tres ;nio madre padre6 de nuestras instancias internas;& un cuidado en nuestra manera de relacionarnos con los nios que tenemos cerca; < y, una mayor conciencia en la creacin de espacios y contextos educativos respetuosos